Los problemas de conducta de los niños no son todos
iguales y no tienen todos la misma gravedad. Vamos a considerar tres tipos de problemas, según el nivel de gravedad:
• Problemas leves. Son los más frecuentes en la
mayoría de los niños. El carácter leve, no quiere decir que no sean importantes, sino más bien se refiere a las consecuencias de estos problemas. Las conductas que se pueden encuadrar en este nivel leve son, entre otras las siguientes: no hacer caso a los padres, molestar a los hermanos, no recoger los juguetes, o discutir las decisiones de los padres.
• Los problemas de carácter moderado, tienen
unas consecuencias más considerables para el propio niño y para la dinámica familiar. Los com- portamientos que consideramos en este nivel son algunos de los siguientes: reaccionar con rabie- tas, travesuras de mayor intensidad, mentir a los padres, discusiones con los padres más frecuentes y más intensas, consiguen cambiar las decisiones de los padres por su comportamiento o los padres dejan de realizar determinadas actividades por la conducta de su hijo.
• Los problemas de conducta graves, son me-
nos frecuentes en estas edades, pero también tie- nen lugar y las consecuencias negativas son mu- cho mayores. Los comportamientos que aparecen en este nivel son algunos como estos: se pierde el respeto hacia los padres, los hijos los amenazan y los amedren- tan, las mentiras son más frecuentes y más graves; roban dinero a sus propios padres, tienen reac- ciones desproporcionadas, insultan a sus padres y madres e incluso les agreden físicamente; los padres ya no tienen ninguna autoridad sobre sus hijos.
Estos problemas del nivel más grave precisan una valo-
ración e intervención más individualizada y experta. 2ª Qué es lo que favorece los problemas de conducta de los niños Los problemas de conducta no tienen una causa única, hay diferentes situaciones que favorecen los problemas de comportamiento de los pequeños. Los padres debe- rán de tratar de evitarlos, o al menos minimizarlos. Hay varios factores que se asocian a estos problemas de conducta:
- Pautas educativas inadecuadas. Uno de los pri-
meros factores, quizás el más importante, es que los padres utilicen unas pautas educativas inadecuadas. Las más frecuentes entre las familias son las siguien- tes: • Falta de acuerdo entre los progenitores. • La falta de normas claras y concretas, así como la falta de límites adecuados a la edad y madu- rez del niño o niña. • Un sistema de normas y de forma de actuar in- coherente, por parte de los padres: existen unas normas, pero en la práctica se incumplen sin consecuencias. • Los padres no son un ejemplo positivo para su hijo: de comportamiento, de forma de reaccio- nar, de canalizar la frustración… • Los padres no refuerzan de forma positiva los comportamientos adecuados de sus hijos. Sin darse cuenta, comienzan a centrarse solo en las conductas negativas.
- Diferentes situaciones de la vida familiar. Un
segundo factor asociado a los problemas de conduc- ta son diferentes situaciones de la vida familiar, por ejemplo: • El estrés familiar. • La presencia de diferentes cuidadores. • La falta de una rutina estable en la vida del niño. • La presencia de hermanos de diferentes edades. • No disponer de tiempo libre y juego suficiente. - Algunas características personales del niño. Algunas características del propio niño pueden favo- recer la presencia de problemas de conducta. Estas son algunas de ellas: • El propio temperamento del niño o niña. • Una baja tolerancia a la frustración. • La poca capacidad de aplazar la recompensa. • Presentar necesidades educativas especiales. • Un sueño nocturno insuficiente. • El niño ha aprendido que el mal comportamien- to le resulta rentable.
3ª Cómo se refuerzan los
comportamientos adecuados Una de las medidas que les propongo es la importancia de reforzar adecuadamente los comportamientos ade- cuados. ¿Por qué? Porque se ha demostrado científica- mente que aquellos comportamientos que son reforza- dos, tienen más probabilidad de repetirse: si reforzamos conductas adecuadas, aumentamos la probabilidad de que se vuelvan a comportar así. Esas son algunas formas de reforzar los comportamien- tos adecuados: • Prestarles atención cuando se están portando bien. • Elogiarlo, felicitarlo. • Realizar comentarios positivos. • Dar muestra de satisfacción. • Comentar el buen comportamiento con terceras personas. • Obtener determinados privilegios.
Hay que poner en práctica los refuerzos, y sobre todo,
que errores evitar a la hora de reforzar positivamente los comportamientos adecuados de vuestro hijo.