Desde los primeros siglos, la Iglesia contempla la vida cristiana como
un itinerario hacia Dios. Así se revela la profunda relación espiritual entre desplazamiento geográfico e itinerario del alma. La condición del discípulo de Cristo es “salir de su tierra”.
La vie chrétienne, un exode, Christus 253 (2017) 25-34
Muchos cristianos, desde los Galia se refugió en Oriente.
primeros siglos, han oído el lla- Como dice el escrito a Diogne- mamiento que Yhwh dirigió a Abram de salir de su tierra. En to, a fines del siglo II: los cristia- primer lugar la exigencia de anun- nos “cada uno vive en su propia ciar el Evangelio: así Justino, na- patria como extranjero (…) toda tivo de Palestina, abre en el siglo tierra extranjera es una patria y to- II una escuela de filosofía en Ro- da patria una tierra extranjera.” ma; un poco más tarde, Ireneo, de Asia Menor, va a la Galia; en los siglos siguientes otros alcanzaron Las etapas hacia la tierra regiones como Armenia, Persia y prometida el Extremo-Oriente. A veces las persecuciones les obligaron a de- En el Éxodo del pueblo hebreo, jar su tierra: Ignacio de Antioquía, interpretado a la luz de Cristo, en siglo II, fue llevado a Roma para la travesía del mar Rojo, y en el ca- sufrir el martirio; en el siglo IV, mino hacia la Tierra prometida, los Efrén de Nisibe, tuvo que huir del Padres han visto un símbolo de lo poder persa y refugiarse en Ede- que debe ser la existencia cristia- sa. Además hubo desplazamien- na en busca de la verdadera patria. tos por problemas internos de la Iglesia: Orígenes, después del En su homilía 27 sobre el libro 230, por las acusaciones de su de los Números, Orígenes comen- obispo, tuvo que abandonar Ale- ta que “las etapas que recorrieron jandría para instalarse en Palesti- los hijos de Israel cuando salieron na. En el siglo IV, por la crisis de Egipto conducidos por Moisés arriana, algunos obispos conocie- y Aarón” (Nm 33,1) significan “los ron el exilio, como Atanasio, que grados de la fe y de las virtudes” de Egipto fue enviado a Tréveris, que los cristianos han de recorrer o Hilario de Poitiers, que de la para llegar a la perfección. Porque 131 el alma está en camino y su guía ra las tiendas de los que están es “la Columna de fuego y la nu- siempre en marcha, siempre en be, es decir el Hijo de Dios y el Es- progreso, y cuanto más progresan píritu santo”. En esta vida, el alma más se alarga el camino; y a estos ha de progresar: “Antes de llegar progresos, los llama ‘tiendas de Is- a la perfección habita en el desier- rael’”. to para ejercitarse en los preceptos del Señor y para probar su fe con La “tienda” es el itinerario del las tentaciones. Ha vencido una alma en el conocimiento de los tentación y su alma se ha fortifica- misterios. Solo puede hacer para- do, entonces sigue adelante con das provisionales: “Siempre en ten- otra y la pasa como de una etapa a sión hacia adelante, parece avan- otra”. zar como los nómadas con sus tiendas. Nunca llega el momento En la homilía 17 sobre el libro en que el alma puede descansar, de los Números, Orígenes comen- siempre va del bien a lo mejor y, ta la profecía de Balaam y se de- de este mejor, a sublimidades más tiene en las palabras: “¡Qué bellas altas.” son tus casas, Jacob, tus tiendas, Israel!” (Nm 24,5), y comenta: “Siempre en tensión hacia ade- “Una casa es algo bien cimentado, lante”, recuerda el lenguaje de Pa- estable, dentro de unos límites fi- blo: “Olvidando lo que queda atrás jos; pero las tiendas son habitácu- me esfuerzo por lo que hay por de- los de los nómadas, siempre en ca- lante y corro hacia la meta, hacia mino, que no han llegado al el premio al que me llamó Dios por término de su viaje”. medio de Cristo Jesús” (Flp 3,13- 14). Lo que dice Pablo, Orígenes A partir de ahí, Orígenes dis- lo atribuye al alma de todo creyen- tingue entre “Jacob”, que son los te, que nunca acaba de escrutar las “perfectos por sus actos y obras” Escrituras ni los misterios divi- e “Israel”, que son “los que se de- nos… dican al estudio de la sabiduría y la ciencia”, es decir, a la contem- plación de los misterios espiritua- Siempre empezando de les. En el primer caso se consigue nuevo la perfección cuando las obras se realizan bien. En el segundo nun- ca se alcanza la perfección: “Dado En el siglo IV, Gregorio de Ni- que ahí no hay límite -¿qué limite sa cita este tema paulino en una podemos poner a la sabiduría de meditación sobre la vida de Moi- Dios?- cuanto más uno se acerca, sés. Nota que éste siempre va por más profundidad encuentra y, delante y, a pesar de los beneficios cuanto más investiga, mejor com- y apariciones, todavía pide a Dios prende su carácter inefable; por es- que le deje ver su gloria en el mon- to Balaam no elogia, pero sí admi- te (Ex 33,1) y comenta: “El alma 132 Michel Fédou liberada de las ataduras terrestres Peregrinaciones y viajes se eleva a las alturas, dejando las interiores cosas inferiores. Como nada que venga de lo alto interrumpe su de- La comprensión de la existen- seo, el alma es ‘atraída’ por el Bien cia como un itinerario hacia Dios ‘hacia lo que está por delante’, co- contribuye a explicar el desarrollo mo dice el Apóstol, y su vuelo la de las peregrinaciones en la anti- conducirá siempre más arriba. Tie- güedad cristiana. Se entienden por ne el deseo de no renunciar, por lo el deseo de venerar los “santos lu- ya ha adquirido, a las cumbres que gares”, los de Palestina, pero tam- están por delante, que le comuni- bién los santuarios de los mártires can un movimiento de ascensión y los lugares habitados por monjes en el que encuentra siempre nuevo famosos, o las tumbas que prote- aliento para volar más alto.” gen sus cuerpos. Los peregrinos Pablo decía que “todo su ser es- hacen la experiencia de dejar su taba tenso (epekteinomenos)”. Gre- país y recorrer un camino que ad- gorio de Nisa utiliza esta palabra quiere valor espiritual. Tenemos para caracterizar el incesante as- relatos de esta experiencia; entre censo del alma en búsqueda de ellos el Diario, escrito en 384, por Dios. Indica que la perfección está Eteria, una cristiana de España o en no detenerse en una etapa y con- Francia, que recorrió muchos lu- tinuar siempre más lejos. Esto está gares santos hasta llegar a Jerusa- relacionado con la finitud humana, lén. Tres siglos más tarde un mon- y también, principalmente, con la je español, Valerio del Bierzo, veía inmensidad del misterio divino. El en ella una actualización del gesto deseo de Dios no tiene límites y en de Abraham dejando su patria: su mismo movimiento encuentra “Nacida en los bordes más aleja- descanso: “Ver a Dios consiste en dos del Océano occidental, se dio no encontrar nunca satisfecho el a conocer en Oriente. Buscaba un deseo”. Gregorio de Nisa lo cita en remedio para su alma y ha dado a una homilía sobre el Cantar de los muchas almas un testimonio de la cantares: “El término es punto de manera de seguir a Dios”. partida hacia bienes más elevados. El viaje a los lugares santos no Así el que asciende no cesa jamás era sin riesgos como lo indica Gre- de emprender un comienzo des- gorio de Nisa en una carta “sobre pués de otro y nunca encuentra el los que van a Jerusalén”. Enumera final, ya que el alma elevándose sin el riesgo de contaminarse por la cesar a un deseo mayor, continua “licencia” y la “indiferencia ante su camino hacia el infinito”. el mal” en los albergues y carava- Empezar una y otra vez: así re- nas. También relativiza el alcance sume Gregorio de Nisa la expe- del desplazamiento a los lugares riencia del alma en búsqueda de su santos. Si el viaje a Jerusalén, es- Creador. cribe Gregorio, se considera im- La vida cristiana, un éxodo 133 portante para la vida espiritual de 12: “Abraham fue llamado por los monjes, deben realizarlo; pero Dios, lejos de su tierra natal, de sus si no, no tienen motivo para em- afecciones de familia y de la casa prenderlo: “¿Qué obtendrá de más de su padre: ‘Sal de tu tierra, le di- el que va a esos lugares, como si el jo el Señor, y de tu parentela y de Señor viviera en ellos, y estuviera la casa de tu padre!’. Así fue la vo- ausente de donde vivimos, como cación del bienaventurado Anto- si el Espíritu-Santo abundara en nio: la ocasión de su conversión le los habitantes de Jerusalén y le fue- vino solo de Dios”. ra imposible venir donde vivimos? Pero la vocación puede tam- (…) Un cambio de lugar no supo- bién oírse por medio de un hom- ne una aproximación a Dios, sino bre y se inscribe en la línea del que Dios irá a donde estés tú si la Éxodo al que Moisés llama al pue- habitación de tu alma es tal que el blo hebreo: “La segunda clase de Señor pueda habitar en ti y mover- vocación es la que se produce por se (…) Aconseja pues a los herma- medio de hombres (…) Así recuer- nos dejar el cuerpo para ir hacia el do que fui llamado por una gracia Señor y no Capadocia par ir a Pa- del Señor cuando, por los consejos lestina” del bienaventurado Antonio y mo- La carta de Gregorio no pone vido por sus virtudes, yo me con- en duda el carácter espiritual del sagré a la soledad y a la profesión peregrinaje. Expresa sin embargo monástica. De la misma manera la convicción de que el itinerario los hijos de Israel fueron liberados del cristiano es un viaje interior, de la esclavitud de Egipto por me- que también puede realizarse en dio de Moisés.” un monasterio. Esta carta va diri- Casiano nota que el monje de- gida “a los que han escogido la vi- be guardarse de querer volverse da retirada y solitaria”. atrás y que debe soportar la lucha contra los vicios (lucha que signi- fican los combates de Israel contra La llamada de la tierra sus enemigos). El monje debe de- prometida jar a su padre –es decir “el hombre viejo”- y realizar una migración La experiencia monástica, que interior para alcanzar su verdade- apareció en el siglo III, y conoció ra patria: “Una vez emigrados de su desarrollo en los decenios si- las realidades visibles a las invisi- guientes, se puede entender como bles, podremos decir con el Após- una forma de actualizar la salida tol: ‘Somos ciudadanos del Cielo, de Abraham y el recorrido del pue- de donde esperamos al Señor Je- blo hebreo camino de la Tierra pro- sucristo, el cual trasformará nues- metida. En las Conferencias de tro cuerpo humilde conforme a su Juan Casiano, escritas alrededor cuerpo glorioso’, o también las pa- del 425, el autor recuerda Génesis labras del bienaventurado David: 134 Michel Fédou ‘Soy extranjero sobre la tierra co- como fuera, y subraya que la mar- mo lo fueron todos nuestros pa- cha del pueblo hebreo en el desier- dres’; y seremos semejantes a los to prefigura el itinerario de todo que el Señor, en el Evangelio, dice bautizado. La Iglesia, como dice a su Padre “Ellos no son del mun- Agustín, camina a lo largo de las do como yo no soy del mundo.” edades, hasta el fin del tiempo. Tal es para Casiano la “vía re- Así, para los Padres, el Éxodo al” a la que están llamados los no es algo que cualifique solo a monjes y que les permitirá alcan- los cristianos llamados a dejar un zar, la Jerusalén celestial. lugar por otro. Tiene también un Pero los Padres no olvidan que sentido de orden espiritual. Carac- toda existencia cristiana se ha de teriza la condición del alma en su vivir bajo el signo del Éxodo. Juan itinerario hacia Dios. La experien- Crisóstomo explica a los cristianos cia monástica lo explicita de una de Antioquía que cualquiera que manera radical, pero todo cristia- sea su estado de vida, están llama- no está llamado a “dejar su país” dos a la perfección. Si Ambrosio para ir a la Tierra prometida, una invita a los cristianos de Milán a y otra vez, hasta el fin de los tiem- “huir del siglo”, reconoce que esto pos. se puede vivir en la ciudad tan bien
Tradujo y condensó: CARLES PORTABELLA, S.J.
El lenguaje cristiano sobre Dios que hemos heredado ha evolucionado
en un marco que no valora la humanidad única e igual de las mujeres y que lleva los estigmas de tal parcialidad y dominio. Este lenguaje soporta ahora una serie de ataques, tanto por su complicidad con la opresión humana cuan- to por su capacidad para desposeer de bondad y de profundo misterio a la realidad divina. El discurso emancipador cristiano feminista pretende for- talecer a las mujeres en su lucha por hacer históricamente tangible su propia humanidad como imago Dei, y preparar así un terreno firme a la gloria de Di- os en la historia. Dado el engranaje de las opresiones en el mundo, es decir, la connivencia del sexismo con el racismo, el clasismo (…), este esfuerzo por renovar el lenguaje sobre Dios es de vital importancia para la Iglesia y para el mundo.
E. A. Johnson, La Que Es. El Misterio de Dios en el Discurso Teológico Femi-