¿Qué hacemos

La muerte de Lenin culminó el proceso de instrumentalización política de su

culto. si antes de morir su legado ya era patrimonio del partido, el uso que se
hizo de sus restos sirvió a los intereses de quienes lucharon por la sucesión.
Alfonso González QuesAdA, profesor deL Área de documentación de La uaB

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 lenin

con Lenin?

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a
las cuatro de la tarde del 27
de enero de 1924, mientras el
féretro de Lenin era introdu­
cido en su cripta, un estruen­
do de salvas y sirenas ensor­
deció el país durante tres minutos. Aquel
último llanto fue la apoteosis sonora que
puso punto y final a una semana de duelo.
Lenin había muerto seis días antes en Gor­
ki, una finca cerca de Moscú. Pocas horas
después, se creó una comisión funeraria
encargada de organizar las exequias. El
tren con sus restos llegó a la capital el 23
de enero. Por toda la ciudad ondeaban
banderas rojas con crespones negros. Una
comitiva multitudinaria y silenciosa acom­
pañó el féretro, portado por los principales
jefes del partido, hasta la Casa de los Sin­
dicatos. El cuerpo fue expuesto en la sala
de Columnas de aquel antiguo club de la
nobleza. El mismo escenario donde años
más tarde se celebrarían los juicios farsa
con los que Josif Stalin eliminaría a los
compañeros de Lenin, que ahora lo vela­
ban. A lo largo de los tres días siguientes,
tras desafiar durante horas temperaturas
que rozaban los 40 grados bajo cero, más
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de medio millón de personas, en colas
interminables a la intemperie, aguardaron
hasta rendir homenaje al jefe del primer
estado de obreros y campesinos.
El día 24, atendiendo a las peticiones de
numerosas delegaciones del partido, que
no iban a llegar a tiempo al funeral a cau­
sa de la distancia o las dificultades para
viajar, se había decidido que Lenin per­
maneciera temporalmente en una cripta,
construida a los pies de la muralla del
Kremlin y accesible a los visitantes. Aque­
lla medida propició poco después la po­
sibilidad de plantear la exhibición per­
manente de sus restos. No fue la única
resolución que la cúpula bolchevique tomó
en aquellos días para perpetuar la memo­
ria de Lenin. También ordenó erigir mo­
numentos en las principales ciudades,
y dar a Petrogrado, la cuna de la revolu­
ción, el nombre de Leningrado.
De admirado a inmortalizado
Y, sin embargo, Lenin rechazó siempre
cualquier manifestación de culto a su per­
sona. Como marxista y revolucionario, lo
consideraba una práctica aberrante. Pero
trasLaDo del cuerpo de Lenin hasta moscú.
en la pág. anterior, cola para visitar su tumba.
una cosa es el deseo y otra la realidad.
Cuando en abril de 1917 regresa a Rusia,
después de casi diez años de exilio, ningún
bolchevique discute su liderazgo. Su pres­
tigio intelectual es absoluto, y su audacia
en el golpe de octubre de aquel año co­
mienza a cimentar el mito revolucionario.
Ya en la dirección del país, actúa como un
gobernante ajeno a los usos del zarismo.
Es un trabajador infatigable y disciplinado.
Un hombre frugal, que vive modestamen­
te en un pequeño apartamento del Kremlin.
Pero no puede impedir que los hombres
con quienes comparte el poder lo admiren
y exalten públicamente sus virtudes, ha­
ciendo de él un modelo a imitar.
El modelo asciende peldaños hacia el
mito cuando sobrevive a un atentado al
año siguiente. De inmediato se extiende
la creencia popular de que algún poder
milagroso lo ha salvado de la muerte.
También sus lugartenientes, convencidos
de que la desaparición de Lenin signifi­
caría la propia, celebran en la prensa su
recuperación revistiéndolo con una au­
reola de invencibilidad. En esos años, la
propaganda disemina por todos los rin­
 lenin

cones del país carteles y fotos con la ima­

gen de quien personifica la revolución y
el poder. Cuando cae enfermo, el partido
rinde homenaje a su trabajo intelectual
creando el Instituto Lenin para el estudio
y la edición de sus obras.

el último combate
Lenin murió a los 53 años de arterioscle­
rosis cerebral después de sufrir varios
ataques. El primero, en mayo de 1922,
lo apartó unos meses del gobierno. Cuan­
do en octubre retomó el trabajo, descu­
brió alarmado el poder que Stalin acu­
mulaba en el partido, desde que en abril
fuera nombrado secretario general. A
mediados del mes de diciembre, un se­
gundo ataque más grave paralizó su lado
derecho. La cúpula del partido y el equi­
po médico resolvieron que no recibiera
información política alguna para evitar
que cualquier tensión agravara su estado.
Stalin debía velar por el cumplimiento
de aquella prescripción. Sin embargo,
con la ayuda de su mujer y sus secretarias,
el enfermo burló el aislamiento, decidido
a entablar su último combate.
Lenin es consciente de que el balance de
cinco años de poder soviético no es el es­
perado. La revolución no ha prendido en
Europa. Rusia está aislada, desangrada
tras siete años de guerra, y la ruina econó­
mica ha obligado a reintroducir formas
capitalistas. Pero el mayor problema está
en el partido, en su deriva burocrática y

en lA luchA por lA
sucesión, se minA A
trotski Acusándolo
de desleAltAd A lAs
ideAs de lenin Lenin (a la izqda.) junto a su futuro sucesor, Josif stalin, en Gorki, la dacha del primero, alrededor de 1922.

en el despotismo de jefes como Stalin. Le­
nin confía en León Trotski para emprender
la lucha que regenere la formación. El
primer paso debe ser apartar a Stalin de
su cargo. El todavía líder supremo redac­
ta una carta dirigida a los delegados del
próximo congreso, su famoso testamen­
to, donde denuncia el carácter brutal del
secretario general y recomienda su rele­
vo. Pero el ataque de marzo de 1923 frus­
tra su plan. Lenin queda semiparalizado
y pierde el habla. Acaba su vida política, y
con ella el principal sostén de Trotski, que
se considera su legítimo sucesor.
En la lucha que se desata por el manto del
maestro, la fidelidad al leninismo será el
arma decisiva. Stalin, Lev Kaménev y Gri­
gori Zinóviev, que se han unido contra
Trotski, comienzan a minar públicamen­
te su prestigio, acusándolo de deslealtad
a las ideas de Lenin. Trotski no asiste a los
funerales de este porque convalece en
Crimea. Es un revés táctico que merma
sus escasas opciones a la sucesión, sobre
todo porque sus rivales aprovechan la
semana de duelo para hacer profesión de
leninismo. En especial Stalin, que se con­
sagra como su mejor intérprete, su más
fiel discípulo... Sin embargo, derrotará al
maestro poco después, porque Stalin con­
tinuará utilizando la palanca del partido
para situar a sus hombres en los puestos
clave, de manera que, en el congreso de

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mayo de 1924, cuando se haga pública la
carta de Lenin, estos neutralizarán su ob­
jetivo, ratificando al georgiano en su car­
go de secretario general.
La apropiación del cuerpo
Con el ataque de marzo se desvanece toda
esperanza de que Lenin se recupere. Su
muerte parece cercana, y la cúpula bol­
chevique se reúne para discutir cómo de­
berían ser las exequias. Hay acuerdo en la
idea de que un hombre extraordinario no
puede ser enterrado como un mortal co­
mún. No obstante, el punto clave es qué
hacer con el cuerpo de Lenin. Stalin, se­
minarista en su juventud, descarta la cre­
mación porque va en contra de la tradición
ortodoxa rusa, que venera el cadáver del
difunto. Hay quien va más allá, y sugiere
recurrir a la ciencia para conservarlo y
exponerlo de forma prolongada. Trotski,
Nikolái Bujarin y Kaménev se oponen ta­
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jantemente. Hacer del cuerpo de Lenin
una reliquia sería un insulto a su memoria.
No hay constancia de cuándo ni de quién
tomó la decisión de preservar los restos de
Lenin. A buen seguro que influyó la di­
mensión de la movilización ciudadana en
los funerales (la prensa de aquellos días
se Acordó Que un hombre extrAordinArio no
podíA ser enterrAdo como un mortAl común
habló, además, de miles de cartas y tele­
gramas pidiendo que Lenin no fuera en­
terrado, aunque se desconoce si esas pe­
ticiones existieron realmente). En todo
caso, quienes se habían opuesto a la idea
poco hicieron después por revertirla. Solo
la familia continuó mostrándose contraria,
pero de nada sirvió. Desde hacía tiempo,
el partido se había apropiado de las ideas
de Lenin. Ahora lo hacía de su cuerpo. Y
bustos de Lenin en una exposición del museo
estatal de historia, moscú, 2014.
poco después lo haría de cualquier repre­
sentación de su imagen, a través de una
comisión que juzgaría la calidad de escul­
turas, bustos y retratos.
Con la exposición permanente de sus res­
tos, los nuevos amos del país instituyeron
un ceremonial político con el que legitimar
su poder. Lenin seguiría presente, venera­
do en su cripta, y su obra y pensamiento
serían interpretados por sus herederos,
que gobernarían en su nombre. Las masas
ignorantes, influidas por la tradición or­
todoxa –que veía en el cuerpo incorrupto
un signo de inmortalidad y santidad–,
darían una dimensión religiosa al nuevo
ritual. Ese detalle tampoco debió de ser
menor en la resolución de preservar el
 lenin

cadáver. A la postre, el culto a Lenin sería

una amalgama política y religiosa. No se
alejaba mucho de la idea, compartida por un durmiente perpetuo
no pocos bolcheviques (algunos de ellos, La fórmula del embalsamamiento de Lenin, un auténtico
miembros del gobierno), según la cual el
socialismo era una regeneración espiritual,
secreto de estado hasta hace pocos años.
que alumbraría una nueva religión dedi­
cada a la deificación del hombre.

el embalsamamiento
El doctor Alekséi Abrikosov, uno de los
médicos que había atendido a Lenin, in­
yectó en el cuerpo seis litros de alcohol,
formol y glicerina con la intención de pre­
servarlo durante la semana de duelo. Con­
fiaba en que el cadáver pudiera mantener­
se inalterado varios años, si la urna que lo
contenía era hermética y las condiciones
de la cripta, temperatura bajo cero y hu­
medad baja, permanecían constantes.
Pero apenas dos meses después de la muer­
te saltaron las alarmas. El cuerpo comenzó
a mostrar signos de deterioro, y se impuso
la tarea inmediata de dar con el método
definitivo de conservación. Por entonces,
el que barajaba la comisión funeraria era
el sueño eterno Georgi Dimitrov, el norvietnamita Ho Chi
la congelación. Sin embargo, sus riesgos
Tras cuatro meses de trabajo, los profe­ Minh o el norcoreano Kim Il­Sung.
eran inasumibles. Cualquier accidente en sores Vorobiov y Zbarski, encargados de
el sistema de refrigeración de la cripta encontrar un método eficaz para embal­ secretos de la guerra fría
afectaría a los tejidos de forma irreversible. samar a Lenin (arriba, en su mausoleo), El traje de Lenin, sustituido periódicamen­
Descartada la congelación, era apremian­ consiguieron frenar el proceso de putre­ te cuando el cuerpo era sumergido duran­
te encontrar otro procedimiento. facción y devolver al cadáver la apariencia te un mes en el bálsamo, se destruía para
A finales de marzo, la comisión funeraria, de un ser dormido. Vorobiov había ideado evitar que la composición impregnada en
denominada entonces Comisión para la un fluido embalsamador que evitaba la el tejido fuese descubierta. Ese secretis­
Inmortalización de la Memoria de V. I. desecación de los tejidos sin provocar la mo se desvaneció en 2002, cuando los
Uliánov, contactó con los profesores Vo­ decoloración de la piel. Aquella fórmula responsables del Instituto de Investiga­
secreta, a base de agua, glicerina y ace­ ción Científica de Hierbas Medicinales y
robiov y Zbarski. El primero era especia­
tato de potasio, sería aplicada en otros Aromáticas, el organismo encargado de
lista en anatomía, y el segundo, bioquí­
jerarcas del comunismo soviético e inter­ cuidar y mantener el cuerpo de Lenin, pa­
mico. Después de estudiar el cuerpo, su nacional, como Stalin, el líder búlgaro tentaron el método de embalsamamiento.
propuesta fue embalsamarlo. Un reto
descomunal, ya que nunca antes se había
intentado preservar inalterado un cadáver
para exponerlo de manera permanente. nialidad de Lenin, y para su estudio se nes del régimen; junto al Kremlin, el nú­
El fracaso podría tener consecuencias creó el Instituto Soviético del Cerebro. En cleo del poder soviético; y a los pies de su
funestas para ambos científicos, mientras pocos meses, los profesores detuvieron muralla, donde ya existía una pequeña
que el éxito reforzaría el régimen, al con­ la descomposición y dieron con el modo necrópolis en la que reposaban revolucio­
tribuir a la divinización de Lenin y de­ de embalsamar el cadáver con éxito. narios y jefes bolcheviques.
mostrar la superioridad de la ciencia El responsable de los diseños fue Alekséi
soviética. El trabajo del equipo embalsa­ Los tres mausoleos Shchúsev, un destacado arquitecto cuya
mador estuvo siempre bajo el control Las ideas de Lenin se habían transformado obra osciló entre el constructivismo y el
absoluto del partido. Cualquier acción en textos sagrados, y sus restos, en una clasicismo. El primer mausoleo fue conce­
que pudiera afectar a la integridad del reliquia. Faltaba un lugar de veneración bido cuando aún no se había decidido
cuerpo debía recibir la conformidad de y peregrinaje donde levantar su mausoleo. preservar y exponer el cuerpo de Lenin de
la dirección. El cerebro fue extraído du­ El emplazamiento escogido tuvo una enor­ manera permanente. En tres días estuvo
rante el embalsamamiento. Se confiaba me simbología. Lenin descansaría en la a punto para el funeral. Se trabajó sin des­
en descubrir en él algún indicio de la ge­ plaza Roja, el epicentro de las celebracio­ canso y en condiciones durísimas. Las

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bajas temperaturas habían helado el terre­
no y las hogueras no pudieron desconge­
larlo, por lo que hubo que emplear explo­
sivos para comenzar a cavar. Construido
en madera, su estructura era sencilla: tres
cubos alineados horizontalmente y conec­
tados por corredores. El cubo central, que
contenía el féretro, lo coronaba una es­
tructura piramidal de tres niveles. Shchú­
sev justificó la elección del cubo como
forma esencial de su diseño diciendo que
“Lenin es eterno, y el cubo, la mejor forma
de representar la eternidad”.
Aquella construcción pronto fue sustitui­
da. Mientras Vorobiov y Zbarski embal­
samaban a Lenin, Shchúsev proyectaba
un mausoleo más elegante y de mayor
tamaño. Su base rectangular fue más am­
plia, con una estructura piramidal de seis
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niveles y dos pequeñas tribunas en los
extremos del primero de ellos. El conjun­
to, también de madera, recordaba mucho
a los zigurats mesopotámicos. Se inau­
guró en agosto de 1924. A partir de en­
tonces, el mausoleo formó parte de la
escenografía de todas las grandes cele­
braciones políticas del régimen. Su tribu­
na fue el escaparate público del lideraz­
go, y la cola interminable que aguardaba
diariamente para ver a Lenin, “dispuesto
con engañosa apariencia de vida”, como
explicaría Stefan Zweig, creó la estampa
más conocida del Moscú soviético.
En enero de 1925 se convocó un certamen
para elegir el que sería el proyecto defini­
tivo. El monumento debía cumplir ciertos
requisitos: estar en armonía arquitectóni­
ca con el entorno, ser simple, dinámico e
contra viento
y marea
el mausoleo y sus lances hasta
entrar en la lista de la unesco
desde 1930, el mausoleo y su in­
quilino han vivido diversas vicisitudes. El
3 de julio de 1941, pocos días después de
impresionante. La comisión evaluó más
de un centenar de diseños, pero fue dila­
tando su fallo hasta que, en 1929, con
Stalin consolidado en el poder, una nueva
comisión controlada por él resolvió que
Shchúsev remodelara el segundo mauso­
leo de acuerdo con las premisas del cer­
tamen. Aquella decisión, más ideológica
que estética, hizo del mausoleo la prime­
ra muestra del clasicismo arquitectónico
que Stalin imprimiría en Moscú.
Las obras se prolongaron dieciséis meses.
A finales de 1930, Stalin inauguraba la
morada definitiva de Lenin. El rojo y el
negro del pórfido y la labradorita, los co­
lores de su culto, habían sustituido a la
humilde madera, y la apariencia de soli­
dez y eternidad superaba a la de su prece­
dente. El edificio fue presentado como un

la invasión alemana de la URSS, el gobierno
decidió trasladar el cuerpo de Lenin a la ciu­
dad siberiana de Tiumen. Permaneció allí
hasta el mes de marzo de 1945. Durante ese
tiempo, también se intentó proteger el mau­
soleo de los ataques aéreos.
stalIn, coMo Heredero de Lenin,
recibió su mismo ritual fúnebre. Al morir en
1953 fue embalsamado y depositado en el
mausoleo del maestro, pero, después de que
triunfo de la ingeniería soviética, uno más
de los hitos del primer plan quinquenal
del estalinismo. El mausoleo no solo con­
servaba el cuerpo incorrupto de Lenin, era
también el pedestal de su heredero.
un cadáver incómodo
Tras la desaparición de la URSS, la exhi­
bición pública de Lenin parecía tener los
días contados. En un país que transitaba
hacia el libre mercado y la democracia,
su permanencia era un símbolo incómo­
do, especialmente para los nuevos líderes,
hombres que hasta no hacía mucho ha­
bían formado parte de la nomenclatura
del PCUS. Ahora, cuanto más abjurasen
de su antigua fe y sus símbolos, más creí­
ble hacían su conversión. Cuando en
1993, en los días de su pugna con el Par­
su sucesor, Nikita Jrushchov, denunciara sus
crímenes, sus restos fueron retirados del la­
do de los de Lenin en 1961 y enterrados
junto a la muralla del Kremlin.
en 1974, en el transcurso de una res­
tauración del edificio, las autoridades sovié­
ticas consultaron a la Iglesia ortodoxa la
manera más adecuada de guardar los restos
de Lenin. A pesar de oponerse a su exposi­
ción pública, la Iglesia señaló que lo más im­
lamento ruso, Boris Yeltsin ordenó retirar
la guardia de honor del mausoleo, el de­
salojo de Lenin se prometía inminente.
Sin embargo, el cálculo político prevale­
ció, y Yeltsin guardó el decreto en el cajón.
Incluso tiempo después, con una campa­
ña electoral en perspectiva, no tuvo re­
paros en presidir desde la tribuna del
mausoleo el desfile del 50 aniversario de
la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Encaramado al pedestal de Stalin, rindió
homenaje a los veteranos de guerra con
la esperanza de arañar votos entre los
nostálgicos del viejo régimen.
Hoy muchas voces reclaman poner fin a
lo que califican como un espectáculo abe­
rrante. Solo turistas y nostálgicos visitan
a Lenin. Sin embargo, el mausoleo es tam­
bién un recuerdo cercano de la gran po­
lenin
portante era que estuvieran por debajo del
nivel del suelo. De manera que se excavó pa­
ra que la cripta cumpliera con el requisito.
en 1990, un año antes de la desapari­
ción de la URSS, el conjunto arquitectónico
y monumental de la plaza Roja fue declara­
do Patrimonio de la Humanidad.
en La imagen, el mausoleo junto al Kremlin (dcha.)
y la catedral de san Basilio (izqda.). en la pág. anterior,
primer (arriba) y segundo (abajo) mausoleos.
tencia que fue la URSS. Es dudoso que
Putin, en las antípodas ideológicas de
Lenin, pero interesado en restaurar el po­
derío ruso, elimine del imaginario del país
un símbolo de su antigua grandeza.
Para saber más
ensaYo
tuMarKIn, nina. Lenin Lives! The Lenin
Cult in Soviet Russia. Cambridge, Mass./
Londres: Harvard U. P., 1997. En inglés.
VolKogonoV, dimitri. El verdadero Lenin.
Madrid: Anaya & Mario Muchnik, 1996.
ZBarsKI, Ilya y HutcHInson, samuel. Lenin’s
embalmers. Londres: Harvill, 1998. En inglés.
Vídeo
Muerte de Lenin. Metraje original (11’ 18”).
http://bit.ly/1crPuvi
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