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HERMENEUTICA ORIONINA: COMO ESTUDIAR A DON ORIONE

Para conocer a Don Orione como “hijos”


Notas de hermenéutica orionina.

Autor: Don Flavio Peloso – Relación presentada durante la reunión


internacional de los GRUPOS ESTUDIOS ORIONINOS- Roma, Monte Mario, 4-5
de marzo, 2002.

Nuestro estudio sobre Don Orione es “de hijos”: es una condición espiritual y
existencial antes que un dato estadístico de pertenencia. Tiene sus ventajas y
también alguna desventaja, pero nuestro conocimiento debe ser de “hijos”; por lo
tanto, empeñémonos para que sea lo mejor.
Podría parecer éste, un discurso abstracto., pero es muy necesario para evitar
errores o reducciones, al hablar de Don Orione, para hacerle decir lo que no dijo,
para no interpretarlo arbitrariamente y buscar, en cambio, de conocerlo
verdaderamente en su realidad de persona, pero sobre todo en su realidad de
Fundador.

1- CONOCIMIENTO ESPIRITUAL

Conocimiento de “Hijos” significa que las personas que conocen a Don Orione
tienen el mismo “espíritu”, el mismo sello interior. Para conocer a Don Orione, es
necesario ante todo, disponerse para un conocimiento espiritual.
Magdalena de Canossa escribe: “El modo más seguro y por lo tanto más
necesario para comprender a fondo un carisma no es tanto el conocimiento de
memoria de las Constituciones o de los escritos del Fundador cuánto el
conocimiento profundo de su vida interior”
Para conocer a Don Orione, no basta entonces estudiar las Constituciones, los
escritos, los documentos, etc; el verdadero espíritu se recoge acercándose “al
corazón”, a su intimidad con Dios, tan determinante y que invade su pensamiento y
su acción.
Tratar de ir al “corazón” es una experiencia ardua y exultante, al conocer un
Santo y en particular al propio Fundador.
Recordemos que el carisma es ante todo “un alma”, es un don del Espíritu
Santo, y no el tener ciertas obras de caridad, tampoco es un estado, un estilo o
ciertas prácticas de piedad, pero también es todo esto.
El carisma es un “alma” un don del espíritu que luego da forma a todo: al
apostolado, a las prácticas de piedad, a la formación, al gobierno, a las obras.
Cuando nos acercamos a una persona, a un Santo o sea a una persona llena de
Dios, nos acercamos al misterio de una conciencia y al Espíritu Santo que
interiormente habita en ella; nos acercamos a una persona que tiene en su relación
con Dios la unificación interior, el impulso y las formas de los pensamientos, de los
afectos, de las acciones, de la propia historia.
Debemos tender siempre llegar al “corazón” de Don Orione y no detenernos sólo
en lo que ha hecho o en lo que dijo aún cuando todo esto es útil y nos da noticias
para llegar al corazón.
Don Terzi ha repetido muy a menudo que “para conocer a Don Orione y su
carisma de fundación, es necesario estudiar más su espiritualidad que su
apostolado, más la intimidad que el florecimiento externo” (es cuestión de equilibrio
y no de exclusión, obviamente).
Para conocer con realismo y profundidad una dimensión de la vida de Don
Orione es necesario partir siempre del “corazón” y del “espíritu” que todo lo unifica.

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Si quiero conocer la espiritualidad de Don Orione, debo ir al don interior y no


sólo a las enseñanzas, a las prácticas de piedad… y así también será para el
apostolado, para el aspecto mariano, social, misionero, etc…
No podemos tomar estos aspectos en forma individual, sino que debemos ir al
don, a las motivaciones que han animado estas opciones y este estilo. Es, en la
vida interior que el carisma se manifiesta en toda su pureza original u que luego se
manifiesta en las modalidades del hacer, del hablar, del rezar, etc.
Evitar entonces de hacer muchas fotografías de Don Orione y decir que Don
Orione es esto o aquello; “mil fotografías juntas no nos dan un hombre vivo” (G.
Marcel) así decía un filósofo cristiano. Esto subraya todavía más la importancia del
conocimiento espiritual más allá de los aspectos externos.

2- CONOCIMIENTO HISTÓRICO

Es verdad que el santo es sobre todo un hombre de Dios y al espíritu que le da


vida no se lo puede fotografiar pero es también verdadero que el Espíritu se hace
carne e historia concreta. Las intuiciones espirituales, los carismas, viven y se
manifiestan convirtiéndose en la historia de una persona, por lo tanto es importante
conocer la historia de Don Orione, su desarrollo, y las cosas que han sucedido. El
contexto histórico impulsa y da vida al desarrollo del don espiritual y de la
interioridad de una persona.
No se puede decir que se conoce a Don Orione narrando algún episodio o
citando alguna frase separada del contexto de la historia; es necesario colocar
nuestras fotografías histórico y vital bien determinado, relativizarlas e integrarlas.
No puedo fijar mi Don Orione, por ejemplo en el año 1904, el Don Orione de los
primeros colegios, de las colonias agrícolas; ciertamente que debo tener en cuenta
aquellas situaciones particulares, pero no aislar el conocimiento de la persona en un
período histórico porque cerramos la posibilidad de conocer a Don Orione todo
entero y deformarlo reduciendo o engrandeciendo determinados aspectos del
pensamiento o de la acción.
Si es indispensable partir del “corazón” para comprender una manifestación de
vida, es también verdad que el corazón se puede hallar a través de este encuentro
histórico con Don Orione.
Cuanto más conozcamos la vida de una persona, tanto más llegaremos a
conocer lo que ha animado esta vida. El espíritu se alcanza a través del estudio de
la vida de los Santos; es necesario siempre reanudar y confrontar el carisma de
Don Orione con todo el camino de su vida y de su historia.
Es importante conocer la historia de Don Orione con sus vicisitudes personales
como contexto histórico, como lo concreto de la vida de la Iglesia. En este
conocimiento histórico es necesario tener la prudencia y la humildad para no
pretender explicarlo todo: un alma no se explica.
La historia está siempre tentada de explicarlo todo, de encontrar causas,
consecuencias y explicaciones. En las cosas de Dios y en un hombre de Dios no
siempre se puede explicar “todo”. Hay sorpresas que van mas allá de toda
explicación razonable en el plano de las observaciones y de las leyes humanas. Y si
no se tiene en cuenta “el coeficiente de trascendencia” , del factor “gracia” o vida
divina, o acción del Espíritu Santo, se corre el riesgo de dar explicaciones
razonables pero que no son verdaderas.
Aún después de haber estudiado y escrito muchos volúmenes, queda siempre
adorar el misterio de Dios en una persona. Se dice mucho, pero mientras se habla
es necesario también callar.
Mientras se argumenta, es necesario también contemplar, ver en el conjunto la
presencia de Dios, porque la mayor parte de las obras de Dios están en el misterio,
van más allá de la comprensión, más allá de la lógica y de las causas humanas, y
por lo tanto ¿quién puede alcanzar las cosas profundas del cielo, quién entonces
puede rastrear lo que está en el cielo?“ ( Sabiduría 9,16)

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Nosotros seguimos las huellas de Jesús y de Don Orione, pero no pretendamos


comprender las cosas del cielo; los caminos de Dios y sus pensamientos
sobrepasan a los nuestros.
No nos dejemos llevar por euforias ingenuas. Don Orione, estudiado
históricamente no puede ser explicado y comprendido en su totalidad; de él
permanecen más misterios e interrogantes que explicaciones, porque las vicisitudes
humanas y espirituales van más allá de cuánto e puede describir, más allá de las
definiciones: sorprende el análisis histórico.
Aún para el historiador más atento, hay sorpresas: por ejemplo la salida de Don
Orione de los salesianos ¿saben explicarla? ¡pruébenlo! o bien, la página “Adiós al
mundo” aquel salto de calidad en su vida. Sí, tenemos muchos elementos, pero se
nos escapa lo mejor.
Cómo explicar la sorpresa del Oratorio o la fundación de un colegio a los 21
años?. Permanecen muchos interrogantes y cosas sobre las cuales debemos callar.

3 – CONOCIMIENTO PEDAGÓGICO

Señalo la importancia de un camino privilegiado para conocer a Don Orione:


conocerlo como FORMADOR. Es el camino más normal del conocimiento “de hijos” .
Una buena perspectiva para tomar el “corazón” y el carisma de Don Orione es
estudiarlo acercándose a él como formador. La experiencia de Dios, el carisma
constituye también el contenido de su formación , de su pedagogía, de aquello que
nos ha transmitido ¡el Fundador es ante todo formador!.
“Les transmito aquello que también yo he recibido”; se refería al memorial
eucarístico en el caso específico, pero fue el dinamismo de su evangelización:
transmitir su experiencia de Jesús.
También Don Orione ha transmitido, ha compartido con otros lo que el había
vivido y comprendido de Jesús y de su misterio.
De Don Orione Fundador hay una documentación riquísima de hechos y de
enseñanzas, de testimonios y escritos variados. Este es el estudio que nos acerca a
su persona; entonces, para una buena comprensión del carisma es necesario partir
de un conocimiento espiritual, verificado, estudiado, en la historia concreta de su
vida para captar aquel núcleo sapiencial (esto es, lo que ha comprendido, gustado y
amado, de la sabiduría de Dios), de su experiencia de Dios, que el espíritu formó en
Don Orione y que luego, él formó en sus discípulos…
Este núcleo constituye la clave hermenéutica de toda su vida y de todas las
profundizaciones particulares de su experiencia: apostólica, social, cultural,
pedagógica, etc.
Recordemos en fin, que este núcleo carismático, que solo los “hijos” perciben
claramente, se hizo historia, pero no es histórico solamente, va más allá de Don
Orione: de hecho existe todavía.
Se hace historia hoy, va más allá de la nacionalidad y de la cultura, justamente
porque es evangélico y tiene la capacidad de encarnarse en cualquier historia y
cultura y de dar forma a las diversas vocaciones (religiosas, sacerdotal, laical,
contemplativa, etc) y a las distintas y complementarias ramas masculinas y
femeninas (FDP y PHMC, laicos y laicas).

4 – CONDICIÓN SUGESTIVA PARA CONOCER A DON ORIONE

1. Santidad personal

Para conocer las cosas de Dios es necesario ser de Dios. Para nosotros “hijos
de Don Orione” hacer un discurso científico sobre el Padre Fundador Santo
quiere decir tener en cuenta que una condición hermenéutica para
comprenderlo, es la Santidad. Es la Santidad que nos hace “simpáticos” (en el
sentido etimológico de la palabra) y nos pone en sintonía con Don Orione, nos
hace intuitivos: es el Espíritu que habla a nuestro espíritu. Cada hombre de

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Dios, que se acerca a Dios, percibe la necesidad de purificación y de santidad.


Conocen más a Don Orione “como hijos” aquellos que son más santos y no
necesariamente aquellos que hacen más conferencias. El Espíritu nos permitirá
hablar del espíritu de Don Orione y no hablar por nosotros mismos.

2. Encarnación histórica

Para condición hermenéutica sugestiva es la de estudiar a Don Orione desde


una condición efectiva de encarnación en la vida de la iglesia y de la sociedad
porque este don ha sido dado para la Iglesia y para la historia de los hombres y
solo en su interior se puede comprender plenamente… Es necesaria una
verdadera encarnación histórica: los tiempos que caminan interpelan y
desarrollan la intuición del espíritu. Es éste, un aspecto que debemos subrayar
justamente, porque el carisma está vivo, es un don en desarrollo y esto sucede
en la gestación de la historia. Los tiempos, los problemas, los valores de la
iglesia, de los pueblos, de la gente, a partir de los cuales estudiamos a Don
Orione nos traen los recursos de nuestro don, la potencialidad de nuestro
carisma, que lo desarrollan y lo manifiestan en toda su riqueza.

5 – INDICACIONES PRÁCTICAS

1. Necesidad de un conocimiento global previo

La necesidad de llegar a un conocimiento previo y a una comprensión de


síntesis (el corazón), antes de aventurarse a decir algo de él, hay que
profundizar cada uno de los aspectos ideales o segmentos de historia.

2. Encuadrar la parte del todo

Aún cuando hablo de Don Orione “maestro de los jóvenes” para comprender
bien este aspecto y actividad, debo encuadrarlo dentro de su visión eclesial, en
la experiencia de caridad, en el ambiente mariano del ser cristianos. Será
necesario evitar el dejarse desviar por las expresiones del mismo Don Orione,
enfáticas y absolutistas, sobre un aspecto, un pensamiento, etc.
Don Orione mismo relativizaba luego las afirmaciones o hechos
integrándolos en un todo unitario. Además, porque tiene una personalidad
fuertemente unificada, Don Orione expresa todo así mismo en cada parte y cada
parte es expresión de su todo, de su interioridad y de su apostolicidad. Por
ejemplo, si uno se concentra bien en el apostolado de la caridad o estudia a
fondo su devoción mariana entre en el alma de otra dimensiones de su
personalidad; Don Orione está “todo”, aún en cada una de las particularidades
de la vida.

3. Encuadrar su palabra escrita con su vida

Es necesario unir los escritos con su vida, su historia, sus experiencias, sus
testimonios… para evitar una lectura teórica. Don Orione es ciertamente un
maestro pero en el sentido “de hacer primero y luego enseñar”. Tendremos un
adecuado conocimiento de sus enseñanzas si antes se interpretan, a la luz de lo
que ha hecho de las opciones concretas enfocando sus enunciados en el
contexto en el cual han nacido y en toda su historia.
Con esta confrontación de los textos en el contexto de su vida, sus palabras
serán quizás relativizadas o tal vez agrandadas, pero siempre serán mejor
comprendidas.

4. Evitar un conocimiento “superficial” por episodios

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Los episodios se deben enfocar en toda la historia y la palabra de Don


Orione, solo así se podrá evitar el dar significados muy absolutos, a algunos
acontecimientos que son relativos en un contexto particular. Y solo así se podrá
también ver cuáles son los episodios aislados de otros que revelan notas
constantes, desarrollos, valores y actitudes más típicas que caracterizan su
persona y su manera de actuar, los elementos profundos de su personalidad
que se encuentran expresados desde el comienzo hasta el fin de su existencia.

5. Evitar una lectura ideológica

Es necesario evitar el riesgo de hacer una lectura ideológica de Don Orione,


que resultaría parcial, arbitraria, personal.
“No hacerse una imagen, una idea de Dios” fue un imperativo preliminar de
la revelación de Dios a su pueblo, justamente para poderse revelar. Si uno se
hace una imagen o una idea limitada de Dios, impide la posibilidad de otras
revelaciones o comprensiones. Algo semejante podemos decir de un hombre
fuertemente señalado por Dios, como Don Orione, figura grande y compleja.
Inevitablemente sucede que cada uno tiende a “hacerse una idea” de Don
Orione, tiende a percibir de Don Orione aquellos aspectos que son más afines a
su propio carácter, a sus propios gustos, a los propios conocimientos, a los
propios valores y a los propios límites y también a las propias actitudes. (Si uno
está inclinado a la pastoral de los jóvenes verá a un Don Orione maestro de la
juventud, y seleccionará de la vida de Don Orione sobre todo esto y así si es un
activo… un contemplativo… )
Es fácil buscarse en Don Orione así mismos, ver en él aquello que se vive y
hacérselo decir; la acentuación de algunas características del Padre hechas por
sus “hijos” es una cosa preciosa, pero no debe convertirse en exclusión o peor
aún en reducción.
Esta operación ideológica, es todavía más fácil al conocer y hablar de Don
Orione, porque es un Santo poliédrico en sus intereses y en sus
manifestaciones, “un corazón sin fronteras”, un Santo que ha dicho y hecho de
todo.
Su complejidad comporta una dificultad concreta de lectura y comprensión
unitaria: puede llevar a una comprensión reducida, o bien a una comprensión
fragmentaria y confusa de Don Orione. Es necesario convertirse a Don Orione y
no lo contrario; nosotros debemos abrirnos a su experiencia y no reducirlo a él
a nuestra experiencia. Es ésta una preocupación que debemos tener presente:
ello nos ayudará a evitar ciertas afirmaciones absolutas o ciertos exclusivismos,
seguridades ingenuas y fuera de lugar, al hablar de Don Orione.

6. Confrontar la visión personal y comunitaria

Acostumbrarse a una lectura sinóptica de Don Orione: el mismo objeto debe


mirarse con más ojos. A Don Orione, especialmente para mirarlo con el alma y
no sólo para describirlo, debemos acercarnos juntos, confrontando los puntos de
vista. Un solo ojo vería todo plano sin ver la profundidad, pero hay una razón
teológica que nos dice que la comunidad es el lugar hermenéutico del carisma:
el carisma de fundación, por definición, es “dado a la comunidad” y es
“comunitario”, en el sentido de que está destinado a la participación y por lo
tanto a la comprensión de una comunidad de discípulos.

En conclusión: Mirando la amplitud y la diversidad de intereses de obras de


Don Orione; constatando su poliédrica personalidad, la impresión de generalizar
es fuerte.
La vitalidad de sus valores, de acciones y relaciones, pueden suscitar
admiración, pero también se hace difícil la comprensión unitaria. Su formidable

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capacidad de adaptación, de saber asumir, de encarnarse, puede generar


desaliento y confusión al querer tomar “el alma”.
Nosotros podremos comprender a Don Orione y ayudar a otros a
comprenderlo, si hay dentro de nosotros aquella misma intuición, verificada en
el conocimiento complejo de Don Orione y confirmado en las Constituciones.

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