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1. Ascensión
2. Divinidad
3. Materialización de la Voluntad Divina
Todo proceso de Ascensión, de evolución de nuestra alma, nos irá
acercando cada vez más a nuestra divinidad. A medida que nos vayamos
acercando y sintiéndola en nosotros, permitiremos que aquello por lo
que hemos venido a este mundo, sea realizado.
Todos seguimos un proceso. Todo ser humano debe de seguir un
proceso dentro de este contexto de la materia para la evolución de
nuestra alma. Este proceso abarca tres fases:
1. Yo Soy
2. Dios se manifiesta a través de mí
3. Yo Soy Dios.
El primero consiste en llegar a recordar quién eres tú y empezar a dar
los pasos hacia esta dirección. Cuando en tu presencia al mundo
coincida tu manera de hacer, hablar, pensar y sentir, entonces todo será
Uno. Cuando todos nosotros seamos Uno con nuestra esencia, entonces,
…Yo Soy.
Este es el proceso al que mayor tiempo le dedicamos. Muchas vidas
necesitamos o hemos necesitado para llegar al Despertar adecuado para
sintonizar todo nuestro ser y todo aquello que albergamos en nuestro
interior. Yo Soy es Amor.
Cuando ya así es o llegas a un punto del camino, bien adentrado a lo
largo de él, es cuando te dejas ir; y aquel del cual todos procedemos
empieza a manifestarse a través nuestro. Este es el segundo paso de todo
proceso espiritual, el hecho de liberarte completamente a las manos de tu
divinidad, siendo ella quien va actuando, hablando, manifestándose a
través de ti.
Tras este paso, a medida que nos vayamos dejando llevar, llegaremos
al tercero, que es cuando tu grado de consciencia es superior y sientes,
vives completamente desde el corazón y el Amor. La Unicidad entre tú,
el Hogar y el Ser Superior que hay en ti es tan grande y firme, que no
hay diferencia entre tú y tu Divinidad. Ya eres Divinidad manifestada.
Ahora nos encontramos en un proceso de aceleración de la obtención
de estos pasos. Cuando el ser humano se predispone, su divinidad
empieza a activarse.
Llega un momento en tu vida que ya no programas, estructuras ni
organizas, porque todo se predispone para que sea tu Voluntad, Una con
la Voluntad Superior.
En este último paso, o cuando más te estás acercando entre el segundo
para llegar al tercero, la plena sintonía y unión entre tu ser, como
vehículo, y tu divinidad, como esencia propia, hace que sientas más allá
de lo terrenal. Sientes el sosiego, la paz, el amor, la armonía y la
expansión de todo tu ser. Hay una gran calma en ti que te lleva a vivir
desde la no identificación con todo lo que te rodea, pero a la vez, sientes
la firme unión, fraternidad con todos.
Nos daremos cuenta en qué nivel nos encontramos por lo que
sentimos en nuestro interior. A lo largo de los años me he dado cuenta
que no es importante lo que viva, sino lo que sienta en cada instante.
Esto es lo verdaderamente importante en nuestro camino.
Ahora, ya de adulto, he empezado a darme cuenta de todo mi proceso,
cómo ha estado cuidadosamente preparado para poder llegar a mi
presente actual. Sé que mi camino todavía es largo, pero, debido a lo
vivido y experimentado a lo largo de mis años anteriores, he llegado a
sentir a Dios en mí. He llegado a conocerle, e incluso, a verle. He sido
instruido por seres más allá de nuestra dimensión. Todos ellos han sido
lo que se conoce como guías espirituales. Mis experiencias con ellos me
han llevado a recopilar todo el material que me dictaban, escribía y
sentía, para poderlo transmitir a la humanidad. Había llegado la hora de
expresar y compartir con el mundo, toda la instrucción recibida, tanto
por seres físicos como por los hermanos de la Luz. El cambio de milenio
fue fundamental para dar este paso. Hasta entonces daba cursos sobre
aspectos de algunos de los mecanismos que tenemos a nuestro alcance y
hay en nuestro interior, pero fue a partir del 2004 cuando empecé a
profundizar en mi camino y transmitir la espiritualidad al mundo.
DEL CHAMÁN AL SER CRÍSTICO
Desde mis inicios en el viaje del autoconocimiento, los recuerdos de
mis otras vidas, eran muy vívidas e intensas en mi interior. Me atraía
todo lo relacionado con la ritualística, las hierbas y la naturaleza como
fuente de mensajes hacia nuestro corazón, nuestro ser. Las influencias
de mis épocas como indio norteamericano, o indígena sudamericano, me
hacían tener recuerdos, visiones y un entendimiento con la sabiduría de
los animales y la naturaleza.
Mi vida se manifestaba con unas obras abrazadas por el chamanismo.
Sí, era un chamán en pleno siglo XX.
La década de los noventa fue una eclosión de mi posición como ser
que vivía con una energía no identificada en la sociedad que nos
encontrábamos. Mi estilo de vida era diferente. (En el fondo, siempre lo
ha sido y continúa siéndolo).
Para mí, un chamán era aquél ser que llevaba armonía y equilibrio, no
tan solo a su vida, sino también a su entorno. Era un ser en perfecta
unión con la Naturaleza y el Universo. Sabía que todo lo que nos
rodeaba tenía Vida, y por lo tanto, todo merecía un respeto y devoción.
Las cuatro principales características de los chamanes eran:
1. La curación
2. El acceso a conocimientos nuevos u olvidados.
3. El desarrollo y aplicación de la energía.
4. El vaticinio o adivinación.
Siempre realizando su obra por medio de rituales y elementos que la
naturaleza nos daba, prefiriendo vivir en lugares donde había poca
concentración humana, donde había más posibilidades para seleccionar
un lugar equilibrado y armónico.
¡Sí, yo era un chamán en los tiempos actuales! Se me reveló, en
aquellos tiempos, a través de los sueños. Éstos fueron de mis primeras
herramientas activadas que me permitían una conexión con “algo
superior a mí, y no de esta dimensión”. Fue el 10 de agosto de 1998
cuando supe que tenía en mi interior todos los elementos, todo lo
necesario para mostrar al chamán que era. Hasta entonces los veía como
seres muy lejanos a mi ser, pero ahora los sentía muy cercanos, porque
yo era uno de ellos.
Cuando me di cuenta de lo que estaba sintiendo, me quedé callado,
sintiendo el hormigueo por todo mi cuerpo y viendo y sintiendo mi piel
de gallina, erizada. Sabía que lo que sentía era cierto por este síntoma
físico. Cuando siento algo parecido al escuchar o ver una imagen, sé que
así es, como una confirmación de lo que estoy percibiendo. Algo
importante estaba saliendo de mí. Conocía estos síntomas. Me eran
familiares. El silencio invadió mi entorno. Un respeto, alegría y quietud
a la vez aparecieron en mi interior. Yo era un chamán con todo lo que
esto representaba. Me puse a llorar. No podía controlarme. Algo
importante dentro de mí se acabó de “cocer”. Me dejé llevar por los
momentos que vivía. Había tomado consciencia “de quién era” en
aquellos momentos de mi proceso, y de lo que “llevaba dentro de mí”.
Inmediatamente, por mi mente pasaron unas imágenes de cuando, en
otra vida, era un curandero (así lo definí) por la zona de Perú. Me vi
recogiendo hierbas en una pequeña aldea en las altas montañas.
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Hay un proceso en cada alma procedente de la dualidad, y en algún
punto de ella, se presenta la ocasión para morir y dejar paso al nuevo ser
que realmente somos. No es otro diferente dentro de la densidad, sino
este ser que siente y vive diferente, más en acorde a la esencia que todos
somos, el verdadero ser que hay en nuestro interior.
Debemos quitarnos el disfraz que nos limita y dar paso a nuestra
naturaleza espiritual aquí en la materia. Así lo describí en uno de mis
artículos a lo largo de los años:
EL PROCESO DE MORIR PARA RESUCITAR
En los orígenes terrenales, desde la aparición de la consciencia,
empezó a resurgir aquel ser que conectaba con la naturaleza y
podía llegar a sentir la paz y la belleza de todo lo existente. Sabía
de la importancia del universo conforme tenía que ver con su
proceso, aunque quizás no era lo suficientemente consciente hasta
qué punto. Todo esto fue como los primeros pilares del ser humano
que hemos llegado hasta el día de hoy.
Posteriormente, debido a la conexión con la naturaleza, estas
almas se dieron cuenta que esta nos podía ayudar en nuestro
proceso diario. Podía crear estados de consciencia alterados, así
como curar todo nuestro cuerpo a través de las hierbas, o incluso,
equilibrarnos con la presencia de las piedras que les rodeaban. Así
fue subiendo peldaños en el proceso evolutivo de su alma, donde
con el tiempo, se conoció como el curandero, hasta dominar los
elementos de su entorno, dando vida al chamán.
La época chamánica duró muchos años, algún que otro siglo,
basándose en la naturaleza y todo aquello que ella le ofrecía. Para
llegar a chamán, uno debía de pasar, en según qué lugares, por
diferentes fases o pruebas para poder liberarse de los miedos y
poder purificarse, hasta el punto en que se crearon unas
iniciaciones para pertenecer a tal grupo u otro, como chamán. En
lo que todos coincidían era en que se había de hacer morir al ser
que se había manifestado hasta el presente hasta llegar al nuevo
ser que había en cada uno que permitía liberarse de todo lo
terrenal para entrar en las sendas de lo espiritual.
El tiempo fue pasando, dejando atrás los magos, wiccas y
brujos, curanderos, incluso, los chamanes.
Nos encontramos en un punto del proceso de la humanidad, del
ser que quiere transmutar la dimensión que nos encontramos para
conseguir vivir en la cuarta, e incluso en la quinta, en esta
biología. Necesita dar nuevos pasos para elevarnos según las
energías que vivimos actualmente y que se nos facilita más allá de
donde vivimos. Hemos llegado a una fase del desarrollo del ser en
su condición humana que se nos está invitando a dar nuevos pasos
para subir los peldaños superiores al chamanismo, como estos
fueron en su momento para los brujos, magos o curanderos de
antaño. Las energías así nos dicen.
¿Qué quiere decir esto? Pues que hemos de volver a morir para
resucitar, y esta vez a una vibración superior a como vibrábamos
hasta ahora. No podemos alimentarnos de lo que sobró ayer y
tiramos a la basura. Cada día hay un nuevo alimento que hemos de
aceptar y cocinarlo. La despensa interior siempre está llena, no
aprovechando las sobras del día anterior o los alimentos
caducados, o incluso, como en la edad media, con un aroma a
putrefacción, que con unas hierbas aromáticas lo solucionaban en
el momento de cocinar y presentarlo en la mesa de los comensales.
Ya no es necesario que nos alimentemos de lo que sobró antes de
ayer. Los tiempos actuales nos alimentan diariamente y en
abundancia, y aún así, parece que haya alguien que quiere contar,
exclusivamente, con lo que se alimentó tiempo atrás. Ahora hay
mucho más que yuca, arroz, patata o gallina. Nuestro alimento, a
nivel físico, es mucho más variado. Bien, exactamente igual a nivel
espiritual.
Hemos llegado a un punto en que hemos de volver a morir, para
renacer y resucitar al verdadero ser que somos. Aquel ser que
nuestra alma sabe, y en el fondo, nosotros también, pero debido a
los apegos, a lo que fuimos, no nos ha permitido actualizarnos
debido a los miedos de lo nuevo, -mucho mejor para nosotros-, que
la vida nos ofrece.
Las épocas del curandero, del brujo y el chamán, ya han
caducado. Han quedado obsoletas. Necesitamos una nueva
iniciación para poder morir del todo, y mostrar aquél quien somos,
saliendo de la crisálida de nuestra esencia. Creamos un ser que
estaba conectado con la tierra y el universo. Fue un paso
importante, pero sólo era parte de la casa, no de toda ella. Ahora
el hogar que necesitamos finalizar requiere que acabemos las
obras que iniciamos mucho tiempo atrás. Muchos pensaron que las
primeras obras ya eran la casa en sí, pero falta concluir la obra
que iniciamos. Bien, esta es la hora esperada. Ahora tenemos la
oportunidad de decir en voz alta: ¡Sí! ¡Éste soy yo! Mientras, todo
han sido peldaños del proceso de nuestra consciencia, de la
historia del ser humano. Agradecemos a aquellos que fueron los
seres que despertaron y dejamos que el verdadero nuevo ser,
completo, se manifieste con toda su plenitud. Ya no tiene cabida la
hora de los magos, brujas, ni chamanes. Todos han tenido su
tiempo glorioso y álgido, pero sólo sirvieron para poner nuevos
pilares en el proceso del avance de la humanidad y ayudar al
planeta Tierra.
Hemos de volver a morir para resucitar. Lo he dicho más de una
vez, y a consciencia, para que os quede bien grabado en vuestro
interior. Ya no es necesario ser una oruga o continuar encerrado
en la crisálida. Ahora toca mostrarnos tal como somos, según la
divinidad de cada uno. Ahora ha llegado el momento de mostrar la
divinidad que siempre ha estado en nosotros y ha esperado su
turno para cuando las energías fuesen las adecuadas para poder
manifestarse con el máximo resplandor, para todos aquellos que
así lo decidan. Ahora se te está diciendo que ya no es necesario
sentirte limitado, impotente y dolorido por la presencia de ciertos
sentimientos no comprendidos, o de un cuerpo que no responde tal
como tú quieres. ¡YA NO! Lo que se os está diciendo es que
vosotros, ya no debéis ser vosotros tal como érais. Vosotros tenéis
un tesoro en vuestro interior, que siempre ha estado y preparado
para cuando poseyéseis la llave y la abriéseis. Muchos os decís que
lo que habéis hecho hasta ahora ya está bien. ¡De acuerdo! Se os
respeta. Algunos decís que lo que habéis estado haciendo todavía
es válido. Una cosa es lo que habéis hecho, y la otra, el potencial
esperando a ser manifestado. Cuando decís que lo que estáis
haciendo es lo correcto, estáis diciendo: “viviendo así ya está
bien”. ¿Seguro que no quieres sentir la intensidad del amor, la paz
y la alegría de vivir en ti, sabiendo que todo te está siendo dado y
nada te falta? Bueno, si así es, se te respeta. Cuando la humanidad
se halla dividida en dos grupos: los que han decidido decir un ¡Sí!
rotundo a la llamada de la voluntad divina en cada uno y los que
se han apegado a un pasado obsoleto, sintiéndose empujados a dar
nuevos pasos, resistiéndose a hacerlos, las diferencias entre la Luz
y la oscuridad quedarán bien marcadas, creándose cada vez más,
un abismo entre las dos maneras de sentir y vivir. Cuando la Luz
del ser consciente y despierto a su divinidad, los que hasta ahora
se han negado empezarán a clamar una nueva oportunidad, porque
habrán necesitado ver para creer. Aún así, habrá quien se apegará
a su viejo ser. A estos no les tocará más remedio que despertar a
otro nivel diferente al de la Tierra. Cuando transciendan, volverán
en otro lugar a años luz de donde nos encontramos, donde las
energías serán las adecuadas a ellos, no en esta nueva tierra de
más alta vibración.
Nos encontramos en estos tiempos donde el ser necesita pasar
por un nuevo proceso de transmutación, digámosle iniciación.
Necesitamos volver a morir, para renacer. No tengáis miedo a dar
este paso, porque no estaremos solos, y nuestra alma nos está
llamando a la puerta constantemente, diciéndonos: ¿Todavía no te
has decidido? Cuanto más lo vayamos dejando, más sentiremos los
movimientos interiores. Deja que las obras de tu hogar interno
finalicen. Después notaremos el vacío de la huída de la densidad
contenida en nosotros y la sensación de expansión y liberación
absoluta de nuestro ser. La libertad que sentiremos en nuestro
interior nos permitirá sentir y experimentar sensaciones
preparadas exclusivamente para nosotros. Tus habilidades
cambiarán y algunas se potenciarán a niveles imaginarios. Los
sentimientos más sublimes se manifestarán sin provocarlos.
Sentirás diferente. Verás la vida diferente y sabrás lo que es
disfrutar y expresar la divinidad que hay en ti. Entonces, tú serás
tú, cuando así sea. Entonces, sentirás la divinidad que eres. La
intencionalidad por la cual fuiste creado, empezará a mostrarse
plenamente, escuchando a tu corazón y haciendo en todo momento
aquello que te dicte.
Ha llegado la hora de enterrar al viejo ser que hay en nosotros
de una vez por todas, para abrir la puerta a la Luz del nuevo ser
que hay en ti.
Los tiempos han cambiado y aquello que fue, ya no tiene cabida
hoy. Aquello que está siendo dentro de cada uno llevará a abrir los
canales de la humanidad para que trascienda y liberemos la
oscuridad, la densidad en la cual ha estado atrapada durante
siglos.
Y todo, porque así debía de ser. El alimento de ahora es otro.
La divinidad que hay en ti está llamando a tu puerta. ¿A qué
esperas abrirla?
Hagamos de este planeta, un lugar donde el Cielo se manifieste
en la Tierra.
Sólo existe el amor, y sólo desde el amor podemos crear vida
divina, donde todas las divinidades sean Una aquí en la Tierra.
Todos, absolutamente todos daremos el paso para ir de la humanidad
a la divinidad, dejando la vida chamánica para dar la bienvenida al Dios
que cada uno es.
En su momento, también abrí las puertas de aquél quien soy. Fui
guiado en todo momento por la voz de mi corazón. Mi interior, lo que
sentía dentro de mí, era la dirección a tomar en cada instante. Era como
si sintiera el camino a seguir, y a continuación “alguien” pusiera una
alfombra para confirmar la veracidad de lo que sentía. Veía esta
alfombra ante mí, y entonces, sabía cuál era el camino adecuado para mi
ser en aquél momento.
Cuando permites que todo sea sin querer controlar la situación,
organizarla o programarla, entonces es cuando se realiza el camino
adecuado para tu alma, sucediendo exactamente aquello que se tiene
pensado para ella, y así tu ser, poder transcender la condición humana
hacia el Cristo que hay en ti. Hay que entender como “Cristo”, todas
aquellas características asociadas a Dios: sabiduría, comprensión,
flexibilidad, compasión, ternura, firmeza, serenidad, armonía, orden,
calma, nutrición, equilibrio, calidez….y amor, mucho amor, recordando
que Dios es la energía de más alta vibración existente, es decir, el Amor.
Dios es el Amor puro e incondicional, el de más alta vibración, creador
de toda vida emergente.
Cuando se empieza a sentir esta energía en nuestro interior, todo
cambia. Nada ya es igual. Cuando estas sensaciones se producen
constantemente, diariamente, entonces será síntoma que tu ser ha
cambiado su vibración, y tu ADN se ha activado de tal manera, que vas
viendo como tu voluntad va materializándose cada vez más. Son
momentos en tu vida que dejas que aquél quien en verdad eres se
manifieste a través de ti, siendo tú, Él. Siendo Él, tú. No hay diferencia
entre tú y Él, porque hay una plena Unicidad, sin límites, no sabiendo
donde empieza uno y finaliza el otro. Sencillamente sois Uno, y tus
palabras, tus gestos, tus pensamientos y tu presencia, es Él en ti. Es su
manifestación en ti.
Hablas, actúas y sientes, sabiendo quién eres más allá de tu
terrenalidad. Entonces, tú ya no eres tú. Porque tú eres la esencia de la
cual procedes.
Cuando cruzas la pasarela de lo chamánico a lo crístico en ti, la vida
toma otro sentido, otro color, y sientes el universo, el amor en tu
interior, en cada célula de tu composición biológica. Sientes la
expansión, la inmensidad que eres, y la plena sensación de saber que
todo está en orden, en armonía y que lo que está sucediendo en tu
entorno es fruto del Amor. Los demás son parte de ti, y cada uno a la
vez, parte del otro. Sientes también la Unicidad en este plano
dimensional con aquellos seres que te rodean. Unos se complementan
con los otros, y todos nos beneficiamos. Somos vasos comunicantes que
todos nos ayudamos en nuestro proceso de evolución.
Te das cuenta de que lo que importa son las energías que vas
irradiando en tu día a día y el uso que hagas de ellas. Ves la vida como
la consecuencia de la utilización de la energía en ti. No importa lo que
hagas, sino el cómo lo hagas. No importa tu nivel social y las obras que
realices, sino la energía que desprendas en cada paso de tu cotidianidad.
¡Eso es lo importante: la Energía!
Dejas de apoyarte en lo que te rodea para utilizar tu ser.
Dejas de tener presente la parafernalia de tu entorno, para adentrarte
en el poder interior que hay en ti.
Cuando dejamos de poner nuestra energía en manos de ciertos
elementos y rituales, y empezamos a mostrarnos con todo nuestro
potencial interior sin interferencias externas, entonces, será indicio de
que estamos dejando el pasado, las energías chamánicas para dar paso a
las energías crísticas. Será el momento en que el ser limitado y
dependiente, pasará a la omnipotencia y la plena libertad de creación.
Hubo un momento que di este paso, y puedo asegurar que nuestro
potencial es ilimitado. Te conviertes en pleno co-creador de tu vida. Eres
tú y Dios. Eres Uno. El ser con un vehículo biológico y la esencia divina
manifestándose. Entonces te das cuenta de que la vida tiene un sentido
más allá de lo vivido y podemos ver. No hay dolor. Desaparece el
miedo, la tristeza y todos los sentimientos de baja vibración que nos
crean malestar, porque sólo amor hay en ti.
Cuando sientes la inmensidad de tu ser, estás manifestando el Amor
que eres. Todos somos Amor. Cada uno de vosotros es Amor, pero las
creencias de tu pasado te hacen creer que eres limitado y la vida es un
juego de azar.
Nada de eso es. He podido experimentar momentos muy humanos,
sintiéndome limitado por instantes, al no poder vivir como quería.
Influencias de baja vibración llegaron a limitar mi libre albedrío, mi
voluntad, pero todas ellas tenían una función, un mensaje que me
transmitían. Han pasado los años y he aprendido que aquello que
vivimos no es. Nada es lo que parece, y cuando das el salto de víctima a
responsable de tu vida, entonces, verás que es una cuestión de actitud
ante la vida. Mientras pensemos que formamos parte de un engranaje
dominante, inflexible y punitivo, nuestras capacidades internas se están
preparando para ser activadas y romper con la situación que se está
viviendo. Muchos se dejan llevar por lo que viven. Sus capacidades se
mantienen intactas. Adormecidas, pero intactas, dispuestas a
manifestarse para cuando el ser decida ser él. Otros sienten algo en su
interior que les hace reaccionar y no continuar como han vivido hasta
aquellos momentos. Ellos tienen también las capacidades innatas en el
ser que siempre han estado con nosotros desde nuestro nacimiento en la
materia.
No necesitas nada para avanzar por la vida, para crear tu vida y ser
feliz. Solo se necesita que ¡TÚ SEAS TÚ!, nada más. Tú eres divinidad,
no un ser limitado.
No hay puertas cerradas, sólo el no saber de su existencia.
No hay obstáculos en el camino, sólo el no saber de tu potencial.
No hay limitaciones en tu ser, sólo el no recordar quién eres.
No hay desamor en tu vida, sólo miedos que liberar.
No podemos avanzar según nuestros deseos, a menudo, pero no
es por la impotencia que el azar me ha señalado con el dedo, sino
por ignorar mi responsabilidad ante las oportunidades.
No existen las lamentaciones cuando dejamos que nuestro
corazón nos guíe.
Puras lamentaciones manifestadas debido a nuestro pasado han
permitido valorar aquello que no es. Desgracias, penas,
desigualdades, todo forma parte del desconocimiento de nuestra
existencia.
Cuando nos identificamos con nuestro entorno, nuestro pasado,
entonces todo se gira según lo establecido desde el amor:
Lamentaciones basadas en la creencia de nuestra incapacidad
para poder seguir el camino deseado. Lamentaciones, creadoras
de situaciones limitadoras que aumentan nuestras creencias de
escasez e impotencia. Todo procede de nuestra mente, de nuestra
identificación con lo establecido según nuestro entorno.
No hay nada establecido.
No hay nada previsto.
El camino está libre y dispuesto a ser amueblado según nuestra
voluntad. Cuando ésta es consciente en nuestro ser, entonces, nada
debemos de cuestionar, porque la dirección a seguir depende de
nosotros. Somos nosotros quienes andamos y damos los pasos
hacia la luz de nuestro sentir.
Cuando ahogamos el corazón, nos ahogamos a nosotros mismos
por inutilizar la brújula de nuestra alma y el empoderamiento
divino que hay en cada uno.
No hay tristezas ni lamentaciones mentales, por lo tanto, nada
puede interferir en aquello que nos propongamos. Ignorar este
potencial de proponer y materializar, nos lleva al acantilado del fin
de nuestro camino tal como lo estábamos haciendo hasta aquel
momento.
No hay vaso medio vacío, sólo la oportunidad de decidir. Una
intencionalidad adosada a nuestra capacidad de elegir el camino y
nuestra cualidad al pasar por él: Libre albedrío. Nos fue dado
para llegar a este punto de reflexión donde os encontráis y decidir
una nueva dirección a seguir.
No hay fracaso, sólo valor y éxito.
No es el resultado lo valioso de nuestra existencia, sino el
proceso para llegar a la realización. Ésta es el resultado de
nuestra actitud y aprendizaje durante el camino. El proceso es lo
importante en nuestras vidas. El resultado es una consecuencia de
él.
No esperéis ver resultados. ¡Sentid el resultado en vosotros!
No esperéis ser amados. ¡Sentid el Amor en vosotros!
Hay un camino que tu alma debe seguir. Tú diriges el timón. Pon
las dos manos en él y déjate llevar por el corazón. Él te guiará en
los momentos de niebla y poca visibilidad. Confía. El camino está
libre para ti. No pienses, ¡siente!
Navegar entre aguas no conocidas no es motivo para parar tu
barca y quedarte quieto, dejando de avanzar. Más allá de todo
dolor acumulado a lo largo de tu viaje, se halla la luz de tus
sueños.
Tu alma vibra cuando ve que empiezas a descartar la penumbra
en ti y tus dudas.
Tu alma se reconforta cuando sientes el amor en ti y te dejas
llevar por esa luz que solo tú ves en la dirección adecuada. Síguela
y no te cuestiones si es el camino de tu auto realización. ¡Sigue! La
voz de tu corazón te llevará.
No hay oscuridad, sólo el desconcierto de tu ser ante lo nuevo y
lo que no controlamos.
Déjate llevar por aquello que sientes y lo demás… ya vendrá.
Deja de querer seguir un camino adecuado sin margen de
flexibilidad. Deja que la vida te lleve por el sendero propicio para
tu ascensión.
No esperes dolor, sí los regalos, las oportunidades que te van a
ofrecer para llegar allí donde debes de llegar, según lo pactado
con anterioridad.
Deja tu mente a un lado para sentir quien eres tú en verdad y
poderte manifestar con toda tu magnificencia ante el mundo. No
para impresionar, sino para abrazar desde el amor a aquellos que
necesitan de tu existencia, empezando por ti primero.
No es importante proponerse metas, sí, en cambio, el sentir el
amor y la realización en tu interior. Cuando esto lo sientes,
entonces sentirás el bienestar en ti.
Nada más que amor hay en ti para liberar tu vida anterior.
¡Siente! ¡Vibra! ¡Emociónate! con aquél quien tú eres. Aquello
que vendrá a continuación de estos sentimientos hará que dejes de
pensar con la parte de vida que hasta ahora no ha ido como tú
querías.
Amor atrae amor.
Liberación abre las puertas de toda sanación.
Recordar nuestra esencia elevará nuestra alma hasta llegar a la
divinidad que cada uno de vosotros sois. No hay más. Tú eres el
principio y el fin de tu vida. Tú eres la Fuente de la cual emana
toda creación en ti. Deja que el agua de la vida, procedente de la
Fuente Universal, te lleve por el caudal que te encuentras. Coge tu
timón y sigue a tu corazón. Si miras a través de él, verás que no
estás solo en la barca. Rodeándote está la Luz de tus hermanos del
Hogar que siempre te han acompañado a cada paso de tu proceso,
incluso, junto a ti se han encontrado en los momentos de más
aparente soledad. Siempre han estado allí y acá, ahora contigo.
Mira bien la barca. Mírala desde el corazón y también verás a
otros seres de una Luz más intensa. Sí, son ellos, algunos de los
Maestros Ascendidos. Todos tenemos “más afínidad” con alguno
de ellos.
Tu vida es parte de los Designios Superiores del Universo. Eres
parte importante de la Gran Voluntad Divina. ¿Por qué crees que,
a pesar de todo, todavía estás aquí, habiendo llegado hasta el
presente? Porque todavía tienes la oportunidad de abrir tus
brazos, tus manos y aceptar el empoderamiento de tu ser.
No hay humanidad permanente. Llega el día en que dejamos
nuestra condición humana y la transmutamos por aquel quien
somos en verdad: divinidad manifestada.
Este es el camino de estos tiempos.
Las puertas del potencial divino se han abierto de par en par:
¡A D E L A N T E!, puedes pasar.
HACIA MI DIVINIDAD
Mi formación en Reiki empezó en 1995, y al año siguiente hice el
segundo curso según el método del Dr. Mikao Usui. Una vez finalicé
estos dos niveles, decidí no continuar porque con lo aprendido ya podía
practicar y ejercer sesiones terapéuticas, por lo tanto, decidí dar por
acabada mi formación en Reiki.
Aún así, las cosas no siempre son lo que parecen y la vida te da
sorpresas inesperadas, siendo una de estas sorpresas el cambio de
opinión, años más tarde, en relación a este sistema de sanación natural.
Intentaba practicar, pero no encontraba a nadie de mi entorno que se
dejara o accediese a que le hiciera una sesión. En aquel tiempo tenía
unas amistades que se encontraban a unos 150 kilómetros de donde yo
me encontraba. Eran los únicos que se predisponían a que yo practicase
con ellos. Alguna vez los visité para hacerles una sesión. Primero nos
alegrábamos de vernos. Hablábamos y nos poníamos al día, y ya bien
entrada la madrugada, empezaba la sesión con ellos. Eran dos. Alguna
vez acababa más allá de las cuatro de la madrugada. No me importaba,
porque había podido practicar. Aunque pocas veces tuve a alguien que
se dejase hacer una sesión, notaba cómo la energía fluía en mí, y sobre
todo en mis manos. En mis palmas, en el centro de ellas, la fuerza de la
energía era tal, que la piel se peló. Parecía que estuviera estigmatizando
las llagas de Jesús en mis palmas. Sentía mucha fuerza en ellas, a veces,
sintiendo que “me dolían” de tanto flujo energético.
Tiempo después, conocí a un grupo de personas que conectamos en el
momento, abiertas al mundo del Reiki y el despertar de la consciencia,
aunque en aquellos tiempos, no se definía así. Estuvimos unos dos, tres
años en contacto y encontrándonos asiduamente para practicar o asistir a
alguno de los cursos que hacía alguno del grupo.
Aquí empecé a notar algo diferente a como me enseñaron Reiki.
Empecé a darme cuenta de que, en los encuentros de práctica entre
nosotros, los denominados intercambios, a aquél que le hacía, notaba un
cambio notable en relación al principio de la sesión, y durante el
intercambio, sentía que no debía de seguir todos los patrones que se me
transmitieron en los dos niveles realizados. Veía unos resultados
diferentes si aplicaba lo que recibí, a lo que sentía. Estos últimos eran
mucho mejores. No sentía la necesidad de aplicar los símbolos y signos
transmitidos en los cursos.
Algo estaba pasando en mí debido al Reiki. Cada vez sentía más la
fuerza de esta energía sanadora, pero no aplicando lo que me
transmitieron, sino lo que sentía en mi interior.
Recuerdo una vez, que alguien me transmitía Reiki y yo estaba
tumbado en una camilla, que me dijo:
- ¡Es increíble! Estás para recibir y yo dar, y tú me estás dando a mí.
Estoy recibiendo constantemente de ti.
En estas sesiones recibí ciertos comentarios por parte de quien daba,
algunos de ellos relacionados con mi proceso espiritual.
Somos energía, y es esta energía la que contiene la información que
cada uno es, más allá de nuestra vida actual.
Fue a partir del Reiki que me adentré más en el aprendizaje y uso de
la energía que todos somos. Aprendí de ella, qué representa, la
información que lleva almacenada y el cómo utilizarla.
La instrucción de mis maestros, tanto físicos como espirituales estaba
dando sus resultados. Mis intereses iban en aumento en esta dirección.
Abrí nuevas puertas, las cuales me llevaron a mi presente y a la
conexión con mi Divinidad.
En el mes de enero del 2001, habiendo entrado en el nuevo milenio,
sentí el impulso de querer finalizar aquello que empecé en el Reiki.
Quise continuar con el tercer y cuarto nivel para poder impartirlo a los
demás. Con el primer y segundo nivel podía practicar, pero también
sentí que debía de instruir a otros hacia la energía. Así que en este mes
finalicé la formación según el método del Dr. Mikao Usui. Ya tenía los
diplomas adecuados para poder hacer cursos por mí mismo. Aún así,
todavía tardé algún tiempo, años, en hacer los encuentros en la
formación de Reiki.
Iba practicando, y a medida que lo hacía, sentía con más nitidez la
manera de hacerlo. Mientras, yo iba trabajándome personalmente. Fue
con el ya establecimiento de la nueva energía en el planeta, cuando se
me presentó la ocasión.
Las oportunidades se presentan cuando estás preparado.
Cuando el maestro está preparado, aparecen los alumnos.
Cuando el alumno está preparado, es entonces cuando aparece
el maestro.
Así fue, y esta vez, sabiendo cómo hacerlo. No era el Reiki que me
habían enseñado, un Reiki chamánico, sino un Reiki puro, crístico.
Dicho de otra manera: no era Reiki, sino Amor transmitido como canal
de la divinidad que uno es. Muchas diferencias había entre cómo me lo
enseñaron y cómo lo sentía yo, confirmado por mis acompañantes de la
Luz.
Reiki tuvo su función con la vieja energía. Los tiempos han cambiado.
Sé que con esta afirmación puedo llegar a tener en contra a todos
aquellos que están ejerciendo tal como nos lo transmitió el Dr. Mikao
Usui. Él recibió según sus conocimientos y la energía que había en su
momento. Eran momentos de una fuerte dualidad. Los tiempos han
cambiado. Actualmente, este Reiki es un Reiki chamánico. Nos
encontramos en los tiempos Crísticos. La información que ahora
recibiría sería otra. Son otros tiempos. Reiki, tal como se está
impartiendo en la mayoría de las veces, ya está obsoleto, ya no tiene
razón de ser. Ya no se necesitan los símbolos y otros efectos
ritualísticos,… pero no estoy aquí para dedicar demasiadas palabras a
este tema, sino al proceso de lo chamánico a lo Crístico.
Mi instrucción espiritual iba siguiendo su camino. Mis capacidades
iban activándose y en aumento. Todo seguía su curso. Veía los nuevos
resultados de mis reflexiones y conexiones con mis hermanos de la Luz.
Me daba cuenta de que aquello que sentía era lo adecuado según cada
momento y persona. Me dejaba llevar.
Mi divinidad pedía paso.
Fue en el 2003 cuando empecé a dar los primeros cursos sobre
energía, pero debido al trabajo que iba realizando con mi ser, éstos
dejaron de hacerse.
Durante unos años fui consciente de una nueva energía que era mucho
más potente y superior que la energía que estaba haciendo servir hasta
aquel momento. Las iniciaciones de Reiki no eran tales, porque dejé de
hacer la mayor parte de la ritualística existente y su simbología. El poder
de armonizar y equilibrar, no se encontraba en las ceremonias ni
utensilios que me enseñaron que debía hacer. Nada de eso me dictaba mi
corazón, en cambio, para los asistentes a los cursos programados como
Reiki, era una manera de introducir a la canalización de la energía a
través de las manos.
Llegó un día en que los cursos desaparecieron, porque había entrado
en contacto con otra energía muy superior y más amorosa que la
chamánica. Me refiero a la energía crística. Empecé a integrarla y
aplicarla en mi vida. Trabajándome la confianza, la fe y el escuchar a mi
corazón, me abrieron, cada vez más, las puertas de esta nueva energía
que empezó a aparecer en nuestro planeta con el cambio del milenio.
Como se diría a nivel comercial: “ahora ya se encuentra disponible para
todos aquellos que se predispongan a abrir su corazón y a conectar con
aquel quienes en verdad son”.
Me sentía más fuerte de espíritu a medida que pasaba el tiempo y
empezaba a ver la vida, con más notoriedad, desde la no preocupación y
entendimiento.
Los grandes cambios en mi vida, eran interiores. El entorno iba
reflejando lo que sentía. Estos cambios interiores se convirtieron en
cambios exteriores. Cuanto mayor era el cambio, más se activaba la
necesidad de vivir una nueva vida y subir nuevos peldaños en mi
proceso. La vida se encargó de quitármelo todo para empezar desde
cero.
Ahora estaba preparado.
Todo ha ido en aumento hasta llegar a mi presente.
Lo que antes era conocimiento, se convirtió en sabiduría.
Lo que era una actividad en cuentagotas, se convirtió en “más a
menudo”, y el bienestar interior se intensificó de tal manera que pude
llegar a tener una conexión con mis hermanos de la Luz mucho más
nítida e intensa, así como el sentir la presencia de Dios en mí.
La Divinidad es el estado natural del ser. Es el Amor manifestado
ahora y aquí, estés donde estés y hagas lo que hagas. Tú eres este Amor,
porque la Unicidad es plena, absoluta, total. El Padre y el Hijo son Uno.
No hay diferencia entre uno y el otro. Los dos se han unido para
materializar la Voluntad Superior.
Cuando uno siente la Divinidad en él, deja de vivir su vida, porque se
da cuenta que ésta no le pertenece. Habla, siente, obra y hace presencia
pero no eres tú como ser humano. Eres el vehículo para que Dios, esta
divinidad que hay en ti pueda manifestarse. Dejas de organizar tu vida,
de programarla y ejecutarla, porque eres guiado, fluyes y sabes qué
hacer en todo momento.
Sólo sentiréis Amor, alegría, paz, armonía y una sensación de
inmensa calma en vosotros, a la vez que una certeza de que en todo
momento recibiréis lo que necesitéis en esta vida. Dejáis de
preocuparos, sintiéndoos guiados, protegidos, alimentados y agradecidos
por todas las bendiciones y oportunidades que la vida os ofrece.
Sentiréis el Hogar en vosotros y las presencias de la Luz que os
acompañan. Sentiréis aquél quienes sois que os dará la fuerza, el coraje
y la serenidad cuando lo necesitéis en vuestro camino. Por cierto, ya no
habrá un camino preestablecido por vuestra voluntad, porque la vuestra
será la SUYA. Vuestra divinidad preponderá en vuestra vida.
Vosotros no seréis vosotros, aquél quien ahora sois.
Es un camino a recorrer para llegar a esta conexión divina que cada
uno es. Para seguir este sendero, hay que empezar a trabajar la parte de
densidad que pueda haber en nosotros. Para tal fin, debemos conocer y
saber utilizar las diferentes herramientas que todos poseemos en nuestro
interior y que ya tenemos desde nuestro nacimiento.
Para recordar hay que conocer nuestro interior. Para conocerlo y abrir
sus puertas para adentrarnos en él, aplicaremos unos utensilios que se
albergan dentro de nosotros. Todos los tenemos, y serán los que nos
permitirán manifestar el poder que poseemos. Ese poder interior estriba
en cómo hacer servir la energía, y para ello, debemos de contar con estas
herramientas donadas por nuestra divinidad para que podamos abatir el
muro que nos priva llegar a ella. Este proceso de trabajo personal y
autoconocimiento nos llevará a “nosotros mismos”. Conocerlos es
darnos cuenta de la grandiosidad de nuestra existencia. No hay nada que
no podamos superar. Para ello, será necesario saber qué tenemos, para
utilizar una herramienta u otra.
A continuación, en el siguiente capítulo os muestro las claves internas
que nos permitirán liberarnos de la densidad en la cual podemos vivir.
LAS HERRAMIENTAS DEL SER PARA
SU DESPERTAR Y LIBERACIÓN
Nacimos con todos los elementos necesarios para nuestra vida a
experimentar. Venimos con todos los ingredientes adecuados para poder
saborear nuestra existencia en esta encarnación. Cuando respiramos por
primera vez al nacer, éramos, como ahora, seres perfectos y completos.
Teníamos todas las herramientas que podíamos utilizar a lo largo de
nuestro andar. Estas, son como las llaves maestras para restablecer lo
desarmonizado. Somos seres superiores más allá de nuestra biología.
Nuestro interior no pertenece a esta dimensión, por lo tanto, nuestra
esencia tiene todo el potencial espiritual como divinidades que somos.
Al tomar forma, no siempre mantenemos la consciencia prístina, y es
nuestro trabajo ir a por ella, a tomar contacto con ella nuevamente.
Todos debemos o hemos debido seguir un proceso para llegar a la
plena consciencia de quiénes somos. Para ello, tenemos, como ya he
dicho, unas herramientas que nos facilitarán el ir a nuestro interior para
conocernos, conectar con aquél quien somos y permitir que la divinidad
que somos pueda ser manifestada.
Hay otros mecanismos para llegar a nosotros como los sueños, las
visiones y las intuiciones. Quizás en otro momento, otro libro, hable de
ellas, pero de momento os dejo con los pilares básicos que permiten
abrir las puertas de nuestra Luz, Consciencia y Amor. Estas
herramientas son:
1. La visualización
2. El pensamiento positivo
3. La palabra
4. El silencio
5. El Sentir
6. El libre albedrío
LA VISUALIZACIÓN
Aprender a controlar nuestra mente es clave para hacer que ésta esté a
nuestro servicio de cara a la creación de nuestra voluntad. Tenemos una
mente poderosa, y la visualización es un mecanismo para hacer que
empiece a obedecernos. Visualizar es hacer que nuestra voluntad impere
en momentos determinados de nuestra vida, sabiendo que, aquello que
visualizamos, podemos llegar a materializarlo.
Todos tenemos la capacidad de visualizar. He conocido personas que
parecía que no podían, pero todo es cuestión de práctica y saber la
manera de empezar a adentrarnos en esta técnica mental. Hay pasos
sencillos que nos permiten aprender. A través de la visualización
podemos crear nuevas imágenes que nos permitirán empezar a visualizar
aquello que queremos en la vida. Para esto primero deberíamos tener
claro qué queremos. Luego, podemos empezar a trabajar con las
imágenes. Cada vez que tenemos una visualización positiva, estamos
creando energía positiva. Esta energía nos ayudará en nuestro proceso.
Debemos pensar que somos fuente de creación. Nosotros somos la
Fuente Creadora de nuestra vida. A aquello que visualizamos le damos
poder y empezamos a predisponerlo para nosotros. Si nuestras
visualizaciones son de carácter positivo, nos dirigiremos hacia nuestro
mayor bien. Si nuestras visualizaciones son de desamor, sólo el dolor
(malestar a todos los niveles) podemos esperar en nosotros.
Las visualizaciones son parte importante en nosotros. Empecemos a
crear un clima y un ambiente sosegado, de calma, armonioso y lleno de
paz y amor. Las imágenes nos pueden ayudar en esta dirección.
EL PENSAMIENTO POSITIVO
Los pensamientos están asociados a nuestras creencias. El entorno
que hemos vivido y su influencia hace que hayamos adaptado una
manera concreta de ver la vida y de vivirla. Estas nos llevan a tener unos
pensamientos más positivos o negativos, entendiendo como positivo, de
alta vibración, y negativo como de baja vibración energética.
Cuantos más pensamientos tengamos emanados desde el corazón, más
amorosos serán, con el consecuente bienestar que nos proporcionarán.
Cuando los pensamientos son producidos por nuestra mente racional,
más inquietud y temores crearemos en nuestra vida.
Los pensamientos son emanaciones energéticas que nos ayudan a
crear nuestra vida. ¿Qué quieres en tu vida? ¿Qué tipo de vida quieres?
Tus pensamientos hacen que te dirijas hacia allí donde has puesto tu
atención. Si lo que piensas es amoroso, solo amor puedes esperar; si no,
tu vida puede bloquearse y ver como aquello que sientes en tu interior,
se va alejando más y más de ti.
Para que los pensamientos sean positivos y eficaces, debes de tenerlos
en un estado alfa, es decir, en un estado de relajación, tranquilo, y una
vez te sientes calmado y relajado, empezar a visualizar la vida que
quieres o tener las imágenes a voluntad según tu momento actual. Si
hacemos este uso en estado alterado, no funciona; sólo si todo tú estás
relajado. Tengo que decir, que en estado de calma y sosiego, no
podemos crear imágenes de desamor, porque este estado interior está
unido a nuestra parte más amorosa, de más equilibrio. Un ser
equilibrado sólo quiere lo mejor para él y los demás.
Nuestra mente es poderosa. He podido comprobar por mí mismo el
poder de nuestro ser, de nuestra mente completa. Recuerdo años atrás
cuando practicaba con mi mente, con mi capacidad mental, cuando
empezaba a profundizar en mi potencial mental, conseguí hacer que una
rama de un árbol concreta se desprendiese, se cayese. Mi práctica fue
durante años, llegando a crear milagros a lo largo de mi vida. Tener
distanciamiento con alguien de la familia en aquella época, y a través de
unos ejercicios mentales, la vez siguiente que nos vimos con aquella
persona, parecía la persona más contenta y abierta hacia mi ser. Todo
distanciamiento se difuminó. Vivir en la calma y el centramiento más
absoluto en un ambiente totalmente hostil e inestable, ha sido otras de
las pruebas, a lo largo de mi vida de aprendizaje que tuve que
experimentar comprobando la capacidad de mi mente. Los resultados
me llevaron a darme cuenta de que podemos conseguir lo que queramos
si nuestro anhelo sale del corazón.
El pensamiento positivo no es un pensamiento aparte de quienes
somos. Todo lo contrario, este pensamiento de alta vibración es el
pensamiento según nuestra naturaleza. Es innato en nosotros. Cuando no
es positivo, no nos pertenece de aquél quien en verdad somos. El
raciocinio nos ha llevado a distorsionar la vida, de ahí la aparición de
pensamientos que no sean del todo positivos: pensamientos de
desconfianza, infravaloración, escasez y limitación en general.
Recordad: aquello en que nos centramos, lo potenciamos y lo
atraemos a nuestra vida.
LA PALABRA
En el año 2001, el Padre me dijo a través de los sueños: “Tú serás mi
Palabra”. Han ido pasando los años, y he podido constatar esta
anunciación hacia mi ser. En su momento, la alegría fue enorme. Sentí
una gran ilusión, una gran emoción de poder servir a Dios a través de mi
palabra.
También en este mismo año, en otro sueño se me dijo: “Tu nombre ya
no es Jordi, sino Ángel”. Me dedicaría a servir y a ser un mensajero de
él. ¡Estaba tan contento y emocionado! Bien, esta emoción ha ido a más
con los años y la alegría e ilusión superan a la inicial. Ahora es intensa y
amorosa. Siento al Padre en mí. Siento nuestra unicidad. Siento el Amor
que soy.
La palabra puede ser oral o escrita. He llegado a tener oportunidades
para aplicarla, tanto de una manera como de otra. Actualmente son parte
de mi vida y del vehículo que soy de mi divinidad.
La palabra tiene una gran fuerza de materialización y creación.
Vuelvo a repetir que si ésta emana de nuestro corazón, nos ayudará a
crear bienestar y armonía en nuestra vida. Si la palabra sale de la mente
y el ego, puede llegar, incluso a matar.
Cuando no expresamos lo que hay en nuestro interior, nos
bloqueamos y nos vamos anulando paulatinamente. Cuando no decimos
lo que pensamos o sentimos, estamos bloqueando nuestra vida. Todo
aquello que nos duele u omitimos, según nosotros por no herir, o hacer
daño a alguien, esto queda en nuestro interior y es como un gusano que
nos va corroyendo por dentro hasta llegar al punto de debilitar nuestro
cuerpo y dañarlo. Entonces, somos nosotros los perjudicados.
La palabra puede consolar o aniquilar, dar coraje o debilitar, animar o
infravalorar y humillar. Nuestra palabra tiene poder, pero no el sonido
en sí, sino la energía que desprende este sonido. No importa en qué
idioma digamos algo. Lo que verdaderamente importa y es relevante, es
la energía de las palabras que emitimos y expresamos. Estas palabras
están relacionadas con cómo somos. Puedo decir, que oyendo a alguien
hablar, puedo saber cómo es y cómo se siente.
La palabra es la expresión de nuestro interior.
Todo aquello que oyen nuestros oídos va a nuestra mente, entonces,
¿qué es lo oímos? ¿Qué es lo que decimos y expresamos?
Debemos de tener presente que con todo lo que oyen nuestros niños,
les estamos influenciando. Nuestra mente no diferencia si lo decimos en
broma o en serio. Ella se lo toma siempre al pie de la letra. Si te dices a
menudo que “eres tonta” por hacer algo mal, tu mente se lo creerá y te
dará oportunidades en tu vida para que “seas tonta”, porque habrá sido
la orden que le habrás dado. Luego, tú no sabrás por qué te sientes así o
vives lo que vives. Habrás sido tú que te lo habrás creado al decirte, en
este caso, palabras de infravaloración y poca autoestima.
Podemos trabajar con las frases de pensamiento positivo, con mantras,
o expresiones que nos den empuje, coraje, nos hagan sentir bien y nos
ayuden en nuestra vida. La oración también nos puede ayudar, como
expresión de la palabra para conectar con nuestra espiritualidad o el
Hogar, el mundo de la Luz.
Hay momentos que no siento que deba hablar y expresar sobre lo que
veo o siento, porque llega un momento en que las palabras ya no tienen
ningún sentido de existir dentro del contexto de tu existencia. Te das
cuenta de quién eres, cuál es tu esencia y la realidad de tu ser en esta
dimensión en medio de un infinito firmamento.
Sobran las palabras.
Vives sintiendo.
Sabes sintiendo,… y aprendes sintiendo. Sólo el sentir tiene la
magnificencia de existir.
Siento como la relación entre todos los seres del universo se basa en
el sentir.
Sentir es información. Percibes aquél que se encuentra ante ti o te
rodea. No necesitas las palabras para saber del otro.
Por más que hables, no siempre son escuchadas, y cuando lo son, te
das cuenta de que se perciben a medias. No siempre aquél quien escucha
está preparado para recibir toda la esencia de lo que se transmite, todo y
así, a veces es el vehículo para hacer despertar.
Las palabras tienen poca razón de ser cuando vives plenamente desde
el corazón y sintiendo la perfección y belleza en todo aquello que te
rodea.
No sé si continuaré hablando mucho más, porque la gente, cuando me
escucha, más quiere. No son necesarias las palabras para ir al interior de
uno mismo y darse cuenta de quién es. La plenitud y el bienestar no se
encuentran en las palabras expresadas. Estas tienen un motivo de ser, y
cuando llegas a ti mismo, entonces, empiezan a menguar. El silencio es
el gran emergente en el ser cuando quiere saber de él mismo.
Hablar y hablar nos aleja de nosotros. Nos dispersa en querer
manifestar un ego que nos priva llegar a quienes somos.
Sentir te abre las puertas de la plena realización personal. Cuando
llegas a sentir aquél quien eres,... tu vida deja de tener el sentido que
tenía hasta entonces. Uno encuentra el filón que alimenta a su ser, el
verdadero ser que es. Sentir el Amor en uno mismo, es el mayor regalo
que uno puede llegar a hacerse. Cuando se siente, el ego desaparece
porque sólo quedas tú y todos aquellos que te acompañan desde otras
dimensiones para ayudarte a SER.
A veces me resguardo en mi interior y dejo de omitir cualquier
palabra, porque esta es insignificante a lo que se siente.
“Aquello que hace ruido, es una buena herramienta para
hacerse notar.
Aquello que se encuentra en el silencio te abre la puerta de la
realización y la comprensión de tu ser.
Aquél que se hace notar a voluntad, cierra las puertas de él
mismo.
El sabio calla porque sabe que sabe.
Quien no sabe habla constantemente para hacer saber y
convencer a los demás que sabe.”
Me siento bien conmigo, y por lo tanto no necesito alterar la relación
en el silencio que hay entre yo y mi divinidad. Sentir esta intensidad
inmensa dentro de mí es lo que da sentido a mi vida.
He vivido muchas situaciones para llegar hasta aquí, para haber
podido encontrar el camino de aquél quien yo soy. Ahora lo sé. Ahora
me deleito avanzando por él y sentir todo lo que se me ofrece. Solo soy.
Solo estoy, y así, la Fuente que Yo Soy, se regenera y llena para
continuar mi camino de servicio.
No necesito espacios concretos. Allí donde estoy, es el lugar
adecuado. Allí donde me encuentro es el lugar perfecto en estos
momentos. No podía haber uno de mejor.
La palabra tiene una función muy concreta. Debido a nuestra
condición humana, se malinterpreta su uso y se hace servir en sentido
contrario por la que fue creada y se nos dio.
Nuestra esencia divina tiene a su alcance una serie de herramientas
que le permiten expresarse, siendo la palabra una de ellas. Muchos
necesitan todavía de la expresión oral, reiterada, para identificarse con lo
que se transmite.
Conozco la palabra. En su momento se me concedió este vehículo
para llegar a muchos de vosotros, no sólo la palabra sonora, sino
también la escrita. La Palabra puede ser manifestada de diferentes
maneras. No dejéis que el sonido os llene la cabeza y la vida, creando un
muro de distracción. Muchos todavía buscáis explicaciones racionales,
palabras entendedoras para aquello que sólo tiene sentido si se recibe y
se hace desde el corazón.
La palabra, a veces, tiene más que ver con la mente; el silencio, con el
corazón. Este te llenará como nunca te lo has imaginado.
En el silencio puedes encontrar tus sombras, pero también la Luz y la
satisfacción de Ser. ¿Quieres conocerte? No hables. Estos momentos te
indicarán el camino a seguir. ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes bien? ¿Te
sientes inquieta, amada alma? Lo que encontrarás dentro de ti requiere
no identificarte con lo que hasta ahora has estado viviendo.
¡Siente la plenitud en ti!
Siente el Amor y la Paz en tu interior, y te darás cuenta entonces, que
lo que puedas vivir, no es importante, porque estarás preparada para
hacerle frente desde la serenidad y la calma. Entonces te darás cuenta,
también, cómo aquello que nombras como supuestas adversidades, los
conocidos como problemas, no son tal cual, porque tu corazón te
permite entender el hecho desde la no limitación. Tu mente no lo
entiende y hace que te quejes porque las cosas no salen como tú quieres,
pero tu corazón se alegra porque estás viviendo una bendición para tu
alma (sea lo que sea).
Cuando aceptamos lo que la vida nos da y nos presenta, más nos
predisponemos a aprender de la situación. Cuando así es, liberamos la
energía bloqueada en aquel aspecto, porque nuestra actitud ante el hecho
será de fluidez, calma, dándonos cuenta entonces de que aquello que nos
pensábamos que era la “boca del lobo”, no era así.
La palabra nos puede ayudar si la sabemos utilizar adecuadamente, si
no, nos puede hacer caer, todavía más, en una actitud de victimismo y
dramatismo. Nada de eso es cuando se creó esta situación para nosotros.
El corazón lo sabe, no así la mente.
A veces tengo como sensaciones de que no debería hablar tanto. Veo
cómo aquél que quiere tiene a su disposición lo que necesita saber, no es
necesario que se le tenga que decir una y otra vez, de una manera
reiterativa, cuál es la dirección a seguir. Es como señalar la puerta de la
felicidad, y a continuación viene alguien preguntándote por ella. La
vuelvo a señalar, y alguien que ya me ha visto antes indicándola, me lo
vuelve a preguntar.
Por eso, a veces siento lo que siento sobre no hablar más. Todavía hay
quien no presta atención. Entonces pienso: aquél que esté preparado, con
una vez ya bastará. Los que no se han dado cuenta, es que todavía no
están predispuestos a ser ellos.
¿Por qué la gente no aprende con el ejemplo del otro?
Mi presencia es cada vez más requerida en nuevos lugares. Me alegro
por este hecho, pudiendo así, llegar a más almas que quieren encontrar
la Luz en ellas. Sé que se necesita recordar y escuchar una y otra vez un
mismo hecho hasta integrarlo en nosotros, por este motivo, continuaré
haciendo llegar la PALABRA a todos aquellos que lo necesiten para
continuar el camino. Aún así, no dejaré de escuchar a mi corazón, que
me indicará cuándo ir a la maestría del silencio y comprender mejor los
nuevos pasos dados o a dar para mi ser.
Entonces el Universo, el Hogar y Yo, seremos Uno desde el Amor.
Sentiré quién soy y me daré cuenta qué nueva palabra se requerirá
decir y manifestar.
Por esto, ahora os digo:
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
EL SILENCIO
Ha sido en el silencio donde he podido encontrar las respuestas o
esclarecimientos sobre instantes concretos de mi proceso. El silencio,
siendo “la nada”, te abre las puertas “a todo”. Este “todo” eres tú, tu
verdadero ser, aquel quien en verdad eres sin influencias de tu pasado.
El Silencio puede darte más información que cualquier otro libro o
curso que hayas hecho o quieras hacer. Debemos pensar que todas las
respuestas a todas las preguntas que te hayas podido hacer, te estén
haciendo y que todavía no te has hecho, todas estas respuestas ya se
hallan en tu interior. ¡Todas, absolutamente todas!
El Silencio es ésta gran puerta que te adentra a este estado de sólo tú
contigo mismo. Cuando nos encontramos cara a cara, no siempre es
agradable lo que podemos ver, oír o percibir. Cuando nos encontramos
solos, tú ante tu verdadero ser, es cuando te das cuenta, a veces, de lo
alejados que estáis. No os habéis intercalado ninguna palabra. Sólo os ha
unido es silencio, y éste te ha hecho darte cuenta, quizás, que la
profundidad de este estado es grande, y que tú sólo te has quedado a las
puertas.
Hay quien tiene el coraje de adentrarse. Enhorabuena. Todos los que
he conocido que a voluntad propia se han adentrado a su verdadero ser
para conocer qué se esconde o qué hay en el fondo de uno mismo, no
han querido parar y hacer vuelta atrás.
Es un viaje donde puedes llegar a encontrar la placidez de la vida, la
serenidad deseada, la calma y relajación adecuada para que tu sabiduría
empiece a hablarte y hacerte saber el gran ser que eres.
La fuerza del silencio abre el camino hacia el recordar aquél quien
eres.
Has dejado a las puertas todo ruido mental, preocupación y te has
convertido en un observador donde ves pasar emociones, sensaciones e
incluso, pensamientos que no van a ningún lugar.
Cuando hacemos el silencio nuestro ser nos lo agradece. Sobran las
palabras, los pensamientos, las imágenes y todo aquello que pertenece al
mundo cotidiano que vivimos. La Meditación ayuda en estos casos, a
profundizar en este camino de autodescubrimiento. Para encontrar tu
integridad y llegar a conocer al Dios que eres, no se necesitan las
palabras, sólo la predisposición, la obertura de corazón y dejar que todo
sea. El silencio te abrazará y te llevará a un estado interior y a vivir una
situación inimaginable para ti,… y sólo haciendo silencio.
Una vez escribí:
LA SENDA DE LA PAZ
Una vez encontrada la puerta que me ha llevado al centro de mi
ser, resultaba sencillo ir allí donde mi verdadera esencia reposa y
eleva su existencia. Sólo la dicha hace presencia abrazada del
amor procedente de nuestro Hogar, hallándose éste no más allá de
nuestra forma, sino en cada rincón de nuestro cuerpo, espiritual
todo él, a pesar de la imagen que mostramos a nuestro entorno.
Es en la vacuidad del estado creado donde podemos sentir a
todos los Seres de Luz y Amor, siendo nosotros parte de ellos. No
hay diferencia entre cada energía existente de todos los presentes.
Hay una melodía celestial emanada del silencio de nuestra
condición humana que nos lleva más allá de la dimensión en la
cual nos encontramos. Es como abrir una puerta y ser
transportados a un planeta alejado al que nos encontramos
inicialmente. Por el camino sientes la inmensidad del firmamento.
Eres como parte de él y la tranquilidad y calma que vas sintiendo
van intensificándose a medida que vamos acercándonos al centro
de quienes somos. Una vez allí, nos sentimos amados y velados por
una inmensidad de almas luminosas que nos reciben y se alegran
de nuestra llegada. Tus energías se funden con las suyas y
entonces, es cuando sientes el Hogar en ti. La Unicidad es plena,
absoluta, total. Te das cuenta que nunca has estado solo ni lo
estarás y que en todo momento estás siendo velado, guiado y
protegido por el Amor.
Sientes el cariño y la pureza de quienes te rodean, pero a la vez,
como si estuvieran dentro de ti, como si tú fueras ellos y ellos tú.
Sois Uno. No hay diferencia entre ellos y tú. Éste es el Hogar de
donde procedéis.
El silencio es grande, pero en todo momento hay una emanación
de sentimientos amorosos y positivos entre todos los que nos
encontramos allí. Eres uno de ellos y ellos son parte de ti. Puedes
consultar, comunicarte con estas entidades que sólo desean lo
mejor para ti y los que se encuentran en el mismo planeta donde tu
condición humana habita y todo el universo. Entonces sientes el
verdadero Amor, el Amor puro e incondicional que a lo mejor, en
algún momento, hayáis podido hablar o comentar estando en la
forma. Todo va más allá y lo sabido se intensifica y magnifica.
Nada es como lo leído o aprendido desde la mente u os hayan
podido transmitir.
Con ellos te das cuenta del verdadero significado de la vida y
del papel que podemos llegar a representar en nuestra dimensión
experimentada. Más allá de la tercera, hay otras que te dan más
explicación y entendimiento, muy superiores a los expresados con
la palabra desde el raciocinio.
Siempre ha estado allí. Siempre ha estado en tu interior. Desde
que nacimos, en todo momento hemos estado ante esta puerta
hacia nuestra verdadera esencia. Muchas veces hemos pasado de
largo, pensando que cuántas puertas inútiles hay en nuestro
proceso, hasta que llega un día osas abrir una, y te das cuenta que
al otro lado se encuentra un espacio donde lo soñado puede
convertirse en realidad. Hay tantas puertas como inquietudes
puedas llegar a tener. Otro día abres otra y te das cuenta que la
esperanza no es ilusoria, sino real, y que tus anhelos son las
advertencias del camino a seguir y no una utopía.
Cuando abrimos la puerta del Amor, entonces...Todo cambia.
Todo se transforma y toma un nuevo giro hacia tu realización y
desbloqueo de aquellos aspectos de tu pasado.
A medida que vas entrando más en ella, vas encontrando otras
puertas que te permiten adentrarte justo allí donde quieres llegar:
a la plena Consciencia de quién eres y lo que has venido a hacer.
Bueno, si tú eres de los que ya has conectado con el Hogar y
sientes el Amor que eres y percibes tu Luz,…… ¡Bienvenido a
Casa! No hay mayor gozo y sensación de bienestar que sentir de
dónde procedes y tu verdadera esencia.
Entonces te das cuenta y sientes que todo es y todo tienes.
Entonces te das cuenta de que siempre lo has tenido y la vida te
sonríe, a pesar de los pesares.
Entonces ves lo afortunado que eres por sentir lo que sientes.
Entonces te das cuenta de las bendiciones que tu alma recibe
cada día.
Entonces sientes la libertad de Ser porque eres parte de la
Creación y tu capacidad de crear.
Entonces, gracias por haber llegado a este punto de tu proceso,
porque tú y yo somos Uno, y a la vez, Uno con todos.
No hay mayor alegría que recordar quiénes somos. Estando en
el Hogar, así es.
Encontrándote al otro lado de la puerta y habiendo atravesado
su umbral, ya nada es como lo experimentado hasta el presente
como humanos. La vida cambia y tu visión de la vida también
porque tus sentimientos ya no son los mismos. Estos han sentido la
exaltación de la plenitud, y cuando así es, ya nada será lo mismo.
Nunca más. Recordarás esta puerta y la tendrás presente, porque
en cualquier momento podrás, nuevamente, pasar al otro lado y ser
tú.
Lo más maravilloso, es que cuantas más veces seas tú, ya no
será necesario ir al otro lado, porque viviendo en estado de vigilia,
tu corazón, tus células, tus pensamientos y tus obras serán guiadas
por tu esencia amorosa,… tu DIVINIDAD.
La humanidad, cada uno de vosotros se está dirigiendo hacia
nuevas dimensiones en relación a la que nacimos. Estamos
alterando la vibración de nuestro entorno, de nuestro planeta y el
universo. Podemos sentir y vibrar a un nivel superior según
nuestra condición humana. Podemos vivir en quinta dimensión en
estos momentos del proceso evolutivo de nuestro amado planeta.
Sintiendo el Hogar en nosotros constantemente, te das cuenta de
la realidad de lo que sucede a nuestro alrededor. Nada es lo que
parece. Nos encontramos en una dimensión donde todo es metáfora
y señales para el aprendizaje de nuestra alma.
¿Sabes? Tu potencial es inmenso. Eres un ser perfecto, aunque
quizás todavía no seas del todo consciente. Saberlo ya es un primer
paso. Sentirlo, te ayudará a llegar a tu plena integridad y
manifestación.
Cuando me encuentro con mi verdadera Familia de la Luz, Yo
Soy Yo. Soy Uno con todo y con todos.
Yo Soy la Divinidad manifestada ahora y aquí.
No hay diferencia entre tú y yo. El Amor nos une. ¡Siente y deja
que este Amor, la Paz y el sosiego sean en ti! Después,… todo será.
Desde mi corazón, un abrazo para todos vosotros.
SENTIR
Lo importante no es ver y entender aquello que nos rodea en nuestra
vida. Lo importante es Sentir.
A lo largo de mi andar por el camino elegido por mi alma, he llegado
a darme cuenta de que en el fondo, lo realmente importante en la vida de
uno, no es lo que vive, la situación concreta para su proceso, sino lo que
siente a cada instante. No es importante el hecho, sino lo que se
experimenta y siente mientras se está experimentando el hecho.
En el fondo, lo que nos queda, es el recuerdo de lo sentido.
Asociamos el dolor vivido con el hecho, y entonces, cada situación
pareja o similar a aquel hecho que nos hizo pasarlo mal, intentamos
rechazarlo o evitarlo, a sabiendas, aunque sea inconscientemente la
mayoría de las veces, que si no ponemos atención y aprendemos de lo
que la vida nos da, volveremos a encararnos con él tarde o temprano
hasta que nos responsabilicemos de tal situación.
El recuerdo es lo sentido, no lo vivido. Cada hecho en nuestra vida,
cada peldaño presentado ante nosotros para continuar nuestro proceso
conlleva un sentimiento. Estos sentimientos nos llevan a darnos cuenta
de en qué momento nos encontrábamos. Los sentimientos están
relacionados con el grado de consciencia y apego a nuestro pasado. A
mayor necesidad de sanación de nuestro ser, los sentimientos serán más
intensos y, a menudo, no deseados. Cuando somos conscientes de
nuestro ser y el sentido de nuestra vida y de toda existencia en general,
entonces, los sentimientos son de más alta vibración. Entonces, todo
recuerdo será por igual, porque habremos permitido que el Amor sea en
él. Lo que fue un recuerdo doloroso lo transmutamos en Amor, y el
dolor y la ignorancia desaparecen.
Cuando sentimos dejamos que nuestro corazón se abra y poder sentir
nuestra verdadera esencia: el Amor en su estado más puro e
incondicional.
Aprendí a sentir y a darme cuenta de que todo consistía en lo que
sientes, no en lo que vives, y que el dolor emocional es un aprendizaje
para nosotros, como indicativo que hay algo en nuestro interior que
necesita ser revisado y sanado. La sanación se produce cuando aceptas
lo que vives y te sientes un afortunado, agradecido por todas las
bendiciones que tu ser atrae hacia ti, como responsable que eres de tu
vida.
Somos lo que sentimos. Este sentir desde nuestro pasado ha instalado
en nosotros los miedos, limitaciones, el bien y el mal, e incluso el coraje,
la fortaleza y la alegría en tu vida. Los sentimientos son nuestra brújula
en la encarnación. Según sientes, así actúas.
Cuando sentimos, las dudas desaparecen. No hay titubeos, ningún
estado de incerteza, porque lo sientes y sabes qué estás sintiendo. No
hay ninguna duda ni nada que pueda confundirte.
La sabiduría del sabio está asociada con el Sentir. Cuando sentimos
sabemos, y no necesitamos preguntar ni buscar en nuestro entorno la
respuesta a nuestra petición. ¡La hemos sentido!
Sintiendo abrimos la puerta de nuestro corazón, y siendo así,
permitimos que el Ser Superior que hay en nosotros, pueda transmitirnos
la verdad de nuestro camino. Sentir es un mensaje para discernir y saber
la verdadera respuesta para nosotros y darnos cuenta de aquél quien
somos en verdad.
Sentir abre las puertas al Amor.
EL LIBRE ALBEDRÍO
Bueno, así empezó la nueva civilización hasta llegar a nuestros días.
Después del deshielo de la Era Glaciar, se creó la nueva humanidad,
pero esta vez con una consciencia y el libre albedrío. Tenía su razón de
ser para materializar el Gran Plan Divino destinado para el planeta
Tierra (Gaia).
Somos libres y responsables de nuestra vida. Nosotros somos los
beneficiarios de lo mejor y lo peor que podamos imaginar. Será a través
de nuestras decisiones que nos llevará a un proceso de evolución para
cada uno.
Este libre albedrío nos permite decidir a cada paso dado en nuestra
vida. Las oportunidades se nos presentan y nosotros podemos decir sí o
no aceptarlas.
No siempre podemos elegir lo que la vida nos da, pero sí cómo
queremos pasar a través de ella. Esta actitud es la capacidad que
tenemos de elegir el camino para nuestra alma.
En nuestro universo somos el único planeta con libre albedrío. Es
parte del Plan Divino en que nos encontramos inmersos. Tú decides.
Todos decidimos. Nuestras decisiones hacen que la humanidad vaya
avanzando y despertando su consciencia, o se niegue a adaptarse a los
nuevos tiempos y no quiera saber nada de los cambios. Aquellos que así
lo decidan, se van quedando más al margen del gran resplandor amoroso
que van experimentando y sintiendo aquellos que decidan ir a su interior
y ser ellos.
El libre albedrío es una herramienta concedida para
responsabilizarnos de nuestra vida y la del planeta. Con él, no hay
quejas ni murmullos que valgan, porque tú, y sólo tú eres el responsable
de tu vida. Si algo no te gusta de lo que vives, no te hace sentir bien,
siempre podemos tomar otra decisión para cambiar nuestro presente y
decir: “Sí, ahora sí me encuentro a gusto conmigo mismo. Ahora Yo Soy
Yo”.
LA FUERZA DE LO INNATO
Las propuestas de nuestro alrededor, a menudo nos deslumbran.
Quedamos boquiabiertos por todos los ofrecimientos que podemos
llegar a ver a medida que vamos avanzando por nuestro camino.
Atendemos a uno, después a otro, hasta llegar a un punto donde
nuestro actuar queda ligado a lo que podamos encontrar en
nuestro entorno. Uno tras otro, los acontecimientos y situaciones
creadas por terceros se nos presentan ante nosotros, con la
intencionalidad de captar adeptos a sus proyectos. ¡Estamos tan
deslumbrados por la cantidad de direcciones que vemos a nuestro
alrededor que, con el tiempo, nuestro ser se convierte en alguien
pendiente de una nueva oferta! Perdemos la capacidad de sentir
nuestro interior y saber qué nos está diciendo. Todo es muy rápido.
Imaginaos a un niño de unos 7 u 8 años en una habitación donde
encuentra un baúl. Se dirige a él, antes que nada, y una vez delante
de su presencia, mira cómo abrirlo para satisfacer su curiosidad y
poder llenar su tiempo con algo que le satisfaga. Abre la tapa. Por
un momento se queda quieto por la cantidad de objetos, cosas y
vestimentas que encuentra allí. De repente se inclina ante él y
empieza a remover todo su interior. Hay prendas que las esparce
fuera del contenido en que se hallaban. Después de un buen rato y
no encontrar nada que le sea útil en aquellos momentos, se levanta,
y como pensando qué hacer ahora, mira en su bolsillo y encuentra
una canica de colores. Sonríe y empieza a jugar con ella. Así pasa
su momento más preciado en el presente.
De alguna manera, si alguien se encontrase en una situación
como la descrita o similar, vendría a ser una señal para que el ser
despierte y sepa qué hacer en aquellos momentos en su vida.
Así el ser humano busca donde no encontrar, aunque la variedad
inicial que le rodea sea una especie de tentación. Al final, se dará
cuenta que lo que realmente está buscando, él ya lo tiene y siempre
lo ha tenido.
Nuestro presente tiene que ver con lo que nosotros ya somos,
con el contenido de nuestra existencia y lo que se encuentra en
nuestro interior. Si miras bien, verás que en tu bolsillo interior
contendrá justo lo que necesitas en aquellos momentos para gozar
de la vida y sentir la ilusión de lo aparentemente nuevo. Todo es
muy sencillo: no necesitamos grandes baúles para descubrir
nuevos tesoros, porque en la sencillez se encuentra la capacidad de
los grandes logros, y éstos, se encuentran en ti. Cuando pongas tu
mano en el bolsillo adecuado de tu presencia, te darás cuenta de
que aquello que buscas ya lo tienes.
Tú, amado ser humano, que apartas la niebla de tu camino con
tu voluntad y predisposición, a ti te digo que no por más buscar
más allá de tu piel, vas a encontrar. La llave que buscas para tu
vida ya te fue dada. Aunque no la hayas encontrado todavía, no te
preocupes, busca en tus bolsillos interiores y, al final, vas a
encontrarte con ella. No desfallezcas. Continúa, porque lo que es
valioso e importante en tu vida se encuentra en ti.
Es tentador lo que se nos ofrece, pero la mayoría de propuestas
son parciales que harán que necesites cada vez más para
completar tu curiosidad e interés hacia quién eres.
¿Sabes?, en tu interior vas a encontrar la esencia absoluta para
ser tú mismo. Es cierto que hay quien puede mostrarte el camino
hacia ti, pero sólo lo vas a encontrar si escuchas tu corazón,
teniendo presente que la mayoría de las ofertas son parciales, o
complementos de lo esencial. ¿Seguro que quieres seguir este
camino de la no satisfacción plena?
He llegado a conocer almas que han hecho todo tipo de cursos, y
algunos de ellos parecían ser la panacea del ser. Actualmente
continúan buscando y hurgando en el baúl de su entorno. ¿Cuándo
vais a ir, sin miedos y abiertos de corazón, a mirar en la dirección
adecuada?
Aparentemente lo anunciado con letras de neón parece ser el
camino a seguir. Puede ser un inicio del despertar de muchos, todo
y así, cuando finalizamos la actividad elegida, vemos que todavía
nos falta algo, al cabo de unos días.
Nacemos con un gran potencial integrado en nuestro ADN.
Activarlo es parte de nuestro proceso. La dependencia lo bloquea
todavía más, mientras que el descubrimiento de uno mismo lo
activa.
Nacemos con unas herramientas ya adquiridas por el solo hecho
de dar el consentimiento de volver a nuestra encarnación.
Descubrirlas es el mayor tesoro que podremos llegar a descubrir.
Llegar a él, nos permitirá abrir las puertas del verdadero ser que
somos y elevar nuestra alma hasta peldaños inimaginables.
Nuestro entorno nos pueda ayudar, pero tened presente que en
nosotros se encuentra lo que necesitamos, buscamos y deseamos.
Cuando conectamos con el verdadero ser que somos, entonces nos
damos cuenta de que las puertas se abren y perdemos toda
motivación para buscar fuera de nosotros, y en cambio, nos motiva
el ir adentrándonos en este mundo interior de nuestro centro,
donde iremos encontrando por el camino, cada una de las
herramientas que podamos llegar a necesitar a lo largo de nuestra
existencia actual. Se nos irán abriendo unas puertas que hasta
entonces nos pensábamos que estaban cerradas a nuestro ser o que
no las vimos en su momento. Atravesarlas nos llevará a un estado
de mayor bienestar, manteniéndolo y sintiendo aquello que todos
somos: AMOR.
Otras puertas están dispuestas a presentarse ante nosotros y
abrirse. A través de ellas llegaremos a quienes nos rodean desde el
mundo sutil de la Luz y el Amor. Podremos llegar al Hogar del
cual todos procedemos.
Poner la mano en nuestro bolsillo y encontrar la canica, nos
puede llevar al umbral de nuestra divinidad. Así de sencillo.
Abrid vuestro corazón. Escuchad lo que os susurra y haced lo
posible para realizar su guía.
La vida es sencilla cuando la vivimos desde el corazón. La
grandeza del ser humano se encuentra en el grado de humildad y
sencillez de su presencia.
¡Es tanto lo que hay en nosotros! Lo que podáis llegar a sentir
es imaginable en estos momentos para la mayoría de los que leéis
estas palabras. Lo que está por venir, desde vuestro interior, en
nada se parece a lo ya vivido. El universo espera que os
predispongáis al camino de vuestro interior. Seréis guiados,
protegidos, y sobre todo, amados como nunca hasta ahora lo
habéis estado.
El camino está en vosotros, no en las proposiciones de vuestro
entorno.
Haz silencio. Escúchalo y pregúntate hacia dónde debes
dirigirte. Aquello que puedas llegar a sentir, puede ser el camino
indicado.
Aquello que buscas, ya lo tienes. Aquello que anhelas, siempre lo
has tenido.
No hay mayor satisfacción que sentir la esencia de uno mismo
con todo el potencial que os abraza.
La fuerza de tu vida se encuentra en ti.
Tú eres Amor, y es este Amor el que te abrirá las puertas de tu
realización.
Deseo, sinceramente, que el discernimiento, el Amor y la Paz
sean en ti.
LOS 12 PASOS HACIA LA DIVINIDAD
1. DEJAD DE CONTROLAR Y ORGANIZAR VUESTRA VIDA. FLUID
Hemos crecido con las creencias que si no te lo haces tú, lo que sea,
nadie te lo hará.
Hemos ido creciendo acompañados por querer tenerlo todo controlado
para no quedar mal y hacer las cosas bien. En todo momento nos
inculcaron una responsabilidad añadida, diferente a la de ser nosotros
mismos. Para no desagradar, quedar mal o no dar la talla ante una
situación, lo mejor era prepararnos para los acontecimientos a vivir.
Todo organizado por miedo a no defraudar. Todo organizado y
controlado. No había de aparecer ningún indicio de espontaneidad y
creación natural ante el hecho. Siempre oyendo la necesidad de tenerlo
todo preparado, controlado para que salga tal como queríamos. ¿Seguro?
Esta rigidez y preocupación se ha convertido en un estado interior con el
cual nos hemos ido acostumbrando a no ser nosotros y hacer que en
nuestra en vida no haya espacio para el deleite, la tranquilidad y la
diversión con lo que hacemos. Este insistir en tenerlo todo controlado
hace que no nos podamos relajar ante la vida y sus bendiciones. Lo
inesperado no tiene cabida en nuestro caminar. Todo lo nuevo y no
previsto no puede intervenir en nosotros porque nos puede alterar todo
lo programado. Tememos lo imprevisible porque no está a nuestro
alcance.
Esta negación hace que nos aferremos a un estatus de vida que nos
limita y nos hace perder nuestra capacidad de empoderamiento.
Controlar es inseguridad. Organizarlo todo en nuestra vida comporta
no vivirla. Ante esto, sólo nos queda abrir la puerta de la fluidez en
nuestra vida y nos lleve allí donde debemos de ir. A menos resistencias,
más bienestar en nuestro interior y calidad de vida.
2. ACEPTACIÓN
Cuando abrimos los brazos queremos que todo lo que ellos puedan
abarcar sea de nuestro agrado. Todos queremos lo mejor para nosotros.
Si todos queremos lo mejor, y así lo pensamos y queremos, ¿cómo es
que a veces, aquello que recogemos no es lo que deseamos?
Aprendí con los años, con la experiencia del aprendizaje en todo
aquello que entraba en mi vida, que siempre recibimos lo más adecuado
para nuestro ser, nuestra alma en proceso de evolución. En todo
momento se nos da lo que deseamos: “lo mejor para nosotros”. Aquello
que recibimos y/o atraemos es lo más adecuado para nosotros. No hay
nada que entre en nuestra vida que no nos sirva ni sea lo mejor para
nosotros. Cada elemento, situación o persona que entra en nuestra vida
tiene un sentido de ser. Hay una ley espiritual, que se aplica a lo largo de
todo el firmamento, que consiste en que las energías iguales se atraen.
Podemos pedir algo, desearlo y expresarlo con todas nuestras fuerzas,
pero si no sentimos y vibramos igual, el objetivo no será atraído hacia
nosotros. Para ello, tendremos que estar preparados para poder
conseguirlo y deleitarnos con él. Para llegar a este estado interior la vida
se encarga de prepararnos y estar receptivos a acoger lo que realmente
nuestra voluntad ha expresado.
Aceptad sin condiciones. La aceptación es dejarse a las manos del
flujo de la vida para que os lleve allí donde debéis llegar. Si así es, nada
debéis de temer porque se os irá dando en todo momento aquello que
necesitéis para vuestra alma.
Se nos da aquello que necesitamos, lo que pedimos. No siempre lo
expresado es lo que necesitamos en verdad. Muchas veces es fruto de
nuestra mente, nuestros miedos y apegos. Aceptad lo nuevo y lo no
deseado inicialmente.
Aceptar lo que la vida nos da es dar el visto bueno para disfrutar, en
su momento, de la vida que sentimos en nuestro interior. ¿Quién dice
que el que te hayan despedido de tu trabajo al que has estado yendo
durante los últimos años, no sea una liberación para encontrar otro en el
que realmente te sientas mejor y más valorado, e incluso que te aporten
más ingresos? Para obtener y recibir, hay que dejar ir.
Aceptad porque cada bendición de nuestro día a día nos llevará a la
plenitud de nuestro ser, a un mayor bienestar interior.
Abríos a lo nuevo y a lo inesperado, porque cada recibimiento es una
aportación hacia nuestra realización y plena manifestación como seres
divinos que somos.
3. APRENDER DE LO QUE VIVIMOS Y OBTENEMOS
Para comentar este paso, debería de especificar qué es el aprendizaje,
¿qué significa aprender?
Vivimos en un mundo ilusorio creado por nuestra mente. Esta está
ligada a nuestro pasado y todo aquello que hemos aceptado como
nuestro, y hemos dado el paso de actuar según los cánones aprendidos a
lo largo de nuestros años actuales.
Vivimos en un mundo de materia y raciocinio, donde la parte racional
todavía predomina en nuestros actos y decisiones. En este mundo irreal
que hemos aceptado como real para nosotros, la mente tiene el poder
sobre nuestro ser. Esto representa que todo lo aprendido ha estado
relacionado con nuestra parte racional y nuestras manifestaciones diarias
parten de lo aprendido desde el raciocinio: a partir de cierta edad ya eres
viejo/a, casarse antes de los treinta años, y tener un hijo, como mínimo
antes de los treinta y dos años, jubilarse a los sesenta y cinco o a la edad
que dicte el gobierno, el bien y el mal, lo correcto y lo no correcto, a
partir de cierta edad ya no puedo hacer según qué cosas, cuando se llega
a tal edad tu cuerpo se resiente,….etc. ¿Os suena todo esto? Sólo son
imposiciones externas con las que nosotros nos hemos identificado.
¿Aprender es saber que a los cincuenta años es mejor no tener hijos?
¿Aprender es aceptar tus supuestas limitaciones en comparación con
otro? Nada de esto es aprender. Estas pautas y actitudes están basadas en
nuestra mente racional. Aprender no es intelecto. Aprender no es tener
muchas carreras o másteres académicos. Nada de esto es aprender.
Cuando hablo del aprendizaje me refiero a aquél que tiene que ver
con vosotros mismos, no con los demás, y por lo tanto, tu situación en
relación a los demás, no importa. Estoy hablando de aquello que tiene
que ver con tu vida, tu naturaleza, tu esencia, y tu sentido de vivir. ¡Este
es el verdadero aprendizaje! Cuando alguien aprende de sí mismo, se va
convirtiendo en sabio por haber vivido y experimentado por sí mismo.
Los resultados obtenidos y aprendidos a través de tu corazón, te abren la
puerta de tu integridad, sabiduría, bienestar a todos los niveles y el dar
sentido a tu vida.
Aprender no tiene nada que ver con tu exterior, sino con tu interior.
He dicho antes que vivimos en un mundo creado en nuestra mente, y
por lo tanto, como nos hemos alejado de lo esencial en nuestra vida y de
nuestra verdadera esencia, la vida, el universo, o como lo queráis llamar,
nos ayuda de alguna manera y nos da el apoyo para volver a nuestros
orígenes prístinos antes de encarnar.
El verdadero aprendizaje es darte cuenta de la metáfora de tu vida y la
simbología de todo lo que vives y perciben tus sentidos físicos. ¿Qué
hay detrás de aquel hecho, de aquella situación? ¿Qué me ha querido
enseñar en verdad? ¿Por qué la he atraído a mi vida? ¿Quién soy en
verdad? ¿Por qué vivo lo que vivo, y a veces de una manera reiterada?
Estas son las preguntas que nos van a ayudar a conocernos y a saber de
nosotros mismos para darnos cuenta de nuestra capacidad de crear
nuestra vida.
Aprender tiene que ver contigo, con tu verdadero ser. Todo lo que
vives te lleva a dar respuesta a la pregunta: ¿Quién eres? Cuando
encuentras la respuesta adecuada, entonces sabrás que habrá sido una
bendición del Universo hacia tu alma.
No estás en una vida donde todo es al azar y a unos cuantos los han
elegido para poder disfrutar de la vida. ¡Nada de esto es! Tú eres el
responsable de tu vida y el darte cuenta del por qué de lo vivido y
experimentado te llevará al conocimiento pleno del sentido de tu vida.
¡Eso es aprender!
Aprender se hace desde el corazón. Adquirir el conocimiento, desde
la mente. Yo estoy hablando del aprendizaje en la vida, no de la
adquisición de conocimientos intelectuales y pautas mentales adquiridas
y limitadoras.
Tu vida es tuya, y algún día, ésta será realizada según tu voluntad.
Cuando uno despierte de su somnolencia espiritual podrá liberarse de
todas las influencias de su pasado y crear una nueva vida, basada desde
su corazón, llena de bienestar, paz, empoderamiento, calma, armonía y
amor.
Cuando despiertes, tu Luz te permitirá ver el camino a seguir y
entender las sendas seguidas hasta el presente, liberándote de todo lo
que no te pertenece por naturaleza, sintiendo la libertad en ti y la
sensación de expansión en tu interior.
Tu universo interior estará, entonces, en paz.
4. SER FLEXIBLES
Me gustaría hacer un inciso sobre la planta del bambú, sus
ramificaciones no son rígidas y en tiempos de grandes vientos, pueden
dejarse llevar, doblándose a veces, hasta extremos que parece que se
vayan a romper, pero no. No es así. Tienen el tronco o ramificación que
los aguanta flexibles, aunque fuertes, con buenas raíces, dejando que las
tempestades y las fuertes ráfagas de viento las llegue a inclinar hasta
extremos que parecen que vayan a romperse. Luego viene la calma y
recuperan su posición inicial. ¡Cuánta maestría en una caña de bambú!
Son fuertes pero flexibles. Parecen incluso como débiles, pero están bien
aposentadas en el suelo con sus raíces. Con esta metáfora, así el ser
humano debería ser y tener en cuenta que aunque viva los momentos
más supuestamente adversos, puede mantenerse bien enraizado en sus
raíces espirituales. Deberíamos ser como el bambú en nuestra vida.
Firmes, fuertes, pero flexibles. La flexibilidad es parte de nuestro
potencial para llegar a nosotros mismos, a la divinidad que somos.
Ser flexibles para poder dejar el camino recorrido y seguir otro si
nuestro corazón nos lo indica.
Ser flexibles para no apegarnos a lo pensado, y permitir que lo nuevo
entre en nuestras vidas. No podemos apegarnos a lo conocido. Nos
hemos aposentado en un nivel y sistema de vida, pero para progresar
debemos de dar paso a algo nuevo en nuestra vida. A menudo lo
recibimos pero nos negamos a aceptarlo porque no sabemos dónde nos
llevará. Debemos ser flexibles para avanzar en nuestro camino hacia la
Ascensión y la evolución de nuestra alma.
Debemos ser flexibles para poder tomar otras direcciones mejores
para nuestro proceso. Vamos hacia una dirección, pero si a medio
camino se nos cruza otra que creemos que es mejor, ¡aceptadla! La
rigidez es frágil. Cuando vengan tiempos aparentemente adversos, la
fuerza del cambio nos va a romper. Dejemos que ella nos lleve allí
donde debemos de ir para acercarnos a quien somos. Adaptémonos a lo
que sintamos que es lo mejor para nosotros.
Antes he hablado de la aceptación, la cual está muy relacionada con la
flexibilidad. Las dos nos ayudarán a no sufrir en la vida. El dolor viene a
consecuencia de no querer aceptar lo nuevo y apegarnos a nuestras
creencias anteriores y el no dejarnos ir, el no fluir.
Deja que si algún cambio tiene que realizarse en tu vida, se realice.
Solo puedes esperar lo mejor. No temas.
LAS ALAS
¿No te das cuenta que el tiempo te empuja?
¿No te das cuenta que te sientes impulsado a hacer cambios en
tu vida?
¿Seguro?
Siente tu corazón latir hacia el despertar y la manifestación de
su voz en tu camino.
Algo en vosotros resuena como no lo había hecho antes. Nuestro
interior pide paso para elevar nuestra alma y sentir la
magnificencia de quién somos en verdad, aguardando en el umbral
de nuestra voluntad para que le demos el asentimiento de entrar y
aposentarse en nuestra vida y así, poder volar hacia los confines
de nuestra alma.
¿Todavía no tienes las alas? ¿Qué no te acuerdas que un día en
el pasado las arrinconaste en el diván de la impotencia pensando
que nunca llegaría este día? Pues bien, aunque hemos tenido que
esperar “un tiempo”, ahora es el momento de ir a cogerlas y
ponérselas a nuestro ser para empezar a volar según lo que hemos
venido a hacer.
Ellas te van a llevar a la divinidad que hay en ti.
¿Qué no te acuerdas dónde las dejaste? No te preocupes, siente
la calma y la paz de tu interior y aparecerá la luz que te guiará
hacia tu volar.
Yo ya las tengo y veo como muchos de vosotros también, aunque
algunos tengan que sacarle el polvo cada vez que practican el
vuelo.
No os preocupéis. Es normal. La falta de uso hace que se
encallen por momentos, pero cuando escucháis vuestro corazón y
sentís la inmensidad de quiénes sois, ellas “se engrasan y
engrandecen”. Sólo es cuestión de probarlas, sin miedo, y lanzarse
al vacío de lo que sentís en vuestro interior.
Siempre habéis tenido las alas, vuestra voluntad y libre albedrío.
Ellas os llevarán allí donde vuestra alma pactó en sus inicios con
el Plan Divino Universal.
Ellas os llevarán al lugar adecuado según vuestro proceso, a la
vez que os permitirán ir más allá de toda terrenalidad para
convertiros en el ser divino que sois.
Cuanto más las utilicéis, más brillo e intensidad tendrán; más su
pureza se manifestará para dar a conocer a todos aquellos que te
rodearán el gran ser que eres.
Busca en el baúl de tu pasado dónde dejaste tus alas y seguro
que todavía estarán esperando tu presente para volverlas a
encontrar y adosarte a ti por lo que fueron creadas.
Cuando te las pongas siente la fuerza de tu interior para que
cuando te des el impulso puedas llegar más allá de tu presente. Te
darás cuenta, entonces, de la importancia de recordar quién eres,
porque este recordar dará “alas” a tus alas.
Llegará un momento en que ellas solas sabrán cuando alzar el
vuelo y dónde llevarte. Tú sólo necesitarás escuchar a tu corazón
en el silencio y tu voluntad será llevada a término.
Todos tenemos nuestras alas que nos permitirán transmutar al
ser que somos, pasando de la humanidad a la divinidad.
¡Juega con ellas! ¡Practica!, y déjate llevar allí donde ellas
están en contacto con quien te creó. Eres parte de él, y tus alas
saben del camino a seguir para llegar a él,… a ti.
¡Descuelga tus alas! ¡Cógelas y póntelas!, porque ha llegado la
hora de volar, de sentir al verdadero ser que eres y recordar el
potencial que hay en ti.
A lo mejor empezarás a moverlas, pareciendo torpe en tus
inicios, pero no te preocupes, porque al principio a todos nos
sorprende y nos puede costar, pero cuando ya las muevas con
cierta gracia y agilidad te darás cuenta lo fácil y placentero que es
llevarlas y utilizarlas.
Llegarás más lejos de lo que jamás hayas podido imaginarte.
Tus sueños se harán realidad, y tu voluntad será la máxima
expresión de Dios.
Cuando planees más allá de las nubes te darás cuenta de todo tu
proceso y del sentido de la vida. Entonces sentirás el Hogar en ti,
el Amor que siempre has sido. Sólo se necesita recordar, y cuando
lo hacemos, aparecen nuestras alas.
¿Tú ya las tienes?
Vamos a volar juntos. Te acompaño.
(¡Ah!, por cierto, no es necesario “tunearlas”, porque cuanto
más sencillas, más te elevarás.)
5. RESPETAR LAS DIFERENCIAS
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25. DE SERVICIO
Llegas a un punto de tu proceso del Despertar la
Consciencia en que te das cuenta de quien eres realmente y lo
que has venido a hacer. Te das cuenta de la Unicidad con todo
lo que te rodea, el universo y lo existente. Hay un momento en
que tomas la consciencia necesaria de que tú eres una pieza de
un gran puzle, para manifestar un Gran Plan Divino, donde
toda alma encarnada en nuestro mundo tiene su papel
concreto, único e individual que nadie más lo puede hacer en
relación al entorno donde se encuentra, teniendo una
repercusión, a la vez, por todo el planeta y toda la humanidad.
Llega a un punto el ser humano que ve la existencia de toda
vida desde la cima de la plena consciencia, Una con Dios.
Cuanto más nos acercamos al darnos cuenta de quiénes
somos realmente y por qué estamos aquí, más nos entregamos
a las manos de la Fuente Creadora de toda Vida, más ponemos
nuestra vida, nuestro ser y nuestra alma a las manos de Dios.
Cuando sintonizamos nuestro interior con el flujo del
universo, con las energías amorosas de la creación, entonces,
nosotros formamos parte de ella y dejamos que este Plan
Divino actúe en nosotros llevando a término aquello que
hemos venido a hacer en esta encarnación, y en concreto, lo
previsto según el momento en que nosotros nos encontramos
dentro de nuestro proceso.
Llega un momento en que nos entregamos del todo a la
Fuente, y es entonces cuando entramos a formar parte del
servicio del Amor, la Consciencia y la Verdad del
funcionamiento de este Gran Plan Divino.
Llega un momento en que dejamos de programar porque ya
se nos indicará a través del corazón qué hacer a cada instante y
cómo hacerlo.
Llega un momento en que estás de servicio a cada instante
de tu vida, y entonces, es cuando ésta toma el sentido que
tiene, apareciendo tu ilusión al llevar a término la Voluntad
Divina aquí en nuestro planeta Tierra (Gaia). Entonces, tu vida
toma otro matiz porque estás de servicio constantemente.
Cuando así es, te dejas llevar y aceptas todo aquello que se te
presenta porque te está llevando hacia el lugar adecuado y el
momento oportuno para dar el siguiente paso, no sólo para tu
evolución, sino también, de cara a la realización de esta
Voluntad Superior para el mayor bien de todos y todo el
universo y el firmamento.
Aceptas y observas. Sientes y aprendes. Escuchas a tu
corazón y lo abres con todos aquellos que están contigo en
aquél momento, tus hermanos de la Luz, porque la Unicidad la
Unicidad es plena, fuerte y firme. Entonces, es cuando estás
haciendo lo que has venido a hacer. Entonces, te encuentras en
el lugar adecuado y el momento oportuno para traer el Cielo a
la Tierra, acercando a Dios a cada ser necesitado de su
presencia.
Ahora me encuentro de servicio.
Hay veces que allí donde te encuentras necesitas de toda tu
dedicación, y cuando así es, la divinidad en ti te libera de todo
aquello, o parte, de lo que estabas haciendo hasta ahora para
poder servir con toda tu energía a aquellos que te has
acercado. A veces no es necesario que se paralice o se te quite
lo que estás haciendo porque con tu presencia ya es suficiente,
sin ninguna interferencia en el lugar donde ahora estás, en
medio de unas almas para ayudarlas a encarar momentos
supuestamente adversos en sus vidas, ofreciendo un
aprendizaje para sus almas, y así, dar la oportunidad de que
puedan elevarse un peldaño más en su camino de Ascensión.
Es necesario que pongas tu Luz y tu Amor en un solo lugar (y
todos nos beneficiamos).
Esto es lo que estoy viviendo en estos momentos ahora.
Se me tuvo que liberar de la casa donde me encontraba, el
pueblo donde vivía y alejarme de seres con los que hasta el
momento me estaba relacionando. He llegado a entender el
por qué. Todo tiene un fin superior.
Tuve que acercarme nuevamente a mi familia de sangre,
años después de un alejamiento. Mi manera de ser no era
aceptada en su seno de dualidad fortalecida.
Bien, llegó el día en que el Hogar me acompañó en el
acercamiento para poner la Luz, el Amor que todos tenemos, e
integrarme en ellos, enraizando la espiritualidad en su
terrenalidad.
No hay ningún destino que uno pueda llegar a hacer que no
se pueda realizar. Vamos allá donde se nos necesita según
como somos y siempre, absolutamente siempre, estamos
preparados para finalizar con éxito lo que se nos ha
encomendado.
Actualmente percibo el sentido de mi presencia aquí donde
estoy. La relación con mis padres ha sanado, y los
acontecimientos que han ido apareciendo a lo largo de mi
estancia con ellos, ha servido para dar los pasos idóneos con la
actitud adecuada y creando unos fuertes y seguros pilares
hacia la resolución de todo lo que está sucediendo en estos
momentos, en relación a la desestructuración de antiguas
situaciones para que cada uno pueda ser él y permitir el
acercamiento entre miembros de la familia.
Cuando se está de servicio con plena consciencia de lo que
estás haciendo y sabiendo cuál es tu papel en toda la situación
que estás viviendo, sientes en todo momento la presencia de
tus hermanos de la Luz contigo y la presencia del Padre en ti,
porque tú y Él sois uno. Es Él, entonces, quien está actuando a
través de ti. Es cuando te dejas ir del todo para que Él lleve el
timón de tu actuación, tus obras. Tú solo debes escuchar a tu
corazón para saber cuál es el siguiente paso a dar, y por cierto,
es el que, sea cual sea, será el adecuado. Así lo he podido
comprobar, no siempre teniendo el soporte y el entendimiento
de aquellos que me rodean, pero con los días, se ha ido viendo
que todo se colocaba en su lugar, dando paso a una
oportunidad para que todo acabe bien.
Siento la fortaleza, la serenidad y la calma en mí, sabedor
de que todo está siguiendo el perfecto curso para el mayor
bien de todos. Voy viendo los resultados desde la consciencia,
viendo también, milagros inexplicables a lo largo de mi estado
en este servicio familiar, en el cual me encuentro actualmente.
En un principio puede parecerte que no es aquí donde debes
estar, pero después, te das cuenta de que, a más a más de
servir al Padre dentro de mi familia terrenal, también mi alma
se beneficia, fortaleciendo mi espíritu y permitiéndome
mostrar mi esencia, mi espiritualidad en lugares donde la
dualidad está fuertemente enraizada. Estoy aprendiendo, a la
vez, a mostrarme como soy en lugares donde mi manera de ser
es, inicialmente ignorada, no aceptada y en alguna vez,
menospreciada.
Cada situación en esta dimensión tiene dos direcciones: una
la de servicio hacia los demás, y la otra, para ti, y poder así,
subir nuevos peldaños en tu proceso de Ascensión, mostrando
con más fuerza tu divinidad aquí en la Tierra.
Cuando uno se encuentra de servicio, está recibiendo toda la
ayuda que necesita para llevar a término aquello que debe
hacer, y siempre, se consigue desde el amor, la consciencia.
Nada le falta. Todo lo tiene, a pesar de que la actividad que
estaba haciendo hasta entonces, hubiera sido otra o hubiera
mimbado.
Cuando te entregas al servicio de DIOS, ya no debes de
preocuparte más, porque la alegría, el gozo y la plenitud son
infinitos.
Sentir quién eres y de dónde vienes da consistencia a tus
fundamentos como ser que eres, como divinidad manifestada
en esta encarnación.
Sentir el Hogar en ti y a Dios en cada célula de tu cuerpo, te
permite conectar con la omnipotente y amorosa naturaleza que
cada uno es.
Entonces te das cuenta, a nivel práctico – como se diría –,
que sólo existe el Amor y que desde el Amor todo se puede
sanar, equilibrar y abrir las puertas de vuelta a Casa.
Que el Amor y la Paz sean en ti.
LOS NUEVOS MAESTROS DE LA
HUMANIDAD
¡Ellos ya están aquí! ¡Ya han llegado! Están llegando por
parejas, e incluso, por tríos. Llegan a todos los lugares. Sus
presencias están entrando en todas las casas,
independientemente de la cultura, raza, religión, país o
continente en el que os podáis encontrar. ¡Ellos ya están aquí!
Están naciendo en todos los lugares y sus presencias aportan
ilusión, esperanza y una nueva visión de la vida. Ellos han
estado esperando estos momentos para venir hasta nosotros y
sus esencias se alegran de estos instantes. Están por todos los
lugares y cada vez hay más. Los nuevos seres, los nuevos
niños de la humanidad ya se encuentran entre nosotros.
Un nuevo tipo de seres humanos están entrando en nuestras
casas y en nuestro entorno. Cada vez son más, y sus
nacimientos comportan un cambio drástico en nuestras vidas.
No son como nosotros. Sus actitudes, sus miradas y
expresiones son muy diferentes a las de nuestros tiempos. Son
una nueva semilla a la que le ha llegado la hora de intervenir
para acabar de enderezar el planeta Tierra. Ellos se encuentran
entre nosotros y se hacen notar. ¡Ya lo creo que se hacen
notar!
Los niños de la nueva era aparecen y nos indican el camino
a seguir, ¿o quizás no os habéis dado cuenta? Ellos hablan de
amor y desde el corazón, ¿o quizás no os habéis dado cuenta?
Sus palabras son de sabiduría y coherencia, ¿o quizás tampoco
os habéis dado cuenta? ¿De dónde ha salido esta nueva
generación? ¿Dónde estaban hasta hace poco? ¿Por qué son
tan diferentes a nosotros?
Ellos no son de este mundo, igual que vosotros, pero con la
diferencia de que ellos lo saben. Tienen una conciencia de
quiénes son y qué han venido a hacer, por lo tanto, tú, adulto,
no quieras ponerte entre ellos y su misión porque saldrás
rebotado.
Ante estos nuevos niños vale más que os adaptéis vosotros a
ellos que ellos a vosotros, porqué lo que os tienen que
transmitir es grande y amoroso. Ahora, más que nunca, debéis
flexibilizar vuestras creencias y escuchar y observar con todos
vuestros sentidos, todo aquello que ellos puedan hacer o decir.
El mundo está cambiando y ahora es la hora de los nuevos
arquitectos y trabajadores de la Nueva Era, Ellos son quienes
estabilizarán el planeta y a los seres humanos que lo habitan.
No los tratéis como inferiores a vosotros porque sean niños.
Ellos llegan con una maleta llena de sabiduría y conciencia.
Escuchadlos y adaptaos a ellos, porque cada vez más,
invadirán vuestras vidas y las llenarán de paz y amor si los
llegamos a ver tal como son, y no como nuestros hijos, nietos
o primos. Ellos son mucho más que todo esto. Más todavía,
ellos no tienen presente las relaciones familiares, sino los
corazones de aquellos que les rodean, si lo tienen abierto o no.
Estos niños captan vuestra verdadera esencia y saben si son
amados y aceptados. Si así no fuera, se encierran en sí mismos
y solo se abren a aquellos que son como ellos y los entienden.
Sí, éstos son los nuevos Niños de la Nueva Era.
Acéptalos tal como son y escúchalos, porque tienen mucho
que decirte. No pienses que porque hayas vivido más años en
esta vida terrenal sabes más que ellos. Su conciencia es mayor
que la tuya. Han venido a enseñar al mundo una nueva vida, y
a aprender a la vez, a amar y a aceptar.
No los consideréis inferiores porque tengan poca altura. No
los miréis desde la mente, sino que intentad conectar con ellos
desde del corazón, y entonces, os sonreirán porque se darán
cuenta de vuestro respeto hacia ellos y se sentirán valorados y
con coraje para llevar a término aquello que han venido a
hacer.
Aunque piensen diferente a vosotros, preguntaos: ¿es mejor
lo que ellos piensan? No rechacéis ninguna de sus propuestas
o respuestas sin antes haberlas filtrado por vuestro corazón.
Sin daros cuenta, os están enseñando a amar y a ser más
vosotros. Observadlos y no los critiquéis. No los queráis
adaptar a vuestra visión de la vida. Aceptadlos tal como son
porque un regalo del cielo os ha estado dado. Agradecedlo.
Los nuevos maestros del planeta están llegando en multitud.
Saben que necesitamos de ellos. Traen un mensaje para la
humanidad:
SE TÚ Y DÉJATE LLEVAR POR TU CORAZÓN.
ABRE TU MENTE Y NO TENGAS MIEDO
PARA HACER AQUELLO QUE TU CORAZÓN TE DICTA.
EL MUNDO ESPIRITUAL ESTÁ CONTIGO
Y ESTÁS SIENDO PROTEGIDO/A.
EL AMOR ES LA FUENTE DE TU EXISTENCIA.
BEBE DE ELLA Y NO HAGS CASO DE LO QUE TE DIGAN
SI TU CORAZÓN TE DICTA OTRA COSA.
ÁBRELO Y ACTÚ DESDE EL AMOR
LA VIDA NO ES COMO TE LA HAN ENSEÑADO.
HA LLEGADO LA HORA EN QUE LA PARTE DE DIOS EN TI SE MANIFIESTE.
LIBÉRALA Y DISFRUTA DE LA VIDA,
SIN ESFUERZOS NI SUFRIMIENTOS.
DEJA DE AGRADAR A LOS DEMÁS Y DE TENER PRESENTE LO QUE PIENSEN
DE TI.
NO HAY NADA MÁS IMPORTANTE QUE LLEVAR A TÉRMINO AQUELLO
QUE SIENTES
EN TU INTERIOR.
SÉ FIEL CONTIGO Y RECLAMA LO QUE TE PERTENECE POR NATURALIZA.
TÚ ERES PODEROSO/A Y UN SER CAPAZ DE TODO.
TÚ ERES UN SER ILIMITADO Y AMOROSO.
SÉ TÚ.
A todos los que estáis rodeados de niños, os digo:
Ellos tienen una manera de actuar y pensar. Abre tu mente y
mira de entender la suya. Ellos te marcarán el camino del
bienestar si dejas que tu corazón se una al de ellos. No eres
más que ellos. Debes ser uno con ellos y ver vuestras
diferencias como una lección de amor y aceptación. Dadles la
bienvenida y que sean uno más en vuestras casas.
Un nuevo humano está estableciéndose en nuestro planeta,
y serán con el tiempo, quienes gobernarán las naciones y
dirigirán este maravilloso mundo en el cual vivimos,
denominado Tierra. Ellos son la fuente de amor y conciencia
que regará los corazones de toda la humanidad. Ellos son los
grandes maestros del futuro. Ellos son la pieza básica de la
recuperación amorosa de nuestra existencia… de la
humanidad… de la madre tierra.
6.
7.
25. ENTREVISTA A LA
DIVINIDAD
Si tuvieras que definir la existencia del ser humano, ¿qué
dirías?
Colaboración.
¿De qué?
De la planificación del nuevo universo.
¿Estamos aquí para esto?
Sí, éste es el verdadero motivo de vuestra presencia aquí
en la Tierra.
¿Y del hecho de evolucionar espiritualmente, de hacer
evolucionar nuestra alma qué me dices?
Es la consecuencia para crear el tipo de vida para el
nuevo universo.
Pero, ¿qué tiene que ver nuestra evolución con el nuevo
universo?
Vuestras decisiones están influenciando a lugares muy
lejanos de la Tierra. Cada decisión puede ayudar a crear
las energías para una nueva vida que existe a 12 mil
millones de años luz de donde estáis. El universo está
pendiente de vuestra evolución y cada ser humano aporta
su semilla para que la nueva vida sea un hecho.
Si ya existe, ¿por qué nos necesita?
Les falta la conciencia y el grado energético para poder
seguir su curso. Les falta el grado de pureza que vosotros
estáis creando con vuestra participación en este Plan
Divino. Os habéis presentado como voluntarios para
materializar la Voluntad de Dios. Cada vez sois más los
que veis la luz en vuestra vida y las consecuencias de
vuestra presencia en este planeta Tierra. Vuestra
conciencia se va abriendo y ampliando con el
autoconocimiento y la visión espiritual de vuestra
existencia.
Vuelvo a preguntar: entonces, ¿nuestro crecimiento
espiritual no es la finalidad de nuestra existencia?
Es parte del proceso, lo más importante para magnificar
la Creación Divina.
Así, aquello de ser buenos para ir al cielo, ¿no es nuestra
verdadera finalidad?
Primeramente, el Cielo es un estado de conexión con tu
divinidad, vuestro estado amoroso más puro que cada uno
de vosotros es. No es un lugar físico, es un “estado
interior”. No está en ningún lugar físico definido. Es un
estado espiritual. (Pausa). En relación a ser buenos o no,
¿quién dice qué es bueno y quién no? La bondad es una
actitud y una manera de actuar dentro del amor y la
amabilidad, rigiéndose por la esencia divina que todos
llevamos dentro. Vuestro corazón os dictará las pautas
del amor. Cuando el amor aparece, el miedo desaparece.
Donde hay amor, no hay temor, por lo tanto, el querer ser
buenos para ir al cielo – como decís – es un actuar
basándose en el miedo. Lo que entendéis como infierno
sólo es una imagen creada por los seres humanos para
designar el vivir alejado del amor. Es la polaridad del
amor, pero esta polaridad sólo se manifiesta si hay miedo
en vosotros, en vuestras creencias. Igual como hay luz,
hay la esencia amorosa, divina, que cada uno tiene. Vivir
en la ignorancia espiritual es vivir en el miedo, y por lo
tanto, el ser humano se ve en la necesidad de “ser bueno”
para conseguir el estado de gracia que le permitirá
“sentirse bien” en el plano espiritual – según vosotros.
Vivís en el miedo y eso os distrae de vuestra verdadera
esencia y de quiénes sois realmente. No debéis ser
buenos por miedo a lo que “os pueda pasar”. Debéis de
conoceros para hacer de vuestro planeta un lugar donde
vivir en paz y armonía. Que el equilibrio sea en la Tierra
porque esta armonización ayudará a nuevas vidas
esperando vuestro relevo espiritual. Estáis aquí para una
gran obra divina, y no tan sólo para vosotros mismos.
Nada de esto es real. Todo tiene que ver con un Gran
Plan Divino que proviene de la Fuente Central del
Universo.
¿Lo que yo haga ayudará a alguien, que no se si tiene la
misma biología que yo y vive a millones de años luz de la
Tierra? ¿Es esto lo que me estás diciendo?
Veo que lo has entendido.
Cuesta de creer, ¿no crees?
Cuando eres niño y se te enseña la conducta de los
animales, o incluso, de donde viene el agua, pones
atención a lo que dice el maestro y te lo crees, ¿verdad?
En cambio, cuando oyes alguna novedad de adulto, lo
que haces es poner incredulidad porque lo estás oyendo
por primera vez y es muy “diferente” a las creencias
obtenidas hasta hoy. ¿Qué diferencia hay en aprender
cosas nuevas en la infancia y hoy? Ahora ponéis defensas
para no desestructurar aquello que habéis ido creando
dentro de vuestra mente, debido a las pautas mentales
adquiridas procedentes de vuestro entorno. Ahora que os
habíais ido integrando, más o menos, y sabéis como vivir
y actuar en vuestra sociedad, ahora os produce miedo
abrir vuestra mente para recibir la Verdad y daros cuenta
que el cómo habéis ido actuando hasta el presente, sólo
os ha ido trayendo y os llevará al dolor y a la limitación
espiritual. ¿No creéis que hay motivos para que
reflexionéis por el hecho de tener enfermedades, con todo
el dispositivo que vuestra ciencia tiene, y en cambio,
continúa habiendo enfermedades, y alguna de ellas cada
vez más? ¿No creéis que esto sí que cuesta de creer?
(Pausa) Lo que es importante a la vida no es visible a los
ojos físicos. El ser humano debería mirar con los ojos del
corazón y entonces se daría cuenta de la verdad de su
existencia. Cuesta más creer la facilidad que tenéis de
“querer” vivir en el dolor, la ignorancia, y en cambio, con
los deseos que tenéis de ser felices, no os encamináis
hacia esta dirección.
No es fácil.
Aprender a bailar cuando no se sabe, no siempre sale a la
primera. Aquellos que se adentran en su interior
encontrarán la llave del bienestar espiritual, que es el
único tipo de salud que hemos de tener en consideración.
Sólo es necesario empezar a andar, y cuando más lo
hagáis, más os daréis cuenta de la esencia amorosa que
todos tenéis y sois. Ella tiene la respuesta a vuestras vidas
actuales.
Te veo muy seguro de lo que dices.
Escucha a tu corazón y tu también te darás cuenta de las
palabras que acabas de escuchar.
Vaya, que nosotros pensábamos que la finalidad de
nuestra vida era simplemente evolucionar nuestra alma, y
ahora Tú nos dices que va más allá de lo que nos
pensábamos.
Conócete y tú mismo te responderás. Lo que quieres
saber ya se encuentra en tu interior.
¿Y qué hacer para ir a tu interior?
Expresa tu intencionalidad y abre tu corazón.
¿Cómo puedo abrirlo?
No tengas miedo y ámate. Conócete y sabrás quien eres.
¡Yo ya sé quien soy!
Sabéis cómo actuáis en estos momentos y lo que podéis
llegar a sentir en estos instantes, pero esto no es
conocerse, es darse cuenta de cómo estáis actuando en un
momento determinado de vuestra vida. Si os conocierais
no hubieseis llegado a producir el dolor en que vivís. Sois
mucho más que el sufrimiento en que vivís y las
preocupaciones que os rodean. Encontraos en el silencio
y la quietud. Gran parte de los seres humanos confunden
el cómo actúan en un momento determinado en cómo son
ellos realmente. Nada más lejos de la realidad. No os
conocéis. Os pensáis que sí, porque siempre habéis
vivido dentro de la limitación, pero vuestra verdadera
esencia es libre y amorosa. Donde hay amor, no hay
temor; y el miedo es consecuencia de vuestras
limitaciones.
Así, ¿nadie se conoce?
Tenéis tendencia a generalizar cuando uno mismo se
encuentra en una situación concreta. (Pausa) Cada vez
hay más conciencia en el planeta, y ésta, ayuda a
despertar las mentes y a abrir las almas aprisionadas en la
dualidad en que vive el ser humano. La vida os ofrece
una nueva oportunidad para verla según es, no según
vuestras limitaciones. Empezad manifestando vuestra
intencionalidad para lo que realmente queréis. El
autoconocimiento os llevará a la paz interior, la sabiduría
y la felicidad. (Pausa) La esencia de Dios se encuentra en
cada uno de vosotros, sólo hace falta que conectéis con
ella.
Gracias.
6.
7.
ÚLTIMAS PALABRAS
Con los años hice las paces con todos aquellos que fueron
mi entorno familiar y afectivo. Fueron mis grandes maestros
prácticos.
En estos instantes siento el Amor y la Felicidad en mi
interior, sabedor de quién soy y del sentido de mi vida en estos
instantes del proceso planetario. He recordado y me dejo
llevar por la Voluntad Divina, Una con la mía.
Es la Fuente Creadora de Toda Vida quien dirige mi vida.
En su momento me puse en sus manos y me ofrecí para
servirla y manifestar su Intencionalidad aquí en este planeta.
Actualmente me dedico a ayudar al ser humano a recordar
quién es para empezar a abrir la puerta del corazón y
adentrarse hacia el verdadero ser que es. Me dedico a
armonizar a las almas y a transmitir la Luz y el Amor recibido
por parte de mis hermanos de la Luz y las experiencias a lo
largo de mi vida.
Transmito la presencia del Hogar aquí en la Tierra a través
de mis sesiones, artículos, cursos, ponencias, charlas y el
Seminario ¡SENTIR!, el cual ha motivado la creación de este
libro. Cada uno de estos aspectos y otros, son realizados
conjuntamente con mis acompañantes de Luz.
SENTIR es la apertura del ser al Hogar.
Ha llegado la hora de la vuelta a Casa.
Desde mi corazón, quiero daros las gracias nuevamente por
haber hecho posible estas páginas y que mi ser pueda
continuar llevando a término la misión acordada antes de mi
encarnación.
A todos, gracias.
EDITADO EN LA MONTAÑA DE LOS ÁNGELES
EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DE 2014
Table of Contents
CoverImage
SENTIR_VIVIR-DESDE-EL-CORAZON_CORREC_FINAL