EL MUNDO.

DOMINGO 20 DE FEBRERO DE 2011

>IMPRESIONESI ANDALUcíA

2011~el de las duras verdades (VII)

CORRUPCIÓN-.JUN1A-PSOE. Tres en uno.
Uno que no es otro que el fatal destino de la
autonomía andaluza. Que arranca al segun-
do año de constituirse su primer gobierno, en
- 1982. Yun Felipe González y un Alfonso
Guerra, ya poderosos, deciden tener una Jun-
LA SEMANA
JQSÉ ACOSTA
SANCHEZ
ta a su gusto. Y desde Madrid ordenan susti-
tuir al primer presidente, Rafael Escuredo,
muy incómodo para ellos, por su «imperti-
nente» andalucismo y pretender gobernar en
serio. O sea, no según interesara al partido,
sino según y para los fines del Estatuto, tan
dura y merecidamente conquistado.
Aquella feliz operación de los mandama-
ses del PSOE de acoso y derribo del primer
presidente andaluz y la nominación de otro
del agrado de ellos para sucederle, Rodriguez
de la Borbolla, representó en 1984 el kilóme-
tro cero de la dura verdad que nos trae este
2011: la insoportable magnitud de la corrup-
ción de la Administración andaluza a manos
del PSOE, sobre todo en los 18 turbios años
de Chaves y ahora, caricatura1mente, con el
presidente interino que es Griñán. Las pro-
porciones de la degradación autonómica se
manifiestan ahora en los siguientes hechos.
El primero marca un gran pico en la dila-
tada trayectoria, 27 años, de corrupción de la
Junta por el PSOE. Y es que ha culminado la
primera fase de la más masiva e impúdica
operación clientelar: la aprobación por ma-
yoria absoluta en el Parlamento de una ley de
re ordenación del sector público que de he-
cho transforma en funcionarios de un solo ta-
jo a unos 20.000 trabajadores de la adminis-
tración paralela, incluídos los enchufados.
Temeraria operación dictada por el miedo
cerval que atenaza al PSOE aquí y en Madrid
ante las ya muy próximas municipales, como
preludio de la debacle final del partido en
2012, en particular aquí, en su granero máxi-
mo de votos. Hay que imaginarse lo que su-
pone para un agonizante PSOE fidelizar esa
masa de votantes con todas sus parentelas,
que casi la duplicarán. Y lo que representaria
su pérdida para quienes no les llega la cami-
sa al cuerpo, engreídos y viciados como están
en la corrupción. Así se entiende la encana-
lIada falta de escrúpulos que les guía.
Por fortuna, una fabulosa contrapartida CÍ-
vica a esa verdad infamante en la historia an-
daluza, se ha rebelado: la capacidad de indig-
nación de un sector tan relevante como es el
de los funcionarios y la valentía y eficacia de
unas manifestaciones sin precedentes en es-
ta Andalucía amuermada. Incapaz de res-
ponder, entre otras cosas, a la humillación de
tener hoy más paro que cuando comenzó la
gesta de la autonomía andaluza, clamas a-
mente dirigida a acabar con la gran lacra.
¿De qué han servido, entonces, 30 años de
autonomía? No para lo más fundamental.
El segundo hecho que marca otro ápice en
la corrupción de la Junta-PSOE es haberse
destapado otra olla podrida de esa pareja: el
pestilente fraude de la prejubilaciones en tor-
no a los expedientes de regulación de em-
pleo. Siendo de proporciones tan difíciles de
'evaluar tales hedores que para su calificación
y ubicación en el inmenso terreno de la de-
gradación de la autonomía habrá que espe-
rar resultados de la investigación judicial.
Con todo, el tercer hecho es el más repug-
nante, cívica, estatutaria y constitucionalmen-
te: la negativa número 110 del Parlamento a
abrir una comisión de investigación sobre esa
podredumbre. Me limito aquí a citar sobre
ello a un eminente profesor de Derecho Poli-
tico de la II República, Eduardo L. Llorens, en
libro reeditado: «La preponderancia de una
mayoria que no tome en consideración los in-
tereses generales, es tan funesta a la sociedad
como el capricho desatentado de un tirano».

MARTÍNEZ

Menos Alás ...

...y más revoluciones francesas

MARTíNE'Z©

TERCIO DE VARAS I Belmonte
Los proactivos
Dos consejeros/as, por lo menos, han sacado a relucir ese pa-
labro, «proactivo», para calificar la actitud de la Junta en el
escándalo de los ERÉ. Pero ni «proactivo» significa nada en
español (consulten el DRAE) ni lo que intenta sugerirse con
su uso parece confirmado por los hechos, sino todo lo contra-
rio, pues no parece cierto que la Junta se fuera antes que na-
die a la Justicia sino que lo hizo una vez que otros se le ha-
bían adelantado. Se comprende tanto desconcierto verbal en
función del que padecen ante unas evidencias que cada día
que pasa resultan más aplastantes. Nunca la autonomía co-
noció un negocio sucio de esta envergadura. Eso se puede de-
cir ya aunque el baile, probablemente, no haya hecho más
que empezar. / belmonte@andalunet.com