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Víctor Hugo (1802-1885) fue un poeta, novelista y dramaturgo francés. Es considerado uno de los más
grandes escritores franceses que marcaron la historia de la literatura francesa del siglo XIX. Fue también
una personalidad política y un intelectual comprometido.
Víctor Hugo contribuyó en gran medida a la renovación de la poesía y el teatro. Fue admirado por sus
contemporáneos y aún lo es por muchos autores modernos. Hoy hemos querido traerte esta interesante
recopilación de sus mejores frases célebres.
Cambia tu opinión, pero mantén tus principios. Cambia tus hojas, pero mantén tus raíces.
El cuerpo humano es sólo apariencia y esconde la verdadera realidad. La realidad de lo que somos es el
alma.
La belleza tiene solo un tipo, el feo tiene como mil que son de su tipo.
No hay ejército que pueda detener la fuerza de una idea cuando llega a tiempo.
La felicidad suprema en la vida es tener el conocimiento de que eres amado por ti mismo, o más
exactamente, amado a pesar de ti mismo.
El mundo no es conducido ni arrastrado por las máquinas, sino por las ideas.
El porvenir es mucho más de los corazones que de las mentes. Amar, eso es lo único que puede ocupar y
colmar la eternidad. El infinito precisa de lo inagotable.
Donde lo único que se encuentra es una mañosa astucia, existe necesariamente la mezquindad. Cuando
se dice astuto se está diciendo mediocre.
El día en que de la mujer que te pasa por delante se desprende luz al andar estás perdido, estás
enamorado. Ya sólo te queda una cosa por hacer, pensar en ella con tanta fijeza que no le quede más
remedio que pensar en ti.
El amor tiene infantilismos; las demás pasiones, pequeñeces. ¡Avergoncémonos de las pasiones que hacen
al hombre pequeño! ¡Honremos a las que lo hacen niño!
El gato fue hecho por Dios para que el hombre pudiera experimentar el placer de acariciar un tigre.
Con la música se logra expresar eso que no puede pronunciarse en palabras pero que tampoco se puede
callar.
Juzgaríamos con mucha más certeza a un hombre por lo que sueña que por lo que piensa.
Amigos míos, tened presente lo siguiente: No hay ni hombres malos ni hierbas malas, tan sólo hay malos
cultivadores.
Es una cosa rara la ligereza con que los hombres malos piensan que todo les va a salir bien.
Arribistas y burgueses, que tras ellos sacan la escalera dejando abajo al pueblo.
El amor guarda semejanza con el árbol, se inclina por la fuerza de su propio peso, se arraiga de forma
profunda muy adentro de nuestro ser, y algunas veces, entre las ruinas de un corazón, sigue
reverdeciendo.
El héroe tiene un sueño: Ser grande al lado de todo el mundo, y pequeño al lado de su padre.
No existen países que sean pequeños. No se mide la grandeza de una nación por el número de habitantes.
Así como no se mide la grandeza de un hombre por su estatura.
Hay abismos que son buenos. Son aquellos en los que el mal se hunde.
El pensamiento no es otra cosa que un simple soplo. Pero un soplo que hace estremecer al mundo.
¡Cosa curiosa! el primer síntoma del verdadero amor en un joven es la timidez, en una muchacha es la
audacia.
Hay personas que son malas por su necesidad de hablar. Son como esas chimeneas que pronto consumen
los leños, no precisan de mucho combustible y su combustible son los demás.
Se siente una tristeza inmensa el ver como la naturaleza habla y el género humano no escucha.
Hay pensamientos que son oraciones. No importa de qué se ocupa el cuerpo, hay momentos en que el
alma se encuentra de rodillas.
El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
El alma tiene ilusiones de la misma manera que el pajarito tiene alas. Son ellas la que lo sostienen.
En los ojos del joven se ve la llama arder, en los del viejo se ve la luz brillar.
Dios se manifiesta a nosotros en primer lugar a través de la vida del universo, en segundo lugar a través
del pensamiento humano. La primera manifestación se llama naturaleza, la segunda arte.
Nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana.
La aceptación de la opresión por parte de aquel que es oprimido, se convierte en una especie de
complicidad.
Las inteligencias con poca capacidad se interesan de los asuntos extraordinarios. Las inteligencias de gran
capacidad se ocupan de los asuntos simples.
Cada hombre debe enmarcar la vida de modo que en alguna hora del futuro el hecho y sus sueños se
encuentren.
Sé cómo el pájaro que, deteniendo su vuelo un rato en ramas demasiado débiles, siente cómo ceden bajo
su peso, y sin embargo canta, sabiendo que tiene alas.
Hay hombres cuya alma solo les sirve para mantener el cuerpo lejos de la descomposición.
El amor es una parte del alma y tiene su misma naturaleza. Es una chispa divina; como ella no se puede
corromper, es indivisible e imperecedero. Es una partícula de fuego que habita en nosotros, y es inmortal
e infinita, que nada puede limitar ni amortiguar.
El hombre que es honrado procura ser útil. El intrigante procura hacerse necesario.
La fidelidad de muchos hombres tiene muchas veces su raíz en la pereza. La fidelidad de muchas mujeres
tiene a menudo su raíz es la costumbre.
Para mí es mejor que me silben por un verso bueno, a que me aplaudan por uno malo.
Una sociedad que admite la miseria, una humanidad que admite la guerra, me parece una sociedad
inferior y una humanidad degradada; es una sociedad superior y una humanidad más elevada a la que
estoy apuntando. Una sociedad sin reyes, una humanidad sin barreras.
Sin fruto, tallamos lo mejor que podemos, el misterioso tronco de nuestra vida. La veta negra del destino
aparece sin falla.
La edad madura de la juventud son los cuarenta. Los cincuenta son la juventud de la edad madura.
Las montañas, el bosque y el mar, hacen a los hombres salvajes; desarrollan lo feroz, pero no destruyen
al humano.
Hijo, hermano, padre, amante, amigo. Hay espacio en el corazón para todos los afectos, así como hay
espacio en el cielo para todas las estrellas.
Sería mucho más certero juzgar a un hombre más por sus sueños que por sus pensamientos.
Sin la estrella de la verdad moral, el alma humana no es más que una negra noche.
Tú, que sufres porque amas, ama más aún. Morir de amor es vivir de amor.
Hay muchos nombres para el futuro. Inalcanzable, se llama para los débiles. Lo desconocido, para los
temerosos. Para los valientes es una oportunidad.
Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo.
Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres.
¿Qué es un envidioso? Es aquel ingrato que odia la luz que le alumbra y le calienta.
¿Qué es el amor? He conocido en las calles a un joven muy pobre que estaba enamorado. Su sombrero
era viejo, su abrigo desgastado, el agua se filtraba dentro de sus zapatos y las estrellas a través de su alma.
Cuando una mujer te está hablando, escucha con atención lo que te dice con sus ojos.
Cuando el agua no corre se forma un pantano. Cuando la mente no trabaja se hace un tonto.
Es de los libros que la gente sabia saca su consuelo en tiempos de dificultad en la vida.
La virtud es aquel libro brillante y austero en el que todo padre debe hacer deletrear a su hijo.
Hay un horror sagrado sobre todo lo grandioso. Es fácil admirar la mediocridad y las colinas; pero lo que
sea demasiado elevado, un genio tan alto como una montaña, una asamblea así como una obra maestra,
vista demasiado cerca, es espantosa.
Nunca salió sin un libro bajo su brazo y, frecuentemente volvía con dos.
El amor es como un árbol: crece por sí mismo, se arraiga profundamente en nuestro ser y continúa
floreciendo sobre un corazón en ruina. Lo inexplicable es que cuanto más blando es, más tenaz es. Nunca
es más fuerte que cuando es completamente irrazonable.
Inténtalo tanto como quieras, no podrás aniquilar esa reliquia antigua en el corazón humano llamada:
Amor.
A partir de ahora los ojos de los hombres se volverán a mirar los rostros, no de aquellos que han
gobernado, sino de aquellos que han pensado. (Panegírico de Víctor Hugo para Honoré de Balzac)