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EL LAICO EN LA IGLESIA

¿Qué quiere decir "laico"? Esta palabra viene del idioma griego, y significa "el que pertenece al pueblo". Este era el
significado en el mundo griego, aún fuera de la Iglesia. El que pertenece al pueblo en un sentido específico: No tiene
ningún cargo. No es autoridad, alcalde, concejal, policía, oficial, juez y no tiene ninguna otra función. Nosotros diríamos:
"es base".
Así en el pueblo griego se llamaban laicos todos los adultos que tenían derecho de ciudadanía, menos las autoridades.
Y como la Iglesia ha formado sus estructuras en el mundo griego, cuando buscaban una palabra para todos los
cristianos que no eran sacerdotes, diáconos y obispos, los llamaban también "laicos". Recordemos lo que quiere decir
esto: los que pertenecen al pueblo con todos los derechos, porque son mayores de edad, son ciudadanos. Ahora bien,
si entendemos a la Iglesia como el Pueblo de Dios, nosotros, los laicos, tenemos en ella todos los derechos. Todo lo
que he dicho hasta ahora, no lo dije para que nos sintiéramos mejor. O para que nos pensáramos los mejores, los
predilectos o los elegidos. lo he dicho, para que pudiéramos entender mejor nuestra propia misión como laicos. Cuántas
veces, frente a la situación de nuestro país, se ha escuchado decir: "la Iglesia debería pronunciarse frente a esto."
Cuántas veces, también nosotros decimos "la Iglesia debería..." y "la Iglesia tendría que...", pensando que la Iglesia
son los obispos y sacerdotes. Si recordamos bien lo que acabo de decir, si "la Iglesia debería", somos nosotros los que
debemos. Y si "la Iglesia tendría que", somos nosotros los que tenemos que hacer algo. Los sacerdotes y obispos están
al servicio de nuestra fe y nuestro amor. Si queremos que este mundo cambia, no debemos esperar a que actúen
nuestros pastores. Si queremos que se ayude a los pobres de este país, no debemos exigir que lo hagan nuestros
obispos. Si queremos que se trabaje a favor de la justicia, no debemos reclamar las homilías y pronunciamientos de
los sacerdotes. Y también, si queremos que nuestra parroquia sea más cristiana, más acogedora y más humana, no
debemos culpar a nuestro párroco y/o pastor.
Nosotros somos la Iglesia, y nosotros tenemos la misión de construir el Reino de Dios en este mundo y de vivir una
Iglesia que sea signo de este Reino. Es nuestra misión. La Iglesia no tiene dos misiones diferentes, una grande para el
clero y una chiquitita para los laicos. Tiene una sola misión, la de continuar la obra de Jesús, y esta misión es nuestra.
Por lo tanto, los laicos deben ejercer su misión, viviendo en medio de las realidades del trabajo, de la política, de la
familia, de la sociedad, en una palabra, del "mundo y sus problemas", el laico como hombres de la Iglesia, ha de llevar
estas realidades; la fuerza, la fe, y la esperanza evangélica. Deben ejercer su apostolado dentro de las tareas
específicas que tienen que cumplir, como miembros de una familia, en una sociedad y en una profesión.

EL LAICO EN LA IGLESIA
¿Qué quiere decir "laico"? Esta palabra viene del idioma griego, y significa "el que pertenece al pueblo". Este era el
significado en el mundo griego, aún fuera de la Iglesia. El que pertenece al pueblo en un sentido específico: No tiene
ningún cargo. No es autoridad, alcalde, concejal, policía, oficial, juez y no tiene ninguna otra función. Nosotros diríamos:
"es base".
Así en el pueblo griego se llamaban laicos todos los adultos que tenían derecho de ciudadanía, menos las autoridades.
Y como la Iglesia ha formado sus estructuras en el mundo griego, cuando buscaban una palabra para todos los
cristianos que no eran sacerdotes, diáconos y obispos, los llamaban también "laicos". Recordemos lo que quiere decir
esto: los que pertenecen al pueblo con todos los derechos, porque son mayores de edad, son ciudadanos. Ahora bien,
si entendemos a la Iglesia como el Pueblo de Dios, nosotros, los laicos, tenemos en ella todos los derechos. Todo lo
que he dicho hasta ahora, no lo dije para que nos sintiéramos mejor. O para que nos pensáramos los mejores, los
predilectos o los elegidos. lo he dicho, para que pudiéramos entender mejor nuestra propia misión como laicos. Cuántas
veces, frente a la situación de nuestro país, se ha escuchado decir: "la Iglesia debería pronunciarse frente a esto."
Cuántas veces, también nosotros decimos "la Iglesia debería..." y "la Iglesia tendría que...", pensando que la Iglesia
son los obispos y sacerdotes. Si recordamos bien lo que acabo de decir, si "la Iglesia debería", somos nosotros los que
debemos. Y si "la Iglesia tendría que", somos nosotros los que tenemos que hacer algo. Los sacerdotes y obispos están
al servicio de nuestra fe y nuestro amor. Si queremos que este mundo cambia, no debemos esperar a que actúen
nuestros pastores. Si queremos que se ayude a los pobres de este país, no debemos exigir que lo hagan nuestros
obispos. Si queremos que se trabaje a favor de la justicia, no debemos reclamar las homilías y pronunciamientos de
los sacerdotes. Y también, si queremos que nuestra parroquia sea más cristiana, más acogedora y más humana, no
debemos culpar a nuestro párroco y/o pastor.
Nosotros somos la Iglesia, y nosotros tenemos la misión de construir el Reino de Dios en este mundo y de vivir una
Iglesia que sea signo de este Reino. Es nuestra misión. La Iglesia no tiene dos misiones diferentes, una grande para el
clero y una chiquitita para los laicos. Tiene una sola misión, la de continuar la obra de Jesús, y esta misión es nuestra.
Por lo tanto, los laicos deben ejercer su misión, viviendo en medio de las realidades del trabajo, de la política, de la
familia, de la sociedad, en una palabra, del "mundo y sus problemas", el laico como hombres de la Iglesia, ha de llevar
estas realidades; la fuerza, la fe, y la esperanza evangélica. Deben ejercer su apostolado dentro de las tareas
específicas que tienen que cumplir, como miembros de una familia, en una sociedad y en una profesión.

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