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Diferentes sociales realizaron un si número de plantones y marchas para evitar la firma del TLC.
S i se leen solamente las informaciones emitidas por el sector industrial y
por parte del gobierno, se pensaría que los tratados entre los Estados Unidos y
países de América Latina benefician a ambas parte por igual. No obstante, ésto
no es del todo verdad.
Los Tratados de Libre Comercio tienen un lado oscuro que pone en peligro a
pequeños productores y a la economía nacional. En los próximos párrafos, se
explicarán las desventajas de los acuerdos de libre comercio entre Estados
Unidos y países de América del Sur, Centroamérica y países del Caribe.
Empezaré con los países más cercanos, Perú y Colombia. El acuerdo comercial
con Colombia se firmó en 2011; desde entonces, se ha dado una falta de
infraestructura por parte de Colombia y algunas de sus industrias han sufrido a
causa de las importaciones de Estados Unidos. En la mayoría de los casos,
Estados Unidos ha tenido los suficientes recursos e infraestructura para producir
productos a precios más baratos, en cantidades más grandes y de una forma más
eficaz. Como consecuencia del acuerdo comercial, los productos estadounidenses
pueden cruzar la frontera colombiana sin aranceles e invadir el mercado
colombiano. Los bajos precios nos indican que los productores colombianos no
pueden competir con su nivel de producción actual; uno de los sectores más
afectados es el de los productores de lácteos, maíz, y arroz. Según la Universidad
Nacional de Colombia, la desigualdad de poder en la escala global y la habilidad
de influir por parte de los países ricos, causa claros desequilibrios. En este caso,
Estados Unidos aprovecha su habilidad de producir maíz y lácteos eficientemente
para vender al mercado colombiano, el cual, no puede competir.
En las noticias consultadas desde 2006 a 2014, que incluyen la firma del acuerdo,
la importación de leche asciende de 9.727 toneladas en 2006 a 33.728 toneladas
en 2014. Un dato grave para la economía colombiana es que las exportaciones
cayeron el 54% entre 2012 y 2016, según el diario “El Espectador”. Por tanto, se
evidencia que el acuerdo es inequitativo: Colombia necesitaría vender 340
barriles de petróleo crudo para comprar una tonelada de productos de la industria
automotriz y 777 barriles de petróleo crudo para comprar una tonelada de
celulares o computadoras. Este tipo de intercambios incentiva a productores
colombianos a continuar con la exportación de productos de primera necesidad,
en vez de productos procesados.
Otro de los grandes problemas en Colombia, tras la firma, se resume en que el
mismo acuerdo causa un desequilibro en la economía interna y la desprotección
de sectores productivos poco beneficiados. Hay un desajuste en materia de
ingresos tributarios, ya que al eliminar los aranceles de productos extranjeros se
estarían dejando de recibir impuestos por este concepto, lo que podría ahondar en
el déficit fiscal nacional. Finalmente, no existe la capacidad de adaptación de las
empresas nacionales frente a los estándares internacionales de producción,
generando monopolios y captación del mercado por parte de la oferta
norteamericana que entra al país.
Las promesas por parte del gobierno de Perú sobre los efectos del tratado no se
han cumplido; los niveles de exportación hacia los Estados Unidos han caído
desde la firma del acuerdo. Hay algunos sectores, como en Colombia, que se han
visto más perjudicados que otros. El sector textil es el más afectado por el
tratado; durante las negociones del acuerdo, el gobierno peruano prometió que
los precios de los medicamentos iban a caer; pero no sucedió, de hecho, los
precios han aumentado; mientras, los precios de otros productos han caído debido
al exceso de productos estadounidenses en el mercado peruano. Otra promesa
que hizo el gobierno peruano fue sobre la creación de 900.000 empleos nuevos;
sin embargo, la evidencia muestra que, un año después de la firma, no se ha
creado ningún puesto de trabajo.
Al igual que en Colombia, el sector agrícola sufrió mucho en Perú, apenas un año
después de la firma. Perú comenzó aproducir mucho menos algodón; en tan sólo
un año, el nivel de producción cayó de 44 mil hectáreas a 30 mil hectáreas y,
además, importó 580 mil quintales de hilado más en ese mismo año.
Otro de los tratados de libre comercio entre países de América Latina y Estados
Unidos es el DR-CAFTA. Este acuerdo incluye a EE. UU, a República
Dominicana y Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras. Se
firmó en el año 2004 y comparte muchas características comunes con los otros
tratados discutidos. En los primeros cuatros meses de 2016, cada país latino,
salvo el caso de Nicaragua, sufrió una caída en las exportaciones en
comparación con los primeros cuatro meses de 2015. República Dominicana vio
una caída del 3,8%, Costa Rica un 10,6%; El Salvador, un 0,1%, Guatemala un
9,1% y Honduras el 2,6%. Tales porcentajes de reducción en la balanza
comercial muestran que, doce años después, los países latinoamericanos todavía
no pudieron competir ni aumentar su producción al mismo nivel que los Estados
Unidos. Una meta principal de los tratados del lado de los países menos
desarrollados es la mejora en infraestructura y capacidades de producción para
mejorar las condiciones del país y convertirse en el jugador más competitivo
dentro del comercio mundial. Sin embargo, es obvio que no lo han logrado,
porque la balanza comercial continúa favoreciendo cada vez más a Estados
Unidos.
República Dominicana ha sufrido más que otros países en el mismo tratado por
causa de su bajo nivel de desarrollo, dado que cada país del tratado tiene los
mismos derechos de evitar los aranceles. En comparación a los otros países del
acuerdo, República Dominicana tiene la peor infraestructura para producir,
transportar y exportar sus productos al país del norte. Requiere inversión del
gobierno para mejorar sistemas de transporte y tecnología, pero le falta dicho
capital; cada vez más, el país es superado por otros países latinoamericanos en las
exportaciones. Aunque República Dominicana no venda muchos productos a
Estados Unidos, este último todavía tiene el derecho de vender sus productos en
los mercados dominicanos sin aranceles. En el período comprendido entre 2005 y
2013, las exportaciones de la República Dominicana hacia Estados Unidos
disminuyeron el 7% mientras que las importaciones de Estados Unidos
aumentaron en un 53%. La situación dominicana muestra las peores
consecuencias y efectos de lo que puede suceder con un tratado de libre comercio
con Estados Unidos.
En primer lugar, los tratados entre los Estados Unidos y países de América del
Sur, dejan que las empresas de los países latinos tengan un mercado nuevo y
poderoso para vender sus productos. Como país individual tiene el poder de
adquisición más poderoso del mundo. Por lo tanto, tiene sentido que los
gobiernos de dichos países quieran dar acceso al mercado estadounidense, a sus
empresas y sus exportadores.
El TLC entre Estados Unidos y Colombia se firmó en 2011. Durante las
negociones sobre las reglas establecidas, el gobierno colombiano decía cosas
como: “El TLC es un acuerdo generador de oportunidades para todos los
colombianos”. Ponía énfasis en las ventajas para Colombia en el acceso nuevo a
los mercados americanos. Dijo que el TLC fue una manera para redireccionar el
desbalance entre las importaciones y las exportaciones. Esta declaración implica
que el trato beneficiaría a las empresas que tienen especial interés en la
exportación. Además, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo admitió
que, al principio, el trato ayudaría a los exportadores más que a empresas
nacionales; pero se dijo que, al final, el trato ayudaría a todos los colombianos.
Sin embargo, el Ministerio no aportó con estadísticas ni información específica
de cómo funcionarían los beneficios para las empresas no exportadoras. Con la
importancia de los mercados estadunidenses en mente, el gobierno (e industrias
que exportan) querían garantizar el destino de los productos colombianos por
muchos años.
Otro punto importante para el gobierno colombiano fue el aumento del interés
por parte de los Estados Unidos. Un acuerdo anterior fue el ATPA, “Andean
Trade Preferences Act”, que dio acceso a los mercados americanos con aranceles
reducidos a cambio de contribuciones en la lucha en contra de las drogas. Con
más inversión de parte de los EE. UU, Colombia esperaba que la pobreza
disminuyera debido a mejores oportunidades económicas e infraestructura. En los
primeros nueve meses de 2016, el 32,8% de las exportaciones de Colombia se
destinaron a los EE. UU. En el mismo período, el 26,5% de las importaciones en
Colombia llegaron desde los EE. UU.
Sin duda, los tratados de libre comercio ayudan a los sectores que más exportan.
Los productores de flores y banano iban a beneficiarse de la firma del tratado.
Europa es el segundo destino más grande de flores importadas de Ecuador,
después de EE.UU. Según el acuerdo, las flores ecuatorianas pueden entrar en los
mercados europeos sin aranceles. En el momento de la firma, el sector de
productores de flores generó 110.000 fuentes de empleo en Ecuador. Asímismo,
el sector de banano se benefició del tratado con una reducción de aranceles de
126 euros por tonelada a 96 euros a toneladas. Esta cifra irá bajando hasta el
año 2020 a 75 euros por tonelada. Por eso, podemos concluir que los
exportadores poderosos tuvieron un rol grande en el cumplimiento del tratado de
libre comercio con la Unión Europea.
Otro tema importante, reside en el impacto de mayor inversión extranjera en
Ecuador. Peter Ziga, el Presidente pro tempore del Consejo de la Unión Europea,
manifestó que: “y más importante que eso, es que creará un entorno estable y
fiable para los comerciantes e inversionistas ecuatorianos y europeos”. La
diferencia en el tamaño de los dos mercados indica que los europeos tendrán una
ventaja superior en su habilidad de invertir y realizar cambios en el mercado
ecuatoriano. Por el contrario, Ecuador es una fuerza muy pequeña en términos de
comercio internacional y va a tener, relativamente, menos impacto en el mercado
europeo.
En cuanto a los productos específicos, entre los más afectados se encuentran los
productos procesados, que aumentaron en un 296,57% en 2017. Además, las
importaciones ecuatorianas de semillas oleaginosas se incrementaron en un
881,82%; la importación de té creció el 265,75%; el vino y cerveza en un
265,14%; legumbres en un 200,61% y crustáceos el 936,36%. Uno de los
problemas principales en el incremento de importaciones de Europa es que el
nivel de rendimiento de producción por parte de los productores europeos es
mucho más alto que el de los productores ecuatorianos. Entonces, los productos
de Europa pueden invadir el mercado con un precio más bajo y dañan la
producción nacional. En este sentido, un país puede volverse dependiente en la
importación de comida. Dos aspectos negativos se darían: que el país necesita
continuar importando productos alimentarios a pesar de las fluctuaciones en el
precio, y que la comida podría no ser tan óptima en términos nutricionales.
¿Un Tratado de Libre Comercio potencial con los Estados Unidos y Ecuador?
Los resultados de un acuerdo con Estados Unidos desembocarían en un terrible
desastre para la sociedad ecuatoriana. La desventaja principal con un acuerdo
entre dos países, con tales diferencias económicas, es la ventaja comparativa que
se produce. Los Estados Unidos, a través de subsidios del gobierno americano e
infraestructura impresionante, son capaces de producir una cantidad de alimentos
de forma más rápida que Ecuador. Los cultivos estadounidenses podrían entrar en
el mercado ecuatoriano tal y como ha pasado en muchos otros países latinos sin
aranceles y bajar el precio de alimentos hasta el punto en que los productos
nacionales no puedan competir en el mercado.
El tratado de libre comercio tiene varios objetivos, al menos de manera oficial, por lo
que vamos a explicar a lo largo de este epígrafe, exactamente para qué sirven este
tipo de acuerdos.
El principal leitmotiv de un acuerdo de libre comercio, es internacionalizar el
mercado, eliminar en la medida de lo posible, las barreras, tanto económicas, como
físicas, para comercializar productos y bienes. Se pretende acabar con ello, con el
proteccionismo económico, que beneficia la producción nacional. El objetivo, es que el
consumidor pueda obtener productos de cualquier otro país, de cualquier otro
mercado, en cualquier momento. Y, además, hacerlo, de una manera más fácil y sin
barreras.
Es decir, sirve para unificar criterios a nivel mundial, para que con la existencia de
multinacionales, pueda haber en cualquier lugar del mundo, el mismo producto.
Sirve para que podamos vender nuestro producto, en cualquier lugar del planeta, y
para que ampliemos nuestros mercados, a la hora de consumir y vender bienes.
Por ello, el tratado de libre comercio, sirve para eliminar barreras, que restrinjan el
comercio en las zonas que han firmado dicho acuerdo. También se pretende, con este
tipo de tratados ofrecer siempre una solución a todo tipo de controversias, es decir,
que haya una regulación. Asimismo, se quiere que haya un aumento de
las oportunidades de inversión. Promover las condiciones para una competencia
justa, es otro de los objetivos, así como garantizar una protección adecuada a todo
tipo de derechos, relacionados con la propiedad intelectual.
También sirve para fomentar la cooperación entre países miembros, es decir, para
derribar fronteras, y acercar a gentes de distintos países, que quizás no se conozcan
lo suficiente. Otra de sus utilidades, es estimular la producción nacional y la sana
competencia. Y, sobre todo, promover una competencia justa
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL TRATADO LIBRE
COMERCIO
Las zonas de libre comercio podemos encontrarlas en muchos de los países del
mundo, pero existe un listado de zonas en concreto, que podemos ver en la imagen a
continuación, que incluyen a tres o más países, que están notificadas al
organismo competente: el GATT o la Organización Mundial del Comercio y que
tienen tratados en vigencia.
Estas zonas de libre comercio quedan establecidas por cada unión aduanera,
comercio común o una unión económica y monetaria.
Además, este es un listado con los países que cuentan con esas zonas de libre
acceso.
ASIA Y ZONA PACÍFICO
Taiwan, China
Corea
Indonesia
Vietnam
Filipina
Bangladesh
India
Malasia
Pakistan
Sri Lanka
China
Indonesia
Filipinas
Talilandia
Vietnam
Macao
Hong Kong
Singapur
AMERICA LATINA
Argentina
Bahamas
Belice
República Dominicana
Guatemala
Jamaica
Nicaragua
Peru
Trinidad and Tobago
Uruguay
Venezuela,
Bolivia
Brasil
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuador
El Salvador
Haiti
Honduras
Mexico
Chile
ORIENTE MEDIO Y NORTE DE AFRICA
Algeria
Iran
Sudan
Bahrain
Egipto
Siria
Tunez
Turquía
Emiratos Árabes
Israel
Jordania
Kuwait
Líbano
Libia
Marruecos
Omán
Yemen
Irán
EUROPA CENTRAL Y DEL ESTE Y ASIA CENTRAL
Eslovenia
Bielorusia
Albania
Bulgaria
Croacia
Hungría
Kazakhstan
República de Kyrgyz
Latvia
Lituania
Macedonia
Moldavia
Polonia
Ucrania
República Checa
Estonia
Latvia
Rumanía
Serbia
Montenegro
República Eslovaca
Africa Sub-sahariana
Camerún
Cabo Verde
Guinea Ecuatorial
Gambia
Ghana
Kenya
Mozambique
Namíbia
Nigeria
Senegal
SUDÁFRICA
Tanzania
Togo
Uganda
Zambia
Zimbabwe
Benin
Djibouti
Gabon
Liberia
Madagascar
Malawi
Mali
Mauritania
Senegal
Islas Scheilles
Cuando hablamos de zonas de libre comercio y de los tratados que para estos se
establecen se podrían fijar estos objetivos para que se lleguen a un cumplimiento de
dicho tratado.
Estos objetivos pueden ser:
Que se produzca una competencia justa y que se promuevan las condiciones para
que dicha competencia sea llevada a cabo.
Que aumenten las oportunidades de hacer inversión.
Que se garantice la protección adecuada a los derechos de propiedad intelectual.
Que se pueda garantizar también una estimulación de la producción nacional.
Que se fomente el colaborar entre los países vecinos y países amigos.
Que se den soluciones antes las controversias.
Estos objetivos suelen cumplirse con el fin de un buen tratado de libre comercio, los
cuáles sirven como un medio que garantiza de manera eficaz el que podamos
acceder a productos de los mercados externos sin barreras y de manera sencilla.
Estos tratados ayudan además a que crezca el que se comercialice con los productos
nacionales, además de que se pueda generar más ofertas de empleo, se modernice la
producción, se mejore el bienestar de la población y que se pueda promover la
creación de nuevas empresas de parte de inversionistas nacionales y extranjeros. A
ello se suma también que permite abaratar los precios que pagamos como
consumidores por aquellos productos que no se producen en el país.