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Mitos, emblemas, indicios – Carlos Ginzburg

1) ¿En qué siglo surge el paradigma indicial y a quién se le atribuye?


Surge hacia fines del siglo XIX, entre 1874 y 1876, años en los que aparecieron artículos sobre
pintura italiana firmados por Iván Lermolieff. Esos artículos propusieron un nuevo método para
atribuir cuadros antiguos que generó reacciones adversas. Algunos años después se sabrá que
el autor de esos artículos, la persona que se hacía llamar Iván Lermolieff, era Giovanni Morelli:
un médico que escribía en el ámbito del arte bajo pseudónimos y que se intentaba distinguir las
obras originales de las copias. A él se atribuye el inicio del paradigma indicial: ampliamente
empleado en la práctica aunque no se haya teorizado explícitamente sobre él. Este paradigma
viene a sortear la contraposición entre racionalismo e irracionalismo, lo cualitativo y lo
cuantitativo.

2) ¿En qué consistía el método Morelliano y qué papel juegan los rasgos en él?
Este método permitía atribuir cuadros a sus verdaderos autores distinguiendo los originales de
las copias, algo difícil sabiendo que no tenían firma o estaban mal conservadas. Para esto,
Morelli (su método) proponía que no hay que basarse en las características más evidentes de
los cuadros y, por lo tanto, más fácilmente imitables, como la sonrisa de la Mona Lisa, por
ejemplo. Sino que se deben examinar los detalles menos trascendentes (rasgos pictóricos) y
menos influidos por la escuela a la que pertenecía el pintor: lóbulos de las orejas, uñas, forma
de los dedos de manos y pies; rasgos que se hallaban presentes en los originales pero no en las
copias, detalles en donde el autor dejaba surgir su “esencia”, aquellas “peculiaridades
aparentemente insignificantes” que el copista no se percata de imitar. Por lo tanto, los rasgos
juegan un papel protagónico en este método, ya que examinarlos le permitió a Morelli realizar
atribuciones sensacionales.

Sin embargo este método fue muy criticado y cayó en descrédito. De hecho todo el saber indicial
fue dejado de lado en pos de las ciencias duras, que se basaron en la experimentación, medición,
cuantificación y reiteración, dejándose de lado la aleatoriedad de lo individual. En este sentido,
las ciencias humanas han caído varias veces en el mismo descrédito, por estar basadas en la
interpretación subjetiva y no en hechos directamente observables y cuantificables.

3) Expliquen la relación entre Arthur Conan Doyle y los indicios.


El personaje creado por Conan Doyle, Sherlock Holmes, utilizaba un método de rastros
comparable al de Morelli: descubría al autor del delito por medio de indicios que a la mayoría le
resultan imperceptibles. Por ejemplo, interpretar huellas en el barro, cenizas de cigarrillo y otros
indicios parecidos.

En el texto se da el ejemplo de una mujer que recibe una oreja cortada, la cual Sherlock examina
y determina que esa oreja pertenece a un pariente de la mujer, ya que coincidían en su
anatomía.

4) La frase de Morelli, “a la personalidad hay que buscarla allí donde el esfuerzo


personal es menos intenso”, ¿cómo se vincula con Freud, el psicoanálisis
moderno, el inconsciente y el Moisés de Miguel Ángel?
El psicoanálisis moderno de Freud comparte esa frase de Morelli al afirmar que nuestros
pequeños gestos inconscientes revelan nuestro carácter más que cualquier actitud formal que

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solemos preparar cuidadosamente. Por eso, en “El Miguel Angel” (1914) Freud escribe que cree
que el método de Morelli se halla estrechamente emparentado con la técnica del psicoanálisis
médico: también es capaz de penetrar cosas secretas y ocultas a base de elementos
inadvertidos.

En este sentido, Freud con el psicoanálisis, al estudiar el inconsciente y las psicopatologías de la


vida cotidiana (lagunas, lapsus, actos fallidos, etc.) se basa ampliamente en “conjeturas,
vinculaciones, vestigios y señales”, o médicamente hablando, “síntomas”; un proceso análogo a
los rasgos pictóricos que analizaba Morelli para atribuir los cuadros a cada autor y diferenciar
las réplicas. Los datos marginales eran reveladores para Morelli porque constituían momentos
en los que “el control del artista cedía su lugar a impulsos puramente individuales, que se
escapaban sin que él se dé cuenta”. Es decir, cuando el copista se relaja aparece su
individualidad, subjetividad y aspectos provenientes del inconsciente. Esto es comparable, por
ejemplo, con el análisis de Freud de los actos fallidos (como al confundir un nombre), donde por
un momento el inconsciente escapa al consciente.

5) Desarrolle la analogía entre los rasgos pictóricos de Morelli, los indicios de


Holmes y los síntomas de Freud.
La analogía consiste en que en los tres casos se capta una realidad más profunda a través de
vestigios: síntomas en el caso de Freud, indicios en el caso de Holmes y rasgos pictóricos en el
caso de Morelli. Esta analogía se debe a que los tres autores han sido influidos por la medicina
o, mejor dicho, por la semiótica médica: disciplina que permite “diagnosticar” las enfermedades
inaccesibles a la observación directa por medio de síntomas a veces irrelevantes a los ojos. Ya
que Freud era médico, Morelli tenía un diploma en medicina y Conan Doyle había ejercido la
profesión antes de dedicarse a la literatura.

Por ejemplo, hay que pensar en un virus, como el de la Gripe, éste no puede observarse a simple
vista, sino que sólo pueden vincularse los síntomas del paciente, como estornudos, mucosidad,
fiebre, etc. para diagnosticar que efectivamente se trata de Gripe.

6) Definan cuáles son las raíces de la sintomatología médica y expliquen las


cualidades y características que hacen al hombre cazador.
En la década de 1870-80 comenzó a afirmarse en las ciencias humanas un paradigma de indicios
que tenía como base la sintomatología, aunque sus raíces fueran más antiguas. Es la disciplina
que permite diagnosticar las enfermedades inaccesibles a la observación directa por medio de
síntomas a veces irrelevantes a los ojos.

El hombre cazador se dedicó durante milenios a perseguir a sus presas, lo que le permitió
aprender a reconstruir las formas y movimientos de piezas de casa (animales) no visibles, por
medio de huellas en el barro, ramas quebradas, estiércol, mechones de pelo, plumas, olores,
etc. Contaba con un agudo olfato, aprendió a registrar, interpretar y clasificar rastros
infinitesimales, efectuando complejas operaciones mentales con rapidez. Generaciones y
generaciones de cazadores se fueron enriqueciendo a través de la “experiencia” y trasmitiendo
todo ese patrimonio cognoscitivo a través de la “oralidad”.

7) ¿Por qué sostiene el autor que el paradigma indicial es como un tapiz?


El paradigma indicial es un tapiz que sucesivamente, según cada uno de los contextos, se ha ido
llamando cinegético, adivinatorio, indicial o sintomático. No son sinónimos, aunque remiten a
un modelo epistemológico común, estructurado en disciplinas diferentes con frecuencia
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vinculadas entre sí por el préstamo mutuo de métodos, o de términos clave. Es decir, este
paradigma se fue tejiendo a lo largo de la historia cual tapiz y estructurándose en distintas
disciplinas pertenecientes a cada época y lugar.

8) Tracen paralelismos y similitudes entre las tareas y métodos que tenemos


que llevar adelante desde la prensa y comunicación institucional y las acciones
y métodos del hombre cazador.
Los medios suelen aparentar objetividad, principalmente a través de las noticias. Pero en
realidad están recortando la realidad, filtrando información, tratándola desde sus ideologías y
representando intereses. Los medios son grandes formadores de opiniones y actitudes, por lo
que es necesario entender sus posturas para poder analizar los mensajes que transmiten como
parte de una realidad más compleja y, desde la óptica de la prensa y comunicación institucional,
para saber a qué medios dirigirse con cada tema a publicar, a qué periodistas, que secciones,
con qué tipo de contenido, para que los objetivos de nuestros clientes se cumplan, etc.

Pero también es de vital importancia conocer al cliente y su imagen, a través de lo que la


empresa nos diga y de los indicios que reconstruyamos de cómo funciona realmente (no siempre
la información que brindan es real y trasparente). Así, se trata de encontrar las cualidades
propias de la empresa y qué la diferencia de las demás. Se trata de aplicar un saber cinegético,
el mismo que aplicaban los hombres cazadores para encontrar a sus presas: la capacidad de
remontarse desde datos experimentales aparentemente secundarios a una realidad compleja,
no experimentada en forma directa. Se trata de una “reconstrucción, deducción, interpretación,
lectura o simbolización de los hechos”. Lo mismo aplica a captar la subjetividad de los medios
por medio de pequeños indicios como la retórica, expresiones, la forma de decir las cosas, etc.

Hay que entender que cuando los hechos pasan a través de personas, necesariamente se
subjetivan, se tamiza la información de diversas formas y hasta se carga de emociones; y nuestra
tarea desde la prensa y comunicación es utilizar el saber indicial, convirtiéndonos en
“conocedores” de los medios y nuestras cuentas, para saber cómo dirigirnos a ellos, cómo
interpretar sus mensajes, y cómo relacionarnos. En la prensa y comunicación institucional hay
que saber interpretar así como lo hacían los hombres cazadores.

9) Lo indicial en lo cultural, ¿demuestra subjetividad? Ejemplifiquen.


Esta forma de saber, la indicial, era más rica que cualquier codificación escrita y no se transmitían
por medios de libros, sino de gestos, miradas, acciones, la oralidad, que no son susceptibles de
formalización, es una forma de saber unida a la experiencia cotidiana. Estas constituían el
patrimonio, aunque en era parte unitario y en parte diversificado, de hombres y mujeres
pertenecientes a todas las clases sociales y culturas. En parte unitario porque estaban unidas
por un sutil parentesco: todas nacían de la experiencia.

Pero lo indicial es diversificado porque también depende de un contexto que está inserto en una
cultural. Entonces, si bien las clases sociales estaban unidas por un sutil parentesco se trata de
conocimientos cuyas reglas no están formalizadas, por lo que nadie aprende “el oficio” con un
reglamento, sino que dependerá de los sentidos de cada sujeto, los cuales son imponderables.
Y hay que entender que cuando los hechos pasan por una persona necesariamente se
subjetivan, se tamiza la información de diversas formas y hasta se carga de emociones. Si este
saber depende de la vida cotidiana, esta cotidianeidad es distinta en cada cultura, generación y
persona; por lo que esta subjetividad se potencia al analizar índices en lo cultural.

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Por ejemplo, la cultura de la generación de mis abuelos analiza de distintas formas los índices
mediante los cuales concluyen que va a llover: mediante el dolor de sus articulaciones o heridas;
mientras que eso no me sucede a mí o a muchas personas jóvenes. Mientras que en culturas
antiguas analizaban, por ejemplo, el viento para saber si iba a llover. O yo puedo interpretar que
el saludo con un beso es confianza, mientras que para alguien de Singapur podría ser un índice
de irrespetuosidad y algo desubicado. Del mismo modo, personas que acostumbran a estar
rodeadas de caballos pueden percibir cuando estos están defectuosos sea por la forma del
corvejón o por otros índices, mientras que yo no podría interpretarlo porque no tengo la
experiencia de estar con caballos. Todo esto no se aprende mediante tratados de meteorología,
veterinaria, etc. sino que depende de nuestros sentidos, nuestra interpretación y nuestra
subjetividad.

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