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FICHA CONFIRMACIÓN

CURSO: 2º de Confirmación
Fecha: 7 de Noviembre de 2010

TEMA: “Jesús y las personas”

OBJETIVOS/CONTENIDOS a presentar: Que reconozcan a Jesús como una persona


que vivió hace dos mil años, pero que trataba a la gente más necesitada de la mejor manera.
Reflexionar sobre cómo sería Jesús en la actualidad.

DINÁMICA: Antes de empezar a hablar de lo que significa Jesús en nuestra vida,


vamos a centrarnos en la sociedad de aquella época, ya que era muy distinta a la
actual. Los distintos grupos sociales (mujeres, ricos, enfermos,...) eran tratados de
forma muy distinta por Jesús que por el resto de la gente, ya que casi todos eran
marginados y Él era el único que estaba con ellos. Así que, antes de conocer sus obras
y milagros, vamos a ver cómo era Jesús con las personas de su época.
Cada monitor se prepara un grupo de personas, y en orden vamos hablando de
cómo eran tratados por la sociedad, hablamos con los chicos de cómo creen ellos que
se trataba a esas personas y qué creen que hizo Jesús. Después hacemos un pequeño
juego o gesto que tenga relación con cada grupo de personas:

-Enfermos  Se dividen en cuatro grupos y cada uno de ellos tendrá tres objetos
metidos en una bolsa. Cada equipo tiene que nombrar, en su turno, un uso que le darían
a cada objeto para poder ayudar a cualquiera persona.
-Mujeres  En este caso, se hace antes el juego y después se explica. Empezamos
un debate sobre un tema cualquiera. Cada vez que hable una chica, le decimos que se
calle. Si una chica mira a un chico mientras habla, le decimos que no le mire. Hacemos
lo posible para que se sientan marginadas por nosotros.
-Amigos  Volvemos a los cuatro equipos, y a cada grupo se le asigna un color.
Tienen que buscar las palabras sueltas de su color que habrá en el suelo y después
deberán formar con ellas una frase que Jesús dijo a sus amigos.
-Ricos  Les recordamos la historia del rico Zaqueo. Les damos a cada uno una hoja
de árbol donde deberán escribir algo (no material) que tienen que dejar los
avariciosos para poder llegar a Jesús. Entonces, uno por uno van pegando su hoja en un
árbol dibujado en una cartulina, y diciendo su palabra en voz alta.
-Pecadores  Se ponen en los cuatro grupos, y a cada uno se le dará una Biblia.
Entonces, les damos una frase incompleta que Jesús dijo a los pecadores que encontró
en su vida, y ellos la tienen que completar buscando en la Biblia.
Una vez terminados los pequeños juegos y una vez que han conocido cómo trató Jesús
a las personas de su época, nos reunimos unos minutos por grupos para hacerles, entre
otras, estas preguntas: ¿Qué diferencias hay en la gente de aquella época y en la de
ahora? ¿Qué tipo de personas se acercarían hoy en día a Jesús si viniera al mundo? ¿A
qué gente se acercaría Él? ¿Cómo sería Jesús en la actualidad? Un político con
carisma, un personaje famoso sin más, un revolucionario seguido por muchos…
Queremos que ellos entiendan que cada época es distinta y hoy Jesús nos trataría de
forma diferente, pero siempre basándose en el amor y en el respeto a todos nosotros.

MATERIALES:
- Explicación de los grupos de personas para que cada monitor sepa lo que tiene
que contar en su turno de manera orientativa.
- Cuatro bolsas de basura, cada una con un contenido diferente:
 Cuchara, percha y paño de cocina
 Estropajo, lapicero y tirita
 Cara sonriente (en un folio), peine y teléfono
 Oreja (en un folio), Biblia y calcetines
- Palabras sueltas para formar las cuatro frases
- Postit de hojas de árbol y un árbol hecho en cartulina
- Frases incompletas de la prueba de pecadores
- 4 Biblias y bolígrafos
JUEGOS
ENFERMOS
Juego BOLSA PARA AYUDAR

Material
- Bolsas de basura - tirita
- cuchara - cara sonriente (dibujada en cartulina)
- percha - oreja (dibujada en cartulina)
- paño de cocina - peine
- estropajo - teléfono
- lapicero - Biblia
- calcetines

Se introducen en unas bolsas grandes los objetos antes enumerados. Cada grupo saca
cada objeto de la bolsa, uno por uno, y tienen que explicar a los demás cómo podrían
ayudar a los demás con ese objeto. Van jugando grupo por grupo. Por ejemplo:
Lapicero  puedo ayudar con los deberes a los demás
Oreja  puedo escuchar a los demás cuando me cuentan por qué están tristes.
Biblia  puedo explicar a otros la Palabra de Dios

AMIGOS
Juego COLOCA LAS PALABRAS

Material
- Palabras separadas y recortadas

Hacer cuatro equipos. En el centro, se colocan las palabras recortadas. A cada grupo se le
asigna un color, por lo que tendrán que buscar las palabras de su color. Una vez recogidas,
los 4 grupos se reúnen por separado para descubrir la frase completa. Son frases escritas
en la Biblia en la resurrección de Lázaro, el gran amigo de Jesús.

1. SE - QUE CUANTO - PIDAS A - DIOS,


- DIOS - TE - LO - CONCEDERÁ.
2. YO SOY – LA RESURRECCIÓN. – EL QUE – CREE – EN MÍ, -
AUNQUE MUERA- VIVIRÁ – Y TODO EL QUE VIVE –
Y CREE – EN MÍ, - NO MORIRÁ – JAMÁS.
3. YO – CREO – QUE – TÚ – ERES – EL CRISTO,
- EL HIJO - DE DIOS.
4. PADRE, - TE DOY – GRACIAS – POR HABERME – ESCUCHADO.
– YA – SABÍA YO – QUE – TÚ SIEMPRE – ME ESCUCHAS.
RICOS
Juego EL ÁRBOL PARA CAMBIAR

Material
-20 ó 25 post-it de hojas de árbol
-Bolígrafos
-Una cartulina donde esté dibujado un árbol

Zaqueo, al encontrarse con Jesús, cambió su vida; descubrió que no estaba actuando
correctamente y cambió la avaricia por la generosidad. Los ricos de dinero pero pobres de
corazón tienen que cambiar muchas cosas para poder llegar al reino de Dios.
Cogen su hoja y escriben en ella una actitud que deben cambiar esas personas para llegar a
Jesús. Después las iremos pegando una por una en la copa del árbol (quien quiera, que diga
porqué lo ha puesto), y las dejaremos ahí para que nosotros nunca las tengamos. Y les
decimos que esas actitudes se quedarán en lo alto del árbol, como le pasó a Zaqueo, que se
subió al árbol para ver a Jesús, y a partir de ahí su vida cambió para siempre.

PECADORES
Juego COMPLETA LAS FRASES

Material
-4 Biblias
-Frases con los huecos
-Bolígrafos

Se dividen en 4 equipos. Cada grupo tendrá un bolígrafo y una Biblia para poder rellenar la
frase incompleta del juego. Se les dará a cada equipo un folio con la misma frase
incompleta, y con las indicaciones para que la puedan buscar en la Biblia. Cuando la
encuentren, rellenan su folio y uno de los integrantes de cada grupo irá al monitor para
enseñársela. El juego tiene que enseñarles algunas frases que Jesús dijo a los pecadores
que se encontró a lo largo de su vida, a la vez que utilizan la Biblia.

 “Quedan perdonados sus muchos _ _ _ _ _ _ _ ,


porque ha _ _ _ _ _ _ _ _ mucho _ _ _ _” (Lc 7, 47)
 “Porque no he _ _ _ _ _ _ a llamar a _ _ _ _ _ _, sino a
_ _ _ _ _ _ _ _ _.» (Mt 9, 13)
 “El Hijo del _ _ _ _ _ _ ha venido a buscar y _ _ _ _ _ _ lo que estaba
_ _ _ _ _ _ _ ” (Lc 19, 9).
 “¡_ _ _ _ _, hijo! Tus _ _ _ _ _ _ _ te son _ _ _ _ _ _ _ _ _ _” (Mt 9, 2)
JES ÚS Y LAS
PERSONAS
Jesús y las mujeres
Jesús vino a salvar a todos. Nadie quedaba excluido de su redención.
Mucho menos, la mujer, en quien Jesús puso tanta confianza, como
guardiana de los valores humanos y religiosos del hogar.

La mujer en tiempos de Jesús


Hoy difícilmente nos imaginamos hasta qué extremos llegó en el
mundo antiguo la discriminación de la mujer. La mujer estaba en casa y vivía
en retiro. Este separatismo estaba reflejado en las leyes imperantes: la
mujer era indigna de participar en la mayoría de las fiestas religiosas, no
podía estudiar, ni se aceptaba en juicio alguno el testimonio de una mujer,
salvo en problemas estrictamente familiares. De ahí que el nacimiento de
una niña se considerase una desgracia.
La mujer se consideraba como posesión del marido. Estaba obligada
a las tareas domésticas, no podía salir de casa si no era necesario y
convenientemente acompañada, no podía conversar a solas con ningún
hombre con pena de ser considerada como indigna y hasta adúltera. Siempre
se atribuía a ella la esterilidad de la pareja. La discriminación en caso de
adulterio era radical. Esta humillación llegaba en algunos campos, sobre
todo, en el campo religioso, a situaciones increíbles. Este era el mundo en
que se movió Jesús. Éstas, las costumbres en las que fue educado.

Jesús ante las mujeres


Habla con ellas con naturalidad, espontaneidad, sin afectación; pero
siempre con sumo respeto, discreción, dignidad y sobriedad, evitando el
comportamiento chabacano, atrevido, peligroso.
Les permite que le sigan de cerca, que le sirvan con sus bienes. Esto
era inaudito en ese tiempo. Busca sólo el bien espiritual de sus almas, su
conversión. No tiene intenciones torcidas o dobles.
Les corrige con amor y respeto, cuando es necesario, para enseñarles
la lección. A su Madre la fue elevando a un plano superior, a una nueva
maternidad, que está por encima de los lazos de la sangre. Les premia su fe,
confianza y amor con milagros. Jesús es sumamente agradecido con las
mujeres y sabe consolarles en sus sufrimientos. Las perdona, cuando están
arrepentidas. Las llama a ser apóstol de su resurrección. Las mujeres se
convierten en las primeras enviadas a llevar la buena nueva de la victoria de
Cristo, son las primeras en verle resucitado.
Jesús y los ricos
Jesús, al invitar a renunciar a las riquezas, pero no apunta hacia la
carencia, incita a ingresar en el vacío y la nada. Jesús apunta más bien a
conseguir una riqueza infinitamente mayor. Sólo quien se ha despojado de
riquezas, de ambiciones, de poderes, de falsas ilusiones, de odios y
revanchas, podrá entender mejor las riquezas del cielo. Jesús no viene a
empobrecer al hombre, pero sí a sustituir una riqueza pasajera por la gran
riqueza de Dios.

Jesús ante los bienes materiales


Jesús era una persona pobre. Nace de una familia sin grandes
recursos y en condiciones pobres. No almacena bienes y sabe vivir de la
Providencia de su Padre. Es más, las cosas son para Jesús una obra del
Padre.
Y cuando llama bienaventurados a los pobres, está llamando felices a
aquellos que ponen toda su confianza en Dios, porque todo lo esperan de Él.
Pobre es sinónimo del que tiene el corazón vacío de ambiciones y
preocupaciones; de quienes no esperan la solución de sus problemas sino de
solo Dios.
Jesús era pobre en ese sentido: apoya su vida en Dios, su Padre.
Pero no vive en la miseria. Tiene su vida asegurada, pues en el grupo de los
apóstoles había una bolsa común. Es decir, Cristo tiene bienes y los
administra. Acepta regalos, incluso costosos. Y, sin embargo, Cristo alcanza
con su gloriosa resurrección la máxima riqueza que va a distribuir a todos:
su propia vida.

Jesús ante los ricos


Cuando decimos que Jesús prefiere como amigos a los pobres no
estamos diciendo que excluya a los ricos. En realidad, Cristo es el primer
personaje de la historia que no mide a los hombres por lo económico sino por
su condición de personas. Es un hecho que no faltan en su vida algunos
amigos ricos con los que convive con total normalidad: Nicodemo, su apóstol
Mateo, Lázaro,... Jesús ama a todos: pobres y ricos.
Más que a las riqueza en sí o a los ricos, Jesús combate la actitud de
apego frente a esas riquezas. Pide a todos que se pongan al servicio de los
demás, porque es el verdadero valor. Por lo mismo, la salvación del pobre no
será convertirle en rico y la del rico robarle su riqueza, sino convertir a
todos en servidores, descubrir a todos la fraternidad que cada uno ha de
vivir a su manera y conforme a su vida.

Jesús y los enfermos


En los evangelios, Jesús parece un imán que atrae a cuanto enfermo
encuentra en su paso por la vida. No puede decir "no" cuando clama el dolor.
El amor de Jesús a los hombres es amor a los que sufren, por eso la buena
nueva que vino a predicar alcanzaba sobre todo a los enfermos.

La enfermedad en tiempos de Jesús


El estado sanitario del pueblo judío era, en tiempos de Jesús,
lamentable. Había muchísimas enfermedades y provenían de tres fuentes
principales: la pésima alimentación, el clima y la falta de higiene. La
alimentación era verdaderamente mala, pero era el clima era el causante de
la mayor parte de las dolencias. En el clima de Palestina se dan con
frecuencia bruscos cambios de calor y frío que producían en sus habitantes
continuas fiebres. Y con este clima, se producía falta de higiene.
De todas las enfermedades, la más frecuente y dramática era la
lepra. Además del plano físico, el leproso se siente discriminado, apartado
de la sociedad. Ya no cuenta. Vive aislado. E incluso les arrojaban piedras
para mantenerlos a distancia. Los judíos creían que la enfermedad era un
pecado que tomaba carne. Es decir, pensaban que era consecuencia de algún
pecado cometido contra Dios, así que la salud de cada uno estaba en sus
manos.

Jesús ante el dolor, la enfermedad y el enfermo


Jesús dice muy poco sobre la enfermedad. Simplemente la cura.
Participa en esa idea de la época en la que las enfermedades eran
consecuencia de los pecados, así que ayuda a la curación física como símbolo
de una nueva vida interior. Pero siempre ve el dolor con realismo, sabe que
no puede acabar con todo el dolor del mundo.
Ante el enfermo, primero siente compasión. No lo discrimina.
Alguien llega y Él lo atiende. Tiene corazón siempre abierto para cualquier
enfermo.Tras ver el dolor, ve el pecado, el mal, la ausencia de Dios. Por eso,
Jesús, al curar a los enfermos, quiere curar sobre todo la herida profunda
del pecado. Sus curaciones traen al enfermo la cercanía de Dios. Después le
cura, si esa es la voluntad de su Padre y si se acerca con humildad y
confianza plena. Con los ancianos tiene comprensión de sus dificultades, les
alaba su sacrificio y su desprendimiento, su piedad y su amor a Dios.
Pero ante todo, Jesús no se queda al margen del dolor. A los que
sufren, Él les da su ejemplo sufriendo con ellos y con un estilo lleno de
valores. Toma todos los dolores del mundo y acaba en la cruz cargando con
los pecados de los hombres. Jesús acaba siendo el mayor enfermo.
Jesús y sus amigos
La amistad es una experiencia humana hermosa y enriquecedora. Y
Cristo, al ser verdadero hombre, también la sintió. El mismo Dios se
presenta como amigo de los hombres. Y Jesús dio a esta amistad de Dios un
rostro de carne viniendo a ser amigo de los hombres.

Jesús experimentó la amistad


Es verdad que Jesús ama a todos por igual, sin condicionamientos
sociales, económicos o nacionales. Incluso ama a sus enemigos, y los ama
hasta la muerte. Y su amor por todos los hombres no es un amor de
sentimiento pasajero, es amor de caridad.
Se dirige hacia los demás con un corazón abierto, sin aislarse o evadir
el trato; va al encuentro de todos los que ama. Cura, consuela, perdona, da
de comer, procura hacer descansar a sus íntimos. No discute con sus
amigos; los corrige, pero no choca con discusiones hirientes , se alegra con
ellos en sus momentos felices. No desea nada de los hombres; no busca dar
para recibir. Se siente incomprendido por ellos, pero era parte de su cruz,
pues aún no había venido el Espíritu Santo que les hiciera comprender todo.
Los ama de una manera sobrenatural, pero también mantiene una
distancia entre sus amigos y Él, pues su mundo está mucho más allá.

Los amigos especiales de Jesús


Es verdad esto que acabamos de decir: Jesús ama a todos los hombres,
y los considera como amigos. Pero también tuvo amigos especiales.
Tiene una especial relación con Juan, el discípulo amado. En esta
amistad descubrimos que Jesús compartió con alguien, en modo especial, sus
experiencias interiores y reservadas. Amistad íntima.
También tuvo especial relación con tres apóstoles: Pedro, Santiago y
Juan. En esta amistad descubrimos que busca la compañía para compartir
momentos especiales, Amistad compartida.
Una relación especial tuvo con los tres hermanos de Betania: Lázaro,
Marta y María. En ellos descubrimos la amistad de Jesús que corresponde
con la misma medida que se le ofrece. Amistad agradecida.
Cristo tuvo amigos, claro que sí. No hubiera sido totalmente hombre si
le hubiera faltado esta faceta tan humana. Tuvo amigos en todas las clases
sociales y en todas las profesiones. Desde personas de gran prestigio social,
como Nicodemo o José de Arimatea, hasta mendigos, como Bartimeo. En la
mayor parte de las ciudades y aldeas encontraba gentes que le querían y que
se sentían correspondidas por el Maestro; amigos que no siempre el
Evangelio menciona, pero cuya existencia se deja entrever.
Jesús y los pecadores
Jesucristo vino a salvar a los pecadores. Esa fue la misión
encomendada por el Padre desde el momento de la Encarnación. El eje
central de su vida fue la lucha contra el mal radical, el pecado, que es lo
único que nos aleja de Dios y nos impide la comunión con Él.

El pecado en tiempos de Jesús


La predicación de los profetas conducirá a los judíos hacia una visión
del pecado como algo que vicia radicalmente la personalidad humana, ya que
implica una desobediencia, una insubordinación en la que intervienen
inteligencia y voluntad del hombre. En cualquier caso, es la ruptura de un
vínculo, la violación de una alianza, la traición de una amistad. Cada vez que
uno peca repite la experiencia de Adán, ocultándose de Dios. Los fariseos se
creían los separados, los únicos puros... el resto es pecador.
Para Jesús no es que todo sea pecado y sólo pecado. Sabe que ha
venido para salvar al hombre del pecado. Pero invita a la conversión: sin ella
no se podrá entrar en el reino de Dios. Para Jesús el pecado es una
esclavitud con la que el hombre cae en poder de Satán. Así, pues, el pecado
para Jesús es un desamor a Dios, un desprecio a los demás; es decir, es una
ofensa a Dios y al prójimo.

Jesús ante los pecadores


Jesús distingue perfectamente pecado y pecador. Con el pecado,
Jesús es exigente e intransigente. Con el pecador, tierno y misericordioso.
En todo pecador ve a un hijo de Dios que se ha descarriado. Sus palabras se
ablandan; su tono de voz se suaviza; corre él a perdonar antes de que el
pecador dé signos evidentes de arrepentimiento. ¿Qué hizo Jesús con los
pecadores? Dedicación especial sean ricos o pobres. Se dedica a ellos con
gestos muy significativos: come con ellos para acercarlos al banquete de
Dios. Jesús ama primero al pecador y después le invita a la conversión.
La actitud de Jesús ante los pecadores esconde un reconocimiento
de ellos para que Él pueda acercarles la salvación. Jesús se acerca al
pecador, pero no admite la falta cometida. Reconoce que los pecados no
deben aceptarse, por eso invita siempre al pecador a la conversión. Aunque
Jesús buscó siempre con amor a los pecadores, y aunque muchos se abrieron
a sus rayos salvadores...no siempre triunfará el amor de Jesús. Fracasó con
muchos, porque se cerraron a su amor, a su perdón.
Así, las palabras que resumen la actitud de Jesús ante los
pecadores son misericordia y perdón.

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