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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y Tecnología.


Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas.
T.S.U. Trabajo Social.
6to Semestre.
Deontología

DEONTOLOGÍA PROFESIONAL.

Profesor: Estudiante:
Hernán Salazar Arianna La Rosa C.I. 26.089.398
Caracas, diciembre de 2018.
Contenido
Introducción ............................................................................................................. 3
Deontología profesional .......................................................................................... 4
Evolución Histórica .................................................................................................. 5
Código deontológico ................................................................................................ 6
Las profesiones ....................................................................................................... 7
Relevancia de la deontología en trabajo social .................................................... 7
Código deontológico en trabajo social .............................................................. 8
Relevancia de la ética en el periodismo ............................................................. 10
Conclusión............................................................................................................. 13
Introducción

La deontología es una disciplina subsidiaria de la ética que se enfoca en las


obligaciones morales que las personas tienen considerando como patrón de
evaluación a la utilidad de las mismas. Así, desde esta perspectiva, aquello que es
correcto y debe ser llevado a la práctica coincide con aquello que beneficie al mayor
número de personas. La importancia de este enfoque en lo que respecta a la moral
es su asociación con distintas actividades profesionales, significando con esto que
es muy común apelar a estos principios para el desarrollo de una ética en lo que
respecta a distintos desempeños laborales.
Como es sabido, la ética es una orientación de la filosofía que tiene una larga
trayectoria, remontándose a tiempos remotos. En efecto, ya los antiguos griegos
han realizado famosos tratados que todavía tienen mucho que enseñarnos. Por
ejemplo, podemos referir a la “Ética a Nicómaco”, obra de Aristóteles de gran
trascendencia cuya influencia llegó a la Edad Media y de ésta a nosotros. Ahora,
bien, estos trabajos que se enfocan en el hombre desde una perspectiva moral
tienden a dejar de lado al contexto en muchas ocasiones. En este sentido, la
deontología puede entenderse como un tratamiento de los mismos temas
específicamente orientado a circunstancias más concretas, en particular, aquellas
que guardan relación con el mundo profesional.
A pesar de que la ética siempre ha sido un aspecto a considerar por el hombre, es
también cierto que siempre ha sido un escenario controvertido y de debate. En
efecto, el hombre desea ante todo hacer aquello que implica el bien, aquello que
beneficia a sí mismo y a terceros, pero en ocasiones esta cuestión puede ser difícil
de desarrollar. La deontología busca en este sentido brindar una perspectiva que
se funde en el carácter de utilidad, perspectiva que en cada campo de la actividad
humana deberá ser apropiadamente desarrollada.
La deontología ha significado un campo de desarrollo de diversos protocolos de
actuación en lo que respecta a actividades profesionales que tienen problemáticas
que implican una evaluación ética que debe ser sucinta a un contexto particular. Así
es como se van desarrollando formas de proceder que parten de un análisis de la
utilidad máxima que se puede obtener con un determinado procedimiento. Es así
como vemos que este campo teórico se ha afianzado en tratar de abordar
problemas concretos a partir de concepciones filosóficas que los trascienden,
concepciones que en algunos casos tienen una enorme cantidad de años.
Deontología profesional

La deontología profesional es el conjunto de principios y normas éticas de


comportamiento que regulan y guían una actividad profesional. Es una rama de la
ética cuyo propósito es establecer los deberes y obligaciones morales y éticas que
tienen que asumir quienes ejercen una determinada profesión. Se explicita en los
llamados códigos deontológicos, habituales en ramas como la medicina o el
periodismo, pero se extienden a cualquier otra disciplina en que se trate
organizaciones humanas.
Un profesional no sólo se mide por sus conocimientos, sino también por su
conciencia y conducta. Con base en ello la deontología profesional ofrece unas
normas de actuación caracterizadas por la responsabilidad de sus actuaciones.
Éstas son muy útiles para el mundo profesional, sobre todo para profesiones con
una elevada responsabilidad social, como los abogados, docentes, psicólogos,
médicos; porque persigue un equilibrio entre la moral y la profesionalidad técnico-
científica.
Las normas deontológicas, para que sean comprensibles, deben referirse a un
grupo social y estar insertas en un contexto determinado en el que además es donde
son obligatorias.
La deontología, se encuentra a medio camino entre el Derecho y la moral. Las tres
constituyen el orden normativo que regula el ejercicio de las profesiones. Se
diferencia del Derecho en que el origen de la deontología profesional no es estatal,
sino que emana del propio colectivo profesional, y desde una labor de
autorregulación. Y de la moral en que la deontología tiene un carácter colectivo, no
se basa en los principios individuales.
De igual manera es importante destacar que no es lo mismo deontología que ética.
La primera adopta una función de modelo de actuación en el área de una
colectividad y la segunda hace referencia a la conciencia personal. La deontología
son unos mínimos aprobados por los profesionales de un determinado colectivo
profesional que, como ya hemos visto, quedan recogidos en unos códigos. En
cambio, la ética, al no estar orientada al deber sino al bien, no puede ser exigible
para un colectivo ni está recogida en ningún documento. La ética se centra en
determinar y perfilar el bien de una determinada profesión y la deontología en definir
cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad.
Son los colectivos profesionales los que se suelen encargar de redactar sus normas
éticas y plasmarlas en un código deontológico para establecer los deberes
mínimamente exigibles, con carácter vinculante entre sus miembros, en el
desempeño de una actividad.
Los códigos deontológicos cumplen tres funciones:
1. Establecer unos criterios científico-funcionales para el desarrollo de una
profesión intentando potenciar la operatividad y eficacia. Función que han
asumido actualmente otro tipo de instituciones.
2. Explicitar la dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos
comportamientos exigibles a unos profesionales, aunque no estén
delimitados jurídicamente, y recogerlos en códigos de deontología
profesional.
3. Imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan los deberes
y obligaciones de los códigos deontológicos, siendo siempre menos graves
que las relacionadas con el Derecho. En los casos de las profesiones que no
requieren colegiación profesional, el incumplimiento de las normas
deontológicas lleva aparejada una sanción similar a la que concierne a la
vulneración de las normas morales como mala imagen pública, reproche,
expulsión del grupo.
En toda profesión deben existir unos controles sociales más o menos rigurosos que
permitan exigir responsabilidades en relación con los actos. En el sector empresarial
los valores éticos y las prácticas de transparencia contribuyen a mejorar la
competitividad económica y a lograr un sostenimiento del entorno socioeconómico.
Al igual que en otros ámbitos, en éste la deontología fija las reglas que hay que
respetar en los procedimientos y en los comportamientos profesionales en relación
con los clientes y con los socios.
La deontología profesional suele estudiar normas con un fuerte arraigo en el
pasado, pero no hay que olvidarse de la necesidad de seguir adaptándose a la
sociedad actual. Ante situaciones nuevas que puedan surgir en la actividad
profesional hay que crear o transformar nuevos deberes y obligaciones para regular
lo que para ese caso concreto se venía aplicando.

Evolución Histórica

El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y


logía (conocimiento, estudio…); lo que significa, en términos generales, el estudio o
la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos
del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado por
Jeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una
visión novedosa de esta disciplina. Para Bentham, la deontología se aplica
fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre
que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas
acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Esto sugiere
una de las intenciones de la redacción de los códigos deontológicos: explicitar la
dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos
exigibles a unos profesionales, aunque no estén delimitados jurídicamente, o quizá,
por ello mismo.
La primera alusión al término deontología la hizo Bentham en su obra Science de la
Morale (París, 1832). Con ella quería dotar de un enfoque algo más liberal al
concepto ética y convertir en un concepto laico el término, hasta entonces religioso,
moral. En otras palabras, pretendía lograr la fórmula kantiana, esquivando la carga
de subjetividad de la moral y la ética. En "Deontología o ciencia de la moral" busca
el racionalismo, con un mecanicismo casi matemático con el que valorar los
comportamientos por su utilidad. Sin embargo, el intento de Bentham por cambiar
el contenido de la moralidad por un concepto más “aséptico” y menos valorativo, no
logró esa transformación por el mero hecho de acuñar un nuevo término. Es decir,
aun hoy, cuando nos referimos al término deontología, seguimos relacionando está
con la ética y/o la moral.
Bentham considera que la base de la deontología es el utilitarismo, lo que significa
que los actos de las personas se consideran buenos o malos en función de la
felicidad global que puedan generar. Según este marco teórico, el fin de una acción
debe ser conseguir la máxima felicidad para el mayor número de personas. De este
modo, toda acción que conduzca a ese fin, será aceptada como moralmente
correcta.

Código deontológico

El código deontológico es un documento que recoge un conjunto más o menos


amplio de criterios, normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo
una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los aspectos
más sustanciales y fundamentales del ejercicio de la profesión que regulan.
La profesión, asimismo, es una actividad ocupacional de un grupo de personas,
organizado de forma estable, que reclama la exclusividad de competencia (con base
en un proceso de capacitación teórico-práctica). Se caracteriza por compartir un
conjunto de conocimientos especializados que interesan a la sociedad y que ponen
al servicio de ésta, obteniendo así su modo de vida.
Las normas dictadas en el código deontológico son previamente pactadas y
aprobadas de manera común y unánime por todos los miembros de la profesión
para las que se elaboran. Son, por tanto, pautas de conducta a seguir que tienen
como objetivo cumplir con un adecuado trabajo y ayudar a que el conjunto de la
sociedad que solicita los servicios de la profesión obtenga plena satisfacción ante
la buena ejecución de la labor.
Para velar por el adecuado cumplimiento del código deontológico de las distintas
profesiones existe el Colegio Profesional, corporación de derecho público que
custodia el respeto a las normas comúnmente aceptadas por el conjunto de
personas que conforman cada sector.

Las profesiones

Relevancia de la deontología en trabajo social

Cualquier intervención profesional, independientemente de la disciplina que sea,


requiere acciones y actuaciones éticas. El Trabajo Social, el cual busca la mejora
en la calidad y bienestar de las personas, no puede dejar al margen la ética.
Los principios éticos han sido tratados desde los inicios del Trabajo Social por sus
precursores, quienes hablaban de la asepsia y neutralidad de las intervenciones
profesionales, de la autodeterminación de los usuarios/as del respeto a su intimidad,
de la confidencialidad y el secreto profesional, de lo objetivo y subjetivo, de lo
universal y particular, de lo operativo e inoperante, es decir, de la ayuda eficaz y
efectiva (García, 2007).
En la actualidad, la acción ética, desde la visión de la intervención profesional como
desde el análisis de las normas y principios éticos de las instituciones públicas o
privadas dónde cada vez más, los trabajadores sociales desarrollan su profesión,
es objeto de reflexión y debate (García, 2007).
Dada la importancia de la ética en Trabajo Social, así como en las demás disciplinas,
se ve necesaria la regulación de la misma. Por ello, la deontología, la cual
fundamenta la existencia de las organizaciones profesionales, sirve de guía para
procurar la excelencia profesional y evitar la mala praxis (Consejo General del
Trabajo Social, 2012).
“En España, el primer código de ética publicado es el elaborado en 1989 por el
Colegio Oficial de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de Cataluña.
En 1999, la asamblea general de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo
Social y Asistentes Sociales aprobó el Código Deontológico de la Profesión de
Diplomados en Trabajo Social” (Gómez, 2011, p.42).
Como menciona García (2012), el código deontológico sirve de ayuda a los
profesionales del Trabajo Social para tomar la mejor y más adecuada decisión ante
una situación dada, de acuerdo con los valores socialmente aceptados. Sin
embargo, en la práctica deontológica profesional no sólo es necesario tener dichos
valores sino también las normas sociales que regulan las relaciones humanas en el
contexto donde se actúa.
En la práctica profesional, es necesario tener en cuenta los valores indivisibles y
universales de dignidad humana, libertad e igualdad en los que está fundado el
Trabajo Social, ya que en ellos se basa la misma, a través de los siguientes
principios recogidos en el Código Deontológico de Trabajo Social, elaborado por el
Consejo General del Trabajo Social (2012) : Respeto activo, Aceptación de la
persona, Superación de categorizaciones, Ausencia de juicios de valor,
Individualización, Personalización, Promoción integral de la persona, Igualdad de
oportunidades, de derechos, de equidad y de participación, Solidaridad, Justicia
social, Reconocimiento de derechos humanos y sociales, Autonomía,
Autodeterminación, Responsabilidad y corresponsabilidad, Coherencia profesional,
Colaboración profesional e Integridad.

Código deontológico en trabajo social

El Código Deontológico de Trabajo Social es una guía para los profesionales que
sirve para resolver los conflictos éticos que puedan surgir a lo largo de la profesión
y asegurar el buen ejercicio de ésta.
Sus objetivos, entre otros, son:
 Delimitar responsabilidades profesionales.
 Promover el incremento de los conocimientos científicos y técnicos.
 Definir el correcto comportamiento profesional.
 Evitar la competencia desleal.
 Mantener el prestigio de la profesión
 Perseguir el constante perfeccionamiento de las tareas profesionales.
 Atender al servicio a la ciudadanía y a las instituciones
 Valorar la confianza como factor importante y decisivo en las relaciones
públicas.
 Servir de base para las relaciones disciplinarias.
Entre las funciones del trabajador y la trabajadora social se encuentran:
 Información.
 Investigación.
 Prevención.
 Asistencia.
 Atención directa.
 Promoción e inserción social.
 Mediación.
 Planificación.
 Gerencia y dirección.
 Evaluación.
 Supervisión.
 Docencia.
 Coordinación
Dentro del Código Deontológico hay cuatro capítulos, con un total de 59 artículos,
en los que se recogen los derechos y deberes de todos los trabajadores y
trabajadoras sociales en el ejercicio de su actividad profesional.
En esta entrada se habla de los principios generales de la profesión que
corresponde al Capítulo II del Código.
El Artículo 7 establece que “el Trabajo Social está fundado sobre los valores
indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad y la igualdad tal y como
se contemplan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las
instituciones democráticas y el Estado de Derecho. En ellos se basa la actuación
profesional, por medio de la aceptación de los siguientes principios”.
Principios básicos:
 Dignidad: la persona tiene valor en sí misma.
 Libertad: la persona realiza todos los actos sin coacción ni impedimentos.
 Igualdad: todos tenemos los mismos derechos y deberes compatibles.
Principios generales:
 Respeto activo a la persona, al grupo, o a la comunidad como centro de toda
intervención profesional.
 Aceptación de la persona en cuanto tal con sus singularidades y diferencias.
 Superación de categorizaciones derivadas de esquemas prefijados.
 Ausencia de juicios de valor sobre la persona, así como sobre sus recursos,
motivaciones y necesidades.
 Individualización expresada en la necesidad de adecuar la intervención
profesional a las particularidades específicas de cada persona, grupo o
comunidad.
 Personalización exige reconocer el valor del destinatario no como objeto sino
como sujeto activo en el proceso de intervención con la intencionalidad de
derechos y deberes.
 Promoción integral de la persona, considerada como un todo, desde sus
capacidades potenciales y los múltiples factores internos y externos
circunstanciales. Supone superar visiones parciales, unilaterales, así como
integrar la intervención a través de la inter profesionalidad.
 Igualdad de oportunidades, de derechos, de equidad y de participación.
 Solidaridad, implicarse en el logro de una sociedad inclusiva, y la obligación
de oponerse a las situaciones sociales que contribuyen a la exclusión,
estigmatización o subyugación social.
 Justicia social con la sociedad en general y con las personas con las que se
trabaja, dedicando su ejercicio profesional a ayudar a los individuos, grupos
y comunidades en su desarrollo y a facilitar la resolución de conflictos
personales y/o sociales y sus consecuencias.
 Reconocimiento de derechos humanos y sociales y su concreción en el
ejercicio real de los mismos.
 Autonomía ejercida desde la confianza en las capacidades propias de los
profesionales, sin coacciones externas.
 Autodeterminación como expresión de la libertad de la persona y por lo tanto
de la responsabilidad de sus acciones y decisiones.
 Responsabilidad y corresponsabilidad con la persona usuaria, con todos los
sujetos que participan en la intervención profesional y con las instituciones.
 Coherencia profesional conociendo y respetando el proyecto y la normativa
de la institución donde trabaja.
 Colaboración profesional de manera activa, constructiva y solidaria en
relación con los/las otros/as profesionales que participan en la intervención
profesional con la persona usuaria. Del mismo modo en lo referente a la
autoorganización de los/as profesionales del trabajo social en sus estructuras
organizativas colegiales.
 Integridad exige del profesional no abusar de la relación de confianza con la
persona usuaria, reconocer los límites entre la vida personal y profesional, y
no aprovecharse de su posición para obtener beneficios o ganancias
personales.
Se exponen estos artículos ya que se considera que en muchos de ellos los
trabajadores sociales pueden llegar a experimentar conflicto y que no es tan fácil
como parece, por ello es importante conocerlos y saber cuáles son nuestras
limitaciones para que nuestra práctica profesional sea lo más eficaz posible.

Relevancia de la ética en el periodismo

La espina dorsal de la que subyacen todas las críticas del periodismo es que este
ha dejado de cumplir con su función principal y propia, es decir, acercar a los
ciudadanos la información necesaria para que puedan tomar mejores decisiones,
orientarse en la vida pública, conocer aquello que no pueden vivir de forma directa
y controlar a quienes ejercen el poder. A lo que hay que sumar, que lejos de
garantizar la salud del sistema democrático, la práctica periodística estaría incluso
poniéndolo en la cuerda floja. No es de extrañar, por tanto, que denunciar la crisis
del periodismo, e incluso, pronosticar su desaparición como lo conocemos, sea algo
habitual. Se llega afirmar que la profesión periodística se transformaría en una rama
del espectáculo y hasta su disolución en los beneficios de una tecnología que
permitiría la "autoinformación".
El periodismo presenta hoy en día una apariencia irreconocible, se ha convertido en
una actividad "ensanchada", que abarca con su nombre a varias funciones
vinculadas con la información, pero que suponen perfiles y productos periodísticos
muy diferentes (entretenimiento, política). Por este motivo, las formas de relatar los
acontecimientos y el lenguaje periodístico resultan insuficientes, o peor aún,
esconden o distorsiona la realidad. El catedrático de Periodismo de la Universidad
de Valencia Gómez Mompart asegura que “las maneras que hasta ahora habían
servido a los periodistas más competentes y a los medios de información más serios
para explicar el mundo están parcialmente oxidadas”. En este contexto Gómez
Mompart asegura que "precisamos un periodismo que se ponga al día, un
periodismo capaz de explicar un mundo más complejo, una realidad menos
aparente, unos problemas complicados pero resolubles, unas aspiraciones sociales
legítimas e inexcusables. Y todo eso no puede hacerse con una enseñanza
periodística envejecida, con unos géneros y formatos anquilosados, con un léxico y
un lenguaje tópicos, con unos mimetismos rancios ni tampoco con un inmovilismo
empresarial y profesional".
La materia prima del periodismo es, altamente sensible y frágil, y motivo de disputa
de los poderes públicos, se trata pues de una mercancía valiosa. Es, principalmente,
un bien público, es decir, aquel que corresponde a todos los ciudadanos por el solo
hecho de serlo, por lo que se encuentra al mismo nivel que la educación, la salud o
la justicia. Pero esto es así, según Bettetini y Fumagalli, siempre y cuando la
información sea "verdadera y en algún modo esencial, mientras que toque temas
relevantes, aquellos sobre los cuales es necesario decidir, tomar partido, tanto en
el ámbito público como en el privado".
La ética
Está de este modo vinculada a la práctica del periodismo ya que como se ha dicho
antes, si se concibe a la información como un bien público, cuya circulación libre y
contenido veraz e independiente garantizan la vida democrática de una comunidad,
el manejo responsable de esta sensible materia prima es condición de la actividad
periodística. Los ciudadanos son los encargados de juzgar tanto a periodistas como
a medios, ya que ante ellos deben dar cuenta de la responsabilidad que contrajeron
con la sociedad al hacerse cargo de la tarea de buscar y difundir información. Se
trata de un deber constitucional. Sin embargo, los principales dilemas éticos de los
periodistas no están ya en los valores que se enumeran en los códigos
deontológicos. Por ejemplo, la libertad de expresión puede considerarse un valor
reconocido, al menos legislativamente, en la mayoría de los países democráticos
del continente. Por el contrario, los problemas éticos fundamentales son de origen
interno y derivan de la inédita crisis de identidad que atraviesa la profesión.
Tantos condicionantes, favorecen que los periodistas eviten la reflexión, y se limiten
a cumplir la tarea con el único fin de retener el puesto de trabajo; en consecuencia,
renunciar a su responsabilidad social y seguir erosionando el único capital capaz de
protegernos en épocas turbulentas: la credibilidad de los ciudadanos.
Más que un código deontológico del periodista general, más que una declaración
de principios, los periodistas necesitan en la actualidad incorporar una conciencia
ética y un convencimiento sobre las implicancias que tiene la tarea de informar, que
oriente el trabajo cotidiano y hacer frente a las presiones a las que la profesión está
sometida. Este sentido ético para la práctica cotidiana solo sería posible si se
desarrolla y se comparte y discute con los colegas.
Intercambiar experiencias y debatir los dilemas éticos sería poner en marcha una
práctica saludable, que los periodistas suelen dejar de lado, como reflexionar sobre
la profesión.
La ética debería ser considerada el valor inamovible en un tiempo de inestabilidades
que parecen haberse vuelto la regla, pues no hay que olvidar, que por definición, la
ética profesional está constituida por el conjunto orgánico de derechos y
obligaciones morales, deriva sus finalidades y normas específicas, de la condición
básica de persona en armonía con los anexos que implican exigencias del bien
común. El objetivo de la ética en el terreno de la práctica profesional, es
principalmente, la aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez, la
cortesía y el honor. La Ética tiene entre otros objetos, contribuir al fortalecimiento de
las estructuras de la conducta moral del individuo.
Conclusión

Al hablar de la ética profesional se busca que la labor de un profesional esté ligado


a ayudar a la comunidad y al progreso su país, mediante la aplicación de todos los
valores y virtudes posibles que hagan de un profesional competente, que al fin y al
cabo eso importa, cuando uno pasa tantos años en centros educativos de formación
superior estudiando materias relacionadas a su profesión, no es consiente que en
el campo laboral la ética profesional hará la diferencia de la basta competencia que
actualmente existen hay muchos caminos por los cuales andar, pero es solo la
decisión de uno y la responsabilidad de uno mismo el cómo actuar en el futuro,
teniendo en cuanta que todo tiene una consecuencia$ La ética en los futuros
profesionales debe consistir en desarrollar el conocimiento, la habilidad, la
sensibilidad y la voluntad, la formación ética de un profesional no se basa en que
este estudie ética, si no que se haga ético en su compromiso social. Los
profesionales deben tener sus valores éticos intactos en cualquier lugar y momento.
Bibliografía
Consejo General del Trabajo Social (2012). Código Deontológico de Trabajo Social.
Recuperado de: http://www.comtrabajosocial.com/paginas/codigo-dentontologico/
García, B. (2007). Los profesionales del Trabajo Social y la ética profesional ante
los nuevos retos y necesidades sociales. Humanismo y Trabajo Social, 6, 173-188.
Gómez, R. (2011). Códigos deontológicos e ideología en trabajo social.
ZERBITZUAN, 50, 41-46.
Guillermo Gonález (2014) Deontología del Profesional - Ética profesional.
Disponible en: http://www.deontologia.org/deontologia-del-profesiona.html
Irene Fernández; Fernando Sánchez (s.f.) Deontología Profesional. Disponible en:
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pUt-ckhlQaptWmJOcSoAmUuXDzUAAAA=WKE
Patricia Gómez (2015) Código Deontológico. Disponible en:
http://eticats2015.blogspot.com/2015/05/codigo-deontologico.html

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