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162 Guido Munari

Osvaldo Baigorria:
"Anarquismo trashumante.
Crónicas de crotos
y linyeras”

Terramar, 2008.

Por Nicolás Cardone

Los dioses compartimos un secreto: los hombres


son libres y no lo saben.
Sartre

El escrito realizado por Osvaldo Baigorria visada, ampliada, reescrita e incluye, además,
no pretende ser un texto exhaustivo, ni abarcar un nuevo epílogo y un nuevo capítulo. Este
la totalidad de un problema específico, más último recopila experiencias de un antiguo y
bien busca transitar a lo largo de las vías que famoso croto quien le había pedido al autor
las historias, relatos, anécdotas, memorias expresamente que, mientras este vivo, no in-
y divagues recuperan, las cuales conforman cluyera su testimonio en ninguna publicación.
el recuerdo o los vestigios de una realidad Por todas estas modificaciones, el autor decide
no muy lejana, pero si alejada. El autor se cambiarle el titulo.
embarca en el imposible de, a través de la El nuevo título tiene en sí una fuerza espe-
palabra, volver a la luz una experiencia y una cial ya que condensa una corriente política
identidad inabarcables. Su obra es un libro de de pensamiento y de vida con una forma de
crónicas y relatos que van cruzándose con la asumir tanto lo político que conlleva el anar-
historia personal del autor para ir conociendo, quismo como la fuerte carga que éste tiene
recreando y develando la vida en las vías. en tanto pensamiento del actuar diario. Dice
Anarquismo trashumante es una nueva ed- el autor que “anarquismo trashumante refiere
ición de un primer libro editado en 1998 que a una sensibilidad o temperamento. Una in-
se tituló En pampa y la vía. Crotos, linyeras y clinación a la errancia, una voluntad de andar
otros trashumantes. La nueva edición esta re- cuya reivindicación de la tradición libertaria
Osvaldo Baigorria: “Anarquismo trashumante...” 163

reaparece una y otra vez en estas crónicas de posible y en parte por una gran avanzada de
vida”. Entonces se mezclan una inclinación, la violencia del orden sobre todo aquel que
una tensión interna que empuja a un sujeto no entrara bajo su oscuro velo, el olvido las
al camino, con la tradición política del anar- condeno al no lugar simbólico, o a habitar
quismo. Esta mezcla cruzara todo el libro ya significantes que pervertían su contenido. Así,
que cruza todos los relatos. Y pienso que lo control u olvido, lograron que la trashumancia
fundamental del libro-documento-manifiesto vea muy disminuidas sus fuerzas. El autor, con
es que retoma una sensibilidad y una militan- el libro, vuelve a la luz y al ruedo significante
cia intima a través de la recuperación de las esta sensibilidad libertaria. Busca hurgar en los
voces olvidadas, perdidas, pero que emergen sentidos y revivir la experiencia de los crotos
del fondo, de lo más interior de los hombres en su mayor densidad a través de sencillos
que a su modo hicieron carne la libertad. relatos y con un lenguaje llano, pero no por
Se reviven en este escrito gran parte de eso menos potente, con el lenguaje de la charla
sus prácticas, costumbres, códigos, valores, matera de la cual emerge este libro que resurge
lenguajes, formas y, a través de todo esto, la un sujeto olvidado y sus experiencias.
esencia libertaria del hombre trashumante, tal En un primer capitulo Baigorria recupera
vez del “hombre” a secas. una subcultura, y por lo tanto una forma de
Al recuperar esta experiencia tan rica, Bai- subjetivación que se da en relación a una
gorria nos va mostrando que hay intenciones, cultura que la abarca pero que no siempre la
voluntades y deseos muy íntimos en los hom- contiene, ni simbólica ni materialmente. Esto
bres, y que estos pueden no estar de acuerdo se manifiesta claramente en lo que refiere a
con las reglas o valores que reinan un orden una dimensión muy profunda del individuo
social determinado. Es más, la experiencia o de su individuación, el nombre propio. En
del croteo no sólo es una muestra clara de que el crotaje nadie era llamado por su nombre,
otras reglas y otra visión del mundo puede sino que cada cual era bautizado con un
organizar a un conglomerado de hombres, apodo, generalmente por otros miembros de
sino que muchos de aquellos que salieron de la subcultura crota. En el crotaje se rompe
la vida para vivir la viada (la vida en las vías, con la identidad anterior, con las costumbres
según los crotos), lo hicieron justamente por anteriores, incluso con el Estado, ya que
desprecio a las normas que esgrimía el Levi- el DNI no importaba, y se construye una
atán que encabezaba el orden social. Tal vez identidad nueva, con el otro y con la vía, una
por ello, porque según Hobbes los más peli- identidad en la subcultura crota. La cual, a
grosos son aquellos que desprecian, desoyen o principios del siglo XX se consolidaba cada
renuncian a las reglas que el Leviatán impone, vez más a partir de la fuga voluntaria. Escape
es que se los olvidó y dejó bajo el polvo que del hogar sedentario, de las reglas, del trabajo
las ruedas de la historia esparció sobre su permanente, de la propiedad, del patrón o de
identidad. Mientras la sensibilidad anarco la ley. Así, como escucha y puesta en acto
trashumante se mantuvo plenamente activa en del llamado libertario es que esta subcultura
los hombres que la realizaban, las fuerzas del fue tomando cuerpo y se calcula que en las
orden la mantuvieron controlada al controlar décadas del 30 y 40 había entre 200.000 y
a estos últimos, pero cuando las posibilidades 380.000 vagabundos, crotos o linyeras deam-
de los hombres de poner en acto esta tensión bulando libremente. Mediante estos datos, no
a la libertad se vieron en parte truncadas por podemos dejar de considerar, como lo hace el
variaciones en la infraestructura que la hacia autor, que el crotaje era un comportamiento
Nicolás Cardone

social generalizado, especialmente en jóvenes ser croto era en gran parte una militancia, un
extranjeros o de clases bajas. desprecio a la autoridad y a la ley y una ex-
En este primer capitulo se empieza también altación de la libertad.
a trabajar la historia de esta subjetividad No podemos dejar de resaltar, como lo hace
que dejándolo todo, sólo yéndose, entra en el autor, la concepción que los crotos tenían
el mundo de la trashumancia. Se trabajan, de la propiedad. En la crotada los bienes se
dijimos, las distintas formas históricas de compartían, asimismo los crotos robaban y
nomadismo individual, de esta salida y reivin- se robaban entre sí, pero Houlksmaniana-
dicación de la libertad. A su vez, Baigorria mente, no le llamaban robar, sino expropiar.
comienza a analizar distintas denominaciones Primero, la necesidad obliga, y segundo los
que conceptualizaron a los viajeros y sus verdaderos ladrones eran los propietarios y
significados. “El croto no se definió por la acaparadores. La expropiación crota era para
carencia que implica la preposición ‘sin’. Su no someterse al trabajo y para oponerse a
estilo fue más la renuncia que el despido. Y los verdaderos ladrones. La criminalidad era
más el abandono del hogar que la perdida concebida como una forma de oposición a la
de la vivienda.” Es importante la referencia lógica opresiva capitalista, como una forma
constante del autor a las condiciones socio- de emancipación.
económicas y hasta familiares que son parte En el octavo capitulo, Baigorria rompe
importante de la decisión de seguir el llamado la distancia entre el “normal” y el croto al
de la trashumancia. mostrarnos que nadie esta exento de caer
Baigorria retoma a los crotos para mostrar fuera de los márgenes. La figura del croto
que es sumamente digno el no querer trabajar si es recuperada como una batería de sentidos
trabajo implica someterse al reloj, a las maqui- a retomar, pero el autor no deja de ver que
nas y al patrón (rompiendo con eso de que el en las ciudades actuales el linyera pierde
trabajo dignifica); así como digno es también fuerza y se lo mezcla en la gran bolsa de
el abandono voluntario de las comodidades y los homeless. El linyera urbanizado sufre el
la ruptura con las obligaciones, cambiando esto desarraigo y está en constante contacto con
por la libertad. Así, este despojo, este llevar la basura. Así, a partir de estas experiencias,
sólo lo necesario y esta opción por la autode- el autor va marcando la realidad actual de los
terminación, para el autor, muestran la fuerza denominados linyeras.
de esta subjetividad libertaria, ya que escapa Llegamos al ultimo capitulo y vemos que
al sometimiento constante, no se adapta a la pocas huellas quedan del crotaje, no sólo por
esclavitud del salario y termina desgarrando el lo dicho hasta ahora, sino también porque
falso principio de autoridad que somete a los poco de la experiencia tan rica que es el cro-
pueblos. De este modo, comprender o conocer taje quedó plasmado en relatos o documentos.
a estos sujetos, a estas formas de caminar la Importante es para el autor subrayar que la
vida importa y mucho, ya que nos devuelven pasión, el impulso interno libertario que define
un espejo que nos muestra otros caminos, otras al croto hoy sigue vivo. Y termina el libro con
vías. En este sentido se refuerza el anarquismo la esperanza de que sigan las partidas, despe-
presente en la trashumancia, un anarquismo didas, salidas voluntarias, con la satisfacción
hecho modo de vida más que conocimiento de haber recuperado una voz que hizo y hace
teórico. Anarquismo siempre presente en el del sentimiento libertario una revolución en
crotaje ya que los anarquistas intentaron hacer las prácticas cotidiana.
llegar su discurso a estos personajes, y ya que

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