Professional Documents
Culture Documents
AIRES
En la Argentina
maleta
de vuelta
U
es capaz de llevar
NA Y MIL CIUDADES un paseador
profesional de
mascotas?
Los más conocidos aquí en España son Fito Páez, Ariel Rot
o Andy Chango, pero sólo con ver los carteles pegados en farolas y
bares uno se hace idea de la legión de músicos rockeros que tocan
en la ciudad. Y casi todos ellos con un no sé qué identificativo de lo
argentino. Seguramente se trate de ese aire de fusión musical y unas
letras sin complejos que siempre cuentan algo. De todos ellos, el
máximo representante es el señor de la silueta, un tal Andrés
Calamaro, todo un personaje, con sus muchas sombras y con unas
luces deslumbrantes.
S ÍMBOLOS Y
MONUMENTOS
Voy a intentar recordar las sensaciones que 1500 entre 52 semanas. Todos
esos años llevaba este movimiento
tuve al estar ahí, el jueves 1500 que se juntaban las social llorando, denunciando,
Madres de Plaza de Mayo para recordar en público sacando los colores a la clase
a sus desaparecidos, para volver a preguntar una política argentina.
vez más dónde están sus familiares y la justicia.
TANGUEROS Y
El tercer tópico sería el psicoanálisis.
Pero a mí me resulta menos atractivo. En
cambio, fútbol y tango alían la estética y la
pasión de tal modo que se convierten en
FUTBOLEROS espectáculo para todo el mundo, hasta para
quién no es forofo del balón ni un bailarín
consumado. Aún más, para los argentinos,
dejan de ser espectáculo para transformarse
en hechos sociales.
¿Qué decir del tango? Saber bailarlo, pocos, pero todos sabemos de qué va, conocemos su alto
contenido erótico, sus orígenes de barrio bajo, sus poses, ¿quién no ha escuchado a Carlos Gardel? En
fin, uno de los bailes más internacionalizados pero profundamente argentino. Letras tristes, ritmos
rotundos de bandoneón y cuerpos que se agarran, se rozan y se entrelazan con vigor. Para ellos es algo
más que la danza, es todo un ritual con una filosofía de vida tras él.
Posiblemente, poco tengan que ver con esa filosofía las numerosas parejas que aprovechan los
rincones más turísticos para marcarse unos tangos sugerentes y habilidosos. Sin embargo, el turista está
esperando eso, el tópico y echar unas monedas en su gorro de fieltro.
También en calles y parques podemos ver fútbol, chavales con las camisetas de River, Boca,
Independiente, o de cualquiera de los numerosos equipos que tiene la metrópoli en la primera división
argentina. Estos críos están jugando, divirtiéndose, y alguno tal vez no sólo saque unas monedas gracias
a la pelota, sino que ganará millones y millones al otro lado del charco y se convertirá en semidios (Dios
sólo hay uno y lleva el 10), como les pasa a la infinidad de futbolistas argentinos que pasan de los
descampados, a los estadios locales y de ahí, casi adolescentes, a Europa adonde llegan como estrellas
que lucen el desparpajo y la mala leche que aporta la necesidad.
En esta página:
Dos parejas bailando tango para
ganarse unas monedas en las
calles de Buenos Aires.
Seguramente en el aparato de
música suena Gardel, icono
argentino pero quién sabe si
nacido en Uruguay. Esto mismo
dicho allá, a la cara de un
porteño de pro, puede
convertirse en un serio
problema.
En la página siguiente:
Dos templos. No hay que olvidar
que si el tango más que un baile
es una filosofía, el fútbol no es un
deporte es una religión.
Por un lado, uno de los murales
que decoran el exterior del
estadio de la Bombonera, cancha
de Boca. Por otro, la calle, el
asfalto donde con porterías
improvisadas se han formado
algunos de los más grandes
futbolistas de Argentina, o lo que
es lo mismo, de la historia
del fútbol mundial.
Llévate:
- Buenos Aires de Lonely Planet
LA
HABANA
Cuba