Pienso particularmente; que es preciso que las alumnas de obstetricia
(UNMSM) nos comprometamos al derecho de protección y promoción de la salud. Hoy la pobreza, la exclusión social y las desigualdades sociales son inmensas y a esto añadir un valor agregado: la corrupción escandalosa que se vive actualmente en nuestro Perú. Solo con la capacidad critica, tiempo y esfuerzo podemos aprender a ver y entender mejor. En un tiempo de inmoralidad, de corrupción, donde se idolatra el dinero, se manipula la información y donde se falsea la historia, es preciso preservar, perseverar el sentido de la realidad. La peor epidemia del siglo es la desigualdad en salud, un hombre con estudios universitarios, con un trabajo estable como profesional, que tiene apoyo familiar y social y que vive en un barrio acomodado. No solo tiene mayores recursos sino también una probabilidad mucho mayor de tener un mejor nivel de salud que una madre soltera sin estudios, desempleada, sin apoyo social ni familiar y que vive en un barrio marginado de la misma ciudad. En realidad a mayores ventajas socio-económicas mayor esperanza de vida y mayores niveles de salud. Múltiples estudios científicos muestran como en comparación con las personas que tienen mas riquezas, educación y poder, las clases sociales mas pobres y explotadas tienen los peores perfiles de exposición a factores biológicos, conductuales y a servicios de salud. Entre los factores que destacan las malas condiciones de empleo, precariedad laboral, el no poseer una vivienda digna, y bien condicionada, el no disponer de agua limpia, la falta de protección y servicios sociales, el no tener recursos educativos, económicos y las oportunidades de tener una vida saludable como lo tienen las personas de mejor situación económica, social, política y educativa. El origen de la desigualdad en salud deriva de un conjunto de determinantes sociales, económicos y políticos. En el Perú se observa una desigualdad relacionada a la oportunidad de busca de atención frente a algún problema de salud. Así las personas que residen en los ámbitos urbanos, los menos pobres tienen mayor probabilidad de buscar atención de aquellos que proceden de las zonas rurales y las más pobres. El pobre residente en un ámbito rural que padece alguna enfermedad tienen menos probabilidad de acceder a medicamentos, a realizar exámenes de ayuda diagnostica, en hospitalizarse que el no pobre o el que vive en una zona urbana. Otro factor relacionado con la salud es la inaccesibilidad geográfica en las que también es mayor en los pobres y en los residentes de las zonas rurales. Un mejor nivel educativo permite un adecuado reconocimiento de los síntomas de las enfermedades y por lo tanto otorga a los individuos una mayor capacidad de identificarse como enfermos. Del mismo modo el nivel de ingreso económico o la disponibilidad de un seguro de salud condicionarán la decisión de auto reportarse enfermo, debido a una serie de costos que tendrán que asumir, por un lado el gasto del cuidado de la salud (consulta, análisis, gasto en medicina) y por otro lado, el costo de la oportunidad asociado a los ingresos que deja de percibir durante el periodo de enfermedad. La atención medica del MINSA se incrementa cuando aumenta el porcentaje de población que recibe atención preventiva y cuando disminuye el porcentaje de la población que se manifiesta como motivo de no consulta a la falta de dinero, el uso de remedios caseros y demora de atención. La desigualdad daña nuestra salud en forma desigual. Un determinante fundamental de la equidad en la salud es tener mayor justicia.