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el futuro de Argentina
Hoy hace 212 años, bonito capicúa, de una de las más decisivas victorias
españolas de la historia. Una con un alcance geoestratégico aún incalculable. Me
estoy refiriendo a lo ocurrido en Buenos Aires el 5 de julio de 1807. Algo de la
envergadura del enfrentamiento entre Blas de Lezo y Vernon en 1741 en
Cartagena de Indias, felizmente hoy recuperado para nuestra consciencia
colectiva, o del choque entre María Pita y Drake en 1589, que supera al
archideformado fiasco de la Invencible del año anterior, y está siendo ya aceptado
por la comunidad historiográfica internacional. ¿Pero de qué me habla usted?
¿Otra gran victoria española en Buenos Aires en 1807? Pues sí. Se lo cuento.
Inglaterra se pasó siglos soñando con quedarse con la América hispana, y sus
ínfulas se dispararon tras el Tratado de Utrecht (1713). España hubo de ceder el
asiento de negros y un navío de permiso, una limitada penetración comercial en
América que sin embargo generó en Inglaterra grandes expectativas de negocio,
pronto frustradas, lo que propiciaría la Burbuja de los mares del Sur, la crisis
financiera o crack británico de 1720. En este contexto nacerá el panfleto anónimo
Una propuesta para humillar a España, donde por vez primera, y más allá de
minucias y navíos de permiso, se detalla un plan para la conquista total de la
América española iniciándola por su parte más débil y propicia: el Cono Sur. A este
plan se sucederán otros, y, tras sonados fiascos ingleses, como el mencionado de
Cartagena de Indias, o la práctica expulsión del Nuevo Continente tras las acciones
de Bernardo de Gálvez y la emancipación de los nacientes Estados unidos
(1775-1783), Inglaterra encontrará su gran oportunidad a principios del siglo XIX.
Una España ya en franca decadencia, y la victoria en Trafalgar, la animará a lanzar
su envite final por las Indias. De este modo, expulsada de América del Norte,
intentará quedarse, por las bravas, con la América del Sur. Su plan, hijo de planes
anteriores, consistirá en un ataque combinado a ambos flancos del Cono Sur:
contra Buenos Aires en el Atlántico, y contra Santiago de Chile en el Pacífico.
«Rendición de Whitelock»