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Emoción, sociabilidad y lenguaje

Una reflexión teórica acerca de la emoción como capacidad cognoscitiva


superior

Resumen

El presenta articulo pretende a través de una revisión teórica, establecer los primeros esbozos parta
la elaboración de un modelo que permita establecer cuál es el papel de la emoción como capacidad
cognoscitiva superior en el origen del lenguaje doblemente articulado que es propio y único de
nuestra especie. Para lo cual se establece la necesidad de explorar de manera general tres ejes
principales: Primero explorar la naturaleza de los emocionales en primates como capacidad
cognoscitiva que aporta una ventaja adaptativa en el ámbito individual y grupal. Segundo, establecer
el papel de la emoción en la estructuración y regulación de la dinámica de los procesos sociales en
grupos complejos, especialmente entre primates superiores, para terminar delineando de manera
general nuestra posición acerca de cómo la emoción jugo y juega un papel central en los procesos
evolutivos que dan origen al lenguaje doblemente articulo.
En el presenta articulo se analizan de manera general los dos primeros componentes de esta
propuesta. Como consideración especial se aclara al lector que este es solo un esbozo que bajo
ninguna perspectiva pretende describir los fenómenos tratados de manera exhaustiva, es más bien
un intento por organizar una discusión personal al respecto.

Palabras clave

Emoción, cognición, evolución primate, ventaja adaptativa, sociabilidad, estructura de grupo, ciencias
cognoscitivas.
Emoción, sociabilidad y lenguaje

“Las emociones son estados internos de los organismos superiores que regulan
de manera flexible sus interacciones con el entorno y sus relaciones sociales”
(R. Adolph, p 137, 2002)

Al iniciar la discusión sobre un tema tan complejo como este siempre es difícil organizar los temas de
forma que se entrevea una hilo conductor, siempre saltan algunas preguntas que es útil intentar
aclarar de forma que se valla estableciendo una terminología común que permita avanzar en la
discusión, a tal fin podríamos iniciar la discusión planteando algunas preguntas clave, las cuales
serán la base de nuestra argumentación.

1. ¿Qué es una emoción?


2. ¿Qué estados pueden considerarse emociones?
3. ¿Para qué sirven las emociones?
4. ¿Qué tipo de conocimiento proporcionan al individuo?
5. ¿Cuál es el papel de la emoción en la interacción entre individuos?
6. ¿Cómo opera la emoción en la interacción del individuo con el grupo y viceversa?

Atendiendo a estas inquietudes autores como R. Adolph inician su discusión sobre la naturaleza de
las emociones planteando que “Con objeto de estudiar las bases neuronales de las emociones,
podemos dividirlas en tres clases de procesos diferentes, aunque relacionados: (1) las respuestas
fisiológicas y neuronales activadas por estímulos emocionalmente relevantes (los cambios en el
sistema nervioso autónomo, la actividad endocrina, la excitación o la atención son respuestas de este
tipo), (2) el reconocimiento y evaluación del significado emocional del estímulo (es decir, el
conocimiento de la emoción) y (3) la experiencia emocional provocada por el estímulo (también
conocida como sentimiento).” (R. Adolph, p 137, 2002)

Sin embargo como vemos aquí se nos plantea una aproximación neuroanatómica centrada en el
individuo la que es tema obligado de nuestra discusión pero que no es nuestro foco de interés en el
presente trabajo.

Nos gustaría iniciar esta discusión planteando las primeras líneas de interrelación que consideramos
son esenciales, es decir, emoción y su relación con la sociabilidad, tratándolas con cierta libertad y
con el compromiso de tratar de sistematizarlas mejor en futuras discusiones.

Una primera dimensión que nos permite acercarnos a la utilidad de la emoción como mecanismo
dentro del entorno social de un grupo complejo, es considerar a las emociones como sistemas de
regulación de la interacción social, es decir, una especie de aprendizaje basado en heurísticas para la
toma de decisiones.

“Los organismos vivos disponen de mecanismos perceptivos que les permiten reconocer aquellos
estímulos que son significativos para su supervivencia: para obtener comida, para protegerse de un
ataque, etc. Pero la percepción cubre sólo una parte del problema. La percepción tiene A como objeto
reconocer los estímulos, saber que son. Esto no es suficiente para un ser vivo. Además, necesita
saber si esto que ha percibido (que ya ha reconocido) le es útil y favorable para su supervivencia o
no. ¿Qué mecanismos tienen los seres vivos para determinar si lo que han percibido es favorable
para su supervivencia o no?” (E. Barrull, C. Pons y P. Marteles, 1998, pg. 3)

En medio de los complejos mecanismo de regulación de las relaciones entre miembros de un grupo,
la emoción se presentaría como un mecanismo de anticipación, regulación y control de la interacción;

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En donde, parafraseando un lenguaje conductual ”las distintas recompensas y castigos” asociados a


nuestra interacción con otros individuos, en relación a la posición jerárquica dentro de un determinado
grupo, nos permite construir una representación del universo de relaciones, y así nos servimos de
ellas “para regular la homeostasis y la interacción del organismo con el entorno; por otra parte, las
emociones están asociadas a comportamientos sociales complejos, a estados como la culpa, los
celos y la vergüenza, que cumplen funciones similares respecto del entorno social” (R. Adolph, p 187,
2003)

V.J. Wukmir en la década de los 60 planteó “La emoción es una respuesta inmediata del organismo
que le informa del grado de favorabilidad de un estímulo o situación. Si la situación le parece
favorecer su supervivencia, experimenta una emoción positiva (alegría, satisfacción, deseo, paz, etc.)
y sino, experimenta una emoción negativa (tristeza, desilusión, pena, angustia, etc.). De esta forma,
los organismos vivos disponen del mecanismo de la emoción para orientarse, a modo de brújula, en
cada situación, buscando aquellas situaciones que son favorables a su supervivencia (son las que
producen emociones positivas) y alejándoles de las negativas para su supervivencia (que producen
emociones negativas).
Entonces un modelo de emoción centrado en la sociabilidad de grupos complejos necesariamente
debe contemplar los dos ámbitos de utilidad de la emoción, la ventaja adaptativa para el grupo y la
utilidad individual para cada uno de sus miembros, en este sentido refiriéndose específicamente a la
emoción R. Adolph señala; “Los organismos complejos han desarrollado cerebros que construyen
modelos internos del mundo para interaccionar de manera flexible con un entorno cambiante. Estos
modelos tienen dos componentes que no pueden faltar: (1) una representación del entorno interno (es
decir, una imagen de uno mismo) y (2) representaciones del entorno exterior (incluidos los individuos
que constituyen el entorno social). El organismo tiene que representarse a sí mismo y su entorno de
manera simultánea, debido a la interacción que existe entre ambos. De este modo, las emociones
implican diversas funciones del sistema nervioso que relacionan las representaciones del entorno
exterior con su valor e importancia para el organismo.” (R. Adolph, p 206, 2003)

En este sentido la cantidad de información aportada por el grupo y los procesos de filtrado y
organización de la misma para la toma de decisiones, requiere de sistemas de procesamiento
extremadamente complejos y esto explicaría la gran cantidad de sistemas neurales asociados a los
procesos emocionales que van desde los circuitos amigdarales e hipocampales de temprana
aparición evolutiva asociados a los procesos emocionales básicos, así como también la gran cantidad
de noecortex dedicado en los primates superiores al procesamiento e interpretación de emociones,
un ejemplo especifico lo representa la cantidad y especialización de estructuras de dedicadas al
reconocimiento y procesamiento de rostros. 1

En el ámbito de las neurociencias autores tan importantes como A. Damasio y P Churchland señalan
la eficiencia de los sistemas nerviosos de los primates en el reconocimiento de rostros, así como de la
cantidad de funciones y estructuras cognitivas a nivel neurológico que destinamos como especie a
esta tarea.

1
La percepción y el reconocimiento facial podría constituir una capacidad comportamental única e implicar a circui tos neurológicos que
podrían ser selectivamente dañados. La singularidad de las caras podría ser el resultado de su intrínseco significado comportamental y del
hecho de que difiere estructuralmente de la mayoría de las clases de objetos, precisando diferentes estrategias perceptivas (como la
codificación basada en configuraciones arquetípicas), que se pierden selectivamente en la prosopagnosia...el procesamiento de rostros
representa la adquisición de HABILIDADES asociadas con experiencias muy prolongadas ante categorías de estímulos visuales complejos
(Carey, 1992). La idea cada vez más aceptada respecto a que las caras constituyen una variedad de estímulos diferente junto con las
evidencias en favor del procesamiento por componentes, ha dado lugar a explicaciones teóricas del reconocimiento de caras asociadas a
los postulados básicos de la NEUROCIENCIA COMPUTACIONAL. Por ejemplo, utilizando la noción del modelo computacional desarrollado por
David MARR, Bruce y Young (1986) analizaron el procesamiento de caras como un conjunto de siete tipos de códigos de información (o
representación). En el esquema de estos autores, que se ajusta razonablemente bien con las disociaciones neuropsicológicas, el
reconocimiento de las caras cotidianas supone el uso de códigos "estructurales" para acceder a información semántica específica de la
identidad, y, finalmente, la vinculación de un nombre a un percepto. Otros hallazgos teóricos recientes han modelado el reconocimiento de
caras utilizando arquitecturas de redes neuronales artificiales derivadas del procesamiento distribuido en paralelo que explica los sistemas
complejos. (MITECS 1999, pg. 1224)

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Dentro del tema de la utilidad social de la emoción, no podemos negar que la emoción es un
elemento esencial en los procesos comunicativos, en particular para Homo Sapiens Sapiens.

En nuestro estado actual de desarrollo evolutivo, el papel de la emoción en el tráfico conversacional


humano cotidiano es tanto o más importante que la cadena fónica que produce el hablante,
particularmente en lo que se refiere a la interpretación adecuada del significado que se desea
transmitir. Esto es así, a tal punto que los elementos paralingüísticos como la gestualidad y la
entonación no sólo lo complementan, sino que lo modulan, administran, reelaboran, resignifican, y
determinan el contenido de lo que se desea transmitir, tanto, que en ausencia de estos elementos la
comunicación se vuelve incompleta, entrecortada e ineficiente, produciéndose interpretaciones
inadecuadas del contenido que se desea conocer.

Ahora bien, traslademos el foco de la discusión al plano del entorno comunicativo de primates no
humanos, una habilidad que en Homo Sapiens Sapiens podemos considerar “complementaria”2 en el
ámbito lingüístico, como la interpretación de lenguaje no verbal, en primates carentes de lenguaje
doblemente articulado se vuelve crucial, en estos grupos no podemos afirmar que sea una habilidad
secundaria: “El análisis y la retención de imágenes faciales es una habilidad de considerable
importancia en los primates. Su valor en la supervivencia se refleja en nuestra extraordinaria memoria
para reconocer caras, en la preferencia visual que muestran los niños ante estímulos faciales y en
nuestra increíble sensibilidad para detectar diferencias sutiles entre caras. (MITECS 1999, pg 348)

El papel que desempeñan la expresión y reconocimiento de la emoción en la comunicación humana


es innegable; la codificación, decodificación e interpretación de los estados emocionales de un
interlocutor a partir de los gestos, su entonación, sus movimientos, es evidente. En un calculo muy
conservador G. Beattie y H. Shovelton de la Universidad de Manchester, establecen que cuando las
personas ven los gestos de alguien que está narrando una historia, captan la información entre un
10% y un 30 % más exactamente, que cuando sólo escuchan la voz.

La cantidad de información transmitida he interpretada incrementa mucho mas aún en una


conversación ordinaria o en situaciones en donde por alguna razón la utilización de elementos
lingüísticos se ve limitada, por ejemplo una emboscada a miembros de otra tropa humana durante
una guerra, durante la cacería o en algunas expresiones artísticas como la danza, el teatro o el mimo.

Pero en que radica la importancia de poseer un interlocutor que nos retroalimente con su gestualidad,
¿Qué información derivamos del rostro? ¿Cuales son las pautas?, ¿Que es lo que necesitamos del
otro para sentirnos a gusto o disgusto en una conversación? ¿Existen componentes mínimos
asociados a esta gestualidad?, algunas de esta pregunta podrían parecer triviales y no necesitamos
de investigación avanzada para dar cuenta de ellas y pienso que esa "trivialidad y obvibiedad" son las
que han desalentado la investigación en este sentido.

La retroalimentación gestual de un rostro humano que nos responda durante un proceso de


comunicación siempre es vital, el movimiento ocular, el contacto visual, el movimiento de ciertos
músculos faciales, contracciones de la nariz, el gesto típico de una persona, etc., son cosas que nos
ofrecen mucha y muy valiosa información acerca de su estado anímico y genera toda una serie de
pautas que regulan los intercambios e información y las dinámicas y roles dentro de un grupo social.

En las conversaciones humanas cara a cara tenemos un interlocutor que nos observa y al cual
observamos, existe una pauta de retroalimentación permanente y por lo menos biunivoca entre dos
seres humanos que conversan.
2
En una perspectiva moderna y cognoscitiva de análisis del lenguaje en especial en su dimensión pragmática de ninguna forma se puede
reducir la gestualidad, la entonación y demás elementos paralingüísticos a elementos meramente ornamentales o complementarios, la
utilización del termino solo enfatiza el peso especifico tradicionalmente otorgado al análisis de la producción fónica versus otros elementos
necesarios para el análisis del fenómeno del lenguaje.

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Hacemos hincapié en la gestualidad y otros elementos paralingüísticos como vehículos de expresión


emocional, pues partimos de que estos estuvieron presentes en las dinámicas de interacción grupal
de los primates y homínidos antiguos antes de la aparición de una fonología y sintaxis articulada.

Algunos lingüistas han argumentado que la estructura actual del lenguaje humano no es algo que
pudiese haber evolucionado lentamente y que, por lo tanto, debía haber aparecido en el homínido en
algún punto de nuestra historia, quizá con el surgimiento del Homo sapiens sapiens, en algún
momento entre 150.000 y 40.000 años aproximadamente.

En este punto particular es fuente de desacuerdo en paleoantropologia desacuerdo, si analizamos


todo el sustrato biomecánico, neuroanatómico y cognoscitivo desde una perspectiva estructural y
funcional que acompaña la aparición de la capacidad lingüística en Homo sapien sapiens no puede
ser el producto de un salto evolutivo veloz, resultado de una mutación unícausal o del efecto
monolito,3 en un determinado momento de nuestro pasado reciente.

Todo la evidencia paleó antropológica referida a nuestro desarrollo tecnológico, recogida hasta el día
de hoy, apunta a un desarrollo cognoscitivo acompañado de rudimentos lingüísticos, por lo menos
para el genero homo, lo que coloca el extremo temprano de los orígenes del lenguaje varios millones
antes del la aparición de nuestra especie, esto representa una larga carrera evolutiva, que culminaría
con la salida de HSS de África como C. Dalton sugiere “toda la arquitectura del lenguaje, con
excepción de la gramática -que estaba en curso-, se encontraba ya en su lugar antes de la salida de
África del homo sapiens moderno hace ochenta mil años.” (C. Dalton, pg 93, 2003).

Investigaciones como las de M. Corballis, de la Universidad de Auckland N.Z. presentan una opinión
que apoya esta idea; trabajando con niños humanos y otros primates, ha llegado a una interpretación
respecto del papel de los gestos en el desarrollo del lenguaje: los gestos que realizan los ciegos de
nacimiento y los movimientos que hacemos con las manos cuando hablamos por teléfono o nos
dirigimos a un auditorio o interlocutor solitario, expresan que el acompañamiento gestual podría estar
de alguna forma pre alambrado genéticamente dentro de la capacidad de comunicación, apuntando a
que existe un profundo vínculo evolutivo entre el habla y los gestos.

De acuerdo con Corballis, nuestros gestos no sólo son un complemento del habla, fueron el primer
método de comunicación. El habla evolucionó a partir de este antiguo hábito que no desaparece
porque una persona nazca ciega. Las imágenes del cerebro han mostrado que el área de Broca se
encuentra activa no sólo cuando se habla sino también cuando se mueven las manos.

A la inversa, las áreas motoras y premotoras se activan con las tareas del lenguaje incluso cuando
esas actividades han sido despojadas de su aspecto motor, por ejemplo, durante la lectura silenciosa,
y particularmente por palabras que tienen un fuerte componente gestual, como los verbos y los
nombres de herramientas.

Un vínculo más directo entre el movimiento y el significado se encuentra en un grupo de células


cerebrales conocidas como neuronas reflejo, las cuales se activan no sólo cuando un mono hace un
movimiento en particular, sino también cuando ve a otro haciendo lo mismo.

Esas neuronas se encuentran en una región del cerebro de los monos, que corresponde al área de
producción del lenguaje en el cerebro humano, y es posible que esas células sean la clave que
permite a los individuos comprender los gestos de otros, la evolución que hizo posible el lenguaje.

“Los monos nacen con la capacidad de reconocer la importancia de distintas expresiones faciales, si
bien la respuesta justa a estas expresiones depende de la experiencia y la formación. Hay neuronas
3
Como lo presenta Kubric en Odisea del espacio 2001.

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cerebrales individuales que se disparan de modo preferente cuando el mono ve los ojos o la boca de
otro mono. Existe incluso un tipo de célula cerebral que responde de modo específico a la postura
agachada o de reverencia. Las expresiones faciales y la postura del cuerpo tienen un sentido en el or-
den de los primates que es innato y no una simple convención social. La mirada del macaco de la
India que significa «ven acá» consiste en sacar la barbilla y fruncir los labios; si uno es un macaco de
la India (de cualquier sexo) es importante conocer desde los inicios de la carrera, el significado de
este gesto.”(Sagan, 1992, pg. 333)

Merlin Donald, psicólogo de la Universidad de Queens, en Ontario, conviene en que en algún punto
de la historia evolutiva el habla se impuso sobre los gestos como principal vehículo del lenguaje. Sin
embargo, la mímica sobrevive como un canal separado de la comunicación, incluso en la edad adulta,
en comportamientos rituales, tales como el cortejo y la danza, manifiesta Donald.” (New Scientist, pg
20, 2002)

Por su parte, Corballis no considera la mímica y el habla como canales separados, y en este punto
estoy acuerdo con el autor. Corballis considera lo gestual como una progresión de formas, y respalda
su teoría señalando la estrecha relación neurológica entre el movimiento y el habla, en este sentido
autores como F.Wilson en su libro La mano apunta a la experiencia de Harlan Lane refiriéndose al
lenguaje de señas de los sordos estableciendo que lo que existe en estos casos es una forma alterna
de expresar las mismas capacidades cognoscitivas:

“Bellugi le presento a sus sordos hablando con signos y le dijo que en su opinión, los signos, tal y
como lo ellos los empleaban debían ser un lenguaje real. Estos significaba que el generador cerebral
del lenguaje tenía que ser independiente de la forma o el medio a través del cual transmite su
mensajes.” (F.Wilson, 1998, pg. 202)

Retomemos por un momento elementos como la entonación y la prosodia 4, la entonación “puede ser
el eslabón perdido entre la estructura formal del discurso lingüístico y el componente afectivo” (Arce
Arenales, 2003), y es que la entonación marca, y marca y configura en muchos niveles, no solo
determina la fuerza expresiva de lo que se desea decir, no solo funciona para convertir una afirmación
en una pregunta, marca la ironía y sarcasmo en una frase, que en ausencia de esa especifica forma
de entonación podría resultar inocente.

“Los contornos entonativos funcionan como morfemas pragmáticos independientes. Según


Pierrehumbert y Hirschberg (1990), el contorno indica la relación que existe entre cada enunciado y
las creencias compartidas que entran en juego y que se modifican en el curso de una conversación.
Por ejemplo, un acento A marca que se quiere añadir algo a las creencias compartidas, mientras que
los acentos B marcan información que se considera prominente, pero que no se debe añadir. La
enorme variedad de los significados que se atribuyen a los patrones entonativos en su contexto surge
de la interrelación de estos factores y de los objetivos y las ideas previas de los interlocutores.” (J.
Pierrhumbert.1997)

En otras palabras la entonación (volumen, tono, velocidad) es un marcador pragmático que


determinan no solo la significación, sino la dimensión emocional de lo que se desea transmitir, lo
interesante es que no solo es un recurso que refuerza la producción fónica, sino que opera por si

4
Prosodia y entonación: El término "prosodia" hace referencia al agrupamiento y la prominencia relativa de las unidades que forman la
señal del habla. Un reflejo de la prosodia es el ritmo que percibimos en el habla. Las estructuras prosódicas se pueden describir
formalmente por medio de una estructura jerárquica en la que las unidades más pequeña son los componentes internos de la sílaba y la
unidad de mayor tamaño es la frase entonativa. La sílaba, el pie métrico y la palabra prosódica son unidades que ocupan lugares
intermedios en esta escala. El término "entonación" alude a las características de la melodía de la voz en el ámbito de los sintagmas. Los
hablantes usan la entonación para marcar la fuerza pragmática de la información en un enunciado. La prosodia restringe la manera en que
se asocia el contorno entonativo con las palabras: las variaciones en la entonación coinciden con los elementos más prominentes de la
estructura prosódica y con sus límites En consecuencia, además de damos información pragmática, las variaciones en la entonación a
menudo pueden proporcionar información al oyente sobre la estructura prosódica El termino entonación se suele utilizar, por extensión, para
referirse a las características sistemáticas de la melodía de la voz en niveles más complejos, por ejemplo, en el nivel de los segmentos del
discurso o del párrafo (Beckman y Pierrehumbert, 1986;Pierrehumbert y Hirschberg, 1990; Ladd, 1996)

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mismo, un ejemplo de esto es que cuando un chimpancé macho alfa ejecuta un exhibición de fuerza
para remarcar su posición de grupo, generalmente ejecuta una intricada coreografía corporal en la
que sube a los árboles arranca ramas, se golpea el pecho, corre desesperadamente pero no emite
ningún sonido, pues evalúa el éxito de la exhibición escuchando el volumen y la cantidad de gritos y
ululaciones de los demás miembros de la tropa, que con esto expresan la fuerza o el miedo que dicha
exhibición le produce.5

Un elemento de la pragmática comunicativa humana en donde la emoción la gestualidad y la


entonación se combinan magistral e inseparablemente es el insulto y por ende la reconciliación, que
según evidencia etológica son prácticas primates muy antiguas, a este respecto Sagan apunta:

“Una de las aplicaciones a la que se destinó el cerebro de los primates en su evolución fue recordar
los agravios. Los monos generalmente hacen las paces minutos después de pelearse, a menudo
montándose ceremonialmente uno a otro. Los chimpancés machos pueden necesitar horas o días
para ello, y las hembras desempeñan a menudo la función de conciliadoras. Pero las hembras entre
sí perdonan menos y pueden recordar los agravios durante el resto de su vida. Las personas de
ambos sexos pueden necesitar desde momentos hasta milenios. Incluso entre los monos, el
resentimiento latente contra un individuo puede ampliarse a menudo y afectar a sus parientes. Entre
las muchas formas sociales nuevas inventadas por los primates hay las enemistades heredadas y las
venganzas, que a veces se prolongan durante muchas generaciones y son una premonición de los
inicios de la historia.” .”(Sagan, 1992, pg. 333)

Por su parte De Waal descubrió a mediados de los años setenta que los chimpancés se besan y
abrazan siguiendo formas sistematizadas para reconciliarse depuse de una pelea.

Las reconciliaciones entre chimpancés son conductas comunes y llamativas. En el plano superior una
joven hembra situada en el lado derecho del dibujo se está
acercando demasiado al recién nacido de una hembra de alto
rango. Después de que la madre la haya ahuyentado dándole
una bofetada, la hembra joven grita a lo lejos, golpeándose a sí
misma con las manos en señal de clara frustración. En el plano
inferior, ha vuelto a acercarse a la madre, que le da un tímido
beso en la nariz. Después, vuelve a permitirle que se quede
cerca de ella. La existencia de conductas de resolución de
conflictos ha sido demostrada en multitud de primates. (Dibujo
del autor, publicado por primera vez en 1979.)(F de Waal, 2001.
pg. 33)

Pero por que le insulto representa de manera tan clara esta


interrelación que esta presente en toda la dinámica
comunicativa, a nuestro parecer esto se debe a su carácter
monolítico, el contenido, la forma, su significado, la gestualidad
asociada, así como la entonación, lo convierten un acto de
habla de un carácter expresivo extremadamente poderoso.

Según José Antonio Millán en “El insulto y el genio de la lengua” Aunque insultar, según el
Diccionario académico, es "Ofender a uno provocándolo e irritándolo con palabras o acciones", y
aunque puede que alguien diga en alguna ocasión "Su comportamiento era insultante", el insulto por
antonomasia es el verbal. Insultar es un acto de habla, es decir, según la caracterización de Austin
(Doing Things With Words), el insulto es una de esas palabras que hacen cosas, como la promesa, la
orden, la maldición… ¿Y qué es lo que hace? Como hemos visto, molestar en gran manera al
5
“Vida de monos” especial de nacional goegraphic channel 2002

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receptor. El insulto arquetípico es la asignación por parte del hablante de una calificación negativa al
oyente. Una lingüística del insulto debería considerar qué sentidos son los más susceptibles de
constituirlo: diagnósticos psiquiátricos ("imbécil, idiota"), atribución de determinados comportamientos
sexuales ("maricón, puta") o sociales ("ladrón") que al emisor no le gustan (aunque quizás a otro sí).
El sentido negativo se puede enunciar directamente ("asesino", para insultar a un médico), o a través
de expresiones que lo implican de forma simple ("cerdo", para sugerir que alguien tiene un
comportamiento bajo), o a veces francamente retorcida ("pierdes aceite", para decir "maricón"). En
todos estos casos, el sentido se atribuye en la mayoría de los casos no sólo aunque sea falsa su
aplicación sino porque es falsa.”
Millán va mucho más allá en el estudio del insulto analizando que un análisis detallado de este
poderoso acto comunicativo requiere de una aproximación que va mucho más allá de la lingüística.6

Prestemos atención por un momento a la dimensión pragmática del insulto en relación con a la
emoción que lo genera y la que suscita, la capacidad de insultar o replicar el insulto, es un acto
básico, visceral, pero por otro lado es de un carácter de sutileza y sofisticación cognitiva y motora
muy intrincada.

Como podemos apreciar la relación es evidente la gestualidad, la entonación y la emoción son


procesos íntimamente relacionados y muy tempranos en nuestro desarrollo evolutivo

Pero, algún escéptico podría argumentar “una cosa son los gestos y otra las emociones,” ¿qué
relación existe entre gestos, emoción y el origen de lenguaje doblemente articulado como lo
conocemos?

Podría afirmarse que los gestos actuales son un re direccionamiento de las capacidades lingüísticas
que ya poseemos o una forma alternativa, paralela o complementaria de expresión como lo apunta
Wilson, apoyando con esto el argumento de que el gesto es otra expresión del mismo fenómeno que
intentamos explicar. Por lo cual los argumentos no son más que una tautología en la que se intenta
explicar el fenómeno mediante un truco que confunde una consecuencia del mismo con su origen y
hasta aquí no habríamos planteado nada sólido con respecto a la emoción y su relación con el
lenguaje.
6
Según este autor un analiza detallado del insulto como fuerza expresiva del lenguaje requiere de “una lexicografía del insulto que
estudiaría las constelaciones de expresiones que le pueden rodear, normalmente para amplificarlo ("más puta que las gallinas"). Además,
reconocería una gradación a través de usos léxicos, acumulación de expletivos, o creación de nuevas expresiones. Por ejemplo, el insulto
genérico "tienes poca inteligencia" presentaría la siguiente gradación: "tonto, idiota, tonto del culo.
La taxonomía del insulto distinguiría distintos tipos, según sentidos o situaciones.
Una poética del insulto descubriría los procedimientos amplificativos y prolongativos, tan próximos a los de la alegoría, que se pueden
poner en juego. Véase el ejemplo de la mujer yanomami, desarrollando el tema "feo como una espinilla".
Una etimología del insulto rescataría los orígenes, a veces oscuros, de las expresiones utilizadas para herir al oyente: "mentecato" del latín
mente captus, "falto de mente" o "gilipollas", tal vez del árabe yihil, "bobo"
Una dialectología del insulto anotaría cómo éste último uso sería hoy comprensible en Madrid, por ejemplo, aunque no en Barcelona. O
bien el curioso trasvase de valores que experimenta la referencia a los genitales masculinos, de un polo al otro.
Otro fenómeno digno de estudio sería la posibilidad de insultar a cosas inanimadas, o incluso abstractas... Como ejemplo, escúchese el
audio que acompaña a la bajada de esta página. A propósito: una fonética del insulto estudiaría sus peculiaridades tonales y articulatorias,
en parte fruto de una enunciación en estado de alteración, pero también debidas a la utilización de procedimientos de énfasis y
reforzamiento fónico.
Una antropología del insulto reconocería la variabilidad cultural de todos estos elementos: desde la atribución de qué comportamientos
constituye un insulto, hasta la extensión del árbol genealógico que puede ser afectada por el hablante (lo veremos muy bien en La lengua
de tu madre). También serían su materia de estudio los intercambios ritualizados de insultos. Existen en muchos pueblos (son famosos los
casos de los yoruba o los turcos), y con características similares: se practican sobre todo entre adolescentes, las respuestas deben
mantener la rima y amplificar la agresión. En español existen casos así:
–¡Vete a la mierda! –Estando a tu lado estoy en ella, o –Me cago en tu padre.–Y yo en el tuyo…–El tuyo, que es más zurullo. o el argentino:
– ... tu hermana.–La tuya que es más baquiana...
Una sociología del insulto indagaría en las formas que adopta éste en su adaptación a nuevos procedimientos y sistemas de
comunicación, por ejemplo, en la Red. En Internet han florecido no sólo nuevas formas de agresión verbal, sino también viejos
procedimientos, como el duelo o concurso. Por último una historia del insulto estudiaría el entramado cambiante de los actos y las palabras
utilizados para herir, y cómo se relacionan con las percepciones del papel del individuo y del género en la sociedad (a este respecto, existe
un libro excelente: Manos violentas, palabras vedadas. La injuria en Castilla y León, siglos XIII-XV, de Marta Madero, con prólogo de
Jacques Le Goff, Madrid, Taurus, 1992). Y, entre otras muchas cosas, estos estudios podrían contribuir a descubrir las bases históricas de
prácticas hoy sólo verbales; por ejemplo: los fueros medievales de Alcaraz castigan con multa a quien se "cagare en puerta ajena".

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En este sentido, no me quedaría otra opción que aceptar que así es, sí se considera el problema en
su estado actual y en un enfoque sincrónico; Pero desde una perspectiva de dinámica de grupo que
cambia a través de millones de años hacia formas de interacción más sutiles y complejas, las
posibilidades explicativas son otras.

Pero ¿Como empata todo esto? El eje natural de articulación desde mi punto es imprimirle a la
discusión una perspectiva evolutiva7. Consideraremos las siguientes preguntas desde este punto de
vista evolutivo.

 ¿Qué era lo que le permitía a nuestros lejanos ancestros homínidos agruparse en tropas cada
vez más grandes y complejas, como regulaban su interacción en ausencia de lenguaje
sofisticado?
 ¿Qué era lo que se comunicaban nuestros lejanos ancestros homínidos mediante gestos,
antes de la aparición de una fonética articulatoria?
 ¿Qué es lo que con tanto empeño intenta comunicarnos un niño antes de poder articular
palabras?
 Y por último en esencia, ¿Qué es eso que extraemos de los gestos en una conversación
cotidiana; que tanto nos hace falta cuando no está?

De seguro para todos los casos y casi con total certeza, no son altas abstracciones filosóficas
existenciales, ni complejas formalizaciones, ni elaboraciones poéticas, ni ecuaciones diferenciales, lo
que nos hemos transmitido ancestralmente y aún nos transmitimos mediante la gesticulación son
cosas esenciales y cotidianas, estados emocionales, agrado, desagrado, indiferencia, desprecio,
empatía; la mayoría de lo que conversamos día a día con nuestros congéneres versa acerca de cómo
me siento, cómo se sienten los otros, cuál es la situación del grupo, cuál es mi posición dentro de la
estructura, etc.

En la vida cotidiana una persona puede, sin hablarnos, comunicarnos una expresión de simpatía,
tristeza, alegría, hostilidad, desdén o indiferencia, por el sólo el movimiento de sus manos, hombros o
de sus cejas.

Detengámonos un momento y recapitulemos lo que hemos delineado hasta aquí:

1. La emoción como una posible ventaja adaptativa tanto a nivel grupal como individual.
2 La emoción como sistema de representación del entorno y de si mismo.
3. La emoción como un proceso cognitivo de alto nivel
4. La emoción como un mecanismo de regulación de la interacción, sobre todo si se le considera
asociada a procesos como la comunicación.

Nuestra naturaleza primate es inherentemente social, nuestro cerebro ha evolucionado al interno de


grupos sociales por no menos de 55 millones de años, determinando nuestra necesidad de
comunicación con otros miembros de nuestra tropa, la inteligencia y por ende el lenguaje es un
fenómeno de naturaleza social, aquí es donde los puntos de vista pragmáticos en el análisis del
origen del lenguaje juega un papel central.

7
los estudios evolucionistas y comparados han sido especialmente importantes porque han clarificado que las representaciones
mentales de los fenómenos al nivel de grupo también incluyen las creencias acerca de los grupos mismos. la psicología evolucionista, la
antropología COGNITIVA Y la ETNOPSICOLOGÍA hablan, directa o indirectamente, del papel que las representaciones de los grupos tienen en la
sociedad (Alexander, 1989; Dunbar, 1988; Brereton, 1996; Wamecke, Masters Y Kempter 1992; Fish-Bein, 1996; Shaw Y Wong, 1989;
Reynolds, Falger, Y Vine, 1987; Cosmides, 1989; Levme Y Campbell, 1972), así como también lo hace la investigación comparada de la
dOMINANCIA Social en grupos de animales y la cognición social en animales.

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

Dunbar establece que hablar de inteligencia social es redundante (ni que decir el lenguaje)
estableciendo una relación casi perfecta entre el desarrollo del neo córtex en más de 70 especies de
mamíferos superiores y la naturaleza, complejidad y tamaño del grupo al que pertenecen. Este
investigador propone que “el tamaño del neo córtex permite predecir el tamaño del grupo; pues la
inteligencia es básicamente social; pues cuanta mas gente haya que tener en cuenta, mayor será la
complejidad de las relaciones implicadas, y mayor tiempo habrá que dedicar a mantener las
coaliciones.”(Wilson 1998, pg. 53) y en este mismo sentido señala la mayor eficiencia del lenguaje
como mecanismo estructurador de la tropa (en relación con la complejidad del grupo y el tiempo
invertido), en comparación con otros mecanismos reguladores de la estructura social más
tradicionales como el acicalamiento.

Este punto es de especial interés para nuestra argumentación, es uno de los puntos medulares, es
decir, es la naturaleza compleja de las interacciones sociales entre los primates la que va a aportar
uno de nuestros principales argumentos a favor de la emoción como base de la regulación social.

C. Sagan citando a F.de Wall apunta “Se hacen y se deshacen alianzas, las fidelidades se desplazan.
Hay demostraciones de valentía y de lealtad, de perfidia y de traición. No se observa en la política de
los chimpancés un interés por la libertad y la igualdad, pero existe una maquinaria que actúa
constantemente para suavizar las tiranías más duras. Lo más importante es el equilibrio de poderes.
Frans de Waal escribe: La ley de la jungla no es válida entre los chimpancés. Su red de coaliciones
limita los derechos del más fuerte. Todo el mundo tiene una cierta influencia. En esta vida social
compleja y fluida, quienes saben distinguir los intereses, esperanzas, temores y sentimientos de los
demás obtienen grandes beneficios. La estrategia de alianzas es oportunista. Los aliados de hoy
pueden ser los adversarios de mañana y al revés. (Sagan, 1992, pg. 289)

Independientemente de cual sea la posición que se desee suscribir respecto del origen del lenguaje
humano, lo que es realmente difícil de sustentar es que la semántica y la pragmática sean estadios
de análisis separados que aparecen solamente con la aparición del lenguaje doblemente articulado y
de manera espontánea.

La necesidad comunicativa de los primates hace que los procesos de comunicaciones estén
cargados de significado (a múltiple nivel)8, en este sentido el papel de la emoción es vital.

No sólo estamos hablando desde la capacidad de leer, reconocer, e interpretar emociones básicas a
un nivel muy burdo como miedo o ira, afectividad y receptividad sexual, sino de ejercicios
comunicativos extremadamente intrincados que pasan por el cálculo masivo y complejo de las
interacciones (y estados emocionales asignados) de los miembros del grupo.

Además se deben de considerar aquí la validación del estado emocional asignado con el estado
emocional real, así como la jerarquización de estas interacciones en orden de prioridad.

8
Las agrupaciones sociales humanas son más complejas y más fluidas que las de las otras especies sociales. Como consecuencia, la
valoración rápida y acertada del entorno social es a la vez difícil de conseguir y exigente en su demanda de recursos cognitivos. Entre las
principales tareas se incluye la capacidad de representar y computar información acerca de: (1) un gran número de grupos, (2) afiliaciones
variadas a grupos, y (3) coaliciones alternantes entre grupos. Hay un número de mecanismos que están debajo de estas capacidades y su
naturaleza precisa sigue siendo motivo de cierta controversia.
Una considerable cantidad de investigaciones de la psicología social, particularmente de dinámicas de grupo, han puesto de manifiesto e
interpretado muchos procesos pertinentes a estas capacidades. Como ocurre con la mayor parte de la psicología, el trabajo llevado a cabo
dentro de la COGNICIÓN SOCIAL tiende a considerar los fenómenos sociales desde una perspectiva general de dominio. Así pues, las
representaciones de fenómenos al nivel de grupo, como la identidad social, son típicamente interpretadas como ejemplos de estrategias
cognitivas generales para la elaboración de categorías. Según este punto de vista, en los patrones de inferencia asociados con las
categorías sociales (p. ej., ESTEREOTIPOS y prejuicios), están involucrados efectos de categoría general que simplemente tienen como
objetivo las categorías personas (Fiske y Taylor, 1991;Hamilton, 1981).

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

Esto representa una alta capacidad de crear e interpretar proyecciones en tiempo real con el manejo
de grandes números de variables intervinientes, con la capacidad asociada de realizar de
correcciones, para la toma de decisiones, todo a partir de la lectura adecuada señales sutiles (que
pueden incluso llegar a ser de carácter micro gestual) de extrema complejidad al interno de un grupo,
donde el error o un sesgo en esta lectura es altamente costoso.

En pocas palabras la complejidad con la que expresamos, interpretamos y manipulamos las


emociones propias y ajenas nos permite inferir que estamos tratando con un proceso cognoscitivo
multifactorial o multidimensional...

Esto aplica tanto para una tropa chimpancé que patrulla su territorio, como para una tropa de 150
individuos de Homo erectus en migración por las sabanas africanas, una discusión de pareja, un
duelo de esgrima, un juego de cartas, así como para el sobrino de un emperador romano en una
corte imperial o para un alto ejecutivo japonés en una fusión corporativa.

Y es que como ya hemos mencionado, la emoción ha jugado y juega un papel tan importante en la
regulación de nuestra interacción de grupo que parece mentira que le hallamos dado tan poca
importancia a esta dimensión de su naturaleza.

Aquí se propone a la emoción y nuestra capacidad para reconocerla como uno de los motores que
regulan la interacción de tropa. Esto no es para nada trivial, estamos hablando de una fuerza
modeladora de nuestra evolución que cobró cada vez más importancia en nuestro desarrollo como
especie, conforme el tamaño y la complejidad de la dimensión o ámbito de relación intratropa 9 fue
cada vez más importante en relación con el entrono extra tropa.

Con el tiempo esto nos ha llevado hasta el estado actual, en


donde se puede subdividir los espacios de interacción humana
en dos esferas de igual importancia, es decir, las relaciones
de un primate superior con su entorno no se reducen
únicamente a su relación individual con su nicho ecológico,
sino a una interacción social que conforma otra dimensión de
su entorno.

Estos dos ámbitos de interacción dentro de la tradición


occidental se han considerado como esferas de naturaleza
distinta y se las ha denominado entorno natural y entorno
cultural, estableciendo la implicación filosófico clásica que
considera existe una esencia distinta que posibilita la separación entre lo humano y lo animal y lo
humano y lo natural.

No esta de más aclarar que en esta propuesta entiende a la emoción como una capacidad
cognoscitiva superior, bajo un enfoque que entiende a la emoción como un fenómeno de dos
componentes o dos dimensiones uno fisiológico y otro cognoscitivo.
La dimensión cognoscitiva de la emoción es extremadamente difícil de precisar “Las emociones son
experiencias muy complejas y para expresarlas utilizamos una gran variedad de términos, además de
gestos y actitudes. De hecho, podemos utilizar todas las palabras del diccionario para expresar

9
Los términos “ámbito intratropa y extra tropa“ son un intento propio por acuñar una conceptualización que permita diferenciar dos
dimensiones separadas de interacción cotidiana de un grupo e individuo primate con su entorno: Un individuo dentro de una tropa no agota
su relación con el entorno únicamente desarrollando su relación individual con su nicho ecológico (extra tropa), una segunda dimensión de
su entorno lo representa el entramado de relaciones sociales de su tropa en la cual el ocupa una posición (intratropa), la que determina su
margen de maniobra, así como sus deberes y privilegios dentro de la misma.
Estas dos dimensiones tienen alguna similitud con los conceptos de entorno natural y entorno social pero sin la carga ideológica que
establece una discontinuidad entre lo natural y lo social, desde nuestra perspectiva dicha separación es artificial y responde aun prejuicio
innecesario.

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

emociones distintas y, por tanto, es imposible hacer una descripción y clasificación de todas las
emociones que podemos experimentar. Sin embargo, el vocabulario usual para describir las
emociones es mucho más reducido y ello permite que las personas de un mismo entorno cultural
puedan compartirlas” E. Barrull, C. Pons y P. Marteles, 1998, pg 11)

Schachter y Singer han propuesto rescatando las propuestas originales de James la teoría de los
“dos componentes”, afirmando:

“Una emoción es una reacción fisiológica, como insistió James, pero también es una actividad
cognoscitiva que pone una etiqueta, o sea, que identifica la emoción con una emoción de cierto tipo, y
que abarca un conocimiento apropiado de las circunstancias”( C.Calhoun y R. Solomon, pg 10, 1989).
Quedan fuera de nuestra discusión todas aquellas aproximaciones a la emoción que la consideran
únicamente como un fenómeno fisiológico o neurológico centrado en el individuo ya que no aporta
nada a nivel explicativo en cuanto a la interacción social de tropa.

Autores como Berford y Thalberg hacen hincapié en que la emoción es una forma en sí de cognición,
existe una relación entre nuestras emociones y nuestras creencias sobre el mundo y pueden
modificar nuestra percepción del mundo. Por esto nos parece importante acercarnos a una primera
caracterización de emoción que tienda a considerarla dentro del ámbito de lo cognitivo, que nos
permitirá explicar cuál es la mecánica de la emoción en la praxis comunicativa que regula la
interacción de grupo que se vuelve vital en el eventual desarrollo del lenguaje doblemente articulado.

En un intento de acercarnos a una primera caracterización adecuada nos encontramos con


definiciones como: “Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva
al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen
innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro
organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis
más o menos violentas y más o menos pasajeras. En el ser humano la experiencia de una emoción
generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que
utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe
dicha situación.” (Reeve, pg 26,1994.)
Esta definición nos permite analizar dos elementos que son de particular importancia: uno, el carácter
adaptativo de la emoción, es decir su funcionalidad adaptativa dentro de los procesos evolutivos de
las especies; y dos, una consecuencia que se desprende de esta, la importancia de la emoción como
mecanismo de adaptación a la vida social tanto en los primates superiores como en los humanos, sin
embargo posee una seria imprecisión en cuanto a la naturaleza de los estados emocionales ya que
establece la emoción como un estado de carácter episódico, con una suerte de intermitencia en la
cual no estamos inmersos en estados emotivos.

El estado emotivo primate es un estado permanente “en cada instante experimentamos algún tipo de
emoción o sentimiento. Nuestro estado emocional varía a lo largo del día en función de lo que nos
ocurre y de los estímulos que percibimos. Otra cosa es que tengamos siempre conciencia de ello, es
decir, que sepamos y podamos expresar con claridad que emoción experimentamos en un momento
dado.” (E. Barrull, C. Pons y P. Marteles, 1998, pg 1)

Darwin fue un pionero en este sentido al publicar “Expresión de las emociones en el hombre y en los
animales”. Observó como diversas especies animales expresaban y utilizaban un extenso y
sofisticado repertorio de emociones, esta manera de expresar las emociones tenía una función social
y colaboraban en la supervivencia de la especie, esto lo observó particularmente en los primates.

Continuando en la construcción de una caracterización satisfactoria, debemos agregar el carácter


intencional de la emoción podemos establecer que “las emociones se refieren a estados afectivos y
los motivos a estados internos como el deseo o la necesidad que dirigen el organismo hacia una

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

meta.” Sin embargo “es difícil saber a partir de la emoción ¿cuál será la conducta futura del
individuo?.”(Vila, Fernández, pg. 45, 1990)

Avanzando y de manera paralela se puede establecer el carácter evaluativo e interpretativo de la


emoción sobre el comportamiento dentro del grupo: “Una emoción es un proceso o un estado que
funciona en la gestión de objetivos. Normalmente se produce como respuesta a la evaluación de un
hecho relevante en relación con un objetivo; es positiva cuando el objetivo se consigue, y negativa
cuando el objetivo no se logra, el centro de una emoción es la disposición a actuar de una
determinada manera (Fridja, 1986), es una perentoriedad de, o del dar prioridad a, ciertos objetivos o
planes por encima de otros. Las emociones pueden interrumpir una acción que se está llevando a
cabo; también dan prioridad a ciertos tipos de interacciones sociales, incitando por ejemplo a la
cooperación o al conflicto.”(MITECS, 1999, pg. 454)

Estas dos características no son triviales, pues nos permiten integrar a nuestra caracterización un
nivel de control individual y consciente sobre las emociones. Esto nos permite correlacionar nuestros
estados emocionales con nuestras metas estrategias coaliciones y alianzas.

Estas dos características se perfilan como las bases de un cálculo interaccional intratropa basado en
la adecuada valoración de los estados emocionales propios y lo de los demás miembros en
situaciones particulares, lo que se puede extender en el tiempo dándoles a los miembros de la tropa
capacidad de cálculo estratégico.

Esto a su vez permite modular y “administrar” las emociones en encadenamientos prolongados


diferidos en el tiempo, que impiden, regulan o posponen reacciones viscerales inmediatas, lo cual no
deja de ser una gran ventaja para la convivencia en grupos amplios y complejos, pues evita que la
convivencia en tropa sea una suerte de repetidas y repentinas explosiones emocionales impulsivas
carentes de control, que cargarían la tropa de altos y desmedidos niveles de estrés con todas las
consecuencias negativas que esto traería a la organización.10

Esto se vuelve cada vez más importante conforme la tropa crece en número de integrantes y
consecuentemente las formas internas de organización e interacción aumentan en complejidad.

Estamos entonces a las puertas de la aparición de una inteligencia maquiavélica 11 ya presente en los
primates superiores, si a esto le sumamos lo ya dicho con respecto al insulto, estamos hablando de
capacidades de cálculo de interacción que son mucho muy complejas, no solo por su cantidad, sino
por que requieren de varios niveles de representación y simbolización proyectadas en el tiempo.

Aquí podría estar uno de los cimientos evolutivos importantes de las habilidades cognitivas, que
desembocarán posteriormente en sistemas más complejos de representación como el lenguaje
doblemente articulado.

Con respecto a estas habilidades intencionales de manipulación asociadas a una inteligencia social
Whiten y Byrne (1988) apuntan que, lo que se considera especial de las sociedades primates es,
como ya mencionamos, su complejidad tejida por medio de alianzas y coaliciones flexibles y
cambiantes dentro de relaciones sociales que podrían bien considerarse antropocéntricamente
hablando como sofisticadas y complejas tramas basadas en engaños y manipulaciones. Sin embargo,
en las diferentes versiones de esta hipótesis no se han considerado los estados emocionales, su
cálculo y representación como elementos importantes, lo cual no deja de ser interesante, si
10
La evolución prepara a todos los seres vivos para resolver (o intentar resolver) los problemas recurrentes con los que se enfrenta el
organismo. Es muy probable que surgieran algunas adaptaciones evolutivas como respuesta a los problemas sociales recurrentes con los
que se enfrentaron nuestras poblaciones ancestrales (Baron-Cohen, 1995). Las adaptaciones evolutivas relevantes incluyen los
mecanismos especializados tanto en los animales humanos como en los no humanos (particularmente primates), tales como la TEORÍA DE
LA MENTE; los dispositivos específicos de dominio para el reconocimiento de las caras, las voces y de los estados afectivos; los detectores
de estafadores; y las capacidades para representar el dominio social.

11
La hipótesis de la inteligencia maquiavélica toma varias formas, pero todas surgen de la proposición de que los procesos cognitivos
avanzados de los primates son primariamente adaptaciones a las complejidades especiales de sus vidas sociales.(MITECS 1999, pg. 611)

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

consideramos que el arte de la manipulación y del buen mentir, se debe tanto a proyecciones
racionales como emocionales de los estados cognitivos de las víctimas del engaño, así como de los
propios.

Mentir bien es tanto una habilidad racional como emocional, quien es incapaz de regular su ansiedad
y el temor a ser descubierto y de proyectar convincentemente el estado emocional asociado a su
engaño es incapaz de manipular y engañar adecuadamente.

Otro argumento relacionado de forma tangencial con la emoción como capacidad cognoscitiva
superior que nos aporta una ventaja adaptativa, nos viene del los intentos de modelación artificial
para dotar a agentes artificiales de funciones adaptativas eficientes en entornos cambiantes. Se nos
presentan de manera general dos áreas de desarrollo computacional relacionados con la emoción:

1. La modelación de los procesos cognoscitivos humanos mediante sistemas formales que permitan
entender dichos procesos mediante modelos simplificados, tarea a cargo de “la neurociencia
computacional (cuyo objetivo) es explicar en términos computacionales cómo el cerebro genera con-
ductas. Los modelos computacionales del cerebro exploran cómo las poblaciones de neuronas
altamente interconectadas se forman durante el desarrollo y cómo llegan a representar, procesar,
almacenar, actuar y a ser alteradas por la información presente en el entorno (Churchiand y
Sejnowski, 1992).

Para simular y analizar estos modelos computacionales se utilizan técnicas que provienen de la
informática y de las matemáticas, con el fin de establecer vínculos entre el amplio espectro de niveles
de investigación que va desde lo molecular hasta los sistemas. Aquí solamente se discutirán algunos
aspectos claves de la neurociencia computacional (para un manual general de teoría del cerebro y
redes neuronales, véase Arbib, 1995). El término computacional hace referencia tanto a las técnicas
usadas en neurociencia conputacional como a la forma en que el cerebro procesa la información.
Muchos tipos diferentes de sistemas físicos pueden solucionar problemas computacionales,
incluyendo las reglas de paso y los analizadores analógicos ópticos, así como los ordenadores
digitales, que son analógicos a nivel de transistor y deben fijar un estado.” (MITECS 1999, pg. 885)
En donde el trabajo de R Adolfo, P Churcland Y A Damasio sobre la modelación de la emoción como
redes neuronales es el más elaborado.

2. El desarrollo de sistemas computacionales capaces de reconocer y/o emular estados emocionales


con varios fines: reconocimiento de usuarios por medio de biometría, creación de interfaces capaces
de percibir el estado emocional de usuario para hacerlo mas amigable y la representación de estados
emocionales por medio de ordenadores con fines de experimentación en psicología cognoscitiva o
neurociencia: “Por ejemplo, utilizando la noción del modelo computacional desarrollado por David
MARR, Bruce y Young (1986) analizaron el procesamiento de caras como un conjunto de siete tipos de
códigos de información (o representación).” (MITECS 1999, pg. 1170)

En esta línea de trabajo un grupo de investigadores de la Universidad de San Diego, en California, ha


creado un ordenador capaz de comprender las emociones humanas y de desvelar incluso los
sentimientos ocultos. Ha construido un léxico de expresión emocional a partir del análisis de 10.000
rostros en un intento de elevar la sensibilidad de las máquinas. Un ordenador que descubre el estado
de ánimo de una persona ha sido desarrollado por un equipo del Laboratorio de Percepción
Mecánica, perteneciente al Instituto de la Computación Neuronal de la Universidad de San Diego, en
California.
El neurólogo de origen español Javier Movellan y otros investigadores han examinado más de 10.000
rostros en diferentes momentos de expresión y han elaborado un censo de estas expresiones faciales
que constituye todo un léxico de expresión emocional.

El ordenador es capaz de analizar un rostro 30 veces por segundo y de comparar la información


recabada con un lejano banco de datos para descubrir a continuación el estado de ánimo del sujeto.

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

El programa integra el reconocimiento de las expresiones con los movimientos del cuerpo, la
tonalidad de la voz y las señales metabólicas.

En este sentido cabe destacar el proyecto Responsive Face de Ken Perlin director del New York
University Center for Advanced Technology y profesor en el Computer Science Department de la New
York University. Quien a desarrollado este proyecto para trabajar la respuesta emocional de pacientes
afásicos, autistas e esquizofrénicos.
Pero la pregunta a responder acá es como no ayuda esta en nuestra discusión de un nuevo modelo.
¿Como el desarrollar o simular estados emocionales en agentes artificiales inteligentes puede genera
avances en la comprensión de los procesos cognoscitivos humanos relacionados con la emoción?

Los investigadores involucrados en el desarrollo de modelos de simulación emocional plantean la


necesidad de incorporar modelos emocionales en agentes artificiales que deben adaptarse entornos
flexibles y cambiantes donde la capacidad de repuesta y la adaptabilidad son elementos de vital
importancia para el desempeñó del agente artificial, lo cual da una nueva perspectiva al desarrollo
ulterior de la IA y arroja algo de luz acerca de la importancia del comportamiento emocional.

En vista de la gran cantidad de propuestas existentes no es nuestra intención discutirlas aquí en su


totalidad pero podríamos resumir sus principales desarrollos basados en el siguiente esquema:

Modelos de
Modelos reconocimiento
robóticos e facial
interfaces

Modelos de
Modelos respuesta emocional
artificiales de
emoción

Modelos de
Modelos comportamiento
virtuales social

Modelos de
interacción con el
entorno

Estos desarrollos se dan básicamente en dos sentidos:

 La creación de sistemas computacionales y robóticos con mayor grado de autonomía y


flexibilidad conductual en entornos complejos de interacción con humanos u oras entidades,
capaces de desarrollarse en entornos cambiantes.
 y la modelación de sistemas virtuales que reproduzcan las condiciones de interacción
emocional y adaptabilidad presentes en agentes biológicos insertos en sociedades o grupos
complejos donde la capacidad interacción es primordial.

En la primera línea de trabajo encontramos investigadores Christine L. Lisetti Diane J. Schiano


Universidad de Florida quienes señalan que ha habido un incentivo creciente de parte de los

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

investigadores en Interacción humano-computador poniendo énfasis en el mundo mental y físico de


usuarios de la computadora, con el fin de desarrollar acercamientos y métodos para apoyar el
desarrollo de interfaces que potencien un cambio fundamental en la manera en que el usuario
interactúa con la computadora: un cambio hacia una arquitectura centrada en el usuario humano,
lejos de una arquitectura centrada en la maquina. El principio es que las computadoras deben
adaptarse a las personas y no viceversa. Partiendo de esto se plantea que el rostro humano y su
lectura es el centro de la comunicación humano-humano, por lo cual pareciese natural y deseable
colocar el rostro humano en el centro de interacción humano-computador. Ha habido un progreso
técnico considerable en este sentido de la Inteligencia Artificial.

Thomas R. Loerger, John Yen, de la Universidad de Texas consideran que la habilidad de expresar
emociones es una característica importante para crear agentes e interfaces interactivas que sean
creíbles al usuario y simulen o ejecuten comportamiento inteligente. Sin embargo esto representa a
su ves dos problemas que es necesario resolver; para simular expresiones emocionales en un
ambiente interactivo, un agente inteligente necesita un modelo flexible y adaptable que le permita
generar respuestas convincentes en tiempo real, y esto plantea la necesidad de un modelo de
visualización que le permita trazar y reconocer las emociones en las expresiones faciales del
interlocutor humano. Recientemente y de manera independiente se han desarrollado agentes
inteligentes y algoritmos en extremo eficaces de reconocimiento facial.

Loerger, y Yen ponen su atención en la necesidad de desarrollar un método que permita integrar
algoritmos de reconocimiento y simulaciones interactivas en un solo sistemas que produzcan
expresiones faciales apropiadas en un ambiente dinámico. El acercamiento de estos investigadores
es combinar a un modelo de emociones con un modelo reconocimiento facial que representa un
primer paso hacia desarrollar la tecnología de un agente interactivo verdaderamente convincente que
tiene una gama amplia de aplicaciones de diseñar sistemas de entrenamiento inteligentes para el
desarrollo de juegos videos y herramientas de animación.

En la segunda línea encontramos trabajo como “AlphaWolf: Aprendizaje social, Emoción y Desarrollo
en Agentes Virtuales Autónomos” desarrollado por Tomlinson y Bruce Blumberg que desarrollan una
proyecto de investigación en conducta social artificial con agentes virtuales interactivos. Describen un
modelo del mundo natural, basado en la interacción social del lobo gris (Canis Lupus), y la conducta
social exhibida en conflictos surgidos entre miembros de la manada, desarrollaron un modelo del
computacional que captura un subconjunto de la conducta social de lobos salvajes, incluyendo
además modelos de aprendizaje, emoción.

El rango de aplicaciones de la conducta social artificial es muy amplio, a corto plazo se esta aplicando
en el desarrollo de agentes autónomos para juegos de computadora, sin embargo sus aplicaciones a
largo plazo podrían permitir el desarrollo de interfaces de computadora que pueden actuar
recíprocamente de manera apropiada con humanos utilizando habilidades sociales humanas. Este
trabajo ofrece los primeros pasos iniciales hacia el desarrollo de sistemas computacionales con
conducta social lo cual es de vital importancia par nuestro tema de interés.

En esta misma línea de trabajo Lee McCauley y Stan Franklin de la Universidad de Memphis
proponen que la incorporación de emociones complejas puede ser la llave a producir conducta
racional en agentes autónomos. Proponiendo un sistema denominado CMattie, que posee una
arquitectura basada en la habilidad del agente de reaccionar de una manera emocional y dinámica
ante un ambiente cambiante, desplegando estados emocionales adaptables de distinta intensidad
casi de manera “conciente” de ahí la C, esta arquitectura basada en emoción posee un nivel básico
de emoción que actual recíprocamente con un entorno y en función del los niveles de respuesta y las
variables del entorno logra aprender estados emocionales mas complejos que le permiten mejor
interacción con el medio.

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

Por su parte neurocientíficos interesados específicamente en el estudio de la emoción como ventaja


adaptativa como R. Adolphs y J. Le Doux apoyan el análisis de la emoción como “estados internos de
los organismos superiores que regulan de manera flexible sus interacciones con el entorno y sus
relaciones sociales” (R Adolfhs, pg. 137, 2002) apoyados en el hecho ya expuesto de que son los
animales sociales los que parecen presentar estados emocionales más sofisticados, permitiéndonos
aventurar la hipótesis de que la emoción posee una gama muy amplia de funciones adaptativas, de
las cuales una de las más destacadas sería la regulación de la interacción en el ámbito intratropa.

Continuando con nuestra argumentación de fondo al establece que es posible asignar funciones de
importancia adaptativa a la emoción al interno de los grupos sociales primates, no es extraño que a
nivel neuronal existan gran cantidad de estructuras y funciones destinadas al reconocimiento de
dichos estados. Ya hemos mencionado antes la gran cantidad de corteza cerebral (ver homúnculos)
asignada a las representaciones sensoriales del rostro en las cortezas motoras, también la
extraordinaria habilidad de los primates humanos en el reconocimiento de rostros y gestos.

La emoción ha sido ampliamente estudiada en CC.CC desde un punto de vista fisiológico, sobre todo
desde el análisis particular de las neurociencias y la psicología cognoscitiva, sin embargo a excepción
de limitados trabajos siempre se le ha estudiado como un fenómeno aislado o relacionado con
fenómenos como la atención y el aprendizaje, nunca en relación con otros fenómenos superiores
como el lenguaje y el pensamiento, esto puede ser parte de un prejuicio existente respecto de
considerar la emoción como parte de la cognición.

Existen múltiples trabajos en el campo de la neurociencia acerca de la naturaleza de los mecanismos


fisiológicos y neuronales asociados a la emoción sin embargo como ya habíamos advertido no nos
interesa ningún enfoque centrado en la explicación de la emoción como fenómeno individual.

Son de particular importancia para nuestra propuesta los trabajos de J. Le Doux y A. Damasio. Le
Doux retoma la emoción como objeto central de la neurociencia cognitiva tema que tradicionalmente
ha sido marginal y/o colateral. Gracias a los trabajos de Le Doux respecto de la mecánica neurológica
de la emoción, especialmente del miedo y las teorías del sistema límbico se retoma la posibilidad de
construir un modelo teórico que explique la emoción, particularmente su posición de entender la
emoción como ventaja adaptativa básica a nivel individual.

Por su parte Damasio en su texto “El error de Descartes” propone un modelo de estudio de la
emoción basado en su hipótesis del marcador somático, el cual es de particular importancia para
nuestro estudio, ya que da una base neurológica muy sólida para explicar como funciona la emoción
en la toma de decisiones a través de un complejo mecanismo de reducción de posibilidades en un
grupo muy diverso de opciones
En su propuesta existen una gran variedad de ideas que son de extrema utilidad para nuestra
argumentación, sin embargo deseo resaltar en este momento tres de las que a mi parecer pueden
contribuir a fundamentar adecuadamente esta propuesta, ya que desde la perspectiva de Demasio no
solo la emoción sino la cognición en general tiene sentido evolutivo solo en tanto aportan una ventaja
adaptativa a los individuos que la poseen, podemos retomar este punto ampliándolo al decir que
también debe beneficiar a los individuos dentro del una tropa y a la ropa misma en situaciones de
competencia con otras tropas .

En primer lugar afirma ”Mi idea, pues, es que poseer una mente significa que un organismo forma
representaciones neurales que pueden convertirse en imágenes, ser manipuladas en un proceso
denominado pensamiento, y eventualmente influir en el comportamiento al ayudar a predecir el futuro,
planificar en consecuencia y elegir la siguiente acción… la función global del cerebro ha de estar bien
informada acerca de lo que ocurre en el resto del cuerpo, el cuerpo propiamente dicho; acerca de lo
que ocurre en el mismo cerebro; y acerca del ambiente que rodea el organismo, de modo que puedan
conseguirse acomodaciones adecuadas, de supervivencia, entre el organismo y el ambiente.”
(Damasio, 2001, pg. 92)

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

La segunda idea importante es el papel central de la emoción y el sentimiento como parte de los
sistemas reguladores básicos asociados a los procesos de supervivencia de los individuos,
estableciendo pautas de comportamiento acordes al entorno en que se desenvuelven: “En general,
impulsos e instintos operan o bien directamente mediante la generación de un determinado
comportamiento, o bien mediante la inducción de estados fisiológicos que llevan a los individuos a
comportarse de una manera determinada, inconscientemente o no.

En la práctica, todos los comportamientos que resultan de impulsos e instintos contribuyen a la


supervivencia, ya sea directamente, al realizar una acción que salva la vida o indirectamente, al
propiciar condiciones ventajosas para la supervivencia o al reducir la influencia de condiciones
potencialmente dañinas. Las emociones y los sentimientos, que son básicos para la idea de
racionalidad que estoy proponiendo, son una poderosa manifestación de impulsos e instintos, parte
esencial de su funcionamiento.” (Damasio, 2001, pg. 155)

La tercera idea es la propia hipótesis del marcador somático. Al respecto nos dice “Los componentes
clave se desarrollan en nuestra mente de forma instantánea, esquemática, y en la práctica
simultáneamente, demasiado de prisa para que los detalles estén claramente definidos…antes de
razonar hacia la solución del problema, ocurre algo muy importante: cuando el resultado malo
conectado a una determinada opción de respuesta aparece en la mente, por fugazmente que sea,
experimentamos un sentimiento desagradable en las entrañas.

Dado que el sentimiento tiene que ver con el cuerpo, di al fenómeno el término técnico de estado
somático (soma es cuerpo en griego); y puesto que «marca» una imagen, lo denominé marcador.
(Este marcador) Fuerza la atención sobre el resultado negativo al que puede conducir una acción
determinada, y funciona como una señal de alarma automática que dice: atención al peligro que se
avecina si eliges la opción que conduce a este resultado. La señal puede llevarnos a rechazar,
inmediatamente, el curso de acción, con lo que hará que elijamos entre otras alternativas. La señal
automática nos protege de pérdidas futuras, sin más discusión, y entonces nos permite elegir a partir
de un número menor de alternativas. Todavía queda margen para emplear un análisis de
coste/beneficio y la competencia deductiva adecuada, pero sólo después de que el paso automático
reduzca drásticamente el número de opciones. (Damasio, 2001, pg. 166)

No estamos argumentando que la toma de decisiones en nuestro actual estado de desarrollo sea
básicamente emocional, solo estamos argumentando que la dimensión emocional es de vital
importancia y pudo en el pasado remoto ser aún mas determinante “Puede que los marcadores
somáticos no sean suficientes para la normal toma de decisiones en los seres humanos, puesto que
todavía tendrá lugar un proceso subsiguiente de razonamiento y selección final en muchos casos,
aunque no en todos. Los marcadores somáticos aumentan probablemente la precisión y la eficiencia
del proceso de decisión. Su ausencia las reduce…En resumen, los marcadores somáticos son un
caso especial de sentimientos generados a partir de emociones secundarias. Estas emociones y
sentimientos han sido conectados, mediante aprendizaje, a resultados futuros predecibles de
determinados supuestos. Cuando un marcador somático negativo se yuxtapone a un determinado
resultado futuro, la combinación funciona como un timbre de alarma. En cambio, cuando lo que se
superpone es un marcador somático positivo, se convierte en una guía de incentivo.” (Damasio, 2001,
pg. 166)
Tampoco estamos apuntando a una especie de infalibilidad de la emoción como mecanismo de
valoración “todo organismo puede equivocarse en su valoración emocional. Todo proceso de medida
puede ser erróneo en grados variables. Los mecanismos emocionales, al igual que los perceptivos,
son limitados y están sometidos a múltiples incidencias, tanto internas como externas, que
disminuyen su eficacia. En consecuencia, la emoción experimentada puede no corresponder a la
realidad de la situación y producir graves perjuicios al organismo. Es decir, una situación puede ser

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

valorada positivamente (experimentar una emoción positiva), aunque, en realidad, sea muy perjudicial
para el organismo.” (E. Barrull, C. Pons y P. Marteles, 1998)

En nuestros términos podríamos utilizar la propuesta de Damasio rescribiéndola de la siguiente


forma:

En cualquier interacción intratropa de naturaleza compleja cada individuo utilizaría su capacidad de


cálculo interaccional basado en el marcador somático de Damasio, como un procesador a priori le
permite reducir el ámbito de toma de decisiones

Para esto cada individuo de la tropa debe analizar las posibilidades de éxito en una interacción,
utilizando para esto los diversos marcadores somáticos que se disparen durante la transacción, es
decir debe decidir en función de cómo se siente y como creé que se sentirá cuando ejecute la acción
que esta planificando.

Estos es muy útil pues reduce el ámbito de la toma de decisiones en un subconjunto manejable, en
lugar de tener procesar todas las posibilidades en un cuadro completo basado en la razón, o en un
análisis por fuerza bruta de donde se consideren todas las posibles implicaciones, permutaciones,
salidas y proyecciones del sistema de interacción intratropa.

Todo esto ocurre de manera muy eficiente y rápida e involucra de manera masiva toda la capacidad
básica del sistema cognoscitivo.

Así los miembros de grupos sociales amplios y complejos poseen marcadores somáticos de agrado y
desagrado asociados a la toma de una posible decisión, basado en la experiencia, estos marcadores
reducen considerablemente el número de opciones a considerar solamente mediante el descarte,
basándonos para esto en cómo nos sentimos o percibimos en una situación “x”.

Esto le da un contenido representacional a la emoción: ya no es un simple “input” sensorial, es una


representación del mundo exterior, que nos permite decidir sobre el entorno intra y extra tropa.

Esto sería de vital importancia, pues estaríamos hablando de un tipo de procesamiento “masivamente
distribuido en paralelo” que operaría de manera colateral y simultáneamente a las consideraciones
racionales que hagamos respecto a nuestras interacciones sociales, casi de forma automática.
Sobre la emisión de estas pautas comportamiento y como se generan dentro de nuestro SNC
Damasio apunta “Podemos adquirir estrategias para razonar y tomar decisiones; y podemos
seleccionar una respuesta motriz a partir del menú disponible en nuestro cerebro, o formular una
nueva respuesta motriz, una composición de acciones deliberada, voluntaria, que pueden ir desde
golpear sobre una mesa hasta acariciar a un niño, pasando por escribir una carta al editor o
interpretar a Mozart al piano…. Conjuntamente, este «órgano» de información y gobierno, este gran
grupo de sistemas, contiene el conocimiento innato y el adquirido sobre el propio cuerpo, el mundo
exterior y el propio cerebro en cuanto interacciona con el cuerpo propiamente dicho y el mundo
exterior. Este conocimiento se usa para desplegar y manipular salidas motrices y salidas mentales,
las imágenes que constituyen nuestros pensamientos…en forma de «representaciones
disposicionales»… La regulación biológica, la memoria de los estados previos y la planificación de
futuras acciones resultan de la actividad cooperativa no sólo en las cortezas tempranas sensoriales' y
motrices, sino también en los sectores intermedios.” (Damasio, 2001, pg. 96)

En el plano conciente de la toma de decisiones este intrincado proceso se traduce en una “sensación
o sentimiento” el cual sería valorado e interpretado como insumo en la decisión, dándole a la emoción
o más bien al marcador somático el valor de un sistema de discriminación que operaria básicamente
como una heurística para la regulación de la interacción, en la cual participarían a nivel nueral todas

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las estructuras representaciones preceptúales y motoras convirtiendo la emoción en un sistema


integrado de alta complejidad.

“Hoy tenemos pruebas, a partir de estudios neuroanatómicos, comparativos, neurofisiológicos y


neuropsicológicos de que las emociones implican representaciones del estado orgánico del individuo.
En particular, implican la relación de ciertos estados orgánicos presentes y futuros y estados previos
de referencia, que sirven para relacionar cambios en el estado orgánico con la supervivencia y
bienestar del organismo. Es decir, las emociones se refieren en última instancia y a grandes rasgos, a
representaciones de la homeostasis” (R Adolfhs, pg. 152, 2002)

Así la emoción se nos presentaría como la base de una pragmática funcional desarrollada a partir de
la necesidad de organizar la interacción intra, extra e Intertropa, que aportaría una herramienta de
interpretación eficiente y veloz que opera como reductor de las interacciones posibles y significativas
entre miembros de grupo basado y aprendido por la experiencia. Además potencia la capacidad de
análisis e interpretación de los estados mentales propios y de los demás miembros del grupo.
En nuestro estado actual de desarrollo evolutivo esto tiene bastante sentido el propio Damasio aporta
una explicación bastante plausible de la utilidad de la emoción en estos términos” Así, la idea del
marcador somático es compatible con la noción de que el comportamiento individual y social efectivo
requiere que los individuos formen «teorías» adecuadas de su propia mente y de la mente de los
demás. Sobre la base de dichas teorías podemos predecir qué teorías están formando los demás de
nuestra propia mente.

El detalle y la precisión de dichas predicciones, son desde luego, esencial cuando nos enfrentamos a
una decisión crítica en una situación social. Nuevamente, el número de supuestos y consideraciones
sometidas a examen es inmenso, y mi idea es que los marcadores somáticos (o algo que se les
parece) coadyuvan al proceso de cribar una tal profusión de detalle; en realidad, reducen la
necesidad de cribar porque proporcionan una detección automática de los componentes del supuesto
que tienen más probabilidades de ser relevantes. Debiera ser aparente la asociación entre los
procesos denominados cognitivos y los procesos que se suelen llamar «emocionales»…Esta
explicación general es asimismo de aplicación a la elección de acciones cuyas consecuencias
inmediatas son negativas, pero que generan resultados futuros positivos. Un ejemplo es soportar
sacrificios ahora para alcanzar beneficios más tarde.… La perspectiva inmediata es desagradable,
pero el pensamiento de una ventaja futura crea un marcador somático positivo, y esto pasa por
encima de la tendencia de decidir en contra de la opción penosa inmediata. Este marcador somático
positivo que es disparado por la imagen de un buen resultado futuro ha de ser la base para soportar
lo desagradable como prefacio de cosas potencialmente mejores. ” (Damasio, 2001, pg. 169)

Hasta aquí tenemos una aproximación preliminar al cómo es que la emoción podría operar como y en
relación con funciones cognitivas asociadas a la supervivencia del individuo al interno de un grupo
social inserto dentro de un entorno natural en el cual la selección natural, sexual y social operan de
forma determinante, hace falta articular una explicación acerca del como esta pragmática funcional
basada en los marcadores somáticos evoluciona en los grupos primates de forma que llega a ser un
motor que potencia el desarrollo neural de la especia a tal punto que lo preparara para el desarrollo
de los complejísimos procesos representacionales asociados al desarrollo del lenguaje doblemente
articulado.

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Emoción, sociabilidad y lenguaje

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