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técnicas de
mejora de la
comunicación
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Actividades.......................................................................................... .. 34
© Universitat Oberta de Catalunya 3 Estrategias y técnicas de mejora de la comunicación
1. La comunicación
Para que todo esto se produzca, el emisor debe tener unos objetivos que
debe haber definido con claridad, puesto que de lo contrario podrían expo-
nerse de forma ambigua, sin ningún tipo de control por parte del emisor. Es
en este punto dónde se encuentra la primera fuente de error y distorsión en
la comunicación, puesto que a menudo no se plantean los objetivos concre-
tos en los actos comunicativos, hecho que además de dificultarlos, impide
que se puedan valorar objetivamente los resultados, dejando vía libre a las
impresiones y las interpretaciones.
En relación con este punto, hay que tener en cuenta que hay ocasiones en
que el código que se utiliza para la transmisión y comunicación efectiva con
el receptor es diferente al empleado por la codificación (diferentes idiomas o
lenguajes). Es a partir de la retroalimentación o feedback por parte del recep-
tor que se tiene constancia de la efectividad de la codificación, del uso co-
rrecto del código.
CONTEXTO Canal
Mensaje
Emisor Código Receptor
Retroalimentación
RUIDO
© Universitat Oberta de Catalunya 8 Estrategias y técnicas de mejora de la comunicación
3.- La naturaleza de una relación depende de la forma en que los que inter-
vienen puntualizan la secuencia: En el proceso de comunicación, cada inter-
vención supone un estímulo para el otro participante. Cada participante
pondrá más énfasis, o dará más importancia a determinados contenidos.
4.- Las personas establecen una comunicación tanto verbal como no verbal:
Utilizamos la comunicación verbal, regulada por normas sintácticas y grama-
ticales, y una comunicación no verbal, constituida por los gestos, la postura,
la respiración... El contenido verbal es más preciso, más complejo. El com-
ponente no verbal resulta más ambiguo pero a su vez, puede ser más aclara-
dor.
a) Componentes no verbales:
gestos con tres partes de la cara: la frente/las cejas, los ojos/los párpados y la “Vuestro rostro, mi señor, es un
libro donde los hombres pueden
boca/la parte inferior del rostro. La manifestación de los diferentes senti- leer extrañas cosas” (W.
Shakespeare, Macbeth, acte1)
mientos es el resultado de la combinación de las diferentes posibilidades de
gestos con cada una de las tres regiones descritas.
Fruncir el cejo, por ejemplo, apretar los labios o mirar de reojo, indica triste-
za o rabia. Abrir la boca y subir las cejas, expresa sorpresa, etc…
Por otro lado, el hecho de entrar en contacto ocular con alguien que acaba
de entrar en un lugar o que está buscando algo, funciona como bienvenida o
puede indicar hacia dónde debe dirigirse.
La distancia entre los hablantes se establece según los tipos de relación exis-
tente y el su grado de aceptación, de manera que cuanto más cercanos estén
mayor es el grado de confianza entre ellos, resultando inconvenientes dis-
tancias no admitidas por ambas partes.
7.- Los gestos: Básicamente hacen referencia a los gestos hechos con las ma-
nos y que sirven para dar apoyo al contenido del discurso.
Los movimientos de las manos actúan como ilustradores del mensaje verbal,
dando énfasis y demostrando estados emocionales, normalmente de manera
inintencionada. La forma de realizarlos, rápidamente o lentamente, conti-
nuados o en momentos puntuales, será la clave a partir de la cual se sacarán
conclusiones sobre nuestro estado emocional.
demás sobre el atractivo, la personalidad, la clase social, el estilo... Es un “En las uñas de las manos, en
elemento muy importante a tener en cuenta puesto que una buena primera las mangas de la chaqueta, en
las botes, en las rodilleras de
impresión comporta muchas consecuencias positivas para la comunicación. los pantalones, en las duricias
del índice y del pulgar, en la
expresión, en los puños de la
camisa, en todo esto se delata
9.- Las automanipulaciones: Hablamos de automanipulaciones cuando to- sin tapujos la profesión de un
camos nuestro propio cuerpo. Son movimientos que no planeamos, como hombre o de una mujer. Es
prácticamente inconcebible
tocarnos el cabello, frotarnos la nariz, estirar el cuello... que suelen ser inter- que todo esto son
proporciones pistas al
pretados como señales de incomodidad y angustia. observador.”
b) Componentes verbales
• Huir de los clichés, es decir, eliminar las frases hechas que si en algún
momento disfrutaron de cierto valor, a base de repetirse, se han “gastado”
y ya no significan nada.
• Ir con cuidado con las amplificaciones, tanto si son reiterativas como si
pretenden que una frase tenga una mayor amplitud. Por ejemplo, “quedo
sorprendido, paralizado, atónito, estupefacto”.
2.- El humor: El humor puede ayudarnos que los demás se interesen a inter-
actuar con nosotros, independientemente del tema que se esté tratando,
puesto que consideren que es una experiencia positiva. Cabe tener en cuenta
que un abuso de este recurso resulta pedante e incluso desagradable.
3.- La atención personal: Son las muestras concretas de interés hacia los
demás, bien por sus ideas, o sus pensamientos, o emociones... La consegui-
remos combinando diferentes elementos: hacer preguntas, mirar cuando se
nos habla, dejar terminar de hablar, no interrumpir... pero siempre centran-
do el interés en la otra persona y no en el tema.
Pese a esta adaptación, muchas palabras de uso habitual pueden causar re-
chazo si se abusa, si se utilizan en un contexto inadecuado, o por el tono
inapropiado con que se pronuncian. Si revisamos nuestras reacciones hacia
la comunicación de los demás nos daremos cuenta que hay algunos térmi-
nos que causan desprecio.
c) Componentes paraverbales
Existen una serie de sonidos que no tienen ningún significado y que hace
falta incluir en este bloque. Son las denominadas muletillas; palabras como
“eh”, “bien”, “mmm”, “o sea”... que pese a tener significado no se utilizan
con su sentido literal.
El volumen puede servir para poner más énfasis en algunas partes del discur-
so, mediante el uso de cambios para evitar la monotonía. También puede
transmitir las emociones del hablante (como entusiasmo si se eleva o tristeza
si se baja).
Hay que tener en cuenta que se ha de adaptar el volumen del discurso tanto
a las dimensiones de la sala (cuanto mayor, hace falta más volumen) como la
cantidad de público (a más público, volumen más alto).
En general, podemos decir que se habla con menor velocidad cuando los
oyentes están poco familiarizados con el asunto que se trata, o cuando su
nivel intelectual es muy variado. En cambio, si se trata de un tema superfi-
cial, que puede seguirse fácilmente, se hablará con mayor velocidad que si se
trata de una cuestión más seria. Es necesario que la velocidad se ajuste al tipo
de pensamiento o sentimiento que el orador trata de transmitir. El nervio-
sismo ante una situación comunicativa hace que se tienda a acelerar la velo-
cidad de las palabras, por lo cual, hace falta retardar el discurso con el fin de
evitar parecer ansiosos.
8.- Las pausas y los silencios: Las pausas sirven para puntuar los pensamien-
tos. Las pausas de diferente duración nos ayudan a separar las palabras pro-
nunciadas en unidades que tienen un significado en conjunto. La pausa
permite realizar fácilmente las inflexiones de la voz, el cambio de tono y de
ritmo y en definitiva, contribuye, si se hace un buen uso, a mantener más
viva la atención.
2. La escucha activa
aprender a escuchar. Pero, ¿Sabemos escuchar? ¿Tenemos la disposición ade- “Tenemos dos orejas y una sola
boca, justamente para escuchar
cuada para hacerlo? ¿Qué impide escuchar con atención lo que se está inten- más y hablar menos”.
tando transmitir?
Para lograr una comunicación verdaderamente eficaz, hay que saber escu-
char de forma eficaz. No es lo mismo oír que escuchar. Se puede oír lo que se
está transmitiendo sin escuchar, sin poner atención. Oír es simplemente
percibir las vibraciones del sonido; mientras que escuchar es entender, com-
prender o dar sentido al mensaje. La escucha efectiva debe ser necesariamen-
te activa a sobre la actitud pasiva. La escucha activa implica, por otro lado, la
empatía, es decir saber ponerse en el lugar del otro.
Se puede definir como el esfuerzo físico y mental del receptor para escuchar
con atención la totalidad del mensaje que se emite, tratando de interpretar
su significado correcto, indicando al emisor mediante la retroalimentación
de la comunicación que se le está escuchando y entendiendo. Así pues, la
escucha activa es tratar que se cumplan todos los pasos del proceso de co-
municación, de forma que el receptor tome una postura activa a la vez que el
emisor elabora y transmite el mensaje
En primer lugar, exige la atención a la totalidad del mensaje, hecho que su-
pone concentrarse en la actividad de escuchar y no en otras cosas. Recorde-
mos que el mensaje integra los aspectos verbales, no verbales y paraverbales,
© Universitat Oberta de Catalunya 21 Estrategias y técnicas de mejora de la comunicación
es necesario pues, estar atento a toda esta cantidad de elementos para conse-
guir una comunicación eficaz.
Por otro lado, la escucha activa otorga una importancia capital a la retroali-
mentación, en el sentido que a partir de esta es el receptor quien se preocupa
de superar las dificultades del emisor por hacerse comprender. El receptor
pide al emisor aclaraciones sobre el contenido o el significado del mensaje.
Los dos actores del proceso de comunicación adoptan una postura activa y se
esfuerzan a comunicar y a recibir el mensaje de la forma más eficiente posi-
ble para que el emisor pueda conseguir sus objetivos. En definitiva, los dos
trabajan por comunicar en el sentido más estricto del término.
1.- Mostrar empatía: Hay que escuchar activamente las emociones del emisor
y ponerse en su lugar. Esto no significa aceptar ni compartir lo que está di-
ciendo, sino demostrar que el receptor está atento a los contenidos, que
comprende lo que dice y que es capaz de hacerse cargo de sus opiniones.
La empatía supone ser respetuoso con el discurso del interlocutor, sin inte-
rrumpirle y dejándole hablar. Es aconsejable mantener, si es posible, algún
tipo de contacto físico con el emisor para demostrar que se está compren-
diendo lo que está diciendo. Se deben de respetar los silencios y expresar
verbalmente la aceptación. Con el fin de demostrar esta actitud, se pueden
emplear frases cómo: “Entiendo el que dices y lo que sientes”, “Me doy
cuenta que ... y comprendo tu actitud...”
2.- Parafrasear: Significa expresar con las propias palabras lo que el emisor
está exponiendo. Hay que tener en cuenta que se debe hacer un buen uso de
este recurso, sin hacer anticipaciones de lo que se cree que el interlocutor
dirá a continuación. Se ha de evitar, por otro lado, interrumpir en exceso al
otro, para mantener el hilo conductor del discurso.
4.- Resumir: Al realizar resúmenes con frecuencia de aquello que se está es-
cuchando, por un lado, se demuestra al emisor interés y atención por el te-
ma; y por otro lado, se asegura que el mensaje se ha recibido tal y como se
pretendía transmitir. Esta técnica permite evitar errores y malas interpreta-
ciones y contribuye a disminuir la angustia entre los actores de la comunica-
ción puesto que asegura la comprensión del mensaje.
Pese a la importancia de la escucha activa, cuyo uso es básico para lograr una
comunicación efectiva, existen una serie de obstáculos que dificultan su
aplicación de forma generalizada.
4.- Barreras del entorno: Por un lado, son los obstáculos relacionados con el
contexto comunicativo como los ruidos (de maquinas, del tráfico, de otras
personas, etc.) debidos a una falta de aislamiento acústico; una climatización
inadecuada (frío o calor excesivos); una iluminación insuficiente o excesi-
va...y en general cualquier tipo de circunstancia que no sea cómoda desde el
punto de vista físico.
Por otro lado, están las barreras que afectan el receptor: cansancio físico o
psicológico; enfermedades o falta de condiciones físicas adecuadas que difi-
cultan la práctica correcta de la escucha activa.
© Universitat Oberta de Catalunya 23 Estrategias y técnicas de mejora de la comunicación
Lógicamente, pocas veces se encontrará una persona que reúna todas las
características de un estilo determinado. Nunca tendremos el perfil comple-
to, puesto que nadie es totalmente perfecto o imperfecto.
En general, las personas caracterizadas por este estilo, son personas inhibi-
das, que viven preocupadas por satisfacer a los demás, dejando de lado sus
propios intereses. Son personas que rehúyen por todos los medios el enfren-
tamiento con los demás. Respetan a los demás de forma extrema pero no se
respetan a ellas mismas y habitualmente anteponen los deseos y las opinio-
nes de otros a los suyos propios.
a) Elementos no verbales
b) Elementos verbales
• Uso de frases condicionales.
• Evitar el uso de afirmaciones contundentes.
• .Frecuente utilización de palabras y expresiones como “quizás”, “su-
pongo”, “me pregunto”, “realmente no es importante”, “no te moles-
tes”...
• Formular pocas preguntas.
• Responden a las preguntas que se les plantean con pocas palabras, in-
tervenciones muy breves.
• Abuso de monosílabos.
c) Elementos paraverbales
• Volumen de voz bajo.
• Tono de voz muy monótono.
• Escasa fluidez verbal, habla entrecortada, alargamiento anómalo de al-
gunas sílabas (generalmente la última), tartamudeo.
• Velocidad de habla muy rápida o demasiado lenta.
• Claridad muy baja debida al volumen de voz bajo.
• Breve duración de las intervenciones, silencios.
• Nunca toman la iniciativa de comunicar.
Elementos de comunicación:
a) Elementos no verbales
• Expresión facial seria.
• Mirada directa, fija.
• Ausencia de sonrisa.
• Postura intimidatoria.
• Orientación del cuerpo enfrentada.
• No respeta la distancia con el interlocutor, invade el espacio del otro.
• Gestos abundantes y amenazadores.
b) Elementos verbales
• Contenido imperativo y amenazador.
• Habla contundente. Atención personal escasa o nula.
• Frecuente utilización de insultos y palabras mal sonantes.
• Lenguaje machista, sexista y homófobo.
• Intervenciones muy largas, responde a muchas preguntas a la vez.
Monopoliza la comunicación.
• Respuestas sin relación a la pregunta.
c) Elementos paraverbales
• Volumen de voz bastante alto.
• Tono de voz muy monótono pero alto.
• Habla fluida.
• Velocidad de habla muy rápida.
• Claridad escasa.
• Tiempo de habla excesivo, desproporcionado.
• Ausencia de pausas y silencios.
• Latencia de respuesta muy rápida.
Elementos de comunicación:
a) Elementos no verbales
• Expresión facial amistosa, agradable.
• Contacto ocular directo y sincero.
• Sonrisa frecuente.
• Postura derecha.
• Orientación del cuerpo frontal.
• Distancia adecuada con el interlocutor, con posibilidad de contacto
físico.
• Gestos abundantes, firmes pero no bruscos.
b) Elementos verbales
• Contenido directo y claro.
• Atención personal abundante.
• Uso de refuerzos verbales.
• Lenguaje positivo.
• Formulación de preguntas variadas y frecuentes.
• Respuestas correctas a las preguntas planteadas.
c) Elementos paraverbales
• Volumen de voz adecuado.
• Entonación variada y agradable.
• Habla fluida.
• Velocidad de habla ajustada, más bien pausada.
• Claridad correcta.
• Tiempo de habla proporcionado.
• Pausas y silencios bien empleados.
• Latencia de respuesta suficiente.
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Para esta técnica, que es una de las más utilizadas, es muy importante con-
trolar el tono de la voz con que se emite la respuesta, puesto que si se habla
de forma dura y contundente o excesivamente violenta, puede suscitar agre-
sividad en el interlocutor. El tono debe ser tranquilo y hasta ligeramente
reflexivo, como meditando las palabras que nos dice el otro. (De hecho,
quizás conviene realmente reflexionar sobre si la persona está teniendo
razón, con su crítica)
6.- Técnica del acuerdo asertivo: Muy similar al banco de niebla, pero va
algo más allá, puesto que no se limita a ceder terreno sin más comentarios,
© Universitat Oberta de Catalunya 30 Estrategias y técnicas de mejora de la comunicación
sino que deja claro, además, que una cosa es el error cometido y otra el
hecho de ser buena o mala persona. Consiste en admitir el error o el conte-
nido de la crítica, pero separándolo de nuestra calidad humana. Es importan-
te mantener el tono sereno, evitando ponerse a la defensiva y enfadarse.
Resulta útil en situaciones en que reconocemos que la otra persona tiene
razón, pero no admitimos la forma de decírnoslo.
Por ejemplo:
- Tú tienes la culpa que llegáramos tarde, como siem-
pre.
(Acuerdo asertivo) - Tienes razón, llegamos tarde por culpa mía. Pero
sabes que, normalmente, no acostumbro a ser im-
puntual.
8.- Técnica de la ironía asertiva: Se trata de una técnica algo peligrosa, pues-
to que puede suscitar la ira del interlocutor. Consiste en utilizar la ironía
respondiendo positivamente a cualquier crítica hostil.
Hasta ahora hemos hecho alusiones al hecho de que es necesario tener una
conducta comunicativa asertiva: como emisores, hay que exponer el mensaje
(opiniones, sentimientos, argumentos) de forma que se respeten los derechos
de los dems. Como receptores, se debe de tener un comportamiento conside-
rado hacia el emisor, como hacia a su mensaje.
Actividades
Unidad 1: La comunicación
2. Elabora tres diálogos de 50 líneas cada uno en los cuales se apliquen las
distintas técnicas de asertividad en las discusiones.