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CUSCO-PERÚ
2019
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER O ALGÚN INTEGRANTE DEL GRUPO FAMILIAR
La violencia contra las mujeres es definida por las Naciones Unidas como “todo acto de
violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se
producen en la vida pública como en la vida privada” (ONU, 1993: p. 3).
La violencia contra las mujeres es un acto sexista que produce cualquier tipo de daño
físico, psicológico o emocional y se traduce en el maltrato verbal o físico en cualquier
contexto. Hoy, recogemos todos los tipos de violencia contra las mujeres, porque no hay
ninguno que sea menor: todos son consecuencia de la discriminación que las mujeres
sufren a través de las leyes o la práctica, y persisten por razones de género; todos desde
el menosprecio o la discriminación hasta la agresión física, sexual o el asesinato, son
manifestaciones de la necesidad de un cambio y un problema gravísimo que se debe
solucionar para obtener una igualdad real entre las personas.
Frente a las situaciones de violencia, las mujeres pueden acceder a las instituciones
especializadas en este dominio para presentar una queja o recibir apoyo psicológico y
social. El Perú es uno de los países pioneros en la región con la creación de estas
instituciones especializadas y la inauguración en 1992 de la primera Comisaría de la
Mujer como respuesta a las demandas de la sociedad civil frente al trato frecuentemente
humillante y discriminatorio en las instancias policiales manejadas por hombres,
provocando un fenómeno de “re-victimización” hacia las mujeres.
2. Violencia laboral: por este tipo de violencia se dificulta el acceso de las mujeres
a puestos de responsabilidad laboral, o se complica su desarrollo en la empresa
o estabilidad por el hecho de ser mujer.
6. Violencia sexual: Toda acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a
decidir sobre su sexualidad y abarca cualquier forma de contacto sexual. La
violencia sexual no se limita a forzar a una mujer contra su voluntad, sino
a cualquier tipo de acoso, explotación, abuso o intimidación, sin importar si se
da dentro o fuera del matrimonio o de cualquier relación.
Entonces puedo concluir que la violencia contra mujeres y niñas es una violación grave
de los derechos humanos. Su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e
incluye múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas, e incluso mortales, para
mujeres y niñas. Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena
participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas para las
mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país. Los altos costos
asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de atención de salud y
servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan en presupuestos públicos
nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.