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GERMAN W. RAMA
Seminario “La teoría del desarrollo en los albores del siglo XXI”
I. Introducción
Es obvio que en ninguna parte del mundo las políticas sociales emergieron con
carácter comprensivo de todas las situaciones en que se requiere de protección de la
vida humana y fundamentalmente de la protección social en los momentos y
situaciones cruciales de la existencia, como son: el nacimiento, la infancia, el
embarazo y la reproducción, la alimentación, la salud, el empleo, la vivienda y la
condición de vejez.
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D. Roosevelt crea una amplio programa de políticas sociales, desde la generación de
empleo con las vastas obras estatales hasta la generalización de la educación
secundaria pública, pasando por la creación del Social Security System2.
La primera mitad del siglo XX fue un periodo en el que los países occidentales y
la recientemente creada Unión Soviética, manifestaron las mayores violaciones de los
derechos humanos, los que aun no habían comenzado a existir en vastas regiones del
mundo como Africa, Asia y América Latina. La cámara de gas y el gulag son las
expresiones de la violencia en la destrucción de los seres humano, que en nombre de
la ideología marcaron la historia europea hasta mediados del siglo XX.
Es en ese marco que las recientemente creadas Naciones Unidas van a establecer
una nueva filosofía sobre los derechos humanos y ciudadanos, a través de ese magno
texto: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lo sorprendente de la
Declaración es que haya sido adoptada a pocos años del Holocausto, y lo previsible
en la misma fue que no incluyera las obligaciones de los Estados para hacer efectivos
los derechos sociales como la salud, la alimentación y la vivienda3. Vastas porciones
de la humanidad vivían en la esclavitud, la población femenina en el relegamiento y
la exclusión de derechos, y la mayor parte de la población mundial carecía de
garantías en cuanto al derecho a la vida y a la libertad.
La región emerge como una identidad con el primer proceso de globalización, que
se inicia con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón como Almirante de la
Corona de Aragón y Castilla. La región estaba poblada por millones de seres
humanos que formaban parte de sociedades culturalmente muy avanzadas, como
fueron los casos de los pueblos Mayas, de los pueblos Mexicanos y de los pueblos
Andinos, o de sociedades de menor grado de desarrollo cultural y social, que en
escalones sucesivos llegaban hasta los pueblos que se encontraban en el estadio de
recolectores de alimentos.
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trabajen para ellos y reciban la fe cristiana. El segundo tema va a promover el traslado
forzado de población africana –que no es súbdita de España- en carácter de esclava y
que va a ser especialmente apta en los siglos siguientes para someterla al régimen de
plantación, que va a predominar fundamentalmente en el Caribe, al igual que en
Brasil, y en los estados algodoneros de América del Norte, hasta la Guerra de
Secesión (1861-1865).
A fines del siglo XX y comienzos del presente siglo, el fenómeno social más
destacado y sorprendente, para muchos observadores, es el del renacer de las
identidades indígenas, o más bien la expresión pública de una identidad que nunca
desapareció. No sólo es la guerrilla de Chiapas, ni la demanda de independencia de
los Misquitos, sino que en este proceso emerge también una identidad indígena
chilena que emerge a la luz pública cuando el ultimo censo de población incorpora
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una pregunta sobre autoidentificación, que incluye la de indígena, la que es asumida
por un décimo de la población.
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dimensiones comunes de toda la sociedad brasileña, mientras que el proceso de
mestizaje avanza en forma permanente hacia la creación de una nación nueva.
Esta composición racial marcó las líneas divisorias hasta nuestros días. Detrás de
la exclusión de derechos sociales se pueden encontrar los atributos de raza, color y
lengua en todas las sociedades latinoamericanas.
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III. La evolución poblacional de América Latina
A lo largo del siglo XIX y la primera mitad del XX, el tema de la explotación de
la mano de obra indígena y de la apropiación de sus tierras, es una constante, y si bien
periódicamente existen explosiones de los dominados el tema del acceso a la tierra y
de la reforma agraria está aún vigente cuando la creación de la CEPAL, y una de las
propuestas para dinamizar la economía periférica va a ser, precisamente, la reforma
agraria.
A partir de mediados del siglo XIX en que el comercio de esclavos fue reprimido
por Inglaterra, en cada momento en que se requirió mano de obra adicional para
nuevas explotaciones, se recurrió al sistema de la importación oculta de poblaciones
tratadas como esclavas. Así se pueden registrar los casos de los hindúes llevados a las
colonias británicas del Caribe, de los japoneses a las plantaciones cafetaleras de San
Pablo, o de los chinos a la explotación del guano en Perú.
El poder social relativo de la masa de trabajadores rurales siguió siendo muy débil
aun hasta fines del siglo XX, a pesar de que en el último medio siglo –como
consecuencia de las migraciones hacia las ciudades- la población rural se redujo en
forma dramática, y de ser dos tercios de la población ha pasado a ser un quinto en el
promedio latinoamericano. Es interesante anotar que sólo hay un ejemplo de
revolución campesina victoriosa: el de México en la década de 1910 que, a pesar de
sus infortunios políticos, consolidó el sistema ejidatario por más de medio siglo, lo
que, con independencia de las consideraciones económicas, aseguró la sobrevivencia
de la población campesina. También se debe recordar que a partir de la experiencia
cubana se instauró en la región una estrategia revolucionaria de grupos ideológicos
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marxistas que asentaron sus bases militares y sociales entre las poblaciones
campesinas por ser los grupos más excluidos de los beneficios del crecimiento
económico.
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ellos para mujeres- también de carácter gratuito. La relación virtuosa entre feracidad
de la tierra, población escasa y no servil, crecimiento económico fundado en la
incorporación de nuevas tierras a la producción cafetalera, y educación universal y
gratuita, va a tener como resultados la única democracia centroamericana y una de las
más estables en la comparación internacional, y una de las mejores distribuciones del
ingreso de América Latina12.
Con esas tasas de crecimiento poblacional urbano resultó muy difícil que pudieran
instaurarse políticas universales que aseguraran la protección y la equidad social. Las
necesidades anuales de inversión para atender los requerimientos de vivienda de tan
sólo los inmigrantes incorporados a las ciudades fueron, y en algunos países siguen
siendo, superiores a los incrementos anuales del PBI. Incluso si se piensa en
educación la pregunta que cabe formular es, ¿qué Estado tuvo condiciones
económicas para construir edificios, comprar el equipamiento, remunerar
adecuadamente a los docentes, cuando el crecimiento anual de la matrícula era del
orden del 5%, y a la vez poder mejorar la calidad de la educación?
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salud y menos exitosos fueron los intentos de establecer políticas de generación de
empleo y de protección social a los trabajadores y a la población de edad avanzada.
La producción agrícola siempre tuvo a disposición un exceso de población, una
especie de reserva a la que se apelaba y aun se apela en algunos países, en momentos
de cosecha o trabajos agrarios intensivos en mano de obra. En la medida en que se
introducen nuevas tecnologías productivas, el sector laboral redundante se incrementa
más y más. Algunas fueron muy antiguas, como fue el alambramiento de los campos
a partir de 1870, y la eliminación de los vastos conjuntos de troperos que eran
necesarios para “recoger” diariamente el ganado hacia sitios centrales de las
estancias. Los primeros “pueblos de ratas”, o asentamientos de población rural
“sobrante” de Uruguay se iniciaron en dicho periodo. Otras tecnologías reductoras de
uso de mano de obra fueron aplicándose por más de un siglo en la producción de
granos. Argentina, siguiendo los pasos de Estados Unidos, fue temprana fabricante de
maquinaria agrícola, y en la Pampa Húmeda se fue reduciendo la mano de obra
necesaria para plantaciones y cosechas a todo lo largo del siglo XX, mientras el
producto agrario se multiplicaba. Con la caña de azúcar en Brasil, Colombia, Cuba y
otros países se fue cumpliendo el mismo ciclo en la segunda mitad del siglo XX. Tal
vez una de las pocas excepciones a este proceso es el del café, que sigue demandando
importantes contingentes de mano de obra, o las nuevas producciones agrícolas de
plantas decorativas y flores.
La economía tenía que crecer a una tasa muy elevada para que los ocupados en el
sector formal consumieran servicios o bienes producidos por los informales y
generaran un sistema de sucesivos pasajes de la informalidad a la formalidad.
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el stock de población rural. Las últimas dos décadas han aportado crecimientos
económicos negativos en muchos de los años del periodo, y acumulación de
generaciones que no pudieron ingresar al mercado de trabajo formal. Una de las
principales novedades de la región es que ahora la parte joven de los informales tiene
cierto grado de desarrollo educativo –que adquirió en las ciudades- pero sigue estando
bloqueada en cuanto al acceso a la ocupación formal, que a su vez ha desplazado los
umbrales educativos para la incorporación de nuevos trabajadores a la secundaria
avanzada, y en algunos países a la adquisición de más de once o doce años de
educación formal, como lo viene presentando la CEPAL13, aunque habría que
distinguir la rentabilidad de la educación según la edad y establecer una calificación
de las líneas de pobreza según la magnitud de pobres de cada sociedad.
V. La experiencia europea
Si se observa el mundo desarrollado, se hace evidente que los países que hoy
forman la Unión Europea son también aquellos que tienen mejores indicadores en
cuanto a distribución del ingreso, protección a la mujer embarazada, políticas de
atención maternal y preescolar, calidad de la educación pública en los niveles
primario y medio, sistemas nacionales de salud, políticas de protección para la mano
de obra desocupada, y políticas de seguros sociales para la tercera edad. La
construcción de ese conjunto de políticas fue un proceso que adquirió significado con
posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, pero no sería correcto suponer que ellas
emergieron y se consolidaron en forma espontánea.
El enfrentamiento social entre las dos Guerras tuvo tal magnitud que emergió la
Unión Soviética y un modelo alternativo de sociedad. En Alemania naufragó la
Revolución Espartakista, pero no así la ultrareacción totalitaria. El nazismo alemán
comienza llenando los campos de concentración con sindicalistas y militantes
socialistas, mientras el fascismo italiano extermina las bases campesinas y proletarias
del socialismo, y la Guerra Civil española cobra más de un millón de vidas e
internacionaliza la guerra entre comunismo y capitalismo. Las luchas sociales se
transformaron en guerras de exterminio y la locura nacionalista definió como
enemigo al pueblo judío, al que llevó al Holocausto.
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Con el triunfo de las democracias sobre el nazi-fascismo, los sectores de la
burguesía de pensamiento y acción antidemocrática, que en su rechazo al ascenso de
las clases sociales inferiores se aliaron al nazismo, al fascismo o al franquismo,
fueron físicamente relegados del espacio de poder. En Alemania cayeron con la
destrucción militar total del Tercer Reich; en Francia, perdieron sus empresas y
fueron excluidos de las posiciones sociales prominentes, por colaboracionistas; en los
países del Este fueron arrasados por la ocupación militar rusa; y así sucesivamente.
Por su parte, los sectores autoritarios del comunismo europeo fueron relegados del
poder en forma paralela al establecimiento del conflicto internacional democracia-
comunismo, y en la medida en que el gulag y el autoritarismo de la Unión Soviética
fueron divulgados en Europa. Los sectores autoritarios de la izquierda van perdiendo
adhesión a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, y en algunos casos los viejos
partidos comunistas se transformaron hasta tal punto que poco tuvieron que ver con
sus orígenes, como fue el caso italiano.
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Debe agregarse que en la segunda mitad del siglo XX, las tasas de natalidad
disminuyeron en forma constante en Europa, hasta el punto que algunos de los países
integrantes tienen hoy una tasa de reproducción tan baja que no alcanza para sustituir
a la población activa.
En estos meses de comienzo del siglo XXI se puede observar la situación social
de la región a la luz de las graves dificultades que se originan en la “década perdida”
de 1980, y en la inestable década de crecimiento económico de los ’90, que han
provocado un marco económico extraordinariamente restrictivo para la región. En la
misma línea se pueden observar los rasgos económicos de esta nueva globalización
que no le permite a la región exportar bienes agrícolas, y que le limita fuertemente el
ingreso de productos industriales y de servicios a la Unión Europea, al área del
NAFTA, y a Japón, todo lo cual se expresa en bajo crecimiento de la ocupación y
altos porcentajes de la población sumidos en la pobreza.
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En esta perspectiva, la información más importante -que alimenta el optimismo y
permite comenzar a concebir políticas de educación y de empleo para todos los jóvenes-
es la de la reducción del crecimiento de la población. La población rural joven, entre 15 y
24 años, registra desde el 2000 en adelante tasas anuales de crecimiento negativas,
ubicándose las del presente quinquenio en -0,69% para los de 15 a 19 años y -0,23% para
los de 20 a 24 años, y llegarán en el quinquenio 2020-2025 a los guarismos de -0,79% y -
0,66% para dichos grupos de edad respectivos. En cuanto a los jóvenes urbanos, los
promedios en el presente quinquenio son de 0,89% y 1,06%, y para el quinquenio 2020-
2025 serán, respectivamente, de 0,30% y 0,34%. Luego de medio siglo de crecimiento
poblacional a elevadísimas tasas, la admisión de los jóvenes en la sociedad podría ser
posible. Se podrían mejorar simultáneamente la cobertura y la calidad de la educación, y
un razonable crecimiento económico aseguraría una incorporación gradual al empleo de
la totalidad de los miembros de nuevas generaciones.
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Si en lugar de considerar grandes países se observa la evolución educativa de países
centroamericanos aquejados por la pobreza y la violencia, como El Salvador y
Guatemala, las comprobaciones no son menos impactantes. El Salvador multiplica por
tres su matrícula preprimaria entre 1980 y fines de siglo, mientras Guatemala lo hace por
cinco; en cuanto a educación primaria, Guatemala casi duplica sus alumnos llegando al
año 1997 con más de un millón y medio de matriculados. El Salvador, a pesar de la fuerte
corriente de emigración internacional hacia los Estados Unidos, incrementa la matrícula
secundaria en un 50% en las últimas dos décadas, y Guatemala –que mantiene un
vigoroso crecimiento poblacional- lo hace en un porcentaje aun mayor. Incluso los países
de temprano desarrollo educativo como Argentina y Uruguay, muestran duplicaciones de
sus matrículas en la educación inicial a partir de 1980, y Argentina registra una
duplicación del volumen de sus estudiantes secundarios entre 1980 y 199516.
Las cifras pueden ser observadas bajo dos perspectivas; una es la de desigualdad de
oportunidades, sobre la que viene insistiendo con razón la CEPAL18, destacando que a
pesar de la expansión cuantitativa de la matrícula no se logran resultados educativos
similares para los niños y jóvenes de los distintos estratos de ingresos. La otra, que
intentamos plantear en este texto, es que si bien las condiciones de equidad en el acceso
educativo distan de ser las socialmente deseables, se registra un fenómeno nuevo que es
el de la incorporación masiva a la educación de los jóvenes de 15 a 19 años, y también de
los de 20 a 24 años.
Las tasas de asistencia escolar de los jóvenes de 15 a 19 años indican que hoy,
mayoritariamente, están siendo socializados en los sistemas educativos. Incluso para los
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jóvenes de 20 a 24 años, las encuestas de hogares muestran para la población urbana que
más del 30% asisten en Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, y Panamá. Si
se incorpora la dimensión ingresos de los hogares, se aprecia que los jóvenes de 20 a 24
años, que pertenecen a hogares ubicados en el primer quintil de la distribución de
Panamá, Ecuador, y Brasil, presentan el sorprendente resultado de que uno de cada cinco
de esos jóvenes de bajos ingresos asiste a un centro educativo. Costa Rica presenta la
sorprendente relación de que 45 de cada 100 jóvenes de hogares del primer quintil y 54
de cada 100 jóvenes del quintil 5, declaran asistir a un centro educativo.
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En las dos últimas décadas, en términos de democracia, no debe hablarse de tiempos
perdidos. Se recupera la representación popular en el Cono Sur, Brasil y Bolivia, y la
guerra civil en América Central es suplantada por las elecciones. En la historia del siglo
XX no existió ningún otro periodo con tanta difusión del sistema democrático. Más aun, a
pesar de la crisis económica, a pesar de las tasas de desocupación, a pesar de la
inestabilidad de los mercados, no hubo ninguna fuerza que pusiera en cuestionamiento el
funcionamiento democrático. Los partidos políticos se organizan y el voto universal se
introduce por primera vez en muchos países. Los analfabetos, que sólo habían votado en
la elección municipal de 1973 en Chile, con la recuperación democrática reciben todos
los derechos, y en Brasil la nueva Constitución provoca una fulgurante expansión del
cuerpo electoral al incorporar al mismo, simultáneamente, a los jóvenes de 16 años o más
y a los analfabetos de cualquier edad.
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político, pasando por lo educativo, han generado un nuevo escenario en el que puede
desarrollarse una política social orientada hacia la equidad y la democracia.
NOTAS
1
Furet, François (1978) Penser la Révolution Française. Gallimard.
2
Schlesinger Jr., Arthur M. (1988) The coming of the New Deal. The age of Roosevelt. Houghton Mifflin
Co, Boston, MA.
Freidel, Frank (1990) Franklin D. Roosevelt. A rendezvous with destiny. Little, Brown and Co, USA.
3
The Economist (2001) “The politics of Human Rights”. August 18th - 24th.
4
Canessa de Sanguinetti, Marta (2000) El bien nacer. Limpieza de oficios y limpieza de sangre. Raíces
ibéricas de un mal latinoamericano. Ed. Santillana, Montevideo.
5
Guzmán Bockler, Carlos y Herbert, Jean-Loup (1972) Guatemala: una interpretación histórico-social.
Siglo XXI, México.
6
González Casanova, Pablo (1965) La democracia en México. Era, México.
7
Davis, David B. (1999) The problems of slavery in the Age of Revolution, 1775-1823. Oxford Un. Press.
(2001) “Slavery-white, black, muslim, christian” en The New York Review of Books (July, 5)
8
Freyre, Gilberto (1933) Casa grande e senzala. Brasil.
9
Patterson, James T. (2001) Brown v. Board of Education. A civil rights milestone and its troubled legacy.
Oxford Un. Press.
10
Rama, Germán W. (1988) Estructura social y educación: presencia de las razas y los grupos sociales en
la escuela. CEPAL, Santiago.
11
Rama, Germán W. (1987) La democracia en Uruguay. Una perspectiva de interpretación. Grupo Editor
Latinoamericano, Buenos Aires.
12
Rama, Germán W. (1994) A la búsqueda del siglo XXI: nuevos caminos de desarrollo en Costa Rica.
Banco Interamericano de Desarrollo. 2a edición: Universidad de Costa Rica, San José, 1997.
13
CEPAL (2000) Equidad, desarrollo y ciudadanía. Santiago de Chile.
14
Blomström, Magnus y Meller, Patricio, eds. (1991) Diverging paths. Inter-American Development Bank.
Hirschman, Albert O. (1991) The rhetorics of reaction: perversity, futility, jeopardy. Harvard College.
Institut de Recherches Économiques et Sociales. (1983) La Protection Sociale. Paris.
Katzenstein, Peter J. (1985) Small states in world markets. Cornell Univ. Press.
Prost, Antoine. (1981) “L’École et la famille dans une société en mutation”, Histoire générale de
l’enseignement et de l’éducation en France, Tomo IV. Nouvelle Librairie de France, Paris.
15
Entre la enorme cantidad de artículos que se están escribiendo sobre este tema, se pueden citar las
siguientes notas periodísticas: The New York Times (2001) “Non-Hispanic whites may soon be a
minority in Texas” (March, 25); “Portrait of a nation” (April, 1st).
The Washington Post (2001) “California´s ethnic diversity grows”
(March, 30); “Shifting portrait of US Hispanics” (May, 10); “Census sees vast change in language,
employment” (August, 6).
16
UNESCO (1999) Anuario estadístico.
17
Diez de Medina, Rafael (2001) Jóvenes y empleo en los noventa. CINTERFOR, OIT, Montevideo.
18
CEPAL (2000) Panorama social de América Latina 1999-2000. Santiago de Chile.
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