You are on page 1of 20

Ministerio de Educación y Cultura - Provincia de Santa Fe – República Argentina

Subsecretaría de Educación
Dirección Provincial de Educación Superior, Perfeccionamiento Docente, Programación y Desarrollo
Curricular
Instituto Superior de Educación Técnica Nº 18 “20 de Junio”

Carrera: Bibliotecología
Asignatura: Incentivación a la Lectura
Docente: Prof. Alicia Sánchez
Alumnos: Abellán, Magdalena
Navoni, Sebastián
Oviedo, Mercedes
Poblete, Luis

“Relatos de amor y pasión”


(Proyecto de Incentivación a la Lectura)

3 de noviembre de 2010.
Proyecto de Incentivación a la Lectura

Nombre: Relatos de amor y pasión

Ubicación geográfica: Polideportivo “9 de julio”, sito en el Distrito Sur de


la ciudad de Rosario, en calle Dorrego 3339.

Responsables:
• Sra. Lucrecia Siri (coordinadora Polideportivo 9 de Julio)
• Magdalena Abellán, Sebastián Navoni, Mercedes Oviedo y Luis
Poblete (alumnos de 2° año de la carrera de Bibliotecología, del
Instituto Superior de Educación Técnica Nº 18 “20 de Junio.)
• Prof. Alicia Sánchez (titular de la Cátedra de Incentivación a la
lectura, a cuya asignatura corresponde la realización del presente
trabajo).

Beneficiarios: La actividad fue planeada para llevarse a cabo con un grupo


de adultos, mayores de 55 años, sin diferenciación de sexo. Las
características del grupo no son específicas, dado que el Polideportivo “9
de Julio” invita a los vecinos a realizar actividades de libre elección. El
grupo suele ser heterogéneo y dinámico.

Duración: La planificación se pensó en un tiempo de cuatro meses. Se ha


ido realizando el proyecto desde agosto hasta noviembre del presente año,
momento de entrega del trabajo final a la docente de la cátedra
mencionada.

Meta: Despertar el interés personal por la lectura recreativa y


socializadora.

Objetivos:

 Realizar una lectura divertida.


 Llevar a cabo las actividades individual y grupal.
 Armar un álbum de fotos con los trabajos realizados por los
participantes
 Evaluar la actividad por parte de los asistentes.
 Evaluar a los alumnos responsables de la actividad.

Descripción:
Se comenzará con la presentación personal de los alumnos que
llevarán a cabo la incentivación, se colocarán cartelitos con los nombres a
todos los participantes y responsables, y se presentarán el proyecto y las
actividades (15 minutos).
Seguidamente se leerá el Cuento “Los Amantes del Guggenheim”, de
Isabel Allende. Se harán comentarios. Se prevé una charla general. (40
minutos)
Posteriormente se realizará la actividad El álbum de fotos. Ésta
consistirá en repartir hojas y colores para que cada participante dibuje una
foto que represente un momento de su vida que se asemeje a los sucesos
del cuento o una situación de iguales características que imaginen que les
gustaría que les sucediera. (5 minutos de explicación y 15 minutos de
actividad)
Luego se presentará cada foto en un afiche. (5 minutos)
Terminada esta primera etapa, todos juntos pasaremos delante del
afiche con las fotos y cada participante adoptará una pose que represente la
suya. Se tomará una fotografía grupal. (5 minutos)
Se procederá finalmente a realizar una evaluación individual y
anónima por parte de los participantes del taller sobre su opinión del
mismo. (5 minutos)

Talleristas: Los responsables de llevar a cabo el taller serán los cuatro


alumnos nombrados en el apartado “Responsables”.
Población del día del taller: se acercaron, por sus propios medios, al
Polideportivo 9 de Julio, un total de ocho adultos-mayores, siete mujeres y
un varón, entre 55 y 70 años, todos con sus capacidades cognitivas y
motrices acordes con sus edades, sin ningún tipo de discapacidad evidente.
Presupuesto:

• Papel A4: No hubo necesidad de compra.


• Pinturitas: No hubo necesidad de compra.
• Fotos: $2.50
• 1 CD para fotos: $1.50
• 1 DVD para video: $2.50
• Cartón para las tapas del álbum: No hubo necesidad de compra.
• Cinta bebé o cordón para armar el álbum: No hubo necesidad de
compra.
• 20 fotocopias del cuento: $28.00
• Alfileres para cartelitos de presentación: No hubo necesidad de
compra.
• 20 fotocopias de la evaluación: $1.00

• Vasitos y platitos (para la gaseosa y las galletitas que se ofrecieron


durante la actividad): $15.00

• Galletitas: $10.00

• Gaseosas: $16.00
Encuesta evaluativa

¿Que le pareció el taller?

΂ Excelente
΂ Muy bueno
΂ Bueno
΂ Regular
΂ Malo

¿Qué opinión tiene de la elección del cuento?

---------------------------------------------------------------------------------

---------------------------------------------------------------------------------

---------------------------------------------------------------------------------

Respecto de las actividades, ¿cambiaría o agregaría algo al taller?

΂ Sí
΂ No

En caso afirmativo, especifique qué.

--------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------
Diario de Ruta

⇒ Principios de septiembre. Se comienzan a hacer llamados y


entrevistas para realizar la incentivación/promoción, en dos geriátricos
y una escuela para discapacitados visuales. Las respuestas fueron
insatisfactorias.
⇒ 3 de septiembre. Se llama al Centro Asturiano de Rosario (San Luis
644) para realizar la actividad en el centro de día que allí funciona. La
encargada, Sra. Ana Eugenia Sánchez, acepta la propuesta y nos cita
para el viernes 10 de septiembre a las 9 y 30 horas en el mismo lugar
para conversar y acordar las condiciones.
⇒ 10 de septiembre. Se concreta la cita. La Sra. Sánchez no se encuentra.
Nos recibe una de las coordinadoras. Se conversan las condiciones del
grupo, aptitudes, características del mismo.
⇒ 14 de septiembre. Comienzan a producirse ideas para la incentivación.
Como producto de ello, se elige para realizar las actividades el cuento
de Isabel Allende “Los amantes del Guggenheim”. Se trabaja
posteriormente sobre la adaptación del mismo, dada su extensión, ya
que el grupo podría tender a dispersarse.
⇒ 20 de septiembre. Comienzan a debatirse y discutirse actividades a
realizarse sobre la lectura elegida.
⇒ 28 de septiembre. Comienza a redactarse una plantilla del proyecto de
incentivación, sobre el cual se realizarán modificaciones y se agregarán
nuevos aportes.
⇒ 4 de octubre. Se contacta telefónicamente a Sra. Ana Eugenia Sánchez
para realizar otra visita al lugar a fin de alcanzar la nota formal de
pedido.
⇒ 8 de octubre. La Sra. Sánchez sugiere que la actividad se realice en
otro de los centros de día en el que ella misma es encargada, el
Polideportivo “9 de Julio”, por considerar que las características del
grupo que allí asiste son más apropiadas.
⇒ 15 de octubre. Se define como actividad una adaptación de “el álbum
de fotos” para realizarla sobre la lectura seleccionada.
⇒ 20 de octubre. Se visita el Polideportivo “9 de Julio” para conversar
con la coordinadora del grupo que asiste a este centro, Sra. Lucrecia
Siri, con quien se acuerda día y hora de la actividad. Se conversan
características del grupo. Se observa un grupo similar al que concurrirá
al taller de incentivación a la lectura, realizando un taller de arte.
⇒ 23 de octubre. Los talleristas se reúnen en una casa para ultimar
detalles de la actividad.
⇒ 25 de octubre, a las 14 horas. Los talleristas se encuentran en el
polideportivo “9 de Julio” para preparar la sala.
⇒ 15 horas. Comienza el taller.
⇒ 16 y 15 horas. Finaliza el taller.
⇒ Semana del 25 al 29 de octubre. Se realizan trabajos de producción
por parte de los integrantes, edición de fotos y grabación de CD,
edición del video y grabación de DVD, y elaboración del álbum de
fotos con las producciones obtenidas de la actividad escrita. Se hace la
redacción definitiva del trabajo para ser presentado a la profesora Alicia
Sánchez.
Anexos
Rosario, 4 de octubre de 2010.

Sra. Coordinadora del


Programa “Centros de Día para la Tercera Edad” de la
Dirección de Gerontología de la
Secretaría de Promoción Social de la
Municipalidad de Rosario
Sra. Ana Eugenia Sánchez

Quienes suscribimos, estudiantes de


bibliotecología del Instituto Superior de Educación Técnica Nº 18 “20 de
Junio” Junio”, ubicado en Moreno 965, 2° piso, de acuerdo con lo conversado
con usted el viernes próximo pasado, le solicitamos tenga a bien considerar la
posibilidad de permitirnos desarrollar una actividad de promoción de la
lectura con un grupo de adultos mayores, a realizarse en el Polideportivo “9
de Julio”, el lunes 25 del corriente, entre las 14 y las 16 horas.

Motiva nuestra petición el hecho de contar


como asignatura curricular “Incentivación a la lectura”, para cuya aprobación
debemos realizar un tarea de promoción de la lectura, cuyo proyecto
adjuntamos.

Agradecemos anticipadamente su buena


predisposición y quedamos al aguardo de su repuesta.

Aprovechamos para saludarla muy


cordialmente.

Magdalena Abellán Sebastián Navoni Mercedes Oviedo Luis Francisco Poblete


Desarrollo:

1er paso: Cada uno deberá aportar una selección de fotografías de


diferentes momentos de la propia vida: curiosos, graciosos, anecdóticos, que
luego se presentaran al grupo.
2do paso: En pequeños grupos se deciden los apartados o capítulos de que
constará el álbum del grupo. Por ejemplo: Una de “culitos”, “mi primera
comunión”, “disfrazados hasta los dientes”, “cuando yo era bueno”, etcétera.
3er paso: El grupo organiza el álbum en función del material
seleccionado.
4to paso: Viendo el álbum, cada uno puede comentar lo que ve y se
figura. Puede preguntar a los demás. Al final cada uno puede hablar de sí a
partir de la fotografía.
5to paso: Cada grupo estudia “una pose” y se hace una fotografía para el
álbum.
Comentarios: El mediador debe animar a romper barreras y miedos a mostrar
todas nuestras facetas personales.
Guía de actividades para utilizar en la realización de la actividad

Introducción

¿Quiénes somos?
Somos un grupo de estudiantes de bibliotecología que vinimos en esta
tarde a realizar un taller de incentivación lectora.
Nuestros nombres son: Magdalena, Mercedes, Luis y Sebastián.
Tenemos nuestros nombres en estos cartelitos y ahora les vamos a repartir
tarjetas a ustedes para que también escriban sus nombres y se las abrochen.
El taller consiste básicamente en realizar una lectura en voz alta y una
actividad que les contaremos luego del cuento.

(Se reparten las fotocopias del cuento al grupo.)

Hoy vamos a leer el cuento “Los amantes del Guggenheim”, de Isabel


Allende, el cual consta de tres personajes y un relator, que serán
representados por cada uno de nosotros, como sigue:

Relatora: ……………………………………………… Mercedes


Elena: ……………………………………………….. Magdalena
Pedro: ………………………………………………………. Luis
Inspector Larramendi: ………………………………. Sebastián

(Se lee el cuento.)

Los amantes del Guggenheim

Relator.- Un vigilante nocturno encontró a los amantes durmiendo en


un nudo de brazos y cabellos, envueltos en la espuma de un arruinado vestido
de novia, en una de las salas del Museo Guggenheim en Bilbao. Eran las
cinco de la madrugada. El detective Larramendi agregó en su informe que
regadas por todo el edificio había señales inconfundibles de una bacanal. La
forma en que la atrevida pareja penetró al museo y permaneció allí nunca
quedó clara; los detenidos aseguraron haber pasado la noche adentro, pero los
indignados guardias juran hasta hoy que eso es imposible. El museo está
provisto de ojos mágicos, alertando a la policía, a los bomberos y al director.
Ni una cucaracha pasa desapercibida en el Guggenheim, aseguran los
expertos en seguridad, mucho menos un par de locos explosivos como aquella
pareja.
Elena.- Yo no vi un alma en toda la noche.

Relator.- Se la habían llevado los paramédicos en una camilla. Por el


suelo arrastraba la cola del vestido de velos y el cabello oscuro de sirena.
Entre tanto dos uniformados condujeron al muchacho, desnudo y esposado, a
un carro policial.

Pedro.- De vigilantes, nada. Estarían jugando cartas o mirando la


televisión. Medio mundo estaba anoche frente a la tele, por el escándalo del
Papa ¿sabe? Ella y yo anduvimos por todas partes persiguiéndonos como
conejos, yo tal como mi madre me echó al mundo y ella siempre con su
vestido de novia.

Relator.- El vestido estaba reducido a una piltrafa mancillada por las


huellas inconfundibles del amor. Larramendi, bien apodado «el mastín de
Bilbao», es un hombre que inspira respeto con su metro cincuenta y cinco de
estatura, pero no pudo hallar una sola botella vacía, corcho olvidado o colilla
de marihuana, a pesar de su legendaria capacidad para descubrir rastros de
culpabilidad donde no los hay. Larramendi no logró probar que los detenidos
hubieran violado el reglamento del museo. La muchacha del vestido de novia
debió haberse embriagado antes de penetrar al recinto, dedujo magistralmente
el detective. En cuanto al hombre que estaba con ella, al examinarlo sólo
encontraron rastros mínimos de marihuana. Según testimonio de los
empleados, al día siguiente todo resplandecía como bañado de luz solar,
aunque afuera seguía lloviendo sin tregua.

Elena.- Por eso entramos, por la lluvia.

Inspector Larramendi.- ¿Por qué ibas vestida de novia?

Elena.- Porque no tuve tiempo de cambiarme.

Inspector Larramendi.- ¿Dónde se casaron?

Elena.- ¿Quiénes?

Inspector Larramendi.- Tú y Pedro Berastegui.

Elena.- Y ése ¿quién es?

Inspector Larramendi.- ¡¿Quién va a ser, mujer?! Tu marido o tu


novio, en fin, el tipo que estaba contigo en el museo.
Elena.- ¿Se llama Pedro? Bonito nombre. Es un nombre muy viril.

Inspector Larramendi.- Volvamos al principio. ¿Dónde y cuándo se


conocieron?

Elena.- No me acuerdo. Las copas no me sientan bien a la cabeza.

Inspector Larramendi.- Eso es evidente. Estabas completamente


intoxicada.

Elena.- De amor...

Inspector Larramendi.- De amor dices, pero no sabes con quién


estabas en el museo.

Elena.- Ni idea.

Inspector Larramendi.- Cómo entraron?

Elena.- Por la puerta, claro.

Inspector Larramendi.- O sea, se introdujeron al establecimiento a la


hora en que aún estaba abierto al público.

Elena.- No, ya estaba cerrado, me parece...

Relator.- En su testimonio Pedro, el afortunado joven, aseguró también


que el museo parecía cerrado, pero ellos no tuvieron problema alguno para
entrar, empujaron las puertas y éstas cedieron blandamente.
Los acusados no podían haber ingresado al edificio como decían, porque
a las cinco y cuarto en punto las puertas se trancan a machote con un sistema
electrónico.

Pedro.- Entramos sin problemas.

Inspector Larramendi.- ¿Y qué pasó entonces?

Pedro.- ¿Pretende que le cuente los detalles, inspector? Amarnos toda la


noche, eso es lo que hicimos.

Inspector Larramendi.- ¿Dónde y cuándo conociste a Elena?

Pedro.- ¡Conque así se llama! Elena... como Elena de Troya...


Relator.- Larramendi concluyó que los transgresores no se conocían
antes de cometer el delito y debió admitir, que no hubo premeditación en sus
actos.
Aquel sábado memorable Elena iba a casarse con su novio de toda la
vida, un buen hombre que trabajaba en la modesta panadería de su padre. Sin
embargo, según averiguó el inspector, la boda de Elena y el panadero nunca
se llevó a cabo. La novia entró trastabillando a la iglesia, sostenida apenas por
el brazo de su hermano mayor, con una hora de atraso y sollozando como
viuda. Su llanto impedía oír con claridad los acordes de la marcha nupcial.
Otro indicio de que la novia no estaba en sus cabales fue que antes de llegar al
altar se quitó los zapatos, lanzándolos lejos de dos patadas, y la evidencia
final de su descontento se produjo cuando de súbito dio media vuelta y salió
disparada del templo. No volvieron a saber de ella hasta el día siguiente,
cuando apareció su fotografía en El Correo Español bajo el título de «Los
Misteriosos Amantes del Guggenheim».

Inspector Larramendi.- Repito: ¿dónde se conocieron?

Pedro.- En la barra del bar de Iñigo y apenas la vi me llamó la atención.

Inspector Larramendi.- ¿Por qué?

Pedro.- Por qué, ¿qué?

Inspector Larramendi.- Por qué te llamó la atención, hombre.

Pedro.- Bueno, no se encuentran a cada rato tías vestidas de novia,


llorando y bebiendo como cosacos en un bar.

Inspector Larramendi.- ¿Qué hiciste entonces?

Pedro.- Le hablé. Ella me lanzó una mirada y me enamoró. Así no más


fue, se lo juro Tenía el maquillaje hecho una porquería, parecía un payaso,
pero esos ojos verdes se me clavaron en el corazón. Se lo digo, inspector,
nunca me había pasado algo así. Sentí un corrientazo brutal, como meter el
dedo en un enchufe.

Inspector Larramendi.- ¿Y ella?

Pedro.- Ella puso la cabeza en mi pecho y siguió llorando. No supe qué


hacer. Después de un rato me la llevé al baño y le lavé la cara. Le pregunté
por qué lloraba tanto y me dijo que su novio era un cretino sin remedio.
Entonces le ofrecí casarme con ella allí mismo.

Inspector Larramendi.- Estaban ebrios, claro.

Pedro.- Ella estaba un poquín mareada, pero yo no bebo.

Inspector Larramendi.- ¿Qué te contestó ella?

Pedro.- Dijo que bueno, que se casaría conmigo para aprovechar el


vestido. Después me besó de lleno en la boca.

Inspector Larramendi.- ¿Y tú?

Pedro.- La besé también ¿no habría hecho usted lo mismo? No


podíamos despegarnos, nos besábamos apurados, desesperados. Fue amor a
primera vista, como en el cine.

Inspector Larramendi.- ¿Entonces?

Pedro.- Entonces interrumpió el pesado de Iñigo y nos echó a la calle,


dijo que nos fuéramos a un motel, que éramos unos desvergonzados. Todo
para no pagarme la apuesta.
Nos fuimos. Echamos a andar sin rumbo. Se largó a llover suavecito; la
cubrí con mi chaqueta, pero no había modo de evitar que se le arruinara el
vestido.
Entonces el museo se me apareció por delante, como un truco de
ilusionismo. ¡Una maravilla!

Relator.- Y Pedro enmudeció, perdido en los recuerdos de su


espléndida noche.

Inspector Larramendi.- Continúa.

Pedro.- Se me ocurrió que allí podíamos cobijarnos y corrimos por la


explanada que hay frente a las puertas del museo.

Inspector Larramendi.- ¿Nadie los detuvo? ¿Dónde estaban los


guardias?

Pedro.- No había nadie, lo que se dice nadie, inspector.

Inspector Larramendi.- ¿Y?


Pedro.- Se lo dije, apenas tocamos la puerta se abrió, invitándonos a
entrar. Ella me besó de nuevo y me dijo que quería cruzar el umbral en
brazos, como una novia de verdad. Traté de levantarla pero me enredé en la
cola del vestido y nos caímos, muertos de risa. Quisimos ponernos de pie y
resbalamos de nuevo, por último entramos a gatas, besándonos y riéndonos.

Inspector Larramendi.- ¿Vas a decirme que no averiguaste su nombre


ni por qué andaba vestida de novia?

Pedro.- No se me ocurrió, es la verdad inspector. Además yo no soy


hombre de muchas palabras, voy directo al grano ¿me entiende?

Relator.- Larramendi también es de los que prefieren ir directo al grano,


pero después, al interrogar a Elena, se propuso utilizar cierta sutileza con el
fin de no asustarla.

Inspector Larramendi.- ¿Eres puta?

Relator.- La chica, sentada muy tiesa en una silla de la clínica, se echó a


llorar, humillada. Entre hipos manifestó que se había educado en las monjas,
había preservado intacta su virginidad hasta la noche del museo y no pensaba
tolerar que un macaco bigotudo y patizambo la insultara de gratis.

Inspector Larramendi.- Bueno, niña, cálmate. Es una pregunta de


rutina, sin mala intención. Es que me parece un poco raro que Pedro y tú
hicieran lo que hicieron así no más, sin ser presentados, sin saber ni el nombre
del otro, nada...

Elena.- Fue como si nos conociéramos de siempre, como si hubiéramos


estado juntos en otra vida. ¿Se imagina, inspector? Así es el destino. Si no
salgo escapando de la iglesia y no entro en ese bar, no habría conocido nunca
el amor verdadero.

Inspector Larramendi.- Esto no es amor, mujer, es lujuria, es puro


delirio etílico. ¿Cómo explicas que ustedes dos pasaran la noche entera dando
brincos por el museo y no quedaran grabados en las cámaras de vídeo?

Elena.- Tal vez nos volvimos transparentes...

Inspector Larramendi.- ¡Mucho cuidado con el sarcasmo!

Elena.-¿No sabe que el Guggenheim está embrujado?


Inspector Larramendi.- ¿Qué brutalidades dices? ¡Es el museo más
moderno del mundo! Ese edificio está erizado de alarmas. No me explico
cómo ninguna funcionó,

Elena.- ¿Está seguro de que estábamos en el museo?

Inspector Larramendi.- ¿Me estás tomando el pelo?

Elena.- Se lo pregunto en serio, inspector. Si estaba cerrado, como dice,


y si no sonaron las alarmas, tal vez nunca estuvimos allí. La verdad es que
donde hicimos el amor no parecía un museo.

Inspector Larramendi.- ¿Cómo así?

Elena.- Por las ventanas veíamos caer diamantes, había una música de
cascada...

Inspector Larramendi.- Lluvia, hija, era lluvia.

Relator.- El mastín de Bilbao suspiró. Volvió al cuartel, donde Pedro


bebía café. Después de arrebatarle el vaso de cartón de las manos, condujo al
joven rumbo al cuarto de los interrogatorios.

Inspector Larramendi.- Así es que no le preguntaste el nombre a la


chica.

Pedro.- No hubo tiempo para mucha conversación, estábamos algo


ocupados ¿sabe?

Inspector Larramendi.- Haciendo el amor como perros.

Pedro.- Como ángeles, diría yo.

Inspector Larramendi.- Como un par de enajenados, desnudos.

Pedro.- Yo sí, lo admito, pero ella tenía puesto el vestido y estaba


cubierta por sus cabellos sueltos. ¿Vio qué lindo pelo tiene? Pura seda, como
de muñeca.

Inspector Larramendi.- ¿Cómo desconectaste las alarmas y los


televisores?

Pedro.- Yo no toqué ninguna cosa. En ese museo pasan cosas raras.


Relator.- El muchacho corroboró punto por punto las declaraciones de
Elena. A pesar de su astucia legendaria para sorprender a los sospechosos en
contradicciones fatales, Larramendi debió admitir que carecía de pruebas. Sin
embargo, la derrota no lo puso de mal humor, por el contrario, debió hacer un
esfuerzo para dominar la ligereza en los pies y el asomo de sonrisa que
pugnaban por delatar su verdadero estado de ánimo. Por primera vez su
oxidado corazón se regocijó ante un delito. Mal que mal, se trataba de un
vicio de amor.
Entre las conjeturas que se hizo el sagaz detective, estaba la posibilidad
de que los amantes hubieran ingresado en el instante preciso en que el edificio
entraba en la dimensión de los sueños y así cayeron, en el tiempo que no
marcan los relojes. El Guggenheim no era más que un museo y ¿a quién le
importa el arte? Si los chicos hubieran violado la seguridad del Banco de
Bilbao, eso ya sería otra cosa.
La prensa, olvidó pronto a los misteriosos amantes del Guggenheim.
En cuanto a los protagonistas de aquel escándalo de amor, digamos
simplemente que cuando Elena recogió el vestido de novia de la tintorería,
Pedro la esperaba en la esquina con un ramo de rosas frescas en la mano.

Isabel Allende

Esta es la actividad original, adaptada para ser utilizada en el presente trabajo.


“El álbum de fotos”

Objetivos:
Indicado para potenciar la creatividad e imaginación del grupo, además
de conocer algunas facetas “desconocidas” de sus miembros.

Características:
• Grupo grande.
• Requiere de un tiempo previo de preparación individual “en casa” antes
de la realización de la actividad.
• La duración de la actividad depende de la riqueza y originalidad de los
destinatarios.

Material:

• Cartulinas
• Rotuladores

Actividad oral
1) ¿Qué les pareció el cuento?
2) ¿Les trajo algún recuerdo o los remitió a un momento personal que
pudo haber sido y no llegó a concretarse?
3) ¿Se imaginan alguna situación de este tipo que les hubiese gustado
que les sucediera?

Actividad escrita
1) A continuación se repartirán hojas, lápices, fibras y bolígrafos.
2) Con el material repartido dibujen o escriban un relato, el recuerdo
que les despertó el cuento o la situación que les hubiese gustado
que les sucediera. Los trabajos pueden ser anónimos, esto es de
acuerdo a como más cómodos se sientan.
3) A medida que van entregando las producciones, se les hará entrega
de una encuesta evaluativa del taller.
4) Se pegarán los trabajos recibidos en un afiche para exponerlos frente
al grupo.

Para finalizar, pasaremos todos delante del afiche terminado y nos


sacaremos la fotografía final.

Despedida

You might also like