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Si acabamos con los bosques, vamos a perderlo todo”,

advierte Velasco Ramírez.

Contenido: La microbióloga agrícola fue galardonada en el área de tecnología y diseño.


Quienes talan con permisos son los empresarios, que tienen cuates en el
gobierno, lamenta

La Jornada, Cultura, 26 enero de 2009, Laura Poy Solano.

Un país que no invierte en el desarrollo de la ciencia estará condenado a ser


una colonia tecnológica, afirmó María de los Ángeles Velasco Ramírez,
experta en microbiología agrícola del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y
ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, quien exhortó al
gobierno federal a invertir en ciencia, pues de lo contrario “no tendremos
futuro”.

Especialista en el estudio de los microorganismos de suelo y su interacción


con el desarrollo de las plantas, lo que la llevó a descubrir una importante
bacteria filamentosa fijadora del nitrógeno –compuesto químico
indispensable para la vida en el planeta–, destacó que generar nuevos saberes
requiere de apoyo financiero “oportuno y suficiente para contender con todos
los retos que enfrentamos, que no son pocos”.

Ganadora por unanimidad en la categoría de tecnología y diseño, aseguró que


recibir el máximo galardón que entrega México a los científicos y artistas
más destacados es un “compromiso muy grande para seguir trabajando”, y
definió a la ciencia como mecanismo para “tratar de entender a la naturaleza
y sacarle de las entrañas la verdad, lo que resulta apasionante”.

No obstante, reconoció que ser mujer y dedicarse a las ciencias agronómicas


“no fue fácil. Era una disciplina en la que predominaban los hombres, y no
faltaron las frases misóginas; pero hoy puedo decir que he logrado una gran
cooperación con mis colegas, además de que hay más investigadoras en este
campo”.

Con más de 20 años de experiencia en el estudio de los bosques, afirmó que


la tala inmoderada aún es el principal riesgo que enfrentan estos ecosistemas,
de los cuales, afirmó, “como sociedad no hemos entendido lo que
representan. Son muy sensibles a los cambios que introduce el hombre, por
lo que destruirlos puede llevar sólo un día, pero intentar recuperarlos puede
ser una tarea de años de investigación y siembra”.

–¿Cómo se relaciona el mundo de lo microscópico con el bosque?

–Todas las plantas viven asociadas con microbios; de ellos reciben todos los
nutrientes que se necesitan para vivir, pues metabolizan los que están en el
suelo para que las plantas los utilicen. El nitrógeno es el nutriente más
importante para los seres vivos; los seres humanos lo consumimos como
proteína y las plantas como minerales; por eso me he dedicado a estudiar la
asociación de las plantas con ciertos microorganismos.

–¿Qué la impulsó a estudiar un campo científico tan complejo?

–Yo quería ser agrónoma, pero cuando quise ingresar no pude hacerlo. En
ese tiempo no se admitían mujeres en la Universidad de Chapingo, porque
tenía un internado sólo para hombres.

“Desde que era joven me preocupé mucho por la desertificación y por la


pérdida de cubierta forestal. Crecí en el norte árido del país, y me preocupaba
mucho este fenómeno, por lo que quise estudiar la forma en que las plantas
produjeran más, aun en condiciones de erosión de los suelos, y fue mediante
mis estudios que entendí que las plantas, de forma natural, dependen de los
microbios del suelo.”

–¿Cuál es la situación que enfrentan los bosques en México?

–Se siguen deforestando. Hace poco, el ex gobernador del estado de México


(Arturo Montiel) tiró no sé cuántas hectáreas dentro de la reserva de la
mariposa monarca para hacer un parque que llamó ecológico, pero eso no es
ecología. No se pueden tirar hectáreas y hectáreas de bosque para hacer
tiendas comerciales. No hemos entendido lo que representan los bosques. Se
necesita mucha concientización y mayor divulgación científica, pero de
forma sencilla.

–¿Se ha perdido el valor de la preservación de la naturaleza?

–No sé si se ha perdido recientemente o nunca lo ha tenido, porque en


general en nuestro país se percibe gran desprecio por la naturaleza.

“Hoy día la tala clandestina es un problema muy grave, y quienes cuentan


con permisos son empresarios que tienen cuates en el gobierno y tiran mucha
masa forestal, sin pensar que están arrasando con todo un ecosistema, porque
no sólo se trata de árboles, sino de un hábitat para flora y fauna; hay muchos
servicios vinculados al bosque, y eso qué le va a importar a un empresario.”

–¿Cuál es el riesgo que enfrentamos de continuar perdiendo masa forestal a


ritmo acelerado?

–Los bosques son indicadores del cambio climático. Son muy susceptibles a
los daños que el humano le puede hacer, y si perdemos los bosques, vamos a
perderlo todo. Ya tenemos problemas en el suministro de agua, y estos
ecosistemas no sólo regulan el clima: nos proveen de muchos servicios, entre
ellos agua, pero también protegen el suelo de la erosión. Además, México,
por su orografía, tiene vocación forestal.

Leyes muy bonitas, pero sin efecto

–¿Cuáles son las principales amenazas para los bosques?

–La tala inmoderada; mientras todos los que han obtenido permiso para talar
lo hacen en reservas, porque tienen permiso del gobierno, y esto es una
amenaza pavorosa, porque si los bosques son reguladores del clima y los
seguimos destruyendo, qué clima vamos a tener en México. La
desertificación avanza.

–¿Faltan políticas públicas para proteger los bosques?

–En México hay leyes muy bonitas, pero no se cumplen. Esto es gravísimo,
porque creo que ya no se requiere legislar más, sino garantizar que se
cumplan las leyes que existen.

–¿Cuánto tarda en recuperarse un bosque que ha perdido un importante


porcentaje de su masa forestal?

–En buenas condiciones, se puede crear un pequeño bosque en unos años,


pero si hablamos de árboles maduros, que tienen 100 o 200 años, quizá se
pueden destruir en un solo día, pero para recuperarlos se invierten años de
trabajo, de investigación y siembra. Un árbol aporta muchos servicios, en
promedio genera 20 litros de agua al día, para enriquecer la atmósfera de
humedad.

“Los bosques –agregó– se pueden explotar de forma racional porque generan


muchos servicios, como agua, madera y celulosa, pero además regulan el
clima. Además son el hábitat de millones de organismos vivos, no sólo de los
que viven asociados con las raíces de árboles y plantas, pues las bacterias se
pueden contar por billones por gramo de suelo, además de las que viven en
tallos y hojas.”
Fecha 2009-01-26
noticia:
Fuente: La Jornada

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