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Id Cendoj: 47186370032010100293
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Valladolid
Sección: 3
Nº de Recurso: 249/2010
Nº de Resolución: 291/2010
Procedimiento: CIVIL
Ponente: ANGEL MUÑIZ DELGADO
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
IMPUGNACION ACUERDOS SOCIALES
AUD.PROVINCIAL SECCION N. 3
VALLADOLID
SENTENCIA: 00291/2010
Rollo 249/2010
S E N T E N C I A 291
VISTO en grado de apelación ante esta Sección 003, de la Audiencia Provincial de VALLADOLID, los
Autos de PROCEDIMIENTO ORDINARIO 0000140/2009, procedentes del JDO.DE LO MERCANTIL N.1 de
VALLADOLID, a los que ha correspondido el Rollo RECURSO DE APELACION (LECN) 0000249/2010, en
los que aparece como parte apelante: COOPERATIVA DE CAMPESINOS DE VALLADOLID, S.COOP
LTDA, representado por el Procurador de los tribunales, Sr./a. CARLOS ANTONIO SASTRE MATILLA,
asistido por la Letrada Dª. CELIA MIRAVALLES CALLEJA, y como partes apeladas: D. Ángel , Ceferino ,
representados por la Procuradora de los tribunales, Sr./a. GLORIA MARIA CALDERON DUQUE, asistido
por el Letrado D. JOSE RAMON PEREZ APARICIO; sobre: Impugnación Acuerdos Sociales.
ANTECEDENTES DE HECHO
SEGUNDO.- Seguido el litigio en cuestión por sus trámites legales ante el Juzgado de Primera
Instancia de referencia, con fecha 31 de Marzo de dos mil diez se dictó sentencia cuyo fallo dice así: "Que
ESTIMANDO ÍNTEGRAMENTE la demanda interpuesta por don Ángel y don Ceferino , representados por
el/la Procuradora D/Dª Gloria María Calderón Duque contra la COOPERATIVA CAMPESINOS DE
VALLADOLID, SOCIEDAD COOPERATIVA LTDA, DEBO DECLARAR Y DECLARO contrarios a la ley los
acuerdos sancionadores aprobados por los órganos de la Cooperativa Campesinos de Valladolid S. C.L. de
fecha 7 de mayo y 31 de mayo de 2009 contra don Ángel y don Ceferino y, en consecuencia, DECLARO LA
NULIDAD de los mismos.
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TERCERO.- Notificada a las partes la referida sentencia, por el demandante se preparó recurso de
apelación que fue interpuesto dentro del término legal alegando lo que estimó oportuno. Por la parte
contraria se presentó escrito de oposición al recurso. Remitidos los autos de juicio a este tribunal se señaló
para la Deliberación y Votación el pasado día 14/10/10.
ÚLTIMO.- En la tramitación del presente procedimiento se han observado las formalidades legales.
Vistos, siendo ponente el Ilmo Sr. Magistrado Don . ANGEL MUÑIZ DELGADO.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
El juzgador aprecia varios motivos de nulidad que concurren en el supuesto enjuiciado. Así en primer
lugar el no haberse otorgado a los sancionados el plazo de 30 dias para impugnar el acuerdo sancionador
ante la Asamblea General, plazo previsto en el art. 18.3 c) de la Ley General de Cooperativas ,
concediéndoseles al efecto un plazo muy breve que les ha podido irrogar indefensión cara a la preparación
de su recurso y búsqueda de apoyos en la Asamblea. En segundo lugar la falta de tipicidad de los hechos
objeto del expediente, pues de una parte se limitaron los actores a formular una querella contra alguno de
los miembros del Consejo Rector que ha terminado sobreseída provisionalmente por no haberse acreditado
suficientemente la comisión de los hechos objeto de imputación, no libremente por reputar que las
imputaciones fueren falsas o no constitutivas de delito, y de otra la incoación de dicho proceso penal no
alcanzó publicidad en la prensa escrita buscada de propósito por los querellantes, que se limitaron a
exponer su versión de lo acaecido al periodista que tomó la iniciativa de llamarles al efecto tras enterarse
por otras fuentes de la noticia. En tercer lugar por cuanto las descalificaciones vertidas en un artículo
publicado en una revista de un sindicato agrario son de fecha posterior a la incoación del expediente
sancionador y por tanto hecho ajeno a los que eran objeto del mismo, pese a lo cual fueron tomadas en
consideración por la Asamblea General para desestimar el recurso interpuesto por los sancionados. Y por
último la falta de motivación de la que adolece el acuerdo, que no justifica suficientemente el porqué opta
dentro de las sanciones estatutariamente previstas para las faltas muy graves por la multa en vez de la
expulsión ni el porque la impone en esa elevada cuantía.
SEGUNDO.- Planteada en tales términos la segunda instancia, el primero de los presupuestos para la
validez de los acuerdos sancionatorios que ha de concurrir es que los hechos imputados a los socios
expedientados integren o sean subsumibles dentro de la conducta que en el art. 14 aptdo. b) de los
Estatutos Sociales se tipifica como falta muy grave, consistente en la manifiesta desconsideración a los
rectores y representantes de la entidad, que perjudique gravemente los intereses materiales o el prestigio
social de la misma.
Cabe reseñar con carácter general que en relación a este tipo de faltas disciplinarias, usuales en la
práctica estatutaria de cooperativas y otras asociaciones, el Tribunal Supremo entre otras en sus sentencias
de 7 de febrero de 2002 y de 16 de Septiembre de 2004 , ha declarado que de la estructura de esta falta se
desprende no basta con la manifiesta desconsideración, sino que además es preciso que con ello se
perjudiquen los intereses materiales o el prestigio social de la entidad. Se trata por lo tanto de dos requisitos
o elementos que se exigen cumulativamente y además en estrecha relación de causalidad, de modo que
para ser típica la conducta ha de consistir en una manifiesta desconsideración a consecuencia de la cual se
derive el grave perjuicio para los intereses o el prestigio de la entidad. Para que el prestigio social se vea
negativamente afectado se requiere una trascendencia al exterior de la cooperativa de las expresiones o
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conductas desconsideradas imputables al socio expedientado, sin que quepa confundir los intereses o
prestigio de la entidad en si misma considerada con los propios de las personas que en un determinado
momento desempeñen los cargos rectores o representativos de la Cooperativa.
Por otra parte ha de reseñarse en torno al alcance del obligado control jurisdiccional sobre el actuar
de una cooperativa privada, que la Jurisprudencia, sintetizada en la STS de 6 de Abril de 2.009 , con
remisión a la de 6 de Noviembre de 2.007 la cual cita otras anteriores, ha venido siguiendo la doctrina, ya
fijada por el Tribunal Constitucional desde la conocida sentencia 218/1.988, de 22 de Noviembre , que
declara que la actividad de las asociaciones, de cuya naturaleza participan las formas societarias
cooperativas, no forma naturalmente una zona exenta de control judicial, aunque también hay que tener en
cuenta la autonomía de las mismas para establecer su propia organización (que forma también parte del
derecho fundamental de asociación consagrado en el artículo 22 de la Constitución), incluída la potestad
para regular en los estatutos las causas y los procedimientos de expulsión de los socios. En este punto,
debe atenderse en primer término, como normas aplicables, a dichos estatutos, siempre que no fueren
contrarios a la Constitución y a la Ley. Por ello, cuando los estatutos prevean una determinada causa de
expulsión necesitada de una valoración por los órganos asociativos, el control judicial sigue existiendo, pero
su alcance no consiste en que el Juez pueda entrar a valorar, con independencia del juicio que ya hayan
realizado los órganos de la asociación, la conducta del socio, sino en comprobar si existió una base
razonable para los órganos de las asociaciones tomar la correspondiente decisión. Si bien ello se refiere a
las asociaciones puramente privadas, no a las que, aun siendo privadas, ostentan de hecho o de derecho
una posición dominante en el campo económico, social o profesional, de manera que la pertenencia o
exclusión de ella supusiese un perjuicio significativo para el particular afectado. Incidiendo en tal sentido, la
STC 96/1.994, de 21 de Marzo , aunque reiteró la doctrina anteriormente expuesta, estableció sin embargo
que, en caso de la expulsión de un socio de una cooperativa de viviendas, regida por su Ley específica de
Cooperativas, no por la de Asociaciones, en la que había existido una aportación económica del socio como
presupuesto necesario para la adjudicación de una de las viviendas, tales circunstancias justificaban
entonces la plena "cognitio" de los acuerdos sociales por los tribunales.
TERCERO.- Trasladando tales consideraciones al caso que nos ocupa, los hechos imputados en el
expediente sancionador a los demandantes como constitutivos de la falta muy grave en cuestión consisten
en dos, tal y como resulta del acuerdo adoptado por el acuerdo del Consejo Rector por el que se les incoó el
citado expediente y del pliego de cargos del que se les dio traslado. El primero de ellos consistía en la
presentación por parte de los expedientados de una querella criminal frente al Presidente de la Cooperativa
y al Gerente de la misma, entre otros, en la que se les imputaba la comisión de delitos de falsedad
documental, estafa y fraude de subvenciones, seguida ante el Juzgado de Instrucción nº 1 de esta capital y
que fue archivada por no hallarse debidamente justificada la perpetración de dichos delitos. El segundo
consistía en la publicidad dada a dicha querella en los medios de comunicación. En su consecuencia
interesa precisar que solo tales hechos, que son los recogidos en el acuerdo de 17 de marzo de 2009 por el
que se incoaba el expediente, pueden ser tomados como base para la posible sanción, sin que pueda esta
fundarse ni a posteriori pretender reforzarse con otros que hayan acaecido a posteriori de incoado el
expediente, ajenos a los precedentemente descritos y a los que este no fue en su momento ampliado. No
puede por lo tanto ser tomado en consideración a efectos de la sanción aquí impugnada el artículo
publicado en el nº 18 de la revista COAG Informa. Y es que al margen de obedecer su autoría solo a uno de
los dos socios expedientados, no se hace en dicho texto referencia a la querella antes citada, cuya
exclusiva publicación era objeto del expediente sancionador, y de su lectura se evidencia fue confeccionado
y publicado a posteriori de la incoación del expediente en cuestión, a cuya finalidad se hace referencia en el
penúltimo párrafo. Ha de quedar por lo tanto dicho artículo al margen de las conductas objeto de la sanción,
sin perjuicio de que si el Consejo Rector considerare que las expresiones vertidas en el mismo puedan ser
constitutivas de alguna falta disciplinaria proceda en su caso a incoar el correspondiente expediente frente a
su autor.
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socios cultivadores y el volumen de remolacha que a través de la misma habían entregado en las
mencionadas campañas de referencia, con el fin de que estos continuaran percibiendo las ayudas en la
cuantía correspondiente por medio de la PAC. Se dice que al cumplimentar dicho trámite los querellados
falsearon tal información, omitiendo declarar las toneladas entregadas en dichas campañas por varios
socios, entre ellos los querellantes, para al mismo tiempo atribuir a la propia Cooperativa ante el Ministerio
la cualidad de cultivador y declarar a su nombre las toneladas de producto correspondientes a dichos
socios, logrando así que fuere la Cooperativa quien percibiese por tal via de la PAC la cantidad de
59.282,58 euros que en realidad correspondería a estos, viéndose en concreto privados los querellantes por
tales maniobras de todo derecho de pago único derivado de la remolacha entregada en la campañas
precedentes.
Como bien se dice en la sentencia apelada, la formulación de querella o denuncia por la posible
existencia de uno o varios delitos perseguibles de oficio no es solo un derecho ciudadano, sino también un
deber conforme a lo preceptuado en los arts. 100, 101, 110, 259 y 270 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal
. El ejercicio por lo tanto de la acción penal frente a quienes se considera responsables de un hecho
delictivo y la puesta en conocimiento del mismo ante los Tribunales no puede en absoluto resultar enervado,
suprimido o limitado por la pertenencia del querellante o perjudicado a una Asociación o Cooperativa en la
cual ostenten cargos directivos los presuntos responsables del delito, ni por lo tanto integrar per se conducta
alguna merecedora de sanción en el ámbito asociativo, so pretexto de perjudicarse con ello la pública
consideración de los dirigentes y directa o indirectamente el prestigio o intereses de la entidad. Solamente el
ejercicio de la acción penal podrá incardinarse en la falta disciplinaria cuando resulte claramente infundado,
temerario o torticero, encaminado no a la persecución de un hecho delictivo que presente al menos visos de
verosimilitud sino a perjudicar a los dirigentes y a través de ellos a la entidad. En el caso que nos ocupa la
querella en cuestión no solamente fue admitida a trámite, sino que se practicaron diversas diligencias en
averiguación de los hechos imputados, entre ellas la declaración de los querellados, deduciéndose de las
manifestaciones que estos realizaron como efectivamente los querellantes habían dejado de percibir las
ayudas por el cultivo de remolacha que les correspondían, si bien ello lo imputaban no a las maniobras
delictivas relatadas en la querella sino a una serie de errores en la tramitación burocrática, en las
declaraciones efectuadas a la Administración, etc...Finalmente la querella no se sobreseyó por el Juzgado
de Instrucción libremente en virtud de lo dispuesto en el art. 637 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , es
decir por la inexistencia de indicios racionales de haberse perpetrado los hechos que dieron motivo a la
formación de la causa o porque dichos hechos no fueren constitutivos de delito, sino que se sobreseyó
provisionalmente, al amparo de lo preceptuado en el art. 641 nº 1 de la LECRm . por no resultar
debidamente justificada la perpetración del delito que dio lugar a la formación de dicha causa. Dicho
sobreseimiento provisional no comporta el fin del procedimiento penal con efectos de cosa juzgada, sino
que permite su reapertura caso de aportarse o aparecer nuevos elementos de prueba que permitan
sustentar la imputación delictiva, no habiendo sido recurrido por los querellados que permitieron por lo tanto
el que alcanzara firmeza, ni habiendo ejercitado estos acción alguna a posteriori frente a los querellantes en
virtud de la posible comisión de un delito de calumnia o denuncia falsa.
Así las cosas entendemos, al igual que lo hace el juzgador de instancia, que la formulación de dicha
querella no cabe ser reputada como claramente infundada, temeraria o torticeramente enderezada a
perjudicar el prestigio de los dirigentes de la Cooperativa y en su caso a través de estos al prestigio o
intereses de la entidad. Tal calificación no cabe sin mas ni automáticamente deducirse del hecho de que la
acción penal ejercitada no alcanzase el fin o resultado pretendido por los querellantes, es decir un
pronunciamiento penal condenatorio, dado que en función del tipo de sobreseimiento acordado y en tanto
los delitos objeto de la querella no hayan prescrito es factible aun la reapertura de la causa. En su
consecuencia consideramos que la mera formulación de la querella per se no integra base razonable que
permita incardinarla o sustentar su tipificación dentro de la falta muy grave que venimos comentando y por
la que han sido sancionados los demandantes.
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querellantes sino también las ofrecidas por el entorno de los querellados. Si a ello se añade el carácter
ciertamente sucinto de dichas explicaciones o comentarios, en los que no se cargan las tintas, su
publicación no buscada no parece integre tampoco base razonable para sustentar la falta muy grave y la
sanción económica de tan notable entidad que a su consecuencia ha sido impuesta.
La inexistencia de esta base razonable para la tipificación y sanción de los hechos que venimos
comentando es motivo básico y suficiente para decretar su nulidad y acoger la demanda. Sin necesidad por
lo tanto de entrar a analizar el resto de los motivos de nulidad que en la sentencia impugnada también se
reflejan ni de los que se invocaban en la demanda, vamos a confirmar dicha resolución con desestimación
del recurso.
SEXTO.- Conforme a lo dispuesto en los arts. 394 y 398 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , la
desestimación del recurso de apelación conlleva se impongan a la parte recurrente las costas de esta
segunda instancia.
FALLAMOS