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Justo Fernando Balmaceda Quirós

Nació en 1977, en Piura (Perú). Estudió la carrera de Derecho en


la Universidad de Piura (2000). En 2007 cursó un Máster en la
Universidad de Navarra, becado por la Fundación Carolina, y de Justo Fernando Balmaceda Quirós
2009 a 2013 estudió el doctorado en Derecho en la Universidad
de Navarra, con beca de la Asociación de Amigos de la
PENAL

PENAL

PENAL
Universidad de Navarra (ADA) y de la Universidad Católica
Santo Toribio de Mogrovejo (USAT, Perú). Casado y con seis
hijos, desde 2002 es profesor del área de Derecho Penal y
Filosofía del Derecho en la USAT.

Últimos títulos de Justicia Penal Últimos títulos Atelier Penal


Colección dirigida por el Dr. Ricardo ROBLES PLANAS Colección dirigida por el Dr. Jesús-María SILVA SÁNCHEZ

Delitos conexos y
Este trabajo de investigación fundamenta el análisis de una nueva clase de delito

Delitos conexos y subsiguientes


y el Dr. Ricardo ROBLES PLANAS
Los delitos contra el medio ambiente. Reforma legal conexo, en subsecuencia delictiva: los «conexos-subsiguientes» o «delitos en
y aplicación judicial conexión subsiguiente». La imprudencia en el Derecho penal

subsiguientes
SILVA SÁNCHEZ, J.M./ MONTANER, R. PÉREZ DEL VALLE, C.
Entiendo por «subsecuencia delictiva» la circunstancia jurídico-normativa de tipificar
Cadena perpetua y las penas muy largas de prisión: Tarjetas de pago y Derecho penal.
una conducta, un hecho, dependiente de la existencia de otro acontecido previo —de
por qué son inconstitucionales en España Un modelo interpretativo del art. 284.2.c) CP
CUERDA RIEZU, A. su existencia en sí misma o de algún elemento concreto proveniente de este—, pero a AZCONA ALBARRAN, C.D.
Derecho penal comparado. La definición del delito
en los sistemas anglosajón y continental
la vez independiente porque el sujeto interviniente no es el mismo que en el previo
—bajo ninguna modalidad de autoría o participación— y porque el nuevo hecho Un estudio de la subsecuencia delictiva Interpretación y ley penal. Un enfoque desde la doctrina
del fraude de ley
BERNAL DEL CASTILLO, J. imprime un nuevo sentido penal en la realidad. Esta nueva modalidad conductual RIGGI, EJ.
La crisis del Derecho penal contemporáneo puede empezar a configurarse no sólo después de la consumación del hecho previo Justicia de transición, justicia penal internacional
ROBLES PLANAS, R. / SÁNCHEZ-OSTIZ, P. (post-ejecutivo), sino también durante su ejecución, cuando ya pueda establecerse y justicia universal
una relación de dependencia entre ellos. Relación de dependencia que no implica TAMARIT SUMALLA, J. (Cood.)
Terrorismo, tortura y Derecho penal.
Respuestas en situaciones de emergencia siempre la configuración del hecho previo en estadio de antijurídico, sino a veces Conocimiento e imputación en la participación delictiva.
AMBOS, K. menos (tipicidad) y a veces más (culpabilidad, punibilidad o ejecutabilidad). Además, Aproximación a una teoría de la intervención como
partícipe en el delito
el bien jurídico afectado por ambas conductas puede ser el mismo o bien diferente.
MIRÓ LLINARES, F.
Todo esto se encuentra integrado por el conocimiento que el interviniente tiene de
Delito en la empresa. Estrategias de prevención de

PENAL
cada característica del hecho subsiguiente o «conexo-subsiguiente». Ejemplos de esta
la criminalidad intra-empresarial y deberes
clase de conductas son el encubrimiento, la receptación, el blanqueo de capitales, el de control empresario
uso de moneda falsa, etc. AGUSTINA SANLLEHI, J.R.

Se analizan los aspectos procesales, y dentro de estos los referidos a las posibles Límites al Derecho penal. Principios operativos en la
fundamentación del castigo
contradicciones entre las sentencias de los dos hechos involucrados, en comparación RICARDO ROBLES PLANAS (Ed. española)
con los delitos conexos vigentes —objetivos y subjetivos— y aceptados en la legislación,
jurisprudencia y doctrina, para determinar si las reglas de estos supuestos son las
mismas o diferentes a las del nuevo.

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Cian de cuatricromíaMagenta
cuatricromíaMagenta de cuatricromíaAmarillo
cuatricromíaAmarillo de cuatricromíaNegro
cuatricromíaNegro de cuatricromíaPANTONE
cuatricromíaPANTONE 704 C
Justo Fernando Balmaceda Quirós

de sus posibles ventajas, aspectos procesales y aplicabilidad de estos nuevos tipos


penales. Todo esto estructura el contenido de la teoría de la subsecuencia delictiva
(vid. cap. IX.3-IX.5).

IX.1. ¿QUÉ ES LA SUBSECUENCIA DELICTIVA?

1. Es el fenómeno jurídico-penal referido a los tipos penales conexos-subsiguien-


tes. Implica las relaciones entre dos o más conductas (hechos) con relevancia jurídi-
co-penal, concatenadas una tras otras, dependiendo la segunda de la primera (res-
pecto de su existencia en general o de algún elemento que emana de esta), pero
autónoma en función del sentido penal que adquiere al relacionarse con la primera.
Concurren dos conductas: habiendo concluido la primera o estando aún en ejecución
—pero pudiendo servirse de algunos de sus elementos—, una segunda se adhiere a
esta pero configurando un sentido penal diferente. Por eso, prefiero no denominarlos
hechos post-ejecutivos, salvo que con esto no se entienda la necesaria «conclusión» o
«consumación» del hecho previo, sino al menos que estamos ante la presencia de sus
actos ejecutivos penalmente relevantes. La primera deberá ser conocida para poder
configurar la segunda, que intensifica o diversifica la lesión —afectación— de la so-
ciedad y de sus individuos en función al grado de dependencia que presenten ambos
hechos (de ahí el nuevo sentido penal).
2. Los tipos penales conexos-subsiguientes son «tipos penales dependientes» de
otro tipo penal acontecido previamente (hecho previo, «tipo unitario», daño primario,
etc.), en función de la conjunción de varios factores: el bien jurídico, la accesoriedad
entre ambos hechos y el dolo (objeto del conocimiento). El bien jurídico podrá ser el
mismo que se lesiona con el hecho previo, o uno distinto: si es el mismo la lesión de
la sociedad se intensifica; y si es diferente se diversifica (ya sea que se utilice el mismo
objeto material, o no, que en el hecho previo). El grado de dependencia (accesorie-
dad) entre ambos hechos está en función al desarrollo del hecho previo que resulte
pertinente según el grado requerido de accesoriedad (de la subsecuencia) entre ambos
hechos, que puede ser variado: el tipo objetivo, la antijuridicidad, la culpabilidad, la
punibilidad o la ejecutabilidad. El dolo del tipo conexo-subsiguiente implica conocer
—además del resto de elementos de su tipo—, el elemento que del hecho previo se
vuelve a utilizar —en su caso el mismo objeto material— o el simple conocimiento del
hecho previo, el bien jurídico lesionado en ambos hechos y el grado de dependencia762
entre ambos hechos (sea cual sea el que se requiera).
3. Según cómo se combinen los factores de subsecuencia, tanto los esenciales
(bien jurídico, la accesoriedad de la subsecuencia y el dolo), como los secundarios
(objeto material, calidad de los sujetos, márgenes de penas, etc.) surgen tres modali-
dades de configuración de los tipos conexos-subsiguientes: accidentales, funcionales
(de infracción de deber) y esenciales (de norma resguardo). La subsecuencia, siendo
un único fenómeno, tiene tres formas de presentarse.

762. Vid. caps. IV.2.2 párr. 4, VII.3 párr. 5 y VII.4 párr. 5. El conocimiento de estos elementos
se imputa no se demuestra naturalísimamente, vid. np 635.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

Así, según que los dos hechos no compartan el injusto típico,763 el sujeto activo
sea siempre no cualificado, el bien jurídico puesto en peligro sea, en la mayoría de
los casos, el mismo en ambos hechos, en donde el objeto material del hecho previo
siempre vuelve a ser utilizado en el hecho conexo-subsiguiente y donde el grado de
accesoriedad de la subsecuencia sea siempre el mínimo (se requiere que el hecho
previo se encuentre en estadio de tipicidad), el modelo será de «subsecuencia acci-
dental» (vid. cap. IX.2.1). En cambio, si los dos hechos no comparten el injusto típico,
el sujeto activo es siempre cualificado, el bien jurídico puesto en peligro es, en la
mayoría de los casos, diferente en ambos hechos, en dónde el objeto material del
hecho previo nunca vuelva a ser utilizado en el hecho conexo-subsiguiente y dónde
el grado de accesoriedad de la subsecuencia es mayormente el mínimo (se requiere
que el hecho previo se encuentre en estadio de tipicidad), aunque permitiendo supues-
tos en que puede ser máxima (hasta el estadio de punibilidad) o absoluta (hasta el
estadio de ejecutoriedad), el modelo será de «subsecuencia funcional» (vid. cap.
IX.2.2). Y, por último, si los dos hechos comparten el injusto típico, el sujeto activo
pueda ser tanto cualificado como común, el bien jurídico puesto en peligro sea tanto
el mismo como diferente en ambos hechos, en donde el objeto material del hecho
previo puede volverse a utilizar —o no: es indiferente— en el hecho conexo-subsi-
guiente y donde el grado de accesoriedad de la subsecuencia es siempre la limitada
(se requiere que el hecho previo se encuentre en estadio de antijuridicidad), el mode-
lo será de «subsecuencia esencial» (vid. cap. IX.2.3).
4. La relación de «subsecuencia delictiva» se caracteriza no simplemente por una
mera suma o yuxtaposición de hechos, sino porque la valoración del «sentido
delictivo»764 de ambos hechos es diferente entre sí, entre otras razones, porque la lesión
al bien jurídico es diversa en ambos hechos (aunque el sujeto sea el mismo en ambos
hechos y no haya planeado realizar el segundo inmediatamente después del primero

763. Para el estudio histórico sobre si el «injusto» está contenido en la tipicidad, la antijuri-
dicidad o la culpabilidad, vid. DÍEZ R IPOLLÉS, La categoría de la antijuridicidad en el Derecho
Penal, 2.ª ed., Buenos Aires-Montevideo, 2011, pp. 64 ss. Pero más adelante (pp. 83 ss) determina
que está en ambos con diferentes matices. Es «injusto específico» cuando está contenido en la
tipicidad, y es «injusto genérico» cuando está en la antijuridicidad. Este estadio puede neutralizar
al injusto específico si concurren causas de justificación. Vid. CORTES ROSA , en SILVA SÁNCHEZ ,
(ed.)/SCHÜNEMANN/De F IGUEIREDO DIAS (coords.), Fundamentos de un sistema europeo del Derecho
penal. Libro homenaje a Claus Roxin, p. 247 np 1, dónde analiza que el injusto se refiere a la
tipicidad y a la antijuridicidad, es decir a esta última como sinónimo de injusto, aunque luego
analiza que actualmente no está del todo claro. Vid. np 578 y 583.
764. Más que depender de una cuestión temporal, las conductas conexas-subsiguientes real-
mente implican una conexión de sentido. Vid. SÁNCHEZ -O STIZ GUTIÉRREZ , ¿Encubridores o cóm-
plices?, p. 143: «En efecto, son contenidos valorativos los que permiten defender la vinculación
—de un modo u otro— con el hecho previo. […]: son factores de valoración social del hecho,
del delito cometido, los que dan sentido a las aportaciones subsiguientes: no se trata de la mera
relación post-hoc». Y continúa, p. 470: «En concreto, el encubridor no es tal por adherirse sim-
plemente con posterioridad, sino por “intervenir” de forma distinta a como lo hacen el autor
y/o partícipe. Así, tras la tipicidad de un delito se ha definido la de otro, que sólo adquiere sen-
tido desde la antijuridicidad de aquél, del primero». La cursiva es del original. Aunque esta idea
está dada para el encubrimiento, que requiere la antijuridicidad del hecho previo, ejemplifica la
misma relación para el resto de tipos conexos-subsiguientes: a cada cual hay que analizarlo con
su respectiva accesoriedad.

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—por ejemplo, como podría pensar el blanqueador respecto de lo que primero ha


obtenido mediante otro ilícito penal—; pero sobre todo si el autor no es el mismo su-
jeto en ambos hechos). La distinción se halla en la valoración que se le dé a ambos
hechos. Estos recibirán una distinta valoración social y una distinta valoración jurídica.

IX.2. PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN DE LOS TIPOS CONEXOS-


SUBSIGUIENTES

1. Desarrollo tres modelos de tipos conexos-subsiguientes que propongo para


fundamentar dogmáticamente lo percibido a lo largo del CP. De manera genérica po-
demos decir que uno hará referencia al elemento «objeto material»; otro, al «deber del
sujeto interviniente»; y el tercero, al «resguardo» de la norma previa. Las tres modali-
dades comparten las características genéricas de la subsecuencia delictiva (vid. caps.
VII y VIII.1. párr. 4), por lo que ahora resaltaremos las características específicas que
permiten agrupar los supuestos estudiados como integrantes de una modalidad. Estas
serán producto de la combinación, en de cada graduación, de que cada una de las
características genéricas, con las secundarias que concurran.
2. Como todas las características de los tipos conexos-subsiguientes pueden darse
de manera diversa en cada uno, podemos agruparlos de tres maneras diferentes y
nuevas a las ya planteadas (vid. cap. II.2.), pero según un mínimo común de caracte-
rísticas que configuran unas «modalidades», unas formas de presentarse los tipos co-
nexos-subsiguientes. Es decir, en cada modalidad podremos encontrar una serie de
características que se repiten en todos los integrantes del grupo; y en algunos casos
otras características adicionales. Veremos con un poco de atención lo común de cada
modalidad. Esto respeta la realidad de las conductas como las necesidades normativas
que la subsecuencia requiere.765
3. Todas las modalidades tienen en su base las características genéricas de la sub-
secuencia delictiva. Sobre estas aparecen los diferentes matices de cada modalidad. Las
genéricas son: i) dos hechos, uno previo y otro «conexo-subsiguiente»; ii) el hecho
previo debe presentar el grado de desarrollo requerido por la «accesoriedad de la sub-
secuencia»; iii) el bien jurídico afectado puede ser el mismo o diferente; y iv) el «dolo»
del tipo conexo-subsiguiente que debe incluir el conocimiento de todo esto relaciona-
do con el hecho previo (algunos exigirán el conocimiento de algo muy concreto del
hecho previo y otros sólo tendrán la necesidad genérica de conocer un hecho previo).

Lo que comparten el hecho previo y los conexos-subsiguientes varía según cada


tipo. Unos cuantos comparten el objeto material previo. Otros, un deber de velar por

765. Como fruto de las teorías vigentes sobre el delito, vid. CUELLO CONTRERAS, InDret 1/2011
(Enero), pp. 25 s.: «Dogmática jurídico-penal no es ni puro ontologismo ni puro normativismo,
como conviene recordar en un momento de hegemonía del normativismo. Es más bien necesidad
de construir los conceptos básicos teniendo en cuenta a la vez la lógica de las cosas y los fines
normativos. Es por eso que también en la fase de la normativización del derecho penal, el mode-
lo de imputación que tan bien fue elaborado en la fase anterior, del naturalismo, sigue siendo
válido para ayudar decisivamente a la configuración de conceptos como el de autoría, cuyo con-
tenido normativo nadie cuestiona».

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

La denominación de conductas «post-ejecutivas» resulta ser equívoca, porque algunos


hechos pueden empezar a realizarse antes de que terminen los actos ejecutivos del
previo. La gravedad de estas conductas será analizada para justificar su inclusión en
el catálogo de delitos de nuestros sistemas jurídicos.
3. Con ánimo de contextualizar el cómo y porqué de las relaciones entre dos tipos
penales, he notado que estas han sido tratadas, también, en otras legislaciones. Me
refiero sólo a algunas, pudiendo empezar por una cercana al investigador, el Código
penal peruano (CPp): regula varias figuras delictivas necesitadas de un hecho previo
para su propia configuración,3 como lo hace el CP. Sin embargo, no recoge, entre
otros, al blanqueo de capitales (lavado de activos), uno de los paradigmas de las con-
ductas que vamos a estudiar, sino que lo regula en una ley penal especial. En ningún
lugar se explica por qué se tipifican esta clase de delitos —en relación con otros pre-
vios— (mucho menos en la exposición de motivos del Código). Para el blanqueo de
capitales, esa ley penal especial no tiene, ni en sus modificatorias, una exposición de
motivos que explique los alcances y efectos que se quieren lograr con ella. Tampoco
existe una explicación político-criminal formal y antecedente (seguro que la necesi-
dad social existe y por tanto la Política criminal también, pero no se ha plasmado),
ni mucho menos existe una explicación dogmática de esta figura.4 Lo mismo ocurre
para el encubrimiento (arts. 404-405) y para la receptación (art. 194). El encubrimien-
to tiene una redacción muy diferente respecto de la española (la referencia al hecho
previo está velada), mientras que la receptación y el blanqueo de capitales tienen una
redacción similar (orientan directamente a la relación con un hecho previo).
4. En el caso de Alemania se tipifican varias conductas que también requieren
de un hecho previo para su configuración,5 así como se reguló el blanqueo de ca-

3. Por poner unos ejemplos de tipos penales con esta estructura, regulados en el CPp, actua-
lizado a junio de 2012, tenemos: receptación (art. 194), informes de auditoría distorsionados (art.
198-a), delitos contra la información sobre gestión de derechos (art. 220-d), tráfico de moneda
falsa (art. 254), fabricación o introducción en el territorio de la república de instrumentos desti-
nados a la falsificación de billetes o monedas (art. 255), atentado contra los medios de transporte
colectivo o de comunicación (art. 280), producción, comercialización o tráfico ilícito de alimentos
y otros productos destinados al uso o consumo humano (art. 288), falsificación, contaminación o
adulteración de productos farmacéuticos, dispositivos médicos o productos sanitarios (art. 294-a),
promoción o favorecimiento del tráfico ilícito de drogas (art. 296), tráfico ilícito de insumos quí-
micos y maquinarias destinados a minería ilegal (art. 307-e), tráfico ilegal de recursos genéticos
(art. 308-d), tráfico ilegal de productos forestales maderables (art. 310-a), cohecho pasivo especí-
fico (art. 395), cohecho activo específico (art. 398), denuncia calumniosa (art. 402), ocultamiento
de menor a las investigaciones (art. 403), encubrimiento personal (art. 404), encubrimiento real
(art. 405), omisión de denuncia (art. 407), fuga del lugar del accidente de tránsito (art. 408), fal-
sedad en juicio (art. 409), avocamiento ilegal de proceso en trámite (art. 410), prevaricato (art.
418), fabricación fraudulenta o falsificación de marcas o contraseñas oficiales (art. 435), fabricación
o tenencia de instrumentos para falsificar (art. 439), protección de señales satelitales encriptadas
(art. 444-a); entre otros. Muchas de estas conductas son también reguladas en el CP, con la es-
tructura que nos interesa.
4. Para la historia del delito de «lavado de activos» en Perú, vid. P RADO SALDARRIAGA , Lavado
de activos y financiación del terrorismo, Lima, 2007, pp. 75 ss.
5. Por poner unos ejemplos de tipos penales con esta estructura, contenidos en el StGB,
tenemos: actividad de agentes con fines de sabotaje (§ 87.(1).3, 4), traición a la patria (§ 94.(1).1
y 2), revelación de secretos de estado (§ 95.(1)), falsificación de traición a la patria (§ 100a.(1)),

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

requieren un proceder más interpretativo para dilucidar que la conducta posterior a


realizarse exige una anterior delictiva o ilícita.535

VI.3. POR LA «ACCESORIEDAD DE LA SUBSECUENCIA»

1. ¿En qué estadio de desarrollo, dentro de la teoría del delito, debe encontrarse
el hecho previo para que un sujeto diferente pueda aprovecharse de algo de este para
realiza r un nuevo hecho penal (conexo-subsiguiente)? Puede entenderse que la idea
de accesoriedad haya surgido de la mano de la participación criminal536 estudiada
anteriormente (vid. cap. III.1.3); aunque ya he dilucidado que así como está entendida
no es útil para la subsecuencia (cap. III.1.3.3). Si tomamos una de sus características,537
podremos entender un poco más la subsecuencia: necesitar que un hecho se encuen-
tre en un estadio determinado de la teoría del delito —lo mínimo jurídicamente rele-
vante— para que otro sujeto pueda intervenir sirviéndose de la información del pri-
mer hecho, pero con un nuevo sentido penal. Es decir, para nuestro caso, entendemos
la posible dependencia entre un tipo y otro pero en función de situaciones diferentes
a las estudiadas en la participación.

535. Fuera de nuestro objeto de estudio, encontramos varios casos en que siendo el mismo
sujeto activo, sin embargo, la subsecuencia está presente con esta clase de dolo: arts. 195.3
(omisión del deber de socorro), 197.4. párr. 1 y 5 (descubrimiento y revelación de secretos),
258 (Insolvencia para eludir responsabilidades civiles), 382 (Conducción manifiestamente teme-
raria con consciente desprecio por la vida de los demás con resultado lesivo), 383 (Negativa a
someterse a la prueba de alcoholemia), 468.1 (quebrantamiento de condena), y 557.1 (desórde-
nes públicos).
536. Vid. RUIZ A NTÓN, CPC 11 (1980), p. 65: «Por ello puede decirse que la accesoriedad no
es simplemente conceptual o fáctica, sino jurídica, al ser el propio hecho principal determinante
del contenido de injusto de la participación y servirle en parte, bajo esta perspectiva, de funda-
mento y límite». La cursiva es del original.
537. Vid. M IR P UIG, DP. PG., 2004, p. 398: «El fundamento del castigo de la participación
conduce como se ve, al principio supremo de la teoría de la participación: el principio de ac-
cesoriedad limitada. Significa, por una parte, que la participación es accesoria respecto del
hecho del autor, pero también, por otra parte, que depende de este hasta cierto punto: basta
que el hecho del autor sea contrario a Derecho (antijurídico). No es preciso que además sea
personalmente imputable al autor (o como suele decirse: no es preciso que el autor sea “culpa-
ble”). Se descarta así la teoría de la accesoriedad máxima. Mas también se rechaza la teoría
de la accesoriedad mínima, según la cual bastaría que el hecho del autor realizase el tipo de
un delito, aunque estuviera justificado». La negrita y cursiva son del original. Ya veremos que
estos descartes no son tales. Aunque en clave de la teoría de la «prohibición de regreso», vid.
F EIJÓO SÁNCHEZ , Límites de la participación criminal, pp. 9 s.: «El principio de accesoriedad
es un principio garantístico que limita la intervención del Derecho penal […]». En el mismo
sentido —sin la clave de la prohibición de regreso—, vid. P ÉREZ A LONSO, «Autoría y participación
(I)», en ZUGALDÍA E SPINAR (dir.)/MORENO -TORRES H ERRER A (coord.)/ET. AL ., Fundamentos de De-
recho penal (parte general), Valencia, 2010, p. 409. Le denomina «principio de accesoriedad» a
la unión del delito posterior con el previo, BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capita-
les, 2002, p. 261. Para la idea de la accesoriedad como principio, vid. GILI PASCUAL , CPC 61
(1997), pp. 175 s. y 182 ss.

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

2. Según la teoría jurídica del delito, un hecho penal tiene varios estadios de desa-
rrollo: conducta (acción), típica, antijurídica, culpable,538 punible y —otros agregan—
ejecutada. Lo que en clave de accesoriedad se corresponde con los siguientes grados:539
básica, mínima, limitada (media), extrema, máxima y absoluta, respectivamente. Lo
interesante, jurídico-penalmente, es que el legislador puede optar540 por uno de estos
grados, es decir, es una cuestión del modelo de Derecho penal que se quiera adoptar:
uno muy intervencionista, que al primer viso de peligro intervenga, o que de verdad
respete la fragmentariedad y ultima ratio y espere a que el peligro sea realmente rele-
vante e intente atajarlo primero con otras ramas del Derecho. Esto se ha apreciado así
en cada uno de los tipos del CP. En otras palabras, el concepto de delito no es unánime
respecto de que el hecho haya llegado a alguno de estos estadios.541

El art. 10 del CP da una definición sencilla de delito («Son delitos o faltas las
acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley»). Siendo así, opino
que no se requiere que el delito previo tenga siempre una sentencia definitiva y fi rme,
pues las garantías penales indican que un hecho será delito si previamente ha sido

538. BELING definía el delito como acción típica, antijurídica y culpable, pero criticado por
JAKOBS, DP. PG., 1997, p. 189 párr. 49 y p. 195 párr. 59, en el sentido de que no es necesario el
estadio de culpabilidad para la concepción del delito; entre otros.
539. M AYER introdujo una clasificación que tomó en cuenta sólo algunos grados, vid. PEÑA-
RANDA R AMOS, La participación en el delito y el principio de accesoriedad, pp. 255 s.: «Las cuatro
formas de accesoriedad tomadas en cuenta por M AYER eran, como es bien sabido, la accesoriedad
mínima (dependencia de una conducta meramente típica del autor), la limitada (dependencia de
una conducta típica y antijurídica), la extrema (dependencia de una conducta típica, antijurídica y
culpablemente realizada) y la hiperaccesoriedad (dependencia “también de las cualidades perso-
nales del autor, de modo que las circunstancias agravantes o atenuantes inherentes a su persona
gravan o exoneran al partícipe”)» (por ejemplo, M IR P UIG también denomina «mínima» a la que
se refiere a la tipicidad). Mantengo la concordancia literal con todas. La idea de hiperaccesoriedad
se refiere a que el hecho principal debe estar en estadio de punibilidad, como explica L ÓPEZ BARJA
DE QUIROGA , Autoría y participación, p. 117, entre otros. Vid. np. 559 y 585. Para otro sentido de
hiperaccesoriedad, referido al hecho punible, vid. np 544 (la STS 1197/2001).
540. Antes nos decía, PEÑARANDA R AMOS, La participación en el delito y el principio de ac-
cesoriedad, p. 253: «Una mayor importancia para la evolución sucesiva del concepto de accesorie-
dad habría de tener, en cambio, el reconocimiento de que la accesoriedad, como toda relación de
dependencia es susceptible de graduación». Vid. ibidem, p. 256: «Por lo pronto, interesa destacar
como la primera de ellas, frente al planteamiento de la literatura anteriormente más extendida,
que veía en la accesoriedad una magnitud fija que venía a imponerse completamente al propio
legislador, la accesoriedad pasa a ser considerada en el esquema de M. E. Mayer como “un pro-
ducto de la ley”, esto es, como algo de lo que el legislador puede en principio disponer». Para
otra idea en este contexto vid. M IR P UIG, ADPCP 26 (1973), p. 322: «Sin embargo, el Código penal
contiene un uso normal de los términos “delito” y “falta”, según el cual no se consideran como
tales las acciones del mundo empírico concretamente punibles, sino los abstractos procesos de
actuación previstos por la Ley en los distintos tipos legales que, como regla, constituyen la Parte
Especial del Código, con independencia de que concurran o no, además de esa tipicidad legal,
otras notas adicionales de la teoría del delito». La cursiva es del original.
541. Por ejemplo, PALMA H ERRERA , Los delitos de blanqueo, p. 322, considera que el concep-
to de delito está determinado por la conducta típica, antijurídica y culpable. Luego aclara que
cuando se determina la accesoriedad limitada, no es porque el concepto de delito se establezca
sólo para la conducta típica y antijurídica, sino que sólo es una regla para la determinación de la
responsabilidad de los partícipes en una infracción penal. Vid. np 112 y 538.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

así definido por la ley, donde se le asigna una pena («penados por la ley»), lo que no
quiere decir que necesariamente se haya impuesto una pena. Esto ayuda al argumen-
to de que el Derecho penal permite diversos grados de accesoriedad.

Hablando de la «accesoriedad de la participación», el legislador542 no está obligado


a optar por un único grado de accesoriedad para todos los tipos penales a la vez, po-
dría optar por más de uno según sea necesario y convenga —aunque opina en contra
la doctrina543 y la jurisprudencia544 española: el CP ha optado por la «limitada»—.

542. A diferencia de lo que ocurre con el StGB §§ 26 y 27, donde se opta expresamente por
la accesoriedad limitada. Vid. ROBLES PLANAS, La participación en el delito, p. 168.
543. Entre otros, vid. idem, pp. 222 s. Vid. BOLDOVA PASAMAR , La comunicabilidad de las
circunstancias y la participación delictiva, p. 134. Desde y para el instituto de la «participación»,
a favor de la accesoriedad limitada, vid. M IR PUIG, DP. PG., 2004, pp. 398 s.: «A favor de la teoría
de la accesoriedad limitada, y en especial de la no dependencia del partícipe respecto de la posi-
bilidad de imputación personal al autor, concurren diversos argumentos en el Código penal. Así,
el significado de la palabra “hecho” (arts. 28 y 29 CP), empleada por la ley como presupuesto
de las diferentes formas de participación, y que según se desprende de su uso en el art. 19 y en
los núms. 1.º, 2.º del art. 20 CP, no requiere la imputación personal al autor. Por otra parte, los
arts. 300 y 453 CP no sólo consagran el principio de accesoriedad limitada para la receptación y el
encubrimiento, sino que confirma que el “autor del hecho” puede ser personalmente inimputable
o hallarse exento de pena». La negrita y cursiva son del original. Y en el mismo sentido, vid. BLAN-
CO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, pp. 260 s.: «[…] el nuevo CP/1995, cuando
se refiere a un hecho típico y antijurídico utiliza la expresión “infracción penal”, mientras que el
término “delito” se emplea sólo cuando el sujeto es plenamente responsable. Esta interpretación
puede originar problemas respecto del art. 20 núm. 4 (primero), regulador de la legítima defensa,
donde se reputa agresión ilegítima para el caso de los bienes, el ataque a los mismos que consti-
tuya “delito” (o falta). Sería excesivo exigir que el ataque deba ser realizado por una persona cul-
pable, pues no quedaría justificada la defensa ante un hecho antijurídico de un inimputable, por
ejemplo. No es suficiente con que la acción sea meramente típica, puesto que ello sería admitir la
posibilidad de legítima defensa contra una agresión legítima. Sí cabe legítima defensa, sin embargo,
ante una agresión antijurídica, aunque no sea culpable ni punible». Pero cabe la posibilidad de que
no sea legítima por lo que la tipicidad podría ser suficiente. Y así otros más. Cfr. np 569.
544. Vid. STS 1197/2001, de 20 junio (ponente: Bacigalupo Zapater), referida al delito de
fraude de subvenciones (art. 308 CP): «La segunda parte del argumento, a su vez, presupone una
errónea concepción de la accesoriedad de la participación. Como es sabido y generalmente admi-
tido en el derecho vigente rige el criterio de la accesoriedad limitada, según el cual toda partici-
pación presupone un hecho principal típico, antijurídico y doloso. Por lo tanto, el derecho posi-
tivo excluye otros criterios que ya nadie postula seriamente en esta materia: las llamadas
accesoriedad extrema, que requiere que el hecho principal sea culpable, y la hiperaccesoriedad,
que exigiría también la punibilidad del hecho principal». Vid. np 585. La STS 1394/2009, de 25
enero (ponente: Marchena Gómez, Caso Saqueo Marbella), referida al delito de malversación de
caudales públicos (art. 432): «La importancia que el principio de accesoriedad tiene en la dogmá-
tica mayoritaria y en la jurisprudencia de esta Sala, no necesita ser argumentada. De hecho, aquel
principio ha llegado a ser considerado como una necesidad conceptual. Ello no debe ser obstácu-
lo, sin embargo, para reconocer que no faltan propuestas dogmáticas minoritarias que explican la
coparticipación sin necesidad de recurrir al principio de accesoriedad, argumentando que el par-
tícipe realiza su propio injusto. Pese a todo, es cierto que esta Sala —en sintonía con la doctrina
dominante—, ha convertido el principio de accesoriedad en uno de los fundamentos del castigo
del partícipe y de este dato incuestionable hemos de partir para concluir la ausencia de la infrac-
ción legal que denuncia el recurrente. […]. Para que pueda haber accesoriedad es indispensable
que exista un hecho principal típicamente antijurídico. El que ese hecho de relevancia jurídico-

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

Aunque soy consciente de que voy contra corriente, propongo ciertos argumentos. Si
la opción para todo el CP fuera la accesoriedad limitada, porqué se ha referido espe-
cíficamente a esta sólo para dos casos (arts. 300 y 453)545 ¿no hubiera sido más idónea
una disposición general al respecto? Es verdad que este grado de accesoriedad también
puede predicarse de otros tipos del CP, aunque no todos la requieren pues algunos
tienen una diferente: hay que determinarla tipo por tipo.

La idea de «accesoriedad» hace referencia a una relación de dependencia entre dos


realidades. Jurídicamente su estudio remite a la «participación» (dependencia entre los
sujetos principales y los cooperadores o cómplices en un hecho penal), pero no tiene
por qué ser exclusiva de este instituto jurídico. Para la participación delictiva —«acce-
soriedad de la participación»—, en el CP, sólo es relevante la noción de «accesoriedad
limitada» o «accesoriedad de la participación limitada» —según lo que opina la mayo-
ría—: la que plantea la relación entre los intervinientes y el hecho, cuando el hecho
principal se encuentra en estadio de antijurídico. Desde este estadio se puede atribuir
responsabilidad a los sujetos por sus contribuciones al hecho. La accesoriedad limitada

penal pueda ser atribuido a una persona concreta o que aquélla a la que inicialmente se imputa-
ba resulte absuelta, en nada afecta a la afirmación de accesoriedad». La STS 606/2010, de 25 junio
(ponente: Varela Castro), referido al delito contra la Hacienda de la Comunidad Europea (art. 305):
«Tal precepto concibe la participación conforme a la denominada accesoriedad limitada. Basta la
comisión de un hecho antijurídico, aunque su autor no sea culpable. Pero, doctrina y jurispruden-
cia convienen en que se excluye si el hecho del autor está justificado. Es decir, no se admite que
la participación esté condicionada por una accesoriedad mínima». Entre otras.
En el TS se adopta la accesoriedad limitada desde 1985: SsTS de 27 mayo 1985, (ponente: de
Vega Ruiz): «Que el encubrimiento, como forma de participación en el delito, no supone la inter-
vención directa, material, inductiva o por cooperación necesaria, respecto del hecho criminoso,
sino únicamente la contribución por favorecimiento o cooperación posterior al mismo, en un plano
de accesoriedad limitada, siempre que el hecho principal sea, al menos típicamente antijurídico
[…]». La 190/1995, de 16 febrero (ponente: Delgado García), referido al delito de fraude y exaccio-
nes ilegales (art. 400): «Recientemente ha adquirido firmeza en la doctrina de esta Sala la posibi-
lidad de condenar como partícipes en un delito especial a quienes no reúnen la condición exigida
en el tipo para ser sujeto activo del delito. Existiendo el hecho típico y antijurídico (accesoriedad
limitada) si alguien toma parte con un comportamiento de inducción o complicidad (necesaria o
no necesaria) habrá de responder conforme a las mencionadas normas de extensión de la pena».
Esta última sentencia pone de manifiesto cómo se usa la figura de la accesoriedad limitada para
otro delito diferente a los que la regulan expresamente.
545. En el código penal anterior no había imperativo legal de referencia que especificara la
situación de accesoriedad de los tipos, como ahora hay alguno (accesoriedad limitada: con los arts.
300 y 453 CP), aunque ya se entendía que la limitada era la opción más viable, vid. BLANCO COR-
DERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, p. 263. Entonces, ¿por qué ser reiterativo o espe-
cífico para unos casos? Cfr. SÁNCHEZ-OSTIZ GUTIÉRREZ , ¿Encubridores o cómplices?, p. 420: «No
me parece correcto afirmar que, al amparo de lo dispuesto en los arts. 300 y 453, en el encubri-
miento rige sin más la accesoriedad limitada, pues ello resulta impreciso. Y si lo que pretende
resaltarse es la vinculación con la participación, tampoco es correcto, porque no responde a la
misma razón de ser la dependencia en uno y otro caso». Sin embargo, el concepto material de
delito (y estratificado: conducta-típica-antijurídica-culpable-punible-ejecutada) no depende del de-
recho positivo vigente, sino que es previo a él, vid. KUHLEN, «¿Es posible limitar el Derecho penal
por medio de un concepto material de delito?», en WOLTER /F REUND (eds.), El sistema integral del
Derecho penal. Delito, determinación de la pena y proceso penal, trads. SILVA SÁNCHEZ /BENLLOCH
PETIT/ ET AL ., Madrid-Barcelona, 2004, p. 131.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

va un paso más allá de la tipicidad penal, incorporando a la antijuridicidad como deter-


minante para hacer posible la intervención de terceros con carácter relevante para el
Derecho penal,546 sin necesitar de la culpabilidad y demás estadios para dicha atribución.
La idea de «accesoriedad de la participación» que centra su aplicabilidad cuando el
hecho se encuentra en estadio de antijuridicidad, «accesoriedad limitada», está en rela-
ción directa con la noción de «tipo de injusto»,547 que la doctrina y la jurisprudencia
han aceptado como el estadio mínimo con el cual se puede calificar un hecho como
delito. La conducta típica y antijurídica ya puede ser entendida como delito, sin nece-
sidad de que concurran la culpabilidad, la punibilidad ni la ejecutoriedad. Aunque yo
opino que el tipo ya es jurídico-penalmente relevante (vid. cap. VI.3.1 párr. 2).

Las características de la «accesoriedad de la participación» no se ven alteradas en esta


investigación. Ocurre, simplemente, que no podemos basarnos en sus postulados para
explicar la subsecuencia delictiva. Pues ahora la accesoriedad adquiere otros matices.
3. Al analizar inductivamente cada tipo penal conexo-subsiguiente he ido descubrien-
do que el hecho previo no debe estar siempre y únicamente en estadio de antijuridicidad
(«accesoriedad de la subsecuencia limitada»: necesitar que el hecho previo esté configu-
rado como un hecho antijurídico, que en clave de participación se diría que se encuentre
en «accesoriedad de la participación limitada»). No es la única posibilidad o fundamento,
ni la única elección del legislador del CP para los tipos conexos-subsiguientes. Encontra-
mos tipos que requieren que el hecho previo se encuentre en un estadio más desarro-
llado o exigente (culpabilidad), y otros en uno menos exigente (tipicidad) —según el
riesgo típico de cada hecho conexo-subsiguiente—. La accesoriedad limitada puede ser
la regla de la participación delictiva, pero no tiene que ser también, necesariamente, la
regla de cualquier otra relación de dependencia, en este caso, de subsecuencia.
4. «Accesoriedad de la subsecuencia»548 implica la relación entre dos hechos: es
relevante el estadio del delito en que se encuentra el hecho previo, que puede ser
cualquiera (mínimo, limitado, extremo, máximo o absoluto), en cuanto sirve a la con-
figuración del hecho conexo-subsiguiente y determina una nueva forma de dependen-
cia (pero ahora entre dos hechos).

Al hecho conexo-subsiguiente, a su vez —desde el plano que corresponde—, se


le puede aplicar la teoría de la «accesoriedad de la participación», para atribuir res-
ponsabilidad a los intervinientes que pueda tener. Las dos accesoriedades pueden
concurrir en el análisis de un mismo delito, pero en planos diferentes, por configurar
situaciones distintas.

5. La «accesoriedad de la subsecuencia» tiene relación directa con la «accesoriedad


de la participación». Es decir, conceptualmente el estadio de accesoriedad de la sub-
secuencia será el equivalente de la accesoriedad de la participación que se requiera en
el hecho previo. Si el hecho conexo-subsiguiente requiere que el hecho previo se en-

546. En la participación delictiva sólo si el hecho principal está en el estadio de conducta típi-
ca y antijurídica y ya se iniciaron los actos ejecutivos relevantes penalmente (accesoriedad limitada
cualitativa y cuantitativa), puede atribuirse responsabilidad penal a los partícipes intervinientes.
547. Sobre la idea de que el concepto de tipo se refiere al tipo de injusto —en estadio de
antijurídico—, vid. NAVARRO F RÍAS, Mandato de determinación y tipicidad penal, pp. 2 ss.
548. Vid. np 113.

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

cuentre en estadio de tipicidad —accesoriedad de la participación mínima— la acce-


soriedad de la subsecuencia también será mínima y así sucesivamente.

Unos ejemplos de la diversidad de grados admitidos en el CP: el art. 386 (uso de


moneda falsa) parece contemplar la «accesoriedad de la subsecuencia mínima»; los arts.
300 y 453 la limitada (de manera expresa para receptación, blanqueo y encubrimiento),
aunque podemos encontrarla también en el 578 (apología del terrorismo); el art. 10
parece regular la accesoriedad máxima (para todos los delitos), y así parece confirmar-
lo expresamente el art. 470.1 (para el supuesto del «condenado»), y la absoluta para
el art. 530 (con el supuesto del «preso»). Cada tipo conexo-subsiguiente varía su reque-
rimiento de accesoriedad del hecho previo, sin que la limitada sea la única posibilidad.

Diferencias entre la «accesoriedad de la participación»


y la «accesoriedad de la subsecuencia»
Participación Subsecuencia
Para realizar el hecho conexo-subsiguiente,
Para realizar el hecho principal puede no
y que este tenga la cualidad de tal, siempre
haber aportación o hecho de partícipe.
debe haber un hecho previo.
El hecho del partícipe es accesorio y el hecho Ambos hechos son principales (autores
del autor es principal. conexos-subsiguientes).
El hecho del partícipe puede no ser un ilícito
El hecho previo siempre debe ser ilícito penal.
penal.
Se responde por el mismo hecho (total) o
Se responde por hechos o sentidos distintos.
sentido penal.
No requiere necesariamente accesoriedad
Requiere accesoriedad limitada para que la
limitada para que la configuración del otro
configuración de la responsabilidad empiece.
hecho empiece.
No es relevante el conocimiento del hecho Es relevante el conocimiento del hecho previo
del partícipe por parte del autor del principal. por parte del autor del conexo-subsiguiente.
Relación: hecho-sujetos Relación: hecho1-hecho2

6. En general, si nos interesara el «contenido del dolo» habría que distinguir su-
puestos donde se requieren diversos «grados de dolo» respecto de los estadios del
hecho previo que se necesita conocer para configurar el tipo conexo-subsiguiente: por
ejemplo, un tipo conexo-subsiguiente que requiera la accesoriedad de la subsecuencia
máxima, podría requerir conocer el tipo del hecho previo con un dolo directo de se-
gundo grado, su antijuridicidad con un dolo directo de segundo grado y su culpabili-
dad con un dolo eventual, y así muchas combinaciones. Para esta investigación el
grado del dolo es único (conocimiento) y sólo interesa el «objeto del dolo»: cambia la
cantidad de estadios del hecho previo que se deben conocer, según cada tipo penal lo
requiera549 (ver Anexo 3).
7. El tratamiento de la accesoriedad de la subsecuencia básica deviene innecesa-
rio. Al ser entendida como el estadio que requiere que el hecho previo se encuentre

549. Para los grados del dolo, vid. JAKOBS, DP. PG., 1997, pp. 317 s. y 342 ss. Para la «con-
ducta riesgosa» como objeto del dolo, vid. GARCÍA C AVERO, DP. PG., pp. 415 s.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

realizado sólo en la conducta humana (la acción), no resulta posible un análisis sobre
su legalidad o relevancia penal (porque aún no es momento de analizar su vigencia
normativa, sino sólo su relevancia antropológica). Debido al «principio de legalidad»,
toda conducta para poder ser castigada con una pena debe estar previamente recogida
en las normas penales como delito o falta (concordando lo regulado en los arts. 1.1,
2.1 y 4.1 CP), y al ser consideradas sólo «conductas» no interesan al Derecho penal.
Por eso el punto de partida del análisis jurídico es el tipo (lo que ya está en la ley),
que ya contiene conductas.550

Quizá por eso llama M AYER «accesoriedad mínima» al estadio que ya empieza a
ser relevante jurídico-penalmente: tipicidad. Seguiré esta denominación para poder
entender mejor el escenario de la subsecuencia.

VI.3.1. Accesoriedad mínima

1. Por accesoriedad mínima —en clave de subsecuencia— se entiende que un tipo


penal conexo-subsiguiente necesita de otro previo que se encuentre realizado sólo
hasta el estadio de tipicidad (incluida la acción o conducta: CT). Es decir, que pudien-
do estar en un estadio más avanzado (sobre todo a efectos de atribución de responsa-
bilidad a los intervinientes), para ciertos tipos penales conexos-subsiguientes el legis-
lador ha regulado que puedan configurarse utilizando un hecho previo que como
mínimo se encuentre en sede de tipicidad.551 Pues ya desde aquí se puede servir de
los elementos del hecho previo o del hecho en sí mismo.
2. Podría interpretarse que cuando una conducta552 entra al catálogo de delitos
del Código penal ya está por sí misma prohibida,553 y por eso este ya es un estadio

550. Para la idea de que resulta relevante jurídico-penalmente, para la imputación jurídico-
penal, el estadio siguiente a la acción o conducta, vid. JAKOBS, DP. PG., 1997, p. 187 párr. 46. De
hecho considera que la acción (conducta) es el contenido mínimo común de los tipos, ibidem, p.
199 párr. 67. En el mismo sentido, de analizar la pertinencia de que el análisis de delito empiece
desde el estadio de tipicidad, vid. SILVA SÁNCHEZ , Normas y acciones en Derecho penal, pp. 45 ss.
Cfr. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA , Autoría y participación, p. 117, como estadio sin relevancia jurídi-
co-penal si se trata de atribuir responsabilidad a los partícipes. Pero, ¿el delito sólo es tal si es
declarado por un juez? Para la visión histórica de cómo el delito era considerado la mera «obser-
vación práctica-sensorial e inmediata y no un esclarecimiento», vid. H ERZOG, «Miscelánea sobre
la dialéctica del esclarecimiento del delito», trad. F ELIP I SABORIT, en SILVA SÁNCHEZ (dir.), La in-
sostenible situación del Derecho penal, Estudios de Derecho Penal del Área de Derecho Penal de
la Universidad Pompeu Fabra, Granada, 2000, pp. 41 ss.
551. Acepta este estadio como una posibilidad, a manera de excepción de la posición mayori-
taria que reconoce la accesoriedad limitada como el modelo vigente, vid. FUENTES OSORIO, La
preparación delictiva, p. 217. Vid. BOLDOVA PASAMAR , La comunicabilidad de las circunstancias y
la participación delictiva, pp. 145 ss. En sentido contrario, vid. OLMEDO C ARDENETE, La inducción
como forma de participación accesoria, pp. 209 ss. Vid. np 294 (opinión de SÁNCHEZ L ÁZARO).
552. Para la idea de la identificación de la conducta con el tipo, vid. JAKOBS, DP. PG., 1997,
pp. 199 s. párr. 67.
553. Para la idea de que lo no tipificado es indiferente para el Derecho penal, pero desde
que lo está ya no, vid. ROXIN, Política criminal y estructura del delito: elementos del delito en
base a la política criminal, pp. 72 ss. Para la idea de que no existe el «el injusto legal», sino que

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desde el cual puede haber análisis jurídico-penales relevantes: alguien ya podría ad-
herirse a los resultados de esta conducta típica con un sentido diverso.
Este paso se llama «tipicidad» e implica que la conducta regulada ya está prohibida
desde este momento.554 ¿Podría un hecho conexo-subsiguiente servirse de uno previo
en sede de tipicidad para terminar de configurarse? ¿Podría surgir la duda sobre tener
que exigir también la antijuridicidad de los hechos previos para que se configuren
ciertos hechos conexos-subsiguientes, debido a que si, por ejemplo, se presentara al-
guna causa de justificación en el previo, sería esto obstáculo para poder perseguir el
delito conexo-subsiguiente que se aprovechara de los efectos o elementos provenien-
tes de la infracción previa justificada (sería típica pero no antijurídica)? Pienso que en
este caso el hecho estaría justificado para los intervinientes del previo, pero esto no
es necesariamente relevante para el «autor conexo-subsiguiente» o «intervinientes
conexos-subsiguientes». De un hecho típico previo podría utilizarse algún elemento
para realizar un hecho nuevo. La simple prohibición penal de una conducta debe bas-
tar para que otros no se aprovechen de lo que en virtud de esta vulneración penal se
haya podido realizar. Aunque los intervinientes en el previo tengan una justificación,
los intervinientes del conexo-subsiguiente no tienen justificación para utilizar un
hecho previo típico para realizar un nuevo delito.
Para analizar la antijuridicidad de la «conducta prohibida por tipificada» —dar el si-
guiente paso en la «teoría estratificada del delito»—555 habría que revisar no sólo el mismo
Código penal sino otras ramas del Derecho en las que puedan existir algunas justificacio-
nes —excepciones— para poder realizar aquellas «conductas prohibidas». Únicamente al
no encontrar alguna justificación, en todo el sistema jurídico, se confirmará la prohibición
de la conducta tipificada. Pero sólo se confirmará la prohibición (antijurídico)556 de lo que

la ley, el tipo penal, sólo regula hechos, vid. NAUCKE, en SILVA SÁNCHEZ (dir.), La insostenible si-
tuación del Derecho penal, pp. 541 ss.
554. Se ha dado vigencia histórico-normativa, como prohibida, a una conducta determinada
con todas las garantías penales («principio de determinación», «principio de lesividad», etc.) y
democráticas, para que desde ese momento (fecha cierta) todos los ciudadanos se vean coercidos
y, más tarde —si es necesario— coaccionados, a obedecerlas (es decir, la conducta típica está
prohibida). Analiza al tipo como la materia de la prohibición, vid. WELZEL , El nuevo sistema del
derecho penal: una introducción a la doctrina de la acción finalista, trad. CEREZO M IR , Barce-
lona, 1964, pp. 44 ss. Vid. np 582 (la opinión de ROXIN).
555. Para la idea de esta teoría, vid. JESCHECK /WEIGEND, Tratado, 2002, pp. 213 s. Para la idea
que la teoría del delito —con consistencia interna— debe estar basada en los conceptos de «per-
sona» y «lesión jurídica», vid. JAKOBS, Dogmática de Derecho penal, pp. 32 s. Crítico de esta
teoría es, vid. SCHÜNEMANN, Derecho penal contemporáneo, pp. 56 ss., 81 ss. y 127 ss.; pues
plantea sólo una estructura bimembre: el injusto y la culpabilidad. Vid. np 668.
556. Para la relevancia de la antijuridicidad como momento posterior a la tipicidad, pero como
momento que se verifica por la ausencia de otras autorizaciones, vid. M IR P UIG, ADPCP 26 (1973),
p. 327: «De la argumentación seguida se desprende que “delito” o “falta”, como “tipo legal”, signi-
fica no sólo el conjunto de elementos fundamentadores —positivos— de la antijuricidad. Si así
fuese, no sería más que el “tipo” dogmático strictu sensu. El “tipo legal” exige además, negativa-
mente, la ausencia de causas de justificación: se corresponde con el llamado “tipo total”
(Gesamttatbestand) de injusto». La cursiva es del original. Para más sobre las relaciones entre
tipicidad y antijuridicidad, vid. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA , Tratado de Derecho Penal. PG., pp. 607
ss., y para la idea de que el análisis de la antijuridicidad tiene su punto de partida en los princi-
pios y reglas contenidos en la Constitución, vid. ibidem, pp. 638 s. Vid. np 273 y 574.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

ya estaba prohibido (lo típico). Podría decirse que: la tipicidad es la prohibición penal en
sí misma y la antijuridicidad es la prohibición de todo el sistema jurídico557 —para esa
conducta—. Y así se respeta la coherencia de todo el sistema jurídico.
La accesoriedad que exige la antijuridicidad del hecho es la aplicada mayoritaria-
mente para entender desde cuándo se puede intervenir con relevancia penal para
todos los delitos del CP. Pero con lo que venimos diciendo, es posible que sea necesa-
rio revisar este planteamiento. Desde que una conducta es típica, quiere decir que el
riesgo que implica y que se pretende impedir es lo suficientemente relevante para que
haya sido regulada en una norma jurídica; y ya puede ser útil para que otros tipos
penales —conexos-subsiguientes— puedan utilizar los elementos que les resulten per-
tinentes para su propia configuración. La idea de «delito incompleto»558 puede estar
demandando una revisión para «rebajar» su exigencia al estadio de tipicidad para al-
gunos delitos. Si sólo se aplicara la idea de delito como conducta-típica-antijurídica
muchos tipos penales analizados como conexos-subsiguientes, y que hacen mención
a un delito previo, tendrían que referirse a que este —el previo— es siempre como
mínimo una conducta-típica-antijurídica; sin embargo, algunos necesitan sólo una
conducta-típica y otros algo más (conducta-típica-antijurídica-culpable, o conducta-tí-
pica-antijurídica-culpable-punible, o conducta-típica-antijurídica-culpable-punible-eje-
cutoriada). La idea de conducta-típica-antijurídica no abarca o matiza a todas las rela-
ciones internas en el Código penal.

Una respuesta acomodada a lo que ahora nos ocupa parece enfrentada con el
concepto de delito recogido en el CP (art. 10): son delitos o faltas las acciones y omi-
siones dolosas o imprudentes penadas por la ley. En todo caso, pareciera, que con
este precepto el Código penal toma en consideración la accesoriedad máxima (cuan-
do dice «penadas»),559 al tiempo que parece que en varios ámbitos lo que rige es la

557. El ordenamiento jurídico en su conjunto puedo dotar de causas de justificación al De-


recho penal; entonces, en palabras de WELZEL , «no hay tipos antijurídicos, sino sólo realizaciones
antijurídicas del tipo», vid. WELZEL , El nuevo sistema del derecho penal: una introducción a la
doctrina de la acción finalista, pp. 46 ss. La antijuridicidad implica la inexistencia de normas
permisivas, no sólo penales sino de todo el sistema jurídico en su conjunto, vid. ROXIN, Teoría
del tipo penal, pp. 4 s. Para otras ideas, vid. BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capita-
les, 2002, p. 263. Vid. np 567.
558. Vid. np 574.
559. Cfr. MIR PUIG, ADPCP 26 (1973), p. 321: «La definición del art. 1,1 del Código penal podría
dar a entender que en la terminología legal sólo —y siempre— constituye “delito” o “falta” la acción
u omisión que resultare penada —punible— por la Ley en el caso concreto. […]. En términos de
dogmática ello significaría que para la presencia de un “delito” o “falta” —siempre en el lenguaje
del Código— sería necesaria la concurrencia de todos los elementos que permiten la concreta pu-
nición de una acción u omisión empírica; a saber, no sólo la adecuación de la misma a un tipo legal
abstracto, sino también —y además— los concretos juicios de culpabilidad y, si se admite, punibili-
dad». La cursiva es del original. MEZGER, Tratado de Derecho penal, T. II, 3.ª ed., trad. QUINTANO
R IPOLLÉS, Madrid, 1957, pp. 348 s., describe cómo en Alemania regía la accesoriedad limitada, pero
como una excepción (regía la accesoriedad máxima: hasta la punibilidad), para la participación en
hechos penales que tenían como autor a un menor, por lo cual sólo era necesario el hecho principal
en estadio de antijuridicidad para que los partícipes puedan ser considerados responsables. Pero la
considera como la postura dominante en IDEM, Modernas orientaciones de la Dogmática jurídico-
penal, p. 45. También describe la misma situación, JESCHECK /WEIGEND, Tratado, 2002, p. 705.

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

de accesoriedad limitada.560 Sin embargo, se puede ser responsable penalmente de un


hecho mucho antes de que se determine una pena sobre los intervinientes, o no
pudiendo imponerse la pena, por diversos motivos, esto no impide la calificación de
dicho hecho como delictivo. Lo que el CP indica con esa «definición» es que las con-
ductas para ser consideradas delitos deber ser típicas, realizadas con conocimiento de
esto (o errando), y tener contempladas una pena, no que necesariamente deba impo-
nerse la pena: en el transcurso del análisis de cada conducta acontecida y procesada
pueden concurrir variadas circunstancias que impidan la imposición de la pena, o que
una vez impuesta no se ejecute realmente. Tampoco dice, entonces, que el hecho debe
ser típico y antijurídico. Sino que centrándose en lo típico, el hecho es delito aunque
no sea antijurídico. Y siendo esto así, es delito aunque no sea culpable, y siendo esto
es delito aunque no sea punible. El concepto o idea de delito está en función de las
circunstancias, pero siempre con el punto de partida de la tipicidad. Entonces, perma-
necen vigentes los demás estadios del delito para poder determinar responsabilidad
penal, cuyo análisis sigue siendo insoslayable antes de determinar cada pena.

3. Hay casos en que no es necesario, no interesará, averiguar más allá de la tipici-


dad del hecho previo porque las «antijuridicidades» de ambos hechos estarán desvin-
culadas. A ciertos tipos conexos-subsiguientes les bastan los riesgos desplegados en el
hecho previo para poder configurarse —a su vez— como hecho delictivo: podrían
haber habido o no causas de justificación y al hecho conexo-subsiguiente no le afecta-
rán, ya que de igual manera podrá recurrir a elementos del previo con «sentido» di-
verso al primero (que en todo caso estaría justificado para sus intervinientes, pero no
para los del hecho conexo-subsiguiente: relación hecho1-hecho2).
Por ejemplo, al autor de la puesta en circulación de moneda falsa no debe impor-
tarle que la moneda lo sea por un defecto en la acuñación por el órgano encargado,
o porque una banda organizada ha utilizado tecnología de última generación. Al no
ser una moneda «oficial» para la circulación, si lo hace ha empezado a cometer esta
infracción penal. O, si después de haber circulado por varios sujetos nos llegara una
moneda falsa por un descuido nuestro al recibirla —porque confiamos en que el otro
no nos dará una moneda defectuosa y no la revisamos—, no debemos seguir ponién-
dola en circulación porque creamos —o incrementamos— el riesgo de afectar la fe
pública en las monedas de circulación oficial. En estos ejemplos no ha sido objeto de
análisis la antijuridicidad penal del hecho previo porque resulta superflua, no es rele-
vante penalmente para la configuración del tipo conexo-subsiguiente de «puesta en
circulación de moneda falsa». En el caso la «receptación» C ADENAS CORTINA lo dice
expresamente: «Esta accesoriedad es mínima, ya que el delito de receptación […] exis-
te, aunque el acto principal sea típico, pero concurra una causa de justificación».561
4. Además, si nos detenemos un poco más en los tipos conexos-subsiguientes que

560. Vid. RUIZ A NTÓN, CPC 11 (1980), p. 53: «De acuerdo con la opinión mayoritaria, es bas-
tante que el autor realice, por lo menos, un hecho típico y antijurídico (accesoriedad limitada); y
en tanto el hecho principal no haya adquirido esa relevancia jurídico-penal, no es posible funda-
mentar un contenido de injusto en la conducta desarrollada por el partícipe». Opina que en Es-
paña se ha determinado a la «accesoriedad limitada» como base del CP, en JESCHECK /WEIGEND,
Tratado, 2002, p. 712. Vid. np 542, 543 y 544.
561. C ADENAS CORTINA , CPC 56 (1995), p. 377. Esta autora critica implícitamente la accesorie-
dad limitada, al menos para lo que expone.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

requieren este estadio, sólo necesitan que se encuentre configurada la variante de


«tipicidad objetiva» del hecho previo, no la subjetiva.562 Y aunque ya lo estuviera no
será relevante la variante objetiva-subjetiva del tipo. Sólo sería importante el tipo ob-
jetivo563 del hecho previo, no el subjetivo.
Es decir, la conducta del hecho previo puede haber ocurrido por una simple ca-
sualidad o caso fortuito, o podría haberse realizado al amparo de una causa de justi-
ficación y aun así los elementos objetivos del tipo se configurarían. Por ejemplo, la
moneda de curso legal mal acuñada por un defecto de la máquina (tipo objetivo de
falsificación de moneda, 386 párr. 1.1.º), que sorteando todos los sistemas de control,
sale de la fábrica y se inserta en el mercado, donde el primer sujeto que la posee se
da cuenta del defecto de la moneda, a pesar de lo cual decide ponerla en circulación,
realizando el tipo conexo-subsiguiente (tipo de tráfico de moneda falsa, 386 párr. 3).
Otro ejemplo: en un edifico de varios pisos, en uno superior un joven siembra mari-
huana y una de las semillas cae en la maceta de la vecina de abajo, dónde vive una
persona de ochenta años. Al crecer la planta (tipo objetivo de tráfico de drogas, por
cultivo, art. 368), el vecino de arriba logra verla y decide comprársela, si la vecina de
abajo accede ya se configura un tipo conexo-subsiguiente (tipo objetivo de tráfico de
drogas,564 por tráfico, art. 368; aunque el hecho previo —cultivo— esté justificado por
el autoconsumo, o no sea subjetivamente configurable).
5. Enumero los tipos penales conexos-subsiguientes cuyo hecho previo se puede
encontrar en estadio de tipicidad (Conducta-Típica) y por tanto el conexo-subsiguiente
se configuraría sólo con «accesoriedad de la subsecuencia mínima»,565 en los arts. CP:

562. Para la idea de ambas tipicidades, vid. GARCÍA C AVERO, DP. PG., p. 317. Para un interesan-
te análisis sobre que el tipo subjetivo acontece previamente —es primero en el tiempo— respecto
del tipo objetivo —magnitud social—, y sobre que el segundo es objeto del primero, vid. JAKOBS,
DP. PG., 1997, p. 223 párr. 1 y p. 310, pero uno y otro deben ser congruentes (p. 224 párr. 2).
563. Vid. ROXIN, Autoría y dominio del hecho en Derecho penal, trad. CUELLO CONTRERAS/ET
AL ., 7.ª ed., Madrid, 2000, p. 406, quien expresa: «Integrando el dolo en el tipo, podría parecer
inadmisible estimar participación sin un hecho principal al menos típico. Pero ocurre que el prin-
cipio de accesoriedad no requiere, en tanto caracterizado por la “esencia” de la participación, más
que una acción objetivamente típica». Para la comprensión del «tipo objetivo», como siempre unido
al tipo subjetivo, vid. GARCÍA C AVERO, DP. PG., pp. 317 ss., y JAKOBS, DP. PG., 1997, p. 223 (vid.
np 562). Sobre que el tipo objetivo no es el injusto, o que si faltando el tipo subjetivo no estamos
ante lo cualitativamente injusto, y sobre que es el objeto del tipo subjetivo, vid. ibidem, pp. 223
ss. Sobre que el dolo debe contener a todos los elementos del tipo objetivo, vid. R AGUÉS I VALLÈS,
El dolo, p. 165 (vid. np 621), I DEM, La ignorancia deliberada, p. 104 (vid. np 655) y PÉREZ M AN-
ZANO, en M ARTÍNEZ A RRIETA , El encubrimiento, la receptación y blanqueo de dinero, p. 222 (vid.
np 622). Para ejemplos de los elementos del tipo objetivo, vid. JESCHECK /WEIGEND, Tratado, 2002,
p. 316 (vid. np 496). Para la idea del tipo objetivo y el blanqueo, vid. LOMBARDERO E XPÓSITO,
Blanqueo de capitales, p. 157 (vid. np 481); y de que el tipo objetivo del blanqueo es muy amplio,
vid. L AMPE, EPC 20 (1997), p. 114 (vid. np 7). Como dato indiciario de lo que implica el injusto,
vid. ROXIN, Teoría del tipo penal, p. 70; y para las relaciones entre el tipo objetivo y subjetivo,
vid. I DEM, DP. PG. T. I, 1997, pp. 303 ss. Cfr. np 578 (para la idea de «injusto objetivo»).
564. Cfr. R EY HUIDOBRO, El delito de tráfico de drogas: aspectos penales y procesales, pp.
181 s., quien considera que al tráfico de drogas se le aplica la accesoriedad limitada. Cuando yo
opino que basta la mínima.
565. Fuera de nuestro objeto de estudio encontramos varios casos en que siendo el mismo
sujeto activo, sin embargo, la subsecuencia está presente si el previo se encuentra en «accesoriedad

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

189.1.b, 2, 5 y 7 (pornografía infantil: «El que captare o utilizare a menores de


edad o a incapaces con fines o en espectáculos exhibicionistas o pornográficos…»;
«El que para su propio uso posea material pornográfico en cuya elaboración se hubie-
ran utilizado menores…»; «…con conocimiento de su estado de prostitución…»; «…el
que produjere, vendiere, distribuyere, …material pornográfico en el que no habiendo
sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen altera-
da o modificada»); 197.2 (descubrimiento y revelación de secretos: «…al que, sin estar
autorizado,…utilice o modifique, …, datos reservados de carácter personal o familiar
de otro…»); 248.2.c (estafas con tarjeta de crédito: «…se consideran reos de estafa…
utilizando tarjetas de crédito o débito, …, realicen operaciones de cualquier clase en
perjuicio de su titular o de un tercero»); 250.1.2.º y 7.º (estafa procesal: «El delito de
estafa… Se perpetre abusando de firma de otro… Se cometa estafa procesal… mani-
pularen las pruebas…»); 251.1.º (estafas por estelionato: «Quien, atribuyéndose falsa-
mente sobre una cosa…»); 348.1 (manipulación de materias, aparatos o artificios que
puedan causar estragos: «Los que en la…, manipulación, transporte, tenencia o comer-
cialización de explosivos,… Las mismas penas…a quien, de forma ilegal,…, importe,
exporte, comercialice o utilice sustancias destructoras del ozono»); 368 (tráfico de
drogas: «Los que ejecuten actos de… tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan
o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotró-
picas, o las posean con aquellos fines…»); 371.1 (transportar equipos, materiales o
sustancias para la elaboración de drogas: «El que …, transporte, distribuya, comercie
o tenga en su poder equipos, materiales o sustancias …, a sabiendas de que van a
utilizarse en el cultivo, la producción o la fabricación ilícitas de drogas tóxicas…»);
386. párr. 1.2.º y 3.º, párr. 2 y párr. 3 (uso de moneda falsa: «El que introduzca en el
país o exporte moneda falsa o alterada…»; «…en connivencia con el falsificador…»;
«La tenencia de moneda falsa…»; «…sabiéndola falsa, adquiera moneda…»; «… recibi-
do de buena fe moneda falsa la expenda…»); 389. párr. 1 y párr. 2 (uso de efectos
timbrados falsificados: «…en connivencia con el falsificador…»; «El adquirente de buena
fe de sellos de correos…»); 392.2. párr. 1 (uso de documento de identidad falso: «…
al que, sin haber intervenido en la falsificación, traficare de cualquier modo con un
documento de identidad falso…»; «…hiciere uso, a sabiendas, de un documento de
identidad falso»); 393 (uso de documento falso en juicio o para perjudicar a otro: «El
que, a sabiendas de su falsedad, presentare…»); 394.2 (uso de despachos telegráficos
falsificados: «El que, a sabiendas de su falsedad, hiciere uso…»); 396 (uso de docu-
mento falso en juicio o para perjudicar a otro: «El que, a sabiendas de su falsedad,
presentare…»); 399.2 (uso de certificados falsificado por particular: «…hiciere uso, a
sabiendas, de la certificación…»); 399 bis.2 y 3 (uso de tarjetas de crédito y débito y
cheques de viaje falsificados: «La tenencia de tarjetas de crédito o débito o cheques
de viaje falsificados…»; «…a sabiendas de la falsedad, tarjetas de crédito…»); 446.1.º,
2.º y 3.º (prevaricación judicial: «El Juez o Magistrado que a sabiendas, dictare sen-
tencia o resolución injusta…); 447 (prevaricación judicial por imprudencia grave o
ignorancia inexcusable: «El Juez o Magistrado que por imprudencia grave o ignorancia
inexcusable dictara sentencia o resolución manifiestamente injusta…»); 448 (prevari-
cación judicial por negativa a juzgar sin alegar causa legal: «El Juez o Magistrado que
se negase a juzgar,…»); 449 (prevaricación judicial por retardo malicioso en la Admi-
nistración de Justicia: «…el Juez, Magistrado o Secretario Judicial culpable de retardo
malicioso …»); 470.1 (proporcionar evasión: «El particular que proporcionare la evasión

de la subsecuencia mínima»: 195.3 (omisión del deber de socorro) y 197.4. párr. 1 y 5 (descubri-
miento y revelación de secretos).

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

a un condenado, preso o detenido…»); 471 (proporcionar evasión por funcionario


público: remite al 470, si el culpable fuera un funcionario público); 482 (rebelión no
resistida por las autoridades: «Las autoridades que no hayan resistido la rebelión…»);
483 (continuación en el cargo de funcionario durante rebelión: «Los funcionarios que
continúen desempeñando sus cargos bajo el mando de los alzados…»); 529.1 (entrega
de causa criminal o de detenido reclamado ilegalmente: «El Juez o Magistrado que
entregare una causa criminal a otra autoridad…»); 530 (acordar, practicar o prolongar
la privación de libertad: «La autoridad o funcionario público que, mediando causa por
delito…»); 531 (decretar, practicar o prolongar la incomunicación: «La autoridad o
funcionario público que, mediando causa por delito…»); 534.1.1.º y 2.º (entrada en
domicilio y registro de papeles, documentos o efectos: «…la autoridad o funcionario
público que, mediando causa por delito…»); 535 (violación de correspondencia: «La
autoridad o funcionario público que, mediando causa por delito…»); 536 (violación
de comunicaciones telefónicas y otras telecomunicaciones: «La autoridad, funcionario
público o agente de éstos que, mediando causa por delito…»); 566.1.1.º, 2.º, 3.º y 2
(comercialización y depósito de armas o municiones: «Los que fabriquen, comerciali-
cen o establezcan depósitos de armas o…»); 615 bis.3, 5 y 6 (autoridad o jefe militar
que no impida delitos contra la Comunidad Internacional: «3. La autoridad o jefe
militar o quien actúe efectivamente como tal que no adoptara las medidas a su alcan-
ce para que sean perseguidos los delitos… cometidos por…», «5. El superior que no
adoptara las medidas a su alcance para que sean perseguidos los delitos… cometidos
por sus subordinados…», «6. El funcionario o autoridad que,…, dejara de promover
la persecución de alguno de los delitos… de que tenga noticia…»); y 629 (uso de
moneda, billetes, sellos o efectos timbrados falsos: «…a sabiendas de su falsedad…»).

6. Aunque prima la idea de delito desde que el hecho está en accesoriedad limita-
da (antijurídico), también podemos apreciar que ciertos hechos delictivos pueden ser-
virse de hechos previos en estadio de accesoriedad mínima (típico). Siempre que el
hecho configurado en este estadio haya producido el elemento necesario para la con-
figuración del hecho conexo-subsiguiente.

VI.3.2. Accesoriedad limitada

1. Por accesoriedad limitada566 —en clave de subsecuencia— se entiende que un


tipo penal conexo-subsiguiente necesita, para poder configurarse como tal, de otro
previo que se encuentre realizado como mínimo hasta el estadio de antijuridicidad
(incluida la conducta y la tipicidad: Conducta-Típica-Antijurídica). Los tipos conexos-
subsiguientes con «accesoriedad de la subsecuencia limitada» requieren la configura-
ción de la antijuridicidad del hecho previo.567

566. Vid. RUIZ A NTÓN, CPC 11 (1980), pp. 62 s.: «[…]; en segundo lugar, que para poder de-
terminar un contenido de injusto en la conducta del partícipe es suficiente una contribución a la
realización del hecho típico y antijurídico que lleva a cabo el autor (accesoriedad limitada)». Esto
es, para lo que estudio, que el hecho previo debe estar en este estadio del delito para poder re-
lacionarlo con el hecho conexo-subsiguiente.
567. Vid. A BEL SOUTO, RCP 2, Vol. 1 (2.º semestre 1998), p. 300: «[…] delito previo, por tal
ha de entenderse un hecho típico y antijurídico, es decir, no concurrirán los tipos del art. 451
cuando se encubran hechos justificados […], pero sí cabrá el encubrimiento de autores o partícipes

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2. La accesoriedad de la participación no tiene aplicabilidad de manera genérica.


Aunque parece primar la idea de que el hecho penal debe encontrase en el estadio de
antijuridicidad —accesoriedad de la participación «limitada»— para poder atribuir
responsabilidad a los intervinientes, en otras palabras, para poder calificar al hecho
como delito, propiamente hablando (según la opinión mayoritaria).
La determinación de cuándo estamos ante un ilícito penal se desprende de cómo
se interprete un enunciado legal. Así tenemos que el CP está definiendo en ciertos
lugares qué es lo que debe pasar con el hecho previo para que pueda investigarse el
siguiente hecho concatenado (y conexo-subsiguiente). La idea de la accesoriedad limi-
tada del hecho previo —requerir la antijuridicidad implica encontrarnos ante el deno-
minado «tipo total de injusto»—568 la encontramos explícitamente en los arts. 300569
y 453570 vigentes del CP (aunque se critique la ubicación del 300, ya que pareciera que

amparados por una causa de exculpación o exentos de pena (art. 453 NCP)». La cursiva es del
original. Un sistema que defienda la protección de la vigencia de la norma no tiene en sus pará-
metros la idea de accesoriedad limitada, cfr. JAKOBS, Dogmática de Derecho penal, p. 96.
568. Vid. M IR PUIG, ADPCP 26 (1973), pp. 326 s., en su opinión sobre el encubrimiento: «Así
se deduce de que dicho art. [546 bis f] limite la salvedad que prevé al caso de que “el autor del
hecho” fuere irresponsable o estuviere exento de pena. La causa de la impunidad debe, según esto,
residir en el autor, no en el hecho. Este resultado interpretativo se aviene con los postulados de la
accesoriedad limitada de la participación». E ibidem, p. 328: «Las observaciones formuladas […]
permiten concluir que los términos “delito” y “falta” exigen, por lo menos, la antijuricidad típica del
hecho, esto es, equivalen a “tipo total de injusto”». La cursiva es del original. Vid. np 556.
569. Para una visión crítica sobre que en este artículo se regula la relación de accesoriedad
limitada y no el «principio de accesoriedad limitada», pues el legislador no busca regular los prin-
cipios que rigen la participación delictiva, sino sólo la relación entre dos hechos, vid. A RÁNGUEZ
SÁNCHEZ , El delito de blanqueo, pp. 198 ss. Con este razonamiento, entonces, la accesoriedad
puede presentar diversos matices en los demás supuestos de subsecuencia, pues no se ha optado
por un único nivel de aquella, sino que habrá que estar a cada requerimiento del tipo. Vid. BLAN-
CO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2012, pp. 281 s., quien confirma lo dicho por
A RÁNGUEZ , pero es más crítico en cuanto que prefiere no usar ninguna expresión referida a la
«accesoriedad limitada», y además afirma que lo relevante es el cómo se determina la actividad
delictiva previa. Cita la STS 1501/2003, de 19 de diciembre (ponente: Sánchez Melgar), como ejem-
plo de que hasta podría requerirse que el hecho previo del blanqueo se encuentre en el estadio
de tipicidad. Sobre que el art. 300 CP consagra la accesoriedad limitada, vid. PALMA H ERRERA , Los
delitos de blanqueo, p. 324, entre otros. Para más sobre el «principio de accesoriedad», vid. BOL-
DOVA PASAMAR , La comunicabilidad de las circunstancias y la participación delictiva, pp. 132 ss.
y 152 ss. Analiza que el principio de accesoriedad limitada está vigente en Portugal, vid. CORTES
ROSA , «La función de la delimitación de injusto y culpabilidad en el sistema del Derecho penal»,
trad. SILVA SÁNCHEZ /M ELERO M ERINO, en SILVA SÁNCHEZ , (ed.)/SCHÜNEMANN/De F IGUEIREDO DIAS
(coords.), Fundamentos de un sistema europeo del Derecho penal. Libro homenaje a Claus Roxin,
Barcelona, 1995, pp. 255 s. Vid. np 132 y 294.
570. Vid. SÁNCHEZ-OSTIZ GUTIÉRREZ , en BALCARCE/ET AL ., Nuevas formulaciones en las ciencias
penales: homenaje al profesor Claus Roxin, pp. 407 s. E I DEM, ¿Encubridores o cómplices?, pp.
400 s.: «La conducta de quien obra encubriendo al que actuó al amparo de una causa de justifi-
cación resulta impune, según lo dispuesto en el artículo 453, a contrario. A la misma conclusión
se llega para la receptación, en virtud del artículo 300, a pesar de la ligera divergencia de su texto
respecto al primero. […]. A partir de dicho régimen se ha descrito la dependencia del encubri-
miento y la receptación respecto al hecho previo como de accesoriedad limitada». La cursiva es
del original. También, vid. GILI PASCUAL , El encubrimiento en el Código penal de 1995, pp. 64 ss.
Vid. np 542 y 567.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

será un grado que afecte sólo a la receptación de faltas y delitos, y no aplicable al


blanqueo de capitales que se encuentra redactado a continuación; entiendo que la
situación se soluciona al acudir al mismo texto de la ley cuando dice «las disposiciones
de este capítulo»: esta posibilidad571 alcanza a todo el capítulo).
Aquí se habla de «tipo total de injusto» o «delito incompleto», que es diferente a
lo que veía en el epígrafe anterior cuando el «tipo» ya es suficientemente relevante
para propiciar una dependencia respecto de él, que a su vez es diferente al delito
completo (conducta-típica-antijurídica-culpable-punible-ejecutada). Yo propongo una
nueva idea de «delito incompleto» (conducta-típica), como el nuevo mínimo de desa-
rrollo exigido para que se pueda depender de él.572
Sin embargo, pienso que la accesoriedad limitada es una constante también en
otros tipos conexos-subsiguientes y no sólo en los que la tienen expresamente regula-
da. En paralelo ocurre algo semejante con otras conductas típicas: requerirán la acce-
soriedad de la subsecuencia limitada para su configuración; aunque no se les atribuya
expresamente este requerimiento. No distinguir más grados de accesoriedad para
otros supuestos también podría acarrear impunidades.

«[…], cerró la polémica [acerca del grado de accesoriedad necesario] en el sentido


de que la inducción y la complicidad presuponen la comisión de un hecho antijurí-
dico principal de carácter doloso. […]. Sin embargo, se originan lagunas de puni-
bilidad en los casos en los que el autor principal actúa imprudentemente y el hombre
de atrás no posee los elementos personales de la autoría exigidos por el tipo: por la
ausencia de un hecho principal doloso este último no puede ser castigado como
inductor y por la falta de cualidad para ser autor tampoco como autor mediato. Proble-
mas similares surgen también en los delitos de propia mano».573 La accesoriedad limi-
tada parece no solucionarlo todo.

Entonces, cada estadio —estrato o sede— del delito sigue tendiendo plena vigen-
cia para determinar el avance del hecho. Y de ahí cada sistema jurídico, según su Po-
lítica criminal vigente, puede determinar desde cuándo atribuir responsabilidad penal
a los intervinientes, ya sea de manera global, o según cada hecho analizado singular-
mente. El CP español y las Políticas criminales que lo informan, no han hecho alguna
declaración formal sobre la opción adoptada, lo único que encuentro son opiniones

571. Vid. L OMBARDERO E XPÓSITO, Blanqueo de capitales, p. 213. Con la misma idea, vid.
BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, pp. 259 s.; y vid. A R ÁNGUEZ S ÁN -
CHEZ , El delito de blanqueo, pp. 199 s. Comenta la idea de ausencia de responsabilidad y de
exención de pena del art. 300, RODRÍGUEZ MOURULLO, Comentarios al CP, p. 860: «Los supues-
tos de ausencia de responsabilidad son los regulados en el art. 20 CP, si bien dado el alcance
del principio de accesoriedad limitada la ausencia de responsabilidad se encuentra aquí restrin-
gida a los supuestos de exculpación (enajenación mental, minoría de edad penal, miedo insu-
perable, etc.). Los casos en los que quepa apreciar una causa de justificación, ex artículo 20,
están excluidos».
572. Vid. BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, p. 260: «No es preci-
so, por tanto, que el “delito” contenga todas las características dogmáticas exigidas por la ciencia
del Derecho Penal, sino que se acoge un “sentido incompleto y abstracto” de los tipos legales, y,
por tanto, de los “delitos”». Pienso que esto no es sólo aplicable para la antijuridicidad.
573. JESCHECK /WEIGEND, Tratado, 2002, pp. 705 s. La negrita es del original.

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doctrinales y jurisprudenciales. Por eso, según las reglas de la accesoriedad expresa-


mente recogidas —dependencia entre sujetos y hechos— podemos apreciar que la
accesoriedad que acarrea responsabilidad personal —de la participación criminal—,
será la limitada (arts. 300 y 453). Pero esto no es replicable para la subsecuencia,
donde podría exigirse —y de facto así se aprecia— otro estadio: tipicidad, culpabili-
dad, punibilidad, ejecutoriedad en el hecho previo.
3. Este nivel de accesoriedad trae consigo un problema adicional relativo a la ob-
servancia de la presunción de inocencia, cuestionada en el hecho conexo-subsiguien-
te: ¿hay diferencia entre el enjuiciamiento y la condena de alguien por un hecho co-
nexo-subsiguiente cuando no se ha probado o acreditado el hecho previo y su ilicitud,
o la «procedencia ilícita de los efectos», que cuando sí ha ocurrido esto? Que el hecho
previo tenga una determinación procesal conlleva una diferencia en cómo se va a
concretar este como elemento dentro del tipo conexo-subsiguiente, que cuando aún
no hay un juicio sobre el hecho previo. Para el desarrollo de los aspectos procesales
de los delitos conexos-subsiguientes, véase cap. IX.4.
4. Llegados a este punto, la hipótesis de subsecuencia delictiva que estoy pro-
poniendo conlleva volver a plantearse la «comprensión de delito» —no el concepto
de delito— para cada caso concreto. Obviamente no se comprende el delito como
configurado hasta la punibilidad; y el configurado hasta la antijuridicidad no es la
única opción que parece desarrollar el CP. Por eso, que el hecho previo sea concre-
tado en la instrucción y probado en la contradicción del enjuiciamiento puede re-
sultar innecesario, cuando lo único que se requiere es que se concrete estadio de
tipicidad y antijuridicidad. Pero cuando se requiera un estadio superior —culpabi-
lidad, punibilidad y ejecutoriedad—, pienso que sólo dentro de un proceso podrá
obtenerse la «certeza» necesaria de haberse logrado dichos estadios. Así la presun-
ción de inocencia conserva sus parámetros de protección: la antijuridicidad o la
tipicidad, no necesitan un proceso que declare estos estadios; pero sí la culpabilidad,
la punibilidad, etc.
5. Puedo confirmar que existen ciertos tipos conexos-subsiguientes cuya concien-
cia de la prohibición de sus posibles conductas previas —por parte de todo el sistema
jurídico—, es requisito para poder proseguir el análisis jurídico de ese delito. Deberá
darse la llamada accesoriedad de la subsecuencia limitada, o, en otras palabras, ten-
dríamos que poder verificar que concurre lo que MIR PUIG llama «delito incompleto»574
en el nivel de antijurídico: que el hecho previo sea al menos típico y antijurídico; sin

574. Para más sobre el «delito completo» según M IR P UIG, vid. FARALDO C ABANA , EPC 21 (1998),
p. 136. Para la idea de delito completo como no sólo la adecuación a un tipo legal sino también
un juicio concreto de culpabilidad y punibilidad, vid. BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de
capitales, 2002, p. 259. Pero sobre todo en M IR P UIG, ADPCP 26 (1973), p. 322 np 4: «Delito com-
pleto y delito incompleto se distinguen, pues, por la concurrencia o no de la culpabilidad y, en
su caso, punibilidad»; también BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, p. 279:
«Sin embargo, entendemos el término delito empleado en el Código Penal en “sentido incompleto
y abstracto”. Por eso, parece ser suficiente con que se pruebe la existencia de un hecho previo,
en sentido abstracto, sin necesidad de que exista un autor individualizado». Por eso, según el caso,
es incompleto tanto el antijurídico como el típico. La cursiva es del original. Cfr. BLANCO CORDE-
RO, El delito de blanqueo de capitales, 1997, pp. 236 ss., y VIVES A NTÓN/ORTS BERENGUER / ET AL .,
DP. PE., 2008, p. 658. Vid. np 273, 541 y 556.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

importar si es culpable;575 otros agregan que ni punible.576 Esto bastará para configu-
rar el requisito indispensable de algunos tipos conexos-subsiguientes. Es decir, tenien-
do en cuenta que no es necesario un conocimiento concreto de algunos elementos del
hecho previo, sí deberá conocerse que este es típico y antijurídico.577
6. Además, si ahondamos en el análisis de los tipos conexos-subsiguientes que
requieren este estadio, observo que sólo necesitan que se encuentre configurada la
variante del «injusto objetivo»578 del hecho previo, no la subjetiva. Considero que sólo
basta que se configure el «injusto objetivo» del hecho previo para que se pueda empe-
zar a configurar un tipo conexo-subsiguiente. Y aunque ya estuviera configurada la
variante objetivo-subjetiva no será relevante, pues basta lo primero.
Dejando de lado la discusión sobre si los elementos subjetivos, adicionales al dolo,
sirven para la determinación subjetiva del tipo o para la objetiva, o si son realmente
del tipo; aunque el hecho previo requiera elementos subjetivos del tipo para su confi-
guración, sólo con la verificación de sus elementos objetivos se posibilita el comienzo
de la realización o la configuración de otro hecho, uno conexo-subsiguiente. Pues a
este le basta que algo de un hecho previo, con el estadio requerido, pueda ser utiliza-

575. Cfr. M ARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ , «La dimensión internacional del blanqueo de dinero», en
GARCÍA A RÁN (dir.), El fenómeno de la internacionalización de la delincuencia económica, Madrid,
2005, p. 226. Vid. L AMPE, EPC 20 (1997), p. 133. Y, refiriéndose al blanqueo de capitales, expresa
que: la culpabilidad es relevante sobre todo por aspectos probatorios, pues, precisamente para
evitar las dificultades probatorias es que en Alemania se ha ampliado la figura para permitirse su
comisión por imprudencia grave, según lo dice la exposición de motivos del § 261, sin embargo,
estos motivos meramente procesales contradicen el principio de culpabilidad (sólo se puede penar
la imprudencia cuando se presente como merecedora de pena).
576. Tamaña apertura e indeterminación del tipo penal atenta contra el principio de seguridad
jurídica, según FARALDO C ABANA , EPC 21 (1998), p. 142. Pero otros tipos penales sí requerirán esta
clase de determinación. La «apertura» es mucha para tipos que requieran menos (antijuridicidad),
pero la «apertura» es correcta para tipos que requieren más (culpabilidad, penalidad, etc.).
577. Así también lo considera PALMA H ERRERA , Los delitos de blanqueo, pp. 559 s.
578. Para M EZGER y los neokantianos, el injusto objetivo era suficiente para que empiece a
configurarse la accesoriedad de la participación. De hecho bastaba la combinación de tipo objeti-
vo e injusto objetivo más la ausencia de causas de justificación. Con WELZEL y el finalismo el punto
de vista cambia y el injusto debe estar configurado objetiva y subjetivamente para poder atribuir
responsabilidad penal de partícipe. M EZGER rompe con la neutralidad del tipo penal, pues no
separa el tipo y la antijuridicidad, sino que considera que aquél contiene la formulación específi-
ca de la antijuridicidad, que constituye el «injusto tipificado», vid. ROXIN, Teoría del tipo penal,
pp. 64 s. Más adelante analiza cómo WELZEL confundió el «tipo de injusto» como el que «contiene
todos los elementos objetivos y subjetivos indicadores de la antijuridicidad». Aunque luego aclara
que el tipo de injusto comprende sólo elementos objetivos, dónde parece incluir el dolo, en cuan-
to que objetivamente debe verificarse (ibidem, p. 80). Vid. WELZEL , Estudios de Derecho penal:
estudios sobre el sistema de derecho penal, causalidad y acción derecho, penal y filosofía, trad.
A BOSO, Montevideo, 2003, pp. 35 ss. Vid. ROXIN, DP. PG. T. I, 1997, pp. 557 ss. párrs. 1 ss., donde
analiza que el injusto está formado por la tipicidad y la antijuridicidad, aunque establece una
distinción a tener en cuenta (párr. 3): «Los conceptos sistemáticos penales de la “antijuridicidad”
y del “injusto” se distinguen en que la antijuridicidad designa una propiedad de la acción típica,
a saber, su contradicción con las prohibiciones y mandatos del Derecho penal, mientras que por
injusto se entiende la propia acción típica y antijurídica, o sea el objeto de valoración de la anti-
juridicidad junto con su predicado de valor. Así pues, en el concepto del injusto se reúnen las tres
categorías delictivas de la acción, tipicidad y antijuridicidad». Vid. np 563 y 763.

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do para su propia determinación, para establecer la dependencia entre ambos hechos,


sin importar lo que el autor de ese hecho tenga en consideración. Por ejemplo, un
joven visita la casa de un amigo llevando unas gafas de sol muy caras. El joven visitan-
te había tenido una «fiesta de caridad» la noche anterior; y repasando su casa había
encontrado unas gafas de sol muy caras, que no recordaba que fueran suyas (las había
olvidado un invitado a la fiesta), pero igual se las lleva consigo. El amigo visitado in-
siste en comprárselas. El joven visitante, no recordando las gafas, pero necesitando
dinero, accede y realiza el tipo de apropiación indebida (injusto objetivo de apropia-
ción indebida, art. 252); y a continuación el amigo visitante configura un tipo conexo-
subsiguiente (injusto objetivo —y tipo objetivo— de receptación, art. 298). Aunque el
visitante actúa con dolo eventual, es indiferente para el segundo autor.
7. Enumero los tipos penales conexos-subsiguientes que necesitan que su hecho
previo se encuentre en estadio de antijuridicidad (Conducta-Típica-Antijurídica), y
que por tanto el conexo-subsiguiente se configurare sólo con la accesoriedad limi-
tada de aquel:

Arts. 156 bis.2 (tráfico ilegal de órganos humanos: «…conociendo su origen ilíci-
to…»); 170.2 (amenaza a un grupo con un mal que constituya delito pidiendo recom-
pensa: «…, los que, con la misma finalidad y gravedad, reclamen públicamente la
comisión de acciones violentas…»); 171.3 (amenaza con un mal que no constituya
delito: «…amenaza de revelar o denunciar la comisión de algún delito…»); 177 bis.1
(trata de seres humanos: «…el que, …, la víctima nacional o extranjera…, transporta-
re, trasladare, acogiere, recibiere o la alojare con cualquiera de las finalidades siguien-
tes: a) La imposición de trabajo o servicios forzados, la esclavitud o prácticas similares
a la esclavitud o a la servidumbre o a la mendicidad…»); 197.4. párr. 2 (descubrimien-
to y revelación de secretos: «…con conocimiento de su origen ilícito…»); 238.2.º, 3.º,
4.º y 5.º (robo con fuerza: «…se apoderaren de las cosas muebles ajenas… cuando
concurra alguna de las circunstancias siguientes: 2.º Rompimiento de pared,… 3.º
Fractura de armarios, …para sustraer su contenido,… 4.º Uso de llaves falsas, 5.º
Inutilización de sistemas específicos de alarma o guarda»); 261 (falsedad documental
contable: «El que en procedimiento concursal presentare, a sabiendas, datos falsos
relativos al estado contable, con el fin de lograr indebidamente la declaración de
aquél,…»); 270.1, 2 y 3 (delitos relativos a la propiedad intelectual: «…sin la autoriza-
ción de los titulares…»; «… importen intencionadamente estos productos…»; «…quien
…, importe, ponga en circulación o tenga cualquier medio específicamente destinado
a facilitar la supresión no autorizada o la neutralización de cualquier dispositivo téc-
nico que se haya utilizado para proteger programas de ordenador…»); 273.1, 2 y 3
(delitos relativos a la propiedad industrial sobre patentes, modelos de utilidad y otros
derechos: «…sin consentimiento del titular…»; «…de igual manera, y para los citados
fines…»; «…párrafo primero de este artículo concurriendo iguales circunstancias…»);
274.1 y 2 (delitos sobre marcas, nombres comerciales y rótulos de establecimientos:
«…sin consentimiento del titular…»; «… al que, a sabiendas, posea…»); 280 (divulga-
ción o utilización en provecho propio de secreto de empresa: «…con conocimiento
de su origen ilícito…»); 298.1 (…con conocimiento de la comisión de un delito con-
tra…); 299.1 (…con conocimiento de la comisión de hechos constitutivos de falta
contra); 301.1 y 2 (blanqueo de capitales: «…sabiendo que éstos tienen su origen en
una actividad delictiva,…»; «…, a sabiendas de que proceden de alguno de los deli-
tos…»); 306 (fraude a los presupuestos generales de la Unión Europea: «El que por
acción u omisión defraude a los presupuestos generales de la Unión Europea u otros

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

administrados por ésta,… obteniendo indebidamente fondos falseando las condiciones


requeridas para su concesión…»); 307.1 (fraude a la Seguridad Social: «El que, por
acción u omisión, defraude a la Seguridad Social eludiendo el pago de las cuotas de
ésta y conceptos de recaudación conjunta, obteniendo indebidamente devoluciones de
las mismas o disfrutando de deducciones por cualquier concepto asimismo de forma
indebida, …»); 308.1 (fraude de ayudas y subvenciones públicas: «El que obtenga
subvenciones o ayudas de las Administraciones Públicas… falseando las condiciones
requeridas para su concesión u ocultando las que la hubiesen impedido…»); 311.3.º
(imposición de condiciones laborales o de Seguridad Social abusivas: «…con conoci-
miento de los procedimientos descritos en los apartados anteriores…»); 362.1.3.º
(manipulación de medicamentos: «…conociendo su alteración y con propósito de
expenderlos o destinarlos al uso…»); 407.1 y 2 (abandono de destino: «A la autoridad
o funcionario público que abandonare su destino con el propósito de no impedir o
no perseguir cualquiera de los delitos…»; «…cuando el abandono tenga por objeto
no ejecutar las penas correspondientes a estos delitos…»); 408 (omisión del deber de
perseguir delitos: «La autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su
cargo, dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos de que
tenga noticia o de sus responsables, …»); 412.3 (denegación de auxilio: «La autoridad
o funcionario público que, requerido por un particular a prestar algún auxilio a que
venga obligado por razón de su cargo para evitar un delito contra la vida de las per-
sonas, se abstuviera de prestarlo…»); 418 (aprovechamiento de secreto o información
privilegiada: «El particular que aprovechare para sí o para un tercero el secreto o la
información privilegiada que obtuviere de un funcionario público o autoridad…»); 425
(soborno en causa criminal por familiar: «Cuando el soborno mediare en causa cri-
minal…»); 450.1 y 2 (omisión de los deberes de impedir delitos o de promover su
persecución: «El que, pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo
propio o ajeno, no impidiere la comisión de un delito…», «…quien, pudiendo hacerlo,
no acuda a la autoridad o a sus agentes para que impidan un delito …»); 451.1.º, 2.º
y 3.º (encubrimiento:579 «El …con conocimiento de la comisión de un delito…»); 455
(realización arbitraria del propio derecho: «El que, para realizar un derecho propio,
actuando fuera de las vías legales…»); 458 (falso testimonio: «Si el falso testimonio se
diera en contra del reo en causa criminal por delito…»); 463.1 (incomparecencia sin
justa causa: «El que, citado en legal forma, dejare voluntariamente de comparecer,
sin justa causa, ante un juzgado o tribunal en proceso criminal…»); 464.1 y 2 (inti-
midación de los intervinientes en el proceso: «El que … intentare influir… en un
procedimiento…»); 471 bis.2 (delitos contra la Administración de Justicia de la Corte
Penal Internacional: «…a sabiendas de que son falsas…»); 476.1 y 2 (infracción del
deber de contención o denuncia de rebelión: «El militar que no empleare los medios
a su alcance para contener la rebelión…», «…el militar que, teniendo conocimiento
de que se trata de cometer un delito de rebelión,…»); 481 (delitos cometidos con
motivo de rebelión: «Los delitos particulares cometidos en una rebelión…»); 484
(aceptación de empleo de los rebeldes: «Los que aceptaren empleo de los rebeldes…»);
575 (proporción de fondos a través de delitos patrimoniales: «Los que, con el fin de
allegar fondos a las organizaciones o grupos terroristas señalados anteriormente, …,
atentaren contra el patrimonio, …»); 576.1 y 3 (actos de colaboración con organización
o grupo terrorista: «…el que lleve a cabo, recabe o facilite cualquier acto de colabo-

579. Vid. ROXIN, Teoría del tipo penal, pp. 13 y 47 s., dónde opina que el encubrimiento real
requiere el conocimiento de la antijuridicidad del hecho previo, no más; y para el encubrimiento
personal requiere el conocimiento de la punibilidad del previo.

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ración con las actividades o las finalidades de una organización o grupo terrorista»;
«…quienes lleven a cabo cualquier actividad de captación, …, dirigida a la incorpora-
ción de otros a una organización…»); 576 bis.1 (recaudación de fondos para organi-
zación o grupo terroristas: «…o a sabiendas de que serán utilizados…»); 578 (apolo-
gía del terrorismo: «El enaltecimiento o la justificación por cualquier medio de
expresión pública o difusión de los delitos comprendidos en los artículos…»); 598
(procurar, revelar, falsear o inutilizar información reservada o secreta: «El que, …,
revelare, falseare o inutilizare información legalmente calificada como reservada o
secreta…»); 602 (uso de información secreta relacionada con la energía nuclear: «El
que…, revelare, sustrajere o utilizare información legalmente calificada como reserva-
da o secreta…»); y 607.2 (apología del genocidio: «La difusión …de ideas o doctrinas
que justifiquen los delitos tipificados en el apartado anterior…»).

8. Conocer la prohibición del hecho que se realiza, o de aquel en el que se parti-


cipa, debería activar los mecanismos preventivos y disuasorios del Derecho penal (y
la conciencia social de los intervinientes), para evitar que se continúe con el hecho
delictivo conexo-subsiguiente. Esa conciencia será relevante para la subsecuencia,
hasta en el caso de que el autor del hecho previo y del conexo-subsiguiente sean el
mismo: arts. 258 (insolvencia para eludir responsabilidades civiles), 382 (conducción
temeraria con resultado lesivo), 383 (negativa a someterse a la prueba de alcoholemia),580
468.1 (quebrantamiento de condena) y 557.1 (desórdenes públicos).

VI.3.3. Accesoriedad extrema

1. Por accesoriedad extrema581 —en clave de subsecuencia— se entiende que se


ha realizado, o se conoce, el hecho previo hasta el estadio de culpabilidad582 (incluida

580. Vid. T RAPERO BARREALES, Los delitos contra la seguridad vial: ¿una reforma de ida y
vuelta?, Valencia, 2011, pp. 231 ss.; y GÓMEZ PAVÓN, El delito de conducción bajo la influencia de
bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o estupefacientes. Y análisis del artículo 383 del Código Penal,
4ª ed., Barcelona, 2010, pp. 279 ss.
581. Utiliza este nombre para este grado de accesoriedad, M AYER , Derecho penal. Parte Ge-
neral, trad. POLITOFF L IFPSCHITZ , Montevideo-Buenos Aires, 2007, p. 501.
582. La postura de JAKOBS y sus discípulos defiende que el injusto debe entenderse como
«hecho culpable», o desde la culpabilidad, como el «injusto culpable», porque su punto de partida
es entender el delito como desautorización de la vigencia de la norma, vid. ROBLES PLANAS, La
participación en el delito, p. 222. En el mismo sentido, vid. ROXIN, InDret 4/2012 (Octubre), pp.
14 s. y la crítica en ibidem, p. 18: «WELZEL afirmó lo siguiente: “Veo en la descomposición del
delito en los tres elementos tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad el progreso dogmático más
importante de las últimas dos o tres generaciones” […]. Una cosa es que un comportamiento esté
prohibido bajo pena como lesión de un bien jurídico y otra muy distinta que la infracción de esa
prohibición esté castigada con pena en todos los casos. La prohibición o mandato jurídico-penal
se dirige a todos los ciudadanos como llamada a comportarse conforme a Derecho y por esa razón
debe separase de la culpabilidad, porque todo hecho típico presupone que se ha informado a los
ciudadanos sobre las prohibiciones y les han sido dadas unas pautas de comportamiento. Por lo
tanto, la objeción de que nadie debería estar obligado más allá de su capacidad no es concluyen-
te», y continúa en p. 19: «Al mismo tiempo, el hecho de que las reglas sobre medidas de seguridad
se conecten con el injusto y las penas con la culpabilidad, hace ineludible la división entre ambos
niveles del delito. Del mismo modo, la regulación de la teoría de la culpabilidad —según la cual

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

la acción, tipicidad y antijuridicidad, —CTAC—), lo cual será necesario para la confi-


guración de ciertos tipos conexos-subsiguientes. Pienso que el legislador puede regu-
lar en el CP supuestos que requerirán que el hecho conexo-subsiguiente se sirva de
un hecho previo donde el autor haya sido encontrado culpable de su hecho: que se
halle configurado el llamado «injusto culpable».583
Así, encuentro el supuesto regulado en el art. 468.1 —quebrantamiento de conde-
na— cuando se quebranta las «medidas de seguridad»: el autor es encontrado culpable,
pero por circunstancias diversas no puede imponérsele una pena. Este es el único caso
encontrado hasta ahora pero que queda fuera del límite material de esta investigación,
pues es un supuesto de auto-subsecuencia584 (por imposibilidad fáctica y jurídica). Pero
esto no resta, como también he adelantado, para que estos supuestos sean realmente
ejemplos del fenómeno de la subsecuencia delictiva con este nivel de accesoriedad.
2. Desde este nivel de accesoriedad resulta peligroso definir cuándo estamos ante
un «delito», ya que las posibilidades de que los autores no sean procesados o siéndolo
no resulten encontrados culpables es muy amplia.

VI.3.4. Accesoriedad máxima

1. Por accesoriedad máxima o hiperaccesoriedad585 —en clave de subsecuen-


cia— se entiende que se ha realizado, o se conoce, el hecho previo concretado hasta

en caso de ausencia inevitable de comprensión de la ilicitud se excluye la culpabilidad— presu-


pone la distinción entre injusto y culpabilidad, pues el legislador parte de la base de que en estos
casos el autor ha realizado un injusto penal». Vid. FUENTES OSORIO, La preparación delictiva, p. 217,
dónde afirma que existen excepciones para la posición mayoritaria que reconoce la accesoriedad
limitada como el modelo vigente, representados por supuestos que regulan una accesoriedad ex-
trema —aunque este autor le denomina máxima—. En sentido contrario, vid. OLMEDO C ARDENETE,
La inducción como forma de participación accesoria, pp. 214 s.
583. Sobre el «injusto culpable» y las distinciones que puede acarrear, vid. WOLTER, «Estudio
sobre la dogmática y la ordenación de las causas materiales de exclusión, del sobreseimiento del
proceso, de la renuncia a la pena y de la atenuación de la misma. Estructuras de un sistema integral
que abarque el delito, el proceso penal y la determinación de la pena», en WOLTER /FREUND (eds.),
El sistema integral del Derecho penal. Delito, determinación de la pena y proceso penal, trads. SILVA
SÁNCHEZ/BENLLOCH PETIT/ ET. AL., Madrid-Barcelona, 2004, pp. 35 ss. Considera que el CP no regula
en ningún momento una accesoriedad de esta clase, ROBLES PLANAS, La participación en el delito,
p. 171. Para un estudio sobre la necesidad de seguir distinguiendo el injusto de la culpabilidad, vid.
SCHÜNEMANN, «La función de la delimitación de injusto y culpabilidad», trad. SUÁREZ GONZÁLEZ, en
SILVA SÁNCHEZ (ed.)/SCHÜNEMANN/De FIGUEIREDO DIAS (coords.), Fundamentos de un sistema europeo
del Derecho penal. Libro homenaje a Claus Roxin, Barcelona, 1995, pp. 207 ss. También, vid. COR-
TES ROSA, en SILVA SÁNCHEZ, (ed.)/SCHÜNEMANN/De FIGUEIREDO DIAS (coords.), Fundamentos de un
sistema europeo del Derecho penal. Libro homenaje a Claus Roxin, pp. 247 ss. Vid. np 763.
584. Para este delito entendido como «autoquebrantamiento de condena», vid. SANTANA VEGA ,
«Arts. 446-471 bis», en CORCOY BIDASOLO/M IR P UIG (dirs.), Comentarios al código penal. Reforma
LO 5/2010, Valencia, 2011, pp. 1006 ss.; y C ARDENAL MONTRAVETA , «Política criminal y regulación
del quebrantamiento de condena», en M IR P UIG (dir.)/CORCOY BIDASOLO (dir.)/G ÓMEZ M ARTÍN
(coord.), La política criminal en Europa, Barcelona, 2004, pp. 177 ss.
585. Es denominada «accesoriedad estricta» en Alemania, vid. np 559. Para el entendimiento
de la «Hiperaccesoriedad» como hecho punible, vid. STS 1197/2001, de 20 junio (ponente: Baci-

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el estadio de la punibilidad586 (incluida la acción, tipicidad, antijuridicidad y culpabi-


lidad, —CTACP—): que será el necesario para la configuración de ciertos tipos co-
nexos-subsiguientes. Parecía bastante difícil encontrar supuestos que acogieran este
grado de realización del hecho previo en la subsecuencia, sin embargo he encontrado
varios —aunque hay posibilidades de que los autores procesados no sean hallados
culpables o que siéndolo no puedan ser condenados—:587 la constante será que los
tipos conexos-subsig uientes exigirán que el hecho previo haya sido ya «sentenciado»
o el autor esté «condenado».588
2. Este nivel de accesoriedad tiene otra constante: si no todos, la mayoría de los tipos
de este nivel, tienen como sujeto activo a uno cualificado (funcionarios), quien deberá
conocer algo más que el hecho previo (en antijuridicidad y culpabilidad): conoce una
«causa criminal», «juicio», etc., de por medio, y conoce que desobedece su deber.
3. Los tipos penales conexos-subsiguientes que necesitan que su hecho previo se
encuentre en estadio de punible (CTACP) y que el conexo-subsiguiente se puede confi-
gurar sólo con la accesoriedad máxima de aquel,589 son los contemplados en los arts. CP:

407.1 y 2 (abandono de destino: «… la autoridad o funcionario público que aban-


donare su destino con el propósito de no impedir o no perseguir cualquiera de los
delitos…»; «…cuando el abandono tenga por objeto no ejecutar las penas correspon-
dientes a estos delitos…»); 446.1.º, 2.º y 3.º (prevaricación judicial: «…a sabiendas,
dictare sentencia o resolución injusta…); 447 (prevaricación judicial por imprudencia
grave o ignorancia inexcusable: «El Juez o Magistrado que por imprudencia grave o
ignorancia inexcusable dictara sentencia o resolución manifiestamente injusta…»);
470.1 (proporcionar evasión: «El particular que proporcionare la evasión a un con-
denado, preso o detenido…»); 471 (proporcionar evasión por funcionario público:
remite al 470, si el culpable fuera un funcionario público); 530 (acordar, practicar o
prolongar la privación de libertad: «La autoridad o funcionario público que, median-
do causa por delito, acordare, practicare o prolongare cualquier privación de libertad
de un detenido, preso o sentenciado…»); y 531 (decretar, practicar o prolongar la
incomunicación: «La autoridad o funcionario público que, mediando causa por deli-
to, decretare, practicare o prolongare la incomunicación de un detenido, preso o
sentenciado,…»).

galupo Zapater), referida al delito de fraude de subvenciones (art. 308 CP). Para más sobre la hi-
peraccesoriedad, vid. np 539 y 544.
586. Estudia y analiza como vigente —en las leyes— la idea de accesoriedad máxima en Ale-
mania, M EZGER , Tratado de Derecho penal, T. II, 1957, pp. 343 ss. Ahí mismo critica las distincio-
nes de M AYER sobre la accesoriedad.
587. Para la relevancia de la diferencia entre «autor punible» y «hecho punible», vid. np 300
(in fine). Para un desarrollo de la idea del «hecho punible», vid. KUHLEN, en WOLTER /F REUND, El
sistema integral del Derecho penal, pp. 130 ss.
588. Vid. BR ADY, «Categorical Analysis, Ancillary Offenses: Select Cases In Ninth Circuit», en
www.ilw.com/articles/2005,0707-brady.shtm (Febrero de 2012), quien analiza varios casos de sen-
tencias condenatorias logradas después de la confesión de los procesados, y con los datos de estos
juicios, posteriormente, junto con más y nuevos datos, ha servido para imputar nuevos delitos.
Obtenida la condena —y punición— del primer hecho se ha proseguido con el enjuiciamiento de
otros conexos-subsiguientes (ancillaries).
589. Además, encuentro un caso en que se requiere este grado de accesoriedad, pero cuando
el sujeto activo es el mismo en ambos hechos: art. 468.1, para el supuesto de «condena».

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

VI.3.5. Accesoriedad absoluta

1. Por accesoriedad absoluta —en clave de subsecuencia — se entiende que se


ha realizado, o se conoce, el hecho previo concretado hasta el estadio de la «satis-
facción total» de la sociedad, de la víctima y/o del agraviado (incluye la conducta,
tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad y punibilidad —CTACPE—), es decir, cuando
el hecho previo se encuentra ejecutado:590 será el estadio necesario para la configu-
ración de ciertos tipos conexos-subsiguientes. Fue interesante comprobar la existen-
cia de varios supuestos regulados que requerían este grado de accesoriedad, a pesar
de que las posibilidades de que los autores y/o partícipes satisfagan a la sociedad,
víctimas y agraviados del hecho no son muy elevadas, pues estas dependen de las
capacidades de los primeros para dotar o resarcir a los segundos de sus necesidades
o derechos lesionados o disminuidos (de regresar al estado anterior de las cosas). La
constante será que los tipos conexos-subsiguientes exigirán que el previo ya haya
sido «ejecutado» o el autor ya se encuentre «preso».
2. Los tip os penales conexos-subsiguientes que necesitan que su hecho previo
se encuentre en estadio de ejecutado (CTACPE) y que el conexo-subsiguiente se con-
figuraría sólo con accesoriedad absoluta de aquel,591 son los contemplados en los
arts. CP:

446.1.º, 2.º y 3.º (prevaricación judicial: «…a sabiendas, dictare sentencia o


resolución injusta…); 470.1 (proporcionar evasión: «El particular que proporciona-
re la evasión a un condenado, preso o detenido…»):592 471 (proporcionar evasión
por funcionario público: remite al 470, si el culpable fuera un funcionario público);
530 (acordar, practicar o prolongar la privación de libertad: «La autoridad o funcio-
nario público que, mediando causa por delito…»); y 531 (decretar, practicar o pro-
longar la incomunicación: «La autoridad o funcionario público que, mediando causa
por delito…»).

590. La pena debe establecerse en función de la realización de los elementos del tipo, y
representa un estadio más de la teoría del delito, vid. S ILVA S ÁNCHEZ , InDret 2/2007 (Abril),
p. 6: «[…] necesidad de abordar la sistematización de las variables fácticas contenidas en los
diferentes hechos concretos que realizan el tipo, con el fin de posibilitar una individualización
“dogmática” de la pena». Continúa (p. 8): «Según lo indicado, la determinación de la pena
constituye, pues, la continuación cuantitativa de la teoría del delito». La misma idea, enten-
diéndolo como cuarta categoría de la teoría del delito, vid. R AGUÉS I VALLÈS , «Derecho penal
sustantivo y derecho procesal penal: hacia una visión integrada», en HURTADO P OZO (dir.)/S AN
M ARTÍN C ASTRO (coord.), La Reforma del Proceso Penal Peruano. Anuario de Derecho Penal,
Lima, 2004, p. 134; y G ARCÍ A P ÉREZ , La punibilidad en el Derecho Penal, Pamplona, 1997,
pp. 69 ss. Citando a M AYER , le llama «presupuestos de procesabilidad», vid. R OXIN, Teoría del
tipo penal, p. 173.
591. Además, encuentro dos casos en que se requiere este grado de accesoriedad, pero
cuando el sujeto activo es el mismo en ambos hechos: art. 468.1, para el supuesto de «prisión»;
y art. 469 (fuga del lugar de reclusión).
592. En un sentido diferente, analiza la conducta de este artículo y la del art. 471, como
formas participativas elevadas a la categoría de delito autónomo, vid. PALOMO DEL A RCO, «Del
quebrantamiento de condena», en G ÓMEZ TOMILLO, Comentarios al Código penal, 2.ª ed., Valla-
dolid, 2011, p. 1724.

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

VI.3.6. Aspectos procesales implicados

1. Toda la teoría de la «accesoriedad de la subsecuencia» que acabo de exponer, me


ha puesto ante el razonamiento de que el concepto del delito, lo penalmente relevante,
presenta unos contornos poco específicos. Habrá que estar a lo que los hechos conexos-
subsiguientes requieran del hecho previo para determinar cuándo un hecho es penal-
mente relevante. Esto se determinará en función a qué estado de desarrollo como deli-
to hayan logrado; que sea el suficiente para permitir que otro delito pueda realizarse.
2. La teoría de la accesoriedad limitada no se presenta como la única posible de
explicar a todos los delitos del Código, sino que habrá varias opciones de dependencia
(accesoriedad mínima, extrema, máxima y absoluta). La necesidad de poder determinar,
con certeza, en qué estadio de desarrollo como delito se encuentra el hecho previo sólo
puede hacerse dentro de un proceso y con una sentencia firme. A su vez, esto implica-
ría exigir para todos los delitos más que la antijuridicidad, pues una sentencia firme
también certifica los estadios de culpabilidad y de punibilidad como configurados. Pero
ciertos delitos no requieren tanto. No todos los tipos penales conexos-subsiguientes
requieren que el hecho previo tenga determinado el estadio de culpabilidad, sino que
la accesoriedad limitada reclama únicamente el de antijuridicidad; y otros delitos un
grado inferior, como el de tipicidad (objetiva); y otros, es innegable, uno superior, como
es el punibilidad (máxima) y otros, aún, el de ejecutoriedad (absoluta).
3. Entonces, ¿la sentencia es la solución al respecto? Y si la sentencia por el hecho
previo es contradictoria respecto de la sentencia por el hecho conexo-subsiguiente. En los
supuestos donde hay dos hechos en análisis y relacionados entre sí ¿qué pasa con la con-
tradicción entre sus sentencias? En estos casos ¿qué importa de una sentencia: el fallo o
los hechos probados? Lo que pueda estar estudiado al respecto servirá para la nueva rea-
lidad de la «subsecuencia delictiva». Estos interrogantes serán resueltos en el capítulo IX.4.

VI.4. OTROS POSIBLES FACTORES DE SUBSECUENCIA DELICTIVA

El bien jurídico, el dolo y la accesoriedad son factores de la subsecuencia que no


pueden dejar de analizarse para poder comprenderla. Pero los tipos penales también
presentan ciertos factores secundarios que pueden ayudar a comprender mejor cada
uno y, que según sea el caso, ayudarán a caracterizar los modelos de subsecuencia que
concretaré. Son secundarios porque pueden concurrir o no en la configuración de los
tipos conexos-subsiguientes.

VI.4.1. Por el objeto material

1. El objeto material593 podría ser uno de los elementos que mejor ejemplifique la
relación de subsecuencia, pues con él se aprecia materialmente la relación entre los

593. Vid. BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, p. 235, citando a COBO
DE ROSAL y VIVES A NTÓN: agregaría que «[e]l objeto material del delito se define como la “persona
o cosa sobre la que recae la conducta típica”». La cosa puede ser material o inmaterial (vid. np 406).

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

VII.2. LA ACCESORIEDAD EN EL DELITO CONEXO-SUBSIGUIENTE

1. La «subsecuencia delictiva» requiere la idea de la dependencia. Por eso, la par-


tícula genérica «accesoriedad», entendida como relación de dependencia entre dos
realidades, ya no va acompañada del predicado «de la participación» sino «de la sub-
secuencia» (vid. cap. VI.3). Ahora son dos hechos principales los que se relacionan.
Ambas accesoriedades se refieren a situaciones diversas, pero la subsecuencia además
las relaciona. La «accesoriedad de la participación» es relevante para la concreción del
estadio del hecho previo que luego será utilizado (en sí mismo o algún elemento de
este) para la configuración del hecho conexo-subsiguiente, en el que se presenta la
«accesoriedad de la subsecuencia».
2. Según la opinión mayoritaria, los hechos se configuran como atribuibles penal-
mente cuando han alcanzado el estadio de antijurídicos. El mismo que utiliza la idea
de accesoriedad de la participación.616 Es decir, desde este estadio los intervinientes ya
pueden ser imputados como responsables del hecho. Sin embargo, considero que la
accesoriedad limitada (accesoriedad de la participación limitada: cuando el hecho es
antijurídico) no es la única forma vigente y posible de ser relevante para un análisis
jurídico-penal. Cada sistema jurídico, cada Código penal puede optar por un estadio o
varios desde el cual atribuir responsabilidad, y aunque nada indica que la ley haya op-
tado por la «limitada» como su límite inferior o superior, o como el único posible (salvo
por referencias doctrinales y jurisprudenciales). Puede resultar más o menos objetable
una atribución de responsabilidad ante un estadio superior o uno inferior a aquel, pero
la realidad y la legislación han apreciado alguno de estos como viable para que otros
sujetos puedan iniciar desde ahí una nueva conducta con un sentido diferente. Al estu-
diar a los tipos conexos-subsiguientes del CP he descubierto que algunos requieren que
los hechos previos presenten otros grados de «accesoriedad de la participación», tan
válidos y vigentes para lograr su configuración como tipos y como relevantes penal-
mente: por supuesto el de «limitada» (antijuridicidad), pero también la mínima (tipici-
dad), extrema (culpabilidad), máxima (punibilidad) y absoluta (ejecutoriedad).
3. El estadio de desarrollo del hecho previo es determinante para configurar el
requisito que de este necesite el conexo-subsiguiente para su configuración. El grado
de accesoriedad de la participación del hecho previo (hecho-sujeto) determinará si
puede entablarse la relación de dependencia con el hecho conexo-subsiguiente (he-
cho1-hecho2). Desde otro punto de vista, los tipos conexos-subsiguientes sólo se con-
figurarán como tales siempre que el hecho previo del que dependen esté configurado
con el grado de «accesoriedad de la participación» suficiente y requerido. Si el hecho

616. Vid. BLANCO CORDERO, El delito de blanqueo de capitales, 2002, p. 262: «[…] accesorie-
dad limitada, criterio surgido en el ámbito de la participación, según el cual basta con que exista
una acción típica y antijurídica, sin necesidad de que concurra la culpabilidad del autor. Conforme
a ello, existía una dependencia entre el hecho delictivo previo y la receptación, en virtud de la
cual la sanción de una de ellas dependía de la realización típica y antijurídica de la otra. Se esta-
ba realizando, por tanto, un trasvase de conceptos de una categoría dogmática como era la parti-
cipación, a una figura delictiva independiente como era la receptación, hecho admisible desde el
punto de vista de la doctrina mayoritaria». El trasvase, entiendo, sólo es referido a la idea de
«dependencia» o «accesoriedad», que también podrá ser utilizada en la subsecuencia delictiva, pero
no a la manera de la participación.

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Delitos conexos y subsiguientes: un estudio de la subsecuencia delictiva

previo tiene un desarrollo mayor al requerido por el conexo-subsiguiente, el exceso


que exista será indiferente para la configuración de este elemento. Pero si fuera menor
—por defecto—, ya no podrá configurarse. Esta nueva forma de dependencia es la que
denominamos «accesoriedad de la subsecuencia».
4. La «accesoriedad de la subsecuencia» recibe el mismo nombre que el grado de
«dependencia» que tenga desarrollado el hecho previo. Es decir, por ejemplo, cuando
el hecho conexo-subsiguiente requiera de la antijuridicidad del hecho previo, este
deberá estar desarrollado, como mínimo, hasta ese estadio. Cuando el hecho conexo-
subsiguiente requiera que el hecho previo se encuentre en «accesoriedad de la parti-
cipación limitada» podrá relacionarse con aquél, y la relación de dependencia entre
ambos hechos se estructura como «accesoriedad de la subsecuencia limitada». Pero si
el conexo-subsiguiente requiere este estadio en el previo y este no logra configurarse
como tal —por defecto—, no se desarrollará la accesoriedad de la subsecuencia y no
podrá configurarse el tipo conexo-subsiguiente en cuestión.
Y así podemos seguir poniendo ejemplos: cuando el hecho conexo-subsiguiente
requiera de la culpabilidad del hecho previo, este deberá estar desarrollado, como
mínimo, hasta ese estadio. Es decir, cuando el hecho conexo-subsiguiente requiera que
el hecho previo se encuentre en «accesoriedad de la participación extrema», podrá
relacionarse con aquél y la relación de dependencia entre ambos hechos se estructura
como «accesoriedad de la subsecuencia extrema». Pero si el conexo-subsiguiente re-
quiere este estadio en el previo y no logra configurarse, no se configurará la accesorie-
dad de la subsecuencia y no podrá configurarse el tipo conexo-subsiguiente en cues-
tión. Y así sucesivamente.
Una consecuencia de este último caso —que diferencia entre las accesoriedades
(de participación y de subsecuencia)— es que en el hecho previo hasta podría haber
partícipes imputables, porque el hecho puede haber alcanzado el estadio de antijurí-
dico; pero si no llega al estadio de culpabilidad el hecho conexo-subsiguiente no podrá
configurarse como delito. El previo ya lo estará, pero el conexo-subsiguiente no, pues
le faltará que uno de sus elementos esté debidamente estructurado: el hecho previo
debe ser típico, antijurídico y culpable. Si la accesoriedad limitada es la opción del CP,
lo es para la atribución de responsabilidad del hecho al autor y partícipes, pero no es
la única opción para relacionar dos hechos concatenados en subsecuencia delictiva.
5. La «accesoriedad», en la subsecuencia, es un concepto de dependencia que deja
entrever que no es un concepto exclusivo de la participación.617 La «dependencia» es
una realidad dogmática que refiriéndose a un momento concreto del desarrollo del
delito para poder imputar responsabilidad, lo puede hacer al menos de dos maneras:
i) referirse a cómo el desarrollo de un hecho determina los límites de la responsabili-
dad personal para cualquier interviniente (accesoriedad de la participación: hecho-
sujeto), ii) referirse a cómo dos hechos pueden conectarse entre sí en el sentido de
que un uno necesita de otro previo, en general o de alguno de sus elementos, para
completar su configuración delictiva (accesoriedad de la subsecuencia: hecho1-hecho2).

El concepto de accesoriedad surgió para explicar las relaciones de participación


en los hechos delictivos, pero ahora aparece una nueva realidad jurídica que demanda,
y puede, hacer uso de la idea de accesoriedad: la «subsecuencia delictiva».

617. Vid. GILI PASCUAL , CPC 61 (1997), passim.

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Justo Fernando Balmaceda Quirós

6. Para esta nueva modalidad de conductas la relación de dependencia entre dos


hechos en subsecuencia es necesaria o esencial. La dependencia no es sólo temporal
—uno tras otro—, sino principalmente de «sentido» jurídico-penal. Los dos hechos
relacionados pueden estar en estadios de desarrollo que variará según lo que en cada
caso se requiera, pero ambos en coordinación. Según sea el estadio del hecho previo
se entablará o no la relación de dependencia con el hecho conexo-subsiguiente: esta
no está uniformizada en la «limitada».
7. Que el hecho previo se encuentre en accesoriedad mínima, limitada, extrema,
máxima o absoluta, y que el hecho conexo-subsiguiente se sirva de cada uno de estos
estadios remarca los requerimientos especiales que necesitan las nuevas conductas
para poder configurarse. Y si los sujetos, además, son conscientes de esto denotará
más el grado de peligrosidad al que puede verse sometida la sociedad, los individuos
y sus bienes (vid. V.1. párr. 1 iii).
8. Todo lo dicho no es óbice para que la accesoriedad de la participación se aplique
también en los tipos conexos-subsiguientes, para determinar la responsabilidad de sus
intervinientes.

VII.3. EL DOLO (EL OBJETO DEL CONOCIMIENTO) EN EL TIPO


CONEXO-SUBSIGUIENTE

1. El dolo se presenta como uno de los factores de relación en los tipos conexos-
subsiguientes, en calidad de necesario. Entiendo por qué el legislador (y en consecuen-
cia la dogmática también debe hacerlo así —I.3—), lo regula como el punto de contac-
to ineludible, por el cual confluyen los demás factores (bien jurídico y accesoriedad),
uniéndose en el sentido jurídico-penal de un tipo conexo-subsiguiente. El dolo de los
tipos conexos-subsiguientes es el puente que relaciona los elementos de ambas con-
ductas, permitiendo que se configure la «subsecuencia delictiva».
Es el primero que explica la relación o fenómeno de subsecuencia.618 Se puede
responder de primera intención, y de manera sencilla, que: si un hecho anterior va a

618. Para los autores angloamericanos, el dolo (incluido en el concepto de «mens rea» como
«knowledge» —conocimiento—, a parte del «purpose», «recklessness» y «negligence»), es elemental
para entender y caracterizar a los tipos conexos-subsiguientes (ancillary offenses). Lo concretiza
A BRAMS, 1 Crim. L. Forum 1 (1989), pp. 34 s.: «The potential impact of the systematic use of ancil-
lary offenses on the criminal justice system can be characterized from still another perspective. In
connection with all of these offenses, the mens rea element plays a major role. Indeed, as mentioned
previously, for some of them, such as money laundering and Bank Secrecy Act violations, the actus
reus of the offense is outwardly innocent behavior--engaging in an ordinary bank transaction.
Criminal liability is based essentially on what the accused knew or intended. To an extent, the same
is true of the other ancillary offenses». Es decir: «El impacto potencial de la utilización sistemá-
tica de delitos [conexos] en el sistema de justicia penal puede ser caracterizado desde otra pers-
pectiva. En relación con todos estos delitos, el elemento de mens rea juega un papel importante.
En efecto, como se mencionó anteriormente, para algunos de ellos, como el lavado de dinero y
violaciones a la Ley de Secreto Bancario, el actus reus del delito es un comportamiento inocente
hacia el exterior —para participar en una transacción bancaria ordinaria—. La responsabilidad
penal se basa fundamentalmente en lo que el acusado sabía o intentó. Hasta cierto punto, lo
mismo es cierto de los otros delitos [conexos]». Para la comparación entre el «dolo» y el «mens

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