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El periódico EL ESPECTADOR avala amenaza

de muerte contra periodista

Por: Dick Emanuelsson


Diciembre 4 de 2007
El ex jefe de la inteligencia militar
de la Embajada colombiana en
Estocolmo, Ernesto Yamhure, ahora
columnista en El Espectador, hace
mortales señalamientos a
periodista, eurodiputado,
colombianos exiliados y a la
senadora Gloria Inés Ramírez.

Ernesto Yamhure

La mano derecha del presidente Uribe y jefe de la campaña electoral en el


departamento de Magdalena, en el año 2002, fue Jorge Noguera Cotes.

Después de que Uribe se instaló en el Palacio de Nariño, no sin antes acordar como
candidato, en una hacienda en el departamento de Córdoba, legalizar a los
narcotraficantes Salvatore Mancuso, Diego Fernando Murillo (alias Don Berna o
Adolfo Paz), Carlos Mario Jiménez (alias Macaco), Ever Veloza García (alias
Carepollo), Rodrigo Pérez Alzate (alias Julián Bolívar), Ramiro Vanoy Murillo (alias
Cuco Vanoy), Iván Roberto Duque Gaviria (alias Ernesto Báez) y Vicente Castaño
(alias el Profe), haciéndolos pasar como paramilitares, a cambio de que éstos le
apoyaran, nombró a Jorge Noguera como Director del DAS.

Para los lectores que no saben qué es el DAS, les puedo explicar que es el
Departamento Administrativo de Seguridad, o más exactamente: la policía política
secreta, que obedece directamente a la Presidencia de la República. Cuando
Noguera era Director del DAS, un subalterno suyo, Rafael García, Jefe de Informática
-quizás una de las unidades más importantes y conocedoras de muchos secretos-, lo
denunció por entregar listas con nombres, apellidos, direcciones y números de
teléfonos a los escuadrones de la muerte en Colombia (léase grupos narco-
paramilitares que se autoproclamaban como Autodefensas Unidas de Colombia,
AUC, y que hoy, ya legalizados por el gobierno Uribe, se hacen llamar “grupos
emergentes” o “casos aislados de reinsertados”, para no inculpar a los grandes capos
que gozan de total impunidad y siguen delinquiendo desde sus cárceles 5 estrellas).
¿Cuál era la tarea que Noguera les facilitó a las AUC? Asesinar a los sindicalistas que
constituían esas listas. De una sola lista de menos de 30 personas fueron asesinadas
varias.

El desenmascaramiento de Noguera obligó a que Uribe lo nombrara Cónsul en


Milán. Con esto se trataba de echar tierra al escándalo y ganar más tiempo para
desaparecer evidencias y continuar inflando las encuestas en beneficio de Uribe,
pues se temía que la opinión pública colombiana comenzara a hacerse preguntas
sobre los nexos entre el presidente y los narco-paramilitares. Nexos que han hecho
catalogar al país como un para-Estado mafioso (narco-democracia), en donde la
droga y la tierra mueven la economía semilegal.

Amenazas abiertas con Uribe

El modus operandi, consistente en señalar abiertamente a cualquier persona y


adversario político de tener nexos con la guerrilla, se incrementó desde agosto de
2002 con Uribe en la presidencia. Durante su candidatura y desde su posesión, los
exilios, desplazamientos, desapariciones forzadas y asesinatos selectivos, se han
multiplicado. (Próximanente hablaré sobre lo que pasa en Medellín).

Así fue cuando en 1989 el ex presidente, Carlos Lemos Simmons, acusaba a


Bernardo Jaramillo, presidente entonces de la Unión Patriótica (UP), de tener nexos
con las FARC. Jaramillo dijo públicamente que esa sindicación significaría su muerte.
Hecho que lamentablemente ocurrió y se extendió por todo lo ancho y largo del país
contra los demás miembros de la UP hasta exterminarla. El vil señalamiento condenó
a muerte a cinco mil de sus mejores cuadros.

Con Uribe la situación es pan de cada día. Cuando no es él quien acusa, son sus
militares o sus ministros (como Andrés Felipe Arias, ministro de Agricultura). Las
acusaciones van desde llamar a la oposición del Polo como “guerrilleros vestidos
civil”, hasta considerarlos “bandidos que actúan con la guerrilla bajo la mesa”.

Espiando a los exiliados

ERNESTO YAMHURE, fue hasta hace poco ex jefe de la inteligencia colombiana en


la Embajada colombiana en Estocolmo; un bastión de la izquierda colombiana en
exilio. Ahí estuvo un tiempo hasta que lo sacaron por haber estado espiando a sus
compatriotas en el exterior. Actitud que a todas luces viola el Derecho Internacional
y la soberanía de un país. Fue de tal dimensión el escándalo, que fue demandado
ante la policía de inmigración sueca. La estatal Radio Sueca lo entrevistó en donde
admitió que efectivamente había tomado fotos de sus compatriotas que ejercían el
derecho constitucional en Suecia de manifestar sus opiniones públicamente sin ser
asesinados, amenazados, señalados o denunciados como terroristas o guerrilleros,
como suele suceder en Colombia.

2
¿Qué fue lo que pasó?

Pues que este humilde reportero, que escribe estas líneas, lo sorprendió en
flagrancia sacando fotos de los colombianos que estaban en el muelle de Estocolmo,
cuando anclaba el buque insignia colombiano “Gloria”. La foto y un texto en el
vespertino más grande de Suecia desnudó al lacayo “diplomático”.

3
¿Y cómo reacciona el tartufo “espía“?

Desde hace un tiempo es “columnista” en el semanario El Espectador. En una


crónica del 27 de septiembre del año en curso, [ 1 ] escribió que yo, “según fuentes”,
era más o menos el centro de la telaraña que coordinaba toda la propaganda
terrorista de las FARC en el exterior.

¿Y cuáles eran sus “fuentes”? Supongo que las mismas que dicen que los defensores
de derechos humanos, sindicalistas, miembros del Polo Democrático, profesores,
líderes populares y periodistas de Colombia, que no tragan entero, son “miembros o
auxiliadores de la guerrilla”. Además, señalaba que yo tenía paso libre entre
Estocolmo-Bogotá-Campamentos guerrilleros. Es decir, que como Pedro por su casa
iba y entraba donde yo quisiera. Raro que sus “fuentes” no le hubieran dicho que en
20 años sólo he estado 4 veces en campamentos guerrilleros haciendo mi trabajo
como reportero internacional:

1. Marzo de 1988 en Casa Verde, cuando se realizó la 2ª Cumbre de la Coordinadora


Guerrillera Simón Bolívar, en donde entrevisté, entre otros, a Vera Grabe, del M19.
Estuvieron presentes también dos reporteros de la Revista Semana.

2. Enero de 1998, 10 años después, en Putumayo.

3. Enero de 2000, cuando cubría un proyecto social y agrario apoyado por la ONU y
en compañía de funcionarios de la Defensoría del Pueblo, y hasta periodistas del
New York Times. Esa noche pernoctamos en Puerto Matilde, río Cimitarra, y la
guerrilla atacó cerca cinco bases de los paramilitares.

4. En Abril de 2005, luego de 4 años ausente, entrevisté a Raúl Reyes y a unas


guerrilleras. De la entrevista con Raúl Reyes hice una crónica sobre los retenidos por
las FARC a propósito del estado de ánimo de Ingrid. Cité a Raúl Reyes cuando decía
que "Los prisioneros están sumamente desesperados". Claro que a Uribe no le gusta
que uno saque ese tipo de declaraciones, y mucho menos al bufón, señor Yamhure.

Todo porque denuncié los montajes y las mentiras de Uribe contra la familia de
Ingrid; como cuando fueron engañados para irse hasta la Amazonía porque un
supuesto "emisario de las FARC" habría llegado al Palacio de Nariño (sin ser
encarcelado) a entregar una nota en que las FARC decían que querían entregar a
Ingrid porque estaba enferma.

Contra diputados

El domingo 2 de diciembre, el señor Yamhure volvió a arremeter contra la senadora


Gloria Inés Ramírez, el eurodiputado Jens Holm, la Asociación Jaime Pardo Leal y

1
Qué bonitas ONG, El Espectador 27 de septiembre 2007-09-27
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=15747

4
contra este reportero. Ahora, bajo el título: “Cadena de desgracias” [ 2 ], (entiéndase
por “desgracias” los que allí somos mencionados puesto que, según él, estamos al
servicio de las FARC). Esta vez no se escondió detrás de “según fuentes” sino que,
refiriéndose a las FARC, me señaló directamente como “uno de sus más importantes
embajadores en Europa”.

No sabía si reírme o preocuparme al ver que no solamente yo estaba es su nueva


lista sino también otras personas de intachable conducta, honestidad y solidaridad a
la mía. Pues lo único que nos ha movido es un deseo infinito de justicia y paz en
Colombia.

Todos los colombianos deben saber lo que he hecho en los últimos veinte años por
colombianos y Colombia:

En 1995 albergué en mi casa a las señoras Aída Abella, Presidenta de la UP y a Jahel


Quiroga, Directora de la ONG Reiniciar; organismo que ha documentado el
exterminio político de la Unión Patriótica. Las dos valientes líderes se entrevistaron
con altos representantes del gobierno sueco, organismos de derechos humanos y
estatales. Hablaron en un acto público de la hoy macartirizada Organización Jaime
Pardo Leal, lo mismo que había hecho Iván Cepeda, hijo del senador comunista
Manuel Cepeda, un año antes, también en un acto organizado por la misma
asociación colombiana en Suecia.

Los blancos militares de la AUC

Aída Abella regresó a Colombia y al año siguiente fue víctima de un atentado con
rockets en pleno centro de Bogotá, en donde estuvieron involucrados agentes del
Estado. La heroica dirigente de la izquierda me entregó un documento de 57 páginas
-que lo guardo todavía- que se titula: “PRIMERA CUMBRE DE LAS AUTODEFENSAS DE
COLOMBIA”, celebrado en noviembre de 1994. En la página 55 dice lo siguiente:

“Por consenso general se aprueba seguir considerando como blancos militares, a los
cuadros políticos y sindicales de la extrema izquierda, mientras los grupos insurgentes
no humanicen (sic) la guerra y continúen asesinando militares y civiles fuera de
combate”.

Los paramilitares no son más que el brazo prolongado de un Estado en donde Jorge
Noguera y Ernesto Yamhure son fichas. Fichas que tienen la tarea de escribir listas y
hacer señalamientos a los que ellos o sus patronos consideran ser “cuadros de la
extrema izquierda”. Bajo esa etiqueta se incluyen los 3.500 sindicalistas asesinados,
los 5 mil miembros de la UP, los 3 millones de desplazados, los incontables
desaparecidos, los encarcelados sin justa causa. Y hasta los masacrados que van
poco a poco apareciendo en fosas comunes, cuando no es que ya los incineraron en

2
Cadena de desgracias, El Espectador el 2 de diciembre 2007-12-02
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=18481&idSeccion=25

5
los hornos de las ladrilleras de AltaVista y Guayabal en Medellín, como hicieron con
los desaparecidos de la Comuna 13.

Pareciera que Ernesto Yamhure siguiera esa tarea de noviembre de 1994. Pues sigue
señalando y poniendo la etiqueta “FARC” en la frente de eurodiputados, profesores,
periodistas, senadores, y exiliados colombianos por la guerra sucia.

El dúo Noguera & Yamhure

Lo que hacía Jorge Noguera en forma secreta, Ernesto Yamhure lo hace totalmente
en público. Y su pecho se hincha y cree que el Patrón le va a premiar cuando escribe
en El Espectador que me ha desenmascarado y que “gracias a las denuncias hechas
por este cronista, el país pudo conocer sus actividades de propaganda y agitación
internacional a favor de la organización terrorista a la que pertenece”.

En una de sus otras descaradas mentiras dice:

“Desde hace algún tiempo, Emanuelsson, debidamente camuflado, gozaba de una visa
de trabajo que enhorabuena le fue negada en 2005, en seguimiento de una inteligente
disposición de nuestra Cancillería. Con esta decisión, las FARC perdieron,
parcialmente, a uno de sus más importantes embajadores en Europa”.

Se equivoca nuevamente el arlequín. Nunca solicité esa prolongación de visa de


trabajo por la sencilla razón que durante todo el año de 2005 fui amenazado y varios
colegas colombianos me rogaban que saliera del país antes de que me mataran.

El ex jefe de la inteligencia militar de la Embajada colombiana en Estocolmo, con


todos sus tentáculos en el aparato estatal, jamás podrá mostrar una supuesta solicitud
de visa mía, ya que nunca ha existido. Fue por las amenazas que me vi obligado a
dejar Colombia, el 2 de diciembre 2005.

Es más, dice que soy “embajador en Europa”, lo cual también muestra su total
desconocimiento de mi actividad. Porque no he estado en Europa desde octubre de
2000, con excepción de cada mes de julio que trabajo en la redacción del periódico
en Estocolmo en donde soy reportero desde el 1984, para reemplazar colegas que
también necesitan vacaciones. Por lo tanto sigo viviendo, trabajando y cubriendo
América Latina.

¿Y El Espectador, qué?

Si no fuera porque conozco Colombia muy bien y sé que las amenazas se cumplen y
son serias, me sentaría a reír con los absurdos de este payaso. Pero sé muy bien las
consecuencias de este señalamiento y lo que implica para mi seguridad y la de mi
familia.

6
Lo que me extraña es el espacio que le entrega el legendario periódico El
Espectador. No me cabe en la cabeza que semejante señalamiento y condena a
muerte que este señor me hace, pueda publicarse así no más, bajo el manto de ser
“una opinión”. Una opinión que es más bien una acusación temeraria, sin
fundamento, sin pruebas. Muy al estilo Uribe.

¿Qué “poder” tiene Uribe en El Espectador que le permite tener a su bufón


señalando a medio mundo como “terroristas”?

¿O será que es permitido en las columnas de opinión de El Espectador acusar sin


pruebas, abiertamente, con nombres y apellidos, a un periodista como “embajador
de las FARC” o sindicarlo que “pertenece” a la mencionada organización sin que los
responsables editores de El Espectador lo impidan?

¿Cuál es la responsabilidad de El Espectador para que los ejecutores de la guerra


sucia en Colombia no me maten?

¿Cuál es la posición del Círculo de Periodistas de Bogotá o la nueva Federación de


Periodistas en el país ante semejantes señalamientos publicados en El Espectador?

¿Cuál es la posición de Reporteros Sin Fronteras, o la Sociedad Interamericana de


Prensa, SIP, los dueños de los medios de comunicación que tanto se preocupan por
la situación en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua, pero
muy poco del país en donde han asesinado casi cien periodistas en los últimos veinte
años?

¿Tendré derecho a réplica? Ya son más de dos meses desde que les escribí
exigiendo ese derecho universal sin recibir respuesta ninguna.

¿Serán estos señalamientos otros falsos positivos para quedar bien con Uribe?

Ya han sacado del país a periodistas como Fernando Garavito, Hollman Morris,
Gonzalo Guillén, Daniel Coronel…

¿Quién sigue en la lista, señor Yamhure?

Veré qué acciones legales puedo instaurar. El caso es que lo que a mí me suceda, lo
hago a usted responsable. Y le aseguro que si lo van a juzgar, no será en Colombia.
Será en Suecia, en donde por venir a espiar a sus compatriotas, se metió en un lío de
la madona usted y su presidente.

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