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Semanas 1 y 2

Origen, finalidad y sentido de la filosofía

Origenes de la Filosofía:

RELACION MITO-LOGOS EN LOS ORIGENES DE LA FILOSOFÍA:

En el umbral de la Filosofía griega encontramos algo no filosòfico: el mito. Es el


mito la fe del vulgo que sugiere lo que se ha de pensar al enfrentarse con las
grandes cuestiones en torno al mundo y a la vida, a los dioses y a los hombres.
Aùn el filòsofo, como nota Aristòteles, puede en un cierto sentido ser amigo del
mito, pues en el mito y en la Filosofía hay una cierta comunidad de temas y
problemas.

Mitologìa de Homero y Hesiodo:

En el àmbito del mito tienen especial importancia estos dos filòsofos por sus
doctrinas sobre el origen de los dioses (teogonias) y del mundo (cosmogonìas).
Segùn la mitologìa de Homero, habrìa que buscar la causa de todo el devenir
en las divinidades marinas. En Hesìodo aparecen el caos, el èter y el eros
como los comienzos originarios de todas las cosas.

Pero tambièn se tratan otros problemas: la caducidad de la vida, el origen del


mal, el problema de la responsabilidad y de la culpa, del destino y de la
necesidad, de la muerte, etc.

Nota peculiar y comùn de estas mitologìas es que actùa en ellas un


pensamiento imaginario que vive intuitivamente con los ojos del poeta un caso
particular concreto, intuiciòn que se generaliza despuès y se proyecta sobre el
mundo y la vida, acabando por darle un sentido al ser y al acontecer en su
realidad.

Mucho antes de toda Filosofía, hubo interpretaciones religiosas del origen del
mundo y del destino del hombre. En los chinos e indios hallamos viejìsimas
reflexiones sobre la religiòn y la moral. Pero fueron de particular influencia los
mitos religiosos que ya en el siglo VI, estaban difundidos por el sur de Italia y la
Sicilia y se ponìan en relaciòn con el dios Orfeo. Las doctrinas de los orfeos
sobre el origen divino del alma humana y sobre la càrcel del cuerpo, sobre la
emigraciòn de las almas y la necesidad de una severa ascesis fueron
aceptadas reverentemente por muchos filòsofos.

Ferecides de Diro, Homero y Hesìodo trataron de reunir las ideas o fantasias


religiosas y trazar una genealogìa de los dioses, y justamente las
contradicciones de tales genealogìas provocaron la crìtica racional y
estimularon el pensamiento filosòfico.

Pero en la Filosofía propiamente dicha, los griegos fueron independientes de


oriente. Toda la explicaciòn oriental del mundo se parò siempre en lo mìtico y
fantàstico; y èsto fuè para la Filosofía antes un obstàculo que un acicate. Sòlo
cuando el pensar griego se liberò de las cadenas del mito comenzò a
desenvolverse la Filosofía racional.

Producto del espiritu griego son no solo la Filosofía pura, sino tan bien las
ciencias especiales, como la matemàtica, medicina, astronomìa, geografìa e
historia.

Los presocràticos consideran el mito de un modo ambivalente. Por un lado


descartaron el mito por el logos; los sofistas tendieron a separar el mito de la
razòn, pero siempre para sacrificar el mito, pues con frecuencia admitieron la
narraciòn mitològica como envoltura de una verdad filosòfica. Èsto lo retomò
Platòn en cuanto decìa que el mito expresaba ciertas verdades que escapan al
razonamiento, de èste modo el mito no puede eliminarse de la teorìa platònica,
por que desaparecerìa la doctrina de Dios, el alma, el mundo y parte de las
ideas.

El viejo pensamiento mìtico se caracteriza por descubrir y explicar el mundo sin


basarse en la observaciòn, ni en la contrataciòn. El mito va asociado a un modo
de pensar màgico-religioso.

CARACTERISTICAS DEL MITO:

* Es antropomòrfico por crear dioses en forma humana.


* El mito està basado en la imaginaciòn.
* Los creadores del mito estàn basados en su doctrina.
* El mito ni fundamenta, ni prueba, ni duda, solamente cree.
* El mito se basa solamente en la divinidad.

Aristòteles decìa: “El mito tiene un sentido filosòfico por que los hombres
empezaron a filosofar cuando se admiraron y se asombraron de la realidad que
les circundaba y al no poder expresar èsta verdad de una forma real, el
producto de las primeras admiraciones fueron las primeras explicaciones
mitològicas”.

CARACTERISTICAS DEL LOGOS:

* El logos siempre se remite a los hechos reales y concretos.


* El logos duda, prueba y se fundamenta.
* El logos se basa en las fuerzas naturales explicables.
* Cuando el logos habla, cabe el error o la verdad, pero siempre apuntando al
no saber
* El logos se basa en la razòn.
* Los creadores del logos estàn abiertos a la verdad.

DIFERENCIAS ENTRE VERDAD MITICA Y FILOSOFICA:

A. La mìtica es asertòrica - impuesta, se cree sin contrastaciòn; la filosòfica se


destaca desde el comienzo por la contrastaciòn y el debate.

B. La verdad mìtico-religiosa dibuja el par autoridad-sumisiòn, en tanto la


filosòfica se erige sobre la libertad.

C. En el ropaje: la mitico-religiosa se acompana de poesìa, canto y ritos


religiosos; la filosòfica se ve despojada de tales aderezos; solo razòn.

D. La mitico-religiosa era monolìtica, no propiciaba investigaciones por ser


reproducciòn de los mismos eventos, siempre desocultaba lo idèntico; la
filosòfica en cambio, se introduce en la bùsqueda de las diferencias o de la
unidad en las diferencias.

SE ASEMEJAN:

A. Ambos tipos de verdad eran un arrancarse al desocultamiento. La mìtico-


religiosa desocultaba a travès de poesìas, hazanas, dioses, etc. La filosòfica
era un desocultar mediante la investigaciòn y el razonamiento lògico.
B. Ambos tipos de verdad y èsto es lo importante, fueron solidarios en su
contexto, o sea, fueron lo que tuvieron que ser: la mitico-religiosa es el reflejo
de una sociedad soberana; la filosòfica reflejo de la sociedad contrastada en
libertad.

Finalidad y sentido

La filosofía según el origen del nombre ( atribuido a Pitàgoras, s.VI a.C.)


significa amor a la sabiduría. Según su naturaleza se puede definir: es la
ciencia de todas las cosas que estudia las últimas causas bajo la luz de la
razón natural. La filosofía es en efecto una ciencia, es decir estudia el por que
de las cosas. Mientras el conocimiento vulgar se limita a la constatación de un
hecho, el conocimiento científico le da la explicación, la razón le da la causa.

Pero la filosofía se diferencia de las otras ciencias por la universalidad de su


objeto material ( todas las cosas ) y por su elevación de so objeto formal ( las
últimas causas ). Mientras las otras ciencias tienen un objeto más restringido
( la mineralogía estudia los minerales; la botánica las plantas; la zoología los
animales, etc. ). La filosofía tiene por objeto toda la realidad. La filosofía estudia
de las causas próximas a las causas últimas.

De aquí aparece la espontaneidad de la filosofía, una sed insaciable por el


conocimiento de toda cosa que le circunda y sus causas. Por que el hombre
desea conocer no solo el por qué de cada cosa, sino el último por qué, la razón
última de constitución de las cosas. “Felix qui potuit rerum cognoscere causas”.

El conocimiento de las últimas causas es buscado por la filosofía bajo la luz


natural de la razón, para distinguirla de la Teología, que estudia las últimas
causas bajo la luz sobrenatural.

La filosofía aunque se diferencia de la Teología, sin embargo le sirve de ayuda.


A la fe nosotros llegamos guiados por la razón. La filosofía contiene los
presupuestos racionales del problema religioso, tales son por ej, la existencia
de Dios y la vida futura, la espiritualidad, la inmortalidad y libertad del alma.

Esto tiene particular importancia en nuestros días, ya que para creer en las
cosas religiosas, primero que todo debemos conocer la razón de ellas.

La filosofía en efecto examina los problemas que más íntimamente interesan al


hombre que hacen relación con su naturaleza, su origen y su destino, para que
él mismo sepa orientarse en la vida y sabiamente pueda dirigir sus acciones.
“Filosofar es ante todo y sobre todo afrontar el problema de la vida y la filosofía
verdadera es la solución racional del problema de la vida”.

Cada hombre es naturalmente filosofo, ya que cada hombre tiene una cualquier
concepción de la vida, según la cual dirige sus acciones, claro que muchos no
saben filosofar.

La filosofía tiene también una utilidad práctica. Más allá de resolver los
problemas más importantes que hacen relación al hombre y que le resuelven
tantas otras cosas, la filosofía educa, forma habitúa a razonar. La razón es la
característica del hombre, la perfección que lo distingue del bruto. Perfección
significa perfeccionar nuestra natura.

La filosofía ayuda a razonar, a formar ideas claras y precisas, a distinguir lo


verdadero de lo falso, lo sustancial de lo accidental, lo aparente de lo real, lo
necesario delo superfluo. Por esto el estudio de la filosofía es una parte
importante del conocimiento humano.

La filosofía nace apenas el primer hombre comenzó a razonar y a buscar las


causas últimas de las cosas. Progresó con el crecer y multiplicarse de los
hombres y dejó las primeras huellas de la verdad reencontradas en los pueblos
orientales que principalmente cultivaron como era natural, una filosofía
religiosa.
Se da a los griegos el honor de haberse dado una doctrina racional de muchas
y profundas verdades en torno al origen, a la naturaleza, al fin del mundo y del
hombre, por obra máxima de sus tres grandes filósofos: Sòcrates, Platón y
Aristóteles.

Después de que surge la religión cristiana, los Padres de la Iglesia, en el


explicar los dogmas de la fe católica contra las herejías se sirvieron mucho de
la doctrina de los griegos y juntos la perfeccionaron, la purificaron de errores e
inexactesas y la enriquecieron de nuevas verdades.

Al principio del s. IX por obra de Carlos Magno se abrieron especiales escuelas


en Francia y Alemania para enseñar a los estudiosos de aquellos tiempos las
principales verdades de la filosofía y de la religión armonizadas en un sistema
orgánico, que fué llamado la Escolástica. Cuando en el s.XIII se divulgaron en
Europa las obras de Aristóteles traducidas aunque al latín, la Escolástica que
había ya progresado mucho en el s.XVI por obra de S. Anselmo, llega a su
máximo esplendor con S. Alberto Magno, S. Buenaventura, y sobre por Santo
Tomás, el principal filósofo y teólogo de la Edad Media.

Pero el s.XVI, signa para la Escolástica una época de decadencia. Las nuevas
ideas que se fueron infiltrando en la filosofía y en la literatura, la restauración
de antiguos sistemas filosóficos, particularmente el platonismo, la reforma
protestante prepararon aquel movimiento filosófico que dió origen a la filosofía
moderna.

El principal iniciador de este movimiento fué Renato Descartes, cuya influencia


se ejercitó no solo en Francia, sino también en los otros países de Europa.
(Explicar el método cartesiano: dudar de todo para comenzar un nuevo
pensamiento...).

A finales del siglo XVIII, el centro del nuevo movimiento filosófico es


transportado en Alemania con Kant, cuya influencia claramente aparece en las
varias manifestaciones de la filosofía moderna, no solo en Alemania, sino
también en las otras naciones europeas y extraeuropeas. Principales filósofos
de le época moderna: Espinoza, Cartesio, Kant y Hegel. Después de la filosofía
moderna, viene la filosofía contemporánea que le da otro matiz al pensamiento.
Ya no se piensa tanto en Dios, en el mundo, en las ciencias, sino en la
existencia humana. La filosofía pasa a ser netamente humano-existencial.
Importa es el hombre y las cosas materiales. La vida eterna se gana trabajando
para este mundo, no pensando tanto en las cosas del más allá. Filósofos ateos
y marxistas cambian el pensamiento.
Semana 3
La Filosofía y la Cultura

Es esencial al hombre exprimir la propia vida, cultivar la propia existencia. El


hombre vivo y concreto esta siempre inmerso en una cultura.

El hombre se cultiva en diversos modos


sobre el plano físico, psicológico y espiritual
en la vida privada y publica
con interés y desinterés, con y sin gusto,
para donarse a alguno o cualquier cosa
dentro y fuera de su grupo de pertenencia.

Qué cosa es la cultura?. De cuál humana exigencia emerge?.

Una respuesta a esta pregunta y a otras similares, a través de una reflexión


sobre el fenómeno cultural, debe afrontar la filosofía en toda su historia. La
cultura es parte de la filosofía.

En este curso intentamos de superar este riesgo apuntando la atención sobre


las posibilidades de expresión del cual todo hombre dispone desde siempre,
para realizar sus relaciones con otros por si, para comprender y comprenderse,
en su ser en el espacio y en el tiempo.

Con èsto iniciamos la reflexión sobre la cultura del hombre. Daremos a


conocer el origen de la cultura, su relación con la filosofía, las diferentes formas
de expresión cultural, etc.

PARTE PRIMERA: POSIBILIDAD Y LEGITIMIDAD DE UNA FILOSOFÍA DE LA


CULTURA

1. SIGNIFICADO DE CULTURA

La antropología cultural esta considerada por muchos autores como una de las
tres ciencias sociales básicas: ( la psicología y la sociología). Hace parte de la
rama de las ciencias sociales. Se propone el conocimiento teórico de los
fenómenos culturales y el estudio de su manifestación concreta en los
individuos y en los grupos humanos.

Por cultura se entiende aquella concepción de la realidad y aquella sensibilidad


hacia ella, adquirida socialmente o inducida, que orienta a los individuos en las
diversas situaciones en que se encuentran en el transcurso de su existencia.
Dichas concepciones se constituyen:
* Por efecto de las experiencias que cada cual realiza y de las posibilidades
que cada uno dispone para afrontar los problemas existenciales.
* Por efecto de la tradición.

El primer problema que debemos afrontar tiene que ver con lo especìfico de la
filosofía de la cultura, por que existen la antropología cultural y la semiótica de
la cultura, ciencias que interpelan una filosofía que quiera intervenir sobre su
mismo objeto.

La antropología cultural es ciencia y en cuanto tal pone la cuestión sobre como


se hace cultura, buscando luego la respuesta con un método experimental, o
sea examinando especificas culturas. La semiótica de la cultura tiende a
construir una metacultura, o sea a individuar aquella estructura de fondo que es
común a todas la culturas; para su generalización, ella tiende a extender el
propio campo hasta abarcar la antropología cultural y por èsto se acerca mucho
a las pretensiones de una investigación filosófica.

La filosofía de la cultura tiene su especifico campo de acción al interno del


discurso filosófico. Su problema se puede formular así: por que el hombre hace
cultura?. La respuesta se debe buscar en el momento en el cual nace en el
hombre el acto de cultivarse. Cultura viene de cultivo, es decir cultivar los
valores del hombre, sin dejar a un lado los problemas filosóficos de la verdad o
del fin ultimo del hombre.

La filosofía de la cultura pone su acento especialmente en el problema del


actuar recto como expresión de la vida. El hombre no puede vivir sin exprimir la
propia vida.

Ahora la expresión de la vida organiza la existencia humana ligàndola al


espacio y al tiempo, así la natura humana florece en cada hombre con variedad
de colores y dimensiones.

La filosofía de la cultura intenta entender el significado pleno de este


florecimiento, introducièndonos así a entender mejor la dignidad de la persona
humana.

En efecto el hombre es comprendido en modo mas exhaustivo si viene


encuadrado en la esfera de la cultura a través del lenguaje, la historia y las
posiciones que el asume delante de los eventos fundamentales de la
existencia, como el nacer, el amar, el trabajar, el vivir, el morir. Al centro de
cada cultura esta la actitud que el hombre asume delante del misterio mas
grande: el misterio de Dios1.

1
JUAN PABLO II, Centesimus annus, 1991, n.24. Esta carta encìclica, como la Laborem exercens
(1981), ofrece importantes reflexiones sobre el fenòmeno humano de la cultura.
La filosofía de la cultura nos permite entender también la distinción entre sujeto
natural y sujeto cultural. El primero es sinónimo de persona, mientras que el
segundo es sinónimo de asujetado, preso, tomado, es decir la misma persona
que logra entrar activamente, mediante varias operaciones en el dinamismo de
una cultura, como miembro activo que ocupa un puesto reconocido.

Ahora la dignidad de la persona humana se funda sobre la naturaleza y no


sobre la cultura. Por lo tanto si un hombre no logra, por varios motivos, llegar a
ser un sujeto cultural, no pierde por esto la dignidad de su propia persona2.

Después de haber dado a conocer la concepción humanística y moderna de la


cultura, ahora tratemos de definirla con la ayuda de un texto de la Constitución
pastoral Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano segundo.

1.2 DEFINICIÓN DEL HOMBRE EN LA FILOSOFÍA DE LA CULTURA:

Para formular una definición del hombre en términos culturales, es necesario


anotar lo que dice el filósofo de la cultura, Cassirer: “el hombre es un animal
simbólico”.

Sòcrates había considerado el hombre como individuo: “para comprender el


hombre, debemos tenerlo delante, encontrarlo directamente cara a cara”. Así
la característica de la filosofía de Sòcrates no es un nuevo contenido objetivo,
sino una actividad y una función nueva del pensamiento. Hasta ahora la
filosofía había estado concebida como un monólogo intelectual. Ahora ella se
transforma en diálogo. Solamente mediante una pensamiento dialògico o
dialéctico podemos acercarnos al conocimiento de la naturaleza humana.
(Cassirer).
Es decir que el diálogo hace al hombre pensar, filosofar, y ser un hombre
cultural.

Platòn realiza una verdadera revolución histórica acerca del conocimiento del
hombre, en cuanto que sostiene, diversamente de Sòcrates, que es posible
comprender al hombre como individuo únicamente en su contexto social. “La
filosofía no puede darnos una teoría satisfactoria del hombre antes de haber
formulado una teoría del estado. La naturaleza del hombre está escrita en
mayúsculas en la naturaleza del Estado” (Cassirer).

2
En concreto no se logra facilmente a establecer la linea de demarcaciòn entre la naturaleza y la cultura,
pero del punto de vista del significado naturaleza y cultura presentan especìficas connotaciones:
naturaleza viene de nasci = nacer: todo lo que existe, nace, se desarrolla, y se reproduce en forma
autònoma y con leyes propias. Cultura viene colere = cultivar, hacer crecer, significa todo lo que el
hombre produce y construye, del mito a la ciencia, del utencilio al arte, de la magia a la fe en el Dios
personal y trascendente. Pero no es posible contraponer naturaleza y cultura, por que la cultura es para el
hombre un fenòmeno natural y personal.
Pero hace falta pasar de la teoría del contexto, al conocimiento del individuo, es
decir de la teoría a la practica. Cassirer sostiene que un estudio de las formas
simbólicas, para conocer la naturaleza humana, puede ser solo funcional y no
sustancial.
No se puede definir al hombre refirièndose a cualquier principio intrínseco que
constituya solo la esencia metafísica, ni a cualquier facultad innata o a
cualquier instinto individual mediante la observación empírica.

La principal característica del hombre, lo que lo distingue no es su naturaleza


física o metafísica, sino su obra. Y esta obra es el sistema de las actividades
humanas que definen y determinan la esfera de la humanidad.

El lenguaje, el mito, la religión, el arte, la ciencia, la historia son los


constituyentes y los diversos sectores de esta esfera.
Una filosofía del hombre debería ser una filosofía que haga conocer a fondo la
estructura fundamental de cada una de estas actividades humanas y que en el
mismo tiempo diera modo de entenderlas como un todo orgánico.

Lenguaje, arte, mito, religión no son creaciones aisladas y casuales, están


unidad por un común vínculo. Este vínculo no es algo sustancial, es sobre todo
funcional. Más allá de las innumerables formas y expresiones, debemos buscar
la función fundamental del lenguaje, del mito, del arte y de la religión y en
último análisis debemos intentar de reconducirlas a un origen común.

El método se precisa mejor: “Todas las operaciones humanas vienen


realizadas en particulares condiciones históricas y sociológicas. Pero no
podemos jamás comprender estas especiales condiciones sino fuésemos
capaces de coger los principios estructurales generales que están a la base de
estas obras. En el estudio del lenguaje, del arte y del mito el problema del
significado tiene precedencia sobre e problema del desarrollo histórico...

Para quien tiene una visión de la filosofía en general, se trata de buscar una
unidad no de los efectos, sino de la acción, no la unidad de los productos sino
aquella del proceso creativo.

Si el término humanidad tiene cualquier significado, éste deberá exprimir que a


pesar de todas las diferencias y las antítesis entre las varias formas de
actividad, estas formas tienden hacia un fin común, por el cual se alcanzará a
encontrar una configuración esencial, una carácter universal en la cual todas
concuerdan y se armonizan.

De frente a la múltiple variedad de las imàgnes míticas, de los dogmas


religiosos, de las formas lingüísticas y de las obras de arte, el pensamiento
filosófico revela la unidad de la función general por la cual todas estas
creaciones son colegadas unas a otras.
Mito, religión, arte, lenguaje, la misma ciencia, hoy vienen consideradas como
tantas variaciones de un tema común y es tarea de la filosofía hacer este tema
inteligible y comprensible: “El hombre hace cultura, y la cultura hace al
hombre”.

SÍNTESIS:

Según Cassirer podemos ilustrar el método de la filosofía de la cultura con los


siguientes pasajes: definir el hombre en modo funcional y no sustancial y su
obra como un conjunto orgánico resultado de las varias actividades.

Toda actividad humana luego debe ser considerada como una función
fundamental y toda función como un acto humano que estructura las obras
mismas del hombre. Se deben luego descubrir los colegamentos de los
múltiples sectores de las obras humanas con el vinculo funcional, o sea con la
naturaleza humana entendida como actividad fundamental.

Así al final resultará claro que de tal vínculo, como de un origen común, derivan
todas las actividades humanas, que van a formar la cultura entendida como
segunda naturaleza.

Semana 4
FILOSOFÍA Y CIENCIA:
Breve aproximación conceptual, alcance de los términos en
relación a “Verdad”.

Algunos autores intelectuales antiguos, griegos, comenzaron a delimitar


la filosofía como la ciencia de la búsqueda de la verdad.

Sin embargo, antes de intentar una aproximación conceptual de los


términos filosofía – ciencia, es necesario analizar algunos antecedentes
epistemológicos y etimológicos, sobre las cuales se sustenta la disertación de
ambas.

2.1. EPISTEME Y SOFIA: CIENCIA Y SABER.


Se intentara comenzar un breve estudio de epistemología y Sofía
(ciencia y saber) desde la etimología de las palabras, simplemente, y no desde
el alcance real de los términos.

En el primer albor de la filosofía, cuando ésta quiso entenderse a sí


misma, se definió como episteme, la palabra que pasó al latín, como scientia y
a las lenguas románticas y vernáculas como ciencia.
Episteme (ε π ι σ τ η µ η ), en realidad, viene del verbo epistamai
(ε π ι σ τ α mα ι ), a saber, ser capaz de, tener experiencia de, pensar.
Está compuesto de epi (ε π ι -sobre), e istemi (ι σ τ η mι ) colocar de pie,
retener. Episteme (ε π ι σ τ η µ η ) es ciencia, pericia, disciplina, estudio, y
significa conocimiento de una materia, entendimiento, habilidad, que puede ser
manual, o en el manejo del arco, o en la guerra; en otros autores tiene el matiz
de habilidad profesional o simplemente profesión, como en medicina, en
pintura. También, este el sentido más general, conocimiento, en concreto
conocimiento científico adquirido por el estudio.

Pero la ciencia tiene varios dramas o pasos que Aristóteles denomina


mathesis (mα ϑ η σ ι ζ , del verbo µ α ν ϑ α ν ω , aprender), o
conocimientos Υ ν ϖ σ ι ζ , Υ ν ω ρ ι σ µ ο ς (gnosos, gnorismo), o
experiencias (ε µ π ε ι ρ ι α ) o es hábil en un arte (τ ε χ υ η ).

Por otra parte, como hay quien ame, philei ( ϕ ι λ ε ι ) la sabiduría


(Sophia – filósofo), también conviene hablar de esta Sofía ( Σ ο ϕ ι α )
significa propiamente talento, destreza en las obras manuales o mecánicas y
en el arte –carpintería, música (lira, flauta), canto, poesía, medicina,
adivinación-; o en materias de la vida común, juicio, inteligencia, sabiduría
práctica –como la atribuida a los siete sabios- sentido común: O la ciencia que
se obtiene del aprendizaje.
El verdadero saber no puede reducirse a discernir, analizar
y definir. El saber es entender y demostrar el qué y el porqué de
los seres en su singularidad concreta y en su respectividad al todo.
Los seres particulares jamás pueden entenderse adecuadamente sin
referencia a la realidad total. Las cosas jamás se descubren si no
es en un universo; y su inclusión en él es lo que modela el sentido
que tiene la realidad de cada cosa particular. El pensamiento
humano no puede conocer lo que la cosa es sino coligiendo, esto es,
refiriendo cada nota a un conjunto de otras, sea para mantenerlas
disociadas, sea para unirlas. Por esto, cada cosa es algo. El
pensamiento humano sólo puede aprehender las cosas como algo,
y ese algo sólo puede darse como circunscripción de una cosa en el
seno de las demás. Así el resultado de su aprehensión de una cosa
en el seno de las demás. Así, el resultado de su aprehensión
depende esencialmente del horizonte primario, que confiere sentido
al algo, dentro del universo donde se mueve. Si todos los seres
están coligados en un sistema que se llama realidad y se configuran
en un universo, entonces el hombre puede seguir un proceso de
captación y de comprensión3.

Filosofía significa el gusto, el amor de la sabiduría (Sofía) y del


conocimiento, sobre todo de ese conocimiento que se logra por el examen o
inspección de las cosas; un examen que los griegos llamaron theoria. Estos
tres conceptos (filosofía, sofía, teoría), estuvieron siempre íntimamente
asociados en la mente griega.

Semana 5
3
Cfr. Comentarios bibliográficos de MERINO, José Antonio. Ciencia, Filosofía y Existencia. Ediciones
Encuentro. Madrid, España. 1.987. Pág. 191.
FILOSOFIA Y POLÌTICA

La dimensión política constitutiva del hombre, representa un aspecto revelante


de la convivencia humana. Posee un aspecto englobante porque tiene como
fin EL BIEN COMUN DE LA SOCIEDAD.
Si nos detenemos a mirar en el tiempo los primeros que hablaron de política
fueron los filósofos griegos clásicos como Platón, donde escribe una obra
llamada la REPUBLIACA (que significa lo que compete a todos) es decir hacer
una reflexión filosófica de la sociedad en el mundo griego, basados también en
el Estado ideal utópico. Dice Platón que si el político se transformara en
filósofo.
Se puede construir la verdadera ciudad Estado formada sobre la justicia y el
bien. Además argumenta que la República se construye en base a la
Democracia es el Pueblo por el poder.
En el Renacimiento Nicolás Maquiavelo se dedicó a estudiar la vida de los
principados donde hizo un análisis social y política de la época.
Define la ciencia política como el arte de gobernar, de servir y dice que con la
política y o logra conquista, mantener y eternizar el poder.
Como podemos ver la teoría política desde los griegos al renacimiento ve lo
político en relación con la teología, la ética, la metafísica.
La política se reduce hoy a un sector de análisis sociológico o sea se determina
desde las perspectivas de las relaciones complejas de poder.

Para los griegos la política era una práctica, una virtud, una dimensión social de
su vida comunitaria y es pensada desde el horizonte de la metafísica.
En conclusión la filosofía le ha brindado a la política unas herramientas
indispensables dada por las ideologías y los diferentes esquemas y corrientes
filosóficas que han permitido constituir una verdadera ciencia política apoyada
también en algunas disciplinas filosóficas para su quehacer político.
Por ejemplo la sociología en el siglo X con Pierre Bourdeau que hace una
reflexión sociológica y filosófica de la política, dice que una cosa es la política y
otra cosa es la politiquería. Porque la política es el poder para el servir. Y la
politiquería es el poder por el poder.
Nos hemos quedado con el lema maquiavélico “EL FIN JUSTIFICA LOS
MEDIOS”.

FILOSOFÍA Y ECONOMIA
Es considerada como una actividad humana destinada a la producción de
ciertos valores de utilidad la ontología de la economía es una de las llamadas
ontologías regionales como lo producido son valores, la ontología en (yuxta)
cuestión se yuxtapone a una axiología y en ocasiones a ciertas partes de la
antropología filosófica.

La economía desde la visión antropológica materialista de Marx dice “que el


hombre es aquello que con el trabajo se hace, es decir yo existo, para producir,
transformar la materia por medio de la praxis. Para Marx el hombre es su
trabajo, pero entendiéndolo desde la capacidad de producción.
Luego Marx critica el sistema político capitalista económico que aliena las
relaciones de producción y de trabajo del hombre. En otras palabras es una
división en el trabajo y la producción. Donde el trabajador se convierte en un
pobre asalariado de su trabajo y sus fuerzas de producción son dadas al
capital para poder subsistir. Aquí la clase obrera es explotada el proletariado.

Con esta pequeña exposición de la Teoría económica de Marx quiero entrever


la importancia de la filosofía para entender las relaciones económicas del
hombre en el curso de la historia y como el hombre es visto como objeto de
producción y consumo. Explotado por unas ideologías económicas que han
trazado y marcado su curso en la historia.

FILOSOFÍA – HISTORIA
Iotopía, significa conocimiento adquirido mediante investigación. Este es el
sentido que tiene en el tratado aristotélico historia animalium.
El concepto historia ha sido usado en diversos contextos:
Francis Bacon: Concebía la historia como conocimiento de objetos
determinados por el espacio y el tiempo. Se trata de un conocimiento de
hechos y no de esencias, por ello según Bacon se divide en tres grandes
sectores:
1. Historia de la naturaleza
2. Historia del hombre
3. Historia Sagrada.
En efecto en la llamada filosofía de la historia se trata tanto de la realidad
histórica, como de las disciplinas históricas, siendo a veces difícil distinguir
entre una u otra.

La historia ha sido objeto de reflexión de la filosofía. Esta reflexión ha recibido


desde Voltaire, el nombre de filosofía de la historia. Bajo este nombre se
entiende muy diversas investigaciones, análisis y especulaciones. Las
ordenamos bajo dos secciones:
a- Filosofía formal de la historia: Entendemos todas las investigaciones,
análisis y hasta especulaciones que se ocupan de la naturaleza de la
realidad histórica, de los hechos históricos, de los conceptos fundamentales
de la historia.
b- Filosofía material de la historia: Entendemos todas las investigaciones
que tienen como objeto directo la historia “concreta y que aspiran a ordenar
los hechos históricos de diversos modos:
- La primera es de carácter crítico
- La II es de carácter especulativo
- La I se ocupa de conceptos
- La II de hechos.
San Agustín, Hegel Spengler, Toynbee, son considerados como f. Materiales
de la historia.
FILOSOFIA – CULTURA
Filosóficamente, la cultura es una dimensión básica que no sólo se agrega al
hombre como nota definitiva, sino como elemento esencial de su ser y de su
quehacer, y esta dimensión cultural no sólo es propiedad de unos cuantos, sino
constitutivo de todo hombre.
La cultura aparece entonces como una dimensión ONTOLOGICA en el
hombre.
A través de la cultura el hombre accede a su plena humanidad.
Si mirando su SER la cultura es una condición y posibilidad universal de todos
los hombres, mirando su quehacer es una expresión total que abarca todas las
realizaciones humanas.
La fuente de la comprensión actual de la cultura radica en las relaciones
dinámicas que se plantean en el Binomio Hombre – Naturaleza.

FILOSOFIA – RELIGIÓN
La religión y la filosofía tienen como objetos comunes lo que es en sí y por sí
verdadero a Dios, en tanto que es por si y por si, y al hombre en su relación
con El.
En las religiones han producido los hombres lo que su conciencia tiene por mas
elevado; las religiones son la obra más elevada de la razón.
La filosofía se comporta a la manera de la conciencia pensante con su objeto,
con lo absoluto; la religión no se comporta de igual manera.

Donde si hubo una estrecha relación entre Filosofía y Religión fue en la Edad
Media en el Período de la Escolástica cristiana. Por ejemplo San Anselmo
decía que la Fe se debe fundamentar en la Razón y está en la fe.
La razón comprende la dialéctica y la fe, la teología que son una posición de la
filosofía.
El pensamiento filosófico cristiano giró en torno al principio de cree para
entender y entender para creer.

FILOSOFIA Y SOCIEDAD
La filosofía ha sido fundamento teórico para construir de manera progresiva las
bases para un pensamiento sociológico y realizar una reflexión filosófica de la
sociedad.
La filosofía a través de la historia, en el contexto sociológico ha tomado como
punto de partida la sociedad que es donde realmente se puede explicar la
naturaleza humana y los procesos y dinamismos del hombre en relación con la
familia, la comunidad, las instituciones, los esquemas políticos, económicos y
socio-religiosos, con la ayuda de la antropología.

Los filósofos griegos aportaron al concepto y construcción de la sociedad en la


Polis con base a la virtud desde la justicia y el bien, argumentando que el
hombre es social por naturaleza.
En la Ilustración Jhon Locke y Rousseau explicaron el origen de la sociedad e
partir de la teoría de contrato social, según la cual los hombres se asocian
racional y libremente al poder común que garantiza los derechos de todos los
ciudadanos.

Por último la filosofía en el pensamiento Moderno y Contemporáneo le dio a la


sociología un fundamento epistemológico y científico a las instituciones
sociales, ideologías, movimientos políticos, económicos, etc. que fueron
argumentando la transformación social de la realidad en todas sus
dimensiones.
Como el aporte de Saint Simon, Augusto Comte con el positivismo y Emilio
Durkein con el Método sociológico, llevando a consolidar la sociología como
ciencia social.
SEMANA 6
ONCE
FILOSOFÍA MEDIEVAL Y MODERNA

Medieval

Atendiendo al tiempo, se puede decir que la Filosofía Medieval es aquel


pensamiento filosófico de occidente que va desde el final de la antigüedad,
caída del Imperio Romano de Occidente (476) y el apuntar de la Edad
Moderna, tomada desde la caída de Constantinopla (1453), o desde el
comienzo de la reforma protestante.

Generalmente se llama Filosofía Medieval a la Filosofía Escolástica,


pero ésta no aparece propiamente sino hasta el S. XI y es precedida por el
pensamiento de los Padres de la Iglesia, y sucedida por el Renacimiento que
da paso a la Modernidad.

Distinguimos entonces para nuestro estudio tres períodos:

a) Filosofía Patrística;
b) Filosofía Escolástica;
c) Filosofía del Renacimiento.

Atendiendo al contenido, o a su fisonomía espiritual, se considera


Filosofía Medieval al pensamiento filosófico que desde San Agustín (354-430),
pero más exactamente desde San Anselmo de Cantorbery (1033-1109) sigue
el lema: “Intellige ut credas, crede ut intelligas” (entiende para que puedas
creer; cree para que puedas entender). La expresión implica una unidad y
mutua exigencia entre CIENCIA Y FE, pero también significa que el pensador
cristiano no rechaza la filosofía sino que quiere cultivarla.

Los pensadores cristianos no pretenden apoyarse sólo en la Revelación,


sino también en la razón humana.

La síntesis de Fe y saber en el pensamiento medieval tiene como base y


explicación la UNIDAD IDEOLÓGICA, ningún otro período de la filosofía
occidental vivió una unidad tan profunda como la Edad Media; había plena
seguridad en ideas sobre: DIOS (su existencia, saber, poder, bondad); sobre el
MUNDO (su origen, orden y gobierno); sobre el HOMBRE (su esencia, puesto
en el cosmos, el sentido de la vida, dignidad, libertad e inmortalidad). También
la Edad Media se caracterizó por su unidad en los fundamentos del Derecho, la
función del Estado y el sentido de la historia. Unidad y orden son los signos de
este tiempo. Es innegable que la unidad en este período se debió al
cristianismo que interesó todos los órdenes de la vida.
La Filosofía Medieval es considerada como un PUENTE entre la Antigüedad y
la Modernidad. La Época Medieval copió los códigos y manuscritos de los
antiguos y con ello se ha conservado el saber de los primeros filósofos.

La Edad Media ha conservado en sus escuelas los principales


problemas filosóficos {substancia, causalidad, finalidad, alma, entendimiento,
mundo, Dios, etc. }, de tal manera que es imposible entender a los filósofos
modernos sin tener el conocimiento de los conceptos y problemas del
medioevo.

La filosofía Medieval aparece también como modelo en muchos


aspectos, principalmente por la precisión lógica y el rigor de sus
razonamientos, por la concepción de la ciencia y de la persona humana.

La Edad Media logró síntesis y doctrinas admirables como: la teoría del


derecho natural, la substancia, la realidad, el alma, la verdad, los derechos del
hombre, el Estado, etc. , que tienen un valor imperecedero y que hacen que al
núcleo central de la Filosofía Medieval se la pueda llamar una “Philosophia
perennis” (Filosofía perenne)

Moderna

E
l pensamiento moderno no surge espontáneamente sino que tiene sus raíces
en los últimos movimientos de la Escolástica (nominalismo y voluntarismo) y en
los movimientos renacentistas que pretendían instaurar una nueva manera de
enfocar la reflexión filosófica. Ya no se trata de argumentar para convencer
sino de buscar la forma más adecuada de poner al servicio del hombre la
naturaleza dominándola y buscando la relación causal de los fenómenos. Para
esto era necesario depurarla de todos los “vicios” y prejuicios que se habían
acumulado en la historia del pensamiento. Destronar del hombre los “ídolos”
que se habían apoderado de su mente y le impedían observar los hechos e
interpretarlos sin teorías preconcebidas.

La reflexión moderna está animada por el deseo de libertad impulsado por la


reforma protestante, lo cual trae como consecuencia el surgimiento de
pluralidad de sistemas filosóficos en oposición a la unidad del Medioevo. Lo
anterior implicaba cambiar los criterios de objetividad que se habían mantenido
tradicionalmente.

Las situaciones que anteceden y a la vez originan el pensamiento moderno se


pueden resumir así:
1. Separación entre razón y dogma.
2. El cambio de método.
3. Cuestionamiento de la universalidad del pensar.
4. Libertad de opinión.
5. Los descubrimientos científicos.
6. Descubrimiento de América.
7. La crisis religiosa, aparición del protestantismo.
8. Los nuevos enfoques políticos.

La nueva filosofía que llega con el s. XVII ya no la hacen como sucedía en la


Edad Media e incluso en el Renacimiento los hombres del clero, que eran
también los profesores en las Universidades; ahora la filosofía es hecha por
profesores particulares laicos, políticos y diplomáticos.

Hasta la época de la Ilustración la Filosofía será materia de discusión en los


círculos eruditos. Sólo con Kant y los idealistas se convertirá en algo más
especializado y difícil. Antes de Kant la filosofía está unida a otras ciencias,
principalmente a las matemáticas.

En la Edad Media se hacía el estudio de un tema en “questiones” que daban


origen a las Summas. En la Edad Moderna es típico el Razonamiento
continuado y sistemático que se consigna en un “tratado” o “ensayo”. En lugar
de la summa aparece el “sistema” que se desarrolla a partir de algunas tesis
fundamentales y en forma más o menos deductiva.

Como padre de la Filosofía Moderna la tradición señala a Descartes y en rigor


se extiende durante los siglos XVII, XVIII y XIX.

2. MARCO HISTÓRICO

D
espués del Renacimiento, en el siglo XVII, Europa comienza a organizarse en
nacionalidades destacándose los reinos de Francia, España y Alemania entre
otros. Estos reinos se caracterizan por el absolutismo regio, aunque sigue
existiendo el poder de la aristocracia (nobleza). En el siglo XVIII por
exageración del absolutismo regio y de la aristocracia, soplan ideales de
libertad que son fuente de nuevas planteamientos filosóficos que conducen a
las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa. Otro fenómeno propio de
esta época es el colonialismo, especialmente en Asia, África y América,
destacándose el Imperio Británico y el Reino Español.

Económicamente el siglo XVII está marcado por la importancia del comercio:


navegación, colonialismo, adquisición de tierras, etc., esto hace que los
comerciantes adquieran mucho poder e influencia política ya que había
naciones en las que las riquezas personales superaban las riquezas del
Estado. El Siglo XIX se caracteriza por la Industrialización (máquina de vapor) y
con ella la concentración de riquezas, es decir, el capitalismo.

A partir del Renacimiento con las nuevas ideas aportadas por Galileo,
Copérnico y Newton hay un gran desarrollo de las ciencias y, sobre todo, el
avance de la técnica, este fenómeno se conoce como el “maquinismo”.

En el plano religioso el siglo XVIII está dominado por las “guerras de religión”
entre católicos y protestantes. En el siglo XIX se da la “lucha ideológica”
consistente en el surgimiento de nuevas ideas que llevan al ateísmo que será
luego “vulgarizado” por el marxismo.

3. PRINCIPALES CORRIENTES

A
lfred N. Whitehehad escribió que “la historia de la filosofía moderna es la
historia del desarrollo del cartesianismo en su doble faceta de idealismo y de
mecanicismo”, y en realidad los siglos de la modernidad están recorridos por
dos grandes corrientes gnoseológicas: el racionalismo y el empirismo; también
será objeto de nuestro estudio el movimiento ilustracionista del s. XVIII y el
idealismo como cumbre del racionalismo moderno.

A) Descartes y las bases del racionalismo

B) Los grandes sistemas metafísicos del racionalismo:

Malebranche y el ocasionalismo.
Spinoza y el monismo panteísta.
Leibniz y el pluralismo monádico.
Pascal: La autonomía de la razón y la lógica del corazón.

C) El empirismo: Hobbes, Locke, Berkeley y Hume.

D) La Ilustración y el enciclopedismo: Rosseau, Wolff, Voltaire.

E) Kant y la fundación de la filosofía crítica trascendental.

F) El idealismo: Fichte, Scheling y Hegel


SEMANA 7
ONCE
FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

La historia de la filosofía -como toda historia- es un proceso sucesivo sin


solución de continuidad alguna. Todo corte, toda segmentación o delimitación
de su curso es, en cierto sentido, arbitrario y procede de exigencias heurísticas
y pedagógicas. Para poder conocer y comprender, necesitamos demarcar y
circunscribir nuestro objeto. Así ocurre con la delimitación de los diversos
períodos o etapas de la Historia de la Filosofía, pero en realidad hay que
reconocer que nunca un período se agota para dar comienzo a otro; en la
historia no hay cortes, nada empieza absolutamente y nada termina
absolutamente. En los tiempos fronterizos, en los momentos de tránsito, final y
principio se funden: lo que puede considerarse término, también puede
considerarse punto de arranque.

Por esta razón, para nuestro estudio, como una descripción y profundización de
la Filosofía Contemporánea (Siglo IX y primera mitad del siglo XX), partiremos
del los filósofos que sucedieron a Hegel el último gran pensador de la Edad
Moderna en el Idealismo Alemán. La denominada Filosofía Contemporánea es
posiblemente la etapa más compleja de la Historia de la Filosofía. Los
numerosos movimientos comprendidos en ella, ponen en juego un repertorio
tan variado y extenso de ideas, que resulta notablemente difícil llevar a cabo
una caracterización global y completa de dicho momento. Parece como si la
variedad de características y elementos de la Filosofía contemporánea, se
resistiese a una reducción a rasgos generales; como si, respecto de ella, toda
generalización supusiera simplificarla y cercenarla. Quizá la raíz de esta
dificultad se encuentre en que todavía carecemos de suficiente perspectiva
histórica para contemplarla panorámicamente; quizá su cercanía a nosotros no
nos permita advertir claramente la articulación jerárquica de sus diversos
componentes, es ciertamente difícil considerar la Filosofía contemporánea
como una etapa ya cerrada y concluida.

En consecuencia, podemos señalar la diversidad como la primera y más cierta


característica de la Filosofía Contemporánea; ésta comprende una acelerada y
desbordante floración de doctrinas y corrientes, con frecuencia, en profunda y
radical oposición. Si la Historia de la Filosofía es -como se ha afirmado
repetidas veces- la Historia del concepto de Filosofía, es decir, lo que los
hombres han entendido por Filosofía, La Historia de la Filosofía
Contemporánea lo es máximamente. Cada teoría se presente como un modo
-el único- de hacer y concebir la filosofía, negando tal condición a las otras
corrientes. La Filosofía va convirtiéndose en actividades distintas, ya sea
asimilándose a otros saberes racionales, o vinculándose a otros modos de
experiencia no racional.

Puede decirse que después de la Filosofía Moderna que se caracterizaba por


un afán de seguridad, por la búsqueda de la Certeza, la Filosofía
Contemporánea, a partir de la reacción antihegeliana, renuncia en buena
medida a esta ambición, y pone en duda su misma posibilidad y necesidad. No
sólo cuestiona qué sea la verdad sino la verdad misma. Pone en tela de juicio
la dimensión filosófica de la realidad y la misma filosofía. Así la Filosofía
Contemporánea da carta de naturaleza al absurdo en el hombre y en el mundo.

Pero considerada en sí misma, la Filosofía contemporánea no es un sinsentido,


un simple cúmulo de concepciones desconexas y gratuitas. En realidad los
diversos movimientos tienen un orden lógico y sólo se pueden comprender a la
luz de las doctrinas que ellos mismos pretenden criticar, corregir o prolongar. A
medida que progresamos en el tiempo, van declinando los grandes sistemas
totalizadores, y la reflexión filosófica va centrándose más en cuestiones
antropológicas y existenciales, relegando a un segundo plano las
cosmológicas. De este modo el universo va perdiendo consistencia y
estabilidad para el hombre, cuyos problemas son principalmente los de su
propia subjetividad.

La suprema ambición racionalística que representaba el idealismo empieza a


declinar a partir de la magna obra de Hegel. La identificación de realidad y
racionalidad cae en descrédito, y entran en crisis los proyectos y pretensiones
idealistas. Se renuncia a adquirir una explicación racional de la realidad, se
recela de toda verdad apodíctica o axiomática y nace una actitud de cautela
hacia todo absoluto. La atención se desplaza de lo teórico-conceptual hacia lo
práctico-existencial. La razón es derribada de su pedestal y deja de ser
considerada como facultad infalible y omniabarcante, para pasar a ser una
forma más de experiencia, que no es absoluta ni definitiva. En general, se
critica toda función estrictamente especulativa.

Básicamente, se presentan dos caminos a seguir: a) trabajar con esta


"modesta razón" en los campos particulares en los que pueda ser instrumento
válido (neo-positivismo, crítica de las ciencias, análisis del lenguaje, etc.). b)
Buscar el acceso a la realidad a través de una vía no estrictamente teórica,
mediante un tipo de experiencia afectivo-vital (irracionalismo, vitalismo,
existencialismo, etc.). La fenomenología podría presentarse como una opción
intermedia, pero en última instancia -al menos en el caso de Husserl- no
consigue desembarazarse de los rasgos idealistas.

En la Época Contemporánea las posturas filosóficas se suceden cada vez con


mayor rapidez, su vigencia es progresivamente menor, y paulatinamente,
resulta más difícil la constitución de escuelas filosóficas auténticas. Todas
estas consideraciones hechas hacen que esta etapa nos inspire la imagen de
un remolino, como si se tratase de la fuga final de la premiosa pero ascendente
sinfonía del pensamiento occidental, iniciada muchos siglos antes en la antigua
Grecia

2.4. KARL MARX (1818-1883)

2.4.1. Vida y obras:

2.4.2. CRITICA DE LA RELIGIÓN: Feuerbach había sostenido que la


teología es antropología. En palabras de Marx, la labor de Feuerbach consistió
"en disolver el mundo religioso en su base profana...asimila la esencia religiosa
a la esencia humana". Marx está de acuerdo con Feuerbach en lo que se
refiere a este humanismo materialista, sin embargo en su opinión, Feuerbach
se detuvo ante el problema principal y no lo solucionó. El problema es entender
por qué el hombre crea la religión. Marx afirma: " El hecho de que la base
profana se separe de sí misma y se asigne a sí misma un reino independiente
entre las nubes, es un hecho que sólo puede explicarse mediante el íntimo
desgarramiento y la contradicción interna de esta base profana". Esto quiere
decir, que los hombres alienan su ser proyectándolo en un Dios imaginario,
sólo cuando la existencia real en la sociedad de clases prohibe el desarrollo y
la realización de su humanidad. Como consecuencia, para superar la
alienación religiosa no basta con denunciarla, sino que hay que cambiar las
condiciones de vida que permiten que surja y prospere la "quimera celestial".

El hombre es quien crea la religión. Pero, afirma Marx, el hombre es el mundo


del hombre, el Estado, la sociedad. Este Estado, esta sociedad, crean la
religión que es una conciencia invertida del mundo, porque también ellos son
un mundo invertido. Se hace evidente que la lucha contra la religión...es la
lucha contra aquel mundo invertido cuyo aroma espiritual es la religión. EXISTE
EL MUNDO FANTÁSTICO DE LOS DIOSES, PORQUE EXISTE EL MUNDO
IRRACIONAL E INJUSTO DE LOS HOMBRES. "La miseria religiosa es en
cierto sentido la expresión de la miseria real, y en otro sentido es una protesta
contra la miseria real. La religión es el anhelo de la criatura oprimida, el
sentimiento de un mundo sin corazón, el espíritu de situaciones en las que está
ausente el espíritu. Es el opio del pueblo".

Marx no se mofa del fenómeno religioso: para él, la religión no es una invención
de sacerdotes mentirosos, sino la obra de una humanidad sufriente y oprimida,
obligada a buscar consuelo en el universo imaginario de la fe. Sin embargo las
ilusiones no se desvanecen si no eliminamos las situaciones que las crean y
las exigen. "Los filósofos se limitaron a interpretar el mundo de diversas
maneras, ahora, se trata de transformarlo...La crítica de la religión constituye
en germen la crítica del valle de lágrimas, cuya aureola está formada por la
religión." Básicamente la primera tarea de una filosofía que se ponga al servicio
de la historia, consiste en desenmascarar la autoalienación religiosa,
"mostrando sus formas nada sagradas".

2.4.3. LA ALIENACIÓN DEL TRABAJO: A través de Feuerbach, Marx pasa


desde la crítica del cielo a la crítica de la tierra. Pero aquí, en tierra firme, no
encuentra un hombre que se haga o se realice transformando o humanizando,
junto con los otros hombres, la naturaleza en el sentido de las necesidades, los
conceptos, los proyectos o los planes del hombre mismo. Lo que Marx
encuentra son hombres ALIENADOS, es decir, expropiados de sus valores de
hombres, debido a la explotación o alienación del trabajo.

Según el criterio de Marx, el hombre puede vivir humanamente, hacerse en


cuanto hombre, si humaniza la naturaleza de acuerdo con sus necesidades y
sus ideas, junto con los demás hombres. El trabajo social es antropógeno, sirve
para distinguir al hombre de los demás animales; el hombre puede transformar
la naturaleza hasta convertirla en su propio cuerpo inorgánico.

Si contemplamos la historia y la sociedad, vemos que el trabajo ya no se hace


por la necesidad de apropiarse de la naturaleza exterior y plasmar en ella las
ideas y proyectos, sino que el hombre trabaja por pura subsistencia. La
propiedad privada, basada en la división del trabajo, convierte el trabajo en
obligatorio. El obrero se ve alienado de la materia prima, también son alienados
los instrumentos de trabajo; al obrero se le arranca el producto de su trabajo y,
mediante la división del trabajo, se le mutila la creatividad y su humanidad. El
obrero es una mercancía en las manos del capital. La alienación del trabajo, en
palabras de Marx, es "antes que nada, el hecho de que el trabajo es externo al
obrero, no pertenece a su ser, y por lo tanto éste no se fortalece en su trabajo,
sino que se niega, no se siente satisfecho sino infeliz, no desarrolla una libre
energía física y espiritual, sino que extenúa su cuerpo y destruye su espíritu.
Por eso, el obrero sólo se halla a sí mismo fuera del trabajo y, dentro del
trabajo se encuentra fuera de sí..". Por todo esto, el hombre sólo se siente libre
en sus funciones-animales (comer, beber, procrear, vivir en una casa, vestirse)
y se siente sólo un animal en sus funciones humanas, es decir, en el trabajo.
La alienación del trabajo hace que "el obrero se vuelva tanto más pobre cuanto
mayor sea la riqueza que produce, cuánto más produce menos tiene para
consumir; cuanto mayor valor produce, menos valor y menos dignidad posee;
cuanto más hermoso sea el producto, más se deforma el obrero; cuanto más
poderoso sea el trabajo, él se vuelve más impotente; cuánto más espiritual sea
el trabajo, el obrero se vuelve más material y más esclavo de la naturaleza".
Según Marx, esta situación en la que el hombre se transforma en bestia, se
supera mediante la lucha de clases que eliminará la propiedad privada y el
trabajo alienado.

2.4.4. EL MATERIALISMO DIALÉCTICO: En el Prefacio de la obra "Crítica


de la economía política", Marx afirma que el Materialismo histórico consiste en
la tesis según la cual "no es la conciencia de los hombres la que determina su
ser, sino que al contrario, es su ser social el que determina su conciencia". Esto
lleva a especificar cuál es la relación que existe entre estructura económica y
supraestructura ideológica. En atención a esto define así el materialismo
histórico: "A lo largo de la producción social de su existencia, los hombres
entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su propia
voluntad, mantienen relaciones de producción que se corresponden con
determinado grado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El
conjunto de estas relaciones constituye la estructura económica de la
sociedad, la base real sobre la que se eleva una superestructura jurídica y
política, y a la que corresponden determinadas formas de la conciencia social.
El modo de producción de la vida material condiciona, en general, el proceso
social, político y espiritual de la vida". De aquí Marx dedujo que "mediante el
cambio de la base económica se conmociona con más o menos rapidez toda la
gigantesca supraestructura". En consecuencia, los hombres pueden
distinguirse de los animales por la religión, la conciencia o lo que se quiera,
"pero comenzaron a distinguirse de los animales cuando comenzaron a
producir sus propios medios de subsistencia...Lo que son los individuos
depende de las condiciones materiales de su producción". Por lo tanto, la
esencia del hombre reside en su actividad productiva.

Todo lo anterior deja en claro que la historia auténtica y fundamental es la de


los individuos reales, la de sus acciones para transformar la naturaleza y la de
sus condiciones materiales de vida. La conciencia y las ideas son una
consecuencia de esta historia y están entrelazadas con ella: "la moral, la
religión, la metafísica y todas las demás formas ideológicas" no son
autónomas, en sí mismas no tienen historia, cuando cambia la base económica
cambian junto con ésta. Marx y Engels afirman: "las ideas dominantes de una
época siempre han sido únicamente las ideas de la clase dominante".

Del materialismo histórico Marx pasa al materialismo dialéctico, sirviéndose de


la dialéctica hegeliana (tesis-antítesis-síntesis) pero invirtiéndola o mejor,
transportándola de las ideas a la historia. Según Marx, cada momento de la
historia engendra contradicciones en su interior, éstas se constituyen en el
mecanismo de avance del desarrollo histórico. Desde aquí Marx sostiene que
dicha ley del desarrollo histórico implicará inevitablemente el paso de la
sociedad capitalista a la sociedad comunista, con el consiguiente final de la
explotación y la alienación.

2.4.5. LA LUCHA DE CLASES: En el Manifiesto del partido comunista de


Marx y Engels puede leerse: La historia de todas las sociedades que han
existido hasta ahora no es más que la historia de la lucha de clases...esta
lucha ha acabado, en todos los casos, con una transformación revolucionaria
de toda la sociedad o con la ruina común de las clases en lucha". Opresores y
oprimidos, ésta es para Marx la esencia de la historia humana en su totalidad.
Nuestra época moderna, señala Marx, no es una excepción, al contrario, las
cosas se han simplificado, hay solamente dos clases antagónicas: la burguesía
y el proletariado.

Engels explica que por burguesía hay que entender la clase de los modernos
capitalistas, propietarios de los medios de producción y patronos de los
asalariados. En cambio, proletariado significa la clase de los asalariados
modernos que no poseen medios propios de producción y se ven reducidos a
vender su fuerza de trabajo para subsistir. Por la ley de la dialéctica de la
historia la burguesía ha engendrado su antítesis que es el proletariado. Así,
"las armas que sirvieron a la burguesía para derrumbar el feudalismo, se
vuelven ahora en contra de la burguesía misma...Para el señor feudal fue inútil
tratar de defender sus derechos feudales ante su propia criatura, la burguesía;
de la misma manera ahora resulta inútil para ésta defender sus derechos ante
el proletariado. La realidad es que la burguesía no sólo ha engendrado las
armas que la llevarán a la muerte; también ha engendrado los hombres que
empuñarán tales armas: los proletarios.".

2.4.6. EL ADVENIMIENTO DEL COMUNISMO: Marx afirma que, con la


misma fatalidad que caracteriza los fenómenos de la naturaleza, la producción
capitalista engendra por sí misma su propia negación. Así es como se pasa de
la sociedad capitalista al comunismo. Este paso no se lleva a cabo mediante
predicas moralizantes que no sirven de nada. La clase obrera no tiene que
llevar a cabo ningún ideal. Se trata de un paso necesario a una sociedad sin
propiedad privada y sin clases, sin división del trabajo, sin alienación, y sobre
todo, sin Estado.

En verdad, Marx no indica con demasiada precisión cómo se configurará la


nueva sociedad. Esta, después del capitalismo, sólo podrá realizarse de un
modo gradual. Al principio seguirá habiendo una cierta desigualdad entre los
hombres, pero más tarde, cuando haya desaparecido la división entre trabajo
manual y trabajo intelectual, y cuando el trabajo se haya convertido en una
necesidad y no en un medio de vida, la sociedad "podrá escribir en su propia
bandera: cada uno según su capacidad
y a cada uno según sus necesidades".

Marx distingue entre comunismo auténtico y comunismo bruto que consiste en


la atribución de la propiedad privada al Estado y no en la abolición de dicha
sociedad. Esto implicaría reducir a proletarios a todos los hombres. Este
comunismo en bruto negaría siempre la personalidad del hombre. En realidad
Marx consideraba que una vez abolida la propiedad privada el poder político
habría ido retirándose paulatinamente hasta llegar a extinguirse. En efecto,
para Marx el Estado no es más que la forma de organización que se dan por
necesidad los burgueses...con el fin de garantizarse recíprocamente su
propiedad y sus intereses.
Después de la fase intermedia entre la sociedad burguesa y la sociedad
comunista, se dará el salto a la libertad y entonces la vieja sociedad burguesa
con sus clases y antagonismos, será substituida por una asociación en la que
el libre desarrollo de cada uno es condición para el libre desarrollo d todos.

2.4.7. VALORACIÓN DE ALGUNOS ASPECTOS DEL MARXISMO

“Daré la bienvenida a todos los juicios de crítica científica”, escribía Marx en el


Prefacio de la primera edición de El Capital. Por eso se equivocan quienes en
lugar de estudiar y efectuar una crítica de Marx, se dedican a lanzar
imprecaciones contra él, pero se equivocan también aquellos marxistas que en
vez de seguir profundizando científicamente en la doctrina de Marx, la
consideran casi como una religión que hay que venerar, proclamar y defender a
cualquier precio. En cualquier caso, hay que afirmar honestamente que
después de Marx, se hace imposible un retorno a la ciencia social premarxista.
Marx ofreció a la humanidad una nueva visión que sirve para leer de manera
distinta el mundo y la historia de los hombre. La influencia del factor económico
sobre los hechos humanos no es la invención de un soñador. A continuación
algunos aspectos en los que la doctrina de Marx se puede considerar errada:

El MATERIALISMO HISTÓRICO tal como fue formulado por Marx resulta


inaceptable, ya que absolutiza y otorga carácter metafísico a un hecho
empírico. En otras palabras, defender que el orden de los hechos económicos
es el orden de los hechos históricos, constituye una teoría metafísica y no una
teoría científica. En cambio, es científicamente correcto hacer frente a la
explicación de los acontecimientos históricos atendiendo a la influencia del
factor económico, comprobando cómo, cuándo y en qué medida llega a
afectarlos. Según Marx y Engels las condiciones económicas crean
supraestructuras en la historia, pero, no se puede afirmar también que esas
“supraestructuras” influyen y condicionan la historia e incluso la misma
economía?. La realidad es que si se admite la reciprocidad del influjo entre el
factor estructural y supraestructural, desaparecería una teoría que es típica del
marxismo.

CRÍTICA A LA RELIGIÓN: No podemos de ninguna manera aceptar la teoría


marxista según la cual la religión es el opio del pueblo. El marxismo confundió
un tipo de organización eclesiástica históricamente dado, con la religión en sí
misma y con todas las religiones. Absolutizó un hecho histórico. La conciencia
religiosa por sí misma no aparta al hombre de esta tierra, no es por sí misma
opio del pueblo. La aspiración a una sociedad socialista no sólo puede abrirse
camino en hombres que posean una fe religiosa, sino que tal aspiración debe
encontrar un estímulo en dicha conciencia religiosa...(Garaudy). La génesis de
la religión no hay que colocarla en una humanidad necesitada y enferma que la
produce, sino que hay que buscarla en las raíces metafísicas del hombre.
DOCTRINA ECONÓMICA: El análisis económico de Marx, a juicio de los
especialistas, es considerada como lo más inservible de la doctrina marxista.
Marx no está en condiciones de explicar lo esencial de la economía: el
comportamiento de los precios. Las mercancías varían de precio porque lo que
determina el valor de comercio no es la cantidad de trabajo social requerida
para producirlas (según afirmaba Marx), sino que lo que condiciona el precio de
intercambio es la OFERTA Y LA DEMANDA, es decir, la escasez del producto
frente a las necesidades. En otras palabras, el valor no se establece en la
fábrica sino en el mercado. Toda mercancía tiene un valor de costo y un valor
en el mercado. El valor-precio en el mercado está determinado por las
necesidades de los consumidores, sus gustos y sus elecciones individuales.
La doctrina económica de Marx conduce a un AUTORITARISMO ECONÓMICO
en donde el Estado obliga a los ciudadanos a comprar los productos a precio
de producción, los consumidores no tendrían ninguna posibilidad de opción y
por lo tanto el valor de la mercancía no dependería de las demandas de los
consumidores, sino del precio establecido con antelación por la burocracia
estatal.

El mejor juicio y crítica a las doctrinas marxistas ha sido hecho por la misma
historia que ha presenciado su fracaso o mejor, la no cristalización de sus
PROFECÍAS: Marx predijo que el capitalismo llevaría a una miseria absoluta a
la clase obrera. Predijo que la revolución que daría paso al socialismo tendría
lugar en los países más industrializados. La historia ha mostrado que en los
países en que se quiso oficializar una sociedad comunista, en lugar de
romperse las cadenas que oprimían al hombre, éstas se hicieron más gruesas
y cortas. El aparato estatal que, según Marx, debía desaparecer, se fortaleció
haciendo pedazos, con frecuencia, la libertad del individuo. La abolición de
clases y la supresión del Estado siguen siendo postergadas hasta un futuro
impreciso e imprecisable, mostrando así con toda claridad el carácter utópico
de las ideas de Marx acerca del futuro de la sociedad
SEMANA 8
ONCE
LA FILOSOFÍA DURANTE LA COLONIA

Proceso de llegada de los Españoles a tierras del nuevo continente


Conquista:
Similitud de los continentes de América del sur con la india.
Inmersión de una cultura acabando la otra ¿quién es más civilizado?

Descubrimiento de América, empresa que supuso el mayor ensanchamiento de


las fronteras oceánicas de Europa, la aventura descubridora más importante en
la historia de la humanidad, cuya figura más distinguida y esencial fue la de
Cristóbal Colón, y que sobre todo destacó por hacer posible lo que
recientemente se ha dado en llamar el encuentro de dos mundos. Larga y
costosa, nada casual, estuvo motivada por una serie de factores sociales,
económicos, religiosos y técnicos; y se apoyó en impulsos políticos y
científicos. Tras un largo aprendizaje mediterráneo, esta empresa marítima
adquirió protagonismo indiscutible en la zona del golfo de Cádiz y bajo el
impulso de los marinos portugueses y andaluces, los más capaces y mejor
conocedores del Atlántico durante los siglos XV y XVI.

2 LA APERTURA COMERCIAL EUROPEA

Entre los siglos XII y XIV, después de las Cruzadas, la cristiandad vivió grandes
cambios: renacieron las ciudades y el comercio creció, Europa tomó contacto
con las tierras próximas de Asia y descubrió sus productos y riqueza, las
especias que por ahí llegaban, los perfumes, los tejidos de seda, el papel o las
alfombras. Frente a la pobreza europea, Asia tenía mucho que ofrecer, y
algunas ciudades comerciales de Italia, como Venecia, Génova, Florencia o
Pisa, empezaron a prosperar y a aumentar sus flotas.

El europeo, que ignoraba casi todo de Asia, se fue acostumbrando, desde el


siglo XII, a un producto que llegaba de allí y era cada vez más estimado: las
especias. Éstas servían para condimentar alimentos y hacer más comestibles
algunos platos mal conservados. En un recetario de cocina de la época no
faltaban pimienta, jengibre, menta, cardamomo, nuez moscada, salvia, perejil,
comino, azafrán, clavo o anís. También se utilizaban para fermentar algunas
bebidas caseras. Por último, la medicina elaboraba numerosos brebajes con
estos productos. A partir del siglo XIII, el comercio de especias estaba ya
perfectamente organizado. La mayor parte de ellas, las más selectas y
apreciadas, procedían del Extremo Oriente (del archipiélago de la Sonda, en la
actualidad parte de Indonesia). La pimienta, sin embargo, que era la más
consumida —75% del comercio de especias— procedía de la costa de Malabar
(costa suroccidental de la India). Era la especia más próxima. A través de rutas
transasiáticas terrestres (Ruta de la Seda) y marítimas (ruta del Índico),
perfectamente organizadas, llegaban las especias al Mediterráneo oriental
(Trebisonda, Constantinopla, Alejandría), donde fueron levantando sus
factorías los mercaderes europeos, que las recogían para distribuirlas en el
mundo cristiano.

Quienes se dedicaban a este comercio en el Mediterráneo conocían sus


riesgos: piratas berberiscos (de la costa de Berbería), peligro turco, guerras
entre ciudades comerciales. Un mercader podía pasar de la prosperidad
económica a la quiebra si perdía un cargamento de especias. Para evitar
cualquier contratiempo formaban compañías, montaban un servicio de
vigilancia y protección e involucraban a los estados. Tenían la seguridad de
que cualquier mercancía llegada a puerto se vendería y las ganancias podrían
ser fabulosas. Y el florecimiento de este mercado traspasó ya lo puramente
particular de tales o cuales mercaderes para convertirse en interés común de
un reino o de una ciudad. Así fue como las ciudades italianas se introdujeron
en el comercio con Oriente y, una vez que lo controlaron, evitaron a toda costa
que nadie les hiciese competencia. Incluso, cuando los intereses y monopolios
de Venecia, Génova, Pisa, Florencia, Nápoles, Sicilia, etc., podían amenazarse
entre sí, llegaba el enfrentamiento, seguido de la caída de una y el ascenso
comercial de otra que se adueñaba de los mercados de la vencida.

Además de especias, Asia ofrecía a Europa otros productos de lujo y


refinamiento, como las sedas chinas, perlas y piedras preciosas. Asia fue
convirtiéndose en un lugar de monarcas de ensueño, de reinos fabulosos
repletos de oro, mucho oro, que contrastaba aún más con la pobreza agobiante
de los pueblos occidentales. Europa, sus gustos y su comercio, dependía de
chinos, tártaros, mongoles, turcos y árabes; demasiados pueblos
condicionando la prosperidad de unos y los gustos de otros.

La caída de Constantinopla en poder de los turcos otomanos, en 1453, y la


dominación de Egipto (fundamentalmente de su ciudad de Alejandría) poco
después, mostraron la vulnerabilidad del comercio cristiano cuando este
dependía de una sola ruta. Convenía encontrar un camino nuevo para llegar a
la India

SEMANA 9 Y 10
ONCE
LA BÚSQUEDA DE UNA FILOSOFÍA PROPIA

Película El Show de Truman

Trabajo Taller
SEMANA 11 Y 12
ONCE
CONCEPTO DE EPISTEMOLOGÍA

Epistemología (del griego, episteme, 'conocimiento'; logos, 'teoría'), rama de la


filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean a la denominada
teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y
de los conceptos relacionados, de las fuentes, de los criterios, de los tipos de
conocimiento posible y del grado con el que cada uno resulta cierto; así como
de la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido.

2 EPISTEMOLOGÍA GRIEGA Y MEDIEVAL

Durante el siglo V a.C., los sofistas griegos cuestionaron la posibilidad de que


hubiera un conocimiento fiable y objetivo. Por ello, uno de los principales
sofistas, Gorgias, afirmó que nada puede existir en realidad, que si algo existe
no se puede conocer, y que si su conocimiento fuera posible, no se podría
comunicar. Otro importante sofista, Protágoras, mantuvo que ninguna opinión
de una persona es más correcta que la de otra, porque cada individuo es el
único juez de su propia experiencia. Platón, siguiendo a su ilustre maestro
Sócrates, intentó contestar a los sofistas dando por sentado la existencia de un
mundo de “formas” o “ideas”, invariables e invisibles, sobre las que es posible
adquirir un conocimiento exacto y certero. En el famoso mito de la caverna, que
aparece en uno de sus principales diálogos, La República, Platón mantenía que
las cosas que uno ve y palpa son sombras, copias imperfectas de las formas
puras que estudia la filosofía. Por consiguiente, sólo el razonamiento filosófico
abstracto proporciona un conocimiento verdadero, mientras que la percepción
facilita opiniones vagas e inconsistentes. Concluyó que la contemplación
filosófica del mundo de las ideas es el fin más elevado de la existencia
humana.

Aristóteles siguió a Platón al considerar que el conocimiento abstracto es


superior a cualquier otro, pero discrepó en cuanto al método apropiado para
alcanzarlo. Aristóteles mantenía que casi todo el conocimiento se deriva de la
experiencia. El conocimiento se adquiere ya sea por vía directa, con la
abstracción de los rasgos que definen a una especie, o de forma indirecta,
deduciendo nuevos datos de aquellos ya sabidos, de acuerdo con las reglas de
la lógica. La observación cuidadosa y la adhesión estricta a las reglas de la
lógica, que por primera vez fueron expuestas de forma sistemática por
Aristóteles, ayudarían a superar las trampas teóricas que los sofistas habían
expuesto. Las escuelas del estoicismo y del epicureísmo coincidieron con
Aristóteles en que el conocimiento nace de la percepción pero, al contrario que
Aristóteles y Platón, mantenían que la filosofía debía ser considerada como una
guía práctica para la vida y no como un fin en sí misma.
Después de varios siglos de declive del interés por el conocimiento racional y
científico, santo Tomás de Aquino (máximo representante del escolasticismo) y
otros filósofos de la edad media ayudaron a devolver la confianza en la razón y
la experiencia, combinando los métodos racionales y la fe en un sistema
unificado de creencias. Tomás de Aquino coincidió con Aristóteles en
considerar la percepción como el punto de partida y la lógica como el
procedimiento intelectual para llegar a un conocimiento fiable de la naturaleza,
pero estimó que la fe en la autoridad de la Biblia era la principal fuente de la
creencia religiosa.

3 RACIONALISMO Y EMPIRISMO

Desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX la epistemología enfrentó a los
partidarios de la razón y a los que consideraban que la percepción era el único
medio para adquirir el conocimiento.

Para los seguidores del racionalismo (entre los que sobresalieron el francés
René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y el alemán Gottfried Wilhelm
Leibniz) la principal fuente y prueba final del conocimiento era el razonamiento
deductivo basado en principios evidentes o axiomas. En su Discurso del
método (1637), Descartes inauguró el nuevo método que podía permitir
alcanzar la certeza y el fundamento de la racionalidad.

Para los principales representantes del empirismo (especialmente los ingleses


Francis Bacon y John Locke) la fuente principal y prueba última del
conocimiento era la percepción. Bacon inauguró la nueva era de la ciencia
moderna criticando la confianza medieval en la tradición y la autoridad, y
aportando nuevas normas para articular el método científico, entre las que se
incluyen el primer grupo de reglas de lógica inductiva formuladas. En su
Ensayo sobre el entendimiento humano (1690), Locke criticó la creencia
racionalista de que los principios del conocimiento son evidentes por una vía
intuitiva, y argumentó que todo conocimiento deriva de la experiencia, ya sea
de la procedente del mundo externo, que imprime sensaciones en la mente, ya
sea de la experiencia interna, cuando la mente refleja sus propias actividades.
Afirmó que el conocimiento humano de los objetos físicos externos está
siempre sujeto a los errores de los sentidos y concluyó que no se puede tener
un conocimiento certero del mundo físico que resulte absoluto.

El filósofo irlandés George Berkeley, autor de Tratado sobre los principios del
conocimiento humano (1710), estaba de acuerdo con Locke en que el
conocimiento se adquiere a través de las ideas, pero rechazó la creencia de
Locke de que es posible distinguir entre ideas y objetos. El filósofo escocés
David Hume, cuyo más famoso tratado epistemológico fue Investigación sobre
el entendimiento humano (1751), siguió con la tradición empirista, pero no
aceptó la conclusión de Berkeley de que el conocimiento consistía tan sólo en
ideas. Dividió todo el conocimiento en dos clases: el conocimiento de la
relación de las ideas (es decir, el conocimiento hallado en las matemáticas y la
lógica, que es exacto y certero pero no aporta información sobre el mundo) y el
conocimiento de la realidad (es decir, el que se deriva de la percepción). Hume
afirmó que la mayor parte del conocimiento de la realidad descansa en la
relación causa-efecto, y al no existir ninguna conexión lógica entre una causa
dada y su efecto, no se puede esperar conocer ninguna realidad futura con
certeza. Así, las leyes de la ciencia más certeras podrían no seguir siendo
verdad: una conclusión que tuvo un impacto revolucionario en la filosofía.

En dos de sus trabajos más importantes, Crítica de la razón pura (1781) y


Crítica de la razón práctica (1788), el filósofo alemán Immanuel Kant intentó
resolver la crisis provocada por Locke y llevada a su punto más alto por las
teorías de Hume. Propuso una solución en la que combinaba elementos del
racionalismo con algunas tesis procedentes del empirismo. Coincidió con los
racionalistas en que se puede alcanzar un conocimiento exacto y cierto, pero
siguió a los empiristas en mantener que dicho conocimiento es más informativo
sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se halla al margen
del mismo. Distinguió tres tipos de conocimiento: analítico a priori (que es
exacto y certero pero no informativo, porque sólo aclara lo que está contenido
en las definiciones), sintético a posteriori (que transmite información sobre el
mundo a partir de la experiencia, pero está sujeto a los errores de los sentidos)
y sintético a priori (que se descubre por la intuición y es a la vez exacto y
certero, ya que expresa las condiciones necesarias que la mente impone a
todos los objetos de la experiencia). Las matemáticas y la filosofía, de acuerdo
con Kant, aportan este último tipo de conocimiento. Desde los tiempos de Kant,
una de las cuestiones sobre las que más se ha debatido en filosofía ha sido si
existe o no el conocimiento sintético a priori.

Durante el siglo XIX, el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel retomó
la afirmación racionalista de que el conocimiento de la realidad puede
alcanzarse con carácter absoluto equiparando los procesos del pensamiento,
de la naturaleza y de la historia. Hegel provocó un interés por la historia y el
enfoque histórico del conocimiento que más tarde fue realzado por Herbert
Spencer en Gran Bretaña y la escuela alemana del historicismo. Spencer y el
filósofo francés Auguste Comte llamaron la atención sobre la importancia de la
sociología como una rama del conocimiento y ambos aplicaron los principios
del empirismo al estudio de la sociedad.

La escuela estadounidense del pragmatismo, fundada por los filósofos Charles


Sanders Peirce, William James y John Dewey a principios del siglo XX, llevó el
empirismo aún más lejos al mantener que el conocimiento es un instrumento de
acción y que todas las creencias tenían que ser juzgadas por su utilidad como
reglas para predecir las experiencias.
4 EPISTEMOLOGÍA EN EL SIGLO XX

A principios del siglo XX los problemas epistemológicos fueron discutidos a


fondo y sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas
escuelas de pensamiento rivales. Se prestó especial atención a la relación
entre el acto de percibir algo, el objeto percibido de una forma directa y la cosa
que se puede decir que se conoce como resultado de la propia percepción. Los
autores fenomenológicos afirmaron que los objetos de conocimiento son los
mismos que los objetos percibidos. Los neorrealistas sostuvieron que se tienen
percepciones directas de los objetos físicos o partes de los objetos físicos en
vez de los estados mentales personales de cada uno. Los realistas críticos
adoptaron una posición intermedia, manteniendo que aunque se perciben sólo
datos sensoriales, como los colores y los sonidos, éstos representan objetos
físicos sobre los cuales aportan conocimiento.

El filósofo alemán Edmund Husserl elaboró un procedimiento, la


fenomenología, para enfrentarse al problema de clarificar la relación entre el
acto de conocer y el objeto conocido. Por medio del método fenomenológico se
puede distinguir cómo son las cosas a partir de cómo uno piensa que son en
realidad, alcanzando así una comprensión más precisa de las bases
conceptuales del conocimiento

Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos nuevas escuelas de


pensamiento. Ambas eran deudoras del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein,
autor de obras revolucionarias como el Tractatus logico-philosophicus (1921).
Por una parte, la Escuela de Viena, adscrita al denominado empirismo o
positivismo lógico, hizo hincapié en que sólo era posible una clase de
conocimiento: el conocimiento científico. Sus miembros creían que cualquier
conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia y, por lo tanto,
que mucho de lo que había sido dado por bueno por la filosofía no era ni
verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a
Kant, se tenía que establecer una clara distinción entre enunciados analíticos y
sintéticos. El llamado criterio de verificabilidad del significado ha sufrido
cambios como consecuencia de las discusiones entre los propios empiristas
lógicos, así como entre sus críticos, pero no ha sido descartado. La última de
estas recientes escuelas de pensamiento, englobadas en el campo del análisis
lingüístico o filosofía analítica del lenguaje común, parece romper con la
epistemología tradicional. Los analistas lingüísticos se han propuesto estudiar
el modo real en que se usan los términos epistemológicos claves
(conocimiento, percepción y probabilidad) y formular reglas definitivas para su
uso con objeto de evitar confusiones verbales. El filósofo británico John
Langshaw Austin afirmó, por ejemplo, que decir que un enunciado es
verdadero no añade nada al enunciado excepto una promesa por parte del que
habla o escribe. Austin no considera la verdad como una cualidad o propiedad
de los enunciados o elocuciones
SEMANAS 15 Y 16
ONCE
LA CIENCIA

Ciencia (en latín scientia, de scire, ‘conocer’), término que en su sentido más
amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier
campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia
sensorial objetivamente verificable. La búsqueda de conocimiento en ese
contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’
—la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la
tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones. (Para más
información, véanse los artículos individuales sobre la mayoría de las ciencias
mencionadas a lo largo de este artículo.)

2 ORÍGENES DE LA CIENCIA

Los esfuerzos para sistematizar el conocimiento se remontan a los tiempos


prehistóricos, como atestiguan los dibujos que los pueblos del paleolítico
pintaban en las paredes de las cuevas, los datos numéricos grabados en hueso
o piedra o los objetos fabricados por las civilizaciones del neolítico. Los
testimonios escritos más antiguos de investigaciones protocientíficas proceden
de las culturas mesopotámicas, y corresponden a listas de observaciones
astronómicas, sustancias químicas o síntomas de enfermedades —además de
numerosas tablas matemáticas— inscritas en caracteres cuneiformes sobre
tablillas de arcilla. Otras tablillas que datan aproximadamente del 2000 a.C.
demuestran que los babilonios conocían el teorema de Pitágoras, resolvían
ecuaciones cuadráticas y habían desarrollado un sistema sexagesimal de
medidas (basado en el número 60) del que se derivan las unidades modernas
para tiempos y ángulos (véase Sistema numérico; Numeración).

En el valle del Nilo se han descubierto papiros de un periodo cronológico


próximo al de las culturas mesopotámicas que contienen información sobre el
tratamiento de heridas y enfermedades, la distribución de pan y cerveza, y la
forma de hallar el volumen de una parte de una pirámide. Algunas de las
unidades de longitud actuales proceden del sistema de medidas egipcio y el
calendario que empleamos es el resultado indirecto de observaciones
astronómicas prehelénicas

ORÍGENES DE LA TEORÍA CIENTÍFICA

El conocimiento científico en Egipto y Mesopotamia era sobre todo de


naturaleza práctica, sin excesiva sistematización. Uno de los primeros sabios
griegos que investigó las causas fundamentales de los fenómenos naturales
fue, en el siglo VI a.C., el filósofo Tales de Mileto que introdujo el concepto de
que la Tierra era un disco plano que flotaba en el elemento universal, el agua.
El matemático y filósofo Pitágoras, de época posterior, estableció una escuela
de pensamiento en la que las matemáticas se convirtieron en disciplina
fundamental en toda investigación científica. Los eruditos pitagóricos
postulaban una Tierra esférica que se movía en una órbita circular alrededor de
un fuego central. En Atenas, en el siglo IV a.C., la filosofía natural jónica y la
ciencia matemática pitagórica llegaron a una síntesis en la lógica de Platón y
Aristóteles. En la Academia de Platón se subrayaba el razonamiento deductivo
y la representación matemática; en el Liceo de Aristóteles primaban el
razonamiento inductivo y la descripción cualitativa. La interacción entre estos
dos enfoques de la ciencia ha llevado a la mayoría de los avances posteriores

Durante la llamada época helenística, que siguió a la muerte de Alejandro


Magno, el matemático, astrónomo y geógrafo Eratóstenes realizó una medida
asombrosamente precisa de las dimensiones de la Tierra. El astrónomo
Aristarco de Samos propuso un sistema planetario heliocéntrico (con centro en
el Sol), aunque este concepto no halló aceptación en la época antigua. El
matemático e inventor Arquímedes sentó las bases de la mecánica y la
hidrostática (una rama de la mecánica de fluidos); el filósofo y científico
Teofrasto fundó la botánica; el astrónomo Hiparco de Nicea desarrolló la
trigonometría, y los anatomistas y médicos Herófilo y Erasístrato basaron la
anatomía y la fisiología en la disección

Tras la destrucción de Cartago y Corinto por los romanos en el año 146 a.C., la
investigación científica perdió impulso hasta que se produjo una breve
recuperación en el siglo II d.C. bajo el emperador y filósofo romano Marco
Aurelio. El sistema de Tolomeo —una teoría geocéntrica (con centro en la
Tierra) del Universo propuesta por el astrónomo Claudio Tolomeo— y las obras
médicas del filósofo y médico Galeno se convirtieron en tratados científicos de
referencia para las civilizaciones posteriores. Un siglo después surgió la nueva
ciencia experimental de la alquimia a partir de la metalurgia. Sin embargo,
hacia el año 300, la alquimia fue adquiriendo un tinte de secretismo y
simbolismo que redujo los avances que sus experimentos podrían haber
proporcionado a la ciencia.

4 LA CIENCIA MEDIEVAL Y RENACENTISTA

Durante la edad media existían seis grupos culturales principales: en lo que


respecta a Europa, de un lado el Occidente latino y, de otro, el Oriente griego
(o bizantino); en cuanto al continente asiático, China e India, así como la
civilización musulmana (también presente en Europa), y, finalmente, en el
ignoto continente americano, desligado del resto de los grupos culturales
mencionados, la civilización maya. El grupo latino no contribuyó demasiado a la
ciencia hasta el siglo XIII; los griegos no elaboraron sino meras paráfrasis de la
sabiduría antigua; los mayas, en cambio, descubrieron y emplearon el cero en
sus cálculos astronómicos, antes que ningún otro pueblo. En China la ciencia
vivió épocas de esplendor, pero no se dio un impulso sostenido. Las
matemáticas chinas alcanzaron su apogeo en el siglo XIII con el desarrollo de
métodos para resolver ecuaciones algebraicas mediante matrices y con el
empleo del triángulo aritmético. Pero lo más importante fue el impacto que
tuvieron en Europa varias innovaciones prácticas de origen chino. Entre ellas
estaban los procesos de fabricación del papel y la pólvora, el uso de la
imprenta y el empleo de la brújula en la navegación. Las principales
contribuciones indias a la ciencia fueron la formulación de los numerales
denominados indoarábigos, empleados actualmente, y la modernización de la
trigonometría. Estos avances se transmitieron en primer lugar a los árabes, que
combinaron los mejores elementos de las fuentes babilónicas, griegas, chinas e
indias. En el siglo IX Bagdad, situada a orillas del río Tigris, era un centro de
traducción de obras científicas y en el siglo XII estos conocimientos se
transmitieron a Europa a través de España, Sicilia y Bizancio

En el siglo XIII la recuperación de obras científicas de la antigüedad en las


universidades europeas llevó a una controversia sobre el método científico. Los
llamados realistas apoyaban el enfoque platónico, mientras que los
nominalistas preferían la visión de Aristóteles. En las universidades de Oxford y
París estas discusiones llevaron a descubrimientos de óptica y cinemática que
prepararon el camino para Galileo y para el astrónomo alemán Johannes
Kepler.

La gran epidemia de peste y la guerra de los Cien Años interrumpieron el


avance científico durante más de un siglo, pero en el siglo XVI la recuperación
ya estaba plenamente en marcha. En 1543 el astrónomo polaco Nicolás
Copérnico publicó De revolutionibus orbium caelestium (Sobre las revoluciones
de los cuerpos celestes), que conmocionó la astronomía. Otra obra publicada
ese mismo año, Humani corporis fabrica libri septem (Siete libros sobre la
estructura del cuerpo humano), del anatomista belga Andrés Vesalio, corrigió y
modernizó las enseñanzas anatómicas de Galeno y llevó al descubrimiento de
la circulación de la sangre. Dos años después, el libro Ars magna (Gran arte),
del matemático, físico y astrólogo italiano Gerolamo Cardano, inició el periodo
moderno en el álgebra con la solución de ecuaciones de tercer y cuarto grado

Esencialmente, los métodos y resultados científicos modernos aparecieron en


el siglo XVII gracias al éxito de Galileo al combinar las funciones de erudito y
artesano. A los métodos antiguos de inducción y deducción, Galileo añadió la
verificación sistemática a través de experimentos planificados, en los que
empleó instrumentos científicos de invención reciente como el telescopio, el
microscopio o el termómetro. A finales del siglo XVII se amplió la
experimentación: el matemático y físico Evangelista Torricelli empleó el
barómetro; el matemático, físico y astrónomo holandés Christiaan Huygens usó
el reloj de péndulo; el físico y químico británico Robert Boyle y el físico alemán
Otto von Guericke utilizaron la bomba de vacío
La culminación de esos esfuerzos fue la formulación de la ley de la gravitación
universal, expuesta en 1687 por el matemático y físico británico Isaac Newton
en su obra Philosophiae naturalis principia mathematica (Principios
matemáticos de la filosofía natural). Al mismo tiempo, la invención del cálculo
infinitesimal por parte de Newton y del filósofo y matemático alemán Gottfried
Wilhelm Leibniz sentó las bases de la ciencia y las matemáticas actuales.

Los descubrimientos científicos de Newton y el sistema filosófico del


matemático y filósofo francés René Descartes dieron paso a la ciencia
materialista del siglo XVIII, que trataba de explicar los procesos vitales a partir
de su base físico-química. La confianza en la actitud científica influyó también
en las ciencias sociales e inspiró el llamado Siglo de las Luces, que culminó en
la Revolución Francesa de 1789. El químico francés Antoine Laurent de
Lavoisier publicó el Tratado elemental de química en 1789 e inició así la
revolución de la química cuantitativa

Los avances científicos del siglo XVIII prepararon el camino para el siguiente,
llamado a veces “siglo de la correlación” por las amplias generalizaciones que
tuvieron lugar en la ciencia. Entre ellas figuran la teoría atómica de la materia
postulada por el químico y físico británico John Dalton, las teorías
electromagnéticas de Michael Faraday y James Clerk Maxwell, también
británicos, o la ley de la conservación de la energía, enunciada por el físico
británico James Prescott Joule y otros científicos

La teoría biológica de alcance más global fue la de la evolución, propuesta por


Charles Darwin en su libro El origen de las especies, publicado en 1859, que
provocó una polémica en la sociedad —no sólo en los ámbitos científicos— tan
grande como la obra de Copérnico. Sin embargo, al empezar el siglo XX el
concepto de evolución ya se aceptaba de forma generalizada, aunque su
mecanismo genético continuó siendo discutido

Mientras la biología adquiría una base más firme, la física se vio sacudida por
las inesperadas consecuencias de la teoría cuántica y la de la relatividad. En
1927 el físico alemán Werner Heisenberg formuló el llamado principio de
incertidumbre, que afirma que existen límites a la precisión con que pueden
determinarse a escala subatómica las coordenadas de un suceso dado. En
otras palabras, el principio afirmaba la imposibilidad de predecir con precisión
que una partícula, por ejemplo un electrón, estará en un lugar determinado en
un momento determinado y con una velocidad determinada. La mecánica
cuántica no opera con datos exactos, sino con deducciones estadísticas
relativas a un gran número de sucesos individuales.

6 LA CIENCIA EN ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA

Los comienzos de la ciencia española se remontan (dejando aparte el primitivo


saber de san Isidoro de Sevilla) a la civilización hispanoárabe y sobre todo a la
gran escuela astronómica de Toledo del siglo XI encabezada por al-Zarqalluh
(conocido por Azarquiel en la España medieval). Después de la conquista de la
ciudad de Toledo por el rey Alfonso VI en 1085, comenzó un movimiento de
traducción científica del árabe al latín, promovido por el arzobispo Raimundo de
Toledo (véase Escuela de traductores de Toledo). Este movimiento continuó
bajo el patrocinio de Alfonso X el Sabio y los astrónomos de su corte (entre los
que destacó el judío Isaac ibn Cid); su trabajo quedó reflejado en los Libros del
saber de astronomía y las Tablas alfonsíes, tablas astronómicas que
sustituyeron en los centros científicos de Europa a las renombradas Tablas
toledanas de Azarquiel

8 CAMPOS DE LA CIENCIA

Originalmente el conocimiento de la naturaleza era en gran medida la


observación e interrelación de todas las experiencias, sin establecer divisiones.
Los eruditos pitagóricos sólo distinguían cuatro ciencias: aritmética, geometría,
música y astronomía. En la época de Aristóteles, sin embargo, ya se
reconocían otros campos: mecánica, óptica, física, meteorología, zoología y
botánica. La química permaneció fuera de la corriente principal de la ciencia
hasta la época de Robert Boyle, en el siglo XVII, y la geología sólo alcanzó la
categoría de ciencia en el siglo XVIII. Para entonces el estudio del calor, el
magnetismo y la electricidad se había convertido en una parte de la física.
Durante el siglo XIX los científicos reconocieron que las matemáticas puras se
distinguían de las otras ciencias por ser una lógica de relaciones cuya
estructura no depende de las leyes de la naturaleza. Sin embargo, su
aplicación a la elaboración de teorías científicas ha hecho que se las siga
clasificando como ciencia.

Las ciencias naturales puras suelen dividirse en ciencias físicas y químicas, y


ciencias de la vida y de la Tierra. Las principales ramas del primer grupo son la
física, la astronomía y la química, que a su vez se pueden subdividir en campos
como la mecánica o la cosmología. Entre las ciencias de la vida se encuentran
la botánica y la zoología; algunas subdivisiones de estas ciencias son la
fisiología, la anatomía o la microbiología. La geología es una rama de las
ciencias de la Tierra.

Sin embargo, todas las clasificaciones de las ciencias puras son arbitrarias. En
las formulaciones de leyes científicas generales se reconocen vínculos entre
las distintas ciencias. Se considera que estas relaciones son responsables de
gran parte del progreso actual en varios campos de investigación
especializados, como la biología molecular y la genética. Han surgido varias
ciencias interdisciplinares, como la bioquímica, la biofísica, las biomatemáticas
o la bioingeniería, en las que se explican los procesos vitales a partir de
principios físico-químicos. Los bioquímicos, por ejemplo, sintetizaron el ácido
desoxirribonucleico (ADN); la cooperación de biólogos y físicos llevó a la
invención del microscopio electrónico, que permite el estudio de estructuras
poco mayores que un átomo. Se prevé que la aplicación de estos métodos
interdisciplinares produzca también resultados significativos en el terreno de las
ciencias sociales y las ciencias de la conducta.

Las ciencias aplicadas incluyen campos como la aeronáutica, la electrónica, la


ingeniería y la metalurgia —ciencias físicas aplicadas— o la agronomía y la
medicina —ciencias biológicas aplicadas. También en este caso existe un
solapamiento entre las ramas. Por ejemplo, la cooperación entre la iatrofísica
(una rama de la investigación médica basada en principios de la física) y la
bioingeniería llevó al desarrollo de la bomba corazón-pulmón empleada en la
cirugía a corazón abierto y al diseño de órganos artificiales como cavidades y
válvulas cardiacas, riñones, vasos sanguíneos o la cadena de huesecillos del
oído interno. Este tipo de avances suele deberse a las investigaciones de
especialistas procedentes de diversas ciencias, tanto puras como aplicadas. La
relación entre teoría y práctica es tan importante para el avance de la ciencia
en nuestros días como en la época de Galileo. Véase también Filosofía de la
ciencia.

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