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2 ‘CINEMATOGRAFIA MEXICANA “Estoy muy satisfecho de mi pelicula (ha declarado recientemente Contreras Torres, a propésito de su iileima produccién) porque es una historia fuerte, un poco salvaje, que yo mismo vivi en lejanas épo- as.” ¢Para qué interprecar snobs y sefiotitas de Ia alta sociedad si nos- otros somos, ante todo, hombres nuevos, de una raza que no puede distinguirse por su snobismo? El caporal es la historia de un muchacho campesino en los eriales del Norte. Alli se recrata fielmence a los ladrones de ganado; se mues- tan luchas silenciosas y terribles al borde de les precipicios; se habla del amor sincero y espontineo de nuestros hombres de lucha y accién, No crea usted, no obstante, que en ia pelicula aparecen indios mise tables o castichas mds miserables atin. No. México tiene bellezas im- ponderables y los verdaderos hombres de Aacienda no son los expo- rnentes de una raza degenerada e inde, El caporal, pues, viene a encajar dentro del tipo de peliculas af aire libre que tanto éxito tienen en México. Creo que si los americanos hacen maravillas con un William Hart 0 un Douglas Fairbanks, nos- otros necesitamos accores que, como ellos, sinteticen el alma de México. MANIFIESTO DEL SINDICATO DE OBREROS ‘TECNICOS, PINTORES Y ESCULTORES A la raza indigena bumillada durante sigles; a los soldados corvertidas en verdugas por los pretorianos; a los obreros -y campesinos azotados por la avaricia de los ricos; «alos intelectuales que no estin envilecidos por la hurguesta Cuando Siqueitos cegresé de Europa en 1922 se wnié a Sus colegss, con quienes conscicuy6 en 1923 el Sindicaro de Obrefos Técnicos, Pintoree y Erculeore, del que fie secretario general. El sindicaro decide crear su propio drgano de expresin y es ast como en la pei- tera quincena de marzo de 1924 aparece el nim, 1 de E/ Mache ‘Afines de 1925 Adolfo de la Huerta habia desconocido sl gobierno del general Alvaro Obregén y fue proclamado presidente provisional por el general Guadalupe Sudrez. Con ese motivo, el 9 de diciembre de ese aio el sindicato lanz6 un manifiesto que redact6 Siqueicos y fiemaron junto con et Diego Rivera, pricuet vocals Xavier Guerrero, segundo vocal, y Fermin Revuelas, José Clemence Orozco, Ramén ‘Alva Guadacrama, Geemén Cueto y'Catlos Mérida, Fue publicado en el mim. 7 del peridlico ! Macht, en la segunda quincena de junio de 1924 CaMARADAS: La asonada militar de Encique Estrada y Guadalupe Sénchez (Los iis significativos enemigos de las aspiraciones de los campesinos y de los obretos de México) ha tenido la importancia crascendental de pre- ‘ipitar y aclarar de manera clara la situaciOn social de nuestro pats, que por sobre los pequefios accidentes y aspectos de orden pura- mente politico es concretamente la siguiente De un lado la revoluciin social mds ideoligicamente organizada que sunca, y del otro lado la burguesia armada: soldados del pueblo, campe- sinos y obreros armados que defienden sus derechos humanos conera soldados del pueblo arrastrados con engatios o forzades por jefes mi- litares politicos vendidos a la burguesia 25 4 [MANIFIESTO DEL SINDICATO DE OBREROS TECNICOS Del lado de ellos, los explotadores del pueblo, en concubinato con los claudicadores que venden la sangre de los soldados del pueblo que les confiara la Revolucién. Del nuestro, los que claman por la desaparicién de un orden enve- jecido y cruel, en el que ti, obrero del campo, fecundas la tierra para que su brote se lo trague la rapacidad del encomendero y del po! co, mientras td revientas de hambre; en el que tt, obrezo de la ciu- dad, mueves las fabricas, hilas las telas y formas con cus manos todo el confort moderno para solaz de las prostitutas y de los 2énganos, miencras a ti mismo se ce rajan las carnes de frfo; en el que ti, solda- do indio, por propia volantad heroica abandonas la tierra que labo- ras y entregas ru vida sin tasa para desteuir la miseria en que por si= los hen vivido las gentes de tu raza y de tu clase para que después ‘an Sénchez o un Estrada inutilicen la dédiva geandiosa de tu sangre en beneficio de las sanguijuelas burguesas que chupan la felicidad de cus hijos y te roban el trabajo y la tierra. ‘No sélo todo lo que es trabajo noble, todo lo que es vireud, es don de nuestro pueblo (de nuestros indios muy particularmente), sino la manifestacién mas pequefia de la existencia fisica y espiritual de nuestra raza como fuerza étnica brota de él, y lo que es més, su facul- tad admirable y extraordinariamente particular de hacer belleza: ef arte del pueblo de Mésico es la manifestacin espritual mds grande y més sana del mundo y su tradiciOn indigena es Je mejor de todas. Y es grande precisamente porque siendo popular es colectiva, y €s por eso que nuestro objetivo fundamental radica en socializat las manifesta- ciones artisticas tendiendo hacia 1a desaparicién absoluta del indi- vidualismo por burgués. Repudiamo: la pineura llamada de caballete y todo el arte de cendculo ultraintelectual por aristocrético, y exalta- ‘mos las manifestaciones de arte monumental por ser de utilidad pabli a, Proclamamas que toda manifestacién estética ajena 0 contraria al sentimiento popular es burguesa y debe desaparecer porque contri- buye a pervertir el gusto de nuestra raza, ya casi completamente per- vertido en las ciudades. Proclamamos que siendo nuestto momento social de transici6n entre el aniquilamiento de un orden envejecido y la implantacién de un orden nuevo, los creadores de belleza deben esforzarse porque su labor presente un aspecto claro de propaganda ideolégica en bien del pueblo, haciendo del arte, que actualmente es -MANIFIESTO DEL SINDICATO DE OBREROS TECNICOS 25 luna manifestaci6n de masturbacién individualista, una finalidad de belleza parz todos, de educacién y de combate. Porque sabemos muy bien que la implantaci6a en México de un go- bierno burgués eraerfa consigo la natural depresién en la estética po- pular indigena de nuestra raza, que actualmente no vive més que en nnuestras clases populares, pero que ya empezaba, sin embargo, a pu- rificar Ios medios intelectuales de México; lucharemos por evitarlo ‘porque sabemos muy bien que el triunfo de las clases populares eraerd consigo un florecimiento, no solamente en el otden social, sino un florecimiento uninime de arte écnica, cosmogénica e hist6ricamence trascendental en la vida de nuestra raza, comparable al de nuestras admirables civilizaciones autéctonas; lucharemas sin descanso por conse- guirlo EL eriunfo de De la Huerta, de Estrada o de Sanchez, estécica como socialmente, seria el erinafo del gusto de las mecandgrafas: la acep- tacién criolla y burguesa (que todo lo corrompe) de la misica, de la pincura y de la literarura popular, el reinado de lo “pintoresco”,, del Aewpie sorteamericano y la implantacién oficial de “amore e come aucchero”. El amor es como azticar. En consecuencia, la contrarrevolucién en Mésico prolongard el dolor det pueblo y deprimird su espiritu admirable. Con anterioridad los miembros del Sindicato de Pintores y Escul- tores nos adherimos a la candidacura del general don Plutarco Elias Calles, por considerar que su personalidad definitivamente revolu- cionatia garantizaba en el gobierno de la Reptblica, més que ningu- na otra, el mejoramiento de las clases productoras de México, adhe- sign que reiteramos en estos momentos con ef convencimiento que nos dan los dltimos acontecimientes politico-militares, y nos pone- mos a la disposicién de su causa, que es la del pueblo, en la forma que se nos requiera. Hacemos xm llamamiento general a los intelectuales revolucionarios de ‘México para que, olvidando su sentimentalismo y zanganerfa pro- verbiales por més de un siglo, se unan a nosotros en la lucha social y estético-educativa que realizamos, En nombre de toda la sangre vertida por el pueblo en 10 aftos de lucha y frente al cuartelazo reaccionario, hacemos un llamamiento urgente a todos las campesinos, obreros y soldados revolucionarios de México para que compren- 26 -MANIFIESTO DEL SINDICATO DE OBREROS TECNICOS, iendo la importancia vital de la lucha que se avecina y olvidando diferen ias ce tdctca, formemos un frente sinico para combatir al enemigo comsin. Aconsejamas a los soldades rasos del pueblo que, por dsconocimiento de los _acontecimientos y engaflados por sus jefestraidores, estén a punto de derra- mar la sangre de sus hermanos de raza y de clase, mediton en que con sus pro- ‘pias armas quieren los mistficadores arrebatar la tierra y el bienestar de sus hermanos que la Revolucion ya haba garantizado con las mismas. “Por el prolecariado del mundo” El secretatio general, David ALFARO SIQUEIROS; el primer vocal, DIEGO Rivera; el segundo vocal, XAVIER GUERRERO; FERMIN REVUELTAS, JOSE CLEMENTE OROZCO, RAMON ALVA GUADARRAMA, GERMAN CUETO, CARLOS MERIDA AL MARGEN DEL MANIFIESTO DEE SINDICATO DE PINTORES Y ESCULTORES ara E/ Machete, Siqusitos hizo grabados, ariculos de politica attisti- 2.0 del arte en relacién con a politica y también versos satiricos de estilo popular, que componia al alimén con Graciela Amador, su. ‘mujer de entonces, y que aparecfan firmados por D. y G. Alfaro Siqueitos. Este articulo se publicé en el iim. 1 de El Machete, pei- ‘mera quincena de marzo de 1924 LA ORGANIZACION del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores puede calificarse como extraordinaria y de crascendencia importancisima dentro de nuestra vida nacional; realiz6 el milagro de concretar la accién estética y social de un grupo de intelectuales mexicanos que, por intelectuales o por-iexicanos, debian ser rabio- samente anarcoindividualistas; en él se agruparon todos los pintores y escultores virles de México que no pertenectan a esa clase parasita- ria de artistas que en espera de las divinas musas creen tener el dere- cho a disfrutar de todos los placeres de la vida a costa de los demés, especialmente el preferido por ellos: la masturbacién social; todos los que conscientes de que los pincores y los escultores deben ser ante todo artesanos al servicio del pueblo y de que su papel dentro de la funcién colectiva es de imporcancia primaria, pues tienen que cubrir precisamente la necesidad humana colectiva de belleza, que es el sen- timiento més alto de la civilizacién, y la belleza grande que no es obra personal ni sirve para que se la craguen las individualidades ceno- bicas de los superincelectuales o la falta de paladar de los rascacueros burgueses; es manjar del pueblo y para el pueblo y toda manifescacién plistica que no vaya hacia ¢sa finalidad y no provenga de la misma fuente, sera el fruto monstruoso fecundado con procedimientos his- téricos. Los pintores y escultores del sindicato, comprensivos del al- ‘isimo cometido de su oficio en la vida de los hombres de su regién 7 28 ALMARGEN DEL MANIFIESTO DEL SINDICA70 DE PINTORES de su raza, han sabido unirse dentro de una accién comunista de produccién de arte y de labor social, € imitando el ejemplo de los primitivos arcesanos italianos que pusieron la belleza de sus produc- ciones al servicio de la propaganda cristiana de su época, han puesto todos sus impulsos al servicio de la tedencidn social, lo que les ha traido el odio mas ensafiado de ls burocracia. En el manifiesco social-politico y de estética que lanzamos con fecha 9 de diciembre, a propésito del cuartelazo militar de Snchez~ Estrada y compafia, haciamos un llamamiento general a los intelec- tuales revolucionarios de México “para que, olvidando su sentimen- talismo y zanganeria proverbiales por més de un siglo, se unieran a nosotros en la lucha estético-social que realizamos”; pero por aquel cenconces las noticias del fracaso 2) del gobierno y de la supuesta evacutacién de la ciudad de México ponfan gestos heroicos de triunfo cen las caras de los ricos y de sus lacayos, y de pavor en los rostros de los arribiseas; sucedi6 que entonces nuestros amigos los poetas y ¢s- ritores ilustres (que de revolucionarios presumfan, aunque en voz baja) en lugar de responder a nuestro Ilamamiento “nos capoteaban” por las esquinas, y si la fatalidad los hacia ponerse frence a nosotros, con el semblanre més pardo que un costén falso y girando medro- samente la cabeza en todas las direrciones, como si la cuvieran sepa- rada del cuerpo, desaparecfan como balazo entre el trifico de las an- tiguas calles del Relox. Ahora las cosas han cambiado, porque ya las fuerzas agraristas del Rio Mayo, de Juchiedn y de Puebla han desmo- ronado, aunque con el precio de su Sangre siempre dispuesta al sacri- ficio, las erincheras de los defensores de fos ricos, lo que ha hecho que hoy por hoy nuestros escritores sean mas obregonistas que Obre- ‘g6n, los menos, y de una neutralidad inmaculada los més. ;Nunca callistas!;;; Horror!!! ¥ es que en México, en donde el pueblo es can vi- fil como el mejor del mundo, los inteleccuales (quiero referirme par- ticularmente a los literatos, como entidad social) son, como codos los de su especie latinoamericanos, lo mas servil que exista en toda fa re- dondez de la Tierra; vives lamiendo los pies (y hasta més artiba) a los ricos y a los fuertes, “recogen el niquel” que les tiran todos los go- biemnos y son los paniaguados de todos los altos empleados oficiales. Hombres de buena fe han pretendido encontrar la causa de la pro- duccién meliflua y descastada, que es la literatura hispanoamericana [AL MARGEN DEL MANIFIESYODELSINDICATO DE PINTORES 29 en general y mexicana en particular, en defectos de orientaci6n téc~ nica, pero es el caso,que buenos caminos han dado, sin embargo, iguales resultados mediocres, lo que prueba que fa razén misma de su mediocridad (amen de otras razones de cardcter fundamentalmen- te nico y de clase) reside en que sus productores son, como entidad social, valores negatives que subsisten alejados de su raza y de su tierra, ajenos a la vida misma del pueblo y de la geografia de México y, como el masturbador del cuento, poseen alas mujeres més bellas del mundo desde su cama de solitarios empedernidos. EJ nico te- medio posible a su liberaci6n escé en que se trasplanten de la “ma- ceca” en que vegetan a la tierra en que debieran vivir; vean y amen a la gente del pueblo que los rodea; dejen de pensar en Oscar Wilde y sdquense los diccionarios y los “mentis” que craen encajados en la ca- beza. Comprendan que en las cuestiones sociales el intelectual no tiene derecho a ser neutral, porque ¢50 equivale a ser neutro, y a los nencros los pueblos vitiles de la Antigiiedad los sujecaban a suplicios cjemplares. Abandonen ese eclecticismo que en el fondo no es mas que prueba evidente de cobardia, prueba del miedo espantoso que sien- ren hacia el hambre que les amarra los brazos a toda accién de rebeld fen una palabra, que dejen de pensar en que son seres privilegiados por la aristocracia de su talento y que tienen derecho a que se les disculpen todas las vilezas; que piensen que son hombres de cazae y Ihueso como todos los demi, can los etismos derechos humanos pero también con fas mismas obligaciones pata con la comunidad. Creo que la raz6n central de su produccién lacrimosa reside en lz relacién inmutable que existe entre las manifestaciones fisicas y espiricuales del hombre, que hacen del hombre viril obra viril, y del eunuco, obra monstruosa. Elles, sin embargo, no son complecamen- te culpables, y en gran parte sf lo es la educacién que han recibido; su servilismo y su cobardia cienen grandemente que ver con los equi- vocados sistemas pedagégicos democrdtico-presbiterianas que predo- minan en la educacién que se imparte en muchas de las ciudades de la Repiiblica, sistemas que hace cerca de 20 afios incuban en la ima- ginacién de nuestra juventud “decente” (no hablo de la juvencud “chic”, ésa no tiene ni madre) todo lo que es anémico, pueril, aco, insipido, improvisado, que hace més eacde def hombre un ser banal, jocoso, insustancial, 0 bien sentimental y llorén; y asf es coda la ju- 30 _ ALMARGEN DEL MANIFIESTO DEL SINDICATO DE PINTORES ventud de nuestras ciudades, que con una sontisa guasona en los la- bios permanece insensible a codas las tragedias sociales en que se desenvuelve la raza. La juventud mexicana de las ciudades ha sido educada para el individualismo més egofsta y andrquico y se le ha inculcado el gusto estético mas enfermo, y asi vemos por las calles de México a toda esa canalla de “rapados” sportsmen y fifis, mofindose de la miseria de los indios y de todos los dolores del pueblo, hacien- do escarnio de todo lo que es trégico y, por lo mismo, bello y gran- dioso; y a nuesteas “sefioritas", como idolos empolvados y vestidos de keupies, despreciando a las mujeres del pueblo (que son més be- Ilas, mas nobles y més heroicas que las egipcias y las hindiies) y ena- moradas, con atraccién hermafrodita, de los actores de cine que pa~ rezcan mujeres, mientras los bombres oftecen su vida por un ideal. Quiero hacer hincapié en que es causa muy imporcante de los ‘males sefialados el principio oficial establecido en la educacién de ruestra nifiez que pide para +! nifo cosas de nifio y que sirve para arran- car a los nifios el derecho que tienen de impresionarse intuitivamen- te de la parce dramética, y por lo mismo viva e imperecedera, de las ‘manifestaciones naturales del universo, que plasman légicamente en su psicologia principios superiores de percepcisn de belleza y de hu- manidad. Dentro de feros de casas, Ilamados bungalows, se les rodea de los juguetes del gusto mas envilecido que pueda concebir la ima- ginaci6n humana, y siendo México el productor de juguetes infan- tiles populares mas fuertes, més hermosos y mas baratos del mundo, les son traidos de Alemania y de los Estados Unidos, se {es divierte con los juegos menos emotivos y con cuentos de hadas de caramelo y brujas de algodén de azticar que forman en los nifios naturalezas de “paleta Zahlet”. Las “fifi” son los bijos naturales del Rindergarien. ‘Los cuentos de Grimm y Perrault deben extirparse hasta la raiz de la educacién oficial y también de la del hogar; la Caperucita raja y toda la literatura infantil europea, que es encleaque, deben ser susti- ‘uidas por los cuentos y leyendas populares mexicanos, que son vivos y punzantes como los magueyes de nuestra tierra y que han formado en el espiricu de nuestros rancheros y de nuestro pueblo en general las cualidades admirables de espiricualidad, de fecundidad artiscica, de energia y de bravura que tanto lo distingue. Es indispensable que los actuales sistemas corruprores de educa- ‘AL MARGEN DEL MANIFIESTO DEL SINDICATO DE PINTORES a cin estética (en los ue se viste a los nifios de las escuelas de Pierrors empolvados y hasta de Colombinas y a las nifias se les hace represen- tary cantar trozos de las zarzuelas espafiolas més insulsas) desaparez- can para dar lugar a representaciones teacrales de escenas humanas que es infandan sentimientos de caridad y fracernidad viriles y que sean amargas como las pantomimas de los indios de nuestros. pue- bios, que llevan aparejada la produccién pléstica de méscaras y la creacién de formas y proporciones admirables, s6lo comparables a las de las épocas de mayor florecimiento en los grandes pueblos de Oriente. En la mala educacién hay que buscar la causa de la indiferencia 0 Ja enemistad que los estudiantes actuales de México, como clase, sienten por todo lo que significa mejoramiento social, y que hacia cexclamar hace poco tiempo a un distinguido hombre sudamericano que “en México, en el pais més rebelde del mundo, era extrafio que sus estudiantes fueran los més reaccionarios de la América Lacina”, Jo que me lleva al convencimiento de que la juventud que dio el triun- fo a la Revolucién iniciada en 1910 fue la Gltima anterior al esta blecimiento de los sistemas reinances de educacién y que la novisi- rma generacin, educada dentro de ellos, es por ahora valor negativo a todo esfuerzo, a toda accién desinteresada y viril. Si queremos que el futuro de México sea grandioso como su pasa- do indigena, si queremos que México rinda la aportacién étnica y ‘geogréfica para la que est admirablemente dorado y obligado den- two del concierto progeesivo de todas las regiones del mundo, empe- ‘cemos por rasparlo de todo el pus que significa el envilecimiento de sus entidades sociales més importantes y de la ética colectiva de sus ciudades; de lo contrario, vamos a grandes pasos hacia la configura- i6n democrética de un pats latinoamericano de execrable impor- racién,

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