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PARCIAL RECUPERATORIO

ANÁLISIS DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

AÑO 2010

ENTREGA: VIERNES 26 DE NOVIEMBRE


1) Lea el artículo del intelectual italiano Antonio Tabucchi e identifique en su relato los
factores del mundo contemporáneo que hayan sido abordados en nuestro Curso.
Reflexione sobre ellos.

Antonio Tabucchi: “Europa está más vieja que nunca”


Escritor de prestigio internacional, Tabucchi es, además, un autor preocupado por la
política. En este diálogo presenta “La oca al paso”, su nuevo libro de artículos: una
mirada cruda sobre la realidad europea y sobre Italia, donde “el aire es irrespirable”.
“Los ideales culturales que aportó Berlusconi son los del dinero, los de las putas”,
afirma.

Por Héctor Pavón

Hay un mundo que Antonio Tabucchi ama. Y hay otro que detesta y lo angustia, lo
lacera. En el primero de ellos, en la altura, reinan la literatura, la política, las ideas y,
en el otro, más bajo, habitan los monstruos de sus pesadillas que lo incitan a escribir
casi violentamente, con la sangre en cada letra trazada a mano. En 2006 publicó en
Italia un libro que llegó recientemente a nuestro país: La oca al paso. Noticias desde la
oscuridad que estamos atravesando (Anagrama). Allí, precisamente, describe el
mundo oscuro, por el que siente vergogna, el de los gobiernos corruptos, del
terrorismo, de la corrupción, del consumismo. ―La verdadera vida está en otra parte‖,
escribe Arthur Rimbaud y lo recupera Tabucchi para graficar lo que está describiendo
como mundo bajo, el lugar donde no desea estar. Tal vez esa búsqueda constante lo
lleve de Toscana a París y luego a Lisboa, capital del país que le ha obsequiado la
nacionalidad, Tabucchi no termina de aceptar la época italiana que le tocó vivir.
Tampoco la europea.
La Oca al Paso está dedicado a ―la memoria de mi amiga Susan Sontag, de los días
en los que proyectábamos hacer a cuatro manos un libro de este tipo, sobre los
payasos que guían la suerte del mundo‖. Se refería a la idea del payaso de Norman
Manea que había delineado en su libro Payasos. El dictador y el artista basado en dos
modelos: el blanco y el augusto; el primero es el dictador y el segundo, el artista.
Manea lo explicaba a Ceaucescu. Con Sontag, querían desarrollar la idea de que
podemos entender al payaso en un contexto totalitario, pero, claro, el problema
aparecía cuando los payasos eran protagonistas en democracia... De esos y otros
payasos habla en este libro donde, al fin de cada capítulo, abre el juego para seguir
leyéndolo de acuerdo con lo que indique el dado. La clara reminiscencia de Rayuela
de Cortázar es inevitable. Desde Italia, con las intermitencias de una comunicación
que se cortaba permanentemente, Tabucchi habló de la oscuridad contemporánea. De
todos modos, prefería reírse de los cortes telefónicos y burlarse de los servicios de
inteligencia que no estaban contentos con sus declaraciones.
-Ha estructurado este libro como el juego de la oca...
-Sí, efectivamente.
-¿Se divirtió haciéndolo?
-No demasiado. Es un juego aparente. En realidad era para mostrar que en el fondo
tout se tient, todo es como una tela de araña, es la realidad que nos rodea. Y a veces,
pensamos en un hecho que sucede y que tiene relación con otro; en suma, es la vieja
historia del aleteo de las alas de la mariposa. Como decía Pasolini, las cosas están
conectadas entre sí. Y lo importante es tratar de mostrar el entrelazamiento de los
hilos que está detrás de la alfombra. Naturalmente, las combinaciones pueden ser
también distintas, pero las cosas están siempre sujetas una a la otra. Es decir, si cae
una bomba en Bagdad es porque una mariposa aleteó en Washington, en definitiva.
Eso es obvio. Pero a veces es algo en lo que no se piensa. Lo importante es tratar de
comprender la conexión de las cosas. Naturalmente, muchas veces mi idea puede ser
arbitraria. Pero no tiene importancia. Yo indico los caminos al lector y puede
construirse el juego del mundo como hizo Cortázar con Rayuela. Sólo que aquí los
hechos son reales.
-Ha dicho varias veces en los últimos tiempos que Italia vive la dictadura de la
palabra. ¿Todavía lo percibe así?
-Quizá más todavía. Tal vez usted sepa que recientemente estuvo Gadafi en Italia.
También he leído en los diarios portugueses que, en breve, algunos exponentes del
gobierno portugués tratarán de firmar acuerdos económicos con Libia. En suma, los
hechos están de nuevo todos unidos. Y en este momento, lo que le interesa a
Berlusconi en Italia es que se sepa lo menos posible. Y como usted sabe, hay una ley,
llamada ―ley mordaza sobre los medios‖, que él intentaba hacer sancionar. O sea que
todo está relacionado. Si la prensa consigue dar a conocer cuántos negocios de miles
de millones de euros estableció Berlusconi con Gadafi resulta fastidioso para él. Mejor
que no se sepa. Pero la dictadura de la palabra es algo muy especial porque es sabido
que no hay necesidad muchas veces de la ley mordaza porque la prensa italiana
piensa por sí sola en ponerse la mordaza. Esto por ejemplo, salió a relucir de manera
clamorosa recientemente. Un periodista independiente que cubre el área de
información general descubrió que el presidente del Senado Renato Schifani fue
indagado por asociación mafiosa tres veces e incluso reprodujo la fotocopia de la
fiscalía de Palermo donde se ve que fue indagado y que después se archivó. Esa
noticia no la difundió nadie. En cualquier país democrático libre, en la prensa libre, una
noticia de ese tipo sería clamorosa. Ni el diario La Repubblica, ni Il Corriere della Sera
lo han destacado. O sea: no hay necesidad de censura si alguien se autocensura.
¿Entiende?
Se corta la comunicación por primera vez...
-¿Y cómo se sienten los intelectuales italianos en este contexto?
-Ah, no sé. Yo puedo responder por lo que a mí respecta, en definitiva. Por lo tanto, no
lo sé. Furio Colombo escribe su desazón sobre el hecho cotidiano. Es un
parlamentario, está muy incómodo. Yo trato de estar lo menos posible en Italia porque
el aire es irrespirable, en definitiva. Está pútrido ese país. Podrido.
-¿Tanto?
-Sí, podrido. La corrupción, la mafia, las empresas, los servicios secretos. Todo está
podrido.
-Entonces, y aunque su libro es de 2006, ¿todavía cree que estamos atravesando
la oscuridad?
-Está más oscuro que en 2006, en lo que se refiere a mi país, ya es de noche,
completamente...
Segundo corte.
-Te estaba diciendo que me parece que la situación empeoró en el sentido de que ese
libro, lamentablemente, ya fue superado por los acontecimientos. Lo que ha pasado
últimamente es mucho más grave de lo que yo preveía. Por ejemplo: se ha
descubierto que el estado italiano hizo acuerdos con la mafia hace algunos años y eso
se había mantenido oculto. Esto lo ha revelado Massimo Ciancimino (hijo de un
alcalde mafioso de Palermo). Y algunos políticos se vieron obligados a admitirlo. Se
descubre que el senador Marcello Dell‘Utri, fundador del partido Forza Italia y gran
amigo de Berlusconi, es condenado en segunda apelación por asociación externa a la
mafia, en suma, por colaboración externa de asociaciones mafiosas. Se descubren
lazos entre las asociaciones criminales y la política que dan terror. El clima es de una
especie de cacería de personas, la agresión es muy fuerte, hay muchachos que fueron
enviados a la cárcel y que después murieron... No se entiende bien cómo ni siquiera
se llega a hacer una investigación. Y se descubre que la cúpula de la policía ordenó el
asalto durante el G8 de Génova en 2001 cuando hubo chicos que fueron torturados:
todos los acusados fueron condenados por el tribunal a penas muy altas y de todos
modos el gobierno de Berlusconi le confirmó su confianza. O sea que el clima se ha
deteriorado de una forma espantosa. Por desgracia, mi libro, debo confesar, no es
actual. La realidad me superó.
-¿Y entonces cuál es la situación de los jóvenes? ¿Tienen una idea del futuro en
este contexto?
-Ah, no lo sé. Se lo estás preguntando a una persona vieja y no tengo idea del futuro.
Imaginémonos los jóvenes, pobrecitos. Tienen que estar muy perdidos en una
situación de este tipo. Hay una gran desorientación entre ellos, entre otras cosas
porque no tienen puntos de referencia. Y además, si pensamos que Italia que tiene a
Berlusconi desde hace 16 años... Ellos no han conocido otra Italia que la de
Berlusconi, con sus valores, que son el dinero, las mujeres, las putas, los autos de
lujo, las mujeres estúpidas…
Tercer corte... Tabucchi deja el teléfono fijo por el celular.
Ah, se pierde la línea… ¿Escuchaste lo que dije?
-Repítamelo, por favor.
-Estos jóvenes eran bebés cuando llegó Berlusconi. ¿Y cómo decirlo? Los ideales
culturales que aportó Berlusconi, son los del dinero, de las putas. Esas son las
imágenes que Berlusconi dio a los jóvenes italianos. Los que no fueron al exterior, que
no conocieron otros países que no tienen posibilidad de lectura piensan que el mundo
es eso.
-¿Pero hay un interés por saber lo que pasa fuera de Italia? En la cultura por
ejemplo.
-Es que todavía hay muchas fronteras. En sentido cultural. Hay que saber hablar
idiomas. Quizá los jóvenes privilegiados sí puedan hacerlo, los estudiantes
universitarios. Y ésa no es la gran masa...
-Entonces, fuera de Italia, ¿usted cree que líderes como Obama tienen capacidad
para cambiar el modelo cultural económico, hacerlo más humano?
-Mira, yo observo una cosa. Esta Europa en la que vivo es muy hostil con Obama.
Esta Europa amaba mucho a George Bush, a José María Aznar, a Silvio Berlusconi, a
Tony Blair...
Cuarto corte...
-Pareciera que hay gente que no está muy contenta con esta conversación...
-¿Con esta conversación? Sí, quédate tranquilo, son los servicios de inteligencia. Nos
están interrumpiendo constantemente. Te estaba diciendo que esta Europa en la que
me encuentro todavía es la de antes. Está igual. Cambió Estados Unidos, pero Europa
sigue siendo la misma. Yo estoy encontrando una gran hostilidad con respecto a la
política de Obama. Esta sigue siendo la Europa que amaba a Bush. Tony Blair no está
más pero quedó su influencia; Berlusconi todavía está; Aznar no está más pero hay
una fuerte herencia en España; a Europa no le gusta Obama, es muy hostil con él, se
percibe. Ninguno de ellos fue a Washington a hacer una visita. Además, esta Europa
está defendiendo los grandes intereses económicos de los bancos y de las altas
finanzas. O sea que la política económica de Obama es contraria a la Europa actual.
Además, la administración Obama ve con malos ojos que Italia, y Francia tengan
relaciones comerciales y militares con Libia y Gadafi. En 2007, Sarkozy fue el primer…
Quinto corte. Tabucchi retoma la comunicación por el teléfono fijo.
-En 2007, Francia con Sarkozy fue el primer país europeo que recibió a Gadafi. Ahora
están expulsando a los gitanos, pero la carpa de Gadafi fue levantada en los jardines
de los Campos Elíseos. O sea que hay nómades y nómades para Sarkozy porque esa
carpa del coronel Gadafi no tenía los objetos pobres de las carpas de los gitanos, tenía
miles de millones. Para darte una idea, Francia con Sarkozy facturó 10.000 millones
de euros con el coronel Gadafi al venderle 14 o quizá más aviones de caza Rafale,
cerca de 20 helicópteros de combate y dos reactores nucleares oficialmente para
hacer desalinización. Pero nunca se sabe qué uso pueden llegar a tener esos
reactores nucleares. Estos intercambios de armas, no creo que le agraden mucho a la
administración Obama. A su vez, Italia firmó un tratado de amistad con Gadafi por el
cual se establecen relaciones privilegiadas en lo que se refiere a la provisión de gas y
petróleo. A cambio, Gadafi organizó campos de, cómo decirlo, accoglienza entre
comillas, para los ciudadanos que huyen de Eritrea y Etiopía donde hay un dictador.
Eritrea es un país muy amigo de Gadafi, sus ciudadanos, en esta situación, tendrían
derecho a tener asilo político en Europa. Ellos llegan a las costas de Libia y Gadafi los
manda a los campos. Son campos de concentración, esencialmente. Libia, nunca
firmó el Acuerdo de Ginebra para los refugiados pero está creando una serie de
campos para refugiados y rechaza la visita de los observadores de la ONU porque no
quiere injerencias internas. En suma, la situación me parece en el límite de lo
soportable.
-También hace hincapié en las discusiones sobre el franquismo que se debaten
en España. ¿Por qué cree que hoy se vuelve a discutir el franquismo?
-Más que nada, se encuentran cadáveres. Cerca de Burgos, hace poco, encontraron
una nueva fosa común, España verá qué hacer en este momento. He visto que
lamentablemente y gracias a una ley extraña, Baltasar Garzón, un gran fiscal de la
república, fue obligado a callar. Por lo tanto, evidentemente ya es muy difícil trabajar
sobe la memoria. Desde el punto de vista histórico, incluso si las familias de las
víctimas reclaman saber la verdad.
-¿Usted cree que se puede revisar el pasado, pensar el futuro o que solamente
se puede vivir el presente?
-El presente como entidad temporal sin el futuro, y sobre todo, sin el pasado, no existe
porque mientras estamos hablando el tiempo pasa. No existe el instante inmóvil, o sea
que vivir el presente no tiene ningún significado. El presente existe si se inserta entre
el pasado y el futuro. El tiempo es una trinidad y por ende un mundo que vive sólo el
instante fugaz del presente es un mundo peligroso, muy peligroso.
-¿Cuál es el valor de la verdad para los pueblos y para los gobernantes? ¿Es un
valor importante, en este momento, la verdad?
-No lo sé. Quizá sea una imagen que pueden poner en sus billetes de banco. La
verdad para los gobernantes son los billetes de banco.
-Y entonces, ¿podemos pensar que la TV construye una verdad, la verdad de la
gente?
-La TV construye lo que le parece. Lo que quiere la TV, es lo que construye. En Italia
construye mierda, si puedo usar una palabra explícita...
-La televisión colabora con la producción del pensamiento lapalissiano...
(concepto que significa explicar lo obvio como extraordinario)
-En este momento los medios, la televisión, suministran tan pocas noticias, que una
cosa evidente se torna misteriosa. Ya no se sabe si el agua está húmeda, en suma.
Hace falta un consejo de ministros para establecerlo.
-En esta situación mundial de la que estamos hablando, ¿cuál es para usted el
lugar de América Latina?
-Eso es algo que saben ustedes mejor que yo. Hay tendencias populistas que asustan
en algunos países de América Latina. El populismo es una tentación a la que América
Latina siempre cedió un poco, digamos. Y al mismo tiempo, hay rebrotes de la derecha
en otros países, en suma. Al mismo tiempo creo entender que hay grandes cambios
en grandes países como Brasil, etcétera. Pero habrá que esperar. América Latina
depende mucho, y siempre dependió de lo que es la política europea y la política
estadounidense. Siempre hay una interdependencia. Pero todo es muy extraño en
este momento. Es difícil evaluarlo. Si Lula va a visitar a Ahmadinejad a Irán es porque
va a hacer negocios y va con la misma desenvoltura con la que iría un dirigente no
democrático. El mundo de hoy, en este momento histórico, depende mucho del dinero.
Quizá nunca ha sido tan fuerte la influencia del dinero sobre las conciencias, sobre las
morales, sobre la política, sobre todo. Hoy es el momento del dinero. Más que nunca.
-Usted escribió que la primera vez que a Europa la llamaron vieja fue en 1909.
Entonces, ¿Europa es vieja?
-Hoy está más vieja que nunca. La veo realmente vieja.
-Pero entonces, ¿dónde está lo nuevo?
-Es difícil saberlo. Yo creo que es viejo el hecho de que periódicamente Europa deja
aflorar un microbio, que evidentemente forma parte de Europa porque lo inventamos
nosotros, que se llama fascismo. Está adormecido unos años y luego vuelve a aflorar.
Y cuando aflora, todo huele a una vejez espantosa. Y en este momento –cuando hablo
de fascismo, hablo de una manera muy simplificadora. Pero hay nuevamente vientos
racistas, se vuelve a ver en los gitanos el peligro de la sociedad, después se pasará a
los judíos, después a los árabes, después a los homosexuales, después a los
intelectuales, después a los disidentes políticos. Es una vieja historia. Pasó hace nada
más que 60 años, ¿ya lo olvidaron? ¿Se olvidaron de que en Auschwitz quemaron por
lo menos a 500.000 gitanos? Deberían tratar de resolver sus problemas. No son
tantos, es un pequeño pueblo. Pobrecitos: son feos, sucios y malos como la película
de Ettore Scola. Pero ellos no son el peligro del mundo. Al contrario, merecen el
respeto aunque sea por el hecho de haberlos quemado. Y en cambio, de nuevo, en
Francia, en Italia, el peligro máximo para estos países son los gitanos. Pero,
francamente… No nos parece que sea vieja esa historia.
2) Reflexione sobre el significado de la siguiente fotografía de un afiche de Western
Union que se puede observar en nuestra zona y su vinculación con la realidad de los
flujos humanos.

3) Lea la siguiente noticia y reflexione sobre el fenómeno de la reducción de costos en


la economía del nuevo siglo en base al hecho que describe. No se trata de resumir la
noticia sino de reflexionar sobre ella.

La mano de obra barata podría dejar a Italia sin su automotriz


emblemática
Publicado el 14 de Noviembre de 2010
El CEO de la compañía amenaza con llevar todos los negocios más allá de las
fronteras para sacar provecho de los beneficios fiscales que otorgan otros
países europeos y asiáticos. Los sindicatos y el gobierno lo tratan de ingrato.

―A la Fiat le iría mejor si redujera su presencia en Italia.‖ Sergio Marchionne arremetió


con todo contra el territorio donde nació y creció la empresa que hoy dirige. Y lanzó
una alarma que sonó a amenaza: a las empresas les resulta cada vez más rentable
producir en los países de Europa del Este. La cuestión de la competitividad disparada
por el CEO de la automotriz en el programa político Che Tempo Che Fa (Qué clima
hace), transmitido por el canal público Rai 3, abre escenarios aun más oscuros para
los trabajadores italianos.
La apertura de la Unión Europea hacia los países de la ex Unión Soviética fomenta por
ejemplo la deslocalización de las empresas, tentadas a emigrar hacia zonas en donde
se trabaja en condiciones de semiexplotación o se incentiva la inversión extranjera.
Fiat ya desembarcó en China, Polonia y Turquía, entre otros. Y su nuevo objetivo es
trasladar parte de la modesta producción que aún reside en Italia a Serbia.
Un trabajador de la Fiat en Italia gana un sueldo básico de 980 euros por mes y trabaja
8 horas diarias, cinco días por semana, en turnos de 6 a 14 o de 14 a 22. Si elige
sacrificar el sueño y trabajar de noche, esta cifra oscila entre los 1300 y los 1400
euros. En Belgrado, la capital de Serbia, donde Marchionne amenaza trasladar lo poco
que queda de Fiat en Italia, un trabajador apenas alcanza los 450 euros. En
Kragujevac –ex capital del país– la Fiat ya absorbió a 1000 obreros de una vieja
productora de armas fundada en 1853 y adquirida por el grupo turinés en 2008 para la
fabricación de autos, y llegará en pocos meses a contar con 2400.
De los diferentes modelos Fiat, el famoso Panda se produce enteramente en Polonia.
El Idea se hace en Italia y en Brasil para el mercado sudamericano. El flamante 500
también se hace en Polonia, pero los tentáculos de la Fiat llegaron, además, a
Turquía, India y China, donde desembarcó precozmente en 1986 a través de 16
sociedades que emplean a 8000 personas.
Marchionne –que asumió el timón de la empresa en junio de 2004 en plena crisis de la
industria automotriz e hizo resurgir de entre sus cenizas a la marca– aseguró que ―ni
siquiera un euro de los 2000 millones de beneficio operativo previsto para 2010‖
proviene de Italia. Además, agregó que Fiat –el grupo italiano con mayor número de
trabajadores, casi 191 mil, de los cuales 110 mil trabajan fuera de la península– no se
puede dar el lujo de ―seguir administrando sus fábricas en pérdida para siempre‖.
Según un dossier de diario La Repubblica, en los cinco establecimientos italianos de
Fiat (Melfi, Lingotto, Pomigliano d‘Arco, Mirafiori y Cassino) se realizan, en la
actualidad, 650 mil autos por año con 22.080 trabajadores. Así, la producción media
por año de un obrero italiano es de 29,4 autos. En Polonia, en cambio, donde se
realiza el Panda, el 500 y el Y, existe mayor productividad por trabajador: cada uno de
los 6100 obreros produce 100 autos por año. Es decir, casi cuatro veces lo que
produce un lavoratore de la península. También en Brasil, con 77,6 autos por
trabajador, se produce más del doble que en Italia.
En resumen: 22 mil obreros italianos, divididos en cinco fábricas, producen en un año
650 mil autos. Mientras que 6100 obreros de una única factoría en Polonia producen
610 mil máquinas.
Marchionne fue rápidamente etiquetado por el gobierno, la oposición y, sobre todo, por
los sindicatos, como un ingrato. Las críticas subrayan que la empresa de Turín –
propiedad de la familia Agnelli, y que mantiene una alianza global con la
estadounidense Chrysler– vivió y gozó de beneficios estatales por décadas (según Il
Messaggero de Roma, en los últimos 30 años Fiat recibió 7600 millones de euros de
las arcas del Estado) y hoy le da vuelta la cara a un país que invirtió en su futuro y
luchó contra los continuos fantasmas de quiebra. Pero el CEO tuvo pronta respuesta
frente a la marea de críticas: ―No quiero que nos digan gracias, pero no quiero
tampoco que nos acusen de haber recibido ayuda del Estado: los incentivos son
dinero que va a los consumidores.‖ Además, recordó que, en términos internacionales,
Italia ―está en el lugar 118 sobre 139 por eficacia en el trabajo, y en el lugar 48 por
competitividad de su sistema industrial (muy por detrás de Francia, que está en el 15º
y de Alemania en el quinto). El nuestro es un sistema que perdió competividad año
tras año, no es culpa de los trabajadores.‖.
El fenómeno de la deslocalización no es nuevo y no se circunscribe a la realidad
italiana. En Europa hay muchísimos casos similares de empresas que trasladan su
producción atraídas por diversos factores: los bajos costos del trabajo, la estabilidad
política, las leyes convenientes para la inversión extranjera, la falta de normas que
protegen el medio ambiente, los bajos impuestos, y las condiciones de trabajo más
flexibles (menos seguridad, jornadas laborales más largas e intensas, ausencia de
sindicatos). Cada compañía, en la búsqueda por maximizar sus ganancias, persigue
estos ―elementos‖ en una proporción distinta, pero todos estos factores pesan cuando
un fabricante debe decidir dónde producir.
La migración de una empresa no produce sólo consecuencias negativas en el país de
origen. El aumento de la desocupación en el país ―madre‖ se traduce en la creación de
empleo de baja calidad en el país que recibe a la empresa, generando un efecto
dominó que hace que las demás compañías, en ambos puntos de la cadena,
flexibilicen las condiciones laborales para poder competir con los bajos precios
derivados de condiciones de semiexplotación.
Según un estudio de la consultora A. T. Kearney, algunos países son más ―tentadores‖
que otros a la hora de decidir el destino de una inversión. El ránking revela que, en el
top 3 de los países más redituables, están India, China y Malasia. En el puesto 12 está
Brasil y en el 27 la Argentina, ambos por detrás de Chile, el primer país sudamericano
de la lista que está octavo. Polonia está en el 38 e Italia ni siquiera aparece entre las
50 naciones en las que es más conveniente asentar una compañía si se quiere ganar
mucho invirtiendo poco.
El dirigente número uno de la multinacional –que según La Repubblica gana 400
veces más que un obrero de su fábrica– es protagonista de una pulseada a todo o
nada con los sindicatos por la flexibilización de las condiciones de trabajo en dos de
sus fábricas de Nápoles. Y las últimas declaraciones del CEO no hicieron más que
alimentar el clima de tensión con los sindicatos, que hace varios meses denuncian el
interés de Fiat por deslocalizar su producción en busca de mano de obra más barata.
A contrapelo de las reacciones de los italianos, el diario El país de España festejó el
nuevo ―estilo Thatcher‖ resucitado por el CEO de Fiat. Para el diario madrileño, la
forma en que Marchionne maneja a los sindicatos ―recuerda a las batallas de Margaret
Thatcher en el Reino Unido durante los ‗80‖. Y su planteamiento de ―dejarse de
tonterías está funcionando. En unos meses consiguió más flexibilidad laboral de la que
ha logrado obtener Italia‖.
La fábrica de Pomigliano es el escenario de mayor conflicto. Cuatro de los cinco
sindicatos de la fábrica ya ―compraron‖ las promesas de Marchionne de crear empleo y
firmaron un acuerdo de productividad. Pero el principal sindicato del país, la FIOM, que
representa al resto de los trabajadores, resiste y se niega a aceptar la enésima
arremetida contra los derechos de los obreros que pusieron los primeros ladrillos de
una fábrica ícono del made in Italy.
Sin embargo, una de las principales razones de la mudanza a Serbia (uno de los
países candidatos a formar parte de la UE), no es tanto el bajo costo salarial sino los
incentivos a la inversión extranjera previstos por el gobierno del país balcánico:
eximición de impuestos por diez años, 10 mil euros por cada obrero contratado en
blanco, y el pago por parte del Estado de hasta el 40% del salario de un obrero para
que sea regularmente contratado. Difícil resistir a los cantos de sirena del este, dice
Marchionne cuando se refiere al ―problema de competitividad‖.
Para el diario oficialista Il Giornale, el problema planteado por el CEO de la principal
automotriz italiana no hace más que reafirmar que el verdadero ―enemigo‖ de un
trabajador italiano no es el patrón sino el trabajador polaco. Un falso dilema si se
considera que, como reconoció el propio Marchionne, el costo del trabajo incide sólo
un 8% en el costo final de la producción.

4) A partir de la lectura de la entrevista a Michel Maffesoli reflexione sobre las


particularidades del tiempo posmoderno en relación a los conceptos abordados por el
filósofo. (no resumir la entrevista)
Michel Maffesoli: "El futuro ya no moviliza energías"
Para el sociólogo francés Michel Maffesoli posmodernidad es el nombre
"provisorio" que se le da a esta época en la que no se piensa en mañana y sólo
se trata de vivir intensamente el presente. En América Latina y en Extremo
Oriente, afirma, se desarrollan los laboratorios de la creatividad.

Por Héctor Pavón


Para el sociólogo francés Michel Maffesoli posmodernidad es el nombre "provisorio"
que se le da a esta época en la que no se piensa en mañana y sólo se trata de vivir
intensamente el presente. En América Latina y en Extremo Oriente, afirma, se
desarrollan los laboratorios de la creatividad.
Michel Maffesoli vive sólo el presente. "Creo que no existe una cosa llamada futuro",
dice en esta charla ocurrida en un hotel boutique de Buenos Aires pleno de objetos
envejecidos y futuristas que contradicen la identificación temporal de este profesor de
sociología de la Sorbona. Vino a Buenos Aires a dictar un seminario en el Doctorado
en Ciencias Sociales de la FLACSO, invitado por Fundación Osde y a presentar su
último libro El Reencantamiento del mundo (Dedalus editores) en la Alianza Francesa
de Buenos Aires. Viaja con frecuencia a Sudamérica y a Oriente donde detectó los
"laboratorios de la posmodernidad" distinguibles por el culto a la creatividad. En los
años ochenta Maffesoli teorizó sobre las tribus urbanas y desde entonces su apellido
va enlazado a cuanto agrupamiento juvenil ocurra en cualquier lugar del mundo. Da lo
mismo si se trata de Tokio, Nueva York, Barcelona o Buenos Aires, las conductas
tribales se repiten y hallan ecos a un lado y otro del mundo. "Nuestras sociedades van
a ser en cierto modo una especie de mosaico de esas tribus y cada uno va a participar
en varias de ellas. En función de mi gusto sexual, musical o religioso, voy a estar hoy
acá, mañana en otra tribu", define antes de volcarse a reflexionar sobre el contexto en
que este fenómeno se desarrolla. Por eso, comienza esta entrevista bautizando y
caracterizando la era en la que vivimos.
-En Europa la intelligentsia política, periodística y universitaria continúa hablando de
modernidad para describir el período en el que vivimos. Soy de los que creen que
estamos en la posmodernidad dado que tenemos toda una serie de valores que ya no
son los que imperaron durante la modernidad. Pero el problema es que siempre hay
un desfasaje entre lo que se vive y lo que se piensa y lo que se nombra. Hay que tener
en cuenta que el nombre mismo de modernidad apareció recién en 1848: fue Charles
Baudelaire justamente quien lo utilizó para nombrar lo que estaba ocurriendo. Hasta
entonces, solamente se hablaba de posmedievalismo: lo que venía después de la
Edad Media. Y no es sino hasta la mitad del siglo XIX que va a empezar a hablarse de
modernidad para nombrar lo que se vivía. Creo que estamos más o menos en la
misma situación. Es falso hablar de modernidad. Lo único que tenemos es el término
posmodernidad para decir lo que está en juego. Y recién más adelante -tal vez en
2050 o lo que fuere-, se podrá encontrar el término que caracterice lo que vivimos
ahora. Quiere decir que posmodernidad es un término provisorio para decir que hemos
superado la modernidad.
-¿Qué características encuentra en la posmodernidad que la diferencian de la
modernidad?
-Hay tres grandes valores modernos: el trabajo -que se convierte en el imperativo
esencial, aquello a través de lo cual hay una realización de cada individuo. Segundo,
la razón como único elemento que caracteriza tanto al individuo como a la sociedad. Y
tercero, el futuro: la fe en el porvenir. Tenemos ahí, los pivotes modernos que luego se
encontrarán en la educación, en lo social, en la economía, como lo mostró Michel
Foucault, en todas las instituciones que se elaboran en el siglo XIX. Este es el aspecto
de la sociedad oficiosa, identificable en las generaciones jóvenes que ya no se
reconocen en la sociedad oficial. Ahora bien, esa sociedad oficiosa, que yo llamo
posmodernidad ya no gira en torno del trabajo sino de la creación: hacer de la propia
vida una obra de arte, poner el acento en lo cualitativo de la existencia, la dimensión
un poco hedonista. En segundo lugar, ya no la razón como simple vector por el cual
uno se piensa a sí mismo y la sociedad también, sino la imaginación, lo imaginario y
en tercer lugar, el presente dado que en términos de temporalidad ya no se vive más
el futuro, el carpe diem, diría incluso: presente-ísmo. Eso es, dicho de una manera
muy simple: lo que se abandona -trabajo razón futuro- que es oficial, en las
instituciones oficiales. Y después, el gran elemento de la posmodernidad con su
dimensión, una vez más, de creación, de imaginación, de presente, que sería un poco
la napa freática de la sociedad actualmente.
-Una vez dijo que América Latina era el laboratorio de la posmodernidad, ¿por
qué lo cree?
-Decía que Europa había sido el laboratorio de la modernidad porque justamente se
había puesto el acento en esos valores que acabo de señalar. Lo que me impresiona
de América Latina y de Extremo Oriente -Japón, Corea- es que ahí es donde la
imaginación es importante, es ahí donde, en el fondo, se da no sólo el trabajo sino la
creación. No simplemente el futuro, sino el presente. Y también en América Latina es
donde se están elaborando -mucho más que en Europa- estos nuevos valores. Por
eso hablo del laboratorio de la posmodernidad. El problema es -lo veo en Brasil
adonde voy a menudo- que los intelectuales están muy marcados por los esquemas
europeos: demasiado marxistas, demasiado estructuralistas. Transplantan a la
realidad latinoamericana realidades de pensamiento que habían sido elaborados en
Europa o en América del Norte. Desgraciadamente la intelligentsia sigue determinada
por los modelos estadounidenses y europeos.
-Entonces, ¿podemos pensar en el futuro? ¿Existe el futuro?
-Creo que no. Efectivamente, se puede caracterizar, comprender bien una civilización,
una época, en función del elemento temporal en el que esa época pone el acento. Hay
grandes épocas -la Edad Media, por ejemplo- donde lo que se llamaban las grandes
sociedades tradicionales tomaban el pasado como elemento temporal. Hay otros
grandes momentos culturales para los cuales lo importante es el futuro. La modernidad
es eso, proyectar: los mañanas que cantan, la sociedad perfecta, el mito del progreso.
El progresismo del siglo XIX es un buen ejemplo de esa proyección de la energía
hacia el futuro. Y luego hay otras grandes civilizaciones para las cuales lo que importa
es el presente. Aclaro que eso ha hecho una civilización como el Renacimiento, el
Quattrocento en Italia, lo que se llama ese tiempo que fue el siglo III o IV de la era
cristiana, lo que se conoce como la decadencia romana, de hecho, en ese período se
elaboraban cantidades de cosas, pero lo importante era el presente. Y en mi opinión,
entramos en otro de esos grandes lapsos de presente-ísmo. Es interesante ver volver
esa idea hedonista, esa idea de carpe diem. O sea que, desde esta perspectiva, lo que
está en gestación actualmente, la gran tendencia, está focalizada en el presente; la
idea misma de futuro ya no moviliza las energías. Un ejemplo: veo en Europa, y en
Francia en particular, respecto de la gente de mi generación, una desafección con
respecto a lo político. Lo político no funciona más. Ni izquierda ni derecha. Yo digo "lo"
político porque lo propio de lo político es proyectivo, está orientado hacia el futuro. Y
estas jóvenes generaciones no adhieren, no se identifican más con los grandes
valores futuristas. Se concentran en el presente.
-¿Y cuáles son las consecuencias para una sociedad cuando no piensa en el
futuro?
-Justamente que no podemos imaginar que el futuro no sea el valor oficial, que no sea
la temporalidad oficial porque toda nuestra concepción de la sociedad, de las
instituciones se hizo en proyección hacia la búsqueda de la perfección futura. Hubo
otros períodos históricos en los cuales la energía -lo digo de una manera un poco más
sofisticada- no estaba tendida hacia afuera -extensiva- sino que tendía hacia adentro -
intensiva. Es la intensidad del instante. Entonces ya no se busca la eternidad en el
paraíso celestial, en el paraíso terrestre sino que se buscará la eternidad en el buen
momento, la buena ocasión, la oportunidad -lo que vivo en el presente, comiendo,
bebiendo, bailando- es el carpe diem. En esta joven generación me sorprende esa
especie de intensidad del momento. No tiene ganas de hacer proyectos de vida,
proyectos políticos, económicos -pero incluso proyectos de vida. Hay circunstancias en
que la civilización se proyecta; hay otras ocasiones en que la civilización vira al
presente. La temporalidad de la posmodernidad es el presente.
-Ha dicho que en Francia los jóvenes no adhieren a la izquierda ni a la derecha,
¿tampoco simpatizan con otras expresiones políticas? ¿Son apolíticos?
-En primer lugar, hay que señalar que la separación izquierda derecha ya no es muy
pertinente. En los sesenta se podía reconocer de inmediato cuando alguien hablaba si
era de izquierda o de derecha. Ahora, en las mismas personas, hay un poco de
izquierda, de derecha, de ecología. En segundo lugar, lo político está saturado en las
generaciones nuevas. Ya no existe ese compromiso político para la realización de una
sociedad futura -sea revolucionaria, conservadora o reformista. Todavía hay jóvenes
que entran en los partidos políticos, pero es una minoría pequeña. Eso no quiere decir
que no haya regularmente formas de rebeldía, de rebelión, pero son explosiones
espontáneas que van a surgir en un momento dado sin que se inscriban en un
programa. Son más bien explosiones de humor: antiglobalistas, ecologistas, contra la
cumbre del G-20, contra la cumbre del G-8. A veces muy violentas, brutales,
sangrientas, pero que no se inscriben en una perspectiva política. Hay rebelión, hay
revuelta, pero no es programada ni programática.
-Como las revueltas en la periferia de París...
-Por ejemplo. Hasta los partidos políticos les tienen miedo a esas rebeliones. Aun los
de izquierda. Incluso hay obreros -no jóvenes- que para defender el trabajo en una
fábrica emprenden acciones muy violentas: amenazan con hacer volar la planta o
cosas por el estilo. La lógica sindical es huelga, negociación, pero estas expresiones
señaladas son muy fuertes y violentas.
Revista Ñ, 26 de septiembre de 2009

5) A partir de la lectura de las noticias referidas al proyecto para prohibir la


construcción de Barrios Cerrados en la ciudad de Rosario, realice usted una reflexión
sobre la existencia de estos núcleos habitacionales en nuestras ciudades y establezca
el vínculo existente entre los conceptos abordados durante el curso y la norma que se
propone.
Suma respaldos un proyecto para frenar los barrios privados
La iniciativa “Ya basta!”, impulsada por el Grupo Giros, establece la necesidad
de “preservar la poca tierra urbanizable que queda en Rosario” antes de que sea
apropiada por los “especuladores”. El texto ingresará al Concejo para su debate
y parece haber consenso para su aprobación

La concepción de la tierra y la disputa por su control tiene raíces históricas y políticas


profundas. Rosario, como ciudad que crece hacia su periferia, debe plantearse con
urgencia de quiénes serán y para qué las hectáreas sin construir que quedan dentro
del ejido urbano, antes de que los capitales concentrados se anticipen y tornen estéril
ese debate. Ese es el eje del proyecto que presentará el Grupo Giros, con el apoyo de
legisladores y organizaciones sociales, esta semana en el Concejo.
Frenar el avance de los barrios privados es una de las polémicas consignas que
integran el ―Ya Basta!‖, como se denomina la iniciativa que este miércoles se hará
oficial y el jueves ingresará al Palacio Vasallo para su posterior estudio en comisión.
En el Palacio Vasallo la iniciativa parece tener camino asfaltado. En diálogo con el
programa Diez puntos, de radio 2, dos concejales de distinto signo político, la
socialista Mariana Alonso y el peronista Fernando Rosúa, anticiparon su respaldo.
Igual, Alonso aclaró que puede haber modificaciones, ya que la decisión del grupo
Giros es convocar a audiencias públicas para escuchar a todos los sectores
involucrados.
Alonso y Rosúa coincidieron en que la poca superficie urbanizable en Rosario debe
ser aprovechada para que los ectores mdios y bajos accedan a la vivienda, no los
altos; y en que la Municipalidad tiene la potestad de regular el uso del suelo.
Planteo simple
El planteo de los jóvenes de Giros, que realizan su militancia social y política en los
barrios de zona noroeste, donde la acción de los empresarios inmobiliarios avanzó con
más fuerza incluso con "desalojos silenciosos", es simple: las pocas zonas verdes
donde los rosarinos podrían vivir en un futuro son compradas por un mismo grupo
económico, que después construye barrios privados para una población selecta.
Según un relevamiento hecho en base a datos oficiales, la gran mayoría de esas
hectáreas rurales las posee un misma asociación, que representa el 9 por ciento del
territorio de la ciudad. La iniciativa recuerda que unas 40 mil familias tienen problemas
de vivienda y plantea: ―El monopolio concentra el total de su superficie en la zona
norte y oeste. La única definida para expansión residencial. No hace falta ser experto
en la materia para darse cuenta que en esta ciudad, la tierra se agota y no hay lugar
para todos‖.
La comparación entre el modelo "country" y el que plantea el dossier de presentación
de la "ciudad futura" es gráfico. En un barrio privado de la ciudad de 25 hectáreas
viven 100 familias. Con el modelo social y productivo que propone Giros, unas 600
familias aprovecharían esa misma porción de tierra.
No más especulación
―La ordenanza del Ya Basta! que prohibe, de aca en más, la construcción de barrios
privados pretende ser el primer paso hacia la redistribución de la tierra en Rosario. Si
bien la ordenanza sola no garantiza el acceso al suelo, pone un punto final al modelo
de especulación y desalienta futuras apropiaciones‖, señala el texto.
El proyecto aclara que no persigue como primer objetivo tomar un porcentaje del
presupuesto para comenzar el cambio sino tomar ―la oportunidad política de intervenir
en una disputa desigual entre grandes monopolios y vecinos sin ningún otro recurso
que el deseo de vivir dignamente en el lugar que cuidan hace años‖.
Estado bobo
Hay un segundo punto clave en el proyecto de ordenanza. El gobierno provincial
anunció nuevas obras que harán de las zonas inundables, posibles lugares habitables.
Se trata del desvío directo del canal Ibarlucea al Paraná, sobre calle Grandoli, y del
desvío directo del Ludueña al Paraná, calle Sorrento. Pero ese beneficio será
apropiado por los titulares de las tierras en cuestión.
―Este segundo elemento es el que dispara la urgencia en el tratamiento de la
ordenanza del Ya Basta!. Si el estado no interviene con medidas concretas que van
desde expropiaciones hasta ordenanzas estaremos ante una trasferencia de fondos
públicos a intereses privados jamás
vista en la ciudad. De los 79 millones, 32 millones irán directamente hacia los
monopolios‖, aseguraron.
―Prohibir los barrios privados es una oportunidad de poner en tensión una idea de
seguridad, una idea de ―elección de vida‖, una salida individual a un problema
colectivo. Poner en tensión la intervención, o no, del estado en esta problemática, y las
consecuencias de una u otra posibilidad‖.

"Los barrios cerrados exacerban la delincuencia"


―Algo negativo de los barrios cerrados es que en nombre de protegerse de la
delincuencia, quienes habitan allí la exacerban y tienden a introducir patrones de
segregación y de racismo‖. Contundente, el titular de la cátedra de planeamiento de la
Universidad de Buenos Aires (UBA), Alfredo Garay, se metió de lleno en la polémica
sobre el proyecto que prohíbe autorizar más countries en Rosario. El académico
participó ayer del Congreso Internacional de Urbanismo que finaliza hoy en el Centro
Cultural Parque de España.
Garay es profesor de planeamiento de la UBA y fue titular de Vivienda de la provincia
de Buenos Aires y secretario de Planeamiento de Capital Federal. Actualmente es
directivo de la Corporación Antiguo Puerto Madero y consultor del Banco
Interamericano de Desarrollo del programa de Naciones Unidas (PNUD) y del Instituto
Lincoln, entre otros. Ha participado en reconversiones urbanas de varias ciudades
latinoamericanas.
—¿Comulga con la filosofía de los barrios cerrados? ¿Los prohibiría?
—No hay que actuar en situaciones extremas. Hay muchos municipios que prefieren
no estimular y en algunos casos impedir los countries por las consecuencias que
traen. En provincia de Buenos Aires (la que tiene más barrios cerrados del país) se
discutió mucho la dimensión de cada uno. Ahora la norma dice que no pueden ser
superiores a las cuatro hectáreas de superficie cuando hay algunos de más de 100
hectáreas que constituyen verdaderas interrupciones en la trama del tejido urbano.
Además, generan en sus perímetros y paredes zonas peligrosas que no contribuyen a
la ciudad. Aspiro a que la densidad poblacional con un promedio ideal sea de 250
habitantes por hectárea, lo que permite contar con mayor vida urbana y más eficiencia
en los servicios (transporte, recolección de residuos, alumbrado). También uno
prefiere ciudades con edificios que tengan locales comerciales sobre la calle, porque
es allí donde se plantea el lugar de convivencia, donde se desarrolla una centralidad.
En cambio lo más disputado en un barrio cerrado son los codos del lote donde la gente
no transite y esto va generando aislamiento. En lugar de encontrarse en la plaza, la
escuela o los espacios en común y públicos, quienes habitan estas comunidades
andan en una cápsula que es el auto y se desplazan de un espacio cerrado a otro. Así,
lo público se reduce a lo que se ve en televisión.
—Este fenómeno de los barrios cerrados, ¿no es producto de la brecha social que se
genera entre sectores ricos y poblaciones de escasos recursos?
—La heterogeneidad y la mixidad de actores hace a una ciudad más interesante. Si
tomamos el ejemplo de Los Angeles (California, Estados Unidos) vemos que son el
paradigma de esta forma de urbanidad violenta, racista, donde las etnias no se
mezclan. Acá es natural que un hijo de italianos se case con una hija de españoles y
se fundan en una cultura con los mismos orígenes. En estas ciudades de barrios
cerrados prolifera la segmentación. Los hijos de los barrios cerrados van a la primaria
todos juntos, después se les abre la perspectiva cuando viajan en colectivo a la
secundaria (lejos de su casa) donde conocen otros chicos y descubren que son
inteligentes y les plantean otros temas, los enriquecen y los cuestionan. Pero en
muchos casos todo vuelve a diluirse cuando vuelven a estructurar su familia y esta
brecha surge nuevamente. El modelo de ciudad debe ser con una sociedad que
estimule el intercambio y no el aislamiento.
—En el Concejo de Rosario hay un proyecto de una ONG (Giros) que plantea la
prohibición de más barrios cerrados, ¿que le parece?
—Es una discusión política y está bien que sea así. Si la mayoría de los rosarinos
acepta que en su sociedad haya algunos que quieran aislarse, la respuestas no es
técnica sino política. Los barrios cerrados tienen un montón de consecuencias
negativas, en nombre de protegerse de la delincuencia la exacerban y tienden a
introducir patrones de segregación y de racismo en la convivencia con la ciudad.
Como tendencia en la sociedad hay que procurar ser una sociedad democrática, no
segmentada. Por eso insisto que el debate es claramente político.

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