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En Sigmund Freud el romanticismo fue la oscura fuerza que lo guio hacia la medicina y los circuitos
científicos más prestigiosos de su época... y es Desde allí, instalado en la racionalidad científica, que
intentará luego los aspectos más recónditos de la condición humana.
A partir de entonces reproduce en sí mismo, y en términos de lucha, la atención racionalismo
científico/ irracionalismo romántico que atravesaba la historia del pensamiento:
- de un lado toda su formación previa, la anatomía topográfica, la mirada atenta y escrutadora que
apunta a lo general y a la nosografía y que busca la enfermedad en el sujeto.
-Del otro, lo que de la clínica individual surgía, la singular ata anatomía de la histeria poco afecta lo
que los textos que las palabras del anatomista muestran y dicen, la escucha atenta que remite al relato, a
la historia, a lo singular, y qué más acá del "enfermo" encuentra el sujeto.
Sigmund Freud nace en 1856 en Freiberg, Moravia. Inició su formación como médico en la ciudad de
Viena. Y con algunos de los más prestigiosos maestros.
Un viaje (verdadera experiencia de viaje iniciático), otro país: Francia, con una tradición psiquiátrica y
médica, dos ciudades: París (1885/86) y Nancy (1889), y dos nuevos maestros: Charcot y Bernheim
respectivamente.
Tal viaje implica una suerte de deslocalización ( por esa época lo local tenía aun un peso sustancial, los
contactos entre las tradiciones francesas y alemanas y austriaca no eran tan fluidos, y la información circulaba
muy cansinamente por lo que viajar implicaba no Un mero desplazamiento geográfico sino un tránsito de una
episteme a otra)
París
Jean Marie Charcot, prestigioso neurólogo, jefe del Servicio de Neurología a donde iban a parar las
histéricas en razón a que en aquella época, una de las sintomatologías más evidentes de tales pacientes eran
las convulsiones pseudo-epilepticas. Al cabo de unos meses de transcurrida la experiencia parisina, el joven
vienes terminó viéndose las con:
a) una neurosis hecha y derecha, la histeria mérito que hay que reconocerle al neurólogo francés. Histeria en
tanto enfermedad nerviosa.
b) una técnica prodigiosa y Misteriosa: la hipnosis que parezca augurar un venturoso futuro para la psiquiatría
en particular, y la medicina en general.
c) una hipótesis etiológica: las "cuestiones de alcoba" que hablaba Charcot cuando el escenario de sus clases
quedaba en buen resguardo.
d) un objetivo psicoterapéutico de máxima: entendida como desaparición de los síntomas por sugestión hipnótica,
verdadero clímax de un poder médico posicionado en amo y que ordena a la enfermedad su retirada.
Nancy
A dónde viajará unos años después preocupado por acrecentar su dominio de la hipnosis.
Descubrió mentalmente que lo olvido no era la frontera última de la sugestión, y que el recuerdo de la
orden post- hipnótica podría ser traído a la conciencia por acción de una fuerte presión sobre el paciente.
¿Pero traído desde dónde? Desde un otro lugar que pareciera estar situado más allá del olvido, o en una
suerte de "doble conciencia" como diría Pierre Janet?
A su retorno a Viena el psicoanálisis comienza a gestarse: una encrucijada donde confluyen diversas líneas:
-La de una psiconeurosis la histeria,
-La de una técnica que no terminaba de dominar y que no terminaba de convencerlo: la hipnosis,
-La de una histérica a la que prestó oídos su amigo mi colega Joseph Breuer,
-Y un nuevo recurso psico-terapéutico usado como recambio de la sugestión (hipnótica o en Estado de vigilia):
el método catártico.
La construcción de la teoría psicoanalítica tiene avances, detenciones, franco retrocesos, vías muertas,
giros radicales y marchas asimétricas. Obra que apunta a resolver la tensión entre lo general (propio de
todo enunciado que se precie de ser científico) y lo singular (vinculado a la subjetividad), obra que cala
hondo en la condición humana, qué nos ayuda a descifrar los modos de manifestación del inconsciente,
obra que habla de todos pero escucha de a uno, que se entromete con el amor, la locura y la muerte, con
el desamparo la soledad y las grandezas y miserias humanas.
¿En qué condiciones esta teoría puede brindar herramientas útiles para analizar intervenir en las
prácticas educativas y para mostrar en qué sentido, el psicoanálisis puede ser potente para explicar algunos
de los modos en qué lo inconsciente se pone en juego en los procesos de enseñanza y aprendizaje, en las
tramas vinculares y en los avatares institucionales?
Las vinculaciones establecidas entre los descubrimientos del psicoanálisis y las prácticas educativas,
siguieron el ritmo de constitución de la teoría, desde una articulación plena hasta una contraposición
acérrima basada en el hecho que lo pulsional es in- educable, el inconsciente inasible, la sexualidad
peligrosa, etc. El discurso pedagógico, se haya de parabienes con aquellas teorías que hablan de los
procesos básicos ( atención, memoria, etc.), o que ofrecen una sucesión ininterrumpida de fases, períodos
o etapas cronológicamente ordenadas, almanaque en mano, o aquellas otras que procuran medir las
capacidades intelectuales superiores, etc.
No obstante no faltaron quienes -con clara vocación pedagógica y convencidos de la necesidad de
controlar y prevenir los comportamientos infantiles y adolescentes- hurgando en la teoría procuraron
quedarse con aquellos que les resultaba más digerible, esto es, con lo más parecido a "una evolución" y
crecerán hallarlo en las fases por las que atraviesa la libido y qué - para tranquilidad del sistema todo- hace
coincidir el ingreso a la escolaridad con el periodo de latencia. Tales fases se transformaron en contenido
privilegiado de la formación docente creando La falsa creencia que de eso se trata el psicoanálisis.
Bajo este prodigioso artilugio didáctico, se abrocharon definitivamente los aspectos conductuales,
intelectuales, sociales y "afectivos". Se torna necesario entonces revisar algunas de las ideas-fuerza de esta teoría,
para luego hipotetizar sobre algunas de sus derivaciones para los ámbitos educativos, aunque de hecho sepamos
es posible pensar en términos de una supuesta "pedagogía analítica" y esto en razón de varios motivos:
1) porque es una disciplina de lo singular, a- prescriptiva, a-nosografica, no- evolutiva.
2) porque la pulsión no se educa, porque el inconsciente es indomable y el yo una pura ilusión.
3) porque una pedagogía no se nutre tan sólo de una cierta Concepción psicológica por muy consistente que
esta sea, sino que apela también a la filosofía, a la antropología, a la historia, etcétera.
Dirá K. Millot:
" ... De la experiencia psicoanalítica puede deducirse una ética en la que la pedagogía podría
inspirarse, ética basada en la de-mitificación de la función del ideal como fundamentalmente engañoso...
(En el) amor a la verdad que implica... La posibilidad de una lúcida aprehensión de la realidad (en el bien
decir) y (en la) renuncia a todo fantasma de dominio que el reconocimiento de la existencia del
inconsciente impone..."
Para el psicoanálisis:
Cada sujeto tiene una original historia de constitución qué será fundamental para su posterior desarrollo y
que determinará su singularidad y su inscripción en un cierto linaje, en una determinada filiación simbólica. Con
todo ello, ir a configurando la trama inter-subjetiva al interior de la cual este nuevo ser advenirá.
El hijo, al nacer en estado de pre maturación quedará de algún modo entrampado en el deseo materno, en
ese otro que no es cualquiera y que por eso consignamos con mayúscula, un Otro mayúsculo entonces con el que
se corre el riesgo de que se sienta colmado, sin fallas ni agujeros, y sin otro interés por fuera de él. Será función
del padre, de alguien que oficie de tercero producir un corte tal que el deseo de ese nuevo ser se libere y eché a
andar en vez de quedarse atenazado y condenado a no ser más que una prótesis de la madre. Pero el corte
solamente tendrá eficacia si lo que el padre dice es la y para todos, incluso para el mismo.
Los padres deben posibilitar el advenimiento de ese tercero incluido en la pareja y que luego será excluido
como sujeto individuado y deseante.
Lo importante entonces es que el niño sea tomado en una relación triangular en la que uno de los
términos sea garante del orden simbólico, estructura universal que supone la existencia de un sistema de
parentesco con sus reglas de intercambio y define el lugar del sujeto en una cierta filiación simbólica. El
padre, como representante primero del mundo de los otros ofrecerá objetos sustitutivos atractivos que
sirvan para mitigar la dolorosa separación de ese primer vínculo tan primordial y la escuela entre tanto será
también un lugar de oferta de objetos sustitutivos por excelencia.
La constitución de la "realidad" no es algo que viene dado al nacer, sino que se va construyendo en cada
persona de un modo singular, de tal manera que ésta pueda inscribirse sistema normativo, un cierto orden de cultura
y elaborar su concepto de realidad y en este proceso tiene fundamental importancia, la familia que implica una
estructura de funciones, espacios, lugares, roles, Qué le van indicando y orientando acerca de Qué es lo permitido
y que lo prohibido. Posteriormente la escuela y otras agencias sociales apuntalaran esa función.
Conocer entonces las invariantes de este proceso permite comprender ciertos procesos que de continuo
aparecen en la relación docente- alumno o docente- padres, poder re-significar tramos de su propio proceso,
poder discernir Cuándo es oportuno solicitar la intervención de un profesional idóneo, etc. Fundamentalmente
permite comprender aquello que se pone en juego en cada niño, y el importante papel que cumple la escuela en
cuando implica una transición desde el ámbito de lo privado, al de lo público, desde lo endogámico a lo exogámico,
desde lo íntimo y lo éxtimo.
Entender Cómo se da este proceso posibilitará a sí mismo analizar de otro modo el impacto que produce en
los procesos de subjetivación actuales la declinación de la función paterna Como así también la de la propia familia
y la institución escolar.
En psicoanálisis el término sexualidad es de mayor amplitud en razón que incluye toda la ganancia de
placer a partir de zonas del cuerpo qué se erogeinisan generando tensiones que no son ya de origen
biológico y que se traducirán en una exigencia de trabajo para un psiquismo incipiente.
Va a decir a Freud que es imposible emprender -en sentido estructural- una prevención de las neurosis
en tanto el conflicto ya no se localiza preferente y exclusivamente entre la civilización, que coartaba los
impulsos básicos generando así malestar, y el sujeto, sino al interior mismo de su aparato psíquico. Nada
hay en el sujeto que sea originario, por lo que todas las significaciones, mandatos y restricciones tendrán
que ser les impuestas desde afuera.
Sujeto dividido el que aprende, sujeto dividido el que enseña y que por ello mismo transmite mucho más de
lo que cree enseñar.
Sujetos singulares ambos que son también sujetos de deseo y que cuentan con la posibilidad de historizarse,
sujetos subsumidos bajo el fárrago de máscaras y funciones que el sistema impone, sujeto de deseo que sólo en
cuanto tales podrán hacer de la enseñanza y el aprendizaje, un proceso placentero. De no ser así el precio a pagar
será caro: depresión del docente que no encuentra sentido a su trabajo. Sobre- adaptación a las exigencias
escolares o inhibición e intelectual en el alumno que renuncia a comer del árbol prohibido con tal de no perder un
amor que cree tener.
(5) El descubrimiento del Edipo
Punto nodal del proceso de subjetivación que posibilita el acceso al orden simbólico, acceso que requiere
la emergencia de un tercer término que rompa la diada madre-hijo y cuya función primordial es introducir al
niño a aquel orden y garantizarlo (función paterna). Mientras el incesto es el mito colectivo y su prohibición es
condición de posibilidad para los intercambios y el establecimiento de una cierta estructura de parentesco, el
Edipo es el mito individual que simboliza el acceso al mundo de la cultura para un sujeto en el marco de una
relación triangular. Será relevante entonces conocer la extrema complejidad de este proceso que ha sido
vulgarizado y trivializado hasta el hartazgo, para desde allí entender porque constituye una noción central en
psicoanálisis y también comprender el porqué de ciertas manifestaciones de amor, odio o ambivalencia dirigidas
hacia la figura de un cierto adulto significativo. Para su formulación Freud se vale de la tragedia de Edipo.
De allí entonces que hablemos en psicoanálisis de que al advenimiento de un sujeto le preceden mitos,
significantes, fantasías que provienen de sus antecesores y que de algún modo lo condicionan, más no lo
determinan. Tales significantes es posible rastrear los en cada linaje familiar y son los que dan cuenta de la
pre- historia del sujeto...
Abona la función constitutiva que posee el lenguaje lugar de significación, y de nominación del mundo
en tanto ofrece sentidos, historias y representaciones. Sobre esta función constitutiva es necesario que
trabaje el docente, ya que él también realiza un ofrecimiento de sentidos y debe dar lugar no sólo a la
apropiación por parte de sus alumnos, sino también generar condiciones para que ellos construyan los
propios.
Palabra de peso para el niño entonces la del maestro en tanto representa:
- a un cierto discurso socialmente legitimado.
- a una tradición cultural e institucional Qué marca roles, funciones y posiciones, y
- A un saber acumulado, por él no-sabido aún y,
- fundamentalmente, por obra y gracia de los fenómenos de transferencia.
Por las instituciones educativas circulan palabras, que remiten a discursos, que traducen ideas, que dan
cuenta de saberes disciplinarios/ inter y trans-disciplinarios, que dan cuenta también de disciplinamiento
subjetivos: al rendimiento, al examen, a la institución, al sistema. Se exaltan algunas, se prohíben otras. se
regula su uso según coordenadas espacio- temporales ( dirección, patio, aulas, salón, por un lado, días
regulares, fechas patrias, tiempos de clases, de reuniones, de recreos, de salidas, etc., por el otro). Se evalúan.
Ellas producen emplazamiento de sujeto, se entrometen por los intersticios institucionales, se muestran como
desechos discursivos a través de graffitis y leyendas, se reciclan según los avatares políticos, prescriben
desdelos libros de textos y desde las glosas escolares modo de ser y en ocasiones, Enséñame a volar, invitan a
producir metáfora o entretenerse y reír con algún teorema.
(7) La relevancia otorgada a la singularidad
Lo singular implica que aunque existan vicisitudes del desarrollo reconocibles para todos los sujetos
(destete, marcha, lenguaje, control de esfínteres, trama edípica, construcción de las estructuras
cognoscitivas, etc.), las travesías son siempre particulares, de uno en uno. Será entonces responsabilidad
de la formación, él no descuidar ninguno de estos dos aspectos complementarios: la invariancia, de un
lado, la variación del otro.
En psicoanálisis:
La singular no se opone a lo plural, se nutre de ello pero al mismo tiempo lo enriquece, lo precisa, lo
define. Apuesta a la diferencia más que a la semejanza, a la escucha más que a la mirada y a la historicidad
más que a la biografía.
En sus derivaciones al campo educativo el problema es que la pedagogía es ciencia de lo general, en tanto
que la práctica docente es praxis de lo singular y de allí en más se derivan muchos malos entendidos.
La institución escolar puede empero ser aquel lugar diferente en el que se ponga en juego la tensión
existente entre la transmisión de un saber universal, regional o local, por un lado, mientras se recupera por el
otro, la singularidad en todas sus dimensiones (subjetivas, institucional, comunitaria, etc.)
Todos nacemos y nos constituimos en sujetos al interior de un universo poblado de " otros" ya
contemporáneos ya anteriores a nuestra llegada al mundo.
Pero necesita también que ese Otro tenga intereses situados Más allá de él para escapar a una alienación
que puede ser des- estructurante y que ese otro - a través de cuyos ojos puede ver el mundo, a través de cuyas
palabras puede nombrarlo significarlo- antes de lanzarlo a la vida, le indiqué lo que es bueno conocer, lo que
es apetecible conocer y lo que no. Esto es que le posibilite una oferta de significados fecunda y rica. Sólo a
partir de ello podrá el niño desplazar su mirada desde aquel "... Hacia los objetos de deseo que la mirada del
adulto le señala".
La dialéctica singularidad/ alteridad es estructurante para el sujeto y potente para entender algunos de los
dinamismos que se ponen en juego en la relación docente- alumno, según se trate de niños o adolescentes, en
función de la transferencia y de la significatividad que el adulto tiene para quien aprende.
El tratamiento de la histeria fue llevando a Freud a instituir la escucha como relevo del estatuto de la
mirada. Frente a esto, el creador del psicoanálisis viene Mostrar qué oír no es igual a escuchar, que requiere
una predisposición especial por parte de quién lo hace, un cierto sentido de la oportunidad, una cierta " atención
flotante" y una presidencia a todo tipo de conciencia juzgadora.
La escucha es aquel registro que nos conduce hacia la singularidad de cada cual, hacia el relato de su
propia historia, hacia los significados subjetivos, los mitos y mandatos familiares, hacia el anudamiento entre
pasado y proyecto, y en ese sentido se diferencia ostensiblemente de la mirada (no obstante, no hay que entender
a más en términos de oposición absoluta, sino de una diferenciación complementaria). Con este giro radical, ya
no está del lado de la especialista. Si de alguna verdad se trata entonces, es aquella que habitan los pliegues de
lo narrado y que sólo puede evidenciarse en transferencia ante la escucha atenta de alguien que no da vestigios
de sí.
En nuestra contemporaneidad son los adolescentes quienes señalan más fuertemente que sus padres, o sus
profesores y los adultos en general no los escuchan, y ¿Qué hay en esta expresión sino un pedido por ser
escuchado?
(10) Descubrimiento de las claves para descifrar los modos de manifestación del inconsciente
La teoría psicoanalítica
Nos brinda herramientas para dar cuenta de aquello que se esconde (y que siempre tiene que ver con algún deseo
inconsciente) bajo la forma de un sueño, un chiste, un acto fallido, un lapsus o un síntoma. Esto es, que nos da clave
de ingreso al material inconsciente.
Entonces, sí descifrar se trata, es porque en cada una de estas manifestaciones algo se cifra, algo que indudablemente
se vincula a nuestros deseos, y cuyo límite es un cierto sujeto y su historia, en tanto claves que no son universales. Tal
aporte central se complementa con la introducción de un nuevo procedimiento: a interpretación, destinado al des-
enmascaramiento de un sentido encubierto tras otro manifiesto, un recurso surgido de la clínica que Procura articular
sentidos apelando a la historia del propio sujeto, ya que tanto los enigmas como las claves de desciframiento están en el
depositadas, no fuera de él, ni en un manual de Procedimientos sobre como bien interpretar.
Interpretar apunta a que el sujeto se esclarezca respecto de la significación inconsciente de algunos de sus actos o de
su propio discurso según ésta Se vincule a un sueño, a un acto fallido, a una resistencia, etc., y pueda ponerse de una
vez en contacto con sus deseos.
¿Qué ocurre cuando eso no es así o más aún cuando se verifica un patente rechazo al saber?
En la escuela el deseo de saber se transforma en obligación de aprender y demostración de lo
aprendido. El problema comienza cuándo la obligación de enseñar y la de aprender terminan con el deseo
de quién enseña y de quién aprende.
Concepto central de la teoría freudiana nacido en la práctica clínica propiamente dicha muy tempranamente:
Que atañe a un desplazamiento de investidura, afecto y de significación y que reviste una gran importancia
en el análisis, aunque también en las prácticas educativas en donde sus manifestaciones son fácilmente
reconocibles en el marco de la relación docente- alumno. Conocer sobre ella es fundamental para quién tiene la
responsabilidad de impartir enseñanza un grupo de niños o jóvenes ya que podrá advertir los sobre sus
potencialidades, sus jurisdicciones, sus límites y también sus riesgos. No olvidemos que el docente está allí y
sin saberlo, con una doble exposición:
- Cómo sujeto individual con su propia historia a cuestas, que cuenta con un saber acreditado sobre una
cierta disciplina y que no puede resguardarse (como el analista) en ninguna neutralidad aséptica, y
- Cómo pantalla en la cual sus alumnos proyectarán y ante el cual re- vivirán modos de vinculación pretéritos.
Esta situación será más intensa cuanto más pequeños sean sus alumnos, o viceversa cuando menos
adulto sea el docente a cargo. Los más pequeños calificarán a sus maestros en términos afectivas del tipo:
"menos, malos, me quiere, no me quiere" en tanto que los adolescentes apuntarán más así es "piola,
exigente, sabe mucho o poco" etc.
El lugar del maestro ante los ojos del niño, es también un lugar asignado y sostenido la suposición de
que cuenta con un cierto saber aún no sabido por él, pero que le puede ser transmitido. Ese lugar Y esa
asimetría que son condición para la transmisión, cómo los avatares del vínculo, pueden entenderse desde
la dinámica de los procesos transferenciales y contra- transferenciales evitándose la aparición de situaciones
de malestar (subjetivo, grupal o institucional) de fascinación, de dominación o de franca alienación.
Si bien la transferencia es esencial en un proceso analítico en tanto constituye el motor de la cura no es
menos cierto por ello que en toda relación se producen lo que podemos llamar fenómenos de transferencia
y que son hasta fáciles de reconocer por un lego. Sobremanera cuando el ámbito es la escuela en donde
comparten tiempos, paseos y actividades adultos y niños o adolescentes.
En ella no prima el orden natural o social, sino el fantasma y el deseo. Mundo interno que se
transforma en un territorio inagotable Y qué puede ser un refugio momentáneo y proveer de significaciones
que permitan una lúcida aprehensión de la realidad, sin renunciar a esta pero tampoco a sus deseos.
(16) El reconocimiento de la diferencia entre los conceptos de instinto y pulsión
Refiriéndose el primero aquellos componentes pertenecientes al orden natural y te presentes en el animal y
el hombre, en tanto que el segundo se define como aquella energía que posibilita la actividad motriz del
organismo y el funcionamiento psíquico.
La pulsión pertenece al orden humano y se caracteriza por no contar con un objeto pre- determinado para
su satisfacción. No podemos desconocer que la escuela introduce una terceridad social, de hecho contribuye a
instaurar una cierta legalidad.
El psicoanálisis
Plantea que en el marco de la relación docente-alumno, la finalidad no es que el alumno se identifique con
la figura del profesor, sino con la pasión con la que éste da cuenta de algún área del saber, con su posición
(placentera, apasionada) frente al conocimiento. De otro modo sería alienarse.
Se procuró demostrar, por un lado, que la única teoría que da cuenta del proceso de
constitución de la subjetividad es la psicoanalítica (otros enfoques se dedicaran al sujeto del
aprendizaje o más precisamente aún, al sujeto escolar) y por otro lado, que la reducción del
aporte psicoanalítico a la pobre categoría de “lo afectivo” y la comodidad de fases que se suceden
unas a otras, han silenciado todo aquello que pudiera resultar incómodo o no funcional al sistema.
En tal sentido consideramos que es un enfoque sumamente fértil para dar cuenta de por ej.:
los mal llamados Problemas de aprendizaje y los de conducta, el malestar docente con todos sus
indicadores, los casos de inhibición intelectual, los problemas vinculares, las patologías
comunicacionales, los devaneos de deseo, etc.