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Escuela de Gestión Pública Plurinacional

Programa de Tele educación “Construyendo un nuevo Estado”

MÓDULO: EL SERVIDOR PÚBLICO DEL ESTADO PLURINACIONAL

CURSO

DEL ESTADO REPÚBLICA AL ESTADO PLURINACIONAL

Tele Docente Rafael Bautista, es egresado de la carrera de Filosofía en el 2004 en


la universidad Mayor de San Andrés de La Paz.
Postgrado crítica ética de la política ética mundial – junio 2006 Dictado por el
filósofo Enrique Dussell ciudad de La Paz.
Director de la colección “Filosofía en Pensamiento Crítico Letra Viva”, de la
Editorial 3a piel 2007-2008.
Miembro investigador del seminario de “Descolonización de Conciencia Nacional
Popular” de la Vicepresidencia de la República.
Consultor contratado por el Ministerio de la Presidencia para la realización de la
investigación “El Papel de los Medios de Comunicación en la Masacre de Pando
2009”.
Codirector del programa televisivo “Nos Daremos Cuenta” en Bolivia Tv de
noviembre de 2009 a febrero de 2010.
Es columnista eventual, del periódico Cambio 2010. La Universidad de Pitsburg y
su Departamento Hispánico de de Lenguaje y Literatura lo invita como
conferencista en la temática de la descolonización. Actualmente dicta seminarios en
el SENCAP y en la Escuela de Formación Política Plurinacional en los temas:
Descolonización, ¿qué significa el Estado Plurinacional? y ¿qué significa el vivir
bien?

OBJETIVO
Reflexionar desde el punto de vista histórico el proceso de transformación de
Estado República al Estado Plurinacional.
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Programa de Tele educación “Construyendo un nuevo Estado”

Mi nombre Rafael Bautista, soy escritor, tengo formación en filosofía y soy autor de varios
libros. Esto es una reflexión en torno a el libro que escribí que se llama “Que significa el
Estado Plurinacional”. Entonces, lo que tienen ustedes entre manos es un compendio o un
resumen muy comprimido de todas aquellas cosas que hemos podido plantear en este
trabajo.

El tema de la exposición actual es “El Estado Plurinacional”. Para ingresar a esta temática,
lo primero que tenemos que discernir es qué es el Estado, en qué consiste el Estado, cuál es
la idea alrededor de este conjunto de sentidos que hace al Estado. Entonces, para ello
necesitamos tener una aproximación conceptual al contenido de lo que en general es un
Estado. De modo preliminar, para ir dotando de contenido a la idea del Estado
Plurinacional, tenemos que referirnos a las condiciones generales de lo que es un Estado.

Más allá de lo que pueda decirse en términos determinados de lo que es un Estado, en


primera instancia podemos decir que el Estado es un concepto. Esta determinación general
involucra a cualquier tipo de definición que pueda haber, abarca a todas ellas.

Pero ¿qué quiere decir que el Estado es un concepto? El concepto es la culminación de una
idea que se ha ido definiendo, se ha ido determinando, se ha ido realizando, se ha hecho
poco a poco en ese irse realizando: se ha hecho algo factico. Entonces, el concepto
comprime toda la experiencia de la constitución de una idea que se ha hecho realidad. El
Estado, como concepto, es todo el conjunto de sentidos y significaciones que un pueblo,
una comunidad política, ha podido producir para poder auto determinarse. De modo general
un Estado sería la culminación de un proceso que un pueblo, como sujeto político, produce
para producir su autodeterminación.

Para producir su autodeterminación tiene que construir conocimiento propio. Éste es el que
se deriva de la experiencia que tiene este pueblo en su constitución como sujeto político.
Entonces, este proceso de auto comprensión le genera el conocimiento que se deduce de
toda esa experiencia de su transformación en tanto sujeto político. Todo eso que se va
hilvanando en el proceso mismo de la constitución de este pueblo, el sujeto auto
determinativo lo comprime el concepto mismo que reúne toda esta experiencia. Entonces,
el Estado es la culminación de todo eso. El Estado es la culminación de todo el proceso por
el cual un pueblo, en proceso de liberación, pasa a ser sujeto auto determinativo de ese
mismo proceso. A un pueblo no le basta sólo luchar, no le basta sólo salir a las calles, sino
que paralelamente a esto, tiene que producir el conocimiento que le permita no solamente
realizar el acto de liberación sino en definitiva producir todas las instituciones, las
mediaciones que hagan posible la realización de este proceso de liberación. Por eso es
necesario que un pueblo construya y produzca el conocimiento pertinente para desarrollar
todo aquello que se ha propuesto en términos de perseguir un horizonte propio.
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Entonces, en este sentido, el Estado aparece primeramente en nosotros como esta suerte de
proceso de elaboración de la idea en su realización. Cuando el Estado aparece en términos
ya constituidos, en términos establecidos, pareciera para nosotros que es una macro
institución que reúne todas las instituciones y ante la cual nos doblegamos. Pero en primera
instancia el Estado tiene todo este proceso previo: de la elaboración y de la realización de la
idea pertinente para explicitar todo aquello que el pueblo ha tenido que atravesar para llegar
al momento culminante de la constitución de un Estado.

De modo general, cuando decimos el Estado es un concepto, queremos mostrar todo este
proceso de génesis que hace posible la constitución de un Estado. Ahora, de modo general,
el Estado visto de ese modo, necesita ir determinando poco a poco sus concreciones para
mostrar por qué estamos atravesando un proceso de salir de un concepto de Estado a la
producción de un contenido nuevo de los propósitos que tenga este nuevo Estado que lo
estamos llamando “plurinacional”. Entonces, para eso tenemos que referirnos también a lo
siguiente. El concepto no es una invención deliberada (que se daría en el ámbito puro de la
intelectualidad) sino que el concepto es el testimonio que testifica, que comprime, todo este
proceso. Por lo tanto, el Estado es siempre la realización de lo que contiene todo este
proceso por el cual un pueblo se constituye en sujeto político. Entonces, el contenido de
este concepto, el contenido de la idea realizada en concepto, es un proceso histórico. Esto
quiere decir que el contenido del concepto de Estado es el proceso histórico por el cual se
ha constituido, en lo que se ha constituido. Para nosotros (y aquí [está] la primera
determinación que tenemos que hacer) la idea de Estado que hemos experimentado, que
hemos enfrentado y se puede decir que hemos padecido, es [la de] un Estado que no ha sido
capaz en cuanto concepto y en cuanto idea de comprimir en sí ningún tipo de experiencia
de liberación y para eso tenemos que hacer historia para mostrar por qué la vaciedad y el
carácter aparente de Estado al no contar con este hecho genético deviene en un concepto
vació de Estado y por lo cual genera también políticas vacías, carentes de contenido,
carentes de originalidad, carente también de soberanía y a lo que llamamos el Estado
colonial.

¿Qué pasa con el Estado boliviano, al que llamamos el Estado colonial? Cuando Bolivia se
funda, se hace república, después de haber atravesado una suerte de proceso de liberación,
de proceso de independencia, quienes están reunidos para fundar este país no son
precisamente los que habían luchado por la liberación, por la independencia. Es decir, que
el acta formal de bautismo de este Estado que nace como república no tiene a los
protagonistas que hicieron posible la lucha de la independencia. Es más, cuando se
reformula la Constitución del Estado que formuló el Libertador Bolívar, las castas
oligárquicas que se habían quedado en este país, sobre todo en Sucre, son las que empiezan
a adecuar los preceptos constitucionales para favorecer ahora a ellos en su condición de
élite política. Quiere decir esto que el inicio mismo de este país significa un rapto de la
soberanía, un rapto del proceso mismo que había emanado como consecuencia de la
impostura que primero realiza la conquista, y después la colonia y que no se remedia ni se
supera, sino que pervive a lo largo de la historia republicana porque precisamente el acto de
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bautismo, el acto de inauguración de este Estado Republicano, no contiene en si a los


protagonistas que hicieron posible la independencia y no contiene por eso los contenidos
reales que hicieron posible el proceso de independencia.

Entonces, quienes en Sucre raptan este proceso de independencia para sí, o sea para ponerse
ellos como un sujeto sustitutivo desplazando al sujeto real del proceso independentista no
pueden ellos contener ni expresar lo que había significado la independencia. ¿Qué quiere
decir esto? Que quienes fundan este país no tienen la más mínima idea de lo que significa
independencia y liberación. Lo único que están viendo era tener en el Estado la garantía de
sus propios intereses personales, grupales, sectoriales y que en última instancia defendían a
ultranza.

Una vez que la élite es realista sale de este país, una nueva élite ocupa el lugar vacío que
habían dejado los realistas. Y este lugar vacío que habían dejado los realistas es un simple
recambio de actores y aquí empieza a tener potestad en el mando del país la casta criollo
oligárquica y es la que en las primeras décadas de la república va a mostrar el por qué al no
tener ningún contenido material [ni] real que había hecho posible el proceso de
independencia, no solamente van a rifar a los intereses foráneos, sino que ni siquiera van a
poder contener la geografía política con la cual había nacido este país. Es decir ni siquiera
van a poder mantener las fronteras. Por mantener exclusivamente intereses corporativos,
grupales, logieros, rosqueros, el país para ellos les es muy grande, de tal modo que no saben
ni siquiera cómo contener la realidad material, cultural, nacional de este país. Al proponerse
ellos como sujeto sustitutivo lo que hacen es básicamente vaciarse ellos de todo contenido
propositivo en el futuro, porque no van a tener algo real, desde lo cual poder producir un
desarrollo propio, sino simplemente administrar una subordinación a los intereses foráneos.
Ingresar a un mundo ya determinado como mercado mundial, bajo la tutela del impero
británico significaba para las oligarquías nacionales, y en este caso para la nuestra, ingresar
a cualquier costo, ingresar de cualquier modo, para básicamente financiar ellos su
estabilidad en el poder, y esto significaba subordinarse a las exigencias del mercado.

Esta primera aproximación nos va ir mostrando por qué el Estado así como lo habíamos
descrito al inicio y con la caracterización que se hace al Estado colonial, podemos notar
cómo el Estado resulta aparente porque no tiene contenido real, no tiene el contenido que
podía haber emanado de este proceso de independencia comprimido en la realización de
una idea de Estado que pudiese contener toda esta experiencia. Y al no contar con eso lo
que podemos advertir es que el Estado boliviano cuando nace como república no contiene
nada de lo que habíamos descrito en primera instancia, sino que es un Estado que en
consecuencia, agarrándonos de una definición que hace Rene Zabaleta, podemos decir, es
un Estado aparente. Es un Estado aparente porque no tiene ningún tipo de contenido real, y
¿qué quiere decir contenido real en esta instancia? Quiere decir que no tiene legitimidad, o
que su legitimidad siempre tiende a la nulidad porque al haber raptado a este sujeto
sustitutivo al todo de la nación negando al todo de la nación, niega lo propio, por lo tanto
ese Estado no tiene contenido propio, y al no tener contenido propio tiene que robar un
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contenido o prestarse un contenido de donde pueda. Por eso se dice “nacemos a la vida
independiente, copiando y calcando constituciones, leyes, códigos, de donde sea, pero
nunca emanados de nuestra propia historia y de nuestra propia realidad” Por eso ese Estado,
es un Estado aparente, porque su legitimidad es casi nula o tiende siempre a la nulidad.
Apenas reúne al 5% de este país en el momento en el que nace y después poco a poco hasta
el 52, ese grado de legitimidad siempre recortada y que tiende siempre a la nulidad y por
eso no puede garantizar su legitimidad al interior de sus fronteras y por eso tiene que pedir
el auxilio de siempre de intereses extraños foráneos para garantizar estabilidad. Por eso
decimos es un Estado aparente, porque no tiene legitimidad real, y al no tener legitimidad
real tiene que inventarse esa legitimidad y como esa invención no puede paliar o sustituir la
legitimidad real es una legitimidad que siempre tiende a la nulidad y por eso lo constituye
al Estado en Estado aparente.

[En la segunda parte] vamos a ver cómo este Estado necesita un proceso de transformación
para poder dotarse de un contenido propio.

Síntesis
Se toma al Estado como aparente porque no tiene legitimidad real por eso ésta
debe inventarse. Esa invención no puede sustituir una legitimidad auténtica pues
siempre tiende a la nulidad. El Estado necesita de un proceso de transformación
para poder dotarse de un contenido propio y auténtico emanado de la lectura y
concepción de la vida de los más excluidos.
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En esta segunda parte, vamos a empezar con una frase clásica que aparece en uno de los
libros fundamentales que sobretodo expone el derecho moderno que es la Filosofía del
Derecho de Hegel.

En este libro hay una frase que por lo general se cita en el ámbito de la filosofía y que para
nosotros es interesante reflexionar acerca de ello, se trata de la famosa frase de que: “todo
lo real es racional, y todo lo racional es real” y vamos a ver cómo vamos a caracterizar un
poco en lo que constituye el carácter de apariencia del Estado colonial.

¿Qué quiere decir: todo lo real es racional, y todo lo racional es real? Parecería una
tautología pero en nuestro caso representa una caracterización que es necesario pensarla
para describir muy bien en qué consiste el carácter aparente del Estado. En política lo real
es la legitimidad; es decir, lo que hace real una política, la ley, la constitución y todas esas
determinaciones políticas que pueda haber es el grado de legitimidad [con el que se] cuenta,
el grado de legitimidad que tiene. Es decir, un Estado que no tiene legitimidad o que su
legitimidad tiende a la nulidad, como decíamos al inicio, es un Estado que aunque se nos
presente como institución, aunque exista como institución es irreal, porque no tiene base de
legitimidad. Cuanta menos base de legitimidad tenga, esa institución tiene carácter de
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irrealidad aunque la vemos y la toquemos como institución. Entonces, “todo lo real es


racional” quiere decir que cuando hay legitimidad la constitución de esa institución o la
constitución de la idea, tiene racionalidad. La legitimidad en política es la condición sine
qua non para que cualquier tipo de constitución, producción determinación política, se haga
racional. Esto quiere decir que lo racional en política, es siempre el grado de legitimidad
que se cuente para hacer posible un determinado tipo de política. La política no se mantiene
a sí misma con las armas, con la coerción o con la coacción porque este tipo de imposición,
siempre alberga la posibilidad del desequilibrio general. Por eso una política es duradera,
una política es racional cuando cuenta con el mayor grado de legitimidad posible, cuanto
mayor es el piso de legitimidad que posee una política determinada esta política es racional,
y cuando esta política racional lo que puede producir, es una política que no solamente se
perfila a lo largo del tiempo, no solamente se perfile en el mediano y en el largo plazo, sino
que es una política que cuenta con base real. Por eso esto dice: todo lo real es racional, y en
el ámbito de la política quiere decir que, cuanto mayor legitimidad haya, va a haber mayor
racionalidad en lo que se produce.

Esto quiere decir que, en política mientras más se recorta el ámbito de las decisiones, es
decir, cuando se desplaza y se excluye a la mayor cantidad de base de legitimación cuanto
[más] se recorta la política, es cuanto la política empieza sufrir de merma de realidad, de
merma de racionalidad; es por eso que lo característico de la política moderna y del Estado
moderno es precisamente recortar siempre cada vez más el ámbito de las decisiones. Esto
significa, privatizar la política en pocas manos, entonces cuanto más privatiza la política
también privatiza el ámbito de la economía, es decir, expulsa siempre a más gente del
ámbito económico, entonces cuanta más gente es expulsada del ámbito económico, esta
gente llega a perder capacidad de decisión porque no tiene peso en el ámbito de las
decisiones porque su participación económica tampoco existe.

Todo esto quiere decir que la política moderna tiende siempre a ejercer la soberanía política
por dominación y para que haya dominación tiene que a ver obedientes. Es decir, tiene que
reducir, tiene que reducir al sujeto político a condición de objeto; un objeto que solamente
haga caso, salga a las marchas, vote ciegamente o lo que llamamos acá, hagan de “levanta
manos”. Entonces, cuando una política actúa de ese modo, recorta el ámbito de las
decisiones a una entelequia cada vez más reducida, es decir a una élite cada vez más chica,
se priva de racionalidad porque se está privando de legitimidad. Cuando ya no consulta,
cuando ya no escucha, es cuando esta política se ha vuelto una política aristocrática, una
política de los elegidos, de los iluminados, etc. Cuando sucede esto es cuando la política
empieza a mermar su condición de racionalidad. ¿Por qué? Porque su grado de legitimidad
otra vez empieza a “hacerse aguas”. Esto quiere decir: todo lo real es racional, otra vez,
cuanto mayor grado de legitimidad, participación tiene una política constituida como
Estado, ese Estado se hace real y racional pero cuando no tiene legitimidad o cuando va
recortando su legitimidad lo que está amputando son sus propios pies por decirlo de algún
modo. Entonces, cuando hace eso es cuando empieza a constituir su carácter de apariencia,
cuando no tiene el carácter real que le podría dotar un contenido material a su política, sino
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cuando empieza a sustituir este contenido por simplemente el grado de imposición que
pueda tener sobre su pueblo convertido ahora en objeto.

Entonces, esto quiere decir que esta política tiende siempre a la irracionalidad, lo que quiere
decir es que en menor o mayor grado tiende siempre a la dominación, es decir a dominar, a
someter a toda la comunidad política en condición de objeto. Entonces, la característica del
Estado colonial es esa, necesita constituir al todo de su nación en carácter de subordinación
absoluta para que ellos puedan ejercer el poder. Cuando realizan esto es cuando demuestran
y manifiestan su carácter de apariencia. ¿Por qué? Porque no pueden contener al todo
nacional, no pueden congregar a la nación y al no poder congregar a la nación, lo que hacen
es: anularla, desplazarla, someterla, etc.

Entonces, lo que decíamos al principio, ni siquiera esta casta oligárquica aristocrática,


puede contener las fronteras. ¿Por qué? Porque si no cuenta con legitimidad ni siquiera
puede llamar a ese todo negado para defender lo que ellos no son capaces de defender por
sí mismos. Por eso que en alguna ocasión René Zabaleta decía en Lo nacional popular en
Bolivia “frente a lo que es capaz de congregar Argentina o Chile o Brasil o Perú frente a
eso es imposible enfrentar la mínima congregación que pueda hacer el Estado boliviano” y
la mínima congregación que podía hacer el Estado boliviano era consecuencia de que nunca
había congregado al todo de la nación, y cuando no congrega al todo de la nación no la
hace partícipe y sujeto del Estado es cuando tampoco puede llamar a este todo desplazado
para que defienda lo que ellos no pueden defender. Es por eso que al no poder defender las
fronteras, este país se reduce a la mitad de su expresión territorial o geopolítica y al hacer
esto lo que demuestra es la incapacidad lo que tiene la casta oligárquica de contener a su
nación. Porque constantemente va negándola, va reduciendo lo propio al contenido mínimo
de los intereses propios y exclusivos de la casta oligárquica, esto quiere decir que ha
recortado el ámbito de las decisiones de tal modo de que lo único que les preocupa o lo
único que es política de Estado es cómo sacarle el mayor jugo a la detentación del poder
por eso el poder se vuelve una suerte de pasanaco entre las familias oligárquicas que
detentan el poder. Es por eso que el grado de irracionalidad de esta pérdida de legitimidad
conduce inevitablemente a la irracionalidad absoluta que caracteriza al modo como
manejan el poder las castas oligárquicas.

Ahora, ¿cómo es posible transformar eso? La única posibilidad de transformación, no


proviene de la casta oligárquica sino la posibilidad de la transformación siempre viene de
quienes padecen este tipo de irrealidad o irracionalidad en la cual se constituye el
movimiento mismo de lo político. Entonces, aquí hay una cuestión que empezamos a
pensar a partir de lo que sucede el 2003 (la Guerra del Gas) y que nos muestra con una
perspectiva mucho más clara todo lo que ha sucedido en nuestro país. ¿Qué quiere decir
esto? Que necesitábamos un acontecimiento de carácter nacional para poder ver de mejor
modo y tener una perspectiva mucho más rica que sea como un atalaya que nos permita leer
todo nuestro devenir histórico en su contradicción fundamental. Cuando sucede la Guerra
del Gas [se da] un hito en nuestra historia que nos permite esta perspectiva privilegiada que
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hemos tenido para advertir en qué constituía la contradicción fundamental por la cual este
país, siendo uno de los países más envidiables en el mundo, por la tanta riqueza natural que
tiene, sin embargo es uno de los países más miserables del planeta. ¿Por qué sucede esto?
¿Por qué, teniendo tantos recursos naturales, tanta materia prima, suficiente para iniciar un
despegue propio de desarrollo, nunca pudo hacerlo? Entonces, el acontecimiento que nos
muestra octubre [de 2003] es lo que viene comprimiendo como historia lo que sucede desde
fines de los 90’s las marchas por tierra y territorio, las marchas por la dignidad, las marchas
que empiezan a emanar una suerte de nuevo desiderátum en el ámbito de la política. Y este
nuevo desiderátum empieza a proponer algo que empieza a mostrar dónde está el carácter
aparente y de irrealidad de este proyecto estatal que en sus ciclos estatales había siempre
devenido en lo mismo, que quiere decir que el fundamento mismo institucional legislativo
legal de este país, tenía que ser transformado. Porque ese fundamento lo que expresaba, era
precisamente este carácter de irrealidad y de apariencia que había tenido este Estado. Por
eso una de las demandas que empieza a ser la nueva nomenclatura política es: tenemos que
realizar una nueva Constitución Política del Estado. ¿Por qué? Porque lo que fueron
capaces de mostrarnos los pueblos indígenas en esa larga trayectoria de marchas
nacionales, fue que la misma carta que daba origen a los propósitos mismos del Estado,
estaba mal planteada, porque esa carta no contenía nada de lo que era este país, no contenía
a la nación y desde ese entonces nos damos cuenta de que este Estado no es una
homologación mecánica que tuviese como contrapartida una sola nación, sino que tiene
varias naciones.

Ahí aparece la conciencia de que esta nación es en realidad plurinacional. Por lo tanto, esto
nos muestra que lo que el Estado colonial había estado reduciendo expulsando y hasta
aniquilando era el carácter plural como constitutivo de la existencia de este país. Entonces,
este país no era univoco, no era homogéneo, sino que tenía una cualidad plural que hacía la
riqueza misma de los contenidos mismos de lo que podía o de lo que podría ser un país
como Bolivia. Al aparecer este nuevo desiderátum empieza a señalarse de modo incisivo de
que este país está mal, que la misma carta fundacional (el mismo suelo que hace posible el
marco institucional) es lo que está mal y eso que está mal, es de donde se levantan todas las
políticas, todas la idea de gestión, todo el marco legal, todo el marco normativo que hace
posible al Estado. Entonces, si hay que cambiar todo eso, quiere decir que el Estado como
conjunto, es lo que está mal. Es decir, esto no se remedia ni con parches, ni con remiendos,
sino que tiene que tener una transformación integral de lo que constituye al Estado en sí.
En la última parte vamos ya a meternos a lo que constituye el Estado Plurinacional.
___________________________________________________________________
Síntesis
Antes, el Estado no era unívoco ni homogéneo sino que tenía una cualidad plural
como resultado de la riqueza misma de sus contenidos como país. El Estado hasta
antes de la nueva Constitución no se encontraba legítimo porque la misma carta
funcional no tomaba en cuenta como partícipes a los indígenas,
El Estado debe tener una transformación integral, para recoger mediante sus
políticas y gestión a ese todo de una nación y dejar de ser aparente.
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Estamos ya en el tema de, hay un acontecimiento que hace posible la transformación


integral de la idea de Estado| y en última instancia el concepto de lo que ha de ser para
nosotros el Estado plurinacional. (36.19)

¿Por qué es importante hablar de un acontecimiento? Porque en política siempre se dice que
cuando un pueblo es capaz de tomar conciencia de su situación es el inicio de todo un
proceso por el cual el pueblo atraviesa su auto constitución en sujeto político. Necesita algo
que le haga adquirir esa toma de conciencia, porque de otro modo, el pueblo también, de
[una u otra forma], es cómplice de la dominación que sufre y que padece. Entonces, cuando
el pueblo despierta es porque ha sucedido algo que le ha permitido ese despertar, esto no se
da en cualquier situación o en cualquier condición, tiene que haber un conjunto de causas
que hagan posible esta toma de conciencia. No se puede producir automáticamente esto, ni
tampoco uno puede llegar a esto desde la nada, sino que hay todo un proceso en el cual se
va hilvanando desde diversos ámbitos y perspectivas esta suerte de acontecimiento. Ahora,
para hacer una transformación integral, este acontecimiento siempre tiene que tener carácter
nacional; que involucre a todos los actores; a todos los participantes. Es decir que, el grado
de interpelación que pueda tener este acontecimiento debe de poder congregar e interpelar a
casi todos los actores. Por eso en un acontecimiento de carácter fundacional como lo que
podríamos llamar “el proceso constituyente” no solamente asiste toda la nación sino que
incluso asiste la “anti-nación”. Por eso lo que habíamos visto en el proceso constituyente
era la recalcitrante resistencia de un sector y una casta que no quería renunciar a tener el
poder, no podía concebir la idea de tener en el poder a sus siervos, a sus esclavos; no
concebía que el indio pueda formar parte de las directrices del poder. Esto quiere decir que
en ese acontecimiento, cuando la nación es capaz de interpelar al todo de la nación, lo más
adelantado en ese momento, lo más vanguardista de la nación, que representa para nosotros
los pueblos y las naciones indígenas, es capaz de interpelar a todos y nos interpela de tal
modo de que nos da luces para entender el porqué de nuestra situación, el porqué del
carácter irreal del Estado llamado Bolivia.

El carácter irreal de este proyecto Estatal que se ha mantenido a lo largo de toda la historia
republicana es un proyecto cuya proyección es la continua anulación de sí mismo. Lo que
habíamos dicho: ese 5% que no logra congregar al todo de la nación, que ahora decimos es
plural, siempre tiende a anularlo y lo anula de tal modo de que se priva esa élite, esa
política encarnada en estos grupos corporativos, de poder tener contenido propio y al no
tener contenido propio ellos mismos se privan de poder proyectar un desarrollo propio, es
decir, de poder ingresar a los marcos políticos globales de modo soberano. No tienen
soberanía porque no cuentan con legitimidad; entonces, esta proyección como continua
anulación de si mismo produce el carácter irreal de su Estado, por eso el acontecimiento al
cual hacemos referencia tiene que saber interpelar todo esto y tiene que saber interpelarlo
de tal modo de que muestre y manifieste este carácter irreal y aparente que consiste en la
continua anulación de sí mismo. La política boliviana, al asumir su carácter de mera
sobrevivencia en el contexto global, argumenta siempre contra sí misma, da argumentos
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para anularse a sí misma, por eso el carácter hasta denigrante de nuestras élites de poder
recibir el favor de los poderes foráneos.

Entonces, esto es un poco lo que muestra la historia republicana: el cómo nuestras élites no
muestran el más mínimo acento de vergüenza el postrarse a los intereses foráneos y a los
intereses extranjeros, porque su legitimidad no está dentro, su legitimidad está fuera; no
pueden contener lo propio y por lo tanto, lo propio es siempre anulado; es siempre
desplazado, es siempre excluido y es siempre, incluso, aniquilado y negado. Entonces,
cuando el acontecimiento que producen los más excluidos de la historia y de la política de
este país que son las naciones indígenas, nos muestran que lo que hay que reformular, lo
que hay que replantear y en última instancia, lo que hay que transformar es el lugar de
donde emana todo el marco normativo legal y político del Estado, que es la Constitución.
Para realizar una Constitución tiene que haber un acto fundacional, un acto constituyente,
no puede haber producción de Constitución sin un acto constituyente, este acto
constituyente es lo que llamamos el acontecimiento. Éste es aquel que es capaz de
develarnos y mostrarnos el porqué este despertar no se produce en cualquier momento ni en
cualquier circunstancia, sino que precisa de esta toma de conciencia que no es inmediata,
sino que es algo que se la va produciendo, que se la va sembrando y cuya cosecha es la
culminación de todas estas historias, de todas estos procesos que culminan en este
acontecimiento.

Entonces, el inferior por naturaleza en la historia colonial de este país siempre ha sido el
indio, pero no el indio como tal cual, no el indio como perico de los palotes, no. El indio en
cuanto lo que representa lo indio, es decir, un indio puede ser parte del sistema estatal
siempre y cuando reniegue de su condición de indio, ¿por qué? porque eso es lo inferior y si
quiere formar del sistema estatal, formar parte de una nueva élite, no puede concebirse
como inferior sino que es ahora un superior y por lo tanto, tiene que constituir nuevos
inferiores. Entonces, esta creencia irrenunciable atraviesa al todo social y hasta el
campesino puede [tenerla]. Eso muestra el carácter colonial de la sociedad boliviana, por
eso es pertinente siempre realizar una suerte de tematización descolonial con respecto a esta
condición que nos atraviesa a todos.

La política en este país es posible, o ha sido posible, en su aspecto colonial por esta
delimitación; los superiores son los que hacen política y los inferiores son los que obedecen
de modo pasivo. Entonces, al haber inferiores y al haber superiores otra vez la política es
política de dominación, no es política de liberación. Entonces esta creencia ingénita
irrenunciable ya no es solamente de la casta oligárquica sino que atraviesa al todo social, y
cuando atraviesa al todo social es cuando vemos que ya no solamente el que puede
recomponer el carácter colonial del Estado, no necesariamente es un oligarca, sino puede
ser hasta un campesino, puede ser hasta un obrero, hasta un minero. Es decir, los que sufren
el carácter irreal y aparente del Estado pueden recomponer un nuevo ciclo estatal
componiendo esta creencia ingénita e irrenunciable, si el carácter plurinacional aparece
como fundamento de esta suerte de transformación de un acontecimiento constituyente,
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cuando nos muestra de que la continua anulación de sí mismo, esta creencia ingénita e
irrenunciable es lo que mantiene los ciclos estatales que devienen siempre cualquier tipo de
reforma o transformación en lo mismo de siempre. Es decir, una suerte siempre de
regresión y eso es lo que habría sucedió en 1952, está tan, pero tan la sociedad boliviana,
atravesada por esta creencia que hasta los pobres pueden llegar a recomponer un mismo
ciclo estatal.

El carácter plurinacional lo que estaría mostrando ahora es que ante esta continua anulación
de si mismo tenemos que enfrentarle una reafirmación de lo nuestro, de lo propio, que es la
única manera de poder cimentar y producir sobre eso un desarrollo propio; es decir, cuando
nosotros, como sujeto en proceso de liberación sin discriminación sino conteniendo a todo
el contenido plurinacional, somos capaces de constituirnos en sujetos de nuestro propio
desarrollo.

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