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CAPITULO VIII.

-
ORIENTACIONES PARA LA
POSTJORNADA
¿Qué sigue después de la Jornada? ¿Qué hacer con los muchachos
después de su vivencia del proceso? ¿Cuáles son los elementos
indispensables de una auténtica POSTJORNADA? Esta sección busca
dar respuesta a estas y otras preguntas similares.

1.- CRITERIOS FUNDAMENTALES.

La Postjornada sigue siendo un fuerte desafío por resolver. Los


Auxiliares que participan de una Jornada deben tener presente y ser
muy claros con los muchachos en cuanto al compromiso cristiano. No
olviden que :

 "Está llamado a ser Santo".

 "La misión de la Iglesia es evangelizar. 'Evangelizar constituye, en


efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más
profunda. Ella existe para evangelizar' (E.N. 14)" (L.B. 11).

 " Evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino


profundamente eclesial' (E.N. 60)" (L.B. 11).

 "Al ser el M.J.V.C. parte de la Iglesia .-un movimiento de Iglesia- su


vocación y su esencia es evangelizar al joven por medio del joven"
(L.B. 11)

 Así cada joven debe ser también un Santo. "El mejor evangelizador
es el Santo" (S.D. 28).

 " 'Es necesario que los jóvenes bien formados en la fe y arraigados


en la oración, se conviertan cada vez más en los apóstoles de la
juventud' (E.N. 72) " (L.B. 11)

El equipo responsable de una Jornada debe preparar con mucho


cuidado todos los elementos que la integran, y de una manera
especial el aterrizaje hacia un verdadero compromiso de cambio. No
podemos jugar con la vida de los muchachos y de las muchachas que
han puesto su confianza en nosotros.

El Santo Padre Juan Pablo II, retomando el camino de Paulo VI, ha


insistido en que la juventud debe crear la Civilización del Amor y de la
Paz. Para ello debe buscar un lugar de inserción para que, desde su
Fe, y con la ALEGRÍA Y LA ESPERANZA propias del cristiano, sea
protagonista de la Historia.

Todo joven que ha asistido a una Jornada necesita que se le brinden


los elementos indispensables para su crecimiento humano y su
maduración en la fe y pueda llegar así a ser un cristiano, un santo en
plenitud, y un apóstol.

Esta plenitud la alcanza viviendo en Gracia de Dios, incorporándose a


una comunidad eclesial y colaborando así en la construcción del
Reino. Estas realidades de su vida son de verdad necesarias para
continuar creciendo en la Vida Cristiana.

No es posible un cristiano a solas, aislado. Fruto inequívoco de una


buena evangelización es el reconocimiento y el ingreso a la
comunidad de los fieles, que es la Iglesia.

"Efectivamente, el anuncio no adquiere toda su dimensión más que


cuando es escuchado, aceptado y asimilado y cuando hace nacer en
quien lo ha recibido una adhesión de corazón... adhesión al programa
de vida -vida en realidad ya transformada- que él propone. Adhesión
al Reino, es decir, al 'mundo nuevo', al nuevo estado de cosas, a la
nueva manera de ser, vivir, de vivir juntos, que inaugura el Evangelio.
Tal adhesión no puede quedarse en algo abstracto y desencarnado,
se revela concretamente por medio de una entrada visible, en una
comunidad de fieles. Así pues, aquellos cuya vida se ha transformado
entran en una comunidad que es en sí misma signo de
transformación, signo de novedad de vida: la Iglesia, sacramento
visible de la salvación." (E.N. 23).

Es nuestro deber como Iglesia y como Movimiento, buscar las


estructuras necesarias para poder ofrecerle al joven los medios antes
mencionados. Es lo que nosotros M.J.V.C. llamamos Postjornada.
Lineamientos Básicos lo afirma claramente: "etapa en la cual se
brindan al joven todos lo elementos necesarios para garantizar el
crecimiento y perseverancia dentro de la vida cristiana, a fin de que
se integre y se comprometa con la Iglesia al servicio del hermano."
(L.B. 14).

La Jornada ha descubierto al joven una experiencia personal del amor


de Dios. Muchos son aún niños en la Fe que necesitan ser
alimentados y educados. De nada servirán miles y miles de Jornadas ,
si no tenemos para los jóvenes un camino que nos permita vivir una
experiencia de Iglesia en comunión. De no tenerlo estaremos jugando
a Evangelizar, y esto es jugar con la propia vida.

Por eso, el Movimiento afirma que "cuando falta este marco, y cuando
no hay plataformas que ofrezcan al joven que sale de una Jornada la
posibilidad de una presencia activa en su comunidad, suele suceder
que, este joven, vivirá forzosamente situaciones de desconcierto y de
desorganización, llegando incluso a sentirse frustrado. Esto mismo
ocurre para otros grupos y para otras muchas expresiones e
inquietudes juveniles, que no encuentran un campo concreto para
realizarse." (L.B. 33). Urge construir espacios para los jóvenes.

Reconocemos que esta tarea enorme no es exclusiva del M.J.V.C. Es


una responsabilidad que tiene que atender toda la Pastoral Juvenil,
parroquial y diocesana. Celebrar la Jornada dentro de un Plan Pastoral
Juvenil, permite un caminar común y una búsqueda al servicio de los
jóvenes.

2.- MEDIOS DE CRECIMIENTO.

Aceptando que esta es una tarea de la Iglesia Local o Diócesis, nos


parece no muy factible dar soluciones hechas a situaciones muy
variadas, sobre todo si tomamos en cuenta los distintos ambientes
económicos, sociales y culturales de la Juventud. Sin embargo, nos
parece que sí es posible ofrecer ciertos elementos o medios de
crecimiento y conversión que, indudablemente pueden vivirse en
diferentes lugares.

Estos elementos, que ofrecen al cristiano la garantía de crecer en la


Fe y le permiten un seguimiento definido de Jesús, son, entre otros:

2.1.- La oración.

2.2.- La Formación Integral

2.3.- La comunión fraterna.

2.4.- El Apostolado

2.5.- La Vida Litúrgica y sacramental.

2.6.- El Servicio y la Caridad

Todos ellos hay que vivirlos con la Iglesia, en la Iglesia y para la


Iglesia. Preocupados por ofrecer una Postjornada válida, queremos
analizarlos aquí más en detalle.

2.1.- La oración.

"Oren siempre sin desfallecer" (cfr Lc 18, 1). "orad sin cesar y en todo
den gracias a Dios" (1 Tes 5, 17.).

Ya en el capítulo II, Visión general de la Jornada, tratamos el tema de


la oración. Bastará aquí recordar lo necesaria e importante que es la
oración en la vida cristiana.
Estamos ante el misterio por el cual el creyente vive una relación
personal con Dios vivo y en la cual se establece un diálogo íntimo con
Dios y el alma se eleva a su presencia. "La oración es el impulso del
corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de
reconocimiento y de amor, tanto desde dentro de la prueba como
desde dentro de la alegría" (Santa Teresa del Niño Jesús,
autobiografía C. 25).

La oración del cristiano, es una unión y participación de Dios Uno y


Trino. Es comunión profunda con Dios. Esta comunión no se queda en
la persona misma sino que se extiende a toda la Iglesia. Por la
Oración estamos en comunión con la Iglesia: "Creo en la comunión de
los Santos" (Credo de Nicea-Constantinopla).

Más aún, es necesario que compartamos nuestra oración con


nuestros hermanos. Es bueno realizar oraciones comunitarias. La
Eucaristía es la celebración comunitaria de la Fe por excelencia ya
que, como bien sabemos, "es la fuente y culmen de toda la vida
cristiana" (L.G. 11). San Pablo nos invita al combate espiritual y entre
otras "armas" para la lucha nos dice que debemos estar "siempre en
oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando
juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos". (Ef 6,
18).

Es importante que oremos en todo momento: que nuestra vida sea


una vida de oración, y que compartamos esa oración con nuestros
hermanos. Que la oración sea un momento de encuentro con Dios y
con los hermanos. El M.J.V.C. debe aprender a orar con la Virgen
María: "Todos ellos perseveraban en las oración en compañía de
algunas mujeres, de María, la madre de Jesús (Hch 1, 14).

2.2.- La Formación Integral

El hombre, al tener un encuentro con la persona de Jesús, es


interpelado en su libertad y se le pide, no tan sólo un cambio inicial
(la conversión) sino que además se le exige crecer, madurar y dar
frutos de vida y santidad. El hombre libre y consciente, no puede
dejar de responder y de asimilar un compromiso de su persona con el
amor de Dios. El cristiano se abre así a una verdadera formación.

"La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el


descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la
disponibilidad siempre mayor para vivirla en el cumplimiento de la
propia misión" (C.L. 58).

"En este diálogo entre Dios que llama y la persona interpelada en su


responsabilidad se sitúa la posibilidad -es más, la necesidad- de un
formación integral y permanente de los fieles laicos" (C.L. 57).
Definiendo la formación integral como el continuo proceso personal
de maduración humana y en la fe, de configuración con Cristo, según
la voluntad del Padre, con la guía del Espíritu Santo, es necesario que
cada joven que asiste a una Jornada, después de la misma,
experimente este proceso de vida, que le hará descubrir claramente
su vocación y con ello las responsabilidades y tareas que tenga que
realizar para ser fiel a su propia misión.

Dios quiere que seamos felices y optemos libremente por la vida; esta
es su amorosa voluntad. Sin embargo todos sabemos que en
ocasiones nos resulta difícil discernir cuál es la voluntad de Dios. Es
bueno no olvidar que "para descubrir la concreta voluntad del Señor
sobre nuestra vida son siempre indispensables

1. La escucha pronta y dócil de la palabra de Dios y


de la Iglesia

2. la oración filial y constante

3. la referencia a una sabia y amorosa dirección


espiritual

4. la percepción en la fe de los dones y talentos


recibidos.

5. y al mismo tiempo ser críticos y analizar las


diversas situaciones sociales e históricas en las que
se está inmerso" (C.L. 58).

Si logramos en el Movimiento, a través de un adecuado proceso de


formación, hacer nuestros los anteriores elementos, estaremos en la
línea que nos propone María: "Hagan lo que Él les diga" (Jn 2,5). Y ese
él, es Jesús. Esta actitud nuestra es fundamental en el seguimiento
fiel de Jesús.

La formación integral debe abarcar las diversas áreas de nuestra


existencia y debe hacernos vivir una unidad no sólo con nuestra
propia persona, sino también con Cristo y con los demás a través de
la Iglesia. Entre estas áreas queremos mencionar como relevantes la
Familia, el Trabajo, la Vida Espiritual y la Sociedad.

2.3.- La comunión fraterna.

Es común que en los grupos de apostolado, juveniles o de adultos,


exista una verdadera preocupación por realizar las actividades
propias del grupo, no así, en cambio, se tiene interés serio por la
persona misma del que integra el grupo.

Nos preocupamos por el HACER y no tanto por el SER de la persona.


El HACER es importante, de hecho es uno de los objetivos de todo
grupo apostólico. Sin embargo mucho más importante y fundamental
es el propio SER de la persona y su crecimiento y madurez.

Lo primero que debemos buscar como Movimiento de Jornadas, para


las Escuelas de Auxiliares y para las personas jóvenes que asisten a la
Jornada, es la Santidad, es decir, Ser Santos.

La formación de pequeños grupos en los cuales se puede profundizar


en el SER de la persona y no tanto en el HACER es muy necesaria.
Insistamos en formar pequeñas células, grupos o comunidades en
donde se pueda expresar el SER de cada uno de los miembros de la
comunidad parroquial sin descuidar el HACER.

En la A.N.D. 1994, se vivieron Talleres Prácticos, entre los cuales


tuvimos los "talleres de comunidad". La idea es formar pequeños
grupos de no más de 15 personas para compartir un tiempo dedicado
exclusivamente al ser, es decir, a vivir : la oración comunitaria,
formación integral y un rato de compartir la experiencia de la Fe de
cada uno.

Podemos entender así que este sea un camino seguro para fortalecer
la vocación a la santidad de cada uno de los miembros de los grupos
laicales, señalado por Juan Pablo II como uno de los criterios de
eclesialidad de estos grupos.

"El primado que se da a la vocación de cada cristiano a la Santidad, y


que se manifiesta 'en los frutos de gracia que el Espíritu Santo
produce en los fieles' como crecimiento hacia la plenitud de la vida
cristiana y a la perfección en la caridad" (C.L. 30).

2.4.- El Apostolado

Viviendo en una auténtica comunión fraterna resulta indispensable


concretizar el amor a Dios, al cual no vemos, en el servicio al
hermano, que sí vemos y tenemos cerca y quien de verdad es imagen
y semejanza de Dios. (cfr 1 Jn 1, 17. 18; 1 Jn 4, 29- 31).

Urge que el joven afiance en su vida la dimensión del apostolado y


tenga un verdadero deseo de servir a su prójimo. El joven que vive
una experiencia personal de Dios, es sin duda alguna, llamado a SER
un santo. Así mismo es llamado a HACER, es decir, a expresar la
santidad que vive, trabajando por la santidad de los demás. Gasta así
su propio ser en el servicio al prójimo. La Postjornada debe ayudarlo a
expresar su ser en un hacer concreto.

Llamados todos a la santidad, los fieles laicos, nuestros jóvenes,


tengan muy presente que esta vocación

"implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en


su inserción en las realidades temporales y en su participación en las
actividades terrenas. 'La unidad de vida de los fieles laicos tienen una
gran importancia. Ellos, en efecto, deben santificarse en la vida
profesional y social ordinaria. Por tanto, para que puedan a su
vocación, los fieles laicos deben considerar las actividades de la vida
cotidiana como ocasión de unión con Dios y de cumplimiento de su
voluntad, así como también de servicio a los demás hombres,
llevándoles a la comunión con Dios en Cristo ' " (C.L.17).

Todo joven que asiste a una Jornada tiene derecho a que le


brindemos los medios a nuestro alcance para que realice un
apostolado concreto en comunidad, de acuerdo a los carismas propios
de cada uno. Debe ser un apostolado que tenga sentido para la
Iglesia Particular. Puede tratarse de un servicio diocesano, parroquial
o interparroquial.

Todos debemos ejercer un apostolado, y a este apostolado "siempre


y en todas partes fecundo, y en determinadas circunstancias el único
apto y posible, están llamados y obligados todos los seglares, de
cualquier condición, aunque no tengan ocasión o posibilidad de
cooperar en asociaciones" (A A 16).

El apostolado organizado o en comunidad, responde de una manera


más adecuada a las exigencias humanas y espirituales de las
personas. Como Iglesia, somos además realmente sacramento de
unidad, entre los hombres y con Cristo. Recordemos lo que dice Jesús
"Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos" (Mt 18, 20).

Señalamos como un espacio apropiado para el apostolado la


parroquia porque

"la parroquia ofrece un modelo clarísimo del apostolado comunitario,


porque reduce a unidad todas las diversidades humanas que en ella
se encuentran y las inserta en la universalidad de la Iglesia.
Acostúmbrense los seglares a trabajar en la parroquia íntimamente
unidos a sus sacerdotes; a presentar a la comunidad de la Iglesia los
problemas propios y del mundo y los asuntos que se refieren a la
salvación de los hombres, para examinarlos y solucionarlos
conjuntamente; y a colaborar según sus posibilidades en todas las
iniciativas apostólicas y misioneras de su familia eclesiástica.
Consideren, sobre todo, como propias las obras misioneras,
prestándoles medios materiales e incluso ayuda personal. Es un
deber y un honor para el cristiano devolver a Dios parte de los bienes
que de Él recibe" (A.A. 10.).

El Concilio Vaticano II señala que

"los jóvenes ejercen en la sociedad actual una fuerza de


extraordinaria importancia". Es por ello que los jóvenes son los
apóstoles de los jóvenes. Leamos: "Este aumento de la importancia
de las generaciones jóvenes en la sociedad exige de ellos una mayor
actividad apostólica a la cual los dispone su misma índole natural.
Madurando la conciencia de la propia personalidad, impulsados por el
ardor de la vida y por un dinamismo desbordante, asumen la propia
responsabilidad y desean tomar parte de la vida social y cultural. Este
celo, si está lleno del Espíritu de Cristo y se ve animado por la
obediencia y el amor a los pastores de la Iglesia, ofrece la esperanza
cierta de frutos abundantes. Los jóvenes deben convertirse en los
primeros e inmediatos apóstoles de los jóvenes. ejerciendo el
apostolados personal entre sus propios compañeros, habida cuenta
del medio social en que viven" (A.A. 12).

Con razón el Documento de Santo Domingo propone "reafirmar la


opción preferencial por los jóvenes proclamada por Puebla no sólo de
modo afectivo sino efectivamente" (S.D. 114). Es pues necesario que
todas las instancias eclesiales, tengan como prioritarias las acciones
con los jóvenes. Estamos abriendo así caminos para la Postjornada.

Ningún joven que haya asistido a una Jornada deje de tener un campo
concreto en donde servir a su hermano, de acuerdo, claro, a los
dones que Dios le ha dado. Llegará así a caminar hacia la plenitud de
la caridad. El M.J.V.C. le ayudará a ello con su labor de Postjornada.

Teniendo presente que "el apostolado de los laicos es la participación


en la misma misión salvífica de la Iglesia, apostolado al que todos
están destinados por el Señor mismo en virtud del bautismo y de la
confirmación" (L.G. 33), reflexionemos en que "los sacramentos,
especialmente la Sagrada Eucaristía, comunican y alimentan aquel
amor hacia Dios y hacia los hombres, que es el alma de todo
apostolado" (L.G. 33). Además, ya lo dijimos, "los laicos, están
llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares
y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la Tierra a
través de ellos."(L.G. 33). Enorme responsabilidad para nosotros,
Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, para tomar en serio
nuestra Postjornada.

2.5.- La Vida Litúrgica y sacramental.

Retomando lo dicho a propósito del núm. 33 de la Lumen Gentium


pasamos a considerar ahora la vida litúrgica y sacramental.

Todo proceso de evangelización nos debe llevar a la vida nueva, a


una vida sobrenatural, en la que se encuentra una purificación y
elevación de la naturaleza humana. "Esta vida sobrenatural
encuentra su expresión viva en los siete sacramentos y en la
admirable fecundidad de gracia y santidad que contienen"(E.N. 47).

" Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los
momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y
crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. Hay
una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas
de la vida espiritual" (CC1210).

En la primitiva Iglesia, los discípulos "acudían asiduamente a la


enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a
las oraciones" (Hech 2, 42).

Realidad insustituible en nuestra vida de sacramentos es la


Eucaristía. Los primeros discípulos se congregaban para participar de
la Cena del Señor, lo acabamos de ver. El Concilio Vaticano II nos abre
la comprensión de este hecho de Jesús. Afirma que

"Nuestro Salvador, en la última Cena, la noche que le traicionaban,


instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con la cual
iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz
y confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y
resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de
caridad, banquete pascual, en el que se recibe como alimento a
Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria
venidera" (S.C. 47).

¿Por qué insistimos en la Eucaristía? La respuesta es fácil. La


Eucaristía es

"fuente y culmen de toda la vida cristiana" (L.G. 11). Además, "los


demás sacramentos, así como todos los ministerios eclesiásticos y
obras de apostolado, están íntimamente trabados con la Sagrada
Eucaristía y a ella se ordenan. Y es que en la Santísima Eucaristía se
contienen todo el bien espiritual de la Iglesia, a saber, Cristo mismo,
nuestra Pascua y Pan vivo por su carne que da la vida a los hombres,
vivificados y vivificantes por el Espíritu Santo." (P.O. 5).

La Escuela de Auxiliares debe poner especial cuidado, como algo


verdaderamente fundamental, hacer vida y compartir en grupo los
sacramentos, principalmente la Eucaristía.

No nos parece posible vivir y crecer en una fe comunitaria sin que,


mínimo cada semana se comparta el Cuerpo y la Sangre de Cristo
como experiencia de nuestro SER de cristianos y miembros de la
Iglesia.

Todo lo anterior nos confirma que

"la liturgia, como acción de Cristo y de la Iglesia, es el ejercicio del


sacerdocio de Jesucristo (S.C. 7); es cumbre y fuente de la vida
eclesial (S.C. 10). Es encuentro con Dios y los hermanos; banquete y
sacrificio realizado en la Eucaristía; fiesta de comunión eclesial, en la
cual el Señor Jesús, por su misterio pascual, asume y libera al Pueblo
de Dios y por él a toda la humanidad cuya historia es convertida en
historia salvífica para reconciliar a los hombres entre sí y con Dios. La
liturgia es también fuerza en el peregrinar, a fin de llevar a cabo,
mediante el compromiso tansformador de la vida, la realización plena
del Reino, según el plan de Dios" (DP 918).

La obra de salvación, continuada por la Iglesia, se realiza en la liturgia


(cfr S.C. 6),.

"Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente a su
Iglesia sobre todo en la acción litúrgica (S.C. 7).

Vemos bien por qué el M.J.V.C. debe insistir en una auténtica vida
litúrgica-sacramental de quienes han vivido la Jornada. Las gentes
que el día de Pentecostés recibieron la palabra de Pedro y fueron
bautizadas son las que "con perseverancia escuchaban la enseñanza
de los Apóstoles, se reunían en la fracción del pan y en la
oración...alababan a Dios, gozando de la estima general del Pueblo
(Hech 2, 41-47). Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de
reunirse para celebrar el misterio pascual". (S.C. 6).

2.6.- El Servicio y la Caridad

Ya en el apartado sobre el apostolado algo mencionamos del servicio


y la caridad. Si embargo, es bueno decir una palabra más directa.

Jesús es el Hombre de un profundo encuentro con Dios y de un


profundo encuentro con el hermano. No es alguien que sabe hacer
"algo" y lo hace a través de "acciones-servicios". No es el hombre de
"servicios", sino el HOMBRE DE SERVICIO. Su mayor servicio: Da la
vida (cfr Jn 15, 13).

Recordemos que el mismo Jesús, en la Cena con sus Apóstoles, la


noche antes de morir, nos dejó un gran ejemplo de servicio al lavarles
los pies. Asimismo, a lo largo del Evangelio nos ha dejado sus criterios
al respecto. Esa misma noche, cuando ellos discutían quien ocuparía
el primer lugar, Jesús concluyó su enseñanza diciendo "Yo estoy entre
ustedes como el que sirve" (Lc 22, 27).

Por eso Puebla se atreve a afirmar que

"acercándose al pobre, para acompañarlo y servirlo hacemos lo que


Cristo nos enseñó, al hacerse hermano nuestro, pobre como nosotros.
Por eso el servicio a los pobres es la medida privilegiada aunque no
excluyente, de nuestro seguimiento de Cristo. El mejor servicio al
hermano es la evangelización que lo dispone a realizarse como Hijo
de Dios, lo libera de las injusticias y lo promueve integralmente" (DP
1145).

No dejemos de lado todo lo relacionado con el "juicio final" que Mateo


trata en el capítulo 25 de su Evangelio:
"tuve hambre... tuve sed... pasé como forastero... estuve en la cárcel
y me fueron a ver. "¿Cuándo ... ? Cuando lo hicieron con alguno de
estos mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo" (Mt 25, 31-
46).

El M.J.V.C. debe formar muchachos y muchachas testigos del servicio


y de la caridad. Somos una Iglesia Misionera al servicio de la
evangelización. (cfr DP 1128-1310, IV Parte).

3. ALGUNAS APLICACIONES PRACTICAS

¿Qué hacer o qué sugerir después de reflexionar todo lo que hemos


señalado? Bien sabemos que los elementos que hemos descrito ya se
han vivido en la Jornada misma.

 La oración. Oraciones de la mañana y la noche, oraciones


de los alimentos, visita al Santísimo.

 La Formación Integral. Las pláticas ,meditaciones, misa


didáctica, revisión de los elementos de la Jornada, en toda la
Prejornada.

 La comunión fraterna. El compartir la manera de pensar,


los testimonios de los auxiliares, los corrillos, las mesas
redondas, los juegos, la comida. etc

 El servicio al hermano. El servicio del equipo, cocina, la


presencia del Sacerdote

 La Vida sacramental. Las misas, las confesiones.

Para muchos ha sido un asomarse, un descubrir el sentido y las


posibilidades que ofrecen para que el joven se abra a Dios y al
hermano. Ya lo han hecho. ¿Y después, qué?

Es necesario que todos los jóvenes sigamos viviendo y creciendo en


estas dimensiones después de la Jornada.

Esto urge más todavía a la Escuela de Auxiliares puesto que a sus


miembros corresponde hacer que otros jóvenes los descubran,
valoren y vivan. La Escuela debe tener bien hecho su programa que le
permite vivir su proceso de crecimiento. No puede contentarse con
medianías ni a lo que vaya saliendo. Dos ejemplos a resolver:

 La Formación Integral. Su programa debe ser bien definido, al


menos para un período de seis meses en seis meses. El plan debe
abarcar toda la persona: aspectos humanos, doctrinales, espirituales,
propios del Movimiento, etc. Además, conviene tener un método de
revisión de vida que permita evaluar la aplicación de lo aprendido en
la formación.

 El Apostolado. Es necesario que su apostolado este integrado a la


Pastoral Juvenil de la parroquia, o de la Diócesis. Debe tener sentido
para el crecimiento personal y el de la comunidad. Es necesario
revisarlo también periódicamente para enriquecerlo y darle vitalidad.

Importa mucho que cada Escuela de Auxiliares y/o Zona del M.J.V.C.
busque los canales adecuados para que la Postjornada no se quede
en meras palabras. Sugerimos algunas acciones a programar:

 Oración en común

 Veladas de oración

 Vida sacramental en equipo

 Apostolado programado, con objetivos y métodos claros

 Catequesis programada y juvenil. Recomendamos el


Catecismo de la Iglesia Católica.

 Jornadas y/o Semanas de Juventud coordinadas con los


grupos parroquiales y/o otros movimientos.

 Estudio de Documentos del Magisterio

 Hojas formativas a distribuir que iluminen los


acontecimientos más significativos para la comunidad y/o la
Patria.

 Búsqueda común de compromisos de coyuntura.

 Acompañamiento de asesoría adecuada.

4 Algunas Experiencias que ya se están viviendo en el


M.J.V.C.

No cabe duda que los muchachos y muchachas que han hecho una
Jornada de Vida Cristiana están presentes en su Iglesia. Al menos un
número significativo. Sin embargo, tampoco podemos negar que un
buen número de jóvenes no encontraron su camino y no sabemos
dónde andan. Queremos compartir aquí algunas experiencias que ya
se viven y que pueden orientar y dar ideas a las Escuelas de
Auxiliares que quieren plantearse seriamente su Postjornada.

 FORMACIÓN DE GRUPOS DE APOSTOLADO


A raíz de que el joven experimenta su encuentro con el Señor Jesús
en la Jornada, busca compartir su FE, quiere llevar a otros la Buena
Nueva. Aunque este apostolado puede ser realizado en forma
individual, muchos lo están haciendo comunitariamente.

"El apostolado que cada uno debe ejercer y que fluye con abundancia
de la fuente de la vida auténticamente cristiana (cfr Jn. 4, 14) es el
principio y la condición de todo apostolado seglar, incluso del
asociado y nada puede sustituirlo" (A.A.15).

Es conveniente que aquellos jóvenes que hasta ahora tienen


únicamente un apostolado individual, busquen un apostolado
comunitario que les ayudará, sin duda alguna, a crecer como
cristianos.

Prodríamos decir que, en buena parte el muchacho que ha hecho una


Jornada de Vida Cristiana es un recién nacido en la Fe, y que es
necesario que los demás le ayuden a crecer hasta tener "la estatura
de Jesús de Nazaret" (cfr Ef 4, 13). Indudablemente que un medio
apto para lograrlo es el grupo apostólico, en donde sus miembros
trabajan juntos por edificar la Iglesia y santifican al mundo. Todo esto
centrado en Cristo Jesús.

"Es grande la variedad existente en las asociaciones de apostolado;


unos se proponen el fin general apostólico de la Iglesia; otras buscan
de modo particular los fines de la evangelización y de la santificación;
algunas tienden a la inspiración cristiana del orden temporal; otras
dan testimonio de Cristo especialmente por las obras de misericordia
y de caridad." (A.A.19).

Estas expresiones que ya están viviendo tantos jóvenes han surgido


de la necesidad de alcanzar la Santidad y compartir la Fe, la
Esperanza y la Caridad con el Hermano, y al servicio de los más
necesitados. Lo van logrando dando lo mejor de ellos mismos en base
a los carismas que Dios ha depositado en cada ser humano.

Es necesario que al finalizar la Jornada el joven tenga la gran variedad


de grupos apostólicos, y que libremente decida a cual ingresar de
acuerdo a su preferencia.

En caso de que no existan estas expresiones, el M.J.V.C. está llamado


a colaborar con la Pastoral Juvenil, e impulsar la creación de dichos
grupos y ser incluso germen y principio de la Pastoral Juvenil en su
Iglesia Local, si no la hay.

 ESCUELA DE INICIACIÓN.

En muchos lugares, antes de ingresar propiamente a la Escuela de


Auxiliares, el joven que acaba de vivir su Jornada pasa por un proceso
de incorporación por etapas, por medio del cual descubrirá las
exigencias de su compromiso cristiano. Esta es una auténtica
"escuela" en la que aprenderá más sobre la Iglesia, lo que es el
M.J.V.C., su organización, los Lineamiento Básicos, etc. Este
muchacho vive de esta manera su Postjornada haciendo realidad su
presencia en la Iglesia.

Dicha escuela puede estar organizada por niveles. Cada auxiliar va


ascendiendo a través de distintos grados y, al ir completando su
formación, se compromete más con la Escuela. Conforme avanza, se
le confían responsabilidades más importantes en el apostolado.

En este proceso, el muchacho y la muchacha que lo viven, son


acompañados por un Auxiliar más maduro quien le ayudará a vivir
con fidelidad. Esto requiere de un gran esfuerzo, de mucha atención
personal y perseverancia, así como de una adecuada asesoría, pero
está dando ya grandes frutos.

 JORNADA DE JORNADAS

Son reuniones periódicas de varios días de estudio y espiritualidad


para los Auxiliares de una o varias Escuelas y/o Zona. Su finalidad
consiste en profundizar en algún tema en particular, intercambiar
experiencias, orar, compartir la vida. Es un medio de formación
privilegiado. Se trata de reavivar el compromiso y servicio apostólico,
de la Escuela.

Este medio está ayudando a crecer y a madurar en el amor a la


Iglesia y al Movimiento, y a buscar cómo servir mejor hoy, en la
Historia. Es bueno tomarla muy en serio y darle una buena asesoría.

 INSERCIÓN EN PASTORAL JUVENIL.

Podemos considerar la Pastoral Juvenil como la acción de Cristo


Pastor para el joven, con el joven y desde el joven, para la
comunidad, con la comunidad y desde la comunidad. Esta acción la
realiza la Iglesia. Vemos pues, claramente, por qué el M.J.V.C. es una
expresión de Pastoral Juvenil. No puede ser de otro modo.

Siendo la Diócesis precisamente la Iglesia Particular en la que un


grupo de cristianos expresan y viven en fidelidad su Fe guiados por su
Obispo Pastor, el Movimiento debe estar siempre ligado a la Pastoral
Juvenil propia de la Iglesia Particular en que se encuentra. Señalamos
en seguida algunas experiencias de Postjornada precisamente en esta
linea :

1. La Jornada. No olvidemos que "el servicio especifico del M.J.V.C. a


la Pastoral Juvenil Diocesana es la Jornada"(L.B. 12,6). "Toda Jornada
debe celebrarse dentro de un plan de Pastoral Juvenil" (L.B. 12,7).
¿ Estamos celebrando así nuestras Jornadas ? De no ser esta la
realidad, la Jornada que se celebre desligada de la Pastoral Juvenil no
está siendo una expresión de Postjornada. Son "buenas acciones"
pero aisladas de la vida de la Iglesia Particular. Esto es grave.

2. La Escuela de Auxiliares. Comprometida con la vida del


Movimiento y con el servicio de una Jornada a una Iglesia Particular,
la Escuela es una expresión genuina de Postjornada, siempre y
cuando tenga en cuenta lo que acabamos de señalar arriba.

3. Equipo de Pastoral Juvenil diocesano y/o parroquiales.


Muchos muchachos y muchachas que han vivido una Jornada están
trabajando dentro de estos equipos con una vida bien comprometida.
Son elementos valiosos junto con otros jóvenes entusiastas.

4. Equipo de Catequesis. En muchas parroquias la presencia


juvenil vigoriza e impulsa los Equipos de Catequesis comunicándoles
la frescura propia de la Fe en esa edad.

5. Equipos de Liturgia. Algunas parroquias han formado sus


Equipos de Liturgia al servicio de la comunidad. Donde no existen, los
jóvenes son un factor importante para crearlos. Estos Equipos
presentan muy variadas expresiones, a saber :

 servicio de lectores.

 servicio de altar.

 servicio de acogida.

 servicio de canto (coros).

 servicio de ofrendas (colecta y dones para la Iglesia y los


miembros más necesitados de la comunidad).

Nota : Muchos muchachos que han hecho Jornada están formando


parte de un CORO. Pueden ser factor para que ese coro, en lugar de
dar un servicio meramente musical y muchas veces en cierta forma
"divorciado" de la comunidad que tan sólo escucha, alcance de
verdad su dimensión litúrgica. Se trata de crear una comunidad que
ora cantando . El coro debe llevar y guiar a la comunidad para que
juntos expresen su oración cantando. Los jóvenes pueden ayudar
mucho en su trabajo de Postjornada para que los COROS encuentren
su verdadera dimensión y el sentido de su presencia en nuestras
Eucaristías. Urge, ya que estamos ante una expresión juvenil que se
multiplica por todos lados.

6. Equipos de Pastoral Social. Estamos ante una exigencia muy


fuerte y una oportunidad para la presencia y el protagonismo juvenil,
sobre todo después de Santo Domingo. Tenemos que trabajar mucho
la PROMOCIÓN HUMANA. La presencia de jóvenes en los Equipos de
Pastoral Social ya se esta dando. Se abre aquí una enorme gama de
oportunidades para la Posjornada. Conviene no olvidar nada de lo que
tenemos en el Documento de Santo Domingo de los números 157 al
227. Ofrecen pistas muy variadas para los jóvenes.

7. Derechos Humanos y Compromiso Político. Nos encontramos


en un campo al cual los jóvenes son muy sensibles hoy. Su
participación, desde la Fe, tiene que ser semilla de vida nueva para
nuestra sociedad. El campo ecológico ofrece otras alternativas.

8. Equipos de Pastoral Vocacional. Siguiendo el lineamiento de


Puebla "se procurara dar a los jóvenes una buena orientación
espiritual a fin de que puedan madurar su opción vocacional, sea
laical, religiosa o sacerdotal" (DP 1200), la presencia de jóvenes en
estos equipos permitirá hacer presente "su voz" y sus inquietudes en
una búsqueda tan significativa y fundamental para la Iglesia.

9. Consejos diocesanos y/o parroquiales de Pastoral. Cada día


se están multiplicando más y más. Es una buena realidad
postconciliar. Definitivamente hay un lugar en ellos para los jóvenes.

10. Pastoral de Medios Específicos. La Diócesis y las Parroquias


se preocupan cada vez más por identificar grupos humanos de
jóvenes. Algunos de ellos: estudiantes, universitarios, obreros,
empleados, sub-empleados, en situaciones criticas (alcohol, droga,
sexo, etc.). Está ayudando mucho la presencia de jóvenes
comprometidos para dar una respuesta válida a estas situaciones.

El Movimiento de Jornadas de Vida Cristiana, en la AND'80 celebrada


en Veracruz, Ver. y en la AND'81, que tuvo lugar en Toluca, Edomex.
se planteó la diversificación de Grupos Humanos para poder servirlos
mejor. Retomemos el camino andado para que los muchachos que
hacen una Jornada puedan encontrar su lugar en Pastoral Juvenil al
servicio de una Pastoral de Medios Específicos.

 REUNIONES DE ZONA.

"Cada Zona va encontrando la expresión de su propio vivir, que


responde a sus necesidades y rindan óptimos frutos pastorales. Sus
reuniones y sus expresiones concretas deberán responder siempre a
las exigencias de vida y de servicio" L.B. 52

Cada Zona organiza y planea sus reuniones, las cuales sirven para
acrecentar la experiencia de Iglesia, descubrir la acción de Dios, a
través de experiencia que han tenido los demás hermanos de la
Zona.
En ocasiones estas reuniones son únicamente con los coordinadores
de las Escuelas, para definir los caminos de crecimiento propios para
la Zona. En otras ocasiones son reuniones masivas, en donde se vive
una catequesis y una fuerte convivencia en torno a Jesús.

ALGUNAS SUGERENCIAS A LA ESCUELA DE AUXILIARES.

Al final de este Capitulo juzgamos útil presentar algunas sugerencias


a la Escuela de Auxiliares. Nos parecen importantes y creemos
ayudan a orientar su preocupación y su trabajo de Postjornada.

1. Preparar y tomar siempre en serio la Jornada misma.

2. Acompañar de cerca el proceso de cada joven dentro de la Jornada:


¿Se descubrió como ser humano ? ¿Valora su dignidad ? ¿Se valora a
sí mismo? ¿Quién va siendo Cristo para él ? ¿Lo va aceptando como
Señor de su vida y Señor de su historia ? ¿Tiene interés en seguir
conociendo Su persona, Sus palabras y Sus hechos? ¿Se anima a
seguirlo ? ¿Quiere vivir en gracia cuidando así el Don de la Vida
Nueva que Dios le regala? ¿Toma conciencia de que "no puede vivir
igual" que el muchacho o la muchacha de su edad que no quiere ser
cristiano o cristiana ? ¿ Dónde se va a comprometer ? ¿Valora su
Sacramento de la Confirmación? ¿Ha iniciado ya un proceso
cristiano ?

3. Dar un seguimiento al joven y a la joven que han hecho una


Jornada para ayudarlo a crecer en su propio proceso como cristiano.
Toda la Escuela de Auxiliares es responsable. Para ello conocer :
¿ Viene ya de un grupo cató1ico ? : ayudarlo a reintegrarse en él con
todo el impulso que recibiera en la Jornada y que provoca la acción
del Espíritu Santo en su persona. ¿No tiene un grupo cató1ico?:
Ayudarlo a encontrar uno en el cual vea que le es posible vivir el
compromiso cristiano al cual ha llegado en la Jornada. ¿Quiere vivir su
compromiso en un grupo no de Iglesia?: Apoyarlo para que la vida
recibida en la Jornada no vaya a perderse totalmente y para que
infunda los valores del Evangelio enn la sociedad civil. ¿Va a formar
parte de la Escuela de Auxiliares?: darle todo el apoyo y todos los
elementos que necesita para una formación integral para que su
servicio lo ofrezca en plenitud. Propiciar así a que dé lo mejor de él
mismo o de ella misma.

4. Tener un Programa de Formación para los jóvenes que han hecho


una Jornada. Debe ser un verdadero proceso que los encamine a
comprometerse en la Pastoral Local o Diocesana. Deben madurar en
su ser de cristianos. No se trata de "tener laicos jóvenes" sino de
"formar un laicado" para la Iglesia. Se sugiere :

a. Un programa para quienes quieren y pueden asistir a


reuniones de formación.
b. Un programa tipo "universidad abierta ".

5. Iniciar procesos para formar comunidades juveniles.

6. Comprometernos en los dos campos que nos señala la Nueva


Evangelización :

a. Promoción Humana S.D. 157-227.

b. La Cultura Cristiana S.D. 228-301.

7. Hagamos nuestro el núm. 302 del Documento de Santo Domingo:

La Iglesia en Latinoamérica y el
Caribe proclama su fe:

'JESUCRISTO: AYER, HOY Y SIEMPRE"


(cfr Hb 13,8).

Nuestras Iglesias Particulares,


unidas en la esperanza y en al amor,

bajo la protección de Nuestra


Señora de G uadalupe,

en comunión con el Santo Padre

y en continuidad con las


orientaciones pastorales

de las Conferencias Generales de


Medellín y Puebla,

se comprometen a trabajar en :

Una Nueva Evangelización de


nuestros pueblos.

A la que TODOS están llamados,

con énfasis en la PASTORAL


VOCACIONAL,

con especial protagonismo de los


LAICOS

entre ellos, de los JÓVENES.


Mediante la educación continua de
la fe y su celebración:

la CATEQUESIS y la LITURGIA.

También más allá de nuestras


propias fronteras:

LATINOAMÉRICA MISIONERA.

Una promoción integral del pueblo


latinoamericano y caribeño.

Desde una evangélica y renovada


opción preferencial por los POBRES.

Al servicio de la VIDA y de la
FAMILIA.

Una Evangelización inculturada.

Que penetre los ambientes


marcados por la CULTURA URBANA.

Que se encarne en las CULTURAS


INDÍGENAS y AFROAMERICANAS.

Con una eficaz ACCIÓN EDUCATIVA y


una MODERNA COMUNICACIÓN.

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