PARADOJA
Páselo... no lo bote
Observaciones a los
proyectos de reforma
a la justicia
El punto es que tras casi vein-
te años de vigencia, no ha sido
introducida ninguna reforma
constitucional a la justicia, a pe-
sar de haber sido radicados pro-
yectos en las administraciones
Samper, Pastrana y Uribe
Pág. 3
Terna para Fiscal:
Independientemente de los ter-
nados, el problema de fondo
es la crisis dentro del Estado,
materializada en la vacancia de
uno de los cargos más impor-
tantes dentro de la estructura
del Estado. No ha sido posible
ponerle punto final a todos los
problemas de seguridad, salud,
empleo, como para que ahora
el ejecutivo y el judicial venti-
laran sus controversias políticas
o personales, repercutiendo en
esta instancia tan importante.
Pág. 7
Sostenibilidad fiscal:
Entre la economía y
la democracia
Este tipo de propuestas, aunque
muy controvertidas, son impor-
tantes tenerlas en cuenta pues
ya es hora de tomar enserio la
idea de que los recursos del Es-
tado son limitados, y que nece-
sitamos con urgencia adoptar
medidas que racionalicen los
gastos para garantizar los dere-
chos de todas las personas.
Pág. 8
Editorial 2
Columnista Invitado 3
“Manuel Fernando Quinche Ramirez”
Atreviéndose 4-11
Ficciones 12-14
Mamarracho 15
Pautas 16
Comite Editorial:
Mary Diaz Marquez,
Yesid Doncel Barrera,
Luis Carlos Sánchez,
Ricardo Álvarez Morales
Reporteros desde el
fuego cruzado:
Ahora, el otro dilema, el de
fondo, lo afronta el periodista
cuando se da cuenta de que no
puede renunciar o rendirse a lo
que hace, en definitiva, tiene
que seguir informando. Bajo
estas nuevas condiciones, los
medios deben replantear todo
su actuar: ¿qué lenguaje utilizo?
¿Hasta dónde indagar? ¿Cómo
cuido a mis reporteros?
Pág. 10
UNA BREVE ACLARACIÓN
La búsqueda y selección de una
imagen de primera página pro-
voca vértigo y expectativa por
la reacción del público. Es casi
como decidir qué ropa usar en
cierta ocasión especial, cuando
cualquier elección está sujeta a
secreteos indecentes.
En nuestro caso, todo intento por
demostrar neutralidad desde la
primera imagen estaba destinado
al fracaso, así que nos lanzamos
al ruedo con algo provocador.
Pero aclaremos algo de una vez.
La verdad es que no dedicare-
mos ni un solo reportaje al su-
jeto de la portada, ni tampoco
una pequeña nota paralela. No
lo llamaremos siquiera por su
Celda humana
Cuando se apagó el sonido de
esas últimas palabras, la habi-
tación adoptó de pronto un aire
de tensión e incomodidad. La
respiración de la niña se aceleró
sin remedio mientras que todo
su ser pedía a gritos más infor-
mación. No estaba familiariza-
da con la enfermedad de la que
había hablado el médico, pero
le temía a lo incierto y a lo in-
calculable
Pág. 12
nombre. La idea no es ridicu-
lizar los hechos que protago-
nizó este ex-juez quinto penal
municipal.
Pero a veces los individuos se
crean una imagen que trascien-
de – por fortuna o por desgra-
cia - su realidad concreta y se
convierte en epítome de algo
superior, en signo visible de lo
invisible. Si tomáramos este
caso concreto, el del juez quin-
to penal municipal, como regla
general de la conducta de los
jueces colombianos, pecaría-
mos de ingenuos.
Pero si lo reducimos a simple
aberración o caso aislado, tam-
poco hacemos justicia a los he-
Noviembre - Diciembre 2011
La fría mañana
capitalina:
Un representante estudiantil
elabora el tema de derechos
humanos, paramilitarismo y
parapolítica en la Universidad
de Sucre. En la parapolítica se
revelaron profundas relaciones
entre las élites regionales y el
paramilitarismo, parecen haber-
se constituido mutuamente. Las
masacres son parte de la histo-
ria de Sucre y se han cometido
para ocultar fraudes electorales.
Pág. 13
chos. Reducido a sus justas pro-
porciones, el caso de este señor
sería un síntoma de las dolen-
cias crónicas de nuestro sistema
judicial.
Como lo que manejamos casi
siempre son percepciones y no
datos concretos sobre lo que es
el verdadero “problema” del
sistema judicial en Colombia,
suponemos que al lector le inte-
resará informarse un poco sobre
este fenómeno leyendo las pági-
nas que siguen.
No siendo más, dejemos que sea
el Editorial quien se encargue de
presentar esta primera edición
del Periódico PARADOJA.
 EDITORIAL
EDITORIAL
Cuando empezamos este pro-
yecto sabíamos que no iba a
ser nada fácil.
En primer lugar, crear un es-
pacio de opinión para los es-
tudiantes de las Universidades
del País es una tarea que re-
quiere, primero, compromi-
so, y, segundo, decisión. Pues
bien, esto fue precisamente lo
que encontramos en los miem-
bros del comité editorial de
este periódico.
Así, juntos, Mary Díaz Már-
quez, Yesid Doncel Barrera,
Luis Carlos Sánchez y Ri-
cardo Álvarez, logramos que
cada uno aportase los elemen-
tos necesarios para publicar un
periódico de opinión.
De esta manera, esta publica-
ción es fruto del esfuerzo de
éstas y de otras personas que
con su entrega, iniciaron un
proyecto que espera ser un es-
pacio de opinión y de debate
que, en últimas, construya de-
mocracia. En un país como el
nuestro, tendiente a la homo-
genización del pensamiento y
a la marginalización de lo disi-
dente, resulta muy importante
considerar nuevas ideas que
pongan en tela de juicio as-
pectos de la vida nacional que
a veces pasan desapercibidos
por el común de la opinión.
Adicionalmente, queremos
agradecer a los estudiantes
que nos enviaron sus artículos,
cuentos, ensayos, caricaturas y
sugerencias. Este tipo de ini-
ciativas son absolutamente de-
terminantes para el objetivo de
esta publicación, en especial,
teniendo en cuenta que la es-
critura es un recurso escaso.
Así pues, en esta primera edi-
ción queremos tratar un tema
central: La reforma a la justi-
cia. Hasta hace relativamente
poco, el fenómeno de reforma
judicial ha tenido gran impacto
en la vida política colombiana.
En épocas anteriores, los jue-
ces no eran el centro de aten-
ción de los debates políticos,
ni tampoco era un escenario
atractivo para los académicos.
Por el contrario, como diría
Rodrigo Uprimny, la justicia
era “Una variable dependiente
de otros procesos socia-
les como las diná-
micas de acumu-
lación o los enfrentamientos
entre las fuerzas políticas”.
En consecuencia, en las últimas
décadas, la justicia en Colom-
bia ha adquirido una enorme
importancia pues la actividad
judicial ha tenido una gran re-
percusión en la vida nacional.
En todo caso, esto sería, según
algunos, el síntoma manifiesto
de un fenómeno más global: la
precariedad estructural del Es-
tado colombiano o el derrumbe
de la institucionalidad.
Ahora bien, lo importante de
toda esta discusión es sintoni-
zar al ciudadano con cada una
de estas reformas. Por ello,
queremos abrir el debate sobre
este tema tan importante para
la democracia colombiana.
Para este fin, contamos con
un reconocido doctrinante del
Derecho Colombiano. Así, el
profesor Manuel Fernando
Quinche, abordará
este tema con
el fin de ge-
nerar dudas en el lector que lo
lleven a considerar o reconsi-
derar su propia opinión.
Finalmente, en esta primera
edición contamos con los artí-
culos de diferentes estudiantes
universitarios que, aunque no
traten el tema central de esta
edición, aportaran a la discu-
sión con otros puntos de vista
que naturalmente muestran su
importante y en especial, rigu-
rosa posición.
Con todo esto, queremos invi-
tar a la comunidad estudiantil
a escribir sus opiniones sobre
temas de actualidad y relevan-
cia nacional.
El principal escritor de este
periódico deben ser los estu-
diantes pues son los únicos que
pueden fortalecer el futuro de
nuestro país.
Comité Editorial
del periódico Paradoja

Por todo lo anterior, queremos

comenzar por agradecer a todas
las personas que creyeron en
este proyecto y que hoy, de al-
guna manera, ven nacer una idea
que promete no morir pronto.

Entre otras personas, que-

remos agradecer a los pro-
fesores Manuel Fernando
Quinche Ramirez, Fernando
Alvarez Rojas, Luis Felipe
Marin Charris y Camila de
Gamboa, quienes con sus su-
gerencias y apoyo, incentiva-
ron lo que hoy es una realidad.

PARADOJA 2
Páselo... no lo bote
 COLUMNISTA INVITADO
COLUMNISTA INVITADO
OBSERVACIONES
A LOS PROYECTOS
DE REFORMA A
LA JUSTICIA
Manuel Fernando Quinche Ramírez
Profesor de Derecho Constitucional
Universidad del Rosario
Hasta el año 2010, en Colom-
bia se han realizado 29 refor-
mas a la Constitución de 1991.
De ellas 28 han sido tramitadas
por la vía del Congreso y tan
solo una fue el resultado del
referendo constitucional con-
vocado por Uribe1. Adicional-
mente, tres de ellas (todas del
período Uribe) fueron declara-
das inexequibles por la Corte
Constitucional2.
El punto es que tra s casi vein-
te años de vigencia, no ha sido
introducida ninguna reforma
constitucional a la justicia, a
pesar de haber sido radicados
proyectos en las administracio-
nes Samper, Pastrana y Uribe.
Más aún, recientemente y bajo
la administración Santos, fue
radicado y retirado un proyec-
1
Acto legislativo No. 1 de 2004
2
Se trata del Acto Legislativo No. 3
de 2003, que contendía el “Estatuto
Antiterrorista”, del Acto Legislativo 2
de 2007, que creaba una gran can-
tidad de “Distritos” y del Acto Legis-
lativo No. 1 de 2008, que destruía la
carrera administrativa y el servicio
público en Colombia.
to de reforma, en la búsqueda
de un consenso nacional.
Mientras tanto, han sido in-
troducidas numerosas refor-
mas parciales, pensadas más
en clave de “descongestión”,
que de servicio o de justicia.
Su más reciente producto es la
Ley 1395 de 2010 Por la cual
se adoptan medidas en mate-
ria de descongestión judicial,
una extensa y antitécnica ley
que introdujo modificaciones
puntuales en distintos proce-
dimientos, en un collage que
continúa la labor de remiendo
y parcheo de los distintos códi-
gos de procedimiento en el país.
Un hecho que debe ser puesto
de relieve, está relacionado con
el carácter estructural de los
proyectos de reforma constitu-
cional y con las características
de las reformas introducidas:
Todas ellas están pensadas en
clave de órgano y no en clave
de sujeto. En otras palabras, la
idea que se tiene de “mejorar”
el sistema judicial, no está re-
lacionada con el servicio ni el
acceso de los usuarios de la
administración de justicia, sino
con los órganos que ejercen la
función. Se presenta allí una
situación análoga a la ofreci-
da por el agobiado sistema de
salud: las reformas que le han
sido introducidas a este, son
siempre orgánicas, pensadas
en términos de instituciones
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estatales (Ministerio del Pro-
tección Social, Superintenden-
cia de Salud) y de empresarios
(transnacionales de la salud y
laboratorios), pero no en térmi-
nos de de servicio, ni de acceso
del paciente o del afiliado.
Un asunto que debe ser ob-
servado y evaluado es la in-
troducción del criterio de la
“sostenibilidad financiera”,
paulatinamente colocado como
requisito para la realización de
los derechos. La expresión,
que corresponde al lenguaje y
los procedimientos de los fi-
nancistas, los administradores
de empresas y toda esa clase
de sujetos, fue introducido por
Uribe en el Acto Legislativo
No. 1 de 2005, que modificó
en el nivel constitucional el
régimen de pensiones. Allí se
estableció que el Estado garan-
tizará “la sostenibilidad finan-
ciera del sistema pensional”,
lo que sin más fue asumido
por la Corte como un princi-
pio constitucional. El asunto
es grave, pues además de erigir
como principio jurídico un cri-
terio simplemente contable o
financiero, viene siendo exten-
dido a otros escenarios como el
de la “regla fiscal” y más re-
cientemente, en los proyectos
de modificación de la acción
de tutela sobre los derechos
sociales.
De esta manera y a propósito
de los proyectos de la reforma
a la administración de justicia,
se presentan en el horizonte
dos amenazas reales: La de
introducir asuntos financieros
como principios jurídicos y la
de establecer reglas según las
cuales, el Estado sólo cumplirá
sus obligaciones positivas y de
garantía en la medida en que
quiera o tenga dinero.
Dentro de esa lógica de conta-
dor, la frustración de las per-
sonas y el incumplimiento de
los derechos no serán más que
“casos trágicos” o “daños
colaterales”.

3 PARADOJA
Páselo... no lo bote
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
LO QUE NO
HA QUEDADO
CLARO: REGALÍAS
Mary Díaz Márquez
La carta de presentación del
proyecto de reforma constitu-
cional a las regalías, ha tenido
como fundamento dos afirma-
ciones principalmente: (i) el
deseo de garantizar transparen-
cia en la ejecución de recursos
por parte de las entidades terri-
toriales y (ii) la modificación
en el reparto de las regalías con
el objeto de lograr mayor equi-
dad, entre los departamentos y
municipios en donde se explo-
tan o transportan los recursos
no renovables y el resto de las
entidades territoriales.
Sin embargo, el Acto Legisla-
tivo 013 de 2010 no desarrolla
integralmente ni lo uno ni lo
otro, y más bien deja varios
interrogantes que deben ser re-
sueltos.
Pues bien, este es el tema sobre
el cual nos referiremos. Para
este fin, el artículo estará divi-
dido en cuatro partes.
En primer lugar se realizara
un breve marco teórico con
el objetivo de ubicar al lector
en la presente discusión. Acto
seguido, se desarrollaran argu-
mentos destinados a probar por
qué la reforma no garantiza del
todo la transparencia en la eje-
cución de recursos. En la ter-
cera sección, se analizarán las
razones atinentes a demostrar
cómo el Acto Legislativo in-
troduce elementos que parecie-
ran ser contrarios a la equitati-
va distribución de las regalías
y por último, se presentaran
algunas conclusiones.
PARADOJA
Páselo... no lo bote
En primer lugar, las regalías
dentro del sistema colombia-
no, tienen como fundamento
la materialización de uno de
los elementos esenciales de
la Constitución de 1991: La
descentralización. Todo ello,
debido a que el desarrollo eco-
nómico y social puede verse
mejor atendido si un grupo de
decisiones que conciernen al
gasto público se adoptan y se
controlan a nivel local. Es de-
cir, no estamos hablando sim-
plemente de transferencia de
recursos, sino de un traslado
de funciones que tiene como
finalidad ser instrumento de
desarrollo económico.
De acuerdo con la Constitu-
ción, el artículo 288 consagra
dos principios fundamentales:
primero, que las entidades te-
rritoriales tienen derecho de
ejercer las competencias que
les corresponde de acuerdo a la
Constitución y la ley de orde-
namiento territorial (la cual no
existe aun) y segundo, según el
profesor Juan Camilo Restrepo,
“el derecho a administrar sus
recursos y establecer los tribu-
tos necesarios para el cumpli-
miento de sus funciones”.
Es así como dentro de este mar-
co, las regalías han sido defini-
das por el Departamento Nacio-
nal de Planeación como “una
contraprestación económica de
propiedad del Estado que se
causa por la explotación de los
recursos naturales no renova-
bles. Las entidades territoriales
tienen un derecho de participa-
ción sobre los recursos de rega-
lías y compensaciones”.
No obstante, en la actuali-
dad se está dando tramite a
un nuevo proyecto que busca
reformar este modelo y elimi-
4
nar el Fondo Nacional con el
propósito de crear cuatro mas,
a saber: el fondo de ahorro y
estabilización, de inversión
regional, de ahorro pensional
territorial y el de Ciencia y
tecnología. Todo ello, dentro
del desarrollo del Sistema Ge-
neral de Regalías.
Por otra parte, entrando en la
segunda parte de nuestro artí-
culo, creemos que la reforma
no garantiza completamente la
transparencia en la ejecución de
recursos tal y como el articula-
do del texto fue propuesto por
el Gobierno. Esto lo sostene-
mos con base en varias razones.
Primero, si lo que se desea es
promover el manejo honesto
de los dineros por parte de las
entidades territoriales, es claro
que el Acto Legislativo deja de
lado un mecanismo fundamen-
tal para el control de las finan-
zas públicas, que además, es
reconocido como pilar funda-
mental dentro de la Constitu-
ción Política de Colombia: La
participación ciudadana.
En tanto que el texto de la po-
nencia del gobierno para el
segundo debate, no hace men-
ción alguna a mecanismos de
control ciudadano, siendo que
se supone, somos a quienes
más concierne.
Segundo, es importante men-
cionar que el proyecto preten-
de cambiar dos artículos de la
Constitución, el 360 y el 361,
según los cuales en caso de ser
aprobada la reforma, la regula-
ción se hará “por iniciativa del
Gobierno”. Es decir, el ejecu-
tivo sería el único que podría
proponer un proyecto de ley
para modificar el régimen de
las regalías, ya que se encar-
gara de, según el texto del pro-
yecto, formular “su adminis-
tración, ejecución, control, uso
eficiente, destinación, funcio-
namiento del Sistema General
de Regalías y las condiciones
en las que los beneficiarios
participarán de sus recursos”.
Esto, tiene como consecuen-
cia lógica, que el Congreso
perdería esa competencia, aun
cuando se supone que es en el,
donde se ven representadas las
regiones y en general el país.
Por ello, si el objeto del Acto
Legislativo es que todo se rea-
lice bajo la mayor claridad po-
sible, lo más lógico sería que
existiera participación activa
del Congreso en la formulación
de la propuesta de reglamen-
tación de las regalías, tenien-
do en cuenta que la reforma
no solo le quita la función de
proponer cómo se distribuirán
esos recursos, sino que además
monopoliza el control por par-
te del Gobierno. Un ejemplo
de ello, es que en caso que el
Congreso no lo apruebe dentro
de un periodo de 9 meses, este
lo regulara a través de decre-
tos extraordinarios.
En desarrollo de la tercera sec-
ción, es importante comenzar
diciendo que si de lo que se
trata, es de que haya una distri-
bución equitativa de los recur-
sos, al proponerse una reforma
constitucional, y no simple-
mente la modificación de las
leyes 141 y 756, debemos pre-
guntarnos si lo que se quiere
hacer es un cambio de manejo
de recursos para eliminar la
corrupción a nivel territorial, y
por eso se formula la creación
de Fondos, o una modificación
de peso que atente de forma di-
recta contra la ‘descentraliza-
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
ción’ pues si bien es cierto que
existe mal manejo de esos di-
neros, también es cierto que el
fenómeno de la corrupción no
solo se presenta a nivel local o
regional, sino a nivel nacional,
es decir, que aunque la premisa
es cierta, ello no puede ser uti-
lizado como excusa para con-
seguir que los recursos se con-
centren en el ámbito nacional.
Así, que aun no sabemos cómo
se repartirán los recursos, ya
que por una parte, se utiliza el
concepto de región, siendo que
precisamente hasta ahora no ha
sido promulgada la ley de orde-
namiento territorial destinada
a definirlo de forma precisa (lo
cual, se pensaría, debiese ser
el primer paso) y por otra, la
mención mas expresa que hace
acerca de la distribución de las
regalías, son un 10 por ciento
LLEGÓ DICIEMBRE CON SU ALEGRÍA
Jorge Andrés Beetar
Se desborda por los poros el
optimismo de los ciudadanos;
se cumplieron cien días de go-
bierno de Juanma; comenzó
esta semana el evento máxime
de la cultura colombiana y se
confirmo el nivel estadista de
los colombianos.
El patriotismo es notorio: No
solo se agoto la edición espe-
cial de la revista Cromos que
tenía como obsequio especial
un lápiz punta 2 marca prisma
color para que cada uno en la
comodidad de su hogar tuvie-
ra la oportunidad de jugar al
jurado que escogerá a la reina
de los colombianos, sino que
también regreso a nuestra vida
el programa estadista por exce-
que se destinará al Fondo de
ahorro pensional y otro 10 por
ciento para financiar proyectos
de ciencia y tecnología.
Es decir, que al no estar claro
dentro del texto de la reforma,
la manera en la que las rega-
lías serán distribuidas, existe
la posibilidad de que el ob-
jetivo propuesto en un inicio
no se cumpla y que la ‘equi-
dad’ se convierta en un simple
enunciado.
Para concluir, podemos decir
que la distribución de las re-
galías es de gran trascendencia
en tanto que se fundamenta en
el fenómeno de la descentra-
lización y la autonomía de las
regiones. Además de ser consi-
deradas, una forma de generar
desarrollo en ellas.
5 PARADOJA
Por esto, es necesario mencio-
nar que aun cuando la reforma
pretende colocar en condicio-
nes de equidad la distribución
de las regalías, sin desconocer
claro está la compensación
que debe haber por el impac-
to ambiental y social de esas
explotaciones mineras en los
territorios productores, es im-
Páselo... no lo bote
portante seguir con cuidado
la reglamentación que hará en
Gobierno y la aprobación del
proyecto, pues sería una lás-
tima que lo conseguido por la
Constitución de 1991 en ma-
teria de descentralización, se
viera afectado debido a la posi-
ble concentración de recursos
en el ámbito nacional.
lencia del país: Protagonistas
de novela. La reencarnación
de Jaider ha dejado en quiebra
a gran parte del sector pana-
dero y cervecero de nuestro
país; la gente se está gastando
su quincena para votar por el
nuevo Rafael Novoa de nues-
tra farándula criolla, que con
su gran fervor por la virgen de
los sicarios ha conmovido a la
mayoría de los colombianos de
a pie. Y es que vale la pena ha-
blar de las noticias de interés:
No hay borracho al volante que
valga o chuzada alguna que
nos limite, pues los eventos en
los que se sume el país hoy por
hoy - no precisamente la impu-
nidad y la miseria - nos llenan
de orgullo y gritamos con loca
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
(a propósito de la canción de
Shakira) pasión: ¡Colombia: El
único riesgo es que te quieran
robar! Deben estar pensando
que le quiero culpar a “Sammi
el heladero” de eso, pero de
ninguna manera lo haré, pues
de tener que echar la culpa a
”Sammi” de algo sería la de
gastarse el presupuesto de los
bogotanos en manillas.
Pero no todo son buenas noti-
cias para Colombia. Shakira
WHAT ELSE
COULD I WRITE?
I DON’T HAVE
THE RIGHT.3
Ricardo Álvarez
Los ordenamientos jurídicos
contemporáneos de occidente
encuentran en la libertad de
expresión una de sus grandes
conquistas. Sin embargo las
bondades de la libertad de ex-
presión empezaron a desbordar
los límites de lo imaginado por
sus precursores; de esta mane-
ra el debate en torno a este de-
recho se polarizó entre quienes
de un u otra manera consideran
3 Fragmento de la canción All Apo-
logies de Nirvana
PARADOJA
Páselo... no lo bote
volvió a cantar en vivo y se
gano un premio por andar des-
calza y Juanes sigue promo-
cionando el Yerbatero por Los
Ángeles; Leonel Álvarez sigue
creyéndose el Pep Guardiola de
Colombia y quieren ofrecerle a
Édgar Rentera la Embajada de
Italia, y a Andrés Felipe Arias el
protagónico en la nueva pelícu-
la de Piolín y Silvestre.
Como si fuera poco Colombia
y Argentina están en pleno lió
a este principio como la piedra
angular de las construcciones
democráticas, y por tal motivo
las restricciones a esta libertad
constituyen censura, y quie-
nes en cierta medida han sido
víctimas de la libre expresión
y consecuencia de esto abogan
por la restricción y delimita-
ción de esta.
Con todo lo anterior el debate
se ha atomizado y se han escin-
dido en temas específicos.
El tema que me propongo a
abordar es el de la pugna de
la libertad de expresión y <<la
obligación moral de recor-
dar>> (en términos de Pablo
6
diplomático, y es que Juanma
acaparó el mercado de Botox
en nuestro continente dejando
a Cristina de luto (no crean que
lloraba porque se le murió el es-
poso bizco) y lapidando el dine-
ro que le había dejado la venta
de sus acciones de El Tiempo…
si es que las vendió.
En fin, se avecina Diciembre
con su alegría, con sus borra-
chos accidentados, sus niños
quemados, su Whiskey adul-
de Greiff) a través de un ma-
tiz absolutamente represivo o
vengativo: Las penalizaciones
Estatales, específicamente el
delito de la apología al delito.
Para delimitar más el asunto
descartaremos algunas face-
tas de la libertad de expresión
como la libertad de prensa o
las que están ligadas en mayor
medida con el libre desarrollo
de la personalidad. Es más si
tomamos un ejemplo arque-
típico es mucho más sencillo
entender el dilema que planeo.
Suponga usted que ocurre un
hecho violento perpetrado por
un agente armado (llámese
guerrilla, paramilitares o agen-
tes estatales) que logra escan-
dalizar a un sector de la po-
blación (porque aunque no lo
creamos en Colombia aún hay
gente que se indigna cuando la
policía, el ejercito, las FARC
o los paramilitares cometen
actos que atentan contra la
vida) y que estos individuos
escandalizados deciden, por
iniciativa propia, realizar un
acto cultural y simbólico que
recuerde a los demás ciudada-
nos la tragedia sucedida.
Aunque varios pensemos que
no hay problema con ello por-
que la manifestación cultural se
realiza dentro de los límites del
terado, su buñuelo pasado y
su natilla vencida. Aparte su
lechona, póngase de acuerdo
con sus vecinos para adornar
la cuadra y prepare el paseo
de olla para conocer las luces
de su ciudad, y no se le olvide
comprar chispitas mariposas y
visitar y pedirle a Carlos Gavi-
ria A.K.A Papa Noel un nuevo
partido de izquierda para el
próximo año.
respeto, hacia las victimas y los
espectadores, hay sujetos que
consideran que el morbo des-
atado por este hecho constituye
una apología al delito. Hasta el
día de hoy me pregunto qué tan
sensato es afirmar eso.
En términos estrictamente jurí-
dicos tenemos que la apología
del delito es la instigación a
uno o varios sujetos a cometer
determinado delito. Empero,
y a pesar que la ignorancia de
la ley no es excusa para su in-
cumplimiento, la gente del co-
mún escasamente habrá oído
de este delito, difícilmente sa-
brá que su denominación es la
de instigación a delinquir y que
se encuentra consagrado en el
artículo 348 del Código Penal
y mucho menos sabrá qué han
dicho las altas cortes respecto
de esta conducta típica. Enton-
ces es necesario desarrollar el
problema desde una óptica me-
nos técnica.
Más importante que determi-
nar la intención que tengan los
autores de estas obras artísticas
o culturales (o sea, determinar
si la conducta es dolosa) es
determinar el grado de instiga-
ción del público específico re-
ceptor de la obra. Por supues-
to que cada caso particular es
diferente, pero el grueso de
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
estas manifestaciones (ya sean
pinturas, documentales, obras
de esténcil, intervenciones,
plantones, marchas, etcétera)
se presentan de un manera que
difícilmente invita al observa-
dor a cometer el barbárico acto
que representa.
Este tema puede ser desarrolla-
do con mayor rigor investigati-
vo, con mayor técnica jurídica
y con más elementos socioló-
gicos o antropológicos, pero
LA TERNA A LA FISCALÍA, ¿UN NUEVO GOLPE A URIBE?
Nicolás Ortegón
Hace poco, el Presidente de la
República Juan Manuel San-
tos optó por cambiar la terna
para Fiscal General de la Na-
ción. Es preocupante que el
país lleve casi quince meses
con Fiscal encargado, no solo
por el retraso de muchos pro-
cesos importantes sino por-
que, más allá de eso, habla de
una crisis dentro del Estado.
Un rompimiento absoluto en-
tre el ejecutivo y el judicial.
Resulta inquietante que al
conflicto con grupos armados,
la lucha contra la pobreza, el
problema de la corrupción, se
haya sumado ese rompimiento
institucional, rompimiento que
parecía irreconciliable por las
posiciones radicales de cada
una de las partes: La Corte Su-
prema de Justicia, con su tesis
de la inviabilidad de la terna
por considerar que debía ser un
abogado penalista, no simple-
mente un reconocido jurista, y
por otro lado el del Presidente
(Ex presidente) Uribe, quien
se negaba a cambiar la terna,
aunque ya la había modificado,
sustituyendo a ternados como
el caso de Juan Ángel Palacio,
difícilmente creo que las con-
clusiones vayan a variar.
Si la manifestación cultural
se realiza dentro de los lími-
tes del respeto por las victi-
mas y el público y si no ge-
nera una verdadera y eficaz
invitación a los espectadores
a cometer actos barbáricos
como el que se representan
no habrá motivos para consi-
derar que se hace una apolo-
gía del delito.
reemplazado por el doctor Jor-
ge Anibal Gómez, o el caso de
Camilo Ospina.
Independientemente de los ter-
nados, el problema de fondo
es la crisis dentro del Estado,
materializada en la vacancia de
uno de los cargos más impor-
tantes dentro de la estructura
del Estado. No ha sido posi-
ble ponerle punto final a todos
los problemas de seguridad,
salud, empleo, como para que
ahora el ejecutivo y el judicial
ventilaran sus controversias
políticas o personales, reper-
cutiendo en esta instancia tan
importante.
La situación entonces se pre-
sentaba desoladora, ninguno
de los dos extremos daría su
brazo a torcer y el ahora Presi-
dente Juan Manuel Santos, tal
vez consciente del problema
que representa la interinidad
en el cargo de Fiscal General
de la Nación, optó por cambiar
esa terna nombrada por su an-
tecesor. Los nuevos ternados,
abogados de amplia trayecto-
ria, son el doctor Juan Carlos
Esguerra Portocarrero, el doc-
7 PARADOJA
En últimas puede que me haya
extendido mucho con este artí-
culo. Debí haber empezado por
pensar que si este tipo de gente
tuviera razón las Madres de la
Plaza de Mayo en Argentina
estarían en la cárcel y jamás
serían postuladas para recibir
el premio Nobel de la Paz.
Si cometieran apología del de-
lito ya hubiéramos visto en Ar-
gentina otra dictadura militar de-
dicada a la desaparición forzada.
tor Carlos Gustavo Arrieta y la
doctora Viviane Morales.
El tiempo será el único que po-
drá dirimir este gran problema,
entre otras razones porque pa-
rece no haber sido solucionado
todo de fondo pues si la Corte
Suprema de Justicia mantiene
su tesis, no podría elegir nueva-
mente fiscal porque ninguno es
especialista en derecho penal.
También la idea de los dere-
chos adquiridos de los otrora
ternados, que sin embargo pa-
rece encaminarse hacia una es-
pecie de borrón y cuenta nue-
va, pues reconocidos expertos
en la materia como el doctor
José Gregorio Hernández, han
dicho que no se trataban de
derechos adquiridos sino de
simples expectativas. Resulta
además un poco egoísta el pen-
sar que el tema de derechos ad-
quiridos tenga especial impor-
tancia en el nuevo debate, toda
vez que parece un tema de ín-
dole privada y no está priman-
do la necesidad de elegir a un
abogado competente que dirija
la política criminal del Estado.
Sin embargo, el punto especial
Páselo... no lo bote
Si estos personajes tuvieran
razón seguramente quienes
abogan de manera artística
por la memoria y el respeto de
los refugiados, desplazados o
víctimas de la limpieza social
serían perseguidos constan-
temente por ser delincuentes
habituales (bueno seguramente
algunos si fueron perseguidos
por el DAS, sin que eso signifi-
que que son delincuentes).
de este cambio de ternados es
desde el punto de vista político.
Para quienes pensaron que
Santos respetaría todo lo he-
cho por Uribe y sería casi que
una réplica del gobernante an-
tioqueño, resulta no menos que
una bofetada, pues Santos aho-
ra es amigo íntimo de Chávez,
quien en varias oportunidades
amenazó incluso con desatar
una guerra con Colombia, en
razón a las notables diferencias
con Uribe.
También Santos se distanció de
Uribe o por lo menos eviden-
ció un cambio al restablecer las
relaciones con la rama judicial,
deterioradas a más no poder
durante el gobierno anterior,
situación ya explicada en el en-
cabezado de éste escrito. Pero
quizás este cambio de terna
sea el golpe más duro para un
ex-presidente que parece haber
sido olvidado en el campo na-
cional, que ya no sabe dónde
aparecer para ser recordado y
quien durante casi ocho años
pretendió hacer su voluntad en
cabeza del Gobierno, sin im-
portarle en lo más mínimo la
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
articulación con las otras dos
ramas del poder público. San-
tos parece haber dado un paso
adelante en ese espíritu man-
dón, autoritario y con ínfulas
de capataz de su antecesor, no
solo al nombrar un gabinete de
lujo, sino en el restablecimien-
to con las relaciones con la
rama judicial. Este cambio de
terna parece ser un nuevo paso
en el olvido de un gobierno que
si bien tuvo aspectos positivos,
fue muy cuestionado por asun-
SOSTENIBILIDAD
FISCAL: ENTRE LA
ECONOMÍA Y LA
DEMOCRACIA
Yesid Doncel Barrera
Bajo la dirección del Ex-mi-
nistro de Hacienda y Crédito
Público Oscar Iván Zuluaga,
se radicó en el Congreso el
proyecto de Acto Legislativo
numero 016 de 2010 “Por el
cual se establece el derecho
a la sostenibilidad fiscal para
alcanzar los fines del Estado
Social de Derecho”. Según el
Gobierno, este proyecto es una
condición indispensable para
lograr los fines del Estado So-
cial de Derecho, de tal suerte
que debe ser, por un lado, un
derecho de las personas y, por
otro, un deber de todos los ór-
ganos del Estado. En síntesis,
“la lógica detrás de la pro-
puesta es clara: Si el Estado
tiene que garantizar la salud,
la seguridad social, la educa-
ción haciéndolas financiables,
él mismo tiene también que
garantizarse y ser financiable.
Si el Estado quiebra no hay
derechos”1.
1
El Espectador. “Sostenibilidad Fiscal: un
Debate Pendiente”. Publicado el 19 de Oc-
tubre de 2010. Documento electrónico: http://
www.elespectador.com/articulo-230458-sos-
tenibilidad-fiscal-un-debate-pendiente
PARADOJA
Páselo... no lo bote
tos de público conocimiento,
que no vale la pena ni siquiera
nombrar acá. Parece que Uribe
ya no tuviera tanto peso en el
gobierno, como se pensó que
tendría al acabar su periodo.
Parece el fin de una era marca-
da por escándalos y por éxitos
agrandados… Definitivamente
Juan Manuel Santos parece ser
una caja de sorpresas.
Este tipo de propuestas, aunque
muy controvertidas, merecen
ser tenidas en cuenta pues ya es
hora de tomar enserio la idea de
que los recursos del Estado son
limitados, y que necesitamos
con urgencia adoptar medidas
que racionalicen los gastos para
garantizar los derechos de todas
las personas.
No obstante, a pesar de la sen-
satez del argumento central, al
leer el texto del proyecto nos
encontramos con una serie de
incongruencias que quisié-
ramos resaltar. Por tal razón,
en términos generales de este
concepto, queremos sostener
que si bien esta iniciativa tie-
ne un propósito absolutamente
válido, el articulado del pro-
yecto deja una serie de dudas
que nos permiten concluir que
esta reforma constitucional se
convierte, en palabras del pro-
fesor Valencia Villa, en una
“carta de batalla” contra los
Derecho Económicos Socia-
les y Culturales y no contra la
irresponsabilidad fiscal de los
organismos del Estado. Con
ello queremos decir que el pro-
blema del equilibrio fiscal no
es algo que surja con ocasión
de las sentencias de la Corte o
de las regulaciones del Con-
greso, éste problema es algo
estructural que la reforma no
soluciona por completo.
8
Pues bien, para tratar de res-
ponder mejor nuestra tesis y
evitar que nuestro texto incurra
en contradicciones, queremos
dividir nuestros argumentos en
dos partes.
En primer lugar, quisiéramos
analizar el articulado del texto
y resaltar las falencias que a
nuestro juicio resultan ser las
más importantes. En la segun-
da parte del artículo, analizare-
mos la relación entre ingresos
y gastos del Estado colombia-
no. En consecuencia, en esta
segunda parte de nuestro artí-
culo queremos presentar una
propuesta que evite algunos
sacrificios que describiremos
más adelante.
Proyecto de Acto Legislativo
016 de 2010
Algo que a nuestro juicio es
muy preocupante en la refor-
ma constitucional que transita
en el Congreso, es que el ob-
jeto de esta modificación a la
Constitución recae únicamente
sobre los Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales.
Al respecto, el artículo Prime-
ro del mencionado proyecto
en su inciso final establece lo
siguiente: “El Congreso de la
República, al determinar el al-
cance concreto de los derechos
sociales y económicos consa-
grados en esta Constitución,
deberá hacerlo en tal forma
que asegure la sostenibilidad
fiscal con el fin de darles, en
conjunto, continuidad y pro-
gresividad”.
Nótese cómo, por ejemplo,
se excluyen otros gastos que
igualmente impiden el equi-
librio económico del Estado
y deberían incluirse en esta
“Regla fiscal”; por ejemplo,
los gastos de funcionamiento,
los subsidios que se otorguen a
sectores de la economía nacio-
nal2 o incluso, los tan critica-
dos gastos fiscales.
A lo que voy es a lo siguiente:
La preocupación del Gobierno
de la Republica por mantener
el equilibrio económico, al pa-
recer indica que la restricción
va encaminada únicamente a
limitar el gasto creado con oca-
sión de los Derechos Económi-
cos Sociales y Culturales y no,
como debería ser, otro tipo de
gastos que igualmente pueden
ser desproporcionados para las
finanzas publicas.
2
Como un caso emblemático, puede con-
sultarse el caso Agro Ingreso Seguro que
fue tan polémico en el Gobierno de Ál-
varo Uribe.
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
Ahora bien, muchos podrían
responder a esta crítica di-
ciendo que los demás artículos
del proyecto fijan las mismas
reglas respecto de la ley de
apropiaciones, el presupuesto
de rentas y el plan nacional de
desarrollo. No obstante, esta
regulación no implica necesa-
riamente autoregular la formu-
lación de estas iniciativas por
parte del Gobierno. Por su par-
te, lo que sí se puede obtener
con esta norma es un argumen-
to adicional de rango consti-
tucional para contrarrestar las
observaciones que pudieran
hacer el Congreso y los jueces
respecto del contenido mismo
de sus iniciativas legislativas.
Es decir, más que una forma de
control para el Gobierno en la
elaboración de los proyectos
de ley respectivos, la limita-
ción va dirigida es al Congre-
so mismo en caso de que, por
ejemplo, quisiera incluir en las
diferentes leyes, partidas pre-
supuestales para garantizar De-
rechos Económicos, Sociales
y Culturales y que desestabi-
lizara los planes del Gobierno
nacional, que entre otras cosas,
son muy cortos en materia de
derechos sociales.
Por último, un punto que me-
rece atención es el que tiene
que ver con la ingeniería cons-
titucional de esta reforma. Al
mencionar este punto, me es-
toy refiriendo a dos cosas (i)
Cómo es posible que un inte-
rés público se eleve a rango de
derecho fundamental constitu-
cional. De esto podría pensarse
que el gobierno pretende equi-
parar un derecho colectivo a un
derecho individual. Adicional-
mente, (ii) porqué, además de
razones de conveniencia políti-
ca, no se puede regular el tema
con medidas legislativas que
no desnaturalicen el espíritu
mismo de los derechos funda- tros, el pilar fundamental del garantizar la sostenibilidad
mentales de la Constitución de equilibrio económico deben fiscal. Cuando nos referimos
1991. Si aceptamos la tesis del ser los ingresos públicos, pero a los ingresos no estamos ha-
Gobierno de elevar a derecho en especial, el manejo de esos blando solo de impuestos. Por
fundamental la sostenibilidad ingresos públicos. En una de- ello, proponemos al menos tres
fiscal, esto dejaría la puerta mocracia liberal no se puede salidas. En primer lugar (i) es
abierta para que posteriores re- aceptar el argumento de que no absolutamente importante eli-
formas, o incluso esta misma, hay recursos suficientes para minar las exenciones para me-
desarticulen la ingeniería cons- garantizar derechos y que solo jorar el recaudo y evitar que se
titucional de nuestra Constitu- hasta que los haya, se empeza- sigan perdiendo, con la excusa
ción Política y que reformas ran a tomar las medidas ade- de mejorar un sector económi-
inocuas, no quiero decir que cuadas para garantizarlos. co, esos recursos.
este sea el caso, se eleven a
rango de derecho constitucio- Así entonces, lo que nosotros En segundo lugar, (ii) el des-
nal con el mismo argumento. proponemos en este artículo es empleo y la informalidad im-
lo siguiente: En la medida en piden que las personas puedan
Reflexiones para otras que se logren obtener mayores contribuir con sus impuestos y
alternativas ingresos para garantizar los so- requieran un subisidio obliga-
brecostos de los derechos so- do. Finalmente (iii) Debe bus-
Como hemos visto hasta el ciales, económicos y carse una reforma tributaria
momento, la reforma propues- culturales, así integral que fortalezca de raíz
ta tiene un supuesto muy mismo se los problemas que surgen con
interesante pero que al de- podrá ocasión de las finanzas públi-
sarrollarse en el texto del cas del Estado.
proyecto, pierde su interés
particular. Por tal razón,
consideramos que deben
existir otras alternativas que
inviten al Estado a cumplir
con estos objetivos.
Sin embargo, distanciándonos
un poco de la propuesta de re-
forma constitucional estudiada
hasta el momento, nosotros
preferimos hacer un llamado
de atención al Gobierno en re-
lación con los ingresos.
A nuestro juicio, los tradicio-
nales derechos políticos, los
derechos Sociales, Económi-
cos y Culturales, los derechos
colectivos y los derechos de
grupo, no pueden depender
de los recursos existentes sino
más bien del esfuerzo de con-
seguirlos. Me explico: En vez
de que la reforma busque evitar
sobrecostos en la financiación
de estos derechos, debe mejor
hacer todo el esfuerzo posible
por conseguir ese excedente
que desequilibra el presupues-
to. Por esta razón, para noso-
9 PARADOJA
Páselo... no lo bote
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
REPORTEROS
DESDE EL FUEGO
CRUZADO
César Leonardo Rojas
El periodista, escribiendo entre
el fuego cruzado con su ban-
dera sin colores y su grabado-
ra sin gatillo, se convierte en
el objetivo más vulnerable en
una esfera donde no existe el
Estado protector y donde in-
cluso pareciese este último su
verdugo.
Recientemente, en México,
dicha escena ha dejado de ser
una metáfora para convertirse
en el estandarte del miedo y la
intimidación por parte del nar-
cotráfico hacia los medios y las
personas que ejercen el oficio
informativo.
El Estado Mexicano ha dejado
de ejercer presencia en varios
sectores del territorio. Aspecto
PARADOJA
Páselo... no lo bote
que se evidencia en los testimo-
nios de los periodistas que aún
quedan vivos o en las estadísti-
cas que contabilizan los muer-
tos al ritmo de un minutero.
El dilema para el periodista,
entonces, es doble; por un lado,
es consciente de que la fuer-
za pública poco puede hacer
en una zona donde la presen-
cia del Estado se reduce a un
asunto simbólico; y por el otro,
él sabe que pedir apoyo a las
autoridades, en Estados donde
la policía ya está corrompida,
puede ser su condena.
Gerardo Albarrán de Alba, di-
rector de la revista electrónica
saladeprensa.org y reportero
de la revista mexicana Pro-
ceso, en un artículo titulado
“Corresponsales de Guerra”,
lo resume así: “Entre mayo
y junio pasé tres semanas en
Tamaulipas, en el noroeste de
México, estado con una gran
franja fronteriza con Esta-
10
dos Unidos. Allá, la guerra es
abierta; los gobiernos munici-
pales son rehenes, el gobier-
no estatal sólo administra el
desastre y el gobierno federal
apenas contempla.”
El periodista se halla entonces
en la penosa tarea de identifi-
car a sus enemigos y exigir a
ellos las explicaciones. “¿Qué
quieren de nosotros?”, fue la
pregunta que hicieron las di-
rectivas del informativo El
Diario a los distintos grupos
del narcotráfico de Ciudad Juá-
rez con motivo de las constan-
tes amenazas y asesinatos de
sus reporteros.
Y, como bien muestra la carta,
cuando no se reciben explica-
ciones, no queda espacio sino
para la denuncia y, a los analis-
tas, la interpretación. Ahora, ya
que no se recibe respuesta por
parte de los grupos del narco-
tráfico, valdría la pena volver
sobre la pregunta acerca de la
razón del exterminio.
Ahora, el otro dilema, el
de fondo, lo afronta
el periodista cuan-
do se da cuenta
de que no
puede re-
nunciar o
rendirse
a lo que
hace, en
definitiva,
tiene que se-
guir informando.
Bajo estas nuevas condi-
ciones, los medios deben re-
plantear todo su actuar: ¿qué
lenguaje utilizo? ¿Hasta dónde
indagar? ¿Cómo cuido a mis
reporteros?
Cristina Losada, periodis-
ta española y editora de he-
terodoxias.net, en el artículo
“Terrorismo y medios de co-
municación. El oxígeno de
la publicidad” publicado en
el número 33 de la revista La
Ilustración Liberal, habla del
uso de la palabra “terrorismo”
en los medios de comunica-
ción. Según ella: “En nombre
de la objetividad, una serie de
medios optan por denominar
rebeldes, insurgentes, resis-
tentes o guerrilleros a quienes
recurren al asesinato, el atenta-
do, el secuestro o la extorsión
con fines “políticos”.
Es decir, conscientes de la car-
ga negativa que porta el tér-
mino terrorismo, utilizan el
lenguaje que resulta más fa-
vorable para esos grupos. Así,
la imparcialidad que supuesta-
mente los animaba a prescindir
de palabras “emocionalmente
cargadas” y tocadas por la
subjetividad los conduce a ser
parciales... en favor de los te-
rroristas.”
Una búsqueda simple en los
distintos documentos que ha-
blan acerca de los atentados a
los periodistas y a la libertad
de expresión en México, deja
mucho que desear con respec-
to al tema al que apunta Lo-
sada. En el texto de Albarrán
de Alba, en saladeprensa.org,
se encuentra cuatro veces el
término “narcotráfico” y sólo
una expresión que habla de la
“hora del terror”; pero en nin-
gún momento se atreve a escri-
bir “terrorismo”.
Esto sucede en un texto don-
de el mismo Albarrán describe
cómo en Tamaulipas hay “ca-
sas y negocios quemados y sa-
queados; ataques relámpago a
instalaciones policiacas o casas
de seguridad; combates que du-
ran toda la noche y matanzas a
plena luz del día que no dejan
otra huella que muros y vehí-
culos acribillados, sangre en las
 ATREVIÉNDOSE
ATREVIÉNDOSE
aceras, porque las víctimas más
tardan en morir que en desapa-
recer sus cadáveres; amenazas
por doquier contra quienes no
se conforman a la primera;
secuestros, asaltos y cobro de
cuotas a quien se deje, y todos
se dejan para llegar a mañana
como se pueda.”
Lo que se observa es una ten-
dencia a renunciar al concepto
de “terrorismo”.

En un informe de Reportèrs
sans Frontières titulado “Méxi-
co. Los entresijos de la impuni-
dad. Escalada de la seguridad
pública y pesadez burocrática”,
no se usa en ningún momento
el término, tampoco lo usa un
informe de la Fundación para
la Libertad de Prensa donde
hablan acerca del exterminio
de los distintos directores del
diario Zeta. En general, los
artículos tienden a referirse al
“narcotráfico” o “crimen or-
ganizado”, pero la verdadera ción de Losada de no renunciar bia de los años 80, asunto que tráfico como grupos terroristas
pregunta debería ser, entonces, a utilizar este concepto? Al fin ha tenido fuerza en la opinión podría llamar la atención de la
¿qué tan justificada es la peti- y al cabo, los periodistas mexi- pública latinoamericana y del comunidad internacional, algo
canos no han dejado de hablar que, seamos sinceros, tienen que, por el momento, quiere
de sangre, extorsión, secues- gran responsabilidad los pe- evitar el presidente Calderón.
tro, amenazas y exterminación riodistas mexicanos. De modo Prudencia, en este caso, es
masiva. que, hablar o no de “terroris- evaluar las consecuencias de
mo” en estas circunstancias utilizar o no una palabra y, de
Lo anterior guarda relación podría ser determinante al me- paso, cuestionarse: ¿Necesita
con la forma como debe ser nos en la forma como se haría el periodismo de la autoriza-
abordado el problema. En la esta comparación y es un dis- ción oficial para utilizar deter-
carta abierta del periódico El curso que se desprende desde minado discurso?
Diario se menciona el tema de las políticas gubernamentales.
la comparación con la Colom- Señalar a las bandas del narco-

¿ESCRIBES CUENTOS, ENSAYOS, ARTÍCULOS DE OPINIÓN Y ADEMÁS ERES

ESTUDIANTE?

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ESCRÍBENOS A: periodico.paradoja@gmail.com
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11 PARADOJA
Páselo... no lo bote
 FICCIONES
FICCIONES

CELDA HUMANA
Juana Silva. Pontificia Universidad
Javeriana
-No me arrepiento de nada, no
me arrepiento de nada, no me
arrepiento…-
El eco se propagaba en la celda
como un taladro infernal. Hacía
ya tantos meses que no escu-
chaba otra voz más que la que le
regresaban las paredes y ya ha-
bía olvidado lo que era el sabor
de una cena caliente o el dulce
aroma de las tartas de chocolate
que siempre codiciaba al pasar
por la panadería cerca a su casa.
Todas esas vagas reminiscen-
cias eran para ella parte de un
pasado remoto, y una punzada
en el corazón no cesaba de re-
cordarle que probablemente su
situación no iba a favorecerla lo
suficiente como para volverla a
acercar a esas experiencias.
Definitivamente no había mar-
cha atrás; las decisiones ya ha-
bían sido tomadas y las causas
ya habían desembocado brusca-
mente en las consecuencias.
que le generaba no tenerla cerca
era algo que no podía soportar.
La oscuridad era total, no po-
día ni siquiera verse a sí mis-
ma y aún sin la seguridad de la
vista sentía que, de un modo u
otro, seguía con vida. Le hu-
biera encantado gritar y pedir
ayuda, pero su cuerpo cansado
solo tenía fuerzas para profe-
rir esporádicos murmullos que
normalmente se gastaban en
reafirmar su posición.
- No, yo no me arrepiento. Lo
hice por ella y lo volvería a
hacer… no entiendo cómo ni
por qué llegué hasta aquí, lo
único que necesito saber es si
ella se encuentra bien, si está
a salvo…-
La fe que la impulsaba a hablar
era un tanto incierta: Ya ni si-
quiera se esforzaba en recordar
las razones por las que estaba
recluida, pero algo en ella le
decía que, gracias a esa última
decisión radical que había to-
mado, el bienestar de su ado-
rada hija estaba a salvo. Era
ese recuerdo nebuloso lo que
le reafirmaba y le daba fuer-
zas para no ceder ante su de-
teriorado físico. Ella no se iba
a rendir, se negaba a morir y
no volver a ver a su niña nun-
ca más, iba a luchar para lograr
que sus anónimos carceleros
se compadecieran de ella y le
permitieran nuevamente ver la
luz. No, definitivamente no iba
a sucumbir.
A lo lejos se escuchaban los
ecos deformados de sus pala-
bras que, aprovechando la in-
mensidad de la oscuridad cir-
cundante, se apoderaban del
espacio volviéndose casi eter-
nos. Una vez más, el negro ab-
soluto presionaba cada una de
sus articulaciones, tentándola a
dejarse llevar por el dolor apre-
miante.
Sin embargo, ella seguía ahí,
preocupándose sólo por mante-
ner el ritmo estable de su respi-
ración, ya que era la única exi-
gencia que de momento podía
permitirse cumplir.
* * *
No muy lejos de allí, en una
sombría habitación de hospi-
tal, unos globos de helio deco-
raban como podían la camilla.
Ella dormía plácidamente, casi
sin percatarse de la aguja que
penetraba sus venas perforan-
do su belleza infantil y de las
puntadas que a duras penas
unían los dos pedazos de piel
enfrentados como enemigos.
La puerta se abrió con un chi-
rrido; ella separó discretamente
sus párpados, pero su inocente
picardía maquinaba ya su plan.
Se decidió entonces a cerrar
sus ojos y a escuchar al par de
hombres que se acercaban con
respeto y parsimonia, esperan-
do no perturbar esa pasividad
angelical.
-La niña se encuentra bien.
Aparte de las heridas no veo

- No me arrepiento de nada, no
me arrepiento…no…

Su voz se apagó lentamente

mientras sus lágrimas se encen-
dían una a una convirtiéndose
en un torrente que amenazaba
con ahogarla.

¿Cómo era posible que una mu-

jer como ella se encontrara en
una situación como esta? Ella
siempre había sido una persona
sencilla y respetuosa, su vida la
había dedicado al cuidado de su
esposo y de su hija, que era a
su tesoro más grande; por ella
habría sido capaz de vivir cien
veces el suplicio al que estaba
sometida; sin embargo, el dolor

PARADOJA 12
Páselo... no lo bote
 FICCIONES
FICCIONES
otra complicación que le impi-
da volver pronto a casa- dijo el
primero.
-¿Entonces la va a dar de alta,
doctor?- respondió con alegría
el segundo.
-Sí, es probable que en un par
de días todo esté listo-
El médico hizo una breve pau-
sa, comprendiendo la gravedad
de sus siguientes palabras. –
La madre, por el contrario, se
encuentra muy grave.-
Al escuchar esto, la niña se
sintió de pronto muy tensa;
tanto su padre como los mé-
dicos evitaban hablar de ella
en su presencia, lo cual hacía
que en la pequeña creciera la
preocupación a cada instante.
Intentó controlar la avalancha
de sentimientos que se le venía
LA FRÍA MAÑANA CAPITALINA
(UN CASICUENTO)
Ramiro E. Borja M.
Me duele un poco la barriga,
anoche me dió pereza comer
y de una fuí a matar la borra-
chera en la cama. Voy hasta
la cocina y me devuelvo con
mantequilla, pan, avena, leche,
chocolate instantáneo, varios
paquetes de papas y un choco-
rramo. Vuelvo a meterme en la
cama despreocupado por las
migajas de chocolate. Cojo el
portátil pequeño y me meto a
Facebook. Le pongo play a un
video que alguien me mandó,
parece ser una transmisión en
directo. Salen unos provincia-
nos hablando...
En la Universidad de Córdoba
el problema se plantea en tér-
minos del respeto al derecho a
encima; se esforzaba por man-
tenerse inmóvil porque quería
tener noticias de su madre, sa-
ber que ella se encontraba bien.
- Doctor, ella sigue luchando…
si no fuera por ella, mi hija no
estaría con vida…- La voz del
padre se quebró de pronto y
dos lágrimas densas atravesa-
ron sus mejillas sonrojadas.
El médico se compadeció del
hombre y lo ayudó a sentarse.
- Su mujer se ha ido recupe-
rando satisfactoriamente de to-
das sus heridas tanto internas
como externas, pero el estado
de coma es totalmente imprede-
cible, podría despertar en cual-
quier momento-
Cuando se apagó el sonido de
esas últimas palabras, la habi-
tación adoptó de pronto un aire
de tensión e incomodidad. La
la vida. La institución univer-
sitaria estuvo representada en
Ralito por un rector que ahora
es un burócrata de la cáma-
ra de comercio. El rector fue
amablemente conducido allí
en una camioneta de Salvatore
Mancuso.
Muchos empleados han tenido
que renunciar para proveer
empleo para cargos política-
mente asignados. Algunos han
sido asesinados en sus hoga-
res. Al parecer los partidos
políticos son también respon-
sables por una problemática
que viene desde hace tiempo y
que se ha articulado al poder
paramilitar local. Actualmente
las leyes de reparación no con-
13
respiración de la niña se ace-
leró sin remedio mientras que
todo su ser pedía a gritos más
información.
No estaba familiarizada con la
enfermedad de la que había ha-
blado el médico, pero le temía
a lo incierto y a lo incalculable.
Por su parte, el padre desde
su silla bajó la cabeza y, como
impulsado por una necesidad
más allá de su comprensión,
comenzó a desahogar toda la
carga emocional que llevaba a
cuestas:
- Esa tarde yo estaba en la ofici-
na, doctor. Ellas regresaban del
parque como todos los días…
el hombre que conducía iba
demasiado rápido y no… no
pudo… no pudo detenerse…
sólo le dio tiempo para alejarla
del peligro, arriesgando su pro-
pia vida… si tan solo…-
templan ningún tipo de políti-
ca frente a las universidades.
¿Cómo reparar la violencia
que se ha ejercido contra las
universidades? Tal es un pro-
blema que es público y actual.
Un representante estudiantil
elabora el tema de derechos
humanos, paramilitarismo y
parapolítica en la Universidad
de Sucre. En la parapolítica se
revelaron profundas relacio-
nes entre las élites regionales
y el paramilitarismo, parecen
haberse constituido mutua-
mente. Las masacres son parte
de la historia de Sucre y se han
cometido para ocultar fraudes
electorales.
PARADOJA
Páselo... no lo bote
Su voz se perdió de nuevo en-
tre las lágrimas, esta vez sin
esperanza de regresar. El mé-
dico conocía bien la historia y
decidió dejar al padre junto a
su hija.
Lentamente se retiró de la ha-
bitación y el sonido de la puer-
ta al cerrarse sacó al hombre de
su ensimismamiento. Al ver a
su pequeña dormida se obligó
a sí mismo a callar sus sollo-
zos y a forzar una sonrisa. Se
acercó suavemente a ella y con
dulzura le dijo:
-Todo va a estar bien, prin-
cesa. Tu madre es una mujer
muy valiente y se va a recu-
perar pronto. Estoy seguro de
que entre los sueños en los
que viaja, tú eres su fuerza, tú
siempre estás ahí, a su lado,
acompañándola.-
Desde aproximadamente el
año 1996, los paras participan
en esas y otras acciones más
pequeñas para ejercer control
electoral y de otros tipos. Va-
rios de los políticos sucreños
han participado como directi-
vos de la institución universi-
taria y han sido relacionados
con la parapolítica.
En algunas grabaciones apa-
recen estudiantes de la univer-
sidad junto con paramilitares.
En particular hay varios casos
en los últimos 8 años contra
los estudiantes: Que compren-
den la detención de un estu-
diante de biología, estudiantes
acusados de rebelión, amena-
 FICCIONES
FICCIONES
zas telefónicas, publicación de
nombres en panfletos que legi-
timan la violencia y mensajes
que incitan a la pasividad po-
lítica.
Habla luego una estudiante de
la Universidad Pedagógica.
Ha recibido llamadas que la
han conminado a quedarse ca-
llada por su pensamiento, des-
de que organizó foros políticos
al interior de su universidad.
Ha identificado algunos estu-
diantes que son partícipes de
la red de informantes uribista.
También ha sido amenazada
de muerte y habiéndolo denun-
ciado ante la fiscalía aún no se
ha movido el proceso. Señala
que hay más estudiantes que
no han denunciado por temor
a represalias.
Habla un estudiante señalado
de ser ideólogo de las FARC,
reclutador en la Universidad
de Pamplona y futuro líder
guerrillero.
Él ha usado capucha por pro-
tección, sin embargo aparece
con el rostro desnudo para
decirle a la gente de corbata
que se quite la máscara y deje
de ser indiferente. Señala que
aunque maten a dos o tres estu-
PARADOJA
Páselo... no lo bote
diantes, vendrán muchos más y
con convicciones políticas cla-
ras y fortalecidas, orientadas a
cambiar este sistema violento.
Habla un señor que presenció
un atentado en el aula máxima
de la Universidad del Atlántico
activado por agentes estatales.
La Fiscalía reveló que el ex-
plosivo solamente era emplea-
do por las fuerzas militares.
Murieron dos estudiantes y dos
sobrevivieron.
Los sobrevivientes fueron judi-
cializados y apresados durante
21 meses en la cárcel modelo
de Barranquilla, acusados de
rebelión. Exige una audiencia
pública ante el congreso.
Habla alguien en nombre de
MIGUEL ÁNGEL BELTRÁN,
estudiante de la UNAM. Las
autoridades mexicanas lo de-
tuvieron irregularmente y fue
expulsado en un vuelo comer-
cial dirigido a Colombia. Lue-
go fue capturado en un opera-
tivo masivo por autoridades
colombianas.
Ha sido acusado de ser ideó-
logo de las FARC junto con
quien habla. Medicina Legal
le otorgó doce días de incapa-
cidad por el maltrato recibido
14
y a pesar de ello fue forzado a
comparecer en extenuantes au-
diencias.
Durante el proceso no se le ha
permitido acceder a las eviden-
cias, no se han esclarecido cir-
cunstancias y se dispone única-
mente de fotocopias de informes
de policía judicial. Se argumen-
tan razones de ‘seguridad na-
cional’.
El proceso se basa en eviden-
cia ilegalmente obtenida en
una operación del ejército co-
lombiano violatoria de la so-
beranía ecuatoriana.
La validez de dicha evidencia
ha sido cuestionada en distin-
tas instancias de su cadena de
custodia. Puede ser una de las
primeras víctimas de la mal
llamada ‘farcpolítica’.
Al proceso se suman otras vio-
laciones de las garantías pe-
nales básicas.
Es extraño que hay videos que
muestran los seguimientos he-
chos a Miguel Ángel por la SI-
JIN directamente en territorio
mexicano.
A los testigos reiteradamente
se les ‘refresca’ la memoria
con las fotocopias-informes y
PARADOJA
Páselo... no lo bote
luego se anexan al expediente.
Los medios de comunicación
colombianos se han puesto en
su contra, asociándolo a un
alias de ‘Jaime Cienfuegos’.
El fiscal ha presentado algu-
nos documentos en word re-
saltados por él mismo como
evidencia.
Hay un representante de las
supuestas víctimas de Miguel
Ángel y ha hecho testificar per-
sonas que nunca lo han visto
para que testifiquen que él es
‘Jaime Cienfuegos’.
Hoy está acusado de rebelión
y concierto para delinquir con
fines de financiamiento para el
terrorismo.
Permanece preso al lado de
paramilitares y narcotrafican-
tes. Pide veeduría nacional
e internacional sobre Miguel
Ángel y resalta el temor que ha
suscitado su caso entre acadé-
micos críticos.
Uy qué mamera esos mamertos!
no dejan progresar, avanzar, salir
adelante... otra vez tengo sueño.
Cierro el portátil y lo pongo en la
mesita de noche. Corro un poco el
chocolate que hay en la almohada
y cierro los ojos.
MAMARRACHO
MAMARRACHO

15 PARADOJA
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