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SENTENCIA

PARES
Nosotros hemos escogido una sentencia que data del 25 de enero de 1937, con
localización en Barcelona, donde se plantea una demanda de divorcio por parte de
Dolores Sabates Turunell contra José Fabregat Pedra, un matrimonio que celebró
su enlace en Marsella (Francia) el 23 de Agosto de 1919. La mujer, Dolores
Sabates Turunell, pide la demanda de divorcio debido a que el hombre abandonó el
domicilio familiar durante el periodo de 14 años, ignorando su paradero y sin que
Dolores Sabates Turunell tuviese noticias de él. Por lo tanto, se conoce que José
Fabregat Pedra abandonó el hogar en el que vivía junto a su esposa Dolores
Sabates en el año 1923, que podemos situar en un contexto histórico dentro de la
Dictadura de Miguel Primo de Rivera en España, que duró siete años, de 1923
hasta 1930. Respecto a la sentencia, que fue dictada el 25 de enero de 1937, la
podemos situar en el contexto histórico de la Guerra Civil, justo después de la
Segunda República y el golpe de estado del general Franco.

Por otra parte, cabe destacar que hasta la Constitución de 1931, en la II República,
cuando fue aprobada la Ley de Divorcio (primera ley que reguló el divorcio en
España), lo relativo al matrimonio se regía por el Código Civil de 1889, que en su
artículo número 52 afirmaba que “El matrimonio se disuelve por la muerte de uno de
los cónyuges”. Es por esto que los progresistas de la época consideraban la Ley de
Divorcio como una liberación de la mujer de la tiranía a la que había estado
sometida en la monarquía. Finalmente, la Ley de Divorcio fue derogada con la ley
de 23 de septiembre de 1939.

En favor de José Fabregat Pedra tengo que decir que no tenía el deber de
comunicarle su nuevo paradero a Dolores Sabates Turunell, puesto que la pareja
decidió acabar con la relación por motivos que se desconocen y él fue el que
abandonó el hogar, pero siempre de mutuo acuerdo. Por otra parte, la pareja no
tenía ni hijos ni ningún elemento material de gran valor en común, por lo tanto José
Fabregat Pedra no tenía la obligación de mantenerse en contacto o informarle a la
señora Dolores Sabates Turunell de su nuevo domicilio u hogar. En efecto, carece
de sentido que la mujer le eche en cara a José Fabregat, catorce años después, el
abandono del hogar, que como ya se ha dicho antes se realizó de mutuo acuerdo.
Además, como ya hemos dicho anteriormente, en la España de 1923 el divorcio no
era posible puesto que no había ninguna Ley que lo hiciese posible y el matrimonio
solamente se disolvía por la muerte de uno de los miembros de la pareja (Artículo
52 del Código Civil de 1889). Como síntesis, se debe exculpar a José Fabregat
Pedra debido a que en aquel momento la pareja decidió separarse de mutuo
acuerdo, pero como en ese momento el divorcio era inviable y estaba mal visto por
parte de la sociedad (el matrimonio se convertía en aquella época en una norma
social que se debía cumplir hasta la muerte), y unido al hecho de no tener ningún
elemento en común que los uniese, él decidió abandonar la casa sin la obligación de
comunicarle a su actual esposa en ese momento el nuevo paradero o domicilio en el
que se encontrase.

En contra del sr. José Fabregat Pedra tengo que decir que su acto de abandono ha
producido daños psicológicos y emocionales a la sra. Dolores Sabates Turunell, que
se ha visto obligada a sufrir durante catorce años terribles pensamientos acerca del
posible paradero de su marido y de su situación, tanto física como económica. Es
cierto que el hecho de que sea un matrimonio sin hijos facilita los procesos
burocráticos y emocionales, sin embargo a la sra. Dolores Sabates Turunell le
habría sido más fácil pasar por todos sus problemas si hubiera tenido compañía,
habría volcado todo su amor en él, olvidándose así de su marido desaparecido.
Tuvo que pasarlo todo ella sola, agravando así su estado emocional. Por otro lado
una relación no se acaba de mutuo acuerdo si una parte no da señales de vida en
los próximos catorce años, y aunque hubiera sido así, el no dar señales de vida
provocan situaciones de estrés y preocupación por parte de la otra. No es ético ni
moral dejar así a una persona con la que algún día compartiste vida y momentos.
Por tanto, al sr. José Fabregat Pedra se le debe sancionar de la manera en que no
se le facilite el divorcio con la sra. Dolores Sabates Turunell, y que vuelva al
domicilio conyugal, viéndose obligado restablecer la economía familiar, y a reparar
los daños financieros producidos posteriores a su desaparición intencionada.

Como conclusión, por la 3º de la Ley de Divorcio, sin hacer declaración de


culpabilidad por ambas partes, el Tribunal decreta el divorcio del sr. José Fabregat
Pedra y la sra. Dolores Sabates Turunell, por concurrir la causa 12a del artículo y
considerando que el matrimonio no tiene hijos se declara concluido el caso.
Además, el artículo 3 cita que son causas de divorcio; ​la ausencia del cónyuge
cuando hayan transcurrido dos años desde la fecha de su declaración judicial,
computada conforme al art. 186, y el abandono culpable del cónyuge durante un
año​. Cabe mencionar también el artículo 43 de la Constitución de 1931 que afirma
que “el matrimonio se funda en la igualdad de derechos para uno y otro sexo, y
podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges con
alegación en este caso de justa causa», y conforme a él, la regulación del divorcio
debía hacerse mediante normas que respetaran a un mismo tiempo la voluntad de
las personas individuales y las exigencias de la paz social. Para respetar ambos
aspectos, se establecía el mutuo disenso como principio contractual en el divorcio,
pero se recababa para el Estado la intervención en su ejercicio y en la disciplina de
sus efectos. Finalmente, dicha ley supuso un paso adelante en el camino de la
igualdad por el derecho de los sexos, llegado hasta el punto en que fue considerada
como la ley más progresista de Europa.

Juan Manuel Pastor Garrigós: A favor de José Fabregat Pedra.


Alexandru Fabian Tutuianu: En contra de José Fabregat Pedra.

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