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DOC Nº 1: EVALUACIÓN EDUCACIONAL Y SU EVOLUCION

Prof. Gladys Contreras Sanzana

INTRODUCCIÓN

En esta hora precisa, del desarrollo del mundo con un alto nivel del progreso científico y
tecnológico, el docente, cualquiera sea su especialidad, debe estar preparado para enfrentar el
proceso instruccional y formativo de las personas con quienes interviene en su quehacer
pedagógico. Para esto requiere un manejo satisfactorio de metodologías de enseñanza,
conocimiento de los programas de estudio, de la planificación curricular y conocer sobre los
procedimientos para la evaluación de los aprendizajes, entre otros. Es decir, asumir la labor
educativa en forma científica y en directa relación con las metas u objetivos del complejo e
interesante proceso de enseñanza - aprendizaje.

En la acción educativa, resulta imposible ignorar que el centro de tal hacer es la persona, la cual
presenta múltiples capacidades, intereses, valores, aspiraciones, limitaciones, etc. tal persona,
durante cualquier proceso educativo, sobre todo de tipo profesional, demanda al docente un apoyo
técnico adecuado y un control de su nivel de logro en forma oportuna, de lo cual depende, en gran
medida su éxito o fracaso educacional.

La función educativa y evaluativa (provocar y comprobar los cambios cognoscitivos, afectivos y


psicomotores deseados), no resulta fácil, ya que implica una sutil red de implicancias psicológicas,
sociales y éticas que exigen al docente una adecuada preparación para actuar con responsabilidad e
idoneidad.

Respecto a la evaluación, está juega un rol cada vez más trascendental en la decisiones
educacionales que deben tomarse en diferentes sectores: los docentes, los rectores o directores, los
consejos de profesores y de departamentos, secciones o áreas, las comisiones de exámenes, etc. y
así, de podría continuar hasta los más altos niveles de responsabilidad.

Centrándonos en el profesor, cuando requiere tomar decisiones, por ejemplo: con respecto a los
logros de los alumnos, la utilidad de un método de enseñanza, la conducta e interés de participación
en las clases, pertinencia de los programas de estudio, etc., debe tener a su mano la mayor cantidad
de información posible. Para obtener esta información se requiere de instrumentos evaluativos
objetivos válidos y confiables, preparados por el mismo profesor o por otros especialistas. Tanto la
elaboración de los instrumentos evaluativos como la posterior interpretación de la información,
implica para el profesor conocer los fundamentos básicos de la evaluación educacional, es decir,
reconocer las bases de lo que se trata de hacer, los por qué, con un mínimo de comprensión de la
teoría y suposiciones que subyacen el proceso de evaluación.

A continuación, se presenta un intento de análisis sobre las acepciones de evaluación, sus


características, principios, sus roles y procedimientos de evaluación, esperando sean una guía que
favorezca la discusión y el trabajo concreto de construcción de instrumentos de evaluación
educacional.
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II.- OBJETIVOS EDUCACIONALES Y EVALUACIÓN

La preocupación directa de todo profesor es guiar y juzgar el progreso del educando y, para
ellos debe considerar un primer y último término los objetivos del programa de enseñanza
de asignatura.

Si se tratara de detallar todos los objetivos educacionales, sería poco práctico, dado la
diversidad de ellos, según la asignatura o programa de que se trate. Afortunadamente,
contamos con la Taxonomía de objetivos educacionales de Benjamín Bloom; que clasifica
los objetivos educacionales en tres amplios dominios:

1.- Objetivos Cognitivos: relacionados con la adquisición del conocimiento y el


desarrollo intelectual. Se subdividen de menor a mayor complejidad en, nivel de
conocimiento, comprensión, aplicación análisis, síntesis y evaluación.

2.- Objetivos afectivos: relacionados con las modificaciones de los intereses,


actitudes, valores y apreciaciones del educando.

3.- Objetivos psicomotores: incluyen conductas relacionadas con el campo de


destrezas motoras.

El conocer los objetivos que se persiguen a través de una determinada asignatura,


proporciona una manera de conceptualizar tanto la enseñanza como los procedimientos de
evaluación.

Cuando nos trasladamos a un nivel operacional o de actuación, los objetivos para el trabajo
en el aula, que se están tratando de lograr en los alumnos, deben ser estipulados en forma
explícita, para facilitar la evaluación de los cambios conducturales. Por ejemplo, el objetivo
"el niño debe aprender matemáticas", no sirve para guiar el trabajo del profesor. Pero, si
dijera "el niño debe ser capaz de reconocer los signos más (+) y menos (-) y realizar las
operaciones matemáticas usando cifras de un solo número", este sería un objetivo de mayor
utilidad, ya que se observa el contenido a tratar (signos más o menos y las cifras de un solo
número) y las conductas (reconocimiento y aplicación). De esta forma se cuenta con una
guía para la enseñanza (lo que se debe hacer) y para la evaluación del proceso de enseñanza
- aprendizaje (estimar resultados).

Por supuesto que también se pueden planificar actividades de enseñanza que se dirijan al
logro de objetivos en otros dominios, que no sean solamente cognoscitivos. Por ejemplo,
promover en los alumnos que se interesen y valoren l aritmética (afecto), o aprender a
escribir los números en forma legible (psicomotor).

Cualquiera sea el tipo de logro que se desee o necesite evaluar (área de conocimiento, de los
sentimientos o de destrezas motoras), se requiere utilizar instrumentos evaluativos
pertinentes y bine construidos, pero que se refieren directamente a los objetivos perseguidos
en el proceso de enseñanza - aprendizaje.

III.- EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE EVALUACIÓN

El concepto de Evaluación ha sido directamente tributario al concepto de Educación,


sustentado de forma tal que desde la acepción más simple de "enjuiciar un hecho" hasta la
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acepción más compleja de "fuente de información para la toma de decisiones" ha


transcurrido mucho tiempo.

Tratar de definir lo que se entiende por Evaluación no es fácil, así es como se han propuesto
diversas definiciones, unas más completas que otras. A partir de esto, es que algunos
evaluadores consideren las siguientes cuatro acepciones del término Evaluación:

 Evaluación como Juicio


 Evaluación moco Medición
 Evaluación como Congruencia
 Evaluación como Fuente de Información.

1.- EVALUACIÓN COMO JUICIO DE EXPERTOS

Esta es la acepción más antigua, ya que supone el evaluar como "el proceso de juzgar el
valor de un hecho educativo".

La principal ventaja de esta acepción se basaba fundamentalmente en la facilidad con que


los resultados se calificaban, al emitirse un juicio casi inmediatamente. Por otra parte, no se
necesitaban instrumentos sofisticados para obtener evidencias de o aprendido, sino que
bastaba someter al alumno a una sencilla exposición oral. Las experiencias y autoridad de
los maestros eran suficientes para creer en la objetividad de los antecedentes considerados
para emitir el juicio.

Las críticas a esta acepción apuntan principalmente a la subjetividad del juicio, influenciado
generalmente, por aspectos ajenos a lo que se intentaba evaluar. Además, el distinto grado
de dificultad de las preguntas planteadas a los estudiantes, producía reacciones contrarias al
profesor, y también la diversidad de criterios de estimación de lo correcto por parte de los
jueces, creaba desconfianza y disconformidad por los juicios emitidos.

La aparición de los exámenes escritos en reemplazo de los exámenes orales, como producto
de la masificación de la enseñanza, llevó a una revisión del concepto de evaluación como
juicio y a la aparición de los primeros esbozos de la medición educacional.

2.- EVALUACIÓN COMO MEDICIÓN

La medición es un concepto extraído de las ciencias Física que consiste en la "la asignación
de números que permitan expresar en término cuantitativos de agrado en que un alumno
posee una determinada característica".

Obviamente, el éxito de esta acepción residía en el carácter científico (objetivo, preciso,


demostrable) que se creía observar en cada medición, más si ésta se apoyaba en indicadores
estadísticos manipulables matemáticamente.

Respecto a las críticas de esta acepción, muchos argumentan que no todo es susceptible de
ser medido en las ciencias de la conducta y que los instrumentos no siempre son apropiados
para efectuar mediciones directas.

Al tomar las ciencias físicas como modelo, se intentó llevar la medición de las variables del
comportamiento a un nivel máximo de objetividad, olvidando que para poder asignar
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valores numéricos a los hechos observables es necesaria una equivalencia entre el sistema
matemático aplicado y la naturaleza de las observaciones.

A fines de 1930 comienza el cuestionamiento del concepto puro de medición con la


aparición de los modelos basados en objetivos.

3.- EVALUACIÓN COMO CONGRUENCIA CON LOS OBJETIVOS

El interés central de esta evaluación está basado en la validez de contenido de los


instrumentos de medición, es decir, debe existir una relación adecuada entre los objetivos o
características que se evalúan con los procedimientos destinados a probar su grado de logro.

Este tipo de evaluación considera el desempeño o resultado en relación a metas prefijadas.


Determina el rendimiento de los estudiantes, en términos de logro y no logro, expresados en
cambios conductuales.

La evaluación entendida como congruencia con los objetivos educacionales, también ha


sido criticada. Por ejemplo, está el hecho que está supeditada a la correcta determinación de
los objetivos de los procesos educacionales, ya que si éstos son demasiados exigentes o
muy simples, la evaluación no entregará evidencias consistentes de los cambios
conductuales. Otra crítica, indica qe está favoreciendo a la evaluación de productos o
resultados, más que a su lbor retroinformativa del proceso, (éste peligro se puede evitar
mediante la evaluación formativa).

4.- EVALUACIÓN COMO FUENTE DE INFORMACIÓN PARA TOMAR


DECISIONES

Esta forma de concebir la evaluación pone énfasis no sólo en la obtención de evidencias


mediante la medición y en la emisión de juicios valorativos de éstas, sino que plantea como
finalidad esencial "la toma de decisiones". Las decisiones a tomar, evidentemente se deben
dirigir a producir mejoramientos, renovaciones y cambios en la práctica habitual de un
sistema educacional.

Una de las definiciones más conocidas es la que plantea que la Evaluación es el "Proceso de
delinear obtener y proveer información útil con el fin de juzgar alternativas de decisión".
Los propósitos más importantes de esta concepción son:

 Considerar a la Evaluación como proceso, es decir, una actividad continua,


permanente y flexible que incluye diversidad de métodos y operaciones.

 Identificar, recopilar, organizar y analizar la información en función de algún


propósito específico.

 Comprobar que la información satisfaga los criterios de validez, practicidad,


objetividad, confiabilidad, oportunidad, etc.

 Presentar, de acuerdo a la información obtenida, alternativas que ofrezcan


posibilidades de mejorar la práctica corriente.
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 Elegir entre las distintas alternativas de decisión, para responder adecuadamente a


una situación que requiere modificación.

Esta concepción, se destaca por su amplitud como por las posibilidades de aplicación a
cualquier sistema o sub-sistema educativo y, ha dado origen una nueva metodología
evaluativa, la cual requiere de una vasta información sobre la naturaleza de las variables
sometidas a evaluación y de la recopilación, organización e interpretación de los datos con
técnicas como medición, procesamiento y análisis estadístico.

Entre las principales críticas que se le hacen a esta concepción, destaca el rol aparentemente
administrativo que cumple el profesor en relación a la evaluación y que lo distrae de su
verdadera función. Además, al plantearse alternativas de decisión, se piensa que éstas
resultan generalmente artificiales y de una factibilidad dudosa.

A pesar de las criticas, esta concepción ha permitido llevar a la evaluación desde un nivel
de sala de clases a un nivel de sistema, ampliándose y diversificándose las posibilidades de
la evaluación educacional.

COMENTARIO: Luego de haber revisado las acepciones más conocidas de evaluación,


se debe indicar que en la actualidad se tiende a una hibridación de ellas en concepciones
más amplias. Incluso es difícil encontrar una acepción determinada, en su forma más pura,
sino más bien como una concepción integradora de los aspectos positivos que emanan de
cada definición de evaluación.

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