Professional Documents
Culture Documents
Resuene, pues, buen Jesús, tu voz en mis oídos, para que aprenda cómo debe
amarte mi corazón, te ame mi mente, y te amen hasta las entrañas de mi alma. Que te
abrace la médula de mi corazón, pues eres mi bien único y verdadero, mi gozo dulce
y exquisito. Pero, ¿qué es el amor, Dios mío? Si no me engaño es una admirable
complacencia del alma, tanto más dulce cuanto más pura, tanto más suave cuanto más
verdadera, tanto más gozosa cuanto más amplia. Es el paladar del corazón que te
saborea, porque eres dulce; es el ojo que te ve, porque eres bueno; y es el espacio capaz
de acogerte, a ti que eres inmenso. Pues quien te ama te contiene, y te contiene en la
medida que ama, porque tú eres amor, eres caridad. Esa es la opulencia de tu casa de
que se embriagarán tus amados, los que se pierden a sí mismos para pasar a ti. ¿Y
cómo se realiza eso, Señor, sino amándote? Pero con todo el ser.
Mientras tanto, Señor, que yo te busque, y te busque con el amor; porque quien
camina amándote es indudable, Señor, que te busca; y quien te ama perfectamente ése
es, Señor, el que ya te ha encontrado. ¿Hay algo más justo que el que te ame tu criatura,
que recibió de ti ese don de poder amarte? Los seres irracionales o insensibles no
pueden amarte: no son capaces de ello. Tienen su naturaleza, su figura y su orden, no
para ser felices o poder serlo amándote, sino para que todo lo hermoso, bueno y bien
ordenado por ti, contribuya a la gloria de aquellos que pueden ser dichosos porque
pueden amarte. (Esp. Car. LI, I, 1).
De aquí que esta voluntad habrá que cualificarla de acuerdo con un doble
criterio: la acción y la pasión. Esto es, si soporta pacientemente lo que Dios mandare
o permitiere y cumple con fervor cuanto le ordenare. Cualquier voluntad en sintonía
con la voluntad de Dios soporta pacientemente lo que Dios mandare y ejecuta
fervorosamente lo que le ordenare. De éste se puede decir que ama a Dios con todas
sus fuerzas. Pero como quiera, Señor Dios, que nadie por sus propias fuerzas o por sus
méritos y sin tu gracia, es capaz de sintonizar con tu voluntad o de amarte, nos vemos
precisados a implorar el auxilio de tu gracia con una intensa y continuada insistencia.