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En dicho programa radial, fue entrevistado el Dr. PGP, ex Director, años atrás, del
Banco de la República Oriental Uruguay y este manifestó haber utilizado una tarjeta
de crédito corporativa que le otorgaba el banco estatal, para realizar pagos que
excederían aquellos para los cuales se le brindaba dicha tarjeta institucional, entre
ellos, los correspondientes al aporte a su partido político.
Con motivo de tales dichos, la Fiscalía confecciono una carpeta investigativa, que
se tramito a partir del NUNC que a tales efectos se generó, N.º 2018093740, y como
primer medida se confeccionó Oficio N.º 25, de 13 de abril de 2018, el que se dirigió
al Sr. Presidente del Directorio del Banco de la República, con la finalidad de saber
entre otras cosas, el período en el cual el imputado integro el Directorio, si se otorgan
a los Directores tarjetas corporativas, desde cuando, como se regula y controla su uso
y si el denunciado, a partir de los hechos que motivan esta investigación, efectuó
alguna devolución por los gastos en los que incurrió, remitiendo la documentación
que acredite tal extremo.
A raíz de ello, por nota N.º 092/18, de fecha 9 de mayo de 2018 y por nota
complementaria de la anterior, N.º 102/2018, del 30 de mayo de 2018, el Directorio
del organismo contesta el referido oficio señalando:
a- que el Dr. PGP fue designado como director del BROU, por Resolución del Poder
Ejecutivo, tomando posesión de su cargo el 6 de abril de 1995 y posteriormente
designado para un segundo período consecutivo desde el 13/4/2000, cesando el 21 de
marzo de 2005.
b- que el uso de las tarjetas de crédito corporativas se ha realizado a partir del año
1992, no existiendo reglamentación de esa época al respecto, siendo regulada su
utilización recién por resoluciones del banco de fechas 1 de noviembre de 2005 y de
2 de enero de 2018.
c- que el imputado entrego al organismo, por concepto de restitución de gastos
efectuados con la tarjeta de crédito institucional, por el período 2000-2005, por nota
presentada en fecha 22 de mayo de 2018 y mediante cheques, las sumas de $
389.128,64 (pesos uruguayos trescientos ochenta y nueve mil ciento veintiocho,
64/100) y U$S 1.160 (dolares USA un mil ciento sesenta). No contándose con
documentación correspondiente al período 1995-2000, en virtud del tiempo
transcurrido, la que se estaba procurando ubicar.
d- que en cuanto a los controles de tarjetas, la relación de gastos resultante de los
estados de cuenta se enviaban al Departamento de Intendencia con la conformidad de
los Directores hasta mayo del año 2000 y después de esa fecha, se comenzaron a
enviar a las respectivas secretarías y al Sector Contrataciones y Pagos del
Departamento de Abastecimientos.
Es decir entonces, que el destino que a ese dinero le daba el imputado, no esta
comprendido dentro de aquellos para los cuales se otorgaba la tan mentada tarjeta de
crédito, por algo se la llama institucional o corporativa, y si bien su uso no estaba
reglamentado por ese entonces, como lo dice el propio imputado, se admitía
solamente que fuera utilizada para atender obligaciones o compromisos naturales al
cargo, regalos institucionales, gastos en restaurantes, hotelería, etc.
Pero, como se dijo, la contribución al partido debía efectuarse con dinero
resultante de sus ingresos (sueldo líquido) y nunca puede admitirse que se hiciera con
dinero proveniente de una tarjeta institucional, por ser de naturaleza distinta al
sueldo, significando su utilización con tales fines, una desviación del debido uso
corporativo que se tenía que hacer con la tarjeta.
El imputado, sacó entonces un beneficio indebido, evitando gastar de su propio
sueldo, al hacer el pago de sus obligaciones particulares partidarias, apropiándose y
gastando dinero del Estado del que estaba en posesión a través de la tarjeta
institucional, para afrontar un gasto que nada tiene que ver con las necesidades del
BROU y con la función que cumplía el Director como funcionario del Ente.
No pudiendo en la especie inferirse el dolo, de lo que son las circunstancias del caso
de acuerdo con los principios generales. (art. 40 de la Ley 19.574, ya contemplado en
el art. 61 del Dec. Ley 14.294), desde que, la utilización indebida de la tarjeta
corporativa, fue destinada al pago de compromisos particulares, entre los que estaban
los que emanaban de su afiliación partidaria, como cualquier otro gasto o compra que
con dicha tarjeta se realizara, en forma reprochable pero burda y sencilla, ajena a la
complejidad propia de la figura del lavado de activos.
Y, a su vez, el art. 119 del mencionado cuerpo normativo, indica que el término de
prescripción empieza a correr para los delitos continuados, “...desde el día en que se
ejecuta el último hecho o se realiza la última acción.”.
Así las cosas, es de aplicación en la especie lo previsto en el art. 98 del C.P.P., que
preceptuá que el Fiscal podrá dar por terminada una investigación ya iniciada, si de la
investigación y denuncia que la motivo, resulta “...que se encuentra extinguida la
responsabilidad penal del imputado….” (Art. 98.1 del Código del Proceso Penal),
por lo que se dispondrá el archivo de las actuaciones, sin perjuicio, notificándose al
denunciado.