En búsqueda del reconocimiento de garantías inherentes a las personas, los
estados y la evolución propia del derecho se han dirigido en el sentido de garantizar unas condiciones mínimas que les permitan a los ciudadanos contar con la certeza de una protección jurídica de aquellos derechos que le son propios por ser considerados de carácter fundamental. Para introducir en el tema del ensayo, el presente aborda temas relevantes con respecto a la sentencia C-590 del 2005, la cual se refiere a la acción pública de inconstitucionalidad impetrada en contra del Art. 185 del código de procedimiento civil, articulo que en su esencia se refiere a que sobre las sentencias de casación no procede recurso ni acción alguna, a excepción del recurso de revisión, el accionante demanda la inconstitucionalidad de la norma por considerar que contraría el Art. 4 y 86 constitucional. En el desarrollo de la providencia, la corte, luego de identificar el problema jurídico central, y antes de sustentar las causales en virtud de las cuales se considera el mecanismo tutelar en contra de sentencias judiciales, plantea un interrogante que guarda relación directa con la decisión final de la demanda, se plantea la corte: ¿Qué alcance debe dársele a la expresión “ni acción” que hace parte del articulo 185 ya citado? En el concepto rendido por la Procuraduría General de la Nación, donde se le solicita a la corte la declaratoria de constitucionalidad condicionada en el entendido de que la norma demandada se refiera a acciones legales diferenciándola de las constitucionales, como la tutela, es desestimada por la corte en el desarrollo argumentativo del problema jurídico, al analizar que dicha expresión carece de sentido en razón de que si bien la legislación procesal penal, además del recurso de revisión, no establece ningún otro recurso del cual se pueda hacer uso en contra de la sentencia de casación. Por lo anterior, la corte interpreta que dicha expresión se refiere a todo tipo de acción, entre las cuales se hallaría inmersa la tutela. Entonces, entraría en juego el problema jurídico centra que se plantea, ¿Una norma legal que dispone que contra la sentencia que resuelve el recurso extraordinario de casación en materia penal no procede recurso ni acción, salvo la de revisión; vulnera el principio de supremacía de la Constitución consagrado en el artículo 4º y la acción de tutela como mecanismo constitucional de protección de los derechos fundamentales, consagrado en el artículo 86 de la Carta Política? De manera contundente, la corte constitucional ha dicho que quien puede interpretar con autoridad las sentencias de la corte constitucional es la propia corte constitucional, esto habida cuenta de que ha causado controversia e interpretaciones erróneas la sentencia c-436 del 92 según la cual, se afirma erróneamente que la corte constitucional restringió totalmente el uso de la tutela en contra de sentencias judiciales, afirma la autoridad constitucional que dicha interpretación es contraria al verdadero sentido de la sentencia, puesto que la decisión de la corte en dicha providencia se refirió a declarar la inexequibilidad de normas que
De acuerdo a la sentencia c-590 de 2005, y teniendo de presente el aparte
del articulo 86 de la constitución nacional que se refiere a “por la acción o la omisión de cualquier autoridad publica” se entiende que al tener los jueces la calidad de autoridad publica, de manera excepcional pueden emitir fallos contrarios a la constitución o la ley, por lo cual la aplicabilidad del mecanismo de tutela, con la finalidad del respectivo control constitucional y aendiendo las causales foruladas por la misma corte con base en el desarrollo jurisprudencial es valida, por lo cual se infiere y declara la corte la inexequibilidad del aparte anteriormente señalado puesto que antepone una norma de carácter legal ante una constitucional como el art. 4 superior. Por ultimo cabe destacar que la norma demandada, además de ser contraria a los artículos 4 y 86 constitucional, desconoce el 93 constitucional con respecto a el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos