0. C imi
10. Conocimiento: de cémo ver a como comportarse
Los cientificos de Harvard informan a bombo y platillo que la mente
humana funciona con menos energfa que una bombilla doméstica.’
Teniendo en cuenta sus 86.000 millones de neuronas y su fenomenal
potencia de célculo cs un rendimiento impresionante, La pena es que
nuestro cerebro no ha mostrado una sabidurfa comparable a su eficiencia
energética. De hecho, sucede todo lo contrario. Nuestros refrigerados
cerebros ven como algo normal que consumamos recursos no renovables
aun ritmo acelerado, en un mundo finito, Incluso cuando se informa de
los graves costes ambientales y sociales de este comportamiento, nuestro
cerebro permanece inalterable, En ausencia de experiencias directas en
sentido contrario, lo habitual ¢s que creamos que todo saldra bien.
No es que nuestros cerebros carezcan de capacidad de procesamiento,
sino que procesan datos incompletos. Como he explicado en el primer
capitulo, nuestra sociedad se ha vuelto cognitivamente ciega a la brecha
metabélica que separa al hombre de Ja ‘Tierra. Por todas partes, las
superficies pavimentadas y la ubicuidad mediatica nos protegen de la
experiencia directa del dafio que estamos causando a los stelos, los océa
nos y los bosques. La brecha metabdlica explica cémo somos capaces de
poner fa salud de la “economia” por delante de cualquier otra conside-
racién, Su misma existencia demuestra, repitiendo la memorable frase
de‘Timothy Morton, que “ya se ha producido la catdstrofe ecoldgica”.?”
1. Harvard School of Engineering, “Synaptic transistor learns while it computes", 1 de
hovicmibre de 2013, buips:!/www.scas-hatvard.edu/news/2013/1 Vsynaptic-transistor
Jearns-while-it-computes
hye Catastrophe Has Already Occurred”, 13 de julio de 2008,
blogspot. fr/2008/07/ catastrophe-has-already accursed hie
2. Morton, Timothy,
hup:/fecologywithournature!COMO PROSPERAR EN LA ECONOMIA SOSTENIBLE
Es cierto que la NSA tiene un voraz apetito por la informacién, pero
los demas no se quedan atrds. Segtin Eric Schmide, director ejecutivo de
Google, en los tiltimos dos afios se ha duplicado la cantidad de datos en
el mundo y en la actualidad creamos en un par de dfas tanta informacién
como la que produjimos desde los albores de la humanidad hasta 2003.3
Ante una situacién de tal magnitud, el argumento es que los Big Data,
los datos a gran escala, representan “la préxima frontera para la innova-
cién”. Las empresas de tecnologia promueven el concepto de smart city,
de ciudad inteligente con especial fervor: su retérica imagina las aglome-
raciones urbanas como si fueran gigantescas maquetas de tren que fun-
cionasen mucho mejor cuando, por una curiosa coincidencia, las ciuda-
des gasten 17.000 millones de délares al afio en servicios que soporten
esos grandes voltimenes de informacién.’ Este ansia por los datos ha
fascinado igualmente al movimiento Quantified Self cuyos miembros,
adornados con toda suerte de dispositivos portatiles, buscan la pista de
«305 datos en los més pequefios detalles de su status fisico y psicolégico.>
Es dudoso que la venta de 400 millones de mediciones de este tipo a los,
Por otra parte, sanos treintafieros pueda contribuir a mejorar la pande-
mia de enfermedades crénicas del resto de la poblacién, pero en el
mundo Big Data, la cantidad cuenta més que los resultados.
Para el Financial Times, Big Data significa nada menos que la llegada
de una “economia postmoderna”. Bajo el titulo “Bienvenido al desier-
to de lo real”, el periddico publicaba en 2012 que “el mercado actual
slo més complejo que nunca se haya imaginado”.® Si el inversor
moderno quiere prosperar debia “adaptarse a los modos cambiantes de
andlisis”, ten{a ser capaz. “de imaginar diferentes estados de la realidad”,
¥ pensar a la vez “como un matemitico y como un artista”, Si una prosa
tan banal como diera forma a un articulo para alumnos de licenciacura,
Poco habria que decir, ni parpadeariamos, pero estas frases adornaban
la publicacién sefiera de las finanzas globales. Sin duda, es alarmance
que la economfa mundial sea moldeada por personas fasc
adas por lo
ry 2. Days We Create As Much Information As We Did Up To 2003,
hupitftechcrunch.com/20 10/08/04 /schmidt-