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La política y la Comunicación.
En sus inicios, internet era estático y no había posibilidad de interacción de los usuarios. Sin embargo, con
el surgimiento de nuevas aplicaciones, donde el usuario se transforma en productor de contenidos.
En 1971 se envió en primer correo electrónico, en el 2004 crearon Facebook, 2006 se publicó el primer
twiter, en la que sería la red de microblogging más grande del mundo.
El uso de internet y las redes sociales tienen un impacto en el clima político y en la formación de la
opinión pública. En este espacio los políticos y los candidatos no tienen control, ni la capacidad de regular
los mensajes y las opiniones.
En este marco, las redes sociales han ganado relevancia en la comunicación política, seducida por la
cantidad de usuarios, el potencial alcance de los mensajes.
Dentro del escenario político mundial, las figuras más relevantes utilizan Facebook, Twiter, Instagram o
Snapchat, herramientas de comunicación que permiten convocar encuentros, informar sobre actividades,
expresar opiniones ante diversos temas de actualidad e interactuar con aquellos ciudadanos, que además de
ser consumidores, se han convertido en sus “seguidores”.
La red es, más que una herramienta de comunicación, es un espacio de democracia, que permite escuchar la
opinión de los ciudadanos, implicarlos en las decisiones y crear una relación de confianza que les
impulsara a participar. Las redes sociales acrecientan las posibilidades de generar rumores, trascendidos e
información falsa, siendo un objeto privilegiado de las campañas negativas.
En pocos casos, puede verse como se utilizan las redes sociales como simples medios de propaganda o
espacios donde se replican los mismos mensajes emitidos en los medios convencionales, es decir utilizan
una estrategia de comunicación unidireccional, cuando la esencia de la red es la interacción y participación.
El verdadero objetivo de la comunicación política es la persuasión: intentar influir en la orientación del
voto. Pero la red puede convertirse en una poderosa herramienta para movilizar y estimular la
participación, fortalecer la organización de una campaña a través de voluntarios y donativos.
La campaña presidencial de Barak Obama en 2008 fue la primera en comprender las potencialidades de las
redes sociales, en Argentina la campaña del actual presidente Mauricio Macri, fue comprender en toda su
dimensión las potencialidades de estas nuevas herramientas, es un “Presidente Facebook”, porque es uno
de los líderes mundiales más comprometidos en términos de participación en esta red social. Argentina es
el país con mayor porcentaje de población que usa internet en América Latina.
Vivimos tiempos en que la política es vista por muchos con desconfianza, como practica que beneficia a
una elite incapaz y corrupta, y que no resuelve las demandas y necesidades de la gente.
Ante el enorme descredito de la política en la mayoría de los países de occidente, lo que llevo incluso a
algunos analistas apresurados a vaticinar1 el fin de los partidos políticos, aparecen con fuerza los outsiders,
figuras ajenas y contrarias a la clase política, a quienes atribuyen los males sufridos por la sociedad, que
buscan una vinculación más directa de la que ofrecen los partidos políticos.
El candidato ajeno a la política trae consigo altos índices de conocimiento y está alejado de las cuestiones
negativas asignadas a los políticos según la percepción popular. Ya no se trata de optimizar recursos, tomar
atajos y minimizar daños en la construcción de un candidato, sino de superar la crisis de representación y
credibilidad. El tránsito de un outsider al mundo de la política no es fácil, no siempre se da con naturalidad
y fluidez, al tiempo que plantea importantes desafíos para la comunicación política. Ese tránsito no es algo
gratuito, ya que provoca un crecimiento casi inmediato de la imagen negativa porque se pasa de una
actividad que se supone exitosa hacia desprestigiada como la política.
1
Anunciar [alguien] un hecho futuro por simple intuición o a partir de ciertos indicios.
En segundo lugar, requiere ir dejando progresivamente la zona de confort, del reconocimiento público para
pararse en el “discurso político”, lo que implica tomar partido y meterse de lleno en el ámbito de la
polémica.
El desafío principal no pasa solo en ganar la elección, sino en gobernar y gestionar lo público. En el siglo
XIX la clave es entonces ser y parecer. Ambas condiciones son importantes y de ninguna se puede
prescindir.
2
Desastre que produce mucho desorden y desconcierto, especialmente como final de un proceso.
3
Expresión latina con que se hace referencia al estado o situación de ciertas cosas, como la economía, las
relaciones sociales o la cultura, en un momento determinado.
Existe una distancia entre la valoración de las cualidades de los candidatos y su capacidad frente a la
responsabilidad de llevar adelante una gestión. En España, Colau, que demostró audacia y coraje en llamar
“criminal” a un representante de la Asociación Española de Banca en el Congreso (2013), le llegó el turno
de gobernar Barcelona. Este hecho implica un esfuerzo para transformar su liderazgo combativo en acción,
cuyos mecanismos deberá comprender rápidamente para lograr una gestión exitosa. Se trata de la política
del ser y al parecer en su mayor expresión.