MERCADO LABORAL COLOMBIANO: EVIDENCIAS Y

DETERMINANTES

Susan Herrera* Introducción

Vanezza Rodríguez**
Alejandra Salcedo***
Resumen
El presente documento analiza el comportamiento del
mercado laboral colombiano per y pos apertura para los
años 1984-2009, con el objetivo de corroborar que el
desempleo en el país es una variable inestable que no
responde a períodos favorables de crecimiento económi-
co; para dicho fin se evaluó la Tasa de Desempleo y la
Tasa Global de Participación por Género, actividad eco-
nómica y regiones, de manera estructural y apoyada en
información secundaria.
Palabras clave: mercado laboral, desempleo, crecimien-
to económico.
El desempleo es una de las variables económicas que
causa mayor preocupación en temas de política económi-
ca para un Estado. No obstante, siendo el desempleo un
agregado macroeconómico es también un indicador social
que sustenta implícitamente dos fenómenos coyunturales
como lo son: la pobreza y la desigualdad. Por tal razón,
se crea la necesidad de analizar el comportamiento del
mercado laboral en Colombia para los períodos pre y pos
apertura económica, es decir los años 1984 al 2009.
Este documento se realizó con el objetivo de evidenciar
los desajustes en el mercado laboral colombiano, com-
probando que el desempleo en el país es una variable
inestable que no responde a períodos favorables de creci-
miento económico; para dicho fin, se evaluarán la Tasa de
Desempleo y la Tasa Global de Participación por Género,
actividad económica y regiones, de manera estructural y
apoyada en información secundaria.

*
Estudiante de Economía IX semestre. Universidad Santo Tomás. susan-
Los datos utilizados para realizar el análisis del mercado
hr15@hotmail.com.
**
Estudiante-Investigador de Economía IX semestre. Universidad Santo laboral colombiano son tomados de fuentes nacionales
Tomás. vanezza_006@hotmail.com
tales como el Departamento Administrativo Nacional de
***
Estudiante de Economía IX semestre. Universidad Santo Tomás. aleji-
ta_s21@hotmail.com Estadística (DANE) y Banco de la República; así como
85
 ISOCUANTA
fuentes internacionales como la CEPAL para un período
de 25 años comprendidos desde 1984 hasta 2009.
El documento está compuesto de 5 secciones de las cua-
les esta introducción es la primera. En la segunda sección
se considera la teoría sobre la cual gira el mercado labo-
ral, en la tercera sección se hará una contextualización
sobre los diferentes estudios realizados sobre el mercado
laboral colombiano; la cuarta sección presenta la carac-
terización del mercado laboral para 1984-2009. El artícu-
lo finaliza con algunas conclusiones.
Marco Teórico
El análisis del mercado laboral se realiza con base a las
estadísticas de empleo y desempleo, según la clasifica-
ción de la población en cinco niveles, complementándose
además, de otras clasificaciones de los ocupados según
la actividad económica o posición ocupacional.
De acuerdo a lo anterior, el primer nivel de clasificación
corresponde a la edad, con el fin de distinguir entre quie-
nes pueden tener o no capacidad para trabajar, de acuer-
do a la metodología del Departamento Administrativo Na-
cional de Estadística (DANE), se toma como Población en
Edad de Trabajar (PET) a los mayores de 12 años.
El segundo nivel descompone la PET entre población Econó-
micamente Activa (PEA) o fuerza de trabajo, como aquellos
que ejercen o buscan ejercer alguna actividad económica,
incluyéndose en este grupo a las personas con ocupación
remunerada, a los ayudantes familiares sin remuneración
que trabajan una o más horas semanales y a quienes están
buscando empleo; y Población Económicamente Inactiva
(PEI), quienes tienen edad de trabajar pero no necesitan
hacerlo, no pueden o no están interesados, en este grupo se
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encuentran los estudiantes, amas de casa, pensionados,
jubilados, rentistas e inválidos.
El tercer nivel descompone la PEA en Ocupados como la
población que trabaja por lo menos una hora remunerada
en la semana de referencia, los que no trabajaron1 dicha
semana pero tienen un trabajo y trabajadores familiares
sin remuneración; y desocupados, que no están vincula-
dos a ninguna actividad de producción, es decir, aque-
llas personas que están disponibles pero no trabajaron
la semana de referencia porque esperaban los resulta-
dos de solicitudes de trabajo, no encuentran ocupación,
están cansados de buscar, carecen de experiencia y los
empleadores los consideran muy jóvenes o muy viejos;
por lo tanto los desocupados se desagregan entre des-
empleo abierto y oculto, entre el primero se consideran
a los desempleados en la semana de referencia, pero
que realizaron alguna solicitud en el último mes y tienen
disponibilidad de trabajar y para el segundo caso se con-
sideran a los desempleados en la semana de referencia,
que no hicieron diligencias para emplearse en el último
mes, pero sí en los últimos doce meses, tienen una razón
válida de desaliento y tienen disponibilidad.
El cuarto nivel descompone a los ocupados entre plena-
mente ocupados y subempleados, finalmente el quinto
nivel lo conforma la descomposición de estas dos últimas
categorías. Los plenamente ocupados (tiempo completo y
tiempo parcial) son quienes teniendo algún tipo de trabajo
declaran no estar en capacidad o no tener el deseo de
trabajar más; los subempleados, engloba el conjunto de
trabajadores que quieren y pueden trabajar más tiempo
del que ya destinan a sus ocupaciones remuneradas, es
decir que trabajan menos de 32 horas semanales y consi-
1 No trabajaron en el período de referencia de la encuesta por estar en
vacaciones, licencia, etc.
 Mercado laboral colombiano: evidencias y determinantes
deran a su vez que: i) sus ingresos son insuficientes para
atender sus gastos normales; ii) su actual ocupación no
está de acuerdo con su formación o entrenamiento; iii)
otras razones.
En cuanto a otras clasificaciones, desde el punto de vista
económico se contemplan las ramas de actividad y posi-
ción ocupacional. En la primera se clasifica el sector eco-
nómico donde se desenvuelve el negocio de acuerdo a la
lista de sectores establecida en la Clasificación Interna-
cional Uniforme de Actividades Económicas (CIIU rev.2).
La segunda distingue el tipo de relación laboral de los
ocupados entre: a) remunerados (obreros y empleados);
b) Trabajadores independientes; c) dependientes familia-
res con o sin remuneración y d) patronos.
Finalmente, sumado a los criterios anteriores otras clasi-
ficaciones combinan la clasificación económica con des-
agregaciones demográficas, por género y rangos de edad
para cada sexo (Lora, 2004).
Indicadores del mercado laboral
Los indicadores de empleo y desempleo se construyen
como una combinación de las categorías ya presentadas.
El tamaño de la fuerza de trabajo se mide a través de
las tasa de participación, si se compara la PEA y la PET
se obtiene la Tasa Global de Participación (TGP), que es
tomada como la oferta de trabajo.
PEA
TGP = *100
PET
La Tasa de Desempleo (TD) es la proporción de la fuerza
de trabajo que se encuentra desocupada.
87
D
TD = ∗ 100
PEA
En cuanto a la demanda laboral se toma en cuenta el
porcentaje entre los Ocupados (O) y la PET.
O
TO = ∗ 100
PET
Estado del arte
Entre los estudios empíricos se tiene a López (2010)
quien realiza un estudio del mercado laboral colombiano,
detallando la informalidad y el nivel de desempleo que se
presenta por la falta de educación para una mayoría, lo
que implica el aumento de los niveles de informalidad.
Para dicho estudio el autor sugiere que el crecimiento
económico debe ser una condición necesaria para corre-
gir estos problemas estructurales del mercado laboral;
pero como esta no es condición suficiente se requieren
estrategias complementarias, es decir políticas orienta-
das a mejorar tanto la demanda como la oferta de empleo
en el país. Asimismo dentro del estudio se establecen dos
sesiones, en la primera se presenta una mirada a cifras
y estadísticas sobre el empleo moderno2, exponiendo
una situación bastante importante como lo es la tasa de
desempleo urbano que había bajado entre 1984 y 1995,
disparándose esta con la crisis de la segunda mitad de
los noventa pasando del 9.6 % (1994-95) a más del 18
% (1999-2001); donde según lo afirma hubo trimestres
2 El empleo moderno según el autor, puede definirse como la suma del
empleo asalariado con máxima educación secundaria y el empleo, asa-
lariado o no, con algún grado de educación terciaria.
 ISOCUANTA
con más del 20 %. Por otro lado, la segunda parte de este
estudio está direccionada a las estrategias que podrían
mejorar la situación de desempleo en el país, se afirma
que hay dos vías para lograrlo, por el lado de la deman-
da de trabajo donde expone que en el largo plazo se re-
quiere que la económica colombiana genere una senda
de crecimiento elevada, sostenida y no inflacionaria, de
igual forma se enfatiza la importancia de abrir la econo-
mía mediante tratados de libre comercio que incluyan los
países Asiáticos, elevar la tasa de inversión y estabilizar
en términos reales el salario mínimo. Por el lado de la
oferta se requiere como estrategia hacer reformas a la
salud y a las pensiones para asegurar el cubrimiento de
muchos colombianos que siguen en la informalidad y que
ganan menos del mínimo, un seguro de desempleo y velar
por la calificación de la fuerza laboral por medio de la
educación.
Entre las investigaciones que relacionan el crecimiento
de la economía y el nivel de desempleo, se tienen a Sán-
chez, Salas y Nupia (2003) quienes analizan los diferen-
tes grupos demográficos en Colombia y cómo estos se
ven repercutidos por los choques de ciclo que presenta la
economía nacional como global, para llevar a cabo dicho
estudio se basan en la encuesta de hogares trimestral
para las principales sietes ciudades tomando el período
comprendido entre (1984-2000), asimismo examinan el
impacto de choques sectoriales en la actividad econó-
mica sobre el desempleo, la ocupación, la participación,
los ingresos laborales, horas trabajadas y horas remu-
neradas para los diferentes grupos demográficos clasi-
ficados por edad, género y nivel educativo. Para evaluar
la variación relativa que cada grupo respecta al grupo de
referencia frente al ciclo, se utilizó un modelo de regre-
sión simple. En su estudio citan a Rubio (1992) quien
cuantificó el efecto de la actividad económica sobre el
88
desempleo. Se basó en una relación PIB y PIB potencial
para medir el ciclo económico, ya que encontró que el
comportamiento del desempleo tenía una tendencia defi-
nida a largo plazo y esta se veía afectada por choques en
la actividad económica en el corto plazo. Halló también
que las variaciones que presenta el desempleo al largo
plazo son mayores que las del producto, para ello propuso
un ejercicio donde incluyo una medida de ciclo diferente a
las variaciones del PIB, donde encontró que, los cambios
“repentinos” en la tasa de desempleo no son explicados
en gran medida por los cambios del PIB.
García y Urdinola (2000) exponen que las fluctuaciones
del desempleo no son mayores que las del producto, de-
bido a que existen otras variables diferentes del producto
que explican los cambios presentados en el desempleo al
corto plazo, no obstante, en su estudio concluyen que la
relación del ciclo económico y los ingresos laborales es
positiva y quienes se ven más afectados por los cambios
de dichos ciclos son las mujeres y jóvenes no calificados,
coinciden en afirmar que los principales factores que di-
ferencian a los oferentes en mano de obra se demarcan
por la edad, sexo, residencia y educación.
Por otra parte, dado que el mercado laboral colombiano
se ve influenciado notoriamente por el nivel de educación
se tiene a Ocampo (2000), quien expone que, entre 1991
y 1997 el desempleo aumentó para todas las categorías
educativas, con excepción de las personas más califica-
das en zonas rurales; esto último se debe, sin embargo,
a su salida del mercado de trabajo, ya que la tasa de
ocupación de estos trabajadores disminuyó notablemen-
te. De 1991 al2000 la oferta laboral aumentó en forma
moderada, por su parte, la demanda laboral, es decir, la
capacidad de generación de empleo en el conjunto del
período fue muy pobre. La creación de empleo en los sec-
 Mercado laboral colombiano: evidencias y determinantes
tores productores de bienes y servicios no comercializa-
bles internacionalmente (no transables) compensó este
factor durante la fase de auge, pero dejó de operar en tal
sentido durante los años posteriores de desaceleración
del crecimiento económico, lo que permitió que la caída
del empleo en los sectores transables se reflejara plena-
mente en la tasa de ocupación. Dentro del mismo estudio
se refleja que de acuerdo al sector de la economía y ni-
veles educativos, se encuentran dos patrones definidos,
i) caída del empleo de trabajadores con menor nivel de
educación, más característico en los sectores transables
y ii) la generación de empleo calificado se presenta en
los sectores no transables (servicios financieros); el cual
para 1991–1997 explicó dos terceras partes del aumento
de la tasa de empleo para los más cualificados, para los
trabajadores con educación secundaria completa el sec-
tor comercio que tuvo el mayor dinamismo en el empleo
y para los menos cualificados, con educación primaria o
secundaria incompleta, la fuente de ocupación se con-
centró en el sector de la construcción.
Otro aspecto que afecta negativamente el empleo es el
crecimiento del salario mínimo, donde en la década de
los 90 los salarios reales del sector formal tuvieron una
tendencia al alza a pesar de presentarse la desacelera-
ción de la economía (1998- 1999), lo cual contribuyó a
la caída del empleo en el sector formal, según el estudio
realizado por Maloney y Núñez (2001), citado en Bernal,
et al. (2009) afirman cómo un aumento del 1 % en el
salario mínimo real disminuye el empleo formal de los
trabajadores menos cualificados en 0.15v%. Donde
los costos laborales no salariales son altos y tienden a
aumentar para los últimos años (incluyendo cesantías,
prestaciones, costos de despido y otros beneficios), don-
de estos costos representan una aumento del 10 % en
la tasa de desempleo (Kugler & Cárdenas, 1999, citado
89
en Bernal, et al. 2009), de igual forma, un aumento del
mismo porcentaje en los impuestos a la nómina producen
una caída del empleo formal entre el 4 % y 5 %.
Finalmente, Uribe et al. (2006) señalan que en el sec-
tor informal la oferta de trabajadores poco calificados es
usualmente abundante. En consecuencia, la remunera-
ción de un mismo trabajador puede diferir de un sector
a otro. Se deduce de lo anterior que el grado de movili-
dad del trabajo entre sectores económicos es clave para
entender el funcionamiento del mercado laboral de un
país. El estudio que realizan los autores es importante
porque la segmentación es más marcada y profunda en
los países subdesarrollados que en los desarrollados. De
hecho, los estudios empíricos de los países desarrollados
se concentran primordialmente en la segmentación por
discriminación de algún tipo: género, raza, etnia, proce-
dencia, orientación sexual, etc.
Mientras que en los países en desarrollo como Colombia
esta segmentación se da más por el grado de educación
de la mano de obra, aunque también puede presentarse
una discriminación por género u otro tipo como el de
los países desarrollados. Para el caso colombiano, los
autores utilizan algunos indicadores socioeconómicos
que muestran evidencia de segmentación laboral. Si la
educación fuera general y de igual calidad, todos los
individuos tendrían iguales oportunidades de acceso a
los mejores trabajos; como no es así, de hecho el nivel
de educación es una clara señal de extracción social
en Colombia, las limitaciones de educación de algunos
sectores sociales se convierten en un obstáculo a la
movilidad laboral. Más aún, es posible mostrar que la
educación favorece la consecución de puestos de traba-
jo estables, como lo refleja el hecho de que los trabaja-
dores más educados suscriben más contratos escritos.
 ISOCUANTA
Por otro lado, la pertenencia a sindicatos, que también
se relaciona con la educación, incide en la capacidad
de obtener mayores ingresos; por tanto, los sindicatos
también constituyen barreras a la entrada para los tra-
bajadores externos. Por su parte los más jóvenes y los
más veteranos en su mayoría están relacionados con el
sector informal; por tanto, si no se cuenta con una edad
intermedia, la probabilidad de acceder al sector formal
del mercado laboral es menor. Como un resultado para-
dójico en este trabajo se encuentra que la mayoría de
los trabajadores colombianos están satisfechos con el
empleo que tienen; esta percepción puede estar afecta-
da por el ciclo económico, pues en el 2000, cuando se
realiza la encuesta, se sufre uno de los años de mayor
desempleo de la historia económica de Colombia. A su
vez, los autores encuentran que la educación y, por tan-
to, el nivel de ingresos, se relacionan directamente con
el grado de satisfacción percibida por los trabajadores.
Se puede plantear que este descubrimiento confirma la
percepción de la carencia de educación como una ba-
rrera significativa para la movilidad laboral y social
Caracterización del mercado labo-
ral: análisis coyuntural 1984–2009
Indicadores de desempleo
La Tasa de Desempleo (TD) para los años en mención
puede caracterizarse por tres períodos: desde mediados
de la década de los ochenta hasta mitad de los noventa
presentó una reducción pasando del 12% al 7.8 %. En-
tre 1996–2001 aumentó del 10 % al 18 %, y desde el
2002–2007 presentó una mejoría disminuyendo del 18 %
al 11 %, con una tendencia posterior a aumentar hasta
finales de la primera década del siglo XXI.
90
Figura No. 1
Fuente: Arango, García & Posada, 2007.
La explicación de esta primera tendencia se da desde co-
mienzos de los años ochenta, caracterizada por un bajo
nivel de crecimiento económico, que comenzó a finales
de los años setenta y se prolongó hasta 1983; posterior-
mente, para 1984 empezó un proceso de recuperación
económica, pero la tasa de desempleo presentó una re-
ducción hasta después de 1987 (10.6 %). Los primeros
cinco años de la década de los noventa se caracterizan
por una tasa de crecimiento en promedio del PIB real de
4.6 %, manifestándose en una disminución de la tasa
de desempleo que estuvo alrededor del 8.6 %3, que evi-
dencia un período de acercamiento a la tasa natural de
desempleo para los 25 años estudiados.
Para la segunda etapa, desde 1996 se evidenció un
crecimiento aproximado del 0.5 %, que se evidenció
con tasas de desempleo de dos dígitos, específicamen-
te desde 1999 hasta 2001 donde esta alcanzó niveles
cercanos al 20 %; donde los hogares incrementaron su
participación laboral, mayoritariamente de los jóvenes
y mujeres, por lo tanto, el aumento de la tasa de des-
empleo puede explicarse en parte por un incremento de
la oferta laboral de mano de obra no cualificada, que
la demanda no fue capaz de suplir, debido a un cam-
bio en su composición. Como consecuencia de la crisis,
3 Para el período analizado estos fueron los únicos años con tasas de des-
empleo menores de un dígito.
 Mercado laboral colombiano: evidencias y determinantes

se presentó el fenómeno de trabajador independiente tiene un sesgo histórico - cultural a favor del trabajo
(informales) como los ayudantes familiares sin remu- masculino.
neración y servicio doméstico; presentándose como un
indicador de disminución en la calidad del empleo, por
Figura No. 3
la obtención de bajos ingresos, poco acceso a la seguri-
dad social y condiciones laborales poco reglamentadas
o difíciles de vigilar.

Finalmente, en la tercera etapa se demostró una evolu-

ción de las tasas de ocupación en relación a los años
de la crisis; sin embargo, esto se ha dado a costa de la
calidad del empleo e importancia significativa del su-
bempleo, el cuál entre 2001–2006 estuvo alrededor del
33 %, que para 1997 se encontraba en 17.1 % (Améz-
quita, 2008).
Figura No. 2
Fuente: Arango, García & Posada, 2007.
Fuente: Arango, García & Posada, 2007.
En lo que se refiere a la oferta laboral en el mercado co-
lombiano, la Tasa Global de Participación (TGP) demues-
tra una tendencia creciente, especialmente para los años
comprendidos entre 1997–2003 esta variable tuvo un
incremento del 59 % al 65 %, y por el contrario la ten-
dencia decreciente se presenta en el período 2003–2008,
con una disminución del 65 % al 60 % (figura No. 3); el
primer fenómeno mencionado se debe al contexto de re-
cesión económica, donde los hogares se ven obligados a
incrementar su participación laboral, debido a una caída
de los ingresos y la insostenibilidad donde únicamente

En la figura No. 2 se constata que la tasa de desempleo
para las mujeres es más alta que la de los hombres,
en promedio 5 %, para todo el período analizado. Las
mujeres siguen siendo las peor ubicadas en el mercado
laboral, para 2005 un 62,22 % del total del trabajo fe-
menino fue informal y cerca del 90 % de los trabajado-
res por cuenta propia fueron mujeres, finalmente la tasa
promedio de desempleo anual fue de 15 % durante el
el jefe de hogar pueda responder por el sustento de los
integrantes de la familia, y el segundo aspecto debido al
proceso de recuperación que se empieza a presentar en
la economía colombiana evidenciados por el mejor com-
portamiento del Producto Interno Bruto (PIB).
No obstante, este proceso debe analizarse además de los

período (ibíd., 2008). Según Montenegro y Rivas (2005), aspectos mencionados, por la desagregación que se pue-
esto se corrobora dado que la demanda laboral man- de realizar de la TGP por género.
91
 ISOCUANTA

Figura No. 4 del empleo masculino, de esta manera para el período

analizado la variación de la TGP se representó por una
diferenciación de apenas el 3 %, es decir, se mantuvo en
niveles entre el 72 % y el 75 %, comportamiento mar-
cadamente distante con la TGP femenina donde se pasó
de una oferta del 40 % al 50 %, para el total de años
comprendidos.

Fuente: Arango, García & Posada, 2007.

Evidencia sectorial: variación del
empleo
Según la figura No. 4, la participación de la oferta laboral
por parte de las mujeres ha tendido a crecer sustancial- Figura No. 5
mente, para los años 1984–1992 esta tuvo un aumento
del 40 % al 48 %, y para el período 1997–2003 se incre-
mentó del 49 % al 57 %, la explicación de este suceso
se da por dos componentes, uno de largo plazo que se
debe a factores demográficos, culturales e instituciona-
les, y otro de corto plazo que depende de las condiciones
económicas del país, como una disminución en el ingreso
de los hogares; así, según Naciones Unidas (2004) se
presentó un incremento de la educación, formación, y
disminución de la fecundidad, en corroboración se puede
evidenciar cómo para los años ochenta la mujer maxi-
mizaba su entrada al mercado laboral entre los 25 a 29 Según Ocampo (2002), durante el proceso de apertura
años, para después empezar a disminuirla, en los noven- se debilitó marcadamente el mercado laboral debido a la
ta esto ha cambiado y ahora el máximo se alcanza entre menor generación de empleo, especialmente en los sec-
los 35–a 39 años (Santamaría & Rojas, 2001, citado en tores productivos más abiertos a la competencia inter-
López, 2001, p. 65), además se toma el contexto cómo nacional. Esta situación se manifestó en la expulsión de
entre las décadas de los 40 y 50 el promedio de educa- mano de obra con un bajo nivel de educación que no fue
ción era de 4.2 años para las mujeres y 5.3 años para los compensada completamente con una mayor generación
hombres, y entre los 70 y 80 era de 9.7 años y 9.4 años de empleo de trabajadores con más cualificación. Uno
respectivamente (Ibíd., 2001). de estos sectores generador de menor empleo fue el de
textiles, en la figura No.5 se muestra el crecimiento del
Para el caso de los hombres, se presenta una tendencia empleo para el período de 1984-2006.
más estable con pocas variaciones en la caracterización
92
 Mercado laboral colombiano: evidencias y determinantes
Existe una tendencia desde la apertura económica hasta
la crisis de finales de siglo de desaceleración en el creci-
miento del empleo del sector, esto se dio principalmente
porque aunque en un inicio se hizo un plan gradualista
de apertura, este no se aplicó en la administración de
Gaviria, por lo cual fue imposible garantizar una protec-
ción a aquellos sectores como el de textiles expuestos
directamente a la competencia extranjera; por su parte
el pico más bajo de crecimiento de empleo se evidencia
en 1998 donde decreció 10 %, año en el que la crisis
golpeó fuertemente la actividad económica dejando como
resultado una disminución del PIB en 4,2 %, esto tuvo
repercusiones en el empleo generado por el sector. Sin
embargo, la recuperación que ha tenido desde entonces
la industria textil en materia de empleo ha sido altamente
significativa para el 2006, pues el crecimiento del empleo
fue de 8 %, lo que representó una ocupación de 53.282
personas.
Para la industria tabacalera colombiana se presenta
la figura No. 6, donde se expone el dinamismo que ha
tenido el crecimiento del trabajo para dicho sector, es
menester decir que Colombia siempre ha sido un país
netamente tradicionalista en la producción del tabaco,
lo cual se remonta a la época colonial siendo este pro-
ducto originario de América, los aborígenes lo utilizaban
antiguamente para usos rituales, religiosos y milita-
res, lo cual lo hizo un elemento importante dentro de
la cultura indígena. Cuando llegan los españoles a las
Américas empiezan a darle un uso de comercialización
y este comienza a expandirse a más de 125 países del
continente, aumentando de este modo el nivel de pro-
ducción, demanda en mano de obra campesina y gene-
rando ingresos a las economías primitivas. No obstante,
en Colombia las regiones como “Boyacá, Caldas, Cesar,
Huila, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Santander
93
y Valle del Cauca, fueron los mayores productores de
tabaco”4. Sin embargo Santander ha tenido un mayor
protagonismo ya que participa en casi el 50 % de la
producción de tabaco negro, asimismo es el cultivo que
menos utiliza mano de obra no calificada y agroquími-
cos. En contraste el tabaco negro está siendo reempla-
zado por el tabaco rubio, el cual es más comercializable
internamente y exteriormente.
Entre las empresas nacionales que fueron participes en
la producción de hoja de tabaco, se tenían a Coltabaco
y Protabaco, empresas que actualmente hacen parte del
capital multinacional de la Phillips Morris5. Quien, según
la asamblea nacional de delgados de Sintraintabaco, dicha
multinacional implementó al año de su administración con-
tratos a término fijo a través de terceros, reducción en los
salarios al personal nuevo y se impulsó el outsorcing den-
tro del proceso de contratación en las empresas tabacale-
ras. Debido a lo anterior, citando un estudio realizado por
El observatorio de mercado laboral6 (2002), se afirma que
uno de los factores que ha contribuido a la inestabilidad del
empleo en Colombia ha sido los contratos a término inde-
finido, contratación de servicios, entre otras modalidades
las cuales presenta menos garantías para el trabajador y a
su vez desincentiva el empleo. Para esto ponen un ejemplo
puntual para el caso de 200 empresas afiliadas al sector
manufacturero y de servicios, donde se muestra que el em-
pleo en término indefinido es de un 50 % del total, seguido
por la cifra de 13 % para los empleados contratados por
outsourcing, y finalmente se presenta un 20 % para con-
tratos a término fijo.
4 Información citada en Mojica & Paredes (2005, p. 7). Características del
cultivo del tabaco en Santander, Ensayos sobre Economía Regional Ban-
co de la Republica. Bucaramanga.
5 Compra el 100 % de Protabaco en el 2009.
6 Universidad Externado de Colombia.
 ISOCUANTA
Figura No.6
Fuente: Encuesta Anual Manufacturera (EAM), revisión CIIU 2.
La dinámica que tuvo el crecimiento del empleo en el
sector tabacalero durante los años 90, fue debido a que
durante este período hubo una sustitución de producir
tabaco negro a tabaco rubio, ya que para dicha época
se incrementó la demanda por el cigarrillo suave, dicho
cambio presentó dos fases distintas, (i) una reducción
de la producción entre el período de 1990 y 1995 de pa-
sar de 11.645 tm a 5.508 tm., lo cual influyó fuertemente
en la oferta de empleo. Para la segunda fase (ii) hubo
una recuperación importante en la producción ya que so-
brepasaba las 8.000 tm, viéndose reflejado en los años
de 1999 y 2000, teniendo producciones de 9.246 tm y
13.642 correspondientemente7.
Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
(2005), se presenta para los años entre 1998 y 2003 un
área cultivada con tabaco por año en promedio de 14.790
hectáreas.
Con las cuales se generaron más de 2,5 millones de
jornales por año, lo que en términos de empleo ge-
nerado equivale a poco menos de 15.000 empleos
anuales. Para el 2003 el número de trabajadores
contratados ascendió a 16.463, de los cuales el
53% se empleó en el cultivo de tabaco negro (2005).
7 Véase, , Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural Observatorio Agroca-
denas Colombia (2005) Documento de Trabajo No. 55.
94
Figura No. 7
Fuente: Encuesta Anual Manufacturera (EAM), revisión CIIU 2.
El comportamiento del sector petrolero se caracterizó durante
la década de los noventa por el descubrimiento de impor-
tantes pozos petroleros, entre ellos Caño Limón, Cusiana y
Cupiagua, los cuales han contribuido al desarrollo nacional y
regional; por lo tanto, las políticas gubernamentales se han
implementado con el fin de fortalecer y motivar la búsque-
da de nuevos yacimientos que permitan mantener o incre-
mentar los niveles de producción y exportación (Ruíz, 2007).
Además, puede caracterizarse a este sector por el flujo de
inversiones, para 1988 la Inversión Extranjera (IE) represen-
taba el 90 %, y posterior a la apertura económica en el año
1991 esta participación alcanzaba el 76 %; sin embargo, a
partir de este momento el sector pierde dinamismo ya que
estos flujos de inversión se destinan hacia otros sectores, en
1993 alcanzaba un 33 % y en 1994 un 27 %; la participación
en el PIB del sector aumentó de 1.5 % en 1994 a 3.6 % en
1999, para reducirse en el año 2006 a 1.7 % (Ibíd., 2007).
No obstante, los aspectos mencionados poco reflejo han tenido
en la generación de empleo, para el año 1988 donde casi el
100 % de IE se canalizó para el sector petrolero, esta variable
alcanzó apenas un 1.3 %, para 1993 un 2.4 % y para 1999
una variación negativa de 3.1 %, en síntesis, la generación de
empleo ha sido negativa y poco significativa a pesar de ser uno
de los sectores más dinámicos en cuanto a comercio exterior y
el cual canaliza gran aporte de recursos representados por IE.
 Mercado laboral colombiano: evidencias y determinantes
Caracterización regional del mercado laboral
Con la industrialización que vivió Colombia en la cuarta
década del siglo XX, se consolidaron cuatro centros ur-
banos: Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali. Su dominio
económico e industrial hacía de cada una de estas ciu-
dades polos de desarrollo, lo cual caracterizaba a Colom-
bia como un país de ciudades, caso contrario a lo que se
presentaba en el resto de Latinoamérica, donde existía un
solo centro urbano por país.
Figura No. 8
Fuente: Arango, García & Posada, 2007.
La figura No. 8 muestra por su parte la tasa de desem-
pleo en los 4 centros urbanos más importantes del país,
se muestra un comportamiento descendente hasta 1996,
año en el cual empieza a aumentar en todas las regiones.
Las ciudades con mayor empleo en el sector formal para
el 2005 se encuentran, en su orden, Medellín, Bogotá,
Manizales, Cali y Pereira, con porcentajes de 48 %, 45
%, 44 %, 40 % y 39 %, respectivamente. Existe corres-
pondencia entre las ciudades con mayor nivel de indus-
trialización y empleos de buena calidad, pues el sector
formal moderno es el que mayor proporción que puestos
de trabajo genera. En contraparte, las ciudades que tie-
nen frenado su desarrollo y con una ubicación más peri-
férica se caracterizan por tener abundancia en puestos de
95
trabajo precarios y sin opción para generar economías a
escala que impliquen un impulso en su desarrollo.
Conclusiones
Los resultados obtenidos en este trabajo muestran el
comportamiento inestable del mercado laboral colombia-
no en los últimos 25 años, con una única etapa de bajo
desempleo (5 primeros años de la década de los noventa),
en contraste para los años restantes donde el desempleo
se ha mantenido en dos dígitos. Para la década de los
ochenta y finales de los noventa se evidencia una correla-
ción entre bajo crecimiento y aumento del desempleo; sin
embargo pese a la recuperación evidenciada desde el año
2002 el desempleo sigue manteniéndose en altos niveles,
en comparación al patrón regional, especialmente en el
año 2007 a pesar que Colombia creció por encima del
promedio latinoamericano8, su tasa de desempleo (11 %)
era superior al promedio de la región (8.5 %).
Cuando se hace un análisis del desempleo por género se
observan marcadas diferencias en la oferta laboral, por
la desaceleración económica y factores sociales y cultu-
rales (control de la natalidad y mayor número de años de
educación), las mujeres tendieron a aumentar su partici-
pación en el mercado laboral, en comparación a la de los
hombres que mantuvo una tendencia más estable; sin
embargo, se observa que el desempleo femenino es ma-
yor que el masculino y que la calidad del mismo también
es menor en las mujeres, debido a su reciente inclusión.
Finalmente, debido al cambio de metodología en la me-
dición del desempleo realizada por el DANE, no se está
evidenciando realmente el número de personas que se
8 Colombia tuvo un crecimiento del 6.8 % mientras la región creció a un
promedio del 5.5 %.
 ISOCUANTA
encuentran desempleadas, dado que esta institución in-
cluye a personas informales y subempleadas como ocu-
padas, a pesar de la baja calidad del empleo; por lo tanto
los resultados de la encuesta no reflejan en realidad el
deterioro del mercado laboral. En este sentido, se man-
tendría una tendencia ascendente del desempleo, resul-
tado de la inexistencia de políticas por parte del Estado,
que fomenten la demanda de mano de obra por parte de
los empresarios9, pero también por el lado de la oferta
impartiendo una mejor educación a la población.
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