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Manual de fonética y fonología


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Fausto Aguirre

Manual de fonética y fonología

UTPL
UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA
6

2005
7

A todo aquel que forja su


persona a través de los mundos de la
ciencia e investigación.
8

Colección: Teoría del lenguaje


9

Fausto R. Aguirre T.:


Manual de fonética y fonología
10

UTPL
UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA
2000
© Fausto R. Aguirre T.:
Manual de fonética y fonología
Enero del 2000

UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA


P. Dr. Luis Miguel Romero, Ph. D./ Canciller
Ing. Germán Guamán/ Rector
Licda. Fanny Aguirre de Moreira/ Vicerrectora
Dra. María Josefa Rubio, Ph. D./ Directora de Modalidad abierta

MÉLIDA ERAS G.
Directora de la editorial

FAUSTO R. AGUIRRE T.
Diagramación y diseño

FABIÁN FIGUEROA
Diseño de portada
CENOVIA CARRIÓN TORRES
Composición y digitación

UDIA/UTPL
Dibujos e ilustraciones

UTPL
Impresión offset

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está


protegido por la Ley, que establece penas de prisión y multa,
además de las correspondientes indemnizaciones por daños y
perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o
comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
artística, de ensayo o científica, o su transformación, interpretación
o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o
comunicada a través de cualquier medio, sin la respectiva y
preceptiva autorización de su autor y de la Editorial de la
Universidad Técnica Particular de Loja.
11

© Editorial de la UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA


Impreso en Loja-Ecuador / Printed in Loja Ecuador
Loja, 2000
Contenido:

Presentación, xiii

Introducción, xxiii

1. Principios de fonética y fonología, 1

2. La fonología: su campo de acción, 37

3. Fisiología del habla, 61

4. La fonética acústica, 81

5. Descripciones articulatorias, 111

6. Los prosodemas, 151

7. La transcripción, 179
12

8. Vocabulario fundamental, 191

Bibliografía general, 243

Índice, 253
13
14

Presentación
15

Lo que se dijo en las primeras ediciones:


Esta modesta publicación está destinada a servir de
guía y orientación para los alumnos de especialización de
IDIOMAS en busca de un método que facilite sus tareas y
deberes y les permita, al mismo tiempo, alcanzar -más
rápidamente- las metas de ENTENDER, HABLAR, ESCUCHAR,
ESCRIBIR, LEER, MEMORIZAR y COMPRENDER el español
moderno, al igual que el inglés y el francés como lenguas
extranjeras, según los principios de la lingüística aplicada.
Nuestra metodología se fundamenta en las estructuras
contrastivas y paralelas del español -lengua materna- y del
francés e inglés -lenguas extranjeras-, porque la interferencia
del español en las lenguas extranjeras -y viceversa-,
constituye el mayor problema para los profesores de francés e
inglés como orientadores de lenguas extranjeras. Ponemos
énfasis sobre las principales dificultades de los hablantes del
español al estudiar las nuevas lenguas y tratamos de
encontrar las soluciones más sencillas a su alcance.
Los métodos tradicionales, que consisten en cimentar
la enseñanza del francés e inglés sobre el estudio de la
gramática respectiva y de los textos literarios, hacen poco
caso -i no omiso- de la fonética y de la fonología y del habla
en sí misma. Sin embargo, no tenemos mayores problemas al
respecto de la orientación de la enseñanza-aprendizaje de
lenguas extranjeras, porque la Universidad Nacional de Loja,
cuenta con métodos e instrumental modernos, al igual que
profesores capacitados y especializados. Sin pretensiones de
16

ubicarnos y de parecernos a doctos maestros, pensamos que


la fonética y la fonología son la piedra angular de la
lingüística.
El profesor francés Pierre Delattre ha realizado,
gracias a la fonética experimental, ejercicios de fonética
correctiva para los angloamericanos que aprendan la lengua
francesa. En función de esto no nos es difícil, que nosotros
podamos aplicar una metodología basada en principios
científicos, para orientar la enseñanza, en primer lugar de la
lengua materna; y de allí salir al estudio del francés e inglés,
como segundas lenguas, especialmente, como lenguas de
cultura.
El que desee hablar bien una lengua extranjera tendrá
que adquirir ante todo, el dominio de un gran número de
hábitos articulatorios. Sin un conocimiento de la fonética y de
la fonología de una lengua, de dos o tres lenguas en
referencia, el profesor de idiomas nunca logrará hacer que
sus alumnos aprendan la pronunciación correcta de la lengua
extranjera que enseña.
Por eso, es nuestra intención, destacar hábitos
articulatorios técnicos del español, para de allí pasar a la
fonética y fonología de las lenguas extranjeras que se
aprenden en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la
Educación. Ciertamente -se nos observará-, no asoma aún
nada. Hemos comenzado, y si apenas son cuatro meses que
llevamos laborando dentro de esta orientación en la Facultad;
tanto más que se trata de una innovación de cátedra, por ser
la primera vez que se está dictando.
Asimismo, mis alumnos han manifestado que hicieron
su bachillerato común, no el de la reforma educativa, en
donde se contempla un ciclo básico y un diversificado; en
donde, especialmente en el primero hay una pequeña
orientación de “fonética” y “fonología”, orientaciones
conjuntas con los programas de español o, sencillamente,
lenguaje.
17

Todo esto nos lleva a ser mesurados en nuestra


finalidad propuesta.
En otros términos: estamos sentando las bases para
poder hacer verdaderamente cátedra en el ámbito
universitario, ubicados en los parámetros de cómo lo requiere
un centro de educación superior. Y si los frutos nos vienen,
los sabremos cosechar y destacar su respectiva importancia.
Por fin, debemos rendir un homenaje de gratitud al
Rector de la Universidad, en la persona del Dr. José María
Vivar C., al Decano de la Facultad de Ciencias de la
Educación, y a los alumnos del primer año de la
especialización de idiomas, por colaborar empeñosa y
decididamente, porque la cátedra que la estamos comenzando
se haga realidad al correr de la orientación en el aula
universitaria y, además, porque su colaboración ha sido
efectiva en la publicación del trabajo que entregamos.
Ojalá esta publicación contribuya a abrir, para el
futuro, el campo a una aplicación más amplia de los
conocimientos del lenguaje y a una mejor apreciación
lingüística de los problemas de la enseñanza del francés e
inglés, como lenguas extranjeras, y, del español, como lengua
materna.

Loja, septiembre de 1973


fausto AGUIRRE

Para la tercera edición escribimos:


Agotadas las dos primeras ediciones, vistos algunos
frutos en el rendimiento académico de los nuevos profesores
de inglés y francés, por la influencia decisiva que había
ejercido el tratamiento, uso y aplicación de la fonética y
fonología en la constitución y construcción de la segunda
lengua para la enseñanza y el desempeño en los procesos
articulatorios, por la ayuda de los niveles de descripción
fonético-fonológica, y dada la sugerencia de las autoridades
18

universitarias, especialmente de su nuevo rector, el Ing.


Guillermo Falconí Espinosa, nos vemos en la obligación
ineludible de renovar significativamente lo que fueron
inicialmente los Apuntes de fonética y fonología, para
presentar una edición más orgánica, además de aprovechar la
nueva tecnología editorial con la que cuenta la Universidad
Nacional de Loja.
La fonética y fonología tienen un desarrollo profuso.
Es una gran verdad. Es verdad también el hecho de que los
estudios sobre este campo de nuestra lengua son muchos. Sin
embargo ofrecen -a primera vista- una panorámica algo
desconcertante: se encuentran tan diseminados en pequeñas,
muchas veces, minúsculas monografías que, en realidad, no
parece que existe tanto material disponible para el estudio de
los interesados en este campo de investigación del lenguaje.
Existe la bibliografía, pero no todos tienen acceso a ella.
Como responsables de esta cátedra, en el “último
rincón del mundo” -copiando la expresión de D. Benjamín
Carrión-, hemos procurado que los estudiantes de estos
cursos tengan instrumentos básicos de apoyo para sus
consultas. A eso han tendido nuestros Apuntes de fonética y
fonología, 1973; Principios de fonética y fonología en
imágenes, 1975. Estos instrumentos, esencialmente, teóricos
han requerido, en unos casos revisiones de contenidos y
orientaciones metodológicas; adecuaciones en otros. En fin, el
desarrollo de la ciencia demanda todo: sacrificio y
dedicación.
La precisión de los contenidos de la fonética y
fonología nos ha demandado también una mejor presentación
de orden didáctico, de suerte que esos mismos contenidos
sirvan para la proyección de los estudios de la especialidad de
lengua, literatura e idiomas.
La presentación actual ha demorado muchos años. La
hemos preparado con sumo cuidado. Tampoco quiere ser un
producto acabado. Nuestro trabajo como docentes en esta
área, nos ha permitido experimentar parte de los recursos en
19

ciclos anteriores, con lo que se han logrado ciertos resultados


favorables. Hoy lo integramos de manera sistemática esos
cuadros y planchas. Así concebido, organizado y
estructurado, es un “libro profesor-alumno”, fórmula
indisoluble en este caso, porque cada plancha, cada cuadro,
resulta ser el material indispensable con el cual y sobre el
cual trabajarían juntos alumnos y profesor. Sólo así ese
trabajo resulta ser eminentemente pedagógico y didáctico.
Hay una novedad en este Manual: la parte teórica -
por ende cansina- indispensable desde luego, la ubicamos
como materia de consulta en la “Introducción”. Se completa
esta parte teórica con el apartado dedicado a un “Vocabulario
fundamental”, en donde aspiramos a dar razón de toda la
teoría básica utilizada en un curso de fonética y fonología.
Las otras secciones son eminentemente prácticas. Nos
preciamos de presentar los contenidos de la fonética y
fonología de manera práctica, objetiva, de tal manera que
inviten al estudio. Yéndonos contra toda norma de
presentación sistemática de una ciencia, partimos con los
apartados de “Signos fonéticos”, apartado con el cual
caracterizamos todo el aparato técnico de la fonética y
fonología. Continuamos con “Ubicación lingüística de la
fonética y fonología”. El tercer apartado está destinado a
“Fonética articulatoria”. Aquí se estudia la génesis del sonido
articulado, gracias a la descripción de los órganos que se
hacen en el apartado de la fonética fisiológica. Estudiamos el
sonido en sus características fonético-fonológicas en la
sección destinada a “Fonética acústica”, a la par que se
puntualizan todas las características técnicas de medida y
representación del sonido.
Los siguientes apartados están destinados a la
“Producción de las vocales” y a la “Producción de las
consonantes”, apartados en los cuales se presenta una
descripción y caracterización completa de cada sonido y
fonema tanto vocálico como consonántico.
20

Dedicamos también un apartado para la información


de lo que son la sílaba, el acento, la entonación y principios
de trascripción Antes del “Vocabulario” mostramos un
apartado con “Análisis contrastivo”. Nuestra inquietud radica
en la necesidad de caracterizar una fonética para el español,
inglés, francés y quichua. De forma que en este apartado
presentamos un nivel de ese análisis de comparaciones.
El trabajo tiene un gran mérito. Es lamentable que lo
diga yo mismo: tiene observaciones y enmiendas del Dr.
Antonio Quilis. Cundo fui su alumno en 1983 en un curso de
postgrado en Madrid, conversé del proyecto. En tanto que en
el verano de 1985, aproveché su presencia en Loja, mientras
él realizó investigaciones fundamentales, en esta ciudad, para
el próximo -en ese entonces- Atlas lingüístico de
Hispanoamérica. Para mí sus observaciones y sugerencias de
enmiendas constituyen el sello de garantía académica. Está
reconocida una deuda más para mi maestro. Mi gratitud para
él es imperecedera.

Loja, septiembre de 1985


fausto AGUIRRE

Esta nueva edición:


En la Universidad de Cuenca, en los años de la década
del sesenta, hicimos los estudios universitarios en la facultad
de Filosofía y letras. Conocimos estudios de fonética histórica
con Dña. María del Carmen Candau de Cevallos. La fonética
descriptiva y articulatoria, la orientó el doctor Efraín Jara
Idrovo. En aquel entonces, nuestra cabecera constituían los
estudios del D. Tomás Navarro Tomás, de manera especial su
Manual de pronunciación española. También estudiamos su
Manual de entonación española. Naturalmente, allí
conocimos los recovecos del Alfabeto de la Revista de Filología
21

Española (ARFE). He allí nuestro contacto con la fonética y la


fonología.
Más tarde, en Bogotá (1970,71,72), cuando hacíamos
la maestría en investigación lingüística y dialectología, en el
Instituto Caro y Cuervo, nuevamente retomamos los estudios
de fonética y fonología. En esa ocasión nuestros profesores
fueron D. Darío Abreu y D. Omar González. Fue el primer
contacto con el AFI. Publicaciones especiales, títulos y autores
eran el refuerzo de las cátedras. Allí conocimos el Manual de
fonética y fonología para estudiantes angloamericanos de
Quilis-Fernández. El primer manual pedagógico, didáctico y
de sustento científico invaluable que conocimos y que nunca
más se lo abandonaría.
En ese mismo postgrado recibimos las lecciones del
Dr. Bernard Pottier, cuyas orientaciones para la investigación
lingüística y dialectológica, se enmarcaban, naturalmente, en
los principios del Alfabeto Fonético Internacional.
Después de este postgrado asumimos la
responsabilidad de orientar la cátedra de fonética y fonología
en la especialización de Lengua y literatura en la facultad de
Filosofía, letras y ciencias de la educación de la Universidad
Nacional de Loja. Esto nos exigió un acercamiento a nuevas
bibliografías y, sobre todo, a un conocimiento profundo de la
orientación de las ciencias de la lingüística. Construimos la
cátedra de manera seria y muy responsable.
Se nos abre un nuevo paréntesis de estudios de
postgrado. Me toca hacerlos en Madrid. Fui a estudiar en la
fuente y con el coautor del Manual de fonética y fonología
para estudiantes angloamericanos, y con el autor de Álbum
de fonética acústica, Collectanea Phonetica/IV, Segunda
edición, Madrid: Ediciones del CSIC, 1 980/, El comentario
fonológico y fonético de textos. Teoría y práctica, Colección
Bibliotheca Philologica, Madrid: ARCO / LIBROS, S. A.,
1985/, Fonética acústica de la lengua española, Colec. BRH,
III. Manuales/ 49, Madrid: Edit. Gredos, S. A., 1981/,
Fonética española en imágenes, Madrid: Edit. La Muralla,
22

1970/, Tratado de fonética y fonología españolas, Colec.


BRH, III. Manuales/ 74, Madrid: Edit. Gredos, S. A., 1993, son
algunas de las publicaciones del Dr. Antonio Quilis.
En Madrid, otra vez pudimos saborear las clases del
Dr. B. Pottier y de tantos especialistas de la lengua que, para
la investigación de geografía lingüística, como el caso de los
doctores Dámaso Alonso y Manuel Alvar, utilizan las
orientaciones de la fonética internacional. He allí nuestras
bases académicas y científicas y, el tiempo que se ha recorrido
por los senderos de la fonética y fonología.
Cuando el P. Dr. Luis Miguel Romero, Ph. D.,
Canciller de la Universidad Técnica Particular de Loja, nos
formuló la invitación para trabajar en la UTPL, se ha dado un
retorno de mi persona para ejercer la docencia en sus aulas.
Ayer y ahora lo hemos hecho en los ámbitos de la lingüística
y en los campos concretos de la fonética y fonología, por lo
que, como “peces en el agua”, -robándonos otra vez la
expresión del autor de La casa verde-, tenemos una nueva
esperanza de ser útiles a otras generaciones que caminan por
los recovecos de la lengua y la literatura para desentrañar sus
dificultades y ser mejores profesores de la niñez y juventud
que se educan en Ecuador.
Aquellos “apuntes de fonética y fonología”, como
cuaderno de una primera versión, o la “fonética y fonología
en imágenes” como subsiguientes versiones, hasta el “manual
de fonética y fonología”, como penúltima edición, se
convierten ahora en un nuevo Manual de fonética y
fonología, respaldado como una edición renovada, revisada y
actualizada de los principios, leyes y teorías de las ciencias de
la lingüística.
Auguramos que la nueva presentación de los
materiales de fonética y fonología, ayuden, definitivamente, a
un nuevo y renovado conocimiento y comprensión de las
realidades científicas de la lengua, para que la joven
generación que ahora se forma y se educa en las aulas y fuera
23

de ellas, siempre a través de la gestión de la UTPL, en sus


modalidades presencial y abierta, sea cada vez mejor.

Loja, 24 de diciembre de 1999


fausto AGUIRRE
24

Introducción
25

El estudio de cómo el lenguaje utiliza la materia sonora,


seleccionando algunos de sus elementos y adaptándolos para sus
diversos fines, constituye una disciplina lingüística particular.
Jakobson-Halle, Fundamentos del lenguaje, p. 14.

La fonética general atiende a los problemas básicos de


la pronunciación y a los sonidos lingüísticos. La fonética
española será el estudio de los hechos sonoros del sistema
español. Los dos estudios se complementan, porque los hechos
sonoros del sistema incumben a todas las lenguas.
Resulta ser lo mismo, porque la organización
fisiológica humana que produce los hechos sonoros es única;
el aparato de articulación es el mismo; los tipos de resonancia
26

son los mismos, al igual que el órgano registrador de los


sonidos. Este es el motivo por el cual los hechos de la fonética
general son indispensables para el estudio fonético de
cualquier lengua.
La fonética es el estudio de los hechos sonoros
lingüísticos de la realidad articulatoria. Ocúpase también de
la captación de los hechos sonoros producidos
articulatoriamente, esto es de la audición.
El estudio de los hechos sonoros divídese en dos
planos: por un lado tenemos el plano de la articulación, y por
otro, el de la audición. En la fonética antigua tenía primacía
el estudio del plano de la articulación. ¿Acaso esto es lo
acústico? Hace relación, únicamente a la captación y
audición del hecho sonoro.
El ejercicio del lenguaje supone primeramente la
génesis; es decir, la producción del sonido mismo. Esta
realidad se llama articulación. Es un término de carácter
fisiológico productivo. El ejercicio de la articulación supone
la intervención de un hablante o varios, con el interlocutor -o
interlocutores-.
En tanto que el segundo plano representa una
dualidad con relación al primero: es el plano genémico. En
otros términos, es la captación y distinción del producto
anterior. Corresponde a la audición. En la categoría lenguaje
no se puede concebir lo uno sin lo otro. Se podría pensar que
el plano genético corresponde al monólogo. Esto es una
suposición. Se da exclusivamente en el plano literario. Pues,
no se puede hablar solo. Si se lo hace, es el “soliloquio”, pero
no hay comunicación.
En el primer caso hablamos de fonética fisiológica; en
el segundo, de acústica. A la primera se la llama fonética
articulatoria.
En el plano genético, se puede descubrir, observar,
investigar y sintetizar los hechos. Cuando se discurre en este
plano, se dice que los órganos de la articulación realizan
fisiológicamente el uso lingüístico. Se puede observar el gesto,
27

los movimientos de los órganos que participan en la


producción de un sonido determinado. Si se sintetiza se puede
diferenciar categóricamente los sonidos, sean éstos: familiares
o especiales. La terminología corresponde, en fonética, a este
tipo de orientación fisiológica.
Si se produce una secuencia sonora: mesa, la
realización de m produce una cerrazón de los labios; el aire
es impedido en su salida por la boca, sale por la nariz. Hay un
movimiento vibratorio en la laringe. Es decir que un hecho
lingüístico se describe en términos fisiológicos. Para e, la
abertura de la boca es mediana. Hay vibración de la laringe.
Para s, la laringe no vibra. Es una sibilante. Se produce por el
contacto del predorso de la lengua con la zona alveolar. La a
tiene una abertura máxima. Se produce con vibración de la
laringe. Todo esto representa una terminología de la fonética
articulatoria o descriptiva.
En el plano acústico las cosas ocurren de manera
distinta. Se trata de un tipo de sensación que dice al cerebro
lo que captó, lo que distinguió, lo que diferenció, lo que oyó.
Estamos en el plano auditivo. En este plano la terminología
cambia. Con el mismo ejemplo anterior: la a es una entidad
sonora, es decir un sonido de tipo compacto. Por el trazo,
marca, señal o dibujo que produce con la espectrografía, es
un sonido de frecuencia equilibrada. La descripción en este
plano puede cotejarse, y debe cotejarse necesariamente con el
otro, o con los otros.
He aquí una visión panorámica de la teoría fonético-
fonológica que se “va a desarrollar” en el Manual de fonética
y fonología. Estos conceptos y principios se verán
esclarecidos, ampliados y ejemplificados en los apartados
pertinentes de cada uno de los capítulos que contiene el
Manual.
28

Loja, 25 diciembre de 1999


fausto AGUIRRE
29
30

1. Principios de fonética y
fonología
31

El independizar la fonología, como ciencia de la forma, de la


fonética, como ciencia de la materia, no podría realizarse de golpe. A pesar
de que la problemática de ambas disciplinas es fundamentalmente distinta,
es natural que en los primeros estudios de su desarrollo la fonología
absorbiera mucha fonética, demasiada fonética, sin saberlo ni quererlo; o
sea que absorbiera mucho que lo que el marco de la descripción fonética
constituye una ley obligada, pero que a la luz de la fonología requiere una
transvualuación.

Roman Jakobson: Ensayos de lingüística general, págs. 98-99.

Punto de vista fonológico y acústico


Necesariamente las lenguas evolucionan. Todo está
cambiando. Por eso se habla de fonética histórica o fonética
evolutiva. Por ejemplo: MENSA / MESA, en donde la pérdida
de la nasal linguoalveolar sonora /n/, es un hecho evolutivo.
Esos cambios “van siendo examinados” en los textos antiguos,
en los dialectos, tanto en lo oral como en lo escrito, hasta
concretar descripciones y conclusiones.
32

Sucede que en los estudios lingüísticos, ésta fue la


orientación primitiva y ha causado daño, porque no hay
manifestaciones de progreso. Supone un estadio de
conservación y estatismo de la lengua. No hay evolución ni
cambio. Resulta una realidad que no ha sido alcanzada
espacial ni temporalmente. La lengua sirve únicamente de
convención comunicativa. A esto se llama s i n c r o n í a;
quiere decir la lengua destacada frente a un hecho de
naturaleza descriptiva; visto sintéticamente, descartando la
evolución en el tiempo. No importa de dónde venga el hecho,
ni la proyección futura, sino la realidad misma. Al enfoque
sincrónico corresponde un estado de la lengua.
Al enfoque precedente se opone el diacrónico que
describe la lengua desde el punto de vista histórico o
evolutivo. Serán objetos o aspectos de descripción histórica lo
fonético, lo fisiológico, lo acústico; entre otros términos, todo
lo sincrónico de un hecho de lengua.
Después de establecer panorámicamente la diferencia
entre los enfoques sincrónico y diacrónico, como
metodologías que estudian la lengua, tenemos que regresar a
nuestro punto de partida, desde el cual se precisan las
diferencias fundamentales entre fonema y sonido -fonológico
y acústico, respectivamente- como objetos de estudio de sus
respectivas disciplinas lingüísticas: fonología y fonética.
N. Trubetzkoy en su estudio sobre “la fonología
actual”, dice: lo que antes que nada salta a los ojos es la
profunda diferencia que existe entre fonología y fonética.
Consciente de esta diferencia fundamental, la fonología
actual no deja de acentuarla con toda la energía de que es
capaz. La fonética actual se propone estudiar los factores
materiales de los sonidos de la palabra humana, ya sean las
vibraciones del aire que a ellos corresponden, ya las
posiciones y movimientos de los órganos que los producen.
En cambio, lo que la fonología actual quiere estudiar
no son los sonidos, sino los fonemas, vale decir los elementos
constitutivos del significante lingüístico, elementos
incorporales, puesto que el significante mismo lo es -según
33

Ferdinand de Saussure-. El sonido no es para el fonólogo sino


la realización fonética del fonema, un símbolo material del
mismo.
El fonetista, después de una observación precisa,
participante, aplicando todos los recursos técnicos y
científicos de la fonética, tiene que descubrir aquellas
diferencias de sonidos que un hombre común que hable su
propia lengua materna no percibe en modo alguno. El
fonólogo, por el contrario, tan solo quiere estudiar las
diferencias que cada uno debe notar en su lengua materna,
puesto que ellas son las que sirven para diferenciar el sentido
de las palabras y de las frases.
En otros términos, el fonetista intenta, por así decirlo,
penetrar en los órganos articulatorios y estudiar en todos los
detalles su funcionamiento, del modo cómo se estudia el
trabajo de un mecanismo. El fonólogo, en cambio, trata de
penetrar en la conciencia lingüística de una comunidad
lingüística: pueblo, capa social, etc., para estudiar el
contenido de las ideas fónicas diferenciales de que se
componen los significantes de las palabras de la lengua dada.
Utilizando los mismos conceptos de Trubetzkoy, la fonética
persigue lo que se pronuncia en realidad al hablar una
lengua, y la fonología lo que uno cree pronunciar.
A pesar de las diferencias de los objetos de estudios de
las ciencias lingüísticas, que devendrían, igualmente
diferencias en sus respectivas áreas disciplinarias o
interdisciplinarias, no procede tener a la fonología y a la
fonética como ciencias independientes y tratarlas por
separado. Como dicen Antonio Quilis y Joseph A. Fernández
en su Curso de fonética y fonología españolas para
estudiantes angloamericanos, hoy se vuelve a ver en estos dos
aspectos fónicos del lenguaje un núcleo, una montaña con
dos vertientes inseparables que requieren un mutuo apoyo
para su existencia útil y definitiva.
El desarrollar solamente la fonética de una lengua no
tiene el mismo alcance ni extensión que cuando se
desenvuelve con miras a la función que esos símbolos
34

desempeñan en el sistema de la lengua. El pretender


descubrir solamente el aspecto fonológico de una lengua sin
tener para nada en cuenta el fonético, es absurdo y más que
esto, un imposible. El valor y desarrollo de la fonología y de la
fonética se condicionan mutuamente.
Existen diferentes enfoques en el sentido de los
aspectos fonemáticos de la lengua. De acuerdo a esos
enfoques, la fonética recibirá diferentes nombres:

a. Fonética comparada:
Se ha empleado la comparación en la fonética. Si se
examinan realidades sonoras de una lengua, y si se comparan
los resultados con otros, tenemos como resultado un hecho de
“fonética comparada”. Por ejemplo, en inglés hay dos
fonemas “eses”. Son sordos: el uno es alveolar y el otro es
palatal. Ambos son fricativos.
En español, solo una: la alveolar fricativa sorda,
aunque se dan casos de sonorización, como el de los
contextos “desde”, “mismo”, “Israel”, “esbelto”, etc. De la
misma manera, en francés existe lo oclusivo bilabial sonoro
/b/ y lo fricativo labiodental sonoro /v/, estableciéndose
oposición fonológica y fonética de la que carece -en este
plano- el español. En estos campos se habla de fonética
contrastiva. El término, viene más bien de la enseñanza de las
lenguas.
b. Fonética normativa:
En el ámbito de la enseñanza se habla de fonética
normativa. Es la que da normas. En todas las lenguas existe
un criterio de corrección e incorrección. Discútese mucho
modernamente. Todo hablante tiene una actitud de
diferenciar entre formas elegantes o “hermosas” e
inadecuadas o “inútiles”. Esto se observa en un discurso, en
una conversación. De aquí nace el enfoque fonético de la
normativa.
35

Al respecto surgen dos palabras: “ortoepía”. Antes se


solía decir “ortología”. Es el ejercicio docente de la fonética
normativa o correctiva. La segunda palabra es “dicción”. Ésta
enseña la norma en y de la pronunciación.
c. Fonética experimental:
Se la llama también instrumental. Es la que utiliza
aparatos para el mejor conocimiento de los sonidos. Quiere
decir, en otros términos, que todos los hechos fonético-
fonológicos pueden ser registrados en laboratorios.
d. Fonética descriptiva:
Ésta actúa en el plano sincrónico, y caracteriza los
sonidos de una lengua con todas sus variedades ya
espontáneas, o ya condicionadas por los sonidos vecinos.
e. Fonética histórica o evolutiva:
Representa ésta el enfoque opuesto a la anterior. Es
diacrónica. Quiere decir que describe la evolución de los
sonidos.
f. Fonética general:
Este enfoque metodológico trata de determinar las
características de los sonidos en cuanto fenómenos humanos,
y las tendencias que rigen su ordenación y evolución.
g. Fonética sintáctica:
Dice Fernando Lázaro Carreter, la fonética sintáctica,
se ocupa de estudiar los efectos que, en el plano sincrónico o
diacrónico, produce sobre los sonidos de una palabra el
sometimiento de ésta a las exigencias de la frase.
De igual manera, según caracterización que hace
Fernando Lázaro Carreter en su Diccionario de términos
filológicos, se puede definir los campos de
h. Fonética simbólica:
Estudia la posible idoneidad que ciertos sonidos
poseen para evocar ciertas representaciones. Por ejemplo
Jespersen ha notado la presencia de [i] en las palabras que
36

significan pequeñez. Por su parte Leo Spitzer, destaca el uso


de [ch] en las hipocorísticos y palabras afectivas: Pancho,
Miche, Concha, Chinto, Lucho, Chela, Pepa, Pepe, etc. En este
caso, la onomatopeya tiene su relación con la fonética
simbólica.
i. Fonética organogenética:
Este enfoque se preocupa de estudiar la formación de
los sonidos del habla. Comprende la fisiología de los sonidos
del habla y la psicología de la fonación. Se ocupa,
particularmente, de las representaciones motrices del habla.
j. Fonética fenomenológica:
Estudia los sonidos como resultados de la fonación es
decir como abstracción hecha del acto fonatorio. Comprende
la acústica física y fisiológica y la psicología de la percepción
de los sonidos del habla, y se ocupa en particular de las
representaciones acústicas del habla.
Pese a las diferencias puntualizadas en el orden de los
campos fonéticos, como manifiesta Jean Dubois en su
Diccionario de lingüística, las principales distinciones entre
las diferentes ramas de la fonética están determinadas por la
naturaleza compleja del mensaje vocal y la diversidad de
métodos, merced a los cuales puede ser aprehendido y
descrito.

Foniatría
Los hechos lingüísticos también desembocan en el
plano de la enfermedad. La foniatría tiene su campo de
acción propio, casi autónomo, podría decirse; sin embargo, su
enfoque importa ser considerado dentro del campo de la
fonética. Propiamente el enfoque de la foniatría corresponde
a la medicina, porque aquella -la foniatría- observa y
describe hechos patológicos y busca soluciones que permitan
a ese hablante enfermo seguir despertando hacia la
comunicación lingüística e integrarse a la sociedad en que
vive. Los estudiosos de este campo reciben el nombre de
“foniatras”.
37

Punto de partida saussureano


Fonético: fonética-fonológico: fonología (fonémica).
Hace cuarenta años o más, se usaba fonémica para designar a
la fonética histórica o fonética general.
Ferdinand de Saussure estableció originariamente la
distinción fundamental entre lengua y habla. Para
comunicarse, los hombres han edificado poco a poco, en el
curso de los siglos, una masa de sonidos: el lenguaje. Este
conjunto multiforme es a primera vista -a primera audición-
heteróclitico y se presta difícilmente a un análisis riguroso.
El lenguaje presenta a la vez diferentes aspectos:
físicos, fisiológicos, psíquicos, individual o social. Para que el
lenguaje sea posible hay que encontrar un orden, y este orden
es posible si en su interior distinguimos la lengua y el habla.

1. Concepciones de lenguaje:
Adam Schaff en su libro Introducción a la semántica
nos remite a la posición de G. Révész quien en su libro The
origins and prehistory of languaje registra diferentes
definiciones sobre lenguaje. Dice Schaff, refiriéndose a la lista
de definiciones de lenguaje del libro Orígenes y prehistoria
del lenguaje de Révész publicado en Londres en 1956, que
está hecha un tanto al azar, permite esbozar cierta tipología:
unos autores subrayan el aspecto del signo del lenguaje,
subrayan su función expresiva, otros su función denotativa, y
otros más adoptan posiciones psicologistas, intencionalistas o
behavioristas. Una definición completa resultaría pesada y
sobrecargada, y de valor más que dudoso.
La definición no debe contener -dice el mismo Adam
Schaff todos los aspectos del problema, sino sus aspectos
desde algún punto de vista distinto, los aspectos más
importantes y los ligados a exigencias objetivas de la
investigación.
38

Uno de esos aspectos -en mi opinión, de extrema


importancia- es el aspecto social del lenguaje como
instrumento por medio del cual los hombres adquieren
conocimiento acerca de la realidad y se comunican la
información así adquirida y las experiencias emocionales,
estéticas, volitivas, etc., concomitantes.
Si adoptamos este punto de partida y este aspecto para
la investigación, podemos intentar una definición general de
las categorías que nos interesan.
Schaff lo define así: un sistema de signos verbales que
sirven para formular pensamientos en el proceso, reflejar la
realidad objetiva por el conocimiento subjetivo, y para
comunicar socialmente los pensamientos acerca de la
realidad, como también las experiencias emocionales,
estéticas, volitivas, etc., concomitantes.
He aquí las definiciones de lenguaje registradas por
Révész y citadas por Adam Schaff:

Ebbinghaus: sistema de signos convencionales que pueden


producirse voluntariamente en cualquier momento.

Croce: sonido articulado y limitado, organizado para fines de


expresión.

Dittrich: la voluntad de las capacidades expresivas de los


seres humanos individuales y de los animales aptos para ser
comprendidos al menos por otro individuo.

Eisler: toda expresión de experiencias por una criatura con


alma.

B. Erdmann: un tipo de pensamiento: pensamiento enunciado


o formulado. El lenguaje es un instrumento, y en realidad un
instrumento u órgano del pensamiento exclusivo de nosotros
como seres humanos.
39

Frobes: una serie ordenada de palabras por la cual el que


habla expresa sus pensamientos con la intención de dárselas a
conocer al oyente.
J. Harris: las palabras son símbolos de ideas generales y
particulares: de las generales, primordial esencial e
inmediatamente; de las particulares sólo secundaria,
accidental y mediatamente.
Hegel: el acento de inteligencia teórica en su verdadero
sentido, porque es su expresión externa.
Jespersen: una actividad humana que tiene por objeto
comunicar ideas y emociones.
Jodl: el lenguaje verbal es la capacidad del hombre para dar
forma, por medio de entonaciones y sonidos combinados,
basados en un número limitado de elementos a la totalidad de
sus percepciones y concepciones en este material tonal
natural, de manera que este proceso psicológico sea claro y
comprensible para las demás hasta en su menor detalle.

Kainz: es una estructura de signos con cuya ayuda puede


efectuarse la representación de ideas y de hechos, de suerte
que pueden representarse cosas que no están presentes y aun
cosas que son completamente imperceptibles para los
sentidos.

De Laguna: el habla es el gran medio por el cual se realiza la


cooperación humana.

Marty: toda emisión “intencional” de sonidos como signos de


un estado psíquico.

Pillsbury-Meader: es un medio e instrumento para la


comunicación del pensamiento, incluidas ideas y emociones.

De Saussure: es un sistema de signos expresivos de ideas.


40

Schuchardt: la esencia del lenguaje está en la comunicación.

Sapir: es un método puramente humano y no instintivo de


comunicar ideas, emociones y deseos por medio de un sistema
de símbolos voluntariamente producidos.

Hasta aquí las definiciones de G. Révész citadas por


Schaff. A continuación sumamos otros conceptos registrados
por el propio Adam Schaff, citados en su libro de referencia:

Carnap: una lengua, por ejemplo la inglesa, es un sistema de


actividades o, más bien, de hábitos; es decir, de disposiciones
para ciertas actividades, actividades que sirven,
principalmente, para fines de comunicación y de
coordinación de actividades entre los individuos de un grupo.
Gardiner: el habla como el uso, entre hombre y hombre, de
signos sonoros articulados para la comunicación de sus
deseos y opiniones sobre las cosas.

Morris: en el pleno sentido semiótico de la palabra, es


cualquier conjunto intersubjetivo de vehículos de signos cuyo
uso está determinado por reglas sintácticas, semánticas y
pragmáticas.

Szober: el conjunto de sonidos usado con el propósito de


establecer comunicación con el medio en que uno vive o
reproducido en la mente con el propósito de apreciar
claramente el propio pensamiento.

Las definiciones de lenguaje advertidas anteriormente


pueden agruparse en dos vertientes o direcciones. En el
primer caso el lenguaje tomado en un sentido amplio y
general, entendido como todas las posibilidades de
comunicación. En esta tendencia predomina el factor
comunicación. Cabrían dentro de esta concepción: cantos de
aves, sonidos del viento, la naturaleza animada e inanimada,
41

sonidos, códigos señales de circulación -semáforos-, gestos,


mímica, gritos, etc., entendido todo ello en un sentido muy
genérico.
Se opone a lo dicho la otra concepción del lenguaje; la
sincrética: habilidad o destreza, es decir todos los recursos en
el plano de la lengua. Por eso se dice dentro de los estudios
del lenguaje, que la categoría lengua encaja dentro de las dos
concepciones del lenguaje, a la vez que existen diferencias
entre ellas.

2. Lengua:
De acuerdo con las concepciones de Ferdinand de
Saussure expuestas en su obra póstuma Curso de lingüístico
general, publicado en 1916 por sus alumnos, tres años
después de su muerte, la lengua representa el aspecto social y
codificado del lenguaje.
Es una institución social que resulta de un amplio
acuerdo, de un conjunto de convenciones entre los hombres.
El individuo que habla y quiere hacerse comprender no
puede modificar esta convención colectiva o de la comunidad
lingüística hablante, sino que debe ajustarse a ella.
La lengua pues, tiene consistencia propia, autonomía,
y evoluciona muy lentamente. Esta consistencia está
establecida y garantizada por un conjunto de reglas que
hacen de la lengua un verdadero código. Esta definición nos
lleva a aclarar un nuevo concepto: ¿Qué es un sistema? Es
una organización en la que los elementos que la constituyen
con una finalidad, dependen unos de otros. No funcionan
independientemente. La lengua es eso. Un sistema y un
sistema de comunicación oral y auditiva que en muchos casos
pueden ser gráficos. Pocas lenguas tienen sistemas escritos.
El sistema gráfico es una consecuencia del sistema
oral y auditivo. Entre los sistemas creados e inventados por el
hombre, el mejor, está la lengua. El hombre puede, utilizando
cosas, instrumentos de la lengua, llegar hasta los más finos
matices del pensamiento interno-subjetivo.
42

3. Habla:
Siguiendo la misma orientación saussureana, el habla
está conceptualizada como un acto individual, como el hecho
concreto de un hombre que habla a sus semejantes. Dispone
de cierta libertad de expresión o de variación porque cada
individuo tiene su manera especial de manejar las palabras y
las frases. Pero es una libertad estrechamente vigilada:
combina signos pero no los crea, los combina sobre la base
del código común, sobre la base de la lengua. Por ejemplo:
Uno diría:
Tengo un dolor en la pierna
Un segundo podría decir:
En la pierna tengo un dolor

Un tercero, tal vez, diría; más afectado:


Me duele la extremidad inferior
Pero ninguno diría:
Tengo una pierna en el dolor o,
Tengo una enfermedad inferior,
porque significaría salirse del código y se volverá
incomprensible.
La fonética tiene que proceder en esta forma: o
tropieza con los hechos sonoros del lenguaje, como
realidades; o tropieza con los hechos sonoros de la lengua en
el habla. Siempre tiene que partir del habla; quiere decir que
todo registro fonético que se haga tendrá como fuente el
habla. Esta fonética, entonces, puede referirse a los fonemas
de la articulación o bien a las de la audición en el plano del
lenguaje. Por eso se llama fonética general.
También puede referirse al lenguaje particular. Si
estudia las lenguas en particular, se llama fonética especial.
Ésta puede tener como objeto de estudio un dialecto. En
cualquier caso tendrá que partir del habla. Nada de esto
ocurre con la fonología.
43

Fonología
Trabaja exclusivamente en el plano de lo sistemático,
de lo que hace la convención lingüística, de lo que permite la
comunicación, o sea la fonética; como es el sonido real,
verdadero, tal como es. A la fonología le importa la capacidad
del sonido para distinguir la comunicación lingüística
sistemática.
La fonología necesita del apoyo de la fonética, y ésta
de la fonología, o sea de los hechos sonoros que adquieren
valor lingüístico. Llámase también a la fonología “fonética
funcional”, por estudiar el hecho de la comunicación o las
posibilidades de la comunicación
En los sistemas de las lenguas, el hombre ha abstraído
fácilmente unidades de sonido y de sentido, hasta llegar a
independizarlas. A estas unidades, la fonología da el nombre
de “fonemas”. Tales unidades tienen el carácter de mínimas.
Son indivisibles. Porque, si se dividen dejan de comunicar. El
fonema opera en cualquier sistema, es decir en todas las
lenguas.
Lo de sentido mínimo representa la posición
tradicional. En un apartado especial, veremos una posición
más avanzada, como es la de Jakobson-Halle.

Entre /a/ y /a/ intercálese los fonemas:

/ / africada linguopalatal sorda, ortográficamente (ch)


/ / lateral linguopalatal sonora, ortográficamente (ll).
/l/ lateral linguoalveolar sonora, ortográficamente(l).
/n/ nasal linguoalveolar sonora, ortográficamente (n).
/m/ nasal bilabial sonora, ortográficamente (m).

Cada variación: [á a], [a ], [ála], [ãnã], [ãmã],


significa cambio de sentido. La fonología trata con los
fonemas. La fonética con los sonidos reales.
44

A esta altura cabe definir un fonema como la unidad


fonológica diferenciadora, indivisible y abstracta.

Diferenciadora, porque cada fonema se delimita


dentro del sistema por las cualidades que distinguen a los
demás y porque la unidad es portadora de una de una
intención significativa diferencial.
Son indivisibles, porque no pueden descomponerse en
unidades menores, como ocurre con la sílaba o grupo
fonético.
Son abstractas las unidades, puesto que no son
sonidos, sino modelos o tipos ideales de sonidos.

La distinción entre fonema y sonido ha sido uno de los


hallazgos más fecundos en la lingüística de los últimos años.
La fonología trabaja con los fonemas, la fonética con los
sonidos.
Fonológico y fonético son dos adjetivos que,
respectivamente, les corresponde a las dos ciencias en
mención. No se trata de dos ramas separadas de nuestra
ciencia, sino de dos puntos de vista diferentes en unos casos, y
concomitantes, en otros.
La fonética -dice Amado Alonso- estudia la
composición material de los fonemas sonoros del lenguaje,
físicos y fisiológicos; la fonología se fija en la composición
intencional del signo, es decir, sólo en los rasgos que tienen
valor significativo.
Añadamos, para mayor precisión, que los fonemas no
son signos por sí mismos, sino fragmentos o componentes de
signos, es decir de “palabras”.
Ahora bien: estos componentes se repiten iguales a sí
mismos o “equivalentes” en multitud de palabras del idioma,
con elementos fonológicos primarios e irreductibles de los
signos verbales, de igual manera que en el telégrafo de
banderas, las señales son conjuntos de movimientos
singulares que pueden repetirse en distintas combinaciones.
45

Distinciones entre fonética y fonología


En los estudios fonéticos se diferencia una disciplina
que enfoca los hechos sonoros: se llama fonética. Este estudio
está frente a otros de contenidos diferentes, de alcance
puramente lingüístico, que analiza los sonidos en cuanto
transportan el sentido de la comunicación: el enfoque se
llama fonología. Lo que hasta aquí se ha dicho representa un
doble enfoque de la misma ciencia fonética. Ambos parten del
habla, es decir de la materialización de la lengua individual
de las personas. La fonética para examinar y describir,
clasifica los hechos sonoros en dos planos:

a. Como producto, es decir, la realidad fisiológica,


articulatoria de la producción del sonido mismo. Esto tiene
que ver con el punto de vista genético; quiere decir con su
origen.
b. Si consideramos el punto de vista de la sensación auditiva,
o sea el plano acústico, perceptible del sonido ya producido -
por oposición-. Se llama plano genémico, estamos en el
segundo orden del enfoque de estudio del hecho sonoro.
La fonología examina las ideas hechas, pero de una
manera muy diversa, en cuanto esas ideas permiten
significar, en cuanto posibilitan los signos y los símbolos.
Jean Dubois en su Diccionario de lingüística,
caracteriza a la fonética como la ciencia que estudia los
sonidos del lenguaje en su realización concreta,
independientemente de su función lingüística.
Según Trubetzkoy, lo que caracteriza particularmente
a la fonética, es que se excluye en ella toda relación entre el
complejo fónico estudiado y su significación lingüística. La
fonética puede pues definirse como la ciencia del aspecto
material de los sonidos del lenguaje humano.
Por el contrario, la fonología, de acuerdo a Jean
Dubois, es la ciencia que estudia los sonidos del lenguaje,
desde el punto de vista de su función en el sistema de
comunicación lingüística.
46

Estudia -continúa Jean Dubois- los elementos fónicos


que distinguen, en una misma lengua, dos mensajes de
sentidos diferente (la diferencia fónica en la inicial de las
palabras españolas baño y paño, la diferencia del lugar del
acento en las palabras italianas an‟cora „todavía‟, „ancora‟
„ancla‟, o en las palabras españolas pago y pagó, etc.) y los
que permiten reconocer un mismo mensaje a través de
realizaciones individuales diferentes (voces diferentes,
pronunciaciones diferentes, etc.). En esto se diferencia de la
fonética, que estudia los elementos fónicos
independientemente de su función de comunicación.
Signo y símbolo
Signo: el todo formado por significado (sdo.) y
significante (ste.).
Símbolo es el signo en donde las relaciones de sdo. y
ste. comportan cierta analogía.
El humo es indicio de fuego. Esto es un signo. Pero el
humo que sale por la chimenea del Vaticano -previa elección
del jerarca de la Iglesia católica-, es símbolo que determina la
elección del nuevo Papa. Esto parte de un tipo de
convencimiento. Es decir, se requiere que el „interpretador‟ -
receptor de la comunicación- se encaje dentro de esa
„convención‟.
Para Jean Dubois, el signo, en su sentido más general,
designa, así como el símbolo, el o la señal, un elemento A -de
diversa índole- sustituto de un elemento B. En tanto símbolo
es la representación de una relación -constante en una
cultura dada- entre dos elementos.

Signo lingüístico
Es una sucesión de entidades genémicas, las mismas
que son capaces de ser percibidas. Esto es lo genético, el
origen; aquello que se produce con la secuencia sonora. Esta
concepción es diferente al símbolo. El símbolo puede ser
estético, estilístico, cultural, etc.
47

En el Curso de lingüística general de Ferdinand de


Saussure, el término “signo” tiene otra acepción: la de signo
lingüístico. F. de Saussure distingue entre símbolo y signo
(ahora tomado en el sentido de signo lingüístico).
Piensa, en efecto, que hay inconvenientes en admitir
que se pueda utilizar la palabra símbolo para designar al
signo lingüístico.
El símbolo, contrariamente al signo, tiene como
característica el no ser jamás totalmente arbitrario, es decir
que existe un lazo natural rudimentario entre el significante y
el significado. El símbolo de la justicia, por ejemplo, no podía
sustituirse por un carro. Con Ferdinand de Saussure, el signo
lingüístico se convierte en unidad de lengua.
En la fonología no es importante el sonido en sí
mismo, sino en cuanto constituye la materia prima, que
permite organizar formas distintivas.
Si el sonido es el objeto de la fonética, esas “formas
distintivas” del sonido, son usadas por las lenguas para
significar, para establecer un sentido. Toda forma distintiva
supone diferencias, oposiciones; de modo que sin diferencias
y oposiciones no hay medio fónico de significación o de
significar.
En el caso de AMA, se trata de una forma que,
inicialmente, no establece diferencias. Pueden ser:

AMA: imperativo, forma verbal en singular. Indicativo:


presente, 3ra. persona singular.
AMA: como sustantivo, originariamente, madre que
amamanta; ama de cría.
Nodriza. Mujer que gobierna la casa de un
eclesiástico. Por extensión dícese: “AMA de casa”.
Antiguamente “AYA” o maestra. Presentado sin las
diferencias precedentes, no se sabría directamente si se trata
de una forma sustantiva o de una forma verbal. Es entonces,
el contexto que nos permite su diferenciación.
48

Ama a tu patria y defiéndela.


El niño está al cuidado de una ama.
Los centros pediátricos están asistidos por amas.
Luis ama a su madre.
Por ejemplo, los sonidos desde el punto de vista
fonológico: lápiz, tiza, son la materia prima de la fonética. El
símbolo gráfico de los mismos, quiere decir la forma del
símbolo establece una posible distribución en el campo de los
hablantes, es decir de los usuarios de la lengua.
De manera que, la fonología examina el sonido
distintivo:
rascar / rasgar
En primera instancia tenemos una oposición “teórica”
del /s/ en cada uno de los términos del ejemplo. La primera
es una sibilante que se pronuncia con fricción en la boca. La
segunda se velariza; hay una vibración de la laringe,
pronunciación semejante a “z” española, por su carácter
regresivo. Si bien hay una distinción, sin embargo, no existe
una “oposición distintiva”. Esta vibración o diferencia por los
sonidos vecinos o contiguos al /s/ no importa mayormente a
la fonología. Lo que realmente le interesa es la oposición

k/g

que es una oposición fonológica diferenciadora.

De acuerdo a la escuela lingüística, a la fonología se


la bautiza como “fonemática” o “fonémica”. Para simplificar
-más aún- se la llama “fonética funcional”. La fonética pura
no define las funciones significativas.

Fonema
La unidad fonológica más pequeña en que puede
dividirse en conjunto fónico recibe el nombre de “fonema”.
49

Una palabra como [páso] “paso”, está formada por una serie
de cuatro fonemas, porque el ste. se reparte entre:

[p], [á], [s], [o].


Porque, desde el punto de vista funcional, el número
de unidades mínimas -fonemas- en que puede dividirse la
categoría es:
/p/ + /á/ + /s/ + /o/,

sin que podamos fragmentar cada uno de estos fonemas en


elementos más pequeños. Tanto la /p/ y la /á/, como la /s/,
y la /o/, son unidades completamente indivisibles.
Quiere decir, entonces, que en el plano del sonido
distintivo y diferenciador existen partículas más pequeñas o
segmentos que son irreductibles; corresponden a la última
segmentación posible del contexto sonoro, o de la cadena
fónica.
Cuando se articula el sonido, se produce
horizontalmente:
[m] [ ] [s] [a]

En principio se moviliza así. Es un esquema para


todas las lenguas. No desdice el principio general si el sentido
es contradictorio o vertical como en el chino. Pues, toda
tesitura, contextura fónica discurre así. En esta cadena,
contextura o secuencia, se dan designaciones más o menos
iguales. Un extranjero, usuario del español -aunque no
conozca las técnicas fonéticas y fonológicas-, no puede
dividir más las unidades fonológicas: /m/ /ã/ /s/ /a/. Por el
contrario, por ejemplo, el principio advertido, no se puede
aplicar al sistema sonoro esquimal.
Lo que sí, estos fonemas se agrupan en todas las
lenguas. En general, la primera agrupación es silábica. Todos
los hablantes tienen conciencia de lo que es una sílaba. La
conciencia silábica, que tiene un origen rítmico, es un tipo de
50

agrupación que se moviliza en el contexto del habla. Esto nos


permite abstraer las unidades que llamamos fonemas.
Un individuo “inculto” del español sabe que en

MA SA,

se dan sílabas o, que “ma” y “sa” son sílabas, aunque no las


sepa escribir. Inclusive puede segmentar “ma” en “m” y “a”.
De manera que espontáneamente el hablante los abstrae del
contexto, y con la abstracción los independiza.
En términos generales esto hace la fonología:
determina los valores fonológicos, que cada lengua los tiene
en forma abstracta, para luego independizarlos.
En síntesis: la fonética examina la realidad sonora de
la lengua; en otros términos, maneja la materia prima sonora
de la lengua, considerada desde el plano acústico o
fisiológico. En tanto que la fonología examina el sonido, en
cuanto puede constituir formas distintivas. Estudia el sonido
diferenciador partiendo de segmentos irreductibles que se
llaman fonemas. Como principio muy general puede
aseverarse que los fonemas se agrupan en sílabas, éstas en
palabras y frases. No sé hasta qué punto los lingüistas
modernos tengan razón al decir que frase es “la frase” y que
palabra es “la palabra”.

La pertinencia fonológica
La pertinencia fonológica es la propiedad que permite
a un fonema, a un rasgo fonológico, etcétera, asegurar una
función distintiva en una lengua dada, y a las otras unidades
del mismo nivel. Cuando la unidad considerada pierde esta
función distintiva no hay pertinencia.
Las posiciones de pertinencia de oposición fonológica
-dice Jean Dubois- son las posiciones en la palabra en que
esta oposición no es neutralizable. La oposición castellana
fundamental entre las líquidas /r/ y la /ř/ -vibrante simple y
múltiple- -tensa y floja, dice el autor en cuestión- tiene como
51

única posición de pertinencia su situación intervocálica: caro


vs. carro. En las restantes posiciones se neutraliza,
realizándose como tensa en posición inicial o precedida de la
consonante “n”, “l” o “s” y como floja en los restantes casos.
De igual manera, Jean Dubois dice que el término
pertinente se suele emplear como sinónimo de distintivo para
designar un rasgo fónico, cuya presencia o ausencia en la
realización de un fonema conlleva un cambio de sentido de la
unidad significativa. Así el rasgo que opone las laterales a las
vibrantes (simultaneidad o sucesión de la oclusión y del paso
del aire por la boca) es pertinente en español, donde permite,
por ejemplo, oponer

péro / pélo

del mismo modo que en numerosas lenguas románicas, pero


no en japonés, lengua en la cual, en cualquier palabra puede
sustituirse la “l” por la “r” y viceversa, sin que esto suponga
cambio de significación.
En español, ¿cómo explica la lingüística tradicional
los cambio de

almario por armario


espelma por esperma, etc.,

ejemplos a los cuales se pueden sumar muchas formas


dialectales propias de la fonética de las regiones costaneras?
Algunos lingüistas, como Román Jakobson, prefieren
dar una acepción más amplia al término pertinente. Desde
esta perspectiva, un rasgo pertinente es un rasgo fónico que
desempeña una misión en la comunicación, incluso aunque
carezca de función distintiva. Los rasgos que acompañan la
realización de un fonema en una lengua dada y facilitan su
identificación son rasgos pertinentes, por ejemplo.
En inglés, la aspiración que acompaña la realización
de las oclusiones sordas, en francés el rasgo de laxitud que
acompaña la realización de las consonantes sonoras, en
52

numerosas lenguas el rasgo de labialización que acompaña la


realización de las vocales posteriores.
Antonio Quilis y J. Fernández en su libro de fonética y
fonología, en el capítulo pertinente lo designan como rasgos
funcionales o pertinentes y rasgos no funcionales o no
pertinentes.
Pretendemos aclarar un poco más lo dicho hasta aquí:
el fonema está interpretado por una serie de características
sonoras o, una serie de características fónicas. Esta
explicación es fonemática, fonética o fonológica.
La /m/ es nasal oclusiva bilabial sonora.
Describe todo un proceso fisiológico: el aire sale por la nariz;
los labios producen una oclusión; el velo palatino se pega a la
lengua, para que la mayor cantidad de aire salga por la nariz.
Hay un doble mecanismo: lo labial y lo oclusivo, lo que se
refleja en un sonido llamado nasal. Además hay vibración
glotal sonora, que es la producción de la voz en la laringe. Es
nasal bilabial-sonora.
Por estas mismas características, es oclusiva y viene a
complementar aquello de “no oral” Todas estas características
son juzgadas independientemente: se trata de una serie de
sonidos que corresponden a características distintas.
Esto nos ha servido para desdecir: el fonema
representa una serie de familias de sonidos. Pues, los sonidos
analizados en un fonema, no tienen ningún parentesco.
Si estos sonidos se oponen a otros, para definir una
significación, estamos en el plano fonológico. Los sonidos de
una lengua pueden sufrir variaciones o modificaciones sin
que varíe para nada su valor significativo, como es el caso del
ejemplo del /b/ -[b] sonido b- que se analiza como -/ /
fricativo- en el contexto el bóte, pero como oclusivo en úm
bóte -un bote-, sin que esta diferencia fricación / oclusión
conlleve un cambio del significado en la palabra b o t e.
Este rasgo es “no funcional” o “no pertinente”. Por el
contrario, existe en la lengua todo un gran conjunto de
53

sonidos en los que al variar un rasgo determinado, varía


radicalmente su significado.
Por ejemplo en la palabra [póka] “poca”, el primer
sonido corresponde a una oclusiva bilabial sorda /p/. Si en
este sonido se varía el valor de la vibración de las cuerdas
vocales; es decir, se hace vibrar, la oclusiva bilabial sorda se
convierte en una oclusiva bilabial sonora /b/.
Como resultado de este cambio se tiene una palabra
con significado totalmente diferente. En el presente caso se da
el paso de sorda a sonora. Lleva consigo un cambio de
significación, diciéndose, entonces, que este rasgo de
sonoridad es pertinente o funcional.

mésa/bésa
m/b

El único rasgo que permite diferenciar se llama rasgo


fonológico, pertinente o distintivo.
Según lo dicho hasta el momento: el fonema es la
síntesis que permite representar gráficamente los sonidos. A
su vez, los sonidos, representan la materialización de los
fonemas.
El fonema es la preconcepción fonológica. Es la
primera posibilidad de diferenciación. La fonética hace el
estudio directo de las realidades sonoras. Es una disciplina
instrumental, que está al servicio de la fonología, porque
lleva, justamente, hechos de estudio de la fonología.
A pesar de que el fonema representa una serie de
rasgos sonoros, el interlocutor los percibe como unidad. Al oír
el sonido [m] en un contexto, el oyente tiene una asociación
de que no puede ser así, sin embargo, en el contexto lo
diferencia. Todas las series sonoras de una cadena fónica se
organizan en una unidad. Este es el principio del sistema
lingüístico. O sea lo que se lleva al plano fonológico se
sistematiza, y lo que queda fuera es asistemático. En todas las
lenguas el sonido se sistematiza.
54

Los fonemas constituyen un sistema y, los sistemas


morfológicos y sonoros difieren mucho de una lengua a otra.
El orden sintáctico representa otro sistema; y elevado a otro
plano, el hecho semántico, el sentido o significado es otro
sistema.
Una traducción, por ejemplo, casi nada tiene que ver
con el sistema del cual parte; es un producto totalmente
diferente.
Concretamente: al leer una novela o una obra
traducida de otro idioma al nuestro, no estamos conociendo
propiamente esa obra en el idioma extraño, sino una realidad
o un producto nuevo. Esto es una gran verdad, porque cada
lengua tiene un sistema. Lo mismo podría manifestarse del
dialecto. Por ejemplo, en la Argentina, hay más de trescientas
palabras para designar la realidad lingüística “caballo”. De
modo que “caballo” resulta insuficiente en la psicología del
argentino. Algo similar ocurre con la significación de nieve.
Para nosotros no tiene tanta repercusión semántica, como
para los hablantes y habitantes de los polos. En síntesis: cada
lengua tiene un sistema estructural sonoro, morfológico,
sintáctico y hasta un patrón de pensamiento.
La fonología empieza a examinar las realidades
sonoras distintivas en dos direcciones:
a. Las segmentables. Estas llegan hasta el fonema.

b. Las no segmentables. A éstas se las llama


suprasegmentables. En mayor o menor grado las
lenguas trabajan con unidades segmentables.

Ejemplo:
límite/limite/limité
Cada estructura lingüística encierra fonemas
equivalentes, con la única diferencia de los acentuales.
Segmentando tenemos:
55

/l//í//m//i//t//e/-/l//i//m//í//t//e/-
/l//i//m//i//t//é/

Si analizamos la primera, tenemos una categoría


nominal (N). La segunda es una categoría verbal (V). La
tercera, también es una categoría verbal (V2). Las tres se
explican por el desplazamiento acentual.
Una situación semejante -acústicamente- ocurre con
“término”, “termino” y “terminó”. Este desplazamiento de la
intensidad se puede segmentar. Pero se habla de los rasgos
distintivos.
Hay un desplazamiento de naturaleza y relieve
intensivo -desplazamiento acentual-, que puede ocurrir en
las lenguas libres. Este es un hecho suprasegmentable, que se
da en todas las lenguas.
Por de pronto, los elementos suprasegmentables son:
intensidad, tono y cantidad, sin desconocer que hay
otros. En los capítulos pertinentes de “producción de las
vocales” y “producción de las consonantes” se observa la
teoría de los rasgos. También pueden combinarse unos con
otros.
Hay lenguas en las cuales la suprasegmentación llega
a tener una importancia fonológica. Nos referimos al chino
normal, hablado en Pekín que cuenta hasta con ocho tonos.
Se trata, entonces, de una lengua tonal. Son en menor grado
las lenguas escandinavas, sueco y noruego, por ejemplo.
En este caso, lo suprasegmentable es aquello que
define una diferencia entre signo lingüístico e idea. De modo
que, en primer lugar, está lo segmentable y, a continuación,
lo suprasegmentable. Este es el motivo, por ejemplo, que el
chino difícilmente acepte el alfabeto latino, a diferencia de lo
que hizo el japonés, adoptando tales grafías. Para ellos, en
este caso, el alfabeto es segmentable, dándose los
consiguientes problemas de la grafía y del diccionario. El
movimiento significativo en esa lengua es más vertical que
horizontal. El ideograma salva la significación de dicha
56

lengua. Todo ello es lo segmentable. En tanto que la serie de


marcas prosódicas son los rasgos suprasegmentables.

pino
El jardinero necesita vino
lino

La distinción u oposición fónica mínima depende de


los sentidos y de las realidades de las oposiciones:

p/b, p/l, b/l.


El hombre exhausto y sofocado busca el vino porque
tiene sed.
El hombre exhausto y sofocado busca el pino porque
quiere sombra.
El fonólogo busca las diferencias, a base de las
semejanzas, hasta llegar al fonema. El primer proceso se
llama catalogación. Aquí analiza cuáles, cuántos, dónde,
cómo, qué son los fonemas. Al responder cuáles son los
fonemas, va diferenciando el número de fonemas. Se nota que
es limitado, finito.

Ideas de oposición y contraste


Entre la pareja de conceptos hay sinonimia. Pero,
como sabemos que no se da la sinonimia perfecta, precisemos
su diferencia. En primera instancia, son nociones de análisis
fonético y fonológico.

Oposición
Significa el hecho sonoro que distingue una unidad
de otra. Ejemplo:
cama / cana
57

En los dos casos se trata de una nasal, con la


diferencia de que la primera es bilabial, y la segunda,
alveolar. La diferencia está definida por el lugar o zona de
articulación.

Contraste
Es una diferencia contextual dentro de las mismas
unidades fonológicas. Si oímos “lámpara”, encontramos un
contraste en las tres “aes”. La primera es “más intensa”, “más
larga”; las restantes son “menos intensas” y “más breves”.
Aceptemos que ello no sea perceptible para el común de los
individuos de la comunidad lingüística. Pero la unidad “a”
sigue siendo la misma. Estas diferencias se denominan
“contraste”.
El contraste puede ser o no ser distintivo. En tanto que
la oposición siempre es distintiva. El tipo de oposición
depende de los dos fonemas que se enfrentan, y se puede
definir en términos articulatorios o acústicos.
La primera unidad que opera esa diferencia es el
fonema, por cuanto es irreductible. En otros términos, el
contraste, es la relación de un fonema con los que se
encuentran, en el enunciado, en vecindad inmediata. Viene
dado por las diferencias cualitativas en los fonemas vecinos, y
permite distinguir un solo fonema del grupo de fonemas.

carro / caro
Aquí, a excepción de una unidad, todo es igual. Hay
una vibrante múltiple y una vibrante simple, que son,
precisamente, los elementos que se oponen. Cosa parecida
ocurre con
pero / perro
cero / cerro
moro / morro
58

r/ř
El contraste supone enfrentamiento de unidades
preestablecidas, aunque fonológicamente iguales, es decir, las
mismas unidades, aunque cada una tenga un carácter
acústico o articulatorio más intenso. La oposición es el
enfrentamiento de unidades diferentes.

Pares mínimos
Es la primera técnica para establecer la oposición. El
par mínimo significa un contexto sonoro que puede ser léxico
o frásico. Ejemplo:
bollo / pollo
Si se trata de la voz “pollo” y se enfrenta a “bollo”, es
un par mínimo de tipo léxico.
pala / bala
Hay una parte común que es “ALA”. Esto no
diferencia; únicamente se trata de un soporte. Lo único que se
diferencia es el enfrentamiento p / b. Esto es lo que deja la
posibilidad de saber de qué se trata, o de la herramienta o del
proyectil. Prueba que los fonemas son unidades
independientes, y son los únicos elementos de carácter
distintivo.

Conmutación
Es un recurso científico de todas las ciencias. Es una
técnica sustitutiva, en la que el par mínimo significa un punto
de partida.
Ejemplo:
pala / bala
en donde /p/ es oclusiva bilabial sorda y /b/ es oclusiva
bilabial sonora. La única diferencia, en este caso, está entre lo
sordo y lo sonoro. Como existe un punto de diferencia, es
suficiente prueba de que se puede sustituir con otros:
59

pala / bala
tala / dala
cala / gala
sala / mala
La sustitución desemboca en nuevos pares mínimos.
La conmutación no siempre es recurso probatorio; por lo que
es necesario hacerlo a través de todo el contexto sonoro:

barra
bata
basa
bala
bara
baba
baja
Orden
“Bronco” es par mínimo frente a “tronco”, pero no
conmuta con ningún otra.
Para ello se necesitan otros recursos, como es el caso
del orden de los elementos. Significa que los fonemas tienen
una distribución; es decir que unos están primeros; otros
después, y al final. La modificación del orden, produce un
cambio de sentido. Entonces, desde este punto de vista, la
técnica sí es probatoria. Ejemplo:
las / sal
sol / los
La modificación de orden es fonológicamente
probatoria. Esto nos demuestra que /l/ es un fonema y /s/,
otro. /a/ y /o/ no se han modificado de posición.
60

Esto es lo fonológico. Fonéticamente, varios fonemas


forman un orden cuando se caracterizan por una misma
articulación, situada en un punto determinado del canal
espiratorio, no distinguiéndose uno de otro más que por otra
articulación distintiva. Por ejemplo [p, b, m] constituyen el
orden bilabial.

Adición
Significa sumar, acumular:

sal+e=sale
sol+o=solo
las+o=laso
col+a=cola
Esta técnica es probatoria. Por el nuevo sentido que
adquiere la categoría, significa que estamos ante una nueva
realidad fonológica.

Oposición numérica
Es un tipo de técnica aditiva. Se puede tener un
mayor número o un menor número de fonemas en función de
distinción. Se llega, por este procedimiento, a la idea de
fonema cero: . Sirve de apoyo a las demás técnicas que se han
revisado hasta el momento.

kál / kali
kól / kóla
/i
Con estos procedimientos se logra establecer:
1. El número de unidades fonológicas o fonemas. Decir, por
ejemplo, cuáles son. Establecidas las oposiciones “nos van
diciendo” cuáles son los rasgos pertinentes.
61

2. Distribución de estas unidades. Significa el lugar que


ocupan. La manera cómo se agrupan. Esta distribución se
organiza en cada sistema lingüístico. Por ejemplo, en español,
dos formas vibrantes:

r/ř
En posición inicial, siempre se usa /ř/, como en rezo,
risa, rosa, etc. Se da un fenómeno de tipo distribucional. La
observación que establecemos es fonológica, pero no fonética,
o de no-realización. Porque, desde el punto de vista del
sonido, este fonema inicial puede realizarse como múltiple o
como simple y ensordecido.
En inglés hay un fonema que se representa con “h”.
Es inicial. No se lo utiliza al final. Entonces la distribución
contempla la manera cómo se agrupan: “bra”, “bre”, etc.,
pero nunca “sra”, “sre”, “tbr”, etc.

Frecuencia
De la distribución se deduce la frecuencia. Significa el
número de veces que asoman las unidades en el grupo
sonoro. Por cierto, el número es muy orientador, pero
relativo. Por ejemplo, si comparamos r/ř, el múltiple es más
frecuente que el simple.
En cuanto a vocalismo, por ejemplo, destacase una
frecuencia del 70% de uso vocálico en el habla y en la
escritura. Prueba que hay una frecuencia de su uso en el
contexto.
Los rasgos pertinentes establecen la oposición de
manera que cada fonema tiene una serie de características
que se utilizan en el mecanismo. Pero, a su vez, hay una serie
de rasgos que no son distintivos. Quiere decir: se explican por
las interdependencias de unos sonidos con otros en la cadena
62

sonora. Estos rasgos de origen combinatorio reciben el


nombre de alófonos.

Alófonos
El fenómeno mismo se llama alofonía. Para establecer
alófonos, es necesario saber -es necesario conocer- cuáles son
los fonemas, porque lo que es alofónico en una lengua puede
ser fonológico en otra, y viceversa.
En español, hay varios tipos de “es”. En la palabra
“barrer” la “e” es muy abierta y larga. En “nen”, “muy
cerrada” y “muy breve”.
En italiano, depende que la “e” sea cerrada o abierta,
para que constituya un rasgo pertinente.

Hay casos en los cuales el alófono va cobrando fuerza


y llega a sustituir al fonema entero. En Chile, por ejemplo, no
existe prácticamente la “e”. Por ejemplo señor: siñor.
Fenómeno similar ocurre en Loja (Ecuador), con realidades
lingüísticas: pión, lión, tiatro, biatris, tiodoro, etc., en vez de
peón, león, teatro, Beatriz, Teodoro, respectivamente.
/b/ si es inicial, suele ser oclusiva; si entra en
contexto con nasal, también se mantiene como oclusiva, y si
es intervocálica y si se ubica, ordinariamente, en contextos
distintos a los de la oclusiva -definición por exclusión-, tiene
el carácter de fricativa.
En “bebe”, la primera /b/ es oclusiva, y la segunda,
fricativa /β/. Si un angloparlante dice “bebe”, lo entendemos
lo que quiere decir, pero, por ser una voz extraña, por no
tener alófono, no tiene un uso generalizado.
El alófono es una realización fonética, un hecho
combinatorio que ocupa en el idioma una frecuencia
fonética:

/s/ y / /
63

/m/ y /n/
/r/ y / /
[b, d, g] en determinados contextos funcionan como
fricativos. Este hecho es una alofonía o, al menos, suele ser
una alofonía del español.

Neutralización
Cuando, en ciertas posiciones, dos fonemas pierden
su función distintiva, se dice que se neutralizan. En otros
términos, los fonemas establecen sus oposiciones en una
posición determinada, y se dan posiciones en las cuales la
oposición se disminuye hasta anularse.

doctóR / dogtóR / doγtóR / doktóR


ãmõr/ãmõř/ãmõR
En el primer ejemplo citado se pierde la oposición, la
diferencia -se neutraliza- entre sorda y sonora y las variantes
alofónicas: k/g. En el segundo caso, asimismo, desaparece la
diferencia entre vibrante simple y múltiple: r/ř. La posición
inicial es diferente a la posición final. En “doctor” están
neutralizados los fonemas. El nuevo producto neutralizado
recibe el nombre de “archifonema”.

Archifonema
En español, por ejemplo, la distinción entre vibrante
simple y múltiple, conlleva una diferenciación de tipo
semántico en posición interior de palabras:
pero - perro p é r o / p é ř o,
sin embargo, cuando una vibrante se encuentra en posición
final de palabra, o final silábico, queda neutralizada, ya que
64

cualquiera que sea su realización, la significación de la


realidad lingüística, no varía en absoluto.

Por ejemplo, el infinitivo “amar”. En él podemos


emitir la vibrante final como simple o como fricativa.
También podemos emitirla como múltiple, sin que por ello
cambie el significado del nombre de ese infinitivo. En esta
posición final el valor distintivo de r/ř, queda anulado,
neutralizado. Hay caso de aspiración.

[ã m ã r] [ã m ã ‫]ג‬
[ã m ã ř] [ã m ã h]
Cuando dos fonemas, como los anteriormente
indicados, quedan neutralizados, se puede sustituir por un
fonema que tenga como característica principal el rasgo
común a los dos en el caso mencionado, el rasgo de vibrante.
Este fonema resultante se conoce con el nombre de
“archifonema”, y se suele representar por una letra
mayúscula.

Esta teoría preliminar, relativamente amplia, se


presenta así por la naturaleza experimental y eminentemente
práctica del Manual de fonética y fonología. En él no hay
mayores disquisiciones teóricas, o casi nada. Por esto, en esta
nota inicial presentamos los indispensables aspectos teóricos
que -consideramos- posibilitarán mayormente la
comprensión de los diferentes temas expuestos en cuadros y
esquemas.
En la nueva edición del Manual de fonética y
fonología para los estudios de las modalidades presencial y
abierta, de los estudiantes de los ciclos de licenciatura o
doctorado, de la Universidad Técnica Particular de Loja, se
han cambiado algunas estructuras de presentación de los
contenidos; de ordinario se han restringido los esquemas, en
vez de los cuales se ha ubicado una literatura de orden
65

descriptivo de los hechos, temas y motivos de las ciencias de


la lingüística.
66

2. La fonología: su campo de
acción
67

El número de sonidos y variantes de sonidos que podemos


pronunciar es indefinido. Ahora bien, cada idioma posee sólo una pequeña
selección de sonidos posibles, y el sistema de selección es distinto en cada
lengua. En todos los idiomas los significantes lingüístos (palabras, formas,
frases) constan de sonidos. En sí los sonidos carecen de toda significación -
esto no excluye que un cuerpo significativo pueda estar constituido por un
sonido único: lat. i, fr. haut. [ó], etc. En cada onomatopeya un sonido único
puede ser portador de un matiz significativo „estilístico‟-, pero constituyen
la materia prima, los elementos con que se forman los soportes de la
significación.

Heinrich Lausberg: Lingüística románica, t. 1: Fonética, p. 155.


68

La lingüística y la fonología
Sostiene el Dr. Antonio Quilis que a partir de 1927,
aproximadamente, la disciplina que se ocupaba de los
estudios del lenguaje, y con ello todas sus partes integrantes,
va a sufrir una transformación radical. Con la nueva
orientación de la ciencia del lenguaje, conocida de un modo
general con el nombre de estructuralismo, el dominio de lo
fónico se verá sometido a una profunda transformación que
hará, como es lógico, modificar sus conceptos y sus métodos.
La dicotomía planteada por Ferdinand de Saussure en
su Curso de lingüística general entre lengua y habla, y las
consecuencias derivadas de ella, conformaba necesariamente
lo que debe ser elemento primario de la comunicación.

Como sabemos, la lengua, según Saussure “no es una


función del sujeto hablante, es el producto que el individuo
registra pasivamente”, mientras que “el habla es, por el
contrario, un acto individual de voluntad e inteligencia”, en
el cual conviene distinguir:
1. Las combinaciones por las que el sujeto hablante utiliza el
código de la lengua con miras a expresar su pensamiento
personal.
2. El pensamiento psíquico-físico que le permita exteriorizar
esas combinaciones.
Las características de la lengua, según el mencionado
lingüista, serían:

1. Un objeto bien definido que se puede localizar allí donde


una imagen acústica viene a asociarse con un concepto.

2. La parte social del lenguaje exterior al individuo, que por sí


solo -el sujeto- no puede modificarla ni concretarla.

3. La lengua, en cuanto es distinta del habla, se puede


estudiar en forma independiente; por sí misma. Pero, por otro
69

lado, toda comunicación humana se realiza gracias a un


sistema de signos lingüísticos.

La definición saussureana de que la lengua es un


sistema de signos es uno de los principios fundamentales de la
lingüística moderna. El signo lingüístico es para De Saussure
la unión de un concepto y de una imagen acústica. Es una
“entidad psíquica de dos caras” que puede representarse por
la figura de las dos caras de una moneda.

Estos dos elementos están íntimamente unidos y se


reclaman recíprocamente.

Como puede haber equívocos en la terminología, ya


que muchas veces se entiende por signo sólo la imagen
acústica, olvidando el concepto, y dado que el signo
lingüístico es una realidad lingüística constituida como tal
entidad por dos términos unidos por el lazo de la asociación,
se prefiere reemplazar concepto e imagen acústica,
respectivamente, por significado y significante. Es decir, que

Signo lingüístico = significante +


significado

Un signo lingüístico como mesa está formado por un


significante que sería /mésa/, es decir, por la suma de unos
elementos fónicos (/m/ + / / + /s/ + /a/) y por un
significado que sería la idea o el concepto que nosotros
tenemos de lo que es una “mesa”.
Para Hjelmslev “toda lengua se presenta
inmediatamente como un sistema de signos, es decir, como
un sistema de unidades de expresión a las cuales está unido
un contenido”. Quiere decir, -de modo paralelo a de
Saussure-, que el lingüista danés distingue en la lengua dos
planos:
70

a. El plano de la expresión o aspecto significante: la


ordenación de los elementos fónicos;

b. El plano del contenido o significado, aspecto conceptual,


que es objeto de un determinado mensaje.

Contenido y expresión forman una solidaridad, es


decir, se condicionan mutuamente, el uno con el otro y se
mantienen unidos por la función del signo.

Las palabras, empleando los mismos términos de


Hjelmslev, son signos, pero también son signos de
determinadas partes de una palabra. Por ejemplo, en latín /-
î/ es un signo genitivo (pater Paulî) y un signo de pasiva
(amarî). Una palabra como des-torn-ill-ad-or-e-s es un signo
que se compone de siete signos diferentes más pequeños.
Un signo puede conllevar sólo un elemento de
expresión y un elemento de contenido: por ejemplo, -s en
gatos es un elemento de expresión /s/ que lleva unido un
elemento de contenido “plural”; o puede estar compuesto por
dos o más elementos, tanto en el plano de la expresión como
en el del contenido: por ejemplo, el signo francés, -ra, en
aimera, se compone de dos elementos de expresión: r y a
unidos a cuatro elementos de contenido: “futuro”,
“indicativo”, “tercera persona”, “singular”, etc.

Ahora bien, tanto el contenido como la expresión


poseen una forma y una sustancia:

a. La forma es la estructura abstracta que cada lengua impone


a la misma sustancia.

b. La sustancia, definida negativamente por Hjelmslev, es todo


lo que no es forma, es decir, la materia, el medio en el que se
hacen las distinciones. Para Saussure, es la realidad semántica
o fónica considerada independientemente de toda utilización
lingüística.
71

Veamos con algún ejemplo cómo operan forma y


sustancia en los planos del contenido y de la expresión:

1. En el plano de la expresión
Desde [i], la vocal más alta y anterior, hasta [u], la
vocal más alta y posterior, pasando por [a], sería el modo de
pronunciar ininterrumpidamente un sonido. Ese continuum
acústico, y amorfo, es delimitado en diferentes lenguas de
modo diferente.
Es decir, la delimitación de la sustancia a través de la
forma da en español cinco unidades y en portugués europeo
ocho vocales.
En la expresión, por lo tanto, la forma viene dada por
los tipos de combinaciones fonológicas posibles: piso, peso,
paso, poso, puso o mal, sal, tal, cal, chal. Por otra parte, puedo
decir tren o trans (en “transportar”), pero no rtne ni rten, ni
rtans.

La sustancia será la materia fónica organizada


conforme a la manifestación de la forma lingüística.

2. En el plano del contenido


La sustancia del significado es igualmente amorfa.
Saussure la consideraba formada por toda la masa de
pensamientos y de emociones que tienen en común los
hombres, independientemente de la lengua que hablan:
sustancia nebulosa e indiferenciada a partir de la cual se
forman los significados en las diferentes lenguas por la
asociación convencional de un significante con una cierta
parte de esta sustancia conceptual.

Nosotros conocemos los colores rojo, naranja,


amarillo, verde, azul, añil y violeta. Cada uno de esos colores
fija un límite en la sustancia “color”, que por sí misma es
imprecisa y cuyos límites se confunden como se confunden
los extremos de cada color en las franjas del arco iris: son un
72

continuum de ondas luminosas. En español, realizamos esta


división y tenemos un color azul que en el sistema se opone a
los demás colores (azul marino, azul celeste, etc., son
subdivisiones del azul).
Sin embargo, en ruso existen dos palabras (“sinii” y
“gobuloi”), que tomadas en conjunto recubren la misma área
semántica de nuestro “azul”; están en el sistema en el mismo
orden que las palabras “verde” y “amarillo”: es decir, son
verdaderas referencias de colores, y no distinciones de
matices en el seno de un mismo color.
Lo mismo ocurre en latín, donde existen dos tipos de
color negro: niger „negro brillante‟ y ater „negro mate‟ y dos
tipos de color blanco: albus „blanco brillante‟ y candidus
„blanco mate‟.
La realidad extralingüística de los colores que existe
en todas las lenguas es la misma, pero es a través de la forma
de ese significado cómo concebimos esa realidad y cómo
agrupamos, separamos y clasificamos el mundo que nos
rodea.
Otro ejemplo:
El concepto de “edad” tiene una estructura léxica
diferente en latín y en español:
Latín Español
senex
vetulus viejo
vetus
iuvenis
joven
novellus
Novus nuevo

Senex se aplica a personas (miles senex), vetulus a


animales (canis vetulus), vetus a cosas (urbs vetus), mientras
que en español, viejo lo aplicamos a los tres; iuvenis se aplica
a personas (miles iuvenis), novellus a animales (canis
novellus) y novus a cosas (urbs nova), mientras que en
español tenemos joven (soldado, perro) y nuevo (ciudad).
73

Como vemos: la forma del contenido, en diferentes


lenguas, delimita la sustancia del contenido.
La lengua es una forma y no una sustancia, es uno de
los principios saussureanos más fecundos de la lingüística
actual.
Utilizamos el símil clásico del juego de ajedrez: el
tablero y las piezas del ajedrez están formadas por un
material cualquiera (madera, marfil, barro, etc.) que no
influye para nada en el juego. Las piezas se definen por sus
relaciones recíprocas y en general por las reglas del juego y
no por la sustancia de que están hechas o por su aspecto
exterior. Es decir, la sustancia no importa, lo que importa es
la relación formal de una ficha con otra.

Sobre él basa el mismo Hjelmslev su distinción.


Ahora bien, entre los dos lingüistas no existe una
correspondencia exacta entre forma y sustancia. Hjelmslev
avanza más en su análisis: la sustancia de Saussure (la
realidad extralingüística semántica o fónica) corresponde a la
materia de Hjelmslev. En Saussure, un signo es por un lado
opositivo y por ello está caracterizado y delimitado; por otro
lado, es negativo y relativo, por lo que no se puede definir en
él mismo, sino por sus relaciones con los demás.
La sustancia de Hjelmslev coincide con la forma de
Saussure en el sentido de carácter opositivo del signo. La
forma de Hjelmslev es el sistema relacional que define los
signos o las unidades, es decir, la forma saussureana en el
sentido de carácter negativo y relativo del signo.
Por eso, la sustancia de Hjelmslev aparece “por el
hecho de que la forma está proyectada sobre la materia, como
una red abierta proyecta su sombra sobre una superficie no
dividida que se encuentra bajo ella”. De ahí que la sustancia
sea la manifestación de la forma en la materia.

Las unidades fónicas


74

Definición y caracterización
Una unidad lingüística es el elemento discreto
existente en un determinado nivel, que se define por la
relación que establece con los demás elementos del sistema de
la lengua.
La lengua es una estructura constituida por diferentes
niveles, cada uno de los cuales supone uno anterior o
siguiente. Así, el nivel fonológico está inserto en el
morfológico, éste en el semántico, etc.
Para que una unidad sea considerada como tal debe
reunir las siguientes condiciones:

1. Segmentable y sustituible.
Como hemos dicho, las unidades de la lengua se
definen a través de las relaciones que las unen, y estas
relaciones se establecen a través de dos operaciones: la
segmentación y la sustitución.
Cualquiera que sea la extensión de un texto, es
necesario segmentarlo sucesivamente hasta encontrar los
elementos mínimos indivisibles. En la secuencia lema,
podemos segmentar hasta llegar a [l]-[ế]-[m]-[ã]. Estos
elementos no son ya susceptibles de ulterior segmentación.
Para identificarlos, los sometemos a la prueba de la
sustitución: lema - leña - lega; sema - tema- gema- rema, etc.
En rema, pronunciado *[řếmã], es imposible *[rếmã] (con
vibrante simple, como en caro). Estos elementos mínimos
segmentables y sustituibles entran tanto en una relación
sintagmática (donde a veces se producen restricciones, como
en el caso de *[rếmã]), como paradigmática.
Los fonemas son, por lo tanto, los elementos mínimos
segmentables y sustituibles.
Pero un fonema está formado por una serie de rasgos
distintivos.

En el ejemplo lema:
75

/l/: líquido, lateral, linguoalveolar, sonora.


/ế/: vocal, anterior, media, nasal, tónica.
/m/: consonante, nasal, bilabial, sonora.
/ã/: vocal, central, baja.
Estos rasgos distintivos, en virtud del principio
saussureano de la linealidad del lenguaje, no son
segmentables, pero sí identificables y sustituibles. Es decir,
que la secuencia lema sería:

1 [l] 2 [e] 3 [m] 4 [a]


líquido vocal consonante vocal
lateral
+ anterior
+ nasal
+ central
alveolar media bilabial baja

Si en 2 sustituimos media por alta, obtenemos lima; si


en 3 sustituimos bilabial por palatal, obtenemos leña, etc.

2. Poseer un significado
Otra condición fundamental para que un elemento se
pueda considerar como unidad lingüística debe poseer un
significado. El fonema no lo tiene: sólo tiene valor como
discriminador de signos lingüísticos, del mismo modo que el
rasgo distintivo es, a su vez, discriminador de fonemas.
3. Identificarse en una unidad superior.
Una unidad lingüística no puede ser considerada
como tal unidad si no se la puede identificar en una realidad
más alta.
El fonema se inserta en el nivel fonológico.
De este nivel se pasa ya al nivel del signo propiamente
dicho, es decir, donde un significante se une a un significado.
En este nivel, el morfológico, nos encontramos frente
al morfema, que está compuesto por fonemas. El morfema se
puede definir como la unidad mínima con significado.
76

Estos morfemas se insertan en una unidad superior


que es la palabra (o la lexía).

El nivel superior a la palabra es la frase. Se suele


señalar también en el análisis lingüístico entre la palabra y la
frase, otras dos unidades: el sintagma y la proposición.

Sintagma sería toda la agrupación de palabras que


gramaticalmente equivale a una sola palabra y que no tiene
ni su propio predicado.

Por el contrario, si contienen su propio sujeto y


predicado, si está incluido en una frase más grande, es una
proposición. Es el nivel fraseológico. La frase es la unidad más
grande en la descripción gramatical.
Es la unidad última porque no se puede integrar en
una unidad superior, aunque sí se puede segmentar en
unidades inferiores. La frase no constituye tampoco una clase
de unidades distintivas, que serían miembros virtuales de
unidades superiores, como los fonemas y los morfemas. La
diferencia con las otras unidades lingüísticas es que está
constituida por signos, aunque ella misma no sea un signo.
En este campo de unidades lingüísticas, habría que
detenerse en el “análisis del discurso”, como una estructura
superior a todas las unidades a las cuales nos hemos referido.
Podría confrontarse, básicamente, autores como Michael
Stubbs, Teu A. Van Dijk, Ángel López García, Noam Chomsky,
Paloma Tejada Caller, Claire Blanche-Benveniste, Donald
Davinson, J. Piaget y R. García, Jean Claude Bringuier, etc.,
algunos de los autores que cuentan con estudios respecto de
la teoría del discurso.

El fonema
Desde la aparición de la fonología se ha perfilado el
uso del término fonema y con ello se han multiplicado las
teorías y las definiciones de una unidad lingüística
considerada como diferente del sonido. Estas nuevas unidades
77

son como los comunes denominadores de los diferentes


sonidos que emiten los hablantes y que aseguran, por otro
lado, la comunicación entre ellos. El fonema ha sido
concebido de las siguientes formas:
a. Como una unidad mental o psicológica.
Según Twaddell, “aunque los hablantes produzcan
diferentes sonidos y los oyentes los perciban como
objetivamente diferentes, no son conocedores de tal
diferencia; el hablante cree producir el mismo sonido, y el
oyente la impresión de oír el mismo sonido”.
Basándose en estas observaciones y en el sentimiento
de que el fonema era algo externo al sonido es como para
muchos lingüistas, particularmente para los de la escuela de
J. Baudouin de Courtenay, los miembros del Círculo
Lingüístico de Praga y otros han definido el fonema como una
realidad mental, como la intención del hablante, o la
impresión del oyente, o ambas a la vez.
La más antigua de todas las concepciones del fonema
procede de J. Baudouin de Courtenay; su definición fue
redactada en términos psicológicos: el fonema es “la
equivalencia psíquica del sonido del lenguaje”; por lo tanto,
sería un sonido imaginado, intencional, oponible al sonido
emitido, como un fenómeno psicofonético a un hecho
fisiofonético.
Desde el punto de vista lingüístico no es aceptable
esta concepción del fonema, ya que:
a. A un mismo fonema pueden corresponder, como variantes,
muchos sonidos del lenguaje, y cada uno de estos sonidos del
lenguaje posee un equivalente psíquico propio (las
representaciones acústicas y motrices que le corresponden);
b. Ligar al concepto de fonema nociones tan vagas como
“conciencia lingüística”, “sentir”, “el trabajo lingüístico de la
mente”, etc., éstas no puede servir para explicarlo.

b. El fonema como una unidad física.


78

Los sonidos del lenguaje pueden ser teóricamente


infinitos, mientras que los fonemas son finitos y constantes.
De ahí que muchos consideren que el fonema corresponde a
un número más o menos amplio de sonidos, y esta
correspondencia puede realizarse de dos maneras:
a. Según Bloomfield, el fonema puede corresponder a alguna
peculiaridad o peculiaridades, características de todos los
sonidos en cuestión y sólo de ellos; en este caso, el fonema es
un rasgo de los sonidos del lenguaje.

b. Según Daniel Jones, el fonema puede corresponder a la


suma de todos los sonidos del lenguaje.

Estas definiciones consideran el fonema como una


familia o un grupo de sonidos del lenguaje, emparentados
acústica o articulatoriamente, que no aparecen nunca en el
mismo contorno fonético.
Este punto de vista de considerar el fonema como una
familia o clase de sonidos emparentados a través de una
semejanza fonética tiene, según R. Jakobson y M. Halle, varios
puntos vulnerables. En primer lugar, es necesario establecer
una propiedad común en lugar de buscar subjetivamente
alguna semejanza. En segundo lugar, las clases deben
definirse mediante las propiedades y no a la inversa. En tercer
lugar, aun cuando estudiemos un sonido en un contorno
dado y “bajo determinadas condiciones estilísticas, nos
encontramos de nuevo con una clase de ejemplares y con su
denominador común, no con un espécimen único y fugaz.
Y si se estudian los fonemas y sus variantes
contextuales (“alófonos”) se tratará siempre de definir el
“signo modelo” y no el “signo acontecimiento”.

c. Como una unidad ficticia o abstracta.


Twaddell, considera el fonema como una “unidad
abstracta, ficticia”.
79

En realidad, es cómodo, muchas veces, considerar el


fonema como una abstracción o una entidad ficticia, pero este
hecho no responde a una realidad del análisis fonológico, que
sería arbitrario, y del mismo modo, habría que considerar
como una ficción el morfema, la palabra, la frase, la lengua,
etc.

d. Como una unidad algebraica.


El punto de vista algebraico trata de separar todo
cuanto sea posible el fonema del sonido: es el criterio de
Hjelmslev, quien pretendía que la lingüística se transformase
en un álgebra del lenguaje, cuyas unidades fuesen “entidades
no nombradas”, es decir, nombradas arbitrariamente y
carentes de designación natural.
Pero pese al empeño teórico de realizar un análisis
totalmente independiente de la sustancia sonora, en la
práctica se tiene en cuenta la sustancia en toda la etapa del
análisis.

e. El fonema como un haz de rasgos distintivos.


Según R. Jakobson, “dos rasgos distintivos,
combinados en un haz simultáneo, forman un fonema”.

Los rasgos distintivos


Para Martinet, no es el fonema, sino el rasgo
distintivo, la unidad básica de la fonología, y para Jakobson,
preocupado desde el comienzo de su actividad lingüística por
la propiedad básica de los fonemas como diferenciadores
significativos de las palabras, da ya en 1932 (segundo
volumen suplementario de la Enciclopedia checa) la siguiente
definición: “Fonema es el concepto básico de la fonología”.
Por medio de este término designamos “un conjunto
de aquellas propiedades sonoras recurrentes que se usan en
una lengua dada para distinguir palabras de diferente
80

significado”. En su artículo “Un manuel de phonologie


générale” (Acta Lingüística, I, 1939, que es una reseña a la
Phonologie de N. van Wijk), define el fonema como “un haz
de propiedades distintivas”, y lo caracteriza diciendo que “El
fonema no es ni idéntico al sonido, ni exterior con relación al
sonido, sino que está necesariamente presente en el sonido,
sigue siendo inherente y superpuesto a él; es la invariante en
las variaciones.
El fonema forma una unidad (a saber, la más pequeña
unidad fonológica en dos ejes: el de las simultaneidades y el
de las sucesiones), pero es una unidad compleja: el fonema se
descompone en unidades distintivas”.
En los Preliminaries define el fonema del siguiente
modo: “Los rasgos distintivos combinados en un haz
simultáneo forman un fonema”. Y del mismo modo en Los
fundamentos del lenguaje: “Los rasgos distintivos se agrupan
en haces simultáneos llamados fonemas”.

Y, por último: ¿Qué es un rasgo distintivo? “El


análisis lingüístico desmonta gradualmente las unidades
complejas del discurso en morfemas, los componentes últimos
del mismo dotados de significado propio, y desmenuza estos
vehículos semánticos mínimos hasta llegar a los últimos de
sus elementos constitutivos capaces de diferenciar unos
morfemas. Estos elementos son los llamados rasgos distintivos.
Por consiguiente, hay que separar dos unidades en el
lenguaje y en el análisis lingüístico: por un lado, el nivel
semántico, que comprende tanto las unidades significativas
simples como las complejas, desde el morfema hasta el
enunciado y el discurso, y, por otro, el nivel de los rasgos
distintivos (nivel fonológico), que corresponde a las unidades
simples y complejas cuya función consiste tan solo en
diferenciar, agrupar, delimitar o poner de relieve las diversas
unidades significativas”.
Por ejemplo, el fonema español /p/ se compone de los
siguientes rasgos distintivos:
81

no vocálico 1
consonántico 2

p oral
denso
grave
interrupto
sordo
3
4
5
6
7
Es a través de los rasgos distintivos que podemos
adscribir, con seguridad, la realización [b] en boca y beca a
un mismo fonema, y asimismo, el rasgo distintivo de
sonoridad es el que permite distinguir beca de peca, gasa de
casa, deme de teme, etc.; es decir, que un solo rasgo se utiliza
muchas veces en varios contextos.
Esto hace posible que con un número muy reducido
de rasgos podamos obtener un número muy elevado de
oposiciones. De este modo, al mismo tiempo que se define un
fonema se le identifica, ya que la enumeración de sus rasgos
pone de relieve la distinción entre él y los otros fonemas de la
lengua.
Los rasgos distintivos pueden formularse de dos
formas:
a. Articulatoriamente: basándose en los movimientos y
posiciones de los órganos fonadores. Obtenemos, de esta
manera, los rasgos que derivan del modo de articulación, del
lugar de articulación, de la acción de las cuerdas vocales, de
la tensión articulatoria, de la acción labial, de la acción del
velo del paladar.

b. Acústicamente: basándose en los índices acústicos que se


derivan de la onda sonora del lenguaje. De este modo, los
rasgos distintivos se clasifican en:
82

1. Rasgos distintivos prosódicos, que comprenden los rasgos


prosódicos de tono, los de fuerza y los de cantidad.
2. Rasgos distintivos intrínsecos, que se dividen, a su vez, en
dos categorías:

a. Los rasgos de sonoridad (vocálico - no vocálico,


consonántico - no consonántico, compacto - difuso, tenso -
laxo (flojo), sonoro - sordo, nasal - oral, interrupto -
continuo, estridente - mate);

b. Los rasgos de tonalidad (grave - agudo, bemolizado - no


bemolizado, sostenido - no sostenido).

Clases de rasgos
Como dicen Jakobson y Halle, el hablante aprende
fundamentalmente a “reaccionar ante los rasgos distintivos”,
pero además de éstos, en el acto verbal aparecen otros rasgos
que conllevan información o que ayudan a identificar un
rasgo.
Estos otros son:
1. Los rasgos configurativos, que “señalan la división del
enunciado en unidades gramaticales de diferentes grados de
complejidad, especialmente en frases y palabras, bien
poniendo de relieve tales unidades e indicando su jerarquía
(rasgos culminativos), bien delimitándolas e integrándolas
(rasgos demarcativos).
2. Los rasgos expresivos (o enfáticos), que “ponen un énfasis
relativo en diferentes partes del enunciado o en diferentes
enunciados y sugieren las actitudes emocionales del
hablante”.
3. Los rasgos redundantes. Así como los rasgos distintivos y
configurativos remiten a las unidades semánticas, los rasgos
redundantes remiten a estos dos tipos de rasgos. “Los rasgos
redundantes ayudan a identificar un rasgo (o una
combinación de ellos) simultáneo o adyacente, bien sea
distintivo o configurativo”.
83

Jakobson concede una gran importancia al rasgo


redundante, sostiene que el papel auxiliar “no debe
desdeñarse”, ya que no solo ayuda a identificar un rasgo, sino
que en condiciones de emisión o de audición deformadas
puede, incluso, sustituir a los rasgos pertinentes en la
descodificación del mensaje. Es decir, es un rasgo que
acompaña normalmente a la realización de un fonema en
una lengua determinada y facilita su identificación.
Jakobson insiste en que no se debe confundir entre
dos rasgos distintivos y redundantes, por un lado, y los
llamados rasgos pertinentes y no-pertinentes, por otro: el
tomar los rasgos redundantes por no pertinentes, y “los
rasgos distintivos, por los únicos pertinentes está en vías de
desaparecer de la lingüística, y es una vez más la teoría de la
comunicación, en particular cuando trata de las
probabilidades transicionales, la que ayuda a los lingüistas a
superar la tendencia a ver los rasgos distintivos y redundantes
como pertinentes y no pertinentes, respectivamente.

4. Los rasgos sincréticos (o rasgos complejos, en la


terminología de Groot) son aquellos que, presentándose como
simples desde el punto de vista funcional, no lo son desde el
punto de vista físico o fisiológico.
En el sistema vocálico español, /i/ se opone a /u/
como agudo, no bemolizado a grave, bemolizado. En esta
lengua, estas dos oposiciones:
agudo / grave,
no bemolizado / bemolizado,
no funcionan nunca separadas, siempre van juntas (no existe,
como en francés, al lado de ellas un /y/ agudo, bemolizado) y
se producen al mismo tiempo. En este caso, ninguna de las
dos oposiciones debe ser considerada como redundante: nos
encontramos ante un caso de rasgo sincrético o complejo.

Fonema y rasgo distintivo como unidades


84

Una unidad lingüística debe cumplir la función


combinatoria, es decir, debe ser capaz de combinarse con
otras unidades del mismo nivel para formar grupos o
complejos capaces de identificar y distinguir palabras y
oraciones.
El fonema se combina con otros fonemas y cumple los
requisitos antes enunciados; el rasgo distintivo se combina
con otros rasgos distintivos para formar los fonemas; en este
sentido, el fonema es una unidad y el rasgo distintivo lo es
subsidiariamente.
Una unidad lingüística debe delimitar y organizar
una sustancia, y como tal debe ser localizable, sustituible y ser
el resultado de la más pequeña segmentación en su nivel de
análisis.
En este sentido, el fonema y el rasgo distintivo
delimitan y organizan la sustancia y al mismo tiempo son
localizables y sustituibles, pero el fonema no cumple la última
condición, ya que es segmentable en rasgos distintivos; éstos
ya no son susceptibles de ulterior segmentación en virtud del
principio saussureano de la linealidad del significante, pero sí
son identificables y sustituibles. Mientras que el fonema actúa
en el eje de las sucesiones y en el de las simultaneidades, el
rasgo distintivo sólo lo hace en el de las simultaneidades.
Una unidad lingüística contiene relaciones
sintagmáticas y paradigmáticas con otras unidades del mismo
nivel. En virtud de lo dicho anteriormente, el fonema contrae
los dos tipo de relaciones. Mientras que el rasgo distintivo
sólo presenta relaciones paradigmáticas.
Una unidad del lenguaje, en virtud de las
mencionadas relaciones, debe poseer una función contrastiva
y distintiva. El fonema desempeña ambas funciones. De los
rasgos distintivos, los prosódicos desempeñan la función
contrastiva, y los inherentes, la distintiva.

Una unidad lingüística no se concibe como tal si no se


la identifica en una unidad de nivel superior: el rasgo
85

distintivo se inserta en la unidad superior a él que es el


fonema, y el fonema en la unidad superior a él que es el
morfema.
Y, por último, el significado, que es una condición
fundamental que está presente en toda unidad lingüística, no
lo está en ninguna de las dos: el fonema sólo es discriminador
de signos lingüísticos, y el rasgo distintivo es, a su vez,
discriminador de fonemas.

El fonema y sus variantes


Como es lógico suponer, un fonema no se realiza
siempre de la misma manera: sus diferentes realizaciones
pueden depender del estilo del habla, o del contorno fonético
en el que aparece el fonema en cuestión. Estas realizaciones
reciben el nombre de variantes. Se pueden definir como
aquellos elementos fónicos que al ser sustituidos no originan
ningún cambio en el significado de las palabras.
Estas variantes son:
a. Variantes combinatorias: cuando dos o más unidades
fónicas que tienen entre sí una semejanza articulatoria o
acústica, no se presentan nunca en el mismo contorno. Por
ejemplo, el fonema /b/ tiene en español dos realizaciones:
una oclusiva, [b], y otra fricativa [β] o [Ѣ]: la primera aparece
después de pausa y de nasal y la segunda en los demás
contextos; estos dos elementos son variantes combinatorias de
/b/.

b. Variantes libres: cuando dos o más variantes fónicas


aparecen en el mismo contorno. También se llaman variantes
estilísticas, ya que resultan de la elección, más o menos,
consciente del hablante. Por ejemplo, en el español de
Madrid, el fonema /s/ puede realizarse en posición
postnuclear como [s], [h] o [x] en mosca. Cada una de esas
realizaciones son variantes libres.
86

c. Variantes individuales: cuando las realizaciones de un


fonema pueden dar indicaciones sobre el hablante, pero no
son el resultado de una elección por su parte; por ejemplo, el
yeísmo más o menos africado y ensordecido de algunos
hablantes madrileños.
Las variantes combinatorias reciben también el
nombre de alófonos, y la variación combinatoria en la que se
hallan, distribución complementaria. En el ejemplo del
apartado a., tanto [b] como [β] o [Ѣ] son alófonos de /b/.

Otros lingüistas amplían el término alófono a toda


variante de un fonema, tanto combinatoria como libre (y a
veces también social, individual). De este modo, cada fonema
llega a tener un número infinito de alófonos que poseen en
común los rasgos distintivos del fonema y además una serie
de rasgos redundantes.
Todo fonema tiene su campo de dispersión, es decir,
sus realizaciones no deben sobrepasar los límites acústicos y
articulatorios (márgenes de seguridad) que están
condicionados por los campos de dispersión de los demás
fonemas del sistema fonológico de la lengua.

Determinación de los fonemas


La determinación de los fonemas de una lengua se
realiza por el procedimiento de la conmutación: si en un
mismo contexto, al cambiar una de estas unidades por otra,
cambia el significado, esa unidad es un fonema. Así en
español, /i, e, a, o, u/ son fonemas, porque conmutándolos en
un mismo contexto, obtenemos:
/pípa/-/pépa/-/pápa/-/pópa/-/púpa/
Generalmente, las conmutaciones se realizan entre
unidades fonéticamente próximas, y dos a dos, obteniéndose
los llamados pares mínimos u oposiciones:
/pár/ - /bár/ - /kása/ - /gása/, etc.
87

Neutralización
Una oposición se neutraliza cuando no funciona en
ciertas posiciones. Cuando esto ocurre, las marcas específicas
de uno de los términos de la oposición pierden su valor
fonológico y sólo quedan como pertinentes los rasgos que los
dos términos tienen en común.
El conjunto de particularidades distintivas que son
comunes a los dos fonemas neutralizados es lo que se
denomina archifonema. Se representa por medio de una letra
mayúscula.
Por ejemplo, en pero - perro, los dos fonemas
vibrantes funcionan y crean una oposición, pero en una
palabra como cortar es indiferente que se pronuncien las
vibrantes como simples [kořtář], porque en esa posición no
funcionan: se han neutralizados. El archifonema es /R/:
/koRtáR/.
La neutralización se distingue de la simple ausencia
de un fonema en una posición dada (distribución defectiva).

Así, por ejemplo, en español, /l/ no aparece después


de /t/ y /d/ en secuencia tautosilábica (es decir, en la misma
sílaba): atlas se silabica at-las; el incorrecto adlátere (por a
látere), se silabica ad-látere, mientras que con /r/ no hay
problema: cuatro, cuadro, silabicados como cua-tro, cua-dro.
Del mismo modo, en posición inicial de palabra, sólo
aparece en español el fonema vibrante múltiple: no hay
*/rósa/ rosa, siempre es /řósa/.

Definición de fonemas y alófonos


Un fonema se define por medio de sus rasgos
distintivos.
Un alófono se define por medio de todos sus rasgos,
tanto de aquellos que son distintivos cuando funciona como
unidad fonológica, como de los que no lo son.
88

Por ejemplo, en español, tenemos:


/u/ = fonema vocálico, alto, posterior.
[u] = vocal, alto, posterior, labializado, oral, alófono de /u/.

El índice de labialización no es distintivo, como lo es,


por ejemplo, en francés o en alemán; en español, es
concomitante con la posterioridad. El índice oral (frente a
nasal) tampoco es distintivo en el sistema vocálico español,
como lo es en francés.

/p/ = fonema consonántico, oclusivo, bilabial, sordo.


[p] = consonante, oclusiva, bilabial, sorda, oral, tensa, alófono
de /p/.

La tensión es redundante en español. El rasgo tenso /


laxo, concomitante con sordo / sonoro, puede llegar a ser
distintivo cuando en el lenguaje cuchicheado, perdido el
rasgo de sonoridad, prevalece sólo el de tensión. En este
caso, una oposición como p/b, que se distingue por sorda /
sonora, pasa a ser tensa / laxa.
89
90

3. Fisiología del habla


91

La causa dela invención de las letras primera mente fue para


nuestra memoria, i, para que por ellas pudiesemos hablar conlos ausentes i
los que estan por venir, [...].
A. de Nebrija, Gramática castellana, I, 3,4-7.
92

Generalidades

La voz humana es el resultado de las modificaciones


vibratorias que la corriente de aire espirado sufre en el acto
de la fonación.
En la mayor parte de idiomas conocidos, los sonidos
se forman por el aire expulsado de los pulmones, en virtud de
la presión del diafragma y de los músculos de la cavidad
torácica, el cual pasa por los bronquios y por la tráquea,
hasta llegar a la laringe

Este órgano es un tubo ancho formado por cuatro


cartílagos: el cricoides, en su parte inferior y en contacto con
la tráquea; el tiroides que, con su forma de quilla, produce,
en la parte anterior del cuello, la prominencia llamada nuez o
bocado de Adán; los dos aritenoides se hallan en la parte
posterior de la laringe, y se mueven según las contracciones
de los músculos insertos en ellos.
93

Fig. 1
La tráquea y la laringe

En la parte inferior, los bronquios. En la superior, la laringe


con el cricoides, abajo, y el tiroides con los cuernos superiores,
arriba.
En la parte superior de la laringe hay dos pares de
membranas, llamadas bandas musculares o cuerdas vocales.
Son repliegues y no cuerdas, son tiras aplanadas.
Varía mucho de persona a persona; igualmente, de
acuerdo a la edad. Al hablar, éstas, adquieren una función: la
de templar. Vemos, entonces, que a la función de válvula, se
le añade una, la de la tensión. Según esto, se ve que cumple
un movimiento de tensión o de distensión. En el habla
94

prodúcese un volumen que determina un sonido en el sentido


musical.

Fig. 2
La laringe vista de atrás

Tenemos la estructura fundamental de la laringe y los


órganos conexos, en una vista posterior: las tráquea (a), cricoides y
sello del cricoides (b), las apófisis muscular (c), tiroides (d),
aritenoides (e), epiglotis (f) y el cricoides (g).

Si las bandas se ponen tensas, el tono suele ponerse


más tenso. Es decir: a más tensión hay más tono, y a menor
tensión, hay menos tono; y, a mayor volumen hay más fuerza,
y a menor volumen, hay menor fuerza. En otros términos: lo
uno depende de la fuerza, y lo otro de la tensión.
Si las cuerdas están tensas, el tono se suele poner más
agudo, y viceversa. Si hay mayor tensión, el volumen sube; en
95

cambio si se desciende en el tono, es porque se ha descuidado


en el volumen.

Fig. 3
Cuerdas vocales en actitud de reposo
El espacio vacío que queda entre las dos cuerdas
vocales recibe el nombre de glotis. La glotis es un vacío
muscular tendinoso. Este mecanismo da como resultado la
voz. Un ser al hablar, puede tener esa voz, como no la puede
tener: Si la tiene, se habla de sonido voceado, de lo contrario,
llámase sonido no voceado.
96

Tenemos que recalcar: la glotis no es un órgano. Se


trata de un espacio, normalmente triangular, situado
entre las cuerdas vocales, con 16 milímetros de longitud
aproximada y susceptible de abrirse alrededor de 12
milímetros. La abertura y el cerramiento total o parcial de
la glotis vienen determinados por la unión o separación
de las cuerdas vocales producida por el movimiento de
los aritenoides y de los músculos que los controlan.

Fig. 4
Posiciones de la glotis

A. Respiración normal. B. Respiración fuerte; C. Para el


cuchicheo, D. Para la fonación. En la parte superior, el
tiroides; en la inferior, los aritenoides.
97

Posición de las cuerdas vocales

Para recalcar, con Jean Dubois, dígase, entonces, las


cuerdas vocales son una pareja de labios simétricos formados
por un músculo y un ligamento elástico, situados a ambas
partes den la laringe, entre el hueso cricoides o nuez o
bocado de Adán por delante y los cartílagos aritenoides por
detrás.
Se llama falsas cuerdas vocales a una pareja de labios
parecidos a los anteriormente descritos [llamados, por
oposición, “verdaderas cuerdas vocales”] y que se extienden,
por encima de ellas, de la nuez a los aritenoides.
Probablemente permanecen abiertas, al igual que la epiglotis,
durante el discurso. Su papel en la fonación es muy
controvertido y parece, en todo caso, de poca importancia.

Fig. 5
Las cuerdas vocales
A. Durante la respiración. B. Durante la emisión de una
consonante sorda. C. En vibración.
98

Si el cierre es mayor o menor, las bandas se pueden volver


vibratorias o no. La tradición fonética llama a esto sonoridad o
sordez.

Fig. 6
Cierre y abertura de la glotis

Líneas punteadas fuertes = respiración profunda. Líneas


fuertes = respiración normal. Líneas débiles = fonación.
Líneas punteadas débiles en la parte inferior = dirección del
movimiento de los aritenoides.

Lo sonoro es voceado y lo sordo es no voceado.


De modo que la fisiología del habla se refiere a la
producción del sonido articulado que permite identificar el
sonido significativo.
99

La respiración
El aparato fonatorio del hombre consta de tres partes:
1. El aparato respiratorio, que provee la corriente de
aire necesaria para la producción de la mayor parte
de los sonidos del lenguaje.
2. La laringe, que crea la energía sonora utilizada en el
habla.
3. Las cavidades supraglóticas, que actúan como
resonadores y en donde se produce la mayor parte de
los sonidos y ruidos en el habla.

Los resonadores
En el sonido significativo tenemos que deslindar dos
fases: producción y articulación. En la producción del sonido
articulado, los órganos humanos tienen una función
secundaria; en tanto que a oído le corresponde, en la
articulación, un papel de primer orden.
En la articulación, los movimientos de la boca,
dientes, garganta, etc., corresponden a funciones vitales. El
oído es un órgano auditivo y nada más. El hombre fue capaz
de adaptarse a la articulación, hasta sistematizar el sonido
significativo. Sin embargo, el elemento fundamental es el aire.
En fonética se llama columna de aire sonoro. Esta columna de
aire sonoro tiene dos direcciones: una la espirativa, y la otra
la inspirativa; aspirar y espirar. La más útil y versátil, es la
espirativa. Lo primero que se encuentra de dentro hacia
fuera, en el mecanismo de los órganos de la articulación, es el
diafragma, que permite -al igual que una válvula-, la entrada
o la salida del aire a los pulmones, o desde allí, al exterior.
Cuando respiramos de una manera normal, la glotis
está ampliamente abierta. Cuando hablamos, las cuerdas se
juntan, la glotis se cierra, la presión del aire, empujado desde
los pulmones obliga a las cuerdas a entreabrirse, pero su
propia elasticidad les hace, instantáneamente, volver a
100

cerrarse, produciéndose, de este modo, una serie rapidísima


de movimientos uniformes y regulares que, al poner en
vibración la columna de aire que va de los pulmones
escapándose al exterior, produce el sonido que llamamos voz.

Fig. 7
Respiración y producción de la voz

Las cavidades supraglóticas


Son la faringe, la cavidad de la boca y las fosas
nasales, cuyo papel principal en el habla es actuar como
resonadores del tono laríngeo. Es posible agregar un cuarto
resonador formado por la proyección y el abocinamiento de
los labios [Vid. fig. 9].
La cavidad de la boca puede cambiar de forma y de
volumen casi hasta el infinito gracias a los movimientos de la
lengua, que la ocupa en gran parte y que forma su base.
101

Fig. 8.
Partes principales de las cavidades supraglóticas con sus respectivas
denominaciones, a partir de las cuales se han formado los términos
utilizados en fonética descriptiva, orgánica, fisiológica y acústica.

La bóveda está constituida por el paladar, que se


divide en dos partes, paladar duro hacia delante y el paladar
blando -o velo palatino hacia atrás. El paladar blando es
móvil, abre y cierra la entrada de las fosas nasales-. Es,
102

entonces, la articulación del velo palatino la que determina


que un sonido sea nasal -el aire sale por la nariz- u oral -el
aire pasa únicamente por la boca-.
El velo palatino termina en la úvula. La forma y
volumen de las fosas nasales son fijas. Su efecto resonador es,
en consecuencia, siempre el mismo. En la boca se encuentran
también los dientes con los alvéolos -parte saliente del
paladar que se encuentra justo detrás de los dientes del
maxilar superior-. Detrás de los alvéolos se encuentra la
región prepalatal.

Fig. 9
Los resonadores
Los cuatro principales resonadores del aparato fonatorio: 1. La
laringe 2. La boca; 3. Las fosas nasales; 4. La cavidad labial.
103

Quedan los labios y la lengua. Gracias a la gran


movilidad de los labios es posible agregar un cuarto
resonador y modificar así el efecto de la cavidad bucal:
labialización.
La importancia de la lengua -órgano extremadamente
móvil- es tan grande para la producción de los sonidos del
lenguaje que la palabra „lengua‟ ha sido utilizada a menudo -
en inglés, en español, en latín, en francés, etc.- para
simbolizar la comunicación lingüística en general -la lengua
española, etc.-. De hecho la lengua es el más importante de
los órganos del habla que se encuentran sobre la glotis.
Es un conjunto de músculos cuya base está ligada al
hueso „hioides‟ y que llena casi toda la cavidad bucal. Los
diferentes movimientos de la lengua son los que permiten
obtener todos los efectos resonadores utilizados en la
producción de los diversos timbres vocálicos del lenguaje y
realizar toda una serie de ruidos diversos.
El movimiento de aire de la espiración que sale de la
tráquea, va a dos cavidades supraglóticas. Son una especie de
válvula. Este mecanismo valvular permite precisar y definir
los sonidos del lenguaje, o sonidos lingüísticos. Al respecto de
participación orgánica, la más importante es la laringe. Los
sonidos no pueden producirse -articularse- sin el
funcionamiento de la laringe.
De tal manera que podamos entender el corte vertical
de los órganos fonadores, que presentamos en la siguiente
figura, colocamos los nombres de los órgano, de tal manera
que se establezcan las respectivas correspondencias:

1. Seno frontal 2. Cavidad nasal 3.Faringe nasal 4. Paladar duro

5. Paladar blando 6. Lengua 7. M. geniogloso 8.. Faringe oral

9. M. geniohioideo 10. Hueso hioides 11. Epiglotis 12.Faringe laríngea

16. Tráquea
13.Cartílago 14. Cuerdas vocales 15. Cavid. laríngea
17. Esófago
tiroides
104

Fig. 10
Corte vertical de los órganos fonadores
105

En el proceso articulatorio resultan sonidos apagados,


graves, sin voz, pero audibles. Ese producto sonoro se llama
CUCHICHEO.
De manera que el mecanismo, o ejercicio fonético,
supone tres planos:
Cuchicheo: Que se realiza hacia abajo.

Habla: Que estaría entre lo uno y lo otro, en


el centro.

Canto: Que es superior o hacia arriba.

Existe otro rasgo muy característico y es el GRITO. Lo


común es que los tres planos, en la realidad, no se dan en
forma pura, se mezclan. En el cuchicheo, se dan vibraciones
laríngeas; hay ciertos gritos que funcionan en el canto.
Pueden ser sordos parecidos al cuchicheo.
El habla, „parece‟ moverse entre los planos: en la
laringe y otros. Es decir se da con vibraciones glóticas.
En el canto tradicional, los sonidos son laríngeos,
como s; bilabiales como p, etc., pero, a través del canto, se
sonorizan inmediatamente.
Se da otro mecanismo sordo que, habitualmente, usa
el aire espirado: se trata del C H A S Q U I D O. Generalmente
corresponde a formas interjectivas, manifestaciones de
disgusto, en especial, sorpresa o burla.
¡Puf! ¡Pst!, estructuras lingüísticas utilizadas para llamar la
atención del interlocutor, de un oyente o destinatario. Estos
elementos se combinan en el habla, por lo que es necesario
precisarlos.
En el contexto sonoro, por razones combinatorias, las
unidades se ensordecen, se reducen ligeramente hasta llegar
al cuchicheo, sobre todo, si se trata de unidades de la misma
serie.
106

Cavidades oral y nasal


Luego del conducto de la laringe, la columna de aire -
entendida como conjunto de vibraciones dispuestas a
producir la voz-, desemboca en la faringe. Esta es la segunda
cavidad supraglótica. Es poco cerrada en las lenguas
occidentales. De esta cavidad arrancan dos cavidades altas: la
oral, boca y la nasal, nariz.
El aire puede movilizarse por una de las dos. Esto
supone un mecanismo valvular que corresponde a la parte
blanda del paladar: velo palatino. Precisamente él cierra u
abre uno y otro conducto. El cierre puede ser total o parcial.
Ese mecanismo del velo palatino, es involuntario. Si el velo
palatino se adosa al tabique laríngeo, el sonido es oral. Si la
aproximación es ligera, o se da apenas, deja un orificio
valvular por la nariz y otro por la boca. Se habla, entonces, de
un sonido „násalo-oral‟, según predomine la nasalización, y
de un sonido „óralo-nasal‟, según predomine lo otro.
Las vocales francesas son óralo-nasales.
Las portuguesas son násalo-orales.
Las españolas son óralo-nasales, al igual que hay
násalo-orales:
angosto, ancho, enfermo, enantes, nene
Esto supone que hay una mínima salida del aire por
los conductos nasales, y otra mínima parte por la boca.
Si el velo desciende, se da una oclusión en la boca, y
el aire sale por la nariz: M, N, na, ne, ni, no, nu, etc.

Hay casos en los que se dan hábitos individuales, y


otros, de áreas determinadas, así como hay fenómenos
dialectales puros.

El inglés de Nueva York, hacia la Costa, los sonidos


son nasales. Es decir, son fenómenos dialectales, o hechos
idiolécticos.
107

La columna de aire y la emisión vocal y consonántica


De aquí nace una división muy tradicional en
fonética, entre vocales y consonantes, según que la emisión
sea nasal u oral, o puramente oral, en determinados casos.
Las vocales suponen una emisión libre de la columna
del aire -entendida la columna de aire, como portadora de
modos perceptibles al oído-, A, E, O, I, U. Si la vocal no es
cuchicheada sorda o engrandecida, tiene vibración laríngea.
La emisión del aire sale libre, sin impedimento alguno.
La emisión está acompañada de vibraciones laríngeas.
Es decir que las vocales son voceadas.
Las vocales, suponen tonos armónicos. Los tonos
armónicos, implican un acoplamiento al oído, es decir una
realización musical.
Por el contrario, las consonantes representan algún
tipo de obstáculo en la emisión de la columna de aire. Según
el obstáculo, será así la consonante.
El obstáculo se llama oclusión, cuando hay un cierre
total:
pa, pe, pi, po, pu, etc., ta, te, etc.,
que representa un cierre entre la lengua y los dientes, y en
otras posiciones, según la manera que se produzca la
consonante. En otras ocasiones, el impedimento puede ser
menor, un simple impedimento, pero no de las condiciones
del primero. Esto quiere decir que, las consonantes, tienen un
valor relativo desde el punto de vista de la fisiología.
En una misma abertura, se pueden dar fenómenos de
roce:
sa, se, so, si, su, fa, fe, etc., f-s y s-f.
Este roce se llama fricación. El tipo de roce se llama
fricativo. Es un tipo de cierre intermitente, que da lugar,
precisamente, a las consonantes llamadas intermitentes. En
otros casos se las llama consonantes vibrantes.
108

Concluyendo: las consonantes se producen o por el


obstáculo, o por el lugar, o por la zona en que tienen lugar.

Modo y zona de articulación


El obstáculo en la producción consonántica llámase
modo de articulación. Entre otros: oclusión, fricación,
africación, vocalización, vibración, nasalización. El español
presenta siete modos de articulación
El punto de articulación es, propiamente, la zona
donde se hace el contacto de órganos fijos con móviles, para
la producción del sonido articulado.

Ruido
Si la vibración laríngea no interviene en la emisión
del sonido o del producto, estamos en el plano del ruido.
Porque, de haber vibración laríngea, el ruido no tiene ya
existencia. Se considera en estos casos como un sonido
armónico musical. Tradicionalmente, la fonética llama a éstos
sordo o sonoro. Sin embargo, frente esto, se da la posibilidad
de intercambiar o de mezclar los sonidos. En el caso de BEBE,
se da una combinación de los sonidos a los cuales hemos
hecho alusión. Fonéticamente se transcribe como una
cuchicheada.

Características de los modos de articulación

Oclusivas
Cerrazón orgánica breve, seguida de una explosión
audible: pasar, apto, aptitud. Puede ser implosiva o explosiva:
apto y pasar, respectivamente.
Fricación
Espirantes. La corriente de aire no se detiene como en
las oclusivas. Se fuerza, se estrecha a través de un obstáculo
muy angosto. Esta abertura adquiere una forma especial. La
estrechez que caracteriza, tiene su forma en cada caso.
109

Africadas
Representan la combinación de los mecanismos de la
fricación y de la oclusión: chico.
Nasales
Descenso del velo palatino. Esto hace que la columna
de aire resulte muy perceptible. La cavidad nasal es amplia y
fija, como una bocina.
Laterales
La articulación que se produce, da la sensación que se
hace a un lado. Como que la columna de aire de esos sonidos,
sale por un lado de la boca, por una comisura de los labios. Es
un tipo especial de articulación. L Í L A, lulú, etc.
Vibrante
Se puede realizar como simple o como múltiple:
un solo mecanismo, un solo aleteo. En cambio se puede
volver intermitente es decir múltiple: es un movimiento
lingüístico que se sucede, es de tipo apical: [r r r r r].
110

4. La fonética acústica
111
112

La emisión y la percepción de la palabra suponen un


encadenamiento de actos de índole social, psicológica, fisiológica
y física.
Samuel Gili Gaya: Elementos de fonética general, p. 13.

Análisis del sonido


El análisis acústico tropieza con problemas, y es que
el sonido no es visible, y, por otra parte, es fugaz. Cuando se
pretende analizar ha fugado ya. Además, y en última
instancia, lo que se analiza -por medios mecánicos-, son
limitaciones y repeticiones gramofónicas, pero nunca el
sonido mismo.
De todos modos, el punto de partida corresponde a las
ondas sonoras producidas por los órganos del hablante.
Quiere decir que se tienen realidades fonéticas cuando se
analizan los sonidos orgánicos, o las ondas sonoras que
describen la fisiología del habla. Algunas de estas ondas son
regulares, periódicas, armónicas. En el esquema más
elemental, significa que A es igual a B, y representa esto que
se repite periódicamente, en igualdad de condiciones.

Fig. 11
Una onda periódica simple
113

Tememos, también, como ejemplo de vibración


periódica simple, los movimientos del péndulo:

Fig. 12
El péndulo
Naturalmente, todo esto está determinado por los
efectos de la columna de aire que produce la articulación.
Nos referimos a la regularidad que hablamos. Esto se llama
sonido. Es decir, los sonidos son ondas periódicas, armónicas.
Una caída de un libro, por ejemplo, no describe la
curva que se traza en la figura 12. Puede describir la
siguiente:

Fig. 13
Onda aperiódica
114

Según la gráfica, vemos, claramente, que no se repite


ningún elemento en forma periódica. Esto es irregular,
inarmónico. Ello se conoce con el nombre de ruido.
Cabe señalar, sin embargo, que la fonética acústica,
trabaja con sonidos y con ruidos. Esto supone que toda lengua
puede operar, si tiene en cuenta los dos aspectos que
acabamos de analizar. Es decir, combina el sonido con el
ruido, y viceversa. En el plano fonético y acústico, todas las
lenguas son sistemas de sonidos y ruidos, los que se combinan
para el ejercicio del habla.

Visibilidad de las ondas


Si a un sonido producido le conectamos un aparato
registrador, notaremos que se dibujan las ondas: un estilete
muy flexible, junto a un tambor, gracias a la flexibilidad del
estilete, describe la onda. Este aparato se llama
QUIMÓGRAFO. El resultado es el dibujo o trazo
quimográfico. Se da una periodicidad más o menos intensa.
Por los perfiles del dibujo, desde el punto de vista de la
representación, podemos establecer si se trata de una onda
simple o de una onda compuesta.

Fig. 14
Quimógrafo
115

Otro mecanismo que pretende registrar la onda


sonora, es el O S C I L Ó G R A F O.

Fig. 15
Diagrama general de un oscilógrafo
116

La onda asoma en un tablero de color verde mate:

Fig. 16
Representación del tablero en donde se describe la onda
El trazo oscilográfico, rebasa las vibrantes. De modo
que, para la fonética acústica, éste es uno de los medios para
estudiar las ondas.

Espectrógrafo
Dice el Dr. A. Quilis, en su Fonética acústica: el
espectrógrafo o sonógrafo tiene como misión, la
descomposición automática de la onda sonora compleja en
cada uno de sus componentes integrantes, y suministrarnos,
de este modo, todos los datos que nos interesa conocer.
Es, hasta el momento, otro mecanismo de determinar
las ondas sonoras, por cierto un mecanismo completo y
sofisticado, frente al trabajo que ofrecían los aparatos
anteriores. “El espectrógrafo -dice Gili Gaya- descompone la
onda en sus armónicos principales (cada uno de ellos con su
intensidad y frecuencia propias), y da sobre el papel sensible
una serie de bandas separadas que pueden estudiarse
aisladamente unas de otras: son los formantes de las ondas
complejas.
117

Fig. 17
Esquema del espectrógrafo o sonógrafo
En el esquema anterior, tenemos: M: micrófono; C: conector; D:
disco magnético; F: sistema de filtros; d: cursor; A: aguja inscriptora; CR:
cilindro reproductor; E: eje de unión entre D y CR.
“La pieza esencial del espectrógrafo consiste en un
sistema de filtros, cada uno de los cuales deja pasar y refuerza
las vibraciones de determinada intensidad y frecuencia,
mientras elimina u oscurece las demás. Practica, pues, un
verdadero análisis selectivo de los elementos que componen
la onda sonora”.
Pues, toda onda sonora, y aunque no sea sonora,
produce un tipo de espectro. Por ejemplo, la [a], nos dará un
tipo especial de espectro; la [b], otro, la [i], uno diferente, etc.
En términos generales, las vocales describirán un tipo de
118

espectro diferente al de las consonantes, pudiendo


identificarse y relacionarse, sólo en este proceso -consonante
con vocal-, en el caso de la producción de [l] y [r].
La a, por ejemplo, da un tipo de espectro muy regular,
definido por una curva, igualmente simétrica. De aquí, quizá,
le venga el nombre de tipo compacto.

Fig. 18
Esquema de un espectro vocálico

La i, por ejemplo, reproduce un tipo diferente de


espectro; igualmente, de esta característica le viene su
nombre de „infusa‟.
Vemos, entonces, que por el reflejo de las ondas
lumínicas, se puede establecer el tipo de articulación o sus
variantes. Sin embargo, debemos advertir que el trazo no es
fiel, dista mucho de acercarse a la verdad. Esto varía, cada vez
más según se use el quimógrafo, el oscilógrafo, o el
espectrógrafo.
En tanto que los modernos sintetizadores de los
“laboratorios de fonética”, representan con mayor fidelidad
las estructuras acústicas de fonemas, sonidos, hechos de
lengua y realidades dialectales. Conviene citar como
119

ejemplos: los laboratorios de fonética del CSIC de Madrid y


del Instituto Caro y Cuervo de Bogotá. El primero está
dirigido por el Dr. Antonio Quilis. El del Instituto Caro y
Cuervo, en su instalación y funcionamiento inicial, marchó
con la asesoría del mencionado profesor Quilis.

Cualidades físicas del sonido


¿De dónde viene el sonido? El sonido es movimiento.
Si algo no se mueve, no puede determinar sonidos. Este
movimiento es audible en determinadas condiciones. Desde
20 movimientos en adelante (ciclos por segundo/c.p.s.), el
oído humano puede percibir ese sonido, de lo contrario no. Lo
que no capta, quiere decir que está por debajo de los 20. Se
llama „infrasónico‟, los infrasonidos, sonidos no audibles, y
que no tienen ninguna aplicación práctica. También se da lo
„suprasónico‟, los ultrasonidos, sonidos, igualmente
inaudibles, aunque cuya importancia y aplicación son cada
día mayores. Por lo general, esos sonidos, están sobre los 20
mil cps.
En esta parte, volvemos a reforzarnos con teorías,
principios y conceptos que los desarrolla el Dr. Antonio
Quilis en su Fonética acústica de la lengua española:
La voz humana -dice el Dr. Quilis- se extiende en una
gama de frecuencias que oscila entre los 80 cps (bajos
profundos) y los 1150 cps (sopranos ligeras). Una escala
aproximada sería la siguiente:

Bajo: entre los 92 cps y los 185 cps.


Tenor: entre los 130 cps y los 260 cps.
Alto: entre los 185 cps y los 370 cps.
Soprano: entre los 260 cps y los 520 cps.

Con la edad, la sensibilidad del oído disminuye. Esta


disminución afecta, principalmente, a las frecuencias
superiores, que son las que se van perdiendo paulatinamente,
a medida que aumentan los años; por ello los ancianos son
120

poco sensibles a los sonidos agudos. A los 60 años de edad, el


límite superior de audición se extiende hasta los doce mil cps,
aproximadamente.
La percepción de la onda sonora se encuentra entre
dos límites conocidos con el nombre de umbrales, entre los
que se extiende el llamado campo de audición. Estos umbrales
son: el umbral de la audición y el umbral del dolor.
Se da el nombre de umbral de la audición la
intensidad sonora más débil capaz de suscitar una sensación.
El umbral absoluto de la audición es de unos dos mil
cps. Representa la mayor sensibilidad del oído. Este umbral
depende de la frecuencia.

Fig. 19
Umbrales y campos de audición

La curva interior de la figura 19 representa el umbral


de la audición, por debajo de ella no podemos percibir
ningún sonido.
El umbral del dolor se manifiesta cuando el sonido es
muy intenso, y ejerce sobre nuestro oído una sensación
121

desagradable, dolorosa, e incluso perjudicial, porque nos


puede ocasionar lesiones.
La curva superior de la misma figura en referencia,
representa el límite del umbral del dolor: por encima de ella
percibimos sonidos que molestan a nuestro oído.
Entre las curvas que representan los umbrales de la
audición y del dolor se encuentra lo que se llama el campo de
audición de un oído medio -el oído medio es el resultado de
los valores percibidos por un gran número de oídos-: todos
los puntos comprendidos en él, que tienen una localización
bien definida en su relación ciclos-intensidad, son
perfectamente audibles; los puntos situados sobre las curvas
representan el límite de audición; y los que se encuentran
fuera de las curvas son inaudibles.

Relaciones físicas y psicológicas del sonido

Se determinan estas circunstancias o estas


características, porque todo se compara con el hombre. Da lo
mismo decir que el hombre compara todo consigo mismo.

En la percepción de un estímulo -dice el doctor


Quilis- existen dos aspectos de naturaleza muy diferente: uno
es el físico, que se puede medir objetivamente en todos sus
componentes; otro es el psicológico, es decir, el grado de
sensación que ese estímulo produce en nosotros; este aspecto
sensorial es subjetivo y mucho más difícil de controlar.

Además, en los hechos de lenguaje hay que tener en


cuenta que la sensación del estímulo físico se canaliza a
través de las estructuras de cada lengua.

Un estímulo acústico cualquiera comprende cuatro


elementos físicos constitutivos: cantidad, intensidad,
frecuencia de armónico fundamental y estructura formántica
122

de las ondas sonoras. Estos elementos físicos se complementan


en un patrón complejo de dimensiones psicológicas:

Dimensión física Dimensión psicológica


Duración de la persistencia
Cantidad
del sonido
Intensidad Sonía o intensidad subjetiva
Tonía, tono o percepción de la
Frecuencia fundamental
altura tonal del sonido.
Estructura acústica Timbre o cualidad del sonido

La percepción de los sonidos del lenguaje es un


complejo de estas dimensiones, y el juicio lingüístico depende
de su interacción.
La percepción del sonido
En la percepción de los sonidos hay que tener en
cuenta:
a. El umbral absoluto de intensidad, que se define como la
intensidad mínima necesaria para diferenciar un sonido del
silencio.
b. El umbral diferencial de intensidad, que es el cambio más
pequeño producido en un estímulo que puede percibir un
oyente. es, por lo tanto, el mínimo aumento de intensidad
perceptible, es decir, la cantidad mínima de intensidad que es
necesario aumentar en un sonido puro para que podamos
percibir una variación en su percepción. Esta cantidad
mínima depende de la frecuencia, puesto que el oído es
sensible a las variaciones de frecuencia, y de la intensidad.
Medida de las intensidades
En acústica podemos medir las diferencias existentes
entre dos intensidades sonoras. Como unidad de medida de
esta diferencia sonora está el bel. La diferencia, n, expresada
en beles, entre dos intensidades sonoras, I1 e I2, es igual al
logaritmo decimal de la relación de las potencias vibratorias
correspondientes, W1 y W2
123

W1
n (beles) = log
W2

Como el bel es una unidad superior, muy grande,


muy grande para los efectos que se necesitan, se utiliza su
submúltiplo el decibel (db), por lo que la fórmula se puede
escribir de la siguiente manera:

W2
n (db) = log
W1

Se pueden contar los decibeles a partir de una escala


elegida arbitrariamente, según las necesidades que se tengan
en cada caso. Empero, por acuerdo internacional, el punto de
partida se ha fijado en 10-16 watios por cm2, es decir, en
algunos decibeles por debajo del umbral absoluto de
audición.
Con la finalidad de formarnos una idea de lo que son
los decibeles, cítanse algunos ejemplos, en los cuales se puede
ver, aproximadamente, a cuántos decibeles corresponden
ciertos ruidos, de alguna manera conocidos por nosotros:

No. f Referentes reales


01 130 db Umbral de la sensación dolorosa
02 120 db Tormenta
03 110 db Avión a algunos metros de distancia
04 100 db Taller de calderería
05 90 db Rugido de león a algunos metros
06 80 db
Calle con mucho movimiento
07 70 db
08 60 db Conversación corriente
09 50 db Automóvil poco ruidoso
10 40 db Calle en calma de una gran ciudad
11 30 db Habitación media
12 20 db Cuchicheo
13 10 db Ruido de hojas movidas por la brisa
124

El sonido es movimiento, en cuanto él es la causa que


lo produce. Pero la noción lingüística de sonido es
percepción. Esto se define como la identificación psíquica
cerebral de un hecho sonoro o acústico.
Lo infrasónico, por ejemplo, se da en el vampiro, en el
murciélago, mecanismo táctil y audible. Mas, la percepción
auditiva, representa un mecanismo de defensa.
Ya hemos dicho que, acústicamente, el sonido es
movimiento. El sonido implica un medio transmisor que es el
aire. Las perturbaciones del aire resultan audibles. En el caso
del habla, las perturbaciones adquieren su forma, volumen,
tono, intensidad, timbre, cantidad. Constituyendo estos
hechos los caracteres del sonido, o de las perturbaciones
impuestas por el aire, o impuesta a él por los órganos de la
fonación.
Definición y concepto de sonido
Las perturbaciones del aire son recogidas por el
pabellón del oído. Penetran en ese primer conducto que se
llama oído externo. En este primer conducto, se registran ya
vibraciones. El movimiento del aire es recogido por las
membranas timpánicas.

Fig. 20
Diagrama general de la percepción del s o n i d o
125

Este no hace sino repetir, continuar las vibraciones


que comenzaron en el pabellón de la oreja. Es una especie de
tambor. Luego viene el oído externo. Las cadenas óseas captan
las perturbaciones del aire que hizo vibrar antes la
membrana timpánica. Esta cadena de huesecillos remata en
una especie de caracol. Esto es lo que constituye el oído
interno. Dentro del caracolillo hay un líquido quieto, en
principio; pero, después, reproduce intensamente las
vibraciones que son traídas de afuera. Sigue el caracol, cuyo
líquido se agita en igual forma y va a un conjunto de nervios,
cuya red central, forma los nervios auditivos, y es ésta la que
el cerebro analiza.
En esto hay dos procesos:
a. Físico-fisiológico.
b. Un análisis de las perturbaciones desde el punto de
vista psíquico.
Por lo que acabamos de ver, el sonido es una
concepción desde el punto de vista psíquico; y otra, desde el
punto de vista acústico-fonético.
En principio dijimos que el sonido es movimiento,
pero no el sonido propiamente como movimiento que
diferencia psíquicamente un sonido de otro sonido. Este
proceso de diferenciación concierne al campo psicológico.
Sin embargo, no existe lo uno sin lo otro. Puesto el
estímulo en el cerebro, las lenguas tienen una serie de
metáforas para diferenciar las variantes sonoras: agudo,
estridente, alto, bajo, grave, débil, fuerte, intenso, distenso,
ronco, etc.
Todos ellos describen las sensaciones auditivas. Son
términos aproximativos en el lenguaje, pero no en la
sensación, porque no es posible engañar a un buen oído.
El cerebro percibe y diferencia los sonidos. Sin
embargo, hay una pequeña diferencia de orden cultural,
según la cual, un sonido que para nosotros es agradable
armónico, puede ser lo contrario par un chino, japonés, etc.
126

O, lo que es distorsionado, inarmónico, etc. para un africano,


malayo o árabe, para nosotros, puede ser lo contrario. Es
decir que, en la apreciación auditiva, siempre media una
diferenciación cultural. Esto se observa en el canto, en la
música, y en ciertos aspectos de la lengua. Sin embargo, el
oído humano tiene conciencia de sonido y de sonido
armónico o de ruido, en general de las ondas sonoras ya que
ellas son la congruencia de sonidos y ruidos.

Intensidad

El cerebro diferencia la intensidad. Ésta proviene de la


fuerza, es decir que procede de la fuerza quinética.
Si se mueve con mayor fuerza la columna de aire por
acción de los órganos de la articulación, esa mayor fuerza
significa mayor intensidad. Y, si se mueven o se pulsan los
órganos correspondientes con menor fuerza, significa que la
intensidad es menor.
Esto es reflejo de un principio acústico general, como
el caso de una cuerda de guitarra, el soplo de una trompeta,
la digitación de las teclas de un piano, etc.
El volumen es la determinación de la intensidad. En
este caso, el volumen juega un papel de primer orden en la
determinación del sonido. Sabemos, entonces, que la
intensidad proviene de la fuerza.

Determinación de la intensidad
Las moléculas de la columna de aire van y vienen,
porque el aire es elástico y este vaivén supone una presión,
una agrupación y un enrarecimiento de sus moléculas.
127

Fig. 21
Determinación de la intensidad

Una fuerza supuesta, mueve el aire de A a B. B,


representa una cúspide que en acústica es sinusoidal. Este es
un principio general cuando la onda es regular. Este
movimiento sinusoidal representa un punto máximo que
comienza en A. La distancia de A a B, es lo que se llama
amplitud. Y ocurre que a mayor amplitud, mayor intensidad
y a menor intensidad, menor amplitud.
La intensidad se mide por la amplitud de la onda. Si la
onda es más amplia, la sensación cerebral auditiva es
percibida como más intensa y si la onda es corta, la sensación
en el cerebro es percibida como menos intensa.
Hay varios aparatos para registrar la intensidad. Sin
embargo, aceptando la diferencia del trabajo pertinente en
cada caso, todos conducen a un mismo análisis.
Es decir que la intensidad de la fuerza proviene de la
longitud de la onda que escucha el oído cerebral.
128

Tono
La onda producida tiene una velocidad. Entonces, el
tono proviene de la velocidad. Si la onda es lenta,
„despaciosa‟, comunica al tiempo un movimiento muy lento, y
el cerebro, igualmente, define esa sensación como „muy
lenta‟; y, por el contrario, si la onda es rápida, veloz, el
cerebro capta un proceso contrario al caso anterior.

Fig. 22
Definición del tono

Según la gráfica, vemos que la onda produce el


mismo movimiento. Si se produce con una misma amplitud se
llama C I C L O. Cada vez que se da este movimiento de x a y
se llama un ciclo. El ciclo tiene un múltiplo acostumbrado
que es K I L O C I CL O. En el análisis del tono se considera
como unidad de medida el ciclo. Se calcula en segundos; y, en
fonética acústica se marca con c. p. s. (ciclos por segundo).
Para ilustrar con un ejemplo, diremos que de x a y, en
la fig. 22, hay 20 ciclos, esto quiere decir que se mueve
doscientas veces por segundo. Esto se llama FRECUENCIA.
Entones, el tono depende de la frecuencia. Esto es
independiente de la intensidad. Si el sonido resulta más débil,
el tono sigue igual, variará la curva, pero no la intensidad,
con la cual no tiene que ver nada, o, mejor dicho, no tiene o,
no se advierte ninguna relación.
129

Fig. 23
Frecuencia y altura musical

En este caso, el cerebro define la frecuencia como


altura musical del sonido. Si la frecuencia es mayor, el tono es
más alto, y si la frecuencia es menor, el tono resulta „más
bajo‟. De aquí se deduce algo que es importante: el tono es
eminentemente relativo.
Esto presupone una línea normal, en virtud de la cual,
el cerebro juzga el sonido como „más bajo‟ o como „más alto‟.
Alto o agudo sobre la línea, y grave o bajo, por debajo de la
línea.

ALTO AGUDO

GRAVE-BAJO

Fig. 24
130

El punto de partida se llama tono normal. Este es el


tipo de frecuencia relativo. Se diferencia de idioma a idioma,
de hablante a hablante, de edad a edad. Es un punto que no es
grave, que no es agudo, que no es alto, que no es bajo, es
decir, que se trata de un tono normal, pero relativo y sujeto a
una serie de factores. Quiere decir, que la relación es relativa.

Timbre
Significa cualidad del sonido. La concepción del
timbre, como sensación auditiva, proviene de la experiencia
pre-existente, porque el timbre, como cualidad del sonido,
tiene como causa las formas de la onda:

Fig. 25
Caracterización de timbres
131

Sin embargo, el timbre está íntimamente relacionado


con el tono. El timbre dice el tipo de sonido, la fuente que lo
produce, si es originado por un soplo, por el movimiento de
una cuerda, por un hecho de percusión, si es un instrumento
tubular, metálico, etc.
De producirse una nota “DO” media, exactamente
sería la misma en un piano, como en un violín, etc. Si es
exactamente igual, será el mismo tono y la misma intensidad,
lo que diferencia es el timbre y la experiencia.
El habitante de la sierra pronuncia con diferente
timbre que el habitante de la costa.
Entre los habitantes de la sierra, igualmente: el
capitalino, imbabureño, otavaleño, ambateño, cañarejo,
cuencano, lojano, etc. se marcan diferencias de
“pronunciación” -que están dadas por diferencias de timbre-,
definen, en última instancia, diferencias dialectales.
Redundando con los ejemplos: se precisan diferencias
entre el hablar de un habitante campesino e indígena frente
al hablar de un habitante urbano.
Los timbres son diferentes entre la voz de un hombre
frente a la de la mujer. De los niños el timbre es diferente que
la del joven, a su vez que la de los adultos y, en último
término, con la de los ancianos.
En las lenguas, en el fonetismo de los idiomas, ocurre
igual, lo que diferencia es el timbre.
En otros términos, el timbre nos permite diferenciar a
quien habla.
Diferenciamos un tipo de voz propia y personal.
Esto mismo ocurre en los instrumentos musicales.
Ello permite no confundirlos.
La voz de una persona que habla por teléfono,
aparentemente es la misma pero en ella se da una
distorsión.
Ello es mensurable.
132

Fig. 26
Perfil típico de u, voz femenina.

La fonación humana es un complejo instrumento. Es


órgano de percusión, instrumento de cuerda (laringe), de
viento, por ser el órgano más perfecto que existe. Esto explica
que en la fonación humana, pueden variar en forma infinita
los timbres y se los puede definir como un órgano sonoro que
se ajusta a la fonología de cada sistema lingüístico. En
Noruega, por ejemplo, se dan nueve timbres vocálicos
mientras que en español, sólo cinco. Hay lenguas que sólo
tienen tres, como el sánscrito: A - I - U. El inglés cuenta con
10 y 12. El francés es mucho más rico: 16 a 19.

Resumen
El tono es la altura musical del sonido que depende de
la frecuencia o del número de vibraciones que se calcula en c.
p. s.
La intensidad depende de la amplitud de la onda, que
da lo mismo decir, depende de la fuerza. Si la fuerza es
menor, menor será la intensidad; y, si la fuerza es mayor,
mayor será la intensidad.
La intensidad y el tono son aprovechados o usados
por la mayoría de las lenguas. Articulamos con mayor o
133

menor fuerza, según las necesidades de la comunicación. A


este ejercicio de la intensidad se suma el ejercicio fonético.
En la conversación familiar y espontánea el relieve
fonético e intensivo es menor. Si expresamos, narramos o
describimos, la intensidad al igual que el tono, tienden a
subir,
Tono e intensidad marcan o „van marcando‟ una serie
de relieves en el contexto sonoro, que es el principio de todas
las lenguas.
Asoman, entonces, puntos de intensidad mayor, como
puntos de tono mayor. En cuanto a intensidad hay que
deducir que a mayor intensidad, corresponde mayor tono y
viceversa. Si es menor, no se percibe tanto, y cuanto más se
eleva el tono, mayor resulta la audibilidad, y viceversa: habrá
mayor perceptibilidad. Esto nos da a entender que hay
relación directa entre lo físico y lo psíquico. Si la intención
crece, se da una sensación que los sonidos son más tensos; y
distensos, en el caso opuesto.
Se usan „lenis‟ para lo distenso y, „fortis‟ para lo tenso
o lo intenso. En tono se dice GRAVE, para los tonos bajos y,
AGUDO, para los tonos altos.
Cuando, psíquicamente, no se diferencia una
frecuencia baja de una alta, se habla de tono NEUTRO o
NORMAL, aunque todos son normales.
Manifestamos que el timbre depende de la forma de
la onda. Ésta es su componente. Aun cuando el timbre es
independiente de intensidad y tono, tiene relación con ellos.
La sensación de timbre depende de la diferencia entre
los armónico y lo inarmónico.
También el cerebro de los animales superiores tiene
un esquema de diferenciación entre lo armónico e
inarmónico, entre lo agudo y lo grave, entre lo audible y lo no
audible.
En otros términos, diferencia lo bueno (audible) de lo
malo (inaudible, no aceptable, por la sensación de dolor que
134

causa). En lo oracional, esta diferencia depende del patrón


cultural de cada persona.
Todo esto supone una definición de INTERVALO: es el
espacio comprendido entre una nota y otra en el espectro
total.
Lo que diferencia una armonía de uno u otro aparato
musical, es precisamente el timbre. El timbre se diferencia del
tono e intensidad.
La diferencia radica en la constitución formal de la
onda. A su vez, ésta depende de la composición de la onda. El
punto de partida es la nota armónica.

Variación de los sonidos


Todo sonido tiene una altura. Pero el tono se define en
las ondas armónicas. Éstas son las ondas que tienen períodos
repetitivos. Esta repetición forma ciclos. El período se define
como forma.
Si se combinan dos vibraciones de frecuencia
idéntica, resulta, siempre que la fase sea la misma, un
aumento de la amplitud y, por lo tanto, un refuerzo del
sonido.
La amplitud de la vibración es el resultado de la
superposición de las amplitudes de las vibraciones.

Resonancia
Toda vibración tiende a poner en movimiento los
cuerpos elásticos que se encuentran al paso de la onda
sonora. Si la frecuencia propia del cuerpo en cuestión es la
misma que la de la vibración, éste comienza a vibrar también.
Es el fenómeno llamado de la resonancia, una de las nociones
fundamentales de la fonética. Cualquier unidad vibrante
(diapasón, cuerdas, cavidad, etc.) que refuerce así un sonido
ya existente, se llama resonador.
135

Fig. 27
a. Curva compuesta de dos curvas sinusoidales.
b. Otra variante de curva compuesta.

Cuanto mayor es la diferencia entre la frecuencia


propia de un resonador y la vibración en cuestión, menos
importante es el efecto resonante. Si la diferencia sobrepasa
un cierto límite, el esfuerzo deja de producirse.

Fig. 28
La amplitud de la vibración A es el resultado de la superposición de
las amplitudes de las vibraciones C y B.
136

La primera frecuencia se llama tono fundamental y la


segunda se asocia a lo que se llama formante o hipertono.
Todos estos se asocian a lo que se llama tono fundamental. El
número de hipertonos es limitado. Pero los que mejor
determinan el timbre son los tres primeros.

Filtros
Es posible reforzar, mediante la resonancia, cualquier
frecuencia contenida en un sonido complejo y, por
consiguiente, modificarle al timbre. Si se refuerzan los
armónicos altos, se obtiene un sonido de timbre claro. Si es
reforzado el fundamental o los armónicos bajos, el tono
resulta grave. Un mecanismo construido para reforzar ciertas
frecuencias de un sonido complejo, debilitando las otras, se
llama en acústica un filtro.

Fig. 29
Curva de resonancia

En la abscisa, las diferentes frecuencias reforzadas


mediante un resonador; en la ordenada, las amplitudes. La amplitud
alcanza su máximo en el centro (amplitud b-d), puesto que ahí se
encuentra la frecuencia propia del resonador. La amplitud
disminuye rápidamente a derecha y a izquierda, a medida que
aumenta la diferencia entre la frecuencia propia del resonador y el
tono reforzado.
137

Mediante los movimientos de la laringe, de la lengua,


de los labios y del velo palatino, podemos modificar la forma
y el volumen de las diferentes cavidades de nuestro aparato
fonador y, en esta forma, la influencia resonadora que éstas
ejercen sobre el sonido complejo creado en la laringe.
Nuestras cavidades bucales y nasales forman juntas
un filtro acústico. Este es el principio del mecanismo de la
formación de las vocales.
El análisis acústico de un sonido complejo consiste en
determinar el número, la frecuencia y la amplitud (la
intensidad) de las vibraciones que lo constituyen. Tal análisis
puede hacerse, como sostiene Bertil Malmberg, utilizando tres
procedimientos:

1. Por medio de un análisis matemático de la curva (de


acuerdo con el teorema de Fourier, según el cual
cualquier curva compleja puede descomponerse en un
número de curvas sinusoidales);

2. Por medio de un filtro acústico o,

3. Por el oído (siempre que éste sea capaz de aislar los


tonos parciales unos de otros, lo que exige un oído
extremadamente sensible desde el punto de vista
musical).

El resultado del análisis puede presentarse bajo la


forma de un espectro que puede tener el aspecto siguiente,
con la frecuencia en las abscisas, la intensidad en la
ordenada: vocales i y a. (Véase la figura 29).

El timbre es una conciencia auditiva de una cualidad


sonora. La forma sonora de “a” es diferente a la de “i” del
ejemplo.
138

Fig. 30
Conciencia auditiva y timbre

Lo que nos permite diferenciar el vocalismo español


es la conciencia fonológica. Sin embargo, no lo hacemos con
otro idioma, o con otros idiomas, que se debe a la falta de esa
conciencia fonológica, precisamente. Por eso las dificultades,
de algún grado que se tienen, en el aprendizaje y dominio de
lenguas deferentes a la materna.
139
140

5. Descripciones articulatorias
141
142

Los sonidos no deben ser considerados como fonemas, sino como


realizaciones o manifestaciones de los fonemas cuyos rasgos diferenciales
contienen.
E. Alarcos Ll., Fonología española, pág. 42.

Tipo articulatorio
Tipo articulatorio es un término introducido por la
escuela lingüística sueca. Tipo, equivale a unidad sonora
articulatoria que se puede definir desde un punto de vista
fisiológico o acústico.
El tipo articulatorio, no precisa que sea un fonema,
puede serlo, como no puede serlo. Por lo general, el tipo
articulatorio hace referencia a un movimiento orgánico que
da como resultado un elemento que se puede entender como
sonido articulado.
Para definirlo en forma precisa, necesitamos analizar
el mecanismo de la articulación. En otros términos, requiérese
el mecanismo y conocimiento de la fonética acústica.
El ámbito articulatorio significa la impresión que
resulta de la producción de sonido y la definición de éste. En
el ámbito acústico es la impresión de tipo auditivo. En la
mayor parte de los casos, se compara lo uno con lo otro.
La comparación fonética tiene que ser minuciosa,
porque el oído, a veces, engaña. Lo que pasa con CA, CO; CU;
143

QUE; QUI; KA, KI, etc., fisiológicamente, tenemos que


determinar cuáles son los órganos y qué zonas orgánicas
intervienen en la producción de estos sonidos.

Clasificación de tipo fisiológico / articulatorio


Como el punto de vista difiere, la clasificación y
definición de este tipo también difieren. En fisiología los tipos
se definen por el mecanismo orgánico: es decir, qué órganos
intervienen en la articulación de ese sonido.
En el plano acústico se definen por el análisis de las
ondas sonoras o vibrátiles. El primero es el más sencillo, en
tanto que el segundo, resulta ser complejo. La S, por ejemplo,
se define como elemento sonoro, ápico-alveolar -esto en el
plano articulatorio-, mientras que en el acústico, se dice que
es sorda, no glótica, mordiente, etc.
El tipo de clasificación que analizamos supone la zona
y el modo de articulación.

Modo
Es el procedimiento de realización articulatoria en la
producción del sonido. Por ejemplo:
Si se acoplan los labios para producir una cerrazón,
entonces, tenemos al M-P, T-K, G. En todos esos fonemas hay
una cerrazón total, que se denomina OCLUSIÓN. Este es un
modo porque se dan diferentes tipos de oclusión. Si existe una
abertura total como - en A- E - O - I - U, no hay oclusión. Es
un movimiento libre en el paso de la columna de aire. Este es
otro modo de articulación.
Las articulaciones primeras son no prolongables, en
comparación a los segundos que sí lo son.
Las vocales son prolongables, es decir en ellas hay
prolongación. No nos extrañe que a estas denominaciones las
aplicamos adjetivos.
En relación con las oclusivas, tenemos el modo
momentáneo, y para las vocales, el modo prolongable.
144

Entre una oclusión y un vocalismo, existe un


mecanismo intermedio. A este se lo conoce con el nombre de
estrechez. Los elementos estrechos son los llamados fricativos.
Una oclusión total o cerrazón -asimismo total-, tiene que
pasar por una estrechez. Este es un punto previo hasta la
oclusión total, como ocurre con P, o K. Pero, a veces, no se
llega a la cerrazón total, sino que se queda en un plano
intermedio, a la que se le llama estrechez.
Esta estrechez puede tener abertura. O sea, los
llamados modos fricativos, que se oponen a los oclusivos, en
el sentido de la fricación, son abiertos, y los oclusivos, son
cerrados. También se opone a lo vocal, en el sentido de que
ésta, es libre, abierta, en tanto que la fricación es estrecha.
En la fricación es común el roce o frote orgánico. Esto
define mucho la lengua, y de allí sale el nombre del concepto
del modo al cual nos estamos refiriendo.
Algunos tipos articulatorios están compuestos por
oclusiones breves y fricaciones. Se los denomina A F R I C A D
O S. Por ejemplo, la F, es poco audible. Esta africada suele ser
labiodental: F Ó S F O R O. Pf. En alemán es una digrafía. En
lenguas africanas tenemos MB.

k: Oclusiva momentánea.
a: Vocal, prolongable.
f: Fricativa-prolongable.
ch: Africada-prolongable, en la parte fricativa, y en lo
oclusivo sigue siendo momentánea.

Vocales y consonantes
Si se compara la oclusión y la fricación con la
estrechez, asoma la distinción de dos modos bastante
antiguos: VOCALES Y CONSONANTES. En este campo hay
correspondencias: la emisión libre, corresponde a las vocales,
y la emisión trabada, cerrada, restringida, estrecha, a las
consonantes.
145

Unas lenguas son más consonánticas que otras, así


como hay lenguas más vocálicas que otras. Pero, por el
contrario, hay lenguas que presentar un equilibrio, al
respecto.
Una lengua que tiene un predominio vocálico
absoluto, es el japonés; así como hay un notorio predominio
vocálico en el español e italiano. Lenguas donde predomina el
consonantismo es el germano e inglés.
Por eso, la principal dificultad del angloparlante,
frente al español, es el vocalismo y el consonantismo del
inglés, para el hispano hablante.
Lenguas que presentan un equilibrio entre lo vocálico
y lo consonántico, son el rumano y el portugués.

-V +V -C +C

(Enlace vocálico y consonántico). El francés tiene un


vocalismo rico y, constantemente, preciso. Es muy
individualista. Tiene 16 y hasta 19 vocales.

Fisiología vocal y consonántica


La vocal se produce gracias a una emisión libre de la
columna de aire, aunque para que se produzca el sonido se
necesita de vibraciones laríngeas; es decir, se necesita de voz:
A, E, O, I, U. Además, puede, lograrse la emisión libre sin el
influjo de las bandas glotales de la laringe. En este caso son
cuchicheadas. La distinción con las normales se debe al
timbre. Es aquí en donde está presente la resonancia.
Cada signo lingüístico representa un tipo de
resonancia, que tiene que ver mucho con la cavidad bucal.
Ésta puede hacerse adelante, atrás, alargarse o restringirse,
arriba, abajo, etc. Este es el motivo por el que se habla de
tipos de „aes‟, „es‟, „oes, „íes‟, „úes‟.
Cada uno de estos puntos representa un tipo de
resonancia, dado por el volumen de la abertura y por la zona
en la que se emite el sonido. La a corresponde a la abertura
146

máxima; la e, representa un punto más alto, la o es


intermedia, tanto la i como la u, son las más altas que e y o.
Nasales
Es prolongable. En ocasiones pueden ser sordas, que
da lo mismo decir, sin vibraciones laríngeas, aunque ello es
raro, porque la mayoría de las veces son voceadas que,
equivale a decir que siempre tienen sonido. Hay, por un lado,
la nasal oral vocálica y la nasal consonántica:

ña – ñe, ño -, ma – me, na – ne, an – en, etc.

Como conclusión: las nasales pueden ser „násalo-


orales‟ u „óralo-nasales‟, según el predominio de uno u otro
modo de articulación.

Vibrantes
Supone el mecanismo de la vibración, con el
consiguiente mecanismo de intermitencia. Dase vibración
pura o libre e impedida.
ř, es múltiple, intermitente, vibrante. Se opone a r,
aunque ésta también sea vibrante, pero no intermitente. Su
contacto es mínimo. Entre las vibrantes y las nasales hay
características articulatorias comunes. En muchos casos se
precisa a las vocales en la condición de formar o de poder
formar núcleos silábicos, o sílabas.

Laterales
Se parecen a las vocales. Por esta razón se las llama
sonantes. Hay dos laterales la simple /l/ y la múltiple /λ/.
Además, tienen la posibilidad de formar núcleos silábicos, S-
P-T-K, son no silábicos; en cambio: M-N-L-R, son tipos
silábicos para otras lenguas. Esto nos da a entender que en
unos casos son sonantes y en otros no.
147

Punto de articulación
Representa el lugar donde los órganos coinciden o,
para formar una oclusión o, una fricación o, una africación,
etc., o un tipo equis de abertura.
Eso evidencia que puede corresponder a órganos
blandos, sonoros: velo palatino, labios, lengua, etc. O,
corresponde la flexibilidad carnosa sobre un órgano duro y
fijo, como la lengua sobre los dientes, o la lengua sobre el
paladar.

Fig. 31
Zonas bucales
El efecto acústico, o la impresión sonora, dependerá
según se trate del roce o contacto de los órganos carnosos,
flexibles o duros sobre otras zonas. Siempre se considera un
órgano activo que ejecuta el movimiento y el pasivo que sirve
de soporte, para que se produzca la abertura o la cerrazón.
El órgano activo por excelencia, es la lengua. Es
importante que en casi todos los idiomas (lenguajes), la
148

lengua, juega un papel de primer orden, con un movimiento


de vaivén, de fuera adentro y viceversa, también de izquierda
a derecha; de arriba hacia abajo, etc.
Yendo en un orden de contacto de órganos de
contacto en la articulación, de afuera adentro, tenemos las
siguientes variantes articulatorias, de acuerdo al punto o
zona.

Labiales
Esto supone unión, articulación, frote, abertura,
mediante el mecanismo de los labios. En este caso la
mandíbula inferior es el órgano activo. A la zona de lo labial
puede corresponder lo LABIODENTAL, como se da en el
proceso de articulación de fa, fe, etc.
Corresponde también la BILABIAL, el mecanismo para
producir ba, be, etc., esto en lo oral; en lo nasal, como ma,
me, mi, etc.
Es artificial la diferencia que se trate precisar entre
“V” y “B”; pues, desde el siglo XV, se perdió esta
diferenciación, por el influjo del sustrato, precisamente.
Desde entonces ya no se articuló “V”.
En lo bilabial, o labiodental, fonológicamente se dice
bilabialidad.

Dental
Representa un mecanismo de la parte apical de la
lengua sobre la cara interior de los dientes incisivos
superiores. En ta, te, etc., tenemos este tipo de articulación.
Las dentales, son, entonces, ápicodentales.
Lo dental supone lo INTERDENTAL, que representa el
mecanismo de la colocación de la lengua en su parte apical,
sobre las dos filas de los dientes. Lo interdental supone un
ejercicio de FROTE FRICATIVO del ápice de la lengua entre las
dos hilera de los dientes incisivos.
En fonología, todo el mecanismo de lo dental, se llama
dentalidad.
149

Alveolares
Fonológicamente ÁPICOALVEOLARES. Este tipo de
articulación se da en alemán e inglés. No participa sólo el
ápice sino el VELO PALATINO, en forma alargada y muy
delgada. Son ejercicios en donde interviene lo apical y
antedorsal. En el español e inglés, en este tipo de articulación,
participa, únicamente, el ápice. Es decir, en este caso, son
dentales puras (alveolares).

Palatales
Supone un contacto activo de la lengua, pero puede
hacerse en la parte interior del paladar, en la parte media, o
en la parte más dura. Sucede cuando pronunciamos ya, ye,
yo, etc., lla, lle, llo, etc., en ña, ñe, ño, etc., en CHU, es más
interna; en YU, el contacto es medio.
Hay ocasiones en que muchas consonantes palatales
hacen un contacto alveolar; y muchas consonantes alveolares,
representan también un contacto palatal.
En el primer caso tenemos las consonantes
palatoalveolares; y, en el segundo, alveopalatales. La CH,
fricativa en francés, es palatoalveolar; pero la SH y CH,
fricativas, son alveopalatales.

Retroflejas
En manuales de fonética antigua, se las llama a estas
consonantes C A C U M I N A L E S. Representan una variante
que queda entre lo palatal y lo velar o alveolar. El mecanismo
de la lengua, en estos casos, está en dirección a la parte
anterior del paladar. Se da en sueco y danés. Las vibrantes en
inglés de Norteamérica, como el caso de “R” que cierra la
sílaba.
Entre lo alveolar, retroflejo y palatal hay vínculos, y en
la evolución de las lenguas difícilmente se separan lo uno de
lo otro.
150

Velares
Representa un contacto de la lengua con el paladar o
velo palatino, como en ga, gue, je, etc. En esta variante, son
puntos articulatorios la parte reticular de la lengua y el
tabique faríngeo, en lenguas árabes, sobre todo. Aquí, la
úvula o campanilla es el órgano activo, que opera sobre la
base de la lengua.
Glotales o laríngeas
Es la articulación que se produce en la zona de la
laringe. El término alterna con el de glotal. A veces se usa
como sinónimo de velar o uvular.
Se designan con este término ciertos fonemas de
identidad fonológica poco conocida, cuya existencia
prehistórica se postula partiendo:
1. De modificaciones que habrían hecho experimentar, al
desaparecer, a sus vecinos en la cadena, y
2. De unidades distintivas atestiguadas en las lenguas
anatolias. El término laringales es puramente tradicional y no
implica que se conciben los fonemas así llamados como
necesariamente resultantes de la actividad articulatoria de la
laringe: No está, por otra parte, excluido que ciertas
laringales o laríngeas hayan sido, en el sentido propio del
término.
En los escritos en lengua inglesa se tiende a reservar
la forma „laryngal‟ para designar fonemas postulados por el
indoeuropeo, y a utilizar la forma laryngal con referencia a
un tipo articulatorio definido, En francés, para evitar toda
ambigüedad, convendría poner „laryngale‟ entre comillas
cuando se emplea la palabra en el sentido de laringales.
Articulatoriamente, lo laryngal consiste en una
cerrazón de la glotis, seguida de un relajamiento; produce un
sonido sordo, fuerte, no aspirado. Aparece en la vocal inicial
acentuada alemana, alguna vez en inglés, entre vocales;
(extra-ordinary); en danés, donde la oclusión glotal es
distintiva, etc.
151

Producción de las vocales


Generalidades
Las vocales son fonemas sonoros y abiertos -dice Gili
Gaya- que se distinguen entre sí por su timbre característico.
El aire vibrante que sale por la glotis encuentra en la faringe,
las fosas nasales y la boca una caja de resonancia de
dimensiones y forma variable para cada vocal.
Los órganos de la articulación pueden acercarse y
producir una estrechez mayor o menor en dicha caja de
resonancia, pero siempre la cavidad bucal se halla lo bastante
abierta para que la corriente de aire pase por ella sin
obstáculo. Por esto, más que de puntos de articulación
precisos, tratándose de las vocales hay que hablar de zonas o
regiones de articulación. El carácter de sonido abierto es el
que más distingue a las vocales de las consonantes.

Clasificación acústica de las vocales


Partiendo de los resultados obtenidos por la
electroacústica moderna, es posible clasificar las vocales en
tipos acústicos. Estos tipos son los mismos, grosso modo, en
todas las lenguas del mundo, pero cada lengua no utiliza sino
un número restringido de todas las posibilidades vocálicas de
nuestro aparato fonatorio.
Según que los dos formantes principales se
encuentren en el medio del espectro, como en el caso de “a”,
fig. 30, o en los dos extremos, netamente separados el uno del
otro, como el caso de i, fig. 30, es posible hablar de un tipo
compacto y de un tipo difuso.
Si se pronuncian en serie las vocales i, e, a, los dos
formantes se acercan sucesivamente (el formante alto
desciende, y el formante bajo se eleva). Si, por el contrario,
pronunciamos la serie i, u, el formante alto cae de 2500 a
800 (para i y u). La vocal i tiene un timbre claro o
agudo, mientras que u tiene un timbre oscuro o grave (con
los dos formantes en el dominio bajo del registro).
152

Tipo compacto (a) ocupa, desde este punto de vista,


un lugar intermedio (neutro). Todos los sistemas vocálicos del
mundo están construidos sobre una doble oposición entre
agudo y grave (i-u), por un lado, y difuso y compacto (i-a),
(u-a), por el otro, que podemos simbolizar con el triángulo
siguiente:

Fig. 32
Triángulo vocálico de Hellwag
La situación aproximativa en la boca, sería la
siguiente:

Fig. 33
Distribución orgánica en la producción de las vocales
153

Existen lenguas que realizan sus procesos


articulatorios con estas tres oposiciones vocálicas y no
conocen, en consecuencia, más que tres vocales.
Es el caso del quichua, por ejemplo, que se habla en
las regiones del Ecuador: quichua de la sierra y quichua del
oriente. De manera especial la lengua vernácula utilizada en
las comunidades de Saraguro y Otavalo en la Sierra
ecuatoriana.
No ocurre esto con la lengua vernácula de Bolivia y
Perú, de manera especial, sin desconocer los rasgos de la
misma lengua en Colombia, Chile y Argentina, países en los
cuales hay y sí hubo una práctica lingüística, en donde, por la
diferencia fonológica del vocalismo, se prefiere el término
quechua.
La mayor parte de las lenguas ha ampliado este
sistema agregando grados intermedios (como las vocales
intermedias del español e y o) o series paralelas (como el
francés, que tiene dos series diferenciadas de vocales agudas -
de diferente timbre agudo- i -é è y ü-óe-òe).
Teniendo en cuenta el lugar de los dos formantes en
la escala musical, es posible agrupar las vocales en una figura
geométrica (triángulo, cuadrado, etc., según los casos) que,
para el francés, tiene el aspecto que lo vemos en la figura 34.
Muchas lenguas no conocen más que solo una serie
de vocales agudas (por ejemplo el italiano, el español, el
inglés, en donde el tipo ü -oe falta). Mientras que el español
utiliza tres grados en la serie vertical y el francés cuatro.
Hay otras lenguas que los conocen en mayor o menor
número. Algunos poseen también series intermedias entre
agudo y grave (vocales „mixtas‟, por ejemplo el inglés y el
sueco). Otras, por último, tienen también dos series de
vocales graves. Hay pocas lenguas que como el francés,
conocen una serie particular de vocales nasales,
caracterizadas por un formante especial y por cierta
modificación de los otros formantes en relación con la vocal
oral correspondiente.
154

Fig. 34
Esquema vocálico del francés (vocales orales); en la
ordenada, el formante bajo; en la abscisa el formante alto. El
esquema del español coincide en lo esencial con el francés.

Versatilidad del timbre vocálico


Se debe, precisamente, a la elasticidad de los órganos
que lo producen. La variedad de timbre se debe a que las
dimensiones de los órganos en cada persona son diferentes.
155

El vocalismo se clasifica por la imagen que refleja


cada sonido periódico, armónico y repetitivo en el espectro.
Cuando los hipertonos se separan mucho del tono
fundamental, el sonido musical se clasifica como difuso.
Entonces, el extremo difuso de cada lengua, en el tono
se define como “i”, sea el tipo que sea.
Por el contrario, si los hipertonos se aproximan, el
sonido asoma como compacto. Este corresponde a la familia
de las “aes”. Cuando hay predominio de lo agudo, el extremo
es (i), en tanto que si hay predominio de lo grave, el extremo
es (u):

Timbre agudo: Timbre grave:

Timbre compacto: Timbre compacto:

Timbre difuso: Timbre difuso

En esta definición y caracterización de los timbres se


dan puntos intermedios. Sin embargo, este es el principio de
producción vocálica. Su disposición aproximada, con
respecto a la fisiología vocal, es el conocido con el nombre de
triángulo vocálico de Hellwag.
Si trasladamos al plano fisiológico el resultado será el
triángulo fisiológico básico dónde:
i: vocal palatal, aguda, extremo, cerrado.
a: media y más abierta
u: posterior o velar, más interna posible, como más cerrada.

Las unidades vocálicas de cualquier lengua, se


definen, más o menos, de acuerdo a este principio.
156

Vocales cardinales

Usando el A. F. I., tenemos:

No. Vocal Caracterización


01 i difusa, aguda
02 e cerrada

03 ε abierta
04 a compacta
05 u difusa, grave
06 o cerrada
07 ɔ abierta
08 α posterior, velar, compacta, grave

Las vocales cardinales señalan un equilibrio armónico


y musical. En la serie anterior o posterior palatal, el orificio
acústico se da como prolongación de los labios hacia las
comisuras.

Fonológicamente estas vocales son deslabializadas.


Acústicamente son simples. En la serie posterior, velar, los
labios, sufren redondeamientos.

El carácter acústico de la serie anterior es ser S I M P


L E. De la posterior es ser COMPLEJO o C O M P U E S T O.
Fisiológicamente, las anteriores son deslabializadas. Las
posteriores son labializadas.
157

Esquemas vocálicos
Clasificación acústica de las vocales

Fig. 35
Nota: i = sonido audible.
u = sonido menos audible.
Las vocales cardinales españolas / AFI

Fig. 36
Las vocales cardinales españolas, según la versión del AFI, Alfabeto
Fonético Internacional.
158

Fig. 37
Nuevo esquema de las vocales cardinales
159

Clasificación fisiológica de las vocales

Fig. 38
Nota: Por la acción del velo palatino: oral.
Por la acción de los labios: labializada o deslabializada.

Acústica de las consonantes


Contrariamente a los tonos -que son vibraciones
periódicas-, los ruidos consisten en vibraciones no periódicas.
De la misma manera que los tonos, los ruidos pueden ser
analizados en un cierto número de curvas sinusoidales.
Pero mientras que en los tonos los parciales
superiores son, por definición, múltiplos enteros de un
fundamental (la frecuencia más baja), no hay ninguna
relación semejante entre los parciales del ruido; de ahí la
impresión desagradable que produce sobre el oído humano.
El carácter acústico del ruido está determinado, como el del
160

tono, por el número, la frecuencia y la intensidad de los


parciales que lo componen.
Un ruido con predominio de frecuencias altas tiene
carácter agudo, mientras que el predominio de frecuencias
bajas le da un carácter grave. Los ruidos utilizados en el
lenguaje humano son producidos por diferentes
modificaciones de la corriente de aire proveniente de los
pulmones, la que es estrechada para producir fricción, o bien
es detenida momentáneamente con abertura brusca
subsiguiente.
Se sabe que si se excita con un golpe de aire -en
nuestro caso la corriente de aire pulmonar- el aire contenido
en una cavidad, ésta emite un sonido, por un fenómeno físico
llamado relancement in tempo -presión, excitación en un
momento determinado-.
Este es el fenómeno que se produce cuando se
pronuncian las consonantes llamadas fricativas (s, f, y, etc.),
cuyo timbre se debe a la forma y al volumen de la cavidad
que contiene el aire así excitado. Cuando más pequeña sea
ésta (corta, estrecha), mayor será el predominio de las
frecuencias altas y más agudo el sonido emitido.
El ruido característico de la consonante s, por
ejemplo, contiene las frecuencias más altas (hasta 8-9000
p/s).
Todavía se está mal informado sobre la estructura
acústica de algunas consonantes, pero lo que ya sabemos nos
permite, sin embargo, agrupar las consonantes en -al menos,
sumariamente- tipos acústicos comparables a los distinguidos
entre las vocales.
De esta manera, se evidencia que el ruido propio de la
t se opone al de la p por su carácter más agudo. La t (d) se
opone a p(b) como i a u, la consonante k es intermedia
(neutra) en lo que concierne a esta oposición, que
acústicamente es una oposición entre un espectro con
predominio de frecuencias altas y de un espectro con
predominio de frecuencias bajas. De la misma manera, t(d) y
161

p(b) se oponen a k(g) como i y el de u, mientras que el


espectro de k(g) es compacto. Se pueden simbolizar estos
hechos con el triángulo siguiente:

Fig. 39
Triángulo consonántico

Descripción de los fonemas de español

a. Fonemas vocálicos
/i/: Articulatoriamente: alto, anterior.

Acústicamente: vocálico, no consonántico, difuso, agudo.

Ortográficamente, se transcribe por las grafías i o y.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [ĩ]: alto, anterior, nasal. Se produce como tal cuando /i/ se


encuentra entre una pausa y una consonante nasal o entre
dos consonantes nasales: /iNst Nte/ /[ĩnst ņte] instante,
/mímo/ [mĩmo] mimo.
162

Notas:

Por pausa hay que entender el silencio, la ausencia de


la voz que precede al principio de una expresión oral.
Es lo que la ortografía española señala por medio del
punto, punto y coma, dos puntos, y coma, aunque
hay pausas que no indica la ortografía. No hay que
confundir la pausa con el espacio ortográfico que
existe entre dos palabras escritas.

Aunque, a veces, en los ejemplos que transcribimos


demos signos nuevos, además del que estudiamos,
aconsejamos que no se tengan en cuenta en ese
momento: poco a poco se conocerán e irán
aprendiendo.

b. [i]: alto, anterior, oral. En el resto de los contornos; es


decir, donde no aparece [ĩ]: /pípa/ [pípa] pipa, /ipo/ [ípo]
hipo, /koséR/ Kosér i kãNtáR/ [kosér i k ņtár] coser y cantar.

/e/: Articulatoriamente: medio, anterior.


Acústicamente: vocálico, no consonántico, denso, agudo.

Ortográficamente, se transcribe por la grafía e.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [ẽ]: medio, anterior, nasal. Se produce como tal cuando /e/


se encuentra entre una pausa y una consonante nasal o entre
dos consonantes nasales. /ẽNtre/ /[ẽņtre] ¡entre!,
/néne/[nẽnẽ] nene.

b. [e]: medio, anterior, oral. En el resto de los casos: /éste/


[éste] este; /pépa/ [pépa] pepa.
163

/a/: Articulatoriamente: bajo, central.

Acústicamente: vocálico, no consonántico, denso.

Ortográficamente, se transcribe por la grafía a.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [ã]: bajo, central, nasal. Aparece cuando /a/ se encuentra


entre una pausa y una consonante nasal o entre dos
consonantes nasales. /áNbos/ [ãmbos], ambos, /máno/
[mãno] mano.

b. [a]: bajo, central, oral. En el resto de los casos: /amérika/


[ameika] América, /pápa/ [pápa] papa.

/O/: Articulatoriamente: medio, posterior.

Acústicamente: vocálico, no consonántico, denso, grave.

Ortográficamente, se representa por la grafía o.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a.[Õ]: medio, posterior, nasal. Se realiza así cuando /o/ se


encuentra entre una pausa y una consonante nasal o entre
dos consonantes nasales: /õNbre/ [õmbre] hombre, /móno/
[mõno] mono.

b. [O]: medio, posterior, oral. En el resto de los casos: /óso/


[óso] oso, /pópa/ [pópa] popa.

/u/: Articulatoriamente: alto, posterior.

Acústicamente: vocálico, no consonántico, difuso, grave.

Ortográficamente, se representa por la grafía u.


164

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [ũ]: alto, posterior, nasal. Aparece cuando /u/ se encuentra


entre una pausa y una consonante nasal o entre dos
consonantes nasales: /úN sóto/ [ũn sóto] un soto, /múNdo/
[mũņdo] mundo.

b. [u]: alto, posterior, oral. En el resto de contornos: /usáR/


[usár] usar, /púpa/ [púpa] pupa.

Resumiendo:
Los fonemas vocálicos españoles tienen dos alófonos en
distribución complementaria: uno nasal, que se produce
cuando la vocal se encuentra:

a. Entre pausa y consonante nasal;

b. Entre dos consonantes nasales; otro oral, que aparece en el


resto de los casos:

Pausa más
consonante + vocal + cons. nasal > Vocal nasal
nasal

en el resto de los contornos > [vocal oral]

Observación

Si se quiere aplicar un binarismo más estricto a la


clasificación acústica de las vocales y de algunas consonantes,
por ejemplo, las nasales, se puede hacer del modo siguiente:
165

a. En cuanto densidad / difusión:

Vocales densas: /a/

vocales difusas: /i/, /u/


vocales no densas:
vocales no difusas: /e/, /o/

b. En cuanto a gravedad / agudeza:

Vocales graves: /o, u/


vocales agudas: /i/, /e/
vocales no graves:
vocales no agudas: /a/
Nasal grave: /m/
nasal aguda: /ɲ/
nasales no graves:
nasal no aguda: /n/

Observaciones
Normalmente, todas las vocales son sonoras, por lo que el
rasgo de sonoridad no se incluye en su definición.

Cuando los fonemas vocálicos /i, u/ no funcionan como


núcleo silábico en un diptongo o en un triptongo, lo
hacen como margen silábico, prenuclear o postnuclear.
Para indicarlo, sólo desde el punto de vista fonético, se
transcriben como [j, i, w, u] y reciben tradicionalmente la
denominación de semiconsonante ([j, w], margen
prenuclear) o de semivocal ([ṷ, ḭ], margen postnuclear).
166

b. Fonemas consonánticos

/p/: Articulatoriamente: oclusivo, bilabial, sordo.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, grave, oral,


interrupto, sordo, mate.
Ortográficamente, se representa por p.

En posición prenuclear tiene un solo alófono: [p]. En


posición postnuclear, se neutraliza, como veremos más
adelante: /pópa/ [pópa] popa.

/b/: Articulatoriamente: bilabial, sonoro.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, grave, oral,


sonoro.
Ortográficamente, se representa por b o v.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [b]: oclusivo, bilabial sonoro. Se produce como tal, cuando


/b/ va precedido de pausa o de consonante nasal: /bóNba/
[bómba] bomba. /úN báso/ [ũm báso] un vaso.

b. AFI: [ ]; RFE: [ƀ]: fricativo, bilabial, sonoro. En el resto de


los contornos; es decir, donde no aparece [b]:

AFI RFE
/la bóba/ [la ó a] [laƀóƀa] la boba
/el báso/ [el áso] [elƀáso] el vaso
/kúRba/ [kúr a] [kúrƀa] curva
En posición postnuclear, se neutraliza.

/t/: Articulatoriamente: oclusivo, dental, sordo.


167

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, agudo,


oral, interrupto, sordo, mate.
Ortográficamente, se representa por t.

En posición prenuclear, tiene un solo alófono:

[t]. En posición postnuclear, se neutraliza. /té/ [té] té, /lóte/


[lóte] lote.

/d/: Articulatoriamente: dental, sonoro.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, agudo,


oral, sonoro.
Ortográficamente, se representa por d.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [d]: oclusivo, dental sonoro. Se produce este alófono


cuando /d/ se encuentra precedido de pausa, consonante
nasal o /l/: /eldw Nde/ [e dw ņde] el duende, /tóldo/
[tó do] toldo.

b. AFI: [ð]; RFE: [đ]: fricativo, dental, sonoro. En el resto de los


contornos.

AFI RFE

/ése dédo/ [ése ðeðo] [ese đeđo] ese dedo


/tódo/ [tóðo] [tóđo] todo
/todabía/ [toða ía] [tođaƀía] todavía

En posición postnuclear, se neutraliza.


/k/: Articulatoriamente: oclusivo, velar, sordo.
Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, grave, oral,
interrupto, sordo, mate.
168

Ortográficamente, se representa por c + a, o, u; por qu + e, i,


o por k + vocal.
En posición prenuclear, tiene un solo alófono: [k]. En
posición postnuclear, se neutraliza. /kása/ [kása] casa, /kíso/
[kíso] quiso, /kílo/ [kílo] kilo, /késo/ [késo] queso.

/g/: Articulatoriamente: velar, oclusivo sonoro.


Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, grave, oral,
sonoro.
Ortográficamente, se representa por g + a, o, u, o por gu + e,
i.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. [g]: oclusivo, velar, sonoro. Se produce cuando /g/ va


precedido de pausa o de consonante nasal: /béNga/ [béŋga]
venga, /gáNga/ [gáŋga/ ganga, /lúeNgo/ [lwéŋgo] luengo,
/úNgíso/ [ǔŋgíso] un guiso.

b. AFI: [ ]; RFE: [ǥ]: fricativo, velar, sonoro. En el resto de los


contornos.

AFI RFE
/béga/ [bé a] [béǥa] vega
/luégo/ [lwé o] [lwéǥo] luego
/el gól/ [el ól] [el ǥól] el gol
/la géřa/ [la éřa] [la ǥéřa] la guerra
169

Realización de los fonemas oclusivos en posición silábica


implosiva
El español muestra una clara tendencia hacia las
sílabas abiertas, es decir, sílabas formadas por consonante +
vocal (CV), del tipo ca-sa, pa-pá.
En virtud de esta tendencia, todas las realizaciones de
los fonemas que se encuentran en posición implosiva, es
decir, después del núcleo silábico, tienden a modificarse o a
perderse
CVC → CVC‟ o CV: [ákto] → [á to, áθto] o [áhto] [áto] < acto.
Normativamente, pueden darse las siguientes
realizaciones:

1. La conservación tanto de las sordas como de las sonoras:


[ákto] acto, [ábsiðe] o [ábsiđe] ábside, etc.

2. Las sonoras pueden realizarse como fricativas con mayor o


menor tensión, según la energía empleada en su articulación,
como, por ejemplo, [á siðe] o [áƀsiđe] ábside, [aðskríto]
[ađskríto] adscrito, [i noráņte] o [iǥnoráņte] ignorante, etc.

3. Las oclusivas sordas pierden algo de su tensión


articulatoria, e incluso llegan a sonorizarse y a convertiste en
fricativas. Son los casos de: [á to] [áƀto] [áfto]< apto, [aðlas]
atlas, [a tór] o [aǥtór] actor, etc.

Si en posición silábica implosiva no tienen una


función distintiva es porque se neutralizan. Los archifonemas
resultantes de esa neutralización son:
/B/: archifonema de -p / -b
/D/: archifonema de -t / -d
/G/: archifonema de -k / -g
170

Como rasgo común de los fonemas neutralizados,


estos archifonemas poseen el de labialidad, /B/; dentalidad,
/D/; velaridad, /G/.
Veamos unos ejemplos:

Nivel Nivel fonético Nivel


ortográfico AFI ARFE fonológico
Apto [ápto] o [á to] [ápto] o [áƀto] /áBto//áfto/

[ábsiðe] o
Ábside [ábsiðe] o [áƀsiđe] /áBside/
[á siðe]
[atmósfera] o [atmósfera] o /aDmósfera/
Atmósfera
[aðmósfera] [ađmósfera]
[adskríto] o
Adscrito [adskríto] o [ađskríto] /aDskríto/
[aðskríto]
Acto [ákto] o [á to] [ákto] o [áǥto] /áGto/

[ignoráņte] o [ignoráņte] o /iGnoráNte/


Ignorante
[i noráņte] [iǥnoráņte]

/f/: Articulatoriamente: fricativo, labiodental, sordo


Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso,
grave, oral, continuo, sordo, mate.
Ortográficamente, se representa por f.

Tiene un sólo alófono: [f]: /kafé/ [kafé] café, /fóto/


[fóto] foto.

/θ/: Articulatoriamente: fricativo, interdental, sordo.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso,


agudo, oral, continuo, sordo, mate.
Ortográficamente, se representa por c + e, i, o por z + a, o, u,
i, e.
171

Tiene un alófono: [θ]: /θíne/ [θíne] cine, /θóna/ [θóna]


zona, /θúmo/ [θúmo] zumo, /lúθ/ [lúθ] luz.

Como toda consonante sorda, se puede sonorizar:


[áθlo] hazlo.

Esta es la realidad de España, a excepción de


Andalucía, porque allí y en el contexto hispanoamericano -en
nuestra realidad-, la /θ/ se neutraliza.

/s/: Articulatoriamente: fricativo, alveolar, sordo.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, agudo, oral,


continuo, sordo, estridente.
Ortográficamente, se representa por s.
Tiene un alófono: [š]: /kásas/ [kásaš] casas, /mísmo/
[míšmo] mismo, /ísla/ [íšla] isla.
Como toda consonante sorda, /s/ se puede sonorizar:
[íšla] isla.

AFI: /ǰ/; RFE: /y/: Articulatoriamente: fricativo, palatal


sonoro.
Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, agudo, oral,
sonoro.
Ortográficamente, se representa por y o por hi más vocal.

Tiene dos alófonos en distribución complementaria:

a. AFI [ʤ]; RFE [ŷ]: africado, palatal, sonoro. Se produce


como tal, cuando se encuentra después de pausa, de
consonante nasal [n, m], o de [l]:
172

AFI ARFE
/ǰó/ [ʤó] /yó/ [ŷó] yo
/úN ǰéřo/ [ûņ ʤéřo] /úN yéřo/ [ûņ ŷéřo] un yerro
/el ǰéso/ [eļʤéso] /el yéso/ [eļ ŷéso] el yeso

b. AFI: [ǰ]; RFE: [y]: fricativo, palatal, sonoro.

Aparece en el resto de los contornos:

AFI ARFE
/ése ǰéřo/ [ése ǰéřo] /ése yéřo/ [ése yéřo] ese yerro
/ése ǰéso/ [ése ǰéso] /ése yéso/ [ése yéso] ese yeso

/x/: Articulatoriamente: fricativo, velar, sordo.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, grave, oral,


continuo, sordo, mate.
Ortográficamente, se representa por j + a, e, i, o, u, o por g +
e, i.

Tiene un alófono: [x]: /xéNte/ [xéņte] gente, /xiráfa/


[xiráfa] jirafa.

AFI: /ʧ/; RFE /ĉ/. Articulatoriamente: africado, palatal,


sordo.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso,


agudo, oral, interrupto, sordo, estridente.
Ortográficamente, se representa por ch.
173

Tiene un alófono:

AFI RFE
/muʧáʧo/ [muʧáʧo] /muĉáĉo/ [muĉáĉo] muchacho
/ʧíko/ [ʧíko] /ĉíko/ [ĉíko] chico

/m/: Articulatoriamente: nasal, bilabial, sonoro.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, grave,


nasal, continuo.
Ortográficamente, se representa por m.

Tiene un solo alófono: [m], que se produce como tal


en posición silábica prenuclear: /mamá/ [mãmã] mamá.

/n/: Articulatoriamente: nasal, alveolar, sonoro.

Acústicamente: no vocálico, consonántico, difuso, agudo,


nasal, continuo.
Ortográficamente, se representa por n.
Se realiza como [n] en posición silábica prenuclear: /nẽnẽ/
[nẽnẽ] nene.

AFI: /ɲ/; RFE: /ň/: Articulatoriamente: nasal, palatal, sonoro.


Acústicamente: no vocálico, consonántico, denso, agudo,
nasal, continuo.
Ortográficamente, se representa por ñ.

Tiene un solo alófono: AFI: [ɲ]; RFE: [ň] que aparece


únicamente en posición silábica prenuclear:
AFI RFE
/ɲóɲo/ [ɲôɲo] /nóno/ [nôno] ñoño
/maɲána/ [mãɲãna] /manána/ [mãnãna] mañana
174

Neutralización de los fonemas nasales en posición


silábica implosiva o postnuclear

Los fonemas nasales funcionan como tales


únicamente cuando se encuentran en posición silábica
prenuclear, explosiva: cama - cana - caña, mama - mana -
maña, etc.
Cuando se encuentran en posición silábica implosiva
pierden sus caracteres distintivos. En esta situación, los
fonemas nasales no se oponen, se neutralizan, siendo el
resultado de esa neutralización el archifonema /N/.

Al no funcionar distintivamente en posición


postnuclear, lo que importa es que quede una huella de esa
consonante en forma de resonancia nasal.

De ahí el número elevado de asimilaciones que se


producen al lugar de articulación de la consonante siguiente.
Estas son:

a. Nasal linguoalveolar sonora: [n]. Cuando la nasal


postnuclear va seguida de vocal o de consonante alveolar:
/úN lóko/ [ n lóko] un loco, /úN éxe/ [ n éxe] un eje,
/óNřa/ /óNRa/ [ nřa/ honra.

b. Nasal bilabial sonora: /m/. Cuando la nasal postnuclear va


seguida de una consonante bilabial /b/, /p/ o /m/: /úN
báso/ [ m báso] un vaso, /eN pié/ [êm pjé] en pie, /úN
máso/ [ m máso] = [ maso] un mazo.

c. Nasal labiodental sonora: AFI: [ɱ]; RFE: [m]. Cuando la


consonante nasal está situada ante [f]:
175

AFI ARFE
/iNfáme/ [ĩɱfáme] /iNfáme/ [imfáme] infame
/koNfúso/ [koɱfúso] /kõNfúso/ [kõɱfúso] confuso

d. Nasal interdental sonora: [n]. Se produce cuando al fonema


nasal le sigue [θ]: /óNθe/ [õnθe] once, /láNθa/ [lánθa]
lanza, /úN θapáto/ [ún θapáto] un zapato. No existe en las
zonas de seseo. En nuestra Hispanoamérica no existe.

e. Nasal dental sonora:[ņ]. Se realiza de este modo cuando la


nasal precede a [t] o [d]: /dóNde/ [dóņde] dónde, /kuáNto/
[kwáņto] cuánto, /úN diéNte/ [ ņ djéņte] un diente.

f. Nasal palatizada sonora: [Ŋ]. Cuando la consonante es


seguida por una consonante palatal, queda ligeramente
palatalizada, sin que
se llegue nunca a un grado de palatalización como el de ñ.

AFI ARFE
/úN ʧíko/ [ǔn ʧíko] /úN ĉíko/ [ǔn ĉíko] un chico
/koNĵuxe/ [kónʤuxe] /kóNyuxe/ [kónŷuxe] cónyuge

El alfabeto de la RFE no proporciona ningún símbolo


para representar la nasal palatalizada. En este caso, para
subsanar esta laguna, utilizamos el mismo del AFI.
ŋ. Nasal velar sonora: [ŋ]. Se produce siempre que una
consonante nasal preceda a una consonante velar: /máNko/
176

[mãŋko] manco, /eNgranáxe/ [ēŋgranáxe] engranaje, /úN


kuéNto/ [ũŋ kwēņto] un cuento.

h. /r/: Articulatoriamente: vibrante, simple, ápicoalveolar,


sonoro.
Acústicamente: vocálico, consonántico, interrupto, simple.
Ortográficamente, se representa por r en posición
intervocálica o postnuclear.

Normalmente, tiene un solo alófono: [r]. Aparece en


posición intervocálica prenuclear, como en /pára/ [pára]
para o en posición postnuclear /páRte/ [párte] parte.

En este último contorno, a veces, se realiza como


fricativa. Nosotros la consideramos como vibrante simple:
/korál/ [korál] coral, /káro/ [káro] caro, /káRlos/ [kárlos]
Carlos.

i. /ř/: Articulatoriamente: vibrante, múltiple, ápicoalveolar,


sonoro.

Acústicamente: vocálico, consonántico, interrupto, múltiple.

Ortográficamente, se representa por rr en posición


intervocálica o por r en posición inicial de palabra o en
interior precedida de l, n o s.

Normalmente, tiene un solo alófono: [ř]. Se produce


como tal en posición intervocálica prenuclear, como en
/pářa/ [pářa] parra, en posición inicial de palabra /řáma/
[řáma] rama y en interior de palabra precedido de [s], [n] o
[l]: /óNřa/ [Õnřa] honra, /alřededóR/ [alřeđeðór] alrededor,
[iřaél] Israel (en esta última secuencia, [s] siempre desaparece
en el habla).
177

Neutralización de los fonemas vibrantes en posición


silábica postnuclear
Los fonemas vibrantes /r/, / / y / / (este último
como un signo para representar la tendencia hacia la
asibilación), funcionan plenamente en posición prenuclear
interior de palabra: coro – corro – cero – cerro – carera –
carrera, moro – morro, etcétera.
Cuando un sonido vibrante se encuentra en posición
implosiva, se realiza como una vibrante alofónica de
cualesquiera de las dos vibrantes, ya que según un mayor o
menor énfasis puede resultar simple, múltiple o fricativa:
[pwérta], [pwé ta], [pwé ta] puerta. En esta posición final
las consonantes vibrantes quedan neutralizadas, resultando
un archifonema vibrante: /R/: /puéRta/.

Ejemplos:

Nivel ortográfico Nivel fonológico Nivel fonético


rama /řáma/ [ř ma]
perro /péřo/ [péřo]
pero /péro/ [péro]
Enrique /eNříke/ [ēnříke]
perla /péRla/ [péřla] o [pérla]
cortar [kortár] o [kořtář]
/koRtáR/
el río /el řío/ [el řío]

j. /l/: Articulatoriamente: lateral, alveolar, sonoro.

Acústicamente: vocálico, consonántico, difuso, continuo.


178

Ortográficamente, se representa por l.

Este fonema tiene los siguientes alófonos en


distribución complementaria:

a. [ ]: lateral, dental, sonoro. Se realiza como tal, cuando


precede a [t] o [d]. Por asimilación, se convierte en dental: /el
tóldo/ [e tó do] el toldo.

b. [l]: lateral, interdental, sonoro. Se produce este alófono


cuando [l] va seguido de /θ/: /dúlθe/ [dúlθe] dulce, /el
θíne/ [el θíne] el cine. Como es lógico, no existe en las zonas
de seseo.

c. [ ]: lateral, palatizado, sonoro.


Aparece este alófono palatizado, diferente de la
realización palatal /λ/, cuando el fonema /l/ en posición
silábica postnuclear precede a un fonema palatal:

AFI RFE
/el ʧíko/ [eï ʧíko] /el ĉíko/ [el ĉíko] el chico
/el ǰélo/ [eï ʤélo] /el yélo/ [el ŷélo] el hielo

Como en el caso de /n/ aplicamos en la transcripción


de la RFE el símbolo que para el alófono palatalizado de / /
utiliza el AFI.

d. [l]: lateral, alveolar, sonoro. En el resto de los contornos:


/el ála/ [el ála] el ala, /el řámo/ [el řámo] el ramo, /el siéte/
[el sjéte] el siete.
AFI: /λ/; RFE: /l/: Articulatoriamente: lateral, palatal, sonoro.
Acústicamente: vocálico, consonántico, denso, continuo.
179

Ortográficamente, se representa por ll.

Tiene un solo alófono que se produce siempre en


posición silábica prenuclear:

AFI ARFE
/káλe/ [káλe] /kále/ [kále] calle
/λáNto/[λáņto] /láNto/ [láņto] llanto
180

6. Los prosodemas
181
182

Entre segmentos y suprasegmentos también existe una diferencia


de grado, que hace que consideremos los suprasegmentos como unidades
distintas e independientes de los fonemas.
Antonio Quilis: Tratado de fonología y fonética españolas, p.386.

El doctor Antonio Quilis, maestro de las ciencias de la


fonética y fonología, nos ha dado las pautas en todos los
órdenes de estas complejas disciplinas, y nos ha permitido
penetrar más aún en los recovecos de la estructura de la
lengua y del habla, e ir entendiendo la realidad fonético-
fonológica del lenguaje.
Sostiene él que, en el nivel de la expresión se establece la
dicotomía entre los fonemas (o segmentos) y los otros
elementos, como el acento, la entonación, el tono, etc., que
reciben la denominación de prosodemas o suprasegmentos.
Los suprasegmentos del español son dos: el acento y la
entonación.
El acento
El acento es un rasgo prosódico que permite poner de
relieve una unidad lingüística superior al fonema (sílaba,
morfema, palabra, sintagma, frase; o un fonema, cuando
funciona como unidad de nivel superior) para diferenciarla
de otras unidades lingüísticas del mismo nivel. Por tanto, el
acento se manifiesta como un contraste entre unidades
acentuadas e inacentuadas.
183

El acento desempeña diversas funciones:

a. La función contrastiva, que se ejerce en el eje


sintagmático, es decir, entre las secuencias de unidades, al
poner de relieve las sílabas acentuadas frente a las no
acentuadas. Esta función se da tanto en las lenguas de acento
fijo (como el francés, el turco, el finés, el checo, el polaco,
etc.), como en las lenguas de acento libre (español, inglés).

b. La función distintiva se ejerce en el eje


paradigmático, en las lenguas de acento libre (español,
italiano, inglés, etc.): su cambio de situación sirve para
distinguir dos unidades de significado diferente: término-
termino-terminó; paso-pasó.
c. La función demarcativa, en las lenguas de acento
fijo: señala los límites de las diversas unidades en una
secuencia: puede indicar el final de una palabra, como en
francés o en turco; el principio como en checo; u ocupar una
posición fija con relación al principio y al final de la palabra,
como en polaco.

d. La función culminativa, en las lenguas de acento


libre: señala la presencia de una unidad acentual sin indicar
exactamente los límites.

El acento español, que no es intensivo, como


repetidamente se dice, sino debido principalmente a la
frecuencia del fundamental, desempeña en la lengua las
funciones contrastiva, distintiva y culminativa:

a. La contrastiva entre sílabas acentuadas e inacentuadas y


entre palabras acentuadas (sustantivos, verbos, etc.), y
palabras inacentuadas (preposiciones, conjunciones, artículo
el, etc.);
b. La distintiva, dando origen a los esquemas léxicos
acentuales siguientes:
184

oxítono: ääD habitó


paroxítono :ä D ä habito
Proparoxítono Dää hábito
y en las formas compuestas, también al
Superproparoxítono Däää ábremelo
c. La culminativa, agrupando alrededor de la unidad central
otras unidades inacentuadas: y por si la mayoría lo resuelve...;
en torno a la sílaba rí se agrupan y por si la mayo - a y
entorno a suél, lo re - ve.
Pensemos, por un momento, la importancia que en la
métrica adquiere la sílaba que configura la rima, pues en ella,
además de darse la culminación temporal, la reiteración de
timbre y la infección melódica, recae también el acento,
conjugándose plenamente las tres funciones indicadas, e
incluso potenciándose la culminativa.
Conviene aquí una advertencia importante. En este
nivel fonológico, desde el que estamos haciendo estas
observaciones, hay que tener en cuenta que si una palabra es
acentuada siempre lo es; de manera que no son válidos los
artilugios que para intentar extraer fantasías estilísticas
quitan o ponen acentos a capricho.

El acento en las palabras españolas


Es evidente que toda palabra aislada, sacada fuera del
contexto en que se halla, presenta una sílaba con una
determinada carga acentual; pero las cosas cambian cuando
esa misma palabra se encuentra situada en el decurso de la
cadena hablada. En la frase se percibe claramente la
presencia de sílabas tónicas en unas palabras determinadas y
su ausencia en otras.
En español, una palabra no tiene nada más que una
sílaba acentuada llamada acentuada o tónica, por
185

contraposición a todas las demás, que carecen de esa energía


articulatoria, y que son inacentuadas o átonas.

En condiciones normales, tan sólo un grupo de


palabras, las categorías gramaticales, los llamados adverbios
en -mente, poseen dos sílabas tónicas: /miserábleménte/
miserablemente, /sólaménte/ solamente, etcétera.
La diferencia existente en la lengua hablada entre
palabras acentuadas e inacentuadas, presenta los siguientes
valores porcentuales: palabras acentuadas, 63.44%;
inacentuadas, 36.56%.

Palabras acentuadas
Las palabras que en español siempre llevan una sílaba
acentuada son:

01. El sustantivo: /el gáto/ el gato, /la mésa/ la mesa.

02. El adjetivo: /el gáto négro/ el gato negro, /la kása grís/
la casa gris, /la triste biúda/ la triste viuda, etcétera.

03. El pronombre tónico, que funciona como sujeto o


complemento con preposición: /tú sábes póko/ tú sabes
poco, /él i nosótros xugarémos/ él y nosotros
jugaremos, /para mí i pára ti/ para mí y para ti,
etcétera.

04. Los indefinidos, adjetivos o pronombres, apocopados o


no: /algúN óNbre/ algún hombre, /bjéne algúno/ viene
alguno, /niNgúN ótro káso/ ningún otro caso, /álgo
fatigádo/ algo fatigado, etcétera.
186

05. Los pronombres posesivos: /la kúlpa es mía/ la culpa es


mía, /éste lápis és túǰo/ este lápiz es tuyo, /el gáto nó és
bwéstro/ és nwéstro/ el gato no es vuestro, es nuestro.

06. Los demostrativos, tanto pronombres como adjetivos:


/kjéro éste líbro/ quiero este libro, /prefjéro akél/
prefiero aquél.

07. Los numerales, tanto cardinales como ordinales: /dós


kásas/ dos casas, /míl kásas/ mil casas, /biéne el
priméro/ viene el primero. Sin embargo, en un
compuesto numeral, el primer elemento no se acentúa:
/dos míl kásas/ dos mil casas, /kuaréNta i séis gátos/
cuarenta y seis gatos.

08. El verbo, aunque sea auxiliar: /el gáto kóme/ el gato


come, /se kásaN ói/ se casan hoy, /él páxaro és négro/
el pájaro es negro, /pépe á komído/ Pepe ha comido.

09. El adverbio: /kóme póko/ come poco, /xwéga mál/


juega mal.
10. Las formas interrogativas qué, cuál, quién, dónde,
cuándo, cuánto, cómo: /ké kjéres/ ¿qué quierés?,
/kómo bá la bída/ ¿cómo va la vida?

Palabras inacentuadas
Las palabras que en español no llevan acento son:
1. El artículo determinado: /el álma/ el alma, /la kása/ la
casa, /los músikos/ los músicos. Sin embargo, el artículo
indeterminado se acentúa: /úN sáko/ un saco, /únas pésas/
unas pesas.

2. La preposición: /bíno desde málaga/ vino desde Málaga,


/trabáxa para koméR/ trabaja para comer. (Se exceptúa
según. Porque, tanto preposición como adverbio, son tónicos:
187

como preposición: /segúN lo establesído/ según lo


establecido, /segúN él estói biéN/ según él estoy bien; como
adverbio: /segúN me díses bíno mál/ según me dices, vino
mal).
3. La conjunción. En la conjunción hay que tener en cuenta
que son átonas:
a. Las copulativas y, e, ni: /nó bí ni el konéjo ni la
ljébre/ no vi ni el conejo ni la liebre. /xosé i pédro/
José y Pedro.
b. Las disyuntivas o, u: /o bienes o me bói/ o vienes o
me voy.
c. La polivalente que, copulativa: /ábla ke ábla/ habla
que habla; disyuntiva: /ke kjéra ke nó kjéra á de
leéR/ que quiera que no quiera ha de leer;
determinativa: /ke lo páses bjéN/ que lo pases bien;
final: /béN ke te díga úna kósa/ ven que te diga una
cosa, etcétera.
d. Las adversativas pero, sino, más, aunque (ya sea
adversativa, ya concesiva): /ábla pero mál/ habla,
pero mal.
e. Las causales pues, porque, como, pues que, puesto
que, supuesto que: /puesto ke nó kjéres kédate/
puesto que no quiere quédate.
f. Las consecutivas pues, luego, conque: /ás
deskansádo bjéN koNke aóra a trabaxár/ has
descansado bien conque ahora a trabajar.
g. Las condicionales si, cuando: /si kjéres bói/ si
quieres voy, /kwaNdo lo díse será veRdáD/ cuando
lo dice será verdad.
h. Las concesivas aunque, aun cuando: /auN KwaNdo
Kjéra nó pwéde beníR/ aun cuando quiera, no
puede venir.
Son conjunciones tónicas:
188

1. Las disyuntivas ora, ya, bien: /óra xwéga óra lée/


ora juega ora lee.
2. La consecutiva así: /no mentiría así le matáraN/
no mentiría así le mataran.
3. La temporal apenas: /apénas se lábe sále/ apenas
se lave, sale.
4. Las compuestas, adversativas: no obstante, con
todo, fuera de; consecutivas: en efecto, por tanto,
por consiguiente, así que; temporales: aún, no, no
bien, ya que, luego que, después que, en tanto que
(es átono en cuanto a su forma menos culta en
cuanto que: /eN kwaNto la siNtjó/ en cuanto la
sintió); las condicionales: a no ser que, dado que,
con tal que; las concesivas: por más que, a pesar
de que, mal que, ya que, etcétera.
4. Los términos de tratamiento: /doN xosé/ don José, /doña
maría/ doña María /frai pédro/ fray Pedro, /saNto tomás/
santo Tomás.
5. El primer elemento de los compuestos: /maría xosé/ /dos
mil/, y de las palabras compuestas en las que aún se sienten
sus componentes: /tragalús/ tragaluz, /bokamáNga/
bocamanga.
6. Los pronombres átonos que funcionan como complemento
y el reflexivo se: /se lo díxe sérjameNte/ se lo dije seriamente.
/os bímos ói/ os vimos hoy.
7. Los adjetivos posesivos, apocopados o no: /mi pádre i mi
mádre/ mi padre y mi madre, /nuestra kása/ nwestra casa,
/tus dós gátos/ tus dos gatos, /bwestros íxos/ vuestros hijos.
Compárese entre /nuestros gátos/ y /los gátos nwéstros/. En
Asturias, León y Castilla la Vieja se acentúan estos posesivos
8. Las formas que, cual, quien, donde, cuando, cuanto, como,
cuando, cuando no funcionan como interrogativas ni
exclamativas: /lo dexé como lo bí/ lo dejé como lo vi, /bíno
kwaNdo salía/ vino cuando salía.
189

Obsérvese en los siguientes ejemplos la diferencia


acentual existente entre estas formas, según funcionen como
interrogativas o no:

¿Dónde estaba? Donde siempre


¿Cuándo lo viste? Cuando jugaba
Qué pasa? Que la gente discute
¿Cómo se encuentra? Como ya sabes/Como
siempre
¿Quién grita? Quien quiere/El que
quiere
¿Cuánto quieres? Cuanto puedas/Lo
que puedas
Cual no se acentúa cuando ejerce una función modal:
le puso cual digan dueñas.
9. En los vocativos y expresiones exclamativas cortas de
cariño o reproche son inacentuados los elementos que
acompañan al núcleo. Compárese entre: /nó pwédo bweN
óNbre/ no puedo buen hombre, /nó és úN bwéN ÓNbre/ no
es un buen hombre, /béN aquí graN píkaro/ ven aquí, gran
pícaro, /éres úN gráN pícaro/ eres un gran pícaro.

Usadas como tratamiento, en formas vocativas,


pierden su acentuación palabras como señor, señora,
señorito, -a, hermano, etc. Compárese entre: /adiós | seɲóR
péres/ adiós, señor Pérez, /bjéne el seɲóR Péres/ viene el
señor Pérez, /perdone | eRmano xwáN/ perdone, hermano
Juan, /peRdóno al eRmano xwáN/ perdono al hermano Juan.
10. Hay formas léxicas, que en virtud de lo que hemos dicho
son tónicas o átonas según su función:
Luego: tónica, en función temporal: /luégo bámos/
luego vamos; átona, en función consecutiva: /pjéNso | luego
eGsísto/ pienso, luego existo.
190

Aún: tónica, función adverbial: /aúN bíbo/ aún vivo;


átona, función preposicional: /ni auN para bibíR tiene
ánimos/ ni aun para vivir tiene ánimos.

Mientras: tónica, función adverbial: /estúdja | mjéNtras


|ǰó léo/ estudia; mientras, yo leo; átona, función conjuntiva:
/estúdia mieNtras ǰó léo/ estudia mientras yo leo.
Medio: tónica, función adjetival: /á pasádo médjo día/
ha pasado medio día; átona, en lexías complejas (formas
compuestas): /está medio doRmído/ está medio dormido,
/bjéne al medjo día/ viene al medio día,
Más: tónico, como adverbio: /kjéro más/ quiero más;
átono cuando es nexo de relación: /kwátro mas dós/ cuatro
más dos.
Menos: tónico cuando es adverbio: /pésa ménos/ pesa
menos: átono, cuando funciona como nexo de relación:
/cwátro menos dós/ cuatro menos dos, /kwéNta tódo menos
lo ke pasó/ cuenta todo menos lo que pasó.

Acento enfático o de insistencia


Aunque las palabras acentuadas en español sólo
poseen una sílaba acentuada (recuérdese la excepción de los
adverbios en -mente), ocurre a veces que por un énfasis
especial que tiene por objeto poner de relieve una palabra
determinada, o por afectación propia de algunas personas, se
señala por medio de un segundo acento una de las sílabas
inacentuadas de la palabra o una palabra átona: /baxo mi
řésponsabilidáD/ bajo mi responsabilidad, /iNtéRpretáda/
interpretada, /trabáxo de la memória/ trabajo de la memoria,
etcétera.

Este acento también puede manifestarse como


refuerzo de un acento ya existente, para poner de relieve
alguna parte de un enunciado, o distinguir dos enunciados
que podrían confundirse. Por ejemplo, en la secuencia /él
191

estába akí/ él estaba aquí, las tres palabras están acentuadas;


pero si por no haber comprendido bien el mensaje, porque se
desea una ratificación del mismo, o por extrañeza, se
pregunta ¿Quién estaba aquí?, se responderá: ÉL estaba aquí.
Del mismo modo, a la pregunta ¿Dónde estaba?, se
responderá: él estaba AKÍ, o a ¿Está aquí todavía?, la
respuesta será: él ESTÁBA aquí.

Otro ejemplo: si deseo hacer en una situación


determinada una distinción entre el un numeral y el un
artículo indefinido, dado que los dos son tónicos, deberé
utilizar el acento enfático sobre el numeral: dáme un melón
(un cualquiera), frente a dáme ÚN melón (sólo uno).

Frecuencia de los esquemas acentuales en español


Siempre se dice que el esquema acentual más
frecuente en español es el paroxítono, que la ortografía no
señala normalmente con diacrítico (salvo las excepciones
conocidas por muchos). Esta afirmación ha sido más intuitiva
que comprobada sobre recuentos amplios que mostrasen los
porcentajes de los patrones acentuales de nuestra lengua.
El único trabajo estadístico que hasta ahora
conocíamos es el de Pierre Delattre. En él se opera sobre la
base de una población de 1500 palabras para la lengua
española. El punto débil de este recuento es, a nuestro juicio,
el considerar todos los monosílabos como palabras
acentuadas y el no distinguir entre bisílabos acentuados e
inacentuados.

La entonación
El primer problema que presenta la entonación es el
de su adscripción a un nivel de análisis lingüístico; la
solución, en favor o en contra, divide la opinión de los
investigadores.
Martinet, por ejemplo, atribuye a la entonación un
papel marginal en el análisis lingüístico: “No se puede...
192

negar valor lingüístico a la entonación. Pero su juego no


entra en el cuadro de la doble articulación, puesto que el
signo que puede representar la elevación melódica no se
integra en la sucesión de monemas y no presenta un
significante analizable en una serie de fonemas.
Las variaciones de la curva de entonación ejercen, de
hecho, funciones mal diferenciadas, funciones directamente
significativas como en il pleut?, pero más frecuentemente una
función del tipo que hemos llamado “expresiva”. Es, según
Martinet, el carácter no discreto de la entonación (frente al
discreto de los fonemas) lo que lleva a disminuir su valor
lingüístico.
Otros lingüistas aducen diferentes razones, más o
menos rotundas y convincentes, para negar el status
lingüístico al suprasegmento entonativo. Así, Lee S. Hultzén
llega a decir que: «Sólo cuando la entonación niega la
significación exacta de las palabras puede decirse que tienen
una función». Para Arisaka, la entonación es de orden
estrictamente fisiológico. Bolinger piensa que los significados
sintácticos y emocionales de la entonación están tan
interrelacionados que «es imposible separar lo
lingüísticamente arbitrario de lo psicológicamente expresivo».
En contraposición a la tesis formulada por Martinet,
Malmberg y Faure afirman que el continuum melódico es
susceptible de segmentación en unidades discretas oponibles
situadas en partes perfectamente localizables de la cadena
hablada, como lo son los fonemas.
El problema se centra principalmente en que la
entonación, como todo enunciado lingüístico, posee una
sustancia y una forma. La forma, o descripción estructural de
la entonación, viene dada por la descripción lingüística:
establecer el número de elementos que integran ese nivel, sus
relaciones y sus funciones. La sustancia es el continuum en el
que hay que delimitar las unidades de entonación para
obtener unidades discretas y establecer así sus patrones
melódicos y la naturaleza de sus elementos.
193

En el caso de los rasgos prosódicos, los diferentes


niveles de análisis se ven muy complicados, porque debajo del
nivel meramente estructural, donde se dan una serie de
oposiciones, bastante limitadas por otra parte (la mayoría de
las veces binarias: presencia o ausencia de una marca), hay
un valor simbólico, susceptible, seguramente de una
dicotomía.
Este valor simbólico provoca reacciones diferentes
sobre el oyente, por lo que hay que considerar esos términos
como significativos; y aun por debajo de estos niveles se
encuentra todo el cúmulo de datos, toda la sustancia que sólo
se puede elaborar en función del nivel estructural.
Entre el nivel de la sustancia y el nivel de la forma nos
encontramos con «toda una serie de niveles o grados de
abstracción, elegidos arbitrariamente por el investigador,
según el fin que se proponga. Entre la descripción analítica de
todos los hechos de sustancia concretos que son accesibles al
fonetista y a sus recursos instrumentales por un lado, y una
presentación enteramente matemática o algebraica de
relaciones puras por otro, hay una serie ilimitada de estados
intermedios.
La fórmula glosemática que excluye a priori toda
referencia a una sustancia, cualesquiera que sea, y que
obtienen por eso mismo una validez muy general, marca uno
de los extremos. El otro es la presentación de una masa de
hechos, instrumentales o auditivos, que se refieren a un
corpus de materiales concretos, y que es válido sólo para éste.
La primera de estas descripciones permanece exacta en tanto
que el sistema relacional descrito no cambie. La segunda sólo
vale para el corpus examinado. La primera es, por definición,
exhaustiva. La segunda no lo es necesariamente».
Relacionado asimismo con el problema lingüístico de
la entonación se encuentra el de su grado de arbitrariedad.
Evidentemente, éste no es comparable al de los fonemas. Nos
encontramos de nuevo ante una jerarquización gradual en
uno de cuyos extremos se dan una serie de rasgos motivados
194

que vienen determinados por características psicofisiológicas


casi constantes, y en el otro, otra serie de rasgos propios de las
estructuras específicas de una lengua dada.
Por un lado, existen, ciertamente, toda una serie de
fenómenos de índole emotivo, expresivo, que infieren una
motivación en formas entonativas, pero frente a éstas, la
entonación también se ha especializado en determinados usos
de orden distintivo.
Es decir, existe un grado en el que la entonación es
espontánea, natural y estimulada psicofisiológicamente; otro,
en el que estas formas naturales de entonación se utilizan
intencionalmente, y un último grado en el que aparecen
oposiciones entonativas que entran dentro de la estructura
peculiar de cada lengua y donde el valor psicofisiológico de la
entonación es irrelevante.
Ch. Bally decía que «las entonaciones engendradas
por la emoción no permanecen en el patrimonio del lenguaje
instintivo. Penetran bajo una forma esquematizada en la
misma lengua», a lo que habría que añadir la afirmación de F.
Daneš de que «su grado de arbitrariedad es proporcional al
grado de intelectualidad de la función entonativa».

Las unidades de entonación


En el tratamiento del análisis de la entonación, a
grandes rasgos, nos encontramos con dos posiciones muy
distintas: por un lado, la que podríamos llamar, en sentido
muy general, europeísta, para la cual la entonación está
integrada por un cuerpo melódico indivisible y un final;
cuerpo y final que constituyen un conjunto orgánico. Es
decir, consideran la curva melódica, con todas las variaciones
frecuenciales del fundamental, como un todo, en el que se
puede distinguir, o no, dos partes: el final y el resto. Es lo que
se ha denominado «análisis de configuraciones».

Por otro lado, la posición de la mayoría de los


lingüistas americanos: para ellos, los contornos entonativos,
195

que son unidades significativas, son morfemas


suprasegmentales (su número y naturaleza varía según el
punto de vista de cada investigador; en conjunto, serían: los
fonemas tonales, acentuales, las junturas terminales y la
juntura interna). Es el método de trabajo que se ha
denominado «análisis de niveles».
En el análisis de configuraciones, en el que se
representa, como es sabido, la curva melódica con todas sus
variaciones frecuenciales, es imposible discernir más de dos
partes -partes y no unidades-: el final (también llamado
tonema), con su movimiento ascendente, descendente o
suspensivo, se puede considerar como una unidad, pero no
así el cuerpo melódico que precede a ese final, que enunciado
en sucesivos ciclos por segundo sigue permaneciendo en el
nivel de la sustancia no delimitada.
Por el contrario, en análisis de niveles describe los
puntos pertinentes de la melodía del lenguaje, es decir,
conforma esa sustancia.
Mirando las curvas de entonación, podemos
distinguir claramente una sucesión de ascensos, descensos,
deslizamientos a todo lo largo del enunciado, pero, para el
oído normal, la melodía del lenguaje no reside en estas
sucesivas variaciones frecuenciales, sino en una consecución
de niveles tonales, cada uno de los cuales es más alto, más
bajo o está a la misma altura que el precedente. Por eso, el
análisis de niveles es en realidad la formalización de las
curvas de entonación. En él podemos distinguir los siguientes
elementos.
a. Los niveles tonales, que para el español pueden señalarse
tres: /1/ o bajo, /2/ o medio y /3/ o alto.
b. Las junturas terminales, cuya función es delimitadora, y
que pueden producirse seguidas o no de pausa; se suelen
señalar también tres para el español: /↓/ descendente, /↑/
ascendente y /∣/ suspensiva, aunque en nuestra opinión
deben reducirse a dos:
196

/↓/: que indica la terminación de enunciado con sentido


completo, y

/↑/: que indica la no terminación de un enunciado.

c. Los acentos, que para la descripción fonológica del español


es suficiente considerar dos: el fuerte /´/, que es el que
marca, y el débil /˘/, que normalmente no se señala.

¿Pueden ser estos elementos, que hemos desgajado,


las unidades con las que podemos operar en el estudio de la
entonación?

Si las unidades del lenguaje deben poseer una función


«combinatoria», «o sea la capacidad de combinarse
mutuamente para formar grupos o complejos capaces de
identificar y distinguir palabras y oraciones», los niveles
tonales, acentuales y las junturas terminales poseen esa
función. En efecto, los niveles tonales que hemos señalado
más arriba tienen, en español, sólo cuatro posiciones
distribucionales:

1. Después de pausa (posición inicial absoluta) o de juntura


terminal.

2. En la sílaba con acento débil después de la última sílaba


con acento fuerte en una frase.

3. En todas las sílabas con acento fuerte de la frase.

4. En cualquier sílaba con acento débil que esté


inmediatamente antes de la última sílaba con acento fuerte
antes de una juntura terminal.
La distribución de los elementos acentuales viene
dada por las reglas de acentuación de la lengua, las junturas
terminales aparecen al final de una secuencia, seguidas o no
de pausa.
197

Si una unidad debe delimitar y organizar una


sustancia, y como tal debe ser localizable, sustituible y el
resultado de la más pequeña segmentación en su nivel de
análisis, los elementos enunciados cumplen esa función.
Alexander Isačenko y Hans-Joachin Schädlich con su
trabajo, por ejemplo, lo han demostrado plenamente, para la
lengua alemana, por medio de la síntesis del lenguaje: el
continuum del enunciado fue fragmentado en determinadas
unidades discretas, valiéndose sólo de dos tonos: ascendente y
descendente, situados en diferentes puntos del enunciado. Los
resultados de estas frases sintéticas, controlados por un grupo
de oyentes, fueron plenamente satisfactorios.
Si las unidades lingüísticas contraen relaciones
sintagmáticas con otras unidades del mismo nivel, los niveles
tonales, los acentos y las junturas terminales entran en ese
sistema de relaciones: los niveles tonales y las junturas
terminales, entre ellos mismos; con otro tipo de acento o con
un acento de grado cero.
Si las unidades del lenguaje, en virtud de las
mencionadas relaciones deben poseer una función
contrastiva y distintiva, los elementos que hemos señalado la
desempeñan. Compárese entre:

1 21 1 21
/kwándo bjéne↓/ - /kwando bjéne↓/ ¿Cuándo
viene? - Cuando viene o La secretaria está en el primer piso -
La secretaría está en el primer piso.
Evidentemente, el menor número de elementos que
intervienen en el nivel prosódico y sus restricciones
combinatorias reducen las posibilidades de las relaciones
pragmáticas.
Estos elementos que hemos podido aislar reúnen, por
tanto, las características de unidades, unidades prosódicas
mínimas, a las que se les da el nombre de «fonemas
suprasegmentales» o «fonemas prosódicos».
198

Y si, por último, una unidad lingüística no se concibe


como tal si no se la puede identificar en una unidad más alta,
los fonemas suprasegmentales se insertan en una unidad
superior a ellos que es el morfema suprasegmental o
«morfema de entonación».
Para el español, se han calculado 1054 morfemas de
este tipo.
El paralelismo entre fonemas segmentales y
suprasegmentales se puede establecer fácilmente.

1. Ambos son elementos segmentables mínimos,


identificables y sustituibles.

2. El análisis puede aislar en el interior de ambos tipos


de fonemas los rasgos distintivos, que no son segmentables,
en virtud del principio saussureano de la linealidad del
significante, pero sí identificables y sustituibles. Pero existe
una diferencia: los fonemas se pueden caracterizar como un
haz de rasgos distintivos, mientras que los prosodemas sólo
poseen un rasgo distintivo.
Ahora bien, todos estos rasgos, tanto de los fonemas
como de los prosodemas, poseen uno o varios índices
acústicos y articulatorios. Los fonemas tonales alto, medio o
bajo tienen como índice acústico la distinta frecuencia del
fundamental, cuyo correlato articulatorio tiene su sede en la
vibración de las cuerdas vocales y el perceptivo en la tonía
alta, media o baja.
Como índices acústicos de los fonemas acentuales se
establecen los parámetros de frecuencia del fundamental, de
duración y de intensidad, cuyo correlato articulatorio
depende de la interacción de la vibración de las cuerdas
vocales, de su amplitud vibratoria y de la duración, y el
perceptivo del sonido [sonía] fuerte o débil.

Los fonemas de juntura terminal tienen como índice


acústico el movimiento del fundamental, con o sin presencia
199

del parámetro de intensidad y seguido o no de silencio; su


correlato articulatorio se establece en la laringe, en estrecha
relación entre la vibración de las cuerdas vocales, la acción
de los músculos vocal y cricoides y la presión del aire
infraglótico, seguido o no de la detención de toda actividad
fisiológica; y el perceptivo en el ascenso o descenso del tono.

3. Los fonemas prosódicos tienen, como los no


prosódicos, sus correspondientes alófonos. Cada uno de los
tres fonemas tonales, /1/, /2/, /3/, tiene alófonos «que se
encuentran en distribución complementaria con respecto a:

1. Silencio (posición inicial absoluta) y a;


2. Los otros fonemas de altura tonal que ocurren
antes y después dentro de la misma frase
fonémica.

Los alófonos de menor altura tonal de cualquiera de


los tres fonemas ocurren antes de /↓/. Los alófonos que
siguen en altura, pero aún en la serie baja, aparecen después
del silencio. Los alófonos de altura media aparecen en la
porción de la frase que no es contigua ni a una juntura ni a
silencio. Los alófonos de mayor altura tonal aparecen antes de
/↑/.
El fonema actual tiene los alófonos fuerte y
extrafuerte, y el débil, medio y débil. Las junturas terminales
tienen los siguientes alófonos, o alojunturas terminales, en
distribución complementaria: de la juntura terminal
ascendente, /↑/, la alojuntura ascendente, en posición no
final de enunciado, la alojuntura ascendente alta, en posición
final de enunciado, y la alojuntura suspensiva ante un inciso,
un grupo parentético o al final de un enunciado que no se ha
podido terminar.
A la juntura terminal descendente corresponden la
juntura descendente baja, en posición final de enunciado, y la
alojuntura descendente, en posición no final de enunciado.
200

4. El significado, que es una condición fundamental


que debe estar presente en toda unidad lingüística, no lo está
en ninguno de los dos tipos de fonemas: ambos son sólo
discriminadores de signos lingüísticos, así como los rasgos
distintivos, a su vez, son discriminadores tanto de los fonemas
segmentales como de los suprasegmentales.

Las funciones de la entonación


Si, como parece evidente, se puede adscribir la
entonación a un nivel lingüístico, realizará en él
determinadas funciones. No trataremos aquí las llamadas
funciones estilísticas. Las funciones estrictamente lingüísticas
de la entonación son las siguientes:

a. Función distintiva
Es muy general la opinión de que la función distintiva
de la entonación reside en las junturas terminales
descendentes o ascendentes (o lo es similar, en los
movimientos descendente o ascendente de la frecuencia del
fundamental en un enunciado).
De este modo, un enunciado afirmativo terminará
con una frecuencia fundamental descendente, mientras que
en un enunciado interrogativo lo haría con una frecuencia
fundamental ascendente: ¿Viene? Se opondrá así a Viene.
Ahora bien, una pregunta espera una respuesta, mientras que
un enunciado declarativo no la espera. Es decir, la pregunta
representa un enunciado con sentido incompleto, no finito,
mientras que la afirmación posee un sentido completo, finito.
De ahí que el mismo movimiento tonal ascendente puede
servir, en cuanto indicador de sentido no finito, para expresar
relaciones entre distintas partes de un enunciado.

b. Función integradora de la entonación


La entonación tiene también como función primordial
la de integrar las palabras para formar una oración; hasta tal
punto que U. Weinreich afirmaba que un enunciado sin
201

entonación no es enunciado, sino mera construcción de


elementos. Del mismo modo, el ruso V. A. Vasilyev opina que
“como ninguna frase puede existir sin entonación y
precisamente esta última da a aquélla una forma
determinada, la primera y principal función sintáctica de la
entonación es componer o formar frases”.
Para F. Daneš la función fundamental de la
entonación es transformar las palabras como unidades
apelativas, en unidades comunicativas, esto es, en
enunciados. Cada palabra o sucesión de palabras se convierte
automáticamente en un enunciado cuando se pronuncian con
una cierta forma de entonación. El enunciado, como un
conjunto, y con validez comunicativa, está formado y
señalado doblemente: por un lado, tienen una forma
gramatical: el patrón de la frase, y, por otro, la entonación.
Esta es, por tanto, el recurso más común y el más elemental
del enunciado; pueden aparecer enunciados sin forma
gramatical, pero sin entonación, no.
Evidentemente, entre entonación y gramática hay una
relación muy estrecha. Sabemos que “una estructura
gramatical dada tiene una correlación regular con un modelo
determinado de entonación; un cambio en la entonación
produce una nueva interpretación de la estructura sintáctica
de un enunciado, sin que sea necesario ningún cambio
morfológico”.
Sobre este principio, hay que señalar que las
relaciones entre entonación y gramática se pueden establecer
en distintos grados: algunas estructuras gramaticales pueden
usarse menos que otras, y determinados patrones de
entonación pueden usarse más frecuentemente que otros para
establecer contrastes gramaticales. Por eso, en la relación
entre gramática y entonación es conveniente seguir dos
caminos que parten de dos niveles de análisis distintos, pero
que son convergentes: uno deriva del nivel fonológico y trata
de descubrir los recursos fonológicos de la entonación que
originan un significado gramatical; el otro deriva del nivel
202

gramatical e indaga qué sistemas gramaticales se originan


por medio de la entonación.

c. Función delimitadora de la entonación


Junto a la función integradora que acabamos de ver, y
en estrecha conexión con ella, se encuentra la función
delimitadora de la entonación que actúa a varios niveles, por
sí sola o combinada con otros elementos prosódicos.
En esta función, la función delimita los enunciados y
segmenta el continuum de discurso en un determinado
número de unidades por razones fisiológicas o por otros
motivos lingüísticos.
Lo ideal es que los motivos fisiológicos coincidan con
los lingüísticos, pero no hay una coordinación perfecta y
constante entre ambos, aunque éste es un punto que está
todavía por investigar. En español, lo único que sabemos es
entre qué partes del discurso no se ejerce la función
delimitadora.
La función demarcativa de la entonación es
susceptible, en algunos casos, de llegar a ser distintiva en el
ámbito lexical: puede «implicar una segmentación lexical
determinada, susceptible, al desplazarse, de hacer aparecer
palabras enteramente nuevas», como ocurre, por ejemplo, en
francés en enunciados como Mais oui mon cher réellment!
opuesto a Mais oui mon cher Rey, elle ment! o Elle est rue de
la Colline opuesto a Elle est rude la coline! O en español, Es la
villa, Anita, frente a Es la villanita.
Esta función prosódica puede asumir también una
función distintiva en el ámbito de oración, sin que se altere la
segmentación lexical, en casos como Pepe come opuesto a
¡Pepe come! o Juan pregunta quién va a entrar, opuesto a
Juan pregunta: quién va a entrar -creándose, en este caso, la
distinción entre la interrogación indirecta y la directa- y
opuesto a Juan: pregunta quién va a entrar.
Actúa también en español, por ejemplo, como único
medio de oponer la oración adjetiva especificativa a la
explicativa:
203

Los alumnos que viven lejos llegan tarde


Los alumnos, que viven lejos, llegan tarde,

y, en general, en cualquier tipo de oración parentética.


También la entonación, sola o con otros parámetros
fónicos, o de sonido -timbre, por ejemplo-, señala el límite de
un párrafo al producirse un cambio de registro entre el que
acaba y el que comienza.
La entonación, en sus funciones delimitadoras y
segmentadoras, no opera independientemente, sino en
conjunción con la pausa, en el recurso lingüístico llamado
juntura.
Estas delimitaciones pueden ser de un orden
jerárquico muy variado: desde el grado más elevado, que es el
que se da cuando se produce una porción de texto entre dos
junturas con un patrón de entonación final y una pausa
relativamente larga, hasta el más pequeño que se produce en
las expresiones no conclusas, sin pausa, sin presencia de un
cambio de entonación, o una variación en el tiempo del
enunciado.

Las funciones no lingüísticas de la entonación

d. Función identificadora
Junto a las constantes universales que pueden estar
presentes en las diversas lenguas, es evidente que cada una de
ellas presenta unas características que sirven de
diferenciación.
Como dice Pike, «en cada lengua [...] el uso de
inflexión tonal tiende a ser semiestandarizado o formalizado,
de tal modo que todos los hablantes de la lengua usen
secuencias tonales básicas con peculiaridades semejantes bajo
similares circunstancias». Estas peculiaridades no son
tampoco generales en cada lengua, sino que varían dentro de
204

los diferentes dialectos o dentro de los diferentes niveles


sociales.
En la identificación del hablante desempeña la
entonación un papel importante, pero no el único ni el
principal, ya que son otros muchos los factores que
intervienen, como el timbre, el ritmo, ciertos
condicionamientos fisiológicos, como el volumen de las
cavidades supraglóticas, grado de nasalidad, algunas
articulaciones especiales, etc. En lo que se refiere a la
entonación, el comportamiento de este componente es, sin
duda, diferente en los hablantes nerviosos, en los flemáticos,
en los irascibles, etc.

e. Función impresiva
La entonación es uno de los principales vehículos de
la expresión afectiva del discurso, sola o combinada con otros
elementos como tempo, modo de puntuación. Como dice A.
Rigault, es en este punto donde surge la controversia:
¿pertenece o no esta función al dominio puramente
lingüístico? ¿«Esta entonación expresiva forma una serie de
signos arbitrarios o bien, es sólo un conjunto de fenómenos
condicionado por lo psicofisiológico?». Tocamos con esto el
problema central que se plantea el lingüista: la naturaleza de
las relaciones entre las entidades fonológicas y las
manifestaciones vocales.
Problema idéntico al que se plantea en antropología
cultural: el de las relaciones entre la cultura y la naturaleza.
En efecto, si, como lo admiten numerosos lingüistas,
reconocemos inmediatamente y sin esfuerzo cada una de las
actitudes asociadas a los tonos, ¿es porque pertenecemos a
una comunidad lingüística de la que hemos asimilado las
estructuras entonativas o bien simplemente porque somos
miembros de la gran familia de los hombres?
La entonación expresiva no interfiere normalmente
con la entonación comunicativa básica; se superpone a ésta
de varias formas: en primer lugar, se aprovecha del principio
de tolerancia para modificar en ciertos puntos la estructura
205

variable de los contornos, especialmente en lo que se refiere a


la forma de los intervalos, el grado de intensidad, etc.,
modificaciones que no afectan la función lingüística
propiamente dicha de la entonación.
En segundo lugar, puede realizar una cierta
modificación del patrón fonológico básico de la entonación y
dar lugar a una modificación expresiva del enunciado.
En tercer lugar, existen patrones entonativos
especiales distintos de los patrones fonológicos básicos de un
contorno puramente comunicativo.
En cuarto lugar, una forma especial de expresividad
aparece en la transposición funcional de los contornos de
entonación: si un contorno que tiene una función primaria A,
se usa secundariamente en una función B, este uso
secundario tiene un carácter distinto de expresividad y es
marcado estilísticamente. Por ejemplo, en español, y en otras
lenguas, como el checo, el contorno interrogativo se usa
también en mandatos muy expresivos con verbo en
indicativo.
Tampoco hay acuerdo unánime en asignar a la
entonación esa función expresiva porque algunas lenguas,
como el japonés, poseen un gran repertorio de partículas
expresivas que pueden desempeñar el papel fonoestilístico de
la entonación, permitiendo a ésta desarrollar plenamente su
papel gramatical.
¿Es la entonación, el contexto, estructura léxico-
gramatical los que intervienen en el reconocimiento del
factor expresivo?
Algunas experiencias muestran que en textos de
elección binaria, el 50% de los oyentes reconoce siempre el
tipo de emoción dada sólo a través de la entonación. Por el
contrario, otras investigaciones indican que las respuestas de
los oyentes son incorrectas cuando se les hace oír únicamente
las curvas de entonación. También se ha señalado que la
emoción atribuida por los oyentes a las curvas de entonación
206

depende en gran parte del tipo de léxico que aparece en la


frase.
En la realización de esa función expresiva intervienen
varios parámetros, tales como modificaciones en el timbre y
la tensión de la voz, la intensidad utilizada, la duración, etc.
Posiblemente sea P. R. León el que mejor ha intentado
sistematizarlas. En un primer acercamiento al problema,
distingue los siguientes rasgos:

1. El registro del patrón melódico tiene un valor simbólico


directo: un registro alto evoca alegría, intimidad, ligereza; un
registro bajo evoca tristeza, seguridad, gravedad.
2. La desviación entre los puntos extremos del patrón
melódico sugiere la acuidad del sentimiento expresado;
cuanto mayor es la separación, más acusada es la expresión
de alegría, cólera, etc.; por el contrario, cuanto menos
acusada sea esta desviación, más tendencia hay hacia la
expresión de la tristeza.
3. El contorno del patrón melódico es importante para el
reconocimiento del sentimiento expresado, pero es
insuficiente, porque un mismo contorno puede servir para
muchas funciones.
4. La intensidad del patrón melódico tiene también un valor
simbólico directo con la intensidad del sentimiento
expresado.

5. La duración del patrón melódico sirve para evocación del


sentimiento como para toda una serie de connotaciones
poéticas.

Todos estos rasgos integran las realizaciones


prosódicas de determinadas emociones.
Por ejemplo, la expresión de la tristeza estaría
integrada por:
207

Registro grave + contorno plano


+ duración considerable + tempo lento
Por su parte, la expresión de la cólera, estaría
conformada por:

+ contorno
registro alto ascendente-
descendente inestable
+ intensidad fuerte + tempo rápido

En tanto que la estructura de la sorpresa, se


caracterizaría por los siguientes elementos fonético-
articulatorios:

+ contorno
registro alto descendente
ascendente
+ tempo lento, etc.
+ intensidad media
208

7. La transcripción
209
210

Copiar una cosa escrita, con el mismo o distinto sistema de


escritura. Poner por escrito una cosa que se oye. Escribir una impresión
recibida”. /TRANSCRIBIR/.
María Moliner: Diccionario de uso del español, 2da. col., pág. 1362

Generalidades
En principio, toda representación gráfica, y allí la
escritura, es fonética, -se trata de una transliteración- porque
la grafía es reflejo de la pronunciación.
Esquemáticamente, hay tres posibilidades de
escritura: ideográfica, alfabética y silábica. La ideográfica, por
ejemplo, en el chino; la silábica en las lenguas orientales; por
ejemplo, el japonés, a pesar de que tiene varios tipos de
escritura; y la alfabética en las lenguas occidentales.

La silábica se ajusta a las lenguas que tienen sílabas


de eminente valor fonético. Tanto en las escrituras silábicas,
como en las alfabéticas, hay una estrecha relación entre la
pronunciación y la escritura. La escritura es conservadora,
estacionaria, en tanto que la pronunciación no es
conservadora; evoluciona permanentemente. Esto es lo que
impide que la relación entre escritura y pronunciación se
mantenga. Esta es la razón para que en las lenguas alfabéticas
exista una diferencia, un “decalage” entre pronunciación y
escritura: inglés, checo, etc.
211

En francés, inglés, portugués, la escritura, es muy


distinta a la pronunciación. Esas escrituras marcan un estado
anterior de la pronunciación de esas lenguas.
La observación de la escritura inglesa, nos visualiza
un estado fonético anterior. En español es menos, Por eso la
escritura del inglés resulta difícil, porque no se asocia con la
pronunciación. Insistimos, en español, no ocurre esto.
De todo esto se deriva la necesidad de establecer un
tipo de escritura que refleje la pronunciación real; y, esta es la
razón justificada de la existencia de los alfabetos fonéticos.
Entre ellos está el A. F. I. Es una convención gráfica, fonética,
establecida por la Convención Fonética Internacional. La sede
está en Londres y con un secretario permanente en
Ámsterdam. A pesar de ello, hay variantes en los alfabetos
fonéticos. Cada autor inventa el suyo propio.
En los últimos veinte años, España -la más reacia en
este aspecto-, ya lo ha aceptado. Sin embargo, se sigue
utilizando, y tiene total vigencia el A. R. F. E., el alfabeto
usado en la Revista de Filología Española. Se basa en el
alfabeto románico usado por los primeros romanistas. A pesar
de que es el acostumbrado por dicha revista, Tomás Navarro
Tomás nos manifiesta que el ARFE, se basa en el AFI. El I. P. A.,
inglés es el mismo.

Trascripción
La escritura misma para dar la pronunciación se
llama trascripción. Se habla de trascripción fonética y
fonológica, de fonética dialectal. Para todo ello se usa el verbo
“transcribir”.
La trascripción fonética y fonológica en la cual cada
símbolo gráfico corresponde a un fonema, y cada fonema,
corresponde a un símbolo gráfico. En otros términos: para
cada fonema debe existir un símbolo gráfico y viceversa
Un fonema, se denota como tal, colocándolo entre dos
barras / /, de modo tal que se pueda asociar el fonema con el
símbolo y éste con el fonema.
212

La trascripción puede ser fonética. En este caso se


relacionan los sonidos con los símbolos gráficos. Esta
trascripción es más compleja. El fonema está establecido
sistemáticamente en forma real.
Todas las variantes alofónicas caben en la
trascripción fonética; pero, esta trascripción tiene que ser
establecida, definida, normada, regularizada, etc.

Clases de trascripción
Tenemos una trascripción amplia, una estrecha, y
una intermedia entre las dos, la semiestrecha.
Si se dan frecuencias más notorias, los rasgos de la
idiosincrasia de una lengua, la trascripción es amplia.
Si, únicamente, se dan detalles combinatorios
contextuales, la trascripción es estrecha.
Si fijamos los rasgos importantes y detalles
característicos, la trascripción es semiestrecha. Se emplea la
una o la otra, según la variante que se necesite. En
dialectología se usa la estrecha; en enseñanza la amplia; y, en
los trabajos de divulgación, la semiestrecha.

La transcripción y los procedimientos


En el estudio y descripción de cualquier lengua, es
necesario recoger y transcribir los materiales que se van a
analizar, si son de procedencia oral, o conocer los valores
lingüísticos que representan los signos gráficos, si se trata de
lengua escrita, que, en definitiva, supone también una
transcripción.
Ahora bien, en el caso de un texto escrito, pueden
presentarse, de un modo general, dos casos: que pertenezcan
a la época actual o a una época pretérita. Si el texto es
contemporáneo, la transcripción fonética se realizará
conforme a la norma entendiendo ésta no como el resultado
de unos criterios subjetivos o individuales, sino la establecida
de un modo totalmente objetivo, partiendo de la descripción
de las estructuras lingüísticas de la lengua y tomando como
213

normativas las que sean aceptadas por el uso o establecidas


por los técnicos, siempre que reposen en un código
lingüístico aceptado socialmente como bueno.
En el caso de nuestra lengua, con su extensión
geográfica y su diversidad dialectal, se podría aplicar la
norma practicada por el escritor, aunque, aparte de la
castellana, las demás -andaluza, americana, la
hispanoamericana (la nuestra)- están aún por establecer.
Si el texto pertenece a uno de los estados de lengua
anteriores, habrá que aplicar los valores fonológicos que los
estudios lingüísticos hayan reconocido en las grafías
utilizadas en la época. Lo seguro es, por tanto, la
transcripción fonológica. La transcripción fonética reflejará
los valores alofónicos de estos fonemas, bien con un criterio
lógico, o con total seguridad, si existen testimonios veraces de
los usuarios de la lengua de aquel momento.
El material lingüístico usado para la transcripción
puede provenir principalmente de tres fuentes:

a. Material lingüístico oral, transcrito directamente «in situ»,


según la impresión auditiva producida por los sonidos del
informante (con ayuda visual: distinción de realizaciones de
/f/ como labiodentales, bilabiodentales o bilabiales) o
grabado en un magnetófono y transcrito posterior o
simultáneamente.
b. Material lingüístico resultante de una análisis
instrumental. Los datos proporcionados por medios
electroacústicos de un determinado material oral permiten
conocer con precisión las características de cada sonido, y,
por consiguiente, transcribirlo con los símbolos más
adecuados.
c. Material lingüístico escrito, que, si se trata de una lengua
muerta, o de una determinada etapa de una lengua viva,
permite, reconstruido su sistema, realizar una transcripción
fonológica. Si se trata de material escrito o de una etapa
actual de la lengua es posible, por supuesto, realizar la
214

transcripción fonológica, y, conocida la distribución de sus


alófonos, también la fonética.
Las transcripciones pretenden reflejar lo más
exactamente posible el plano de la expresión, tanto en el nivel
de la lengua como en el del habla. En el primer caso,
hablamos de transcripción fonológica, que, si está
correctamente realizado el inventario de fonemas y
prosodemas, representará adecuadamente el sistema
fonológico. En el segundo caso, nos hallamos ante la
transcripción fonética. Evidentemente, la transcripción
fonológica es imprescindible, pues refleja el sistema que
organiza el nivel del habla.
Según los Principes de transcription phonologique del
Círculo Lingüístico de Praga, la diferencia entre la
transcripción fonológica y la fonética es la siguiente:

1. La transcripción fonológica es la reproducción gráfica de


la constitución fonológica de una lengua dada, abstracción
hecha de la diversidad de los sonidos que realizan esta
constitución en el habla.
2. La transcripción fonética es la reproducción gráfica de los
medios más diversos que realizan la constitución fonológica
de una lengua. Incluso la transcripción fonética más precisa
sólo tiene el valor de un instrumento auxiliar, ya que es capaz
de expresar toda la riqueza de matices articulatorios y
acústicos que presenta el habla viva y, por consiguiente, no
puede sustituir a los análisis de la fonética experimental.
Según los mismos Principes, la transcripción
fonológica es un medio importante que contribuye a analizar
la constitución fonológica de una lengua, por ejemplo,
cuando se trata de establecer la estadística del empleo de las
unidades fonológicas y de sus agrupaciones en una lengua
dada y de examinar el rendimiento funcional de las diversas
unidades fonológicas.
La transcripción fonológica no debe confundirse con
la ortografía corriente; aunque, en muchos casos, ésta se
215

conforme según los principios fonológicos, queda siempre un


compromiso de diferentes principios (morfológico, fonético,
etimológico, semántico, etcétera).
La transcripción fonética es imprescindible en
numerosas ocasiones:

a. Cuando no se conoce el sistema ni la estructura de una


lengua, es la situación del lingüista que se encuentra ante una
lengua que nunca se ha escrito;
b. Cuando debe transcribir determinadas formas de la lengua
en las que no se puede vislumbrar la regularidad de su
estructura ni su sistema: el habla de un niño muy pequeño, o
de un afásico, etc.;
c. Cuando se investiga en el campo de la dialectología, en
todas sus amplias manifestaciones.

Convenciones fonéticas y representación


Los Principes de transcription phonologique
terminaban en el artículo 10° con estas palabras: «La
fonología comparada exige que los signos gráficos se empleen
en el mismo sentido para la transcripción de las distintas
lenguas. Ante todo, sería urgente elaborar para grupos
enteros de lenguas, una transcripción fonológica basada en
principios estrictamente homogéneos.
La tarea será la de buscar el modo de establecer una
transcripción fonológica homogénea para todas las lenguas
del mundo, problema que, en vista de la diversidad de la
constitución fonológica de los diferentes sistemas lingüísticos
por una parte, y el número limitado de los signos utilizables
por otra parte, presentará grandes dificultades técnicas.
Efectivamente, éste sería el ideal aún no llevado a
cabo: las transcripciones de los indoeuropeístas son diferentes
de las de los ugrofinistas, de las de los semitistas, etc. Sólo en
el campo de la romanística se utilizan seis o siete sistemas: de
Gilliéron, Jaberg-Jud, Áscoli, Böhmer, Merlo, Ascoli-
Goidànich, etcétera.
216

La proliferación de tratados y monografías y la


aparición de nuevas revistas dedicadas a estudios lingüísticos
en estos últimos años, lleva consigo el empleo de sistemas de
notación que difieren considerablemente.
Aunque el Alfabeto Fonético Internacional es cada día
más utilizado, quedan amplios círculos lingüísticos y
filológicos con otros alfabetos que unas veces responden a un
planteamiento nuevo y estructurado (por ejemplo: el ALEC,
Atlas Lingüístico y Etnográfico de Colombia; el ALEcu, Atlas
Lingüístico y Etnográfico del Ecuador que está en proceso de
construcción; el del Atlas Lingüístico y Etnográfico de
Andalucía), pero que otros resultan sistemas totalmente
híbridos: han escogido -hemos escogido también- de los
diferentes alfabetos existentes aquellos signos que
consideramos se adecuaban mejor para los fines académicos.

Las notaciones utilizadas para la transcripción han


sido de diferentes tipos, y han corrido también la más variada
fortuna:
a. Notación analfabética, llamada así por Otto Jespersen,
inventor él mismo de estos sistemas. En su obra The
Articulation of Speech Sounds (1889) expone sus
características: consiste en la combinación de una
serie de letras de distintos alfabetos, y de números
para la descripción de un sonido determinado.

Las letras griegas se refieren a los órganos


articulatorios:
α = labios
= punta de la lengua
= dorso de la lengua
δ = velo del paladar
ɛ = cuerdas vocales, etc.
217

Las letras latinas representan zonas de los órganos


articulatorios:
a = margen externo de los labios
b = parte central de los labios
c = parte interna de los labios, etc.
Los números indican el grado de apertura:

0 = oclusión
1, 2 = estrechez, etc.
Por ejemplo:

Una consonante palatal se indicará 0g, donde =


dorso de la lengua; 0 = oclusión; g = paladar anterior.

Una consonante medio palatal se representará por


0h, donde h = paladar central.

b. Notación icónica: los signos que usa no son


arbitrarios. Por ejemplo, en la obra de John Wilkins:
An Essay towards a Real Character and a
Philosophical Languaje, 1668, cada símbolo es un
dibujo simplificado, en perfil, de la posición de los
órganos articulatorios.

c. Notación alfabética, tomado como base el alfabeto


latino, es la usada hoy y ha sido siempre la más
corriente.

A continuación ubicamos el Alfabeto Fonético


Internacional, cuyos caracteres representan fonemas, por un
lado, y los sonidos por otro. Nos servirán para tener una
referencia global de ellos; para conocer sus nombres, desde la
triple perspectiva de zona, modo y sonoridad, amén de su uso
para los casos concretos de transcripción.
218

Los fonemas y los sonidos del español

1. Los fonemas
Bilabial Labiodental Ling.dental Ling.interd. Lingalv. Ling.palat. Linguovelar

sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son.

Oclusiva p b t d k g

Fricativa f s ǰ x

Africada ţʧ

Nasal m n ɲ

Lateral l
V.
simple r

V. múlt.

Las vocales

Anterior Central Posterior


Cerradas i u
V O C A L E S Medias e o
Abiertas a

CUADRO DE LOS FONEMAS DEL ESPAÑOL


219

2. Los sonidos
Bilabial Labiodental Ling.dental Ling.interd. Lingalv. Ling.palat. Linguovelar

sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son. sor. son.

Oclusiva p b t d k g
Fricativa f  ð s ǰ x
Africada
t
∫ ‫ﻞ‬

n
Nasal m ɱ ņ n n ŋ
ɲ
Lateral ļ Ị l
V.
simple r
V. múlt. r

Vocales, semivocales y semiconsonantes:

Anterior Central Posterior


Semiconsonante j w
Semivocal ḭ ṵ
VOCALES
Cerrada i u
Media e o
Abierta aɑ
CUADRO DE LOS SONIDOS DEL ESPAÑOL
220

Anexo:
Vocabulario fundamental
221
222

Trato de ir tan lejos como puedo al encuentro de la investigación


futura, aunque sea a costa de parecer menos seguro de mí mismo. No me
interesa parecer si no soy.
J. Corominas: Diccionario crítico etimológico castellano e
hispánico, t. I, p. XXXI.

El vocabulario de la fonética y fonología


Estas “cosas” uno pretende volverlas fáciles. Quiero
decir este tipo de orientaciones, en consideración del nivel de
profundidad de las ciencias de la fonética y fonología, además
del sistema de estudios a distancia y, con la clara visión de
apoyar a quienes las van a recibir, quieren ser las más fáciles.
Desgraciadamente no hay nada fácil. Tampoco las cosas son
difíciles. De todas las maneras este Vocabulario... quiere
ayudar al profesor que orienta fonética y fonología en
cátedras de educación media o universitaria, para que se
haga entender conforme requieren ser aprovechados los
contenidos y alcances de la fonética y fonología, como una
más de las tareas lingüísticas dentro de los procesos de
enseñanza-aprendizaje del lenguaje y de todas sus
metodologías.
La nueva edición del Manual de fonética y fonología
tiene un nuevo destinatario: los estudiantes de la Universidad
Técnica Particular de Loja. Es para ellos la nueva lucha por
organizar materiales que le posibiliten un mejor encuentro
con las ciencias del lenguaje.
223

Esta edición se la hace en el 2000, año del término de


un milenio, no inicio de otro; pues, los inventores de los
números partieron del “uno” y continuaron hasta el nueve.
No llegaron al cero; su creatividad y poder de invención no
llegó hasta allí. La operación matemática inicial no necesitó
del “cero”. Tampoco lo tuvieron los señores que
fundamentaron y manejaron los números romanos. El cero, la
más grande invención en el orden universal de la cultura, es
el último número de los naturales, y es de reciente invención.
La cultura china, por ejemplo, apenas en el 1200 de nuestra
era, inventa el “símbolo para el cero”. Se ha dicho que no
hubo necesidad de pensar en la “nada”; pues el cero no vino
a significar la nada. El cero es el todo en el mundo de las
relaciones: es presencia y ausencia.
En esta parte del camino, vale el etcétera. No se
necesita ser matemático para hablar y conversar de números,
como quieren Alan Sokal y Jean Bricmont, los impostores,
perdón, los autores de Imposturas intelectuales, en donde la
simpática de la Julia Kristeva, el horrible de Lacan; en donde
Marleau-Ponty, Bergson, Luce Irigaray, entre algunos de los
que recuerdo, no sirven para nada. ¿Sokal-Bricmont
pretenden una deconstrucción matemática de la lingüística?
Menos mal que esta vez “no se metieron” con los autores del
“álgebra del lenguaje”, con Hjelmslev y compañía que dieron
nombre a la Escuela de Copenhague. También don Louis
Hjelmslev y su compañía hubieran pasado a figurar en la lista
de los impostores de la cultura lingüística del siglo XX, al cual
le falta un año para que se termine. Es una preocupación aún
no poder decir que nos hemos convertido en puentes de dos
siglos: del XX y del XXI. ¡Más tarde será!

No perdamos de vista el criterio con el cual nace este


vocabulario: configuración teórica y elaboración práctica de
la fonética y fonología, y según la relación e interrelación de
los artículos, conceptos, términos y acepciones entre sí, de
suerte que, conjuntamente, todos ellos coadyuven al objetivo
de precisar el campo de acción de las disciplinas en cuestión.
224

Otra cosa más: hay varios diccionarios filológicos, de


lingüística, de la lengua y del habla, etcétera y en ellos se
incluye asimismo conceptos y definiciones de la fonética y
fonología. Creo yo que a esas fuentes no tienen acceso
nuestros estudiantes. Las razones de su falta de acercamiento
pueden ser de dominio público -por obvias razones, se dice- o
no las podemos conocer. La verdad es que no se acercan allí
para fundamentar el conocimiento científico y técnico de una
disciplina. En cambio, nosotros queremos que ellos lleguen a
la ciencia y logren una síntesis de ese saber científico que es
parte de su preparación profesional. Por eso viene este
vocabulario.
A. J. Greimas y J. Courtés advierten que un
diccionario “reúne las ventajas y los inconvenientes de la
aproximación paradigmática y de la presentación
discontinua. Las ventajas son evidentes: permite el acceso
inmediato de la terminología en uso; facilita la ulterior
introducción de los suplementos de información que los
progresos de las investigaciones no dejarán de aportar y,
sobre todo, autoriza a colocar juntos segmentos
metalingüísticos cuyo grado de elaboración y formulación sea
muy desigual al yuxtaponer definiciones rigurosas, informes
sin acabar e indicaciones de lugares problemáticos todavía
inexplorados. El inconveniente mayor radica en la dispersión
alfabética del cuerpo de conceptos, que dificulta el control de
la coherencia taxonómica que se supone subtenderla”.
Con todo lo dicho hasta aquí, se quiere presentar una
estructura que ayude y facilite el estudio.
Ahora bien: no se crea que estamos inventando una
ciencia y ese lenguaje que sirve para expresarla. Este
vocabulario corresponde a estudios y, sobre todo es deudor de
muchas posiciones de las cuales aspiramos a seleccionar lo
más necesario para lograr una presentación de síntesis. Por
otro lado, conocemos por historia de la lexicografía que los
diccionarios se elaboran a partir de otros diccionarios. Esta ha
sido nuestra práctica cuando marchamos muy cerca de: Jean
Dubois y otros, Diccionario de lingüística, Madrid, 1979;
225

Werner Abraham, Diccionario de terminología lingüística


actual, Madrid, 1981; A. J. Greimas y J. Courtés, Semiótica.
Diccionario razonado de la teoría del lenguaje, Madrid,
1982; Fernando Lázaro Carreter, Diccionario de términos
filológicos, Madrid, 1969; Oswaldo Ducrot y Tzvetan
Todorov, Diccionario enciclopédico de las ciencias del
lenguaje, Buenos Aires, 1975; Andrés Martinet, La lingüística.
Guía alfabética, Barcelona, 1972; Antonio Quilis y J.
Fernández, Curso de fonética y fonología, Madrid, 1973; A.
Quilis, Fonética acústica de la lengua española, Madrid,
1981; A. Quilis, Tratado de fonología y fonética españolas,
Madrid, 1993, A. Quilis, El comentario fonológico y fonético
de textos. Teoría y prácticas, Madrid, 1985; A. Quilis, Álbum
de fonética acústica, Madrid, 1973, etc. Son fuentes directas.
En otro apartado puntualizamos la bibliografía que sobre
teoría fonético-fonológica nos ha servido para montar esta
selección que la lanzamos para la ayuda de los estudiantes de
los cursos de fonética y fonología.
fausto AGUIRRE
Loja, julio de 1985
Diciembre 30 de 1999
226

A
Abertura. n. f. Separación del canal bucal durante la emisión de un
sonido. Las vocales dependen de los diferentes grados de abertura.
Abierto. a. Se aplica a las vocales. La vocal abierta se pronuncia con
una posición baja de la lengua. Entonces, el canal bucal permanece
abierto. Las vocales abiertas con compactas. Depende del sonido
vocálico para la abertura vocálica.
Acento. n .m Elemento articulatorio que define características
particulares: social, dialectal o extranjera, en el habla de un usuario
de la lengua. Lingüísticamente el acento es un procedimiento fónico
que permite destacar una unidad lingüística superior al fonema
para distinguirla de las otras unidades lingüísticas del mismo nivel.
El acento caracteriza a una serie de fonemas que se presentan en
combinación. El acento de intensidad consiste en pronunciar unas
sílabas más fuertemente que las otras.
Acentuación. n. f. Fonéticamente consiste en destacar una o
varias sílabas en el interior de una palabra o grupo de palabras
pronunciándolas con una característica fónica que las diferencia de
otras: mayor fuerza espiratoria o timbre más agudo.
Acentual. adj. Este adjetivo califica toda unidad o relación
lingüística, definida por el papel del acento. La unidad acentual es
la palabra. La unidad acentual es un morfema o una serie de
morfemas constituyentes de una frase que lleva un único acento
principal
Acústica. n. adj. Como ciencia es la parte de la física que estudia la
estructura de los sonidos y la actitud de reacción del oyente ante
ellos. La fonética acústica estudia la naturaleza física del mensaje
vocal, independientemente de sus condiciones de producción y de
recepción.
Adición. s. f. Fonética y fonológicamente la técnica significa
añadir un sonido o fonema a un morfema o a una realidad
lingüística. La técnica es probatoria. Por el nuevo sentido de la
realidad lingüística supone una nueva realidad fonológica.
227

Aducción. s. Es el movimiento por el cual -en el acto de la


fonación- las cuerdas vocales se aproximan, aunque sin unirse
totalmente, y por lo cual la glotis se estrecha.
Afasia. s. Son defectos orgánicos que imposibilitan al
usuario de la lengua -en estado de enfermedad- dominar
completamente el aparato del habla. Perturbaciones de la
comunicación verbal, sin que exista déficit intelectual. Afecta a la
expresión, recepción de los signos verbales, orales o escritos. Las
afasias de expresión, también llamadas motrices se llaman también
afemias -perturbaciones del habla inherentes a lesiones corticales-.
Africada. s. adj. Fonéticamente/acústicamente es la unión de
oclusión con aspirante homorgánica, cuando pertenece a la misma
sílaba. Es decir, en su producción intervienen un momento oclusivo
y otro fricativo.
Agudo. a. Se aplica al acento y al sonido. Como tono o ruido
está caracterizado por el predominio en su espectro acústico de las
frecuencias altas. En español, el acento agudo, a diferencia de otras
lenguas, sirve para indicar el acento de intensidad.
Alalia. s. Se utilizó en el siglo XIX para designar las
perturbaciones del lenguaje más conocidas con el nombre de afasias
de tipo motriz.
Alargamiento. adj. Es el prolongamiento que experimenta un
fonema en su duración, en comparación al grado pleno o normal.
Esa mayor duración aparece como consecuencia de la desaparición
de fonemas contiguos. Se habla de alargamiento compensatorio y se
establecen grados.
Alfabética. adj. Se llama escritura alfabética a los sistemas de
escritura con base fonética o fonológica.
Alfabeto. s. Es todo conjunto de signos empleados en una
escritura alfabética para anotar, en principio, los fonemas o, a
veces, las series de fonemas. El alfabeto fonético es un sistema de
signos que simbolizan los sonidos del lenguaje. La representación de
los sonidos se hace en corchetes o paréntesis angular, y la de los
fonemas en barras oblicuas. El alfabeto fonético internacional
representa una sistematización de los valores -sonidos y fonemas-
vocálicos y consonánticos estandarizados, que advierten un mayor
grado de precisión para la representación de las realidades de
diferentes lenguas.
228

Aliteración. s. Igual sonido inicial de dos palabras seguidas. Se da


una aliteración vocálica y una aliteración consonántica.
Alófono. s. Es la variante combinatoria de un fonema. Son las
diferentes realizaciones de un fonema dentro de la cadena hablada,
de tal forma que ninguna de ellas aparece en el mismo entorno de
otra, y no se modifica el significado.
Alófono. s. Es una variante no pertinente, condicionada por el
contexto fónico, de un tono o tonema, igual que un alófono es una
variante de un fonema.
Alternancia. s. adj. Se dice alternancia independiente. Es la
variación experimentada por un fonema o grupo de fonemas en un
sistema morfológico dado.
Alto. adj. Se utiliza en „formante alto‟ para nombrar al formante
bucal, o segundo formante, que aparece en la parte superior del
espectro, por oposición al formante bajo de la faringe, o primer
formante, que aparece en la parte inferior. Vocal alta es la vocal
realizada con una posición alta de la lengua, es decir con la lengua
lo más cercana posible al paladar pero sin impedir el paso del aire.
Las vocales corresponden a las vocales semicerradas.
Altura. s. Es la cualidad de la percepción auditiva, según la cual
pueden ordenarse y compararse o de un modo absoluto o
relativamente a una escala entre alto y bajo señales acústicas
periódicas, cuasi-periódicas y también, en parte, aperiódicas.
1. .Altura de un sonido: acústicamente es la cualidad subjetiva del
sonido que se relaciona con la frecuencia, del mismo modo que la
fuerza se asocia con la intensidad. 2. Acento de altura, acento
musical o tono: son las variaciones de altura que se emplean en
algunas lenguas para oponer palabras de diferente sentido, pero
que presentan los mismos fonemas.
Alveolar. s. adj. Se llama así a la formación de sonidos con la
lengua y el paladar. Se llama alveolar al fonema consonántico
articulado a la altura de los alvéolos dentales superiores, la mayoría
de las veces con el ápice de la lengua.
Alvéolos. s. Cavidades de los dientes. Los alvéolos posteriores de los
incisivos superiores constituyen al articulador superior para la
pronunciación de determinadas consonantes llamadas „alveolares‟.
Alveopalatales. s. adj. Se llaman consonantes palatoalveolares o
postalveolares. Son consonantes prepalatales articuladas en el límite
229

entre los alvéolos y el paladar duro, teniendo como articulador


inferior la punta o la región predorsal de la lengua.
Amplitud. s. Acústicamente la „amplitud‟ de la onda vocal es la
distancia entre el punto de reposo de las partículas de aire en
vibración y el punto extremo que alcanza en su movimiento.
Anticadencia. s. Es la diferenciación de los miembros de frases
encadenados mediante elementos de entonación tensa, incitante,
que permanece suspendida en lugar de recaer como en la cadencia.
Es un tonema ascendente. Es el tonema que asciende rápidamente a
partir de la última vocal tónica.
Anticipación. s. Es la acción regresiva ejercida por un fonema
sobre otro fonema anterior.
Aparato. s. Se llama aparato fonador al conjunto de los órganos del
habla y de los músculos que los accionan.
Apical. adj. Se aplica a la consonante que se articula con la punta de
la lengua aproximada a la parte anterior del paladar duro, de los
alvéolos o de los dientes.
Apicalizado: adj. Se llama así al tipo de sonido consonántico que
tiende a realizarse como apical.
Ápice. s. 1. El extremo o punta de la lengua. 2. Ápice silábico o
centro silábico: es el punto culminante de la sílaba sobre el que
recae el acento en el caso de tonacidad y tonalidad. Se llama
también “eje silábico” y siempre está constituido por una vocal o
una sonante.
Ápicoalveolar. s. adj. Se refiere al sonido realizado con la punta de
la lengua contra los alvéolos inferiores.
Ápicodental. s. adj. Se refiere al sonido realizado con la punta de la
lengua contra los dientes.
Ápicoprepalatal. s. adj. La realización de un sonido consonántico
de esta naturaleza incluye el contacto o la aproximación de la punta
de la lengua contra la región anterior del paladar duro.
Apofonía. s. Es equivalente al concepto de „alternancia vocálica‟. Se
refiere al cambio vocálico en palabras o formas de palabras
relacionadas etimológicamente dentro de un sistema de formas bajo
la acción del acento indogermánico.
230

Apoyo. explic. Se hace referencia a una vocal o consonante de


apoyo. Es el elemento fónico parásito que se inserta entre dos
fonemas para facilitar la pronunciación de la palabra.
Archifonema. s. Significa fonema múltiple. Es la representación -
ordinariamente con letras mayúsculas- de más de una o dos
posibilidades acústicas de un fonema en contextos diferentes. Es
decir: es el conjunto de las particularidades distintivas comunes a
dos fonemas cuya oposición es neutralizable. En términos más
sencillos el archifonema representa la neutralización de una
oposición.
Aritenoides. s. Son los dos cartílagos de la laringe a los que está
fijada la extremidad posterior de las cuerdas vocales. El movimiento
de estos cartílagos determina la abertura o cerrazón de la glotis.
Armonía. s. Se da el nombre de armonía fonética al conjunto
de fenómenos de asimilación que tienen por finalidad la
aproximación del timbre de un fonema al timbre de un fonema
contiguo o próximo.
Armonía vocálica: s. Es un fenómeno de asimilación vocálica que
puede actuar sobre varias vocales de una misma palabra.
Armónico. s. Se llama armónico o tono parcial el
sonido producido en una vibración compleja por una de las partes
del cuerpo vibrante. Las frecuencias de los armónicos son múltiplos
enteros de la frecuencia del tono fundamental.
Articulación. s. adj. 1. Es el conjunto de los movimientos de los
órganos vocales que determinan la forma de los diferentes
resonadores al paso del aire laríngeo y, por lo tanto, la naturaleza
de las ondas sonoras utilizadas para la producción de los sonidos
del lenguaje. 2. Base articulatoria: es el conjunto de hábitos
articulatorios que caracterizan a una lengua. 3. Modo de
articulación: es la posición que adoptan los órganos articulatorios
en cuanto a su grado de abertura o cerrazón. 4. Lugar de
articulación: es la referencia de los órganos que actúan y la zona
donde inciden éstos.
Articulador. s. Son los órganos fonadores que se interponen en el
paso del aire laríngeo y cuyos movimientos, al modificar la forma
de las cavidades de resonancia, dan su timbre característico a los
sonidos del lenguaje.
231

Articulatorio. adj. Se habla de parámetro articulatorio para referirse


a las variables fisiológicas que regulan la producción del habla. 2.
Fonética articulatoria: estudia los sonidos utilizados en el lenguaje
humano según los mecanismos de su producción por el aparato
vocal.
Asibilación. s. Es la evolución de una oclusiva a sibilante. En este
proceso evolutivo hay cambio de zona y de modo de articulación.
Asibilema. s. Son las unidades fónicas que no pueden funcionar
como ejes silábicos. En sentido semejante se utiliza el concepto
„asilábico‟: fonema que no puede ser ápice silábico.
Asimilación. s. Es la modificación experimentada por un fonema en
contacto con otro fonema vecino. Consiste en la tendencia que
experimentan estos fonemas a tomar rasgos articulatorios comunes.
Asimilatorio. adj. Se habla de incremento fónico, que se refiere a la
adición de un sonido por asimilación.
Asonancia. s. Es la repetición, en final de palabra o de grupo
rítmico, de la vocal acentuada que aparecía al final de una palabra
o de un grupo rítmico precedente.
Aspiración. s. Es un ruido debido a la abertura de la glotis durante
la oclusión bucal que acompaña a la pronunciación de las oclusivas
sordas en determinadas lenguas. En otras ocasiones define un
fenómeno dialectal.
Aspirado. adj. Se aplica a la articulación de una oclusiva
caracterizada por un ruido sordo, o soplo, que se oye entre la
explosión de la consonante y la vocal siguiente, sobre todo si ésta es
acentuada.
Ataque. s. Es el movimiento de la glotis en la articulación de una
vocal en posición inicial. El ataque suave es aspirado y el ataque
duro lleva ruido, según que las cuerdas vocales empiecen a vibrar
imperceptiblemente o con fuerza.
Átono. s. adj. Se aplica a la sílaba no acentuada.

Audibilidad. s. Es la capacidad de reconocer la forma temporal de


los signos sonoros. El reconocimiento de la forma de las transiciones
de ataque y de extensión en unión con los sonidos vocalizados.
Audiograma. s. Es la representación gráfica de la sensibilidad del
oído a los diferentes sonidos.
232

Audiometría. s. Es la medida de la aptitud para captar los diferentes


sonidos de la palabra.

B
Bajo. adj. Se aplica al formante para referirnos al primer formante.
Es el formante de la faringe -situado en las zonas de frecuencia
inferiores del espectro acústico-, por oposición al otro formante
principal, el bucal, llamado „formante alto‟ o segundo formante,
situado en las frecuencias superiores. Vocal baja: es la que se realiza
cuando la lengua está en una posición baja y determinada una gran
abertura bucal.
Base. s. Se acompaña a „articulatoria‟. Vid. “articulación”.
Base. s. Se acompaña a “comparación”. Se llama base de
comparación de dos o más fonemas en oposición a los elementos
comunes a ambos. Se trata de criterio de referencia para distinguir
las oposiciones bilaterales de las multilaterales, ya que en las
primeras la base de comparación es exclusiva de estos fonemas y en
las segundas compartida por otro u otros fonemas de la lengua.
Bemolización. s. Es la disminución de la intensidad de un sonido al
disminuir su frecuencia. Se puede obtener por labialización, por
faringalización y por retroflexión.
Bemolizado. adj. Sonido bemolizado: se caracteriza por una
disminución de la intensidad, producida por distintos
procedimientos.
Bilabial. adj. Se aplica a determinadas consonantes que se realizan
por una oclusión o una constricción debida al acercamiento de los
labios, el uno contra el otro.
Bilabiodental. adj. Se aplica a la articulación especial de una
consonante. Se articula mediante un acercamiento del labio inferior
hacia un punto intermedio entre el labio superior y los incisivos
superiores. La característica es similar a la labiodental sorda
española.
Bilabiopalatal. adj. Es un sonido complejo. Presenta un doble punto
de articulación: uno palatal y otro bilabial.
233

Bilabiovelar. adj. Es un sonido realizado con un doble punto de


articulación, uno velar y otro bilabial.
Bilateral. adj. Aplicado a la consonante, se trata de una consonante
lateral, cuya articulación consta de una expulsión de aire por los
dos lados del punto de articulación. Como oposición bilateral es la
oposición fonológica entre dos fonemas que tienen en común un
conjunto de rasgos distintivos que no aparecen en ningún otro
fonema de la lengua considerada.
Binario. adj. La oposición binaria es un tipo particular y
privilegiado de relación entre los rasgos distintivos de un sistema
fonológico.
Binarismo. s. Es una teoría fonológica que ha tenido aplicaciones en
otros dominios de la lingüística y en otras ciencias humanas,
particularmente en la antropología.
Breve. adj. El sonido del lenguaje es breve cuando su extensión en el
tiempo o duración es menor que la de otros sonidos con los que se
compara. Las consonantes son más breves que las vocales.
Bucal. adj. Se refiere a cavidad bucal que es la más importante de
las cavidades supraglóticas.

C
Cacuminal. adj. Se llama también retrofleja y muy poco cerebral.
Para este sonido el ápice de la lengua se apoya contra el paladar
duro, detrás de la línea alveolar.
Cadena. s. Se aplica a fónica. Es el conjunto linealmente ordenado
de elementos. Como cadena fónica será la sucesión ordenada en el
tiempo de fenómenos vocales, una serie de sonidos formando
enunciados. También se habla de cadena hablada.
234

Cadencia. s. Es el aflojamiento, el descanso de entonación, que


señala el final de una unidad lingüística en un ritmo regular.
Cambio. s. Se acompaña con fonético: son las modificaciones más o
menos rápidas que experimentan los sonidos de una lengua en el
transcurso de la historia.
Campanilla. s. Se llama también úvula. Vid. „úvula‟.
Cantidad. s. La cantidad de un sonido es la duración de su emisión.
Prolongación relativa de la articulación de una vocal. La cantidad
objetiva es mensurable. La cantidad subjetiva tiene una función
lingüística y caracteriza al fonema
Cardinal. Adj. Se habla de sonido cardinal. Es un sonido cuya
posición articulatoria ha sido adoptada como norma.
Cavidad. s. Conductos interiores del aparato articulatorio que
permite el paso de la columna de aire para la producción de los
sonidos. Hay tres cavidades: infraglótica, supraglótica y laríngea.
Ceceo. s. Es el fenómeno consistente en articular “s” como “z”, ( ).
Cenema. s. Significa unidad vacía, carente de sentido. Es empleado
de preferencia en vez de fonema por L. Hjelmslev y los lingüistas de
la Escuela de Copenhague, para designar en el plano de la
expresión las unidades distintivas mínimas, haciendo abstracción de
la naturaleza fónica del lenguaje considerado como accesorio,
accidental.
Cenematema. s. En la glosemática, designa a los constituyentes del
plano cenemático (plano de la expresión), es decir a los cenemas (o
fonemas centrales o vocales y marginales o consonantes) y a los
prosodemas.
Cenemática. s. para el C. L. de Copenhague es la ciencia que estudia
las unidades mínimas distintivas, llamadas cenemas.
Cenémica. s. Es la parte de la cenemática que estudia los cenemas.
Central. adj. Se aplica a vocal. Se llaman vocales centrales, medias o
mixtas. Son las vocales articuladas con la parte central del dorso de
la lengua, próximo al centro de la bóveda del paladar, por oposición
a las vocales anteriores o posteriores.
Centralizada. adj. La vocal centralizada es la vocal cuya articulación
tiende a acercarse a la de la vocal central.
Centrífugo. adj. Articulatoriamente los „fonemas centrífugos‟ se
caracterizan por una cavidad de resonancia que tiene la forma de
235

un cuerno y cuyo volumen es mayor delante del máximo


estrechamiento que detrás.
Centrípeto. adj. Son una clase de fonemas. Estos, articulatoriamente,
se caracterizan por una cavidad de resonancia que toma la forma
de un resonador, cuyo volumen es mayor en la parte posterior del
estrechamiento máximo que en la parte anterior.
Cerrado. adj. Se aplica a „fonema cerrado‟. Esta clase de articulación
conlleva un estrechamiento o cerrazón del canal bucal. Las
consonantes, por oposición a las vocales, son cerradas.
Cerrazón. s. Es el movimiento de estrechamiento del canal bucal
que implica la realización de los fonemas cerrados. Este
cerramiento puede llegar a la oclusión.
Cetasismo. s. Se llama así a la transformación de un fonema o
alófono en el fonema interdental, fricativo, sordo.
Ciceante, s. adj. Como sonido se refiere a la realización fricativa e
interdental como la “z” castellana. Persona que habla ciceante.
Ciceo. s. Es un neologismo con el cual se designa al sonido peculiar
de la interdental, fricativa castellana / / “z”).
Ciclo. s. En el componente fonológico determina la aplicación de las
reglas del componente fonológico a la estructura de corchetes de la
estructura superficial de una oración; las reglas operan desde las
cadenas más interiores hacia las exteriores, hasta que no quede
ninguna cadena sin interpretar fonológicamente, 2. Es la unidad de
medida de la frecuencia de un sonido. Representa el movimiento
efectuado por un cuerpo en vibración a partir de un cierto punto
fijo correspondiente a la posición de reposo hasta una extremidad
del movimiento con vuelta a otra extremidad, pasando por el punto
de partida. El número de ciclos por segundo se llama frecuencia de
la vibración.
Cima. s. Se habla de „cima silábica‟. Corresponde al fonema que en
un núcleo de sílaba, que comporta varios fonemas, es más abierto
que los demás.
Claro. adj. Se aplica a vocal, y se trata de una vocal acústicamente
aguda, es decir genéticamente palatal. Las vocales claras se oponen
a las vocales oscuras o graves.
Clic. s. Se trata de un sonido chasqueante, de chasquido.
236

Coalescencia. s. Se llama también contracción. Es la fusión de dos o


más elementos fónicos en uno solo. Es un fenómeno de gramática
histórica.
Coarticulación. s. Es la coordinación de diversos movimientos
articulatorios para la realización de una misma unidad fónica.
Codificación. s. Se aplica a „codificación fonológica‟. En todas las
lenguas de la tierra se utilizan como expresión no sonidos aislados,
sino combinaciones de sonidos. Sonidos distintos entre sí se
combinan en cadenas fónicas de acuerdo a reglas fijas del código
que, entonces, funcionan como expresión de los signos lingüísticos.
En el código los sonidos tienen que estar delimitados unos de otros,
para que sean identificables, y las reglas de combinación tienen que
estar fijadas. A la modificación según las condiciones del contexto
de la cadena fónica básica que el código proporciona
automáticamente, se llama codificación fonológica.
Combinación. s. Es la disposición por simultaneidad o por
contigüidad de dos o más articulaciones. Los fonemas complejos son
el resultado de la combinación de dos articulaciones simultáneas.
Combinatorio. adj. 1. Cambio combinatorio: es la combinación
fonética que experimenta un fonema en contacto con un fonema
vecino, que resulta en general de la tendencia a la asimilación. 2.
Variantes combinatorias: Si dos sonidos de la misma lengua, que se
asemejan entre sí por sus propiedades acústico-articulatorias, no
pueden aparecer nunca en el mismo contexto, se trata entonces de
variantes combinatorias de un único fonema.
Complementaria. adj. Se habla de distribución complementaria. Dos
elementos de una lengua se encuentran en distribución
complementaria si no existe ningún contexto en el que uno pueda
sustituir al otro. Distribución complementaria o suplementaria: una
unidad aparece en un entorno en el que otra no parece nunca.
Concomitancia. s. Es un fenómeno de redundancia fonológica que
se produce cuando dos fonemas, /p/, por ejemplo, o dos series
correlativas, se oponen por más de un rasgo pertinente.
Conducto. s. Se aplica a auditivo. Es una parte del oído externo que
pone en comunicación el pabellón con el oído medio. Es un paso de
una longitud aproximada de veinticinco milímetros, abierto en su
extremidad externa y cerrado en su extremidad interna por la
membrana del tímpano. Este conducto es un resonador acústico. 2.
Conducto vocal: es parte del aparato fonador situada entre las
237

cuerdas vocales y los labios, por el que circula el aire que viene de
la glotis. Se llama también canal vocal.
Conmutación. s. Es un método lingüístico que consiste en la
sustitución de una unidad lingüística por otra. A esta sustitución
corresponde al mismo tiempo una correlación en otro plano. Por
medio de la conmutación se fijan las combinaciones posibles en
cada caso de un signo lingüístico con los otros signos lingüísticos:
cada signo lingüístico se coloca sistemáticamente en un contexto
determinado para averiguar qué signos pueden o no pueden
aparecer allí. La conmutación es una prueba que debe servir para
mostrar si la sustitución de un elemento por otro en el plano de la
expresión, a un nivel determinado, produce una diferencia en el
plano del contenido, contrariamente, si la sustitución de un
elemento por otro en el plano del contenido se manifiesta por una
diferencia en el plano de la expresión. Sin análisis fonético,
simplemente por medio de la prueba del intercambio, puede
comprobarse el número de fonemas en una palabra. La
conmutación es, pues, la operación mediante la cual el lingüistica
verifica la identidad paradigmática de dos fonemas de la lengua.
Consonante. s. Es un sonido que comporta una obstrucción, total o
parcial, en uno o varios puntos del conducto vocal. Los sonidos
consonánticos se producen en la región sagital media del espacio
bucal con una obstrucción radical. Las consonantes tienen como
fuente de sonido el franqueamiento de una obstrucción o el
estrechamiento de la vía respiratoria en algún lugar de la cavidad
bucal o en la laringe.
Consonántico. adj. Un sonido de esta clase presenta las
características de las consonantes; se obstaculiza el paso de la
columna de aire.

Contricción. s. Es el estrechamiento del conducto vocal. Provoca


una turbulencia del aire que sale por la laringe y produce un ruido
de frotamiento -ruido fricativo-. Caracteriza a la producción de las
consonantes fricativas.
Continuo. adj. Se aplica al sonido, cuya pronunciación responde a
una característica de continuidad. Pues, su columna de aire no es
interrumpida. Son continuas las vocales y las consonantes a
excepción de las oclusivas, las africadas y las vibrantes.
238

Contorno. s. El contorno de entonación, o contorno tonal, es el


conjunto de características melódicas que organizan la unidad de la
oración.
Contraste. s. Fonológicamente es la diferencia entre dos unidades
contiguas de la cadena hablada.
Contrastivo,-a. adj. El acento cumple una función contrastiva que
consiste en individualizar un segmento frente a los restantes
segmentos análogos integrantes de un enunciado.
Contratónico, -a. adj. Caracteriza a la sílaba con acento secundario,
en el caso de las palabras con dos acentos.
Coronal. adj. Se llama a un tipo de consonante, para cuya
producción, se acerca el predorso de la lengua, al paladar duro o a
los incisivos superiores y alvéolos: es el caso de una variedad de una
/s/ andaluza.
Corte. s. Se refiere al corte de sílaba o a la frontera silábica, cuyo
límite está entre dos sílabas. Se sitúa en el interior de la palabra.
Cricoides. s. Se habla del “hueso cricoides”. Es un cartílago situado
en la base de la laringe. Se llama nuez o bocado de Adán. En él están
fijadas las extremidades anteriores, inmóviles de las cuerdas
vocales.
Cromático, -a. adj. Se aplica al acento y esta variedad es el acento
musical, de altura (o tono). Consiste en una elevación del timbre de
la voz, debida a una mayor tensión de las cuerdas vocales, que
afecta a una palabra o a una sílaba de una palabra.
Cuerdas vocales. s. Son dos tendones cuyo reborde interior es algo
más grueso. Se sitúan horizontalmente en dirección antero
posterior. Por su parte anterior están unidas al cartílago tiroides, y
por la posterior, a los dos cartílagos aritenoides.
Cuchicheo. s. Es el zumbido laríngeo producido por la vibración de
las cuerdas vocales cuando éstas ocupan una posición intermedia
entre la posición que corresponde a la respiración normal -cuerdas
vocales separadas y glotis abierta- y la que corresponde
naturalmente, a la fonación -cuerdas vocales en contacto y glotis
cerrada-.
239

Ch
Chasqueante. adj. Se llama también clic. Es un sonido realizado por
medio de dos oclusiones.
Chicheante. adj. En algunas ocasiones se denomina así al sonido
característico de la ch castellana.

D
Débil. adj. Se refiere a consonante y sirve para designar a la dulce,
por oposición a las fuertes. En español, las consonantes sonoras, por
ejemplo, las oclusiones /b/ /d/ /g/ son débiles.
Decreciente. adj. Se aplica al diptongo. Los que terminan en las
semivocales ḽ ṷ , se llaman decrecientes. Se oponen a los crecientes
que terminan en las vocales a e o.
Demarcativo. adj. Se habla de una señal demarcativa refiriéndose al
elementos fónico que señala los límites de una unidad significativa,
palabra o morfema, en posición inicial o final. Este papel puede
desempeñar el acento.
Denso. adj. Se habla de fonemas densos o compactos, y se hace
referencia a aquellos cuyo espectro acústico presenta una mayor
concentración de la energía en una región relativamente estrecha y
central, por el acercamiento o conexión de los dos formantes
principales -de la faringe y de la boca-.
Dental. adj. Una consonante es dental cuya articulación se produce
aproximando el labio inferior, la punta o el dorso de la lengua a los
incisivos superiores.
240

Dentalización. adj. Un fonema cambia su zona de articulación,


haciéndose dental o adquiere una pronunciación dental. Se vuelve
dental o alófono.
Desfonologización. s. Es una mutación en la evolución fónica de
una lengua, que tiene como consecuencia la supresión de una
diferencia fonológica.
Deslabialización. s. Es la alternancia experimentada por un fonema,
normalmente labializado o redondeado, que pierde esta
característica en una alternancia sincrónica o debido a un cambio
histórico.
Desnasalización. s. Es la pérdida de la nasalidad de una vocal o
diptongo.
Desonorización. s. Se refiere a la pérdida del sonido. Fonemas que,
ordinariamente se realizan como sonoros, se cambian o pierden su
condición y se vuelven sordos. No hay vibración de las cuerdas
vocales.
Despalatalización. s. Se refiere a la pérdida de la condición palatal
de una vocal o de una consonante.
Diferenciación. s. Fonéticamente la diferenciación se refiere a todo
cambio que tiene como fin acentuar o crear una diferencia entre
dos fonemas contiguos.
Difuso, -a. adj. Los fonemas difusos se caracterizan por una
configuración de un espectro acústico tal que los dos formantes
principales se sitúan en los dos extremos del espectro en vez de
estar cerca del centro como en los fonemas densos.
Digrama. s. Es un grupo de dos letras empleado para transcribir un
fonema único.
Dilación. s. Es la asimilación a distancia y corresponde a la
modificación del timbre de un fonema debida a la anticipación de
otro fonema que no le es contigo.
Diptongación. s. Es un cambio fonético que resulta de una
alternancia sincrónica o de una evolución diacrónica.
Diptongo. s. Se trata de una vocal que cambia una vez de timbre a
lo largo de su emisión, de suerte que al principio del diptongo se
oye una cierta cualidad vocálica diferente de la del final.
241

Disartria. s. Es la perturbación de la articulación de los fonemas;


ordinariamente se debe a lesiones cerebrales de mayor o menor
consideración.
Discontinuo, -a. adj. Se dice de la consonante cuando su
articulación comprende una interrupción total de la columna de
aire.
Disimilación. s. Es todo cambio fonético cuyo fin es acentuar o crear
una diferencia entre dos fonemas vecinos, aunque no contiguos. Es
una diferencia a distancia.
Disprosodia. s. Es una anomalía del ritmo, de la entonación o de la
altura del tono en el decurso de ciertos enfermos afásicos.
Distensión. s. Se conoce también con el nombre de metátesis. Es la
fase final de la articulación de un fonema durante la cual los
órganos fonadores abandonan la posición que los caracteriza para
llegar a la posición de reposo, o para adoptar la posición de la
emisión del siguiente fonema.
Distintivo. adj. Los rasgos distintivos son los elementos fónicos
mínimos susceptibles de oponer en una misma lengua dos
enunciados de sentido diferente, cuyo significado es en todo lo
demás idéntico.
Dorsal. adj. Se aplica a la consonante cuya realización conlleva el
acercamiento de la parte superior de la lengua -dorso- y el paladar.
Dorso. s. Parte superior de la lengua comprendida entre el ápice y la
raíz o tronco. De acuerdo a la zona de articulación, esta parte
orgánica define nombre de articulaciones consonánticas.
Dorsoalveolar. adj. Se llama así a la consonante para cuya
producción parte del dorso de la lengua se apoya o roza los
alvéolos. Es el caso de nuestra /s/.
Dulce. s. Se aplica a la consonante cuya articulación se produce con
menos fuerza que la fuerte.
Duración. s. La duración o cantidad de un sonido es su extensión en
el tiempo.
Durativas. adj. (Continuas) consonantes. Consonantes de más larga
duración; contraposición: consonantes momentáneas (de corta
duración).
242

Duro. adj. Un fonema duro, llamado preferentemente tenso o


fuerte, por oposición a los fonemas dulce, flojo o débil, se
caracteriza por una tensión de los músculos bucales.

E
Egresivo, -a. adj. Se llama consonante egresiva a la consonante
normal en la correlación de ingresión. Frente a la consonante
ingresiva, que se caracteriza por presentar una doble oclusión -una
principal y una segunda siempre velar- y un enrarecimiento del
aire en el espacio entre ambas, debido a un movimiento de sucesión,
la consonante agresiva presente una única oclusión.
Electropalatografía. s. La e se utiliza para conseguir información
acerca del lugar de la boca en que se ponen en contacto la lengua y
el paladar. Emplea un paladar artificial en el que se colocan una
serie de electrodos para registrar los contactos.
Electroquimografía. s. Es una técnica que registra los continuos
cambios en el flujo de aire oral y nasal durante el habla. Presenta
una detallada información sobre las dimensiones de tiempo y sobre
los tipos de movimientos que los órganos vocales sobreimponen en
la corriente de aire que fluye durante la articulación
Elisión. s. Es un fenómeno de fonética combinatoria. Se da en la
frontera de la palabra -sandhi-, mediante el cual una vocal final
átona desaparece ante la inicial vocálica de la palabra siguiente.
Enfático. adj. (alargamiento. Aplicado a las vocales, se entiende que
se trata de vocales pronunciadas con énfasis. Según Trubetzkoy una
velarización enfática se refiere a una articulación consonántica
secundaria, que consiste en un abultamiento de la raíz de la lengua
que ocasiona un desplazamiento de la laringe con una dilatación,
leve o fuerte del paso -faringalización-.
Enlace. s. El enlace, ligazón o liaison es la inserción, entre dos
fonemas vocálicos, de un elemento consonántico de apoyo -
consonante o semiconsonante o semivocal-.
Enmudecimiento. s. Es el fenómeno por el cual un fonema, un
sonido acaba por no ser pronunciado.
243

Ensordecimiento. s. Un sonido, por su situación, en compañía de


sonidos sordos, puede terminar siendo influido en su zona de
articulación. Se ensordece. El fenómeno se llama también
desonorización que consiste en la pérdida de la vibración laríngea
que caracteriza a los sonidos sonoros.
Entonación. s. Son las variaciones de altura del tono laríngeo que no
afectan a un fonema o a una sílaba, sino a una serie más larga:
palabra, sintagma, frase, período, discurso, oración, y que forman la
curva melódica de la entidad lingüística en cuestión.
Entonema. s. Se denomina entonema a la unidad distintiva de
entonación en el ámbito de la oración.
Epiglotis. s. Es un cartílago en forma de pera situado encima de la
laringe, cuya entrada protege. Un extremo de la epiglotis está unido
a la nuez o bocado de Adán y el otro queda libre.
Espectro acústico. s. Es la representación gráfica de los componentes
de una vocal y de una consonante.
Espectrómetro, espectrógrafo. s. Es un aparato analizador del sonido
que permite descomponer una onda sonora en sus parciales,
aislando los unos de los otros mediante filtros acústicos,
registrarndo cada uno de los parciales independientemente de los
otros componentes del sonido y hacer visibles los resultados del
análisis bajo la forma de un espectro.
Espiración. s. Es el acto mediante el cual se expulsa el aire
pulmonar; es la fase de la respiración en la que tiene lugar el acto
fonador. Los sonidos se producen en la respiración.
Espirantización s. Es el estrechamiento del canal bucal en su eje
medio, que se produce especialmente para el emisión de las
fricativas y de las constrictivas. También se refiere al cerramiento
del canal bucal de un sonido, cuya articulación supone
estrechamiento. Es, por ejemplo, el paso de las oclusivas a las
fricativas.
Estorascopio. s. Es un tipo especial de oscilógrafo catódico que
permite visualizar las oscilaciones de las ondas sonoras,
prescindiendo de la cámara -y de todos los inconvenientes debidos a
la duración del desarrollo de la película y, sobre todo a la enorme
cantidad de película necesaria para filmar una sola vibración-.
Estridente. adj. Los sonidos estridentes tienen una cantidad mayor
de ruidos que sus correlatos no estridentes.
244

Estroboscopio. s. Es un aparato que permite observar las vibraciones


laríngeas.
Eufonía. s. Es la cualidad de los sonidos agradables de escuchar.
Explica ciertos cambios fonéticos debidos a la influencia de fonemas
contiguos o cercanos. Puede actuar como factor de asimilación o de
disimilación, en todo caso para evitar molestias de sonido.
Evanescente. adj. Se refiere a sonidos que están en proceso de
desaparición.
Explosión. s. Es el ruido producido al final de una articulación
oclusiva, cuando el aire sale por conducto oral y lo hace en una
forma brusca.
Explosivo, -a. adj. El sonido es explosivo, cuando la consonante se
encuentra ante una vocal, por oposición a los sonidos implosivos
que se encuentran después o detrás. En mano, /m/ y /n/ son
explosivas. También el adjetivo se refiere a las consonantes
oclusivas, dependiente del lugar de situación.
Eyección. s. Es el proceso articulatorio que tiende a expulsar el aire
contenido en la glotis, mediante una unión de las cuerdas vocales y
una comprensión del espacio glótico. Por este efecto los sonidos
salen en una forma brusca, por la oclusión que los precede.
Eyectivo, -a. adj. Se aplica a las consonantes y se las llama
glotalizadas o recursivas, y son consonantes producidas
independientemente de la respiración. Utilizan sólo el aire
supralaríngeo.

F
Falsete. adj. Voz de falsete o voz de cabeza es un timbre vocal
especial, más agudo que el timbre normal, debido a una posición
particular de las cuerdas vocales que, en vez de estar unidas en toda
su extensión, están separadas por una parte anterior.
245

Familia. s. Familia fonética es un conjunto de sonidos de idéntica


abertura. Se dice también, dentro de este orden, familia
articulatoria.
Faringalización. s. Es una variación del orificio bucal posterior
debida a una contracción de la faringe cuyo resultado, como el de la
labialización, es la bemolización de los sonidos a los que afecta.

Faringe. s. Es la parte del conducto bucal que une la laringe con la


boca y las fosas nasales. Queda entre -por la parte inferior- la
laringe y -por la parte superior- la base de la lengua.
Faríngeo, faringalizado. adj. Se aplica a la consonante cuya
articulación implica una aproximación de la base de la lengua y de
la pared posterior de la faringe, lo que produce un efecto de
bemolización
Filtro. s. Filtro acústico es un mecanismo destinado a reforzar
ciertas frecuencias de un sonido complejo y a reducir otras.
Fisiofonéticas. s. Según Baudouin de Courtenay, fisiofonética
equivaldría a lo que hoy llamamos fonética.
Flap. s. Es un movimiento único y muy rápido de un articulador que
produce una articulación brusca, con interrupción del paso del aire,
originando el tipo de vibrante llamada golpeada.
Flojo, -a. adj. El sonido es flojo o suave si su articulación va
acompañada de una descarga de energía espiratoria más débil y,
por lo tanto, de una tensión muscular menos fuerte que su
homorgánico tenso, con una deformación más ligera del aparato
vocal en relación con la posición de reposo.
Fonación. s. Es la emisión de los sonidos del lenguaje mediante un
conjunto de mecanismos fisiológicos, cuyas principales etapas son
la producción del soplo a través de un movimiento respiratorio
específicamente adaptado al acto verbal, la producción de la voz
mediante la vibración de las cuerdas vocales, la modulación de la
voz en función de las unidades fónicas que se han de realizar
mediante la excitación de los diferentes resonadores.
Fonema. s. Es la unidad mínima desprovista de sentido que se puede
delimitar en la cadena hablada. Los fonemas, en el ámbito de la
lengua, constituyen un campo finito, determinado.
Fonemática. s. De acuerdo a la terminología lingüística europea, la
fonemática es la parte de la fonología que estudia
246

particularizadamente los fonemas, es decir las unidades distintivas


mínimas. Su fin es inventariar los fonemas de las lenguas.
Fonemático, fonémico, adjs. Como equivalentes designan todo lo
relativo al fonema.
Fonémica. s. La fonémica de una lengua es la descripción de los
fonemas de esa lengua y de su ocurrencia y disposición.

Fonética. s. Estudia los sonidos del lenguaje en su realización


concreta, independientemente de su función lingüística. Es la
ciencia material de los sonidos del lenguaje humano (N.
Trubetzkoy). Estudia las propiedades acústicas de los sonidos y de
las condiciones fisiológicas de la formación de los sonidos,
independientemente de su carácter sistemático. Es el estudio de los
sonidos del habla. La fonética se diferencia de la fonología -hasta
donde sea permisible, y esto es por criterio didáctico- en que
considera los sonidos del habla independientemente de sus
oposiciones paradigmáticas y de sus combinaciones sintagmáticas
en lenguas particulares.
F. general. s. Estudia el conjunto de las posibilidades fónicas del
hombre a través de todas las lenguas naturales.
F. comparada. s. Estudia, comparándolos, los sonidos que aparecen
en dos o más lenguas. Hay otro enfoque, dentro de este campo, que
se limita a las particularidades fónicas de un sistema vocal
determinado, lengua, o dialecto.
F. histórica. s. Sigue la evolución de los sonidos a lo largo de la
historia de la lengua.
F. descriptiva o estática. s. Estudio de los sonidos en un momento
determinado de la evolución.
F. articulatoria o fisiológica. s. Estudia los movimientos de los
órganos fonadores en la emisión del lenguaje.
F. acústica o física. s. Estudia la transmisión del mensaje a través de
las vibraciones del aire y la manera en que afecta al oído del
receptor.
F. experimental. s. Se llama también instrumental. Utiliza aparatos
destinados a completar y a enriquecer el testimonio del oído y de la
observación directa, en el estudio del proceso de formación y de
percepción de la voz.
247

Fonetógrafo. s. Es un aparato que permite transformar el habla


registrada en texto escrito, a partir de los espectros acústicos
característicos de cada sonido.
Fónico, -a. adj. Se aplica a todo aspecto referente a los sonidos del
lenguaje tenga o falta de importancia lingüística.

Fono. s. Ocasionalmente así se llama a los sonidos del lenguaje.


Quiere decir a las realizaciones de cada uno de los fonemas,
variables según el contexto del hablante, la vecindad del fonema, y
las condiciones generales de la emisión.
Fonocronología. s. Una ciencia aún muy nueva. Estudia el ritmo de
los cambios fonológicos, que se supone regular. También se la
conoce con el nombre de glotocronología.
Fonoestilística. s. Es parte de la fonología que estudia los elementos
fónicos que tienen una función expresiva -emotiva- o apelativa -
conativa-, pero no representativa -referencial-, en el lenguaje
humano.
Fonograma. s. Representa sonidos silábicos.
Fonología. s. Es la ciencia que estudia los sonidos del lenguaje, desde
el punto de vista de su función en el sistema de comunicación
lingüística. Estudia los elementos fónicos que distinguen, en una
misma lengua, dos mensajes de sentido diferente y los que permite
reconocer un mismo mensaje a través de realizaciones permite
reconocer un mismo mensaje a través de realizaciones individuales
diferentes. En la fonología se distinguen dos grandes campos: la
fonemática que estudia las unidades distintivas mínimas o fonemas,
en número limitado en cada lengua, los rasgos distintivos o rasgos
pertinentes que oponen entre sí a los diferentes fonemas de una
lengua, las reglas que presiden la disposición de los fonemas en la
cadena hablada. Las dos operaciones de la fonemática son la
segmentación y la conmutación.
El segundo dominio es el de prosodia que estudia los rasgos
suprasegementales, quiere decir los elementos fónicos que
acompañan la realización de dos o varios fonemas y que también
tienen una función distintiva: acento, tono, entonación.
F. general. s. Estudia los principales sistemas fonológicos de las
lenguas del mundo y leyes generales de su funcionamiento.
F. particular. s. Corresponde al estudio concreto de una lengua.
248

F. sincrónica. s. Estudia el sistema fonológico de un estado dado de


la lengua.
F. diacrónica. s. Estudia los cambios fonológicos, las
transformaciones del sistema fonológico en el paso de un estado
dado de la lengua a otro. Se refiere aquí a fenómenos:
fonologización, desfonologización y transfonologización.
Fonologización. s. Es la aparición de una nueva oposición distintiva
en una lengua dada.

Fonón. s. Es el rasgo distintivo fonológico.


Formante. s. Son las frecuencias de un sonido complejo reforzadas
por un filtro acústico.
Franqueamiento. s. Se llama modo de franqueamiento del obstáculo
a la forma en la que se efectúa el paso del aire en el lugar de
articulación de los sonidos consonánticos.
Frecuencia. s. La frecuencia de un sonido es el número de ciclos
realizados por unidad de tiempo. La frecuencia se calcula en ciclos
/ segundo o en hertzios.
Fricativo. s y adj. Lo fricativo -constrictivo o aspirante- referido a
una consonante se refiere a un estrechamiento del canal bucal que
conlleva, en el plano auditivo, una impresión de fricción o de
silbido debido al paso difícil del aire a través de las paredes del
canal bucal y, en el plano acústico, a un aspecto poco nítido del
espectro debido a la turbulencia de las ondas.
Fricatización. s. Se habla de fricatización cuando una oclusión se
vuelve fricativa.
Fuerte. adj. Una consonante es fuerte en donde la corriente de aire
espiratorio es más intensa y, por tanto, la resistencia en el punto de
articulación más enérgica y la tensión de los músculos mayor. Estas
consonantes fisiológicamente son tensas y acústicamente intensas.
Fundamental. adj. El sonido provocado por la vibración del cuerpo
vibrante en su conjunto se llama sonido fundamental.
249

G
Geminación. s. Se llama así al fenómeno de refuerzo de una
articulación consonántica que prolonga su duración en un
cincuenta por ciento, a la vez que aumenta también su intensidad.
Se llama también reduplicación, aunque en la realidad no haya
repetición de la consonante.
Geminado, -a. adj. Se llama así a la consonante más larga que una
consonante simple y cuya articulación es más intensa.
Glide. s. También se dice ligadura. Es un término de la fonética
inglesa y se refiere a las semiconsonantes /j/ /w/ o a las
semivocales /ḽ/ /ṷ/..
Glotal. adj. Se aplica a todo lo que tiene que ver con la glotis y con
las cuerdas vocales. Nos referimos a los procesos articulatorios que
se apoyan en la glotis, fundamentalmente.
Glotalizado. adj. Se dice también eyectivo y se refiere a un sonido
cuya articulación supone un golpe de glotis.
Glotis. s. Es el espacio normalmente triangular situado entre las
cuerdas vocales.
Golpe de glotis. Sintagma. m. Se llama así al sonido producido por
una oclusión en la faringe o en la laringe, donde es posible cerrar
momentáneamente el paso del aire al unir completamente las
cuerdas vocales. Este sonido carece de valor fonológico.
Golpeado. adj. Se llama así al sonido realizado con un movimiento
único y muy rápido de golpeo de un articulador. En español se
llama vibrante simple.
Gorjeo. s. Se llama así al sonido de los primeros cinco meses de vida
del niño. Ellos no tienen aún valor fonológico.
Grafema. s. Es la unidad mínima de la lengua escrita que puede
diferenciar el significado: “P”: “R”, “K”: “R”. Se realiza mediante
formas llamadas alógrafas cuyo trazado depende de los otros
elementos del sistema. El grafema corresponde a la letra y los
alógrafos son las mayúsculas, minúsculas, redondas, cursivas, etc.
250

Grafía. s. f. Es la representación escrita de una palabra, enunciado,


etc. Las transcripciones son también grafías y toda la ortografía de
las palabras. Puede estar mal escrita.
Grave. adj. Fonéticamente el sonido es grave cuando cuyo espectro
acústico presenta una concentración de la energía en las
frecuencias bajas.
Grupo. s. Grupo fonético o grupo fónico es un conjunto de palabras
cuya homogeneidad proviene del hecho de que figuran entre dos
pausas o están unidas en torno a un mismo acento.
Gutural. adj. Se emplea como equivalente de velar y sirve para
designar a las consonantes realizadas, bien a nivel de velo de
paladar, bien a nivel de campanilla, bien en la faringe, bien en la
laringe.
Guturalización. s. Consiste en el oposición entre las consonantes no
velarizadas y otras consonantes en las que, además de la
articulación principal, se da una articulación gutural accesoria, es
decir una elevación del dorso de la lengua hacia el paladar blando.

H
Habla. s. Cualquier manifestación lingüística concreta.
Haz. s. Según Trubetzkoy, los haces de correlación o haces
correlativos son el conjunto formado por todos los fonemas que
pertenecen a los mismos pares correlativos.
Hemivocal. s. También demivocal es el sonido que se caracteriza
por poder figurar en el núcleo silábico y en el margen, pero nunca
como satélite del ápice.
Hiato. s. Es el grupo de dos vocales, de igual o diferente grado que
pertenecen a dos sílabas diferentes.
251

Hioides. s. Es un hueso que se halla en la parte superior de la


laringe, como semicírculo abierto hacia atrás. Con ligamentos y
músculos está unido al cartílago de la laringe.
Homofonía. s. Es la identidad fónica entre dos o varias unidades
significativas, o entre dos o varios signos gráficos, llamados
homófonos.
Homófono. s. Dos o más palabras son homófonas cuando tienen la
misma pronunciación, aunque la escritura sea distinta, bazo y vaso.

Homógrafo. s. Dos formas son homógrafas cuando tienen la misma


escritura, a menudo la misma pronunciación, pero diferentes
significados. Vino y vino.
Homonimia. s. Es la identidad fónica o la identidad gráfica de dos
morfemas que no tienen el mismo sentido.
Homónimo. s. Desde el punto de vista del léxico, un homónimo es
una palabra que se pronuncia o que se escribe como otra, pero que
no tiene el mismo sentido que ésta.
Homorgánico. s. Se llama así a dos o más fonemas que tienen la
misma zona de articulación, aunque difieran en otras
características.
Hueco. adj. Sonido hueco. Con éste se caracteriza a algunos sonidos
consonánticos como a las retroflejas.

I
Igualación. s. Sirve para designar una asimilación completa de un
sonido a otro.
Imitativo. adj. Se llama palabra imitativa la onomatopeya que
reproduce aproximadamente un sonido.
252

Implosión. s. Es el cierre que se produce al final de una sílaba para


la realización de un sonido consonántico llamado consonántico.
Implosiva, consonante. Es la que se encuentra detrás de la vocal o
núcleo silábico y que corresponde a la fase de tensión decreciente
de la sílaba.
Inacentuado, -a. adj. Es la vocal o sílaba que no lleva acento.
Insistencia, acento de: Es el refuerzo expresivo de la articulación de
ciertos sonidos o grupos de sonidos.
Inspiración. s. Es el proceso de entrada del aire exterior a los
pulmones.
Intensidad. s. La intensidad sonora es la potencia transmitida sobre
un centímetro cuadrado de superficie perpendicular a la dirección
de propagación: se mide en watios por centímetro cuadrado.
Interconsonántico, -a. adj. Es el fonema o sonido que se sitúa entre
dos consonantes.
Interdental. adj. Es una consonante fricativa pronunciada con la
punta de la lengua situada contra los incisivos superiores, entre las
dos filas de los dientes ligeramente separados.
Interlocutor. s. Es el hablante que recibe los enunciados producidos
por un locutor o que responde a ellos.
Intermedio, -a. adj. La vocal es intermedio cuando se articula con el
dorso de la lengua contra la parte media de la bóveda del paladar,
en el límite entre el paladar duro y el paladar blando.
Interno. adj. El oído interno es un órgano auditivo situado en la
parte posterior del oído medio y formado por pequeñas cavidades,
situadas en el cráneo.
Interversión. s. Es el fenómeno por el cual dos sonidos o fonemas se
cambian de lugar en la cadena hablada. Si se alejan los fonemas y
sonidos, se prefiere el concepto de metátesis.
Intervocálica, s. consonante. La consonante es intervocálica cuando
se halla situada entre dos vocales.
Inyectivo. -a. adj. Una consonante es inyectiva cuando su
articulación entraña una brusca succión de aire.
253

L
Labial. adj. Consonantes formadas con la ayuda de los labios. En este
campo están las bilabiales y la labiodental.
Labialización. s. Es el movimiento de redondeamiento de los labios
que interviene como articulación secundaria en la realización de
sonidos llamados labializados.
Labializado. adj. Se llama así a la articulación principal que se
acompaña de un redondeamiento y, frecuentemente, de una
protracción de los labios.
Labiodental. s. adj. Son las articulaciones que suponen un
acercamiento o un contacto del labio inferior y de los incisivos
superiores. Es el caso de la f en español, l y n francés, por ejemplo.
Labiopalatal. s. adj. Es una articulación compleja que combina un
estrechamiento del canal vocal, a la altura del paladar duro, con un
redondeamiento de los labios.
Labiovelar. s. adj. Es otra articulación compleja que combina un
estrechamiento o una oclusión a la altura del paladar blando o velo
del paladar, con un redondeamiento de los labios.
Labios. s. Los labios intervienen en las articulaciones sea en
condición de articulación principal o en condición de articulación
secundaria.

Lalación. s. Es el estado prelingüístico del niño. Sobreviene a los tres


meses, o antes.

Largo. s. adj. Un fonema largo se distingue de otro, fonética o


fonológicamente, por una mayor duración.

Laringe. s. Es una especie de caja cartilaginosa que remata la parte


superior de la tráquea y que está compuesta de cuatro cartílagos: el
cricoides, el tiroides y los dos aritenoides. A esto se suman las
cuerdas vocales, cuyo acercamiento impide la salida de la columna
de aire por la laringe, y cuya vibración produce los sonidos sonoros.
254

Latente. adj. Un fonema es latente cuando no asoma en la columna


de la cadena hablada, pero hay que tenerlos en cuenta para explicar
ciertos fenómenos.
Lateral. adj. Los sonidos laterales se forman al hundirse la parte
media de la lengua, de modo que la corriente de fonación puede
salir por un lado o por los dos a través de un estrechamiento entre
el borde de la lengua y los molares.
Laxitud. s. Es la característica de los fonemas flojos, por oposición a
la tensión.

Lenición. s. Es un cambio consonántico. Es un conjunto de


fenómenos de debilitamiento de las consonantes intervocálicas.
Importa el fenómeno a la fonética histórica.
Ley fonética. Se refiere al principio de la regularidad de un cambio
fonético determinado.
Lingual. adj. Caracteriza a las consonantes cuya articulación
requieren la intervención de la lengua.
Líquida. adj. Son las consonantes que se forman fluyendo el aire de
un modo continuo. En este campo están las laterales y las vibrantes.
Locus. s. No es un término técnico. Fonéticamente se refiere al
punto del espectro acústico al cual tienden los formantes,
fundamentalmente es formante bucal, de la vocal que precede o que
sigue a la consonante en cuestión.
Longitud. s. También cantidad. Es la duración de un sonido.

Ll
Llano, acento. Se dice también paroxítono y se refiere al acento que
recae sobre la penúltima sílaba de la palabra.
255

M
Marca. s. Fonológicamente, marca es una particularidad cuya
existencia o no existencia en una unidad dada es suficiente para
oponerla a las otras unidades de la misma naturaleza, dentro de la
misma lengua.
Mate. adj. Un fonema mate, o fonema de bordes lisos, es un fonema
cuyo espectro acústico se caracteriza por una difusión de la energía
más débil, pero más regular y más uniforme que la de los fonemas
estridentes correspondientes.
Medio. adj. Un fonema es medio cuando cuyo lugar de articulación
se sitúa en el interior y no en la periferia de la cavidad bucal
Mediodorsal. adj. Una consonante es medio dorsal cuando se realiza
con una elevación de la parte media del dorso de la lengua, casi
siempre a la altura del paladar duro, en la región mediopalatal.
Mediopalatal. adj. Es la consonante que se realiza a la altura de la
parte media del paladar duro: ch, ll, ñ.
Melodía. s. También entonación. Es la curva de las variaciones de
altura de una oración o de una palabra.
Metafonía. s. Es la modificación del timbre de una vocal bajo la
influencia de una vocal próxima.
Metaplasmo. s. Es un cambio fonético que consiste en la alteración
de una palabra por la supresión, la adición o la permutación de
fonemas. La elisión y la síncopa son ejemplos de metaplasmos.
Metástasis. s. Es la fase de distensión en la articulación de una
oclusiva.
Metátesis. s. Es el fenómeno que explica el cambio de lugar de
sonidos dentro de la palabra. El cambio es a distancia.
Mínimos, pares. Expresiones que sólo se diferencian en un
segmento lo más pequeño posible, son pares mínimos. La
segmentación de manifestaciones se realiza por la formación de
pares mínimos.
256

Mixto. adj. Un sonido es mixto cuando se sitúa entre dos sonido


definidos.
Modo de articulación Es la posición que adoptan los órganos
articulatorios en cuando a su grado de abertura, o cerrazón. Por
esto los sonidos son abiertos, medio cerrados o continuos y cerrados
o interruptos.
Mojado. adj. Se refiere a un sonido palatal.
Mojamiento. s. Palatalización.

Momentáneo. adj. Consonantes momentáneas o discontinuas son las


que entrañan un cierre completo seguido de una abertura brusca
del canal, como las oclusivas, las vibrantes, las africadas, etc.
Monofonemática. adj. Como la realización de un solo fonema. Se
aplica a la sílaba que tiene un solo fonema.
Monotongación. s. Es el paso de un triptongo o de un diptongo a
una sola vocal. Esto se observa en fonética histórica.
Monotongo. s. Es una vocal que no cambia sensiblemente de timbre
en el transcurso de su emisión.
Morfofonología. s. También morfonología. Es el estudio del empleo
morfológico de los medios fonológicos de una lengua.
Mudo. adj. El fonema es mudo cuando se conserva en la escritura
pero no se lo pronuncia, al menos en ciertas posiciones.
Multilateral. adj. Es una oposición fonológica cuya base de
comparación es común no solo a los dos términos de la oposición
considerada, sino también a otros términos del mismo sistema.
Múltiple. adj. Se llama vibrante múltiple al fonema que se produce
por varios sonidos y movimientos del órgano articulador.
Mutación. adj. Lo de mutación vocálica se utiliza como equivalente
de metafonía.. En cambio lo de mutación consonántica se refiere a
una serie de cambios consonánticos que pueden aparecer en cadena
en la historia de una lengua, en un proceso que dura varios siglos.
257

N
Nasal. adj. Se da el nombre de consonantes nasales a aquel grupo de
sonidos en los cuales se produce un cierre de los órganos
articulatorios bucales y un pasaje de la columna de aire por un
canal rinofaríngeo que está abierto.

Nasalidad. s. Designa la resonancia nasal debida a la salida del aire


laríngeo por las fosas nasales, durante la articulación de una vocal o
de una consonante.
Nasalización. s. Se supone que las vocales se pronuncian
normalmente sin que el aire pase a través de la nariz. Si se mantiene
abierto el conducto nasal en la producción de la vocal, de modo que
el aire fluya y se comparta por la boca y por la nariz, se califica a la
vocal nasalizada. Esto ocurre cuando ella está próxima a una
consonante nasal.
Nasalizado. adj. Un fonema nasalizado en su realización va
acompañado de una resonancia nasal, llamada nasalidad o
nasalización.
Neutra, posición. Posición de reposo del órgano del habla
Neutralizable. adj. Una oposición fonológica neutralizable es
susceptible de no funcionar en determinadas posiciones de la
cadena hablada.
Neutralización. s. Es la suspensión de la oposición fonológica en
determinadas posiciones.
No nasal. Es un fonema /sonido oral.
No redondeado. Es una vocal realizada con los labios tensos.
Notación. s. Notación fonética es el conjunto de símbolos utilizado
para realizar la trascripción fonética, o trascripción de los sonidos.
258

O
Obstáculo. s. Fonéticamente es el cierre o estrechamiento del canal
oral durante la fonación.
Obstruyente. s. Son las consonantes distintas de las sonantes.
Oclusión. s. Es el cierre completo y momentáneo del canal fonatorio
en cualquier punto, obtenido mediante un acercamiento tan
estrecho de los articuladores que el aire no puede pasar, y
precedido y /o seguido de una abertura brusca.
Oclusivo, -a. adj. Una consonante es oclusiva cuando comporta
cerramiento del canal vocal. Se da por la detención brusca de la
columna de aire que va a producir ese sonido.
Ocultamiento. s. Acústicamente, el fenómeno por el cual unos
sonidos ponen de manifiesto u ocultan a otros. Componente
ocultador y componente ocultado.
Onda. s. Una onda sonora es la propagación de las partículas de
aIre bajo el impulso de una vibración que puede ser periódica,
simple o compuesta.
Onomatopeya. s. Es una unidad léxica creada por imitación de un
ruido natural. Hay que diferenciar imitación no lingüística de la
onomatopeya, propiamente.

Oposición fonológica. Es la diferencia entre dos o varias unidades


distintivas. Es una diferencia fónica que tiene un valor lingüístico.
Dos cuerpos de signo -significantes- que se diferencian solo en un
segmento, como peso y beso, forman un par mínimo. En este sentido
se habla de oposición fonológica entre unidades fonológicas las más
pequeñas posibles. En este caso /p/ y /b/.

Oral. adj. Articulado con el paladar blando levantado, impidiendo


de este modo el paso del aire por la nariz. El término oral puede
contraponerse a nasal o bien a nasalidad y nasalizado.
Órganos articulatorios. También órganos del habla. Son los órganos
que forman parte en la fonación y se refieren a los músculos que los
ponen en movimiento: pulmones, laringe, boca, lengua, etc.
259

Oronasal. adj. Se emplea este término en vez del más extendido


nasal, debido a que en la articulación de las nasales la columna de
aire que produce esos sonidos parte sale por la boca y parte por la
nariz.
Ortoepía. s. Fonética normativa o correctiva. Es la reeducación de
enfermos que padecen defectos de pronunciación, dificultades para
llevar a cabo los programas motores necesarios par la realización de
los fonemas.

Oscilógrafo. s. Es un aparato que permite el estudio de los


componentes del sonido vocal mediante la representación sobre un
diagrama de sus variaciones de intensidad en función del tiempo.
Oscilograma. s. Es la representación gráfica de las variaciones de
intensidad del mensaje vocal.
Oscuro, -a. adj. Una vocal oscura es una vocal grave.
Oxítono, -a. adj. Una palabra es oxítona cuando lleva el acento en
la última sílaba.

P
Palabra fonológica. Es una extensión de fonema que ocurre como
una manifestación conjunta y que no puede ser descompuesta en
dos o más fragmentos más pequeños que ocurren también así, sin
tener de ninguna manera en cuenta los significados.
Palatal. adj. Guturales articuladas en la parte anterior de la cavidad
bucal, especialmente delante de i y e. Se distinguen, más
exactamente: prepalatales, mediopalatales.
260

Palatalización. s. Es la conversión en palatal de un sonido no palatal


por influencia de un entorno palatal.
Palatino, velo. La bóveda palatina, o paladar duro, es la parte
anterior del paladar, formada por una pared ósea e inerte.
Palatográfico. adj El método es un procedimiento empleado en
fonética experimental para conocer la posición de la lengua
durante la pronunciación de ciertos sonidos. Consiste en introducir
en la boca un paladar artificial que recibe la huella del contacto de
la lengua con la parte superior de la cavidad bucal.
Palatograma. s. Es la representación mediante un diagrama o una
fotografía, de la superficie en que se encuentran la lengua y el
paladar durante la pronunciación de ciertos sonidos.
Parásito. adj. Un sonido parásito es un elemento fónico adventicio o
epéntico que aparece en el interior de una palabra para facilitar el
paso de una articulación a otra.
Paravocal. s. Es un sonido definido mediante los rasgos no vocálicos
y no consonánticos. Son, entonces, las semivocales, la h aspirada y
el golpe de glotis o saltillo.
Parcial. s. También armónico. Es una vibración compuesta. En ésta
la onda sonora producida por una de las partes del cuerpo en
vibración.
Paroxítono, -a. adj. Se refiere al acento que lleva la palabra en la
penúltima sílaba.
Pausa. s. Es un silencio o una detención en la cadena hablada, que
suele coincidir con una articulación más o menos importante del
razonamiento.
Periódico, -a. adj. Una onda periódica es una onda cuyo perfil
reproduce constantemente el mismo tipo de vibración.
Período. s. Acústicamente, período de una vibración es el tiempo
empleado por el cuerpo que vibra para efectuar un ciclo, es decir
para ir y venir de una a otra de las posiciones extremas del
movimiento volviendo a pasar cada vez por el punto de partida.
Permutables, sonidos. Son los sonidos que pueden encontrarse en el
mismo contexto fónico, ya tenga su diferencia un valor fonológico o
no lo tenga.
261

Permutación. s. Es la operación que consiste en modificar el orden


de los elementos adyacentes en una estructura lingüística.
Fonológicamente consiste en invertir dos fonemas de la cadena
hablada en el eje sintagmática.

Pertinencia. s. Es la propiedad que permite a un fonema, a un rasgo


fonológico, etc., asegurar una función distintiva en una lengua
dada, al oponerse a las otras unidades del mismo nivel.
Pertinente. s. Equivale a distintivo. Designa un rasgo fónico, cuya
presencia o ausencia en la realización de un fonema conlleva un
cambio de sentido de la unidad significativa.
Postalveolar. adj. Se llama así a la consonante que se realiza con la
punta o la parte anterior del dorso de la lengua, levantada hacia la
parte del paladar que se encuentra detrás de los alvéolos.
Postdental. adj. Es una consonante realizada con la punta de la
lengua o la parte anterior del dorso de la lengua apoyada contra la
pared interior de los incisivos superiores.
Postdorsal. adj. Es una consonante cuyo articulador inferior es la
parte posterior del dorso de la lengua. Aquí están las velares.
Posterior. adj. Es un fonema cuya zona de articulación se sitúa en la
parte posterior de la cavidad bucal.
Postónica. adj. Sonido o sílaba. Son los elementos que se encuentran
tras de una sílaba acentuada.
Postpalatal. adj. Es una consonante realizada con el dorso de la
lengua levantado hacia la parte posterior del paladar duro, en el
límite entre el paladar duro y el paladar blando.
Postvelar. adj. Es una consonante cuyo punto de articulación se
encuentra en el paladar blando, bien el nivel de la úvula, bien en la
faringe o la laringe.
Preaspirado. adj. Se aplica a la consonante cuya articulación va
precedida de una aspiración.
Predorsal. adj. Se refiere a una consonante que se realiza con la
parte anterior del dorso de la lengua.
Prepalatal. adj. Es una consonante articulada en el ámbito de la
parte anterior del paladar duro con la punta o el dorso de la lengua.
Presión. s. Es la intensidad del aire espirado utilizado durante la
fonación.
262

Préstamos. s. Se da un préstamo lingüístico cuando un habla utiliza


y acaba por integrar una unidad o un rasgo lingüístico que existía
con anterioridad en otra habla y que la primera no poseía.
Pretónico, -a. adj. Es el elemento fonético o silábico que se sitúa
antes del elemento tónico o acentual.
Prevelar. adj. Es la consonante que se realiza contra la pared
anterior del paladar blando. Se confunden con las velares.
Proclítico. s. Es la palabra carente de acento propio y que se apoya
con la que le sigue, con la cual forma una unidad acentual.
Proparoxítoma. adj. Se aplica a la lengua que tiene la tendencia de
acentuar las palabras en la antepenúltima sílaba y, en el plano del
acento se refiere a la sílaba tónica que lleva el acento en la tras
antepenúltima sílaba. Se habla de sobresdrújula.
Prosodema. s. Es la unidad prosódica o el rasgo que afecta a un
segmento distinto que el fonema, utilizando elementos presentes en
todo enunciado como la altura, la intensidad, la duración.
Prosodia. s. Es el estudio de la altura tonal, aspiración, duración de
la sílaba, en el sentido que no es habitual, estudio de la naturaleza
de los sonidos y su comportamiento en la trabazón de las sílabas y
palabras, considerando sobre todo su utilización en verso. Se
incluye en la prosodia todos los fenómenos que no se reducen al
marco fonemático.
Protracción. s. Es el movimiento hacia adelante de los labios que
acompaña a menudo a su labialización y cuyo efecto es ampliar el
resonador bucal, dando mayor gravedad al sonido.
Psicofonética. s. Es un término del siglo pasado propuesto por
Baudouin de Courtenay para designar lo que corresponde
aproximadamente a lo que hoy corresponde a la fonología.
Punto de articulación. Es preferible lugar o zona de articulación.
Punto carece de función fonológica. Nos referimos a la superficie
donde se produce el estrechamiento o cierre del canal fonador,
mediante el acercamiento o contacto de los dos articuladores.
263

R
Rasgo. s. Un rasgo del sistema de sonidos de una lengua que sirve de
marca diferenciadora crucial entre dos fonemas, se distingue, por
ejemplo, por la sonoridad, por la nasalidad, por la vibración, etc.
Un rasgo distintivo es una señal fonética compleja capaz de cambiar
un fonema en otro por sustitución y, como consecuencia, de
originar transformaciones significativas.
Realización. s. Es toda manifestación fónica concreta de una unidad
abstracta discreta en un determinado momento o bien el proceso
necesario para ello o de un proceso de realización continuo y del
resultado acústico. Proceso concreto del habla por medio del que se
comunica sobre la base del sistema lingüístico.
Redondeado. Adj. Este rasgo especifica el tipo de abertura de los
labios en la formación de los sonidos. Hay estrechamiento de la
abertura de los labios.
Redondeamiento. adj. Es el movimiento articulatorio que acompaña
en general la protracción de los labios.
Refuerzo. s. Es un fenómeno de evolución histórica observado en los
procesos de transformación de las consonantes de varias lenguas.
Rehilamiento. s. Es el zumbido producido por una peculiar
vibración que caracteriza la articulación de ciertas consonantes.
Relajado. adj. Se califica así a los fonemas flojos, también llamados
dulces o débiles. En el caso de las vocales, son las que se sitúan en
posición átona y se articulan con menor intensidad.

Resonador. s. Es una cavidad capaz de amplificar la onda sonora


que la atraviesa y cuya frecuencia de vibración está próxima a us
propia frecuencia.
Resonancia. s. Consiste en el refuerzo del movimiento de una onda
sonora a su paso por una cavidad llena de aire cuya frecuencia es
cercana a la suya.
Resonante. s. Son sonidos en los que la única función de la boca y de
la nariz es modificar el sonido ya producido en la laringe.
264

Retraído. adj. Se refiere a la posición de los labios en la que éstos


están más retirados hacia atrás que en posición neutra.
Retroflejo, -a. adj. Es un fonema cuya articulación implica el
levantamiento del dorso de la punta de la lengua hacia el paladar.
Rotacismo. s. Es la transformación de la silbante sonora /z/ en una
/r/ apical. Este fenómeno se observa en la fonética histórica del
latín.
Ruido. s. Es el sonido producido por una obstrucción total o parcial
del paso del aire, de manera que el zumbido laríngeo no constituye
o sólo constituye una parte de la fuente sonora.

S
Sandhi. s. Es un término indio, de los antiguos gramáticos. Significa
juntar, unir. Designa los rasgos de modulación y de modificación
fonética que afectan a la inicial o final de algunas palabras,
morfemas o sintagmas.
Secuencia. s. Es una serie ordenada de elementos que pertenecen a
un conjunto no vacío.
Segmentación. s. Es el procedimiento metodológico de separación y
desligamiento de unidades lingüísticas del flujo del discurso. Se
hace ello con objeto de analizar fonemas, morfemas, etc.
Segmento. s. El resultado de una trascripción fonética es una
secuencia de símbolos para segmentos auditivamente determinados.
Una segmentación no es posible en muchos aspectos sin un
conocimiento al menos intuitivo de los hechos fonológicos.
Semiabierto, -a. adj. Es una vocal para cuya realización la lengua
está baja. Hay diferencia de grados.
265

Semicerrado, -a. adj. Es una vocal realizada con la lengua elevada


hacia el paladar.
Semiconsonante. s. Es un tipo de sonido caracterizado por un grado
de abertura de la cavidad bucal intermedio entre el de la
consonante y el de la vocal. Esto caracteriza también a la semivocal.
Semioclusiva. s. Las africadas se llaman también semioclusivas,
porque son oclusivas durante el comienzo de su realización. Pero la
oclusión no es completa.
Serie. s. Es una clase de fonemas consonánticos caracterizados por
el mismo rasgo pertinente.
Seseo. s. Es un fenómeno de sustitución de la zeta castellana por la
ese del mismo sistema.
Sibilante. s. Designa a un grupo de sonidos fricativos o africativos
interdentales, dentales, alveolares o palatales, cuya articulación se
acompaña de una especie de silbido.
Silabema. s. Se refiere a las unidades fónicas que pueden funcionar
como centro de sílaba, es decir las vocales y las consonantes
líquidas, en determinadas lenguas.
Silabeo. s. Es el proceso que consiste en descomponer en sílabas las
secuencias fónicas de la cadena hablada. También se dice
silabación.
Silbante. s.. adj. Para unos tiene una equivalencia de consonante
sibilante, para otros tiene el valor de una fricativa, realizada como
alveolar o dental, apical o predorsal. Acústicamente son difusas,
agudas, continuas, estridentes.
Simbololismo fónico. Es la tendencia a suponer que existe una
relación necesaria entre la palabra y el objeto significado y a
atribuir a los sonidos un valor semántico denotativo o connotativo.
Simple, vibrante. Se da el nombre de vibrante simple por oposición
a vibrante compuesto o múltiple, al sonido de /r/ realizado
mediante un único movimiento del órgano articulador.
Sinalefa. s. Es un fenómeno de fusión vocálica, por el cual dos
emisiones se confunden en una sola o por elisión o por contracción.
Síntesis. s. La síntesis del habla es un método de estudio de la
fonación que consiste en reconstruir el lenguaje hablado a partir de
un análisis de los sonidos.
266

Sintetizador. s. Es un aparato de fonética experimental que permite


realizar una síntesis del lenguaje.
Siseante. s. Caracteriza a las fricativas dentales o apicales.
Siseo. s. Son los rasgos articulatorios y acústicos, propios de la
fricativa dental o alveolar.
Sonante. s. Es el sonido con valor silábico.
Sonido. s. Es una onda que se desplaza en el aire a una cierta
velocidad producida por una vibración que puede ser periódica o
aperiódica, simple o compuesta.
Sonógrafo. s. Es un nuevo tipo de espectrógrafo o espectrómetro.
Permite representar una sucesión de unos treinta sonidos más o
menos.
Sonograma. s. Es la representación gráfica de los componentes
fónicos de una sucesión de sonidos obtenida mediante el análisis
acústico de un fragmento de la cadena hablada.
Sonoridad. s. Es el rasgo debido a la vibración de las cuerdas vocales
que caracterizan a los fonemas sonoros.
Sonorización. s. Un fenómeno por el cual el sonido sordo, por el
contacto con el sonoro, adquiere el grado de sonoridad.
Sonoro. adj. Es el sonido que se realiza con vibración de las cuerdas
vocales que estando cerradas se abren paso sólo gracias a la presión
de la salida de la columna de aire.
Sordo. adj. Es el sonido que se produce sin vibración de las cuerdas
vocales. Al estar cerrada la glotis, el aire no pasa a la laringe.
Sostenido. adj. Los sonidos sostenidos son los de tonalidad más
aguda que los sonidos no sostenidos o normales correspondientes.
Stress. s. (La Academia de La Lengua, en vez del inglés stress,
incorporó el préstamo fonético “estrés”). Es un acento de fuerza, o
acento de intensidad, a fin de diferenciarlo del acento de altura,
designado igualmente con el término de “pitch”.
Suprasegmental. adj. Es un rasgo prosódico. Es una característica
fónica que afecta a un segmento más largo que el fonema: el acento
la entonación, la duración, son rasgos suprasegmentales.
Svarabhakti. s. Se prefiere como préstamo la palabra esvarabástico.
Es el desarrollo de una vocal en el interior de un grupo de
consonantes.
267

T
Tensión. s. Es un refuerzo del esfuerzo muscular realizado por los
órganos fonadores de la boca, acompañado por una mayor presión
del aire pulmonar. La segunda fase del sonido por la que los
órganos permanecen estables.
Tenso. s. adj. Un sonido es tenso, cuando se caracteriza por una
gran deformación del aparato vocal en relación con su posición de
reposo.
Tenue. s. Se refiere a las consonantes mudas, las que no comportan
ninguna emisión de aire.
Timbre. s. Referido a vocales y consonantes es la cualidad acústica o
conjunto de cualidades acústicas que resulta del reforzamiento y de
la audibilidad de algunos armónicos cuando pasa la onda sonora a
través de las diferentes cavidades del canal fonador.
Tonal. adj. Se refiere a todo lo que está relacionado con el tono, es
decir con la altura del sonido fundamental.
Tonema. s. Es la unidad acentual de altura que permite oponer dos
unidades significativas. El tonema es al tono, lo que el fonema es al
sonido.
Tónico. adj. Es el acento de intensidad o acento dinámico.
Tono. s. Es un sonido musical que consiste en vibraciones
periódicas. Las vocales son tonos, en oposición a las consonantes
que son ruidos; es decir sonidos no musicales, que consisten en
vibraciones no periódicas.
Trabado, -a. adj. La vocal es trabada -por oposición a la libre-
cuando termina la sílaba en consonante.
Trascripción. s. Es un fenómeno o proceso por el cual se hace
corresponder término por término las unidades discretas de la
lengua hablada y las unidades gráficas. Cosa igual ocurre en la
trascripción fonética, donde cada fonema corresponde con un
símbolo gráfico del AFI o del ARFE.
Trasfonologización. s. Es un tipo de mutación fonológica que llega a
transformar una oposición fonológica dada en otra oposición
268

heterogénea, que mantiene relaciones diferentes con el conjunto del


sistema fonológico, sin que haya reducción o ampliación del mismo.
Transición fonética. Es el paso que se da en la cadena habla del
punto de articulación que caracteriza al fonema siguiente.
Triangular. adj. Los sistemas vocálicos triangulares son estructuras
en las que todos los fonemas /sonidos poseen particularidades
distintivas de localización, con excepción de la vocal más abierta.

Triformántico. adj. Los espectros acústicos de algunos sonidos del


lenguaje se caracterizan por una estructura triformántica, cuando
presenta tres formantes principales.
Triptongo. s. Es una vocal que contiene tres timbres vocálicos
diferentes.
Tropiezo silábico. Es la inversión, olvido o adición de sonidos o
sílabas que se produce no por velocidad del discurso, sino por los
trastornos en la programación del enunciado.

U
Ubicuo. adj. También omnipotente. Es todo sonido capaz de figurar
en el núcleo silábico, como satélite del ápice y en el margen silábico.
Unidad. s. f. Se denomina unidad lingüística a un elemento discreto
identificado a determinado nivel o rango.
Uniforme, vocal. Es la que en su espectro presenta la persistencia de
la misma imagen acústica, aunque con una peor diferenciación de
los formantes agudos al principio y al final de la vocal que
corresponde a impulsos de comienzo y de cese menos bruscos,
menos marcados.
269

Úvula. s. También campanilla. Es la extremidad móvil del velo del


paladar que interviene en la fonación para determinar el timbre
oral o nasal de las diferentes articulaciones.
Uvular. Adj. Es una consonante realizada por el contacto o
acercamiento de la extremidad del velo del paladar o úvula contra
la parte posterior del dorso de la lengua

V
Variante. s. Diversidad, realización o manifestación dada de una
unidad lingüística del sistema.
Velar. adj. Es un sonido cuya realización implica la intervención de
la parte posterior del velo del paladar, llamado paladar blando o
velo del paladar.
Velo del paladar. También paladar blando. Es la parte posterior del
paladar detrás del paladar duro, cuya extremidad móvil, llamada
úvula, puede cerrar o abrir el paso de las fosas nasales, originando,
de este modo, los sonidos orales y nasales.
Vibrante. adj. Es una consonante oral cuya articulación conlleva un
paso libre del aire, interrumpido por una o varias oclusiones
debidas a la puesta en vibración de un articulador al paso del aire.
Vocal. s. Es el sonido producido únicamente con las cuerdas vocales,
sin obstáculos en la cavidad bucal y faríngea. Las distintas
características de las vocales se derivan de los diferentes espacios de
resonancia formados en la cavidad bucal.
Vocalización. s. Es el paso de un elemento consonántico a una vocal,
diacrónica o sincrónicamente.
Vocoides. adj. En algunos casos se utiliza este adjetivo para referirse
a los sonidos con características de tipo vocálico.
Voseo. s. Se refiere al uso americano del vos en los casos en los
cuales el español utiliza el tú. Es arcaísmo.
Voz. s. Es el conjunto de ondas sonoras producidas en la laringe por
la vibración de las cuerdas vocales bajo la presión del aire
subglótico.
270

W
Wau. s. Es la semivocal o la semiconsonante velar cerrada. Se los
llama “glide”, tomando un préstamo de la fonética inglesa. Viene a
través del latín.

Y
Yeísmo. s. Es un hecho lingüístico que consiste en sustituir la
consonante líquida lateral y palatal por la consonante fricativa
palatal y central. Se realiza /l/ o / / como [ǰ]. El yeísmo afecta al
sistema fonológico.
Yod. s. Se refiere a la semivocal y a la semiconsonante. La i como
elemento inicial del diptongo y triptongo. Se trata de una
caracterización del latín.
Yotización. s. Se llama yotización a la evolución por la que un
sonido se transforma en una yod.

Z
Zetacismo. s. Se llama zetacismo a toda transformación de un
sonido en la realización de zeta.
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Índice general
283
284

Págs.

PRESENTACIÓN..................................................... ix

INTRODUCCIÓN.................................................. xx

I. PRINCIPIOS DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA 01


Punto de vista fonológico y acústico.......................... 03
Fonética comparada..................................................... 05
Fonética normativa ............................................... 06
Fonética experimental.................................................. 06
Fonética descriptiva...................................................... 06
Fonética histórica o evolutiva...................................... 07
Fonética general........................................................... 07
Fonética sintáctica........................................................ 07
Fonética simbólica........................................................ 07
Fonética organogenética.............................................. 07
Fonética fenomenológica............................................. 07
Foniatría........................................................................ 08
Punto de partida saussureano................................. 08
Concepciones del lenguaje...................................... 09
285

Lengua....................................................................... 12
El habla...................................................................... 13
Fonología................................................................... 14
Distinciones entre fonética y fonología................. 16
Fonema...................................................................... 20
La pertinencia fonológica........................................ 22
Ideas de oposición y contraste................................ 28
Alófonos.................................................................... 33
Neutralización.......................................................... 34
Archifonema............................................................. 35

II. LA FONOLOGÍA: SU CAMPO DE ACCIÓN 37


La lingüística y la fonología.................................... 39
Las unidades fónicas................................................ 45
El fonema.................................................................. 48
Los rasgos distintivos............................................... 51
Clases de rasgos........................................................ 53
El fonema y sus variantes........................................ 56
Determinación de los fonemas............................... 57
Neutralización.......................................................... 58
Definición de fonemas y alófonos.......................... 59

III. FISIOLOGÍA DEL HABLA 61


Generalidades........................................................... 63
La respiración........................................................... 70
Los resonadores........................................................ 70
Las cavidades supraglóticas.................................... 71
Cavidades oral y nasal............................................. 77
Modo y zona de articulación.................................. 79
Características de los modos de articulación......... 79

IV. LA FONÉTICA ACÚSTICA 81


Análisis del sonido.................................................... 83
Visibilidad de las ondas............................................ 85
Espectrógrafo............................................................ 87
Cualidades físicas del sonido................................... 90
Relaciones físicas y psicológicas del sonido........... 92
Definición y concepto de sonido............................ 95
Intensidad................................................................ 97
Tono......................................................................... 99
286

Timbre..................................................................... 101
Variación de los sonidos........................................ 105

V. DESCRIPCIONES ARTICULATORIAS 111


Tipo articulatorio.................................................... 113
Clasificación de tipo fisiológico articulatorio...... 114
Vocales y consonantes........................................... 115
Fisiología vocal y consonántica............................. 116
Punto de articulación............................................. 118
Producción de las vocales...................................... 122
Clasificación acústica de las vocales..................... 122
Esquemas vocálicos................................................ 128
Acústica de las consonantes................................... 130
Descripción de los fonemas del español............... 132
Fonemas vocálicos................................................... 132
Fonemas consonánticos.......................................... 137

VI. LOS PROSODEMAS 151

El acento.................................................................. 153
El acento en las palabras españolas...................... 155
Palabras acentuadas............................................... 156
Palabras inacentuadas............................................ 157
Acento enfático o de insistencia............................ 161
La entonación.......................................................... 162
Las unidades de entonación................................... 165
Las funciones de la entonación............................. 171
Las funciones no lingüísticas de la entonación. 174

VII. LA TRANSCRIPCIÓN 179

Generalidades......................................................... 181
Transcripción.......................................................... 182
Clases de transcripción.......................................... 183
Los fonemas y los sonidos del español.................. 189

ANEXO: VOCABULARIO FUNDAMENTAL 191

BIBLIOGRAFÍA GENERAL 243


287

Esta edición de Manual de fonética y fonología


de fausto aguirre se terminó de imprimir
en los talleres de la editorial de la
Universidad Técnica Particular de Loja,
el 25 de enero del 2000.
Laus Deo

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