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TEMA 9: SUBLEVACIÓN MILITAR Y GUERRA CIVIL

(1936-1939)
INTRODUCCIÓN:
España en 1936, se encontraba dividida en dos bandos: las Derechas, partidarias
del viejo orden oligárquico, centralista, autoritario y católico; y las Izquierdas (pequeña
burguesía republicana y movimiento obrero), defensoras de un modelo político
democrático, descentralizado, laico y menos desigual en el aspecto socioeconómico.
El alzamiento de parte del ejército y de las derechas significó la reacción más
violenta de los viejos grupos dominantes de la Restauración, que veían en las reformas
impulsadas por el Gobierno Republicano de las izquierdas, un claro peligro de
revolución que acabaría con su concepción tradicional de España y con su posición de
privilegio y dominio social.
Su relativo fracaso, por la oposición de los defensores de la República, desembocó en la
Guerra Civil, la mayor tragedia de nuestra Historia reciente.
Los dos bandos en conflicto se identificaban con los modelos sociopolíticos
enfrentados, a escala internacional en esos años: democracia, fascismo y comunismo,
Por ello la opinión pública internacional y, sobre todo, los regímenes totalitarios
(Alemania, Italia o Rusia) se polarizaron en torno a ella, porque, para todos, se trataba
de un anticipo del conflicto que habría a escala mundial.
En nuestro país sus consecuencias se dejarían sentir durante largo tiempo: el
dolor, el sufrimiento, la muerte, el exilio, la inacabable dictadura militar, el hambre, la
represión, la falta de libertades, el aislamiento, el atraso…

1.- LA SUBLEVACIÓN MILITAR CONTRA LA REPÚBLICA

1.1. La Conspiración: preparada desde el triunfo del Frente Popular.


Los objetivos de los golpistas eran derrocar al Gobierno Republicano, suspender
las libertades y derechos constitucionales y establecer una Dictadura Militar que
impondría el orden y actuaría como freno a la previsible e inminente Revolución social
que desencadenaría el Frente Popular en el poder y que conduciría a España a la
disgregación, al laicismo y al comunismo.

1.2. El golpe militar:


Se pretendía un golpe militar rápido y violento para aterrorizar a los adversarios
y disuadirles de cualquier oposición. La rebelión militar debería producirse
simultáneamente en todas las comandancias y guarniciones militares adictas, para
ocupar el poder en todo el país. Sin duda, la clave del éxito final era dominar las
grandes ciudades, en especial Madrid y Barcelona, donde los conspiradores esperaban la
mayor resistencia a su alzamiento, dado el gran desarrollo de las fuerzas políticas y
sindicales de la izquierda.
El 17 de julio en el Marruecos español (Melilla, Tetuán, Ceuta) dio comienzo la
sublevación adueñándose los rebeldes del territorio. Al día siguiente, Franco se subleva
en Canarias y vuela a África para ponerse al frente de las tropas mejor organizadas y
experimentadas en combate del ejército español.
El gobierno de Casares Quiroga no concede demasiada importancia a la
sublevación y tarda en adoptar las medidas que quizás hubieran permitido controlar a
los rebeldes en algunos territorios. Así, ese mismo día, 18 de julio, la rebelión se
extiende por toda la península con desigual resultado. Casares Quiroga dimite. Durante
varios días los militares rebeldes apoyados por los civiles armados (falangistas,
monárquicos y requetés en Navarra), se enfrentaron al ejército leal, auxiliado y poco
después absorbido, por unas milicias obreras que, tras recibir armas del nuevo Gobierno
de Giral, fueron el principal baluarte para frenar, en algunas zonas, el golpe militar, que
no consiguió imponerse en todo el país, quedando dividido en dos zonas.

1.3. La división de España


a) La zona nacional: los sublevados se alzaron con el poder en :
- El Marruecos español y Canarias (Franco). Baleares (Goded), excepto Menorca.
- La mitad Norte y Noroeste: Galicia, León, Castilla, La Rioja, Álava, Navarra
(Mola), gran parte de Aragón: Zaragoza (Cabanellas)
- Norte de Extremadura: Cáceres
- Ciudades aisladas: Oviedo, en Asturias, y Sevilla (Queipo de Llano), Cádiz,
Algeciras, Córdoba y Granada, en Andalucía.
Esta zona era básicamente rural, a excepción de las 29 capitales; contaba con
unos 11 millones de habitantes y se encontraba dividida en dos áreas: norte y sur.
b) La zona republicana: los leales a la República controlan un
territorio con abundantes recursos mineros, agrícolas, industriales y financieros
y 14 millones de habitantes:
- La cornisa cantábrica: Asturias, excepto Oviedo. El País Vasco, excepto Álava,
donde el PNV mantuvo su fidelidad al Gobierno a cambio de aprobar su Estatuto de
Autonomía.
- Cataluña, donde la Guardia Civil permaneció fiel al Gobierno y colaboró con las
milicias anarquistas en la derrota de los sublevados. El general Goded que voló a
Barcelona para dirigir el operativo rebelde fue apresado y ejecutado.
- La parte oriental de Aragón, el Levante y Murcia.
- En Madrid, los militares sublevados (Fanjul) fueron derrotados en el asalto al
cuartel de la Montaña, lo que permitió controlar todo el territorio Castellano-
Manchego, a excepción del Alcázar de Toledo donde se refugiaron militares y
civiles partidarios de los rebeldes, dirigidos por el general Moscardó.
- Gran parte de Extremadura y Andalucía (salvo las ciudades ya señaladas).

2.- EL DESARROLLO DE LAS OPERACIONES MILITARES.


2.A.-EL AVANCE HACIA MADRID Y SU RESISTENCIA. Julio del 36 a
Marzo del 37
Dividida España en zonas, recursos y bases sociales, el gran problema de los
nacionales era trasladar el ejército de África a la península, hecho que se pudo hacer con
la ayuda de la aviación alemana, dándose el primer puente aéreo de la historia. A raíz de
ello el avance fue rápido por Andalucía Occidental y Badajoz; enlazando con las tropas
del norte dirigidas por Mola. La intención inicial de dirigirse a Madrid fue postergada y
Franco conquistó Toledo y el Alcázar, todo un símbolo. En esta fase dominó la guerra
de columnas.
El ataque a Madrid, a partir de noviembre del 36, se hizo tanto por el norte como
el sur, los militares republicanos, las milicias políticas y sindicales y las brigadas
internacionales, repelieron a los nacionales en la Ciudad Universitaria, el Jarama y
Guadalajara. A partir de estas dos batallas es cuando el ejército republicano se
profesionaliza y se militariza, integrando o disolviendo a las milicias populares.

2.B.- LAS GRANDES OFENSIVAS NACIONALISTAS. Norte, sur y este.


Mayo del 37 a Abril del 38
Tras el fracaso de la conquista de Madrid, Franco cambia de estrategia,
abandonando Madrid y llevándola a otros frentes. Conquista la cornisa cantábrica de
este a oeste; Guipúzcoa, Vizcaya (donde se produce el primer bombardeo aéreo de una
población civil: Guernica), Santander y Asturias.
Los republicanos intenta contrarrestar esta presión y logros militares
desencadenando batallas que logren la dispersión y distracción del ejército nacional, al
mismo tiempo que alivien a las zonas atacadas; son las batallas de Belchite y Brunete,
que no consiguen su objetivo. Conquistada la cornisa cantábrica, también caería Málaga
en poder de los nacionales.
En Diciembre del 37 los nacionales se dirigen al este, desencadenando la
campaña de Aragón, llegando a Vinaroz en Abril del 38, con lo que Franco había
dividido la zona republicana.

2.C.- LA BATALLA DEL EBRO Y EL FINAL DE LA GUERRA. Hasta el


1 de Abril de 1939
Ante esta situación desfavorable y con la esperanza de que las democracias
internacionales acudieran en apoyo de la República si se declaraba la Segunda Guerra
Mundial; para resistir y ganar tiempo; los republicanos deciden realizar una gran
ofensiva en el este; es la gran batalla de la Guerra Civil: la batalla del Ebro. En una
incursión rápida y por sorpresa, los republicanos lograron un gran avance de sus filas,
llegando hasta la otra orilla del Ebro desde Cataluña. En Octubre del 38 en la
conferencia de Munich las democracias europeas siguieron contemporizando con Hitler,
dejando abandonada a Checoslovaquia y a la República española. Franco contraatacó y
los republicanos tuvieron que volver a sus posiciones. Perdida la batalla del Ebro, el fin
de la guerra estaba próximo.
Franco decidió entonces emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña.
Primero entraba en Barcelona, conquistando toda Cataluña inmediatamente. En febrero
a la República le quedaba la zona Centro-Este; el triángulo que va desde Madrid-
Valencia-Almería. En Marzo, el presidente del gobierno republicano, Negrín, apoyado
por los comunistas sigue siendo partidario de resistir, con la intención de unir la guerra
civil con la próxima mundial; el general Casado, con el apoyo de Besteiro y la UGT,
dan un golpe de estado y crean una Junta de Defensa con la intención de negociar el fin
de la guerra con Franco (la guerra había empezado con un golpe de estado y terminó
con otro). Este sólo acepta la rendición y el 28 de Marzo, las tropas de los nacionales
entran en Madrid, después en Almería. El 1 de Abril Franco firmó el último parte de
guerra: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las
tropas nacionales sus últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha
terminado".

3- LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA


a) Demográficas: una importante disminución de la población española,
aproximadamente un millón de personas entre los que murieron (fallecidos en combate,
represaliados por ambos bandos y por las penalidades de la guerra, como el hambre) o
se exiliaron (abandonaron el país huyendo del conflicto o de la posible represión de la
que pudieran ser víctimas. La mayoría fueron a Francia, México, Argentina y la URSS)
b) Económicas: las pérdidas económicas afectaron a todos los sectores
productivos; la destrucción de ciudades e infraestructuras viarias afectó al transporte y
las comunicaciones; el país se empobreció por los gastos de la contienda y la pérdida de
reservas de oro del Banco de España.
c) Políticas: la principal consecuencia fue la implantación de una dictadura
militar que se prolongaría durante 40 años, con la inherente pérdida de derechos y
libertades para los ciudadanos, y en especial para los que fueron represaliados:
encarcelados, ejecutados, marginados o vivieron escondidos.
d) Culturales: empobrecimiento cultural y científico. La extraordinaria
generación de científicos, intelectuales, artistas y literatos desapareció de la escena
española. La censura aplicada por el régimen mantuvo al país aislado durante mucho
tiempo.

4.- DIMENSIÓN INTERNACIONAL DE LA GUERRA


La Guerra Civil fue uno de los asuntos que más conmovió y dividió a la opinión
pública internacional y sobre la que los diferentes Estados tomaron una postura definida
que influiría de un modo destacado en el desarrollo del conflicto.
* La opinión internacional: la opinión progresista se posicionó a favor de la
República española; por el contrario los conservadores no veían con malos ojos una
sublevación contra el comunismo, coincidiendo con las opiniones de la extrema
derecha.
*Las posiciones políticas gubernamentales: desde el primer momento ambos
bandos recurrieron al exterior en busca de ayuda militar, económica y política.
Franco la solicitó de Alemania e Italia, por cuyos regímenes anticomunistas sentía gran
afinidad. El Gobierno republicano lo hizo de Francia, gobernada, en esos momentos
también, por un Frente Popular. Más adelante concertaría con la URSS el suministro de
armamento.
La fuerte tensión internacional desaconsejaba la intervención directa de
cualquier potencia en la guerra, pues podría desencadenar un conflicto generalizado en
el continente. Gran Bretaña fue la principal impulsora de la No-Intervención, para no
provocar a Hitler. Por ello presionó a Francia para que adoptase esa misma actitud
(Francia se plegó a la presión británica) y propició en el seno de la Sociedad de
Naciones la creación de un Comité de No-Intervención que habría de evitar que los
bandos en conflicto recibiesen ayuda internacional. Como veremos, el Comité no
consiguió su objetivo.
*La intervención extranjera: estas decisiones políticas provocaron una
intervención extranjera desigual y decisiva tanto para la prolongación del conflicto,
como para su desenlace final.
a) A favor del Bando Franquista: las potencias fascistas enviaron unidades
militares y armamento cuyo pago se efectuaría mediante créditos concedidos por estos
propios países. Esta intervención fue cualitativa y cuantitativamente la más decisiva:
- Alemania: unidad aérea Legión Cóndor (participó en el bombardeo de
Guernica) y barcos de la Armada alemana (participó en la ocupación de Málaga y
bombardeo de los refugiados republicanos que huían)
-Italia: ayudó a Franco en la operación Paso del Estrecho con aviación y ayuda
naval. También contribuyó con tropas (Cuerpo de Tropas Voluntarias) y envío de
armamento.
b) A favor del bando Republicano: La República tuvo enormes dificultades
para adquirir suministros militares por el impedimento oficial y el cierre de fronteras
practicado por Francia y hubo de emplear las reservas de divisas y de oro del Banco de
España para pagar a los proveedores, fundamentalmente la URSS, que colaboraron en la
preparación en la preparación de las unidades y en la táctica militar.
También envió agentes políticos, cuya labor consistió en apoyar al PCE para
incrementar su influencia política y militar, asi como debilitar a sus adversarios dentro
de las filas del propio Frente Popular (POUM, anarquistas, socialistas).
La intervención más significativa de combatientes extranjeros a favor de la
República fue la de las Brigadas Internacionales: voluntarios de diferentes países
movilizados por el KOMINTERN (Internacional comunista, dirigida desde la URSS)
que llegaron a los 50.000 efectivos. Participaron en la defensa de Madrid y en otros
frentes. En plena batalla del Ebro, el Gobierno republicano propuso la retirada de todas
las fuerzas extranjeras combatientes y, a consecuencia, las Brigadas internacionales
abandonaron España.

5.- LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE AMBAS ZONAS:


Desde el comienzo de la Guerra, el sistema de gobierno se organizó de un modo
diferente, en cada una de las zonas en que se dividió España. Así, en la zona
“nacional”, el Ejército asumió todo el poder, suprimiendo las instituciones republicanas
democráticas y estableciendo una dictadura militar de corte fascista, bajo el mando del
general Francisco Franco que, apoyado en los lentos, pero inexorables triunfos bélicos,
irá fortaleciendo la unidad y concentración del poder en sus manos, ejerciendo un poder
personal, con escasas discrepancias.
Sin embargo en el bando republicano, las autoridades del gobierno intentaron
mantener el funcionamiento de las instituciones democráticas, pero muy pronto serían
sustituidas de hecho, por el poder real de innumerables “comités” obreros, que han
frenado el golpe militar en una parte del país, y que se disponen a desencadenar la
“revolución social” .
Además los enfrentamientos internos, derivados de las diferentes concepciones e
intereses políticos, desembocaron en un clima de desunión, que llegó incluso al
enfrentamiento armado entre ellos. Así, la situación de caos organizativo, la falta de un
poder con plena capacidad política y el constante retroceso en los frentes de la guerra,
deterioraron y hundieron al gobierno y a la República.

5.1.- Zona Republicana


Dimitido Casares Quiroga el mismo día del Alzamiento en la península, Azaña
encargó al republicano D. Martinez Barrio formar gobierno y negociar con los
insurgentes el fin de la sublevación. Al no conseguirlo y no decidirse a entregar armas
al pueblo para frenar el golpe dimitió al día siguiente.
5.1.1.- Gobierno José Giral: Otro republicano sería desde el 19 de julio, el jefe
de un Gobierno exclusivamente republicanos que, ante la falta de un ejército suficiente
para oponerse a los sublevados, decidió entregar armas al pueblo, articulado en torno a
las milicias de sindicatos y partidos políticos, disolviendo posteriormente el ejército
regular.
Más adelante pretendió crear un nuevo ejército a partir de batallones de
voluntarios y de milicias, pero el derrumbe del Estado lo impidió.
En el verano de 1936 se desencadenaron en la zona republicana dos procesos
revolucionarios: uno de carácter político, el otro de carácter económico y social.
La revolución política: La movilización popular que siguió al golpe de Militar
hizo surgir por toda la zona republicana “Comites”, etc, que asumieron el poder político
real, ante el derrumbe de las instituciones del gobierno republicano. En ellos asumieron
el protagonismo las fuerzas políticas y sindicales de la izquierda: socialistas, anarquistas
y comunistas. (Ej. El Comité Central de Milicias Antifascistas, organizado en
Barcelona, dominado por los anarquistas y verdadero poder paralelo).
En estos primeros meses de caos de la zona republicana se desató el “Terror
rojo”: En defensa de la República, esgrimiendo el “antifascismo” y dominados por un
anticlericalismo feroz, miles de sospechosos de colaboracionismo con los golpistas y de
religiosos, fueron encarcelados y asesinados sin procesamiento, ni juicio alguno (“los
paseos”, “las Checas”). Iglesias y conventos fueron saqueados e incendiados.
Posteriormente los gobiernos intentaron recuperar la dirección política y el
funcionamiento de las instituciones fundamentales de la República, aunque muy
mediatizadas por la situación bélica. La pluralidad política se manifestaba en las
diferentes medidas económicas y militares propuestas para afrontar el conflicto. Para
unos (republicanos, socialistas y comunistas) lo prioritario era fortalecer el Estado para
ganar la guerra; para otros (anarquistas y trotskistas) sólo la revolución permitía vencer
al fascismo. Estas diferencias provocaron dos cambios de Gobierno y se tradujeron en
fortísimas tensiones internas dentro del bando republicano, que estallaron en forma de
insurrecciones, durísimos combates callejeros (Barcelona, Mayo/37), e incluso un golpe
de Estado (Casado contra Negrin en Madrid, Marzo/39).
La revolución económica y social: Desde el primer momento la CNT-FAI y la
UGT, iniciaron una revolución colectivista, que pretendía acabar con la propiedad
privada, tanto en el campo como en la industria y los servicios, y sustituirla por
explotaciones comunales o empresas gestionadas por sindicatos en nombre de los
trabajadores.
En muchos lugares de Aragón, Valencia, La Mancha y Andalucía se arrebataron
las tierras a sus propietarios, especialmente las de los acusados de simpatizar con la
sublevación y se colectivizaron, organizadas por sindicatos. Así mismo muchas
empresas industriales o de servicios fueron nacionalizadas o colectivizadas, tales como
transportes, abastecimiento de alimentos, etc. Este proceso revolucionario tuvo especial
incidencia en Cataluña, por la fuerza de la CNT-FAI, que forzó un decreto de la
Generalitat en el que se establecía la colectivización en la industria y en las empresas de
servicios, donde los trabajadores desempeñarían las funciones organizativas, sólo se
mantendría la propiedad privada de las pequeñas empresas.
Las viviendas de los acusados de colaboración con la sublevación también
fueron requisadas, siendo destinadas a usos individuales de las nuevas autoridades, a
usos comunales para personas sin hogar u otros servicios públicos, etc, incluso muchas
familias de las zonas próximas al frente hubieron de albergar en sus casas a los
milicianos destinados en ese sector del conflicto.
Esta revolución económica y social se mantendría durante toda la guerra en las
zonas controladas por los sindicatos, que insistían en llevarla adelante sin esperar al
final de la guerra , como se pedía desde los partidos republicanos y de izquierda: PSOE
y PCE, que se oponían a estas medidas, especialmente este último que reclamaba la
necesidad de que el gobierno republicano controlase al producción y organizase una
economía de guerra, excluyendo a los comités obreros que dirigían cada empresa,
dejando los “experimentos” colectivizadores para otro momento.
5.1.2.- El Gobierno de Largo Caballero. (Septiembre/36-Mayo37)
A principios de septiembre, Azaña, ante el avance militar de los sublevados y el
caos político reinante, que mostraban el fracaso republicano Giral, llamó a formar
Gobierno a Francisco Largo Caballero, Secretario General de la UGT y líder de la
izquierda del PSOE, quien en ese momento parecía ser el único capaz de aunar a todas
las fuerzas políticas y sindicales del Frente Popular para defender la República.
El nuevo Gobierno incluía a republicanos, socialistas, nacionalistas y por
primera vez comunistas. Dos mese después se incorporarían, en un hecho excepcional,
cuatro ministros anarquistas, entre ellos Federica Montseny, responsables de Sanidad, la
primera mujer en ocupar un ministerio en España.
En esos días el Gobierno se trasladó a Valencia ante la amenaza militar de los
sublevados sobre Madrid, dejándose la dirección de la resistencia de la capital en
manos de una Junta de Defensa, dirigida por el General Miaja.
El nuevo Gobierno emprendió importantes reformas políticas y militares:
- Impulsó la creación de una “Gran Alianza Antifascista”, suprimió Juntas y
Comités, y para recuperar el poder del Estado, nombró autoridades en los consejos
Regionales.
- Militarizó las milicias y creó las Brigadas Mixtas, base del que pretendía nuevo
ejército popular con lo que afrontar con más éxito el desarrollo de la guerra.
- Creo los tribunales populares de justicia para controlar el “terror rojo”.
- Impulso la aprobación del Estatuto de Autonomía del País Vasco, que eligió a su
primer Lehendakari, José Antonio Aguirre.
Sin embargo la situación se fue complicando por sus disputas con los
comunistas, a causa de la estrategia militar y con los anarquistas por su negativa a
integrar sus milicias en el ejército regular y su insistencia en la revolución colectivista.
El Gobierno entraría en crisis cuando las discrepancias entre comunistas y
anarquistas sobre la guerra u la revolución desembocaron en un enfrentamiento armado,
en los sucesos de mayo del 37 en Barcelona. El conflicto derivó en una lucha abierta por
el poder en Cataluña. De un lado la Genaralitat, apoyada por los republicanos y el
PSUC (unión del PSOE y el PCE en Cataluña), y de otro el Comité de Milicias
Antifascistas controlado por anarquistas y milicianos del POUM, cuyo líder A. Nin fue
asesinado, igual que otros líderes sindicales, por agentes soviéticos.
Tras los combates, la Genaralitat reforzó su poder, el POUM fue disuelto los
anarquistas quedan debilitados, mientras que salieron fortalecidos los comunistas, que
controlaban la ayuda enviada por la URSS y tenían una gran influencia sobre las
Brigadas Internacionales y el propio Ejército Popular, muchos de cuyos mandos y
comisarios políticos eran sus afiliados.

5.1.3. El Gobierno de Negrin. (Mayo/37-Marzo/39)


El nuevo gobierno, dirigido por el socialista Juan Negrin, estaría formado sólo
por partidos políticos, con fuerte presencia comunista. Los sindicalistas fueron
excluidos. El socialista I. Prieto, desde la cartera de Defensa, centralizó la dirección
militar creando un estado Mayor del Ejército, a cuyo frente situó al coronel Vicente
Rojo, fortaleciendo el Ejército popular y la resistencia, aunque no pudo evitar la caída
del frente Norte.
El Gobierno adoptó medidas para asegurar los difíciles abastecimientos y la
producción necesaria para mantener el esfuerzo bélico. También se buscó el
mantenimiento de la ayuda exterior en armas para defender al Gobierno legítimo y
constitucional, a la vez que se denunciaba la participación de fuerzas extranjeras,
enviadas por las potencias fascistas ayuda a los sublevados.
Partidario de resistir militarmente hasta el final, intentó negociar con Franco con
mediación internacional. Para ello propuso “trece puntos”, cuyos objetivos eran la Paz y
el mantenimiento de la República y la Democracia en España. Esta oferta fue rechazada.
Trasladó el gobierno a Barcelona intentando desde allí recuperar cierta iniciativa
militar, pero las derrotas continuaron a lo largo del 38 y Prieto fue cesado.
Las dificultades en la zona republicana eran extremas, sobre todo tras el fracaso
en la Batalla del Ebro y cuando las esperanzas en la ayuda internacional se
desvanecieron definitivamente tras la Conferencia de Munich, en la que las democracias
francesas y británicas sucumbieron ante las agresiones de Hitler, abandonado
completamente a la República española. En estas circunstancias algunos plantearon una
salida negociada próxima a la rendición honrosa. Negrin y los comunistas de negaron en
rotundo, lanzándose a la consigna de una resistencia a ultranza, que permitiera continuar
hasta que se declarar en Europa el presumible e inevitable conflicto entre las
democracias y los Estados fascistas, momento en el que la suerte de la República
cambiará.
5.1.4. El Consejo Nacional de Defensa. (Marzo/39)
Quienes no aceptaban esta estrategia política, sobre todo tras la caída de
Cataluña y el posterior reconocimiento del Gobierno de Franco por Gran Bretaña y
Francia, dieron un golpe de fuerza contra Negrin las fuerzas comunistas que aún lo
apoyaban. El Coronel Casado, el viejo socialista Besteiro, el anarquista Cipriano Mera,
…. Formaron el Consejo Nacional de defensa, cuya jefatura ofrecieron al general Miaja,
que no aceptó, buscaron una rendición negociada que Franco rechazo. La orden de no
continuar en la defensa de Madrid precipitó el final de la contienda.

5.2.- La Zona “Nacional”


La iniciativa militar de la sublevación y la falta de un proyecto político común
entre los rebeldes, concedió todo el protagonismo al Ejército, que fue el encargado de
organizar, en la “Zona Nacional”, el Nuevo Estado que surgía de la guerra.
Desde muy pronto tendió a concentrar todos los poderes. La figura elegida para
ello fue el general Franco, jefe del ejército de África.
Sin embargo no eran esos los planes de la conspiración, que habían previsto la
Jefatura del Alzamiento para el General Sanjurjo, exiliado en Lisboa; pero un accidente
aéreo cuando disponía a volar a España para asumir el mando de la insurrección
(20/julio/36) dejó el poder rebelde en manos de un puñado de generales, sin un claro
jefe.
5.2.1 La Junta de Defensa Nacional. Una semana después de iniciado el Golpe,
los militares sublevados formaron en Burgos un órgano de dirección del Estado, la
Junta de Defensa Nacional, presidida por el general Cabanellas, el más antiguo.
No tenía jurisdicción en los asuntos militares, siendo sus funciones de carácter
gubernativo. Así muy pronto adoptó las primeras medidas:
*Proclamó el estado de Guerra en todo el territorio nacional, por lo que
desde ese momento todos los aspectos de la vida pública quedaban sujetos a la Ley
Marcial.
- Casi todos los delitos se juzgarían en tribunales militares.
- Las autoridades civiles fueron sustituidas por gobernadores militares.
-Los jefes de las Unidades militares tendrían amplio poder.
-Quedaron prohibidas las reuniones.
- Se aplicó una férrea censura de prensa.
* Se restableció la bandera Roja y Gualda como señal nacional.
*Se disolvieron y prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos
ligados al Frente Popular, cuyos bienes fueron incautados. Incluso los adictos al
gople también surgieron limitaciones (Gil Robles hubo de marcharse de España).
Falange y Requetés, por su carácter de milicia, pudieron mantener sus actividades,
pero sometidos al mando militar.
*Se decreto la anulación de la Reforma agraria, restituyéndose las tierras
expropiadas a sus antiguos dueños.
5.2.2 Francisco Franco, Jefe del Gobierno y Generalísimo de los
ejércitos.
Después de dos meses de guerra, los militares sublevados decidieron elegir
un jefe supremo de lo que llamaban “Alzamiento Nacional”. Franco era un buen
aspirante por su éxito en el Estrecho, su rápido avance hacia Madrid, a cuyas puertas
se encontraba y ser la figura de los rebeldes más conocida en el extranjero. Así el 30
de septiembre, con escasa oposición, Franco fue elegido “Jefe del Gobierno del
Estado Español” y Generalísimo de los ejércitos españoles.
Al día siguiente la Junta de Defensa Nacional desapareció y franco creó una
Junta Técnica del Estado, compuesta mayoritariamente por militares para asesorarle.
De este modo se concentraban todos los poderes políticos militares en su persona.
En los meses siguientes Franco consolidaría esta posición dominante pese a
su fracaso en el ataque sobre Madrid, al ser respaldado por las potencias fascistas y
como no, por la desaparición de algunas figuras políticas y militares que podían
haber representado una cierta alternativa a su excesivo poder. Éstas fueron el líder
de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, ejecutado por los republicanos en
Alicante (noviembre/36) y el General Mola, muerto en accidente aéreo (junio/37).
El Partido Único: El Decreto de Unificación. Abril 1937.
La proclamación de la guerra obliga a la Dictadura Militar de Franco a
iniciar un proceso de institucionalización del Nuevo Estado.
Franco, desde un principio, mostro su intención de conformar un Régimen de
poder personal, cuya columna vertebral fuese el ejército, y donde las opiniones
políticas desapareciesen. Así en diciembre/36 ya militarizó y controló, por lo tanto,
las milicias falangistas y requetés.
Meses más tarde (19/abril/37) y ante la necesidad de organizar el nuevo
poder político, Franco, inspirándose en los modelos fascistas de Estado de partido
único, decretó la Unificación de falangistas y carlistas en un único partido Falange
Española Tradicionalista de las JONS, cuya indumentaria (camisa azul-
falangistas y boina roja –carlistas), saludo (brazo en alto con palma de la mano
extendida hacia el frente) y absoluta jerarquización, recordaba al partido fascista
italiano. En él quedarían encuadradas todas las actividades políticas de los adictos al
nuevo Régimen. Cualquier otra organización o partido político quedaba disuelto. Se
produjeron algunas protestas que se resolvieron con algunas detenciones, condenas
y destierros de los dirigentes reacios a la unificación (Manuel Hedilla, falangista).
La Jefatura quedaba ligada de manera vitalicia al “Generalísimo” y se
establecía un Junta Política y un Consejo Nacional como órganos consultivos del
partido, cuyos miembros serían nombrados por el propio Franco, que ostentaría así
la Jefatura del Partido, del Ejército y del Estado, siendo aclamado por sus seguidores
como Caudillo de España.
No se definía la forma de Estado, ni se le cerraba la puerta a una futura
“instauración” monárquica. Se trataba de un gesto ambiguo, destinado a conformar a
los distintos grupos monárquicos, sin desencantar a los falangistas.
5.2.3 La Iglesia y el Nuevo Estado.
La Iglesia, que no había participado en la conspiración, se alineó claramente
desde el primer momento, excepto el clero vasco y algún obispo catalán, con el
bando franquista, reacción lógica pues desde inicio del conflicto, la Iglesia y los
clérigos habían sido objeto de una durísima represión por parte de las milicias
republicanas.
La mayoría de los Obispos suscribieron una pastoral (julio/37) dirigida al
mundo católico, elaborada por el Primado de España Cardenal Gomá, que apoyaba
el Alzamiento y justificaba la guerra por motivo religioso.
Desde el principio el Nuevo Estado se revistió de signos católicos y se
declaró confesional, suprimiendo toda la legislación republicana que perjudicaba los
intereses eclesiásticos. La Iglesia recuperaba así todo su protagonismo anterior a la
República en la educación y en las manifestaciones de la vida civil o militar.
Se produjo una identificación entre el Nuevo Estado y la Iglesia, que dio
lugar a la aparición del término Nacional-catolicismo, en clara imitación al
Nacional-socialismo alemán.
5.2.4. El primer Gobierno de Franco.
En enero de 1938 se reforzó el poder absoluto de Franco en el Nuevo Estado.
Se promulgó la Ley de la Administración Central del Estado, que concentraba
todas las jefaturas en Franco y le concedía plenos poderes legislativos, ejecutivos y
judiciales. Los ministros y demás miembros de la administración del Estado habrían
de jurar fidelidad al Caudillo.
Días más tarde desapareció la Junta técnica y se constituyó el primer
gobierno del Nuevo Estado. Su composición: militares, falangistas y monárquicos
conservadores, reflejaba el abanico ideológico de los que habían apoyado la
sublevación.
Desarrollaron una intensa labor legislativa configurando un Estado totalitario
fascista:
- Fuero del Trabajo. Inspirado en la carta del lavoro un fascista, regulaba
las relaciones laborales bajo la tutela del Estado y recogía principios de la Doctrina
social de la Iglesia y la Falange. Creaba un estado corporativo y aplicaba un
sindicalismo vertical donde se integraban patronos y trabajadores (“productores”).
Quedaba suprimida la huelga y las reivindicaciones colectivas. La Magistratura de
Trabajo sería la nueva institución encargada de arbitrar los conflictos.
- Se promulgó una ley de prensa muy restrictiva, por lo que el gobierno
controlaba los medios de comunicación.
- Se puso fin a la secularización iniciada por la República. Así se suprimió
el matrimonio civil y el divorcio. Se permitió el restablecimiento de la Compañía de
Jesús.
- Se restableció el derecho de la Iglesia a participar en la docencia y se
recuperó la tradición de la enseñanza de la Religión católica y de las prácticas cristianas
en los centros educativos y en el ejército. También se formalizó una retribución a los
sacerdotes y jerarquías eclesiásticas. La Iglesia quedó exenta de pagar impuestos.
- Se organizó el Auxilio Social organismo encargado de prestar servicios
sociales a los más necesitados.
- En febrero del 39, días antes de finalizar la contienda, se aprobó la Ley
de Responsabilidades políticas, que declaraba “rebeldes” a cuantos se hubieran
opuesto al glorioso Alzamiento Nacional y apoyado, por acción u omisión, a la
“sublevación roja”. Se creaban tribunales mixtos integrados por militares, jueces y
falangistas, encargados de juzgar a todos los acusados de “rebeldía” o “apoyo a los
rojos”. Esta ley fue el instrumento de represión de posguerra.
- Ley de Depuración de Funcionarios para expulsar de la administración
a quienes no consideran “adictos” al nuevo régimen.

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