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III Congreso de Prevención Integral ante el Uso Indebido de las Drogas: Red
Nacional de Instituciones de Educación Superior”Conciencia ante las Drogas” 7
al 9 de Octubre del 2004.
Titulo:
“El Contexto Socioestructural y Sociosimbólico del Consumo de Drogas en
Venezuela”. 7 de Octubre 6:15 pm a 7pm.
Muy buenas tardes estimado público presente. Señoras y Señores.
Es para mi un gran honor y un especial compromiso, estar hoy aquí compartiendo
con ustedes compañeros y amigos este significativo acto, el cual nos reune con
motivo de celebrar “El III Congreso de Prevención Integral Ante el Uso
Indebido de las Drogas”:Red Nacional de Instituciones de Educación Superior
“Conciencia ante las Drogas”.Evento este que puede interpretarse como una
continuación de los que hasta ahora venía realizando la distinguida “Fundación José
Feliz Ribas” y que por razones ajenas a su voluntad cedió este espacio a las
universidades, correspondiéndole a la Universidad de Carabobo el compromiso de
asumir este importante reto, dada la experiencia y voluntad política de las
autoridades universitarias, especialmente de los miembros que integran el referido
centro para continuar con el trabajo de investigación, docente y de extensión que
comenzó hace poco más de diez años y que todas las autoridades universitarias han
apoyado en diferentes momentos históricos. Basta con recordar la celebración del “I
Congreso de Educación Superior del Problema sobre las Drogas” realizado en la
gestión del entonces rector de la esta universidad profesor Eli Mercado Matute, quién
tuvo la brillante idea de abrir un espacio académico para el estudio de esta
problemática en el año 1992. En ese congreso participaron 17 países de Norteamérica
Europa y Latinoamérica. Se publicaron sus memorias en tres tomos: Tomo I
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conferencias. Tomo II mesas redondas y Tomo III trabajos libres, para un total de
1.200 páginas aproximadamente .Luego le correspondió a la Universidad del Zulia el
II Congreso. Más tarde a la Universidad de los Andes el III Congreso. Y la
Universidad Central de Venezuela celebró también su I Congreso. De tal manera que
este podría ser el IV y no el III Congreso, pero por esas cuestiones que todos
conocemos en los predios de la intelectualidad y el protagonismo político del cual la
universidad forma parte, parece que cada institución desea destacar este tipo de
eventos, olvidando quizás que la historia nos muestra acontecimientos que marcaron
de manera alguna como fueron los comienzos y como se han ido construyendo
caminos en búsqueda del quehacer científico en este campo del conocimiento.
Es importante reconocer que el poder de convocatoria de este evento es inherente a
las universidades y es legítimo pensar que así sea. En todo caso bienvenido sea este
Congreso que hoy nos reune para continuar el diálogo productivo hacia nuevas y más
eficientes propuestas universitarias destinadas a crear y o fortalecer estilos de vida
saludable libre de drogas con una visión más actualizada de la problemática de la
oferta y la demanda de las drogas.
En palabras de Víctor Córdova esta situación por la cual han venido pasando las
universidades venezolanas se puede traducir en ideas y acciones concretas que
permitan “…romper con las herramientas alienantes que no dejan que el OTRO
aparezca y que tenga derecho a existir…. es admitir la posibilidad preguntada por
Toouraine de si aún PODREMOS VIVIR JUNTOS”.
Continuando con la historia de este tipo de eventos, es oportuno recordar que fue al
rector Ricardo Maldonado conjuntamente con la dirección de Ceproduc ,a quién le
correspondió organizar la infraestructura operativa y el sistema de relaciones intra y
extrauniversitarias para ir favoreciendo el desarrollo de planes, proyectos y
programas de naturaleza docente, de investigación y extensión a objeto de facilitar
su proyección nacional e internacional. CEPRODUC fue creado según decreto
numero 12 del rectorado. El Centro ha cumplido con esfuerzo, mística, y gran
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voluntad de trabajo una labor muy importante e nivel nacional e internacional. Esta
acotación la hago por respeto a la historia y por la condición que me otorga el
tiempo desde los comienzos en que algunos profesores de la facultad de Ciencias de
la Salud y Educación iniciaban una organización bajo los auspicios de la Vicerrectoria
Académica de la Universidad a cargo del profesor Rubén Ballesteros Lara. quién
apoyo siempre este grupo durante su gestión.
El centro ha ido avanzando como el Ciclo de la Droga de que habla Gamella:
especialista, investigador, de renombre internacional, de la Universidad de Granada.
España, cuando se refiere a las drogas como ciclos que avanzan a corto, mediano y
largo plazo, con nuevas modalidades, formas, colores motivaciones y efectos; van y
vienen. Y es así como la voluntad política de las autoridades de turno en las
instituciones del Estado le imprime al problema su particular dinámica: individuo-
droga-sociedad en una circularidad irreductible que esta en constante movimiento,
con la característica de ser un fenómeno atemporal, que no avisa, aparece con su
propia naturaleza. El consumo de drogas lícitas e ilícitas ha estado históricamente
siempre presente en nuestras sociedades. Ahora en este nuevo milenio amenaza con la
transformación genética generacional de un futuro incierto pero con la esperanza de
por lo menos dialogar, contamos con alta tecnología y una nueva puerta que se abre
hacia la condición humana: el humanismo y sus vertientes simbólicas de significados
para una mejor comprensión de las redes sociales involucradas en este fenómeno.
Las políticas de cómo tratar el problema de las drogas responde con mayor firmeza a
las estadísticas de incautación de las mismas y no a los problemas sociales que de
ellas se derivan, porqué? porque sencillamente son desconocidas, los argumentos que
nos muestra la literatura especializada en su mayoría o bien pertenecen al campo de
las ciencias básicas, o parten de a oferta y no de la demanda real que sigue y seguirá
siendo un camino muy complejo para los investigadores que desean adentrarse en el
complicado mundo de lo vivido en este submundo de la drogadicción. El tema de las
drogas ya forma parte de nuestra cultura y como tal no todos lo consideran un
problema. Cada vez son mas los preocupados y menos los ocupados en la lucha en
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contra de este fenómeno como dice nuestro gran maestro .Dr. Pedro Alcalá Afanador.
Las relaciones sociales determinan la forma cómo los hombres producen sus
condiciones materiales de vida y, al mismo tiempo, es fundamental tener presente que
la experiencia del vivir hace a los hombres pensar, sentir y actuar de diferentes
formas, en diversas circunstancias, según sean las realidades del mundo objetivo y
subjetivo del fenómeno social y de las condiciones de vida, el mundo de lo personal,
de lo afectivo y de su subjetividad.
El hecho de construir una visión del contexto y lo vivido, también tiene que
ver con un tipo de realidad sui géneris, donde el hombre, a través de sus elementos
mediadores producto de la fuerza que potencia la satisfacción de sus necesidades,
actúa en lo cotidiano, construye y reconstruye, sintetiza, mediante una praxis concreta
a través de un proceso en el cual se apropia en forma relativa de la realidad social
donde tienen lugar normas y formas características que estructuran cada sociedad.
Este tipo de realidad social, diferente a la natural, genera en el hombre un potencial
creativo, imaginativo, propio del desarrollo evolutivo normal de su cerebro. Surge así
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Otro eje de estructuración del contexto es el que informa las relaciones entre
individuo y sociedad. La concepción básica de esta relación indica que la misma debe
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estructuran y organizan las relaciones sociales; a través de ella los grupos sociales, las
clases sociales, escenifican su actividad.
Otro aspecto tratado por Córdova (1995) son las llamadas dimensiones
funcionales de la realidad social. Al respecto, plantea que no existe una separación
tajante entre lo estructural y lo funcional. Desde el punto de vista de lo que podría
considerarse como una dinámica operativa al momento de considerar lo funcional del
contexto, entran en escena, a manera de intervención, las nociones de espacio social,
modos de vida y/o estilos de vida. Estas tres nociones se interrelacionan, se
entrecruzan, por cuanto las prácticas sociales se movilizan de lo estructural a lo
funcional y viceversa. Su separación es típicamente didáctica, pero su realidad de ser
no es estática. Es algo así como la anatomía y la fisiología; ambas se estudian y tratan
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En cuanto al espacio social, han sido tomadas las ideas de Bourdieu (referidas
por Accardo (1983). Así, se considera que lo vivido cotidianamente por diversos
agentes sociales, está todo localizado en tiempo y espacio. El espacio social sería
cualquier sitio o lugar donde se produzca la interacción humana. Un espacio social es
un conjunto organizado o, mejor, un sistema de posiciones sociales que se definen las
unas por la relación con las otras. Son como conjunto de posiciones socialmente
definidas; posiciones que se diferencian unas de otras por los deberes y derechos que
le son asignados a cada una de ellas, por el precio en tiempo, energía, dinero, talento,
competencia, etc., que es necesario pagar para ocuparlas o por las gratificaciones o
recompensas que ellas aportan a sus ocupantes, como por ejemplo, títulos, honores,
prestigio, servicios, dinero, etc. De esta manera se mira cómo en la vida social, toda
práctica individual o colectiva está siempre orientada en relación a valores
socialmente establecidos.
En la tradición sociológica se le denomina más bien sociocultural y, para
Durant (1981), se llama “Contexto Histórico Simbólico” en su obra “Las
Estructuras Antropológicas de lo Imaginario”. Según Córdova (1995), lo
simbólico constituye el aspecto cardinal de una suerte de presentación de
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Bajo esta idea, el valor forma parte de la realidad y se inscribe en ella con una
doble virtualidad, esto es, como un ideal que exige adhesión o invita al respeto y se
manifiesta en cosas o conductas que lo expresan de una manera simbólica. Ellos
orientan la conducta y dan lugar a juicios que de alguna manera construyen los
modelos de acción con los cuales las personas desarrollan su actividad personal y
social.
Strmiska (citado por Córdova, 1991), dice que los valores deben ser vistos
como polo objetivo de la realidad social y como elemento básico de la posición
evaluadora del actor social. Esta condición evaluadora vincula al sujeto con el mundo
objetivo a través de algunos puntos de referencia. En este sentido, se observa el valor
como objeto querido y el valor normativo que orienta la acción. Luego, es importante
tener presente su naturaleza relativa, por cuanto siempre son específicos de una
comunidad determinada, en un tiempo histórico concreto, donde los procesos sociales
pueden actuar como catalizadores de modelos de acción. Por otra parte se aviva la
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Otra función social de los valores está dada por la unidad psíquica de la
persona, es decir, la constitución de una personalidad sana en el mundo cotidiano, en
equilibrio con las relaciones interpersonales dadas a nivel de los diferentes grupos
sociales, logrando así su propia identidad social con sentido de su vida individual y
colectiva. Entonces estaríamos hablando de factores protectores que orientan estilos
de vida saludables.
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