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PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP

UNA NUEVA VISIÓN DE LA CULTURA LAMBAYEQUE

Carlos Wester La Torre


©CARLOS WESTER LA TORRE Dibujo, Artes y 3D:
E-mail: carloswesterlatorre2000@yahoo.es Alberto Gutiérrez Vásquez.
Robert Gutiérrez Cachay.
EDICIÓN: Luis Chayan Ruiz.
©Unidad Ejecutora 005 Naylamp - Lambayeque.
Museo Arqueológico Nacional Brüning de Lambayeque. Lectura y Correción de Estilo:
Calle Humachuco s/n, Lambayeque. Juan Martinez Fiestas.
Telefono: 074-282110. Samuel Castillo Reyes.
E-mail: museonacionalbruning@yahoo.es
Primera Edición
Ministerio de Cultura del Perú Año 2018.
Unidad Ejecutora N° 005.
Proyecto Especial Naylamp Lambayeque. Tiraje:
Calle Pimentel N°165, Urb. Santa Victoria, Chiclayo. 1000 ejemplares.
Telefono: 074-499523, web: www.naylamp.gob.pe Reservados todos los derechos. Queda prohibida, sin la
E-mail: uenaylamp@hotmail.com autorización del autor del copyright, bajo las sanciones esta-
blecidas en la ley, la reproducción parcial o total de esta obra
Diseño y Diagramación: por cualquier medio o procedimiento incluido el tratamiento
Alberto Atoche Roque. informático.

Fotografía Profesional: Impreso en el Perú.


Joseluis Franco Castro. Esta obra se terminó de imprimir en los talleres gráficos de
Yutaka Yoshi. Master Graphic.
Calle 08 de Octubre N°136 - Chiclayo.
Fotografía Documental: Mayo de 2018
Proyecto Chotuna Chornancap.
Marco Fernández Manayalle. ISBN: 978-612-47117-1-8
Jorge Centurión Centurión. Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú
Fausto Saldaña Camacho. N° 2018-04271.
Carlos Wester La Torre.

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Ministro de Cultura Proyecto Arqueológico Chotuna – Chornancap
Patricia Balbuena Palacios Residente de Conservación Director del Museo de Sitio Chotuna
Jorge Gilmer Solórzano Solano Arqlº Marco Antonio Fernández Manayalle
Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Director del Proyecto.
Culturales Mg. Carlos Eduardo Wester La Torre Asistente de Conservación Arqueólogo del Museo de Sitio Chotuna
Jorge Ernesto Arrunátegui Gadea Gualberto Julián Wong Falla Samuel Castillo Reyes
Arqueólogo Residente.
Dirección Desconcentrada de Cultura de Mg. José Castañeda Pelaez Dibujo de Gabinete Asistentes de Campo
Lambayeque Lester Yamil Rodríguez Ilma Estudiantes de las Escuelas de Arqueología la Uni-
Alfredo Narváez Vargas Arqueólogo Asistente – Huaca Chornancap José Luis Rojas Reyes versidad Nacional de Trujillo y de la Unversidad
Arqlº Fausto Saldaña Camacho Nacional Pedro Ruiz Gallo – Lambayeque.
Director de la Unidad Ejecutora Nº005 Naylamp Arqlº María del Rosario Guerrero Sarmiento Dibujo de Campo
Lambayeque Erick Robinson Dominguez Arrasco Auxiliares de Campo
Jaime Valladolid Cienfuegos Arqueólogo Asistente – Huaca Susy Alberto Barreto Sarmiento Pobladores de Bodegones, Ranchería, San Car-
Arqlº Jorge Alvarez Torrealva Frank Ilma Soraluz los, El Guabo, Carrizo, Yencala León, San José,
Director de Museo Arqueológico Nacional Brüning Lambayeque.
Carlos Eduardo Wester La Torre Arqueólogo Asistente – Gabinete Conservador de Gabinete
Arqlº Elicia Amparo Velásquez Reyes Marco Seclén Fernández
Arqlº Diana Lilibeth Floreano Salinas Segundo González Rumiche

Asistente de Arqueología Dibujante de Gabinete


Arql° Gustavo Adolfo Yamunaqué Castro Alberto Gutiérrez Vásquez

Ingeniero de Sistemas – Operador Drone Diseño y Diagramación


Robert Francis Gutiérrez Cachay Alberto Atoche Roque

Ingeniero Supervisor de Obra Fotografía profesional


Juan Peña Gutiérrez Joseluis Franco Castro
Yutaka Yoshi
Asistente de Ingeniería
Víctor Bonilla Gonzalez Fotografía documental:
Proyecto Chotuna Chornancap
Topógrafo y Dibujo de Campo Marco Fernández Manayalle
Leonardo Miguel Córdova Peña Jorge Centurión Centurión
Fausto Saldaña Camacho
Carlos Wester La Torre
Santiago Uceda Castillo
(1954 - 2018)
A la memoria de Santiago Uceda Castillo

La segunda semana del mes de Enero del Su disciplinada dedicación, compromiso con
presente año, una desconsolada noticia enlutó a el patrimonio cultural e inigualable vocación de
la arqueología nacional y andina, por el prematuro investigador, estuvieron siempre de la mano de su
fallecimiento de uno de los más reconocidos calidad de maestro y docente que ha contribuido
arqueólogos y docentes universitarios del país, generosamente con sus conocimientos, experiencia
situación que conmovió a sus familiares, colegas, y exigencia por más tres décadas en la Escuela de
alumnos y amigos de quien en vida fue el Dr. Arqueología de la Facultad de Ciencias Sociales
Santiago Uceda Castillo. de la Universidad Nacional de Trujillo donde fue
decano hasta en dos oportunidades, formando
Nació en Santiago de Chuco un 12 de Octubre generaciones de jóvenes estudiantes convertidos
de 1954, fue formado en el colegio Ricardo Palma hoy gracias a él en reconocidos investigadores.
(Primaria) y San Juan de Trujillo (Secundaria), Santiago Uceda Castillo, es uno de esos escasos
donde por su destacada dedicación obtuvo el maestros que enseñan siempre, que enseñan en las
premio excelencia. Sus estudios superiores los aulas y fuera de ellas, que transmiten conocimiento,
realizo en la década del 70 del siglo pasado en la que enseñan en las publicaciones que nos ha
Universidad Nacional de Trujillo, donde obtuvo legado, que enseñan en las oportunidades en las
el Grado de Bachiller y el Título Universitario de que se presentó para disertar sus propuestas, que
Licenciado en Arqueología. Las aspiraciones y el nos ha enseñado luchando por su vida hasta el
talento de Santiago Uceda Castillo, lo llevaron a último momento, que nos ha enseñado en su
una importante beca de estudios en Francia, en muerte cuando miles de personas se congregaron
la Universidad de Burdeos; formándose bajo la para acompañarlo no para darle el último adiós
orientación de Claude Chauchat que le permitió sino para decirle gracias maestro.
fortalecer su formación de Arqueólogo y a
desarrollar una exitosa carrera. A su retorno de La partida del Dr. Santiago Uceda Castillo es una
Francia, paso a dirigir importantes investigaciones irreparable pérdida, es una realidad que costara
como el Paijanense en Ascope y Cupisnique, el mucho asimilarla, es un episodio triste que nos
Proyecto Chavimochic en los cuales inicia la tarea sitúa en un espacio con él y en otro escenario sin
de formar generaciones y convertir estos espacios él. Santiago Uceda Castillo, ha sido mi maestro en
en escuelas de campo. En los últimos 25 años las aulas y en nuestra amistad, nos ha dejado una
codirigió con Ricardo Morales Gamarra, uno enorme responsabilidad y tarea, continuar con su
de los más exitosos proyectos arqueológicos que obra, seguir su camino y multiplicar su legado.
hallamos conocido y que se ha convertido en un
modelo de gestión del patrimonio cultural como Nada de lo que se ha dicho y se diga será suficiente
es el Proyecto Huacas de Moche, convertido en para calmar el inmenso dolor que sienten todos sus
un importante centro de formación de estudiantes familiares, colegas y amigos por esta inesperada
de arqueología y conservadores, en el epicentro partida, el mejor consuelo es saber que hemos
del debate académico sobre los Mochicas y su disfrutado de un ser excepcional cuyas cualidades
configuración sociopolítica, pero sobre todo el académicas y humanas guardaremos en el corazón
proyecto fue orientado a recuperar uno de los sitios y en la memoria y cuyo testimonio de vida se ha
emblemáticos de la identidad de los Trujillanos y convertido en mensaje para las generaciones del
de todos los peruanos. Este Proyecto ha recibido hoy y del mañana, y es precisamente en este espacio
gracias al sacrificado trabajo del Dr. Santiago en el cual rendimos nuestro sentido homenaje.
Uceda y Dr. Ricardo Morales, importantes Descanse en paz Dr. Santiago Uceda Castillo.
reconocimientos en el Perú y en el extranjero,
que son la más clara prueba de la calidad acémica
y profesional que pusieron para este reconocido Carlos Wester La Torre.
proyecto.
ÍNDICE
Palabras Iniciales 13 CAPÍTULO IV GÉNERO, PODER Y ANCESTRALIDAD 235
Presentación 15 EN CHORNANCAP
Comentario 19 4.1. El Personaje Femenino de Chornancap 235
Agradecimientos 22 4.2. Representaciones y símbolos del personaje 244
Introducción 24 femenino de Chornancap
4.2.1. Tumbas de élite en la costa norte 245
CAPÍTULO I CULTURA LAMBAYEQUE 29 4.2.2. Significado de los ornamentos de Chornancap 252
1.1. Origen y territorio 29 4.2.3. Simbología en la tumba de Chornancap 254
1.2. Definición y caracterización de lo Lambayeque 33 4.2.4. El vaso de plata de Denver y la tumba de Chornancap 255
4.3. Roles del personaje de los Spondylus 271
CAPÍTULO II CHOTUNA - CHORNANCAP 51 4.4. Festines y ancestralidad: Culto a los antepasado 277
2.1. Localización 51 en Chornancap
2.2. Huaca Chotuna 53 4.4.1 Evidencias de Ancestralidad al sur de Chornancap 288
2.3. Huaca Chornancap 62
2.4. Escenarios Sagrados: El Trono 63 CAPÍTULO V NUEVA VISIÓN DE LA CULTURA LAMBAYEQUE 299
2.4.1. El Trono: Fase Final 63 Reflexiones 299
2.4.2. El Trono: Fase Intermedia 70
2.4.3. El Trono: Fase Temprana 70 BIBLIOGRAFÍA 315
2.5. Las Pinturas en Chornancap 78
2.6. La Residencia de Élite 82 CRÉDITO DE IMÁGENES 323
2.7. Trono y Residencia: Escenarios del Palacio de 92
Chornancap ANEXOS 325
Fechados radiocarbonicos 327
CAPÍTULO III TUMBAS DE ÉLITE EN CHORNANCAP 113 Entierros Tardíos al norte de Chornancap 343
3.1. Primeras evidencias 113
3.2. Personaje de la tumba 3 120
3.2.1. El contexto funerario 121
3.3. La intrusión mayor: tumba 4 122
3.3.1. El Fardo Funerario 138
3.3.2. Los acompañantes 186
3.4. Bioarqueología de la tumba 4: aproximaciones 191
3.5. La Tumba del personaje de los Spondylus 191
3.5.1. Los Acompañantes 201
3.6. Tumba del personaje de los brazaletes y telar en “X” 205

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Palabras Iniciales El Proyecto Especial Naylamp – Lambayeque
(PENL), es la Unidad Ejecutora Nº005, del Ministerio
de Cultura, creada por Ley Nº28939 del 22 de diciem-
Director Ejecutivo del Proyecto Especial bre del 2006 y el Decreto Supremo Nº029-2006-ED
Naylamp - Lambayeque. del 2006, que le dio la autonomía económica y ad-
ministrativa necesaria. Es decir, desde hace más de
una década, viene administrando y ejecutando los
recursos financieros para la inversión pública en la
investigación arqueológica de los más importantes
monumentos arqueológicos de la región, conser-
vación de colecciones de las excavaciones y para el
funcionamiento y mantenimiento de los Museos de
Lambayeque. Esta afortunada decisión, promovida el
año 2006, ha generado el importante impulso y de-
sarrollo de grandes y significativas investigaciones
arqueológicas, algunas de ellas nacidas a iniciativa de
sus gestores como las del Complejo Sipán, Bosque
de Pomac y el Complejo Túcume, que se vieron forta-
lecidas con la asignación de recursos financieros, que
han generado indudablemente un panorama favora-
ble, no sólo para la arqueología de la región y el país,
sino para el turismo nacional y mundial.

En este marco científico y económico, nuevas in-


vestigaciones fueron llevadas a cabo, como es el
caso del Proyecto Ventarrón en Pomalca, una im-
portante investigación que demostró la presencia
de antiguos asentamientos correspondientes al
Precerámico que es la raíz histórica más profunda,
comparada solamente a partir de los hallazgos en
Caral. El segundo Proyecto en el Complejo de Pá-
tapo en el antiguo Señorío de Cinto, ha permitido
recuperar un conjunto de monumentos abando-
nados y olvidados que hoy se van incorporando
progresivamente a la vida de su entorno local, y se
convierten en un potencial importante para las in-
vestigaciones y el turismo. Un tercer Proyecto es el
desarrollado en el Complejo Chotuna Chornancap,
dirigido por el arqueólogo Carlos Wester La Torre,
que a lo largo de los últimos 10 años han presen-
tado hallazgos insospechados, con resultados ex-
traordinarios, que han permitido reconocer una his-
toria totalmente desconocida como es la presencia
de mujeres en el más alto estatus del poder político
y religioso de la cultura Lambayeque, la cual se rela-
ciona con la Tumba de la Gobernante y Sacerdotisa
hallada al sur de Chornancap, acompañada de ocho

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mujeres jóvenes y todos sus bienes que en vida sir- El libro “Personajes de Élite en Chornancap: Una Presentación “Durante la vida de Cium hijo heredero de Naymlap
vieron para certificar su autoridad. Además, bajo nueva visión de la cultura Lambayeque”, financia- (y segundo Señor en estos Valles) se apartaron sus hi-
esta sepultura fue documentado la tumba de un do a través de la Unidad Ejecutora Nº005 Naylamp Dr. Luis Jaime Castillo Butters jos (como dicho queda) a ser principios de otras fami-
personaje masculino, con dos acompañantes, per- Lambayeque, del Ministerio de Cultura, con la au- Pontificia Universidad Católica del Perú lias, y poblaciones y llevaron consigo muchas gentes.
tenecientes a la cultura Lambayeque, que supone toría del Magister Carlos Wester La Torre, también Programa Arqueológico San José de Moro Uno llamado Nor se fue al Valle de Cinto, Cala fue á
un formato de enterramiento totalmente inédito; es consecuencia de la inversión pública que hemos Tucume, y otro á Collique y otros a otras partes. Un
éstos hallazgos documentados científicamente, y comentado, es el resultado del paciente trabajo de Llapchillulli hombre principal de quien dejamos dicho
presentados en publicaciones, han generado como todo un equipo de profesionales y técnicos que han haver hecho mucho caudal el Señor Naymlap tanto
era de esperar, profundas reflexiones y debate aca- participado en esta investigación, producto de un es- por ser valeroso quanto por ser Maestro de labrar ro-
démico convirtiéndose en aportes concretos para fuerzo responsable que prestigia a la arqueología pe- pas de plumeria se aparto con mucha compaña que
entender mejor nuestra historia antigua y la pre- ruana, y que desde el contenido de este libro permite lo quiso seguir, y hallando asiento a su gusto en valle
sencia de mujeres liderando la vida de sus pueblos. conocer y entender mucho más de la historia de la llamado Jayanca se poblo en el, y allí permaneció su
cultura Lambayeque, los pormenores de las tumbas generación y prosapia.” (Miguel Cabello Balboa, Mis-
Cabe destacar que la investigación de Chotuna de Chornancap, su significado y cómo estos resulta- celánea Antártica, 1586)
Chornancap, ha generado también brillantes opor- dos permitieron al autor proponer nuevas reflexiones
tunidades de exhibir estos hallazgos, no sólo en el acerca de la cultura Lambayeque. El libro no solamen- Las relaciones entre la arqueología y la historia, o
Museo Arqueológico Nacional Brüning (2013), Mu- te cuenta con un rico contenido, sino que está ade- mejor dicho entre la investigación arqueológica de
seo de la Nación – Lima (2014), sino también en es- cuadamente ilustrado y estamos seguros va a contri- campo y las fuentes históricas, están muchas veces
cenarios internacionales como el Museo Paul Getty buir a la formación y ampliación del conocimiento de plagadas de contradicciones y malos entendidos.
– Los Ángeles – California (2017), en el Museo Me- nuestros hijos e hijas, estudiantes, profesionales y de Las fuentes históricas y los documentos, así hubie-
tropolitano en New York – Estados Unidos (2018), y los ciudadanos en general. ran sido producidos por nativos o recopilados por
recientemente en el Museo Du Quai Branly – París – observadores europeos, narran los hechos no como
Francia (2017 – 2018), donde se han presentado con Celebramos la presentación de esta impecable, sucedieron, sino como a su buen entender los narra-
indiscutible éxito. Este resultado de la investigación motivadora e importante investigación, que ratifi- dores los interpretaron o como llegaron ellos a través
arqueológica que promueve la conservación de los ca además la profunda vocación editorial que se ha de sus informantes. Muchos cronistas adaptaron las
bienes para su disfrute, permiten que nuestro patri- venido desarrollando en la institución, y acercará fuentes a sus idearios religiosos, resaltando hechos
monio cultural, como hace 30 años desde el hallazgo mucho más a los peruanos y peruanas con su patri- heroicos que dignificaban a los conquistadores, enfa-
de las Tumbas de Sipán, las tumbas este y oeste en monio cultural y a reconocer su identidad. tizando sus proezas, o las grandezas de sus empren-
Pomac, nos sitúa ante los ojos del mundo resaltan- dimientos. Pero a su vez, las mismas fuentes pueden
do categóricamente la imagen de nuestro país como omitir cuestiones importantes por desconocimiento
centro de alta cultura, como espacio de civilización o porque le quitan coherencia a la narrativa. Es decir,
y como escenario donde el mar, los desiertos, los que los documentos históricos, desde la perspectiva
bosques, las montañas, los valles y toda la riqueza de un arqueólogo son fuentes interesantes e ilus-
natural y cultural, han configurado el mayor tesoro trativas, pero de ninguna manera son narraciones
que estas culturas transformaron con sabiduría para pormenorizadas de la realidad, de lo que ocurrió, del
convertirlos en referentes por los siglos de los siglos. carácter de los personajes o versiones fidedignas de
los acontecimientos. La arqueología, por otro lado, al
estar basada exclusivamente en evidencia empírica,
puede ser una fuente carente de tergiversación, pero
también carente de detalle o de resolución, donde las
cosas sencillas, las formas de vida, se retratan, pero
no los acontecimientos verdaderamente importan-
tes. Las fuentes arqueológicas, por otro lado, son por
definición incompletas, parciales y fragmentadas, al
punto que los arqueólogos están constantemente
corrigiendo sus versiones de las cosas o las conclu-
siones a las que arriban a través de múltiples y super-

14 15
puestas interpretaciones. Esta tensión entre fuentes camente una nueva visión sobre el desarrollo de esta Lambayeque. Estas descripciones son singularmente ca de estos ajuares funerarios, compuestos por múl-
arqueológicas e históricas, se torna aún más intensa cultura. Es importante señalar que en los últimos 15 concurrentes con las descripciones de una corte con- tiples artefactos de oro, plata, cobre, conchas, cerá-
cuando tenemos acceso a fuentes históricas anti- años se ha dado un cambio vertiginoso en el estudio formada por múltiples oficiales y servidores, quienes mica y piedra. Otros materiales como la madera y los
guas y ricas en detalles, a la par que contamos con in- de esta sociedad, particularmente porque antes de atendían a los monarcas divinizados. textiles habían desaparecido por la alta humedad que
formaciones arqueológicas igualmente valiosas ricas este cambio nuestro conocimiento sobe la “cultura” circundo estos contextos. Los artefactos asociados a
y enfocadas en los mismos procesos y hechos, o al Lambayeque estuvo basado en estudios iconográ- El énfasis de este volumen, como su título lo indica, estas tumbas nos permiten tener una aproximación
menos en los mismos periodos que son recogidos en ficos, así como en una extensa investigación de los no son los monumentos, aun cuando estos ofrecen el a las identidades y roles de los personajes enterra-
las fuentes históricas. La tensión en este caso se da templos y cementerios localizados en la zona de Ba- contexto en el cual se desenvolvieron los personajes, dos, y particularmente a la presencia de una mujer
por las evidentes discrepancias que nos aportan las tan Grande – Pomac, por el equipo de investigación sino un número específico de individuos de la élite, de alto rango, la Sacerdotisa de Chornancap. Estos
fuentes históricas, y las que dan cuenta los datos ar- dirigido por el Dr. Izumi Shimada. Las investigaciones cuyos contextos funerarios nos ofrecen la posibilidad ajuares también nos hablan de las relaciones que es-
queológicos. Afortunadamente, estas circunstancias de largo plazo y gran envergadura llevadas adelante de adentrarnos en su identidad y los roles que cum- tablecieron, por ejemplo, con sociedades de la sierra
son muy raras y cuando se dan, suelen circunscribir- en Túcume, por el equipo de Bernarda Delgado y Al- plieron en la sociedad Lambayeque de Chotuna. Lo próxima de Cajamarca, o en el caso del Personaje de
se a periodos epi-históricos, es decir que ocurrieron fredo Narváez, por un lado, y las investigaciones en primero que nos llama la atención es la diversidad de los Spondylus, con la ya ancestral cultura Mochica a
poco antes de la introducción de la escritura y por el Complejo Chotuna – Chornancap, dirigidas por estilos cerámicos hallados en las ofrendas colocadas través de una botella de asa estribo remendada en su
lo tanto de la recopilación de crónicas escritas. Sin Carlos Wester, así como muchos otros trabajos de sobre y dentro de las tumbas. Entre vasijas de esti- tiempo.
embargo, este no es el caso de la antigua sociedad investigación en Lambayeque y La Libertad, por el los Lambayeque (en las que no aparecen los famosos
Lambayeque, para la que contamos con una narra- otro, han permitido ampliar nuestros horizontes con “Huacos Reyes”) destaca un ajuar muy diverso de Entre todos los importantes avances en el en-
ción muy antigua, la leyenda de Naylamp, que des- relación a este fenómeno cultural que se desarrolló platos, cuencos y jarras de estilo Cajamarca costeño, tendimiento acerca de la Civilización Lambayeque
cribe con mucho detalle los hechos y personajes que en la región de Lambayeque entre los siglos VIII al XII, que demuestran una relación muy fluida con una fac- que aportan las excavaciones del Complejo Chotu-
llevaron a la fundación del Reino Lambayeque, a la par aproximadamente. ción de la sociedad Cajamarca, relacionada con estos na-Chornancap, ninguno es tan importante como
que, como veremos en este volumen, recientes inves- estilos. Esta misma asociación se mantiene dentro el que nos ilustra acerca de la peculiar organización
tigaciones han aportado una creciente cantidad de Este volumen nos permite disfrutar con gran lujo de la tumba de la Sacerdotisa de Chornancap, una geopolítica de esta región, a la luz de los hallazgos
información arqueológica sobre lugares y hechos que de detalle las excavaciones más importantes lleva- de las dos tumbas de elite excavadas en el sitio, mas hechos en el sitio y su contraste con hallazgos he-
parecen corresponder a los que se narran en la fuente das a cabo en dos de los monumentos claves para no así en la tumba del personaje de los Spondylus, la chos en otras áreas del valle. Es muy notable que el
escrita. Es decir, que estamos entre una singularidad entender el origen de esta civilización: el complejo segunda tumba de elite. Esta asociación nos dice que tipo de contextos excavados, así como su conteni-
poco común en la arqueología peruana. ¿A quién de- arquitectónico de Chotuna, reconocido por muchos los gobernantes de Chotuna-Chornancap establecie- do, contrasta tremendamente con los hallazgos he-
bemos creer, a la hermosa leyenda del desembarco como el probable Chot al que refiere la leyenda y que ron relaciones con algún reino o curacazgo donde chos en Túcume y Pómac. Esto es particularmente
de Naylamp y su séquito recogida tempranamente habría sido el asiento del poder político de Naylamp imperaba la cerámica Cajamarca Costeño. No sería notable en lo que se refiere a los estilos cerámicos.
por el padre Miguel Cabello de Balboa, o a los datos y su descendientes por más de diez generaciones, y posible extender, o extrapolar esta relaciona todo el Estas diferencias podrían explicarse por diferencias
arqueológicos cada vez más extensos y ricos que se el templo y complejo palaciego de Chornancap, don- territorio Lambayeque, es decir a los otros reinos o cronológicas entre los sitios, es decir que los ajuares
han obtenido a partir de numerosas investigaciones de se hallaron dos de los contextos funerarios más curacazgos Lambayeque que existieron a la vez que funerarios serían diferentes por que representan los
dirigidas en Chotuna y Chornancap por el personal ricos documentados para la cultura Lambayeque. En se desarrollaba el centro de Chotuna. También la ca- estilos cerámicos imperantes en diferentes momen-
del museo Brüning, y antes por Christopher Donnan? estas excavaciones, en las habitaciones decoradas rencia de cerámica Cajamarca Costeño en la tumba tos, o por diferencias de otro orden. Resulta evidente,
O, la mejor aproximación está en saber armonizar con pinturas policromas o frisos en relieve, así como del Personaje de los Spondylus, más antigua que el por ejemplo, que no todo los Lambayeque hicieron
fuentes históricas y arqueológicas. en las áreas consideradas talleres y viviendas de arte- de la Sacerdotisa, permitiría indicar que durante su uso de las botellas llamadas Huaco Rey, o que solo
sanos, podemos hacernos una idea de los contextos vida las relaciones con Cajamarca no se habían for- en algunos sitios encontramos cerámica de estilo Ca-
El volumen “Personajes de Elite en Chornancap, construido alrededor de los cuales se forjó esta civi- jado aún. jamarca Costeño en asociación con cerámica Lamba-
Una nueva Visión de la cultura Lambayeque” com- lización. Pero es en la excavación del Patio del Trono yeque. Estas diferencias en los ajuares cerámicos, en
pleta la secuencia de publicaciones conformadas por donde podemos ver con una resolución nunca vista El capítulo central de este volumen está dedicado las formas de las tumbas, en los estilos constructivos
“Chotuna – Chornancap. Templos, Rituales y Ances- en otros sitos el centro del poder político de esta a los dos personajes encontrados en tumbas super- y decorativos, etc. parecerían indicar que al interior
tros Lambayeque” (Carlos Wester, 2010) y “Chor- sociedad, la formalización de los espacios donde se puestas, a las que los investigadores han llamado la de lo que podríamos denominar la Civilización Lam-
nancap, Palacio de una Gobernante y Sacerdotisa reunían las cortes que rodeaban a Naylamp y sus des- Tumba de la Sacerdotisa de Chornancap y la tumba bayeque coexistieron diversas formaciones políticas,
de la cultura Lambayeque” (Carlos Wester, 2016). cendientes, las verdaderas galerías del poder. Es muy del Personaje de los Spondylus. En esta sección en- reinos y cacicazgos. Este fenómeno de multiplicidad
En conjunto, estos tres trabajos dejan ver la evolu- importante destacar el gran esfuerzo desplegado por contramos una profusa documentación de los ar- de política ha sido detectado y sustentado para la so-
ción de las ideas acerca de estos sitios claves para el equipo de investigación dirigido por Carlos Wester tefactos hallados en estas tumbas, tanto en el mo- ciedad Mochica que se desarrolló en la misma región
entender el origen, funcionamiento y colapso de la para presentarnos esta información a través de una mento en que fueron rescatados en el campo como con anterioridad de advenimiento de Lambayeque
sociedad Lambayeque, y cómo lo anuncia su título, serie de imágenes reconstructivas que hablan por sí después de su laboriosa conservación. Es muy difícil (Castillo y Uceda 2008). Lo Lambayeque, como Mo-
en el volumen más reciente, plantean abierta y enfáti- solas de la magnificencia de los templos y palacios sustituir con palabras la belleza y complejidad técni- che antes, debió de haber conformado múltiples en-

16 17
tidades políticas en el territorio donde se desarrolló, Comentario En una nueva edición, el Proyecto Arqueológico de
pero en un estado de permanente cambio, es decir Huaca Chotuna-Chornancap que desarrolla el equipo
que estas unidades pudieron a lo largo de los siglos profesional del Museo Brüning de Lambayeque, en-
variar en su tamaño, ampliar su territorio a través de Mg. Alfredo Narváez Vargas trega un nuevo libro que el público interesado sabrá
proyectos de expansión agrícola, conquistar a su ve- Dirección Desconcentrada de Cultura valorar. Su autor, el colega Carlos Wester La Torre,
cinos o ser incorporado en una formación mayor, etc. de Lambayeque nos permite conocer, no solamente una mayor can-
tidad de información sobre sus más recientes inves-
Las excavaciones en Chotuna y Chornancap están tigaciones, sino, al mismo tiempo, un conjunto de
revelando la complejidad de uno de estos centros propuestas sobre la arqueología lambayecana, co-
Lambayeque, quizá uno de los más antiguos y re- rrespondientes a la época posterior a la culminación
conocido como asiento del fundador mítico de esta del estilo característico que la sociedad moche plas-
sociedad. Otros centros, como Túcume, Jayanca o mó en sus diversas expresiones culturales.
Pómac, debieron de haber tenido su propio desarrollo
con diferencias específicas en la cerámica que encon- Este trabajo permite a su autor, afianzar diversas
tramos en ellos, en las técnicas de construcción de ideas que fueron iniciadas en la primera entrega que
sus huacas, en los estilos artísticos y decorativos, etc. hiciera el Museo Brüning en el año 2016, que incluyó
Quizá a esto se refiere la crónica recopilada por Cabe- además diversos contextos de otras edificaciones del
llo de Balboa, cuando afirma que Llapchillulli, seguido complejo Chotuna. Los aspectos centrales de las in-
de un grupo numeroso de personas, fundó Jayanca, vestigaciones en Chornancap, son ahora el centro de
que fue administrada por sus descendientes desde las reflexiones, que se vinculan mucho mejor con los
ese momento. Es posible que la crónica no solo expli- hallazgos contextuales en los diversos recintos vin-
que, entonces el origen del Reino de Chot, sino de los culados a los fastuosos entierros de los personajes
otros reinos y territorios que se desarrollaron en esta centrales hasta el momento descubiertos, conocidos
región paralelamente. como la Sacerdotisa de Chornancap, debajo de la
cual se registró después, el entierro de un personaje
masculino que ha sido descrito como el Personaje de
los Spondylus. Los interesados y especialistas, agra-
decerán la profusión de imágenes iconográficas, ex-
celentes fotografías, recreaciones de la arquitectura
trabajadas con esmero, con despliegues de diferen-
tes fases superpuestas, fechados de radiocarbono,
y adicionalmente, agrupaciones de objetos diversos
a lo que se suma el dibujo muy bien logrado de los
materiales asociados a los descubrimientos más sig-
nificativos. Debemos destacar el intenso trabajo que
ha significado esta edición, a poco tiempo de haber
concluido con la más reciente temporada de campo.

Son varios los aspectos que quisiéramos comentar


de este importante aporte a la arqueología regio-
nal, sin embargo, nos concentraremos en algunos.
En principio, es notorio el esfuerzo inicial del autor,
para acercarnos hacia una mirada más holística de la
arquitectura, como elemento central del trabajo de
investigación en estas complejas sociedades, bus-
cando acercarnos a su comprensión a partir de una
perspectiva ideológica, en la que aspectos religiosos
y cosmocéntricos resultan casi obligados, más allá de

18 19
la mera descripción de los aspectos técnicos y fun- De otro lado, se ha realizado además, un interesan- tos, de los recursos marinos y del rol del comercio a
cionales, en torno a los materiales y las formas. Cada te acercamiento entre la iconografía del famoso Vaso larga distancia, entre los temas más importantes. Las
vez se hace más necesario comprender, a la luz de de Denver, con los contextos descubiertos, habiéndo- evidencias de la antigua relación con las poblaciones
este tipo de descubrimientos, que las connotaciones se encontrado diversos elementos que al parecer se altoandinas y cajamarquinas, o de pueblos costeros
religiosas y de cosmovisión que nos ofrecen los ritua- ayudan mutuamente para una mejor comprensión. ecuatorianos, proporcionan importante evidencia de
les propios de la muerte, se comprenden mejor por Sin embargo, si bien estamos de acuerdo en diversas un conjunto de vínculos que fueron modelando estas
su relación con la arquitectura, como una expresión coincidencias referidas a la iconografía del vaso y el expresiones de lambayecanidad antes de la llegada
cultural que se integra a los valores del territorio y su contexto de Huaca Chornancap, corresponden tam- de los incas.
paisaje cultural. bién a otros sitios arqueológicos de la misma época
en la región Lambayeque. La temática mítica del vaso Felicitamos a Carlos Wester y su equipo, por pro-
En este sentido, en el libro encontramos un esfuer- coincide con arquitectura e iconografía de Túcume, porcionarnos información de tan buena calidad, para
zo por comprender la interrelación de un conjunto puestas de manifiesto por su cercana relación con los el uso de los especialistas, información que trascien-
que podríamos llamar tripartito en el conjunto de relieves de Huaca Las Balsas. Es evidente la relación de nuestras fronteras en el mundo global y que ade-
Chornancap, en el cual, el centro es ocupado por el de la iconografía del mencionado vaso, con la costa más, motiva a nuestros estudiantes de arqueología.
edificio principal, el más elevado y masivo que mira lambayecana en general, incluyendo al valle de la Le- Nuestra institución se enorgullece de presentar este
hacia el este –orientación que tiene muy diversas che y obviamente con los monumentos del Santua- trabajo, que muestra la calidad de nuestros profe-
implicancias simbólicas en el paisaje- flanqueado ha- rio Histórico del Bosque de Pómac. Este valioso vaso sionales, nuestros museos y del enorme potencial y
cia el norte, por un conjunto ceremonial, en el que puede proceder de cualquiera de estos sitios, y hasta valor que tienen los monumentos prehispánicos de
el patio del trono pareciera ser el centro de todo el podríamos conjeturar además que puede haber sido nuestra región como herramientas de desarrollo para
diseño, rodeado de elementos simbólicos que la ar- producido en Chan Chan, como sucedió con otros nuestro país.
quitectura lambayecana muestra por primera vez, valiosos y muy conocidos objetos de estilo Lambaye-
incluyendo elementos iconográficos, altares y patios que, a consecuencia de la absorción de este territo- Finalmente, agradecemos su preocupación por ha-
para banquetes celebratorios. Todos ellos aún difíci- rio a la política expansiva y de conquista Chimú de la cer de nuestra arqueología un valor patrimonial que
les de comprender a cabalidad. En el otro extremo costa norte. cobra sentido en la vida cotidiana de nuestras comu-
del conjunto, al sur, se pudo definir un espacio con- nidades urbanas y rurales, pues trabajamos para ellas.
siderado por sus evidencias, como “residencial”, en En las reflexiones finales del libro, destacan diversos
el que finalmente, bajo los pisos, se encontraron los aspectos relacionados con el estilo y la cronología de
hoy famosos entierros de la sacerdotisa y el persona- este periodo tan interesante de la historia prehispá-
je masculino subyacente. nica de Lambayeque en su conjunto. En este contex-
to, se han planteado algunas ideas en relación con la
Estas evidencias, nos inclinan hacia la posibilidad necesidad de profundizar la discusión sobre la teoría
de generar un modelo en el que se pueden incluir de la deidad única, personificada en Naymlap -como
otros espacios contemporáneos, como el complejo se argumenta en la sección inicial del libro- con una
asentamiento de Túcume, en el cual la montaña ocu- mirada hacia el final del texto, más orientada hacia
pa un espacio central, con una connotación sagrada, una aproximación politeísta de esta sociedad, mode-
separando a dos sectores opuestos: el sector norte lo que hemos venido proponiendo.
en el que se incluye la arquitectura monumental y el
sector sur, en el que no solo se encuentran expresio- Finalmente, los importantes estudios arqueológi-
nes de arquitectura “menor”, sino además, un sector cos en Chornancap, permiten generar nuevas líneas
conocido como sector vivienda, amplios espacios de de trabajo para la discusión de un modelo de orga-
talleres metalúrgicos, cementerios populares, etc. es nización política, pues al margen de la importancia
conocido también el caso de Huaca Las Balsas, en de este estudio, que propone de modo contunden-
donde el modelo tripartito ha sido explicado. Sin em- te la posición de la mujer en el nivel más alto de la
bargo, este modelo ha sido descrito también en los organización del poder, se ha generado información
conjuntos amurallados de Chan Chan, contemporá- valiosa para acercarnos de mejor manera desde la ar-
neos con Chotuna-Chornancap, en los que la división queología, hacia un modelo de control del territorio
tripartita es bastante conocida. De modo que podría y sus recursos, de los minerales, del agua que viene
tratarse de un concepto usual para la época. desde los Andes, la producción agrícola y sus impac-

20 21
Agradecimientos El escritor y reconocido poeta Mexicano Octavio Permítanme expresar mi infinita gratitud a mis Martínez Fiestas, Manuel Curo Chambergo, Jorge
Paz Lozano, al recibir el Premio Nobel de Literatura padres Jorge Martin (+) e Irma Yolanda, que me han Centurión Centurión y María del Carmen Espinoza
Carlos Wester La Torre en el año 1990, pronuncio un emotivo discurso, que dado la vida, me criaron con amor y desvelo, me edu- Córdova por su decidido apoyo y contribución con
inicia con una profunda reflexión sobre la palabra gra- caron con cariño y tuvieron confianza en mi decisión el Proyecto Chotuna Chornancap. A los Fotógrafos
cias, diciendo: por la arqueología; a mis hijos Macarena, Ximena y Joseluis Franco Castro y Yutaka Yoshii por su pro-
Carlos Eduardo, que le han dado sentido a mi vida fesionalismo en las imágenes que ilustran el libro;
“Comienzo con una palabra que todos los hombres, y son la mayor inspiración en mi pasado, presente y mi gratitud especial a Alberto Atoche Roque por su
desde que el hombre es hombre, han preferido, Gracias. futuro, su amor emociona mi alma y mantiene vivo trabajo profesional en el arte y diseño gráfico del li-
Es una palabra que tiene equivalentes en todas las len- a mi corazón. A mis hermanos Irma, Jorge y Vilma a bro, también mi especial reconocimiento a Robert
guas, y que en todas es rica la gama de significados. En cada uno de ellos y a sus familias mi agradecimiento Gutiérrez Cachay encargado de las imágenes en 3D,
las lenguas romances va de lo espiritual a lo físico, de la por su paciencia, comprensión y solidaridad. Especial así como para Alberto Gutiérrez Vásquez dibujante
gracia que concede Dios a los hombres para salvarlos del mención debo hacer para mi entrañable amigo, cole- profesional con más 40 años de experiencia, cuyos
error y la muerte, a la gracia corporal de la muchacha ga y maestro Luis Jaime Castillo Butters, a quien agra- dibujos ilustran algunos de los capítulos. Mi gratitud
que baila o a la del felino que salta en la maleza. Gracia es dezco su permanente apoyo y orientación, su sincera a Flor de María Wong Falla, por su ayuda en el tipeo
perdón, indulto, favor, beneficio, nombre, inspiración, fe- amistad en estas últimas tres décadas, que siento del texto; asimismo a los experimentados conserva-
licidad en el estilo de hablar o pintar, ademan que revela como la presencia de un hermano mayor. dores en metales: Marco Seclen Fernández y Segun-
las buenas maneras y, en fin, acto que expresa bondad de do Gonzales Rumiche por su profesional dedicación
alma. La gracia es gratuita, es un don; aquel que lo recibe, A los colegas Joanne Pillsbury, Larry Coben, Bernd en la recuperación de los objetos de las excavaciones
el agraciado, sino es un mal nacido, lo agradece: da las Schmelz, Marili Apa, Alfredo Narváez Vargas, Bernar- y su minuciosa investigación para brindar la mayor in-
gracias. Es lo que yo hago ahora con estas palabras de da Delgado Elías, Juan Castañeda Murga y Ricardo formación posible de cada objeto.
poco peso. Espero que mi emoción compense su levedad. Morales Gamarra, han tenido siempre una palabra de
Si cada una fuese una gota de agua, ustedes podrían ver, estímulo, apoyo desinteresado, aliento y orientación A los medios de comunicación como: los diarios
a través de ellas lo que siento: gratitud, reconocimiento y que he recibido con agrado por su reconocida expe- La Industria, La República, El Correo, Semanario Ex-
también una indefinible mezcla de temor, respeto y sor- riencia y trayectoria en la investigación arqueológi- presión, Perú 21, El Comercio y a los canales de te-
presa al verme ante ustedes,…” (Octavio Paz Lozano 11 ca y en la gestión del patrimonio cultural. A nuestro levisión como: Canal N, Frecuencia Latina, América
de Octubre 1990). equipo de trabajo integrado por los arqueólogos: Televisión, ATV, TV Perú, Radio Programas del Perú,
José Castañeda Peláez, Fausto Saldaña Camacho, Jor- National Geographic, que informaron a nuestra co-
Esta cita, define nuestro sentir, porque resulta im- ge Álvarez Torrealba, María del Rosario Guerrero Sar- munidad con oportunidad, veracidad y seriedad, so-
posible que un espacio como este, sea suficiente para miento, Elicia Velázquez Reyes, Diana Floreano Sali- bre los avances y resultados obtenidos.
transmitir toda nuestra gratitud a quienes de una u nas, Gustavo Yamunaque Castro, Marco Fernández
otra forma han contribuido con la realización de esta Manayalle, Samuel Castillo Reyes; Conservador Jorge Especial mención de reconocimiento y profunda
investigación y publicación. Solórzano Solano; Ing. Juan Peña Gutiérrez; alum- gratitud, debo a la Asociación Nacional de Mujeres
nos de la Escuela de Arqueología de la Universidad Panamericanístas del Perú filial Chiclayo por su gene-
En primer término, agradezco al Ministerio de Cul- Nacional de Trujillo y de Universidad Nacional Pedro rosa y permanente ayuda en benficio de la población
tura por destinar los recursos económicos y la auto- Ruiz Gallo; topógrafos, operador de Drone, auxiliares de Chotuna y Chornancap. A todos los trabajadores
rización para las investigaciones en Chotuna y Chor- de campo, auxiliares de conservación y de gabinete, de campo procedentes de los doce caseríos del entor-
nancap, sin los cuales hubiese sido imposible llegar a dibujantes, en fin a todos y cada uno de los que han no de Chotuna- Chornancap y de la ciudad de Lamba-
este resultado de la investigación, que se transforma participado en estos últimos años para hacer de esta yeque, que han dejado su mayor aliento y esfuerzo
en un producto de utilidad para la educación y el co- investigación un proyecto con un resultado que nos en las excavaciones y trabajos de gabinete en las que
nocimiento de nuestros conciudadanos y de todos enorgullece, gracias a su esfuerzo y sacrificado traba- participaron con inigualable identidad, a todos ellos
aquellos que sin serlo se interesan por nuestra cul- jo diario que me han acompañado a lo largo de estos mi permanente agradecimiento.
tura. Hago extensiva mi gratitud a la Unidad Ejecu- años, sin ustedes estas líneas no serían posible y este
tora 005 Naylamp Lambayeque en la persona de su texto solo sería un sueño sin realizar. Finalmente, a los trabajadores del Museo Arqueoló-
Director y funcionarios, que ayudaron con su tiempo gico Nacional Bruning y del Museo de Sitio de Cho-
y responsabilidad a que los recursos lleguen y se ad- Al Dr. Santiago Uceda Castillo (+), extraordinario tuna, que no dudaron en apoyar los trabajos más allá
ministren adecuadamente. maestro, que me oriento durante mi formación aca- de sus obligaciones diarias y con ellos a todos los que
démica y me brindo su amistad. A mis colegas del involuntariamente no se mencionan en este texto.
Museo Arqueológico Nacional Bruning Arqls. Juan

22 23
Introducción Hace más de una década, que trabajamos en la In- rebautizada en los últimos años como Pomac, le per- elite Lambayeque protagoniza los más importantes
vestigación y Conservación para la Puesta en Valor miten proponer una nueva definición de la denomi- episodios de su historia.
Carlos Wester La Torre del complejo arqueológico Chotuna- Chornancap, nación de cultura Lambayeque por el de cultura Si-
monumentos emblemáticos de la cultura Lamba- can, y claro con ello se ha creado un territorio Sican, Es importante reflexionar sobre el significado de
yeque, tradicionalmente asociados al relato de la materiales Sican, Dios Sican (Shimada 1995 y 2014) los contextos documentados y relacionarlos con la
fantástica historia del arribo, desembarco y aconte- y la aparición de una prolongada polémica en cómo esfera regional de la cultura Lambayeque, esto pone
cimientos sucedidos con Ñaymlap y su corte en las llamar a la cultura material e inmaterial que surge a énfasis primero en un aspecto trascendental que es
costas de Lambayeque, la desembocadura del rio Fa- finales del Horizonte Medio o en el periodo Transicio- la aparición de mujeres en la cima de la estructura so-
quisllanga y en el templo de Chot (Cabello de Balboa nal; es decir, Lambayeque o Sican (Fernández 2014). ciopolítica y religiosa de la cultura Lambayeque, que
1586). Según las aproximaciones cronológicas, estos Insistir en este debate, puede llevarnos más allá de la hasta hace algunos años solo estaba documentada
sucesos habrían acontecido hacia finales del periodo vida que tenemos sin resultado alguno; no obstante, en los Mochica como son los casos de la Dama de
conocido como Horizonte Medio (Rowe 1955; Uceda es fundamental entender la configuración territorial, Cao (Franco 2008) y las Sacerdotisas de San José de
y Mujica 2003; Castillo 2010 y Shimada 2014b) o en paisajística, política y religiosa de esta civilización en Moro (Castillo 2003, 2008 y 2010). Desarrollamos
el llamado Transicional (Castillo 2003); lo cierto es el contexto actual de las investigaciones sobre la cul- también un conjunto de reflexiones, que intentan in-
que a partir del siglo IX d.C., las cosas cambian en el tura Lambayeque, que consideramos el mayor argu- troducir en el debate académico, propuestas sobre
territorio de Lambayeque, la organización sociopolí- mento para reflexionar sobre cómo debemos definir la presencia de mujeres en el poder, en aquello que
tica y estructura religiosa se transforma, como con- a esta cultura. denominamos dualidad en el poder y sobre cómo
secuencia de la clara influencia e impacto que reci- podemos definir a la cultura Lambayeque a partir de
ben de sus antecesores los Mochica, tanto como de Las excavaciones realizadas por nuestro equipo a lo estos insospechados hallazgos. Este espacio es apro-
grupos Cajamarca y estilos foráneos que tienen su largo de la última década en Chotuna y Chornancap, vechado para reafirmar la idea sobre cómo está ahora
origen desde el sur de Lima hasta Ayacucho (Wari) y no han tenido como eje principal la motivación de la configurada la cultura Lambayeque, entendida tradi-
por el norte hasta el actual Ecuador. calificación o descalificación de la denominación cul- cionalmente como un Estado centralizado con una
tura Lambayeque o Sican, porque consideramos que capital única (Shimada 1995 y 2014) y que a partir
Nuestras excavaciones arqueológicas a lo largo de el termino cultura Lambayeque define y refleja con- de los trabajos de investigación en Ucupe, Luya, Pata-
este hiato de tiempo han revelado que Chotuna y tundentemente el territorio multivalle, la producción po, Tucume, La Pava, Los Perros, La Pared, Solecape,
Chornancap, expresan una enorme monumentalidad material, la configuración sociopolítica, la historia Jotoro y Chotuna –Chornancap entre otros, condu-
y complejidad arquitectónica, de la que no teníamos como origen y memoria material e inmaterial y la an- cen a dibujar un nuevo mapa sociopolítico, territorial
sospecha, que se convierte en soporte narrativo que cestralidad, con un componente insospechado: el gé- y de producción de bienes y construcción de relacio-
nos aproxima a los rituales, ceremonias, actividades nero en el poder. Por ello, planteamos que debemos nes que refleja la existencia de familias instaladas en
festivas, actividades domésticas, productivas y rela- conocer más del complejo Chotuna y Chornancap y los valles, que configuran un conjunto de Cacicazgos
ciones de las elites con su entorno, que se instalaron documentar todas las evidencias que nos ayuden a que comparten una tradición común que se define en
en este escenario por más de quinientos años hasta el proponer una nueva visión de lo Lambayeque. Preci- la existencia de ciertos cánones expresados en la ma-
momento de la ocupación Chimú, Inca y el contacto samente, aquí presentamos los más notables testi- terialidad e inmaterialidad. Este documento reabre el
con los europeos. Por ello, el presente artículo, está monios materiales de la arquitectura en Chornancap debate sobre la cultura Lambayeque no solo desde
orientado a redefinir lo Lambayeque como cultura en y sus elementos asociados que nos ayudan a cons- la denominación, Lambayeque o Sicán, sino principal-
su esfera regional, a partir de los nuevos hallazgos en truir un nuevo modelo. Presentamos las evidencias mente desde la organización política, producción ma-
el complejo Chotuna y Chornancap y fuera de él, por- de las excavaciones en Chornancap que ha ofrecido terial, religiosidad, territorialidad, identidad, así como
que en un tiempo hemos admitido aquello que bien realidades contundentes para definir el estatus, roles las relaciones con sus vecinos.
lo describió Jorge Zevallos Quiñonez (1971),…”el político y religioso de las elites así como su relación
territorio de Lambayeque estaba Chimuizado”, y re- y dinámica en el contexto macroregional. Los casos
tomando la propuesta de Rafael Larco (1948), que del trono con la sacristía y el patio de las pinturas
llama acertadamente a los materiales que provienen policromas emplazadas al norte, y la residencia de
de esta región posteriores a la Época Fusional con el elite al sur de Chornancap muestran una configura-
topónimo Lambayeque (Larco ob. Cit.). Sin embargo, ción arquitectónica típica del palacio, asociada a una
a pesar de esta primera definición, las investigaciones riqueza simbólica que no habíamos explorado y que
de Izumi Shimada en Lambayeque entre 1985 hasta revela no solo los escenarios sagrados en torno a la
el 2014, especialmente en la zona conocida inicial- idea del templo, sino que nos conduce a una narra-
mente como complejo arqueológico Batangrande y tiva que permite identificar los espacios donde esta

24 25
CRONOLOGÍA
CULTURA LAMBAYEQUE
1600 d.C. 1500 d.C. 1400 d.C. 1300 d.C. 1200 d.C. 1100 d.C. 1000 d.C. 900 d.C. 800 d.C. 700 d.C.

IMPERIO INCA
XV - XVI d.C

CULTURA CHIMÚ
XIV - XV d.C

LAMBAYEQUE TARDÍO X-XII d.C.

LAMBAYEQUE MEDIO
X-XIII d.C.

LAMBAYEQUE
INICIAL
IX - X d.C.

TRANSICIONAL
(INFLUENCIA FORÁNEA)

26 27
CAPÍTULO I
CULTURA LAMBAYEQUE

1.1. Origen y territorio. Chicama por el sur (Mackey 2009); (Franco y Gál-

E
vez 2014); (Narváez 2014a) y hacia el este en la
s muy probable que hacia el siglo VII – región Cajamarca (Wester et. al. 2000) y hasta el
VIII d.C., los efectos y consecuencias de importante sitio de Pachacamac en Lima (Shimada
un meganiño1 hayan producido dramá- 2014b).
ticos cambios en la costa norte del Perú,
que generara una sucesión de “colapsos” La cultura Lambayeque puede ser definida como
en el orden político, religioso y económico de la una sociedad compleja, como un modelo de Frag-
sociedad Mochica a finales del Horizonte Medio mentación Política organizada en Parcialidades,
(Rowe 1955; Uceda y Mujica 2003; Castillo 2010; que Marco Rosas (2017:191) ha propuesto para lo
Shimada 2014a). Esta circunstancia originada por Mochica y que para nuestro caso supone la con-
la naturaleza y por causas sociopolíticas coincidió formación de varios núcleos familiares constitui-
en la costa Norte, con la presencia estilística de cul- dos como entidades políticas en torno a centros
turas serranas como Cajamarca y Wari, que junto ceremoniales y administrativos estratégicamente 1
Izumi Shimada
a lo Mochica produjo el surgimiento de lo Lamba- ubicados en los valles de Zaña, Lambayeque, La (2014), manifiesta
yeque que muestra un inconfundible sello y perso- Leche, Motupe y Olmos, cuya unidad cultural se que existió una
nalidad, bajo la forma clásica del conocido “Huaco mantuvo gracias a una ideología común, con un era transformativa
Rey” (Figuras 1 y 2), que se difundió rápidamente discurso mítico basado en la creencia y prestigio en la que ocurrie-
ron importantes
por los valles de Olmos, Motupe, La Leche, Lam- en deidades ancestrales, inspirados principalmen- cambios naturales y
bayeque, Reque y Zaña, aproximadamente entre te en el mar, las aves marinas y la luna. De igual culturales de amplio
los años 850 o 900 d.C. hasta 1400 d.C. forma, a la sostenida intervención y control ejer- y duradero impacto:
cido principalmente sobre el agua, la producción una severa y prolon-
Las investigaciones permiten saber hoy con pre- agrícola, manufactura y la distribución de bienes gada sequía (562 –
594 d.C), seguida por
cición que su influencia cultural se extendió por y objetos rituales, así como al aprovisionamiento un meganiño al final
una zona mucho más amplia, hasta Piura y Ecua- de recursos exóticos como el Spondylus, Conus, del siglo VI y prin-
dor por el norte, en los valles de Jequetepeque, y Perlas y Piedras preciosas de origen foráneo, que cipios del siglo VII.

28 29
demuestran en forma inequívoca como las relacio-
nes entre estos grupos ubicados fuera de la esfera
regional y la costa norte del Perú se acentuaron
e intensificaron. Prueba de ello, son la aparición
en la liturgia oficial Lambayeque de las escenas de
grupos de “recolectores de Spondylus” (Figura 3)
conocidos como buzos2, que tienen protagonismo
ritual en esta época y que revelan un escenario co-
mercial intensamente aprovechado para activida-
des productivas y rituales.

En cada valle constatamos megaconstrucciones


de adobe, bajo la forma de plataformas o pirámides
truncas con características monumentales y perso-
nalidad propia, que se diferenciaban una de otras
y que podían ser vistas desde lejos por la población
local. Desde allí habrían desempeñado sus roles los
gobernantes, sacerdotes y sacerdotisas, que decían
ser descendientes del legendario Ñaymlap, funda-
dor de la dinastía Lambayeque.
Fig. 1
Cara máscara de
Huaco Rey, Colec-
ción Museo Brüning.
MAB.

Fig. 2
Botellas Lambaye-
que, llamada Huaco
Rey, Colección Mu-
seo Brüning.MAB.

Narváez (2011),
2

señala acertada-
mente que: ...“el
tráfico de Spond-
ylus, no solo debe
observarse como
un asunto estricta-
mente económico,
sino que encierra un
sentido y propósito
religioso, vinculado a
los dioses mayores.
De otro modo este
recurso no hubiese
tenido tal relevancia
y significado en las
tradiciones cultu-
rales prehispánicas
peruanas” (2011:119).

30 31

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP C A P Í T U L O I - C U LT U R A L A M B A Y E Q U E


1.2. Definición y caracterización de lo En la cultura Lambayeque, podemos definir
Lambayeque. claramente que existe un vasto territorio confor-
mado por los valles de Olmos, Motupe, La Leche,
La cultura Lambayeque, puede ser entendida Lambayeque y Zaña, que expresan una unidad
como parte de un proceso ideológico que tiene en hidrológica, política, ideológica y económica alta-
la tradición oral e historia del mítico Ñaylamp un mente productiva (Kosok 1965; Shimada 1995),
soporte litúrgico que fortalece el poder político y a partir de cuyos valles o ríos estables, se generó
social de las élites, y que posee singular coheren- un complejo y sofisticado sistema de irrigación in-
cia en la producción material; es decir, los elemen- tervalle (canal Taymi, Ynalche, Cucureque, entre
tos de la tradición oral aparecen simbólicamente otros), que permitió fertilizar extensas áreas agrí-
representados en forma frecuente sobre todo en colas convirtiéndolas en productivas (Hayashida
íconos vinculados a la luna, mar y aves. Esto ha- 1999 y 2014). Algunas aproximaciones formula-
bría permitido una sólida estructura sociopolítica das por Kosok (1959), sostiene que para la épo-
en un territorio que muestra una sociedad que se ca de apogeo en Lambayeque se cultivó casi dos
constituye y configura políticamente como una ex- tercios del área disponible con beneficios para más
presión no central sino multivalle y macroregional, de 150,000 personas, convirtiéndose entonces ésta
con autoridades locales autónomas que mantienen región en una verdadera despensa de los andes cen-
un vínculo a través de un prestigioso discurso re- trales (Shimada 1995).
ligioso, que transmiten acompañado del adecuado
manejo del sistema hidrológico que compromete e Este éxito agrícola, generó evidentemente exce-
incorpora a la población de los valles altos, medios dentes que debieron contribuir sustantivamente en
y bajos, así como la zona del litoral, escenario que la planificación y ejecución de grandes obras pú-
puede ser entendido como territorio o espacio sa- blicas con fines religiosos, como es el caso de las
grado. pirámides en Pomac, Apurlec, Túcume, Ucupe,
Pátapo, Chotuna, Chornancap, La Tina, La Pava,
Tal y como la calificó Jorge Zevallos (1971 y Los Perros, Solecape, Huaca de Barro, El Mirador,
1989), la cultura Lambayeque, estuvo Chimuiza- Huacas de Mocce, Luya, Huaca Brava, Huaca Mi-
da, es decir, todas las precisiones sobre la cultura guelito, Huaca Teodora, Miraflores, El Taco, entre
regional estaban asociadas a una extensión de lo otras decenas de edificios emplazados estratégica-
Chimú, que fue definido por el estilo representado mente en los valles, y que fueron progresivamente
en las deslumbrantes máscaras de oro, plata y co- erigidos como la expresión monumental del poder
bre con ojos alados (Figura 4) y los cuchillos tipo y prestigio que habían logrado las élites Lambaye-
Tumi, asociados como bienes de la cultura Chimú. que instaladas en el territorio y que se hallaban al
El mismo Max Uhle (1959) denominó al estilo frente de esta sociedad. Ésta fuerte inversión estuvo
local con el topónimo Eten3, (Shimada 1995 y acompañada naturalmente de un elaborado discur-
2014a), no obstante, Rafael Larco (1948) es quien so religioso a manera de una liturgia que se diferen-
propone el término Lambayeque para referirse al cia de los Mochica, porque se habría centrado en la
estilo de la región del mismo nombre. imagen del personaje del relato mítico: Ñaymlap;
cuya figura aparece recurrentemente representada
De otro lado, la imagen que proyectaba la tradi- en gran parte de los materiales producidos en esa
ción oral definida por la Leyenda de Ñaymlap, ge- época entre cerámica, metales, tejidos, tallas de
neró interés en algunos investigadores en conocer madera, hueso, moluscos y sobre todo relieves e
el valor de este relato y su relación con el pueblo. A imágenes polícromas que decoraron templos y edi-
pesar de ello, el debate sobre la validez de esta tra- ficios, tal y como lo podemos comprobar hoy en las
dición oral sigue vigente y cada vez existen mayores excavaciones arqueológicas.
argumentos con sustento arqueológico, lingüístico 3
Eten es el nombre
e iconográfico que prueban consistentemente la del actual puer-
estrecha relación entre el relato y las evidencias ar- to de pescadores
Fig. 3 queológicas recuperadas. Al respecto, coincidimos ubicado al sur de
con Julio Rucabado (2008), sobre la estrategia de Lambayeque. Jorge
Lámina de oro con Zevallos (1993),
escena de recolec- la élite Lambayeque de usar este relato como argu- sostiene que en
tores de Spondylus. mento para legitimar su origen, poder y prestigio. diferentes documen-
(Colección Museo tos aparece como
Brüning MB 00194). ETHEM, ETEM, ETIM.

32 33

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP C A P Í T U L O I - C U LT U R A L A M B A Y E Q U E


Fig. 4
Mascara de oro cul-
tura Lambayeque,
colección Museo
Brüning MB-00003.

34 35

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP C A P Í T U L O I - C U LT U R A L A M B A Y E Q U E


La simbología representada con frecuencia en los existente, generando así un mayor abastecimien- Un argumento valioso resultan las tumbas de chas Spondylus y Conus reafirman el acceso de los
materiales Lambayeque, alude permanentemente to de productos para el sostenimiento de grupos élite documentadas en la Reserva de Pomac (Shi- personajes a estos bienes que están vinculados a la
al Dios Ñaymlap, su origen marítimo y estructura administrativos que contribuyeron a maximizar el mada 1995), asociadas a la tradición cultural que abundancia del agua y fertilidad (Hocquenghem
sociopolítica de tipo dinástica. Por lo tanto, hay control de la producción. Las elites gobernantes denomina con el topónimo Sicán, para referirse 2009) y que certifican la sólida relación con socie-
dos elementos que proponemos como la estrategia aparentemente eran “propietarias” del agua, pero a la cultura Lambayeque (Zevallos 1971 y 1989; dades del Ecuador. Estos enterramientos revelan
usada por las élites Lambayeque para alcanzar el sobre todo tenían el control y administración de Narváez 2011, 2014a y 2014b; Wester 2010 y también, la institucionalización de rituales para los
afianzamiento y continuidad en el poder: La pri- la infraestructura del riego (canales), y los campos 2014, Makowsky 2016). Lo que revelan estos muertos y culto a los ancestros, que deben ser abas-
mera, es el manejo y control “profesional” de la fe donde garantizaba la producción, destinado a los excepcionales contextos funerarios, es la presen- tecidos y objeto de veneración y recordación a tra-
(entendida como aceptación de la población), a dioses, la élite y la población. cia de elementos de mucho valor para afianzar la vés de un calendario ceremonial, con el propósito
través de los rituales, resultando en el eje articula- existencia de una sólida institucionalidad política de garantizar la productividad, estabilidad y orden
dor de todas las esferas de la vida política, social y Esta estrategia permitió también que los exce- y religiosa al frente de la sociedad. Las tumbas de de la población.
cultural. Este control significo la existencia de una dentes de producción garanticen la ejecución de Huaca Loro, muestran exquisitos bienes de valor
élite sacerdotal que aparece en ceremonias públicas grandes obras para las actividades ceremoniales. El tecnológico y artístico elaborados en oro, plata, co- El ámbito marítimo, constituyó un espacio sa-
con “performance” de alto impacto en la pobla- agua fue transportada y canalizada por gran par- bre y aleaciones, vasijas de cerámica, ofrendas de grado, pero a la vez un escenario de abastecimiento
ción. La segunda, es la eficiente administración del te del territorio Lambayeque y se manejó bajo la Spondylus y Conus, acompañantes en los enterra- de recursos de subsistencia para mantener la sa-
sistema hidrológico y de la tierra, ambos medios apariencia de un bien común de este recurso, a fin mientos; tumbas múltiples a gran profundidad con tisfacción de las comunidades periféricas, el mar
debieron formar parte de una especie de “propie- de lograr “bienestar” en la población que mostró grupos familiares algunos de los cuales de acuerdo fue incorporado como ámbito para actividades
dad” que se controló con un sistema administra- voluntad y aceptación por la estructura religiosa y a estudios de bioarqueologia proceden de la zona comerciales y de comunicación con grupos del ex-
tivo instalado en lugares estratégicos, y que tuvo sacerdotal que controlaba este sistema y que ofrecía ecuatorial (Shimada 2014b) y perfilan a una socie- tremo norte, así como suministró la inspiración de
como complemento la ejecución de las actividades resultados. Los centros monumentales de carácter dad con contactos a grandes distancias, donde se imágenes e iconos como la conocida “ola antropo-
festivas y rituales masivas, orientadas a reiterar y re- religioso y urbano – habitacional y lo que podría- consolidan alianzas estratégicas materializadas por morfa” “ola ornitomorfa” y “ola geométrica”, que
novar el culto a la fertilidad y culto a los ancestros. mos denominar como núcleos urbanos, mantenían el intercambio de bienes, relaciones de carácter co- forma parte de una complejidad iconográfica que
ciertos modelos y empezaron a consolidarse a me- mercial y probablemente lazos matrimoniales. conjuntamente con el sol y la luna, aparecen en
Estos fundamentos estratégicos contribuyeron a diados del Lambayeque Medio (siglo XI d.C.), y la denominada “cosmovisión Sicán”, documentada
promover que las prácticas ceremoniales logren la principios de Lambayeque Tardío (silgo XII d.C.), Este despliegue, sería para abastecer la pompo- en 1991 en Huaca Las Ventanas (Shimada 1995).
cohesión de la sociedad para enfrentar y elevar la casos concretos pueden ser Pomac, Túcume, Cho- sidad de los personajes sepultados considerados Este elemento de origen marino se convirtió en un
productividad, lo que puede constituirse en una tuna - Chornancap, Luya (Figuras 5, 6, 7 y 8), Cin- como semidioses. Adicionalmente, podemos es- ícono de identidad y en un emblema de género que
especie de “compromiso” de la población con sus to, Collique, Jotoro, entre otros que han nucleado tablecer que éstos debieron demandar de una sos- revelaría e identifica a una de las deidades feme-
deidades; la cual se ve reflejada a través de una grupos de habitantes entorno a los monumentos, tenida articulación de talleres productivos depen- ninas más importantes de la religiosidad durante
decidida participación en las obras públicas. Es- que también debieron constituir el reflejo del cre- dientes de éstos señores que abastecieron con su la época de Lambayeque Medio y Tardío entre los
tos elementos constituyen a nuestro juicio la base cimiento demográfico. trabajo las labores artesanales en metales, textiles siglos IX al XIII d.C., que al parecer contribuye a
socioeconómica y política para definir el carácter y otros con cánones artísticos definidos e inaltera- unificar a esta sociedad como parte de un discurso
de la administración en la civilización Lambaye- De otro lado, la tradición oral debió formar par- bles a lo largo de siglos, como es el caso de la va- que rige los destinos de este pueblo.
que, en razón a que la estabilidad económica y el te de un mecanismo que buscó consolidar el culto sija denominada “huaco rey”, y la botella de doble
fundamento ideológico principal en el área andina a los ancestros a través de la imagen de un líder pico divergente y asa puente (“tachos”), cuya forma La religiosidad, comercio, comunicación, control
históricamente ha estado vinculada al equilibrio es- carismático, mesiánico (Shimada 1985), conocido muestra un mensaje que alude a los personajes más administrativo y político debidamente articulados,
tratégico entre la relación agua, tierra y religiosidad como Dios Ñaymlap, personaje que arriba o retor- emblemáticos de esta civilización, y que se expresa definen en su conjunto a un aparato instituciona-
como soporte ideológico que justifica y legitima na a Lambayeque (Wester 2013), como hombre de artísticamente como una deidad que es represen- lizado, eficaz, eficiente muy bien constituido, ex-
el poder y autoridad de la clase gobernante. Por mucho valor y talento (Cabello de Balboa 1951) tada en los valles de Lambayeque. Los talleres no presado en un territorio, con una tradición común
lo tanto, el establecimiento de la “nueva” sociedad y que alcanza el estatus de deidad con su transfor- solo debieron ser considerados como centros de y con una doctrina que se difunde a través de una
en la época post-Mochica, pasó por un proceso mación en un ser sobrenatural con atributos orni- producción, sino como lugares donde se promovió liturgia construida con un panteón de imágenes re-
inevitable de reestructuración del control político tomorfos (hombre – ave), que le permite desde el la dinámica y masiva difusión de la esencia de la ligiosas como el Dios Ñaymlap, ola antropomorfa,
a través de la religión con la incorporación de un otro mundo interceder para garantizar la estabili- religiosidad, expresada en imágenes de deidades y símbolo escalonado, ola geométrica, cruz andina,
renovado y complejo panteón de divinidades que dad en el pueblo y que es perennizado en los di- símbolos que formaban parte del discurso religio- ave mítica o ave en picada, que muestran una uni-
son una respuesta politeísta (Narváez 2014)de su versos materiales que esta sociedad produjo, en las so. dad ideológica que aparentemente se centraría en
estructura religiosa y en la que aparecen con atuen- cuales la imagen de esta deidad con sus atributos y una deidad única pero que se expresa con diferentes
dos, gestos que están asociadas a escenarios como gestos es reiterada y ampliamente difundida, pero El patrón funerario de las tumbas de élite, cons- ornamentos, atributos, actitudes o gestos rituales y
la luna, el mar y la tierra y por otro lado el eco- sobre todo es objeto de permanentes actos ceremo- tituye un formato definido con sepulturas profun- que también se vincula a la incorporación de una
nómico a través del manejo eficiente y especiali- niales que buscan renovar el compromiso con esta das, en ejes que vinculan a los personajes con el deidad desconocida: la deidad femenina que revela
zado del agua y la tierra, así como la masificación deidad ancestral, que no constituye la única sino la este y oeste (Figura 9) para relacionarlos con con- la introducción del tema de género en la religiosi-
de los talleres y áreas de producción. Pero sobre de mayor representación en el territorio. ceptos de dualidad o bipartición y cuatripartición; dad y ancestralidad de la cultura Lambayeque, con
todo ejerciendo una mayor “inversión pública” en las imágenes grabadas e impresas en los objetos y una perspectiva dual.
la construcción de infraestructura de riego (cana- el ajuar funerario contienen íconos recurrentes. Así
les y campos de cultivo) o la ampliación de la ya mismo, las ofrendas de grandes conjuntos de con-

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Fig. 5
Vista parcial del
Santuario Histórico
de Pomac.

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Fig. 6
Complejo Monumen-
tal de Túcume con
el cerro Purgatorio.

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Fig. 7
Huaca Chotuna.

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Fig. 8
Complejo arqueoló-
gico de Luya.

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Fig. 9
Tumba Este y Oeste
de huaca El Loro
Pomac.

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En consecuencia la sociedad Lambayeque, logra nerario de tumbas de cámara con acompañantes y jerarquía, etc. Estas razones constituyen indicado-
hacia mediados del siglo X d. C., la unidad del ofrendas, cuyo ritual se realizó tras una ceremonia res para proponer que el entorno inmediato a las
conjunto de entidades políticas o parcialidades, trascendental que tuvo como escenario de fondo el zonas arquitectónicas de aspecto monumental y de
que la conforman, grupos de familias que se estruc- entorno arquitectónico monumental y paisajístico apariencia religiosa no eran considerados cualquier
turan en élites emplazadas en los valles que com- de San José de Moro y de las que se han documen- espacio, por el contrario son escenarios de poder
parten una tradición que tiene indudablemente tado varios contextos, que suponen una sostenida y/o espacios sagrados, donde se desarrollan y con-
sus antepasados en la sociedad Mochica, pero que presencia de mujeres en el poder. memoran las más importantes actividades rituales
muestra una personalidad e identidad propia, que y donde además habitan los ancestros por lo tanto
se difundió probablemente a través del relato del Las cámaras funerarias excavadas en Pomac (Shi- las construcciones que se realizaban en el entorno
arribo de Ñaymlap y su linaje. Debemos agregar mada 1995 y 2014b), muestran edificios en cuyas de las mismas tienen la condición de establecer la
los contactos al sur desarrollados por la civilización proximidades se enterraron estos personajes y que jerarquía del espacio, y reiterar el mensaje del po-
Lambayeque con presencia arqueológicamente los convierten en espacios sagrados de uso estric- der y autoridad de los funcionarios y/o sacerdotes
muy bien documentada como es el caso del Com- tamente ritual y funerario. Al respecto Izumi Shi- que tienen acceso a estos espacios y finalmente la
plejo, El Brujo (Franco 2003) Pachacamac (Shima- mada (1995), sostiene que las tumbas llamadas necesidad de mantener un equilibrio entre la arqui-
da 2014), Pacatnamú (Mackey 2009) y San José este y oeste ubicadas en las proximidades de Huaca tectura monumental, el área de culto a los ances-
de Moro (Castillo 2000 y 2003), en este último Loro, formarían parte de un conjunto de cámaras tros y los espacios donde los personajes desarrollan
caso esta tradición cultural habría empezado a ges- funerarias de personajes de la cultura Lambayeque, actividades inherentes a su rol político y religioso,
tarse desde aquel periodo que se ha bautizado con que habrían sido sepultados en el perímetro del como lo hemos documentado en Chornancap.
el nombre de periodo Transicional (Castillo 2003) edificio principal en cuyo centro “aparentemente”
y que explica con evidencias concretas el proceso reposaría la tumba del personaje del más alto es- Por otro lado, y más allá de los límites cronoló-
de cambios y continuidad que se desarrollan en el tatus jerárquico, por esta razón la idea del espacio gicos, en la región Lambayeque se mantiene cierta
tránsito del Moche a Lambayeque. del ancestro mítico o del antepasado en cada una tradición arquitectónica que emerge como reflejo
de las huacas constituye una propuesta de singular del concepto monumental. Este es coherentemente
De otro lado, hay que señalar que la arquitectu- significado (Elera 2008), pero que debe ser arqueo- desarrollado desde épocas tempranas, por la socie-
ra monumental prehispánica en la costa norte del lógicamente comprobada. dad Moche y mantenido por la élite Lambayeque.
Perú, durante el primer milenio después de Cristo, Es decir, por más de 1200 años la construcción
estaba expresada básicamente por construcciones Por otro lado, al excavar un importante templo monumental y arquitectura religiosa se configura
masivas de adobe, que de acuerdo a la época, varía de la cultura Lambayeque Walter Alva (1984), do- como parte de un discurso que muestra jerarquía,
en forma y tamaño. Generalmente asumimos que cumentó una fachada donde aparece una sucesión poder y ritualismo, tres conceptos articulados entre
los edificios por su magnitud, emplazamiento, con- de personajes importantes de la dinastía Lamba- sí, esta reflexión nos permite remarcar que en el
figuración arquitectónica y acabados tienen una je- yeque que decoran con soberbia policromía la su- entorno de las huacas y el funcionamiento de las
rarquía que revela evidentemente la función que perficie principal del templo que ha sido bautizado mismas, la arquitectura complementaria no escapó
debieron desempeñar en su época. Sin embargo, como mural de Ucupe. Recientes excavaciones en ni fue ajena al prestigio de la autoridad local, al
la arqueología en los últimos tiempos, ha demos- el mismo lugar (Alva y Alva Meneses 2011), han poder del gobernante sacerdote o sacerdotisa y a las
trado que los cambios en la función no siempre permitido poner en evidencia la complejidad esce- actividades que estos realizaban.
se pueden definir por la magnitud de la construc- nográfica y polícroma de los personajes represen-
ción. Así tenemos el caso de la pequeña plataforma tados, cuyo vigoroso color y acciones podría esta-
en Huaca Rajada Sipán, una construcción no tan blecer un discurso de corte litúrgico y festivo de la
monumental, pero sin embargo fue en su tiempo religiosidad Lambayeque, asociada probablemente
el Mausoleo Real, donde en las últimas tres déca- al tema del mítico Ñaymlap o de su descendencia
das han sido documentados científicamente con- (Figura 10), así mismo permiten definir un claro
textos funerarios de la élite Mochica (Alva 1994 y posicionamiento de los Lambayeque en el valle de
1999), que muestran la compleja jerarquía de ésta Zaña que se materializa en monumentos como:
sociedad, cuyos personajes principales fueron se- Ucupe, Teodora, Miguelito, Cerro Corbacho, Ce- Fig. 10
pultados en cámaras funerarias que contienen no rro Guitarra, La Otra Banda, Mata Indio, Cerro Fachada principal
solo la presencia material de los Mochicas, sino Culpón, entre otros. de los murales de
fundamentalmente la expresión del ritual del en- Ucupe.
tierro (Alva 1994). Igual configuración presentan Cuando examinamos la arquitectura monumen-
las tumbas documentadas en la década del 90 en tal ceremonial de la costa norte, encontramos que
San José de Moro (Donnan y Castillo 1994), que ésta destaca por varios elementos, por ejemplo el
corresponden a cámaras funerarias de la Sacerdo- volumen del área construida, la altura, áreas con las
tisa Mochica vinculada con el Personaje “C” del que se integra (plazas, patios, recintos, corredores,
tema de La Presentación (Donnan 1975), la misma accesos, etc.), pero principalmente los elementos
que presenta similares características y el patrón fu- decorativos que expresan simbolismo, religiosidad,

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CAPÍTULO II
CHOTUNA - CHORNANCAP

2.1. Localización. En los reconocimientos realizados entre 2006

E
a 2009, se constató en la periferia la presencia de
l complejo arqueológico Chotuna – Chor- más de un centenar de montículos correspondien-
nancap, situado a 9 kilómetros al oeste de tes a áreas de viviendas, con actividad doméstica y
la ciudad de Lambayeque, y a 4.5 kilóme- evidencias de fragmentos de cerámica dispersa en
tros del litoral del Pacífico en el ámbito del superficie. El área monumental está compuesta por
Distrito de San José; se ubica en el Distri- grandes edificios como: Huaca Chotuna, Huaca
to, Provincia y Región Lambayeque, limita por el de los Frisos, Huaca Susy, Huaca de los Sacrificios,
norte con la Comunidad Campesina de Mórrope Huaca de la Ola Antropomorfa y Huaca Chor-
(Distrito Mórrope); por el sur con la Comunidad nancap4. Su entorno está definido por campos de
Campesina de San José (Distrito San José); por el cultivo, dedicados al sembrío de arroz, algodón;
este con el distrito de Lambayeque y por el oeste sin embargo, entre estos terrenos, se aprecian pe-
con campos de cultivo y el Océano Pacífico (Distri- queños montículos arqueológicos, observándose la 4
Christopher Donnan
tos de San José y Mórrope) (Figura 11). Se empla- ubicación de algunas viviendas en los límites del (1989), usa la deno-
za sobre formaciones de meandros arenosos, en un área intangible, sobre todo por los lados norte, sur minación Huaca Cho-
tuna, Huaca Gloria
área de 95 hectáreas para Chotuna y 17 hectáreas este y oeste de Huaca Chotuna. La prospección ar- (hoy de los Frisos),
para Chornancap. La superficie está formada por queológica permitió documentar montículos con Huaca Susy (en me-
la presencia de dunas estables, algunas de las cua- claras evidencias de ocupación que datan desde moria a Susana Me-
les sepultan parcialmente importantes estructuras la época Virú (Gallinazo) Moche Medio, Moche neses), Huaca Norte
arquitectónicas; otras posiblemente han cubierto Tardío (cerámica de linea fina), materiales corres- (hoy de los Sacri-
ficios), Huaca de la
totalmente edificaciones o rasgos arquitectónicos pondientes al periodo Transicional, Lambayeque, Ola Antropomorfa
menores. Lambayeque-Chimu, Chimu-Inka, Inca y Colo- (No la registro) y
nial (Wester 2016). Huaca Chornancap.

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2.2. Huaca Chotuna. parte superior debieron estar finamente pintados y
decorados como consecuencia del elevado carácter
La principal construcción, está definida por una sagrado y solemne de estos escenarios. Esta área fue
imponente estructura monumental, de forma fechada con los siguientes resultados: Bonn 1958
tronco piramidal de lados inclinados; edificada con (1360± 60 d.C.) y Bonn 1957 (1280 ± 50 d.C.)
adobe plano convexo, asentados con argamasa de (Donnan 1989 y 2012).
barro. Hacia el frente oeste de la pirámide se inicia
el recorrido de una larga e imponente rampa de Hacia el oeste, cerca a la rampa, se aprecian los
acceso indirecto que recorre los lados oeste, norte restos arquitectónicos de lo que fue un gran recin-
PIURA CUENCA MOTUPE - LA LECHE y este del cuerpo del edificio hasta llegar a la parte to rectangular con acceso al norte, donde se han
superior de la misma. La altura de esta pirámide es registrado evidencias que indican que se trataría de
de aproximadamente 40 metros y 80 metros en la un espacio dedicado a desarrollar diversas activida-
base (Figura 12). En la cima se aprecian dos recin- des artesanales (Figura 13 a y b) y de especializa-
TÚCUME tos cuadrangulares al norte y sur respectivamente ción, posiblemente talleres, estos fueron fechados
C. PURGATORIO PÓMAC que se articulan a través de un corredor en eje este con análisis de Carbono C14, con resultados de
MORROPE
– oeste, que conduce a una rampa en el mismo eje la siguiente forma: cuarto 10 UCR1477(1225 ±
y que genera el acceso a una plataforma alargada 55 d.C.) ; cuarto 3 UCR 1478 (1280 ± 20 d.C.)
MOCHUMÍ
ubicada en el frente oeste, dando la impresión de y cuarto 28 UCR 1479(1275 ± 20 d.C.), (Don-
PITIPO tratarse del altar principal. nan 1989 y 2012). Hacia el lado, sur y sureste del
monumento se ubican grandes espacios amuralla-
De los trabajos de limpieza para conservación dos de forma rectangular, construidos con adobes
en el año 2017, registramos en la parte superior de regular tamaño, que delimitan un espacio que
del edificio, fragmentos de enlucido con pintura constituyó la gran plaza principal para actividades Fig. 12
mural policroma con colores: rojo, blanco, negro rituales y administrativas, que permitieron masivas Vista de Huaca
FERREÑAFE y amarillo. Lo que significa que los recintos en la concentraciones de personas. Chotuna.
PUEBLO NUEVO MESONES MURO

LAMBAYEQUE

O
TA

CAPOTE PICSI
YM
I

CHOTUNA PÁTAPO
CHORNANCAP TUMÁN

JOSÉ L. ORTIZ
SAN JOSÉ POMALCA RÍO LAMBAYEQUE
CHICLAYO
PUCALÁ
LA VICTORIA EQUE
RÍO R
SIPAN
SALTUR

PIMENTEL

REQUE

SANTA ROSA MONSEFÚ

CUENCA ZAÑA
OCÉANO ETEN

PACÍFICO PUERTO ETEN


TRUJILLO Fig. 11
Plano de ubicación
del complejo Chotu-
na Chornancap.

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Fig. 13a y b
Cuadrángulo de los
artesanos en Huaca
Chotuna.

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Hacia al frente norte del cuerpo de la pirámide ocupación en el que la arquitectura monumental
se aprecia una estructura perpendicular alargada, constituyó la señal del estatus sagrado de este te-
donde se documentó evidencias de almacenes y de- rritorio y la materialización del poder de quienes
pósitos “exclusivos” finamente acabados que tenían protagonizan en estos escenarios.
techo inclinado hacia la parte exterior y articulados
a un espacio ritual que certifican las actividades ad- Las excavaciones en la temporada del año 2017,
ministrativas y ceremoniales en esta zona, esta área permitieron documentar en la esquina sur-oeste de
presenta una función que se expresa arquitectóni- huaca Chotuna, una suseción de pisos muy bien
camente en forma dual, hacia la parte superior(nor- elaborados, que permiten probar que el edificio
te) se registra un área con espacios para actividades atravesó por lo menos por tres fases constructivas y
rituales-privadas y hacia el extremo opuesto(sur) que la apariencia que hoy vemos, solo correspon-
el área de depósitos (Figura 14). Hacia el norte re- de a la última de las fases y que las dos anterio-
gistramos un conjunto arquitectónico compuesto res se hallan sepultadas en el interior del edificio;
por habitaciones con aposentos y áreas domésticas, pero revelan el crecimiento horizontal y vertical de
donde debieron pernoctar los artesanos que están este monumento. Esta secuencia de tres fases, fue
al servicio de la elite gobernante (Figura15). En las cooroborada también en la rampa principal, du-
proximidades noreste y noroeste formando parte rante las labores de limpieza para su protección. Fig. 14
de este complejo, se observan también otros edifi- Los fragmentos de cerámica diagnóstica asociados
Frente norte de
cios de menor volumen que la pirámide principal, a esta sucesión de fases, revela la presencia de esti- Huaca Chotuna, con
conocidas con los nombres de Huaca de los Frisos, los Lambayeque y Cajamarca costeño para las dos exclusiva área de
Huaca Susy, Huaca de los Sacrificios y Huaca de la fases más antiguas, mientras que para la fase final se depósitos y escena-
Ola Antropomorfa (Figuras 16 a, b, c y d), en cada registran materiales Chimú y Chimú-Inca. rio ritual.
una de ellas se ha podido documentar una inten-
sa actividad de cambios y remodelaciones (Wester
2010 y 2014), que debieron obedecer a las exigen-
cias de los rituales y políticas de la época, pero que
revelan que este complejo tuvo un largo lapso de

Fig. 15
Vista parcial de
residencia para los
artesanos.

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Fig. 16a
Huaca de los frisos.

Fig. 16b
Huaca Susy.

Fig. 16c
Huaca de los Sacri-
ficios.

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Fig. 16d Fig. 17
Huaca de la ola Vista aérea de Hua-
antropomorfa. ca Chornancap.

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2.3. Huaca Chornancap. Producto del acarreo eólico, la arena ha cubierto 2.4. Escenarios Sagrados: El Trono. giado. Hacia los lados del trono, se aprecian dos
una importante área con arquitectura, algunas visi- vanos que se conectan con un corredor externo de
Ubicada a 1,5 kilómetros al oeste de Huaca Cho- bles en superficie que fueran parcialmente excava- Christopher Donnan documentó en el año 1982 la plaza, uno al este y otro al oeste, que conducen al
tuna y a 3 kilómetros del litoral del Pacífico. Se das en la década de 1980. Se cuenta con un fecha- el denominado patio con murales polícromos, ubi- acceso principal ubicado al norte. Estos corredores,
trata de una plataforma superpuesta de planta rec- do Carbono C14 proveniente del ángulo noroeste cado en el frente noreste del edificio principal de constituyen el acceso exclusivo y restringido al área
tangular en eje norte – sur y rampa orientada hacia del edificio principal, cuyos resultados son: UCR Chornancap, por esta razón en la temporada del del trono.
el este que da la idea de una estructura con planta 1476 (1100 ± 70 d.C.), (Donnan 1989 y 2012). año 2009, iniciamos las excavaciones arqueológicas
en forma de “T”, determinada por una rampa cen- Las excavaciones, reportaron las construcciones en este espacio con la reapertura de los murales po- Junto al acceso principal se aprecian a cada lado
tral que articula tres plataformas superpuestas. A finales, correspondientes a sucesivas fases de ocu- licromos, porque teníamos la sospecha de que esta (este y oeste), dos pequeñas estructuras bajo la for-
partir del frontis principal al este, se aprecia con pación y remodelaciones, sobre todo un patio con extraordinaria evidencia debería articularse a una ma de altares y/o pedestales (Figuras 22 y 23), con-
mayor detalle los diferentes niveles, el primero de elaboradas pinturas polícromas, realizadas sobre la arquitectura de mayor complejidad, que ayudaría formados por dos pequeñas plataformas superpues-
ellos a la altura de la superficie actual, el segun- pared superior a manera de “cenefas”, que reflejan a entender la razón de las escenas del mural polí- tas, con diminuta rampa lateral, que se articulan a
do a una altura de 10 metros y el superior de 15 una bien desarrollada tradición artística y colorísti- cromo y su relación con el contexto paisajístico, una pared baja cuya planta define la forma de una
metros, aproximadamente. Hacia el lado norte de ca con imágenes y composiciones que muestran un arquitectónico y ceremonial de la cultura Lamba- media Chakana o Cruz Andina con círculo central
Chornancap, existe un corredor definido por el ritual de desfile de personajes ricamente ataviados yeque; permitiendo comprender la actividad ritual delantero, este elemento constituye un rasgo sin-
paramento en talud de la huaca y una pared sur con porras y coronas semilunares y seres con rasgos de este territorio. gular, que hace que el recinto del trono, adquiera
que delimita el área del llamado trono y patio de sobrenaturales que portan cabezas de hombres dra- una connotación de alto contenido religioso, por el
las pinturas policromas emplazada a 6.50 metros al máticamente decapitadas (Figura 18). Hacia el sur profundo simbolismo que la arquitectura represen-
norte de Chornancap, que determinan un corredor de Chornancap se aprecia un cauce aluvial que ha 2.4.1. El Trono: Fase Final. ta, este elemento da la idea de un espacio diferen-
de eje este-oeste de 7 metros de profundidad, con cortado la conexión con el área circundante, obser- ciado en dos mitades como un escenario bipartito
respecto a la superficie actual (Figura 17). vándose un pequeño montículo de arena. La excavación fue programada en un área de 20 o dual; estos revelan un claro mensaje de oposición
por 20 metros al oeste del patio de los murales po- y complementariedad (Figuras 24a y 24b), que se
lícromos y permitió identificar y documentar un hallan representadas por la imagen de la Chakana
área de singular y excepcional calidad arquitectóni- que tiene una larga historia en América Andina y
ca y simbólica, que tiene un extraordinario poder que articula espacios sagrados, territorios y ejes ri-
narrativo que permite comprender la naturaleza tuales (Figura. 25).
constructiva, su función y condición jerárquica
(Figura 19). Hacia el lado sureste del trono, se emplaza una
estructura rectangular como un pequeño recinto
Esta área muestra al centro un pequeño patio que por su significado y proximidad que tiene al
de planta rectangular trapezoidal, de 10 metros patio del trono, lo denominamos recinto de culto
de largo por 8 metros de ancho, emplazado en eje ó “sacristía”. Este presenta dos ambientes internos
norte-sur, con acceso al norte a través de un vano conectados por un vano, el acceso al recinto de cul-
central de 1.20 metros que permite acceder a tra- to se ubica al norte a través de un sistema de gradas
vés de una pequeña rampa la misma que conduce de tres pasos, hacia la izquierda del ingreso en la
hacia una plataforma baja con dos banquetas la- pared este se ubica un pequeño altar o reclinatorio
terales emplazadas al este y oeste respectivamente. invertido (Figuras 26 y 27), en cuya pared principal
Delante de las banquetas existen a nivel del piso muestra una estructura rectangular vertical, que al
pequeños depósitos o cubículos cuadrangulares de interior presenta fragmentos de un relieve cuya re-
baja altura enlucidos en barro y distribuidos simé- presentación sospechamos se trata de un felino en
tricamente en un número de 17 a cada lado. Hacia posición vertical cabeza hacia abajo; en la cola y pa-
el frente principal de esta plataforma, existe un al- tas posteriores se aprecian círculos como elemento
tar a manera de una banqueta longitudinal en eje decorativo (Figuras 28 y 29), actualmente sólo se
este-oeste, en cuyo centro se aprecia una singular conserva la parte de la cola y extremidades infe- 5
Susan E. Ramírez
estructura de barro finamente enlucida que presen- riores, consideramos que este diseño podría repre- (2008: 234) sostiene
ta la forma de “L” dando la impresión de un asien- sentar la imagen del felino lunar o felino mítico, que…“Los Señores
cuando se sentaban
to o trono5, con su respectivo respaldar adosado a importante icono presente en el arte Lambayeque, en su Duo o Tiana
la pared sur del patio (Figuras 20 y 21). que está representado también en vasijas Moche de al momento de
Fig. 18 línea fina, y aparece en cerámica Recuay (Mackey asumir el poder eran
El altar del trono muestra hacia la parte delan- y Vogel 2003). considerados como
Vista parcial de tera un pequeño cubículo y a los lados aparecen 4 sagrados”. En esta
murales policromos cita hace alusión a
de Chornancap, hoyos originalmente utilizados para los postes de las denominaciones
identificados por C. lados planos que debieron soportar el techo, cons- que tenía el TRONO
Donnan. truido exclusivamente para este escenario privile- y su significado.

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Fig. 19
Patio con trono en
Chornancap.

Fig. 21
Fig. 20
Planta de trono en
Detalle de trono en Chornancap, fase
Chornancap. final.

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Fig. 22
Pedestal este, ubi-
cado en el interior
de patio del trono.

Fig. 24a y b
Dibujos de pedesta-
les este y oeste.

Fig. 25
Imagen de Chaka-
na representada
parcialmente en los
pedestales este y
oeste del patio del
Fig. 23 trono.

Pedestal oeste, ubi-


cado en el interior
de patio del trono.

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Fig. 26
Acceso al área
llamada recinto de
culto, obsérvese
altar.

Este elemento constituye el icono más represen- se aprecian tres columnas de algarrobo enlucidas Fig. 29
tativo del escenario del trono por hallarse también en forma circular, y pintadas de color rojo, éstas Detalle de friso en
en los murales policromos de Chornancap, en el indudablemente debieron soportar el techo de este recinto de culto.
cual aparece un ser felino echado sobre una plata- espacio.
forma rectangular baja, este constituye el personaje
sobrenatural hacia donde se dirigen todos los seres Hacia el exterior de este recinto, al norte se apre-
que participan del desfile de personajes que por- cia una pequeña plataforma de barro baja en forma
tan armas y que llevan cabezas decapitadas; estos se cuadrangular, con improntas circulares, una gran-
aprecian en el segmento del mural en sentido norte de y la otra más pequeña (Figura 31), que debieron
Fig. 27 a sur (Figura 30). formarse como producto de la instalación de dos
vasijas de cerámica. En esta plataforma se desa-
Altar invertido con
relieve.
El recinto de culto que llamamos “sacristia” está rrollaron probablemente actividades vinculadas a
dividido en dos espacios, el primero inmediato al la recepción de bebidas y alimentos que debieron
acceso que incluye el altar con el relieve del felino, ingerirse en momentos previos a la presencia de la
Fig. 28 presenta dos asientos con respaldar que sirvieron autoridad celebrante; aunque hay que resaltar que
Imagen en 3D de para recibir solo a dos individuos a la vez; el otro en esta plataforma fue hallado una tobera que pro-
altar con friso en espacio, hacia el fondo del recinto atravesando un bablemente este siendo usada para el acabado de
recinto de culto en vano, donde se aprecia un área más reducida deter- algún objeto de metal, en razón a las evidencias de
Chornancap. minada por una “mesa de barro”, en cuya pared sur quema.

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2.4.2. El Trono: Fase Intermedia. En la fase temprana identificada por el color
amarillo, sospechamos que debió existir también
Sospechamos, que por el desnivel con respecto a un altar con un trono techado, evidentemente que
la superficie del patio de las pinturas polícromas, esta constituye una proyección hipotética, siguien-
que el área del trono habría pasado por algunas fa- do el patrón definido en la fase intermedia y fase
ses previas, pero, manteniendo la misma función. final; asimismo el recinto de culto no aparece en
Por esta razón, excavamos al centro del patio del esta fase que es más profunda (Figuras 34 y 35).
trono cerca a las banquetas, logrando identificar
una pequeña rampa delante del trono que define En el extremo sur del patio de los murales, las
una fase anterior, en la que la configuración del pa- excavaciones realizadas por Christopher Donnan,
tio mantiene su forma, pero desaparecen las ban- revelaron una fase antigua previa a la de los mura-
quetas laterales y los pequeños cubículos, quedan- les policromos, conformada por un muro orienta-
do solo el que se ubica frente al trono, así como do de este a oeste. Este muro mide 4.90 metros de
los pedestales ubicados junto al acceso principal largo por 0.45 metros de ancho, cuyo paramento
(Figura 32). norte, se caracteriza por presentar decoración de
relieves en forma de grandes círculos (en alto re-
La conexión del trono con el recinto de culto (en lieve), encerrados dentro de un marco de forma
esta fase) era interna, y se proyecta al este por un cuadrangular, que mide 70 centímetros de ancho
acceso en la pared del recinto, que conecta el área por 78 centímetros de alto (Figura 36), los cuales
del altar y el trono con el espacio llamado recinto se encuentran parcialmente destruidos, por algún
de culto a través de un vano angosto y tres gradas fenómeno pluvial. Estos elementos se ubican en
que fue clausurado en la fase final (Figura 33). A la parte anterior al muro, donde se encuentran las
esta fase intermedia, al igual que la fase final se aso- pinturas polícromas, lo que significa que en la fase
cia el patio de las pinturas polícromas. antigua del trono con las paredes amarillas, tanto
al interior como exterior de estas, se articulaban
con un patio al este donde la cenefa decorativa la
2.4.3. El Trono: Fase Temprana. conformaban grandes círculos enmarcados, simi-
lares a los que documentáramos en la fase final de
Al profundizar la excavación en el lado oeste, de- la Huaca “ola antropomorfa” (ver Figura 16d en
bajo de la fase intermedia, identificamos una fase este volumen), ubicada al norte de Huaca Chotu-
temprana, que está asociada a paredes pintadas de na. Esta semejanza permite proponer que en este
color amarillo intenso, que delimitan un espacio territorio existen cánones y formas decorativas que
cuadrangular a mayor profundidad. El frente sur reiteran un mensaje permanente, el culto a la luna.
de esta fase, está determinado por una pared del- En la pared sur, siguiendo la línea de los relieves
gada, pintada de amarillo con dos vanos simétrica- circulares, se aprecian bandas paralelas horizonta-
mente dispuestos en los extremos, en la cabecera de les, como si representasen simbólicamente el Mar
este muro, se aprecia un elemento decorativo a ma- y los círculos a la Luna (Figura 37).
nera de cenefa geométrica, con diseños de “trián-
gulos escalonados” en forma de muro “almenado”
elaborados en color blanco y negro, dispuestos a lo Fig. 30
largo del muro sur y posiblemente a los lados este,
oeste y probablemente al norte. Estos elementos Personajes llevando
cabezas humanas
decorativos se asemejan a las evidencias arquitectó- decapitadas, en
nicas, registradas en la década del 80 por Christo- mural policromo de
pher Donnan, en el extremo noreste del sector 2, a Chornancap.
unos 100 metros de distancia del recinto principal
del trono, en el área llamada sector “K” (Donnan
2012). Este triángulo escalonado, corresponde a Fig. 31
una figura geométrica que presenta el escalonado
al lado derecho y recto al lado izquierdo. Plataforma baja
ubicada al exterior
norte del recinto de
culto en el patio del
trono de Chornan-
cap.

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Fig. 32 Fig. 33
Dibujo de planta de Animación en 3D de
fase intermedia de fase intermedia de
patio de trono en patio de trono en
Chornancap. Chornancap.

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Fig. 34
Detalle de pared de
fase temprana en
patio del trono en
Chornancap

Fig. 36
Frisos circulares
Fig. 35 correspondientes a
la fase temprana el
Animación 3D de patio del trono en
fase temprana. Chornancap.

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Fig. 37
Imagen en 3D de la
fase temprana de
patio del trono en
Chornancap, con
fachada de frisos
circulares.

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2.5. Las Pinturas en Chornancap.
Los murales polícromos fueron pintados en la
parte superior de un patio cuadrangular abierto in-
tencionalmente al este, con dimensiones de 21 me-
tros norte-sur y 20 metros este-oeste. En la parte
central del paramento este del muro principal hay
una hendidura vertical o vano clausurado que divi-
de la pared en dos segmentos, que genera también
el cambio de la escenografía polícroma represen-
tada (Figura 38). Debajo de la cenefa polícroma,
a una altura de 2.70 metros se ubica el piso del
patio de los murales, toda la pared oeste se halla
enlucida por una capa blanca y este revoque cubre
algunos segmentos que aparentemente estuvieron
pintados de color negro, indicando que bajo esta Fig. 38
capa blanca, existió una superficie pintada proba- Escena de pinturas
blemente con diseños que hoy se hallan cubiertos policromas en Chor-
nancap.
por el enlucido blanco (Figura 39).

El paramento norte del muro perimetral sur del


patio de los murales, mantiene en un segmento la Fig. 39
continuidad de las escenas polícromas, interrum-
Animación 3D de
piéndose dramáticamente como producto de la patio de pinturas
destrucción originada por algún fenómeno aluvial policromas en Chor-
A diferencia de la pared oeste, ésta no presenta la nancap.
capa de enlucido blanco, tal parece que el enlucido
blanco solo es usado en el paramento este del muro
principal, dando la idea que dicha representación
estaría relacionada con el mar y la luna.

En líneas generales, las imágenes plasmadas en identificar claramente personajes y elementos que
los diseños del mural, muestran un sorprendente mantienen un sentido o dirección que le da movi-
colorido, producto de la armoniosa combinación miento a la acción, es decir los personajes están de
de colores como rojo, amarillo, verde oscuro, ver- perfil en sentido de norte a sur, interrumpiéndose
de claro, negro y blanco que provienen de origen de forma alterna por un personaje de alto estatus
mineral (Donnan 1989 y 2012). Para elaborar los que mira al frente; éste a diferencia de los demás
murales no es claro si es que los artistas hicieron un aparece recurrentemente y está ornamentado con
boceto previo en la pared antes de pintar el mu- corona semilunar, orejeras, pectoral, bastones en
ral; no hay evidencia de líneas incisas o trazos que las manos y un cinturón que cae a ambos lados
podrían indicar este tipo de trabajo preliminar. Es de su cintura en forma trapezoidal. Los persona-
posible que usaron carbón, y por ello que no han jes que complementan la escena, parecen tratarse
quedado las líneas del boceto (Donnan 1989). To- de guerreros con armas, que asisten a un desfile de
dos los murales parecen haber sido pintados de la prisioneros llevados con sogas amarrados al cuello,
misma manera, con los mismos pigmentos aplica- y en algunos casos cabezas decapitadas llevadas en
dos, siguiendo la misma secuencia. Asimismo, el la mano como trofeo. El punto de convergencia de
estilo es consistente en todos ellos, sugiriendo que estos desfiles, resulta ser una plataforma baja alar-
el trazo se hizo para formar una unidad. Sin em- gada donde se halla reposando una deidad sobre-
bargo, hay una clara distinción entre los objetos, natural de apariencia felínica, la cual sospechamos
personajes, seres sobrenaturales y acciones pintadas podría tratarse de la versión Lambayeque del felino
en la pared sur y los que están en la pared oeste. lunar o felino mítico (Figura 40 a), semejante al
que aparece en los relieves de huaca Las Balsas, Fase
A pesar de que las escenas, por razones de con- 3 denominada La Escena Compleja del Rito y los
servación, no se encuentran completas, se puede Sacrificios (Narváez 2011: 97)(Figura 40 c).

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Durante las excavaciones del 2013 al sur de
Chornancap cerca a la tumba de la sacerdotisa, se
documento una estructura de barro a manera de
una plataforma baja rectangular con las mismas
características que la representada en el mural po-
lícromo (Figura 40 b). Es complejo efectuar por
ahora una descripción detallada y pormenorizada
de cada uno de los personajes y participantes de
esta escena (seres antropomorfos, ornitomorfos,
etc.); sin embargo, podemos certificar que se trata
de un importante ritual desarrollado en la zona, y
que tiene su momento culminante en el recinto de
los murales polícromos y el trono sagrado. No obs-
tante, hemos proyectado la reconstrucción aproxi-
mada de la escena (Figura 40 d), haciendo uso de
fotos proporcionadas por Christopher Donnan y
con otras imágenes de la iconografía Lambayeque.
Hay que remarcar que ambas expresan dos espa-
cios, uno al norte de personajes antropomorfos y
otro al sur de seres sobrenaturales, ornitomorfos y
zoomorfos. Julio Rucabado (2015), ha hecho una
propuesta similar a la la descrita en el grafico de las
figuras 40a,b,c y d, sin embargo en la misma, he-
mos incluido la plataforma baja de barro que fuera
documentada arqueológicamente en Chornancap
y que revela que la escena del mural tiene su corres-
pondiente en cada elemento representado. Fig. 40a
Cerámica Lamba-
De otro lado, de la evaluación del arte mural en yeque con deidad
felínica.
la costa norte, se puede precisar que existe una téc-
nica y tradición que se mantiene durante un largo
tiempo en la zona, donde el color rojo es usado
como fondo o color base, sobre el cuál se hacen los Fig. 40b
diseños polícromos. Prueba de ello son las seme- Plataforma rectan-
janzas estilísticas con los murales de Úcupe (Alva y gular de barro halla-
Meneses, 1984), el mural de Huaca Loro (Florián, da en residencia de
1951) y (Shimada 1995), mural de Huaca Blanca élite de Chornancap,
en Pacora (Curo 2014), mural de Huaca Pintada junto a tumba de
sacerdotisa.
en Illimo (Narváez 2011) y el mural de la Ola An-
tropomorfa en Chotuna (Wester 2010).
Fig. 40c
Friso con deidad
felínica Lambayeque
en Huaca las Balsas
de Túcume.

Fig. 40d
Reconstrucción
de escena de los
murales polícromos
en Chornancap, indi-
cando identidad del
personaje echado en
plataforma baja.

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2.6. La Residencia de Élite. El montículo se ubica a 93 metros al sur de Chor- cas y hallazgos. Al limpiar los escasos pozos de hua-
nancap y se trata de una elevación irregular con al- queo, se pudo detectar en uno de ellos, la presencia
Las excavaciones al norte de Chornancap, tu- tura promedio de 8 metros, sus dimensiones son de de restos materiales disturbados, consistentes en
vieron como resultado el hallazgo del patio con el 100 metros de largo de norte a sur por 80 metros fragmentos de cerámica, piruros de cerámica lla-
Trono, el recinto de culto y todo el conjunto arqui- de ancho de este a oeste, y un área de aproximada- mados también torteros, que se usan para hilado,
tectónico que articulado a las pinturas polícromas mente una hectárea. La superficie del montículo tiza de huaca, cuentas de nácar que formaron parte
generan indudablemente una lectura del escena- se encontraba cubierta por vegetación arbustiva y de collares, piruro de cobre, cuentas de Spondylus
rio que se traduce en el espacio donde aparecen árboles de algarrobo, estaba conformada por una y restos óseos que formaban originalmente parte
los personajes más representativos de la estructura gruesa y densa capa de arena que cubría toda el de un entierro disturbado, al cual denominamos
sociopolítica y religiosa de la cultura Lambayeque, área donde se apreciaban en superficie muy escasas Tumba 1 (Figura 42). Estos indicios constituyeron
que desempeñan sus funciones en Chornancap y excavaciones clandestinas, dando la impresión de las primeras señales de la ocupación que había en
que lo convierten en el escenario del poder en el un montículo intacto y de una duna estabilizada este montículo. El perfilamiento de esta excavación Fig. 44.
area que revela la jerarquía y estatus de los que con- por la vegetación (Figura 41). dejó expuesto en el perfil este una nueva evidencia,
curren a este espacio. Por ello, continuamos las ex- se trató de un enterramiento intacto correspondien- Inicio de excava-
cavaciones hacia el lado sur de Chornancap en un ciones al sur de
Al iniciarse la intervención en este montículo, se te a un niño que llamamos Tumba 2. Al excavar el Chornancap.
montículo que previamente habíamos identificado trazó una trinchera central exploratoria de 30 me- Fig. 41 contexto se pudo evidenciar que correspondía a un
en las labores de Prospección Arqueológica (Wester tros de largo de norte a sur, por 2 metros de ancho, Montículo al sur de infante de aproximadamente 8 a 10 años con una
2010). cuya finalidad fue registrar evidencias arquitectóni- Chornancap. ofrenda de cerámica correspondiente a una botella
asa estribo color negro de estilo Chimú – Inca, que
estaba depositado en posición extendido de cúbito
dorsal en eje sur hacia el norte, sobre el lecho de
una gruesa capa de arena fina (Figuras 43 y 44).

Con estas evidencias se realizó el levantamiento


topográfico detallado del montículo con curvas a
nivel cada 25 centímetros, y se formularon los ejes revestidas con barro y de lados planos, que original- Fig. 42
de cuadriculación en áreas de 10 x 10 metros, que mente soportaron el techo que por la disposición Material arqueo-
fueron progresiva y sistemáticamente excavadas, y de las columnas pensamos que fue a dos aguas; este lógico disturbado
que permitieron al retirar la densa capa de arena altar mayor o principal presenta hacia la parte nor- y perteneciente a
tumba 1, hallada al
evidenciar la presencia de un conjunto arquitec- te un patio pequeño de planta cuadrada con el cual sur de Chornancap.
tónico de adobe plano convexo debidamente ar- se conecta a través de una rampa central, a cuyos
ticulado, en regular estado de conservación. A éste lados se han adherido pequeñas banquetas; al cen-
conjunto, lo denominamos inicialmente como El tro del patio se aprecian dos muros divisorios y un
Palacio6, luego de analizar los componentes opta- pequeño pedestal o altarcillo en la esquina noreste
mos por denominarlo La residencia de élite (Figura del mismo patio que presenta las mismas caracte-
45). rísticas que los pedestales hallados en el patio del
trono, con la representación de la media Chacana.
Esta estructura singular, se trata de un comple-
jo conjunto construido de adobe que ocupa gran Hacia los lados este y oeste del altar principal se
parte del montículo, y que podríamos definirlo en aprecian estructuras con acceso restringido, que
dos grandes sectores: el sector ritual y residencial dependen del patio y del altar principal; por un
al norte y el sector doméstico al sur, ambos separa- lado, al oeste se ubican cuatro recintos contiguos
dos por un muro de 3 metros de ancho emplazado de planta rectangular que conforman un agrupa-
en eje este oeste, como si se tratase de un elevado miento de espacios a manera de depósitos; uno
muro perimetral que separa dos grandes espacios de ellos destaca por presentar junto al acceso, im-
con funciones diferentes, pero complementarias prontas de techos con caña y barro, seguramente
que generan la idea de que la huaca Chornancap en éstos se depositaron bienes de singular valor y
estuvo originalmente delimitada por un muro productos no comestibles. Al lado este, se eviden-
perimetral que define su área principal y nuclear cia una pequeña plataforma o altar secundario con
distinguiéndola de la periferia manteniendose el 6 columnas de algarrobo revestidas con barro y en
concepto dual. En el espacio norte del muro peri- forma circular, que permitió la instalación de un Según Pillsbury y
6

Toby 2004, resi-


metral, se ubica al centro un altar compuesto por techo a dos aguas, esta estructura o altar menor tie- dencia oficial de
una especie de banqueta elevada escalonada, con ne una pequeña rampa central, y se encuentra de- un soberano o
un muro posterior al sur y 8 columnas de algarrobo limitada por un muro con planta en “L” invertida. líder religioso.

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Por un corredor angosto que se incia en este altar tiéndolo en el emblema más connotado y represen-
menor y en eje norte se ubica el área de los aposen- tativo del antiguo Perú. Adicionalmente, debemos
tos, compuesta por dos recintos, uno de ellos con precisar que el eje de este recorrido simbólico es
una banqueta ancha a manera de cama. Así mismo, este-oeste, recordandonos la orientación de los ríos
el corredor conduce en forma restringida hacia el que nacen en las montañas y desembocan su cauce
acceso norte del patio principal. Al este del recinto en el mar, que se ubica al oeste. Evidentemente que
se han documentado tres espacios al parecer habi- este elemento dual que conecta y articula el paisaje
taciones grandes en las cuales no se aprecian ma- con los espacios rituales en la residencia de élite,
yores evidencias, y el piso se encuentra erosionado. permite caracterizar a este lugar como un escenario
sagrado de elevado contenido simbólico y de alta
Indiscutiblemente ésta área, dada sus característi- influencia sobre la personalidad, roles e identidad
cas y especial configuración, constituye un espacio religiosa de quien lo usa en las actividades ceremo-
ritual destinado a un personaje de élite. Entre am- niales (Figura 46).
bos altares, el principal y el secundario se evidencia
un componente arquitectónico inédito, que conec- De otro lado, al sur del muro delimitatorio
ta a ambos altares, el de las columnas circulares con o perimetral, las condiciones de la arquitectura
el de las columnas de lados planos. El elemento al cambian al definirse un área abierta con un muro
que hacemos referencia, es una composición ritual perpendicular al perimetral que forma una plan-
de carácter dual, definida por un trazo arquitectó- ta en “L”, con una banqueta delantera que genera
nico bajo la forma de un muro de adobe, que des- el acceso restringido e indirecto a un conjunto de
cribe una ola geométrica o greca, que se articula a seis recintos cuadrangulares, que se encuentran ar-
un símbolo escalonado, y que genera un recorrido ticulados como habitaciones paralelas con accesos
ritual, como si se tratase de un recorrido ceremo- Fig. 43
próximos, en los cuales la actividad principal pa-
nial o espacio de transformación, que debió gene- rece ser la vinculada al almacenaje de productos y Tumba 2 hallada al
rar el cambio simbólico del personaje que recorre bienes de consumo rápido como alimentos y bebi- sur de Chornancap.
y accede por este elemento, como paso previo e das. Probablemente el área, está asociada al recinto
inevitable a su presentación en el altar principal. donde pueden haberse desarrollado actividades de
Este elemento simbólico está compuesto por dos participación masiva como festines o concentracio-
partes, el que representa al mar ubicado al oeste nes de personas dedicadas a labores principalmente
(ola geométrica) y el que representa a la monta- de producción textil, que son mantenidas en estas
ña ubicado al este (símbolo escalonado). Toda esta áreas donde se les provee de alimentos e insumos
complejidad de recintos, altares, aposentos, patios, durante el desarrollo de sus funciones artesanales
en suma revelan una intensa actividad ceremonial (Figura 47). Esta área demuestra que los actos ri-
de concurrencia limitada y selecta, como si se tra- tuales y aquellos de carácter productivo estaban
tase de un edificio sacralizado que expresa un con- acompañadas de actividades festivas que demanda-
cepto dual común en toda el área andina7 (Bock ban el aprovisionamiento de alimentos y bebidas.
2003), que con el símbolo de la ola geométrica 7
Krzysztof Makowski
articulado al elemento escalonado encuentran su señala: “que en los
mayor expresión ritual y convierten a este espacio complejos de posible
en un área altamente religiosa de acceso restringi- función palaciega
do y complementaria a las funciones que debieron predominaba los
patios, altares,
desarrollarse en el lado norte de Chornancap que mausoleo y recintos
denominamos el Trono. amurallados, desti-
nados a congregar
El elemento geométrico identificado en la resi- multitudes en ri-
dencia de élite (ola y montaña), ha sido frecuen- tuales y ceremonias
diversas. Desde el
temente documentado en la simbología del área Horizonte Medio, las
Andina y forma parte de una composición dual hipotéticas resi-
más representativa que se conoce en la historia del dencias palaciegas
nuevo mundo, es interpretado como el símbolo del se convertían en el
agua y la tierra, el agua y la montaña, el elemento de lugar de sepultura
y del culto fune- Fig. 44
la fertilidad (Willey 1971, Bock y Zuidema 1991, rario de soberanos
Bock 1988 y 2003), una serie de explicaciones que luego de su deceso” Dibujo de individuo
le atribuyen un sentido mágico y religioso, convir- (Makowski 2014:192). de Tumba 2.

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Fig. 45
Vista general de re-
sidencia de elite al
sur de Chornancap.

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Fig. 46
Imagen en 3D de
residencia de elite
en Chornancap, lado
norte.

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Fig. 47
Imagen del lado sur
de residencia de eli-
te en Chornancap.

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2.7. Trono y Residencia: Escenarios del rasgos, costumbres y hábitos que se heredan de una
Palacio de Chornancap. generación a otra, sobre todo si estas formaron par-
te de un escenario geográfico y paisajístico común
Las excavaciones en Chornancap, han generado como la costa norte, y ademas constituyen elemen-
importantes resultados, que permiten entender el tos claves para el sostenimiento de la memoria de
significado del monumento arqueológico, las acti- estos pueblos. Al respecto, el Trono de Chornancap
vidades religiosas que se han desarrollado, así como sugiere, por un lado la oportunidad de explicar su Fig. 48
documentar escenarios y espacios que presentan configuración espacial y estructuración arquitectó-
Iconografía Mochi-
un inestimable poder narrativo, para reconstruir nica desde la óptica de la forma, el diseño y la cons- ca con escena de
la historia del sitio y su relación con el paisaje, trucción (técnicas y materiales). De otro lado, nos entrega y presenta-
los mecanismos políticos e ideológicos que se de- aproxima a explicaciones sobre uso y función. Más ción de Conus ante
sarrollaron y el tipo de producción material que allá del solo hecho de identificar el espacio para altar con personaje
se asocia a estos. La arquitectura con el patio del el personaje principal que se emplazó, nos interesa de alto estatus.
Trono al norte de Chornancap, nos ubicó en una conocer qué tipo de actividades ha presidido, tras-
dimensión excepcional, donde la existencia de los mitiendo autoridad política y ejerciendo la religio-
espacios arquitectónicos revelan actividades que se sidad, un tema que en el arte Mochica está referido Fig. 49
desarrollaron y permite a partir de estos elementos al ritual de entrega de ofrendas de concha Spond-
Recreación de patio
constructivos, decorativos y símbolos religiosos re- ylus y Conus, que son transportados en camélidos, con trono y perso-
presentados, aproximarnos a la presencia de la elite y traídos desde el norte para ser presentados ante el naje Lambayeque
en el monumento, y al carácter de cada uno de es- altar del señor como testimonio del culto al agua y recibiendo ofrendas
tos espacios en torno al edificio principal. el poder que este personaje tiene (Figuras 48 y 49). de Spondylus.
Así mismo, los grupos de recolectores de Spond-
El Trono de Chornancap fue en su momento, un ylus en la época Lambayeque proveían este precia-
espacio privilegiado y destinado al uso de una im- do recurso para ser usado en rituales y ceremonias
portante autoridad del más alto estatus jerárquico. como elemento de purificación, como ofrenda en
Físicamente la estructura está asociada al funcio- las sepulturas, como materia prima para la confec-
namiento del templo Chornancap, evidentemente ción de pectorales, pero sobre todo como símbolo
que la plataforma con el Trono, el recinto de culto mágico de la abundancia de agua. En el escenario
y los elementos decorativos, no solo se articulan del Trono de Chornancap tienen una singular re-
estructuralmente, sino que simbolizan un espacio lación de continuidad por como esta configurado
y/o conjunto religioso, que está determinado por la el espacio.
Huaca, como el área principal para el ancestro, el
Trono como el escenario para la máxima autoridad Formulamos esta asociación, porque durante la
política y religiosa, que ejerce, ostenta y transmite excavación en el área del patio del trono, se halló
el poder que representa. Con el aparecen asociados en el relleno sobre la arquitectura, un sorprendente
símbolos fundamentales, expresados en los pedes- objeto elaborado en palo de balsa, se trata de lo
tales o altares que tienen la forma de la mitad de que podría ser el cuerpo de una orejera circular de
la Chacana con círculo central; la que está al este 6 centímetros de diámetro con delicado repujado
representaría el elemento solar, la tierra, y lo mas- y calado en bajo relieve, que en uno de sus lados
culino; y la que está al oeste el elemento lunar, el planos muestra una extraordinaria escena donde
mar y lo femenino. Estas medias chacanas unidas, dos personajes opuestos sentados sobre una balsa
forman la imagen completa de la Cruz Andina, rectangular, sostienen con sogas a dos buzos que se
que articula los espacios, las dimensiones, los terri- hallan sumergidos en la profundidad del mar, reco-
torios, los ciclos estacionales, el tiempo; que tradu- lectando Spondylus para ser colocados en la balsa
cen un concepto ideológico principal en América (Figuras 50 y 51). Esta escena, es la clásica repre-
Andina, que llamamos dualidad y complementa- sentación de la conocida imagen de los recolectores
riedad. de Spondylus, comúnmente bautizados como bu-
zos, que revela la estrecha relación entre los grupos
De la revisión de diversos temas que aparecen Lambayeque y aquellos de la costa sur del Ecuador,
en el arte Moche (Donnan 1975; Hocquenghem quienes extraían este preciado producto, que era
1987), representados en botellas asa estribo de lí- trasladado a Lambayeque en cantidades “industria-
nea fina y otros materiales que simbolizan escenas les”, en lo que podemos calificar como la existen-
rituales, ceremonias y actividades que a nuestro cia de “compañías” que promovían la extracción,
juicio no solo son antecedentes, sino que debieron traslado y comercialización de estos productos de
mantener continuidad en la tradición Lambaye- prestigio y de naturaleza sagrada.
que, como producto de la evidente transmisión de

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Fig. 50
Objeto de madera
con representación Fig. 51
de recolectores de
Spondylus. Escena de buzos
representada en ob-
jeto de la figura 50.

Sabemos que el Spondylus es una concha espi- los roles que desempeña, quien se halló en el trono que se presentaran ante un espacio o manera de al- sobre este escenario sagrado, es que la autoridad
nosa de agua cálida considerada como un bien de de Chornancap (Figura 52). tar o trono donde reposa una deidad con atributos suprema de la cultura Lambayeque instalada en el
prestigio de alto valor religioso y simbólico (Ho- antropozoomorfo (hombre-felino), que guardaría Trono presidió rituales de culto al ancestro mitico
cquenghem 2009 y Narváez 2011), aprovechado Otro argumento, está referido a la clásica repre- similitud con la imagen del personaje C represen- que habita en la Huaca que es Chornancap a tra-
desde épocas tempranas, adquiere durante el pe- sentación en el arte Mochica, de una Sacerdotisa tado en la Fase 3 de Huaca Las Balsas en Túcume vés de un calendario ceremonial, que demandó un
riodo Lambayeque un elevado valor ceremonial con tocado bipolar y bufanda que remata en cabeza (Narváez 2011:97), véase la Figura 40c en este vo- entorno simbólico que le permite reiterar el poder
para los rituales de enterramiento, y usado tam- de serpientes y que entrega con la mano izquier- lumen. y estatus del personaje que lo ocupa, y la jerarquía
bién para ser derramado como polvo al paso de los da una copa conteniendo la sangre de un prisio- del escenario(Figura 54). Es muy probable que el
personajes más importantes. Recordemos que en nero sacrificado previamente y que es elevada ante En la arquitectura de la fase final del Trono, se patio con la cenefa donde se ubican las pinturas
el relato del arribo de Ñaymlap (Cabello de Bal- el personaje principal que se halla sentado en una define la estructura como tal, donde se emplazaba policromas, era el escenario donde se realizaba el
boa 1951[1586]), cuenta que uno de los servidores estructura que da la idea de tratarse de un Trono, la autoridad religiosa que a nuestro juicio presidio ritual de presentación de sacrificios humanos y en-
llamado Fongasigde, era el encargado de derramar quien recibe esta ofrenda como testimonio de la y controló un conjunto de rituales que se sucedie- trega de cabezas de los sacrificados que son lleva-
concha molida al paso del señor, lo que significa el reafirmación del poder y autoridad, no solo por su ron en un tiempo, mientras que en la parte infe- dos en un desfile hacia el Trono; formulamos esta
enorme valor que tenían estos moluscos, que eran investidura, si no por el escenario que ocupa y que rior, donde aparecen las banquetas y los pedestales interpretación, por que adicionalmente se registró
usados para purificar el área por donde pasaba la le concede el privilegio de decidir sobre la vida y con la representación de la media Chacana con al oeste del Trono de Chornancap, un conjunto de
máxima autoridad. El objeto de madera hallado en la muerte (Figura 53 y 53a). Recordemos que en círculo central, es donde se reitera simbólicamen- osamentas humanas de sacrificados que presentan
Chornancap con la representación de los recolecto- el patio de los murales polícromos en Chornancap te el mensaje de la dualidad, es decir: el espacio profundos cortes en la cervical 2 al 4, clavícula de-
res de Spondylus, permite inferir las actividades ri- la escena principal representada, muestra el desfile de la tierra y el mar, el día y la noche, el sol y la recha e izquierda, esternón e incluso algunos de
tuales vinculadas con la obtención de este preciado de personajes llevando un prisionero con una soga, luna, masculino y femenino, todo esto dentro de estos cuerpos presentan la cabeza separada total-
molusco y que guardaría relación con algunos de otros portan armas y cabezas humanas decapitadas un espacio sacralizado, por lo tanto, la conclusión mente del tronco (Figura 55).

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Fig. 52
Recreación 3D de
personaje sentado
en trono de Chor-
nancap.

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Fig. 53
Iconografía Mochica
en la que personaje
de alto estatus sen-
tado en trono recibe
copa de Sacerdotisa.

Fig. 53a
Personaje femenino
Mochica, con atribu-
tos y ornamentos
que la identifican.
(Tocado bopilar,
bufanda y copa).

Fig. 54
Vista general de
patio con trono en
Chornancap.

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Fig. 55
Osamentas hu-
manas dramática-
mente sacrificados,
hallados al oeste de
área del trono en
Chornancap.

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A pesar de que estos contextos son de época en posición flexionada, que indica la sacralización
posterior, es sin duda un evidente indicador de la del escenario con ofrendas humanas (Figuras 59 y
continuidad de esta actividad sacrificial que se ha 60). En la plataforma del Trono se debieron recibir
desarrollado en este monumento, cuyos rituales e instalar a un grupo específico de personalidades
podemos reconocer en el arte Mochica en el que y oficiantes invitados que ostentan jerarquía, y que
los prisioneros desnudos son llevados en hamacas participan en un ritual presidido por el personaje
ante un altar donde un personaje principal sentado principal instalado en el Trono tal como se muestra
en un Trono decide su sacrificio (Figura 56). Los en la recreación (Figura 61) y que sugiere que al
elementos arquitectónicos y los rasgos estilísticos, escenario concurrió la más alta jerarquía política
así como algunos materiales como es el caso de un y religiosa del territorio Lambayeque. El corredor
fragmento de cerámica hallado en el área del Trono donde fue hallado el entierro flexionado, se conec-
y que tiene la representación de un personaje Lam- ta con una rampa empotrada con recorrido en zig-
bayeque con tocado semilunar que frecuentemente zag en eje oeste-este con un vano muy angosto que
aparece en botellas de doble pico divergente unidos reduce el paso y restringe la circulación y conecta
por asa puente, conocida como “tachos” (Figura tanto hacia la parte superior como hacia la parte
57) y una escultura de cerámica con la represen- inferior (Figura 62). Esta configuración define ca-
tación del personaje Lambayeque con atributos de tegóricamente la condición ritual de esta área don-
ave (Figura 58), estos materiales nos aproximan a de el Trono y el patio de las pinturas policromas
ubicar el escenario en la época Lambayeque Tardío forman parte de un área de elevado contenido re-
de los siglos XII al XIV d.C. ligioso y político, donde además se conmemoran
Fig. 56
ceremonias que sirven para reforzar la condición
Comentario especial merece la fase final del Tro- ancestral de las deidades. Estas no solo consisten en Iconografía Mochi-
no donde en una de las dos banquetas paralelas actos sacrificiales sino en enterramientos de hom- ca, representando
desfile de prisio-
ubicadas en el corredor que une la denominada sa- bres, mujeres y niños que son sepultados con sus neros desnudos y
cristía y el patio de las pinturas, fue documentado bienes delante de estos escenarios y que son además sacrificados ante
el entierro de un individuo de sexo femenino adul- acompañados de festines que contribuyen a reno- personaje en altar y
to portando una concha Spondylus en la mano y var la religiosidad y a mantener la memoria. trono.

Fig. 57
Fragmento de cerá-
mica estilo Lamba-
yeque, hallado en
área de trono en
Chornancap.

Fig. 58
Escultura de cerá-
mica estilo Lamba-
yeque, hallado en
huaca Casimira al
este de Chornancap.

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Fig. 59
Entierro en la arqui-
tectura del trono.

Fig. 60
Dibujo de entierro
en la arquitectura
del trono.

Fig. 61
Recreación 3D ofi-
ciantes y personaje
principal en trono
de Chornancap.

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Fig. 62
Reconstrucción 3D,
rampa empotrada
con recorrido en
zigzag que conecta
trono y patio de
pinturas policromas
en Chornancap.

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En lo que respecta a la residencia de élite de Con el hallazgo de la sepultura de la denominada
Chornancap emplazada en la zona sur de este mo- Sacerdotisa, documentada en Chornancap (Wester
numento, el carácter de la construcción está de- 2016), y otros contextos excavados en la residencia
terminado hacia actividades que consisten en el de élite (tumbas 3 y 5) este escenario adquiere una
desarrollo de rituales, articulado con las áreas de nueva condición o estatus, lo que constituye que
producción, abastecimientos de recursos y un es- este espacio usado en vida para actividades ritua-
pacio que funciona como aposento. Dentro de la les, ceremoniales y como residencia, sirve también
actividad ritual destaca la existencia de lo que de- como área para sepultura o mausoleo, como esce-
nominamos el recorrido ceremonial o espacio de nario sagrado que le permite el acceso al mundo de
transformación, que está determinado por la arqui- los muertos, donde habitan sus ancestros, más aún
tectura existente entre los altares donde se aprecia si arqueológicamente se ha demostrado en esta se-
un elemento de adobe a media altura (como un pultura que bajo el personaje llamado Sacerdotisa
laberinto), constituido por una forma que deter- se halló la tumba de un personaje a quien deno-
mina una ola geométrica o greca, que se articula a minamos: Personaje de los Spondylus (tumba 5),
un símbolo escalonado y que genera un recorrido que deja la idea de la superposición de tumbas, he-
que debió suponer la transformación o cambio del cho inédito en la arqueología andina. Es probable
personaje (sacerdote o sacerdotisa), que de manera que entre ambos exista una relación familiar que
exclusiva accede por este elemento, recorriéndolo hace sospechar la posibilidad de un encuentro de
de este a oeste, del espacio de la Luna hacia el Mar, carácter dinástico. Estos elementos arquitectónicos
como paso inevitable a su presentación ante el al- documentados arqueológicamente, como el Trono
tar principal, donde llega convertida de diosa de la y la Residencia de élite de Chornancap (Figura 65),
Fig. 63
Luna en deidad del Mar; es en este recorrido donde estamos seguros son los mayores argumentos para
el personaje principal adquiere ciertos atributos y entender la configuración ritual de los espacios al- Imagen la ola y la
características de deidad ancestral. Este elemento rededor del monumento principal que adquiere la montaña represen-
tada en la arquitec-
dual, describe el elevado rol religioso del oficiante connotación de templo y/o palacio, como escena- tura de la residencia
que propicia el encuentro del agua y la tierra para rio para la dinámica del poder, religiosidad y ances- de elite en Chornan-
asegurar la fertilidad agrícola. tralidad en la cultura Lambayeque. cap.

Este icono, tan recurrentemente documentado Contamos hoy con pruebas arqueológicas para
en casi todos los materiales (cerámica, textiles, me- entender una nueva visión de la configuración de
tales, madera, hueso, entre otros), y durante todas los territorios en los Lambayeque y su relación y
las épocas en la simbología de América Andina, expresión a través de arquitectura simbolica, que
forma parte de uno de los símbolos más repre- traduce mensajes con énfasis en conceptos de dua-
sentativos que se conocen en la historia del nuevo lidad y bipartición, así como escenarios sagrados
mundo y ha sido interpretado como el símbolo del como la luna y el mar.
agua y la tierra, como el elemento de la fertilidad,
como el rasgo particular y distintivo del agua y la
montaña (Bock 1988 y 2003; Bock y Zuidema
1991). No obstante, debemos reflexionar que este
elemento más allá de su significado como símbolo
trascendental de la fertilidad andina, expresaría a
nuestro juicio en el caso de la residencia de elite
de Chornancap, una señal dual o indicador sim-
bólico de la existencia de elementos que se hallan
sepultados bajo esta representación y que aluden
a una expresa voluntad de la estructura religiosa
de mantener estos conceptos no solo en el arte, en
los materiales, sino en la arquitectura como es este
caso y que estos se vinculen con contextos femeni-
nos de alto contenido religioso cuya recordación Fig. 64
a través de la arquitectura genera un permanente Imagen la ola y la
culto (Figura 63 y 64). montaña, represen-
tada en la arquitec-
tura.

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Fig. 65
Palacio de Chornan-
cap, norte el trono
y partio de pinturas
polícromas, y al sur
la residencia y mau-
soleo de elite.

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CAPÍTULO III
TUMBAS DE ÉLITE EN
CHORNANCAP
3.1. Primeras evidencias.

A
l registrar la residencia de élite ubicada estos objetos como elementos simbólicos de rápida
al sur de Chornancap, se identificó de- elaboración y rústico acabado (Costin 1999:85),
lante del altar principal un conjunto de pero que representan materialmente a grupos fami-
cinco intrusiones que fueron excavadas liares (Figura 67). Sobre estos pequeños recipientes
sistemáticamente (Figura 66). En las in- o vasijas en miniatura, Gabriela Cervantes (2014),
trusiones 1, 2 y 3, se registraron concentraciones ha estudiado a través de análisis de granos de al-
de ofrendas consistentes en vasijas de cerámica en midón, las colecciones de crisoles provenientes de
miniatura, conocidas como crisoles, acumulados las tumbas de Pomac (Huaca Loro), encontrando
en pequeños agrupamientos de ofrendas dispuestas en el interior de ellos residuos de maíz y probable-
sobre grandes fragmentos de vasijas conocidas co- mente ají (Cervantes 2014:229), lo que indicaría
múnmente como urnas, dando la idea de contene- que dichas vasijas en miniatura habrían sido lle-
dores; el total de estas vasijas en miniatura suman nadas simbólicamente con variedades de comidas
2,101 dispuestas como ofrendas masivas, como si y bebidas; “nuestras investigaciones han probado
éstas representaran la presencia simbólica de gru- científicamente que estos “crisoles” originalmente
pos humanos, comunidades y multitudes de per- contenían alimentos que han dejado residuos de
sonas que participan masivamente en los rituales maíz, papa y ají” (Andrea Perales De Olarte com.
o celebraciones conmemorativas y que ofrendan pers. 2017).

112 113
I-1
I-2

I-4
I-3
T-3

I-5
T-4 I-6
T-5

Fig. 66
Planta general de
residencia de elite
en Chornancap, con
ubicación de intru-
siones

114 115

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Fig. 68
Ofrendas de cerámi-
ca y metales.

Junto a estas ofrendas, se hallaron vasijas de cerá- conocida como Dios Ñaymlap (Figura 70), pero Fig. 67
mica como ollas, botellas asa estribo, ornamentos que también da la idea de dos caras de perfil en Conjuntos de ofren-
de cobre, como un disco con la representación re- posición opuesta. das en la residencia
pujada de volutas en una banda circular concén- de elite, en torno a
trica y la imagen calada de cuatro spondylus, en- Así mismo, destacan en estas intrusiones (In- tumba 3.
torno a un círculo, que aluden a dos elementos la trusión 1, 2 y 3) la presencia de dos entierros se-
luna y el agua, que transmiten el mensaje dual en cundarios fuertemente removidos e incompletos,
este territorio. probablemente individuos masculinos adultos,
que revelan el traslado de cuerpos que son retira-
También fueron hallados pequeños objetos de dos de sus tumbas y llevados a este escenario como
concha recortada con la representación de la ima- ofrendas conmemorativas que forman parte de una
gen de un personaje visto de perfil en miniatura reconocida tradición funeraria que refuerza el culto
(Figuras 68 y 69) y un conjunto de pequeños obje- a los antepasados.
tos de cobre dorado entre los que destaca una coro-
na cilíndrica con apéndices semicirculares hacia los Estos elementos fueron un indicador indiscutible
lados, un cuchillo y cuchara de cobre, un pequeño de la posible existencia de otros contextos funera-
cetro – cuchillo alargado en cuya parte superior de rios más complejos y de mayor estatus (Figuras 71 Fig. 69
forma elipsoidal aparece la silueta laminada que y 72). Detalle de ofrendas
define la representación de la deidad Lambayeque de cobre.

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Fig. 71
Disco de cobre con
representación de
Spondylus.

Fig. 72
Silueta de personaje
de perfil en posición
opuesta, con tocado
Fig. 70 demi lunar y base
elipsoidal.
Detalle de ofrendas
de cobre.

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3.2. Personaje de la tumba 3. 3.2.1. El contexto funerario.
En la intrusión 4, se localizó al fondo de la mis- El personaje central de la Tumba 3 se trata de
ma, a una profundidad de 3.50 metros un piso de un individuo colocado en una sepultura rectangu-
buen acabado y muy consistente, en el cual se evi- lar en eje este-oeste que corta el piso 2 del mon-
denció el corte rectangular de una sepultura que tículo sur en Chornancap, tiene una vestimenta
denominamos Tumba 3. Esta sepultura corres- que desde la altura de la cadera hacia las rodillas
ponde al entierro de un individuo joven de sexo la conforman placas circulares de cobre cosidas al
masculino en posición de cúbito dorsal en eje este vestido, presenta sobre las extremidades inferiores
– oeste, mirando al oeste. El análisis de las osamen- un cuchillo grande de cobre tipo Tumi doblado en
tas permiten aproximar una edad de 18 años al dos partes, esta circunstancia hace pensar la idea
momento de la muerte (Klaus 2014), asimismo se de que los objetos también son sacrificados con el
ha identificado que parte de la extremidad superior propósito de anular su función (Figura 74). Fueron
izquierda se encuentra removida notándose que el hallados en este contexto un par de discos de co-
húmero está ligeramente fuera de su lugar, y que el bre, un tocado plumario de cobre, sobre el hombro
cúbito y radio se superponen hacia la parte media derecho la base de un pequeño bastón de cobre al
del húmero, lo que indica que probablemente se lado derecho y finalmente un pequeño cuchillo de
trate de un entierro secundario o en su defecto el cobre. También se halló un fragmento de cerámica
individuo pasó algunas semanas expuesto a la in- gruesa a manera de fuente, que contenía un gru-
temperie antes de su sepultura y en el momento po de vasijas de cerámica en miniatura llamados
que esta se produce la manipulación del cuerpo ha “crisoles”, probablemente estas también contenían
originado esta alteración. El personaje se hallaba originalmente alimentos y bebidas.
acompañado por un individuo de sexo masculino
de edad indeterminada, pero aparentemente se tra- El hecho de que este personaje halla sido sepulta-
te de una persona adulta, cuya posición en la se- do cerca al altar principal de la residencia de elite,
pultura es fuertemente flexionado, colocado sobre tenga bienes en su sepultura como ofrendas, que se
el lado derecho de su cuerpo y ubicado a la altura halla acompañado de otro individuo, hace pensar
de la extremidad inferior izquierda del personaje que se trate de un personaje de estatus que tiene una
principal de la Tumba 3 (Figura 73). sepultura especialmente trabajada, ofrendas como
bienes de prestigio y un acompañante. Además el
conjunto de ofrendas que aparecen en las intrusio-
nes 1, 2 y 3 son efectuadas en conmemoración a
este personaje de élite que denominamos Tumba
3. Evidentemente, que esta sepultura confirmó la
sospecha de la existencia de otras tumbas en esta
área ritual de la residencia de elite de Chornancap.

Fig. 73 Fig. 74
Personaje de tumba Reconstrucción de
3 y acompañante. Tumba 3.

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3.3. La intrusión mayor: tumba 4. sobre todo muestra un indiscutible sello de color,
acabado y singular decoración. Estas ofrendas de
Al excavar la intrusión cinco en la denominada cerámica, representada por juegos de platos, cuen-
residencia de élite, junto al altar principal en un cos, copas-sonajas y finas jarras, pintadas al interior
área de aproximadamente 10 metros cuadrados como al exterior de las mismas y que revelan a sim-
(Figura 75), se definió los primeros indicios de un ple vista la extraordinaria belleza e inconfundible
conjunto de ofrendas significativas. En el lado oes- identidad cajamarquina, definida a partir de las
te y este del corte de la intrusión, a 60 centíme- inigualables imágenes pintadas, corresponderían a
tros de profundidad, se halló un primer grupo de lo que se conoce como estilo Cajamarca costeño
vasijas fragmentadas y colocadas en una capa de (Figuras 79 y 80). En el mismo nivel y al este de
tierra que se había compactado como producto de la tumba, se definió un conjunto de 38 ofrendas
la percolación de agua (Figura 76). Estas ofrendas de cerámica preferentemente de color negro y gris
resultan ser parte de un acto ritual conmemorati- con la clásica representación de botellas asa estribo,
vo, consistente en la reapertura parcial de la intru- botellas de doble cuerpo en forma de Spondylus,
sión con el propósito de colocar vasijas de filiación vasijas de doble gollete divergente con asa puen-
Chimú y Chimú-Inca (Figuras 77 y 78). Hay que te y vasijas escultóricas de clara filiación cultural
resaltar el hecho que en este contexto de ofrendas, Lambayeque Tardío (1100–1350 d.C.); éstas se
aparecen vasijas escultóricas con representaciones hallaban junto al entierro secundario fuertemen-
de seres antropomorfos que cargan grandes vasijas te removido perteneciente a un individuo adulto
o camélidos en sus espaldas como si estas fueran es- de sexo indeterminado (probablemente mujer),
cenas que simbolizan las ofrendas de agua, bebidas cuya osamenta fue retirada de su sepultura inicial
o alimentos para el ritual de conmemoración del para ser colocada como ofrenda en este importante
difunto o antepasado. contexto funerario, como parte de un acto ritual
conmemorativo. (Figura 81). Estos actos rituales
En niveles inferiores, aparecieron al lado oeste un de traslado de sepulturas a una “nueva” ubicación
agrupamiento de 35 vasijas de cerámica de la más o a su destino final, supone la elevada jerarquía e
fina calidad artística y tecnológica, relacionadas al importancia que tiene el personaje a quien se le
estilo Cajamarca, que se caracteriza por elaborar ce- hacen estas ofrendas.
rámica con arcilla conocida como caolín, pero que

Fig. 75 Fig. 76
Vista de intrusión Vista de intrusión
principal en resi- principal en resi-
dencia de elite en dencia de elite en
Chornancap. Chornancap.

122 123

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Fig. 78
Fig. 77
Ofrendas de cerá-
Cerámica Chimu mica Chimu-Inka,
procedente del procedentes de
nivel superior de la nivel superior de
intrusión 5. intrusión 5.

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Fig. 79
Primeras vasijas
completas de estilo
Cajamarca costeño.

Fig. 80
Vasijas completas
de estilo Cajamarca
costeño dispuestas
sobre una capa de
telas pintadas.

Fig. 81
Entierro secundario
Lambayeque Tardío,
colocado al este de
la intrusión 5.

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Estos indicios, constituyeron un claro indicador
para confirmar la hipótesis sobre la existencia de la
tumba de un personaje de alta jerarquía, con ofren-
das simbólicamente diferenciadas en su sepultura.
Al respecto, hay que destacar que la ubicación de
la cerámica Lambayeque (Figura 82), puede ser en-
tendida por el ámbito donde se encuentra, pero los
lotes de las vasijas de estilo Cajamarca costeño (Fi-
gura 83), podrían interpretarse como la consolida-
ción de vínculos y lazos que el personaje sepultado
en la tumba habría sostenido en vida, con la región
de Cajamarca. De existir estos vínculos, podrían
considerarse como de índole familiar (enlaces
matrimoniales), de relaciones territoriales o pro-
bablemente como circunstancias de intercambio
de productos y recursos (comercio); estas razones
confirman una estrecha e histórica relación entre
dos grupos étnicos contemporáneos (Lambayeque
y Cajamarca), que reafirman sus vínculos no sólo
en la vida, sino en la muerte y que aparecen como
grupos que desarrollan una intensa relación docu-
mentada en las excavaciones del Programa San José
de Moro (Castillo 2003).

Adicionalmente, hemos analizado la posibilidad


de que la presencia de este importante y fino con-
junto de cerámica de estilo foráneo, forme parte
del afianzamiento de un vínculo más profundo que
a nuestro juicio tendría que ver con el tema del
agua, recurso que genera la fertilidad con la tierra,
ello por la razón que el agua que llega al territorio
de Lambayeque tiene su origen en la parte alta de
las vertientes andinas de Cajamarca, que fluyen y
descargan este recurso hídrico a través de los ríos
que conforman los valles de la región Lambayeque.
Por lo tanto, el agua de vital significado, constituyó
históricamente y hasta hoy en el aporte generoso
de Cajamarca para que los campos de Lambayeque
sean fertilizados con éxito, lo que conlleva a una
relación que se afianza y fortalece a nivel político,
religioso y productivo, pero que se origina desde
el aprovechamiento de la expresa voluntad de la
naturaleza. En reciprocidad, los grupos Cajamar-
ca habrían recibido de los Lambayeque recursos
exóticos como Spondylus, Conus, productos agrí-
colas, tejidos entre otros, así como el acceso al te-
rritorio de Lambayeque, sobre todo al mar que no
solo aparece como un espacio sagrado sino que se
convirtió en un territorio común tanto para Caja-
marca como para Lambayeque (Figura 84). Fig. 82
Cerámica Lambaye-
que tardío asociada
a entierro secun-
dario.

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PIURA

OLMOS

RÍO OLMOS

MOTUPE

INCAHUASI
RÍO MOTUPE JANQUE
LAQUIPAMPA
JAYANCA RÍO LA LECHE
PACORA
JOTORO CAJAMARCA
ÍLLIMO PÓMAC LA CALZADA
TÚCUME
MÓRROPE RÍO TAYMI REPRESA
MOCHUMÍ TINAJONES

LAMBAYEQUE FERREÑAFE
CUCULÍ RÍO CHANCAY
PÁTAPO
RÍO LA CHONGOYAPE
CHOTUNA CHORNANCAP MBAY
EQUE
SAN JOSÉ
PUCALÁ
CHICLAYO POMALCA SIPÁN
OCÉANO PIMENTEL
SANTA ROSA REQUE
RÍO REQUE
CAYALTÍ
RÍO SAÑA OYOTÚN

PACÍFICO SAÑA NUEVA ARICA


LA CURVA
PUERTO ETEN
MOCUPE

ÚCUPE

Fig. 83
Jarras, cuencos
platos del estilo
Cajamarca-Costeño,
registradas en la
intrusion 5.

Fig. 84
Valles de Lambaye-
que que se originan
en la región Caja-
marca.

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Al retirar los objetos de cerámica, se encontraron ancho de norte a sur, y 25 a 30 centímetros de pro-
restos de un tejido de fibra vegetal, que había sido fundidad. Esta construcción encerraba una super-
colocado para cubrir dos importantes ofrendas que ficie de barro plana, a manera de piso irregular con
se hallaron debajo. Retirada la fibra vegetal, dos huellas de pisadas humanas que corresponderían a
extraordinarios mantos o telas pintadas fueron de- 3 o 4 personas (Figura 89), que recorrían la par-
finidos (Figuras 85 y 86), uno extendido hacia el te central en dirección este-oeste, donde se habría
este (manto 1) y el otro doblado en tres partes y “preparado barro”, como si este acto se tratase de
ubicado al oeste de la tumba (manto 2). El prime- un ritual del cierre de la tumba, o una especie de
ro posee forma rectangular de 5 metros cuadrados “danza” que se constituye en un evento inedito en
y presenta una significativa y colorida simbología contextos funerarios (Figura 90), pero que indica
que identifica un tema emblemático y recurrente la complejidad del ritual del enterramiento de la
en la iconografía de la cultura Lambayeque, co- personalidad sepultada, en la cual suceden una se-
nocido como el símbolo de la “ola antropomorfa” rie de eventos. Esta circunstancia, resulta novedo-
(Figura 87), asociada a 90 discos de cobre lamina- sa y revela que el enterramiento constituye todo
do de 12.5 centímetros de diámetro, dispuestos en un proceso, en el que cada uno de los detalles y
líneas ordenadas de 9 por 10, los cuales presentan decisiones tomadas, dejan evidencias como el caso
cuatro orificios para ser cosidos o adheridos al tex- de las pisadas que son claramente intencionales.
til, en los extremos aparecen 9 cuadros de cobre Este episodio confirma la idea que el enterramien-
que definen el lado más corto de este manto. to constituye un proceso de acciones materiales y
simbólicas como en este caso en el que se asocia
El segundo manto, presenta las mismas caracte- al tema del agua como medio para el acceso del
rísticas pero este se halla doblado o recogido, en el sepultado al mundo de los ancestros. Este mensaje
lado corto aparecen representados olas sucesivas en metafórico indicaría la relación del agua sobre el
orientación opuesta y complementaria, adicional- fardo sepultado en la profundidad de la tumba que
mente encierran esta escena dos bandas paralelas. reafirma el tema de la fertilidad. Es posible que el
La recuperación de estas singulares ofrendas signi- agua en esta especie de poza haya representado la
ficó un reto, pero sobre todo una oportunidad para ofrenda líquida por excelencia consagrada a los di-
documentar en forma detallada todos los elemen- funtos de más alto estatus enterrados en la tumba
tos que forman parte de este ornamento (Figura y que tienen una evidente relación con el culto a
88). la fertilidad. Esta agua o líquido, es renovado con
la presencia de representaciones en cerámica, con
La temática iconográfica que presentan ambos personas cargando grandes vasijas en las espaldas,
mantos, reiteran una clásica y alegórica composi- que simbólicamente llevan este elemento al difun-
ción: la Luna y el Mar, dos escenarios trascenden- to, en los actos conmemorativos, tal como puede
tales en la ritualidad de la sociedad lambayecana, y apreciarse en las figuras 77 y 78 en este volumen.
sobre el cual el personaje sepultado habría tenido
acceso como parte de los elementos ideológicos Efectuado el registro de esta evidencia, a 60 cen-
que identifican su condición semi-divina o tal vez tímetros de profundidad se halló un conjunto de
como el reflejo de la dualidad que constituye parte cerámica Lambayeque y Cajamarca costeño, colo-
de la identidad del personaje. Es importante seña- cadas juntas hacia el lado este de la tumba (Figura
lar que mantos como estos se constituirían en una 91), hay que notar que en este caso ambos estilos
señal, marca o anuncio de la existencia de comple- tanto el Lambayeque como Cajamarca aparecen en
jos contextos funerarios en la época Lambayeque, un solo conjunto a diferencia de los niveles supe-
tal y como fue registrado en Huaca Las Ventanas, riores donde cada grupo tiene su espacio propio
(Shimada 1994 y 2014), el manto pintado del sitio dentro del contexto. Seguidamente, se identificó
arqueológico El Chorro en Pomalca (Bracamonte un tejido llano de algodón nativo color pardo que
2015), así como lo sucedido en nuestro caso. se hallaba en muy mal estado de conservación y
que se extendía en eje este oeste cubriendo toda la
Levantados los mantos pintados, y superando superficie de la intrusión.
una capa de arena de 20 cms. de espesor, se identi- Fig. 85
ficó una estructura de barro a manera de una poza Capa de telas pinta-
o construcción modelada, que formaba un perí- das con perímetro
metro de configuración ovoide de 4.25 metros de policromo y centro
largo orientado de oeste a este por 3.30 metros de metalico.

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Fig. 86
Recreación en 3D de
telas pintadas, con
posición original.

Fig. 88a y b
Recreación de telas
pintadas a escala.

Fig. 87
Detalle de tela
pintada con diseño
policromo insitu de
“ola antropomorfa”.

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Fig. 89
Dibujo de planta con
impronta de pisadas
sobre tumba.

Fig. 90
Escena de cierre de
tumba con danza
simbólica en poza
de agua.

Fig. 91
Concentración de
ofrendas de cerá-
mica Lambayeque y
Cajamarca costeño
al este de contexto
funerario.

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3.3.1. El Fardo Funerario.
Al retirar la tela de tramado llano de color ma-
rrón, emergió un rostro metálico imperturbable,
originado por la extraordinaria y clásica cara-más-
cara de la cultura Lambayeque, con ojos alados y
la aplicación de pequeñas añadiduras de cobre, que
representan lágrimas que caen de sus ojos y que ex-
presarían el “sollozo” de un rostro divinizado, que
en la sepultura muestra un revelador y metafórico
mensaje rumbo a la otra vida. Como si estas lágri-
mas, simbolizaran el agua que fertiliza la tierra don-
de el fardo convertido en semilla genera una nueva
vida en el mundo de los ancestros8. Esta simbología
plasmada en las máscaras Lambayeque constituye
sin duda uno de los rasgos más característicos de
esta sociedad. Adicionalmente, se aprecia a la altura
de la nariz de la máscara un elemento alargado, que
sostenía colgajos que adornaban la máscara, y que
constituyen el complemento a la simbólica com- Fig. 92
posición (Figuras 92 y 93). En la parte superior de
Primera imagen
la máscara se aprecia una frágil corona cilíndrica de de fardo funerario
cobre plateado, en la cual aparece un tocado bajo (tumba 4) en Chor-
la forma de penachos metálicos, que caen en lados nancap.
opuestos y rematan en cabezas de felinos estiliza-
dos, este ornamento anunciaba el indiscutible es-
tatus del personaje sepultado y nos hacía recordar
la representación de los personajes femeninos que 8
El Dr. Federico
en el arte Lambayeque presentan el mismo tipo de Kauffmann Doig,
ornamento denominado tocado “bipolar”, como me hizo llegar una
imagen de Felipe
es el caso del Personaje B de la Fase 3 de los relie- Guamán Poma de
ves de Huaca Las Balsas del complejo arqueológico Ayala (1980 [1615]),
Tucume (Narváez 2011: 97), ver la Figura 40c en donde aparecen un
este volumen. grupo de mujeres que
imploraban por lluvia
a la Luna, derraman-
Marcando el límite del fardo funerario, se halló do lágrimas en una
tres vasijas de cerámica negra de borde evertido, súplica diciendo: “Ay,
con rasgos escultóricos zoomorfos con la represen- ay, ay lloremos, Ay,
tación entre el gollete y la parte superior del cuerpo ay, ay nos apenamos.
de la cabeza de mono comiendo un pacae (Figura Adoloridos están tus
hijos, Adoloridos
94). También reposa sobre el fardo un collar de 21 están tus pobres. Solo
discos de cobre de forma cilíndrica achatada. Ade- nuestro llanto te ofre-
más, el fardo estaba definido por un conjunto de cemos. En cambio de
discos de cobre laminado y repujados a manera de tus lluvias En cambio
círculos concéntricos que debieron estar adheridos de tus aguas, envía a
nosotros Tus pobres,
o cosidos a una delgada tela. Estos objetos que se tus gentes…”. Esto
hallan sobre el fardo funerario le dan la configura- podría ser análogo
ción volumétrica a la imagen mítica del individuo a las lágrimas que se
sepultado, al revisar el borde de los discos de cobre colocaban en las más-
que delimitan el fardo, se identificó que presentan caras de las tumbas de
élite Lambayeque que
decoración repujada, con la imagen de la “ola an- expresan simbóli-
tropomorfa”, similar al tema definido en las telas camente el ruego
pintadas, es decir se reitera la simbología que alude por el agua para la
al Mar y la Luna. fertilidad agrícola.

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Fig. 93 Fig. 94
Máscara de cobre y Representación
plata hallada sobre en cerámica de
el fardo. mono comiendo un
pacae, ofrenda en la
tumba.

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Indiscutiblemente que esta reiteración constituye
una clara evidencia e indicador de la estrecha rela-
ción del personaje sepultado con estos escenarios
que revelaron su identidad mítica y el poder que
había ejercido en vida a nombre de estos elemen-
tos. En esta tumba la noción de ataúd está ausente,
hecho que ratifica la tradición Lambayeque de en-
terrar a sus personajes envueltos en fardos, como
una práctica funeraria que marca un significativo
cambio en los hábitos de enterramiento. Tal pare-
ciera que la idea del fardo busca que el individuo
con sus bienes y cubierto con un envoltorio con
corona y máscara, transmita la apariencia de vida,
como si fuera testigo vivo en el momento de su Fig. 96
enterramiento (Figura 95). También aparece un Pequeño cetro elip-
objeto de cobre a manera de un bastón alargado, soidal de cobre, en
en cuyo extremo superior se aprecia una silueta en cuya parte superior
aparece la imagen
forma romboidal, asociado a un círculo, dando laminada, recortada
la impresión de una especie de asta muy caracte- y calada de mítico
rística y frecuente en la iconografía Lambayeque. Ñaymlap.
Igualmente se registra al lado derecho del fardo un
pequeño cetro elipsoidal de cobre, en cuya parte
superior aparece la imagen laminada, recortada y
calada del conocido y legendario personaje mítico
Ñaymlap (Figura 96), muy similar al hallado en
el conjunto de ofrendas metálicas ubicadas muy
cerca a la Tumba 3. Este ornamento relaciona al
individuo sepultado con una de las imágenes más
frecuentes en la religiosidad Lambayeque y prota-
gonista de la tradición oral.

El personaje principal dentro del fardo estaba


sentado, mirando hacia el este y uno de los pri-
meros ornamentos en aparecer fue un pectoral de
concha blanca (Conus), que cubría toda la región
principal del pecho del individuo, este ornamento
está compuesto por pequeños recortes de concha que aparece en el área andina desde épocas muy Fig. 95
ensamblados en degradé (Figuras 97 y 98), con tempranas (Mackey y Vogel 2003; Narváez 2011). Fardo funerario de-
apéndice de pequeños objetos de metal de forma La representación de la imagen femenina en la co- finido por conjunto
circular (tambores), cuya forma aludiría a la luna. rona nos sitúa en la especial condición de identi- de discos de cobre
Al iniciar la excavación del fardo funerario y retirar ficar en primer lugar el elevado estatus de quien laminado y repuja-
uso este ornamento, en segundo lugar la posible dos a manera de cír-
la máscara, se registró una extraordinaria corona culos concéntricos
cilíndrica de oro laminada, repujada y calada, que identidad mítica del personaje sepultado, así como que estaban cosidos
muestra una extraordinaria escena compuesta (Fi- sus vínculos con el complejo mundo ceremonial a una delgada tela.
gura 99), en la que una mujer convertida en un de la cultura Lambayeque, la mujer tejedora repre-
ser sobrenatural reposa sentada de perfil izquierdo sentada como la deidad o ser sobrenatural aparece
sobre la luna creciente, cuyas extremidades supe- en el escenario del poder, está sentada en la Luna
riores e inferiores rematan en forma de cabezas de creciente con la cual se asocia y tiene elementos del
felinos estilizados. Así mismo, tiene un telar en felino lunar, lo que permite sostener que este íco-
forma de cruz al frente; ésta escena se halla en el no constituiría la identidad religiosa, pero también
interior de un clásico palacio Lambayeque defini- mítica del personaje, que fue la representación de
do por un doble techo con la conocida forma de la deidad lunar o diosa de la Luna, divinidad que Fig. 97
la silueta del ave mítica, o ave en picada (Figura no conocíamos arqueológicamente para la cultura Pectoral de concha
100). Esta imagen al parecer se asocia al ser lunar, Lambayeque. conus in situ.

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Fig. 98
Pectoral de concha
conus.

Fig. 99
Corona de oro.

Fig. 100
Detalle de imagen
representada en
corona de oro.

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Fueron halladas también tres deslumbrantes pa- Un cuchillo grande tipo Tumi de cobre aparece
res de orejeras de oro: la primera con la representa- hacia la parte media del fardo (Figura 110), junto a
ción de un personaje visto de frente con bastones 44 botellas de cerámica Lambayeque, 18 vasijas de
a cada mano y con un gran tocado semilunar y cerámica Cajamarca costeño y 96 miniaturas de ar-
corona cilíndrica decorada por pequeños círculos, cilla (crisoles), que complementan el contenido de
acompañado a cada lado por dos criaturas de per- la compleja parafernalia ritual (Figuras 112, 113),
fil (Figura 101); otro par de orejeras con círculo así mismo conjunto de vasijas de cerámicas lamba-
central (luna)y al borde el diseño en relieve de la yeque y de estilo lambayeque - chimú forman parte
“ola antropomorfa”; el tercer par de orejeras de oro, de las ofrentas (Figuras 120 y 121).
presenta un diseño circular (luna) y, en el borde en
relieve, la imagen seccionada del cactus (Trichoce- En la mano derecha del personaje se registra la
reus pachanoi), conocido como San Pedro, aluci- representación en plata de una botella doble pico-
nógeno usado frecuentemente en sesiones de cu- divergente con asa puente, en cuyo cuerpo aparece
randerismo (Figuras 102, 103 y 104). Otros pares un ser zoomorfo que da la impresión de tratarse de
de orejeras de plata, revelan también la compleja un “lagarto o iguana” que lleva sobre sus espaldas
simbología; entre estos destaca un par de orejeras la imagen de un ser similar pero en miniatura (Fi-
de plata con un personaje de frente y un bastón a guras 114, 115 y 116).
cada mano mano similar al hallado en oro (Figura
106); y otro con la conocida representación del En la mano izquierda del personaje se identifica
“felino lunar”, rodeado por un contorno de sím- una botella en plata en forma de asa estribo, cuyo
bolos escalonados o almenados (Figura 105); este cuerpo corresponde a seis formas esféricas como
par de orejeras nos hace recordar la imagen polí- si se tratase de huevos y en cada uno aparece un
croma pintada en una de las fachadas del recinto de sapo (batracio) sentado mirando hacia el centro,
la sepultura de la Dama de Cao (Franco y Gálvez el asa de esta botella se presenta como el cuerpo
2005). El personaje aludido, tiene una sorprenden- de una serpiente que reposa sobre representaciones
te semejanza tanto en su aspecto formal como en de esferas (Figuras 117, 118 y 119). Estos obje-
su asociación vinculada con el contexto funerario tos de metal en el lado derecho e izquierdo de las
de un personaje femenino, la herencia Mochica en manos del personaje ratifican hasta el momento el
la tumba que excavamos no deja de sorprendernos poder transformador del propietario de estos bie-
y reafirma el concepto de continuidad. La presen- nes y su acceso a un complejo mundo de imagenes
cia de objetos que cumplen la misma función, con- y símbolos que confirman su autoridad, prestigio y
feccionados en oro y plata revela también el mensa- condición semi divina, así como su dominio sobre
je de la dualidad y complementariedad, conocidos elementos como el agua y la tierra.
conceptos que muestran la estructura filosófica de
la religiosidad Lambayeque. Otros juegos de ore-
jeras en plata y cobre dorado (Figuras 107 y 108);
formaban parte del complejo ajuar que tenía el
personaje en su tumba y que revelan que guardaba
en vida apreciables bienes para sus presentaciones
públicas y que la acompañan rumbo al encuentro
con sus ancestros.

En la extremidad superior derecha del personaje


principal, se ubicó un primer vaso sonaja en forma
alargado, confeccionado en cobre plateado, este se
convierte en el ornamento que cumplió también la
función de sonaja (Figuras 109 y 111) y que nos
permite identificar y vincular al individuo sepulta-
do con otras representaciones en el arte Lambaye-
que, pero sobre todo lo relaciona con las funciones
rituales donde los vasos desempeñan un papel cru-
cial en las ceremonias, tanto para ofrecer bebidas Fig. 101
sagradas o simbólicas, como para libaciones ritua- Orejeras de oro in
les (Carcedo 2014). situ.

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Fig. 102
Par de orejeras de Fig. 103
oro con representa-
Orejeras de oro con
ción de personaje de
ola antropomorfa.
frente.

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Fig. 106
Orejera de plata con
representación de
personaje de frente.

Fig. 104
Orejeras de oro con
representación del
San Pedro

Fig. 105
Orejeras de plata
con representación
de felino mítico.

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Fig. 109
Vaso sonaja en
forma alargada, con-
feccionado en cobre
plateado.

Fig. 110
Cuchillo de cobre
tipo tumi con discos

Fig. 111
Vaso sonaja de
cobre plateado,
hallado en la mano
derecha del perso-
naje central.

Fig. 107
Orejera de plata
con representación
lunar.

Fig. 108
Orejera de cobre
dorado con diseño
lunar.

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Fig. 112 Fig. 113

Conjuntos de jarras, Conjunto de platos


platos, cuencos y cuencos Caja-
Cajamarca Costeño, marca Costeño,
colocados al este colcoados al este
del fardo funerario. del fardo funerario.

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Fig. 114
Botella de plata,
doble pico con asa
puente, en mano
derecha del perso-
naje del fardo.

Fig. 116
Fig. 115
Reconstrucción de
Botella de plata, forma y diseño de
doble pico con asa botella de plata,
puente, en proceso doble pico con asa
de conservación. puente.

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Fig. 118 Fig. 119
Botella de plata, asa Reconstrucción de
estribo, en mano botella de plata, asa
izquierda del per- estribo en mano
sonaje de fardo, en izquierda del perso-
proceso de conser- naje del fardo.
vación.

Fig. 117
Botella de plata, asa
estribo, en mano
izquierda del perso-
naje del fardo.

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Fig. 120
Fig. 121
Cerámica Lambaye-
que y Lambayeque - Cerámica Lambaye-
Chimú junto al fardo que junto al fardo
funerario. funerario.

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Un ornamento de extraordinaria calidad artística, Pocas veces el arte orfebre de esta sociedad ha
elaborado en lámina de oro apareció hacia la parte mostrado de manera explícita la representación de
superior izquierda del personaje principal (sobre la una deidad situada en el escenario arquitectónico,
mano izquierda), que evidentemente revolucionó recordemos el cetro de cobre hallado en la tumba
el contexto funerario y ratificó indiscutiblemente saqueada de Sipán (Alva 1994 : 33 Lam.21), en la
el elevado estatus del individuo que lo usó en vida. que aparece un pequeño recinto de poder o tem-
Se trata de un pequeño bastón ceremonial o cetro plete Mochica o también el cetro de oro y plata que
de mando, elaborado en oro, de aproximadamente porta en su mano derecha el personaje conocido
23 centímetros de largo con un extremo alargado como Señor de Sipán (Alva 1994 : 81), y que pre-
laminado y con la representación de un clásico per- senta la forma de una pirámide invertida en cuyos
sonaje Lambayeque, que aparece de pie sobre un lados se ha representado escenas de combate. Así
podio rectangular con gesto ritual con brazos en mismo, el textil documentado por Christopher
alto (Figura 122), en aquella conocida actitud de Donnan en Pacatnamu (Donnan 1986 : 110-111),
“mochar” o besar el aire (Martínez Cereceda 1995). que muestra a un personaje sentado en un trono
La imagen representada tiene finos y delicados tra- con un techo con el símbolo del ave mítica, similar
zos repujados que definen asombrosamente su ros- al representado en el cetro de oro de Chornancap.
tro; a la altura de su cuello se aprecia una banda A parte de estos ornamentos no existe un registro
como si fuese una “bufanda o chalina” en cuyos en la arqueología de la costa norte del Perú, de un
extremos brota la cabeza de felinos estilizados (co- objeto que muestra a un personaje divinizado en el
nocidos también como dragones). Sobre su cabeza escenario sagrado, en el que debía aparecer en los
porta una pequeña corona que tiene la forma del actos más importantes de sus complejas obligacio-
cuerpo de un ave en picada, como complemento nes rituales. Resulta importante destacar que este
aparece el techo a dos aguas de un recinto o tem- personaje que porta el cetro de oro reafirma en su
plo sagrado Lambayeque, con la clásica representa- tumba las funciones y roles que le tocó desarrollar
ción del cuerpo del ave mítica, llamado por Jorge tanto en el escenario político como sacerdotal, así
Zevallos Quiñones (1971 y 1989) como el ícono como permite reconocer a una deidad no identifi-
“punta rectángulo punta”, o también como “alas y cada arqueológicamente y que en la corona y hoy
cola” (Narváez 2015). En este techo se aprecia tam- en el cetro de oro muestra su protagonismo religio-
bién repujado el símbolo de la ola marina o voluta so, político y su condición de divinidad ancestral.
que decora ambos frentes del techo del templo, al
cual se ha adicionado piezas móviles a manera de Un objeto que por su soberbia calidad artística
colgajos que al movimiento generan un sorpren- ha deslumbrado en la sepultura, es un pequeño
dente efecto visual (Figura 123). Este ornamento cuenco de plata hallado en la mano izquierda del
expresa una imagen divina de limitada difusión en personaje y presenta complejas escenas repujadas
el arte Lambayeque, que correspondería a una dei- en la superficie externa, que muestra un mensa-
dad probablemente femenina, que aparece con el je de profundo contenido religioso y simbología
mismo gesto, pero asociada a diferentes elementos que incluye elementos como el mar, aves, felinos,
en el territorio de la costa norte. serpientes y seres que en suma, expresan parte del
universo ceremonial de esta sociedad, de la que
Este ornamento ubicado en el cuello del persona- no teníamos sospecha, sin duda este cuenco, que
je del cetro de oro, nos recuerda a un personaje podríamos calificar como el “cáliz Lambayeque”,
Wari representado en cerámica, como es el caso “vaso ceremonial Lambayeque” o “vaso sagrado”,
de la botella estilo Pachacamac procedente del Mu- forma también parte del contenido del fardo, y
seo de Arte de Cleveland USA, (Katharina Schrei- constituye uno de los más preciados bienes de la
ber 2012: 34, fig. 20), que lleva el mismo tipo de función sacerdotal del personaje sepultado (Figu-
ornamento en el cuello (Figura 124) y podría tra- ras 128 y 129). El enorme poder narrativo de las
tarse de un claro indicador de la influencia de algu- escenas representadas en este singular objeto, nos
nos elementos Wari que trascienden hacia la época remite al complejo mundo ceremonial de la cul-
Lambayeque. Los textiles Lambayeque (Figuras tura Lambayeque (Figura 130), cuyos símbolos
125, 126 y 127), muestran el mismo ornamento desconocíamos, pero que en estas escenas abren
ubicado a la altura del cuello. Este objeto certifica nuevas posibilidades para entender la religiosidad Fig. 122
la autoridad política y religiosa del personaje sepul- y estructura simbólica de los Lambayeque (Figuras Cetro ceremonial o
tado, y muestra a la deidad femenina en el recinto 131 y 132). bastón de mando,
del poder representado bajo la forma de un cetro, elaborado en oro.
hecho poco frecuente en este tipo de ornamentos
que se conocen en la cultura Lambayeque.

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Fig. 124
Botella Wari con
bufanda o chalina
en el cuello y discos
en el cuerpo.

Fig. 125
Textil Lambayeque,
personaje portando
bufanda o chalina
en el cuello y en la
parte superior dise-
ño del ave mítica.

Fig. 126 y 127


Textiles Lamba-
Fig. 123 yeque, personaje
Detalle de parte portando bufanda o
superior del cetro chalina, procedentes
de mando de oro. de Pacatnamu.

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Fig. 129
Cuenco de Plata
luego de limpieza y
conservación.

Fig. 128
Fig. 130
Cuenco de Plata
al momento del Imagen repujada en
hallazgo. Cuenco de Plata.

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Fig. 132
Fig. 131
Compleja escena
Cuenco de Plata finamente repujada
con fino repujado en el exterior de
externo. Cuenco de Plata.

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Otro vaso bimetálico (oro y plata), hallado tam-
bién a la altura de la mano izquierda del personaje
principal presenta una escena repujada en la super-
ficie de plata, en la que se ha compuesto una trama
romboidal y triangular delineada por olas o volu-
tas, en cuyo interior aparece un personaje femeni-
no de perfil (izquierdo), sosteniendo una especie
de soga o lazo, alternado por un felino con toca-
do semilunar, también de perfil pero en posición
opuesta al de la mujer representada en esta misma
escena (Figuras 133 y 134). Este equivaldría a la
imagen mítica o a su correspondiente simbólico de
la mujer representada; en los espacios triangulares
superior e inferior aparecen dos aves en posición
opuesta, en la parte superior de la escena se registra
una línea de olas o volutas que cierran la represen-
tación. La estructura romboidal usada para plas-
mar la representación de la mujer y el felino lunar
con tocado, nos hace recordar al mismo diseño que
aparece en la fachada principal con relieves policro-
mos de una de las fases de Huaca de la Luna en La Fig. 134.
Libertad, donde precisamente el concepto romboi- Detalle de repujado
dal y triangular sirve como marco para representar en vaso bimetálico.
a las deidades (Uceda 2000), lo que significa que
este concepto geométrico dual como soporte de
elementos artísticos de contenido religioso, bien
podría tratarse de una indiscutible señal de como
los viejos cánones del arte Moche mantienen con-
tinuidad y vigencia en la época Lambayeque. Una
vez más los ornamentos principales del personaje
nos remiten a símbolos e imágenes que aluden di-
rectamente a su personalidad femenina, donde se
constituye en la protagonista de las escenas.

Fueron registradas también láminas cuadra-


das de cobre plateado así como láminas ovaladas
originalmente adheridas a un textil que debieron
adornar las vestimentas del personaje. Aparecieron
complejos pectorales de miles de cientos de cuentas
de concha Spondylus Calcifer y Princeps de color
blanco y rojo, cuentas de turquesa, así como Co-
nus y Strombus que contienen singulares compo-
siciones cuya recuperación fue todo un reto; en ra-
zón a que al estar el personaje sentado y flexionado,
todos los ornamentos se han desplazado al avanzar
el proceso de pérdida del tejido corporal, generan-
do una especie de desorden de estos ornamentos Fig. 135
(Figuras 135, 136, 137, 138 y 139). Pectorales de
cuentas de concha
spondylus calcifer
y prínceps de color
Fig. 133 blanco y rojo, cuen-
tas de turquesa,
Vaso bimetálico (oro así como conus y
y plata). strombus

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Fig. 136
Pectoral cuentas de Fig. 138
conchas recortadas.
Pectoral cuentas de
concha spondylus.

Fig. 137 Fig. 139


Pectoral cuentas de Pectoral de concha
conchas recortadas. en forma de círculos
y cuentas.

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Una lámina grande confeccionada en plata, con cual si aparece la representación de la divinidad lo
diseños de mujeres con bastones en cada mano re- que significa la diferenciación de los objetos que al
pujadas en los extremos, hacen sospechar de la pre- cumplir simbólicamente el mismo rol, son presen-
sencia de un pectoral metalico. Un par de copas bi- tados en la tumba en diferente material y dimen-
metálicas de oro y plata de forma inédita reafirman sión, como si tratasen de transmitir el tema dual.
el indiscutible mensaje de la dualidad presente en
este contexto funerario. Estos bienes únicos en su Un especial significado, lo constituye la minia-
género revelan la intensa actividad religiosa del tura de un mortero trabajado finamente en piedra
personaje principal que tiene varios juegos de reci- granito y en la que aparece una base con una oque-
pientes para rituales diversos (Figuras 140 y 141). dad producto del uso y la mano en una pequeña
Un par de collares de idolillos de oro (Figura 142) piedra alargada, estos fueron hallados junto a un
y otro en plata, refuerzan el estatus del personaje, y conjunto de dos vasijas en miniatura de cerámica
reafirmaron el mensaje dual. que revelan el uso en los rituales de preparación de
productos usados para las sesiones de curanderismo
También aparecen vasos de plata repujados, con (Figura 155). Este objeto que originalmente debe-
imágenes de personajes e imagenes complejas (Fi- ría corresponder a un mortero de escala mayor, es
guras 143, 144, 145, 146 y 147) y un sonajero presentado en la tumba con especial simbolismo y
compuesto por cuatro cuentas esféricas de oro que asociado a otros bienes.
debieron originalmente estar atados por una fibra
vegetal, estos se hallaron en un recipiente metáli- Finalmente, un objeto de metal aunque peque-
co en cuyo interior aparecen residuos de cinabrio ño contiene un profundo mensaje metafórico, se
(Figuras 148 y 149). Al retirarse los objetos del trata de un ave de pico alargado, ojo concéntrico,
fardo funerario se definió claramente la osamenta base cilíndrica con un disco como colgajo, este
del personaje central que portaba brazaletes de es- probablemente sea de origen marino (Figura 156)
feras de oro, esferas de plata y otro par elaborado confeccionada en cobre dorado y plata, que podría
en cuentas de concha blanca, roja y turquesas que hacer alusión al rasgo ornitomorfo de la dinastía a
definen diseños zoomorfos, los dedos de sus manos la cual habría pertenecido al personaje del fardo de
se hallaban adornados con cuentas de oro, plata y Chornancap. Estos bienes de apreciable valor sim-
perlas (Figuras 150,151 y 152). Así mismo, dentro bólico certifican que el proceso del enterramien-
del fardo se halló un conjunto de láminas y recortes to de personajes de elevado rol político y religioso
de concha Spondylus asociado a pequeñas escul- tiene toda una preparación que empieza desde la
turas antropomorfas que al reconstruir las partes vida del personaje, porque no solo se incorporan
sorpresivamente mostraban la escena en miniatura en su ajuar funerario los bienes de sus naturales ro-
de un personaje en una litera cargado por cuatro les como ornamentos joyas, emblemas, sino que se
individuos (Figura 153). La litera presenta la típica introducen bienes representados y miniaturizados
forma con los soportes que rematan en cabezas de que muestran el valor que contienen en su función.
felinos estilizados conocidos como “dragones”; esta
composición muestra simbólicamente el estatus
del personaje sepultado que tiene el privilegio de
ser trasladado en una litera no solo en vida sino en
el viaje al inframundo.

Especial significado tiene en la sepultura la pre-


sencia de objetos trabajados como miniaturas en
diferente tipo de material, que buscan introducir
en el mensaje del ritual funerario el valor simbólico
de cada uno de estos, que al aparecer bajo la forma
de representaciones pequeñas muestran la función
implícita que tuvieron en la vida del personaje. Por
ejemplo, se registró un cetro de cobre plateado pe-
queño alargado vinculado a la autoridad política Fig. 140
del personaje (Figura 154) y que lo acompaña en Vista in situ de va-
el viaje al inframundo, este objeto complementa la sos bimetálicos en
función del cetro principal elaborado en oro y en el forma enédita.

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Fig. 141
Copas de oro y plata
en forma inédita.

Fig. 142
Fig. 143 Fig. 144
Collar de idolillos
de oro. Vaso de Plata repujado. Vaso de Plata repujado.

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Fig. 145
Vaso de Plata repujado.

Fig. 146
Vaso de Plata repujado.

Fig. 147
Detalle de imagen repujada
en vaso de Plata.

Fig. 148
Cuatro cuentas
esféricas de oro,
halladas en un reci-
piente con residuos
de cinabrio.

Fig. 149
Cuentas esféricas
de oro.

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Fig. 150
Brazaletes de oro, plata
y cuentas de concha
Spondylus y turqueza
insitu.

Fig. 151
Anillos de esferas de oro,
plata y perlas colocados
en ambas manos.

Fig. 152
Brazaletes de cuentas
de oro.

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Fig. 153
de los lados de la corona sobresalen dos formas tra-
Miniatura de litera pezoidales, sobre la corona se aprecia un tocado o
confeccionada en diadema semilunar en cuyo borde superior se defi-
concha y aplicacio-
nes de turquesa. ne una forma triangular y círculos. Este personaje
presenta en el cuello la clásica bufanda en cuyos
Fig. 154
extremos se aprecia la imagen de una cabeza de ser-
piente o llamado dragón; las manos del personaje
Cetro en miniatura, sostiene un objeto como si fuese una copa y el bor-
elaborado en cobre
plateado.
de de su faldellín muestra una forma triangular y
circular, sus pies están en oposición visto de perfil
y junto a cada uno de ellos aparece la imagen de
Fig. 155
un individuo sentado mirando al personaje cen-
Vasijas de Cerámica tral, hay que destacar que este personaje ha sido
y batan de piedra en representado en una dimensión mayor que ocupa
miniatura.
todo el marco rectangular y se duplica hacia el otro
lado, el perímetro del rectángulo y marcos están
Fig. 156
definidas en dos líneas paralelas y en cuyo interior
Prendedor de plata aparecen repujado círculos sucesivos (Figura 158).
y cobre dorado con
representación de
ave. La segunda placa con las mismas dimensiones,
corresponde a la representación principal de un fe-
lino mítico sentado de perfil con tocado semilunar,
patas y manos de perfil y a la altura del hocico se
aprecia la cabeza de un personaje al cual estaría sa-
crificando, ésta también es una imagen doble que
se repite hacia su lado inmediato y se puede ver
también por ambas caras (Figura 159). Esta lámina
tiene la particularidad de tener en la parte superior
externa del rectángulo apéndices en cuyo interior
se ha representado la imagen de un personaje hu-
mano con rostro y rasgos bien definidos (Figura
160).

Estas laminas permiten enriquecer el universo


simbólico del personaje que porta los bienes, y que
ademas nos remite a un ámbito ancestral en la que
el ser felinico en la representacion de la lamina de
plata tiene muchas similitudes con la imagen que
aparece en la fachada principal de huaca de la Luna
en el nivel 5 (Uceda 2000), lo que indica el origen
Especial énfasis debemos hacer en algunos or- ancestral de esta imagen que tiene una larga histo-
namentos que por su configuración iconográfica ria en los andes centrales. Así mismo, esta imagen
y obviamente tecnológica, expresan con contun- aparece respresentada en un par de orejeras de plata
dencia la relación entre el personaje sepultado y el con la figura del felino mítico (ver Figura 105 en
universo simbólico que administra. Se trata de dos este volumen).
extraordinarias placas rectangulares de 15 por 20
cmts. cada una, elaboradas en plata con la técnica La imagen del felino representa la versión mítica
del repujado, calado y unión a presión, en las cua- de la mujer consagrada como deidad a través de
les se han representado dos imágenes que contribu- un importante elemento de la naturaleza que tiene
yen a comprender el universo mítico de la cultura una larga historia como ser ancestral; esta metá-
Lambayeque. La primera de ellas (Figura 157) se fora puede explicar tambien como los Mochicas
trata de la representación de un personaje aparen- asociaban a su deidad principal con un elemento
temente femenino que presenta corona rectangular del paisaje, como es el caso del Dios de la montaña
con pequeños círculos que recorren el perímetro, expresado como el Aiapaec.

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Fig. 157 Fig. 159
Lamina rectangu- Lamina rectangular
lar de plata, con la de plata, con repre-
representación de sentación de ser
personaje femenino felinico, se encuen-
como deidad su- tra sacrificando a un
prema acompañada individuo y presenta
de dos personajes apéndices a cada
pequeños a cada lado con la imagen
lado. de un personaje
Lambayeque.

Fig. 158 Fig. 160


Representación de Dibujo de lamina
imagen de lami- rectangular de pla-
na rectangular de ta, con la represen-
plata. tación de personaje
felinico.

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3.3.2. Los acompañantes. Un claro ejemplo lo constituye la imagen de Feli-
pe Guamán Poma de Ayala (1980 [1613]), donde
El personaje principal de Chornancap a quien aparece la primera Coya Mama Huaco sentada en
llamamos Gobernante y Sacerdotisa, estuvo acom- un trono con tres mujeres que la acompañan como
pañada en su sepultura por 8 mujeres jóvenes y si fuesen sus servidoras dos de ellas llevan un tupu
un camélido, todos los acompañantes fueron ha- y Mama Huaco lleva dos Tupos sobre el pecho
llados alrededor del personaje principal siguiendo (Figura 166). Otra versión sobre la denominación
las cuatro direcciones cardinales, dos al norte, tres del tupu está referida cuando se utiliza solo uno de
al este, dos al sur y uno al oeste. A continuación ellos para sujetar la manta o lliclla en este caso es
describimos cada uno de los acompañantes, cuyo denominado con el vocablo tipqui.
análisis fuera realizado en Junio del año 2013, por
un equipo bajo la dirección del Antropólogo Físico Asimismo, fueron hallados dos discos de cobre
Haagen Klaus y cuyos resultados hemos resumido laminados de 12 cm de diámetro, que se encon-
en el presente acápite (Klaus 2014). traban pegados por la corrosión, pero que al ser
restaurados, uno de ellos muestra una particular re-
Acompañante 1 (sur) presentación temática de elevado contenido ideo-
lógico. Al centro aparece un personaje parado de
Los restos óseos estaban muy mal conservados, frente, con corona rectangular, diadema semilunar,
esta fue probablemente una persona mayor de 15 “alas” en la espalda, con el borde representada por
años de edad. Un canino muestra una hipoplasia tringángulos, extremidades inferiores opuestas y
del esmalte; al menos seis dientes se vieron afec- sobre una plataforma como si se tratara de una bal-
tados por caries dental. El sexo no ha sido posible sa, de la cual salen hacia los lados opuestos cabezas
determinarlo, sin embargo se sospecha que fue de de felinos o serpientes estilizadas dando la idea de
sexo femenino. una embarcación. De las extremindades superiores
del personaje se aprecia que sostiene una cabeza es-
Acompañante 2 (sur) tilizada que se extiende como una soga serpentean-
te cuyo extremo se une al lomo de un ser felínico
Los restos óseos estaban muy mal conservados, que esta frente a otro y que muestra dientes y una
esta fue probablemente una persona mayor de 15 “lengua” que se proyecta hacia arriba del hocico.
años de edad. No hay otras observaciones posibles. En el borde del disco se aprecia sucesión de olas Fig. 161
geométricas (circulares) que generan la suseción de Esculturas en miniatura,
Acompañante 3 (norte) movimiento (Figuras 164 y 165). elaboradas en piedra.

Los restos óseos fueron mal conservados. Apar- Esta escena prodía tratarse de una escena mítica
te del hecho de que se trataba de fragmentos de de “buzos” pero representada por criaturas sobre- Fig. 162
huesos humanos, no hay otras observaciones que naturales como los felinos estilizados; esta escena Ofrendas de acompañante 3
se pueden hacer. Este acompañante presenta como frecuente en Chornancap, ratifica el hecho de que de personaje de Chornancap.
ofrendas: dos pequeñas esculturas de piedra que este constituya una clara señal de las relaciones con
sospechamos se trate de material traído del Ecuador los grupos de buzos que extraen estos Spondylus
(Figura 161). Estos materiales sugieren la hipótesis no solo como un acto natural sino como un acto Fig. 163
de que este acompañante provenga del área norte que adquiere connotacion mitica donde participan Piruros de metal y tupu de
(Ecuador). Este individuo al que no ha sido posible las deidades ancestrales. cobre.
determinar el sexo, pero sospechamos se trata de
una mujer, presenta material asociado como dos Acompañante 4 (norte)
Tupos de cobre de 15 centímetros de largo con 50
cuentas de cobre de forma cónica, 19 cuentas de Este individuo presentaba los restos óseos bien
cuarzo, 4 agujas de cobre y piruros de metal (Figu- fragmentados, pero en mejor estado de conserva-
ras 162 y 163). Esto hace suponer la idea de que ción, esta fue probablemente una mujer joven en-
se trate de una tejedora o probablemente recibe tre las edades de 12-18 años de edad al momento
estos bienes como ofrendas que le proporcionan de la muerte. No hubo evidencia de trauma, infec-
prestigio o estatus de tejedora en la sepultura. Al ción esquelética, o patología metabólica. La mayor
respecto hay que anotar que los Tupos constituían parte de la dentición se recuperó. Al menos cinco
un ornamento personal asociado exclusivamente a dientes se vieron afectados por caries dental, y el
contextos femeninos o considerado como símbolo diente 25 se vio afectado por los depósitos de cál-
ancestral de identidad femenina (Vetter y Carcedo culo dental.
2009).

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Acompañante 5 (oeste)

Los restos óseos estaban mal conservados, esta


fue probablemente una persona mayor de 15 años
de edad. Menos de la mitad de la dentición se re-
cuperó, y los dientes presentes parecían saludables.
No hay otras observaciones que se podrían hacer.
Cuando se realizó el examen del cráneo se halló en
el interior de la boca 13 pepitas de oro y un pe-
queño lingote irregular de plata (Figura 167), que
revela el estatus del individuo. Esta mujer estaba
asociada a un camélido joven que aparece junto a
este individuo, se ha observado que muy probable-
mente la posición de este acompañante próximo a
la espalda de la Sacerdotisa podría estar revelando
la condición materna del personaje principal, en
razón a que existe la costumbre ancestral que las
mujeres lleven a los hijos a la espalda atados o su-
Fig. 164
jetados con una manta lo que constituiría su rasgo
de identidad materna.
Disco de cobre an-
tes de conservación.
Acompañante 6 (este)

Los restos óseos estaban muy mal conservados,


esta fue probablemente una persona mayor de 15
años de edad. Sólo cuatro dientes fueron docu-
mentados y es difícil proporcionar observaciones
sobre la salud oral. No hay otras observaciones que
se podrían hacer.

Acompañante 7 (este)
Fig. 166 Los restos óseos estaban muy mal conservados,
La primera Coya esta fue probablemente una persona mayor de 15
Mama Huaco senta- años de edad. No hay otras observaciones que se
da en un trono con podrían hacer.
tres mujeres que la
acompañan.
Acompañante 8 (este)

Esta corresponde solo al cráneo decapitado de


un individuo de sexo probablemente femenino no
mayor 15 años que aparece como símbolo de una
persona sacrificada o probablemente como parte
Fig. 165
de un entierro secundario, cuyo cráneo ha sido ri-
tualmente extraído de su sepultura y trasladado a
Disco de cobre lue- este escenario funerario es importante el hecho de
go de conservación
y diseño represen- que es el único caso en la tumba que se expresa a
tado. través de su cráneo.

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3.4. Bioarqueología de la tumba 4: 3.5. La Tumba del personaje de los
aproximaciones9. Spondylus.
Todo hace indicar por los límites de edad que Bajo el lecho de la sepultura de la Sacerdotisa al
reportan los acompañantes de la Sacerdotisa de profundizar la excavación, se produjo el sorpresivo
Chornancap, que los 8 individuos que forman par- e inesperado hallazgo de un nuevo e importante
te de esta sepultura, son jóvenes no mayores de 20 contexto funerario, el mismo que empezó asomar
ni menor de 15 años, que se constituyen en una con algunas ofrendas de cerámica y concentracio-
especie de “sequito” o “acolitos” de jóvenes mujeres nes de concha Spondylus (Figura 168). Estos indi-
que acompañan al personaje en su viaje al encuen- cios permitieron definir que se trataba indiscuti-
tro con sus ancestros. blemente de otro “personaje de élite” de la cultura
Lambayeque, cuya sepultura o enterramiento sub-
En segundo lugar todos están sentados flexiona- yace debajo de la tumba de la sacerdotisa, y que
dos mirando al personaje central y colocados sim- constituye un hecho inédito en la arqueología de
bólicamente siguiendo un orden, en direcciones América Andina. A este contexto por su asociación
específicas, existen ofrendas limitadas sobre todo y contenido lo denominamos “El Personaje de los
relacionadas al hilado y textilería que acompañan a Spondylus”.
estos individuos, salvo el caso del acompañante nú-
mero 3 que tiene bienes de hilandera y el acompa- La tumba, está definida por un corte rectangular
ñante 5 que presenta las pequeñas ofrendas de oro de 3.20mts. de largo (este – oeste) por 2.00mts.
y plata en la boca y que la distingue de los demás; de ancho (norte – sur), donde el personaje central
los materiales que acompañan a los otros indivi- en posición de cúbito dorsal extendido en eje es-
duos son mínimos. te-oeste (mirando al oeste), que de acuerdo a los
análisis de Antropología Física efectuados por Haa-
Este evento funerario desde la perspectiva de la gen Klaus en el año 2013, se trata de un individuo
bioarqueologia resulta atractivo a pesar de que la masculino de 30 – 40 años de edad, el mismo que
napa freática con alto contenido salino ha afecta- presenta una compleja asociación de ofrendas y
do la matriz circundante, así como ha generado el acompañantes (Figura 169). Hay que destacar que
ingreso de raíces finas por diferentes partes de los este personaje no se halla envuelto en un comple-
restos óseos, salvo el caso del individuo del acom- jo fardo como el caso anterior, sin embargo está
pañante 8, el resto de acompañantes no muestran determinado por la presencia de significativas con-
evidencias de traumas que originaron su muerte en centraciones de ofrendas entre las que destacan diez
forma dramática e intencional. Los restos de osteo- bivalvos de conchas Spondylus prínceps ubicadas a
fitos marginales sobre algunas de las falanges de los cada lado del cráneo (norte y sur) respectivamente
dedos de la Sacerdotisa pueden estar relacionados (Figuras 170 y 171), así como un bivalvo en cada
con la avanzada edad, pero también puede repre- mano, con concreciones de cinabrio.
sentar la hipertrofia del hueso debido a la larga du-
ración y la extensión repetida de los dedos en algún En la mano derecha se halló una concreción de
tipo de actividad física (probablemente hilado). cinabrio (oxido de mercurio) y a la altura del cú-
La salud oral es buena en términos generales en bito y radio derecho aparece un vaso alargado en
casi todos los individuos de esta tumba, las caries mal estado de conservación. Tal parece que estos
dentales, perdidas dental antemorten, abscesos, en- bienes tratasen de enfatizar el indiscutible vínculo
fermedad periodontal eran muy poco frecuente o e identificación con la extracción, movilización y
ausente. Estos datos son muy importantes por que uso de estos preciados moluscos provenientes de
revelan una dieta que contiene un cierto grado de aguas cálidas, cuyo enorme valor en las antiguas
comida con almidones y carbohidratos. El perso- sociedades resulta incalculable (Hocquenghem
naje central de la tumba en Chornancap demostró 2009, Narváez 2014 y Wester 2016). Se conoce en
algunos de los peores estados de salud oral, con un la literatura arqueológica la existencia de grupos de
buen grado de perdida de dientes antemorten. Esta hombres especialistas que desempeñaban la fun- Este texto ha sido
9

condición patológica es de algún modo motivada ción de “buzos” que ingresan a la profundidad del extraido en for-
por la caries dental, pero también es resultado del mar, amarrados con sogas a la cintura y a más de ma resumida del
Fig. 167 desgaste de los dientes por la edad avanzada. Estos 18 a 30 metros extraían estos moluscos que forma- informe presen-
ban parte de bienes exóticos vinculados y usados tado por Haagen
Pepitas de oro y patrones biológicos generales son muy similares a D. Klaus como
lingote de plata. los documentados en otros contextos funerarios de en los rituales de culto al agua, fertilidad y para miembro asociado
alto estatus en la región Lambayeque como Sipán y las ceremonias de ritual funerario. En estas escenas al proyecto Cho-
Sicán (Klaus 2014). los “buzos” depositan los Spondylus en canastas o tuna Chornancap.

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cestas en una actividad que en la época de la cul- (2007:6, Figura I.7c), sostiene que en sitio de San
tura Lambayeque tuvo una frecuencia intensiva y José de Moro, fueron halladas botellas de asa estri-
sostenida y que ha sido representada en diversos bo Mochica con evidencias de reparación a travéz
materiales. Así mismo, se encuentra junto a la osa- de costura con perforaciones similares a la botella
menta del personaje principal hacia el lado sureste asa estribo hallada en Chornancap.
10 vasijas de cerámica entre ollas con decoración
paleteada (con restos de hollín), platos y especial- Un tocado rectangular alargado de cobre platea-
mente un plato grande de estilo Cajamarca coste- do en cuya superficie se han adherido cuatro per-
ño, una de las ollas presenta un plato que cubre la sonajes de cobre plateado, con la imagen típica del
boca de la vasija a manera de tapa. Sobre el cráneo personaje Lambayeque que porta un bastón y un
se evidencia una delgada lámina de cobre sujeta- vaso en cada una de sus manos respectivamente
da por una banda de metal de 5 cmts. de ancho a (Figura 176), es la típica alusión a un alto persona-
manera de una vincha; un par de deslumbrantes je Lambayeque, con tocado semilunar y ricamente
orejeras de oro de 12 centímetros de diámetro, en ataviado con ornamentos y vestimentas, esta repre-
cuyo borde externo se halla finamente repujada la sentación nos hace recordar la imagen de un per-
imagen sucesiva de la “ola antropomorfa” y en el sonaje recurrente en el arte Lambayeque (Figura
centro se aprecia un adorno circular de madera que 177). Este “tocado” está colocado en forma inver-
al parecer hace alusión a la luna (Figura 172), junto sa, es decir los personajes representados miran al
a estos se registraron un par de discos para orejeras este, mientras que él sepultado mira al oeste. Junto
de oro con la representación de la luna al centro a este objeto aparece un pequeño tocado lamina-
do, como un elemento plumario y una pequeña Fig. 168
(Figura 173) tal y como aparece en las orejeras de
la sacerdotisa. corona de cobre dorado con la silueta del cuerpo Imagen de Tumba 5
del “ave mítica”. Cerca al lado sureste de la tumba, con primer nivel de
hallazgos.
Se evidencia también varios pectorales de concha aparece los restos de lo que fue parte de un camé-
Spondylus, Conus, Perlas, Turquesas y 28 discos de lido joven, como complemento a este conjunto de
cobre que reposaban sobre el pecho del personaje. ofrendas metálicas, se evidenció un grupo de vasos
Dos largos cuchillos uno de cobre y otro de plata pequeños en un total de 16, colocados en paque-
se hallaron sujetados en la mano derecha del per- tes de 3 y 4 respectivamente. Cerca de la mano iz-
sonaje central, éstos se encuentran en una posición quierda aparece un bastón de madera alargado y
invertida, con la hoja alargada o empuñadura ha- hacia el lado noroeste, oeste y suroeste se identifi-
cia abajo y el semicírculo o cuchillo hacia la parte caron cinco “recipientes” confeccionados por gran-
superior (Figura 174), estos tipos de cuchillos son des fragmentos de vasijas que contienen objetos de
usados en los procesos de recolección de Spondylus cerámica en miniatura llamados “crisoles”, que fue-
para arrancar de los corales y substratos duros don- ron colocados directamente sobre la superficie del
de se hallan adheridos estos preciados moluscos entierro, y debieron formar parte del conjunto de
en la profundidad del mar (Hocquenghem 2009) ofrendas durante el ritual funerario (Figura 178).
tal como se encuentra representado en el arte de
la cultura Lambayeque en las escenas de buzos. Hay que anotar que parte de la extremidad in-
Junto a estos objetos metálicos se halló una botella ferior izquierda (Tibia y Peroné) del personaje
asa estribo color crema, base plana con decoración principal no aparecen articulados en la osamenta,
geométrica perteneciente a la época Moche Tardío, probablemente ha sido retirada intencionalmen-
la cual sorpresivamente presenta reparaciones en el te porque no existe evidencia del destino que ha
asa y cuerpo, realizadas en su tiempo y decoración tenido. Hacia la parte superior izquierda del per-
fugitiva en línea fina con la imagen de la ola an- sonaje central se aprecian un conjunto de 9 vasos
tropomorfa (Figura 175). Seguramente esta botella pequeños de cobre en forma cónica, junto a éstos
formó parte de un objeto de mucho valor y signifi- recipientes se registra una acumulación de cinabrio
cado, guardado y transmitido como “herencia” de (oxido de mercurio).
los antepasados del personaje sepultado y que po-
dría revelar el origen de su linaje. Hay que resaltar
el hecho de que esta botella Mochica aparece en la
sepultura con evidencias de haber sido reparada en Fig. 169
su tiempo, lo que acentúa su alto valor como ma- Vista general de
terialización de la memoria de los antepasados del tumba del personaje
personaje de los Spondylus. Christopher Donnan de los Spondylus en
Chornancap.

192 193

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Fig. 170
Tumba 5 con con-
centraciones de
Spondylus in situ.
Fig. 172
Par de Orejeras de
Fig. 171 oro con representa-
ción de “ola antro-
Conjuntos de Spond- pomorfa”, halladas
ylus procedentes de con el personaje de
la Tumba 5. los Spondylus.

194 195

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Fig. 173
Par de Orejeras de Fig. 174
oro con representa-
ción de la luna. Par de cuchillos de
plata y cobre in situ.

196 197

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Fig. 176
Tocado con perso-
najes.

Fig. 177
Detalle y dibujo de
personaje represen-
tado en el tocado.

Fig. 175
Botella asa estribo
Mochica tardío.

198 199

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3.5.1. Los Acompañantes. concentraciones de crisoles en fuentes o bandejas
compuestas por fragmentos de grandes vasijas que
El personaje principal presentaba tres acompa- revelan que en estos recipientes se llevan alimentos
ñantes. El acompañante Nº01de sexo femenino, se y líquidos para la larga travesía marítima. Todos
trata de un entierro secundario fuertemente remo- estos elementos hacen sostener la propuesta de que
vido e incompleto, de aproximadamente 14 – 18 quien está sepultado en este contexto funerario es
años de edad, ubicada al norte de la sepultura, aso- uno de los principales “especialistas” de la elite de Fig. 179
ciada con dos botellas de pedestal alto con gollete la cultura Lambayeque, que dirige grupos de buzos Botellas doble go-
divergente unidos por asa puente, conocida como en su época y que en su sepultura, la disposición llete divergente con
“tachos” (Zevallos 1989). En estas vasijas aparece de sus bienes y acompañantes permiten identificar apéndice escultórico
la clásica efigie escultórica del personaje Lambaye- el rol principal que desempeñó en vida y que lo “personaje Lam-
bayeque” junto al
que conocido como Dios Ñaimlap (Figura 179). sigue desarrollando en la otra vida (muerte) donde acompañante feme-
Así mismo, se asocian a este personaje dos bival- continúa cumpliendo las funciones de “recolector nino, del personaje
vos de concha Spondylus, cuentas de turquesas y de Spondylus” (Figuras 182 y 183). de los Spondylus.
doce objetos de cobre en forma de colgajos; este
individuo femenino habría sido trasladado de su
sepultura inicial para formar parte de este contexto
como su destino final, por esta razón parte de sus
osamentas se hallaron removidas, desarticuladas e
incompletas.

El acompañante Nº02 de sexo masculino, de


18 años de edad, hallado en el lado sur oeste de la
tumba, se encuentra sentado flexionado con con-
chas Spondylus en las manos que también forma
parte de este contexto funerario (Figura 180). El
tercer acompañante Nº03 de sexo masculino, de
18 años de edad, ubicado al oeste de la tumba, pre-
senta un pectoral de cuenta de concha Spondylus y
turquesas y una botella de doble gollete divergen-
te del tipo tacho que fue hallada fragmentada, así
como dos bivalvos de Spondylus completas (Figura
181). La existencia de estos dos acompañantes de
sexo masculino en la parte inferior del personaje
principal, orientados hacia el lado del mar, sugiere
la idea de la recreación en la tumba de la escena
de los recolectores de Spondylus, por varias razo-
nes que concurren en este contexto funerario: En
primer lugar, el personaje principal tiene a cada
lado concentraciones de bivalvas de Spondylus; en
segundo lugar, en su mano derecha aparecen dos
cuchillos (uno de cobre y otro de plata) con la for-
ma de aquellos cuchillos que se usan para arrancar
los Spondylus de los substratos de la profundidad
del mar donde estos preciados moluscos se hallan
adheridos; y en tercer lugar, los dos acompañantes
jóvenes de sexo masculino que se hallan en la parte
inferior del personaje principal, ubicados en el lado
oeste precisamente donde se ubica el mar, portan
en sus manos bivalvos de Spondylus.
Fig. 178
Ofrendas de crisoles Adicionalmente, hay que remarcar la existencia
colocados en la de partes de camélidos colocados como reservas de
tumba. carne, vasijas de cerámica (ollas y platos), así como

200 201

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Fig. 180 Figura 181

Acompañantes N° 2 Dibujo explosivo


y N° 3 del personaje del señor de los
de los Spondylus. Spondylus.

202 203

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3.6. Tumba del personaje de los Los entierros de individuos jóvenes y adultos co-
brazaletes y telar en “X”. locados en fosas rectangulares y angostas, dispues-
tos en eje sur – norte, en posición de cúbito dorsal
Durante las temporada de los años 2016 y 2017, (posición Mochica), tienen como elemento parti-
las excavaciones arqueológicas tuvieron un singular cular el hecho de aparecer junto a ellos, sepulturas
giro en las expectativas que nos habíamos creado. de niños con los “pies amputados”, (Figuras185,
La continuación de la intervención al lado norte 186, 187, 188a, 188b, 188c y 189), en una clara
de Chornancap, generó el hallazgo de decenas de intención de perennizar su condición de “inamo-
contextos funerarios primarios y secundarios, que vilidad” o de simbolizar su destino de “guardianes”
reafirmaban el carácter sagrado y ritual de este es- de este cementerio.
cenario, el cual más allá de la época en que funcio-
na asociado al Trono, la “Sacristía”, y el Patio de las Así mismo, se han definido entierros de indivi-
Pinturas Polícromas (de clara factura Lambayeque), duos, cuyas osamentas han sido parcialmente dis-
es objeto de un importante conjunto de ofrendas turbadas, en una especie de manipulación de la
expresadas en la sepultura de más de 70 individuos sepultura que se manifiesta en algunos casos en la Fig. 184
de las épocas, Chimú – Inka e Inka respectivamen- reapertura y remoción de parte del tronco (cuerpo), Área norte de
te (Figura 184), que revelan la continuación de los sin alterar las extremidades inferiores incluyendo la Chornancap con
rituales conmemorativos que se celebraron durante pelvis; estos actos muestran la intención de rituali- fosas para entierros
más de150 años, reafirmando la “devoción” hacia zar las osamentas y sus asociaciones (Figura 190). Chimú-Inca e Inca.
la deidad femenina, representada en el mundo de
los vivos por la llamada Gobernante y Sacerdotisa
de Chornancap, y como deidad ancestral diosa del
mar y de la luna.

Fig. 182
Superposición de
entierros de Sacer-
dotisa y personaje
de los Spondylus.

Fig. 183
Escena recreada
de extracción de
Spondylus.

204 205

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Fig. 185 Fig. 186
Entierro 34 hallado Entierro 36 hallado
al norte de Chor- al norte de Chor-
nancap. nancap.

206 207

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Fig. 187
Entierro 41 hallado
al norte de Chor-
nancap.

Fig. 188a
Entierro N°38
hallado al norte de
Chornancap.

Fig. 188b
Entierro N°39
hallado al norte de
Chornancap.

208 209

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Fig. 189
Fig. 188c
Muestra de cerámi-
Entierro N°44
ca Chimú-Inca e Inca
hallado al norte de
hallados al norte de
Chornancap.
Chornancap.

210 211

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El Contexto Funerario del personaje de los bra- tro, una aguja y piruros de cobre forman parte de
zaletes y telar en cruz constituye una superposi- este contexto. Esta osamenta resulta muy impor-
ción de cuatro individuos, principalmente mujeres tante porque junto a ella hacia el lado sur en el
adultas y jóvenes en posición sentadas – flexiona- mismo nivel de la excavación, se asocia un arte-
das mirando al oeste, norte, este y sur respectiva- facto de madera que tiene la forma de un telar en
mente, acompañadas con ofrendas como vasijas de cruz (“x”), en tamaño natural, y que más allá de su
cerámica: platos, botellas, ollas de factura Chimú aparente relación con la mujer del entierro N° 63,
y Chimú Inka, con ofrendas de agujas de cobre, se constituye en un evidente marcador o indicador
telar de madera, pequeñas pulseras de cuentas de de un hallazgo mayor, que se halló debajo de este
Spondylus, pulseras de plata y otras cuentas de ce- importante objeto (Figura 193).
rámica conocidas como torteros o piruros, que re-
velan la condición de hilanderas y tejedoras. Al respecto, hay que destacar que este ornamen-
to de madera (telar en “x”) identificado en el arte
Este contexto se configura como una sucesión y Lambayeque como un ícono muy valioso para de-
superposición de enterramientos entorno a un per- finir la identidad del personaje femenino hallado al
sonaje principal. El entierro Nº 62 que esta en la sur de Chornancap que llamamos la Gobernante y
parte mas alta con respecto a la superficie, se halla Sacerdotisa, pensábamos que podría tratarse solo
dispuesto sobre un lecho de arena fina, se trata de de una imagen representada como un objeto casi
una osamenta que se hallaba cubierta por una del- irreal. No obstante, el hallazgo de este ornamento
gada capa de material orgánico color marrón que junto a la sepultura de una mujer adulta, permite
parece corresponder a la descomposición de su ves- vincularlo a uno de los elementos más importantes
timenta de algodón en mal estado de conservación. que acompaña a la deidad femenina, representa-
El individuo de sexo femenino en posición senta- da magistralmente en uno de los espacios del vaso
da flexionada, orientado de sureste a noroeste, con de plata, existente en el Museo de Arte de Den-
cráneo que presenta cabellos, y las extremidades ver – USA, cuya imagen ilustra la caratula de este
inferiores estan fuertemente flexionadas (Figura volumen, y que sirve para definir uno de los roles
191), sobre ella se evidenció una botella de color principales de identidad del personaje femenino de
negro, cuerpo circular achatado, gollete tubular, Chornancap. Mayor valor tiene este objeto, cuan-
asa cintada lateral, así mismo una pequeña lámina do su identificación física como tal se ha produ-
de cobre de 1 centímetro de lado. La cerámica aso- cido en el sitio de Chornancap. Este ornamento
ciada presenta una pequeña perforación intencio- de madera se configura como un indicador para
nal que es producto del acto ritual de sacrificar los reafirmar los roles y funciones del personaje al cual
bienes que acompañan al muerto. está asociado, pero además define un espacio o un
escenario ritual sobre el cual es cuidadosamente se-
A una profundidad de 30 centímetros fue identi- pultado.
ficado el entierro Nº 63, que yacía sobre el lecho de
arena fina, inmediatamente debajo del entierro Nº Continuando con la excavación a pocos centí-
62. La osamenta corresponde a una mujer adulta metros hacia el lado este del entierro N° 63, fue
sentada, flexionada, cubierta con una delgada capa excavado el entierro N° 64 que corresponde a un
color marrón que parece corresponder a su vesti- individuo adulto de sexo femenino de cúbito ven-
menta y se hallaba en mal estado de conservación. tral flexionado orientado de sur a norte con el crá-
El cráneo aún con cabellos miraba al sur y corres- neo boca abajo y totalmente fragmentado, éste al
pondería a una mujer con trenzas, las extremida- igual a los anteriores también estaba cubierto por
des superiores e inferiores se hallan presentes pero un manto de color marrón oscuro, que se trataría
fragmentadas (Figura 192). Hacia el lado derecho de sus vestiduras (Figura 194). A la altura de la ex-
de las extremidades superiores se encontró una olla tremidad superior izquierda se ubica una pulsera
pequeña de 15 centímetros de altura, borde care- compuesta por 10 esferas de cobre y otra por 13
nado, base convexa con decoración paleteada, y en esferas de cobre, dos pequeñas láminas de cobre y a
la base una capa de hollín, esta olla estaba cubierta la altura de las costillas derechas 3 agujas de cobre y
Fig. 190 por un pequeño mate (lagenaria siceraria), en mal un ovillo de hilo, naturalmente que esta secuencia
Entierro N°45 dis-
estado de conservación. Así mismo, a la altura de de enterramientos se trata de personas vinculadas a
turbado parcialmen- las costillas izquierda se registró una pequeña bolsa labores de hilanderas y tejedoras.
te, hallado al norte de fibra vegetal que descansa sobre un mate, y dos
de Chornancap. platos de cocción reductora de 23 cms. de diáme-

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Seguidamente a pocos centímetros de profundi-
dad fue registrado el entierro N° 65 entre las cua-
drículas 68 y 69 de la unidad VI M, se trata de un
individuo adulto de sexo femenino en posición de
cúbito ventral flexionado orientado de sur a norte
con el cráneo boca abajo que conserva cabello y
se halla totalmente fragmentado, en su mayoría la
osamenta se encuentra en regular estado de conser-
vación, igualmente presenta una tela en descom-
posición generalizada (vestimentas) (Figura 195);
cerca a la extremidad superior derecha fueron ha-
lladas 4 agujas de cobre, y una botella de cerámica
de cocción oxidante en forma asa estribo de lados
planos, cuerpo circular achatado y sobre las que se
han colocado aplicaciones o apéndices escultóricos
en forma de batracios. A la altura de la extremi-
dad superior izquierda fueron encontradas 5 agujas
de cobre, 2 piruros del mismo metal, cuentas de
concha Spondylus, y un pequeño objeto de cobre
en forma de un gancho (Figura 196). Debajo de
la botella asa estribo se registró una olla con asas
laterales color gris oscuro, con 11 cms de diámetro
en la boca, que debió contener alimentos, acom-
pañando a esta evidencia, se registra una botella
pequeña con asa lateral cintada color negro, con
decoración moldeada representada por diseños en
forma de olas marinas y círculos que representan el
mar y la luna, así mismo en la superficie media su-
perior del cuerpo de la vasija, se aprecia decoración Fig. 191
bajo la forma de piel de ganso (Figura 197).
Entierro N°65
hallado al norte de
Chornancap.

Fig. 192
Fig. 191a Entierro N°63
Dibujo de Entierro hallado al norte de
N°62 hallado al nor- Chornancap.
te de Chornancap.

Fig. 192a
Dibujo de Entierro
N°63 hallado al nor-
te de Chornancap.

Fig. 193
Entierro N°63 con
telar en cruz hallado
al norte de Chor-
nancap.

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Fig. 194
Entierro N°64
hallado al norte de
Chornancap.

Fig. 195a
Dibujo de entierro
N°64 hallado al nor-
te de Chornancap.

Fig. 196
Instrumento de
cobre en forma de
colgante.
Fig. 195
Entierro N°65
hallado al norte de
Chornancap.

216 217

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Este personaje femenino está envuelta en una tela
llana y presenta como asociación en la parte supe-
rior derecha del cráneo, seis ceramios (cuatro vasi-
jas cerradas y dos abiertas) (Figura 199), así como
crisoles en arcilla cruda. Sobre el cráneo aparece
una delgada lámina de cobre plateado, y a la altura
del pecho miles de cuentas de concha Spondylus
dibujan la forma de un gran pectoral (Figura 200),
que no presentó un diseño definido.

El hallazgo de este personaje, constituye la con-


firmación de la presencia de una élite femenina que
tiene en Chornancap su principal asiento en la vida
pero también en la muerte. La mujer del entierro
N° 66, portaba a la altura del pectoral un singular
objeto elaborado en cuentas de concha Spondylus
y pequeños colgantes de cobre, que parecen confi-
gurar una especie de campanillas o colgantes, que
se convierte en un elemento poco frecuente en el
registro arqueológico, (Figura 201). Este personaje
tiene un pequeño objeto de cobre en forma de “co-
fre” que se halla cerrado por efectos de la corrosión
(Figura 202); no hemos abierto este “cofre” para
verificar el contenido, aunque sospechamos que si
existe algo en el interior, este debe ser también de
cobre y por efectos de la misma corrosión se ha ad-
herido a las partes internas. Las botellas de cerámi-
ca tienen un estilo relacionado a las formas Chimú
con diseño en piel de ganso y volutas con triángu-
los, sin embargo una de las vasijas ha inquietado
por ser de particular estilo (Figura 203), se trata
de una botella de doble cuerpo superpuesto, go- Fig. 198
llete largo y recto, labio redondeado, base plana,
cocción oxidante, con acabado alisado, decoración Entierro N°66 halla-
do al norte de Chor-
con pintura fugitiva polícroma (crema, rojo y ne- nancap. Personaje
gro), en la base del gollete aparecen 10 volutas en de los brazaletes.
alto relieve. El personaje antropomorfo representa-
do entre los dos cuerpos de la botella, tiene las ma-
nos levantadas en actitud de cargar el cuerpo más
El siguiente nivel de excavación permitió eviden- pequeño de la vasija, los ojos tienen la forma de
ciar el entierro N° 66, (Figura 198) que correspon- grano de café, nariz prominente, narigueras, oreje-
de a la sepultura de un personaje femenino de una ras sobre lóbulos. La pintura de color crema cubre
edad entre 35 a 40 años, que pertenece a la elite y la mayor parte del cuerpo con excepción del golle-
que ha sido colocada en posición de cúbito dor- te, cara, brazo y base. La pintura roja postcocción
sal extendida en eje sur-norte (posición Mochica), aparece en forma concéntrica, ésta representación
asociada al esqueleto de un camélido joven coloca- de un personaje cargando una vasija a la altura de
do a la altura de su cabeza, semejante a la posición la cabeza, nos recuerda las pequeñas esculturas de
del camélido que acompaña a la Gobernante y Sa- piedra documentadas en una de las acompañan-
cerdotisa en su sepultura, y que también se halla tes al lado norte de la Tumba de la Gobernante de
cerca al cráneo, ésta semejanza parece constituirse Chornancap, y tienen la misma actitud ritual (ver Fig. 197
en un hábito de enterramiento por la presencia de Figura 161 en este volumen). Esta vasija, parece ser Fig. 198a
Botella con decora-
camélidos jóvenes cerca al cráneo de los personajes una fusión de estilos y representaciones Chimú – ción piel de ganzo, Dibujo de entierro
principales, generalmente cuando son mujeres. Lambayeque y del Ecuador (Figura 204). círculos y olas. N°66.

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Fig. 199
Entierro N°66 con
ofrendas de cerá-
micas.

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Fig. 200
Detalle de entierro
N°66 con pectoral
de cuentas de con-
cha Spondylus.

Fig. 202
Cofre de cobre
con ofrendas en
miniatura del mismo
metal.

Fig. 201
Colgante de cuentas
de concha Spond-
ylus y pequeñas
campanas de cobre.

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Fig. 203
Botella completa
doble cuerpo con
personaje, entierro
N°66.

Fig. 204
Vista de perfil.

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La mayor concentración de ofrendas de este per- sus principales elementos de género, que también
sonaje femenino han sido colocadas en las extre- representa su condición política y religiosa pero
midades superiores, especialmente en ambas ma- principalmente de ancestralidad.
nos (Figura 205), donde aparecen un par de vasos
alargados confexionados en plata, sin decoración Al someter las osamentas a un estudio preliminar
alguna, juegos de brazaletes de concha Spondylus, de antropología física, éste revela sorprendente-
el primero representando aves y olas (Figura 206), mente que la mujer del entierro N° 66 presenta
el segundo bandas verticales de color rojo blanco y contusiones premorten en el lado occipital izquier-
morado (Figura 207), y el tercero es de color blan- do interno, lo que podría tratarse de golpes que ha
co, con bordes donde se representan olas marinas sufrido probablemente durante su infancia, como
en color rojo sobre blanco (Figura 208), y un cuar- consecuencia de caídas que han sido registradas en
to par de brazaletes, confeccionado por cuentas de su estructura ósea. Sus cuatro acompañantes muje-
plata que dan la forma de la superficie de un maíz res, colocadas en posición sentada flexionada con-
(Figura 209). Se han recuperado los diseños de los figuran un orden funerario distinto al personaje
brazaletes de concha Spondylus que muestran un principal que se halla en posición Mochica y sus
particular detalle, en la parte interior de estos, es acompañantes sentados, y superpuestos en la densa
decir en la cara que no se muestra, se ha colocado capa de arena que cubre esta sepultura.
una tela llana como soporte la cual a través de una
fina costura se sujetan las cuentas, dándole mayor Al respecto estimamos que los acompañantes tie-
estabilidad a la representación lograda, y en los ex- nen una posición tradicional de la época Chimú
tremos se aprecian remates para amarrar cada bra- y el personaje central adopta una posición de sus
zalete (Figura 210). Así mismo, se hallaron en los antepasados y podría tratarse de una mujer cuyo
dedos de las manos del personaje anillos metálicos linaje provendría de un antiguo linaje que tiene sus
de cobre y plata, y una pinza en la mano izquierda raíces en los Mochicas, sobretodo porque esta posi-
(Figura 211). Entre el envoltorio de estos bienes ción es la que recibe la mayor cantidad de ofrendas
de prestigio se ha hallado una tela llana pintada y bienes de prestigio, como brazaletes, pectoral,
con diseños de aves y olas; un detalle a destacar es vasos de plata, anillos, que generan claramente la
la existencia de fragmentos de lagenaria que están idea de tratarse de un personaje de particular je-
calados con imágenes en miniatura como aves con rarquía, relacionada al “telar en cruz” (“X”) y que
tocado semilunar. tiene al lado norte de Chornancap una presencia
que es sujeto de actividades rituales por la identi-
Este entierro, correspondiente a una mujer y sus dad que representa en el contexto de las tejedoras e
4 acompañantes también mujeres (Figura 212) y hilanderas. No hemos descartado la posibilidad de
configuran un nuevo escenario no solo sociopo- que las sepulturas de las 4 mujeres y el personaje
lítico, sino ritual en Chornancap, por un lado el central formen parte de un grupo familiar, herma-
estatus del individuo femenino con sus bienes de nas, primas hermanas que expresan una relación
prestigio como brazaletes, pectoral, vasos de plata, matrilineal y que futuros análisis de ADN podrán
anillos, entre otros, generan la idea de un personaje confirmar esta hipótesis. Este contexto funerario,
de especial jerarquía, que además está relacionado reafirma la naturaleza sagrada de Chornancap y re-
con un objeto de madera como el “telar en cruz” nueva la condición de ancestralidad de la que son
que aparece como marcador sobre su sepultura y sujetos las mujeres del más alto estatus halladas en
constituye un bien de enorme valor sobre todo por Chornancap. Hay que remarcar que estas sepultu-
Fig. 205
haber sido documentado arqueológicamente en ras forman parte de un proceso de cambios en la fa-
Chornancap y que la vincula con la gobernante y chada norte del edificio de Chornancap, por lo que Ofrendas de metal
sacerdotisa excavada al sur quien usa en su corona no solo estamos frente al enterramiento de un con- y brazaletes de
concha Spondylus
de oro este elemento como parte de su identidad. junto de mujeres, si no que estas propician cam- colocadas en cada
La sepultura de este personaje y su sequito confir- bios en la arquitectura y se configuran en ofrendas mano del personaje
ma también que Chornancap es uno de los más de singular valor en los actos de renovación y re- del entierro N°66.
importantes templos que guardan relación con afirmación del culto a los antepasados, actividad
linajes femeninos en el poder político y religioso, frecuente en Chornancap por la vigencia que tiene
que están vinculadas a una elite de hilanderas y te- la deidad femenina durante varias generaciones. Fig. 206
jedoras que tienen al “telar en cruz” como uno de
Brazalete de concha
Spondylus con dise-
ños aves y olas.

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Fig. 207
Brazalete de concha
Spondylus con
bandas verticales de
colores rojo blanco
y morado.
Fig. 209
Brazalete de plata
mano izquierda,
entierro N°66.

Fig. 208
Fig. 209a
Brazalete de concha
Spondylus color Brazalete de plata
blanco con diseño mano derecha, en-
de olas. tierro N°66.

228 229

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Fig. 210
Detalle de soporte
de brazalete de
plata.

Fig. 211 Fig. 212


Pinza de cobre Recreación de en-
ubicada en la mano tierro del personaje
izquierda del per- femenino del en-
sonaje de entierro tierro N°66 con sus
N° 66. acompañantes

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Fig. 213
Cerámica hallada jun-
to a entierro N° 66.

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CAPÍTULO IV
GÉNERO, PODER Y
ANCESTRALIDAD EN
CHORNANCAP
4.1. El Personaje Femenino de mente de formar parte de una estructura política
Chornancap. y religiosa oficializada en un territorio, en el cual

L
tiene autonomía.
a confirmación del sexo femenino del per-
sonaje central, de la tumba de Chornancap, Resulta importante el hecho de que esta sepultu-
nos sitúa en una condición interpretati- ra constituya parte de un conjunto de sepulturas de
va extraordinaria e impensable, al tener la personajes de elite Lambayeque, que mantienen a
oportunidad de documentar científicamen- Chornancap como uno de los escenarios políticos
te a uno de los primeros personajes femeninos de y religiosos de singular valor ceremonial por tener
élite de la cultura Lambayeque, que a juzgar por los proximidad al mar, considerado éste como el te-
bienes de prestigio que la acompañan en su tum- rritorio de una deidad ancestral a quien recuerdan
ba, habría desarrollado principalmente funciones en el relato de Ñaymlap, en el cual se ha configu-
de gobernante, soberana de su tiempo y roles de rado un conjunto arquitectónico como Chotuna
sacerdotisa. La revelación del sexo del persona- y Chornancap sin precedentes en el ámbito de la
je, acompañada por todo el conjunto de valiosas cultura Lambayeque, que expresan no solo el esta-
ofrendas que se han encontrado e individuos que tus de lo que representa o de quienes tienen acceso
forman parte del sequito funerario en su compleja a estos escenarios, sino que producen una narrativa
tumba, nos permite conocer su condición jerárqui- que involucra y compromete los mas significativos
ca del más alto nivel y las actividades ceremoniales elementos de la religiosidad y que se convierten en
que desempeñó este personaje (Figura 214) y su espacios de culto a los antepasados y renovación
relación con la población en el escenario político, de la memoria con especial énfasis en la deidad
pero sobre todo los vínculos que fue capaz de desa- femenina. Hoy sabemos con autoridad científica,
rrollar con territorios próximos como Cajamarca, que las antiguas sociedades especialmente Lamba-
La Libertad y especialmente el Ecuador, generando yeque (al igual que sus antecesores los Mochicas),
una esfera de poder muy compleja, de relaciones a incorporaron a mujeres en el ámbito del poder y de
grandes distancias que le permiten acceso a recur- la conducción de la religiosidad, esto implica que
sos y bienes exóticos (Figura 215), independiente- el territorio de la costa norte del Perú ha tenido

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durante épocas muy prolongadas la presencia de
mujeres al igual que sus pares masculinos transitan
en el escenario público con la más alta autoridad
política y religiosa existente en su tiempo. Esto re-
vela un elemento que debemos someterlo a debate,
como es el equilibrio de género en la vida política
y religiosa de la sociedad que no solamente cons-
tituye parte de un proceso formal inevitable; sino
que revelaría también la expresión del concepto de
masculino y femenino, que implica que esta con-
cepción incorpora estos elementos binarios como
una relación de unidad de contrarios pero de com-
plementariedad y de territorialidad. Las evidencias
con las que se cuenta hasta la fecha, no debe hacer-
nos pensar solamente que la incursión femenina en
la historia debe ser vista desde el ángulo del éxito y
sostenibilidad de las mujeres en el poder, sino de su
necesaria presencia como parte de ese equilibrio fi-
losófico y su trascendencia en el escenario ancestral
como deidad femenina asociada a la luna, espacio
sagrado que comparte con otro escenario como es
el mar (Lemlij y Millones 2016:10). Así mismo,
podemos comprobar en la tumba de la sacerdotisa
de Chornancap que la preferencia de acompañarla
solo de mujeres jóvenes constituye un claro men-
saje que “excluye” al sexo masculino en este tipo
de prácticas ceremoniales de alto contenido religio-
so y de impacto político, tal vez por una razón de
identidad religiosa o probablemente porque estas
mujeres desempeñaban el rol de los más altos fun-
cionarios de culto religioso relacionado con el mar
y la luna cuya identidad es femenina.

El contexto de Chornancap, muestra indudable-


mente la compleja estratificación de la aristocracia
femenina en la que su estatus no necesariamente
tendría que ser inferior a la del varón y en la que
evidentemente dentro de su propio género (feme-
nino) existen niveles o jerarquías que van desde las
mujeres madres, trabajadoras de campo, tejedoras,
chicheras, funcionarias intermedias, doncellas,
concubinas, curanderas, sacerdotisas, sacerdotisa
suprema, deidad femenina y ancestro mítico fe-
menino. Al respecto María Rostworowski (2006),
señala que el papel de las coyas o reinas incaicas
poseedoras de tierras propias y numerosos llanos o
servidores tenían mucho prestigio y poder, lo que
le permitió resaltar en el mundo andino que el po- “Los pueblos de la costa y los llanos que se llama- Fig. 214
der no constituyó un privilegio del varón ya que ban yungas; eran personas débiles, en la mayoría de Dibujo explosivo de Fig. 215
hubo señoríos gobernados por mujeres curacas, tal la región las mujeres gobernaban y daban órdenes tumba de personaje
y como acertadamente lo describe Don Francisco y se llamaban Tallaponas y en otras partes Capulla- de Chornancap y Área de influencia
macroregional del
de Toledo, conde de Oropesa, Virrey del Perú entre nas. Ellas eran altamente respetadas, aunque tam- ajuar funerario.
personaje principal
1569 y 1581, quien sostiene: bién hubo curacas de alta estima. Estaban a cargo sepultado en Chor-
de los campos y otras labores pero el sentido más nancap.

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común eran serviles y tomó la palabras de las Ca- También se conoce la difundida cara-máscara Ñaymlap (Figura 218). Esta particular forma de
pullanas o Tallaponas; y esta tradición se mantuvo Lambayeque con el rostro del personaje solemne cerámica (tacho), resulta ser la que mas frecuen-
en toda las llanuras costeras como la ley y las Ca- de ojos alados, nariz destacada, labios asomados, temente esta representada en metal, acompañando
pullanas eran las madonas las responsables” (Fran- de quien se sospecha se trataría de una mezcla de contextos funerarios, la vemos en oro, plata, cobre
cisco de Toledo, conde de Oropesa, Virrey del Perú rostro de hombre-ave, cuya apariencia es amplia- y aleaciones, como una forma principal; así como
entre 1569 y 1581). mente representada en objetos de oro (Véase Fi- su aparición en contextos funerarios de persona-
gura 4 en este volumen), plata, cobre entre otros jes indistintamente del estatus que posea cada in-
De la misma forma, Fray Reginaldo de Lizárraga (Alva 1984; Kauffmann 1989, 1992; Zevallos dividuo. Estas razones nos llevan a pensar que la
(1545 – 1615) en la descripción breve en toda la 1971, 1989; Carcedo 1989, 2014; Narváez 1995, cerámica tanto en su definición de forma como
tierra del Perú, Tucumán Río de la Plata y Chile. 2011; Castillo 1996, 2000; Donnan 1989, 2012; sus elementos decorativos, permiten constituir un
Biblioteca de autores españoles tomo 216 – Ma- Shimada 1994, 2014a y 2014b; Fernández 2012 y mensaje, un concepto una definición que en el
drid. 1960 – 1602, señala: Wester 2010, 2016), estos bienes son usados indis- caso de la forma llamada huaco Rey, Elera (2008), Fig. 217
tintamente por personajes masculinos y femeninos sostiene que podría trarse se la representación del Botella Lambayeque
“En los bancos del río Motape, encontré pueblos como sucede en Chornancap. fardo con la cara máscara. tipo rey.
gobernados por mujeres que fueron llamadas por
los españoles las Capullanas, debido a su ropa que Conocemos además, la clásica imagen del deno-
se hizo de un pedazo largo de tela, una capuza, que minado “Huaco rey” (Figura 217), que se consti-
les cubrieron la cabeza. Estas Capullanas, que eran tuye en una representación emblematica de la cul-
mujeres en su infidelidad, casadas como ellas se sa- tura Lambayeque, y que aparece en vasijas de color
tisfacían, porque si el marido no era satisfactorio lo negro como rojas, donde el personaje central bau-
descartan y se casaban con otro. El día de la boda el tizado como el Dios Ñaymlap es flanqueado por
hombre elegido se sentaba al lado de la Capullana seres antropomorfos y zoomorfos, eventualmente
y había una gran fiesta de la embriaguez. El esposo estilizados o divinizados, en cuyo entorno se en-
descartado también estaba allí en un rincón, senta- pacidad simbólica de ingresar a la profundidad del Fig. 216 cuentran asociados personajes en posición de cúbi-
do en el suelo, llorando su desgracia, nadie se atre- mar, transformarse en ola, volar como ave, (Nar- Deidad Femenina to ventral como si estuvieran “flotando”, a quienes
vería a darle ni siquiera agua para calmar su sed. La váez 2011) o aproximarse a la Luna, que es el ele- Lambayeque, regis- se les denomina con el nombre de “nadadores” y
novia y el novio con alegría sabían burlarse de él”. mento celeste; características que muestran a un trada en vaso de el caso más significativo son aquellas imágenes en
Fray Reginaldo de Lizárraga (1545 – 1615). ser divinizado en su época e inmortalizado en su plata del Museo de arte mural como las pinturas polícromas de Hua-
Arte de Denver USA.
tumba (Figura 216). ca Pintada en Illimo (Schaedel 1978) Murales de
De otro lado, Felipe Guamán Poma de Ayala Úcupe (Alva y Meneses 1984; Alva y Alva Mene-
(1980 [1615]), grafica en sus dibujos la presencia Así mismo, la estructura religiosa de la élite ses 2011), Huaca Loro (Florián 1951), (Shimada
de la mujer curaca inca finamente vestida con uso Lambayeque reflejada e inspirada en los reconoci- 2014a), los relieves de Huaca Las Balsas en Túcu-
en la mano y tupu en la lliclla como señal de esta- dos ornamentos que se aprecian en colecciones de me (Narváez 2011) y las Pinturas de Chornancap
tus; igualmente conocemos en el recuerdo del inca- diversos Museos del país y del exterior, así como (Donnan 1989 y 2012), entre otras; donde el ele-
rio las mujeres míticas como Mama Ocllo la esposa en algunos monumentos de Lambayeque excava- mento recurrente generalmente es el personaje de
subordinada y Mama Huaco la valiente mujer gue- das científicamente (Shimada 1994 y 2014a; Elera ojos alados con tocado semi-lunar adornos pluma-
rrera. En el contexto funerario que analizamos, el 2008; Martínez 1996, 2014; Alva Meneses 2012), rios, alas, rostro con gesto ritual indistinto, pero
personaje femenino de la tumba de Chornancap, habían logrado que nuestra visión sobre esta temá- que resume un conjunto de elementos que parece-
está ubicada sentada con piernas flexionadas mi- tica esté “enfocada” a imágenes que el arte Lam- rían vincularse a la legendaria historia de Ñaymlap.
rando al este de la tumba, junto a sus ornamentos bayeque expresaba de manera clásica y frecuente
de rango político, religioso y divino. Esta posición como es la representación del Dios Ñaymlap, atri- Forman parte también de estos materiales, las va-
resulta intencional debido a que al oeste se ubica buida al icono que aparece en el famoso cuchillo sijas clásicas donde se expresa el arte Lambayeque,
el mar, lugar de la procedencia de sus antepasados, ceremonial llamado Tumi o el Dios Sicán (Shima- como es el caso del tipo conocido como botella
y al este la aparición de la luna, elemento vincula- da 1994, 2014a); bautizado asi sin considerar las tronco-cónica con pedestal alto y decoración con
do a su identidad femenina, mostrando otra vez el perspectivas históricas, lingüísticas y arqueológicas, la técnica negro fugitivo, en las que se representa
tema dual y de complementariedad (Mar – Luna). tomando en cuenta solo las investigaciones desa- un personaje ornitomorfo con tocado semilunar de
El personaje esta asociado simbólicamente a la te- rrolladas en Pomac, nos lleva a pensar en una pers- perfil, asociado a olas marinas y circulos, en clara
mática “ola antropomorfa”, tal vez esta sacerdotisa pectiva en la cual el poder no esta circunscrito a un alusión a la luna el mar y las aves. Así mismo aque-
representaría a la cabeza de la ola antropomorfa, solo escenario, sino que desde los valles se detenta lla forma denominada “tacho”, que corresponden a
que aparece frecuentemente en el arte de la cultu- el poder y se comparte la liturgia que se expresa en vasijas de doble gollete tronco-cónico divergente,
ra Lambayeque. La Sacerdotisa mira al este, que las actividades rituales pero que también se dibuja unidos por asa puente, articulados a cuerpos glo-
es el escenario del territorio del reino de la Luna, en los roles y funciones que representan hombres bulares con base pedestal y que frecuentemente
elemento de su total dominio y que permiten apro- y mujeres en aquello que llamamos: dualidad en el muestran sobre el asa un elemento escultórico an-
ximarnos a que la sepultura hace alusión a su ca- poder. tropomorfo que se asocia a la imagen del mítico

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PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP CA P Í T U LO I V - P O D E R G É N E R O Y A N C E ST R A L I DA D E N C H O R N A N CA P


Entonces proponemos que la forma cerámica creativos en la construcción y composición de esce- Fig. 219
denominada tacho, que también es una represen- nas de línea fina de enorme repertorio simbólico y Personaje mítico
tación emblemática en la cultura Lambayeque, po- realista, donde concurren recursos de flora, fauna, femenino represen-
dría hacer alusión a una relación con la imagen de seres antropomorfos, deidades, que han legado un tado en el vaso de
la divinidad femenina, en razón a que el cuerpo valioso conjunto de elementos que permiten ahora plata del Museo de
Arte de Denver.
circular de la vasija representaría al personaje feme- con mayor seguridad entender el complejo mundo
nino (color celeste), el tocado bipolar alude a los ceremonial y ritual de esa sociedad. De esta cultura Fig. 220
golletes divergentes (color verde), el asa puente a la provienen las clásicas representaciones de los famo-
corona (color anaranjado) y el pedestal representa- sos “temas” (Benson 2003; Donnan 1975, 1978; Dibujo esquemátiza-
ría al escenario o a la huaca (color marrón) donde Hocquenghem 1987) como el del Sacrificio y Pre- do de vasija “tacho”,
de la cultura Lamba-
habita su ancestro mítico (Figuras 219 y 220). sentación, el Lanzamiento de flores, el Entierro, yeque, relacionada
Cacería del Venado, Travesía Marítima, tan sólo simbólicamente con
Hacemos esta reflexión como producto de una por citar los más representativos y difundidos. Sin deidad femenina.
inevitable intención de entender, en las formas de embargo, para el caso de la cultura Lambayeque se
los materiales, la expresión de la ideología y religio- producen cambios “sustantivos” en la forma como
Luis Jaime Castillo
10
sidad, como si estas formas materializaran no solo se transmite el concepto de la liturgia y simbolo- y Carlos Rengi-
el arte y tecnología si no el pensamiento, genero, gía, donde los personajes aparentemente son más fo (2008: 172),
territorialidad y roles. limitados y el repertorio no es tan amplio, como manifiestan que la
si la dimensión pública y masiva lograda por los ideología es quizás
En este contexto de imágenes conocidas (que mochicas se hubiese circunscrito, ahora con los la única alternativa
para explicar la ca-
han permitido construir el panteón de dioses, di- Lambayeque por razones políticas y religiosas a pacidad de integra-
vinidades y ancestros míticos Lambayeque), con- un mensaje específico en el cual existe una clara ción. Agregan que
curren también elementos simbólicos en forma intención de asociar las representaciones del arte con este término se
figurativa o geométrica como: la “ola marina sim- Lambayeque, con la tradición oral de la historia de refiere a las ideas
ple”, “ola antropomorfizada”, “ola ornitomorfa”, Ñaymlap y sus descendientes, que coherentemente materializadas a
través de formas
“ola antropo-ornitomorfa”, etc.; símbolos como guarda relación con gran parte del material produ- simbólicas que se
el triángulo escalonado, círculos, Cruz Andina o cido. Esta circunstancia entendida como la estrate- movilizan al servicio
Fig. 218 Chacana, etc. Con estos símbolos es que se apre- gia de la élite Lambayeque para legitimar su poder de los intereses
cia aparentemente una enorme diferencia entre la (Rucabado 2008), puede ser concebida más allá del de ciertos grupos,
Botella Lambaye- que llaman como
que, doble gollete
concepción prioritariamente escenográfica del arte límite político e interpretarse como la construcción
la teatralización
divergente y asa Mochica y la alegórica y simbólica de la cultura de un discurso a manera de doctrina oral y artística del tiempo (véase
puente, tipo “ta- Lambayeque; por lo menos eso es lo que se pue- que se reconoce y reafirma en actos públicos bajo la también a John
cho”. de constatar, los mochicas maestros del arte mural forma de una liturgia10 que se materializa y movi- Thompson 1990).

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PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP CA P Í T U LO I V - P O D E R G É N E R O Y A N C E ST R A L I DA D E N C H O R N A N CA P


liza y que busca unificar un territorio a través de la 2008)y tratándose de un personaje femenino de
presencia de la élite sacerdotal que actúa a nombre los que no se conocía para el Santuario Histórico
de estas deidades vinculadas al mar como origen y Bosque de Pomac, esto resulta interesante por el
a la Luna como destino donde vuelan como aves hecho de que las mujeres poseen también estruc-
míticas, generando subordinación de la población turas funerarias complejas con bienes de prestigio
a través de actos religiosos, donde los celebrantes y que incluyen acompañantes, sin embargo a nuestro
conductores de estos rituales actúan con una per- juicio esta tumba no ostenta el nivel jerárquico que
formance de singular impacto masivo. la documentada en Chornancap.
Las tumbas excavadas por Izumi Shimada en Hasta hace dos décadas, este era el panorama en
Huaca Las Ventanas (1991) y Huaca Loro (1994) la simbología de la cultura Lambayeque, no obs-
(Shimada 1995 y 2014b), así como la tumba ex- tante con el hallazgo en el 2011, 2012 y 2016 de
cavada por Carlos Elera en el año 2006 en Huaca las tumbas denominada: La Sacerdotisa de Chor-
Las Ventanas (Elera 2008), en la que se halló el nancap (Tumba Nº4) Personaje de los spondylus
fardo funerario que contenía los restos de una an- (Tumba Nº5) Personaje de los brazaletes y el telar
ciana, proveyeron nuevos elementos iconográficos en “X”. (Figuras 221, 222 y 223), aportan un insos-
que ayudaron a redefinir el rol y funciones de los pechado repertorio de íconos del que no teníamos
personajes sepultados, pero sobre todo la asocia- idea, sobre todo porque las imágenes se encuen-
ción de los materiales y ornamentos permitiendo tran asociadas a cierto tipo de objetos, muchos de
reconocer el estatus de los individuos enterrados. los cuales fueron usados en vida por el personaje
Los contextos funerarios de las Tumbas este y oes- principal, como bienes de prestigio que expresan el
te en Pomac, han revelado de manera inequívoca ritual que desarrollan quienes lo usan (vasos, cuen-
varias situaciones que debemos remarcar. Por un cos, brazaletes, pectorales, etc.) como elementos
lado, la presencia de grandes y complejas tumbas que revelan su poder y autoridad (corona, oreje-
a mucha profundidad en torno al edificio princi- ras, cetro), o como símbolos que muestran su con-
pal, con personajes envueltos con sus bienes más dición en la tumba (tela pintada y máscara). En
preciados, con acompañantes sepultados como dichos casos la simbología representada constituye Fig. 221
producto de rituales, cultos y prácticas funerarias una clara señal del acceso que tiene el personaje Fardo funerario
cargadas de significado social (Castillo 2000), que para usar estos símbolos como parte de su discurso de sacerdotisa de
debió constituir la oportunidad para remarcar el ritual y de la legitimización de su autoridad en vida Chornancap con cara
poder y autoridad que estos seres tuvieron en vida y en el inframundo. mascara.
y que seguían teniendo en su tránsito al mundo de
los ancestros. También deja en claro la riqueza de
las élites gobernantes que a partir de los rituales
de enterramiento reafirman el enorme control que
ejercen en el territorio, siendo capaces de manejar y
movilizar para su beneficio recursos necesarios que
son colocados en su sepultura, construidas cerca a
grandes edificios, erigidos para honrar su memoria
que incluye además la colocación de bienes exóti-
cos como: concha Spondylus, Conus, Perlas, Tur-
quesas, Cinabrio, Lapislázuli; productos que no
son frecuentes en este territorio y que pueden ser
entendidos como medios que demuestran el poder
de quienes los ostentan (Makowski 2014:194).

Adicionalmente a este contexto material se asocia


el contexto litúrgico, simbólico, es decir el conjun-
to de imágenes que se asocian a ciertos objetos que
reiteran conceptos como dualidad, bipartición o
escenarios como La Luna y El Mar. En el caso de
la tumba excavada por Carlos Elera en el año 2006 Fig. 222
que se trata de una mujer de avanzada edad con un Tumba de Personaje
importante ajuar funerario en su sepultura (Elera de los Spondylus.

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Vamos a poner énfasis en el significado de las jes femeninos que poseen un corpus iconográfico
imágenes y simbología e iconografía que apare- propio, que construye sus roles, que enriquece sus
ce representada en los principales ornamentos de atributos, que la transforman en un ser terrenal,
rango del personaje femenino de Chornancap, y pero a la vez divinizado e inmortalizado, este es a
como ésta nos ha permitido enriquecer sustanti- nuestro juicio el aporte más importante del con-
vamente la idea equivocada que teníamos sobre el texto funerario excavado en Chornancap, es decir
arte Lambayeque, plasmado en diferentes sopor- la visión de la religiosidad que adquiere un nuevo
tes. Debemos reconocer, que existía hacia algunos derrotero, la presencia de la gobernante, la sacer-
años la idea de que los Mochicas antecesores de dotisa, la diosa, la divinidad Lambayeque, que no
los Lambayeque, habían logrado uno de los más conocíamos antes de este hallazgo.
altos desarrollos de su sociedad, y que éste podría
leerse en las expresiones iconográficas que aparecen
principalmente en cerámica con pintura de línea 4.2.1 Tumbas de élite en la costa norte.
fina (Figura 224), con los famosos temas y escenas
estudiados por Donnan (1975), Kutscher (1954), Las tumbas de los personajes de elite Mochica
Hocquenghem (1987), Castillo (1989), Shimada hallados en Sipán obedecen a un patrón determi-
(1995), Bourget (1994), Golte (1994), Makowski nado de tipo de sepultura, posición y orientación
(1990), entre otros, o las imágenes representadas del personaje, acompañantes, tipos de ofrendas,
en relieves polícromos en las principales fachadas entre otros (Alva 1994). Similar circunstancia se
de los templos Mochicas como Huaca de la Luna, presenta en las tumbas de las sacerdotisas de San
Huaca Cao, Huaca Facho, Huaca Bandera, Pampa José de Moro (Castillo 2011), tumba del personaje
Grande, Pañamarca, que muestran todo un uni- de Úcupe, (Bourget 2008) la Dama de Cao en el
verso de dioses y divinidades que actúan en cere- complejo El Brujo (Franco 2008), y el Sacerdote
monias de alto impacto religioso y político, que Guerrero en Virú (Strong y Evans 1952). Si hay
remarcan el enorme poder ancestral de éstas repre- algo frecuente en estas tumbas, es la extraordinaria
sentaciones. También las podemos ver en objetos calidad tecnológica e informativa que proveen los
de oro, plata, cobre, aleaciones, tejidos, objetos de objetos asociados, que forman parte de los contex-
madera, hueso, arcilla, lo que demuestra el inte- tos, así como la correlación de los personajes con
rés e inversión de recursos del estado Mochica en los existentes en la compleja iconografía Mochica.
publicar y difundir los fundamentos de su liturgia Otros elementos comunes son la existencia por
4.2. Representaciones y símbolos (Wester 2016), bajo un modelo de Cacicazgo. De Fig. 223 religiosa, estructura jerárquica y el reconocimiento ejemplo de ataúdes de madera y caña, hornacinas
del personaje femenino de otro lado, tambien analizar esta sociedad usando Imagen de tumba masivo de las principales deidades que presiden el en los lados de la tumba, individuos como acompa-
Chornancap. como indicadores el tema de género, la arquitec- de personaje de los universo del mundo de arriba. ñantes (eventualmente ofrendados), o tal vez séqui-
tura pública y las implicancias que estos tienen en brazaletes. tos, guardianes de la tumba, entierros secundarios,
El contexto funerario del personaje femenino ex- el territorio y en el ámbito político y religioso. La Se consideraba también que tras el proceso de su- ofrendas de camélidos, perros, serpientes, techo de
cavado en la Residencia de Élite al sur del Templo presencia de este contexto funerario, ratifica la or- cesivos “colapsos” que debió atravesar la sociedad viga de algarrobo, entre otros componentes que
de Chornancap, constituye una reveladora prueba ganización de las élites en el territorio de la cultura Mochica (Canziani 2012, Castillo y Rengifo 2008, configuran un evento que se renueva con cierta
arqueológica de la existencia de una mujer perte- Lambayeque, como formaciones familiares de po- Makowski 2014, Prieto 2014a y b), y luego del pe- regularidad. En la sociedad Mochica, las pruebas
neciente a la cultura Lambayeque, de la cual no sible tipo dinástico, que desarrollan una estrategia riodo Transicional (Rucabado y Castillo 2003), los arqueológicas indican que existía un rito o libre-
teníamos sospecha y que contribuye a profundizar política, con soporte ideológico, con una articu- Lambayeque habrían circunscrito su religiosidad y to funerario para los actos de enterramiento, que
el debate sobre la presencia e incursión de mujeres lada estructura simbólica, y con una indeclinable simbología a una dimensión monoteísta, es decir la además se encontraba simbólicamente definido en
en el escenario político y religioso de las socieda- repercusión ancestral que ha venido en los últimos existencia de una deidad única y principal, con po- una escena desarrollada en una botella asa estribo
des complejas en los andes centrales, y nos permite tiempos en definir la visión politeísta de la religio- der transformativo, omnipresente y omnipotente, con pintura de línea fina, configurada para estos
acceder a un valioso e inestimable ajuar funerario sidad Lambayeque (Narváez 2014b). Finalmen- que preside la estructura mitológica en la cultura actos al cual los arqueólogos han bautizado como
que desde su configuración tecnológica y represen- te, la complejidad de los rituales y su pervivencia Lambayeque y que Shimada (1995 y 2014b) lla- la botella con el tema El Entierro (Donnan 1975)
taciones, produce una serie de reflexiones que es durante un periodo prolongado que se transmite ma Dios Sicán. Sin embargo, la simbología docu- (Figura 225). Este protocolo funerario se habría
oportuno precisar. como herencia cultural, donde las celebraciones de mentada en huaca Las Balsas Túcume, los Murales cumplido en un territorio muy vasto, y se aplicó
los funerales tienen connotación mágico religio- de Ucupe, las pinturas policromas de huaca Brava con rigurosidad ritual. Es más, se han documenta-
Por un lado, la idea de revaluar la composición sa y la intensión de producir un efecto sostenido en Pátapo y recientemente la tumba del personaje do arqueológicamente dos botellas Mochicas con
política y territorial de la cultura Lambayeque, no que permita que la población mantenga la cohe- femenino de Chornancap, nos muestra un nuevo el tema del entierro en tumbas Mochica Tardío en
solo desde la óptica de una capital central (Shimada sión con su estructura política, tal como lo sostiene camino interpretativo, un insospechado vértice el sitio de San José de Moro (Castillo 2011).
2014), sino desde la existencia de varios grupos o Kaulicke (2000) cuando habla de la culturización sobre la simbología la misma que pone énfasis en
familias que habitan en los valles y que comparten de la muerte o Thompson (1990), que desarrolla la un rasgo extraordinario: la diferencia de género, es
el poder en el territorio de esta importante región idea de la teatralización del tiempo. decir personajes masculinos pero también persona-

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PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP CA P Í T U LO I V - P O D E R G É N E R O Y A N C E ST R A L I DA D E N C H O R N A N CA P


Fig. 224 Fig. 225
Cerámica Mochica Cerámica Mochica
Tardío con decora- Tardío con decora-
ción de linea fina, ción de linea fina,
con el tema Sacrifi- con el tema El
cio y Presentación. Entierro.

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De otro lado, las tumbas Este y Oeste excavadas bas contienen importantes cantidades de ofrendas te por sus actividades y funciones estaba vinculado
en Pómac (Shimada 1995, 2014), aparecen como metálicas en la que existe un repertorio simbólico al territorio donde se ubicó su sepultura (Figura
grandes cámaras a mucha profundidad bajo la su- que se circunscribía prioritariamente al personaje 228).
perficie, como tumbas complejas con el personaje de ojos alados, nariz prominente, a quien llama-
central que no está dentro de un ataúd, éste apare- mos Dios Ñaymlap. Las tumbas este y oeste docu- Las investigaciones arqueológicas a cargo de Ig-
ce sentado flexionado mirando al oeste, en un far- mentadas en huaca Loro (Shimada 1995, 2014), nacio Alva (2012) en el sitio de Collud (al este de
do o envoltorio y con cara máscara metálica sobre son la prueba del enorme poder que ejercen estos Chiclayo), permitieron conocer tumbas intrusivas
el rostro. El concepto del ataúd no es que desapa- personajes más allá de la muerte; son enterrados en de la fase Lambayeque Tardío, la primera de ellas
rece, lo que sucede es que se introduce un nuevo profundas y grandes cámaras, envueltos en fardos corresponde a un adulto con vestimenta muy dete-
componente en el ritual del enterramiento, que que guardan todos sus ornamentos, acompañantes, riorada asociado a 5 vasijas de cerámica colocadas
revoluciona la ceremonia, porque no es lo mismo telas pintadas y que además reciben ofrendas exó- Fig. 226
a los lados de la osamenta, una de estas vasijas des-
trasladar un ataúd con el individuo en el interior, ticas, sacrificios humanos, importantes cantidades taca por tratarse de una botella de cuerpo globular,
que llevar un fardo en una litera con una cara más- de “naipes” de cobre, que son considerados como Imagen de sepultura gollete tronco cónico, base pedestal con decora-
de personaje feme-
cara y corona, creando con ello la sensación de que una especie de medio de cambio o moneda y tie- nino de Chorncan- ción en bajo relieve, asa lateral cintada, apéndice
el individuo en el fardo aún con “vida” participa nen amplia difusión durante la época considerada cap en residencia de ornamental sobre el cuerpo y sobre todo una fina
de sus propias exequias, en la “despedida” de este como Sicán Medio (Shimada 2014b), así mismo, élite. decoración con diseños como olas marinas suce-
mundo rumbo al espacio de los muertos, donde se conchas Spondylus, Conus, perlas entre otros bie- sivas con la técnica conocida como “negro fugiti-
encontrará con sus ancestros (Figura 226). En el nes exóticos que revelan que estos personajes en vo” (Zevallos 1989); fueron hallados una vara de
caso de la cultura Lambayeque son pocos los con- vida ejercieron un enorme poder en la sociedad y Fig. 227 madera al lado derecho, varios calabazos, palillos
textos funerarios de personajes de elite excavados una relación de influencia con contactos en una es- Ilustración de tumba de tejer, entre otras. Se registró también una im-
científicamente, lo que se conoce es que estas tum- fera mayor al ámbito local y regional (Figura 227). este en Pomac. portante tumba intrusiva Lambayeque Tardío que
corresponde a una mujer adulta que portaba una
máscara y cuchillo de cobre, así como un extraor-
dinario cetro de madera, cuya imagen representa a
la reconocida imagen de Ñaymlap, esta escultura
muestra hacia la parte posterior del personaje dos
Con estas evidencias, se ha sostenido que el esce- cabezas de serpientes estilizadas o felinos estiliza-
nario principal para la existencia de estas grandes dos. Este hallazgo de singular contenido y riqueza
tumbas de la élite Lambayeque, es el denomina- informativa corresponde a una mujer tejedora se-
do Bosque de Pómac (Shimada 2014b; Carcedo pultada con un cesto con los artefactos de hilado y
2014), esto por la presencia y procedencia de gran con ofrendas de cerámica del estilo Lambayeque,
cantidad de objetos metálicos entre oro, plata, co- especialmente botellas de doble gollete divergente
bre, aleaciones así como cerámicas, que provienen unido por asa puente. Este contexto tiene un ajuar
de estos escenarios y que están estrechamente aso- que constaba de más de 214 usos de madera muy
ciados a la concentración de arquitectura pública fino, 22 de los cuales se hallaban con hilo algodón
como: Huaca Loro, Las Ventanas, Rodillona, Sole- de color blanco y negro, 6 ovillos de algodón, 52
dad, El Corte, Sontillo, entre otras, que permiten agujas de cobre, 6 cayhuas, 7 porta agujas de co-
suponer la idea de una capital única o centro prin- bre, torteros, mates y cestas conteniendo algodón
cipal donde la élite Lambayeque reside, desarro- y fragmentos de textil, la mujer que estaba sentada
lla actividades rituales, productivas y es sepultada tiene como rasgo de prestigio un cuchillo de cobre
(Shimada 1995). Además, muchos objetos obteni- y una máscara del mismo metal con aplicaciones
dos ilegalmente de esta zona forman hoy parte de en los ojos, así como un vaso ceremonial de co-
colecciones privadas. bre y tizas de huaca (Figura 229). Esta asociación
certifica el enorme prestigio que tenían las mujeres
En el sito “El Arenal de Illimo” (al norte de Lam- que se dedicaban al arte del hilado y la textileria.
bayeque), fue identificada, la tumba de un impor- Hay que destacar que del conjunto de ofrendas
tante personaje de élite que podría corresponder de cerámica el tipo de cerámica Lambayeque más
a un Guerrero (Martínez 1996 y 2014), con cara frecuente en este contexto corresponde a la botella
mascara, cuchillos tipo Tumi con la escultura del doble pico divergente, asa puente, cuerpo globular
Dios Ñaymlap, estuvo acompañado por dos mu- achatado, base pedestal, conocida como “tacho”
jeres jóvenes, ofrendas de cerámica entre las que (Alva Meneses 2012), así como la proximidad de
destaca botellas de gollete tronco-cónico asa late- dos edificios de adobe, uno de gran volumen, as-
ral, cuerpo globular, base pedestal pertenecientes pecto monumental y lados inclinados con acceso
a la fase Lambayeque tardío, así como objetos de circunferencial y otro pequeño con planta en “T”
oro, tumbaga y plata. Este entierro corresponde a mirando al este.
un personaje de rango medio, quien probablemen-

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El fardo funerario de la Gobernante o Sacerdo-
tisa Lambayeque excavada en Chornancap con sus
ocho acompañantes, mayoritariamente mujeres jó-
venes enterradas en una sepultura “intrusiva” en el
contexto arquitectónico de la llamada Residencia
de Elite ubicada al sur de Chornancap, nos permi-
te identificar a uno de los más notables personajes
femeninos de la élite de la cultura Lambayeque,
de los siglos XII a XIII d.C., que a juzgar por sus
emblemáticos y asombrosos ornamentos de rango,
poder y autoridad, nos conducen a documentar
a una de las más conspicuas autoridades políticas
y religiosas de su tiempo (Figura 230). La prota-
gonista principal de la sepultura del personaje, no
sólo es una mujer importante sino que tiene amplia
autoridad en el territorio local, regional y macro re-
gional, logrando establecer vínculos con sociedades
complejas de su tiempo como: Cajamarca, La Li-
bertad, Ecuador, etc. Administró, un sorprendente
e insospechado corpus iconográfico que al provenir
de un contexto arqueológico intacto, nos genera
una lectura de sus vínculos en el escenario religio-
so donde tiene singular protagonismo. El enterra-
miento de este personaje, así como el ritual de su
sepultura, tanto como el contenido, permiten en-
tender la compleja jerarquía política y religiosa en
la cultura Lambayeque, de la cual solo se conocían
personajes masculinos. Esta mujer de inmenso po-
der, no sólo es extraordinaria por la riqueza de sus
bienes, sino porque el acceso a éstos constituye un
privilegio solo para individuos del más alto estatus,
comparable a los grandes sacerdotes, soberanos o
jerarcas de las sociedades complejas o las Reinas del
viejo mundo.

Fig. 228
Sepultura del gue-
rrero de Illimo.

Fig. 229
Sepultura la tejedo-
ra de Collud.

Fig. 230
Tumba la Sacerdoti-
sa con sus acompa-
ñantes.

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4.2.2. Significado de los ornamentos el fardo de la tumba de la llamada soberana, go- to, no solamente por el valor que posee la propia En este sentido, la simbología religiosa represen-
de Chornancap. bernante y/o Sacerdotisa de Chornancap. Hemos naturaleza de los objetos sino porque además su tada en los ornamentos (corona, orejeras, vasos,
precisado las características de los principales bie- obtención, confección y transformación deman- copas, etc.), aluden a la imagen de un ser mítico
Recientes investigaciones en la arqueología de la nes y roles a los cuales se asocian (Wester 2016), daron de especialistas, organización y contactos, femenino, asociado a dos escenarios principales: la
costa norte sobre el tema de género, han introdu- sin embargo más allá de la lectura de cada uno de con un entorno local y macro regional para po- luna y el mar que son el espacio de su dominio
cido en el debate académico no solo la identifica- ellos, es indispensable trazar algunas explicaciones der acceder a ellos; que se enriquecen al provenir y en los cuales actúan elementos complementa-
ción del rol sino la consolidación de la presencia sobre el contexto sociopolítico, territorial y ritual de un contexto intacto excavado científicamente. rios como aves, felino, serpientes, ola escalonada,
femenina, cuya naturaleza de roles es sumamen- que se asocia a este rico y extraordinario personaje Estos bienes forman parte de la parafernalia ritual ola antropomorfa, Spondylus, telares en cruz, fe-
te diversa desde el papel de madre, responsable femenino. oficial de una elite religiosa que instruye a las áreas lino mítico, etc., que forman parte del contenido
de las actividades domésticas, hilandera, tejedora productivas sobre la producción de estos, el orden complementario de estos escenarios mencionados.
por naturaleza y hoy identificada en el escenario Por un lado, estamos ante un personaje femenino donde deben destacarse ciertos elementos, rasgos, Evidentemente que los objetos del personaje, pro- Fig. 231
más importante de la religiosidad, así como en el del más alto estatus y jerarquía de la cultura Lam- características e imágenes que se resaltan como una pietario de los bienes que hemos descrito, aluden
contexto de las deidades ancestrales donde tienen bayeque que conozcamos arqueológicamente, la especie de liturgia o doctrina que transmite de ma- principalmente a estos escenarios, así como a su Principales bienes
espacio propio (Carrión 1923; Lyon 1978; Hoc- cual tiene la capacidad y privilegio de una sepultu- nera categórica el estatus, rol, capacidad e identi- capacidad de actuar con poder político, autoridad que reflejan el
estatus y jerarquía
quenghem y Lyon 1980; Holmquist 1992; Castillo ra con todos sus bienes y riquezas (corona, juegos dad del personaje, no solo en vida sino en el mun- religiosa y privilegio de transformarse en un ser mí- de la gobernante
y Holmquist 2000, Castillo 2003 y Wester 2016). de orejeras, cetro, vasos ceremoniales, máscara, te- do de los ancestros. tico que es recordado y venerado con frecuencia y sacerdotisa de
Estas evidencias ayudan a entender el papel de la las pinatadas, pectorales, cerámica, etc.), con ocho como la diosa de la luna y el mar (Figura 231). Chornancap.
mujer en la sociedad a lo largo de la historia que acompañantes (principalmente mujeres jóvenes)
no habíamos reconocido por una marcada actitud que conforman su sequito, en una estructura fune-
de asociar todos los hechos y acontecimientos del raria dentro de un complejo recinto arquitectóni-
pasado a partir de la presencia masculina. A pesar co que funcionó como Residencia de Élite, que se
de las evidencias pertenecientes a la época Moche, asocia al palacio de Chornancap y donde es sepul-
la investigación en Chornancap con el hallazgo de tada como su mausoleo. Así mismo, administra un
la tumba de la Gobernante y Sacerdotisa Lamba- corpus iconográfico insospechado que se relaciona
yeque, permite demostrar que más allá de la época con escenarios como el mar, la luna, seres como
Moche, cuando creíamos que las mujeres habían aves, felinos, serpientes, etc. El elevado status polí-
casi desaparecido de los escenarios de la política, tico y religioso le permiten mantener el orden so-
religiosidad y de la dimensión visible del poder, la cial y dotar de legitimidad a un sistema altamente
excavación de esta compleja tumba aclara que el rol jerarquizado y ritualizado, por estas razones re-
de las mujeres se mantuvo con cierta continuidad sulta incuestionable su condición de personaje de
a lo largo de muchos siglos, y que por el contrario alto rango. No obstante, la condición de ancestro
fue fortalecido con la presencia de objetos en esta mítico que encarna a una divinidad y que es resul-
tumba que demuestran que no sólo estamos frente tado de todas las actividades ceremoniales desarro-
a una dama importante de su tiempo, y que podría lladas en vida, así como el despliegue realizado para
tratarse a las “Reinas o Soberanas” del viejo mundo. su enterramiento y su conmemoración por más de
En consecuencia, queda claro que las mujeres que 150 años, hace que este episodio funerario y su
cumplieron estas funciones de carácter excepcio- asociación a una extraordinaria imagen femenina,
nal no son solamente grandes personajes, sino que sea considerada por sus atributos sobrenaturales
también se convierten cuando mueren en ancestros como la deidad mítica Lambayeque, que aparece
divinos que aseguraban el equilibrio y continuidad representada magistralmente en un vaso de plata
de sus pueblos (Castillo 2000 y 2003). existente en el Museo de Arte de Denver USA, y se
constituya en una importante razón para establecer
Aun cuando contamos con mayores pruebas ar- los roles de gobernante, sacerdotisa y ancestro.
queológicas sobre la presencia de mujeres en el po-
der político, religioso y en el escenario mítico de las Los bienes de prestigio del personaje principal
antiguas sociedades de la costa norte del Perú, desde de la tumba de Chornancap, están confeccionados
el periodo Formativo (Seki 2014) y especialmente en materiales cuyo acceso no es frecuente y común
en la cultura Mochica, donde fueron importantes en cualquier personaje, nos referimos a artefactos
para la construcción y subsistencia de la sociedad u objetos de oro, plata, cobre, aleaciones, concha
como sus contrapartes masculinos (Castillo 2003); Spondylus, Conus, Turquesa, Perlas, madera, pie-
(Franco y Gálvez 2005) y (Holmquist 1992); es dra, textiles, etc., complementados con elementos
necesario examinar y reflexionar cuidadosamente simbólicos de implicancias sagradas como el cina-
sobre el valor y significado de las imágenes repre- brio, demuestran que el personaje tiene acceso a
sentadas en los principales ornamentos hallados en bienes de alto valor tecnológico, artístico y de cul-

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4.2.3 Simbología en la tumba de felino mítico sentado de perfil, con corona y toca- 4.2.4. El vaso de plata de Denver y la mentos (Figura 236). Al respecto, Carol Mackey y
Chornancap. do semilunar y que está sacrificando a un hombre tumba de Chornancap. Joanne Pillsbury (2013) han definido los escena-
tomándolo de su cuerpo e introduciendo su cabeza rios de lo que nosotros llamamos campo principal,
Para determinar el rol del personaje femenino a su hocico, esta imagen cuyas semejanzas con la El vaso de plata existente en el Museo de Arte de sosteniendo que existe una línea que separa dos es-
de Chornancap y su identidad, analizamos inicial- que aparece en el quinto nivel de la fachada prin- Denver USA, consiste en un recipiente alargado de pacios uno mayor y otro menor, en el mayor exis-
mente los ornamentos que a nuestro entender son cipal en huaca de la Luna, revela que se trata de un base plana, de 15.2 centímetros de altura y 14 cen- ten tres escenas y, una cuarta compuesta por lo que
señales del estatus e indicadores de jerarquía. Estos ser sobrenatural cuyos rasgos y gestos se mantie- tímetros de diámetro en la boca. La parte cilíndrica denominan el canal mítico, y un segmento menor
bienes que la acompañan por siempre, permiten nen más allá del tiempo La existencia de este ícono y la base, se hallan finamente decoradas con la téc- donde aparecen cinco espacios en cada uno de los
inferir la identidad y roles del personaje sepulta- bautizado como “felino lunar” que es registrado en nica de repujado (Figuras 234 y 235), que muestra cuales emergen diversos personajes. De otro lado,
do. De otro lado, a partir del corpus iconográfico una etapa larga de la historia en la costa y sierra un complejo “relato” de imágenes y escenas perte- Alfredo Narváez (2014b), ha llamado la atención
representado en algunos objetos, atribuidos sólo a norte del Perú (Mackey y Vogel 2003), refuerza la necientes al mundo mitológico de la cultura Lam- sobre la calificación de algunos de estos elementos
cumplir funciones para grandes ceremonias e im- idea no solo de su importancia en el escenario reli- bayeque (Mackey y Pilsbury 2013; Narváez 2014 que obviamente tienen repercusión en el aspecto
portantes rituales, podemos deducir qué tipo de gioso al cual pertenece, sino que su asociación con a y b). El vaso en mención, tiene la forma de kero interpretativo. Narváez (2014 a y b), denomina
actividades desarrolló, por ejemplo: los juegos de contextos femeninos aporta nuevas evidencias para y habría ingresado junto a otro del mismo estilo a serpiente mítica con “burbujas” al elemento que
vasos – sonajas y copas bimetálicas, que son de ex- entender la naturaleza de su origen, las circunstan- las colecciones del Museo de Arte de Denver USA se halla representado como una especie de cauce
cepcional calidad artística y tecnológica, los juegos cias en la que se asocia y el género al que se vincula; en el año 1969 (Mackey y Pillsbury 2013). El vaso (Carol Mackey y Joanne Pillsbury 2013) y que el
de orejeras, corona y cetro, son del indiscutible es- todo hace indicar que este ícono constituye el equi- de plata del museo de Arte de Denver, está confor- personaje mítico femenino de la parte superior de-
tatus del poder de quien los usa, y la máscara que valente femenino o el símbolo que acredita la iden- mado en tres piezas que se unieron técnicamen- recha forma parte de la escena donde aparecen los
cubre el fardo así como los mantos pintados su- tidad de género en el cual aparece representado. te a presión y por soldadura (Mackey y Pillsbury personajes que llevan cabezas decapitadas. A pesar
gieren la condición divina del personaje sepultado, op. cit.). Ha sido objeto de importantes opiniones de estas diferencias en algo concurren ambos enfo-
que revelan simbólicamente escenarios de su iden- como el de Paloma Carcedo, quien sostiene que ques, y es que este conjunto de imágenes se trata
tidad y jerarquía. este vaso pertenece a la época Sicán-Chimú (Pa- de una de las más reveladoras y complejas escenas
loma Carcedo 2000 [King 2000]) o el estudio de que el arte Lambayeque posee y donde podemos
Al analizar los principales ornamentos identifi- Carol Mackey y Joanne Pillsbury (2013), y recien- reconocer rituales, escenarios, seres míticos con sus
camos que uno de los pares de orejeras de plata temente el de Alfredo Narváez (2014 a y b), que diversas funciones, roles y gestos en el mundo an-
que tiene la representación de un felino sentado de han realizado exhaustivos análisis y observaciones cestral, y que además demuestran que la propuesta
perfil, identificado como el “felino lunar” o felino sobre el desenvolvimiento de las escenas, la posible formulada por Izumi Shimada (2014a y b) acerca
fantástico, es semejante a la imagen polícroma pin- función de los personajes, la identidad, significado de la existencia de una deidad única, omnipresen-
tada en la pared oeste del recinto donde se halló la y roles de los seres que forman parte de estas es- te, omnipotente y con poder transformativo, para
tumba de la Dama de Cao (Franco y Gálvez 2005). Fig. 232
cenas, pero que lamentablemente no han contado lo que él domina cultura Sicán, tiene que ser recon-
Si comparamos detenidamente ambos elementos con un contexto arqueológico primario para aso- siderada a la luz de los recientes hallazgos y aportes,
iconográficos encontramos que en los dos casos el Imagen de felíno ciarlo, y empezar la tarea de reconstruir e interpre- al existir en el vaso de plata y en otros soportes, esta
mítico pintado en complejidad de imágenes y personajes en diferentes
ser sobrenatural representado, tiene un tocado que el recinto de la se-
tar los rituales, escenas y todo lo que envuelve esta
se abre en penachos bipolares, tiene sobre el lomo pultura de la dama magistral representación. Sin embargo, los orna- acciones y gestos rituales, lo que significa que ten-
una sucesión de triángulos continuos, su cola es de Cao. mentos hallados en la tumba de la Sacerdotisa de dríamos varias deidades en la cultura Lambayeque
recogida hacia el interior y el perímetro o su en- Chornancap, nos brindan una valiosa oportunidad tal y como lo propone Narváez y Delgado (2011)
torno está definido por triángulos escalonados que para identificar y asociarlos con los existentes en la y Narváez (2014a y b). Por esta razón y teniendo
se desenvuelven en sentido horario. Ambas imáge- iconografía de este vaso de plata, e iniciar la lectura en cuenta la existencia de un significativo contexto
nes se asemejan y al parecer constituyen la misma e interpretación de algunas representaciones. funerario de tanta riqueza informativa como el de
representación, pero sobre todo están asociadas a Chornancap, que permite una lectura narrativa de
un importante contexto funerario de un personaje Este extraordinario objeto que usamos como las costumbres ceremoniales, funerarias y religiosas
femenino del más alto estatus político y religioso principal elemento de análisis y comparación con del panteón Lambayeque, es que hemos desarro-
como es la Dama de Cao de la cultura Mochica y los objetos e iconografía procedentes de la Tumba llado algunas aproximaciones a la relación entre el
la Sacerdotisa de Chornancap de la cultura Lamba- de Chornancap, presenta en la superficie decorada contenido iconográfico de uno de los vasos exis-
yeque (Figuras 232 y 233). Lo que nos lleva a re- varios campos que vamos a separarlos metodoló- tente en el Museo de Arte de Denver-USA, y los
flexionar que este ícono llamado felino lunar tran- gicamente en dos: la lámina que conforma la for- objetos e imágenes que se han representado y que
sita desde épocas muy remotas (cultura Recuay), ma cilíndrica (cuerpo del vaso) que denominamos forman parte del contexto funerario excavado cien-
pasando por la época Mochica hacia la sociedad campo principal y la lámina circular que constituye tíficamente en Chornancap.
Lambayeque, Chimú e Inca; pero en nuestro caso Fig. 233 la base que llamamos campo secundario. Vamos a
vinculado a la sepultura de una mujer con el más usar en nuestro análisis preferentemente el campo
Imagen de felíno
alto estatus de su tiempo. Una placa de plata fina- mítico representado
principal, éste tiene una forma rectangular alarga-
mente repujada, que forma parte de los bienes de en orejeras de plata da donde aparecen varias escenas que están deter-
la sacerdotisa de Chornancap( véase figura 159 y del personaje feme- minadas por la presencia de personajes, escenarios,
160 en este volumen), presenta la imagen de un nino de Chornancap. seres míticos, seres sobrenaturales, entre otros ele-

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Fig. 234
Vaso de plata
finamente repujado,
existente en el Mu-
seo de Denver USA.

Fig. 235
Detalle de la base
del vaso de plata
existente en el Mu-
seo de Denver USA.

Fig. 236a y b
Compleja iconogra-
fía repujada en el
exterior del vaso de
plata.

Es necesario precisar que para establecer las rela- … “que consiste en construir un corpus repre-
ciones entre el vaso de plata y la tumba del perso- sentativo y hacer su descripción, elaborando un ca-
naje femenino de Chornancap, hemos considerado tálogo de los diferentes temas y motivos que apare-
el uso de un enfoque metodológico que recoge las cen y sus modalidades de ocurrencia” (Holmquist
propuestas de Panofski (1979), Berezkin (1980), 1992:8).
Donnan (1986), Hocquenghem (1987), Castillo
(1987), Makowski (1989), Holmquist (1992), Seguidamente, buscamos establecer el significado
todas para el estudio de la iconografía Mochica. de los diseños identificados y descritos en la tum-
Así como los de Carol Mackey y Joanne Pillsbury ba de Chornancap frente al contexto de la cultura
(2013) y los recientes estudios de Narváez (2014a y Lambayeque al que pertenecen, a esta fase Panofski
b) para la iconografía de la cultura Lambayeque. El (op. cit.), denomina análisis iconográfico:
proceso metodológico que hemos desarrollado em-
pezó con la identificación del corpus de imágenes, …¨ que consiste en identificar los motivos y bus-
símbolos, personajes, seres mitológicos, escenarios, car el significado convencional que han tenido en
etc. que aparecen en la sepultura de Chornancap; la sociedad a la que pertenecen, la dificultad em-
teniendo especial cuidado en no separarlos del con- pieza cuando tenemos que encontrar un conjunto
texto de origen y al que están asociados, es decir de informaciones comparables e independientes
corona, vasos, orejeras, collares, discos, entre otros. del conjunto iconográfico, que permita interpre-
A esta fase Panofski (1979), la denomina descrip- tarlas (Holmquist 1992:8).
ción pre iconográfica y que Castillo (1987) la lla-
mó identificación de la personalidad iconográfica:

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Finalmente, establecimos la analogía y sentido de Al examinar la corona de oro de la tumba de do lleva la simbología de la silueta del ave mítica y
los motivos descritos e identificados en la tumba de Chornancap, registramos que el diseño principal constituye la misma representación que la existente
Chornancap, con respecto a escenas mayores pre- de este ornamento se trata de la imagen de una en el cetro de oro hallado en Chornancap, tanto
viamente seleccionadas como es el caso del vaso de mujer mítica sentada de perfil en la luna crecien- como la pequeña corona de cuerpo de ave que re-
plata (VPD), existente en el Museo de arte de Den- te, con un telar en cruz al frente, ésta es la misma posa sobre la cabeza, por lo tanto el cetro de oro de
ver-USA, así como la información proveniente del versión del personaje femenino del vaso de Den- la tumba de Chornancap se convierte en un objeto
sitio Huaca Las Balsas (Narváez y Delgado 2011), ver, pero vista de perfil. En el diseño de la corona que guarda también relación con toda esta esceno-
investigaciones en Pómac a cargo de Izumi Shima- de oro el personaje de la tumba aparece con los grafía proveniente del vaso de plata (Figuras 242,
da (1995, 2014a y b), estos contextos nos han per- mismos rasgos, y elementos que destacan en ambos 243 y 244). Hay que subrayar tamién los objetos
mitido interpretar las imágenes hacia su significado casos y es que el personaje mítico femenino presen- que expresan poder del personaje de Chornancap:
y obviamente los roles de los personajes y seres que ta sus manos y pies representadas como cabezas corona, orejeras, cetro y algunos vasos contienen la
ostentan estas imágenes, a esta fase Panofski (op. de felinos estilizados, junto a su mano derecha el identidad del personaje femenino expresado como
cit.) denomina interpretación iconológica: telar en cruz y de su cabeza cae un penacho que deidad suprema, asociada a la luna, el mar, la texti-
remata en una forma circular y trapezoidal. Esta lería, aves y felinos.
…“buscar el sentido cultural que estos motivos sorprendente semejanza es uno de los elementos
Fig. 237
han podido tener en el marco de la sociedad a la que permiten asociar directamente la identidad del
que pertenecen. A este nivel nos encontramos con Dibujo de cara más- personaje femenino del vaso de plata con la repre-
la misma necesidad de interpretar con referencia a cara corona y toca- sentación de la corona de oro del personaje feme-
do hallados con el
un conjunto de informaciones, comparable, inde- personaje femenino
nino de Chornancap (Figuras 239 y 240). Existe
pendientes de la cultura a la que pertenecen” (Hol- de Chornancap. una diferencia: mientras que en el caso del vaso de
mquist 1992:8). plata (VPD), el personaje aparece de frente como
si bajara del mundo de arriba, en la representación
Como resultado de la aplicación de esta meto- de la corona de Chornancap está sentada de perfil
dología, así como de la discusión e intercambio en la luna creciente, dentro de un templo definido
de ideas, obtuvimos resultados que explicamos por el techo con el símbolo del ave mítica, como si
y fundamentamos. La tumba de la sacerdotisa o este espacio fuese el lugar sagrado donde habita la
gobernante de Chornancap, está definida por la deidad femenina tejedora y diosa de la luna.
presencia del fardo funerario, sobre el cual se re-
gistra una máscara metálica, con lagrimones, nariz Fig. 238
En uno de los personajes representados de lo que
prominente, un ornamento geométrico decorativo se ha denominado la serpiente de agua y las “bur-
Deidad femenina Fig. 239
que cae perpendicularmente desde la altura de la bujas” o serpiente mítica (Carol Mackey y Joanne
con representación
nariz, orejeras delimitadas para cada lado, apéndi- de máscara corona
Pillsbury (2013 y Narváez 2014a y 2014b). En la Escena representa-
ces decorativos hacia los lados inferior, y superior primera “burbuja” de la sección derecha, aparece da en la corona de
y tocado, similar a personaje femenino
de la máscara con la representación de cabezas de figura anterior. el mismo personaje mítico femenino sentada con de Chornancap.
serpientes o felinos estilizados, que muestran los las extremidades inferiores flexionadas, recogidas
de la parte superior doble tocado semi-lunar, sobre y presenta los ornamentos que la identifican: cara
esta cara máscara se registra una corona cilíndrica, máscara, corona cilíndrica y tocado bipolar simi-
y a cada lado de la parte superior de esta corona se lar a la composición existente sobre el fardo de la
registra un tocado a manera de una cabeza de ser- Sacerdotisa de Chornancap. Presenta también a la
piente que da la idea de tratarse de un tocado “bi- altura del cuello un ornamento con la forma de
polar”. Esta composición documentada en la parte serpiente bicéfala que remata en cabezas de felinos
exterior del fardo constituye un primer elemento estilizados, ornamento que denominamos “bu-
diagnóstico para identificar el estatus del personaje fanda o chalina”, y que es el mismo ornamento
sepultado, su condición de ancestro por la relación que registra el personaje representado en el cetro
con la imagen del personaje femenino correspon- de oro hallado en la mano izquierda de la Sacer-
diente al vaso de plata de Denver (VPD), al tratar- dotisa de Chornancap (Figura 241). Así mismo,
se de la misma composición que acompaña a este porta en cada una de sus manos un vaso alargado
personaje, esto significa que el personaje femenino acampanulado similar a uno de los registrados en
del vaso de plata aparece en la escena como una la mano derecha de la Sacerdotisa de Chornancap;
deidad, como un ser sobrenatural que viene desde ésta relación refuerza obviamente la identificación Fig. 240
la otra vida en su condición de ancestro mítico, y asociación del personaje femenino de Chornan- Personaje mítico
y es objeto de una serie de ofrendas y homenajes. cap con el personaje mítico femenino del vaso de que presenta los
La composición cara máscara, corona cilíndrica y plata. Complementariamente a estos ornamentos mismos elementos
tocado bipolar la identifica como el personaje se- hay que destacar que el tocado del personaje senta- de la figura anterior.
pultado en Chornancap (Figuras 237 y 238).

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Los penachos que caen a la altura de los hombros solo de ornamentos, sino que la actitud simbólica
de la deidad mítica femenina del vaso de plata, es semejante (Figuras 248 y 249), lo que hace su-
tiene las mismas características a los representados poner obviamente que esta representación que en
en el vaso bimetálico de la tumba de Chornancap, el exterior del cuenco de la Sacerdotisa de Chor-
donde aparece la figura de perfil izquierdo, de una nancap aparece como un elemento principal con
mujer con la misma forma del penacho que remata rol protagónico que destaca en toda la escena, se
en una figura circular y trapezoidal (Figuras 245 y trataría de la versión simbólica de la mujer mítica
246). Complementariamente, el par de orejeras de pero que en el caso del vaso de plata de Denver
oro de la tumba de Chornancap, donde aparece un (VPD), aparece representado sin el protagonismo
personaje de pie mirando de frente con las extre- con el que lo hemos visto en el objeto de plata de
midades superiores sosteniendo un bastón a cada la tumba de Chornancap. Hay que anotar también
lado, tocado semi lunar, y corona cilíndrica con la que este mismo felino mítico guarda relación con
Fig. 242 representación de círculos (vease Figuras 101 y 102 la representación del personaje que aparece en el
Dibujo de cara más- de este volumen); este ornamento es similar a la vaso bimetálico (oro – plata) enmarcado por los
cara corona y toca- imagen de la misma mujer representada en el vaso rombos y alternado con la representación de la mu-
do hallados con el de plata del Museo de Denver. jer de perfil, ello supone que la relación entre el
personaje femenino
de Chornancap.
felino mítico, felino lunar y la representación fe- Fig. 245
La representación del llamado felino mítico, que menina constituyen una constante no solo en la Deidad femenina
aparece en la parte superior derecha de la repre- tumba de Chornancap sino en el arte Lambayeque. del vaso de plata de
sentación del vaso de plata del Museo de Denver Denver con pena-
(VPD), la ubicación que tiene este icono es un es- Debajo del pie derecho del personaje femeni- chos con círculos y
cenario aparentemente desapercibido, sin embar- no del vaso de plata (VPD), aparece una silueta trapecios que caen
a ambos lados.
go, se trata de la figura mítica de un felino de perfil en cuyo interior se registra un individuo extendi-
izquierdo con ojo concéntrico, corona semi lunar do decúbito dorsal, dando la idea de un personaje
dentada, nariz redondeada sobre el cuerpo, presen- sepultado (Figura 250); coincidentemente en la Fig. 246
ta círculos concéntricos, y su cola se convierte en la tumba de Chornancap, fue documentado arqueo- Escena representa-
cabeza de lo que constituye una ola antropomorfa lógicamente debajo de la sepultura de la Sacerdoti- da en vaso bimetá-
(Figura 247). Esta imágen, es semejante a la que sa un contexto funerario, cuyo personaje central de lico, hallado con el
personaje femenino,
aparece en el cuenco de plata de la tumba de Chor- sexo masculino, se encontraba decúbito dorsal en observese penachos
nancap, que presenta en el conjunto de representa- la misma posición que el registrado en el vaso de similares a la figura
ciones la imágen con las mismas características no plata (Figura 251). atnerior.
Fig. 243
Vaso sonaja de co-
bre plateado hallado
en la mano derecha
del personaje feme-
nino de Chornancap.

Fig. 241
Imagen de persona-
je femenino repre-
sentado enel vaso
de plata de Denver,
con cara másca-
ra, corona, tocado
vasos en las manos Fig. 244
y “bufanda”. Detalle de cetro de
oro hallado en la
mano izquierda del
personaje de Chor-
nancap, observese
la “bufanda” similar
a la Figura 241.

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Fig. 250
Deidad femenina
representada en el
vaso de plata del
Museo de Denver.

Fig. 247
Deidad felínica con
corona, represen-
tada en vaso de
plata del Museo de
Denver.
Fig. 251
Dibujo esquemático
de superposición de
tumbas en Chornan-
cap.

Fig. 248 Fig. 249


Deidad felínica con Deidad felínica con
corona, represen- corona, representa-
tada en cuenco de da en vaso bime-
plata del fardo del talico del fardo del
personaje femenino personaje femenino
de Chornancap. de Chornancap.

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La forma arquitectónica desarrollada en la parte
inferior derecha del vaso de plata del Museo de Arte
de Denver, que alude a una estructura platafórmica
superpuesta con rampa central que da la idea de
una estructura con planta en “T”, plaza delantera y
estructuras en el entorno izquierdo. Si analizamos
la forma de la huaca Chornancap es exactamente el
mismo modelo al existente en el vaso de plata (Fi-
guras 252 y 253). En la misma estructura en planta
en “T” con recintos hacia el lado norte y donde
se registra además una cenefa decorativa (murales
polícromos) en una fachada en la que aparecen es-
cenas donde un conjunto de personajes en sentido
de derecha a izquierda llevan armas y otros con ca-
bezas de decapitados que forman parte de un ritual
o ceremonial mayor, esta correspondería a la escena
que fuera documentada por Christopher Donnan
en 1982, y es similar en composición y contenido
a la que aparece en el vaso de plata de Denver (Fi-
guras 254 y 255 ). Las excavaciones del año 2017
permitieron documentar al norte de Chornancap Fig. 252
recintos para festines y celebraciones, cuya confi-
Plataforma arque- Fig. 254 Fig. 255
guración obedece al modelo repujado en el vaso
tectónica en forma
de plata de Denver y cuyos espacios se asocian a de “T”, representada
Desfile de perso- Desfile de perso-
elementos como el Spondylus cuya representación najes con cabezas najes con cabezas
en el vaso de plata decapitadas, repre-
aparece también en el piso de este recinto (véase decapitadas, repre-
de Denver. sentado en vaso de sentado en mural
Figura 276 en este volumen). Denver. polícromo al norte
de Chornancap.

Fig. 253
Vista aérea de Chor-
nancap con planta
en “T”.

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Serpiente río.
Ola antropomorfa.
Huaca - Chornancap.
Deidad femenina.

Existen dos elementos significativos sobre los como un ser sobrenatural en la parte superior del valles principales, tiene como condición estar em- haciendo alusión a como las aguas provenientes de Fig. 256
cuales hay que reflexionar: por un lado, en las imá- vaso de plata de Denver, y que correspondería al plazado en la proximidad del lado sur de la desem- las montañas, representadas en el vaso de Denver Conjunto de ima-
genes repujadas en el vaso de plata de Denver se personaje femenino hallada en Chornancap. Re- bocadura de un rio hacia el mar, y que el caso de por las mujeres sentadas, y ubicadas en las dos bur- genes repujadas en
aprecia un dibujo que representa a una serpiente marcamos esta observación, porque en el territorio Chornancap no corresponde a un hecho fortuito, bujas superiores de la denominada serpiente mí- el vaso de plata de
mítica (Narváez 2014b) o una forma serpentifor- de la cultura Lambayeque paradójicamente se ha- sino a una razón de naturaleza probablemente re- tica (Narváez 2014b) o llamado cauce (Mackey y Denver, la imagen
me ubicada en la sección media del vaso, en esta Pillsbury 2013), atraviesan el territorio, el bosque, resaltada hace
llan templos cuyo emplazamiento o ubicación se ligiosa, territorial y paisajística. Por lo que la ubi- alusión a la tradi-
representación la cabeza de la serpiente asoma o encuentra próximo al litoral del Pacífico, y cerca cación de los lugares sagrados en la época Lamba- por cauces en forma de serpientes, la misma que ción oral: río, mar,
desemboca en una imagen horizontal conformada de la desembocadura de un río; tal es el caso de yeque Tardío obedeció a modelos preestablecidos, ingresa al mar en un acto ritual y simbólico en el templo y deidad
por olas antropomorfas sucesivas, dando la im- la Huaca Murales de Ucupe con acceso al este y que se repiten recurrentemente y que asocia a edi- que el agua del río es introducida en la madre de femenina.
presión que este cauce o río (Mackey y Pillsbury emplazada en la margen sur del río Saña, y cerca de ficios importantes con un espacio o contexto pai- las aguas que es el mar, donde habita para siempre
2013) en forma de serpiente desemboca en el mar, la desembocadura en el mar. Otro caso es Huaca el sajístico que está determinado por el cauce del río convertida en una deidad suprema, en una fuente
recordándonos en forma simbólica el relato de Taco con acceso al este y ubicada en la margen sur y su desembocadura en el mar. Al parecer este mo- de vida, cuya expresión mítica y simbólica es la ola
Ñaymlap sobre el lugar del arribo o llegada que se del río Reque, y próximo a la desembocadura en el delo que establece la élite Lambayeque, asocia los antropomorfa.
produce junto a la desembocadura del río Faquis- mar, y finalmente Huaca Chornancap con acceso templos cercanos al mar con acceso al este, y que
llanga en el mar (Cabello 1951[1586]). Asimismo, al este y ubicada en la margen sur del río Lambaye- estos tengan proximidad al lado sur de la desem- Hemos advertido, que la imagen de la mujer mí-
cerca de esta “desembocadura”, existe un templo que y próximo a la desembocadura en el mar. bocadura de un río en el mar, como si este empla- tica representada en el vaso de plata (VDP), que
o edificio cuyo acceso (rampa) se orienta al este zamiento aludiera al inicio de la tradición oral de podría tratarse de la mujer sepultada en Chornan-
(Figura 256). Esta circunstancia parece hacer alu- Esta situación permite proponer la hipótesis de Ñaylamp referente al lugar del arribo cuyo recuer- cap, presenta un rasgo particular, que consiste en
sión a la ubicación exacta del lugar donde habita que en la época Lambayeque Tardío, la ubicación do se conmemora con le edificación de templos que se le han representado ojos en varias partes de
y es sepultada la sacerdotisa suprema representada de un templo importante en la parte baja de los en estos escenarios. Probablemente, también esté su cuerpo y de sus ornamentos principales; tiene

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ojos en el tocado bipolar, en la cara máscara, extre- Luego de someter las evidencias arqueológicas de tiempo una equivocada visión monoteísta de la re- mujeres jóvenes que portan agujas y piruros entre
midades superiores e inferiores (Figura 257); esta la tumba del personaje femenino de Chornancap ligiosidad Lambayeque, tal y como sostiene Nar- otros bienes. Este telar en cruz refuerza categóri-
reiteración de la visión resulta un fundamento que y relacionarlas con el vaso de plata existente en el váez (2014a y b). camente la relación que hemos explicado del con-
refuerza la sospecha de que se trata de la deidad Museo de Arte de Denver, tenemos la idea de que texto funerario de la llamada Sacerdotisa de Chor-
principal, de un ser sobrenatural que todo lo ve el personaje femenino del fardo de Chornancap La tumba de Chornancap y el vaso de plata nancap, con la deidad femenina representada en el
(Campana 2015, Wester 2016), que tiene atribu- está íntimamente asociado con parte de la repre- del Museo de Arte de Denver USA, provienen a vaso de plata, ambas asociadas a un telar en cruz.
tos de un ser omnipresente, omnipotente, con po- sentación del personaje femenino del vaso de plata nuestro juicio no solo de un mismo contexto mi- Así mismo, en las proximidades del lado sur oes-
der transformativo y que es la máxima de todas las de Denver (VPD), es decir, la identidad del perso- tológico sino territorial y paisajístico, su origen e te del Templo de Chornancap, fue documentada
deidades femeninas, y por lo tanto su capacidad naje de Chornancap correspondería a la identidad inspiración gira en torno a un complejo escenario una máscara de cobre plateado con lagrimones, y
de visión se convierte en el rasgo trascendental del del personaje del vaso de plata donde además se ceremonial y religioso que tuvo a la Sacerdotisa o una corona cilíndrica similar a la que aparece en el
rol religioso y ancestral que este personaje ejerce, constituye en el escenario en el cual desarrolla sus Soberana de Chornancap, como principal protago- fardo de la Sacerdotisa de Chornancap, y que origi-
y que en vida tenía la visión de la curandera y actividades rituales y aparece en actividades públi- nista en su vida y después de ella. En este contexto, nalmente debieron estar en un soporte con una tela
encarna a la deidad femenina, y que en la otra vida cas. En consecuencia, las escenas representadas en el palacio de Chornancap adquiere un extraordina- pintada, que lamentablemente no se ha conserva-
se convierte en la diosa de la luna y del mar que el vaso de plata (VPD) debieron ser inspiradas en rio valor en la vida religiosa, en la sociedad Lamba- do por razones de humedad; lo que implica que
todo lo ve. Chornancap y es probable entonces que el origen yeque, y un escenario con una identidad asociada este ornamento representado en el vaso de plata de
de estos vasos de plata que existen en el Museo de a la luna y al mar, un espacio sagrado donde se Denver, constituye un indicador de la identidad Fig. 258
Debemos destacar que en los rituales funerarios Arte de Denver pertenezca a este territorio. En- desarrollan actos litúrgicos trascendentales en los del personaje femenino que ejerció poder, y auto- Personaje femenino
de los andes centrales, en las tumbas de elite que tonces, el vaso de plata de Denver cuyo metal está cuales la religiosidad se expresa públicamente y la ridad en Chornancap, y que con su muerte se con- mochica, identifica-
se conocen desde épocas tempranas, aparece una asociado al elemento femenino, se convierte en un mujer de Chornancap adquiere identidad como vierte en uno de los ancestros míticos femeninos do en San José de
condición invariable, la mayoría presentan ofren- objeto clave para identificar al personaje de la tum- deidad principal, como Diosa que desde su sepul- más importantes de la costa norte del Perú. Moro.
das más allá de la condición social y política de los ba, pero sobre todo para conocer el insospechado tura intercede por su pueblo en el mundo de los
sepultados, el colocar ofrendas forma parte de una y hasta ahora desconocido universo mitológico, y Fig. 257 ancestros, y con su poder representada en su visión
irrenunciable costumbre que por un lado se entien- ceremonial de la cultura Lambayeque, en la que Deidad femenina su- infinita generará el control de los fenómenos na-
de como que el muerto viaja con sus bienes pero solo pensábamos en el dios Ñaymlap, deidad de prema registrada en turales.
también como que el individuo sepultado arriba a ojos alados, el ser con rasgos ornitomorfos, como el vaso de Denver
la otra vida con sus principales riquezas que iden- si toda la simbología girara entorno a este persona- con reiteración de Esta deidad Lambayeque cuya antecesora posi-
visión.
tifican sus roles y funciones. Por lo tanto, si anali- je con rasgos de ave, que ha generado por mucho blemente se trata del Personaje C del tema de la
zamos el panorama arqueológico de las principales presentación (Donnan 1975) identificada en la
tumbas excavadas científicamente (Sipán, San José sociedad Mochica como la sacerdotisa (Castillo
de Moro, Cao, Pómac, etc.), nos damos cuenta que 2003), documentada en San José de Moro (Figura
todas exaltan el culto a los muertos como un ritual 258), tiene continuidad de roles y funciones en la
institucionalizado y oficializado, que forma parte época Lambayeque tal como podemos graficarlo
del calendario ceremonial de las sociedades. Al- en las representaciones en el arte mural, iconogra-
gunos de estos son personajes que en vida desem- fía, cerámica, etc. Como en el caso de la figurina
peñaron roles y funciones importantes y se trans- Lambayeque que representa a una mujer de élite,
forman en ancestros míticos que son recordados y que fue hallada en la zona sur de Chornancap cer-
venerados con cierta frecuencia, cuya identidad se- ca a la tumba de la sacerdotisa (Figura 259) y que
pultada en una tumba bajo tierra no solo puede ser revela que existe una clara relación entre los obje-
definida a partir de la ubicación, sino que habita en tos materiales, las funciones que estos cumplen y la
la memoria colectiva de la población como la ima- simbología a la que se asocia, permitiendo recons-
gen de una deidad mítica con atributos sobrenatu- truir el universo de las imágenes de Lambayeque a
rales que elevan y destacan su condición humana a partir de este contexto funerario.
una condición de divinidad ancestral (Matsumoto
2014). Esta aproximación como resultado de la Las excavaciones en el año 2016 al norte y sur de
lectura de la evidencia arqueológica y los materia- Chornancap, han permitido obtener contundentes
les comparativos, nos sitúa en la condición de sos- pruebas arqueológicas para probar que la simbolo-
tener que el personaje femenino de Chornancap gía representada en el vaso de plata existente en el
cumplió en vida roles de: soberana con autoridad Museo de Denver, corresponde en algunos casos
política en un territorio, sacerdotisa con activida- a elementos que existieron en la realidad, tal es el
des ceremoniales en la que hace uso de sus bienes caso de la excavación de un importante contexto
que revelan su identidad religiosa y tras su muerte funerario al norte de Chornancap, donde ha sido
asume la equivalencia de ancestro mítico semejante hallado un telar en cruz elaborado en madera, y
a lo que llamamos diosa del mar y de la luna. que aparece asociado directamente a un contex-
to de una mujer de élite, acompañada de cuatro

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4.3. Roles del personaje de los bre uso y función, más allá del solo hecho de iden-
Spondylus. tificar el espacio para el personaje principal que se
emplazó, nos interesa sobre manera, conocer qué
Al efectuar la revisión de temas que aparecen tipo de actividades ha presidido, trasmitiendo po-
en el arte Moche (Donnan 1975; Hocquenghem der y autoridad. En la búsqueda de explicaciones
1987), representados en botellas asa estribo con de la funcionabilidad y significado de este espacio
pintura de línea fina y otros materiales que repre- sagrado, encontramos un tema que en el arte Mo-
sentan escenas rituales, ceremonias y actividades chica está referido al ritual de entrega de ofrendas
que debieron mantener continuidad en la tradi- de concha Spondylus y Conus, que son transporta-
ción Lambayeque, como producto de la evidente dos en camélidos, y traídos desde el Ecuador y pro-
transmisión de rasgos, costumbres y hábitos que bablemente Centroamérica para ser presentados
se heredan de una civilización a otra, sobre todo si ante el altar del señor como testimonio del culto al
estas formaron parte de un escenario geográfico y agua y el poder que este personaje tiene. Así mis-
paisajístico común como la costa norte. Al respec- mo, los grupos de recolectores de Spondylus en la
to, hay que precisar que el Trono registrado al nor- época Lambayeque proveían este preciado recurso
te de Chornancap sugiere la hipótesis, por un lado, para ser usado en rituales y ceremonias como ele-
de explicar su configuración espacial y estructura- mento de purificación, como ofrenda en las sepul-
ción arquitectónica desde la óptica de la forma, el turas, como materia prima para la confección de
diseño y la construcción (técnicas y materiales). De pectorales, pero sobre todo como símbolo mágico
otro lado, nos aproxima a esbozar explicaciones so- de la abundancia de agua (Figura 260).

Fig. 260
Compleja escena
Fig. 259 de recolectores de
Spondylus repujada
Figurina femenina en cuenco de plata
hallada en Chornan- procedente Huaca
cap, probablemente Santa Rosa de Lam-
la Sacerdotisa. bayeque.

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Fig. 261
Detalle de mate
repujado con escena Fig. 262
de recolectores de
Spondylus proce- Escena de mate
dente de complejo repujado en la figura
Jotoro-Jayanca. anterior.

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Durante la excavación en el área del patio del tro- presidía quien se halló sentado en el trono de Chor-
no, al norte de Chornancap se halló en el relleno nancap que participa presidiendo la recepción de
sobre la arquitectura, un sorprendente objeto ela- estos bienes.
borado en palo de balsa, se trata de lo que podría
ser el cuerpo de una orejera circular de 6 centíme- El hallazgo de la sepultura del Personaje de los
tros de diámetro con delicado repujado y calado en Spondylus, ubicado bajo la tumba de la Sacerdo-
bajo relieve, que en uno de sus lados planos mues- tisa de Chornancap nos sitúa en una perspectiva
tra una extraordinaria y reveladora escena donde insospechada y compleja, en razón a que tradi-
dos personajes opuestos sentados sobre una balsa cionalmente en la investigación arqueológica en
rectangular, sostienen con sogas a dos buzos que se América Andina entendíamos que cada uno de los
hallan sumergidos en la profundidad del mar, con personajes de estatus tiene su sepultura indepen-
el propósito de recolectar Spondylus para ser colo- diente, y está rodeado de ofrendas y acompañan-
cados en la balsa (vease figura 50 y 51 en este vo- tes, así se puede certificar en las diversas tumbas
lumen). Esta escena, es la clásica representación de Moche excavadas en la plataforma funeraria de Si-
la conocida imagen de los recolectores de Spond- pán (Alva 1994), las tumbas de San José de Moro
ylus, comúnmente conocidos como buzos, similar (Castillo 2003), las tumbas Lambayeque excavadas
a las escenas documentadas en un mate registrado en Batán Grande (Shimada 1995), y otros impor-
por Juan Martínez Fiestas en el complejo Jotoro tantes contextos funerarios conocidos en la costa
en Jayanca-Lambayeque (Figuras 261 y 262), que norte del Perú. Sin embargo, la superposición de
revela la intensidad de esta actividad y la estrecha tumbas de elite documentada en Chornancap, per-
relación entre los grupos Lambayeque y aquellos mite replantear el patrón del entierro o reflexionar
de la costa del Ecuador, quienes extraían este pre- sobre las circunstancias que originaron esta deci-
ciado producto, que era trasladado a Lambayeque sión, porque de acuerdo a la estratigrafía excava-
en cantidades “industriales”, que debió demandar da en estas tumbas, la Sacerdotisa y el Personaje
de una estructurada organización y logística para de los Spondylus son dos episodios diferentes, dos
que tenga éxito, pero que correspondió a una de- momentos uno separado del otro por un lapso de
cisión política de la élite gobernante para facilitar tiempo que ha sido estimado en 25 años (Figura
la existencia de estos especialistas que alimentan y 263).
abastecen el comercio y sus rutas pero que sobre
todo contribuyen con un preciado insumo para la Con respecto a la superposición de estas tum-
religiosidad. bas, es necesario contar con mayores elementos de
análisis para plantear cuales son las razones que se
Como sabemos el Spondylus es una concha espi- habrían considerado para llevar a cabo este tipo
nosa de agua cálida considerada como un bien de de sepultura, entre ello podemos proponer que: a)
prestigio de alto valor religioso y simbólico (Nar- son personajes que no tienen vínculo familiar al-
váez 2011; Hocquenghem 2009), que adquiere guno, b) hay un lazo familiar que genera este tipo
durante la época Lambayeque un elevado valor ce- de sepultura, c) que el personaje de los Spond-
remonial para los rituales de enterramiento, y para ylus forme parte de la élite, que al ser parte de la
ser derramado como polvo al paso de los persona- “familia” o linaje de la Sacerdotisa (probable espo-
jes más importantes. Recordemos que en el relato so) es sepultado en el mismo espacio, uno sobre el
de Ñaymlap (Cabello de Balboa 1951[1586]), se otro, generando la idea del Mausoleo Familiar. De
cuenta uno de los servidores llamado Fongasigde, acuerdo a la información del Antropólogo Físico
que era el encargado de derramar concha molida al Haagen Klaus (2016 com. per.) sostiene que no
paso del señor, lo que significa el valor que tenían existe la posibilidad de vínculo familiar genético
estos moluscos, que eran usados para purificar el entre la Sacerdotisa y el Personaje de los Spond-
área por donde pasaba la máxima autoridad. Las ylus, sin embargo habría que evaluar la posibilidad
escenas con la representación de los recolectores de de relación entre los personajes principales y los
Spondylus, permite inferir las posibles actividades acompañantes, para contar con mayores argumen-
rituales vinculadas con el liderazgo en la obtención tos que contribuyan a relacionar la razón de esta Fig. 263
de este preciado molusco y que guardaría relación superposición. Dibujo esquemáti-
con el rol principal que desarrollo este personaje co de la sepultura
hallado en Chornancap, rodeado de acumulacio- del personaje de
nes de este molusco, así como las actividades que los Spondylus con
superposición.

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De otro lado existen algunos elementos comunes de Denver- USA y se relaciona directamente con la
entre ambas sepulturas, que es necesario remarcar, deidad femenina que denominamos diosa del mar
uno de ellos está relacionado a los pares de orejeras y de la luna que aparece en el vaso de plata mencio-
de oro que presentan en ambos casos y está referi- nado (Figura 264). Estas botellas “tachos”, podrian
do al icono “ola antropomorfa” con círculo cen- estar marcando un razgo de territorialidad al cual
tral, que podrían sugerir la idea de un rasgo que los se circunscribe este personaje.
identifica o que los vincula tanto a nivel familiar
o a nivel religioso y/o político, este símbolo em- Debemos señalar que esta sepultura contribuye
blemático podría hacer alusión a los escenarios en a reafirmar la intensa actividad ritual y ceremonial
los que se desenvuelven o tienen dominio ambos de alto contenido religioso que por largo tiempo se
personajes como es el mar (ola antropomorfa) y la desarrolló en Chornancap, durante la fase Lamba-
luna (círculos). Asimismo, ambos personajes pre- yeque Tardío de los siglos XI al XIV d.C., convir-
sentan sobre su rostro una delgada lámina de cobre tiendo a este lugar en un espacio sagrado donde los
plateado que cubre toda la parte frontal del cráneo, más altos personajes de la elite de la cultura Lamba-
como una máscara, este rasgo podría corresponder yeque son sepultados en la residencia donde viven
a un modelo de enterramiento que invariablemente y que con su muerte adquiere el estatus de Mauso-
de la posición del individuo (sentado o extendido) leo y hacen sospechar la idea de Chornancap como
implica cubrir el rostro en la sepultura como un el Templo del mar y de la luna. Así mismo, estos
elemento de estatus. Hacemos hincapie que el per- hallazgos permiten reconstruir la compleja jerar-
sonaje femenino del telar en “X”, excavado al norte quía política y religiosa en la cultura Lambayeque
de Chornancap también presenta sobre su rostro y refuerzan la propuesta de que la cultura Lam-
una lamina de cobre, que no es precisamente una bayeque no es un estado centralizado, sino por el
mascara pero que se constituye en un ornamento contrario existe en el territorio una estructura polí-
que cubre el rostro como un velo. En cuanto a la tica y religiosa muy jerarquizada donde la elite y los
posición de cada uno, esta difiere mientras el “Per- especialistas forman parte de una sociedad donde
sonaje de los Spondylus” está extendido mirando la presencia de hombres y mujeres en el poder es
al oeste, la Sacerdotisa está sentada flexionada mi- incuestionable y además el Spondylus es introdu-
rando al este, esta última tiene entre algunas de sus cido vigorosamente como un elemento que forma
ofrendas, un entierro secundario, botellas cocción parte insustituible del discurso religioso vinculado
reductora con la representación del Spondylus lo al mar y a los rituales de enterramientos. Una vez
que deja en claro la relación que tiene con este pre- más, la compleja dinámica sociopolítica y religiosa
ciado molusco que es colocado simbolicamente en de este escenario revela como el poder de los perso-
su sepultura. najes propicia el encuentro con sus ancestros.
La sepultura del “Personaje de los Spondylus”, 4.4. Festines y ancestralidad: Culto a Se evidenció también fragmentos de una botella Fig. 264
nos remite a la posibilidad de que el contexto fu- los antepasados en Chornancap. de color rojo con engobe crema y un paquete de Deidad femenina
nerario forme parte de una escenografía funeraria, textil llano, que guardaba en su interior pequeñas representada en el
que recrea la escena de extracción de este molusco Al concluir la documentación de los entierros in- láminas recortadas en forma de Tumis en miniatu- vaso del Museo de
bivalvo de elevado significado mágico-religioso, trusivos, ubicados hacia el lado norte de la fachada ras (Figura 267), junto a estas ofrendas se encontró Denver.
que aparece acumulado en su estado natural a cada principal de Chornancap así como el contexto del una olla con restos de quema producto del uso, al
lado del personaje principal y también se aprecia personaje de los brazaletes y del telar en “X”, se de- profundizar esta intrusión aparece un nuevo en-
transformado en bienes de prestigio (collares, pec- finió una intrusión de aproximadamente 7mts. de tierro secundario con extremidades desarticuladas
torales brazaletes) conjuntamente con otros ma- largo en eje norte sur y 4mts. de ancho en eje este que corresponden a un adulto, hacia el lado sur
teriales como perlas, concha nácar, turquesas, ci- oeste (Figura 265), esta fue excavada sistemática- este, se registró también otro entierro secundario
nabrio y los principales ornamentos del personaje mente, cuyos resultados permitieron documentar completamente desarticulado, y perteneciente a
central que expresan el estatus y su incuestionable conjuntos de restos óseos humanos intencional- un individuo adulto (entierro secundario 8). Cer-
identidad marítima. Adicionalmente, hay que des- mente disturbados, pertenecientes a los denomina- ca a este entierro se localizó un conjunto de restos
tacar la presencia de tres botellas Lambayeque de la dos entierros secundarios (Figura 266) junto a 18 óseos humanos desarticulados pertenecientes a un
forma conocida como “tachos” (botella de cuerpo crisoles (vasijas en miniatura), algunos de los cuales tercer adulto, asociados a vasijas en miniatura, y fi-
globular, base pedestal, doble pico divergente y asa estabán quemados y otros sin quemar. Asimismo, nalmente se localizó un cuarto entierro secundario
puente en la que aparecen ocasionalmente apéndi- un fragmento de textil que presenta diseños en lí- totalmente desarticulado y distribuido en el mismo
ces escultóricos de personajes de alto rango). Esta neas de color marrón oscuro y azul. nivel (Figura 268). Fue registrado en esta intrusión
forma característica de vasija se halla representada un fragmento de asa con apéndice escultótico de
en el vaso de plata existente en el Museo de Arte personaje con tocado (Figura 269).

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Fig. 266
Primer nivel de
intrusión con entie-
rros secundarios.

Fig. 265 Fig. 267

Intrusión mayor de- Miniaturas de Tumis


lante de la fachada de plata envueltos
norte de Chornan- en telas, hallados en
cap. la intrusión mayor.

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De otro lado, la fachada principal al norte de La primera fachada principal del lado norte de
Chornancap, configura un escenario cuyo creci- Chornancap (Figura 271), fue sepultada y clausu-
miento está acompañado de actividades rituales de rada con una capa de arena de más de 3.50mts. de
alto impacto, no sólo por la presencia de los en- profundidad, y se reemplazó por una nueva facha-
tierros, sino además porque debajo de éstos en el da ubicada a 4mts. al norte de la anterior. En esta
piso más profundo sobre el que descansa la primera nueva superficie se elaboro un piso, y simultánea-
fachada norte, se ha identificado una intensa acti- mente se construyo un pequeño altarcillo en forma
vidad ritual con concentraciones de quemas, fogo- de “U” adosado a la fachada norte, en el cual se ha
nes, así como pequeños pozos u hoyos agrupados y documentado ofrendas de Spondylus tanto bival-
alineados en un recinto (Figura 270), que debieron vos como molido, lo que significa que este elemen-
ser el soporte o base donde las vasijas de diversos to constituyó un marcador o señal que hacia alu-
tamaños eran fijadas y acomodadas en hileras para sión a de la existencia de la sepultura del personaje
guardar bebidas y alimentos debidamente alma- de los brazaletes y del telar en “X” con sus cuatro Fig. 270
cenados y organizados para abastecer a los grupos acompañantes, que recibía ofrendas periódicamen- Detalle de área
humanos que participan de festines y celebraciones te y cuyo espacio fue venerado y respetado al no doméstica en sector
conmemorativas, que involucran la concurrencia realizarse sobre este ninguna sepultura posterior o de los festines y
de decenas de personas en rituales que tienen que remosion del área (Figura 272). banquetes.
ver con el culto a los antepasados o la reafirmación
del culto al ancestro mítico femenino.

Fig. 268
Segundo nivel de
intrusión mayor con
entierros secunda-
rios.

Fig. 269
Fragmento de
vasija doble gollete
divergente con asa
puente y apéndice
escultórico Lamba-
yeque.

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En esta nueva fachada, se ha documentado al las actividades de este patio con este preciado mo- Fig. 272
norte un sorprendente escenario, se trata de un pa- lusco sagrado (Figuras 275 y 276). Al lado oeste Pequeña estructura
tio de 15mts. este oeste y 12mts. norte sur, que del pedestal se aprecia una estructura de planta en al norte de Chor-
presenta un acceso angosto orientado al este, de- U que ha sido desmontado, se trata de un recinto nancap que marca
terminado por un par de mochetas que conducen de 7mts. por 5mts. que genera un área de 35mts. la sepultura del
personaje de los
a un altar ubicado a 6mts. del acceso, este altar cuadrados, con un acceso de 0.80 mts. de ancho brazaletes y telar
aparece como si fuese un pedestal con acabado de ubicado al este, en cuyo interior aparecen alinea- en cruz.
barro, está conformado como una pequeña plata- dos al muro, evidencias de hoyos de postes para el
forma cuadrangular de 1.20mts. por lado y al norte techo. Esta área estaba destinada para el personaje
se adosa una pequeña rampa que lo convierte en o autoridad que preside los actos que se celebran en
un escenario en el cual se debieron desarrollar ac- este recinto de festines. Al este del patio así como
tividades conmemorativas, festines y celebraciones en el lado norte del mismo se aprecian espacios que
(Figuras 273 y 274). Hacia el lado sur aparecen demuestran intensas actividades domésticas por las
evidencias de banquetas laterales, y delante del al- concentraciones de fogones que cortan los pisos, y
tar o pedestal, se encontró una pequeña intrusión que tienen a los lados improntas circulares de va-
Fig. 271 en cuyo interior fue documentado un objeto de rios tamaños para colocar vasijas que habrían con-
madera sin mayores elementos decorativos. Hacia figurado una serie de cocinas y áreas de producción
Primera fachada de alimentos (Figura 277), que debieron abastecer
norte de Chornan-
el lado sur central de este patio fue definido la si-
cap con evidencias lueta de una valva de concha Spondylus calada en las celebraciones y conmemoraciones realizadas en
de hoyos para vasi- el piso a una profundidad de casi 30cms. consti- el patio de los festines.
jas y fogones. tuyéndose en un elemento singular que relaciona

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Fig. 273
Escenario de los
festines y ban-
quetes al norte de
Chornancap.

Fig. 275
Vista parcial de área
de festines con
acceso y altar.

Fig. 276
Fig. 274
Detalle de Spond-
Escenario de los ylus calado en el
festines y ban- piso de área de fes-
quetes totalmente tines y banquetes
excavado. en Chornancap.

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Es importante hacer notar que en estas áreas do- al culto de la deidad femenina, relacionada con la Fig. 277
mésticas hemos documentado evidencias de mate- Tumba de la Gobernante de Chornancap, y que Proceso de excava-
rial arqueológico, consistente en fragmentos de ce- este culto se renueva permanentemente, como par- ción de área domés-
rámica Cajamarca Costeño (Figura 278), similares te del proceso del mantenimiento de la memoria tica de escenario de
al estilo que aparecen representados en las vasijas ancestral, y de la identificación de la deidad diosa festines y banque-
de la luna y del mar, responsable de la fertilidad y tes en Chornancap.
completas Cajamarca Costeño de la Tumba de la
Gobernante de Chornancap (véase Figuras 79,80, tejedora de la vida de su pueblo.
112 y 113 en este volumen).
Sobre el piso del área de producción de alimen-
Asimismo, se documentó un estrato sobre el piso tos, se ha documentado una capa con restos de
en el que aparece una tobera, conocido instrumen- moluscos correspondiente principalmente a las es-
to usado en las labores de producción y acabado de pecies: Tegula atra (caracol turbante), Solenosteira
metales; recordamos que cerca al patio del trono fusiformis (caracol chino), Pilinecis uber (caracol
en Chornancap, en la proximidad del área llama- luna), Olivella columellaris (olivita), Donax obe-
da Sacristía fue hallada una tobera con similares sulus (conchitas o palabritas), Thais chocolata (ca-
características; y al lado este de Chornancap ape- racol plomo o caracol comun); en concentraciones
nas 200mts existe un pequeño montículo, cuya y proporciones que revelan que estos productos
excavación permitió definir el área de un taller de marinos fueron la base para la preparacion de los
acabados para objetos de metal, en el cual se regis- alimentos para estas áreas. Al analizar el conjunto
tran hornos, toberas y ambientes donde reside el de ésta área que llamamos patio de celebraciones y Fig. 278
artesano. Esto produce una señal que en el entor- festines, se aprecia que toda la vajilla y bienes para Fragmentos de
no inmediato de Chornancap existen talleres con estas actividades son llevados por los responsables cerámica Cajamrca
especialidades que están al servicio de la élite para que no dejan nada “in situ”, inclusive se llevan los costeño proceden-
tes de área domés-
el tratamiento y acabado de sus bienes; y que en el postes para los techos, lo que significa que ésta área tica de escenario de
lado norte y sur se están realizando actividades ce- fue destinada para ocasiones especiales y no tenían festines y banque-
remoniales, que debieron conmemorarse en honor la condición de ser permanentes. tes.

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Esta área sorprendentemente guarda estrecha re- do en la intrusion al sur de Chornancap, pueda tra-
lación con la forma arquitectónica y espacios que tarse de un bien que pertenece a otro personaje del
se ubican al lado norte de la plataforma que ha mismo estatus que el de la denominada gobernante
sido representada y dibujada en el vaso B del Mu- y sacerdotisa de Chornancap, con ello estariamos
seo de Denver (Figura 279 y 280), que reafirma la frente al escenario de mas de una sacerdotisa que se
relación entre el vaso de plata mencionado y los suceden una tras otra y que convierten a Chornan-
acontecimientos que se suceden en Chornancap cap en un área donde estas gobernantes femeninas
(Wester 2016) El análisis de esta área para festines desarrollan sus actos rituales y ceremoniales entre
celebraciones y banquetes de la renovación del cul- el mar y la luna.
to al ancestro femenino así como a los antepasados,
ha permitido identificar una secuencia de remode- Al desarrollar los trabajos de protección y con-
laciones o fases constructivas que revelan que esta servación de cabeceras de muros, enlucidos, pisos,
área fue acondicionada en tanto y en cuanto los revoques de las columnas circulares y cuadradas de
rituales se hacían mas complejos y masivos. (Figu- la residencia de élite, fue identificado un corte in-
ras 281a, b y c). trusivo ubicado en uno de los altares (altar menor)
que está configurada por seis columnas circulares
que define el techo. En la superficie se definió un
4.4.1 Evidencias de Ancestralidad al corte antiguo que fue abierto para colocar alguna
sur de Chornancap. ofrenda y fue sellado tal y como puede apreciar-
se en la imagen (Figuras 284a y b), al limpiar esta
De otro lado, las excavaciones efectuadas en el área y reabrirla, siguiendo su forma original, fue
lado sur de Chornancap, en las proximidades del registrado a 1.60mt. de profundidad el entierro
edificio permitieron identificar en el lado sur oeste secundario de un individuo joven de sexo inde-
un piso asociado al talud del monumento, en el cual terminado, probablemente mujer que presentaba
aparece una pequeña intrusión de 1.10mt de largo tres vasijas de cerámica (un plato y dos botellas),
x 0.70 de ancho (Figura 282), en cuya profundidad que no precisamente pertenecen a este individuo
se localizó una importante ofrenda metálica consis- por la separación que se aprecia en el contexto. Sin
tente en una cara máscara con lagrimones, corona, embargo fue documentado directamente asociados Fig. 279
colgajos que caen desde la nariz y ésta a su vez re- al individuo, una pequeña pulsera de 14 cuentas Vista general de
posa sobre una lámina de una tela pintada cuya de oro y más de 3500 cuentas milimétricas de oro área de festines y
imagen no fue posible recuperar (Figura 283), este que debieron ser parte de un par de finos brazaletes banquetes.
hallazgo nos permite una vez mas reconocer que el (Figuras 285 y 286). Así mismo, se han documen-
edificio viene recibiendo ofrendas de trascenden- tado miles de cuentas de concha Spondylus que
tal valor como la máscara Lambayeque semejante debieron formar parte de un pectoral. El hallazgo
a la registrada en la Tumba de la Gobernante de registrado en la proximidad este de la Tumba de la
Chornancap, y que en este caso aparece como parte Gobernante de Chornancap (Figura 287), y en un
de un bien que reafirma la identidad del persona- espacio arquitectónico que cumple una función de
je, que se convierte en un elemento ofrendatorio, altar y que se vincula con el área principal, revela
como si la imagen misma de la deidad femenina indiscutiblemente que se trata de una ofrenda con-
fuese sepultada a través de este bien de prestigio. memorativa de un personaje de estatus intermedio,
Estimamos que este acto de colocar la cara más- que es trasladado desde su sepultura original a este
cara como un elemento ofrendatorio directamen- escenario en el momento en que se hacen actos
te relacionado al edificio de Chornancap entre el conmemorativos en honor a la gobernante sepul-
lugar de la sepultura del personaje femenino y el tada; la intención de trasladar el entierro con sus
área donde habitó constituye una demostración de bienes, excavar en el altar menor, colocar las ofren-
la veneración y la reafirmación de la ancestralidad das y sellar nuevamente con tierra y una superficie
que tiene este personaje en el mundo de los vivos. de barro demuestra un proceso continuo de una Fig. 280
Este episodio ofendratorio no resulta frecuente en circunstancia intencional, que busca renovar la fe Imagen represen-
la arqueología de la cultura Lambayeque, y a dife- del pueblo en su deidad principal, convertida en tada en el vaso de
rencia a lo que sostiene Matsumoto (2014), en este un ancestro mítico y que debió ser parte también Denver donde apa-
caso la colocación de la máscara con todo el toca- de actividades festivas, conmemorativas en el pa- rece la plataforma y
hacia el lado norte
do que usa la deidad demuestra que lo que se está tio del lado norte de Chornancap, en una serie de un escenario para
ofreciendo es la identidad mítica del personaje y eventos que debieron demandar varios días de ce- festines y celebra-
no su condición humana (cuerpo). No obstante, es lebraciones. ciones.
posible pensar en que esta mascara y tocado halla-

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Fig. 281b
Fig. 281a Segunda fase, en el
Imagenes en 3d con área de los festines.
las diferentes fases
del escenario de los
festines y baquetes
ubicado al norte de
Chornancap.

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Fig. 282
Intrusión ubicada al
sur de Chornancap.

Fig. 281C
Tercera fase, en el Fig. 283
área de los festines.
Cara máscara de co-
bre plateado, regis-
trada en intrusión al
sur de Chornancap.

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Fig. 285
Pulsera de catorce
cuentas de oro ha-
llados en intrusión
Fig. 284a y b menor de residencia
Vista general y de élite.
detalle de intrusión
en altar menor, en
residencia de élite al
sur de Chornancap.

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La documentación de este conjunto de episo- Éste conjunto de evidencias tangibles refuerzan Fig. 287
dios arqueológicos nos lleva a pensar que el edi- indudablemente la tesis de que la cultura Lamba- Imagen final de
ficio de Chornancap, constituyó en su tiempo un yeque no puede seguir planteándose como una so- excavación de intru-
importante templo que articula escenarios, que se ciedad con una sola capital central, sino de varios sión en altar menor.
encuentra rodeado por espacios sagrados y áreas ri- monumentos importantes estratégicamente ubica-
tuales en las que las actividades de carácter político, dos, conducidos por familias de prestigio que de-
Fig. 286
administrativo, ceremonial, habitacional y funera- cían ser descendientes de Naymlap y sus antepasa-
Par de brazaletes rio está debidamente acreditados por la presencia dos, la articulación de todo este conjunto de sitios
elaborados en cuen- de la arquitectura que revela y construye conceptos importantes debió estar garantizada a través de una
tas milimétricas de
oro, procedentes de que legitiman estos actos, el poder narrativo de la solida religiosidad que se expresa en la presencia
intrusión en altar- arquitectura con el trono. El patio de las pinturas de deidades masculinas y femeninas, naturales y
menor. polícromas, el patio de los festines, la residencia sobrenaturales que son reflejo del paisaje y del cos-
de élite y el mausoleo, forma parte de hechos que mos y que cada vez más nos aproxima a un mundo
definen a una estructura sociopolítica que en este que desconocíamos: la cultura Lambayeque.
caso parece tener a mujeres como gobernantes o
al equivalente a las reinas del viejo mundo, pero
además que después del tiempo de su vida pasan
al mundo de los muertos convertidas en ancestros
míticos cuya memoria es alimentada y mantenida
con un discurso de culto permanente que va más
allá de las épocas y de las venideras estructuras po-
líticas por la que atravesó Chornancap.

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CAPÍTULO V
NUEVA VISIÓN DE LA
CULTURA LAMBAYEQUE

Reflexiones. Chakana o Cruz Andina, que abre una luz sobre el

L
origen de esta simbología en esta región y la histo-
as evidencias arqueológicas existentes a la ria que tiene en los Andes.
fecha en el territorio de la cultura Lambaye-
que, permiten sostener que en este espacio Posteriormente, y con mayor amplitud se co-
se produjo un desarrollo complejo, pro- nocen evidencias del periodo Formativo en sitios
ducto y consecuencia de un largo proceso como Collud, Huaca Lucía Chólope en Pomac,
que empezó a gestarse desde el periodo Precerámi- Morro Eten, Raca Rumí en Chongoyape, Pomal-
co(2500 a.C.). Para sustentar esta propuesta co- ca, Cerro Corbacho en Zaña y Purulen, este úl-
nocemos hoy los resultados de las investigaciones timo que está emplazado en la margen sur de la
en Huaca Ventarrón en la parte media baja del rio desembocadura del río Zaña, que parece ser el más
Reque, margen norte (Alva Meneses 2012), cuyas remoto antecedente de emplazamiento de monu-
evidencias revelan la existencia de un templo en mentos al sur de la desembocadura de un río en el
cuyo interior existe un mural polícromo llamado mar, tal y como sucede siglos después en la época
la escena del Venado Cautivo, que presenta sucesi- Lambayeque ó en sitios como Pacatnamú (Valle
vas fases de remodelación, con aspecto ritual que se de Jequetepeque), Pachacamac en Lima. Tan sólo
mantiene durante tres fases hasta su enterramiento por citar algunos lugares que muestran una mayor
final. Esta área, mantuvo el control de la actividad cohesión cultural y una sólida estructura sociopolí-
ritual y de las relaciones con el ámbito periférico o tica expresada en una producción material conoci-
del entorno que incluyó la zona oriental y el mar; da con el nombre de Cupisnique y que encuentra
así mismo, se documentan evidencias de Spond- en el Spondylus y otros importantes moluscos de
ylus en su estado natural y transformado en cuen- aguas cálidas, los materiales exóticos ideales para
tas para collares (Alva Meneses Op. Cit.), lo que elaborar bienes de prestigio, que alcanzarían a lo
demuestra la influencia que tiene el Spondylus des- largo del tiempo una condición insustituible por
de épocas muy tempranas. Han sido documenta- su especial significado.
das evidencias de aquitectura inspirada en la media

298 299

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP


De los rezagos de esta época desde aproximada- se confeccionan en talleres artesanales dependien- las actividades que desarrolla en vida y muestra la arqueológico de San José de Moro a cargo de Luis
mente el año 100 a.C., hasta el siglo 750 d.C., se tes e instalados en áreas determinadas conectadas travesía del Spondylus del mar a las tumbas de los Jaime Castillo y colaboradores, así como las de la
consolida en la costa norte un fenómeno cultural a través de un líder o funcionario local. Parece ser personajes Lambayeque. Dama de Cao a cargo de Regulo Franco. Otro ele-
duradero en el tiempo y sólido en el territorio que que la estructura que administra esta productivi- mento que exhibimos lo constituye la producción
llamamos cultura Mochica. Los Mochicas como ya dad recibe los tributos no sólo en el trabajo de la Este capítulo permite también proponer algu- material y bienes de prestigio del personaje feme-
conocemos hoy, evolucionan de manera extraordi- agricultura sino en bienes para el usufructo de la nas reflexiones, a la luz de los recientes hallazgos nino de Chornancap, que muestran no solo un in-
naria y sorprendente con un crecimiento explosivo, élite que garantizará la estabilidad política y reli- e investigaciones arqueológicas sobre la cultura sospechado despliegue logístico, tecnológico para
producción masiva y sobre todo un peculiar estilo giosa. Lambayeque, en aspectos relacionados con el sur- obtener recursos, sino que esta acompañado de
que lo caracteriza y que es la imagen de una estruc- gimiento, desarrollo y fase final, que esperamos sea una simbología de la que no teníamos idea, porque
tura sociopolítica de corte estatal territorial, que La élite Lambayeque debió estructurar su per- la oportunidad para el inicio de un debate e inter- estábamos entendiendo la religión Lambayeque
también ha recibido la propuesta de Cacicazgos o manencia a través de un mecanismo de apodera- cambio académico que nos conduzca a evaluar y como una expresión monoteísta, con una deidad
Parcialidades (Rosas 2017), con relaciones macro- miento del corpus simbólico o iconográfico que es revisar estas ideas. Por un lado, las pruebas arqueo- única, omnipresente y las evidencias de Chor-
regionales y una dinámica política e ideológica que el reflejo del paisaje natural y geográfico, por las lógicas que tenemos al momento refuerzan la tesis nancap sobre todo la asociación con las imágenes
construye una jerarquía y religiosidad con una li- evidencias que conocemos hoy, existe un nuevo que la visión sobre la configuración política de la representadas magistralmente en el vaso de plata
turgia que mantiene al Spondylus como el produc- ordenamiento cosmogónico que tuvo un referente cultura Lambayeque planteada por Izumi Shimada existente en el Museo de Arte de Denver-USA, que
to exótico que tiene un alto valor ceremonial. Esta principal: el Mar y la Luna. De otro lado, en lo que (1995 y 2014b) en calificar a la cultura que deno- constituye una prueba inequívoca de la presencia
época estuvo marcada por el incremento de la pre- se refiere a los escenarios documentados en Chor- mina Sican para referirse al termino Lambayeque, de un panteón de dioses y divinidades masculinas y
sencia de bienes suntuarios confeccionados en oro, nancap, resulta significativo el hecho de que la ar- como un Estado Centralizado o un Estado Territo- femeninas que expresan en su conjunto un concep-
plata, cobre y aleaciones; así como de Spondylus quitectura no sólo expresa la función en términos rial con una capital única en Pomac, y que esta se to politeísta (Narváez 2014a y b). Pero aun si eso
y Conus que son el reflejo de las relaciones cons- estructurales, sino que permite una lectura simbó- traslada a Tucume tras el incendio ocurrido hacia el no fuera suficiente, los escenarios representados en
truidas por esta sociedad en torno a su territorio, lica de raigambre ideológica como es el caso del año 1100 d.C., resulta ser una idea que debe ser re- el vaso de plata señalado, corresponden al modelo
para obtener materias primas e intercambiarlas con frente norte en Chornancap donde el Trono y la planteada por varias razones que debemos comen- arquitectónico de Chornancap con su entorno, las
otros productos, que acompañaron los rituales de simbología de la arquitectura muestra la presencia tar y que tiene un fundamento teórico en aquella intensas actividades ceremoniales y la narrativa del
enterramiento como los documentados en las tum- de una autoridad principal que ejerce poder sobre propuesta desarrollada por Santiago Uceda Casti- episodio fundacional del templo ubicado cerca a la
bas de Sipán (Alva 1994 y 1999), en Huaca Cao un determinado grupo humano. Adicionalmente, llo (2011: 241), incluida en la publicación de Nar- desembocadura del rio en el mar, en el cual reside
(Franco 2008), San José de Moro (Castillo 2003). el caso del frente sur de Chornancap, donde en- váez y Delgado (2011) que propone tres axiomas la deidad femenina.
En San José de Moro es precisamente donde hacia contramos una zona residencial – ceremonial, re- básicos de la ciencia: el primero consiste que toda
el siglo VIII al IX d.C. se empieza a formalizar el sulta ser el complemento donde también aparecen investigación no está terminada al 100%, porque No menos importante en esta reflexión, resultan
periodo Transicional (Castillo 2003) que consoli- escenarios que transmiten el mensaje del contenido de ella aparecen respuestas que hacen surgir otros los elaborados e inéditos conjuntos arquitectónicos
da lo Lambayeque como una entidad autónoma ritual, pero sobre todo el prestigio y estatus que tie- problemas que la investigación inicial no resuelve que se hallan al norte y sur de Chornancap, como
en su territorio, con un escenario geográfico bien nen los individuos que aparecen en estos recintos. y quedan pendientes; el segundo es que el plantea- es el caso del trono, el patio de las pinturas policro-
marcado y una estructura ideológica que mantiene miento y solución a un problema en una investi- mas con el desfile de los prisioneros y presentación
un discurso consistente donde aparece la divinidad En lo que respecta a los enterramientos docu- gación está relacionado al estado de la ciencia en de cabezas de decapitados, así como el área de culto
que conocemos con el nombre de Ñaymlap. mentados en Chornancap, queda demostrado a el momento y que genera una visión del espacio al ancestro en el patio de los festines y banquetes;
partir de sus contenidos de bienes y ofrendas que y tiempo en la que esta se realiza; y tercero es que y de otro lado la residencia de elite convertida en
Hacemos este breve recuento por que la consoli- Chornancap fue un importante conjunto monu- cada investigador limita su espacio y problemática, un espacio para actividades inherentes a la vida del
dación de lo Lambayeque, es parte de un proceso mental como el gran Palacio donde habitaba la es- dejando de lado otros problemas que no considera personaje, pero que con su muerte se convierte en
de continuidad y cambios gestada desde su pasado tructura política y religiosa más alta de la elite de la pertinentes o importantes. Por ello, proponer una el mausoleo, donde además reposaba previamen-
y expresada en el notable desarrollo material que cultura Lambayeque, conformada por la Sacerdo- nueva visión de la cultura Lambayeque resulta la te un personaje masculino llamado el Personaje
se registra para esta época. Las evidencias que co- tisa y el “Personaje de los Spondylus”. Así mismo, natural trayectoria de la ciencia e investigación, en de los Spondylus, sobre cuya compleja sepultura
nocemos y a las que tenemos acceso en la región entendemos mejor la relación entre las imágenes la aplicación de la dialéctica de las ciencias sociales se coloca el entierro de la sacerdotisa y sus ocho
Lambayeque, revelan que más allá de la territoria- representadas y las evidencias arqueológicas docu- de la cual es imposible sustraernos. acompañantes, configurándose un episodio fune-
lidad definida y estabilidad del mensaje ideológico mentadas que permiten reconstruir con mayores rario inédito en la arqueología andina. Además,
como recurso de control, se manifiesta una expresa argumentos los roles y funciones de estos perso- En este contexto, un primer aspecto es sin duda los espacios arquitectónicos son concebidos como
voluntad de la clase dirigente en controlar el recur- najes. Ahora podemos entender mejor la organiza- la existencia de una elite gobernante o estructura escenarios sagrados por la configuración y porque
so hídrico (agua) a través de una compleja red de ción política y religiosa de la élite Lambayeque de sociopolítica en la cultura Lambayeque, en la que expresan categóricamente una simbología que for-
canales intervalle, que administra para beneficiar la Chornancap al contar al norte de la Huaca con un la presencia científicamente comprobada de mu- ma parte de los conceptos filosóficos de la cultura
productividad de las tierras bajo su dominio. Este espacio de naturaleza política y religiosa como es jeres en el poder más alto de autoridad política, Lambayeque y de sus antecesores, como es el caso
rasgo implicó que los funcionarios al servicio de las el caso del Trono y al sur un área de residencia de religiosa y ancestral, genera como consecuencia un de las representaciones de la chacanas en el trono,
élites controlaron el agua y la tierra como un me- élite con espacios que mantienen la jerarquía ritual nuevo mapa de autoridades y deidades. Las eviden- el símbolo del mar y la montaña en la residencia
dio, teniendo a su cargo la infraestructura de riego y actividades cotidianas propios de los personajes cias en Chornancap, refuerzan esta nueva noción de elite y los círculos que hacen alusión a la luna
que administraba a nivel intervalle. Del resultado que conducen a esta población y que mantienen del poder y de la configuración de la religiosidad, como deidad principal. Estos rasgos incorporados
de esta estrategia se produce un elevado procesa- espacios donde reiteran su autoridad e investidura que tiene incidencia en ciertos territorios, tal y en la arquitectura producen una noción narrativa
miento de excedentes de bienes de consumo como política y religiosa y que como es el caso del “Per- como ya lo habían probado para la cultura Mo- que construyen elementos ideológicos que tienen
cerámica, objeto de metal, tejidos entre otros que sonaje de los Spondylus” revela desde su sepultura chica, las investigaciones desarrolladas en el sitio un largo historial en los andes centrales.

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Estos argumentos sin duda proponen una nueva son iguales y que difieren en el sentido de la circu-
visión de la cultura Lambayeque, pero si además lación en direcciones opuestas, pero cuyo destino Fig. 288
asociamos esta reflexión al contexto de la ances- final es la cima del edificio, esta diferencia propone Telar en “X” Con-
tralidad de la que nos habla Matzumoto (2014) un rasgo que podría marcar territorios por un lado feccionado en plata,
y que hemos documentado en Chornancap, en- el de huaca El Oro, relacionado al valle medio y existente en el
tonces estamos en un territorio político y religioso por otro lado el de huaca Chotuna relacionado al Museo Larco Lima.
en el cual la deidad femenina asociada al telar en litoral o al mar (Figura 293).
“X” (Figuras 288 y 289), a los Spondylus con una
imagen sobre natural con ojos por todo el cuerpo
(Figura 290) y los ornamentos que usa y que es
objeto de culto permanente, más allá del tiempo
y de la historia cultural a la que pertenece, esta-
bleciéndose una especie de ícono de la memoria
de las generaciones que recibe ofrendas y rituales
constantes en las que además participan grupos ve-
nidos del sur, este y del norte. Esta perspectiva se
ve notablemente enriquecida por otros argumentos
que no solo tienen que ver con los tesoros de la
tumba de Chornancap, como los objetos de oro,
plata, objetos bimetálicos que están vinculados a
una sólida relación como es la presencia de grupos Fig. 289
Cajamarca que se expresan en vasijas como jarras,
platos, cuencos y otros recipientes de clara factura Telar en “X” Con-
feccionado en plata,
del estilo Cajamarca costeño, cuyos antecedentes existente en el Mu-
han sido documentados en las tumbas Mochica seo Peabody-Har-
Tardío de San José de Moro (Castillo 2003). vard University USA.

Adicionalmente, debemos comentar que la con-


figuración del complejo de la Huaca Chotuna y
su entorno guarda cierta similitud con el comple-
jo monumental del Bosque de Pomac, porque si
revisamos el mapa elaborado por Izumi Shimada
(1995), podemos identificar que huaca El Oro que
es una estructura monumental, con un apéndice
en el lado norte y una rampa circunferencial que
arranca desde el oeste al sur y accede a la parte este
hasta llegar a la cima. Junto a este edificio en el
cual se han documentado las impresionantes tum-
bas este y oeste, en la proximidad noreste del edi-
ficio se ubica un pequeño edificio con planta en
“T” (huaca El Ingeniero) orientado al este (Figura
291), esta configuración de edificio mayor junto a
un edificio menor con planta en “T”, constituye la
misma configuración de la huaca Chotuna que tie-
ne similares características de la huaca El Oro y en
cuya proximidad noreste se emplaza un pequeño
edificio con planta en “T” (huaca Susy) orientado
al este (Figura 292), ésta relación de diseño, mode-
lo y emplazamiento que también la apreciamos en
Collud (Pomalca), lleva a pensar en una estructura Fig. 290
política única, que tiene establecidos los paráme- Deidad femenina
tros para estos escenarios, sin embargo si miramos con ojos por todo
con detenimiento la accesibilidad a la huaca El Oro el cuerpo y telar en
y a la huaca Chotuna, nos damos cuenta que no “X”.

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Fig. 291
Huaca Loro junto a Fig. 292
Huaca el ingeniero
Huaca Chotuna jun-
(tomado de Shima-
to a Huaca Susy.
da).

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Fig. 293a Fig. 293b
Huaca Loro con Huaca Chotuna con
orientación y tra- orientación y tra-
yectoria de acceso yectoria de acceso
principal. principal.

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Una siguiente reflexión, es el hecho de que la La Pava 2 (Figura 296a y b), constituyen elemen-
propuesta de clasificación y ordenamiento de la tos categóricos para sospechar que los artesanos y
cerámica Lambayeque (Figura 294) realizada por alfareros especialistas Lambayeque, no solo estaban
Cleland y Shimada (1992), está basada usando al servicio de la elite de Pomac donde según Izumi
como indicador solo la botella del tipo huaco Rey, Shimada (1995) se habría centralizado toda la pro-
sin considerar otras formas emblemáticas que exis- ducción suntuaria; por el contrario estos especia-
ten en la alfarería Lambayeque. Es probable que listas abastecen a varios escenarios, donde existen
sus defensores argumenten el sustento cronológico elites que demandan de sus servicios.
y estratigráfico y esto es razonable; sin embargo,
dicha secuencia al aplicarse en otros valles no se Estas reflexiones, deben ser analizadas desde la
cumple, así podemos comprobarlo en el complejo perspectiva macro regional con el tema de la movi-
Tucume que está próximo al Santuario Histórico lización “industrial” de Spondylus y Conus y otros
Bosque de Pomac, la secuencia de la cerámica Si- bienes exóticos traídos desde Ecuador, Colombia
cán no es aplicable y menos lo es para otros sitios probablemente Centro América y también desde
a mayores distancias, es más las excavaciones a lo el sur, que muestra el carácter expansionista de las
largo de una década en Chotuna-Chornancap no elites Lambayeque, que especialmente en la zona
han logrado documentar una muestra de cerámica sur es donde construyen templos como huaca Las
tipo rey, produciéndose una ausencia que nos lleva Estacas, como la Residencia 35 (Prieto 2014a)en
a proponer una interpretación sobre que algunas San José de Moro, como la presencia Lambayeque
formas que aparecen con mayor incidencia en cier- en Pacatnamu (Donnan 1997), en el Complejo El
tos territorios, se convierten en el reflejo político Brujo (Franco 2014), en Chan-Chan y en Pacha-
y religioso de estos, como es el caso de la botella camac (Shimada 2014b), que configuran sólidos
de doble gollete divergente y asa puente llamada argumentos para pensar en un conjunto de Ca-
“tacho”. cicazgos de enorme poder político que desarrolla
un proselitismo religioso (Prieto 2014b y Shimada
Las excavaciones realizadas por Marco Fernández 2014b)que habría tenido a la historia de Ñaymlap
en La Pava, Solecape, La Pared y Los Perros en la y sus descendientes como un sólido argumento
parte baja del valle Lambayeque, han permitido para legitimar su autoridad, poder y prestigio, a pe-
documentar materiales muy significativos, como es sar de la resistencia de algunos en aceptar el valor Fig. 294
el caso de la muestra de cerámica logográfica, lla- de este histórico relato y de las evidencias arqueo- Seriación de las
mada así por Izumi Shimada (1994) como perte- lógicas con las que hoy disponemos, que además botellas Sicán de
neciente al Sicán Medio, exclusiva de Pomac, pero las acompañamos al final de este volumen con un gollete único, pro-
que aparece en el sitio La Pava 1 (Figura 295). Asi- importante conjunto de fechados radiocarbónicos puesta por Kathryn
Cleland e Izumi
mismo, un conjunto de moldes y paletas de arcilla que se han realizado en sitios del entorno del com- Shimada (1992).
registradas en un taller de producción alfarera en plejo Chotuna Chornancap.

Fig. 295
Fragmentos de
cerámica logográ-
fica procedente de
huaca la Pava.

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Fig. 296a
Moldes de cerámi-
ca procedentes de
taller alfarero en
Huaca La Pava 2.

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Fig. 296b
Paletas y sellos de
cerámica proce-
dentes de taller
alfarero en Huaca La
Pava 2.

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Finalmente, de lo comentado líneas arriba, hay
que subrayar el hecho de que en algunos de los
sitios mencionados, como en Chotuna – Chor-
nancap, Huaca La Pava 1 y 2, Solecape, Huaca La
Pared, ubicados en la parte baja del valle de Lam-
bayeque, se han documentado evidencias, del estilo
Transicional (Castillo 2003), que se expresa en ele-
mentos Mochica Tardío, materiales del Horizonte
Medio que desafortunadamente aún no han sido
publicados, pero que hemos tenido acceso, a través
de Marco Fernández Manayalle. Estas evidencias,
resultan importantes porque permiten proponer
que el periodo bautizado como Transicional (Cas-
tillo 2003), tuvo “efectos” o expresiones similares
en varios valles de la región Lambayeque, que no
necesariamente resultan en procesos idénticos, sino
que a nuestro juicio son la “réplica” o el “eco” de
un proceso vigoroso y sostenido que entendemos
claramente en San José de Moro (Castillo 2003,
2008 y 2010), y que en huaca Santa Rosa de Pu-
calá (Bracamonte 2015), en huaca Bandera (Curo
2014), huaca Facho y huaca La Pintada, presentan
evidencias particulares de este estilo y que consti-
BIBLIOGRAFÍA
tuyen el preámbulo al surgimiento de la tradición
que llamamos cultura Lambayeque; en la que con-
curren estilos foráneos como Cajamarca, Nievería,
Pachamac, entre otros, que producen una identi-
dad política y religiosa, que se configura en un te-
rritorio de parcialidades o Cacicazgos, cuyo paisaje
del valle, bosque, desierto y litoral inspira una pro-
ducción material y una imagen religiosa que debió
hallar su identidad colectiva en la tradición oral de
la historia de Ñaymlap. 

Por las razones expuestas, la nueva visión de la


cultura Lambayeque no puede ser entendida desde
el vértice de las evidencias de Pomac como centro
político y religioso (Shimada 2014), sino desde el
territorio del conjunto de los valles de Lambaye-
que, donde las familias que representan las élites
detentan el poder, construyen relaciones de nego-
ciación con cierta autonomía e incorporan elemen-
tos ideológicos en su discurso y muestran historias
narrativas plasmadas en soportes arquitectónicos,
cerámicos, metales, textiles, entre otros materiales
que revelan las identidades que conforman esta so-
ciedad y reafirman un mensaje que hoy podemos
afirmar, como es la dualidad en el poder, religiosi-
dad y ancestralidad.

314 315

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP


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322 323

PERSONAJES DE ÉLITE EN CHORNANCAP


ANEXOS
Fechados radiocarbonicos
Entierros Tardíos al norte de Chornancap.

324 325
Plano con ubicación de sitios de donde provienen los fechados radiocarbónicos.

326 327
328 329
330 331
332 333
334 335
336 337
338 339
340 341
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M.
Cuadrícula: 98.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 30.

342 343
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M.
Cuadrícula: 60,70.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 34.

344 345
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M.
Cuadrícula: 61, 71, 81.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 36.

346 347
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M.
Cuadrícula: 83.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro 37

348 349
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VI M.
Cuadrícula: 69, 79, 89.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro 41.

350 351
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M.
Cuadrícula: 65.
Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 45.

352 353
Proyecto Chotuna Chornancap Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2. Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte. Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M. Unidad: VII M.
Cuadrícula: 24, 34. Cuadrícula: 46, 47, 48.
Nivel: 3. Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 47. Contexto: Entierro N° 50.

354 355
Proyecto Chotuna Chornancap Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2. Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte. Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M. Unidad: VII M.
Cuadrícula: 80-81, 90-91. Cuadrícula: 50, 51, 52, 62.
Nivel: 3. Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 52. Contexto: Entierro N°53.

356 357
Proyecto Chotuna Chornancap Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2. Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte. Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M. Unidad: VII M.
Cuadrícula: 31-32, 41-42. Cuadrícula: 31, 41.
Nivel: 3. Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 56. Contexto: Entierro N° 57.

358 359
Proyecto Chotuna Chornancap Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2. Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte. Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VII M. Unidad: VI M.
Cuadrícula: 13, 23, 33, 34. Cuadrícula: 32.
Nivel: 2. Nivel: 3 - intrusión N° 8.
Contexto: Entierro N° 58. Contexto: Entierro N° 61.

360 361
Proyecto Chotuna Chornancap Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2. Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte. Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VI M. Unidad: VI M.
Cuadrícula: 47, 48, 57, 58. Cuadrícula: 58, 68, 78.
Nivel: 3. Nivel: 3.
Contexto: Entierro N° 62. Contexto: Entierro N° 63.

362 363
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VI M.
Cuadrícula: 68.
Nivel: 2.
Contexto: Entierro N° 64.

364 365
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VI M.
Cuadrícula: 68.
Nivel: 2.
Contexto: Entierro N°65.

366 367
Proyecto Chotuna Chornancap

Sector: 2.
Sub Sector: Plataforma Norte.
Unidad: VI M.
Cuadrícula: 68, 78.
Nivel: -
Contexto: Entierro N° 66.

368 369
370 371

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