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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD CIENCIAS NATURALES


ESCUELA DE CIENCIAS GEOLÓGICAS
Temas:
TEORÍA DE LA DERIVA CONTINENTAL

Guayaquil – 2018

LA TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS Y LA DERIVA CONTINENTAL


Antecedentes históricos

En 1885 y basándose en la distribución de floras fósiles y de sedimentos de


origen glacial, el geólogo suizo Suess propuso la existencia de un
supercontinente que incluía India, África y Madagascar, posteriormente
añadiendo a Australia y a Sudamérica. A este supercontinente le denominó
Gondwana.

En estos tiempos, considerando las dificultades que tendrían las plantas para
poblar continentes separados por miles de kilómetros de mar abierto, los
geólogos creían que los continentes habrían estado unidos por puentes
terrestres hoy sumergidos. El astrónomo y meteorólogo alemán Alfred Wegener
(1880-1930) fue quien propuso que los continentes en el pasado geológico
estuvieron unidos en un supercontinente de nombre Pangea, que
posteriormente se habría disgregado por deriva continental. Su libro
Entstehung der Kontinente und Ozeane (La Formación de los Continentes y
Océanos; 1915) tuvo poco reconocimiento y fue criticado por falta de evidencia
a favor de la deriva, por la ausencia de un mecanismo que la causara, y porque
se pensaba que tal deriva era físicamente imposible.

Los principales críticos de Wegener eran los geofísicos y geólogos de los


Estados Unidos y de Europa. Los geofísicos lo criticaban porque los cálculos
que habían llevado a cabo sobre los esfuerzos necesarios para desplazar una
masa continental a través de las rocas sólidas en los fondos oceánicos
resultaban con valores inconcebiblemente altos. Los geólogos no conocían
bien las rocas del hemisferio sur y dudaban de las correlaciones propuestas por
el científico alemán. A pesar del apoyo de sus colaboradores cercanos y de su
reconocida capacidad como docente, Wegener no consiguió una plaza
definitiva en Alemania y se trasladó a Graz, en Austria, donde fue más
ampliamente reconocido.
En 1937, el geólogo sudafricano Alexander Du Toit publicó una lista de diez
líneas de evidencia a favor de la existencia de dos supercontinentes, Laurasia y
Gondwana, separados por un océano de nombre Tethys el cual dificultaría la
migración de floras entre los dos supercontinente. Du Toit también propuso una
reconstrucción de Gondwana basada en el arreglo geométrico de las masas
continentales y en correlación geológica. Hoy en día el ensamble de los
continentes se hace con computadoras digitales capaces de almacenar y
manipular enormes bases de datos para evaluar posibles configuraciones
geométricas. Sigue habiendo cierto desacuerdo en cuanto a la posición de los
distintos continentes actuales en Gondwana.

LA DISTRIBUCIÓN DE CIERTOS FÓSILES

Evidencias paleontológicas

La hipótesis de Wegener procedía de las notables semejanzas de los


márgenes continentales a ambos lados del Atlántico, al principio pensó que la
idea de una Tierra móvil era improbable. No fue hasta que supo que se habían
encontrado organismos fósiles idénticos en rocas de Sudamérica y de África
cuando empezó a tomar en serio esta idea.
Wegener descubrió que la mayoría de paleontólogos estaban de acuerdo en
que era necesario algún tipo de conexión continental para explicar la existencia
de fósiles idénticos de formas de vida mesozoicas en masas de tierra tan
separadas.

Para añadir credibilidad a su argumento sobre la existencia de un


supercontinente, Wegener citó casos documentados de varios organismos
fósiles que se habían encontrado en diferentes masas continentales, a pesar
de las escasas posibilidades de que sus formas vivas pudieran haber cruzado
el vasto océano que ahora separa estos continentes.

Mesosaurus

Un reptil acuático depredador de peces cuyos restos fósiles se encuentran sólo


en las lutitas negras del Pérmico (hace unos 260 millones de años) en el este
de Sudamérica y en el sur de África. Si el Mesosaurus hubiera sido capaz de
realizar el largo viaje a través del enorme océano Atlántico meridional, sus
restos deberían tener una distribución más amplia. Como esto no era así,
Wegener supuso que Sudamérica y África debieron haber estado juntas
durante este período de la historia de la Tierra.

Glossopteris

Wegener citó también la distribución del helecho fósil Glossopteris como una
prueba de la existencia de Pangea. Se sabía que esta planta, caracterizada por
sus grandes semillas de difícil distribución, estaba muy dispersa entre África,
Australia, India y Sudamérica durante el Paleozoico tardío. Más tarde, se
descubrieron también restos fósiles de Glossopteris en la Antártida. Wegener
también sabía que esos helechos con semilla y la flora asociada con ellos
crecían sólo en un clima subpolar. Por consiguiente, llegó a la conclusión de
que cuando las masas de tierra estuvieron unidas se encontraban mucho más
cerca del Polo Sur.

Organismos actuales

En una edición posterior de su libro, Wegener citó también la distribución de los


organismos actuales como una prueba de apoyo para la deriva de los
continentes. Por ejemplo, los organismos actuales cuyos antepasados eran
similares tuvieron que evolucionar claramente en aislamiento durante las
últimas decenas de millones de años. El caso más obvio son los marsupiales
australianos (como los canguros), que tienen un vínculo fósil directo con la
zarigüeya, marsupial encontrado en el continente americano. Después de la
fragmentación de Pangea, los marsupiales australianos siguieron un camino
evolutivo distinto que las formas vivas del continente americano relacionadas
con ellos.

HUELLAS DE ANTIGUAS GLACIACIONES

Glaciaciones

Una glaciación se define como un período de reducción de temperatura en el


clima de la Tierra, que resulta en el establecimiento o expansión de mantos de
hielos continentales y polares, y glaciares alpinos.

Los Tiempos de Intensa Glaciación

La Tierra ha sufrido períodos largos e intensos de glaciación durante su


historia, entre estos períodos, dos de ellos son particularmente importantes en
la evolución de la vida en la tierra.

En todos los continentes, nuestro planeta


conserva las huellas de su pasado glaciar
donde el hielo parece ser cubiertos en
determinados momentos, casi todo el
planeta.

La primera glaciación significativa grande


en la evolución de la vida es la mentira
Riásico 300 entre -2 y - 2 050 millones de
años.

El segunda glaciación significativa grande en la evolución de la vida es el entre


850 criogénico mentiras a 630 millones de años. 2.2 Millones de años atrás,
tierra está totalmente cubierto de hielo y la temperatura promedio fue de-50° C
en la superficie. Los océanos se congelaron a 1 000 metros de profundidad.
750 Millones de años, se reproduce otro episodio de intensa glaciación, estos 2
episodios han permitido vida a dar grandes saltos hacia adelante en la
evolución que algún día dar lugar a organismos que hoy conocemos. En central
Park, Nueva York, es bloques erráticos, que no se asemejan a las rocas
circundantes, transportados a través de grandes distancias y abandonado en el
lugar. Se trata de los glaciares de la última glaciación gran que fueron
desarraigadas y se trasladó con ellos, toda secciones de montañas.

Estos saben demostrar que este lugar fue ocupado por los glaciares. Los
científicos han buscado sitios idénticos con saber y encontraron en todas
partes del continente.

La deriva de los continentes no definir de forma precisa la latitud, los glaciares.


Es la lava, que conservan sus propiedades magnéticas, que los investigadores
fueron capaces de reconstruir la cubierta de hielo en la tierra. Flujos de lava,
2,2 millones de años, fueron encontrados en Sudáfrica. Pruebas de muestras
habían situado esta lava en el Ecuador cerca de latitud, lo que significa que
todo el planeta fue helado.

Esto se reproduce durante el período glacial que tuvo lugar entre 850 a-630
millones de años. Estos dos episodios de la gran glaciación son incomparables
con la última glaciación, que tuvo lugar, 120 000 años hace, mucho más
catastróficas. Esta última glaciación influyó fuertemente en el curso de la
evolución, el derretimiento del hielo que siguió, precipitó el planeta en un
intenso calentamiento, promover el surgimiento de nuevas formas de
organismos vivos. Grandes glaciaciones así han cubierto a 1 000 metros de
planeta de hielo, hasta el Ecuador en el tiempo y los océanos se congelaron
hasta 1 000 metros de profundidad, esta teoría es conocida como la bola de
nieve de tierra (de Tierra bola de nieve).

La glaciación del Cenozoico

La Tierra, tal como la vemos hoy, se caracteriza por la presencia de grandes


capas de hielo y extensos glaciares alpinos. Sin embargo, hay amplias
evidencias de que el volumen de hielo ha disminuido considerablemente en el
pasado relativamente reciente.
Las reconstrucciones convencionales del clima sugieren que el intervalo del
Cenozoico, desde el Oligoceno en adelante, fue interrumpido por fluctuaciones
periódicas de etapas glaciales e interglaciales que se alternaban1 (Zachos et
al., 2001). Muchos (en geología convencional estándar) creen que la extensión
máxima de estas glaciaciones (llamada Último Máximo Glacial, LGM en sus
siglas en inglés) ocurrió hace unos 19 ka2 (Yokoyama et al., 2000). Durante el
LGM, grandes llanuras de hielo cubrieron el Norte de Europa, Canadá, y la
parte septentrional de los Estados Unidos y Rusia (CLIPMAP, 1981; Peltier,
1994), y este aumento en el volumen de hielo resultó en el descenso del nivel
del mar a aproximadamente 130 metros por debajo del nivel actual (Lambeck et
al., 2002).

Evidencias de actividad glacial

El LGM produjo las huellas más accesibles y mejor conservadas de actividad


glacial, ofreciendo ejemplos recientes de las características geológicas
indicativas de un medio ambiente glacial. Éstos incluyen depósitos de origen
glacial, paisajes de origen glacial, estructuras de abrasión y otras evidencias
indirectas.

a) Depósitos de origen glacial

El sedimento se acumula en los bordes de los glaciares o se deposita en la


base de la masa de hielo en circulación. También se depositan sedimentos
durante la retirada glacial, cuando el hielo en fusión deja caer su carga
sedimentaria, que posteriormente puede ser modificada por la descarga del
agua derretida.

b) Paisajes de origen glacial

Los procesos erosivos y de deposición relacionados con la actividad glacial


pueden crear paisajes muy distintivos. En áreas montañosas, por ejemplo, los
efectos de la erosión relacionados con los múltiples avances y retiradas de los
glaciares alpinos pueden crear valles con un característico perfil en U.
c) Estructuras de abrasión de origen glacial

Los fragmentos de roca atrapados en la base de un glaciar que fluye pueden


generar ranuras lineales, a menudo paralelas, en el lecho rocoso, que pueden,
utilizarse para reconstruir la dirección de circulación de un glaciar. Con el
tiempo la intensiva abrasión nivelará aún más las irregularidades y creará un
pavimento estriado relativamente plano.

d) Evidencias indirectas de glaciación

Las glaciaciones determinan cambios en los sistemas de la Tierra (tal como el


descenso del nivel del mar por el almacenamiento del agua en las capas de
hielo) que probablemente dejen un rastro en el registro geológico. Por lo tanto,
podemos basar las reconstrucciones de las edades de hielo anteriores en las
evidencias indirectas de cambio climático (Stokstad, 2001). Estas evidencias
incluyen diferencias en la abundancia de elementos químicos en los núcleos de
hielo, y en sedimentos lacustres y marinos, los marcadores del descenso y
aumento en el nivel del mar, y los cambios en el contenido de fósiles.
Glaciaciones antiguas y el registro geológico

La actividad glacial ha sido identificada en los cinco continentes, en diferentes


posiciones de la columna estratigráfica, y en sucesiones de capas
sedimentarias. Las características similares a las de origen glacial parecen
agruparse en cuatro intervalos (además del Cenozoico).

Los procesos geológicos (como la tectónica de placas) han afectado y


modificado el registro de los eventos anteriores, y en parte a la existencia de
mecanismos alternativos que pueden producir características análogas a las
descritas para un medio ambiente glacial. Con sucesiones más antiguas, donde
los datos son más limitados y fragmentarios, puede ser problemático descartar
el papel de estos mecanismos alternativos a favor de un escenario de origen
glacial. Por ejemplo, se sabe que la sedimentación de los flujos de masa
submarinos también produce depósitos parecidos a tilles glaciares (Oard, 1997)
y efectivamente se ha propuesto este mecanismo para reexaminar el origen de
depósitos anteriormente interpretados como de origen glacial (Arnaud & Eyles,
2002; Rice, 2004; Eyles & Januszczak, 2007). Incluso los bloques caídos, que
a menudo son considerados uno de los indicadores más fiables de procesos
glaciales, pueden ser emplazados por mecanismos diferentes al arrastre
glaciar, tal como el arrastre vegetativo y los flujos de masa submarinos (Bennet
et al., 1996; Donovan & Pickerill, 1997).

Los depósitos de las dos glaciaciones más antiguas, especialmente de la


glaciación Neoproterozoica (Fig. 1), plantean un problema adicional en su
interpretación climática. Las reconstrucciones paleogeográficas basadas en
datos paleomagnéticos (por ej. Kilner et al., 2005) sugieren que parte de estos
depósitos estaban ubicados en latitudes tropicales en el momento de su
formación. Esto ha llevado a algunos investigadores a formular la hipótesis de
una “Tierra Bola de Nieve” Neoproterozoica completamente cubierta de hielo
(Hoffman et al., 1998; Bodiselitsch et al., 2005), un escenario que no es
aceptado por otros investigadores (McCall, 2006; Allen & Etienne, 2008).
LAS CORRESPONDENCIAS DE ESTRUCTURAS GEOLÓGICAS

La idea de que los continentes, sobre todo Sudamérica y África, encajan como
las piezas de un rompecabezas, se originó con el desarrollo de mapas
mundiales razonablemente precisos. Sin embargo, se dio poca importancia a
esta noción hasta 1915, cuando Alfred Wegener, meteorólogo y geofísico
alemán, publicó El origen de los continentes y los océanos. En este libro, que
se publicó en varias ediciones, Wegener estableció el esbozo básico de su
radical hipótesis de la deriva continental. Wegener sugirió que en el pasado
había existido un supercontinente único denominado Pangea (pan =todo, gea =
Tierra) Además planteó la hipótesis de que en la era Mesozoica, hace unos 200
millones de años, este supercontinente empezó a fragmentarse en continentes
más pequeños, que «derivaron» a sus posiciones actuales. Se cree que la idea
de Wegener de que los continentes pudieran separarse se le pudo ocurrir al
observar la fragmentación del hielo oceánico durante una expedición a
Groenlandia entre 1906 y 1908.

Cuando todos los continentes estaban unidos, también debió existir un océano
enorme que los rodeaba. Este océano se denomina Panthalassa (pan = todo;
thalassa = mar). Panthalassa tenía varios mares más pequeños, uno de los
cuales era el poco profundo mar de Tethys, situado en el centro Hace unos 180
millones de años, el supercontinente Pangea empezó a separarse y las
distintas masas continentales que hoy conocemos empezaron a derivar hacia
sus posiciones geográficas actuales. Hoy todo lo que queda de Panthalassa es
el océano Pacífico, cuyo tamaño ha ido disminuyendo desde la fragmentación
de Pangea.

Encaje de los continentes Como algunos antes que él, Wegener sospechó por
primera vez que los continentes podrían haber estado unidos en alguna
ocasión al observar las notables semejanzas existentes entre las líneas de
costa situadas a los dos lados del Atlántico. Sin embargo, la utilización que él
hizo de las líneas de costa actuales para hacer encajar los continentes fue
inmediatamente contestada por otros geólogos. Estos últimos sostenían,
correctamente, que las líneas de costa están siendo continuamente
modificadas por procesos erosivos y sedimentarios.

Aun cuando hubiera tenido lugar el desplazamiento de los continentes, sería


improbable tal ajuste en la actualidad. Wegener parecía consciente de este
hecho, ya que su ajuste original de los continentes era muy aproximado. Los
científicos han determinado que una aproximación mucho mejor del verdadero
límite externo de los continentes es la plataforma continental. En la actualidad,
el borde de la plataforma continental se encuentra sumergido unos cuantos
centenares de metros por debajo del nivel del mar.

A principios de la década de los sesenta Sir Edward Bullard y dos de sus


colaboradores produjeron un mapa en el que se intentaba ajustar los bordes de
las plataformas continentales sudamericana y africana a profundidades de 900
metros. Aunque los continentes se solapaban en unos pocos lugares, se trata
de regiones donde las corrientes han depositado grandes cantidades de
sedimentos, aumentando con ello el tamaño de las plataformas continentales.
El ajuste global fue incluso mejor de lo que habrían sospechado quienes
apoyaban la teoría de la deriva continental.
Fragmentación de Pangea

Wegener utilizó las pruebas


procedentes de fósiles, tipos
de rocas y climas antiguos
para crear un ajuste de los
continentes en forma de
rompecabezas, creando así
su supercontinente, Pangea. De
una manera similar, pero utilizando herramientas modernas de las que carecía
Wegener, los geólogos han recreado las etapas de fragmentación de este
supercontinente, un acontecimiento que empezó hace cerca de 200 millones de
años. A partir de este trabajo, se han establecido bien las fechas en las que
fragmentos individuales de corteza se separaron unos de otros y también sus
movimientos relativos.

Una consecuencia importante de la fragmentación de Pangea fue la creación


de una nueva cuenca oceánica: el atlántico., la separación del supercontinente
no fue simultánea a lo largo de los bordes del Atlántico. Lo primero que se
separó fueron Norteamérica y África. Allí, la corteza continental estaba muy
fracturada, lo que proporcionaba vías para que grandes cantidades de lava
fluida alcanzaran la superficie. En la actualidad estas lavas están
representadas por las rocas ígneas meteorizadas que se encuentran a lo largo
de la costa oriental de Estados Unidos, principalmente enterradas debajo de las
rocas sedimentarias que forman la plataforma continental.

La datación radiométrica de estas lavas solidificadas indica que la separación


empezó en varios estadios hace entre 180 y 165 millones de años. Este lapso
de tiempo puede utilizarse como la fecha de nacimiento de esta sección del
Atlántico norte. Hace 130 millones de años, el Atlántico sur empezó a abrirse
cerca de la punta de lo que ahora es Sudáfrica. Conforme esta zona de
separación migraba hacia el norte, el Atlántico sur se abría de manera
gradual .La fragmentación continua de la masa continental meridional condujo
a la separación de África y la Antártida
y empujó a la India a un viaje hacia el
norte.

Al principio del Cenozoico, hace unos


50 millones de años, Australia se
había separado de la Antártida y el
Atlántico sur había emergido como un
océano completamente desarrollado.
Un mapa moderno muestra que la India acabó colisionando con Asia, un
acontecimiento que empezó hace unos 45 millones de años y creó la cordillera
del Himalaya, junto con las tierras altas tibetanas. Aproximadamente al mismo
tiempo, la separación de Groenlandia de Eurasia completó la fragmentación de
la masa continental septentrional. Durante los últimos 20 millones de años,
aproximadamente, de la historia de la Tierra, Arabia se separó de África y se
formó el mar Rojo, y la Baja California se separó de Méjico, formando el golfo
de California Mientras, el arco de Panamá se unió a Norteamérica y
Sudamérica, produciéndose así el aspecto moderno que conocemos de
nuestro planeta.
Tipos de rocas y semejanzas estructurales

Las distribuciones de rocas cristalinas, rocas sedimentarias y yacimientos


minerales forman patrones que continúan ininterrumpidos en ambos
continentes cuando Sudamérica y África son restituidos cerrando el océano
Atlántico. Por ejemplo, las cadenas montañosas orientadas E-W que atraviesan
Sudáfrica continúan cerca de Buenos Aires, Argentina. Los estratos
sedimentarios tan característicos de sistema Karoo en Sudáfrica, que consisten
en capas de arenisca y lutita con mantos de carbón, son idénticos a los del
sistema Santa Catarina en Brasil.

Wegener encontró pruebas de rocas ígneas de 2.200 millones de años de


antigüedad en Brasil que se parecían mucho a rocas de antigüedad semejante
encontradas en África. Pruebas similares existen en forma de cinturones
montañosos que terminan en la línea de costa, sólo para reaparecer en las
masas continentales situadas al otro lado del océano. Por ejemplo, el cinturón
montañoso que comprende los Apalaches tiene una orientación noreste en el
este de Estados Unidos y desaparece en la costa de Terranova. Montañas de
edad y estructuras comparables se encuentran en las Islas Británicas y
Escandinavia.
Cuando se reúnen esas masas de tierra, las cadenas montañosas forman un
cinturón casi continuo. Wegener debía de estar convencido de que las
semejanzas en la estructura de las rocas en ambos lados del Atlántico
relacionaban esas masas de tierra cuando dijo: Es como si fuéramos a
recolocar los trozos rotos de un periódico juntando sus bordes y comprobando
después si las líneas impresas coinciden. Si lo hacen, no queda más que
concluir que los trozos debían juntarse realmente de esta manera.
BIBLIOGRAFÍAS

1. Edward J. Tarbuck, F. K. (2005). CIENCIAS DE LA TIERRA. Madrid:


PEARSON EDUCACIÓN S. A.
2. http://grisda.org/espanol/ciencia-de-los-origenes/ciencia-2015-
2019/ciencia-de-los-origenes-marzo-2015/glaciaciones-y-el-registro-fosil/

3. http://www.astronoo.com/es/articulos/vida-bajo-el-hielo.html

4. http://www.medellin.unal.edu.co/~rrodriguez/geologia/deriva.htm
5. http://www.geologia.unam.mx:8080/igl/index.php/difusion-y-
Divulgacion/temas-selectos/568-la-teoria-de-la-tectonica-de-placas-y-la-
deriva-continental
6. https://es.slideshare.net/ArturoAndrsMartnez/la-deriva-de-los-continentes

7. http://www.sgm.gob.mx/Web/MuseoVirtual/Riesgos-geologicos/Deriva-
continental.html

8. http://www.astromia.com/tierraluna/deriva.htm

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