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Es ego o es el Yo?….

El término de ego propuesto por Freud, como sabemos, tiene básicamente


dos significados básicos, el yo que experimenta constantemente y por otro lado
una estructura psíquica que ordena todas estas experiencias siendo esta última
la que dominaba el pensamiento psicoanalítico inicial. Se consideraba al ego
como el mediador entro lo instintivo y la capacidad de relacionarse bajo ciertos
lineamientos sociales o culturales o de alguna manera la conciencia pero al
mismo tiempo nos da la oportunidad de a través de la observación el percibir,
comprender y solucionar problemas para interactuar con el mundo externo.
A medida que evoluciona esta idea del yo en ese entorno, de acuerdo a la
medida que experimenta ese mundo en que se relaciona desarrollando una
creatividad subjetiva comienza a fundirse con el concepto de ego que conocemos
como la experiencia y aprendizaje, permitiéndonos evolucionar en un “yo como
identidad” en ese yo esencial que permitirá organizar el desarrollo personal.
De alguna manera la palabra yo en nuestra actualidad, es un termino un
tanto contaminado, podemos decir que el ego de una persona “es demasiado
grande” o que siempre interfiere en su desarrollo, incluso hay ciertas corrientes
que promueven la reducción o incluso la disolución del mismo. Estos conceptos
no solo son erróneos sino también no tienen fundamentos, ya que la racionalidad
y la inteligencia son esenciales para la supervivencia y el desarrollo humano, y
dichos conceptos solo obstaculizan un despertar consciente. Un ejemplo el
carecer de realizar un razonamiento realista, poco reactivo y apacible son
características de su personalidad, a diferencia de quien ha despertado cierta
capacidad de discernimiento y con esto en mente el trascender o superar su ego
tiene mas sentido que renunciar o disolverlo, lo cual no obstante, es un síntoma
en su lugar de un ego maduro y funcional en proceso permanente.
Un ego maduro auto observa y funciona de manera adecuada ya que se
compone no solo de lo que ha experimentado y aprendido sino también de una
estructura racional que organiza y predispone a la evolución humana del
individuo. Tal motivo nos ayuda a entender y superar estos falsos dilemas
contemporáneos, si comprendemos que es el yo que comienza a emerger en
medio de todas esas actividades detrás de un escenario donde la razón y la
consciencia organizan todas las estructuras.
Ego y crecimiento…
El desarrollo de todo ser humano desde que nace siempre depende de la
forma que recibimos la información de las figuras de cuidado tanto en desarrollo
intelectual como nuestro desarrollo físico, nuestra crianza así como también el
determinar y definir en otro sentido la creación de un yo independiente. Así
también la naturaleza instintiva y esos deseos inaceptables en nuestra medio
social o cultural presionan desde el inconsciente lo cual exige el orden y presión
hacia el interior de dicho medio como una forma de regular y determinar la
compatibilidad de ambas partes. En las diferentes etapas de nuestro desarrollo
de la infancia hasta la madurez, la capacidad de organizar y estructurar del ego
nos ayuda a hacer frente ante dicho estrés y crear los mecanismos que nos llevan
a desarrollar la capacidad consciente e identificar los elementos que
distorsionan las realidades internas y externas para tener herramientas
suficientes y protegernos de los males actuales la ansiedad, la culpa y los
impulsos del instinto mal entendidos. Como ejemplo, una mujer después de un
mal día de trabajo, gritaría a su esposo en determinado momento, desplazándolo
emocionalmente en lugar de su jefe, de alguna manera de forma irracional para
proteger su empleo.
Estas son algunas de las formas que tiene el ego para operar desde el
inconsciente y modificar o distorsionar la realidad en muchos aspectos. Así como
el sentirse acosado o perseguido es de alguna manera una justificación psicótica,
pero si pensamos que recibiremos de alguna manera una recompensa posterior,
posterior o tardía es una muestra de respuesta madura de nuestro ego. Esto se
logra a través del tiempo de la observación tanto interna como externa asi como
la metabolización de las experiencias cotidianas y de información adquiridas.
Una validación del Yo seguro va de la mano con no tomarse a uno mismo
demasiado en serio, el tener la habilidad de sublimar su energía en las
actividades cotidianas y creativas, el tener la consciencia plena de lo porvenir, la
capacidad de resolver y planear y poder esperar, desarrollar la paciencia y la
compasión todo en espera de dar tiempo y recibir nuestra propia recompensa de
forma mas adecuada a nuestro crecimiento, poder canalizar nuestros instintos
mediante el desarrollo de actividades que motiven un cambio positivo de actitud.
Todos estos mecanismos de defensa siempre trabajan a favor y en
nuestro beneficio, siempre modificando y recapitulando la realidad al
reconstruir creativamente todos los conflictos en situaciones mas accesibles y
manejables. Las situaciones contrarias nos dan tiempo de adaptarnos a las
contingencias de la vida a fin de tener un mejor control de la ansiedad a las
situaciones desafiantes. En una etapa de negación se da este fenómeno, y nos
prepara para escuchar y aceptar las verdades desafortunadas, es en este periodo
donde se reúne la fuerza para los días que resultan difíciles en adelante y nos
pueden brindar un sinfín de opciones de acuerdo al entorno.
Realizar actividades que nos resulten diferentes e interesantes, así como
el escuchar nueva información nos ayuda a tener una plenitud armónica, siempre
hay situaciones difíciles y procesos dolorosos en nuestras vidas la manera de
afrontarlos es a través de un ego mas maduro, desarrollado a través de la
aceptación y de la buena actitud así como de la auto observación y el auto
conocimiento de nosotros mismos que nos ayudara a transformar nuestro
propio entorno, de alguna manera seguimos siendo niños por lo cual nunca
dejamos de aprender y maravillarnos, eso precisamente, es vivir.
El Ego motor de transformación..
De manera cotidiana desarrollamos una continua y permanente
adaptación a nuestro entorno, una vez aprendido y metabolizado el proceso de
adaptación, o sea de aprender y reordenar la experiencia, se activa una habilidad
flexible de nuestros sistemas de defensa emocionales, psicológicos y espirituales,
a fin de doblarse y adaptarnos a las circunstancias sin quebrarnos razón que nos
permite superar desventajas. Es impulsor tácito, es el ego, una vez que aprende
sigue reciclando información al punto de convertir lo que no es útil en materia
prima, esta virtud de transformar por parte del ego nos conduce a integrar lo
aprendido devolviéndonos cordura de manera consciente. Algunos lo llaman la
alquimia del ego, y es tan admirable dicho proceso de crecimiento por
transformar el cotidiano en algo nutritivo para la consciencia, en ese momento la
consciencia se vuelve dinámica siempre ávida de nuevas experiencias e
información, evolutiva, capaz de tolerar puntos de vista opuestos de sostener y
desarrollar nuevas paradojas, y esto a raíz de una maduración positiva del ego.
Esto lo podemos lograr a través de llevar la atención al interior personal,
dándonos la oportunidad de impresionar nuestro ego, con la emociones de los
seres amados, con sus virtudes y defectos, como los bebes cuando experimentan
sabores y sensaciones nuevas, solo despertemos a ese niño interior,
transparente, deseoso de amar, de ser amado y en la espera de descubrir nuevos
caminos, es permitir a nuestro cerebro tocar distintos circuitos neurológicos,
mientras tanto ese cerebro desarrollado permanece a la espera de materia que lo
nutra para seguir creciendo sus redes sinápticas. Toda la información neuronal,
biológica y de experimentación tiene su momento de impresión cerebral y
emocional en todo ser humano. Es cuando reafirmamos si lo aprendido y lo
experimentado llevan al crecimiento que la consciencia establece como espejo de
ella misma, en otras palabras, evolucionamos en ese momento nuestra
consciencia siempre despierta y abunda en gozo, nos volvemos compasivos.
Las cargas emocionales y mentales, así como las físicas y biológicas son
parte del proceso de maduración de nuestro ego, las cuales solo podemos
apreciarlas cuando nos internamos en nosotros mismos. Interiorizar permite
que los procesos de impresión en nuestra mente, no solo dependa de la
aceptación del entorno sino también de los estados de animo, entonces ese ser
consciente responde a esta llamada y se refleja con nuestra personalidad, con
necesidades propias carencias a su vez, carencias que podemos convertir en
materia prima para transformar.
Estos hechos a su vez atraen seres con el mismo poder que se suman y
adhieren energías necesarias para generar nuevas tareas del entorno, sociales y
culturales, siempre en crecimiento en la búsqueda de la armonía que motive su
madurez y metabolice logrando la integración en el sistema y sea funcional.
Por lo anterior podemos decir que un ego maduro puede cambiar la
percepción de los sucesos que se generan y puede revertir lo que en su momento
fue adverso en un punto a favor para su crecimiento y desarrollo personal, la
consciencia siempre será ese espejo que nos permita ver mas allá de nosotros
mismos, pero siempre dependerá del ego para brillar con mas luz y amor por el
crecimiento del ser humano como un ser único y divino.
Ego y espiritualidad…
El ser humano tiene un largo historial, o cual ha marcado tendencias así
como las atenuantes que relejan tendencias y que influyen de manera sustancial
eventos, conductas y entornos. La creatividad siempre viene acompañada de una
ego en maduración permanente. El ego entonces se convierte en una especie de
magia mística, de alquimia transformadora, que se entreteje a través de las vidas
de los seres que despiertan a esta realidad distinta de observación, de
sensaciones y de actitud. En aspectos místicos y espirituales nos llenamos de
fuerza a través de sueños, de lugares que marcan un punto de cambio en nuestra
percepción, los volvemos de alguna manera lugares sagrados, por los juegos de la
vida que después convertimos en rituales cotidianos así como la idea se
convierte en creatividad y el afecto en un amor sin condicionamientos.
Volver nuestra vida, entorno y ambiente sagrados es un punto mágico
donde encontramos una riqueza tanto material como espiritual, ya no existe
lugar mas sagrado que aquel surge del reconocimiento, del respeto y del honor
que nosotros mismos generamos, de nuestro interior hacia los demás y de
manera inversa, entonces se genera un movimiento de luz consciente y de fuerza
espiritual sin comparaciones, todo se vuelve sagrado y como tal merece todo
nuestro reconocimiento.
A través de los sueños accedemos a mas allá de lo que en el cotidiano es
perceptible. El sueño se vuelve una especie de éxtasis, viajamos fuera de nuestro
propio cuerpo interno y el ensueño de la vida cotidiana se vuelve tan importante
como el sueño mas profundo, la imaginación y a creatividad de una mente
despierta, consciente nutre la maduración del ego surgiendo de manera callada,
la fe, la seguridad de nosotros mismos.
El ensueño del vivir cotidiano, el pasado es repasado durante el sueño y
nos prepara a lo que viene, nos permite visualizar posibilidades y darnos la
oportunidad a través de nuevas opciones de manera consciente, un estado
ampliado de consciencia, ahí rompemos nuestros propios esquemas
trascendemos el presente y despertamos a ese ser chamánico que vive en
nuestro interior, que comparte su poder, su luz mucho mas allá de nuestras
capacidades y habilidades, así también mas allá de los condicionamientos de
nuestra sociedad y cultura.
Los lugares majestuosos o muy especiales, como catedrales o zonas
arqueológicas nos proporcionan experiencias probadas y nos recuerdan un
entorno de seguridad, de protección. En dichos lugares se percibe esa eterna
promesa de unión, de afecto y del valor sagrado de nuestras vidas. Nos
recuerdan esa capacidad creativa esa chispa de vida siempre en evolución, que
hasta la fecha nos asombran y maravillan. Tanto que no falta quien opine “en
este lugar me llegan bendiciones” por esa sensación de protección.
Es momento de volver la mirada a nosotros mismos y volver sagrados,
nuestros propios espacios, nuestros hogares, nuestras relaciones y entornos de
tal manera que el viaje sea cotidiano y permanente, no a una espiritualidad
comercial con dioses muy caros y solo accesibles a unas cuantas personas.
Devolvamos la magia a cada elemento propio y entonces nuestro propio ser
brillara como un catalizador de emociones, conocimiento y paz, motivador de
seres creativos que brillen con su propia luz, somos diamantes en bruto solo
necesitamos abrir los ojos de nuestra consciencia y sacudir lo que nos afecta y
lastima.

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