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Dennis landa Hanzeth

Teoría antropológica

Observación de un rito religioso no católico


El ritual religioso que decidí observar fue el de la Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Últimos Días (SUD), que son mejor conocidos como mormones.
La iglesia a la que asistí se encuentra en la calle Benito Juárez 291, Tlalpan Centro
II, 14000 Ciudad de México, CDMX, el día 31 de marzo de 2019.

El domingo que fui no hicieron un servicio “normal”, tenían el 186 ciclo de


conferencias anuales a nivel mundial, conferencias que se transmiten desde el
Centro de conferencias de Salat Lake, Utha, Estados Unidos; donde se reúnen
todas las autoridades de la iglesia y los profetas a dar testimonios e información
de lo trascurrido en el año.

La iglesia es pequeña si se le compara con las grandes catedrales que estamos


acostumbrados a ver con los católicos, pero grande si se le compara con los
salones que tienen algunos centros de los Testigos de Jehová. La iglesia es
blanca, con puertas de madera sólo para el salón sacramental, que se encuentra
en el centro, con pequeños jardines cuidados y limpios; alrededor de éste se
encuentran los salones, blancos, espaciosos, con mucha iluminación, pizarrones
y sillas para poder tomar “clases” de acuerdo a la pequeña organización a la que
pertenezca dependiendo la edad, sexo y el estado civil de la persona. No pude
ahondar más respecto a la organización de la iglesia, puesto que en cinco
domingos se iban a transmitir dichas conferencias. Hay espacio amplio para
canchas, actividades y estacionamiento. La entrada de la iglesia está protegida
por grandes rejas.

He podido observar que todas las iglesias del mundo tratan de seguir una misma
estética, tanto para el lugar donde se da el servicio religioso, como para los
miembros de la iglesia.

Dentro del salón sacramental, donde desde un proyector y una pantalla se


transmitieron las conferencias, seguían la misma lógica de marcar jerarquías, un
espacio amplio, blanco, pulcro, sin imágenes, con muchas ventanas para poder
dar luz y ventilación al lugar, con dos entradas, una a la derecha y otra a la
izquierda, con puertas de madera; a lo largo hay bancas de madera para unas 6
personas aproximadamente; al frente siguiendo la estética de pequeños muros
de madera, donde al centro y un poco más alto, se encuentra un atril, y un poco
más al fondo unas bancas donde se sientan los misioneros (característicos
jóvenes que van en parejas, casi siempre uno blanco y uno moreno, vestidos
formalmente con gafetes que dicen sus apellidos), el obispo, presidentes y
quienes tengan que dar un testimonio o información ese día. Al fondo hay un
pequeño foro para cuando hay actividades de la iglesia, que si se requiere el
salón puede dividirse en dos, con una especie de biombo corredizo que lo parte
justo a la mitad.

Las mujeres van vestidas con vestidos o faldas, llevándolas de una manera
formal y limpia, modesta y recatada; los hombres van de traje, con camisas de
colores claros, en su mayoría de color blanco y corbata; al igual que las mujeres,
tratando de llevar su vestimenta y persona de forma pulcra y cuidada, de igual
forma tratan de cuidar la vestimenta de sus hijos e hijas.

En el salón sacramental la distribución de los miembros comunes, es sencilla, se


acomodan en las bancas con sus respectivas familias, algunas formadas sólo
por la madre, el padre y los hijos; y en otras van madre padre, hijos, abuelos,
tíos, etc. Por lo que pude observar, las familias más grandes son las de los
líderes de la iglesia.

En este caso las conferencias se adecúan a los horarios de todo el mundo.


Normalmente el servicio comienza a las 9:00, pero en esta ocasión se comenzó
a las 11:00 y terminó a las 13:00 horas la primera parte, se da un tiempo de dos
horas y a las 3:00 comenzó la segunda parte.

El Coro Tabernáculo de Salat Lake abrió las conferencias, un coro muy grande,
conformado por miembros de la iglesia, cantando himnos de la misma; los
himnos que se cantan en cualquier ocasión, ya sea el servicio normal,
conferencias o “clases”, tienen que ver con los temas que se traten ese día. Se
hizo una oración y el presidente del consejo de la iglesia dio inicio a la
conferencia, presentando a las personas que iban a dar sus testimonios. Se
cantó un himno, después otra de las autoridades dio un pequeño testimonio,
seguido, la presidenta de la sociedad de socorro (donde pertenecen las mujeres
casadas hasta su muerte); se cantó otro himno, donde todos se pusieron de pie,
otra autoridad pasó a testificar, se cantó otro himno y hasta el último pasó el
profeta en turno, un señor de 92 años bien conservado a dar su testimonio, se
dio cierre a la conferencia con otro himno y una oración.

Los temas que se trataron fueron pocos, pero claros y concisos y creo que
característicos de esta religión. Se exalta mucho el valor de la familia, el valor
del matrimonio como centro de apoyo para toda la familia y la importancia de
colaborar como pareja y dar buen ejemplo a los hijos. Cabe destacar que,
aunque un poco implícita, hay una división de las tareas para los hombres y para
las mujeres, sólo los hombres son o llegan a ser grandes líderes de la iglesia
tratando diversos asuntos, y las mujeres tienen valores mucho más enfocados a
la unificación y valor de la familia. Se habló sobre la importancia de mantener
fuerte la fe y ver la culpa como una forma de protección y no de castigo, al ser
perdonados los pecados, la culpa es para recordar que dicho pecado ha traído
dolor y por ende no volver a cometerlo.

Dentro de estos temas, pude observar que hay marcados puntos que parecen
implícitos, o que los miembros de la iglesia los toman de una manera diferente,
como lo son entablar acciones que nos conecten con lo divino, con Dios. Uno de
estos líderes habló de cómo saber que se está siendo un buen miembro y
aunque pareciera que con hacer grandes acciones ya se tiene ganada la vida
eterna, mencionó que la verdad sólo se necesitan hacer pequeñas acciones que
tenían que ser “acciones continuas y repetidas”, con esta frase se puede ver
claramente una de estas características del ritual para poder hacer conexiones
con Dios, con lo divino. Se habla de las formas y la importancia de servir a Dios
y de hacer convenios con Él, pues no sólo basta con tener fe, e ir a la iglesia,
sino a través de acciones y de obediencia, acatando y respetando las leyes de
la misma, es como uno tiene ganada esta vida eterna junto a Dios, pues es la
mayor dicha poder servir en el reino de Dios por toda la eternidad.

Como ya he mencionado, lo más importante y de peso que se puede ofrecer a


Dios es ser obediente, no sólo como miembro de una familia, sino como hijo de
Éste, de respetar las leyes de la iglesia y estudiar las escrituras, en este caso la
biblia y el Libro de Mormón. Obediencia es una palabra muy usada y mantiene
un carácter estricto para ser miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días.

Algo muy curioso que me pasó es que el presidente y su familia se acercaron a


mí para preguntarme de dónde era, cómo me llamaba, dónde vivía y me pidieron
mi número para estar en contacto conmigo; me presentaron con las misioneras,
dos chicas, una alta, delgada de cabello rubio y ojos azules, que me pareció que
no hablaba español, pues las conferencias estaban traducidas y ella usaba
aparte unos audífonos para poder hacer anotaciones; la otra era un poco más
baja, morena de ojos claros, cabello crespo y rasgos negroides, me explicaron
más o menos la dinámica de la iglesia; aunque fue un servicio diferente donde
no pude ver muy ampliamente las organizaciones de ésta religión, la bienvenida,
la pequeña plática y el ambiente de amabilidad me hicieron sentir con una
especie de deuda, de regresar otro domingo y prácticamente de ser miembro de
ésta.

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