You are on page 1of 5

Una cadena que no se rompe y una condena que no acaba: los problemas sociales

colombianos.

Adelaida Guzmán Conda, lacoral20@gmail.com

CC. 1007506600

Asesor: David Zuñiga

Institución Universitaria Antonio José Camacho

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Trabajo Social

Cali – Colombia

2019
Una cadena que no se rompe y una condena que no acaba: los problemas sociales
colombianos.

El conflicto ha acompañado a la humanidad desde sus comienzos; recursos económicos,


territorio, ideologías político-religiosas, entre otras, han sido las principales causas de la
confrontación. La historia de Colombia no ha sido divergente a esta realidad, siendo los procesos
de colonización y explotación campesina por parte de los latifundistas (lucha por la tierra) el
principal componente de la complicada ecuación del conflicto social . Ahora bien, este trabajo
tiene como propósito presentar una breve introducción a los textos: Construcción de los
problemas sociales: cultura, política y movilización, La franja amarilla y La lucha por la tierra en
Colombia: génesis de un conflicto que no acaba.

Ahora bien, ¿cómo se construye un problema social?, ¿Cuánto tiempo tarda en ser reconocido
por la población? Para poder hablar sobre la situación de nuestro país y los problemas sociales
por los que pasa, debemos entender primero cual es la construcción de los problemas sociales.
Uno de los factores principales en hacer reconocer un problema social es por parte de los actores
sociales, que varían en su relacion directa con este, estos logran:

“Los reclamadores no solo llaman nuestra atención hacia ciertas condiciones sociales que
presentan como problemas, sino que las definen de forma tal que nos dicen de que tipo de
problema se trata; usualmente dando una causa y proponiendo una solución” (Friguerio,
2006:13).
Esto nos proporciona un conocimiento acerca de como se reconocen estos problemas sociales,
gracias a los “actores sociales” puesto que son fundamentales. En Colombia, los podemos
reconocer cuando salimos a las calles y vemos aquel grupo de protestantes, que están resaltando
la importancia que tiene buscar una solución para la dificultad por la cual marchan. Otro
promotor y que llega a un publico mayor son los medios de comunicación, encargados de
propagar noticias acerca del estado de nuestro país, esto va movido por intereses políticos
mayormente, sociales y culturales.

Aunque resaltemos a 2 de los mayores promotores de la construcción y propagación de los


problemas sociales, es necesario establecer que hay un tiempo determinado en el cual tienen
atención por la población, como lo dice Frigerio (2006):
Por otro lado, la cantidad de tiempo que los problemas logran concitar la atención publica
(ya sea mucha o poca) varía grandemente. La percepción de algunos problemas crece y
declina rápidamente (el colera, los veteranos de Malvinas, la muerte de jubilados) otros
fluctúan en la cantidad de atención que reciben a lo largo de los años (la corrupción, las
sectas, la pobreza) (P 12).
Aun así, conociendo quienes son los actores sociales y las funciones que cumplen en la
construcción de los problemas sociales es claro que en Colombia, las personas que se encargan
de sacar a la luz esta situación, en muchas ocasiones no son escuchados, ni por el pueblo ni por
el gobierno. Esto se ve evidenciado en el texto: La Franja Amarilla.

Solo debemos ver la noticias, leer los periódicos o incluso hasta en las redes sociales como
Facebook, para saber que la situación del país actualmente es grave, no solo por el conflicto
armado (ELN) y sus enfrentamientos con el ejército, ver la vulneración de los derechos
fundamentales a las personas ya sean con sus EPS, su libertad de pensamiento e incluso con la
educación. Algo muy lamentable es la muerte de los líderes sociales, ellos están luchando por los
derechos de quienes están desfavorecidos, por el medio ambiente o cualquier problema social
que haya, esto lo vemos por ejemplo aquí:

En Colombia se asesina a los líderes sociales que luchan por la paz, se ataca a la
comunidad que tiene que vivir en territorios en medio de conflicto armado y se amenaza a
las víctimas, que siguen sufriendo porque el despojo y la impunidad nunca terminan. Es
el caso de Alfamir Castillo, madre de Darbey Mosquera Castillo, joven víctima de
ejecución extrajudicial. La mujer fue atacada el 12 de enero, cuando le dispararon tres
veces al carro en el que se movilizaba entre Palmira y Pradera (Valle). Castillo contó a
este diario que el atentado se produjo el mismo día en que recibió dos amenazas de
muerte en su teléfono. “De parte del Gobierno no hemos recibido ninguna respuesta, a
excepción de una reunión con la Unidad de Protección, pero a solicitud nuestra. (Jaimes,
2019, párr. 5).
Aquí vemos como el gobierno no interfiere ante esta problemática, y es que si lo pensamos hay
un sinfín de problemas sociales donde el gobierno se hace de la vista gorda o finge ayudar. Pero,
realmente no podemos culpar solo al gobierno, la población colombiana tampoco protesta en
contra de esto y continua votando por las personas de siempre, así lo dice Ospina (2012):

Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos. Quienes se dicen
representantes de la voluntad nacional son para las grandes mayorías de la población
personas indignas de confianza, meros negociantes, vividores que no se identifican con el
país y que no buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a nuestra 5
Cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las reformas que el orden social le
exige para su continuidad, la historia las resuelve a su manera, a veces con altísimos
costos para todos. sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que
sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos esquemas
coloniales. Colombia siguió postrada en la veneración de modelos culturales ilustres,
siguió sintiéndose una provincia marginal de la historia, siguió discriminando a sus indios
y a sus negros, avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su
naturaleza. Esto no fue una mera distracción, fue fruto del bloqueo de quienes nunca
estuvieron interesados en que esa labor se realizara (P 5-6).
Como se dijo anteriormente, mas claro no puede ser, realmente los colombianos no reconocen la
importancia de su país, continúan en una cadena que no rompen en lo que respecta a sus
problemas, no sabe reconocer su territorio, es más Colombia tiene una gran concentración de este
gran parte del territorio colombiano está repartido en unas pocas personas, en Colombia hay una
gran desigualdad. Este es un problema grave, aquí es donde tocaremos el tema de la lucha de
tierra en Colombia.

A lo largo de la historia, Colombia ha vivido conflictos por la lucha de las tierras, los campesinos
son despojados de sus tierras o tienen que desplazarse por causa del conflicto armado, estos
problemas no son resueltos, el gobierno no interviene y tampoco ayuda a estas personas en
condición de desplazamiento, a diario las podemos ver en las calles, pidiendo monedas
(campesinos, indígenas) estas personas tuvieron que salir de golpe de sus tierras, buscando un
nuevo rumbo, sin nada de dinero, aventurándose en las ciudades a su suerte, porque las personas
que logran recibir subsidios o ayudas, son muy pocas, como lo menciona Ospina (2012) es decir:

Más bien yo diría que lo que vivimos es el desencadenamiento de numerosos problemas


represados que nuestra sociedad nunca afrontó con valentía y con sensatez; y la historia
no permite que las injusticias desaparezcan por el hecho de que no las resolvamos (P 5).

A manera de conclusión, tengo que decir que hasta que Colombia no revolucione su
pensamiento, no se de cuenta de las injusticias que comenten contra nosotros, el país no
cambiara de rumbo, al contrario seguirá empeorando puesto que nos seguirán manipulando las
mismas personas a cargo del país de siempre, nos seguirán vendiendo un discurso repetido con el
único fin de ponernos una venda en los ojos haciéndonos imaginar que debemos estar
agradecidos con lo que tenemos. Cuando nos demos cuenta de lo que realmente los colombianos
merecemos, ahí cambiara nuestro futuro.
Referencias:

Jaimes, juliana. (2019) Masacres, homicidios y agresiones a líderes: el violento inicio de 2019.
El Espectador. Recuperado de https://colombia2020.elespectador.com/pais/masacres-homicidios-
y-agresiones-lideres-el-violento-inicio-de-2019
Ospina, W. (1996). ¿Dónde está la franja amarilla?. Colombia

Pineda, F. (2016). La lucha por la tierra en Colombia: génesis de un conflicto que no acaba.
Revista Goliardos, 20(1), 1-12. Recuperado de:
http://bdigital.unal.edu.co/65535/1/61171-310598-1-SM.pdf

You might also like