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LAHOSPITALIDAD EN LA VIDA CRISTIANA

Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su
madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella
hora el discípulo la recibió en su casa
(Juan 19:26,27)
El amor sea sin fingimiento. […] Amaos los unos a los otros con amor fraternal […]
practicando la hospitalidad
(Romanos 12:9,10,13)

Propósito general: Ética1


Propósito específico: La hospitalidad cristiana
Palabras clave: Amor, fraternal, hospitalidad

EXORDIO:
Entre los males que viven nuestra sociedad, y la Iglesia de Jesucristo cómplice en ello, está el
simulacro, el individualismo y la falta de cuidado del otro. El hombre contemporáneo, y los
cristianos bajo el mismo riesgo, adolecen de falta de honestidad, de un énfasis desmedido en sí
mismo, y de carencia de acogimiento del prójimo.

INTRODUCCIÓN AL TEXTO BÍBLICO:


En el pasaje de Romanos 12:9-13 el apóstol Pablo presenta una serie de pautas de
comportamiento que el cristiano debe tener: honrar al prójimo, ser diligentes, servir al Señor
con espíritu ferviente, que la esperanza sea con gozo, ser sufridos en la tribulación, orar de
manera constante, ayudar a los hermanos en la fe que están en necesidad, y ser hospitalarios. El
fundamento de todas estas pautas de conducta es el amor. Entre estas conductas del cristiano
está la hospitalidad, conducta que se dejó ver en Juan el apóstol respecto a María: “Y desde
aquella hora el discípulo la recibió en su casa” (Juan 19:27).

PROPOSICIÓN:
El propósito de este sermón es alentar a la IBCB a desarrollar la última pauta de conducta que
el apóstol Pablo menciona en su lista: la hospitalidad. Este ejemplo lo vemos en la tercera
palabra de Jesús en la cruz. Para ello habrá que romper con los males del simulacro, el
individualismo y la falta de cuidado del otro.

CONFIRMACIÓN:
I. Para ser hospitalario se debe tener un amor genuino
El fingir ser lo que no somos es un mal que todos los seres humanos tenemos, en un área de
nuestra vida o en otra. Esto es a lo que llamamos simulacro, apariencia de ser. Pablo afirma: “El
amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9). El apóstol

1
El propósito ético consiste en ayudar al creyente en particular, y a la iglesia en general, a normar su conducta diaria y sus relaciones sociales
de acuerdo con los principios cristianos.
emplea el adjetivo genuino para referirse al amor que los cristianos debemos tener; este amor
no debe ser una apariencia, sino que debe caracterizarse por el amor de Dios mismo; este es un
amor que aborrece lo malo y sigue lo bueno.
II. Para ser hospitalario se debe tener un amor fraternal
El “amor a uno mismo” sin más, es una característica del hombre no redimido por Cristo (2
Timoteo 3:2-5), esto alienta lo que llamamos individualismo. Pero el amor hacia el otro es una
cualidad de los discípulos de Jesucristo (Juan 13:34,35). Pablo señala: “Amaos los unos a los
otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros” (Romanos 9:10).
Ahora es el adjetivo fraternal lo que acompaña al amor, lo cual incluye al otro, al prójimo, a
aquel que no soy yo, sino tú, independientemente de quien seas.
III. Para ser hospitalario se debe practicar la hospitalidad
La falta de cuidado del otro nos caracteriza al mundo actual y a la iglesia. Sin embargo, los
discípulos de Cristo debemos destacar por recibirnos los unos a los otros, en esto somos
imitadores de nuestro Señor (Romanos 15:7). Pablo afirma: “Practicando la hospitalidad”.
Llama nuestra atención que el apóstol hable de practicar esta conducta; con ello pone énfasis
en que para ser hospitalario se deben hacer actos de hospitalidad, que se facto recibamos al otro
haciendo actos concretos de recibimiento.

EPÍLOGO:
La hospitalidad se genera de un amor genuino y fraternal, y se da a través de actos concretos.
Esto nos lleva a romper con las apariencias de amor, con el amor egoísta, y con la falta de
acogimiento de nuestro prójimo. Estas enseñanzas de la Escritura confrontan al cristiano a
revisar su propio corazón, a mirar al que está enfrente de él y a, literalmente, invitarlo a entrar.

RESOLUCIÓN:
IBCB, si queremos seguir a Jesús a la cruz, debemos escuchar sus palabras que nos vinculan a
los unos con los otros: Mujer, ahí está tu hijo; discípulo, ahí está tu madre. Los discípulos somos
vinculados los unos con los otros; y este vínculo lo establecemos al dejar de fingir un falso amor,
al romper con el individualismo y al hacer acciones concretas de recibimiento.

Pastor Abraham Banda Robles


Iglesia Bautista Casa Blanca
24 de Marzo de 2019

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