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Elizabeth Terrill Bentley (1 de enero de 1908 - 3 de diciembre de 1963) fue una espía
estadounidense que trabajó para la Unión Soviética desde 1938 y hasta 1945. En 1945 desertó del
Partido Comunista y de la inteligencia soviética y pasó a ser informante de los EE.UU. Denunció
dos redes de espionaje, dando los nombres de más de 80 estadounidenses que habían participado en
el espionaje para los soviéticos.[1] Cuando su testimonio se hizo público en 1948, se convirtió en
una sensación en los medios y tuvo un impacto importante en los casos de espionaje soviéticos de la
década de 1950.[2]
Bentley no aportó pruebas documentales en apoyo de sus revelaciones y la veracidad de sus
alegaciones se discutió largamente. Sin embargo, la desclasificación tanto de documentos soviéticos
como del proyecto VENONA de criptoanálisis de los Estados Unidos, han confirmado que
básicamente las declaraciones del Bentley fueron correctas y que, tras la deserción de Bentley, la
Unión Soviética suspendió temporalmente todas las actividades de espionaje en los Estados Unidos.
.[3]
Vida temprana
Elizabeth Terrill [4] Bentley nació en New Milford, Connecticut, hija de Charles Prentiss Bentley,
comerciante de telas, y de May Charlotte Turrill, maestra de escuela.[4][5] En 1915 sus padres se
trasladaron a Ithaca, Nueva York, y en 1920 la familia se trasladó a McKeesport, Pensilvania, y
luego a Rochester, Nueva York.[6] Sus padres fueron descritos como personas puritanas de una
antigua familia episcopaliana de Nueva Inglaterra.[7]
Bentley asistió al Vassar College, el que se graduó en 1930 con una licenciatura en inglés, italiano y
francés.[8] En 1933, mientras asistía a la escuela de posgrado en la Universidad de Columbia, ganó
una beca para la Universidad de Florencia. En Italia se unió brevemente a un grupo local de
estudiantes fascistas, el “Gruppo Universitario Fascista”.[8][9] Sin embargo bajo la influencia de su
consejero en la facultad, el antifascista Mario Casella, con quien tuvo un romance, [11] pasó en
poco tiempo al otro extremo del espectro político.[10] Mientras completaba su maestría en la
Universidad de Columbia asistió a las reuniones de la Liga Americana contra la Guerra y el
Fascismo. A pesar de que más tarde afirmó que encontró ilegible la literatura comunista y "seca
como el polvo", [12] se sintió atraída por el sentimiento de comunidad y de pertenencia social que
consiguió con sus amigos en la Liga.[11] Cuando se enteró de que la mayoría de ellos eran
miembros del Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA), se unió al Partido por decisión
propia en marzo de 1935.[12]
Actividad de espionaje
Bentley se introdujo en las actividades de espionaje por propia iniciativa. En 1938 obtuvo un
empleo en la Italian Library of Information, en la ciudad de Nueva York; se trataba de la oficina de
propaganda de la Italia fascista en los Estados Unidos. A continuación, informó a la dirección del
Partido Comunista (CPUSA) exponiendo su disposición a espiar a los fascistas.[13] Los comunistas
estaban interesados en la información de Bentley podría proporcionar y el oficial de la NKVD [15]
Jacob Golos fue asignado para ser su contacto y controlador.[14] Golos era un emigrado ruso que
había obtenido la nacionalidad norteamericana en 1915.[15]
En aquel momento Bentley pensaba que estaba espiando únicamente para el Partido Comunista de
los Estados Unidos. De hecho, Golos fue uno de los más importantes agentes de inteligencia de la
Unión Soviética en los Estados Unidos. En la época en que él y Bentley se conocieron, Golos estaba
trabajando en la planificación del asesinato de León Trotsky, que tendría lugar en México en 1940.
[16] Bentley y Golos pronto se convirtieron en amantes, más que un año antes de que ella se
enterara de su verdadero nombre y, según su testimonio, dos años antes de que ella supiera que él
trabajaba para la inteligencia soviética.
En 1940, cuando la relación duraba ya dos años, el Departamento de Justicia obligó a Golos a
registrarse como agente del gobierno soviético bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros
(Foreign Agents Registration Act). Esto hizo que fuera peligroso para él y tomar contacto y recibir
documentos de la red de espías estadounidenses que controlaba y, a causa de esto, fue traspasando
esta responsabilidad poco a poco a Bentley. Golos también necesitaba a alguien para hacerse cargo
del trabajo del día a día de la United States Service and Shipping Corporation, una organización que
encubría las actividades de espionaje de la Comintern.[17] Bentley cargó también con ese trabajo. A
pesar de que nunca llegó a ser remunerada directamente por sus trabajos de espionaje, acabó
ganando 800 dólares al mes como vicepresidente de la U.S. Service and Shipping Corporation, un
salario considerable para la época, [19] equivalente a 13.513 dólares de 2016.[18] Como sea que
Bentley adquirió un importante papel en la inteligencia soviética, los soviéticos le dieron el nombre
en clave de Umnitsa, que se puede traducir libremente como "chica lista", aunque en algunos casos
es más correcto traducirlo por "buena chica".
El grupo Silvermaster
La mayoría de los contactos de Bentley se encontraban entre lo que los fiscales y los historiadores
llamarían más tarde el "grupo Silvermaster", una red de espías en torno a Nathan Gregory
Silvermaster. Esta red se convertiría en una de las operaciones de espionaje soviética más
importantes de los Estados Unidos.[19] Silvermaster trabajó con la Resettlement Administration y,
más tarde, con la Board of Economic Warfare (Comisión de Guerra Económica). No tuvo acceso a
mucha información sensible por sí mismo, pero conocía a varios comunistas y simpatizantes dentro
del gobierno que estaban dispuestos a pasarle información a él y, por medio de Elizabeth Bentley,
esa información se pasaba a Moscú. En ese momento la Unión Soviética y los Estados Unidos eran
aliados en la Segunda Guerra Mundial y gran parte de la información que Silvermaster recogía para
los soviéticos tenía que ver con la guerra contra la Alemania nazi. Incluía estimaciones secretas de
la fuerza militar alemana, datos sobre la producción estadounidense de municiones así como
información sobre el calendario de los aliados para la apertura de un segundo frente en Europa. Los
contactos de la red extensa red de Golos y Bentley oscilaron entre aplicados estalinistas y, en
palabras Kathryn Olmsted, biógrafa de Bentley, "idealistas románticos" que "querían ayudar a los
valientes rusos a golpear la máquina de guerra nazi".[20]
Testimonio público
Siendo poco probable conseguir enjuiciamientos exitosos, Hoover optó por entregar la información
de Bentley a ciertos miembros del Congreso de los Estados Unidos en el bien entendido de que los
espías acusados serían interrogados ante comités del Congreso, y la publicidad de las sospechas y
acusaciones sería suficiente para arruinar sus carreras.[31] Además el Procurador General, Tom C.
Clark, decidió presentar el caso de Bentley a un gran jurado, aunque pensaba que había pocas
posibilidades de obtener un auto de procesamiento. La aparición de Bentley ante el gran jurado duró
hasta abril de 1948, y durante este tiempo, algunos detalles de su caso comenzaron a filtrarse a la
prensa. Sin embargo fue la misma Bentley quien decidió hacer pública la historia. Se reunió con los
periodistas del New York World-Telegram y, en julio de 1948, el periódico presentó a una serie de
relatos en primera plana (sin incluir la foto de Bentley en los primeros los artículos) hablando de
una "hermosa joven rubia" que había denunciado una red espionaje. Casi de inmediato Bentley fue
citada a declarar en audiencia pública ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara
de Representantes (HUAC), el 31 de julio de 1948 (léase la transcripción de la audiencia).[32]
Los comentarios y análisis del testimonio de Bentley variaron enormemente según el color político
de las publicaciones. El decididamente anti-comunista New York Journal-American la describió
como una "hermosa neoyorquina rubia y de ojos azules" que "sedujo" a sus contactos para obtener
información, mientras que A. J. Liebling, de The New Yorker, ridiculizó su historia y la llamó la
"Mata Hari picante".[33] Por su parte Bentley retrató a sí misma como una mujer ingenua e
inocente, corrompida por sus profesores izquierdistas del Vassar College y seducida por Golos para
utilizarla en sus trabajos de espionaje.
En las audiencias de la HUAC Bentley recibió alguna corroboración de Whittaker Chambers.
Aunque en aquel momento él todavía negaba cualquier conocimiento de las actividades de
espionaje, sí confesaba saber que dos de los contactos de Bentley, Víctor Perlo y Charles Kramer,
eran comunistas. También sostuvo la acusación de que Harry Dexter White, un destacado
economista que había trabajado en el Departamento del Tesoro y era simpatizante comunista.
Acerca de su testimonio y en comparación con el de ella, Chambers escribió en sus memorias:
Yo sabía que estaba tan sólo apoyando a la señorita Bentley y que el suyo era el
testimonio del momento. Las cosas a las que yo me refería eran de diez años atrás y tan
sólo tenía que dejar que las sombras, el polvo y las telarañas más visibles las
enmascararan, para abandonar indemne el escenario.[34]
Pero todavía quedaban algunos sectores considerablemente escépticos sobre las denuncias de
Bentley. Dado que algunos de los que ella acusó eran destacadas figuras de dos administraciones
demócratas, los demócratas en particular estaban ansiosos por desacreditarla. El presidente Truman
en un momento se refirió a su testimonio como una "cortina de humo" inspirada por los
republicanos. Por su parte los republicanos acusaron a Truman de "encubrir" el espionaje
comunista. Los conflictos de esta naturaleza, así como las audiencias cada vez más sensacionales de
la HUAC, estaban preparando el escenario para el macartismo, que se convertiría en un factor
central en la política nacional estadounidense en de la década de 1950.
Procesos y credibilidad
La mayoría de las personas acusadas por Bentley invocaron la Quinta Enmienda y se negaron a
responder a las acusaciones. Unos pocos, sin embargo, las negaron explícitamente. El más notable
de los que negaron fue Harry Dexter White. White padecía una enfermedad del corazón y murió de
un ataque cardiaco poco después de testimoniar ante el HUAC. Otros que negaron los cargos de
Bentley fueron Lauchlin Currie, que fue asesor económico del presidente Roosevelt, William
Remington y William Henry Taylor, ambos economistas gubernamentales de mediano nivel,
Duncan Lee, anteriormente de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) y Abe Brothman, un
químico del sector privado que trabajó en proyectos de defensa. En septiembre de 1948 William
Remington demandó a Bentley y a la NBC (National Broadcasting Company) por difamación. Con
la esperanza de desacreditarla, los abogados de Remington contrataron detectives privados para
investigar su pasado. Los detectives presentaron pruebas de su alcoholismo, de sus períodos de
depresión severa y de un intento de suicidio, mientras que estudiaba en Florencia, de que la tesis de
su maestría había sido escrita por otra persona y de que, para los estándares de la época, habían sido
sexualmente promiscua desde sus tiempos en la universidad. Bentley se negó a testificar en el juicio
promovido por Remington y la NBC resolvió el caso de difamación fuera de los tribunales por
10.000 dólares.
Bentley testimonió en los juicios de varios espías acusados: el juicio por perjurio de William
Remington, el caso contra Abe Brothman por obstrucción a la justicia y el famoso caso de los
"espías atómicos" Julius y Ethel Rosenberg. La participación de Bentley en el caso Rosenberg fue
marginal. Su testimonio se empleó para desarrollar dos puntos de la acusación: el primero, la
proclividad de los comunistas estadounidenses para espiar a favor de la Unión Soviética y, en
segundo lugar, para inducir a pensar al jurado, aunque sólo vagamente, que podía haber una
conexión entre Julius Rosenberg y Golos. Declaró haber recibido llamadas de un hombre que se
identificó como Julius, después de lo cual Golos fue a encontrarse con el que había llamado.
La vida personal de Bentley se hizo cada vez más tumultuosa después de su deserción. Continuó
bebiendo mucho, estuvo involucrada en accidentes de coche y tuvo una relación con un hombre que
la golpeó severamente. También evitó comparecer ante un tribunal en varias ocasiones. Estos
incidentes, junto con su comportamiento errático en general, llevaron a los agentes del FBI
encargados de su caso que temer que estuviera "al borde de un trastorno mental».[35] Sin embargo
siempre se mantuvo en calma y muy profesional en el estrado de los testigos, ganándose los elogios
de los fiscales en apoyo de cuyos casos se presentó. Testificó repetidamente ante grandes jurados,
comisiones del Congreso y juicios con jurado, sin embargo, algunos detalles de su historia fueron
siendo embellecidos con el tiempo. La información transmitida por ella acerca de un proceso de
fabricación de caucho sintético, que originalmente era "vaga" y "probablemente sin valor" pasó a
ser "altamente secreta" y "una cosa extremadamente complicada".[36] Bentley afirmó también que
su trabajo de espionaje le permitió conocer por anticipado la incursión Doolittle sobre Japón y la
invasión del Día D, cosas ambas que parecen muy exageradas.[37]
William Remington
El primer juicio de Remington comenzó a finales de diciembre de 1950. Roy Cohn, que llegaría a
ser famoso como abogado principal de Joseph McCarthy y ya era un señalado anticomunista, se
unió el equipo legal de la fiscalía. "Elizabeth Bentley suministró luego una gran cantidad de detalles
sobre la relación de Remington con ella y la conspiración para espiar. La defensa de Remington
afirmaba que nunca había manejado ningún material clasificado, por lo que no podía haber
entregado ese género de material a la señorita Bentley. Pero ella recordó todo lo relacionado con la
producción del caucho. Habíamos buscado minuciosamente en los archivos y descubrimos los
archivos del proceso. También encontramos los horarios de aviones, que coincidía con lo dicho por
ella, así como memorandos y comunicaciones entre diferentes departamentos y personas que
confirmaban que Remington tuvo acceso a todos esos documentos. También la solicitud de
Remington a una comisión naval en la que específicamente señalaba que su posición en el
Departamento de Comercio, en aquel momento, le daba acceso a información militar secreta
referida a aviones, armamento, radares y al Proyecto Manhattan (fabricación de la bomba
atómica)." [38]
Durante el juicio once testigos afirmaron que sabían que Remington era comunista. Entre ellos
estaban Elizabeth Bentley, Ann Remington, el profesor Howard Bridgman, de la Universidad de
Tufts, Kenneth McConnell, un organizador comunista de Knoxville, Rudolph Bertram, Christine
Benson, que trabajó con él en la Tennessee Valley Authority y Paul Crouch, que le proporcionó
copias la edición meridional del periódico comunista Daily Worker. [39]
Notas
1. ↑ Olmsted 2002, p. 100
2. ↑ Haynes, John Earl; Klehr, Harvey (2005-10-25).
3. 1 2 3 Weinstein, Allen; Vassiliev, Alexander (2000).
4. ↑ Lauren Kessler's biography spells Bentley's middle name 'Turrill'.
5. ↑ "Red Spy Tells Of Childhood In Connecticut Town".
6. ↑ Kessler 2003, p. 15
7. ↑ Olmsted 2002, p. 1
8. 1 2 "The Network".
9. ↑ Galagher, Dorothy (November 3, 2002).
10. ↑ Olmsted 2002, p. 6«Copia archivada». Archivado desde el original el 27 de agosto
de 2007. Consultado el 20 de octubre de 2007.
11.↑ Olmsted 2002, p. 122
12. ↑ Kessler 2003, p. 40
13. ↑ Olmsted 2002, p. 18
14. ↑ Benson, Robert Louis; Warner, Michael (March 19, 2007).
15. ↑ Kessler 2003, p. 63
16. ↑ Olmsted 2002, p. 22
17. ↑ Kessler 2003, p. 77
18. ↑ Kessler 2003, p. 150
19. ↑ Olmsted 2002, p. 45
20. ↑ Olmsted 2002, pp. 50, 51
21. ↑ Olmsted 2002, pp. 63–65
22. ↑ Olmsted 2002, p. 67
23. ↑ Grand jury testimony in United States of America vs.
24. ↑ Olmsted 2002, p. 69, Kessler 2003, p. 100
25. ↑ Olmsted 2002, p. 78
26. ↑ Olmsted 2002, p. 93
27. ↑ Olmsted 2002, p. 105
28. ↑ Olmsted 2002, pp. 106–107
29. ↑ Kessler 2003, pp. 144–147
30. ↑ Schrecker, Ellen (1998).
31. ↑ Olmsted 2002, p. 117
32. ↑ "Hearings before the Committee on Un-American Activities, House of
Representatives, 80th Congress, 2nd Session, Public Law 601 (Section 121, Subsection Q
(2))".
33. ↑ Olmsted 2002, p. 134
34. ↑ Chambers, Whittaker (1952).
35. ↑ Olmsted 2002, p. 161
36. ↑ Olmsted 2002, pp. 102, 163
37. ↑ Olmsted 2002, p. 195
38. ↑ Roy Cohn, McCarthy (1968) page 38
39. ↑ http://spartacus-educational.com/William_Remington.htm
40. ↑ Van Hook, James C. (2005).
41. ↑ Radosh, Ronald (February 24, 2003).
42. 1 2 Craig, R. Bruce (2004).
43. ↑ Bentley 1951, p. 241
44. ↑ "Testimony of Elizabeth Bentley," S. Prt. 107-84 – Executive Sessions of the
Senate Permanent Subcommittee on Investigations of the Committee on Government
Operations (McCarthy Hearings 1953-54), Vol. 4, p. 3427
45. ↑ Olmsted 2002, p. 187
46. ↑ Olmsted 2002, p. 186
47. ↑ Schecter, Jerrold L. (2002).
48. ↑ Olmsted 2002, pp. 112, 197–198, 200
49. ↑ Olmsted 2002, pp. 147–148, 150
50. ↑ "Elizabeth Bentley Is Dead at 55.
51. ↑ "Elizabeth Bentley, Ex-Red Agent Who Bared Spy Network".
52. ↑ Olmsted 2002, p. 203
53. ↑ "Died".
Referencias
Actualmente se han publicado dos biografías de Elizabeth Bentley:
Olmsted, Kathryn S. (2002). "Red Spy Queen: A Biography of Elizabeth Bentley". The
University of North Carolina Press. ISBN 0-8078-2739-8.
Kessler, Lauren (2003). "Clever Girl: Elizabeth Bentley, the Spy Who Ushered in the
McCarthy Era". Harper Perennial. ISBN 0-06-095973-8.
Enlaces externos
Vassiliev, Alexander (2003), Alexander Vassiliev’s Notes on Anatoly Gorsky’s December
1948 Memo on Compromised American Sources and Networks.
The Cold War International History Project (CWIHP) has the full text of former KGB agent
Alexander Vassiliev's Notebooks, conteniendo evidencia de la cooperación de Bentley con
los soviéticos.
An Interactive Rosenberg Espionage Ring Timeline and Archive
Scully, Eileen (April 2003). "Engendering Treachery; review of Red Spy Queen".
Humanities and Social Sciences Online.
Truman Presidential Library Oral History Interview with Stephen J. Spingarn
Underground Soviet Espionage (NKVD) in Agencies of the United States Government
October 21, 1946, FBI (Más de 350 páginas de archivo en las que se contienen las
acusaciones de Bentley y los informes de la vigilancia del FBI sobre la gente a la que
denunció)
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